Yarmin Prince
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Conseguí alejarme, pero eso sólo agravó el problema. Por si no fuera poco con tener que aguantar al pez estúpido, que al final resultó el mayor peligro del día, ahora se me viene encima algo peor. No podía creerlo, pero definitivamente el cerebro de mosquito se llevaba mal con Arribor, y eso terminó siendo terrible. El pirata corrió detrás de mí hasta que finalmente me alcanzó, y cómo no, me detuve. ¿Qué iba a hacer si no? Sería estúpido. Anda mira, un sombrero de ala ancha. Al final hasta va a ser cierto lo del juego. Aunque sería estúpido pensar en esto como un juego, ¿No? Al fin y al cabo, que mi mente fuera llevada por una conciencia superior sólo haría esto premeditado y aburrido... Pero mejor no pensar en ello. Al menos démosle conversación a nuestro nuevo amigo.
-¿Tú tampoco aguantas al pez?- pregunté, intentando hacerme el valiente. Espero que eso no lo incite a nada. Al fin y al cabo, con este hombre "valiente" es más bien hablarle de forma normal. Es decir, ¿Qué otra forma de hablar valientemente a un hombre que podría romperte la cabeza con un octavo de su mirada?-. Me tiene harto ya. Lo último ha sido perseguir una libélula. Bueno, y lo del tabaco.
Esta vez me mostraba bastante serio, pero el estrés empezaba a vencerme. Mi rostro se oscurecía al pensar en que Arribor era la mejor opción en ese momento. Más fuerte que Maki, más listo... Probablemente, y olía mejor, aunque ni tanto. Pero que el pirata fuese la mejor elección sí era muy preocupante. En fin, qué se le iba a hacer. Ya me lo camelaré.
-¿Qué crees que habrá en esa iglesia?- le pregunté, algo más calmado, tras un silencio raro. Y quien dice raro, suma incómodo-. Tal vez aún tengan alguna joya o dinero de los cepillos.
-¿Tú tampoco aguantas al pez?- pregunté, intentando hacerme el valiente. Espero que eso no lo incite a nada. Al fin y al cabo, con este hombre "valiente" es más bien hablarle de forma normal. Es decir, ¿Qué otra forma de hablar valientemente a un hombre que podría romperte la cabeza con un octavo de su mirada?-. Me tiene harto ya. Lo último ha sido perseguir una libélula. Bueno, y lo del tabaco.
Esta vez me mostraba bastante serio, pero el estrés empezaba a vencerme. Mi rostro se oscurecía al pensar en que Arribor era la mejor opción en ese momento. Más fuerte que Maki, más listo... Probablemente, y olía mejor, aunque ni tanto. Pero que el pirata fuese la mejor elección sí era muy preocupante. En fin, qué se le iba a hacer. Ya me lo camelaré.
-¿Qué crees que habrá en esa iglesia?- le pregunté, algo más calmado, tras un silencio raro. Y quien dice raro, suma incómodo-. Tal vez aún tengan alguna joya o dinero de los cepillos.
- Resumen Zal:
- Intentar camelarme a Rainbow.
Gareth Silverwing
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Un nombre... un nombre... ¿Qué nombre podría ponerle a este bicho? Pensé mientras montaba el lomo de esta bestia al lado de los vehículos de Sarka. A los lados había escombros y cuerpos por todas partes, producto de la batalla o seguramente de la muralla que acababa de ser derribada. Me recordaba un poco a las historias de las batallas épicas de marines legendarios como Lion D Karl... con una gran dosis de destrucción... hasta que trató de volar el Gorosei. Karl parecía un buen nombre, como Kai lo idolatraba seguramente evite que se coma a mi bicho. Pero no puedo ser tan directo, tengo que poner un nombre parecido. Karl... Kral... Ksral... Skarl. ¡Skarl!
- Decidido. Te llamaré Skarl. Te va a encantar la brigada, serás otro miembro más que se coma a Jack y a su mono.- Fui conversando con aquella bestia, aunque dudaba que me entendiese.
De pronto una llamada entrante del den den mushi me sorprendió. Me llevé la mano al bolsillo y lo saqué. Era Al, nos estaba llamando a todos para que nos reuniésemos en el centro de la isla. No me gustaba hacerle caso, pero era una orden y las ordenes de un superior hay que acatarlas.
- Bueno Skarl. Es hora de tu primera misión como miembro de la brigada. ¿Estás listo para lo que sea? - Una especie de gruñido salió de su boca a modo de contestación - Por supuesto que lo estás.
- ¿No crees que te estás encariñando mucho con esa cosa? - Preguntó Zinogre en mi cabeza.
- Por lo menos y, a diferencia del resto, él me hace caso... creo. - Dije mientras miraba como masticaba el cuerpo de un soldado de Zal que había recogido en el suelo.
Me aparté un poco de la marcha de los vehículos, a esa velocidad tardarían un poco en llegar. Di la orden a Skarl para que corriese, esperando que cargase al frente, si mi sentido de la orientación no fallaba y seguía lo que parecían ser las vías principales podría llegar al centro para encontrarme con la brigada.
- Decidido. Te llamaré Skarl. Te va a encantar la brigada, serás otro miembro más que se coma a Jack y a su mono.- Fui conversando con aquella bestia, aunque dudaba que me entendiese.
De pronto una llamada entrante del den den mushi me sorprendió. Me llevé la mano al bolsillo y lo saqué. Era Al, nos estaba llamando a todos para que nos reuniésemos en el centro de la isla. No me gustaba hacerle caso, pero era una orden y las ordenes de un superior hay que acatarlas.
- Bueno Skarl. Es hora de tu primera misión como miembro de la brigada. ¿Estás listo para lo que sea? - Una especie de gruñido salió de su boca a modo de contestación - Por supuesto que lo estás.
- ¿No crees que te estás encariñando mucho con esa cosa? - Preguntó Zinogre en mi cabeza.
- Por lo menos y, a diferencia del resto, él me hace caso... creo. - Dije mientras miraba como masticaba el cuerpo de un soldado de Zal que había recogido en el suelo.
Me aparté un poco de la marcha de los vehículos, a esa velocidad tardarían un poco en llegar. Di la orden a Skarl para que corriese, esperando que cargase al frente, si mi sentido de la orientación no fallaba y seguía lo que parecían ser las vías principales podría llegar al centro para encontrarme con la brigada.
- Sarka:
- Ponerle un nombre a mi bestia y adelantarme para encontrarme en el centro con el resto.
Elya Edelweiss
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Nos estábamos acercando. Podía ver la muralla a lo lejos y notar la piel de gallina. Tragué saliva según avanzábamos; había una pequeña abertura por la que cabíamos sin problemas. Ah, me zumbaban los oídos, había llegado muy lejos después de tantos rodeos. La batalla estaba cerca, podía oírla, podía verlo en el aire. Poco quedaba, pronto podría batallar como debía. No había llegado tan lejos para nada, ahora yo...
Las palabras de la chica me hicieron salir de mis ensoñaciones y fruncir el ceño. Hacía un par de minutos parecía tener ganas de marcharse o quedarse tumbada sin más, quizás algo peor. Y su mal humor no había cambiado, todavía no me explicaba como yo seguía viva. ¿Qué le habría ocurrido? Aceleré para seguirla y traspasé la muralla tras ella, lanza en ristre. Lo pensé un par de segundos, pero al final decidí que de una forma u otra tenía que saber qué era lo que la hacía comportarse así. Porque alguien tan alterado era imprevisible y yo no estaba para hacer de niñera en combate. Por lo que me dirigí a ella y con franqueza, le dije:
- Escucha, me apartaré de tu camino cuando lleguemos a la batalla. No quiero importunarte ni robarte a tus enemigos. Sin embargo, ¿Qué es lo que te ha ocurrido? ¿Has perdido a alguien en combate? - Me callé unos segundos, pensativa, hasta que me encogí de hombros y terminé mientras la miraba: - Porque sea lo que sea no debería importarte. La gente va y viene, pero tu corazón aún late. Es una lección odiosa, más dolorosa que nada. Pero tu cara me lo revela y es todavía más frustrante verte reflejada en alguien más.
Y era cierto. La rabia que despedían sus ojos y sus movimientos la había sentido en carne propia apenas unos meses atrás. Tragué saliva de nuevo y miré al frente, forzándome a abandonar esos pensamientos. Ahora era marine, tenía un deber. Seguía teniendo motivos por los que luchar, gente a la que proteger.
- No ganarán esta batalla. Partamos, raudas.
Añadiría antes de echar a correr y comenzar a matar lo que se me pusiera por delante.
Las palabras de la chica me hicieron salir de mis ensoñaciones y fruncir el ceño. Hacía un par de minutos parecía tener ganas de marcharse o quedarse tumbada sin más, quizás algo peor. Y su mal humor no había cambiado, todavía no me explicaba como yo seguía viva. ¿Qué le habría ocurrido? Aceleré para seguirla y traspasé la muralla tras ella, lanza en ristre. Lo pensé un par de segundos, pero al final decidí que de una forma u otra tenía que saber qué era lo que la hacía comportarse así. Porque alguien tan alterado era imprevisible y yo no estaba para hacer de niñera en combate. Por lo que me dirigí a ella y con franqueza, le dije:
- Escucha, me apartaré de tu camino cuando lleguemos a la batalla. No quiero importunarte ni robarte a tus enemigos. Sin embargo, ¿Qué es lo que te ha ocurrido? ¿Has perdido a alguien en combate? - Me callé unos segundos, pensativa, hasta que me encogí de hombros y terminé mientras la miraba: - Porque sea lo que sea no debería importarte. La gente va y viene, pero tu corazón aún late. Es una lección odiosa, más dolorosa que nada. Pero tu cara me lo revela y es todavía más frustrante verte reflejada en alguien más.
Y era cierto. La rabia que despedían sus ojos y sus movimientos la había sentido en carne propia apenas unos meses atrás. Tragué saliva de nuevo y miré al frente, forzándome a abandonar esos pensamientos. Ahora era marine, tenía un deber. Seguía teniendo motivos por los que luchar, gente a la que proteger.
- No ganarán esta batalla. Partamos, raudas.
Añadiría antes de echar a correr y comenzar a matar lo que se me pusiera por delante.
- Zilda?:
- Arengar a Milena y tirarme como loca a la batalla :D
Rylanor
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- De acuerdo - se limitó a decir, antes de colgar. Iba a dirigirse hacia Ballarad, cuando la IA le avisó de que tenía una llamada entrante. Era Al, ordenando a todo Kiritsu reunirse en el centro de la ciudad. Casualmente en el punto al que se iba a dirigir en primer lugar: la catedral. "Eso ahorrará trámites... aunque tal vez complique las cosas." Ahora tocaba explicarle a Al todo... ¿por qué no le habría cogido el den den mushi en su momento?
- Estoy casi allí. En un momento llegaré.
Colgó la llamada y descendió hacia Ballarad, deteniéndose a un par de metros de ella. Retiró la máscara y le dirigió una mirada seria y solemne.
- Pretora - comenzó, con respeto - Debo adelantarme para apoyar a unos compañeros marines. Desde este punto y dado que el enemigo es Beros me sumaré a vuestra causa. Espero que sepáis disculpar mi inicial rudeza, es difícil saber en quién confiar en una situación como esta.
Seguía sin confiar en ella, pero no tenía más remedio que morderse la lengua. Por ahora Ballarad era el mal menor y no tenía motivos reales para ir contra ella. Tras realizar una inclinación de cabeza, volvió a desplegar la máscara y salió volando hacia la catedral con su mantra activado. Pronto comenzó a notar presencias: Madara, alguien de gran poder junto a él, Al, Dexter... todo el mundo estaba comenzando a reunirse en la zona. Se acercó al espadachín rubio y descendió junto a él, haciendo que la armadura se retirase de toda la zona de su cabeza. Meneó la cabeza suspirando, para luego intentar darle una colleja.
- ¿Por qué diablos no coges al den den mushi, pedazo de hielo?
Acto seguido le intentó dar una palmada amistosa en el hombro, en un tono más conciliador. Al fin y al cabo seguía siendo su amigo y camarada. En condiciones normales hasta le hubiera dado un abrazo, pero no era el momento. No se le había escapado el detalle de los robots descomunales.
- No tenemos mucho tiempo para formalidades. Dexter Black está de nuestro lado; el plan es simple, detener a Beros, el pretor de Zilda. Pretende tomar el control de Encuentro con esos gigantescos robots. En fin, no es momento para charlas. Es hora de usar mi nuevo juguetito.
Se giró hacia estos y volvió a recubrir su cabeza con la armadura. De repente dos altavoces surgieron de sus hombros y el potente y grave sonido de una batería comenzó a salir de estos mientras Kai se elevaba en el aire, inyectando fuego en el motor de la armadura para potenciarla al máximo. Mientras la música comenzaba a sonar a todo volumen, alzó el brazo izquierdo activando el asistente de tiro. Apuntó a uno de los robots que no estaban peleando con nadie y preparó el arma. El brazo comenzó a transformarse adoptando la forma de un mini-cañón y el extremo de este comenzó a brillar mientras concentraba la máxima energía posible en el arma, sumando su haki a esta.
- ¡Dispara, Iron Kai!
- Estoy casi allí. En un momento llegaré.
Colgó la llamada y descendió hacia Ballarad, deteniéndose a un par de metros de ella. Retiró la máscara y le dirigió una mirada seria y solemne.
- Pretora - comenzó, con respeto - Debo adelantarme para apoyar a unos compañeros marines. Desde este punto y dado que el enemigo es Beros me sumaré a vuestra causa. Espero que sepáis disculpar mi inicial rudeza, es difícil saber en quién confiar en una situación como esta.
Seguía sin confiar en ella, pero no tenía más remedio que morderse la lengua. Por ahora Ballarad era el mal menor y no tenía motivos reales para ir contra ella. Tras realizar una inclinación de cabeza, volvió a desplegar la máscara y salió volando hacia la catedral con su mantra activado. Pronto comenzó a notar presencias: Madara, alguien de gran poder junto a él, Al, Dexter... todo el mundo estaba comenzando a reunirse en la zona. Se acercó al espadachín rubio y descendió junto a él, haciendo que la armadura se retirase de toda la zona de su cabeza. Meneó la cabeza suspirando, para luego intentar darle una colleja.
