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No se presentaron inconvenientes con el puente, lo cual agradecí en mi mente. Al estar del otro lado del río, Yoshi regresó de nuevo a su forma humana.* Eh de admitir que me da un poco de escalofríos eso de las frutas del diablo. *no es como si mi compañera o los usuarios en particular me provocaran incomodidad, más bien se debía al efecto de las frutas sobre el cuerpo humano. Tomemos a mi compañera como ejemplo, ella puede convertirse en un ave, pero eso quiere decir que la transformación modifica por completo su estructura ósea o de lo contrario no podría volar.
* ¿Ella podrá sentir todo ese cambio en su cuerpo o es algo imperceptible? *me resultaba imposible imaginar la manera en que funcionan esas cosas.* Quizás debería preguntarle acerca de eso en el futuro… Creo que me equivoqué de trabajo… Nah, me gusta ser marine.
Comenzamos a movernos, aunque esta vez Yoshi, Kimura y Tobías caminaban al frente. Noté que la joven en ocasiones miraba al CP y después miraba al pelirrojo. Era obvio que no era el único en percatarse del extraño comportamiento del pelinegro, aunque la causa era desconocida.* Muh, ¿en que momento comenzó a actuar de esa manera? *traté de hacer memoria en todo lo ocurrido hasta el momento en el cual mi amigo comenzó a actuar raro.* No me parece que nada extraño le afectara. *puede que también esté olvidando algún dato importante.
El capitán pareció percatarse de algo y después de unos segundos comenzó a explicar algo acerca de un vicealmirante. Aquello era realmente interesante, al menos para mí. Esta sería la primera vez que vería a un vicealmirante y si los rumores eran ciertos la fuerza de aquellos que llegaban a ese rango era asombrosa.
Después de que el Capitán se adelantara, me acerqué un poco a mi nakama con intención de preguntar un poco acerca de este vicealmirante y si tenía algo de información sobre él, sin embargo antes de poder abrir mi boca, lo escuché decir algo jodidamente extraño. Por un instante no di crédito a mis oídos, puede que escuchara mal, no obstante no fui capaz de encontrar una oración que se pareciera lo suficiente como para ser confundida.
Miré a Tobí de manera extraña (aunque puede que este no se percatara al estar contemplando el paisaje), para luego sólo alejarme y seguir al capitán.
* No tenía idea acerca de las preferencias sexuales de Tobías, aunque eso podría explicar su apariencia… ¿Puede que todo esté tiempo contuviera sus sentimientos, pero ahora que estamos en guerra ya no le importe demostrarlos?... Gusi lo conoce desde hace tiempo, quizás él sepa más sobre este tema.
* ¿Ella podrá sentir todo ese cambio en su cuerpo o es algo imperceptible? *me resultaba imposible imaginar la manera en que funcionan esas cosas.* Quizás debería preguntarle acerca de eso en el futuro… Creo que me equivoqué de trabajo… Nah, me gusta ser marine.
Comenzamos a movernos, aunque esta vez Yoshi, Kimura y Tobías caminaban al frente. Noté que la joven en ocasiones miraba al CP y después miraba al pelirrojo. Era obvio que no era el único en percatarse del extraño comportamiento del pelinegro, aunque la causa era desconocida.* Muh, ¿en que momento comenzó a actuar de esa manera? *traté de hacer memoria en todo lo ocurrido hasta el momento en el cual mi amigo comenzó a actuar raro.* No me parece que nada extraño le afectara. *puede que también esté olvidando algún dato importante.
El capitán pareció percatarse de algo y después de unos segundos comenzó a explicar algo acerca de un vicealmirante. Aquello era realmente interesante, al menos para mí. Esta sería la primera vez que vería a un vicealmirante y si los rumores eran ciertos la fuerza de aquellos que llegaban a ese rango era asombrosa.
Después de que el Capitán se adelantara, me acerqué un poco a mi nakama con intención de preguntar un poco acerca de este vicealmirante y si tenía algo de información sobre él, sin embargo antes de poder abrir mi boca, lo escuché decir algo jodidamente extraño. Por un instante no di crédito a mis oídos, puede que escuchara mal, no obstante no fui capaz de encontrar una oración que se pareciera lo suficiente como para ser confundida.
Miré a Tobí de manera extraña (aunque puede que este no se percatara al estar contemplando el paisaje), para luego sólo alejarme y seguir al capitán.
* No tenía idea acerca de las preferencias sexuales de Tobías, aunque eso podría explicar su apariencia… ¿Puede que todo esté tiempo contuviera sus sentimientos, pero ahora que estamos en guerra ya no le importe demostrarlos?... Gusi lo conoce desde hace tiempo, quizás él sepa más sobre este tema.
- Resumen Balt:
- -Caminar. -Pensar sobre los usuarios de fruta- -Pensar sobre Tobí y sus preferencias sexuales. -Seguir al capitán.
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La mirada del demonio de la niebla era seria desde que había hablado con su hermano. Parecía estar en un estado mejor que el anterior y tan solo se dedicaba a moverse junto con su equipo. Entonces escuchó las palabras de Edward, el más joven y nuevo integrante. Al parecer preguntaba si se traba del yonkou. No era ningún secreto que lo conocía, él no pensaba avergonzarse de ser como el hermano del dragón. Lo quería muchísimo y era una de las personas que deseaba tener siempre a su lado. Simplemente miró al rubio con una calma sobrehumana y después de unos momentos le respondió a su pregunta.
- Él mismo. No es ningún secreto, es uno de mis mejores amigos, aunque yo lo llamaría algo más… Personal. Es como si fuese mi hermano. – Mencionó con la mirada fija al frente.
No tardaron mucho en quedar al borde de la muralla, pero abajo por suerte había tierra. Pudo ver una nube con una pinta horrible y un destello azulado que vino de la posición del dragón. Una sonrisa ladeada se formó en el rostro del demonio, pues sabía de sobra que era él. Se estiró un poco y a continuación dio la señal. Tomó a Valia y a Edward de los brazos y sin pensárselo se lanzó al vacío, convirtiendo sus piernas en niebla y aterrizando suavemente. Una vez los dejó en tierra con una facilidad increíble, se quedó mirando al sargento e indicándole que bajase. No pensaba romperse de nuevo la espalda y sabía que su compañero podía usar… No, no se fiaba. Cojones tenía a matarse. Subió de nuevo a toda velocidad y trataría de darle la mano para bajarlo de nuevo.
- Es el momento de continuar, chicos. Pronto empezará la parte bélica de la guerra y en ese instante quiero que luchemos juntos. Ahora en marcha.
Nada más decir aquella aumentó su velocidad a modo de trote mientras se dirigía hacia la posición de Dexter. Pensaba pedirles a sus hombres que aprendiesen a volar de alguna forma para la próxima misión, pues de no ser por el poder de la logia de Krauser, no habrían podido hacer nada. El demonio entonces escuchó el sonido de su comunicador. Pensó que sería Karl de nuevo y entonces descolgó sin mirar ni siquiera quién era. Entonces escuchó la voz de la chica. Joder, si es que era sospechoso con huevos el caso. Ahora volvía sin el marine, eso era ya algo muy descarado. El asesino pensó en las palabras de su hermano mayor y entonces soltó un enorme suspiro.
- Demonio blanco… Has desobedecido mi orden en mitad de una maldita guerra y has puesto en peligro a todo el grupo. Si te hubiesen capturado yo habría muerto y estoy seguro de que el capullo de Osuka se habría venido sin permiso conmigo a Marineford. Ahora escúchame bien, Ai. Te has ido con un jodido Vice-Almirante. No era mala persona, pero te recuerdo en qué bando estamos. Pasaron un par de años desde mi expulsión de la marina y no quiero pensar mal de ti, pero esto es demasiado sospechoso. Otro tipo no te diría esto y te interrogaría tras la guerra, pero te tengo mucho cariño. Ahora mismo me dirijo hacia el Este…. – El asesino hizo una pausa y después de unos momentos miró a sus hombres despacio, acto seguido volvió a contestar agachando la cabeza. – Vuelve a la base, por favor. No puedo arriesgar la vida de mis hombres en esto. Cuando la guerra acabe hablaremos a solas… Recuerda que tu cabeza ni siquiera vale el precio que te exigí. Ahora debemos luchar y voy a llevar a estos chicos a casa, sanos y salvos… – Terminó de decir.
Krauser siempre protegía la vida de sus hombres hasta el último momento y le daba igual morir si podía ayudarlos. Les dedicó una mirada confiable a sus chicos y les guiñó el ojo mientras continuaba trotando. Él era el líder de aquella división que formaban los Demonios y pensaba ayudarlos a cumplir sus sueños.
- Espero que esto no te moleste, pero deberías ponerte en mi lugar. Hemos cruzado murallas enormes y ríos más grandes, no hay forma física de que nos sigas. Si lo logras sospecharé un poco más. Nos veremos en Baltigo, Ai… Un solo error como el tuyo podría haber sido trágico para los demás y sobre todo para mí… Porque habría muerto rescatándote… – En cuanto dijo aquello colgó y después miró al frente, corriendo a más velocidad.
- Él mismo. No es ningún secreto, es uno de mis mejores amigos, aunque yo lo llamaría algo más… Personal. Es como si fuese mi hermano. – Mencionó con la mirada fija al frente.
No tardaron mucho en quedar al borde de la muralla, pero abajo por suerte había tierra. Pudo ver una nube con una pinta horrible y un destello azulado que vino de la posición del dragón. Una sonrisa ladeada se formó en el rostro del demonio, pues sabía de sobra que era él. Se estiró un poco y a continuación dio la señal. Tomó a Valia y a Edward de los brazos y sin pensárselo se lanzó al vacío, convirtiendo sus piernas en niebla y aterrizando suavemente. Una vez los dejó en tierra con una facilidad increíble, se quedó mirando al sargento e indicándole que bajase. No pensaba romperse de nuevo la espalda y sabía que su compañero podía usar… No, no se fiaba. Cojones tenía a matarse. Subió de nuevo a toda velocidad y trataría de darle la mano para bajarlo de nuevo.
- Es el momento de continuar, chicos. Pronto empezará la parte bélica de la guerra y en ese instante quiero que luchemos juntos. Ahora en marcha.
Nada más decir aquella aumentó su velocidad a modo de trote mientras se dirigía hacia la posición de Dexter. Pensaba pedirles a sus hombres que aprendiesen a volar de alguna forma para la próxima misión, pues de no ser por el poder de la logia de Krauser, no habrían podido hacer nada. El demonio entonces escuchó el sonido de su comunicador. Pensó que sería Karl de nuevo y entonces descolgó sin mirar ni siquiera quién era. Entonces escuchó la voz de la chica. Joder, si es que era sospechoso con huevos el caso. Ahora volvía sin el marine, eso era ya algo muy descarado. El asesino pensó en las palabras de su hermano mayor y entonces soltó un enorme suspiro.
- Demonio blanco… Has desobedecido mi orden en mitad de una maldita guerra y has puesto en peligro a todo el grupo. Si te hubiesen capturado yo habría muerto y estoy seguro de que el capullo de Osuka se habría venido sin permiso conmigo a Marineford. Ahora escúchame bien, Ai. Te has ido con un jodido Vice-Almirante. No era mala persona, pero te recuerdo en qué bando estamos. Pasaron un par de años desde mi expulsión de la marina y no quiero pensar mal de ti, pero esto es demasiado sospechoso. Otro tipo no te diría esto y te interrogaría tras la guerra, pero te tengo mucho cariño. Ahora mismo me dirijo hacia el Este…. – El asesino hizo una pausa y después de unos momentos miró a sus hombres despacio, acto seguido volvió a contestar agachando la cabeza. – Vuelve a la base, por favor. No puedo arriesgar la vida de mis hombres en esto. Cuando la guerra acabe hablaremos a solas… Recuerda que tu cabeza ni siquiera vale el precio que te exigí. Ahora debemos luchar y voy a llevar a estos chicos a casa, sanos y salvos… – Terminó de decir.
Krauser siempre protegía la vida de sus hombres hasta el último momento y le daba igual morir si podía ayudarlos. Les dedicó una mirada confiable a sus chicos y les guiñó el ojo mientras continuaba trotando. Él era el líder de aquella división que formaban los Demonios y pensaba ayudarlos a cumplir sus sueños.
- Espero que esto no te moleste, pero deberías ponerte en mi lugar. Hemos cruzado murallas enormes y ríos más grandes, no hay forma física de que nos sigas. Si lo logras sospecharé un poco más. Nos veremos en Baltigo, Ai… Un solo error como el tuyo podría haber sido trágico para los demás y sobre todo para mí… Porque habría muerto rescatándote… – En cuanto dijo aquello colgó y después miró al frente, corriendo a más velocidad.
- P10 La Quimera:
- Superar la muralla bajando a mis hombres, correr hacia la posicion de Dexter resolviendo la duda de Edward y hablando con Ai.
Corvo
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En cuanto pulso el botón del colgante, las máquinas de guerra de Sarka lanzan un ataque en la dirección que estaba apuntando. Todo ese arsenal hace muchos destrozos en las filas de Zal, tal y como era el objetivo, con menos refuerzos menos posibilidades de ganar. Mientras me quedo flipando con la cantidad de explosiones, luces, ondas expansivas y demás consecuencias del fuego de artillería, unas sierpes salen de debajo la tierra cerca de la muralla, haciendo que salga de mi estado. Los animales destrozan la muralla como si fuera de gelatina y la horda de Zal se mete en la ciudad.
Aquello no estaba planeado, era un contratiempo importante. A pesar de que era una forma de perder muchas tropas, esas sierpes podían llegar a ser un gran problema, mayor aún que todas las tropas perdidas en el ataque o que se introducían en la ciudad. Mandando diferentes protocolos a mis creaciones, hice que me siguieran en dirección a la muralla las dos armaduras y un par de drones apache, dejando el resto de los mismos y los ares matando enemigos en medio del combate. Esperaba que aquellas bestias siguieran sin tener potencia de fuego aérea como hasta ahora. Por lo que había visto, quitando las gigantescas sierpes, todos atacaban con garras y dientes, sin armas.
Me desplacé a la misma velocidad que me habían permitido anteriormente, no quería tener sobresaltos ahora. Mi objetivo era volver a probar la runa, esta vez con esas sierpes. No quería dejar al azar el tiro, por eso me estaba moviendo. Por el camino disparé una granada de hidrógeno líquido a tropas de Zal bajo nosotros. Cuanto más ayudara, más posibilidades había de que me dieran planos de sus armas o de conseguir algunos prototipos. Aunque lo más seguro que todo eso estaría supeditado a una victoria frente a los otros cuatro pretores.
Aquello no estaba planeado, era un contratiempo importante. A pesar de que era una forma de perder muchas tropas, esas sierpes podían llegar a ser un gran problema, mayor aún que todas las tropas perdidas en el ataque o que se introducían en la ciudad. Mandando diferentes protocolos a mis creaciones, hice que me siguieran en dirección a la muralla las dos armaduras y un par de drones apache, dejando el resto de los mismos y los ares matando enemigos en medio del combate. Esperaba que aquellas bestias siguieran sin tener potencia de fuego aérea como hasta ahora. Por lo que había visto, quitando las gigantescas sierpes, todos atacaban con garras y dientes, sin armas.
