informacion y sabotaje

Tras la caída de una célula de revolucionarios, altos mandos del gobierno mundial se llevan las manos a la cabeza por el espanto de revisar los informes recuperados de algunas operaciones realizadas mientras la célula estaba activa.

Al estudiar albaranes, facturas y todo tipo de informes, el mando llega a la conclusión de que las extrañas partidas de recursos destinados al fondo del mar pueden indicar alguna maniobra para desestabilizar el poder actual.

Alertados de estas irregularidades deciden tomar cartas en el asunto y sin demora, preparando una partida de agentes para investigar la situación y ponerles en conocimiento de los descubrimientos realizados.

Mientras tanto, en una remota base de investigación gubernamental, las tropas destinadas allí tratan de sobrevivir y pasar inadvertidos a la espera de una oportunidad en la que poder regresar a sus hogares. Abandonados y olvidados por todos y todo en lo que creían, continúan estoicamente realizando sus funciones encomendadas como si esa ultima misión asignada, se hubiese convertido en su razón de ser. en la ultima causa por la que luchar.

Os encontráis todos en un batiscafo que desciende hacia el fondo del mar, los controles son sencillos y no tienen mucha complicación, conforme vais bajando la oscuridad se apodera del ambiente y recurrís a los faros para iluminaros, pasado un tiempo sobre el lecho oceánico contempláis una estructura.



La base se encuentra construida en forma de racimo, con diversas cúpulas con atmósfera propia e interconectadas entre si por pasillos entorno a una cúpula central. Tras entrar en el modulo de atraque os fijais en que este esta compuesto por 2 niveles. Los letreros situados en las paredes indican que el superior es accesible mediante la apertura de la cupula, mientras que el inferior en donde os encontrais eta compuesto por la zona de hangares. Aqui y alli podeis observar diversos submarinos ademas de suministros. nada mas poner los pies en las instalaciones sois interceptados por un pelotón de marines fuertemente armados. Es vuestro momento de decidir que hacer buena suerte.

Tenebrex. Te encuentras recluido en la sección de celdas, te pillaron haciendo un descuadre en el inventario para mandar suministros a la revolución, llevas allí un par de días sin posibilidad alguna de escape. La celda es lo justa para dar un paseo de tres metros y descansar en una cama, por fortuna para ti es en un colchón y no te tratan mal, tienes un guardia apostado en una garita que apenas es una habitación. Desde ella se controla el acceso a las celdas y el traslado de prisioneros a la sala de interrogatorios. La celda esta aislada de las demás por campos de energía y barrotes, eres el único cautivo en este área.

-"Ya hacía dos días desde que me encerraron, sin embargo aún no tenía claro qué hacer... Los de la Quimera desconozco si saben que estoy aquí, y si lo saben, aparecerán en algún momento, pero preferiría que no se enterasen... o al menos que se enterasen después de que consiga salir. Quiero demostrar que no soy el novato que necesita ayuda para todo, sino uno más." -Pensaba Edward, echado en la cama con los brazos cruzados detrás de la cabeza.

Edward tenía un as en la manga, al parecer no habían tenido en cuenta que era usuario y los barrotes no eran de kairoseki. Si surgía alguna oportunidad, sus poderes, desconocidos para sus enemigos, contarían con el factor sorpresa. Aunque de todas forma no había forma de atravesar la barrera de energía. ¿Es posible que si supieran de sus poderes pero confiaran en la barrera de energía? Quizás, no podía asegurar nada.

El joven contempló la posibilidad de intentar escapar atravesando la barrera, pero probablemente su resistencia a la electricidad no fuera lo suficientemente alta para sobrevivir... y eso suponiendo que pudiera atravesarla tal cual, pues realmente desconocía la naturaleza del campo de energía. El tiempo pasaba muy lentamente, pues ni siquiera tenía alguien con quien conversar, cosa que exasperaba al rubio, que lo único que podía hacer era dormir.

-Buff... Quiero escaparme solo, pero... que perdida de tiempo, si vinieran Krauser y Osu lo petaban todo y me sacaban de aquí en menos de cinco minutos. Ojalá surja alguna oportunidad pronto... Meh, a quién quiero engañar, es imposible, voy a echarme otra cabezada.- Murmuraba Edward mientras se acomodaba para dormir otra vez. Estando sin libros, sin gente... no había mucho más que hacer.

Sentado en aquel vehículo no podía parar de reflexionar acerca de cómo había llegado hasta allí. Es cierto que para esta misión el gobierno necesitaba un científico que recabase la información para asegurarla, pero… ¿por qué yo? Tenía un rango bastante bajo en la jerarquía y además había algunos agentes de seguridad que no confiaban en mí. Que me hubiesen asignado esta misión era algo muy extraño. En cualquier caso no podía quejarme, las órdenes eran bastante claras. Si quería seguir ascendiendo debía cumplir con mis obligaciones a la perfección.

Saliendo de mis pensamientos comencé a darme cuenta de que cada vez nos adentrábamos más y más en las profundidades del océano. No podía evitar sentir como se me ponían los pelos de punta, había tantas cosas que podían acabar en desastre… era mejor no pensarlo. Pronto la luz comenzó a desaparecer, forzando a la nave a encender sus focos. Había una gran cantidad de peces rondando por la zona. Si no fuese porque podría morir ahogado en cualquier momento estaría alucinado viéndolos pasar por nuestros alrededores. Incluso se vio un monstruo marino moverse por la zona, menos mal que el recubrimiento de kairoseki de la embarcación hacía que no se nos acercasen.