- ¿Por qué diablos no coges al den den mushi, pedazo de hielo?
Acto seguido le intentó dar una palmada amistosa en el hombro, en un tono más conciliador. Al fin y al cabo seguía siendo su amigo y camarada. En condiciones normales hasta le hubiera dado un abrazo, pero no era el momento. No se le había escapado el detalle de los robots descomunales.
- No tenemos mucho tiempo para formalidades. Dexter Black está de nuestro lado; el plan es simple, detener a Beros, el pretor de Zilda. Pretende tomar el control de Encuentro con esos gigantescos robots. En fin, no es momento para charlas. Es hora de usar mi nuevo juguetito.
Se giró hacia estos y volvió a recubrir su cabeza con la armadura. De repente dos altavoces surgieron de sus hombros y el potente y grave sonido de una batería comenzó a salir de estos mientras Kai se elevaba en el aire, inyectando fuego en el motor de la armadura para potenciarla al máximo. Mientras la música comenzaba a sonar a todo volumen, alzó el brazo izquierdo activando el asistente de tiro. Apuntó a uno de los robots que no estaban peleando con nadie y preparó el arma. El brazo comenzó a transformarse adoptando la forma de un mini-cañón y el extremo de este comenzó a brillar mientras concentraba la máxima energía posible en el arma, sumando su haki a esta.
- ¡Dispara, Iron Kai!
- Templarios de los gatitos y las armas de potencia de fuego excesiva:
- - Hablar con Ballarad.
- Collejear a Al.
- Disparar a uno de los robots con el minicañón de la armadura a máxima potencia y e imbuido en haki
- datos bélicos:
- Sistema Pum-Pum: Se han acoplado un láser en el brazo izquierdo y un minicañón en el izquierdo que dispara tiros de energía pura que estallan violentamente generando una explosión de entre tres y diez metros de radio según la intensidad transmitida. (Es de diez metros dado que empleé el disparo tocho).
Haki de armadura perfecto: primera ronda.
Aki D. Arlia
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Y, al fin, apareció. Nuestro lugar de destino. Una catedral se alzaba delante de nosotros, imponente. Dentro había poderosas presencias; algo grande estaba ocurriendo. Y por si eso y la tensión del ambiente no eran pruebas suficientes, el edificio estaba rodeado, claramente protegido. Y sus guardianes eran enormes colosos, gigantescas máquinas traídas a la vida. Sus armas y sus armaduras hablaban de leyendas que el tiempo había ocultado. Y ahora, con nuestra llegada, se les requería de nuevo para proteger... ¿Qué? ¿Un trono? No, no lo creía. Había alguien dentro además de los guerreros. Y a juzgar por nuestra tarea y su presencia, lo más probable era que se tratara de Beros. Si él hubiera llegado al trono y se hubiese sentado en él, las batallas habrían terminado. No podía ser tan fácil. A menos que le hubieran retenido. Necesitaban más información.
Aki echó a volar, acercándose cuanto podía al lugar sin chocar con los colosos. Evaluó la situación, observando a sus compañeros. No eran los primeros en llegar, reconocía a Zuko. Tan pronto posó sus ojos en el dragón, le vio atacar a la cabeza de uno de los colosos. Había una chica con él. ¿Ellos no habían partido con el Yonkou? La pelirroja entrecerró los ojos, entonces la presencia de la catedral... Pero había más gente, no podía pararse a discernir quién era quién. Si en verdad Beros estaba dentro y ella conseguía entrar, podría ayudar a ponerle en un serio aprieto.
Pronto comenzó a ver explosiones aquí y allá, tenía que actuar de alguna manera. Sus sai no servirían de gran cosa contra aquellas criaturas, a menos qué... decidida, la pelirroja cargó una Bola de Furia en su mano izquierda, mientras en la diestra sujetaba hábilmente el sai. Apuntó al mismo coloso al que había atacado Zuko; sería más efectivo si le tomaba por sorpresa y en teoría la máquina estaba fija en el dragón. Cuando terminaran con ese ya irían a por el siguiente. Al fin y al cabo, solo había ocho.
- DRAGÓN, CUIDADO. - Gritó, sin recordar que había unos cuatro a su alrededor. Lo recordó un segundo después de que las palabras salieran de su boca, pero ya era tarde. Esperaba que se apartase. Lanzó la bola, que estallaría al contacto con el coloso. Acto seguido, se lanzó en un vuelo en picado cubierta con haki, mientras agarraba su otro sai. Achinó los ojos, buscando una abertura. El lugar en el que se unieran las piezas de la armadura, fuera el codo, el cuello, mismo la cadera. Le daba igual. En cuanto lo encontrara, clavaría ahí el sai y este absorvería la electricidad que alimentaba al coloso. ¿Eran máquinas, no? Tenía que funcionar. En cuanto la recibiera se la devolvería y si salía bien... quizás le provocara un cortocircuito.
Si su plan salía mal, saltaría hacia atrás en el aire protegiéndose con ambos sai, alargándolos con su energía y alejándose del peligro unos metros. Ya estaban recubiertos de haki, más no podía hacer. Apretó los dientes, aguardando el resultado.
De reojo, se fijó en las vidrieras de la catedral. ¿Sería posible...?
Aki echó a volar, acercándose cuanto podía al lugar sin chocar con los colosos. Evaluó la situación, observando a sus compañeros. No eran los primeros en llegar, reconocía a Zuko. Tan pronto posó sus ojos en el dragón, le vio atacar a la cabeza de uno de los colosos. Había una chica con él. ¿Ellos no habían partido con el Yonkou? La pelirroja entrecerró los ojos, entonces la presencia de la catedral... Pero había más gente, no podía pararse a discernir quién era quién. Si en verdad Beros estaba dentro y ella conseguía entrar, podría ayudar a ponerle en un serio aprieto.
Pronto comenzó a ver explosiones aquí y allá, tenía que actuar de alguna manera. Sus sai no servirían de gran cosa contra aquellas criaturas, a menos qué... decidida, la pelirroja cargó una Bola de Furia en su mano izquierda, mientras en la diestra sujetaba hábilmente el sai. Apuntó al mismo coloso al que había atacado Zuko; sería más efectivo si le tomaba por sorpresa y en teoría la máquina estaba fija en el dragón. Cuando terminaran con ese ya irían a por el siguiente. Al fin y al cabo, solo había ocho.
- DRAGÓN, CUIDADO. - Gritó, sin recordar que había unos cuatro a su alrededor. Lo recordó un segundo después de que las palabras salieran de su boca, pero ya era tarde. Esperaba que se apartase. Lanzó la bola, que estallaría al contacto con el coloso. Acto seguido, se lanzó en un vuelo en picado cubierta con haki, mientras agarraba su otro sai. Achinó los ojos, buscando una abertura. El lugar en el que se unieran las piezas de la armadura, fuera el codo, el cuello, mismo la cadera. Le daba igual. En cuanto lo encontrara, clavaría ahí el sai y este absorvería la electricidad que alimentaba al coloso. ¿Eran máquinas, no? Tenía que funcionar. En cuanto la recibiera se la devolvería y si salía bien... quizás le provocara un cortocircuito.
Si su plan salía mal, saltaría hacia atrás en el aire protegiéndose con ambos sai, alargándolos con su energía y alejándose del peligro unos metros. Ya estaban recubiertos de haki, más no podía hacer. Apretó los dientes, aguardando el resultado.
De reojo, se fijó en las vidrieras de la catedral. ¿Sería posible...?
- Catedral (?):
- Llegar, lanzar una bola de furia al coloso que atacó Zuko, intentar causarle un cortocircuito y largarse cual croqueta si sale mal.
- Lo utilizado::
- Sai: Son excelentísimos conductores de electricidad, y sin embargo el mango es un aislante perfecto. Me llevó dos días perfeccionarlo. ¡Falté al striptease de John en la Papaya Caliente por terminar esto!- La voz de Barnie tenía un tono agudo y se le notaba exaltado. -Tiene el balance perfecto. Si tienes la suerte de estar en una tormenta, o de que tu oponente te lance algo eléctrico... dios le guarde, Aki. Porque esta mierda atraerá y retendrá los rayos a su alrededor y podrás utilizarlo en su contra. No pasarán del mango, para eso es el reborde. Así que no te cortes.
Bolas de furia:Tras un intenso entrenamiento, Aki es capaz de utilizar la energía que gasta al enfurecerse para emplearla posteriormente. Con esa energía es capaz de producir esferas negras del tamaño de una naranja mediana con poder explosivo equivalente a medio kg de TNT. Puede dirigirlas en el aire, a una velocidad de 20 m/s. Explotarán a los 10 segundos (A no ser que las detone antes) desde el momento en que son lanzadas.
Normas del Capítulo:
- Se podrá postear cuantas veces se desee, dejando tres mensajes entre envío y envío. Sin embargo, sólo se tendrá en cuenta el último de estos.
- Cada post debe ir acompañado de un Spoiler titulado como la facción a la que pertenecéis. En él debéis resumir el transcurso de vuestras acciones (incluyendo posts anteriores). Si un post no tiene resumen, no será tenido en cuenta a la hora de moderar.
- Se moderará cada 48-72 horas. Sin embargo, no se moderarán posts más allá de las 48.
- Se obtiene lo merecido según el riesgo y la calidad de las acciones.
- No se tendrá en cuenta la longitud de los posts a la hora de determinar la experiencia.
- Cada post debe tener un mínimo de 300 palabras.
- Si un post tiene más de quince faltas de ortografía por párrafo, no se tendrá en cuenta.
- A pesar de que ya no exista, el barco de Sons of Anarchy podría ser destruido de nuevo.
- Existe la ley del plot, pero no funciona si no sigues la personalidad de tu personaje. No va a haber avisos.
- La ley del plot no es a prueba de idiotas.
- Tres saltos consecutivos de turno implican la retirada del capítulo o la muerte del personaje, según si la situación era de riesgo o no.
- Mucha gente ha pedido despertar Haki del Rey. Sólo uno lo despertará. Trabajáoslo.
- El metarrol se paga con hierro.
- En general, si os portáis bien, se os recompensa. Si no... Bueno, no queréis saberlo. En serio, no queréis.
- En futuras moderaciones podrían añadirse normas según se vea necesidad.
- El mapa de la Isla será el siguiente:
- Mapa de la Isla:
- El espacio que se puede recorrer por moderación es el de un "Cuadradito". Si utilizáis Power Ups activamente podéis ir más deprisa, pero podríais cansaros.
- Mapa en malla:
- Balt está en blanco, Meln en Negro, Zilda en azul, Zal en verde y Sarka en rojo. En el centro de la Isla está la ciudad Imperial (el gran cuadrado blanco), y en amarillo las 35 centrales de Abastecimiento. Cada central tiene al lado un círculo que determina su pertenencia.
- Si nos hemos olvidado de algo, avisad por favor.
- Poned, por favor, vuestras coordenadas de destino en los Spoilers (no es obligatorio).
- Las acciones cerradas sólo cuando se os indique que podéis realizarlas, por favor.
- Cada Maná corresponde al gasto de una unidad energética, que todos compartís. El signo de girar implica que gastáis todo vuestro asalto en utilizar esa habilidad.
- Niveles y habilidades logradas durante este descanso podéis utilizarlas (no así los objetos).
- Moderación General:
La guerra en Encuentro se recrudece.Por el Oeste las máquinas avanzan, persiguiendo bestias que siembran el caos allá donde pisan. Sin su amo, golpean cada tronco, devoran cada víctima que encuentran, y las explosiones se multiplican. Los edificios caen por doquier, convertidos sus muros en poco más que grava y astillas. En la ciudad empiezan a escucharse gritos de terror; la poca población viva que queda huye de la contienda como alma que lleva el diablo, pero ésta termina alcanzándolos, con un resultado fatal… Para la mayoría.
En la puerta Este Balt y Meln mantienen su ajetreada batalla mientras los generales oscilan su mirada entre el campo de batalla y su rival, contemplando con curiosidad y casi con diversión el espectáculo. Es un organizado ajedrez entre gritos, y cuando un cuadrante es dominado por uno casi al instante las tropas contrarias se reagrupan para tomar otro. Es casi matemático, musical, rítmico. El choque es organizado, hasta en los más caóticos reveses, como la muerte de un soldado o algo que nadie podría controlar, como un mínimo resbalón. Sin embargo, y pese a todo, no parecen querer detenerse aunque estén, técnicamente, empatados.
En el interior de la ciudad, lejos aún por suerte del caos constante que desata Grum y del organizado descontrol de ejércitos al lado contrario, se respira una relativa paz. Desde cualquier parte de la ciudad, poco a poco invadida por los humos grises de la maquinaria, pueden verse los ocho colosos que custodian una catedral titánica. Dos de ellos comienzan a avanzar, provocando un levísimo temblor en todo el territorio, y mueven sus enormes armas contra lo que, comparado a su tamaño, son simples moscas molestas.
-¡Deteneos!- un grito inunda todo Síderos, desde las cumbres de Sarka hasta los pantanos de Meln. Es una voz femenina que resuena durante varios segundos en los oídos de todos, hermosa, pero al mismo tiempo temible.
Poco a poco una luz irisada atraviesa el Encuentro, desde el centro hasta los extremos, y a medida que alcanza a cada ser vivo éste se tranquiliza, frenándose las batallas de forma momentánea, y todos miran a vuestro alrededor al cielo, donde el sol brilla desde lo más alto.
Durante un segundo todas las centrales se apagan, pero no tardan en emanar luz al cielo de nuevo. Treinta y dos haces que oscilan entre blanco, rojo, verde, negro y azul hasta formar brillantes columnas de color violeta, casi fundiéndose con la atmósfera dándole un tono rosado, muy sutil. Los que estén cerca de un Pretor podrán ver en sus caras distintas expresiones, desde el pánico absoluto hasta la rabia más primitiva, y en medio del delicado silencio una columna de luz dorada desciende sobre un punto de la ciudad.
-¡No puede ser!- se escucha el grito infantil de Yoai. Su expresión se ve trastornada, y mientras aterriza en el suelo con dificultades comienza a correr hacia un edificio de dimensiones inimaginables.