Me desplacé a la misma velocidad que me habían permitido anteriormente, no quería tener sobresaltos ahora. Mi objetivo era volver a probar la runa, esta vez con esas sierpes. No quería dejar al azar el tiro, por eso me estaba moviendo. Por el camino disparé una granada de hidrógeno líquido a tropas de Zal bajo nosotros. Cuanto más ayudara, más posibilidades había de que me dieran planos de sus armas o de conseguir algunos prototipos. Aunque lo más seguro que todo eso estaría supeditado a una victoria frente a los otros cuatro pretores.
- Sarka:
- Ver lo que he hecho, asombrarme por las sierpes y decidir que son mi objetivo. Desplazarme hacia ellas K13 creo que es donde han salido disparando una granada de hidrógeno(ámbito) por el camino.
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Empezamos a cruzar por el puente de hielo los que no podíamos atravesarlo sino andando. Yoshi había cruzado al otro lado gracias a su forma zoan, lo que hizo que me provocara un poco de envidia. -*Ojalá yo también tuviera una fruta que me permitiese volar, que suerte tiene mi compañera*- pensé mientras me disponía a seguir caminando por aquel frío puente rumbo al otro lado. Avanzábamos en formación pero, por alguna razón, estaba inquieta por dos motivos. El primero era por el extraño comportamiento de Tobías, parecía una mona en celo y estaba detrás del capitán, o eso parecía. Lo segundo era porque aunque Tobi estaba usando su poder para intentar de alguna forma hacer que el puente fuera más seguro de cruzar, aún el terreno parecía muy frágil y se podría desmoronar de un momento a otro, haciendo que los que no podíamos volar ni nada por el estilo, acabásemos en el fondo del río que había debajo. Mientras más seguíamos avanzando, más insegura y nerviosa me sentía debido a la incertidumbre de lo que podría pasar en la guerra. Alguno de nosotros podría morir o alguno de nuestros compañeros de la Marina. Quizás el unirme a esta guerra había sido bastante negligente por mi parte ya que no tengo el poder necesario para luchar ni para proteger a mis aliados. No me gustaba nada el hecho de ser la más débil del grupo, eso significaba que en algún momento de gran peligro, alguien podría sacrificarse por mí. No podría vivir con eso, tenía que hacerme más fuerte o al menos, conseguir un arma que me permita ser mas poderosa. Sí, un arma que me permita proteger a los inocentes y a las perdonas a las que quiero. -*Ojalá fuera tan fácil encontrarla-* dejé escapar un suspiro mientras me compadecía de mí misma por ser tan débil. En definitiva, tenía que entrenar más y conseguir un mejor equipo para que nadie tenga que protegerme. Es cierto que el poder puede llegar a corromper a la persona más pura y noble pero no iba a ser mi caso, yo me haré fuerte por la justicia y todo lo que representa. Me dí una pequeña bofetada para volver en mí. No era el momento para pensar en eso, tengo que estar atenta al grupo y a las órdenes del capitán si quiero salir de esta.
Conseguimos atravesar el río, creía que nunca lo haríamos y que podría llegar a pasar algo. Anduvimos unos minutos campo a través hasta que llegamos a una de las centrales donde había un pequeño grupo de gente. El capitán Kimura identificó a uno de ellos al instante. Era el vicealmirante Al Naion, uno de los héroes de la Marina. Había escuchado rumores de él pero de cerca se veía mas fuerte. Kimura nos dijo que sería buena idea que fuéramos a la guerra junto a él por lo que fue a hablar con él. Aún nos quedaba mucho camino al campo de batalla pero había poco tiempo, temía que los soldados de Balt estuviesen en problemas. Debíamos apresurarnos cuánto antes si queríamos prevenir más muertes.
Conseguimos atravesar el río, creía que nunca lo haríamos y que podría llegar a pasar algo. Anduvimos unos minutos campo a través hasta que llegamos a una de las centrales donde había un pequeño grupo de gente. El capitán Kimura identificó a uno de ellos al instante. Era el vicealmirante Al Naion, uno de los héroes de la Marina. Había escuchado rumores de él pero de cerca se veía mas fuerte. Kimura nos dijo que sería buena idea que fuéramos a la guerra junto a él por lo que fue a hablar con él. Aún nos quedaba mucho camino al campo de batalla pero había poco tiempo, temía que los soldados de Balt estuviesen en problemas. Debíamos apresurarnos cuánto antes si queríamos prevenir más muertes.
- Resumen Balt:
- Cruzar el puente, divagar, seguir al grupo, conocer a Al Naion
Eichi Tsukasa
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Una vez que decidieron su curso de acción, ambos jóvenes emprendieron rumbo a la central que se encontraba un poco más al este. De momento, era mejor dejar la capital atrás para poder trazar un mejor plan. Obviamente tampoco iban a ir hacia donde estaba esa columna de electricidad. En el centro, al menos, sabían que había unos caballeros mecanizados que custodiaban el lugar mientras que, por el otro lado, desconocían la situación de aquel lugar. Ir a ciegas no era una buena opción, más viendo todo el peligro que había en Síderos. De todas formas, ahora se sentía más seguro con una compañera a su lado. No conocía a nadie, además su personalidad retraída le dificultaba formar vínculos emocionales. Estaba peleado con Alice, y no tenía una muy buena opinión del gobierno que digamos. La relación con Midou era algo complejo de describir, pero amigos no eran. ¿Conocidos? Tal vez, o tal vez no. Quién sabe lo que pasaba por la cabeza de ese mafioso. Taiga era lo suficientemente amable y comprensivo, pero su condición de agente hacía que el pelirrojo dudara. Milena... no, no iba a pensar en eso.
– Si no hubiera sido por eso – pensó amargamente mientras recordaba cosas de su niñez.
En eso, el joven príncipe escuchó el comentario de la pelirroja. No es que pudiera volar exactamente... más bien era una forma forzada que salió de quién sabe donde, tampoco se iba a poner investigar sobre lo científico de sus transformaciones. Sobre lo otro... no podía objetar nada. El mismo tenía sus secretos, por lo que sería hipócrita reclamar algo así. Además, solo había pasado un día junto a ella... sin contar todo lo sucedido luego del torneo y el festival, por lo que supuso que era normal que tuviera un poco más de confianza que otras personas que se conocieran por tan poco tiempo. De todas formas, se sentía alagado que la joven fuese a contarle cosas de su pasado o algo similar.
Eichi escuchó atentamente las palabras de Alex, sin decir una palabra hasta que terminara. No se esperaba que ella fuera un usuario, cosa que era raro. Generalmente tomaba poco descubrir los poderes de una fruta, pero podía estar equivocado. Las zoan mitológicas eran las más poderosas, por lo que debía tardar lo suyo en aprender lo básico de los poderes. En cuanto a lo del precio por su cabeza... ya le daba igual a estas alturas. Viendo que era una cantidad sumamente ridícula, no le traía mayores complicaciones. Salvo situaciones puntuales, como fue el caso de Taiga. El pelirrojo suspiró pesadamente y descendió hasta quedar frente a la central, liberando la transformación en el proceso; quién sabe cuando podría utilizarlo nuevamente.
– Diría que fue culpa de Akashi, ya que fue la primera vez que se manifestó, pero sería de cobardes. El sigue siendo parte de mí, aunque me disguste – pausó un poco y se giró para abrazarle. – Todo el mundo tienes sus secretos, así que no tienes que disculparte... además sería hipócrita de mi parte – se apartó de ella, le acarició un poco la cabeza e intentó entrar a la central, pero no sin antes guiñarle el ojo en señal de complicidad. – Por cierto, tu secreto está a salvo conmigo... Agente Alex – sonrío de forma divertida y entró.
No fue difícil deducir que la pelirroja formaba parte del Cipher Pol. La marine no era un anexo del gobierno tan secreto que digamos, era de conocimiento común de hecho. Si bien la gente sabía que el CP existía, casi nadie tenía información sobre sus miembros. Eran muy discretos, incluso llegaban a matar si metían su nariz demasiado a fondo, por no decirlo de otro modo. El hecho que Alex desviara un poco el tema acerca de su trabajo dentro del gobierno, decía más de mil palabras. Podía ser científica, pero francamente no veía a la pelirroja en aquel cuerpo del gobierno.
– Soy un príncipe – dijo de pronto el pelirrojo mientras intentaba activar la central en la consola. Ya que la agente había confiado en él, supuso que era hora de desvelar algo acerca de su pasado. – O lo era, ni idea si me quitaron mi título luego de escapar. Tenía un gemelo y el era heredero legítimo, mientras que yo era la carne de cañón. El era el fuerte, mientras yo era el enfermizo al corazón – pausó su explicación mientras recordaba los recuerdos de su niñez. – Viste la cicatriz en mi torso, ¿no? Tengo memoria eidética, por lo que puedo recordar absolutamente todo desde nacimiento – y cuando decía todo, eso involucraba todo lo vergonzoso... incluso casos como lo sucedido en la isla del puño o Lagrange. – Tuve un ataque al corazón de niño y Akashi donó su corazón. Como eramos gemelos, la compatibilidad era muy alta. Luego de eso, al cumplir dieciocho, abandoné mi reino para escapar de todo – terminó de explicar el pelirrojo. Era un resumen más o menos detallado. Lo único que dejó afuera fue el como era tratado por las demás personas de la isla.
– Si no hubiera sido por eso – pensó amargamente mientras recordaba cosas de su niñez.
En eso, el joven príncipe escuchó el comentario de la pelirroja. No es que pudiera volar exactamente... más bien era una forma forzada que salió de quién sabe donde, tampoco se iba a poner investigar sobre lo científico de sus transformaciones. Sobre lo otro... no podía objetar nada. El mismo tenía sus secretos, por lo que sería hipócrita reclamar algo así. Además, solo había pasado un día junto a ella... sin contar todo lo sucedido luego del torneo y el festival, por lo que supuso que era normal que tuviera un poco más de confianza que otras personas que se conocieran por tan poco tiempo. De todas formas, se sentía alagado que la joven fuese a contarle cosas de su pasado o algo similar.
Eichi escuchó atentamente las palabras de Alex, sin decir una palabra hasta que terminara. No se esperaba que ella fuera un usuario, cosa que era raro. Generalmente tomaba poco descubrir los poderes de una fruta, pero podía estar equivocado. Las zoan mitológicas eran las más poderosas, por lo que debía tardar lo suyo en aprender lo básico de los poderes. En cuanto a lo del precio por su cabeza... ya le daba igual a estas alturas. Viendo que era una cantidad sumamente ridícula, no le traía mayores complicaciones. Salvo situaciones puntuales, como fue el caso de Taiga. El pelirrojo suspiró pesadamente y descendió hasta quedar frente a la central, liberando la transformación en el proceso; quién sabe cuando podría utilizarlo nuevamente.
– Diría que fue culpa de Akashi, ya que fue la primera vez que se manifestó, pero sería de cobardes. El sigue siendo parte de mí, aunque me disguste – pausó un poco y se giró para abrazarle. – Todo el mundo tienes sus secretos, así que no tienes que disculparte... además sería hipócrita de mi parte – se apartó de ella, le acarició un poco la cabeza e intentó entrar a la central, pero no sin antes guiñarle el ojo en señal de complicidad. – Por cierto, tu secreto está a salvo conmigo... Agente Alex – sonrío de forma divertida y entró.
No fue difícil deducir que la pelirroja formaba parte del Cipher Pol. La marine no era un anexo del gobierno tan secreto que digamos, era de conocimiento común de hecho. Si bien la gente sabía que el CP existía, casi nadie tenía información sobre sus miembros. Eran muy discretos, incluso llegaban a matar si metían su nariz demasiado a fondo, por no decirlo de otro modo. El hecho que Alex desviara un poco el tema acerca de su trabajo dentro del gobierno, decía más de mil palabras. Podía ser científica, pero francamente no veía a la pelirroja en aquel cuerpo del gobierno.
– Soy un príncipe – dijo de pronto el pelirrojo mientras intentaba activar la central en la consola. Ya que la agente había confiado en él, supuso que era hora de desvelar algo acerca de su pasado. – O lo era, ni idea si me quitaron mi título luego de escapar. Tenía un gemelo y el era heredero legítimo, mientras que yo era la carne de cañón. El era el fuerte, mientras yo era el enfermizo al corazón – pausó su explicación mientras recordaba los recuerdos de su niñez. – Viste la cicatriz en mi torso, ¿no? Tengo memoria eidética, por lo que puedo recordar absolutamente todo desde nacimiento – y cuando decía todo, eso involucraba todo lo vergonzoso... incluso casos como lo sucedido en la isla del puño o Lagrange. – Tuve un ataque al corazón de niño y Akashi donó su corazón. Como eramos gemelos, la compatibilidad era muy alta. Luego de eso, al cumplir dieciocho, abandoné mi reino para escapar de todo – terminó de explicar el pelirrojo. Era un resumen más o menos detallado. Lo único que dejó afuera fue el como era tratado por las demás personas de la isla.
- Balt O8:
- - Llegar a la central
- Discusión emotiva con Alex(?)
- Contarle parte de su pasado como príncipe.
- Intentar activar la central
Vilya sûlceleb
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Madara llegó hasta donde un hombre rodeado por cuatro artilugios que sin duda eran cosa de Beros. Mientras mi jefe se lanzaba por ellos como si fueran un pollo asado con especias, yo simplemente me deslice hasta el suelo, donde me quite la pulsera del brazo, no sin antes ver bien todo el mapa y las centrales. No por ser considerados unos desertores tendría que quedarme sin mapa, y mi memoria debería hacer su función. Más gente se unió al ataque contra aquellos aparatos, al parecer aquel hombre tenía gran poder de convicción, sino me equivocaba había gente de fuera también, o al menos no la había visto antes con Zilda.
-Es de los nuestros, lo huelo. Ese hombre, Madara, tú, tenéis uno de mi especie a vuestro lado. Ahora que lo he visto usando sus poderes me hago una idea de quién puede ser, pero tendrás que confirmarlo. – Me comentó la dragona. Al parecer se había interesado también por el Jonkou. Solo esperaba que no de la misma forma que con Madara, aunque viéndolo ahora tampoco debía ser un mal momento.
Por el camino hasta el punto de reunión, le quité al jefe el dispositivo, si me dejaba, no creía que fuera prudente llevarlos siendo renegados. Cuando nos juntamos todos bajo ese cielo nublado, ¿Había sido Madara o Dexter? Daba igual, el hombre que nos había reunido nos contó su plan. La recompensa para nosotros era más que justa, según fueron hablando el resto de miembros de aquel pequeño comité me fui quedando con sus caras y nombres si los decían.
-Ya ha hablado él, mi voto es para Dexter ya que es el que ofrece la recompensa. Madara recuerda lo que te dije en la central, sigue en pie hasta que salgamos de esta isla, así que, tú veras.