Tras un buen rato finalmente los faros iluminaron nuestro destino. Desde fuera no parecía un sitio acogedor, tan sólo una estructura de metal abandonada en mitad de las profundidades. Realmente esperaba equivocarme y que por dentro fuese una instalación correctamente preparada. En cualquier caso no tardaríamos mucho en comenzar nuestra visita, por lo que me alisé la camisa y me preparé para desembarcar.

Dejamos el batiscafo estacionado en una especie de hangar, el cual fue algo difícil de distinguir en un principio a causa de la monotonía de la estructura. En el interior estaba todo bien indicado con letreros que indicaban la posición de las distintas salas, pero desde el exterior… Bueno, había que acercarse para verlo. El primer vistazo a los alrededores dela sala no me reveló nada, tan solo había unos cuantos submarinos y algunos suministros, lógico teniendo en cuenta que allí había más gente. Tranquilamente comencé a avanzar separándome de nuestra nave para buscar al encargado, no tenía muy claro dónde lo podría encontrar, pero no creía tardar mucho.

No era el encargado, pero como esperaba no iba a tardar mucho en encontrarme con este. Casi instantáneamente después de comenzar a andar un pelotón de guardias armados hasta los dientes se cuadró frente a mí y me cortaron el paso. En un primer momento el miedo me hizo retroceder, pero pronto me cuadré y recordé que eran soldados fieles al gobierno. Me alegró ver que la seguridad funcionaba bien en ese sitio, así podría realizar mi trabajo tranquilo, sin miedo a que nadie me molestase.

-Buenas tardes, soy Jhon Length, encargado de recopilar la información de las investigaciones de la base para llevarlas al Laboratorio 021 del North Blue. Les agradecería que me escoltasen hasta mi destino.- dije con voz suave a la vez que sacaba mi identificación del bolsillo de la camisa.

No sé ni como ni por qué acabé haciendo esta misión para el gobierno. Seguramente sería una de las tantas misiones que acepté para ganar algo de dinero. La misión parecía simple, recabar información junto a un científico o algo así, el cual supuestamente mandarían a la vez aunque seguramente fuera en algún vehículo el cual NO me pagaron a mi. Supongo que nos encontraríamos en la entrada o algo así.

Pronto llegué a un complejo cerca del agua, me pareció bastante extraño la verdad, nunca había visto un complejo científico bajo el agua, supongo que esto era parte del secretismo del gobierno así que me limité a quedarme asombrado por el complejo. Eso y algo asustado, ¿que pasaría si todo se rompiera y estuviéramos ahí abajo? Probablemente morir ahogados la verdad. Me daban algo de pena los que trabajaban, seguramente estaban bajo presión constante.

Tardaríamos poco en empezar nuestro tour, o eso parecía. Le verdad es que no me sentía demasiado cómodo, así que más o menos me mantendría cerca de mi acompañante que parecía saber lo que hace. Mientras andábamos, la mayoría del tiempo lo llenaba el sonido metálico de nuestros pasos al andar mientras observaba el exterior. Peces nadando cerca de la estructura como si fuera lo más normal del mundo. Desde peces solitarios hasta grandes bancos de peces nadando cerca de las cristaleras. Era precioso sinceramente.

En un abrir y cerrar de ojos, un montón de soldados armados nos interceptaron. Mi compañero (el cual acababa de aprender que su nombre era Jhon) sacó su identificación de científico, así que supongo que lo teníamos todo bastante controlado por ahora.

-Oye señor... ¿Jhon? Mi nombre es Asriel, un gusto conocerle, ¿me puede recordar más o menos cual era nuestro papel aquí? le pregunté con una voz amigable. No se por que, pero aquel hombre me había caído bastante bien por ahora.

No teneis que esperar mucho hasta que un marine de mediana edad y abundantes cicarices en el rostro se persona ante vosotros. Se identifica como Karrenga, y podeis ver que no es la mas amable de las personas.

-Asi que os envia el alto mando ¡Ehhh! Ya claro seguro, vosotros sois espías enviados a eliminarme , a usurpar mi puesto y aprovecharos de los descubrimientos de esta guarnición a mi mando. Pero eso no va a ocurrir, me oís. No os saldréis con la vuestra.
Guardias llevarlos a la sala de interrogatorios allí les sacaremos la verdad. Si se resisten inundad toda la sección y ahogadlos.

Los guardias se miran entre ellos y os escoltan al área de celdas mientras no podéis creer lo que sucede. Durante el camino oís fácilmente a los guardias comentar que Karrenga presenta episodios agudos de insomnio y ansiedad por las noches, que lo llevan a estar interminables noches en su habitación estudiando archivos de datos, que se remontan a los inicios de la base o gestionando el escaso material sanitario en los laboratorios.

Asriel Los soldados te acompañan a la zona de prisioneros a ti te dejan en una celda, es lo justa para dar un paseo de tres metros y descansar en una cama, por fortuna para ti es en un colchón, tienes un guardia apostado en una garita que apenas es una habitación. Desde ella se controla el acceso a las celdas y el traslado de prisioneros a la sala de interrogatorios. La celda esta aislada de las demás por campos de energía y barrotes, Puedes ver en la celda contigua a un muchacho, puedes hablar con el tranquilamente.

Raghesir. Los marines te llevan a la sala de interrogatorios. Bajo una apariencia de extrema pulcritud, se puede contemplar esta sala donde la decoración brilla por su ausencia. En el centro de la misma, una silla con electrodos preside la estancia esperando al siguiente desdichado al que se le condene a un interrogatorio exhaustivo. A un lado de la silla, aparecen exquisitamente ordenados un montón de material quirúrgico y utensilios tanto punzantes como filosos con el objetivo de arrancar la verdad hasta el mas bravo, un droide medico esta en la sala en espera de ordenes.
Te colocan en la silla y no tarda mucho en aparecer Karrenga.