-¡Mierda!- la voz de Ruk resuena con eco entre los edificios en ruinas, y sin pensarlo mucho se apresura a bajar de su trono y, con una pequeña escuadra de soldados, sale corriendo en dirección al centro de la isla.
-¡No oses aparecer aquí hoy!- lágrimas surcan por un momento el rostro de Balarad, que arrea a sus osos para atravesar el puente, ignorando si la última estatua ha sido neutralizada o no. La ira y, tal vez un atisbo de desesperación se pueden ver en su cara, completamente tensa.
Poco a poco la luz va tomando forma, y cuando el violeta se apaga poco tarda el dorado en dejar apenas un hilo arremolinado, por el que una figura asciende hasta que todos pueden verla desde cualquier punto de la ciudad, y va tomando forma hasta que finalmente una mujer hermosa capta la atención de cualquiera en terreno abierto.
Cabello morado y brillante, ondeando al viento mientras alas de completa blancura la sostienen en el aire. Sobre su cuerpo una armadura, más ritual que funcional termina la poca vestimenta que porta, y en sus manos una espada, que descansa con elegancia mientras el grácil ser termina de abrir los ojos, y la luz acaba por desaparecer.
-Veinte años...- su voz hace eco en cada rincón-. Veinte años protegiendo estas murallas, y un vándalo con ínfulas de grandeza las destruye- pese a que no alza el tono ni una sola vez, cada una de sus palabras penetra en los oídos de todos-. Tanto tiempo guardando estas puertas, y una niña con el corazón podrido las ha saltado- cada soldado tiembla, pero menos que cualquiera de los Pretores-. Tanto tiempo custodiando esta ciudad para que una hereje gobierne MI iglesia. ¿A qué habéis venido? Pretores con las manos manchadas de sangre, lenguas negras y corazones podridos. Ponzoña insidiosa que corrompe mi ciudad, ninguno es digno del trono de Síderos.
Comienzan a escucharse alas imposibles y mecanismos infinitamente complicados cortar el aire, y treinta y un aves metálicas comienzan a sobrevolar la Ciudad Imperial y sus alrededores, batiendo las alas con metódica parsimonia mientras su mirada va a todas partes.
Sarka vuelve a la contienda, y ante la carga de Meln, Balt se ve obligado a responder. En un inicio sólo se defienden, tratando de no enfadar a la mujer que desde el cielo habla, pero poco a poco el ansia de sangre despierta y se sumen de nuevo en una lucha sin cuartel. La tierra se vuelve roja y el pavimento negro. El ruido vuelve, y cuando el polvo empieza a levantarse, haciendo del sol una linterna anaranjada, una lluvia de plumas metálicas cae sobre la ciudad, intentando terminar con todos los invasores que se han adentrado en ella. Poco a poco, de nuevo el interior vuelve a quedar poco a poco en un delicado silencio.
- Q13. Ushio y Deathstroke:
- Comenzáis a moveros, y lógicamente el anciano te acompaña. Está un poco loco, habla sobre una legendaria guardiana de la ciudad, que Yoai corrompió hasta enloquecer o algo así, quién sabe. La cosa es que del cielo cae una cosa. Y no es una estrella en el jardín, aunque parece que Deathstroke sí que se ha estrellado a tu lado. Ha hecho un pequeño agujero en su caída, y más o menos se levanta, aunque se le ha soltado un cable, probablemente de la armadura. Bueno, hora de continuar, ¿No?
- Ivan y Ryuken:
- Vaya, Ivan. Tu poderoso Haki del Rey hace desprenderse un ladrillo del techo, que te cae en la cabeza. Duele bastante, aunque no te ha hecho nada especialmente grave. Igual si te caen varios ya es más problemático, pero vaya.
En fin, que os liéis a palos a gusto.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t19408-ryuken-vs-ivan-batalla-de-tios-duros-en-mitad-de-una-alcantarilla#188161
- N12. Cohorte de Balarad:
- El ataque de la estatua se ve detenido por la defensa de Jack, que protege a todos en su interior. No obstante, demuestra ser un arma de doble filo cuando Dafne se da un coscorrón contra ella. Balarad, por su parte, rompe una pequeña abertura con su espada y monta en su carro de osos , que cruza el puente esquivando de milagro a la estatua, que trata de ir tras ella pero no puede. No obstante, esta vez se centra en el objetivo más cercano, e intenta atravesar de arriba abajo a Raghersir.
- N12. Ichizake y Kaito:
- Os encontráis por el camino al centro, aunque más bien es un cruce. ¿Confiáis el uno en el otro? A mí me dais miedo los dos, no parecéis muy confiables. Bueno, no sé. El caso es que delante de vosotros un carro de osos acaba de pasar un puente, y una cúpula está ahí parada, aunque no tarda en salir alguna gente de allí, rompiéndola.
- O12. Galia:
- Pues… Te han dejado sola. ¿Qué es eso que pasa fuera? Hay luces y colores y cosas. O igual quieres ir a parar la pelea que presumiblemente se desatará entre esos dos cabezas de chorlito con más pene que cerebro. Y seguramente su pene no sea excesivamente grande. Aunque te animo desde el interior de tu mente a comprobarlo.
- N12. Chema y Misa Mantis:
- Corréis entre algún que otro problemilla, como lo que hay en el cielo, pero ya estáis cerca. Desde vuestra posición se pueden ver los colosos, y a Kai volando hacia ellos. Del mismo modo, Balarad está cruzando el puente que tiene frente a ella muy apurada. ¿Qué elegís ahora?
- R11. Haru:
- Terminas de cruzar un puente de maderas nobles algo desvencijado, pero para cuando llegas la batalla ya ha comenzado. Hay una especie de ángel con un pelirrojo encima pidiendo paz como una beatilla y por un momento parece que la gente frena, aunque siguen la refriega con decisión finalmente, hasta que la luz invade todo.
- Q11. Ai Nanasaki:
- Es increíble lo veloz que ha sido el viaje. Te han llevado a lomos de un caballo alado, que te deja a apenas un kilómetro de la batalla. Puedes ver desde tu posición cómo las tropas se enfrentan de forma sumamente organizada, casi coreografiada. Parecen estar preparadas para enfrentarse las unas a las otras, y ninguna cede su pedacito de victoria. ¿Te animas a inclinar la balanza?
- O11. Gusi:
- Tu Vivre Card te informa de que está muy cerca, cada vez más. Lograste evitar al escarabajo por los pelos, chamuscándolo en el proceso, y ahora casi percibes su silueta en la lejanía. Aunque un tipo con pinta de chungo parece estar con ellos. Eso sí, ándate con ojo, no se te salten los puntos.
- M12. Kodama:
- Tus balas impactan, tanto en su espalda sobre la que terminas viendo grandes moratones y regueros de sangre en su vestido poco a poco roto como en el insecto, que se parte un ala y debe aterrizar con suma dificultad. Sin embargo, pese a las heridas, Yoai corre hacia un enorme edificio e intenta abrir la puerta. Al verse incapaz, mira hacia a ti.
-¿A ti qué te importa lo que yo haga?- pone morros e infla los mofletes, como una niña enfadada.
- W8. Amaiar, Syxel and K. Noah Wait:
- Os acercáis en un no muy sigiloso avance hasta el lugar del que proviene la luz, y a unos cinco metros por debajo podéis ver cómo un grupo de ancianos discuten con un sacerdote. Los ancianos son lo que emite la luz, lo cual es raro, raro, raro. No obstante, lo importante está en lo que dicen…
-…¿Dónde está la ama?- pregunta uno de los extraños ancianos.
-Está en la ciudad. Las tropas han ido a cubrir su avance, a la ciudad.
-¡Pero eso nos deja expuestos!- reconocéis al hombre que habla. Es el falso Yoai, ¿Qué hace ahí?-. Ha sido una idea horrible, ¿A quién se le ha ocurrido?
La madera cruje, y todos miran hacia arriba. No ven nada y siguen hablando, ¿Qué haréis?
- M12. Zanner:
- Spanner, te chocas contra la puerta. Parece que está hecha de un material genuino e inatravesable… O que te anula los poderes, quién sabe. Tal vez la única forma de entrar sea con la llave, o por otro lado. Por cierto, Yoai ensangrentada ante vosotros. Atended a la general.
- Vinnie el buenazo, Milena y Elya:
- Comienza la masacre. Ambos generales se fijan en vosotros, por lo que estáis empezando a hacer, y tras el numerito de los cielos un par de soldados que parecen bastante más hábiles que el resto se os acercan con muy aviesas intenciones.
- Jin:
- Te duermes. Todo está tranquilo. Si lo deseas, tu capítulo aquí concluye. Si no, a liarla más.
- Dexter, DeathStroke, Hinori:
- Beros no contesta a tus palabras, como si las ignorase, tanto a ti como al cambio drástico del interior. La armadura pone una pose, al principio descuidada, pero de pronto ta das cuenta de que es todo lo contrario. A una velocidad pasmosa aquel titánico guerrero sale disparado lanzando una serie de tajos circulares, arcos amplios. Al principio parece que no hay técnica en ellos, pero al segundo o tercer movimiento te das cuenta de que están perfectamente calculados, sin una aparente apertura para responder sin llevarte un golpe.
Su espada va dejando un extraño aceite oscuro, bastante espeso, no te ha salpicado y por lo que ves no parece corrosivo, por lo menos con las rocas. Este aceite es salpicado por varios rincones del interior del bosque-catedral, contaminando la escena.
Los que usen mantra notarán algo raro, una presencia a parte de la de Beros dentro de esa armadura... solo que lejana, como aletargada.
- Afueras de la catedral:
- Las ocho armaduras guardan la catedral, enfrentándose a cualquiera que trate romper su guardia. La plaza es bastante grande, con espacio de sobra para que las ocho luchen sin problemas entre ellas.
Zuko y aki. La armadura parece no moverse hasta el momento en el que zuko llega a ella con intención de darle. En ese momento levanta el escudo bloqueando su ataque de forma más rápida de lo que esperabas. Su superficie parece pétrea más que metálica, y, a pesar de tu golpe no hay ni una grieta. La explosión de aki da en el blanco... sin resultados, antes de que llegues a clavar los sai una enorme masa cae delante de ti, el viento casi te derriba, así que no sabes lo que hubiera llegado a pasar si te da. La masa se levanta, parece un enorme colmillo el cual empuña la armadura como si fuera una maza. Os mira, se queda quieto y niega con la cabeza en silencio. El mensaje está claro "no me vais a tirar"
Rocket y la dragona. La granada de Rocket da en la cabeza de una de las armaduras, dejando una grieta considerable. Esta os mira, baja la espada, y sin mediar palabra lanza una enorme onda cortante en vuestra dirección.
Bleyd y Kai, vuestros ataques parecen no haber hecho ningún efecto. Es más, el láser rebota en su armadura reluciente como un espejo y va al cielo, donde empiezan a pasar cosas muy raras.
Madara, le lanzas un tajo al guardián, o mejor dicho la guardiana. Su figura, más que una armadura como las otras, es angelical, una hermosa mujer de tez pálida y cabellos oscuros, vistiendo una armadura ceremonial ligera similar a la estética de Balt. Tu tajo rasga la parte baja de su túnica, pero antes de encontrar su pierna es detenido por la parte baja de su báculo el cual ha interpuesto para bloquear tu golpe. A pesar de ser de kairo tu espada solo deja un tajo en su superficie. Tras eso vas a darle un golpe en la cabeza, no hace nada para evadirlo, la golpeas... pero notas algo, su superficie, ya dura de por sí, se tiñe de negro para endurecerse más. Levanta su báculo el cual se ilumina con una brillo radiante antes de estamparlo contra el suelo, liberando una onda de choque luminosa.
- M11 Drake, Castor Troy y Azula:
- Drake, pronto los edificios parecen calmarse. Sigues notando sus ojos sobre ti, pero al menos ya no te ponen mala cara, no tanta. Parpadeas y te parece estar rodeado de manzanas. Vuelves a parpadear y semeja habérselas llevado el viento. Aquí no hay nada… solo una pareja de extraños acercándosete.
Chicos, hay un loco enorme dando vueltas y traspiés frente a vosotros, riendo en la nada y murmurando locuras sobre manzanas…
- K14 Venom y Liv:
- Logras evitar el extraño arma, Liv, que sale disparada hacia sabe dios donde. Parece que deberías practicar el redirigir esa cosa, sea como sea.
Venom, el hombre o lo que sea reacciona rápido. De su espada saca un hacha y la interpone entre su cabeza y tu pie. Te da con el mango de milagro, pero logra apartarte lo suficiente para moverse y esquivar también la segunda. Su fuerza te impresiona. Se pone en pie y te mira con ira, Venom.
-Opino que eres un desgraciado, no mereces ni que tu cadáver ensucie más este suelo.
- L13 , Zack, Sarah, Corinna, Maki, Teravan y la mantis narcoléptica:
- Zack, Maki, os acercáis a Molly. Está roncando, y bastante sonoramente. ¿No es adorable? Wait, chicos, parece que Sarah quiere moverse…
- L12 Yarmin, Arribor, Tsang:
- Mientras habláis oís una risita a vuestras espaldas. Si os dais la vuelta, descubriréis que apoyado en la pared de la iglesia hay un esqueleto. Tiene un sombrero y… ¿Conserva un ojo? Sonríe, pero no parece moverse. Qué raro. Oís un ruido a vuestras espaldas, hay alguien vagando entre los árboles.
Tsang, comienzas a caminar por el bosque. Frente a ti hay un árbol del que cuelga un sombrero de ala ancha. Piensas que te quedaría fa-bu-lo-so.
- K13 Midou :
- El hombre se queda quieto, riéndose solo, mientras das vueltas a su alrededor. De repente, lanza el martillo de nuevo y para tu sorpresa el cable de este se interpone entre tu tobillo y el aire, haciendo que tropieces y tu ataque falle. El hombre da un elegante paso para terminar de esquivar tu espada y tira de su martillo para recuperarlo. Te escupe, sonriendo:
-Lo siento, tío. Los mariquitas de los falos acerados no me dais miedo.
- K13 Rezvan:
- De repente, algo te golpea.
-CUIDADO, GILIPOLLAS.
Escuchas. Cuando entiendes lo que ha ocurrido, esa voz te suena a música celestial. Una de las bestias estaba a punto de arrollarte, cuando un soldado aliado te ha empujado apartándote de la trayectoria. Estás a salvo, de momento.