-Es de los nuestros, lo huelo. Ese hombre, Madara, tú, tenéis uno de mi especie a vuestro lado. Ahora que lo he visto usando sus poderes me hago una idea de quién puede ser, pero tendrás que confirmarlo. – Me comentó la dragona. Al parecer se había interesado también por el Jonkou. Solo esperaba que no de la misma forma que con Madara, aunque viéndolo ahora tampoco debía ser un mal momento.
Por el camino hasta el punto de reunión, le quité al jefe el dispositivo, si me dejaba, no creía que fuera prudente llevarlos siendo renegados. Cuando nos juntamos todos bajo ese cielo nublado, ¿Había sido Madara o Dexter? Daba igual, el hombre que nos había reunido nos contó su plan. La recompensa para nosotros era más que justa, según fueron hablando el resto de miembros de aquel pequeño comité me fui quedando con sus caras y nombres si los decían.
-Ya ha hablado él, mi voto es para Dexter ya que es el que ofrece la recompensa. Madara recuerda lo que te dije en la central, sigue en pie hasta que salgamos de esta isla, así que, tú veras.
- Gatitos!!!!:
- Seguir todo el rato a Madara, quitarme la pulsera, y a él si se deja. Dar mi voto a Dexter.
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La velocidad de Hinori continuaba siendo bastante buena y sabía que le quedaba poco para poder ver de nuevo a su capitán. Estaba preocupada por la amenaza de aquel imbécil y su objetivo sería protegerlo de cualquier cosa que pudiese molestarle. Entonces aquel aparato explotó en su muñeca, haciéndola fruncir el ceño y soltar un quejido de dolor. Apretó los dientes notando la quemadura en la zona de su muñeca y después se pasó la lengua por allí. Lamió un poco su herida sintiéndose bastante dolorida en esa zona, pero trató de ignorar aquello, pues tenía otro objetivo. Se rascó un poco el pelo y después de unos momentos soltó un pequeño suspiro. Quería que los demás dejasen de pasar de ella, pero iba a continuar en aquel plan todo el tiempo.
No tardaron mucho en llegar hacia la posición del dragón y los demás miembros de lo que antes era Zilda. Pudo ver a uno de los Shichibukais, al tipo que le daba miedo e incluso a unos cuantos más. La chica entonces aceleró y se colocó frente al dragón, mirándole de forma seria y apretando los puños. Parecía que iba a meterle un puñetazo en el centro de la cara, pero no era así. Estaba demasiado enfadada, pero estaba mirando bien su cuerpo. Sin permiso alguno trató de levantarle la camiseta para ver si ocultaba alguna herida. Tras verlo unos momentos soltó un pequeño suspiro y después se quedó mirándole fijamente a los ojos.
- No dejaré que te toquen ni un solo pelo. Siento lo de antes… Pero me sentí frustrada cuando me perdí entre la gente y salisteis disparados sin mí, no puedo seguir vuestra velocidad… – Mencionó soltando un suspiro.
A continuación trató de abrazarse a él de forma fuerte, procurando notarle bien. Una vez hiciera eso se quedó mirando al tío de la armadura, el capullo que era el segundo al mando. Soltó un suspiro y decidió dar ella el primer paso. Se acercó a él y simplemente se quedó mirándole fijamente.
- Deathstroke ¿Verdad? ¿Quieres algunas minipizzas cuando esto acabe? Conozco una nueva receta que seguro que te va a gustar mucho. – Dijo en un tono dulce mientras estiraba su mano hacia él. Pasase lo que pasase continuaría junto a sus compañeros.
No tardaron mucho en llegar hacia la posición del dragón y los demás miembros de lo que antes era Zilda. Pudo ver a uno de los Shichibukais, al tipo que le daba miedo e incluso a unos cuantos más. La chica entonces aceleró y se colocó frente al dragón, mirándole de forma seria y apretando los puños. Parecía que iba a meterle un puñetazo en el centro de la cara, pero no era así. Estaba demasiado enfadada, pero estaba mirando bien su cuerpo. Sin permiso alguno trató de levantarle la camiseta para ver si ocultaba alguna herida. Tras verlo unos momentos soltó un pequeño suspiro y después se quedó mirándole fijamente a los ojos.
- No dejaré que te toquen ni un solo pelo. Siento lo de antes… Pero me sentí frustrada cuando me perdí entre la gente y salisteis disparados sin mí, no puedo seguir vuestra velocidad… – Mencionó soltando un suspiro.
A continuación trató de abrazarse a él de forma fuerte, procurando notarle bien. Una vez hiciera eso se quedó mirando al tío de la armadura, el capullo que era el segundo al mando. Soltó un suspiro y decidió dar ella el primer paso. Se acercó a él y simplemente se quedó mirándole fijamente.
- Deathstroke ¿Verdad? ¿Quieres algunas minipizzas cuando esto acabe? Conozco una nueva receta que seguro que te va a gustar mucho. – Dijo en un tono dulce mientras estiraba su mano hacia él. Pasase lo que pasase continuaría junto a sus compañeros.
- Equipo gatitos:
- Llegar, hablar con Dexter, examinarla, abrazo, hablar con Deathstroke.
Énra Kelter
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Me quedo bastante rato pensando en las palabras del calamar, y en las que vienen del comunicador. Finalmente lanzo el mismo al agua. Todo aquello era una locura, y ahora que el pretor de Zilda tenía a un Jonkou y al menos un Schibukai detrás de él ya no le sería de utilidad, ni ahora ni después. Tenía que replantearse su permeancia en ese conflicto o su unión al grupo disidente. En cualquiera de los dos casos, parecía que el animal tenía razón, ninguno sería bueno para ellos. Como habría acabado allí aquel ser, era un gyojin o ¿Venia de la misma que él?
-Parece que llevabas razón desde el principio, Zilda comenzó esto. Puedo preguntarte cómo has acabado en este lugar, eres un gyojin, o de dónde eres. – Esperaría a ver si respondía. – No sé qué hacer ya, puedo pedir una extracción y dejar todo esto atrás, pero tardaría varias horas en poder salir. Has resultado ser de lo más sabio, ¿Qué opinas que debería hacer ahora?
No tenía más interés en ello que la curiosidad, pero esperar a que la hermandad pudiera sacarme de allí sería demasiado complicado, unirme al grupo de desertores seguramente resultara más producente a la larga. Aunque mientras me decidía por una estrategia final, la información que pudiera aportarme el animal podía hacerme decantar por una u otra. Puede que incluso me ayudara a llegar hasta algún punto desde el que buscar a otro pretor, aunque, ¿Cómo se tomarían la llegada de un desertor de uno de sus contrincantes en medio del conflicto? Sin duda, sería algo bastante sospechoso, yo mismo sospecharía de mí. Mis opciones se reducían solas, y una y otra vez, unirme a los renegados se perfilaba como la única posibilidad, junto a la extracción. Esperaría a las palabras del calamar antes de decidirme.
-Parece que llevabas razón desde el principio, Zilda comenzó esto. Puedo preguntarte cómo has acabado en este lugar, eres un gyojin, o de dónde eres. – Esperaría a ver si respondía. – No sé qué hacer ya, puedo pedir una extracción y dejar todo esto atrás, pero tardaría varias horas en poder salir. Has resultado ser de lo más sabio, ¿Qué opinas que debería hacer ahora?
No tenía más interés en ello que la curiosidad, pero esperar a que la hermandad pudiera sacarme de allí sería demasiado complicado, unirme al grupo de desertores seguramente resultara más producente a la larga. Aunque mientras me decidía por una estrategia final, la información que pudiera aportarme el animal podía hacerme decantar por una u otra. Puede que incluso me ayudara a llegar hasta algún punto desde el que buscar a otro pretor, aunque, ¿Cómo se tomarían la llegada de un desertor de uno de sus contrincantes en medio del conflicto? Sin duda, sería algo bastante sospechoso, yo mismo sospecharía de mí. Mis opciones se reducían solas, y una y otra vez, unirme a los renegados se perfilaba como la única posibilidad, junto a la extracción. Esperaría a las palabras del calamar antes de decidirme.
- Zilda:
- Quitarme la pulsera, preguntar al calamar, divagar.
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Ya que todo estaba solucionado, el sonido de una explosión hizo al rubio mirar hacia atrás, observando al chico de antes salir de allí con la mejilla un poco ennegrecida. Se preguntó qué diablos había ocurrido, pero después de unos instantes solo sonrió. Se relamió despacio y entonces escuchó las palabras del chico, que resultó ser un jodido Vice-Almirante de la marina. Semejante cargo debía de tener un peso importante. Él por su parte se mantuvo callado y con su expresión calmada en todo momento. Se rascó un momento la cabeza y pensó un poco. Aquella enorme columna formada en el fondo del paisaje le llamó la atención, pero no tanto para salir corriendo hacia ella. En una guerra era normal que hubiese cosas de aquel tipo o eso supuso al menos.
No tardó mucho en ver a un tipo aparecer junto a otros hombres más. No pudo evitar reconocerlo por sus cabellos, pues como buen agente especial tenía información sobre las flotas de la marina, aunque nunca supo de Al. Ese tío era Kimura Hayate y el resto debían de ser sus hombres. No tardó mucho en ponerse a disposición del marine y eso hizo a Taiga pensar en la enorme cantidad de respeto que sentían por Al los demás. Se quedó mirando a Alice y escuchó sus palabras. Ir hacia el rayo podía ser buena idea cuando terminase todo, pero mientras tanto debían avanzar. El lobo caminó hasta posicionarse delante del capitán de los nuevos marines que habían aparecido y entonces mostró una sonrisa.
- Tú debes de ser Kimura. Es un placer conocerte. Soy Taiga, agente especial del gobierno mundial y encargado de la cafetería de Enies Lobby. – Mencionó estirando su mano hacia él.
Escuchó las palabras de Al y pensaba seguirle hasta el Sur, por lo que le hizo una señal a Alice para que también supiese de aquello. No pudo quedar confuso cuando vio a Tobias allí. Él también era una gente como él. Quizás estaba infiltrado o algo por el estilo. Como buen superior, Taiga tenía las fichas de los miembros del CP inferiores a él. No iba a delatarlo ni nada, pues además se veía feliz o eso pensaba. El chico rubio se acercó a él, tal vez no le conocía, aunque “El Lobo del gobierno” ya tenía su propia fama. Antes había sido un famoso cazador y tal vez por ello sabían de él. Mostró una sonrisa ladeada y le guiñó el ojo a Tobias disimuladamente. Esperaba que no se pensase nada raro. Después se colocó al lado del marine de hielo.
- Bueno, entonces avancemos…
No tardó mucho en ver a un tipo aparecer junto a otros hombres más. No pudo evitar reconocerlo por sus cabellos, pues como buen agente especial tenía información sobre las flotas de la marina, aunque nunca supo de Al. Ese tío era Kimura Hayate y el resto debían de ser sus hombres. No tardó mucho en ponerse a disposición del marine y eso hizo a Taiga pensar en la enorme cantidad de respeto que sentían por Al los demás. Se quedó mirando a Alice y escuchó sus palabras. Ir hacia el rayo podía ser buena idea cuando terminase todo, pero mientras tanto debían avanzar. El lobo caminó hasta posicionarse delante del capitán de los nuevos marines que habían aparecido y entonces mostró una sonrisa.
- Tú debes de ser Kimura. Es un placer conocerte. Soy Taiga, agente especial del gobierno mundial y encargado de la cafetería de Enies Lobby. – Mencionó estirando su mano hacia él.
Escuchó las palabras de Al y pensaba seguirle hasta el Sur, por lo que le hizo una señal a Alice para que también supiese de aquello. No pudo quedar confuso cuando vio a Tobias allí. Él también era una gente como él. Quizás estaba infiltrado o algo por el estilo. Como buen superior, Taiga tenía las fichas de los miembros del CP inferiores a él. No iba a delatarlo ni nada, pues además se veía feliz o eso pensaba. El chico rubio se acercó a él, tal vez no le conocía, aunque “El Lobo del gobierno” ya tenía su propia fama. Antes había sido un famoso cazador y tal vez por ello sabían de él. Mostró una sonrisa ladeada y le guiñó el ojo a Tobias disimuladamente. Esperaba que no se pensase nada raro. Después se colocó al lado del marine de hielo.
- Bueno, entonces avancemos…
- Balt:
- Hablar con Kimura, guiño a Tobias, presentarse, indicar a Alice y seguir a Al.
- Kimura Hayate, preciosa, sales aquí (?):
Valia Gyliel
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Me había movido por inercia después de haber curado la espalda del jefe, no había ni escuchado la respuesta de Osuka. Si no fuera porque es imposible, habría jurado padecer un desmayo, manteniendo las funciones motoras en modo automático. Durante el mismo la dirección de la marcha había cambiado, ahora parecíamos dirigirnos hacia unos nubarrones negros en la zona que debía pertenecer a Meln o Zilda, no estaba segura de ello. Krauser parecía decidido a llegar hasta ese lugar, aunque no conseguía recordar el porqué de ello. Sí tenía una cosa clara, la ciudad había sufrido la peor parte de esa guerra, aunque ahora parecía estar cerrada a cal y canto. Este hecho era curioso, pues significaba que, si había sobrevivido alguien a la destrucción, llevarían veinte años subsistiendo de alguna forma que no lograba imaginar.
Llegados a un punto tuvimos que bajar de la muralla por el lado exterior, donde nos esperaba un bosque y el misterioso lugar bajo el rayo y la nube. Nunca dudaría del demonio de la niebla, pero tras sus conversaciones podía ir juntando fragmentos, que, sin mi instrucción básica en código, se pasarían por alto. La conversación con Ai, era algo bastante significativo.
De la misma saqué mucha información del pasado de la chica, del mensaje oculto en una conversación anterior con otro miembro de la revolución que tuvo el líder y de como lo había semiignorado, o interpretado las palabras. Esto, decía mucho del carácter de Krauser, y de como siempre trataba de defendernos de todo y contra todo, incluso pensando en sacrificarse a sí mismo. Esto, me hizo recordar el inicio de nuestra carrera por ese lugar, parecía que el tema de Jim había quedado al margen, o esto estaba relacionado con él- de ser la última opción sería un cambio significativo en los planes iniciales, y me había perdido el porqué de los mismos.
Llegados a un punto tuvimos que bajar de la muralla por el lado exterior, donde nos esperaba un bosque y el misterioso lugar bajo el rayo y la nube. Nunca dudaría del demonio de la niebla, pero tras sus conversaciones podía ir juntando fragmentos, que, sin mi instrucción básica en código, se pasarían por alto. La conversación con Ai, era algo bastante significativo.
De la misma saqué mucha información del pasado de la chica, del mensaje oculto en una conversación anterior con otro miembro de la revolución que tuvo el líder y de como lo había semiignorado, o interpretado las palabras. Esto, decía mucho del carácter de Krauser, y de como siempre trataba de defendernos de todo y contra todo, incluso pensando en sacrificarse a sí mismo. Esto, me hizo recordar el inicio de nuestra carrera por ese lugar, parecía que el tema de Jim había quedado al margen, o esto estaba relacionado con él- de ser la última opción sería un cambio significativo en los planes iniciales, y me había perdido el porqué de los mismos.