-Bien. Ahora me dirás quien te envía y que quieres de mi instalación. Tenemos maneras de sacarte la "verdad"

Puedes ver la locura y la demencia en sus ojos, este tipo no se anda con chiquitas y lo puedes escuchar como da ordenes al droide de que se prepare para sacudirte descargas a su orden. Tal vez sea buena idea decirle exactamente lo que quiere oír, o puedes hacerte el machote y no decir ni pió, también podrías decirle tu verdad o mentirle. Lamentablemente el escape es TOTALMENTE imposible.

Tenebrex Acaban de traer a un tipo a la celda contigua, puedes charlar con el si lo deseas, y mientras aprecias su careto te percatas de que el panel de control de tu celda esta dañado, puedes ver que parte de la carcasa esta rajada, tal vez si te las ingeniaras podrías crear un corto que apagara el campo de energía que te apresa. Tan solo tienes que pensar como y con que.

A pesar de haberme identificado la situación no cambia. Los marines no paraban de apuntarnos con sus armas, era como si no les importase nada. Sin duda había algo que no andaba bien y no iba a tardar en sufrir las consecuencias. Pasaron unos instantes de silencio incomodo hasta que apareció el que parecía ser el hombre al cargo de la base. Era alguien bastante intimidante, de aspecto experimentado, con varias cicatrices a la vista. Este se presentó bajo el nombre de Karrenga y no parecía estar muy cuerdo. Al fin entendía por qué el alto mando me había mandado a mí a esta misión, no querían arriesgar a nadie importante. No iba a ser nada fácil hacer entrar en razón a los miembros de seguridad de la base, pero al menos si lo lograba tendría un ascenso asegurado.

No había nada que hacer, por el momento decidí someterme a la voluntad de aquel extraño hombre. Iba a tener que planear bien mis movimientos si quería salir con vida. Los guardas que me escoltaban confirmaron sin quererlo mis sospechas, Karrenga había perdido la cabeza. Esa moneda tenía dos caras, por un lado estaba el hecho de que lo convertía en alguien realmente peligroso e inestable, pero por otro lado, podía ser una oportunidad para convertirlo en mi títere.

La sala en la que me dejaron era bastante aterradora, aunque había estado en sitios mucho peores. Esta, en un principio parecía una sala de interrogatorios normal, lisa, como la que me había esperado al iniciarme como científico del gobierno, sin embargo tenía algo especial. En medio de dicha sala había una especie de silla eléctrica, en la cual me situaron a la espera de la llegada de mi interrogador. Antes de que este llegase me dispuse para planear un plan de escape que me salvase en caso de necesidad. Para ello lo que hice fue mandar a Maiky activarse y salir de la nave para infiltrarse por los respiraderos hasta la sala de control. Era extremadamente pequeño y sigiloso por lo que, al no esperar una infiltración de ese tipo, estaba completamente seguro de que no lo descubrirían. Una vez allí su misión sería instalar mi programa de control en uno de los ordenadores de la base. Hecho esto tendría el completo control de todo lo que allí se encontrase menos de las personas.

Karrenga no tardó en llegar y comenzó a demandar que le contase toda la verdad sobre quién me había mandado y que pretendía hacer. Tras esto dio órdenes a un robot para preparar mi tortura. Estaba claro que iba a tener que jugar mis cartas rápido o me iba a doler.

-No tengo nada que ocultarte, tan sólo necesito que me asegures que nadie puede oírnos.-comencé diciéndole serio.

Esperaba tener intimidad completa con él para que mi plan funcionase, por lo que esperé un segundo para ver si aseguraba nuestra soledad.

-El mando no me envía por que sí. Quiere cerrar la base desde hace mucho tiempo, pero no pueden porque hay un traidor. Mi misión es encontrarlo y eliminarlo para que todos podáis volver a vuestras casas. Seguro que estás harto de este lugar tan lúgubre y apartado. Ayúdame y todos podremos marcharnos.- dije con el tono embaucador.

Bueno, parece que dormir no era una opción ya, acababan de traer un nuevo prisionero a la celda contigua. Por la cabeza del joven rondaban varias dudas...

-"Eso es... ¿un mink? Nunca he visto uno, pero supongo que es lo único que encaja... Espera... ¿será un mink o UNA mink? Si me dirige la palabra será más fácil saberlo, espero. ¿Por qué estará aquí? ¿Será de la revolución también?"

Mientras observaba a su nuevo acompañante y a los guardias alejarse, se dio cuenta del mal estado del panel de control de su celda. ¿Quizás sería una buena idea darle una descarga?

Edward estaba algo inseguro, sus descargas no eran demasiado potentes, pero no tenía muchas alternativas. Si el otro prisionero le hablaba ahora, Edward le haría una señal de silencio y señalaría su objetivo. Convirtió su mano en una cadena e intentó alcanzar el panel con la misma, emitiendo una corriente eléctrica a través de ella. Si llegaba, en el peor de los casos recibiría un calambrazo, buena suerte que tenía cierta resistencia a la electricidad. Si no lo conseguía, ya fuera por que no llegara o por que no fuera suficiente electricidad, lanzaría el Hebi Kōsen.

Cosas usadas:

De entre los militares, un hombre mayor y más condecorado salió, sentenciandonos a mi y a mi compañero. A mi me llevaron a una celda y a el... Bueno, no lo se la verdad. Me metieron en una celda bastante pequeña aunque tenía un colchón. Si no podía hacer nada lo mejor sería sentarme un rato. Mientras estaba sentado me percaté de que no estaba solo, un chico rubio estaba la celda de enfrente. Le saludé amablemente, quizás a pesar de estar aquí fuese alguien agradable.