- K14 Worgulv, Kotaro:
- De repente, el pretor baja del carro y seguido por algunos soldados echa a correr hacia el interior de la isla. El médico se apresura a bajar también y seguirles; sabe que su deber es estar ahí si le necesitan pero… ¿Y vosotros? ¿Qué haréis ahora?
- L13 Arthur:
- El bicho no parece entenderte mucho, pero cuando le indicas la dirección y le espoleas echa a correr. ¡Míralo que majo como sacude su lengua al viento! Parece contento de alejarse de la batalla. Penetráis en la ciudad y atravesáis los edificios y los escombros, rumbo al centro. ¿Qué estampa os encontraréis al llegar?
- J12 Zero:
- La mujer suelta una carcajada y se lanza a por ti. Lleva un enooorme hacha en las manos y trata de segarte el hombro. Mientras salta para alcanzar su objetivo, te grita:
-¡Ya le gustaría a tu gusano que le pusiera las zarpas encima! ¡¡Disfruta esto!!
Para tu sorpresa el gusano bufa, murmura algo como ‘’Puta pretenciosa’’ y se va a seguir matando.
- T13 Osuka, [strike:c2d9:
- Teo va a al zoo Neo, Yoko]Yoko, compruebas para tu sorpresa que no hay nadie dentro del robot. Os escucha, pero no parece entenderos. Sus ojos brillan rojizos, y en cuestión de segundos se lanza con su taladro a por Yoko.
- Base de Zilda:
- La situación es un caos. Adam, has evitado el fuego cruzado con tu rodeo, pero nada más aterrizar te das cuenta de que vas a necesitar conservar la cabeza fría para salir de esta. No distingues a los aliados de los enemigos, todo es una marabunta de gente peleándose. Algunos con armas improvisadas, la mayoría con armas y mucha mala hostia. El enano con lo que parece una lanza sigue gritando incoherencias y matando gente a su alrededor. Su chirriante voz taladra los oídos de la gente.
Por cierto media base ha explotado, cosa de Krauser me dicen. Falta todo el piso superior. Aunque sorprendentemente no hay bajas en ninguno de los bandos parece que Krauser se ha vuelto el centro de atención y todos lo miran con cierto temor.
- O11.Crimson Wolves:
- De repente oís un grito y unos pasos. ¿Veis por donde se fue el carnicero? Está de vuelta… y no viene solo. Se agarra con las manos, sin soltar el cuchillo, al pantalón de este tipo. Se agazapa a su espalda y os mira haciendo un puchero.
-¡Son estos! ¡Me han retenido, hermano!
-Descuida… ahora te despejo el camino.- Spoiler:
- P11 Kedra y sans:
- Sans, toda la planta tiembla mientras la electricidad la recorre. Oyes un horrible
grillogrito y sitúas a Flowey entre las enredaderas. Al principio se las apaña para esquivar tus disparos, pero eventualmente terminas por darle. Te mira con odio. De repente algo oscuro te cubre su expresión. Kedra ataca y para cuando se aparta de la planta solo quedan rastrojos y suelo quemado. Las enredaderas caen al suelo hechas poco más que cenizas, liberándote a ti y a tu arma. A lo mejor y solo a lo mejor te interesa calmar un poquiiiiito a la bestia.
- O13 Alexandra y Eichi:
- Lamentablemente, Alex, te das cuenta de que Eichi tiene razón. A tus pies la guerra continúa igual de cruenta y desesperanzadora que antes. Algunas personas se han girado a mirarte, pero pronto apartaron la vista y continuaron combatiendo. De no haberlo hecho, probablemente hubieran muerto. Sin embargo, no solo hay personas combatiendo. Hay muertos y, más importante, heridos aquí y allá. Ocultos en las esquinas, agazapados entre cadáveres o simplemente tratando todavía de defenderse. No es una bonita estampa.
- N11 Kasai Kuro:
- En menos de lo que canta un gallo llegas al centro de la ciudad. A lo lejos distingues una escena curiosa. Una especie de enorme catedral con un montón de gente alrededor y enormes gigantes envueltos en una batalla de proporciones feroces.
Teravan Zallen
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LA situación había estado fuera de su control desde un principio. Todo resultaba siniestramente perturbador en presencia de Augustus, pero este último aspecto se acentuaba cuando el grupo se incrementaba. Se había limitado a observar en silencio los sucesos, midiendo y analizando a cada una de las personas que se habían encontrado. En verdad, era un buen circo el que tenían delante. A partir de entonces no pudo hacer más que seguir a Yarmin, que se había escapado corriendo, con la esperanza de tener un ejemplo, una luz, o una pequeña ilusión de lógica.
Pero así es la guerra, ¿no? Una completa locura...
Observó que Molly, pues así le había llamado el asqueroso gyojin al asqueroso insecto, se había detenido a dormitar. Una buena situación, sin lugar a dudas, para echarse una siesta. Al parecer la enfermedad que sin ninguna duda aquejaba a Maki era altamente contagiosa. Tal vez él mismo estuviese experimentando síntomas sin darse cuenta. Prefirió no pensar demasiado en ello, dedicando sus pensamientos a su ineludible tarea de seguir y observar.
Una vez hubo alcanzado a Yarmin, vio el momento indicado para intervenir, pues tal vez necesitase algún tipo de ayuda. Le había parecido extraño su comportamiento al emprender esa carrera carente de todo sentido. - Vaya, parece que me he retrasado. - Observó a Yarmin, esperando una reacción. - Creo que es importante que no nos separemos. Al fin y al cabo, estamos sumidos en un conflicto de magnitudes titánicas, ¿no es cierto? - Su mirada se centró en el acompañante de Yarmin, su aspecto era imponente y terrible, tal vez no había sido buena idea intervenir en ese momento...
- Disculpad mi grosería al no presentarme. - Añadió haciendo una ligera reverencia. - Mi nombre es Teravan, un placer.
Pero así es la guerra, ¿no? Una completa locura...
Observó que Molly, pues así le había llamado el asqueroso gyojin al asqueroso insecto, se había detenido a dormitar. Una buena situación, sin lugar a dudas, para echarse una siesta. Al parecer la enfermedad que sin ninguna duda aquejaba a Maki era altamente contagiosa. Tal vez él mismo estuviese experimentando síntomas sin darse cuenta. Prefirió no pensar demasiado en ello, dedicando sus pensamientos a su ineludible tarea de seguir y observar.
Una vez hubo alcanzado a Yarmin, vio el momento indicado para intervenir, pues tal vez necesitase algún tipo de ayuda. Le había parecido extraño su comportamiento al emprender esa carrera carente de todo sentido. - Vaya, parece que me he retrasado. - Observó a Yarmin, esperando una reacción. - Creo que es importante que no nos separemos. Al fin y al cabo, estamos sumidos en un conflicto de magnitudes titánicas, ¿no es cierto? - Su mirada se centró en el acompañante de Yarmin, su aspecto era imponente y terrible, tal vez no había sido buena idea intervenir en ese momento...
- Disculpad mi grosería al no presentarme. - Añadió haciendo una ligera reverencia. - Mi nombre es Teravan, un placer.
- Zal:
- Seguir a Yarmin e intervenir en su conversación con Arribor
Krieg
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Los combates se siguen desarrollando a la entrada mientras nuestra trayectoria se desvía en arco para llegar a la ciudad. La situación es, simplemente, caótica. Las explosiones, los gritos y la sangre corren por los sectores del campamento de Zilda y nadie se pregunta por qué ni para qué. Esto es el ser humano.
¿Por qué he pensado eso? A veces me alejo de la personificación humana… pero soy humano…¿no? Además, esto es un problema de “personas” más que sólo de humanos. La conscien… Guardar idea para post-conflicto; terminar con la situación actual.
- No podemos evacuar en este tipo de situación. No sabemos quienes siguen fieles a Zilda- quizás todos crean serlo, ese es el problema-. Quiero que quede muy claro que dada la controversia respecto al líder Beros nuestra fidelidad es con la nación, y no, claro está, con una persona. Nos moveremos en el más absoluto de los sigilos hasta llegar al centro de comunicaciones, una vez restablecido mandaremos un mensaje general si podemos reactivarlas. Debemos alertar a los conductores de las naves externas de la situación, sin promover una continuación del conflicto bélico, así como intentar que la gente piense.
Que la gente piense es algo muy difícil entre el ruido, la guerra, el peligro y el apropiarse un sentimiento sin razonarlo. Se evitarían muchos problemas si la gente dejara de llevarse por las emociones… y se generarían otros muchos.
- El mensaje, aún en desarrollo para apelar a las gentes de la base, será de un alto el fuego en general debido a la incapacidad de nuestras tropas de hacer algo más en esta guerra. Nos retiraremos y luego empezaremos por la vía diplomática de alguna manera… - aunque para ese tiempo ya no formaré parte de este ejército… supongo- Queda terminantemente prohibido el atacar en primera instancia. De entrar en una situación de amenaza nos detendremos hasta que la situación sea evaluada, esto incluye casos en los que seamos apuntados. ¡Moveos!
Y la orden contraria es lanzada al viento, recorriendo mi cuerpo como el sonido de un tambor. No...No puedo detenerme, tengo que conseguir la paz.
- ¡He dicho que os mováis!- empujo a mis soldados, que como todos, incluyéndome durante un instante, han cesado en sus “odios”. ¿Qué habrá sido eso?
¿Por qué he pensado eso? A veces me alejo de la personificación humana… pero soy humano…¿no? Además, esto es un problema de “personas” más que sólo de humanos. La conscien… Guardar idea para post-conflicto; terminar con la situación actual.
- No podemos evacuar en este tipo de situación. No sabemos quienes siguen fieles a Zilda- quizás todos crean serlo, ese es el problema-. Quiero que quede muy claro que dada la controversia respecto al líder Beros nuestra fidelidad es con la nación, y no, claro está, con una persona. Nos moveremos en el más absoluto de los sigilos hasta llegar al centro de comunicaciones, una vez restablecido mandaremos un mensaje general si podemos reactivarlas. Debemos alertar a los conductores de las naves externas de la situación, sin promover una continuación del conflicto bélico, así como intentar que la gente piense.
Que la gente piense es algo muy difícil entre el ruido, la guerra, el peligro y el apropiarse un sentimiento sin razonarlo. Se evitarían muchos problemas si la gente dejara de llevarse por las emociones… y se generarían otros muchos.
- El mensaje, aún en desarrollo para apelar a las gentes de la base, será de un alto el fuego en general debido a la incapacidad de nuestras tropas de hacer algo más en esta guerra. Nos retiraremos y luego empezaremos por la vía diplomática de alguna manera… - aunque para ese tiempo ya no formaré parte de este ejército… supongo- Queda terminantemente prohibido el atacar en primera instancia. De entrar en una situación de amenaza nos detendremos hasta que la situación sea evaluada, esto incluye casos en los que seamos apuntados. ¡Moveos!
Y la orden contraria es lanzada al viento, recorriendo mi cuerpo como el sonido de un tambor. No...No puedo detenerme, tengo que conseguir la paz.
- ¡He dicho que os mováis!- empujo a mis soldados, que como todos, incluyéndome durante un instante, han cesado en sus “odios”. ¿Qué habrá sido eso?
- Resumen Adam el humano Base de Zilda:
- Declarar plan : Movernos en sigilo con los soldados a través de la base hacia el centro de comunicaciones (Que me lo indiquen mi pelotón que yo no sabré bien dónde estarán) Intentar restablecerlas para mandar un mensaje de retirada y “paz”. Orden de no disparar a la gente primero, no queremos bajas innecesarias. Detenerme momentáneamente con el “DETENEOS” sagrado, para luego, impulsado por el querer acabar con todo esto y traer la paz (off: que no creo que esté contrariando mucho el ultrahaki o lo que fuera que sea eso) emujo a mis soldados para que reaccionen y seguir con el plan.
Zack Suky
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No pude más que darle la razón a mi compañera cuando comprobé que todo el mundo se marchaba de allí donde estábamos. Al parecer sólo a mí me hacía gracia aquel irritante ser y para colmo la tal Molly seguía sin hacernos caso.
- No creo que Arribor nos necesite para salvarme el culo pequeña, es más, sin él seguro que estamos más seguros. Es un imán para los problemas - terminé mientras sonreía abiertamente una vez volví a su lado. -Pero tienes razón, mi divertimiento no ha salido como quería y aquí no hacemos nada.
Nos habíamos quedado a solas con la primera chica, que parecía en estado catatónico pues ni se movía, y con la aberración. Mi idea era al menos llevarnos a Molly, ya que el tipo de las guadañas había "huido" vilmente, y darle una sorpresita a Arribor si conseguía llevar conmigo a aquellos dos seres que tan poco parecían gustarle. Al menos intentaría conformarme con uno.
- ¡Hey colega! Si quieres otro cigarrillo vámonos. Nuestros amigos esperan y no podemos perder más tiempo, Molly está bien - dije mientras sacaba un cigarrillo mostrándoselo. -Vámonos pequeña - dije ahora a Sarah a la vez que cogía el trozo de metal que me había ganado luchando con los colosos mecánicos.
Tras eso me encaminé en dirección por donde había ido todo el mundo, aunque me paré un momento a la altura estaba la joven castaña.
- ¡Deteneos! - había dicho una voz que no sabía si provenía de ella.
Al girarme por un momento buscando la fuente de la voz, puedo ver una especie de luz que emerge no muy lejos de donde estamos, inundando cada recoveco de la derruida ciudad. Por un instante la frustración del momento pasó a segundo plano cuando una especie de mujer apareció entre el juego de luces y por una extraña razón me transmitió una paz que hasta ahora nunca había sentido, tanto que incluso me preocupé por alguien más allá de los miembros de mi banda.
- No sé que te pasa, pero mejor espabila. No creo que sea buena idea que sigas mirando las musarañas - dije intentando hacer reaccionar a la joven mientras la voz de la mujer retumbaba por mi cuerpo.
Ahora sí que había decidido que mejor sería la compañía de mi capitán loco, que quedarme solo ante tal espectáculo de poder que se escapaba de mi entendimiento, asique seguí mi camino hasta llegar a una zona más tétrica y llena de gente a la que ya había visto, a la cual más peculiar.