- Balt Ninjas:
- Divagar, correr, divagar más, correr
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En otras circunstancias, un Yonkou sería un motivo de temor para el joven, al fin y al cabo deben ser personas muy poderosas, pero si Krauser lo consideraba su hermano... no había de qué preocuparse.
-Guau, ¿en serio? Entonces estoy deseoso de conocerlo.- Respondió con una amplia sonrisa.
Siguieron hasta llegar al final de la muralla y se pararon al ver un espectáculo de la naturaleza... aunque quizás no era muy "natural". Edward estaba realmente impresionado, más por los rayos que por la enorme nube, pero pronto dejó de mirar el horizonte. Krauser los había tomado a él y a Valia por los brazos para llegar al otro lado sin más percances que el susto de verse cayendo a tal velocidad tan de repente. Dijo algo que hizo mentalizarse al rubio... luchar todos juntos... Edward estaba deseando ver luchar a sus compañeros, cuyas habilidades le asombraban, pero no había aceptado aún que tendría que luchar... y quién sabe contra qué o quién.
-"¡Despierta Edward! Esto no es una misión corriente donde la gente de la isla son civiles que nada tienen que ver con nosotros, es una guerra y puede haber enemigos en cualquier esquina... Debes estar preparado... Venga, valor y al toro, que tienes unos compañeros que son de fiar y que harían cualquier cosa por tí" -Se dijo, respirando hondo para mantener la calma.
Una vez más, había una llamada entrante, en este caso, era Ai. Edward estuvo muy atento, y juraría que no era el único, pero la resolución final de Krauser fue impactante... Si no fuera porque ya conocía al demonio de la niebla, hubiera intentado hacerle cambiar de parecer, mas sabía de sobra que no cambiaría de opinión.
Su mirada y posterior giño fueron algo reconfortantes, poco a poco, Edward debía aprender a controlar sus emociones para que no le afectasen tanto estas cosas. Intentó seguir el ritmo de Krauser concentrándose solo en eso para olvidar todo lo demás, pero al darse cuenta de que tenía que estar haciendo algo más para distraer su mente, se acercó a Osuka para charlar un poco ¿y qué mejor tema de conversación que el Yonkou que estaría a punto de conocer? La idea de tener cerca (y no como enemigo) a alguien tan importante y fuerte le entusiasmaba.
-Osu, ¿tú conoces en persona a Dexter? ¿Cómo es?- Le preguntó con unos ojos centelleantes de emoción.
-Guau, ¿en serio? Entonces estoy deseoso de conocerlo.- Respondió con una amplia sonrisa.
Siguieron hasta llegar al final de la muralla y se pararon al ver un espectáculo de la naturaleza... aunque quizás no era muy "natural". Edward estaba realmente impresionado, más por los rayos que por la enorme nube, pero pronto dejó de mirar el horizonte. Krauser los había tomado a él y a Valia por los brazos para llegar al otro lado sin más percances que el susto de verse cayendo a tal velocidad tan de repente. Dijo algo que hizo mentalizarse al rubio... luchar todos juntos... Edward estaba deseando ver luchar a sus compañeros, cuyas habilidades le asombraban, pero no había aceptado aún que tendría que luchar... y quién sabe contra qué o quién.
-"¡Despierta Edward! Esto no es una misión corriente donde la gente de la isla son civiles que nada tienen que ver con nosotros, es una guerra y puede haber enemigos en cualquier esquina... Debes estar preparado... Venga, valor y al toro, que tienes unos compañeros que son de fiar y que harían cualquier cosa por tí" -Se dijo, respirando hondo para mantener la calma.
Una vez más, había una llamada entrante, en este caso, era Ai. Edward estuvo muy atento, y juraría que no era el único, pero la resolución final de Krauser fue impactante... Si no fuera porque ya conocía al demonio de la niebla, hubiera intentado hacerle cambiar de parecer, mas sabía de sobra que no cambiaría de opinión.
Su mirada y posterior giño fueron algo reconfortantes, poco a poco, Edward debía aprender a controlar sus emociones para que no le afectasen tanto estas cosas. Intentó seguir el ritmo de Krauser concentrándose solo en eso para olvidar todo lo demás, pero al darse cuenta de que tenía que estar haciendo algo más para distraer su mente, se acercó a Osuka para charlar un poco ¿y qué mejor tema de conversación que el Yonkou que estaría a punto de conocer? La idea de tener cerca (y no como enemigo) a alguien tan importante y fuerte le entusiasmaba.
-Osu, ¿tú conoces en persona a Dexter? ¿Cómo es?- Le preguntó con unos ojos centelleantes de emoción.
- P10 Quimera (?):
Mentalizarse, quedar impactado por la conversación de Krauser y Ai y hablar con Osu de Dexter
Alwyn
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Me sorprendo mucho al recibir la respuesta de los controladores de Balt, o como se quisieran llamar en aquella isla. Al parecer, ya estaban librando una batalla al este, y es donde se suponía que era más necesaria. Viajando a la mayor velocidad que había visto que se me permitía, me encaminé hacía la misma. No me encontré a casi nadie por el suelo mientras viajaba, las tropas ya habrían pasado, o estarían todas en el campo de enfrentamiento. Una nube negra se alzó a lo lejos, pero igual que apareció, comenzó a descender. No me daba buena espina asique decidí rodearla hacía el sur. Al fin y al cabo, era una francotiradora, mi lugar no era el frente, si no la retaguardia enemiga y los mandos enemigos.
Mientras lo hacía, pude ver a la pretora Balarad en dirección a la ciudad, o eso supuse por cómo había visto el mapa. Cambié mi dirección hacía su comitiva, podría servir como cazadora de francotiradores enemigos tan bien como cazadora de oficiales. Siempre, claro estaba, que no me mandara a otro lugar la líder de aquella facción, o sus guardias. Estos últimos seguro que la custodiaban celosamente y era posible que me costara algo llegar hasta la misma.
La verdad es que esta situación me plantaba ciertas dudas, ¿Por qué la líder abandonaba el ejército durante una batalla? ¿La habían ganado ya y ahora tocaba la ciudad? ¿Estaban huyendo hacía la fortificación? Demasiadas cosas sin respuesta, eso me estresaba mucho. Necesitaría resolver estas dudas con alguien de la comitiva cuanto antes. Me daba igual pillar a un soldado normal o uno de caballería, estaba bastante segura de poder seguir el ritmo de cualquiera de ellos sin ningún tipo de problema. Si estaban huyendo, me posicionaría en algún cerca de donde me encontrara al saberlo, y me prepararía para comenzar a provocar bajas en el ejército enemigo, retrasándolo todo lo posible.
Mientras lo hacía, pude ver a la pretora Balarad en dirección a la ciudad, o eso supuse por cómo había visto el mapa. Cambié mi dirección hacía su comitiva, podría servir como cazadora de francotiradores enemigos tan bien como cazadora de oficiales. Siempre, claro estaba, que no me mandara a otro lugar la líder de aquella facción, o sus guardias. Estos últimos seguro que la custodiaban celosamente y era posible que me costara algo llegar hasta la misma.
La verdad es que esta situación me plantaba ciertas dudas, ¿Por qué la líder abandonaba el ejército durante una batalla? ¿La habían ganado ya y ahora tocaba la ciudad? ¿Estaban huyendo hacía la fortificación? Demasiadas cosas sin respuesta, eso me estresaba mucho. Necesitaría resolver estas dudas con alguien de la comitiva cuanto antes. Me daba igual pillar a un soldado normal o uno de caballería, estaba bastante segura de poder seguir el ritmo de cualquiera de ellos sin ningún tipo de problema. Si estaban huyendo, me posicionaría en algún cerca de donde me encontrara al saberlo, y me prepararía para comenzar a provocar bajas en el ejército enemigo, retrasándolo todo lo posible.
- Balt:
- Seguir al este, ver la nube y la pretora. Seguir a la líder y hacerme muchas preguntas, que le haría a cualquiera cercano.
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El ceño de Venom se frunció cuando notó a sus bestias casi caer al suelo debido a la enorme vibración que se había formado en el suelo. Varios cientos de metros quedaron abultados, como si un monstruo mítico hubiese pasado bajo ellos de alguna forma. El marine entonces chasqueó la lengua y después de unos momentos decidió continuar a lo suyo. Se relamió despacio y después de unos momentos les ordenó a sus chicos que aumentaran el ritmo de la mejor forma posible. Soltó un enorme bostezo y entonces pensó en qué sería aquella cosa que había pasado por allí. Debía de ser un monstruo increíble o un misil terrestre considerable ante todo. Muchas posibilidades había en aquella situación.
- Pronto estaremos en la batalla y podremos luchar de verdad. Aunque primero trataré de ver cómo están las cosas y sus diferentes bandos… – Susurró de forma siniestra ante todo.
Venom pensaba ir con el que más le conviniera y quedase bien de cara al público, pues su objetivo como marine era la justicia absoluta. En caso de no haber inocentes, usaba su propia forma de ver las cosas. Apretó el puño debido a la emoción y aquellos perros rugieron con ganas mientras el luchador continuaba avanzando. Pronto podrían estar con los demás y luchar como era debido. Su papel activando la central había funcionado y ahora debía pensar con claridad lo que hacer. Una carcajada siniestra salió de sus labios entonces.
- En una guerra dicen que descubres tu verdadero ser y forma de actuar. Espero saber cómo son los míos entonces, deseo sentir la sensación… – Dijo en voz alta para que la chica le escuchase mientras continuaba confiando en sus demonios. Aquellos perros les llevarían a la batalla y por fin podría combatir de una buena vez por todas.
- Pronto estaremos en la batalla y podremos luchar de verdad. Aunque primero trataré de ver cómo están las cosas y sus diferentes bandos… – Susurró de forma siniestra ante todo.
Venom pensaba ir con el que más le conviniera y quedase bien de cara al público, pues su objetivo como marine era la justicia absoluta. En caso de no haber inocentes, usaba su propia forma de ver las cosas. Apretó el puño debido a la emoción y aquellos perros rugieron con ganas mientras el luchador continuaba avanzando. Pronto podrían estar con los demás y luchar como era debido. Su papel activando la central había funcionado y ahora debía pensar con claridad lo que hacer. Una carcajada siniestra salió de sus labios entonces.
- En una guerra dicen que descubres tu verdadero ser y forma de actuar. Espero saber cómo son los míos entonces, deseo sentir la sensación… – Dijo en voz alta para que la chica le escuchase mientras continuaba confiando en sus demonios. Aquellos perros les llevarían a la batalla y por fin podría combatir de una buena vez por todas.
- Zal K16:
- Corriendo en los perros hacia la batalla.
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Tras unos cuantos cortes más, aquellas cosas empezaron a caer como moscas frente a los ataques del asesino del sombrero, el cual mantenía una sonrisa siniestra en todo momento. No tardó mucho en notar cierto dolor en su hombro y eso debía ser debido al corte anterior. No parecía tan leve como pensó anteriormente y por ese motivo sonrió. El moreno prefería tomarse las cosas con humor antes de pensar mal de las situaciones de la vida. El chico entonces sacó sus agujas con una de las manos y mostró una expresión sádica. Las lanzó buscando el rostro de uno de aquellos tipos y después de aquello volvió a empuñar con tranquilidad su arma.
- Me temo que esto de matar así de frente no me gusta mucho. He decidido que hacerlo por la espalda y sin dejar pruebas de nada es más divertido, pero ¿Qué le vamos a hacer? Todo sea por el dinero…
Dijo el asesino mientras mostraba una sonrisa amable en todo momento. Se notó algo más de molestia en el hombro y lo mejoría retirarse un poco de allí. Se movió rápidamente hacia el Sur, buscando un poco de tranquilidad. No abandonar la batalla, pero una zona donde hubiese menos enemigos que en todo el bochorno. Se miró un poco el corte con la mano libre y al ver algo de sangre la lamió despacio. Una carcajada tranquila salió de su boca y a continuación se estiró con calma y tranquilidad.
- Esto empieza a ser demasiado aburrido. Pero no pienso dejar atrás un trabajo si el dinero es lo suficiente jugoso y creo que en esta ocasión, lo es…
Dijo en un tono algo tétrico mientras se lanzaba de nuevo a la batalla, lanzando cortes violentos hacia el resto de enemigos que poco a poco iban surgiendo de la nada y sin miedo alguno por lo que veía.
- Me temo que esto de matar así de frente no me gusta mucho. He decidido que hacerlo por la espalda y sin dejar pruebas de nada es más divertido, pero ¿Qué le vamos a hacer? Todo sea por el dinero…
Dijo el asesino mientras mostraba una sonrisa amable en todo momento. Se notó algo más de molestia en el hombro y lo mejoría retirarse un poco de allí. Se movió rápidamente hacia el Sur, buscando un poco de tranquilidad. No abandonar la batalla, pero una zona donde hubiese menos enemigos que en todo el bochorno. Se miró un poco el corte con la mano libre y al ver algo de sangre la lamió despacio. Una carcajada tranquila salió de su boca y a continuación se estiró con calma y tranquilidad.
- Esto empieza a ser demasiado aburrido. Pero no pienso dejar atrás un trabajo si el dinero es lo suficiente jugoso y creo que en esta ocasión, lo es…
Dijo en un tono algo tétrico mientras se lanzaba de nuevo a la batalla, lanzando cortes violentos hacia el resto de enemigos que poco a poco iban surgiendo de la nada y sin miedo alguno por lo que veía.
- Sarka:
- Cortes varios, alejarse un poco al sur (solo unos 30 metros o así) mirarse la herida y volver a la batalla, pero a una zona con menos enemigos.
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La chica estaba impresionada, no por la araña que había sido destrozada, más bien por las preguntas del tío aguilucho que estaba diciéndoles no sé qué de dejar pasar o no. Las preguntas fueron sencillas, al menos las dos últimas, pues solo debía decir su color e imitar al moreno. Sin embargo, la primera iba a tener que mentir para no desvelar su apellido frente a la otra persona. Soltó un pequeño suspiro y entonces se relamió despacio un poco y cuando escuchó las respuestas del chico, decidió contestar ella también, pues se suponía que él ya había terminado. Dio un paso hacia delante y después habló en un tono calmado.
- Mi nombre es Galia Shirou, mi color favorito es el blanco y además de eso mi respuesta es la misma que la de Elliot sobre el tema del tocino veloz. – Dijo con una sonrisa LADEADA en todo momento.
Una vez hizo aquello caminaría pegada al moreno por sí las moscas. Si él se frenaba ella también lo haría, para de esa forma no caerse sola. Era un plan un poco raro, pero si él había acertado a lo mejor le servía la cosa a los dos. Entonces se dio cuenta de que Ryuken había desaparecido sin dejar rastro alguno. Ese chico la tenía un poco frita en la mayoría de las cosas de las misiones, nah, era broma, ella lo apreciaba. Se le hacía raro que hubiese salido corriendo sin ella, pero igualmente le daba lo mismo. Soltó un suspiro y continuó mirando a aquel tío de forma calmada mientras avanzaba, pues tenía cierta curiosidad sobre sus atuendos. Tranquilamente soltó un enorme bostezo debido a que le entró un poco de sueño, pero nada grave. Después de todo, el día estaba siendo demasiado agitado después de la guerra.