El chico parecía estar extrañado de verme, bueno, no era algo extraño sinceramente. Tras un rato observándome el chico pareció hacer otra cosa en un panel de seguridad de su celda. ¿Quizás intentaba escapar? Si lo lograba, espero que me ayudase a mi también. Es cierto que no quería ninguna recompensa por mi cabeza, pero espero que si esto fuese a mayores poder al menos explicarle la situación al gobierno.

Mientras el rubio hacía sus cosas extrañas, intenté llamarle la atención sin que los guardias se diesen cuenta. Intentaba decirle que si podía ayudarme a salir por favor. Espero que me ayudase la verdad.

*¿Por que no pruebas a derribar esto? Por favor, nuestro cuerpo se carga de electricidad, este muro de electricidad no puede hacernos mucho daño.

*Más vale no arriesgarse, esto podría liarse y mucho en caso de que esto fuese a peor. A ver si el chico se dignaba a ayudarme, de mientras, estaba sentado en el colchón descansando las piernas un poco.

raghersir: El tipo te mira aterrado cuando comentas que quieres estar a solas con el. Sin embargo no dice nada hasta que has acabado de hablar.

-Lo sabia has venido a matarme y usurpar mi lugar, esos malnacidos quieren mi investigación. Pero no la obtendrán, si yo caigo todos caerán conmigo. Encerrarle.

Acto seguido ves como desaparece raudo y veloz por la puerta mientras te comienzan a desatar y llevar a paso tranquilo a las celdas donde se encuentra tu compañero.

Asriel y Tenebrex: Consigues llegar al panel de activación, parece que el campo no afecta a tus poderes, perfectamente puedes tocar la consola, pero por desgracia el guardia de seguridad de la garita te ha pillado haciéndolo. Mira mozo sera mejor que no hagas nada estúpido o te freiré como a una gamba. El tipo te apunta con un arma de aspecto bastante curioso, no sabrias decir que hace. Pero crees que es mejor hacerle caso antes de que se enfade.

Después de un rato traen a Raghesir, parece estar en perfecta forma y lo encierran cerca vuestro. Sin embargo algo no parece ir bien. Karrenga esta por megafonia gritando y maldiciendo a partes iguales, gritando algo de llevarse a todos por delante. El guardia de la garita os mira un instante antes de salir corriendo de la sala de celdas.

En unos instante las luces se apagan y los escudos de energía caen y la conmoción reina en la base, saltando al poco la energía de reserva. La base esta prácticamente a oscuras con la salvedad de la iluminación de emergencia. La megafonia no para de repetir. Fallo critico en el sistema de seguridad, se activaran protocolos de aislamiento. Podéis escuchar como el complejo se va sellando, no cabe decir que el bicho de raghesir no puede piratear nada si no hay energia.

En mi cabeza el plan me había parecido muy bueno, pero la locura hacía que Karrenga se comportase como un estúpido en lugar de escuchar bien lo que le decía. El resultado fue que se puso completamente histérico y comenzó a decir cosas sin sentido. Al menos por como hablaba pude entender un poco mejor la situación de la base. A causa de su locura, Karrenga parecía haber querido independizarse del gobierno, no entendía por qué, pero había tomado la base y las investigaciones como suyas propias. La cosa iba empeorando por momentos, al menos Maiky estaba cumpliendo su misión.

Tras sacarme de la sala de interrogatorios me llevaron a las celdas, las cuales tenían una tecnología basada en campos de energía bastante interesante. La parte buena es que al menos allí no me iban a torturar, por lo que podía pensar un nuevo plan tranquilo. La celda en la que me habían puesto estaba cerca a en la que se encontraba encerrado el peluchín que había venido en la misma nave que yo, no tenía claro si eso me iba a venir bien o no, pero no me gustaba, si me veía forzado a entrar en acción no podía dejar que un auténtico aliado del gobierno me viese. Aún estaba observando el resto de la estancia cuan de pronto la voz del hombre al mando comenzó a sonar por megafonía. No me sorprendió las cosas que se puso a gritar, ya había quedado claro que su mente no funcionaba bien, incluso parecía que quería mostrarlo a cada momento. Lo que sí que me sorprendió fue la reacción del guarda que vigilaba las celdas. Por un instante nos miró con una expresión de duda y luego salió corriendo.

Me había quedado muy confuso después de que el guarda nos abandonase, pero todo comenzó a cobrar sentido instantes después cuando la energía se desactivó. Lo que había dicho Karrenga de llevarse a todos por delante no era una forma de hablar, pensaba hacerlo literalmente. Tras unos instantes de silencio se encendieron las luces y la alarma de emergencia, momento en el que comprendí que tanto yo como el resto de gente de la base estábamos corriendo un tremendo peligro. No podía pasar allí más tiempo tenía que coger la información de la sala de control y salir pitando en uno de los batiscafos. En primer lugar me detuve un segundo para mandar a Maiky la orden de usar el dial de rayo que portaba para dar energía a la computadora principal por unos instantes para descargar los archivos de investigaciones. La energía no iba a ser suficiente para activar todo lo demás, pero tampoco lo necesitaba, con poder acceder a los archivos tendría bastante. Tras esto me acerqué analizando los barrotes de la celda para buscar un punto flaco. Una vez lo encontrase activaría el haki de armadura en mi mano y golpearía con todas mis fuerzas para poder salir de allí. Tenía que moverme rápido para asegurar mi ruta hasta los batiscafos, no sabía bien que podía pasar.