- Un momento... ¿Qué coño es eso? - pensé observando un nuevo integrante de lo más peculiar. ¿Se han dejado abierto el circo de los horrores? Seguí cavilando mientras me acercaba a mi capitán.
- Veo que haces amigos allá a donde vayas capi, pero dime que opinas de esa locura que brilla - dije a Arribor preguntándole por lo que había pasado. Realmente los demás no me importaban y no me pensaba presentar.
- No creo que Arribor nos necesite para salvarme el culo pequeña, es más, sin él seguro que estamos más seguros. Es un imán para los problemas - terminé mientras sonreía abiertamente una vez volví a su lado. -Pero tienes razón, mi divertimiento no ha salido como quería y aquí no hacemos nada.
Nos habíamos quedado a solas con la primera chica, que parecía en estado catatónico pues ni se movía, y con la aberración. Mi idea era al menos llevarnos a Molly, ya que el tipo de las guadañas había "huido" vilmente, y darle una sorpresita a Arribor si conseguía llevar conmigo a aquellos dos seres que tan poco parecían gustarle. Al menos intentaría conformarme con uno.
- ¡Hey colega! Si quieres otro cigarrillo vámonos. Nuestros amigos esperan y no podemos perder más tiempo, Molly está bien - dije mientras sacaba un cigarrillo mostrándoselo. -Vámonos pequeña - dije ahora a Sarah a la vez que cogía el trozo de metal que me había ganado luchando con los colosos mecánicos.
Tras eso me encaminé en dirección por donde había ido todo el mundo, aunque me paré un momento a la altura estaba la joven castaña.
- ¡Deteneos! - había dicho una voz que no sabía si provenía de ella.
Al girarme por un momento buscando la fuente de la voz, puedo ver una especie de luz que emerge no muy lejos de donde estamos, inundando cada recoveco de la derruida ciudad. Por un instante la frustración del momento pasó a segundo plano cuando una especie de mujer apareció entre el juego de luces y por una extraña razón me transmitió una paz que hasta ahora nunca había sentido, tanto que incluso me preocupé por alguien más allá de los miembros de mi banda.
- No sé que te pasa, pero mejor espabila. No creo que sea buena idea que sigas mirando las musarañas - dije intentando hacer reaccionar a la joven mientras la voz de la mujer retumbaba por mi cuerpo.
Ahora sí que había decidido que mejor sería la compañía de mi capitán loco, que quedarme solo ante tal espectáculo de poder que se escapaba de mi entendimiento, asique seguí mi camino hasta llegar a una zona más tétrica y llena de gente a la que ya había visto, a la cual más peculiar.
- Un momento... ¿Qué coño es eso? - pensé observando un nuevo integrante de lo más peculiar. ¿Se han dejado abierto el circo de los horrores? Seguí cavilando mientras me acercaba a mi capitán.
- Veo que haces amigos allá a donde vayas capi, pero dime que opinas de esa locura que brilla - dije a Arribor preguntándole por lo que había pasado. Realmente los demás no me importaban y no me pensaba presentar.
- Resumen Sarka:
- -Desistir en mis empeños y hacer caso a Sarah, aunque intento llevarme a Maki al menos. Ir al lado de Arribor.
Roland von Klauswitz
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El Roble no pudo evitar mirar al cielo cuando oyó la voz. ¿Quién hablaba? ¿Desde dónde? Incluso estuvo a punto de obedecerla y detenerse. La brillante luz inundaba el mundo entero, los colores bailaban desde diversos puntos de la isla y Kodama contemplaba desde el aire cómo la oscura ciudad acogía un destello dorado entre sus muros. La mujer que surgió de entre la luz dorada comenzó a hablar tan alto y tan claro que el árbol no tuvo problema alguno en oírla a pesar de la distancia.
"¿Quién es?"
No tuvo tiempo de plantearse la respuesta a ese misterio antes de que las aves llegasen. El marine no las reconoció como especies animales y, de hecho, parecían ser totalmente antinaturales. Y teniendo en cuenta las plumas metálicas que surcaban el cielo en dirección a todos los rincones de la ciudad, tampoco parecían muy pacíficas. Kodama se vio obligado a desviar varias de ellas con sus armas antes de que cesase el ataque. "¿Qué está ocurriendo aquí?".
Cuando el estupor inicial pasó, el marine se obligó a retomar su debes. Derribó al insecto y a su jinete con la ráfaga de disparos. El escarabajo cayó, incapaz de seguir volando, y aterrizó en el adoquinado de la ciudad con un gran estruendo. El hombre-árbol descendió también. Deshizo la burbuja y se adelantó hacia la joven pretora, que trataba de refugiarse en uno de los pocos edificios enteros en la ciudad, y seguramente el más grande que Kodama hubiera visto nunca. No logró abrir la puerta, así que se giró hacia el marine. Protestó infantilmente, haciendo gala de nuevo de su errático comportamiento.
-Ya es hora de terminar con esta guerra, muchacha. Tú y los demás pretores de este país debéis responder por lo que habéis causado. Además, ya no me engañas; ya no me creo tu actuación de niña inocente.
Con los cinco sentidos puestos en la misteriosa Yoai y en total alerta ante cualquier ataque por parte de uno de esos grandes escarabajos, Kodama recortó la distancia lentamente hacia la chica. Pensó que ojalá no le hubiese roto las esposas, ya que ahora tendría que custodiarla hasta que llegase algún otro marine que tuviera unas. Aunque tras haber visto como hacía pedazos el acero corriente, quizás necesitarían unas hechas de kairoseki. Esperaba poder contenerla mientras tanto y evitar que se escapase.
-Ahora pórtate bien y acabaremos esto tranquilamente -la advirtió, aunque sin bajar las espadas. No iba a fiarse ni un pelo. No podía permitirse distracciones. Por eso mismo, era una ventaja que en la ciudad no hubiese plantas. Difícilmente habría podido mantenerse centrado de haberse topado con algún elegante helecho.
- Balt, supongo:
- Flipar un poco con las lucecitas, la voz misteriosa y los pajarracos. Y luego, ser un poli bueno y tratar de mantener quieta a la cría
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Los azulados ojos de la serpiente roja se fijaron en los de aquel tipo al mismo tiempo que empezaba a reír de repente. El siniestro sargento se lo estaba pasando en grande y ahora iba a divertirse al máximo con aquel capullo que tenía frente a sus ojos. Se relamió despacio e increíblemente rápido. Lo que hizo a continuación fue empezar a acumular energía demoníaca en las manos y acto seguido las colocó en el suelo. Una pequeña humareda oscura se formó de la nada y en menos de diez segundos se formaron dos perros de tamaño considerable. Eran de un tono negro y de ojos rojizos. Un tercer ojo apareció en sus frentes. El marine quedó en medio de los dos y observó a aquel imbécil de forma sádica. Apretó el puño derecho y a continuación se colocó en posición de combate.
- El único cadáver que va a quedar sobre esta tierra es el tuyo. Has subestimado a la serpiente roja de la marina. Ahora muere, sucia escoria.
Venom abrió la boca todo lo posible al mismo tiempo que gritaba con fuerza y su piel iba recubriéndose de escamas. El color de sus ojos pasó a ser rojizo y sus hombros se convirtieron en dos cabezas de serpientes, las cuales se separaron de la cabeza original. Su altura pasó a ser de tres metros y medio y su musculatura aumentó. Ahora había un enorme ser con tres cabezas y la de en medio la única con cabellos. Parecía una especie de serpiente mutante bípeda. El aspecto era horrible, pero entonces fue cuando Venom empezó a reír de forma enfermiza, como si estuviese poseído.
- ¡Hahahahaha! ¡Es tu fin!
Gritó al mismo tiempo que chasqueaba los dedos. Los perros demonio corrieron hacia aquel tipo, lanzándose al mismo tiempo para eliminarle. Al mismo tiempo, el pelirrojo se desplazó a toda velocidad hacia su oponente. Sin pensárselo lanzó un terrible puñetazo hacia el frente. Sus nudillos vibraron unos segundos. Una onda en forma de serpiente dorada surgió entonces tratando de estamparse en el pecho de su oponente. Dicho ataque tenía la fuerza del usuario y por ello resultaría letal estando Venom en forma híbrida.
- El único cadáver que va a quedar sobre esta tierra es el tuyo. Has subestimado a la serpiente roja de la marina. Ahora muere, sucia escoria.
Venom abrió la boca todo lo posible al mismo tiempo que gritaba con fuerza y su piel iba recubriéndose de escamas. El color de sus ojos pasó a ser rojizo y sus hombros se convirtieron en dos cabezas de serpientes, las cuales se separaron de la cabeza original. Su altura pasó a ser de tres metros y medio y su musculatura aumentó. Ahora había un enorme ser con tres cabezas y la de en medio la única con cabellos. Parecía una especie de serpiente mutante bípeda. El aspecto era horrible, pero entonces fue cuando Venom empezó a reír de forma enfermiza, como si estuviese poseído.
- ¡Hahahahaha! ¡Es tu fin!
Gritó al mismo tiempo que chasqueaba los dedos. Los perros demonio corrieron hacia aquel tipo, lanzándose al mismo tiempo para eliminarle. Al mismo tiempo, el pelirrojo se desplazó a toda velocidad hacia su oponente. Sin pensárselo lanzó un terrible puñetazo hacia el frente. Sus nudillos vibraron unos segundos. Una onda en forma de serpiente dorada surgió entonces tratando de estamparse en el pecho de su oponente. Dicho ataque tenía la fuerza del usuario y por ello resultaría letal estando Venom en forma híbrida.
- Sarka:
- Combate con el tipo.
Datos:
[Ámbito Humano] [Ondas de choque] Hebi Flash: Ámbito onda de choque: Venom es capaz de forma pasiva de provocar ondas de choque de pequeña magnitud con chasquidos de dedos o leves golpes. Como poder activo, es capaz de provocar una poderosa onda con toda su fuerza una vez por combate. Para realizarla canaliza su energía en su arma u brazo, pudiendo golpear el aire y formar una terrible onda que avanza destruyendo a su paso lo mismo que podría destruir un puñetazo de su usuario. Su velocidad es de 20 M/S y puede avanzar un metro por nivel del usuario sin perder la fuerza. Cuando pasan esos metros desaparece. Tiene la forma de una serpiente dorada (Un aura
Fuerza de Venom actual: x15 de fuerza y resistencia sobre la base de un humano.
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El cazador mostró una expresión tétrica al escuchar las palabras de aquella maldita idiota. De modo que… ¡Subestimaba a su gusano! Era el momento de que su tito se ocupase, pero entonces lo vio largarse a matar más personas. El enorme guepardo entonces miró a la mujer con el ceño fruncido y después se relamió despacio. Centró su haki de observación en ella y fue cuando notó las intenciones. Entonces activó el haki de armadura y se preparó para la batalla. Se movió a un lado lo más rápido que pudo, pero aquella jodida hacha abarcaba lo suyo y él era enorme. Se llevó un doloroso tajo que no le cortó la extremidad, pero que si le hizo soltar un grito de dolor. Se llevó de hecho un poco de carne y eso provocó que Zero frunciera el ceño empezando a sangrar. Observó su propia sangre en el arma de la mujer y eso le hizo apretar los puños.
- Eso ha sido un error, maldita inepta. Es el momento de que te demuestre el poder de los puños sobre las armas, insecto.
Zero se arrancó el kimono negro, vendándose el brazo con él usando sus conocimientos de médico. Entonces quedó sin camiseta, mostrando un pecho fornido y peludo. El guepardo mostró una expresión seria y entonces empezó a ser rodeado por una especie de aura dorada. Era como si su corazón estuviese latiendo más de prisa. Drake no era el único que dominaba las formas avanzadas del Zan Nin Na. Su hijo las había entrenado también, aunque combinándolas con su estilo propio y aquello hizo que surgiera aquella técnica. Sus cabellos se colocaron de punta en forma pinchuda, tomando un tono dorado. Sus ojos volvieron a cambiar a negros y después a verdes esmeralda. La musculatura aumentó de nuevo y en poco tiempo los bíceps crecieron el doble. Un aura azulada lo recorrió totalmente y finalmente apretó los puños. Su expresión era muchísimo más seria.
- Esto es lo que tenía preparado para alguien como tú. Un súper guerrero como yo, no teme a ninguna basura que se le ponga por delante y menos a alguien así.
Dijo con un tono realmente serio y siniestro al mismo tiempo. Zero no esperó más y se lanzó a toda velocidad hacia su objetivo. Trató de lanzarle una patada violenta al costado, pero enseguida apartó el pie, pues había sido un amago. Trató de partirle la cara de un puñetazo recto. Acto seguido se movería a los lados intimidando con su tamaño y trataría de patear las piernas de su presa, si lo lograba saltaría y en pleno aire realizaría una voltereta. Aterrizaría con su puño en el estómago de la mujer y además liberaría una onda de choque en ese último golpe. Le diese o no, retrocedería con una media sonrisa en el rostro y apretando los músculos. Sus verdosos ojos relucían de emoción.
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaagh!
Gritó el chico al mismo tiempo que en su puño derecha se formaba una especie de brillo púrpura y en su torso aumentaba algo más la musculación. Era una bestia sin duda alguna y aquel aspecto de guepardo enorme le hacía mucho más temible.
- Eso ha sido un error, maldita inepta. Es el momento de que te demuestre el poder de los puños sobre las armas, insecto.
Zero se arrancó el kimono negro, vendándose el brazo con él usando sus conocimientos de médico. Entonces quedó sin camiseta, mostrando un pecho fornido y peludo. El guepardo mostró una expresión seria y entonces empezó a ser rodeado por una especie de aura dorada. Era como si su corazón estuviese latiendo más de prisa. Drake no era el único que dominaba las formas avanzadas del Zan Nin Na. Su hijo las había entrenado también, aunque combinándolas con su estilo propio y aquello hizo que surgiera aquella técnica. Sus cabellos se colocaron de punta en forma pinchuda, tomando un tono dorado. Sus ojos volvieron a cambiar a negros y después a verdes esmeralda. La musculatura aumentó de nuevo y en poco tiempo los bíceps crecieron el doble. Un aura azulada lo recorrió totalmente y finalmente apretó los puños. Su expresión era muchísimo más seria.