- Mi nombre es Galia Shirou, mi color favorito es el blanco y además de eso mi respuesta es la misma que la de Elliot sobre el tema del tocino veloz. – Dijo con una sonrisa LADEADA en todo momento.
Una vez hizo aquello caminaría pegada al moreno por sí las moscas. Si él se frenaba ella también lo haría, para de esa forma no caerse sola. Era un plan un poco raro, pero si él había acertado a lo mejor le servía la cosa a los dos. Entonces se dio cuenta de que Ryuken había desaparecido sin dejar rastro alguno. Ese chico la tenía un poco frita en la mayoría de las cosas de las misiones, nah, era broma, ella lo apreciaba. Se le hacía raro que hubiese salido corriendo sin ella, pero igualmente le daba lo mismo. Soltó un suspiro y continuó mirando a aquel tío de forma calmada mientras avanzaba, pues tenía cierta curiosidad sobre sus atuendos. Tranquilamente soltó un enorme bostezo debido a que le entró un poco de sueño, pero nada grave. Después de todo, el día estaba siendo demasiado agitado después de la guerra.
- Galia:
- Contestar e ir tras Ichizake.
Ban Midou IV
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Los ataques de Ban habían funcionado bastante mejor de lo que esperaba y algunas de sus armas estaban llenas de sangre. No le importó mucho y al escuchar el majestuoso sonido del puro moviéndose lo volvió a observar. Notó cierta molestia en el tobillo y entonces se dio cuenta de que tenía una especie de corte, pues sangraba un poco por el pie. Chasqueó la lengua al darse cuenta de que debió haber usado la forma de logia, un pequeño error por su parte. Cerró los ojos despacio mientras volaba junto al señor del puro y observaba aquella nube, de la cual no estaba muy cerca debido a su experiencia en el combate.
- Bueno, la cosa se está desarrollando un poco interesante. Me temo que he cortado a algunos de los nuestros, pero la culpa ha sido de ellos por estar presentes.
Ban empezaba a ver las cosas de otra forma, pues no le había molestado el cargárselos. Suspiró despacio y después de unos momentos continuó detrás de la nube con los brazos cruzados. Se ajustó las gafas de Sol un poco y después observó el panorama. La cosa estaba siendo considerable, pero los planes de Meneror serían otros tal vez. El chico esperaba su reacción cuanto antes, pues echaba de menos una buena pelea. Se ajustó bien la camisa blanca y tras unos momentos tronó los huesos de su cuello. Se notaba que estaba en forma y tras la sucia derrota contra el peliblanco quería un combate digno.
- ¿Sabes cuál es la diferencia entre tu gas y mi lava? Que uno es negro y lo otro naranja. – Un chiste precioso. La verdad es que cuando se aburría, el chico soltaba chistes malos buscando entretenerse él solo. No sabía cómo se iba a tomar aquello el jefe, pero sabiendo su humor se puso en forma intangible por si las moscas.
- Bueno, la cosa se está desarrollando un poco interesante. Me temo que he cortado a algunos de los nuestros, pero la culpa ha sido de ellos por estar presentes.
Ban empezaba a ver las cosas de otra forma, pues no le había molestado el cargárselos. Suspiró despacio y después de unos momentos continuó detrás de la nube con los brazos cruzados. Se ajustó las gafas de Sol un poco y después observó el panorama. La cosa estaba siendo considerable, pero los planes de Meneror serían otros tal vez. El chico esperaba su reacción cuanto antes, pues echaba de menos una buena pelea. Se ajustó bien la camisa blanca y tras unos momentos tronó los huesos de su cuello. Se notaba que estaba en forma y tras la sucia derrota contra el peliblanco quería un combate digno.
- ¿Sabes cuál es la diferencia entre tu gas y mi lava? Que uno es negro y lo otro naranja. – Un chiste precioso. La verdad es que cuando se aburría, el chico soltaba chistes malos buscando entretenerse él solo. No sabía cómo se iba a tomar aquello el jefe, pero sabiendo su humor se puso en forma intangible por si las moscas.
- Sarka:
- Ir con Meneror, contar un chiste malo.
Normas del Capítulo:
- Se podrá postear cuantas veces se desee, dejando tres mensajes entre envío y envío. Sin embargo, sólo se tendrá en cuenta el último de estos.
- Cada post debe ir acompañado de un Spoiler titulado como la facción a la que pertenecéis. En él debéis resumir el transcurso de vuestras acciones (incluyendo posts anteriores). Si un post no tiene resumen, no será tenido en cuenta a la hora de moderar.
- Se moderará cada 48-72 horas. Sin embargo, no se moderarán posts más allá de las 48.
- Se obtiene lo merecido según el riesgo y la calidad de las acciones.
- No se tendrá en cuenta la longitud de los posts a la hora de determinar la experiencia.
- Cada post debe tener un mínimo de 300 palabras.
- Si un post tiene más de quince faltas de ortografía por párrafo, no se tendrá en cuenta.
- A pesar de que ya no exista, el barco de Sons of Anarchy podría ser destruido de nuevo.
- Existe la ley del plot, pero no funciona si no sigues la personalidad de tu personaje. No va a haber avisos.
- La ley del plot no es a prueba de idiotas.
- Tres saltos consecutivos de turno implican la retirada del capítulo o la muerte del personaje, según si la situación era de riesgo o no.
- Mucha gente ha pedido despertar Haki del Rey. Sólo uno lo despertará. Trabajáoslo.
- El metarrol se paga con hierro.
- En general, si os portáis bien, se os recompensa. Si no... Bueno, no queréis saberlo. En serio, no queréis.
- En futuras moderaciones podrían añadirse normas según se vea necesidad.
- El mapa de la Isla será el siguiente:
- Mapa de la Isla:
- El espacio que se puede recorrer por moderación es el de un "Cuadradito". Si utilizáis Power Ups activamente podéis ir más deprisa, pero podríais cansaros.
- Mapa en malla:
- Balt está en blanco, Meln en Negro, Zilda en azul, Zal en verde y Sarka en rojo. En el centro de la Isla está la ciudad Imperial (el gran cuadrado blanco), y en amarillo las 35 centrales de Abastecimiento. Cada central tiene al lado un círculo que determina su pertenencia.
- Si nos hemos olvidado de algo, avisad por favor.
- Poned, por favor, vuestras coordenadas de destino en los Spoilers (no es obligatorio).
- Las acciones cerradas sólo cuando se os indique que podéis realizarlas, por favor.
- Cada Maná corresponde al gasto de una unidad energética, que todos compartís. El signo de girar implica que gastáis todo vuestro asalto en utilizar esa habilidad.
- Niveles y habilidades logradas durante este descanso podéis utilizarlas (no así los objetos).
Moderaciones Generales:
- General Sarka y Zal:
- La batalla continúa, y ambos pretores intercambian insultos mientras llueven los golpes. Uno contra el otro, se van haciendo notorios el cansancio y las heridas. Pocas, en realidad, pero van haciendo mella en ambos. De repente, el Pretor de Zal ruge con furia mientras el arma de su rival intenta atravesarlo.
-¡Eres una rata, Grum!- grita Ruk con furia en su mirada mientras con la armadura ósea detiene el embate del líder de Sarka. Con un simple movimiento del codo logra apartar la espada sierra de Grum, y trata de abalanzarse contra él, pero lo detiene una red que sale disparada de la armadura. No sirve para mucho, pues tarda muy poco en liberarse, pero la proverbial fuerza del pretor es por un momento detenida. Sólo por un momento.
-Has traicionado todo aquello por lo que luchamos, Ruk- dice Grum, con calma-. Has traicionado a tu honor de guerrero al obsesionarte con el poder. Antes tus armas eran un hacha y tu furia, una armadura para protegerte y yo en tu espalda. Pero esto se ha acabado. Has sido mi último error, Majestad. ¡FRANCIS!
Se escucha el sonido de una cuerda ser cortada. El viento al ser atravesado. Una sombra cubre el campo de batalla, y para cuando queréis daros cuenta una onda de choque derriba a todos los que os encontráis alrededor de la explosión (J, K, L - 13, 14, 15). Momentáneamente su luz os ciega, y cuando el ensordecedor pitido para, las tropas de Zal han sido casi diezmadas, quedando en su lugar un enorme cráter.
-No has podido…- dice, con la voz temblorosa de ira, el Pretor-. Estaba siendo gentil contigo, Grum, pero me la has vuelto a jugar. ¡Por última vez! ¡Desgarradores, atacad!
Se escucha el rudo de pisadas. No son dos, ni cuatro, ni cien. Son muchas más, y de la retaguardia comienzan a surgir, entre la nube de humo que deja al moverse, una horda de seres que muchos no querrían ver nunca. Son como extraños rinocerontes de color entre verde y pardo, cubiertos de placas óseas de un tono marrón corteza y envueltos en una especie de musgo. Tienen dos cuernos, los ojos rojos y zarpas de dragón. Rugen como un dragón. Acongojan como un dragón. El asalto de Zal empieza a llegar.
- General Meln y Balt:
- La refriega se intensifica, y los gritos de dolor se escuchan por toda la batalla allí donde la nube negra de Meln toca suelo. El ruido dura apenas unos segundos, antes de que cualquiera que la respira caiga irremediablemente muerto. Sólo ha comenzado a posarse y las cosas ya se ponen negras.
Mientras tanto, las palabras de Misa, que no calaron en un principio, parece que son tomadas de ejemplo, y cuando los Capitanes de Balt ven los estragos que la miasma causa en ellos gritan con coordinación perfecta retirada. Suenan los cuernos y los tambores mientras las tropas de Balt se repliegan y Meln toma posiciones.
Mientras tanto, Ballarad y Yoai siguen trayectos paralelos, seguidas ambas de una larga comitiva a la cola. Cada vez que se acercan demasiado intercambian una lluvia de flechas que deja bajas en ambos bandos. De repente, en un punto cercano a las murallas (Q9), descienden de sus monturas y se preparan para la siguiente batalla. Una batalla de la que sólo una saldrá con vida.
- General Zilda:
- Suena el ruido de reactores. Líneas blancas surcan el firmamento azul raudamente, dejando caer sobre diversas posiciones a lo largo de toda la isla diversas balizas (P16, J12, R8). De cada una de ellas surge una miríada de pequeños androides del tamaño de una caja de zapatos, aparentemente inofensivos con patitas, que comienzan a disparar contra todo enemigo que entra en su contacto visual. Con tres o cuatro disparos, cada enemigo va siendo neutralizado, muerto o consumido en cenizas. Además, cuando todos los pequeñines salen, la baliza se levanta y comienza a caminar, teniendo el mismo aspecto que sus réplicas diminutas, pero de unos diez metros de altura.
- Spoiler:
-Está… Todo controlado, agente Alfa. Ahí llegan sus refuerzos- la voz de Beros suena completamente monocorde de nuevo, mientras los robots empiezan a combatir con la horda, aunque parecen tener serios problemas para contener a ese número de guerreros. El comunicador se corta.
-¿Cuánto tardará en llegar, señor?
-Muy pronto estará allí, aunque ya no sé cuál es su probabilidad de éxito. Pueden ser demasiados.
Moderaciones Particulares:
- T13. Milena:
- Cuando retiras la hoja del cadáver escuchas un ruido. Al intentar caminar, un zarpazo intenta golpearte, a pesar de que lo esquivas. Cuando te das la vuelta ves una serie de animalejos. Son como osos, pero se mantienen de pie y tienen pico en lugar de boca. Se te están acercando peligrosamente…
- F12 Zero:
- Jurarías que el gusano te mira con mala cara. Airado, casi con odio. Abre la boca como si fuera a decirte algo y distingues una fila de afilados colmillos recorriendo toda su ‘’boca’’. Sin embargo, parece cambiar de idea al notar tu mano y tus intenciones y se recoloca para que le acaricies mejor.
-No me provoques, humano. Ya te demostraré aquello de lo que soy capaz cuando llegue el momento. Hasta entonces… hmmm. – Añade ronroneando de nuevo. Lo cierto es que es adorablemente amenazador, casi como tú.
- T9. Zane y Spanner:
Tú, Zane, consigues que pierda la concentración el suficiente tiempo como para que se vuelva visible, pero no parece que eso le haga demasiada gracia. La espada se le ha caído, pero sonríe como hambriento.
-Ahora empieza lo divertido.- el tipo:
Se abalanza sobre ti, intentando placarte.
Spanner, ruidos tras la puerta.
- Q9. Gusi:
- -Es una forma de verlo- responde con enfado mientras espolea a Cupcake.
Tras un rato, y un intercambio no muy amistoso de disparos, Yoai decide bajarse del animal, al mismo tiempo que la otra mujer de un carruaje blanco.
-Ballarad… Creíste que podías terminar conmigo, pero mi legítimo reinado volverá, y ni tú ni nadie podrá impedírmelo.
-Puedes hacer creer a los simples de mente que eres una buena niña, Yoai, pero los sagrados fuegos de los Dioses quieren verte arder, a ti y a todos tus herejes. Hoy no quedará más de ti que el daño que le has hecho a nuestro bello pueblo.
-¡Tú me apoyaste, Ballarad! ¡Y me traicionaste cuando viste la oportunidad, zorra! No hablas en nombre de tus dioses, sólo de tu infinita ambición.
-No voy a soportar esas acusaciones por tu parte, Yoai. Es hora del Exterminatus.
Ballarad saca una espada de color blanco azulado, como si estuviera hecha de diamantes, y comienza a avanzar lentamente. De tu boca surge un enorme gusano que parece tan grande que no sabes cómo entró… Otra vez Yoai. Ese beso… Tú tienes más suerte que los soldados, que son atravesados por decenas de bichos de esos en su escape, y empiezan a dirigirse hacia el enemigo.
-Consumí la Kisei kisei no mi, lo sabes perfectamente. Si uno solo de mis parásitos logra atravesar tu bella y fina piel, eres mía.
¿Qué vas a hacer? Estás en medio de una batalla de lobas.
- T9. Haruka, Ichizake, Galia y Ryuken:
- Ichizake comienza a avanzar, y Galia tras él. Sin embargo, a ella el anciano la detiene.
-Antes de el puente cruzar, tres preguntas has de contestar, o al abismo irás a parar- te dice-. ¿Cuál es tu nombre? ¿Cuál es la distancia entre la tierra y el sol? ¿Pesa más un kilo de plomo o un mes de paja?
Ryuken, ahí llegas tú, para ver cómo Galia debe contestar.
Ichizake, cuando llegas al otro lado, te encuentras con un pasillo ornamentado con serpientes y dragones, símbolos de soles y una enorme techumbre abovedada decorada con calaveras aparentemente naturales, aunque ligadas a la argamasa. No parece tener final, aunque hay un mínimo punto de luz en tu horizonte que te lleva a verlo. Y entonces, pisas algo. Es una placa de presión, pero no sucede nada. ¿Vas a levantar el pie?