Poco después del inútil intento del rubio por salir de ahí, trajeron a la celda contigua a mi compañero de la misión, Jhon. Desde luego el viejo ese tenía que estar totalmente loco para encerrar a todo el que entre en aquel lugar la verdad. Cambiando de tema, me alegré al ver de nuevo a mi compañero, al menos sabía que tenia a alguien en quien confiar si las cosas se torciesen así que le saludé con la mano alegremente.

Poco después el viejo loco tuvo una rabieta por telefonía, algo de llevarnos a todos por delante. Tal y como estaba aquel señor lo más probable es que destruyese la base con nosotros dentro y parecía estar en lo correcto, pues la electricidad se cortó súbitamente y el guardia que nos vigilaba salió de la sala demasiado rápido y sin avisar, por lo que mis sospechas de que quizás nos quería matar a todos se confirmaban bastante. Mientras el pánico habitaba los pasillos con marines y científicos corriendo y gritando como niñas, Jhon desplegó un pequeño Dron y se fué, no se a donde, pero espero que algún lugar donde salvarnos.

Vi como Jhon intentaba romper la cárcel de un puñetazo y yo hice lo mismo, cargué mi puño con mi electro, lo retrocedí un poco para coger inercia y di un golpe seco en el primer punto débil que vi, ¿Conseguirá el rubio salir de ahí? Me tenía también preocupado así que en caso de salir y que el no pudiese, intentaría destrozar su jaula también, pero si el logra salir simplemente seguiré a Jhon, si es científico sabrá como salir de estos sitios.

Ups, parece ser que el joven no había pasado desapercibido... ¿Qué demonios era esa arma? Él no usaba armas, pero podría ser un buen recuerdo, trofeo o regalo... si es que conseguía salir de ahí, claro está. Trajeron a otro preso al que el Mink saludó, lo cual extrañó a Edward... si eran amigos ¿por qué saludarlo amistosamente cuando había sido apresado? Bueno, no era momento de centrarse en eso, ya que de repente empezó a sonar una voz por megafonía.

Edward desconocía la identidad del individuo de dudoso estado mental, pero era evidente que las circunstancias se habían tornado... extremas. El guardia se largó tras un breve vistazo que demostraba nerviosismo, sobre todo cuando echó a correr. Desde luego, no era para menos, parecía que el extraño enloquecido pretendía volar el complejo por los aires o Dios sabe qué.

-Mierda mierda mierda mierda mierda ¿Por qué me meto yo en estos líos? Calma Edward, no pasa nada, ahora ya no hay guardia, ya no hay escudo... solo quedan los barrotes.- Dijo, preparándose para lanzar el golpe más fuerte que pudiera cogiendo carrerilla. Gracias a su fruta, podía conseguir velocidades bastante altas, pero eso no evitaría que el golpe contra los barrotes sería bastante doloroso. Si los barrotes caían, y después de quejarse del dolor, le preguntaría a quien hubiera conseguido escapar de las celdas a dónde se dirigiría, para decidir si acompañarlo o no, si nadie había salido, intentaría ayudar a quien quedara dentro con otra embestida. Si no conseguía salir... pues nada, gritaría pidiendo ayuda.

Nota (Para bleyd):

Los golpes en los barrotes no tienen ningún resultado y depuse de un buen rato de infructuosos intentos. Tenebrex recuerda el panel de control dañado con un poco de manipulación consigue abrir las celdas. Ahora os encontráis liberados en confinamiento. podéis ir a la zona central, a atraque y a investigación desde vuestra posición.
Ademas tenéis las puertas de la sala de interrogaciones, la garita del guarda y las celdas en vuestra posición actual, no creo tener que recordar que estáis desarmados. La situación sigue igual, tan solo luces de emergencia y la instalación ha sufrido un bloqueo. El robotito enciende un ordenador y comienza a descargar la memoria contenida en este, aunque no sabes cuanto puedes sacar antes de que se agote la energía del dial, o el ordenador se funda por una sobrecarga de tension.

Tras un buen rato golpeando el punto más débil de la estructura que conformaba la celda finalmente desistí. A pesar de mi fuerza no había logrado hacerla ceder ni lo más mínimo. Sabía que el lugar donde estaba golpeando tenía un defecto de fabricación, pero aun así la marina utilizaba materiales de demasiada calidad para hacer sus celdas, no iba a poder salir tan fácilmente. Dudoso por no tener claro cómo salir de ahí comencé a frotarme la barba, podía llamar a Maiky para que me liberase desde fuera, pero el trabajo que estaba haciendo ahora era más importante. Por suerte para mí el chico rubio que había encerrado en una de las celdas cercanas se las apañó para llegar al panel de control de las celdas y las abrió todas.

Estando libre me surgió una duda, podía ser que aquel muchacho fuera un criminal auténtico o que estuviese allí por el mismo motivo que nosotros, es decir, ninguno. De cualquier manera no lo conocía y no pensaba fiarme de él, por lo que decidí mantenerlo vigilado. La mejor manera de hacer esto que se me ocurrió fue invitarlo a incluirse en nuestra misión.

-Muchas gracias por liberarnos.- comencé.- Mi nombre es Jhon Length, científico del gobierno. Sé que no me conoces y quizá no te fíes de mí, pero está claro que la base entera está en peligro, por lo que me gustaría pedirte que nos ayudases a hacer que esta no se convierta en nuestra tumba.- le sugerí directamente.- Si estás dispuesto sígueme, necesitaré tus habilidades como cobertura mientras intento recuperar manualmente el control de la base desde el centro de mando.- le pedí. –Por otro lado tú…- continué girándome hacia Asriel.- La información de esta base es demasiado importante como para permitir que se pierda, tienes que asegurar el departamento de investigación a toda costa. Confío en ti, si el gobierno te eligió para esta misión debe ser por algo.- le mandé cortésmente.