- Esto es lo que tenía preparado para alguien como tú. Un súper guerrero como yo, no teme a ninguna basura que se le ponga por delante y menos a alguien así.
Dijo con un tono realmente serio y siniestro al mismo tiempo. Zero no esperó más y se lanzó a toda velocidad hacia su objetivo. Trató de lanzarle una patada violenta al costado, pero enseguida apartó el pie, pues había sido un amago. Trató de partirle la cara de un puñetazo recto. Acto seguido se movería a los lados intimidando con su tamaño y trataría de patear las piernas de su presa, si lo lograba saltaría y en pleno aire realizaría una voltereta. Aterrizaría con su puño en el estómago de la mujer y además liberaría una onda de choque en ese último golpe. Le diese o no, retrocedería con una media sonrisa en el rostro y apretando los músculos. Sus verdosos ojos relucían de emoción.
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaagh!
Gritó el chico al mismo tiempo que en su puño derecha se formaba una especie de brillo púrpura y en su torso aumentaba algo más la musculación. Era una bestia sin duda alguna y aquel aspecto de guepardo enorme le hacía mucho más temible.
- Sarka:
- Atacar a mi presa.
Datos:
Warrior Extreme : Zero ha aprendido esta forma. De hecho ha llevado el estilo a una mejora suya propia. A través de la concentración de la energía, el joven luchador puede envolverse en un aura dorada. Sus cabellos se vuelven amarillos y se ponen de punta, sus ojos verdosos. La musculatura aumenta de forma notable y además gana un x4 de fuerza cuando la activa. Puede mantenerla solo dos post por pelea, para usarla en otro combate, debe descansar antes. Puede combinarla con sus formas, fruta, Pus y técnicas.
Monster :Zero se ve rodeado de un leve viento azulado como habilidad pasiva. Sus bíceps aumentan su tamaño, las venas se le marcan, la zona abdominal se fortalece y los pectorales aumentan su grosor. Su fuerza se duplica en este estado. Puede estar así dos post, necesita otros dos de descanso antes de activarla de nuevo. [Téc Manual Canalización]
Pasivos: Fuerza 4 Resistencia 3
Haki armadura entrenado activado
Haki observación activado
Haciendo la cuenta con la forma híbrida, pasivos y activos, Zero ataca con un x144 de fuerza.
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Madara notó aquel color oscuro cuando golpeó a su presa y no tuvo que ser un genio para saber que había sido haki armadura. Era el momento de que él mismo realizara su propio golpe entonces, pero se fijó en que aquella figura alzó su arma de forma impresionante. No tardó mucho en apretar los puños al darse cuenta de lo que planeaba. Iba a estamparla en el suelo y seguramente podían pasar consecuencias. Estaba listo para asumirlas y por ello simplemente se colocó en una pose defensiva. Cuando cosa se estampó en el suelo, formó una terrible onda que no solo lo cegó, también lo mandó a volar. Notó su cuerpo estamparse en el suelo, formando un agujero considerable y una humareda enorme. Madara quedó con los ojos cerrados, pero perfectamente consciente. Unos segundos pasaron en los que estuvo totalmente callado y allí tirado. Finalmente empezó a reírse.
- ¡Hahahahaha! ¡Es la primera vez que alguien me tumba así!
La bestia salió del cráter al mismo tiempo que sonreía de forma siniestra. Le dolía un poco la espalda, pero nada que no se arreglase con un descanso después. Aquella figura iba a ser un problema, pero él no había desvelado su poder. En ese momento fue cuando el dragón negro empezó a crecer hasta los cuatro metros de alto. Una cola surgió de la parte baja de su espalda y su hocico se alargó. Se recubrió totalmente de escamas y además todo su cuerpo se imbuyó en un tono morado azabache. Estaba en su forma híbrida y ahora no iba a tener piedad alguna. Salió volando hacia aquella gigante figura y sin pensárselo trató de cortarle de nuevo la pierna anterior. Le diese o no, subiría de nuevo repitiendo el anterior patrón, pero esta vez se metería por la zona del cuello. Desenfundaría su guadaña explosiva y trataría de cortar con ella aquella zona, provocando si daba una explosión impresionante debido a su fuerza. Diese o no, trataría de ponerse de pie sobre su cabeza.
- ¡Vamos!
- ¡Hahahahaha! ¡Es la primera vez que alguien me tumba así!
La bestia salió del cráter al mismo tiempo que sonreía de forma siniestra. Le dolía un poco la espalda, pero nada que no se arreglase con un descanso después. Aquella figura iba a ser un problema, pero él no había desvelado su poder. En ese momento fue cuando el dragón negro empezó a crecer hasta los cuatro metros de alto. Una cola surgió de la parte baja de su espalda y su hocico se alargó. Se recubrió totalmente de escamas y además todo su cuerpo se imbuyó en un tono morado azabache. Estaba en su forma híbrida y ahora no iba a tener piedad alguna. Salió volando hacia aquella gigante figura y sin pensárselo trató de cortarle de nuevo la pierna anterior. Le diese o no, subiría de nuevo repitiendo el anterior patrón, pero esta vez se metería por la zona del cuello. Desenfundaría su guadaña explosiva y trataría de cortar con ella aquella zona, provocando si daba una explosión impresionante debido a su fuerza. Diese o no, trataría de ponerse de pie sobre su cabeza.
- ¡Vamos!
- Exterior de la iglesia:
- Tratar de cargarme la estatua con el haki perfecto ya activado y demás cosillas.
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Dranser volaba a toda velocidad hacia la zona donde se hallaba su jefa. No tardó mucho en divisarla gracias a haki de observación y se dio cuenta de que estaba combatiendo contra un enorme ser. Parecía ser una armadura, la cual poseía una especie de escudo. Pudo darse cuenta de que dicho ser, bloqueaba los ataques de Aki y de lo que parecía ser un dragón. Eso provocó que Silver mostrase una sonrisa amable. Era el momento de dar por culo a base de bien. Desenfundó su espada y después de unos momentos soltó un pequeño suspiro. Analizó bien la situación y trató de situarse en el punto ciego de aquella cosa. Entonces salió disparado a una velocidad impresionante hacia su presa. Trató de un único y poderoso tajo de cortarle dos dedos de la mano con la que sujetaba el escudo (pulgar y anular) para ello activó el haki armadura.
- Daburu Shi… ¡Art of Snake!
Dijo al mismo tiempo que se colocaba al lado derecho de Aki, manteniendo la espada alzada y sonriendo de lado. No llevaba la camiseta, dejando ver un cuerpo fornido, pero lleno de heridas. Tenía cortes por todos lados y uno bastante reciente, el cual estaba vendado. Su rostro mostraba calma en todo momento y parecía tranquilo. Llevaba un día de locos a base de combatir con jodidas armaduras y allí tenía otra. Se relamió despacio y acto seguido se quedó mirando a su jefa con una expresión bastante calmada.
- Espero no haber tardado mucho, Boss.
Dijo mientras hacía aparecer una especie de aura azulada celeste a su alrededor y simplemente se quedaba en guardia. Esperaba órdenes tranquilamente mientras trataba de analizar bien aquella jodida cosa de doce metros y encima armada.
- Daburu Shi… ¡Art of Snake!
Dijo al mismo tiempo que se colocaba al lado derecho de Aki, manteniendo la espada alzada y sonriendo de lado. No llevaba la camiseta, dejando ver un cuerpo fornido, pero lleno de heridas. Tenía cortes por todos lados y uno bastante reciente, el cual estaba vendado. Su rostro mostraba calma en todo momento y parecía tranquilo. Llevaba un día de locos a base de combatir con jodidas armaduras y allí tenía otra. Se relamió despacio y acto seguido se quedó mirando a su jefa con una expresión bastante calmada.
- Espero no haber tardado mucho, Boss.
Dijo mientras hacía aparecer una especie de aura azulada celeste a su alrededor y simplemente se quedaba en guardia. Esperaba órdenes tranquilamente mientras trataba de analizar bien aquella jodida cosa de doce metros y encima armada.
- Exterior Catedral:
- Atacar por la espalda a la enorme cosa y tratar de cortarle dos dedos de la mano del escudo, colocarme al lado de Aki y hablarle.
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Gerald caminaba por el desolado paraje urbano de la capital de Síderos. A cada paso descubría una nueva muestra de la ruina y la degradación de aquel país roto por la guerra. Se preguntaba qué tal iría la batalla y quién estaría ganando. Esperaba que no fuese la facción de Meln, ese grupo de monstruos que contaminaban el mundo a su paso. No podía imaginarse cómo sería el país que esa gente gobernara.
Fuera ya del oscuro mundo subterráneo, podía retomar su objetivo de encontrar la debilidad de Yoai, conocer su poder y la forma de combatirlo. No podía tolerar que alguien capaz de someter su mente como ella y sus siniestras artes lo habían hecho campase a sus anchas. "Tecnología", pensó con desprecio. Así era como llamaban a los poderes capaces de volcar a una persona directamente en un mundo que no existía. Para Gerald era algo inconcebible; por eso odiaba las máquinas.
Y de repente oyó la voz. Sin un origen aparente ni un destinatario concreto, pero audible y clara como si se dirigiese a él. Como si ésta lo hubiese invocado, un destello de luz engulló el cielo y lo vistió con una brillante capa irisada. El espadachín alzó la vista al cielo esperando ver a la fuente de esa voz pero en su lugar solo vio un brillo dorado y resplandeciente, un pequeño sol que trajo un breve momento de paz. Una figura femenina surgió entonces de la luz. Hablaba de guerra y desdicha y, aunque bella, emanaba un poder aterrador. Gerald escuchó embelesado cada palabra mientras los últimos rescoldos de las luces se desvanecían entre los negros restos de los edificios.
No estaba seguro de entender qué ocurría, pero por alguna razón comprendía vagamente que acababa de oír a la máxima autoridad en la decadente Síderos. Solo se preguntaba si sería o no humana.
Antes de poder responder a esa pregunta oyó el agudo silbido del peligro. Se apartó a un lado con rapidez en cuanto vio el primer proyectil caer en picado, para luego clavarse en la tierra justo donde él había estado. Muchos más lo siguieron. Había estado tan concentrado en la mujer de los cielos que no había visto siquiera los pocos pájaros que ahora revoloteaban sobre la ciudad. Fue entonces cuando se fijó en que lo que había estado a punto de caerle encima era un objeto metálico con aspecto de pluma. Gerald desenvainó su propia Pluma y se ocultó entre los escombros hasta que la mortífera lluvia terminó.
Aguardó unos segundos hasta estar seguro de que ninguna de esas cosas le abriría un nuevo agujero y luego volvió a salir. Durante unos instante hubo silencio en la Ciudad Imperial, unos momentos de paz antes de que los ruidos de la guerra volviesen a oírse cada vez más cercanos.
Absorto en sus pensamientos sobre lo que acababa de ocurrir, Gerald continuó su camino hasta que se topó con un habitante de las ruinas ennegrecidas que era Encuentro. O quizás era uno de los paladines convocados para luchar. Bien pensado, no le importaba demasiado. Se limitó a rozar su mente con sus poderes para averiguar su identidad y si debía lealtad a alguna de las facciones en liza. Por lo demás no le resultaba interesante, aunque prefería no enfrentarse a él. No se imaginaba saliendo bien parado.
Continuó andando sin detenerse, espada en mano, atento a cualquier posible hostilidad. Al fin y al cabo, aunque él no estuviese interesado en luchar para Meln no quería decir que otros no tratasen de matarle en favor de sus facciones. El músico echó un vistazo a su alrededor, por si acaso estaba metiéndose en alguna trampa, y vio con sorpresa la cúpula blanca que se alzaba en las cercanías. Era... extraña; ni siquiera parecía hecha de piedra. Y además, había una lucha desatada a su alrededor. A esas alturas ya ni siquiera se sorprendió. Ni tan siquiera se extrañó por el carro tirado por osos que pasó por ahí.
Consciente de que las zonas de batalla -en especial las más extrañas- podían ser donde se hallase Yoai, decidió aproximarse. Observaría durante un rato hasta comprobar si la pretora o alguno de los suyos estaba por allí, aunque no tenía intención de correr riesgos innecesarios. Prefería esperar que la lucha se resolviese sola y ocuparse de quien quedase como considerara necesario.
- Meln:
- Ocultarse de las puñeteras plumas esas - Acercarse a la cúpula donde se están zurrando todos esos raritos y quedarse mirando a ver qué pasa, a ser posible dejando que se maten entre ellos
Maki
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Maki aceptó con gusto el tabaco y se dedicó a comérselo tranquilamente. Era repugnante, cada segundo que ese sabor atacaba con saña sus papilas gustativas era un tormento, y aún así no podía dejar de comerlo. ¿Acaso era eso lo que llamaban amor? "Puedo dejarlo cuando quiera", se dijo a sí mismo, "solo que ahora mismo no quiero". Sí, estaba seguro de eso. Cuando Augustus Makintosh quisiese dejar el tabaco, lo haría.
Estaba tan absorto en su nuevo aperitivo que ni siquiera se dio cuenta de la gente que se iba alejando poco a poco. E incluso se había olvidado del molusco ese, como-se-llame. Solo volvió a prestar atención al mundo que le rodeaba cuando por fin se terminó el cigarrillo. Para entonces, ni su proveedor de tabaco, ni el tipo de la cara siniestra ni la giganta gruñona continuaban por allí. Y sin Sonrisas para guiarle, ¿qué iba a hacer ahora?
Por suerte, una nueva líder apareció para salvarle. Surgió del interior de un mar de luces brillantes, a las que el gyojin se quedó mirando embobado desde su repentina aparición hasta su triste final. Estuvo a punto de aplaudir para pedir que lo hiciesen otra vez, pero entonces la Chica Alada Mágica Aparecida de la Nada comenzó a hablar. Maki no entendió la mitad de lo que dijo, y tampoco escuchó la otra mitad. Todo su cerebro estaba tratando de procesar el hecho de que esa chica TENÍA ALAS.
-Es un hada - susurró Maki solo para sus oídos.