- R9. Jack y Heaten:
- Bueno, mientras decidís qué hacer, parece que la cornamenta de Rudolph empieza a crecer, y le surgen ojos encima de esa preciosa nariz roja. Y en otro orden de cosas menos épicas, el suelo tiembla a vuestros pies y la tierra se quiebra. Tenéis que decidir rápido, pero el suelo restalla.
- X7. Jimmy el Surfista:
- Te adentras en la cueva. Escuchas pasos a tu espalda, y un tipo dice “puedo olerlo”, aunque estás más concentrado ahora mismo en escapar que otra cosa.
Sigues hacia el interior, y ahora te enfrentas a un cruce: ¿Izquierda o Derecha? Piensa con sabiduría, y recuerda seguir tu olfato. Un lado huele a oso, y el otro a lobo. ¿Qué harás?
- L13. Yarmin, Maki y Teravan:
- Maki, independientemente de que Teravan intente hacerte entrar en razón, ya que Yarmin decide dejarte hacer, la criatura dentro del tanque abre los ojos de par en par, los cuales, son rojos y saltones. Te mira fijamente durante unos segundos, antes de abrir la boca y chillar, antes de pegar varios golpes al cristal con sus extraños brazos, rompiendo el cilindro como si nada y cayendo frente a vosotros, os mira algo confuso, mientras se incorpora, se echa hacia atrás y parece dispuesto a abalanzarse contra vosotros, por cierto, creéis escuchar algo rompiéndose en salas continuas, pero no visteis otras puertas abiertas, el resto de criaturas de esa habitación aún no se han despertado. Yarmin, tal vez sea bueno comprobar si tu nuevo juguete tiene balas dentro. Por cierto, el charco que ha dejado el bicho al salir va aumentando, empapando el suelo y volviéndolo resbaladizo. Pero, eh. El bicho parece necesitar solo cariño… ¿Tal vez un abrazo?...
- P13. Raghersir:
- Entras en el agujero y te puedes dar cuenta al poco de que este te lleva hacia abajo, tal vez fuera una entrada que guiase a un refugio tiempo atrás. Siguiéndolo, notas como este va cambiando de dirección, guiándote hacia el interior de la ciudad. Según avanzas, el camino se ensancha y cubre de capas de telaraña, cada vez más tupidas, hasta el punto que no puedes ver nada si no las cortas. Llegado a cierto punto, el camino se detiene frente a lo que parece una puerta de acero, cerrada. También te das cuenta de que las telarañas han desaparecido, sin embargo, puedes ver aún algo de color blanquecino enganchado por las paredes y tirado en el suelo… oh, y escuchas un siseo.
- K12. Tsang Yue:
- Uno de los escombros de la explosión cae a escaso medio metro de tu posición, levantando una buena povarera y dificultándote la visión, tal vez debas replantearte que consideras “menos peligroso”, para la próxima vez. Notas también el suelo temblando bajo tus pies. Aunque bueno, consigues escapar de esa, por los pelos pero lo logras. ¿Hacia dónde seguirás ahora?
- R12. Kedra:
- Llegas a donde se encuentran reunidos Dexter y las personas que han decidido apoyarle, cosa que notas bastante antes gracias a tu Haki, ¿o era por su olor? Como fuera, te los encuentras formando un círculo. Hay otras personas que se están uniendo a este en ese momento, igual que tú, aunque no hacen una entrada como la tuya. Por razones que desconoces, tu amigo se para en seco, y ya que no puedes predecir sus acciones, a no ser que te hubieras agarrado con tal fuerza que el robot se hubiera destruido, sales disparado hacia el círculo que ellos crean. Por cierto, el robot se ha quedado sentado, como si fuera a quedarse esperando.
- K13. Liv:
- Otro temblor, algo más débil, hace retumbar la tierra bajo tus pies, pero el suelo parece permanecer intacto, de momento. Por cierto, has conseguido que aquella persona te obedeciese y ahora no tienes ningún acompañante molesto, aunque ir sola en una guerra no es divertido. Tal vez tus dioses te hayan dado ese regalo para que te unas a la batalla que se está formando.
- X20. Enra:
- El calamar te mira y asiente con la cabeza. –Me alegra que hayas elegido bien… Respecto a que deberías hacer… Eso es algo que tienes que elegir tú. Yo no sé nada del mundo de tierra. Respecto a que soy… Creo que es algo obvio, soy un calamar. ¿Acaso no habías visto uno antes? – Te dice. Parece que no te va a dar ninguna pista, así que te tocará improvisar. Tal vez puedas unirte al Yonkou en su lucha.
- R12. Gatitos:
- Más personas comienzan a incorporarse, como el chucho que ha llegado “volando” a vuestro círculo, y el subcapitán de Bue Rose. Habéis debatido y parece que tenéis una idea sobre qué vais a hacer, pero aún faltan detalles que pulir. Aunque la nube que antes veíais no parece querer daros tiempo. Tal vez debáis movilizaros y seguir hablando después.
- T12. Elya:
- Empiezas a emprender tu camino, saliendo de la playa y entrando en el bosque, pero tienes que detenerte a punto de llegar a tu destino. Puedes ver una gran nube negra moverse por el cielo, en dirección a R12, y la devastación de la flora frente a ti. El hedor que emiten las plantas muertas es desagradable. Supongo que te tocará dar un rodeo o intentar buscar de otra forma para encontrarte con las personas a las que ibas a unirte.
- K14. Corina y Venom:
- Venom avanza con sus perros, llegando hasta la muralla, la cual parece haber sufrido unos daños curiosos. También se ve la batalla que está teniendo lugar entre Zal y Sarka, mientras escombros caen a ambos lados del muro. Corina, no estás obligada a seguirle, pero si lo haces veras lo mismo que él. Ahora os toca elegir entre entrar en la ciudad, uniros a la batalla o lo que prefiráis.
- K13 Corvo:
- Tiras la granada, pero no alcanzas a ver sus efectos. La onda de choque te tumba y te deja ciego por unos instantes. Al abrir los ojos ves ante ti un enorme cráter. Desde luego Zal lo ha pasado mal, pero no parece que vayan a dejarlo estar. Los extraños rinocerontes irrumpen en la batalla mientras te acercas a las serpientes. Una de ellas te mira fijamente, quizás preguntándose cómo de peligroso eres.
- T11 Ushio:
- Sales volando directo a las coordenadas que dio Dexter. Te encuentras a medio camino cuando un borrón oscuro cae sobre ti. Impactáis y ves como se abalanza sobre ti intentando hincarte el… ¿Pico? En el cuello. Wow, parece hambriento. Debes tener mala cara.
- R16 Adam:
- La central se activa tras esa última palabra, pero la horda de Zal continúa su avance implacable mientras tus hombres tratan, sin éxito, de frenarlos. Entonces cae, cercana a tu posición, una enorme baliza llena de pequeños drones, y no pasa mucho hasta que se levanta también y comienza a disparar.
-Está… Todo controlado, agente Alfa. Ahí llegan sus refuerzos- dice Beros en tono monocorde, mientras los robots empiezan a combatir con la horda. Sin embargo parecen tener serios problemas para contener a ese número de guerreros.
- Q.9 DANIO, JOSEPH Y KODAMA:
- DANIO:
- Los soldados de Balt acaban cediendo y se retiran en masa. Tú sin embargo tomas una dirección algo distinta y te diriges un poco más al sur.
- JOSEPH:
- Parece ser que estaban en las últimas, pues apenas golpean tus armas los cuatro cuerpos caen inertes al suelo. Puede que sea peligroso quedarse mucho más por ahí, teniendo en cuenta la niebla negra que hay más allá, así que decides ponerte en movimiento hacia la muralla de la ciudad.
- KODAMA:
- A mitad de tu vuelo una unidad aerea suelta una carga que, aunque no parece que vaya a por ti directamente, da la mala casualidad que golpea tu burbuja y la hace explotar. A apenas un par de metros del suelo consigues crear otra y no matarte. Para la próxima a lo mejor vas más pegadito al suelo.
Si entabláis algún tipo de conversación -porque a lo mejor preferís seguir cada uno por vuestro lado-, al poco rato veis que, al este de vuestra posición (en el mismo Q.9) hay dos personas dispuestas a luchar. Si fijáis bien la vista veis claramente que una de ellas es vuestra pretora, aquella por la que lucháis hoy, mientras que la otra... ¿Podría ser la pretora? ¿Por qué otra razón iba a mancharse Ballorad las manos? Podría no ser la mejor idea, pero a lo mejor podría necesitar vuestra ayuda.
Así pues, ¿qué decidís hacer? La pretora a un lado, la ciudad a otro. Es vuestra decisión.
- O.7Xemnas y Amane:
- En menudos fregáos os metéis, hijos míos. Acaban por hacerte caso, Misa, aunque puede que la niebla negra que hay más adelante de la cual muchos acaban de ser informados haya sido una de las principales razones de que se hayan movido.
Mientras tanto Xemnas acaba con todos los que puede a base de espadonazo limpio. A lo tonto se hace al ejercito él solo. Aunque hay algo que os escama: parece que no se toman la lucha del todo en serio, como si solo intentaran tomar tiempo. Pasa algo raro y acabáis dandoos cuenta de que un grupo de unas siete personas se dirigen hacia el sur, hacia lo que parece ser una de las centrales de energía. ¿Tendrán pensado activarla? Eso podría llegar a ser un problema.
Puede que sea únicamente cosa vuestra, y lo mejor sea quedarse y seguir luchando. Aunque a lo mejor queréis proteger la central por is las moscas. O cualquier otra cosa. ¿Qué hacéis?
- N.9 GERA:
- Qué cosas más raras se encuentra uno en la guerra, ¿eh? Bueno, tras tu hallazgo no tardas mucho en alcanzar la muralla de la ciudad. En un principio piensas maneras extravagantes de atravesarla, pero te sientes un poco decepcionada al ver una puerta de metal, ya abierta, nada más llegar. La idea de hacerse pasar por un mercader con acento bieloruso con problemas graves de hemorroides había sido bastante buena.
Al caso. Acabas entrando y, al poco, llegas a otro puente -qué manía esta gente con los puentes- que da a parar al principio de la ciudad. No parece ser gran cosa, pero ahí está. Quizá si te adentras mejore. Y bueno, ahora que estás por ahí, ¿qué tienes pensado hacer? Tenías un objetivo, a lo mejor te interesaría centrarte en él.
- M.10 Al, Taiga, Alice, Kaito y los Crimson Wolves:
- Tobias:
- En un momento dado rozas la mano de Kimura -cosa de la que él probablemente ni se diera cuenta- y se te eriza todo el cuerpo, dándote a entender que eso te ha gustado más de lo que quisieras admitir. Después de eso te vas dando cuenta de que esa extraña sensación se te está pasando (muy poco a poco), aunque creo que pasarás los próximos meses soñando con Kimura.
Miráis a vuestro alrededor, ya que todo parece haber cambiado drásticamente. Veis la muralla de la ciudad de la isla muchísimo más cerca de lo que debería estar. Es más, os fijáis en que esta os rodea: estáis dentro de la ciudad. A unos metros de vosotros parece que empieza parte de la ciudad, con unas decenas de casas ordenadas por bloques y de no más de dos pisos. Algunas parecen haber sufrido daños, posiblemente debido a la guerra.
-¿¡DÓNDE COÑO ESTÁN!? ¡SÉ QUE HAN ACTIVADO UNA!
No estáis a mucho más de unos cien, doscientos metros como mucho, del lugar de donde se escucha esa voz. No parece ser muy amigable, así que a lo mejor no sería la mejor idea ir directos hacia ella. O qué coño, podéis ir de boca a ver qué pasa. Vayáis a hacer lo que vayáis a hacer, no tardéis mucho en decidirlo: por la esquina de la calle que hay justo en frente vuestra, a unos cincuenta metros, aparecen un par de drones blancos equipados con lo que parecen ser rifles. No sé si tardarán mucho en veros; aunque a lo mejor tenéis suerte y no lo hacen. Peeeeero bueno. ¿Alguna idea?
- O.8 ALEXANDRA Y EICHI:
- Nada más entrar veis a un par de siluetas delante del panel de control; la sala, a su vez, es bastante más amplia de lo que debería ser una habitación en la que solo hay un ordenador y dos puertas, a lo mejor llega a los nueve por doce metros y unos cuatro o cinco de alto.
-Por fin podremos activar el dispositivo que nos dio el pretor personalmente. Me gustaría ver la cara de estúpidos que ponen esos gusanos de Balt cuando lo activemos, ¿eh?
El otro no respondió. Ambos van vestidos con lo que parecen túnicas negras; ambos parecen humanos, el primero, el que parece elocuente y con ganas de hablar, tiene el cabello rubio y recogido en una larga cola de caballo mientras que el otro, con el semblante totalmente serio, tiene el cabello más corto y de un color rojo sangre.
-Creo que tenemos compañía.- dice al fin el pelirrojo, logrando que el rubiales se gire.
-Lo siento, pero esta central nos pertecene; será mejor que os deis media vuelta y os marchéis... Si queréis conservar la vida.
Mientras dice esto el pelirrojo se gira y se queda mirándoos, casi como si que estuvierais o no allí no influyera en absoluto. Si os quedáis eso va a convertirse en un dos para dos con total seguridad. También podríais iros, pero eso sería regalarle a otro bando un arma poderosa, como acabáis de escuchar. Bueno, sea lo que sea será divertido, seguramente. ¿Qué hacéis?- Spoiler:
- N.7 AI NANASAKI:
- Recibes el mensaje de Krauser, y sus órdenes son bien claras. Dentro de ti se mezcla la culpa con el remordimiento, pero a la vez un hilo de frustración se abre paso. A lo lejos ves una nube negra que no augura nada bueno y el ambiente en general parece haber cambiado; presientes que algo va a pasar y no te gusta nada.
Al final te centras en la llamada que acabas de recibir: puedes hacer lo que te ha mandado y volver o quedarte y luchar. ¿Qué vas a decidir?
- J12. Ban Midou:
- Una sombra rectangular se cierne sobre ti. Y un sonido de aire silbando. Lo has visto a unos cien metros, una caja con láseres que se mueve. Pero primero cae. Y tiene pinta de doler.
- X7. Vinnie el buenazo:
Y eso, te han dejado atrás los desolladores. ¿Vas con ellos o te largas?
- Q7. Kai:
- Llegas sin incidentes. Bueno, la nube negra que tienes en la boca debería ser suficiente. Además, pues bueno... Estás en un puto lío, pavo. ¿Cómo vas a sacarlo si lleva armadura de Kairoseki? En otro orden de cosas, todo se está muriendo a tu alrededor, y parece que hay una pandilla de robots matando. Y un robot gigante matando mucho más. Bueno, eso. Diviértete.