Con el discurso hecho me dispuse a dirigirme a la zona central a intentar deshacer lo que fuera que hubiese hecho Karenga. Si el rubio me seguía sería de agradecer, pues podría tener un apoyo y no lo perdería de vista, si por otro lado este decidía no seguirme… Bueno, sería una buena caza teniendo en cuenta que era un usuario de fruta rodeado de agua.

Mientras iniciaba mi camino en dirección al centro también me llegó la información recopilada por Maiky, al que mandé inmediatamente ir en dirección a la zona de investigación a apoyar a Asriel. Al parecer los ordenadores de la central no tenían nada de información sobre las investigaciones de la base, tan sólo presupuestos y registros. En un principio pensé que no era nada que me fuese a ser útil realmente, pero entonces me di cuenta, había irregularidades muy evidentes. Por un segundo me paré a ojearlo mejor, al parecer Karenga no estaba loco del todo, era un auténtico traidor. En parte era bueno, pues el gobierno me agradecería enormemente el poner fin a sus fechorías, sin embargo eso complicaba aún más la situación. Si tan sólo hubiese sido coger la información y marcharme habría sido un paseo super sencillo, ahora aparte de eso debía evitar que la base fuese dañada y detener a Karenga, un auténtico lío.

Lo único que el joven consiguió fue un dolor en el hombro, embestir los barrotes no había sido una buena idea... pero quizás ahora que el guardia no estaba, podría hacer algo con el panel.

Por habilidad, chiripa, o un poco de las dos, consiguió liberarse a sí mismo y también a los otros dos presos. El primero en salir, ansioso y con iniciativa, se identificó como Jhon Length, un científico del gobierno. Esto incomodó al rubio, pero teniendo en cuenta la situación en la que se encontraban, consideró que no era tan malo, al fin y al cabo, mucho peor sería si fuese un marine. La idea de recuperar el control de la base era lo más lógico y seguro, fuesen aliados o enemigos, estaban todos en el mismo "barco", sus destinos estaban unidos.

- Ahm... Sí, de acuerdo.- Dijo algo dubitativo.- Mi nombre es Edward, mucho gusto. Espera un segundo y ahora mismo te acompaño, tienes toda la razón en querer tomar el control de la base, pero quisiera comprobar una cosa.- Se dirigió al lugar desde donde el guardia les observaba antes, buscando si se había dejado algo, como podría ser su curiosa arma o algún tipo de tarjeta-llave. En cuanto terminara de investigar, acompañaría a Jhon hacia la zona central sin más dilación.

Los golpes no surgieron ningún efecto, por suerte, el rubio consiguió abrir las celdas lo cual agradecí bastante, no quería convertirme en comida para peces. Tras salir de las puertas tanto Jhon como el chico rubio, el cual dijo llamarse Edward, se presentaron, no podía ser menos así que yo también lo hice.

-¡Encantado Edward! Mi nombre es Asriel, es un placer conocerte Dije con una amplia y amistosa sonrisa. Yo no tenía nada que ver con el gobierno, así que si fuese criminal o no no es asunto mio. Fuese como fuese nos había liberado, así que tenía que estar agradecido.

Después de las presentaciones Jhon no tardó en decir su plan, ellos y yo nos separariamos. Bueno, al menos tenía a Flowey para hacerme compañía por si la cosa se pone espeluznante. Aunque he de admitir que Jhon tenía razón, además, yo solo me movería más rápido y más sigilosamente.

-¡Claro! Me gusta tu idea, pero antes sería buena idea buscar nuestras armas ¿no? Tras eso me propuse encontrar mis espadas, las cuales tenían un valor especial para mí y no podía irme de allí sin ellas. Tras buscar a fondo por el lugar, me encaminaría hacia el departamento de información haciendo el mínimo ruido posible y fijándome en cualquier cosa u objeto sospechoso.

Unos para una cosa y otros para otra, os separáis un momento mientras Edward registra la garita del guardia.

Tenebrex Poco puedes ver en esta estancia. Es apenas una habitación con muy escas mobiliario. Una mesa, una baraja de cartas tirada encima, unas sillas y una pequeña estantería donde puedes ver un par de armas dejadas allí a disposición de los guardias como refuerzo de la vigilancia de prisioneros. puedes controlar el acceso a las celdas y abrir la puerta de la sala de interrogatorios.

Asriel y Raghesir. En cuanto os acercáis para salir de la estancia hacia otras dependencias, un marine mal herido entra en la sala para caer inerte de inmediato.

Si os quedais a examinar el cuerpo:

.

si pasais de el:

El joven Edward se apresuró a entrar en la estancia de guardia, donde poco encuentra más que un par de esas extrañas armas.

-"Podrían sernos útiles supongo, aunque no sé qué hacen... Cuando salga de aquí podría regalarlas o venderlas. Ahora que lo pienso, ¿usa alguien de la Quimera armas de fuego? Krauser no creo que quiera sustituir las suyas por estas... ¿o sí? Bueno, dependerá de su potencia y efecto probablemente, así que no tiene mucho sentido pensarlo más, me las llevo y ya veremos qué hago después si consigo salir sano y salvo"

Después de eso, viendo los controles de acceso, observó la existencia de una sala de interrogatorios que estaba cerrada. Decidió mantenerla así de momento por precaución, si tenían que entrar más adelante, ya sabría cómo abrirla.