Acababa de encontrar un hada, un hada de verdad, con alas y... esas cosas de hadas. Incluso tenía pajaritos brillantes que lanzaban cosas -seguramente bastones de caramelo o algo dulce-. Al cuerno la libélula, el hada acababa de colocarse en lo más alto de la pirámide de cosas chulas a las que seguir. La cuestión era como llegar hasta donde estaba y pedirle un deseo. ¿Volando? No, él no podía volar. Todavía; estaba trabajando en eso. La única opción que se le ocurrió, tras descartar la escalera gigante y atarse un puñado de globos, fue subir al sitio más alto para hablar con ella.
- Facción de Maki:
- Flipar con la mujer con alas, aka el hada - Buscar el edificio más alto para poder hablar con ella y pedirle un deseo
Ban Midou IV
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Una sonrisa se formó en el rostro del chico de lava. De modo que ese capullo iba a costarle más de lo esperado… Pues debería usar todo su poder para vencerlo. Iba a lamentar haberse metido con su profesión de espadachín. Ban ocultó todas sus armas, iba a ser cuidadoso con las que usaba para luchar. Soltó un enorme suspiro y acto seguido cerró los ojos, concentrando su haki de observación en aquel tipo. Tras unos momentos empezó a imbuirse en un aura morada pálido. El luchador de la nube estaba listo para el siguiente asalto. Ya había comprobado el estilo de lucha de su oponente y no pensaba dejarse derrotar por él. Llevó la mano derecha despacio hacia Hudoku y después de unos momentos sacó con la izquierda a Azazel. Jugaría con la velocidad.
- Entonces voy a hacer que tengas miedo a uno de ellos en este preciso momento. Mi nombre es Ban Midou, y voy a derrotarte aquí mismo.
Midou abrió los ojos de repente, formando una poderosa aura morada a su alrededor, la cual era mucho más intensa ahora. Su fuerza se duplicó y además de eso, una sonrisa ladeada se formó en su rostro. El mafioso comenzó a moverse de nuevo con el soru a toda velocidad a su alrededor, pero esta vez pendiente de su martillo. Si lo movía se frenaría. Al mismo tiempo que continuaba moviéndose, empezó a hablar en un tono calmado.
- Me temo que esto se ha terminado. Ahora muere y calla para siempre, chico…
Dijo al mismo tiempo que potenciaba su aura y se lanzaba a por su oponente. Lanzó un terrible corte buscando su cuello con su espada de kairouseki, con la venenosa trató de cortarle la pierna y atravesar su corazón. Le diese o no, levantaría la pierna y lanzaría una patada al aire, formando una pequeña oleada de magma que pretendía quemar su entrepierna a maldad.
- ¡Ryukuro!
- Entonces voy a hacer que tengas miedo a uno de ellos en este preciso momento. Mi nombre es Ban Midou, y voy a derrotarte aquí mismo.
Midou abrió los ojos de repente, formando una poderosa aura morada a su alrededor, la cual era mucho más intensa ahora. Su fuerza se duplicó y además de eso, una sonrisa ladeada se formó en su rostro. El mafioso comenzó a moverse de nuevo con el soru a toda velocidad a su alrededor, pero esta vez pendiente de su martillo. Si lo movía se frenaría. Al mismo tiempo que continuaba moviéndose, empezó a hablar en un tono calmado.
- Me temo que esto se ha terminado. Ahora muere y calla para siempre, chico…
Dijo al mismo tiempo que potenciaba su aura y se lanzaba a por su oponente. Lanzó un terrible corte buscando su cuello con su espada de kairouseki, con la venenosa trató de cortarle la pierna y atravesar su corazón. Le diese o no, levantaría la pierna y lanzaría una patada al aire, formando una pequeña oleada de magma que pretendía quemar su entrepierna a maldad.
- ¡Ryukuro!
- Sarka:
- Combatir.
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Taiga soltó un pequeño suspiro al mismo tiempo que crujía los nudillos de sus puños. A continuación se quedó mirando a la peliblanca con una sonrisa amable, pues con aquellos tamaños, ella no iba a poder hacer nada. En ese momento trató de cogerla con su mano derecha y colocarla a su espalda al mismo tiempo que mostraba una expresión alegre. Tenía un plan entre manos y ella iba a poder combatir de esa forma, aunque siendo algo extraño. Soltó un suspiro y a continuación se agachó un poco.
- Muy bien, espero que esto no te de miedo. Es el momento de la batalla.
Taiga entonces se colocó a cuatro patas, empezando a gruñir hasta el punto de empezar a cambiar despacio. Sus orejas se pusieron lupinas y todo su cuerpo fue rodeado por una enorme mala de pelo. Su altura pasó a ser de quince metros, superando el tamaño de las estatuas y empezando a rugir con fuerza. La chica entonces quedaría en su lomo. El enorme monstruo de gran tamaño se relamió despacio y soltó un inmenso aullido que llamaría la atención seguramente de todos en el campo de batalla. Fue en ese momento cuando alzó su voz para que todo el mundo pudiese escucharle.
- No os preocupéis ¡Yo os ayudaré a luchar contra las armaduras! ¡Soy vuestro aliado! – Dijo de forma seria.
Entonces se fijó en una de las armaduras enormes, la cual estaba sola y nadie le atacaba. Esa sería la suya. Sin pensárselo, el enorme lobo se abalanzó sobre ella, tratando de colocar sus patas superiores en el pecho de ella y de un empujón violento tirarla al suelo. Su fuerza en aquel estado era exageradamente terrible. Además, había activado el haki armadura.
- ¡Alice, sube hasta mi cabeza y controla la situación!
- Muy bien, espero que esto no te de miedo. Es el momento de la batalla.
Taiga entonces se colocó a cuatro patas, empezando a gruñir hasta el punto de empezar a cambiar despacio. Sus orejas se pusieron lupinas y todo su cuerpo fue rodeado por una enorme mala de pelo. Su altura pasó a ser de quince metros, superando el tamaño de las estatuas y empezando a rugir con fuerza. La chica entonces quedaría en su lomo. El enorme monstruo de gran tamaño se relamió despacio y soltó un inmenso aullido que llamaría la atención seguramente de todos en el campo de batalla. Fue en ese momento cuando alzó su voz para que todo el mundo pudiese escucharle.
- No os preocupéis ¡Yo os ayudaré a luchar contra las armaduras! ¡Soy vuestro aliado! – Dijo de forma seria.
Entonces se fijó en una de las armaduras enormes, la cual estaba sola y nadie le atacaba. Esa sería la suya. Sin pensárselo, el enorme lobo se abalanzó sobre ella, tratando de colocar sus patas superiores en el pecho de ella y de un empujón violento tirarla al suelo. Su fuerza en aquel estado era exageradamente terrible. Además, había activado el haki armadura.
- ¡Alice, sube hasta mi cabeza y controla la situación!
- Exterior de la iglesia LEED TODOS LOS QUE ESTEIS LUCHANDO CON LAS ESTATUAS:
- Convertirme en un lobo de 15 metros gigantesco, hablar para todos, luchar con una de las estatuas que esté sola.
Fuerza de Taiga: x350 de fuerza respecto a su propia base.
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A los edificios se les habían bajado los humos al menos. Habían estado demasiado chulitos últimamente y ahora parecían relajarse. El lobo blanco continuaba callado y con los ojos cerrados, concentrándose en volver en sí y dejando poco a poco de reír. Veía manzanas cuando abría sus orbes y después desaparecían. Deseaba que aquella tortura terminase de una jodida vez. Era demasiado incómodo caminar de aquella forma en mitad de una guerra. Encima empezó a ver destellos de colores en la zona y eso le hizo chasquear la lengua. Ya no sabía lo que era real y lo que era ficticio.
- Esto no se lo cree nadie, Slayer. Joder, que asco de manzanas. Juro no comerme ninguna más, y es una promesa. – Mencionó al mismo tiempo que apretaba los puños.
En ese momento pudo ver dos sujetos acercándose. Se fijó en que eran un tipo vestido de forma elegante y una chica bastante peculiar. El enorme luchador se quedó mirándolos mientras una gota de sudor bajaba por su cabeza. Se sentía fatal después de haber comido aquella cosa. Los edificios continuaban mirándole y no sabía qué hacer. Lo siguiente que hizo fue caminar hacia el par de personas y ponerse frente a ellas. Esperaba que no fuesen también meras ilusiones provocadas por el estado en el que estaba en ese momento.
- Perdonad, soy Drake ¿Sabéis qué demonios está pasando? Estoy algo perdido y no sé a dónde dirigirme. Sería de mucha ayuda que me indicaseis algo de ayuda.
En todo momento era amable, pero negaba varias veces y aceleraba su respiración de vez en cuando. Debía admitir que estar en aquel estado era una mierda.
- Esto no se lo cree nadie, Slayer. Joder, que asco de manzanas. Juro no comerme ninguna más, y es una promesa. – Mencionó al mismo tiempo que apretaba los puños.
En ese momento pudo ver dos sujetos acercándose. Se fijó en que eran un tipo vestido de forma elegante y una chica bastante peculiar. El enorme luchador se quedó mirándolos mientras una gota de sudor bajaba por su cabeza. Se sentía fatal después de haber comido aquella cosa. Los edificios continuaban mirándole y no sabía qué hacer. Lo siguiente que hizo fue caminar hacia el par de personas y ponerse frente a ellas. Esperaba que no fuesen también meras ilusiones provocadas por el estado en el que estaba en ese momento.
- Perdonad, soy Drake ¿Sabéis qué demonios está pasando? Estoy algo perdido y no sé a dónde dirigirme. Sería de mucha ayuda que me indicaseis algo de ayuda.
En todo momento era amable, pero negaba varias veces y aceleraba su respiración de vez en cuando. Debía admitir que estar en aquel estado era una mierda.
- Zal:
- Hablar con Castor y Azula.
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La batalla continuaba realizándose alrededor de Krauser y su equipo. El pequeño encapuchado decía incoherencias, pero estaba cumpliendo con el objetivo que tenía asignado de terminar con los objetivos. El demonio de la niebla continuaba lanzando tajos con sus machetes por la zona, sintiendo la emoción de la guerra de nuevo en su cuerpo. No era nada nuevo para él, pero siempre lograba ponerle en tensión. Siempre estaba en situaciones de aquel tipo y eso debía admitirlo. Se relamió despacio por unos momentos y acto seguido se quedó mirando a sus hombres. Realizó unos cuantos gestos con la mano y después se puso al frente. Ocultó sus machetes y desenvainó su enorme espadón. Lo clavó en el suelo de forma violenta y después frunció el ceño mientras miraba al frente.
- ¡Reagrupaos!
Gritó a sus hombres al mismo tiempo que se cruzaba de brazos. Ya habían causado muchísima destrucción y era posible que Zilda ya estuviese en las últimas. El equipo de la Quimera no era nada idiota, pues sus miembros eran increíbles, incluido el marine. Krauser se calmó durante unos momentos y puso su mirada más seria. Trataba de intimidarlos de aquella forma. También echó su enorme arma a un lado para editar dejar pasar a los encapuchados que estaban como jodidas cabras.
- Este es mi último aviso. Tirad las armas y no morirá nadie más hoy. Un solo disparo más contra la gente que hay a mi espalda y la bandera blanca dejará de significar rendición para mí. De modo que declaro el fin de esta batalla ¡Contra la pared, ahora! – Gritó con furia y apuntando con su enorme espadón hacia los miembros de Zilda.
Esperaba que no fueran tan idiotas de continuar la batalla o por su parte tendría que matarlos a todos. Si los encapuchados se ponían violentos, les daría una colleja a los más cercanos para que se relajasen. Mantenía el haki de observación activado en todo momento.
- ¡Reagrupaos!
Gritó a sus hombres al mismo tiempo que se cruzaba de brazos. Ya habían causado muchísima destrucción y era posible que Zilda ya estuviese en las últimas. El equipo de la Quimera no era nada idiota, pues sus miembros eran increíbles, incluido el marine. Krauser se calmó durante unos momentos y puso su mirada más seria. Trataba de intimidarlos de aquella forma. También echó su enorme arma a un lado para editar dejar pasar a los encapuchados que estaban como jodidas cabras.
- Este es mi último aviso. Tirad las armas y no morirá nadie más hoy. Un solo disparo más contra la gente que hay a mi espalda y la bandera blanca dejará de significar rendición para mí. De modo que declaro el fin de esta batalla ¡Contra la pared, ahora! – Gritó con furia y apuntando con su enorme espadón hacia los miembros de Zilda.
Esperaba que no fueran tan idiotas de continuar la batalla o por su parte tendría que matarlos a todos. Si los encapuchados se ponían violentos, les daría una colleja a los más cercanos para que se relajasen. Mantenía el haki de observación activado en todo momento.
- Equipo Quimera:
- Tratar de parar la batalla y pedir rendición. Si no acceden, la masacre se volverá a iniciar.
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Milena se mantuvo callada al escuchar las palabras de la chica. Ojalá hubiese perdido a alguien en la batalla y le hubieran partido en pedazos, pero ese desgraciado traidor tenía demasiada suerte. Maldito bastardo, insecto sin sentimientos y cucaracha del infierno. La pelirroja le tenía más asco que a Jin y eso ya era decir. Tan solo esperaba que muriese de la forma más dolorosa posible y que no fuera reconocido. Escupió a un lado y después de unos momentos se quedó mirando a la chica al mismo tiempo que avanzaba. Le dedicó una sonrisa algo siniestra y después de unos momentos le contestó con un tono despreocupado, pero el cual sonaba demasiado serio. Era como si estuviese llena de ira en aquellos precisos momentos.
- Lo que me ha ocurrido es personal. Pero el causante pagará con su vida el haber abandonado a su hijo incluso antes de hacer. Ese hijo de perra pagará todo mi odio y cuando lo encuentre morirá. Por el momento tan solo aléjate de mí unos diez metros. No quiero que mi gravedad te aplaste.
Dijo entonces al darse cuenta de que algunos hombres se acercaban a ellas. Milena se alejó un poco para poder combatir a gusto y desenvainó su espada relamiéndose. Una expresión de odio se formó en su rostro y entonces activó la gravedad aumentada a 5*g en diez metros a la redonda. Todo el que se acercara a ella y se pusiera a ese alcance, sufriría de lo lindo. Entonces la pelirroja se desplazó a una velocidad envidiable tras uno, tratando de cortarle la cabeza con una fuerza violenta. Lo lograse o no, simplemente sonreiría de forma algo siniestra. Entonces apretó los puños y se colocó en posición de combate.
- ¡¿A qué diablos estáis esperando!? – Gritó de forma violenta mientras gruñía un poco.
- Lo que me ha ocurrido es personal. Pero el causante pagará con su vida el haber abandonado a su hijo incluso antes de hacer. Ese hijo de perra pagará todo mi odio y cuando lo encuentre morirá. Por el momento tan solo aléjate de mí unos diez metros. No quiero que mi gravedad te aplaste.
Dijo entonces al darse cuenta de que algunos hombres se acercaban a ellas. Milena se alejó un poco para poder combatir a gusto y desenvainó su espada relamiéndose. Una expresión de odio se formó en su rostro y entonces activó la gravedad aumentada a 5*g en diez metros a la redonda. Todo el que se acercara a ella y se pusiera a ese alcance, sufriría de lo lindo. Entonces la pelirroja se desplazó a una velocidad envidiable tras uno, tratando de cortarle la cabeza con una fuerza violenta. Lo lograse o no, simplemente sonreiría de forma algo siniestra. Entonces apretó los puños y se colocó en posición de combate.
- ¡¿A qué diablos estáis esperando!? – Gritó de forma violenta mientras gruñía un poco.
- Meln:
- Aumentar la gravedad a 5g a 10 metros a mi alrededor (diciendole a elya que se aleje esa cantidad) atacar a uno de los fuertes.
Tobías Thorn
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Nada más terminar de soltar mi grito me sentí algo más relajado y abrí los ojos justo a la vez que oía una voz angelical que decía que nos detuviésemos. Un gran haz de luz salía despedido desde el centro de la zona amurallada con diversos colores, digno de el mejor espectáculo de luces, aunque imperando un tono morado. De la luz surgió una especie de silueta que parecía dirigirse a personas en concreto, que no tenían nada que ver con nosotros, pero aún así según su luz se fue extendiendo la calma llegó a mi mente y corazón dándome una tranquilidad más que necesitada. Por un momento creía que iba a colapsar y aquel suceso fue como el mejor de los bálsamos.
Me giré buscando la reacción de mis nakamas, cuando me fijé en que Ciaran y Bizvan habían vuelto.
- Con vosotros ya hablaré de que acabe esto, pero no creáis que la insubordinación es gratis muchachos - dije volviendo a usar un tono más serio. Parecía que la sensación de calma había sido momentánea.
Me dirigí hacia Kimura viendo que aún no había soltado palabra tras lo sucedido con el vice-almirante y demás. Seguramente aún estuviese cavilando sobre el tema y fui para enterarme de que pensaba. Era hora de que nos pusiésemos las pilas y así tenía pensado plasmárselo, pero no tuve oportunidad. Parecía que el loco que el rubio había soltado traía refuerzos.
El tipo iba enseñando sus poderosos músculos recubiertos de unas marcas que parecían tatuajes y portando un arma con un aspecto de los más peculiar. Su pinta no decía nada bueno sobre sus intenciones, pero menos aún lo eran sus palabras. Parecía que su inferioridad numérica no lo intimidaba y me hizo cuestionarme cuanto de poderoso era. Por suerte daba la casualidad que el miembro más débil de nuestra banda, Ciaran, estaba con Bizvan para ayudarla e incluso protegerla y Yoshi había cogido una posición elevada unos minutos atrás. Desde allí la joven tenía ventaja dado su estilo de lucha como algo de ventaja táctica y cobertura, además con su akuma podía elevarse y escapar del peligro por lo que me centré en los tipos un vez terminé de colocarme al lado de mi capitán.
- Creo que nuestros actos no nos han traído nada de buena suerte capitán, pero sabes que siempre contarás con mis armas. La manada debe mantenerse siempre unida y estamos ahora mismo bastante bien colocados - dije al pelirrojo mientras me mantenía alerta ante cualquier movimiento.
- No creo que ninguno ganemos nada con esto. A nosotros nos necesitan en otro lugar y no hemos dañado en demasía a tu hermano. Teniendo en cuenta que nos encontramos en mitad de una guerra y ninguno ganamos nada luchando con los otros debéis apartaros. Ya estamos hartos de perded el tiempo... - dije esta vez a los tipos. -Asique por última vez. ¡Apartaos o caed en combate!
Terminé mi discurso mientras reagrupaba el sirope que había usado para atrapar al tipo antes y comenzaba a darle forma de lanza gigante, quedándola suspendida en el aire y apuntando al recién llegado. Estaba usando mi ámbito sobre el sirope, dándole una tenacidad de 6 en la escala Mohs. No iba a lanzársela aún, sino que la usaba para enfatizar mis palabras.
Me giré buscando la reacción de mis nakamas, cuando me fijé en que Ciaran y Bizvan habían vuelto.
- Con vosotros ya hablaré de que acabe esto, pero no creáis que la insubordinación es gratis muchachos - dije volviendo a usar un tono más serio. Parecía que la sensación de calma había sido momentánea.
Me dirigí hacia Kimura viendo que aún no había soltado palabra tras lo sucedido con el vice-almirante y demás. Seguramente aún estuviese cavilando sobre el tema y fui para enterarme de que pensaba. Era hora de que nos pusiésemos las pilas y así tenía pensado plasmárselo, pero no tuve oportunidad. Parecía que el loco que el rubio había soltado traía refuerzos.
El tipo iba enseñando sus poderosos músculos recubiertos de unas marcas que parecían tatuajes y portando un arma con un aspecto de los más peculiar. Su pinta no decía nada bueno sobre sus intenciones, pero menos aún lo eran sus palabras. Parecía que su inferioridad numérica no lo intimidaba y me hizo cuestionarme cuanto de poderoso era. Por suerte daba la casualidad que el miembro más débil de nuestra banda, Ciaran, estaba con Bizvan para ayudarla e incluso protegerla y Yoshi había cogido una posición elevada unos minutos atrás. Desde allí la joven tenía ventaja dado su estilo de lucha como algo de ventaja táctica y cobertura, además con su akuma podía elevarse y escapar del peligro por lo que me centré en los tipos un vez terminé de colocarme al lado de mi capitán.
- Creo que nuestros actos no nos han traído nada de buena suerte capitán, pero sabes que siempre contarás con mis armas. La manada debe mantenerse siempre unida y estamos ahora mismo bastante bien colocados - dije al pelirrojo mientras me mantenía alerta ante cualquier movimiento.
- No creo que ninguno ganemos nada con esto. A nosotros nos necesitan en otro lugar y no hemos dañado en demasía a tu hermano. Teniendo en cuenta que nos encontramos en mitad de una guerra y ninguno ganamos nada luchando con los otros debéis apartaros. Ya estamos hartos de perded el tiempo... - dije esta vez a los tipos. -Asique por última vez. ¡Apartaos o caed en combate!
Terminé mi discurso mientras reagrupaba el sirope que había usado para atrapar al tipo antes y comenzaba a darle forma de lanza gigante, quedándola suspendida en el aire y apuntando al recién llegado. Estaba usando mi ámbito sobre el sirope, dándole una tenacidad de 6 en la escala Mohs. No iba a lanzársela aún, sino que la usaba para enfatizar mis palabras.
- Resumen Balt. CW:
- -Mirar la luz, reñir a Biz y a Ciaran y hablar con Kim y con los tipos. Terminar haciendo una lanza de sirope por si acaso con mis habilidades.
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Los ojos del cazador se abrieron como platos al darse cuenta de lo que estaba pasando en aquella zona. Todo estaba lleno de enormes estatuas de doce metros que atacaban a las personas. Taiga estaba también dándole la vara a una de ellas y él decidió observar un poco más la situación. No tardó en soltar un suspiro y aterrizar en lo alto de la catedral, quedándose pensativo sobre lo que hacer.
- Creo que debería ayudar también, se supone que Redfield estaba de parte de Balt. Pero estoy bien también a otros tipos que reconozco… Tal vez por sus carteles. No creo que sea momento de ponerse arrestar a la gente.
- No estamos aquí en plan cazadores ¿No? Puedes hacer lo que desees, pero no hay rastro de los pretores por esta zona.
Kasai asintió con la cabeza, notando la presencia de Hinori dentro de la catedral. Soltó un pequeño suspiro y después empezó a pensar en la situación. Tal vez debería echarle una mano a Taiga con aquella cosa después de todo. El cazador entonces aterrizó en la cabeza del lobo, volviendo a la forma humana y sacando sus pistolas. Se imbuyó en haki superior y sin pensárselo empezó a disparar apuntando al “rostro” de aquella enorme cosa. Sabía que su compañero no iba a quejarse. Entonces fue cuando se dio cuenta de que Alice también estaba allí y no tardó mucho en dedicarle una sonrisa.
- ¡Hola! Veo que tú también conoces a Lobito-chan. Será un placer ayudaros contra esa cosa y terminar de una vez con todo ¿Me resumes un poco la situación?
Le dijo a la chica al mismo tiempo que le dedicaba una sonrisa amable y continuaba disparando con las balas píricas hacia el rostro del enorme ser que tenía delante de sus ojos. Todo parecía ser un maldito caos.
- Creo que debería ayudar también, se supone que Redfield estaba de parte de Balt. Pero estoy bien también a otros tipos que reconozco… Tal vez por sus carteles. No creo que sea momento de ponerse arrestar a la gente.
- No estamos aquí en plan cazadores ¿No? Puedes hacer lo que desees, pero no hay rastro de los pretores por esta zona.
Kasai asintió con la cabeza, notando la presencia de Hinori dentro de la catedral. Soltó un pequeño suspiro y después empezó a pensar en la situación. Tal vez debería echarle una mano a Taiga con aquella cosa después de todo. El cazador entonces aterrizó en la cabeza del lobo, volviendo a la forma humana y sacando sus pistolas. Se imbuyó en haki superior y sin pensárselo empezó a disparar apuntando al “rostro” de aquella enorme cosa. Sabía que su compañero no iba a quejarse. Entonces fue cuando se dio cuenta de que Alice también estaba allí y no tardó mucho en dedicarle una sonrisa.
- ¡Hola! Veo que tú también conoces a Lobito-chan. Será un placer ayudaros contra esa cosa y terminar de una vez con todo ¿Me resumes un poco la situación?
Le dijo a la chica al mismo tiempo que le dedicaba una sonrisa amable y continuaba disparando con las balas píricas hacia el rostro del enorme ser que tenía delante de sus ojos. Todo parecía ser un maldito caos.
- Balt:
- Subir a la cabeza de Taiga, atacar a la "cara" de la armadura con la que lucha el lobo y hablar con Alice.
Liv L Astrid
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El soldado de Zal había conseguido evitar ambos ataques del pelirrojo y había conseguido ganar algo de terreno que le dio un respiro. El sargento estuvo haciendo algo raro pues al colocar sus manos en el suelo se formó una humareda de la que se formaron dos lobos negros que se lanzaron a por el enemigo, por otra parte el joven de pronto comenzó a correr y a crecer, al lado de su cabeza salieron otras dos, además le comenzaron a salir escamas por su cuerpo, ¿Qué clase de criatura era esta persona?, se parecía a una serpiente pero mutada por alguna extraña razón en la que le añadían cabezas. Sin embargo, aunque le hubiesen salido dos cabezas, aún mantenía parte de la forma física de una persona.
El extraño ser salió disparado hacia el enemigo dándole un golpe al aire y desde su mano salió una serpiente dorada hacia el soldado de Zal. No me había movido ni un milímetro al ver todo este despliegue de animales de mi compañero, pero volví en mí rápidamente y me comencé a reír sin venir a cuento de nada.
-HAHAHA, quien hubiese pensado que iba a luchar junto a un hombre zoo, HAHAHA, esto va a ser divertido – dije entre risas.
Sin esperar más y esperando que los dioses me viesen, me lancé corriendo a por el soldado teniendo cuidado de no interponerme en la trayectoria de los animales del marine, una vez alcancé a mi objetivo, realicé unos cuantos ataques, en los que mi objetivo era ensartar al hombre con mis espadas. Intenté hacer que con estos ataques, aunque no le golpeasen, dirigir al hombre a los ataques del pelirrojo.
-Al final el marine este resulta ser de lo más útil en combate – comentó Trece desde una posición alejada del combate.
-Sí, pero esta presa acabará siendo mía – le contesté mientras realizaba otro corte dirigido al brazo para cortarse.
En caso de que el tipo pudiese esquivar los ataques, estaría preparada para un contra ataque, del cual me defendería del primer ataque usando el tenkkai y si usaba más tras ese me ayudaría de mi velocidad, reflejos y del kami-e para evitarlos y buscar una abertura en sus ataques para asestarle un golpe mortal.
El extraño ser salió disparado hacia el enemigo dándole un golpe al aire y desde su mano salió una serpiente dorada hacia el soldado de Zal. No me había movido ni un milímetro al ver todo este despliegue de animales de mi compañero, pero volví en mí rápidamente y me comencé a reír sin venir a cuento de nada.
-HAHAHA, quien hubiese pensado que iba a luchar junto a un hombre zoo, HAHAHA, esto va a ser divertido – dije entre risas.
Sin esperar más y esperando que los dioses me viesen, me lancé corriendo a por el soldado teniendo cuidado de no interponerme en la trayectoria de los animales del marine, una vez alcancé a mi objetivo, realicé unos cuantos ataques, en los que mi objetivo era ensartar al hombre con mis espadas. Intenté hacer que con estos ataques, aunque no le golpeasen, dirigir al hombre a los ataques del pelirrojo.
-Al final el marine este resulta ser de lo más útil en combate – comentó Trece desde una posición alejada del combate.
-Sí, pero esta presa acabará siendo mía – le contesté mientras realizaba otro corte dirigido al brazo para cortarse.
En caso de que el tipo pudiese esquivar los ataques, estaría preparada para un contra ataque, del cual me defendería del primer ataque usando el tenkkai y si usaba más tras ese me ayudaría de mi velocidad, reflejos y del kami-e para evitarlos y buscar una abertura en sus ataques para asestarle un golpe mortal.
- resumen Sarka:
- atacar al soldado de Zal intentando llevarle hacia los ataques de Venom y en caso de que consiga esquivar todo buscar una apertura en su defensa para poder asestarle un golpe mortal
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