- Q9. Alwyn:
- Estás a cierta distancia, pero desde tu posición puedes ver lo que sucede. Todos se han detenido, tanto Balt como Meln, y ambas pretoras bajan de sus monturas. Tras un instante, se acercan momentáneamente para comenzar el duelo. Es el momento perfecto para plantearte disparar en vez de usar los pies, aunque no tienes un buen punto de apoyo y... No sé, sabe dios.
- J13. Rezvan y Kotaro:
- Rezvan, consigues deshacerte de la bestia gracias a tus nuevas armas. Sin embargo, de repente parece que todo a vuestro alrededor se desmorona. La batalla redobla su ferocidad y una parte de la muralla ha caído. Oís un silbido y delante de vosotros algo estalla. Caéis al suelo por la onda expansiva. Cachos de piedra y escombros vuelan hasta vuestra cara. Oís más silbidos a vuestro alrededor.
- M4. Kasai y Nostariel:
- -Todos los dignos murieron en la batalla, amigos. La cordura de Albert, que por tiempos lo hizo el ser más noble de esta tierra, yace ya perdida en unos recuerdos cada vez más difusos- Parece un niño grande, aunque en su mirada vacía parecen poder verse las muertes que ha dado-. Yo no merezco reinar, sólo soy... No sé qué soy, la verdad.
Cuando tratas de sanar a Albert, una voz resuena en tu cabeza, Kasai: "Si sanas a Albert, el juglar morirá".
Mientras tanto Nostariel parece que está un poco mareada, lleva mucho rato quieta.
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El luchador iba sobre aquella bestia a una velocidad considerable. Los perros avanzaban hacia la batalla a toda velocidad y era el momento de empezar a disfrutar. De primer trataría de ayudar a los miembros de Zal, para de ese modo cumplir con su bando. Sus azulados ojos se abrieron un poco más de la cuenta y entonces se relamió despacio. Sus intenciones no eran nada agradables, pues se notaba deseoso de empezar el choque contra sus enemigos. Apretó los puños a lomos de su mascota. Le acarició despacio la cabeza buscando motivar al demonio y después miró despacio a la chica que iba junto a él. La cosa iba a estar demasiado interesante y no iba a dejar que nadie le quitase la diversión.
De la nada surgió una terrible explosión que tiró al sargento al suelo, haciéndole cerrar los ojos con fuerza y apretar los puños. Venom pensó por unos momentos que le había lanzado una bomba desde la espalda o algo por el estilo. Sus ojos se cerraron y los oídos le pitaban de forma intensa. El dolor que sentía en las piernas era considerable debido a la caída, pero lejos de ser muscular, era superficial. La velocidad a la que iba bastó para que se raspara. Sus seres habían desaparecido en una explosión de humo por el fuerte golpe. Lentamente, el pelirrojo fue colocándose en pie con el ceño fruncido. Pudo ver los cadáveres de las bestias de su equipo al fondo de un cráter enorme. A continuación escupió a un lado y acto seguido alzó la ceja derecha.
- Me cago en el gato asustadizo y en toda su estirpe… – Dijo en un tono serio al mismo tiempo que observaba lo que pasaba. – ¡A luchar! – Gritó a la chica marine para que se fuese preparando.
El luchador entonces contempló a aquellos monstruos rinocerontes acorazados. Dejó que pasasen por su lado para después de un rápido y ágil salto colocarse a lomos de uno. Con la mano izquierda se agarró a la coraza, mientras que con la otra lo hacía a la cabeza. Planeaba ir sobre aquel monstruo a cargar contra el ejército enemigo. Mostró una sonrisa siniestra y después de unos momentos empezó a reír mientras mostraba sus colmillos afilados y su lengua. No desentonaba tanto luchando junto a aquellos seres sacados de leyendas oscuras. Era un monstruo junto a ellos.
De la nada surgió una terrible explosión que tiró al sargento al suelo, haciéndole cerrar los ojos con fuerza y apretar los puños. Venom pensó por unos momentos que le había lanzado una bomba desde la espalda o algo por el estilo. Sus ojos se cerraron y los oídos le pitaban de forma intensa. El dolor que sentía en las piernas era considerable debido a la caída, pero lejos de ser muscular, era superficial. La velocidad a la que iba bastó para que se raspara. Sus seres habían desaparecido en una explosión de humo por el fuerte golpe. Lentamente, el pelirrojo fue colocándose en pie con el ceño fruncido. Pudo ver los cadáveres de las bestias de su equipo al fondo de un cráter enorme. A continuación escupió a un lado y acto seguido alzó la ceja derecha.
- Me cago en el gato asustadizo y en toda su estirpe… – Dijo en un tono serio al mismo tiempo que observaba lo que pasaba. – ¡A luchar! – Gritó a la chica marine para que se fuese preparando.
El luchador entonces contempló a aquellos monstruos rinocerontes acorazados. Dejó que pasasen por su lado para después de un rápido y ágil salto colocarse a lomos de uno. Con la mano izquierda se agarró a la coraza, mientras que con la otra lo hacía a la cabeza. Planeaba ir sobre aquel monstruo a cargar contra el ejército enemigo. Mostró una sonrisa siniestra y después de unos momentos empezó a reír mientras mostraba sus colmillos afilados y su lengua. No desentonaba tanto luchando junto a aquellos seres sacados de leyendas oscuras. Era un monstruo junto a ellos.
- Zal:
- Recibir la onda, montarme en el lomo de uno de los rinocerontes dragón y ser su jinete durante el asalto contra tropas de Sarka !A la carga!
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Los pasos de la pelirroja continuaban llevándola al Sur, alejándose de todo aquello de una buena vez. Su objetivo era abandonar la isla cuanto antes y por ello se había quitado aquella pulsera de Meln, tirándola al suelo y haciéndola pedazos. La joven caminaba con los ojos entrecerrados y algo humedecidos, buscando alguna forma de salir de aquel sitio. Volvía a ser lo que era siempre, una luchadora solitaria en la que nadie solía pensar debido a que no existía. Era como un fantasma del gobierno mundial. Soltó un enorme suspiro y continuó tranquilamente avanzando por aquel sitio. Se llevó la mano derecha a sus cabellos acariciándose un poco estos, y entonces fue cuando sintió sus pelos algo sucios. Quizás por la sangre que había caído sobre ellos.
De repente se apartó del camino por acto reflejo al ver una especie de zarpa dirigirse hacia ella de la nada. La pelirroja pudo ver una serie de animalejos rodearla, los cuales parecían osos, pero como si tuviesen el pico de un pájaro enorme. La científica entonces mostró una sonrisa un poco triste. Tal vez debía dejar que la matasen allí mismo. Aunque la idea no era nada mala, debía hacer algunas cosas antes. Con un movimiento rápido alzó su nueva espada “Eros” apuntándoles. El nombre se lo puso debido al Dios del amor, en el cual había dejado de creer para siempre. La chica entonces mostró una expresión un poco seria y se colocó en posición de combate. Cerró los ojos unos momentos, sintiendo la necesidad de estar calmada en la batalla. Ella era buena concentrándose y por ello estaba haciéndolo.
- Gravi… De rodillas… – Susurró en un tono bastante arrogante.
La pelirroja aumentó la gravedad en la zona a unos 4g y a veinte metros a la redonda. De esa forma no podría escaparse mucho de ella. Entonces empezó a moverse a una velocidad considerable, lanzando tajos con su nueva arma únicamente al cuello, tratando de terminar con sus vidas rápidamente. Los matase o no, se quedaría en guardia por si las moscas, con los ojos entrecerrados y con la zona de gravedad activada. Pretendía hacerlos tan pesados que no pudiesen moverse o simplemente aplastarlos con su propio peso.
De repente se apartó del camino por acto reflejo al ver una especie de zarpa dirigirse hacia ella de la nada. La pelirroja pudo ver una serie de animalejos rodearla, los cuales parecían osos, pero como si tuviesen el pico de un pájaro enorme. La científica entonces mostró una sonrisa un poco triste. Tal vez debía dejar que la matasen allí mismo. Aunque la idea no era nada mala, debía hacer algunas cosas antes. Con un movimiento rápido alzó su nueva espada “Eros” apuntándoles. El nombre se lo puso debido al Dios del amor, en el cual había dejado de creer para siempre. La chica entonces mostró una expresión un poco seria y se colocó en posición de combate. Cerró los ojos unos momentos, sintiendo la necesidad de estar calmada en la batalla. Ella era buena concentrándose y por ello estaba haciéndolo.
- Gravi… De rodillas… – Susurró en un tono bastante arrogante.
La pelirroja aumentó la gravedad en la zona a unos 4g y a veinte metros a la redonda. De esa forma no podría escaparse mucho de ella. Entonces empezó a moverse a una velocidad considerable, lanzando tajos con su nueva arma únicamente al cuello, tratando de terminar con sus vidas rápidamente. Los matase o no, se quedaría en guardia por si las moscas, con los ojos entrecerrados y con la zona de gravedad activada. Pretendía hacerlos tan pesados que no pudiesen moverse o simplemente aplastarlos con su propio peso.
- Ex Meln:
- Romper el aparato de Meln, aumentar la gravedad a 4g cuando salen los enemigos, tratar de cortarles el cuello a todos aprovechando el poder de la gravi y una velocidad pasiva de x6
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La chica no pudo pasar debido a que aquel hombre le impedía el paso. Se quedó mirándolo un poco confusa y entonces se dio cuenta de que a ella le esperaban otras preguntas distintas. Esperaba que no fuesen muy complicadas. Además, no pudo evitar ver a su compañero llegar. Al menos esperaba que ambos pudieran salir de allí bien. Se mantuvo callada para escuchar al hombre. Además, estaba sospechando una cosa. Ichizake pasó diciendo la tercera pregunta de forma rara y ella pensaba que iba a fallar. Estaba claro lo que pasaba allí. “Tres preguntas has de contestar o al abismo caerás” En ningún momento dijo que tuviesen que dar respuestas verdaderas. La chica sonrió de forma dulce y se dispuso a escuchar.
Su rostro se enrojeció de forma exagerada cuando escuchó la última pregunta de todas. Tragó saliva y después tembló un poco. No pudo evitar mirar a su compañero un poco nerviosa y después negar con la cabeza varias veces. No sabía qué diablos decir. Era cierto que ella no sabía de aquellas cosas pervertidas, pero había escuchados a los demás hablar sobre ellas. No era tonta y sabía bien el proceso de la masturbación y demás. Tragó saliva sin atreverse a responder con Ryuken delante. Bien podría haberse perdido un rato más, pero tuvo que llegar demasiado rápido. La joven entonces cerró los ojos y después de unos momentos se quedó mirando al tipo de forma seria.
- Me llamo Galia Shirou. La distancia entre la tierra y el Sol es de muchos kilómetros y la respuesta a la tercera pregunta es el mes de pajas… – Dijo cerrando los ojos con fuerza y notando su cara ponerse roja como un tomate. Agachó la cabeza para que nadie pudiese mirarla a los ojos y después de unos momentos se quedó callada. Si había acertado avanzaría a toda velocidad, si no esperaría a su compañero.
Su rostro se enrojeció de forma exagerada cuando escuchó la última pregunta de todas. Tragó saliva y después tembló un poco. No pudo evitar mirar a su compañero un poco nerviosa y después negar con la cabeza varias veces. No sabía qué diablos decir. Era cierto que ella no sabía de aquellas cosas pervertidas, pero había escuchados a los demás hablar sobre ellas. No era tonta y sabía bien el proceso de la masturbación y demás. Tragó saliva sin atreverse a responder con Ryuken delante. Bien podría haberse perdido un rato más, pero tuvo que llegar demasiado rápido. La joven entonces cerró los ojos y después de unos momentos se quedó mirando al tipo de forma seria.
- Me llamo Galia Shirou. La distancia entre la tierra y el Sol es de muchos kilómetros y la respuesta a la tercera pregunta es el mes de pajas… – Dijo cerrando los ojos con fuerza y notando su cara ponerse roja como un tomate. Agachó la cabeza para que nadie pudiese mirarla a los ojos y después de unos momentos se quedó callada. Si había acertado avanzaría a toda velocidad, si no esperaría a su compañero.
- Meln:
- Responder.
Ryuken Shirou
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Bueno, al menos alcanzó a llegar. Ryuken llegó hasta la zona del puente y observó que el pelinegro consiguió cruzar. ¿Tan sencillas eran las preguntas? Eran tres, y debían responderlas para poder cruzar. Aunque... el joven de cabellos plateados entrecerró sus ojos y se cruzó de brazos. Algo no estaba bien en todo eso, ¿pero que era? Responder o sino caerían al vació... Por supuesto. Los ojos del revolucionario se abrieron de par en par, al tiempo que sentía como un foco se prendía en su mente. El hombre nunca dijo que debían responder correctamente, tan solo debían contestar para poder pasar. Independiente de lo que dijeran, de todas formas podrían proseguir con su camino. Era algo tan sencillo, y a la vez difícil. A veces lo más complicado siempre era lo más obvio. Las personas solían pensar más de la cuenta, por lo que no veían el verdadero motivo hasta que era muy tarde. Una sonrisa apareció en su rostro, al tiempo que esperaba las preguntas para Galia.
Ryuken ladeó su cabeza a un lado al notar como su compañera enrojecía al escuchar la última pregunta. ¿De qué se había perdido? Era solo decir su nombre, la distancia que separaba la tierra del sol y que era más pesado: un kilo de plomo o un mes de... paja. El rebelde llevó una mano a su rostro y giró su cabeza a un lado, al tiempo que un notorio sonrojo aparecía en sus mejillas. ¿Enserio era eso? ¿O simplemente era su mente la que le estaba jugando una mala pasada? Daba para mal pensar eso, incluso pensaba que el hombre lo había hecho a posta. ¿Por qué mierda no pudo demorarse un poco más? Lo que daría por desaparecer de allí y no volver hasta que pasara todo.
– Siempre terminamos así; es como si el destino nos tuviera como sus juguetes personales – pensó el joven.
Primero fue el comentario de Dranser acerca de las bragas, luego lo sucedido en Saint Reia, solo unos pocos días después ocurrió ese beso, ¿Y ahora esto? No, alguien le tenía manía a esos dos jóvenes. Demasiadas situaciones vergonzosas y cómicas en muy poco tiempo. Ryuken suspiró pesadamente y esperó que dejaran pasar a Galia y le preguntasen a el ahora, al tiempo que intentaba calmar su sonrojo antes de cruzar el puente.
Ryuken ladeó su cabeza a un lado al notar como su compañera enrojecía al escuchar la última pregunta. ¿De qué se había perdido? Era solo decir su nombre, la distancia que separaba la tierra del sol y que era más pesado: un kilo de plomo o un mes de... paja. El rebelde llevó una mano a su rostro y giró su cabeza a un lado, al tiempo que un notorio sonrojo aparecía en sus mejillas. ¿Enserio era eso? ¿O simplemente era su mente la que le estaba jugando una mala pasada? Daba para mal pensar eso, incluso pensaba que el hombre lo había hecho a posta. ¿Por qué mierda no pudo demorarse un poco más? Lo que daría por desaparecer de allí y no volver hasta que pasara todo.