Abandonó la sala absorto en sus pensamientos. En ese momento cayó en la cuenta de que estaba solo, los otros ya se habían ido. En los alrededores no quedaba nadie... nadie, salvo el cadáver de un marine. Aunque la especialidad médica de Edward no era hacer autopsias, estaba bastante claro que había muerto hacía apenas unos minutos, el cuerpo seguía caliente. Estaba repleto de mordeduras y tenía un líquido viscoso parecido al alquitrán sobre algunas partes de la piel... ¿Sería algún compuesto tóxico? Quién sabe, pero si lo era, debía de proceder de dentro de la instalación, lo cuál preocupó un poco más al rubio...

Finalmente, se puso en camino hacia la zona central, como había acordado con Jhon.

A penas había dado unos pocos pasos para salir de la sala cuando de repente vi que un marine se acercaba hacia nosotros dando tumbos. Me preparé para defenderme en caso de que Karrenga se hubiese enterado de nuestra huida y lo hubiese mandado a atacarnos, aunque sin duda había algo en él que me resultaba fuera de lo normal. Esta sospecha se mostró cierta en cuanto el guarda de la base se desplomó en el suelo a unos centímetros de mí. La situación estaba completamente descontrolada, tenía que restaurar el funcionamiento de la base y hacerme con su control cuanto antes. No me había olvidado del prisionero que había rechazado mi oferta, pero no tenía tiempo para él, ya me encargaría de tenerlo controlado una vez hubiese asegurado que no íbamos a morir todos ahí.

Tras una corta pero rápida carrera por la conexión entre ambas partes de la base finalmente llego al centro de esta. A primera vista puedo ver que allí está el suministro de energía y el centro de computación. El alivio que me invade al ver que tengo los recursos necesarios para arreglar la situación tan a la vista es tremendo, tan sólo tengo que centrarme y hacer correctamente mi trabajo. En mi cabeza mi plan estaba bastante claro, restaurar la energía en la base para tener todas sus funcionalidades disponibles y usar el ordenador central para conseguir tomar el control completo de la base. Todo bastante simple teniendo en cuenta mi trabajo como científico del gobierno, aunque primero tendría que hacerme cargo del hombre que estaba corriendo hacia mí en llamas.

Desde mi llegada a aquella base, todo habían sido complicaciones una tras otra, pero por lo menos esta podía manejarla rápidamente y seguir con mi misión. Con total calma saqué un dial de hielo del bolsillo de mi chaqueta y disparé con él para apagar el fuego del hombre. Sin duda tendría algunas quemaduras, pero me había dado prisa en apagarlo, esperaba que no suficientemente graves para no dejarlo inútil.

-No me des las gracias, he evitado que mueras quemado, pero aún puedes morir ahogado. Si quieres salvarte a ti y al resto de tus compañeros cubre las entradas a la sala para que pueda tomar el control tranquilo y salvaros a todos.- le dije fríamente esperando que hubiese entrado en razón y hubiese retirado su apoyo a Karenga.

Tras esto me dispuse a comenzar con el trabajo de la energía. Me parecía increíble cómo estaba diseñado el sistema, por lo que mientras lo estudiaba a fondo iba recabando datos con mi chip cerebral. A primeras se me ocurría que podía utilizar esos sistemas a escala en mis implantes ciborg, aunque seguro que tenían muchas más utilidades. De todas formas luego tendría que analizar más a fondo lo que hallase junto con mis doctores e ingenieros del laboratorio de Isla Copo, ahora debía darme prisa en devolver la energía. No esperaba que me costase mucho, pues el corte no parecía haber sido por la destrucción del sistema, sino por una simple desconexión. Una vez lo hubiese recuperado sería el momento de ponerme con el trabajo de informática en el ordenador. Si el marine hacía bien su trabajo podría comenzar con la parte de la purga de traidores. Si me traicionaba o caía a causa de sus heridas… bueno, Jhon iba a tener que tomar prestado un poco del carácter de Nairb y comenzar a hacer las cosas por las malas.

Me dispuse a salir de la sala cuando un marine cayó inerte al suelo. Un escalofrío me recorrió la espalda al ver el cadáver de un marine con aparentes mordeduras por todo el cuerpo, lo cual me hizo suponer dos cosas. La primera es que aún había marines por el lugar, así que habría que andarse con ojo por si acaso, y la segunda cosa fue que por ahí había criaturas que acechaban en todos lados.

No me quedé mucho a ver al cadáver , así que salí rápidamente de la sala y me dispuse a llegar a las salas de información, a ver si encontraba algo de utilidad. Esprinté a través de la oscuridad, aunque no tuve mayor problema para llegar, no me gustaba la tranquilidad del lugar.

Llegué sin ningún tipo de problema a un pasillo con varias salas, la mayoría eran normalitas excepto un par de puestas robustas, las cuales eran los laboratorios de alta seguridad y de seguridad extrema, a parte de esas puertas también había quirofanos, unidad de cuidados, laboratorio de genética, laboratorio de botánica y laboratorio de baja seguridad. Si quería hacerlo todo bien, debería de investigar todas las salas aunque seguramente alguna estuviese bloqueada así que lo primero sería comprobar todas las puertas, tras eso, la primera sala que investigaría serían los quirófanos, aunque desarmado totalmente tendría que confiar en mi sigilo o en que encontrase algunas espadas por algún lugar.

*Este sitio tiene su encanto, ¿cierto?

*Claro Flowey, nada sube mas el ánimo que saber que aquí ha muerto multitud de gente y que estemos desarmados.

*¿Verdad? Es simplemente genial, quizás así me dejes salir a luz por una vez. No paraba de escuchar a Flowey reirse con su risa... peculiar, lo cual no se si me alegraba o si me atemorizaba aún más de lo que ya estaba.