– Siempre terminamos así; es como si el destino nos tuviera como sus juguetes personales – pensó el joven.
Primero fue el comentario de Dranser acerca de las bragas, luego lo sucedido en Saint Reia, solo unos pocos días después ocurrió ese beso, ¿Y ahora esto? No, alguien le tenía manía a esos dos jóvenes. Demasiadas situaciones vergonzosas y cómicas en muy poco tiempo. Ryuken suspiró pesadamente y esperó que dejaran pasar a Galia y le preguntasen a el ahora, al tiempo que intentaba calmar su sonrojo antes de cruzar el puente.
- Meln T9:
- Esperar lo que diga el hombre, al tiempo que se sonroja debido al doble significado de la pregunta y recuerda situaciones similares.
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El asesino continuaba avanzando con el ojo entrecerrado, tratando de ver todo lo posible. Su oído pudo escuchar perfectamente las palabras que sonaban a su espalda. No tardó mucho en fruncir el ceño al mismo tiempo que parecía molesto. Esos pesados estaban liando la de Dios por un simple hombre. Tal vez temían el castigo que les esperaba si no lo cogían, pero si había matado al jodido viejo debían tenerle miedo. Era raro que no fuese así, pero él pensaba continuar alejándose de aquel sitio. Avanzó lo más rápido que pudo sin hacer nada de ruido. Se notaba que estaba muy mosqueado. Nada más llegar a una especie de cruzo pudo percibir algunos aromas que no le gustaron nada. El segundo lo reconoció al momento, mientras que el primer no sabría bien decir que era. Tal vez era su oportunidad para evadirlos de una jodida vez en aquella enorme cueva.
- Malditos idiotas… – Susurró en un tono apenas imperceptible para después usar su visión térmica para ver en la posible oscuridad.
Su haki de observación le advertiría de la presencia de posibles enemigos. Jin finalmente se metió de lleno en la zona que olía al olor que no pudo reconocer (oso) pues sabía bien que los lobos atacaban en manada. Además, su forma completa era una especie de lobo, por lo que tal vez podía dar por culo de esa forma al hombre que escuchó hablar. Con algo de suerte podría eliminar a la bestia que hubiese en aquel sitio, pues la cueva olía a eso desde el principio. Dudaba que algunos seres de distintas especies convivieran, pero él no iba a fiarse de nadie. Sin pensárselo aceleró el ritmo un poco. Tal vez podía usar el soru de nuevo en cuanto pudiese, aunque fuese unos cien metro o algo por el estilo. Cerró el puño y después entrecerró su ojo.
- Esto empieza a ser complicado… – Mencionó esta vez para sí mismo en su mente.
- Malditos idiotas… – Susurró en un tono apenas imperceptible para después usar su visión térmica para ver en la posible oscuridad.
Su haki de observación le advertiría de la presencia de posibles enemigos. Jin finalmente se metió de lleno en la zona que olía al olor que no pudo reconocer (oso) pues sabía bien que los lobos atacaban en manada. Además, su forma completa era una especie de lobo, por lo que tal vez podía dar por culo de esa forma al hombre que escuchó hablar. Con algo de suerte podría eliminar a la bestia que hubiese en aquel sitio, pues la cueva olía a eso desde el principio. Dudaba que algunos seres de distintas especies convivieran, pero él no iba a fiarse de nadie. Sin pensárselo aceleró el ritmo un poco. Tal vez podía usar el soru de nuevo en cuanto pudiese, aunque fuese unos cien metro o algo por el estilo. Cerró el puño y después entrecerró su ojo.
- Esto empieza a ser complicado… – Mencionó esta vez para sí mismo en su mente.
- Ex Meln X7:
- Ir por el camino del oso esperando distraerlos por su teoria y estando atento a todo con vision termica y haki.
Osuka Sumisu
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Al fin llegaron a otro borde de la muralla, Krauser cogió al rubio y a la chica pez , bajándoles de la muralla, al poco tiempo volvió a subir y ayudo al demonio plateado a bajar de nuevo. Quedaba claro que Osu necesitaba alguna manera para poder desplazarse por el aire, pero una akuma que se trataba justo de estar siempre el usuario pegado al suelo, no ayudaba. Ya abajo, trago saliva al ver que Ai había llamado al Oficial a pesar de haber desobedecido a un superior. Osu no creía que Ai tuviera intenciones ocultas contra la división, que aunque fue marine en el pasado igual que Krauser, él se decantó por el hecho de que era aún una adolecente en la edad del pavo. El peli naranja lo sabía bien porque paso esa fase cuando tenía la edad del demonio blanco, en ese momento se decía que era una solo “fase” aunque lo negaran en su momento. Solo esperaba que con el tiempo, madurara su manera de ser, para el bien del equipo y para el suyo propio.
- ¿A Dexter? Si, lo conozco de por una tarea en El Ojo.- Respondió a la pregunta de su amigo rubio. Parecía emocionado y nervioso, a él mismo estuvo asi en el pasado. No todos los días se puede conocer a un Yonkou y menos saber que están en el mismo bando.- Digamos que en cuestión de altura soy un enano comparado con él. También, que no es una persona muy… monocromática.- No pudo aguantar y se le escapo una risa.- Cuando lo veas ya lo entenderás, pero no te preocupes que no muerde, creo.
Había un buen montón de personas reunidas. Seguramente de las otras facciones de aquella guerra sin cuartel, esta batalla era tan absurda que no le extrañaba que gente dejase la lealtat de lado. Entre toda la multitud estaba el younkou, que parecía el líder de esa manada de personas y con la llegada de Krauser la fuerza del grupo había aumentado significativamente. Iban a ser un grupo difícil de derribar. Un escalofrío le recorrió por la espalda en cuanto vio como había una especie de pompón rosa con patas correteando por allí. Si esa cosa estaba allí, cerca andaría Bleyd, el loco que lo acojono vivo a base de moto-tanque y misiles muy doloroso. Simplemente evito entrar en contacto visual con él, solo esperaba que la coleta que ahora llevaba y la indumentaria diferente a la del torneo Hexadromo sirviera para que no le viera. Por ahora solo se quedaría pegado a Krau para saber la siguiente orden.
- ¿A Dexter? Si, lo conozco de por una tarea en El Ojo.- Respondió a la pregunta de su amigo rubio. Parecía emocionado y nervioso, a él mismo estuvo asi en el pasado. No todos los días se puede conocer a un Yonkou y menos saber que están en el mismo bando.- Digamos que en cuestión de altura soy un enano comparado con él. También, que no es una persona muy… monocromática.- No pudo aguantar y se le escapo una risa.- Cuando lo veas ya lo entenderás, pero no te preocupes que no muerde, creo.
Había un buen montón de personas reunidas. Seguramente de las otras facciones de aquella guerra sin cuartel, esta batalla era tan absurda que no le extrañaba que gente dejase la lealtat de lado. Entre toda la multitud estaba el younkou, que parecía el líder de esa manada de personas y con la llegada de Krauser la fuerza del grupo había aumentado significativamente. Iban a ser un grupo difícil de derribar. Un escalofrío le recorrió por la espalda en cuanto vio como había una especie de pompón rosa con patas correteando por allí. Si esa cosa estaba allí, cerca andaría Bleyd, el loco que lo acojono vivo a base de moto-tanque y misiles muy doloroso. Simplemente evito entrar en contacto visual con él, solo esperaba que la coleta que ahora llevaba y la indumentaria diferente a la del torneo Hexadromo sirviera para que no le viera. Por ahora solo se quedaría pegado a Krau para saber la siguiente orden.
- Quimera, o gatitos, o yo que se ya:
- Responder a Ed
Evitar contacto visual con Bleyd(?)
Estar cerca de Krau
El plan del pelirrojo para hacer salir al sujeto que había estado jugando con él y Spanner había surgido efecto. Sin embargo, aún continuaba consciente; y eso no entraba en sus planes. Aquel hombre, por fin, dejó ver su rostro. Era un sujeto que superaba la treintena, con el pelo alborotado y una barba poco cuidada. Sus ojos azules se clavaron en los del pirata con malicia y esbozó una sonrisa, para después soltar un comentario que hizo ponerse en guardia al pelirrojo, al tiempo que batía sus alas en la azotea de aquel lugar.
El hombre no tardó ni una milésima de segundo en atacar a Zane, que estaba esperándole en guardia baja, pues se encontraba a un par de metros sobre el suelo de la sala. El barbudo corrió y se precipitó hacia el pirata sin pensarlo, impulsándose sobre su pierna derecha para atraparlo en el aire...
“¿Por mi derecha? No, por mi izquierda” –pensó Zane, cuyo mantra continuaba activado y supo predecir, más o menos, como le atacaría aquel individuo.
Casi por instinto, el pelirrojo elevó la temperatura hasta rodearse de un aura amarillenta, casi anaranjada, y elevar la temperatura de toda la estancia. Tras ello, agitó sus alas y se echó hacia atrás esquivando al hombre y trazó un doble corte en cruz con todas sus fuerzas creando una doble onda cortante para enviar a su oponente a la planta baja, donde Spanner podría darle el golpe de gracia.
Inmediatamente después, el pelirrojo volvió a sentir la llamada de la katana que yacía sobre el suelo, inerte como el objeto que era, pero emitiendo una extraña fuerza que le seguía atrayendo, tanto como si fuera una pelirroja de curvas peligrosas. No dudó en acercarse a ella y cogerla, sintiendo como la espada se calmaba en su mano. Y la puso en su cinto junto a sus otras tres katanas.
Tras eso, el pirata con una sonrisa en el rostro, descendió por el hueco que había hecho hasta llegar a la planta baja, siempre atento a todo lo que pudiera suceder.
El hombre no tardó ni una milésima de segundo en atacar a Zane, que estaba esperándole en guardia baja, pues se encontraba a un par de metros sobre el suelo de la sala. El barbudo corrió y se precipitó hacia el pirata sin pensarlo, impulsándose sobre su pierna derecha para atraparlo en el aire...
“¿Por mi derecha? No, por mi izquierda” –pensó Zane, cuyo mantra continuaba activado y supo predecir, más o menos, como le atacaría aquel individuo.
Casi por instinto, el pelirrojo elevó la temperatura hasta rodearse de un aura amarillenta, casi anaranjada, y elevar la temperatura de toda la estancia. Tras ello, agitó sus alas y se echó hacia atrás esquivando al hombre y trazó un doble corte en cruz con todas sus fuerzas creando una doble onda cortante para enviar a su oponente a la planta baja, donde Spanner podría darle el golpe de gracia.
Inmediatamente después, el pelirrojo volvió a sentir la llamada de la katana que yacía sobre el suelo, inerte como el objeto que era, pero emitiendo una extraña fuerza que le seguía atrayendo, tanto como si fuera una pelirroja de curvas peligrosas. No dudó en acercarse a ella y cogerla, sintiendo como la espada se calmaba en su mano. Y la puso en su cinto junto a sus otras tres katanas.
Tras eso, el pirata con una sonrisa en el rostro, descendió por el hueco que había hecho hasta llegar a la planta baja, siempre atento a todo lo que pudiera suceder.
- Menl:
- -Con su mantra aún activado, prever lo que va a hacer el hombre.
-Usar técnica aura ígnea con el aura amarilla (entre 200ºC y 500ºC) en la sala.
-Uso una onda cortante contra el hombre, enviándolo a la planta baja.
-Cojo la katana y la guardo en mi cinto
Teravan Zallen
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Realmente no se había podido imaginar lo que ante él había aparecido. Cuando descendió por aquel lóbrego pasadizo, esperaba encontrar una especie de refugio destartalado e inhóspito. Sin embargo, el aspecto de ese lugar era demasiado... complejo. Alta tecnología, cápsulas con humanoides híbridos... Parecía más propio de un libro que de la propia realidad. La impresión le había impedido articular cualquier tipo de palabra o movimiento, mas pudo observar cómo Yarmin llevaba a cabo la acción que él querría haber evitado.
- No toques, ¿por qué tocas? No toques las cosas de tocar. - La frase más repetida de uno de sus instructores. Hizo un esfuerzo para no decirla en voz alta, pues habría sido del todo inadecuado... o eso pensaba. En cuanto la criatura abrió sus carmesíes ojos de par en par no pudo evitar sentir un escalofrío, lamentando no haber sido lo suficiente ágil como para evitar aquella absurda decisión.
- Eso no ha sido una buena idea, señor Prince. - Susurró con una frustración poco disimulada. Sacó un par de cuchillos, dejando su katana guardada. El cuerpo a cuerpo no era deseable con ese fluido por el suelo. Tendría que haber entrenado el movimiento por terreno difícil. Tal vez la compañía de Augustus fuera a resultar útil, al fin y al cabo. El enorme cuerpo del gyojin sería una cobertura perfecta, y su fuerza podría evitar el enfrentamiento directo para los dos caballeros.
Se fijó en la nueva herramienta de Yarmin, era hermosa y de una calidad evidente. En manos de un diestro tirador podría hacer estragos en cualquiera que fuese su objetivo. La preocupación parecía ser llegar a ser un lastre. El agente tendría que dar todo de sí para no decepcionar a su nuevo compañero. Aunque tal vez la verdadera incógnita tendría que ser por qué eso importaba. De todas formas, esperaría a que alguien atacase para realizar su lanzamiento con el poder de su fruta, pues si atacaba primero, podría llamar la atención del enemigo.
- No toques, ¿por qué tocas? No toques las cosas de tocar. - La frase más repetida de uno de sus instructores. Hizo un esfuerzo para no decirla en voz alta, pues habría sido del todo inadecuado... o eso pensaba. En cuanto la criatura abrió sus carmesíes ojos de par en par no pudo evitar sentir un escalofrío, lamentando no haber sido lo suficiente ágil como para evitar aquella absurda decisión.
- Eso no ha sido una buena idea, señor Prince. - Susurró con una frustración poco disimulada. Sacó un par de cuchillos, dejando su katana guardada. El cuerpo a cuerpo no era deseable con ese fluido por el suelo. Tendría que haber entrenado el movimiento por terreno difícil. Tal vez la compañía de Augustus fuera a resultar útil, al fin y al cabo. El enorme cuerpo del gyojin sería una cobertura perfecta, y su fuerza podría evitar el enfrentamiento directo para los dos caballeros.
Se fijó en la nueva herramienta de Yarmin, era hermosa y de una calidad evidente. En manos de un diestro tirador podría hacer estragos en cualquiera que fuese su objetivo. La preocupación parecía ser llegar a ser un lastre. El agente tendría que dar todo de sí para no decepcionar a su nuevo compañero. Aunque tal vez la verdadera incógnita tendría que ser por qué eso importaba. De todas formas, esperaría a que alguien atacase para realizar su lanzamiento con el poder de su fruta, pues si atacaba primero, podría llamar la atención del enemigo.
- Zal:
Observar la estancia y el curso de los acontecimientos.
Prepararse para, en cuanto alguien ataque, lanzar dos cuchillos con el poder de su akuma, apuntando a los ojos de la criatura.
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