OFF-ROL:

Al parecer no aprendía de la experiencia. A pesar de que cada vez que había intentado ser bueno y ayudar a alguien que estaba en peligro había acabado metiéndome en una terrible situación, lo había vuelto a hacer. Supongo que, a pesar de mi carácter egoísta, estaba en mi naturaleza ayudar a los necesitados en situaciones extremas. Era algo admirable por mi parte, aunque ser una buena persona no es lo que me sacaba de este tipo de aprietos, era mi carácter luchador.

Ese maldito marine medio descompuesto iba a aprender a no atacar a alguien que puede vencerte sin parpadear por las malas. En primer lugar tenía que librarme de su agarre y quitármelo de encima para poder contraatacar. Para creé una onda de energía alrededor mío que lo empujase lejos y me diese tiempo para incorporarme. Una vez en pie, activé mi haki de endurecimiento y mi armadura de sombras para estar listo para la pelea.

A simple vista no parecía que mi rival fuese a dar muchos problemas, el fuego ya le había causado un daño tremendo, hasta parecía que fuese a perder completamente los ojos. No era algo agradable de ver, por lo que me decidía a poner fin a su sufrimiento de una. Decidido a usar toda mi fuerza, salí corriendo hacia él y estampé mi puño derecho en el medio de su cara. Sabía que su cráneo no aguantaría, no iba a ser el primer oponente al que le reventaba la cabeza, aunque alguno de los anteriores no fue voluntariamente.

Acabado el tema de mi atacante me dispuse a realizar mi trabajo de una vez por todas, aunque antes decidí activar mi radar y mi haki de observación para poder enterarme con tiempo si alguien entraba en la sala. También aprovechando el momento de calma mandé la orden de seguir y proteger a Asriel a Maiky. Quizá no fuese la gran cosa como apoyo, pero era mejor que nada, me convenía mejor mantenerlo vivo. Además si conseguía traer la información de las investigaciones ahorraría mucho tiempo.

Por lo demás el plan general no había cambiado, aunque si llegaba a acceder al control de la base lo primero que haría sería cerrar todas las compuertas que conectaban con las partes que resultasen inútiles de la base para evitar más ataques sorpresas. Con esto tenía pensado dejar sólo abiertas las conexiones entre la central el atraque y el centro de investigación para poder cumplir la misión de forma segura y tener una salida de emergencia.

Datos:

Me dispuse a abrir la puerta del quirófano para investigar la posible información que había dentro. A primera vista solo había herramientas quirúrgicas afiladas, las cual podría coger como arma, no sería una mala idea. Había camillas y un montón de medicinas y que más había... ¡a sí! ¡Dos malditos asesinos que asesinaron a un compañero suyo y se dispusieron a comérselo.

Me quedé aterrado, no había duda de que eran zombies eso que habían matado a su compañero, eso o caníbales aunque lo dudo mucho. Yo estaba apoyado en la puerta y parecía que no se habían percatado de mi existencia, ciertamente podría cerrar la puerta y salir, pero sé que si les dejaba por ahí me darían problemas tarde o temprano así que lo mejor sería acabar con su vida de una forma efectiva.

*De acuerdo, pensemos, ¿que le hace daño a los zombies? Lo seguro es que tengo que cortarles la cabeza o rompérsela, podría agarrar dos sierras e intentar rebanarles la cabeza rápidamente? Quizás al ser humanos después de todo era algo más débil que un Mink... No podía negar el miedo que sentía, pero me llené de determinación y sentí que mi corazón se calmaba y que la fuerza volvía a mí.

Aprovechando mi tamaño y agilidad, entré al lugar en silencio completo y agarré dos sierras y me guardé un par de bisturís en los bolsillos, por si acaso. También aproveché las camillas del lugar, acercándome lentamente camuflado con ellas y en caso de no funcionar mi plan de las sierra, siempre podría tirarles la mesilla de una patada a la cabeza y saltar encima de la misma o romper un trozo de la pata de la mesa y reventarles la cabeza, había muchas posibilidades. En caso de que todo saliese mal siempre podría salir corriendo del lugar y punto, no era plan de jugarme la vida por una posible información.


(No hace falta decir que en el momento del ataque el electro está activado, potenciando mis golpes y, a la vez, electrificando los lo que tocase.)

Edward estaba realmente tenso, eso de estar a solas en una base enemiga no era muy de su agrado, sin contar que acababa de ver un cadáver que indicaba que había algo más de lo que preocuparse. A su parecer, debía ser algún tipo de animal modificado o creación biológica que se había escapado y era realmente peligrosa, pero ni siquiera se le pasó por la cabeza que el muerto se levantara para atacarle.

-¡¡¡QUÉ DEMONIOS!!!- Gritó al ver a ese cadáver a dos palmos. Lo primero que hizo fue lanzarle el soplo del dragón para intentar alejarlo lo más posible y derribarlo. Si no funcionaba, saltaría para alejarse lo más rápido que pudiera y le lanzaría el Hebi Kōsen. Si lo derribaba, saltaría sobre él, lo agarraría con una mano, aplicándole una corriente eléctrica, y dándole un fuerte puñetazo en la cara con una onda de choque.

Normalmente no lucharía así, porque no está dispuesto a matar, pero teniendo en cuenta que su oponente ya estaba muerto, poco importaba, podía luchar sin ataduras, sin contenerse. Si el combate había terminado, se pondría rápidamente en pie, se limpiaría un poco y saldría corriendo a la sala central, nervioso y con miedo de encontrarse con más.

Cosas usadas: