informacion y sabotaje

Al fin había acabado con esa cosa, o al menos eso creí cuando vi los trozos de su carneo salir volando por toda la habitación. Cuando me di cuenta que lo que fuera que fuese eso seguía con vida no pude evitar asustarme un poco. No era una actuación por estar haciendo de Jhon Length, estaba asustado de verdad. No tenía claro que era esa cosa, pero no era humano. Siendo sincero ni siquiera tenía claro si era científicamente posible que existiese algo así, pero ahí lo tenía, rompiendo mi armadura de energía para abrirse paso hacia mis entrañas.

El momento de asombro duró poco, pues era consciente del peligro que corría. No pensaba dejar que la presa que esa cosa mutante estaba intentando cerrar con sus costillas me atrapase, por lo que antes de que acabase de romper mi armadura y pasase a cortarme en dos me preparé para liberarme con otra onda de energía. Respiré aire profundamente y comencé a canalizarla. La bestia no parecía querer darme cuartel pues en seguida lanzó una especie de aguijón con intención de atravesar mi cara. Por suerte mis reflejos estaban por encima de su velocidad, por lo que con un ligero movimiento de cabeza y un golpe de mi puño izquierdo pude lograr evitar que su ataque impactase. En ese momento pude ver como sus garras se lanzaban hacia mi cuello, pero era tarde para dicho ataque, mi onda de energía salió y lo volvió a apartar violentamente de mí. A pesar de habérmelo quitado de encima su presa ya estaba bastante apretada, por lo que, a pesar la dureza de mi cubierta protectora y mi haki de armadura, no pude evitar que me hiciese un par de cortes a la altura de la cintura. En cualquier caso ahora podía moverme libremente y no pensaba caer dos veces en la misma trampa.

Era consciente de que tenía que acabar con lo que fuera que se hubiese convertido el marine quemado si quería tener oportunidad de cumplir la misión. La zona central era demasiado importante, no podía permitirme tener un enemigo así rondando por ella. Al menos ya había visto que mi ataque anterior había funcionado, por lo que podía deducir que no era muy resistente. Debía aprovecharme de ello, tenía que destrozar esa cosa en pedazos pequeños para que no pudiese resultarme una amenaza. Para ello me preparé para lanzarle una serie de ondas de choque con mis puños. Quizá perdía algo de potencia por la distancia, pero no podía arriesgarme a acercarme demasiado a esa cosa otra vez. Además la rabia que me había provocado el daño de los cortes me impulsaba por lo que sin duda sería suficiente para abrir un boquete en su cuerpo.

Si este ataque no funcionaba, al menos me serviría para sacar un dial de fuego que me sirviese para calcinarlo hasta los huesos. Si mi primer ataque funcionaba, o después de usar el dial, activaría el camuflaje y el campo anti sensores de mi cubierta protectora, así como mi técnica de mimetización con el entorno y el manual in para poder trabajar sin que nadie pudiese detectar mi presencia. También encendería el radar y el haki de observación como había pensado hacer antes de que el monstruo mutase.

A parte de lo ya mencionado:

Estaba orgulloso de mi labor ahí, su muerte había sido rápida y sin problemas. Tras que cayeran inertes sobre su victima, agarré las sierras, solo por si me encontraba en otra situación parecida. Me disponía a salir del lugar cuando de repente mi orgullo se hizo pedazos. Unos crujidos de huesos y de carne rompiéndose y uniéndose se escuchaba a mi espalda y cuando me giré no me pude creer lo que vi, los muertos estaban uniéndose mientras se creaba una mole de carne putrefacta.

Sabía que yo no era rival para ese bicho así que huí del lugar tras ojear alrededor,por si veía algún documento. Tras salir del lugar vi a un pequeño dron, me parece que era el dron de Jhon y si estaba aquí es porque Jhon le había enviado a ayudarme. Bloqueé la puerta del lugar con una de las sierras, algo es algo, y rápidamente me metí en la sala más cercana mientras el dron de Jhon me seguía silenciosamente.

Satisfecho y algo tenso, Edward pensaba continuar su camino, pero el destino le tenía esperada otra sorpresa, de nuevo a sus espaldas. El enemigo al que acababa de derrotar estaba mutando, perdiendo todo aspecto humano o similar. Ahora, en una forma bizarra y monstruosa, pretendía retomar el combate.

El joven sintió un escalofrío con cada crujido que oyó y al ver ese destrozo biológico quedó aterrado.

-¡¡¡¿QUÉ MIERDA ESTÁ HACIENDO?!!! - Gritó a la vez que se giraba y, tan rápido como pudo con los poderes de su akuma, huyó en dirección a la sala central, esperando que Jhon pudiera ayudarle.

¿Cuál podría ser la razón de aquellas mutaciones? ¿Cómo podría evitar que ocurriese de nuevo en caso de aparecer otro espécimen como el anterior? El joven tenía serias dudas de que cortarle la cabeza o arrancarle el corazón pudiera ser de alguna utilidad... Al fin y al cabo, ya estaban muertos.

A pesar del momento de tensión finalmente conseguí apartar a la asquerosa criatura de mí y contraatacar. Las ondas de impacto que le lancé no lograron impactar a la veloz monstruosidad, pero al menos fuero suficiente para espantarla. No tenía claro que es lo que me había atacado, pero sin duda había sido obra de Karenga, por lo que seguramente había más. Sabiendo eso no pensaba despistarme ni un segundo, no iba a dejar que un bicho tan repugnante me despedazase.

Tras esto hubo unos momentos de calma en los que logré reponer la energía. Al fin todo parecía comenzar a funcionar correctamente, no obstante seguía sin poder tomar el control de la base. Hacía falta anular el desbloqueo, por lo que tendría que ir al bloque de seguridad. No tenía muy claro dónde se encontraba, pero estaba en la zona central por lo que no me iba a costar mucho averiguarlo. En cada salida había carteles metálicos que indicaban con qué departamento conectaban, tan sólo tenía que rodear la sala hasta dar con el que me interesaba.

A penas había comenzado a investigar las salidas cuando apareció el joven preso al que había propuesto unirse a nosotros. La verdad es que no esperaba que fuese a unirse a nosotros, pero seguramente un bicho como el que me había atacado le había hecho cambiar de opinión. No me agradaba, pero aunque me costase reconocerlo me sentía más seguro con él a mi lado. Tranquilamente desactivé mi cubierta protectora y comencé a dirigirme hacia él con cuidado de no asustarle. No quería que gritase o algo así y llamase la atención de toda la base. Además estaba armado, tampoco ayudaría que me atacase por el susto.

-Pss, por aquí.- le llamé sin levantar mucho la voz.- No levantes la voz, no estamos solos.- le advertí.- He logrado reconectar la energía, pero necesito llegar al bloque de seguridad para recuperar el control de la base. ¿Me cubres?- le pedí.

Fuera cual fuese su repuesta seguiría mi camino en busca del paso al sector de seguridad. Quería acabar esa misión cuanto antes, saber que esas cosas nos acechaban me ponía nervioso.

Edward estaba realmente tenso, el monstruoso ser parecía no haberlo seguido, pero no podía asegurarlo con certeza, además en la sala solo pudo ver algo de sangre, fresca y caliente... Qué desagradable.

Por suerte para él, el hombre que se había presentado como Jhon seguía en la sala y se dirigió a él con sumo cuidado.

-"Uff, menos mal que no estoy solo"-Pensó al verlo chistando. -¿Eh? Sí, sí, claro, te cubro, pero ¿cómo que no estamos solos? ¿Qué has visto?  Dime que no era algo parecido a un zombi mutante, por favor.- Le respondió hablando en voz baja mientras le acompañaba a paso lento.

-"Si aparece otro bicho de esos le disparo con el arma esta... sea lo que sea que dispara... Estará cargada ¿no? Dios mio... que no aparezca ninguno por favor"- Se decía mientras apretaba los puños, algo tembloroso. -"Oye, tengo dos, podría dejarle una a Jhon, así estaremos más seguros ¿no?"

-Jhon, tengo un par de estas extrañas pistolas, coge una por si acaso, pero ten cuidado que no sé que hacen.- Dijo advirtiéndole.

Me costó bastante sobreponerme al terror y a la casi muerte que sufrí en la sala anterior cuando pude observar a mi alrededor. Había tubos gigantes con un líquido verde, los cuales parecían apagados y sin batería. Sinceramente, no se si es mejor estar aquí cuando Bleyd reponga la electricidad y esto vuelva a funcionar aunque fijándome bien... ¡¿había uno roto?! Esto era malo, muy malo, puede que estos experimentos lo empezasen todo y sinceramente, me lo creo después de lo que vi en la sala anterior. Miré al Dron de Jhon y empecé a pensar que podría hacer aquí, ¿esperar a que parara el bicho de la sala anterior y volver? Va a ser que no, así que solo me queda una opción.

-Oye... ¿Maki era? ¿Puedes alumbrarme por aquí por favor? Gracias Me dispuse a investigar el lugar aunque con un poco de miedo por lo que pudiese aparecer aunque eso me hacía estar más atento a todo y con el dron de Jhon me avisará de cualquier peligro o eso espero así que me dispuse a dar una vuelta por el lugar en busca de grabaciones o informes sobre aquel sitio.

-Gracias.- contesté respondiendo al joven rubio mientras recibía el arma que me ofrecía.- En este sitio hay una especie de monstruos mutantes. Si nos cruzamos alguno deberíamos mantener la calma, no nos conviene dejarnos llevar por el miedo.- le advertí intentando prepararle para lo que venía.

Tras esto continué mi camino a la vez que examinaba el arma que me había dado. No parecía muy compleja. Tenía dos tipos de disparos: por un lado balas y por otro explosivos. Sin duda nos iba a venir bien para enfrentarnos a esas cosas, ya había probado que no era muy buena idea pelear con ellas cuerpo a cuerpo.

Tras un rato andando finalmente entramos en el ala de diplomacia, lugar en el que por deducción intuimos que debía estar el departamento de seguridad. El sitio era bastante acogedor en comparación con el resto de la base. Además estaba muy tranquilo, no parecía haber presencia de criaturas por allí. Esto podría ser motivo para quitarme la tensión, sin embargo me ponía más nervioso. No podía evitar sospechar que había algo raro en la zona.

Tras ojear un poco los alrededores acabamos llegando a la sala del control de seguridad. En un principio no parecía que fuésemos a poder entrar, la puerta era extremadamente robusta. No obstante podía ser abierta con una tarjeta acceso.

-Necesitamos encontrar la tarjeta.- dije a mi compañero parándome por un segundo ante la puerta.- Viniendo aquí he visto que hemos pasado por la zona de mando. ¿Crees que podríamos encontrarla en alguna de las salas?- le pregunté.

Tras esto me paré un segundo a pensar. No parecía que tuviésemos muchas más opciones, teníamos que investigar un poco para ver si la encontrábamos. Aun con la ausencia de sangre esperaba encontrarme alguno de los monstruos en nuestro camino, por lo que me aseguré de tener el arma lista para la acción y me giré hacia nuestro destino.

-Yo creo que deberíamos probar, no es que tengamos muchas más opciones.- animé al rubio a que me acompañase.- Quizá el alojamiento del comandante sea un buen sitio para empezar. Prepara bien tu arma, no creo que esta calma dure mucho más.- le propuse antes de comenzar a andar.

Los ruidos del conducto de ventilación no podían poner más nervioso al rubio. Cualquier cosa haría que diera un brinco, pero por suerte, cuando llegaron al módulo diplomático, todo estaba muy tranquilo y ordenado. ¿Sería posible que fuera una trampa? Aquellos bichos no parecían tan listos (ni capaces de ordenar una sala), pero el joven permaneció alerta a cualquier movimiento, cualquier sonido...

La puerta de la sala de control de seguridad era tan robusta que más bien parecía la puerta de un búnker, pero para entrar "solo" necesitaban encontrar una tarjeta de acceso.

-Sí, quizás haya una por aquí cerca... si no, siempre podríamos volver atrás... ¡Hey! Ahora que lo recuerdo, en la sala que miré cuando nos separamos había unos controles que permitían abrir la sala de interrogatorios, si no encontramos nada por aquí... ¿crees que pudiera haber una de esas tarjetas por allí?

Dijera lo que dijera Jhon, una cosa era segura, que iban a investigar los alrededores en busca de la tarjeta. El alojamiento del comandante tenía bastantes papeletas de guardar una tarjeta-llave, pero quién sabe, quizás guardaba un mutante de esos.

Con el arma cargada y lista, aunque no se le dé muy bien el manejo de las armas, Edward se mantuvo en guardia todo el rato, con bastante miedo en el cuerpo.

-Sí, quizás podamos encontrar alguna allí. De todas formas vamos a revisar estas salas por si acaso.- respondí a Tenebrex mientras andábamos en dirección a las estancias que habíamos visto antes.

Tenía la ilusión de poder encontrar algo allí; sin embargo, una vez entramos en la primera sala, me di de bruces con la realidad. Encontrar la maldita tarjeta no iba a ser tan fácil como parecía. Rápidamente y usando el análisis avanzado de mi chip cerebral revisé la sala. Había bastantes documentos y pantallas de datos cuya información mandé a la memoria de Maiky, pero nada realmente útil. Al menos lo que habíamos encontrado podría ayudarme a redactar el informe de lo sucedido en caso de que lográsemos salir de allí con vida.

Al menos, a pesar de la decepción que supuso la estancia de Karenga, no nos habíamos quedado sin opciones. El rubio llevaba razón, podíamos ir a la sala de confinamientos a ver si allí había alguna llave electrónica que pudiéramos usar.

-Aquí no hay nada.- le dije con voz apesadumbrada.- Mejor no perder el tiempo e ir dónde has dicho, ¿no crees?- le propuse.

Realmente deseaba encontrar lo que buscábamos allí; la alternativa no era para nada de mi agrado. Lo único que se me ocurría hacer si no dábamos con la tarjeta en la sala donde guardaban a los prisioneros era cazar a uno de esos bichos y rezar por que tuviese una. Sería asqueroso, peligroso y desagradable; pero tendríamos que hacerlo.

Había hecho bien en dejar completamente de lado el papel de Jhon Length, él no habría podido aguantar una situación como esta. Además, no había nadie que pudiese desvelar mi identidad secreta, podía estar tranquilo por eso. Lo único que debía asegurarme de hacer es dar un poco más de mérito a mis dos compañeros en el informe para que a mi supervisor, el agente Getburg, no le resultase extraño.

Entraron en el alojamiento del comandante con las esperanzas de encontrar rápidamente la tarjeta llave. El rubio se apresuró a buscar y rebuscar por toda la habitación, pero antes de que pudiera hacer mucho, Jhon, con un tono bastante desanimador, lo interrumpió, informándole de que no había nada de provecho.

-Ah ¿no hay nada?... ¿Cómo lo sabes?- Preguntó curioso el demonio amarillo.

Ahora que Jhon lo mencionaba, ir a la sala de interrogatorios no sonaba tan buena idea, ¿qué pasaría si se encontraban con aquella... mantarraya zombi mutante? Aunque fueran dos y estaban armados, Edward no podía evitar estar realmente nervioso.

-"Ahora que ya lo he propuesto no puedo echarme atrás, pero... no me apetece encontrarme con... eso otra vez"

Finalmente, salieron en dirección a la sala donde se encontraron por primera vez. Había tanta tensión que se podía cortar con un cuchillo, al menos por parte del joven Edward. No encontraron nada por el camino y el "cadáver" del marine no estaba ya. Cuando entraron en la sala donde estaba el guardia vigilando las celdas, Edward habló.

-Creo que lo único que podemos hacer aquí es abrir la sala de interrogatorios, como dije, pero, si te parece, podemos echar un vistazo.

Tras eso y echar un vistazo (ya sea con Jhon o sin él), abrirían la sala con los controles e irían hacia ella.

De acuerdo, repasemos lo que había pasado hasta este momento, había sido encerrado por algo que no hice, había sido abandonado a mi suerte con dos personas bajo el mar y encima la energía estaba totalmente desconectada y ahora me encuentro en una extraña sala con tubos verdes en los cuales había un liquido regenerativo o algo así. La verdad, a quien se lo cuente no se lo creerá y eso contando que pueda llegar a salir de ahí, pero no iba a darme por vencido aún.

Mientras investigaba la sala en busca de documentos o información me encontré con unos cuantos diales vacío y entonces me vino una idea idea a la cabeza, voy a llenar todos los diales que pueda, a lo mejor me sirven de algo en el futuro, ¿quien sabe? Empecé a llenarlos uno a uno mientras notaba el asqueroso tacto del líquido, era bastante viscoso y apestaba bastante pero aún así llene lo que pude (que fueron 5 diales) y terminé de investigar la zona sin separarme de las sierras, solo por si acaso.

En cuanto acabé de investigar la zona hice lo que cualquier otra persona habría hecho, abrí un poco la puerta e intenté vislumbrar si hubiese peligro y en caso de que no intentaría llegar a otro cuarto a seguir investigando, espero que esta pesadilla acabe rápido aunque algo me decía que solo acababa de empezar.

Por el camino al departamento de retención fui dándole vueltas en mi cabeza a la información que había obtenido. Estaba más que claro que Karenga había estado malversando fondos y recursos, pero eso era solo la punta del iceberg. En los archivos que habíamos encontrado en su sala se hablaba de una extraña planta. En un principio podía no parecer nada fuera de lo común; no obstante, el hecho de que los informes que hablaban de ella estuviesen guardados en su propio despacho, me hacía sospechar que tenía algo que ver con las criaturas que habíamos visto. Quizá era el recurso principal para crear las modificaciones, o incluso podía ser un remedio. Fuera lo que fuese no lo sabía y no tenía conocimientos como para deducirlo por mí mismo, tendría que seguir investigando un poco más.

Una vez llegamos a nuestro destino hice un gesto a mi compañero para que mantuviese un ojo en los accesos. No había pasado por alto las señales de mi radar que indicaban que los monstruos nos acechaban. Parecían tranquilos de momento, pero era mejor estar preparados. No tenía muy claro por dónde empezar, pues el sitio era bastante amplio. Supuse que lo mejor sería dividirnos para examinarlo todo más rápido.

-Vale, creo que deberíamos separarnos. Este sitio me pone los pelos de punta, cuanto menos tiempo pasemos aquí mejor. Voy a investigar la sala de interrogatorios en la que me han encerrado antes, ¿puedes encargarte tú de la zona de celdas y la garita?- le propuse mientras continuaba andando lentamente.- A la más mínima sospecha de presencia de esas cosas nos juntamos otra vez, mejor no correr más riesgo del debido.- añadí.

Tras esto me dirigí a la sala de interrogatorios. No había elegido examinar esa parte aleatoriamente, recordaba haber visto un robot médico en ella. Tenía la intención de usar mi programa de control para acceder a su información y manejarlo desde la distancia. Si seguía funcionando correctamente, podría ayudarnos, no solo a conseguir acceso al control de seguridad, sino también a descifrar que estaba pasando allí realmente. El androide era mi objetivo principal, sin embargo antes de acercarme a él comencé revisando la sala. Quería evitar que hubiese problemas mientras trabajaba con él. En un principio no parecía haber nada de especial interés, tan sólo unas cuantas herramientas y utensilios cortantes de entre los que elegí los más aptos para ser usados como armas. No era mucho, pero podrían ser útiles, por lo que los guardé y me puse manos a la obra con el androide.

El camino se le hizo eterno al joven rubio, estaba tan nervioso que no sabía si los ruidos que oía eran reales o eran producto de su paranoica y aterrada mente.

Al fin llegaron y la idea de Jhon, aunque tenía fundamento, le pareció una terrible decisión a Edward. Aún así, por su incapacidad para decir que no, un poco por compromiso y un poco porque realmente sabía que él tenía razón, aceptó el plan: "¿puedes encargarte tú de la zona de celdas y la garita?".

Tras tragar saliva dijo un breve: -Eh... Claro.

Estar solo de nuevo era lo que menos quería, pero lo único que podía hacer ahora era correr, investigar y volver cuanto antes.

-"Que no haya más bichos, que no haya más bichos..."- Se repetía una y otra y otra vez mientras investigaba una celda, corría a la siguiente y así. Finalmente, se dirigiría a la garita, aunque no esperaba encontrar nada.

Al no encontrar nada, pensó qué podría hacer de mientras. Cuando lo tuvo claro, se pasó por la sala donde estaba Jhon y le dijo: -Mira, no he encontrado nada, si te parece voy a echar un vistazo en la sala de suministros, cuando acabes llégate por allí.

Cuando llegara vería que se divide en tres secciones: la armería, el almacén y el deposito de residuos. Tras pensarlo brevemente, con una tensión increíble por estar solo, entraría en el almacén.

Tras un largo rato trabajando con el sistema del robot finalmente consigo instalarle mi programa. Era momento de ver que sabía, pero no me iba a quedar allí mientras investigaba. Podía acceder a sus sistemas a distancia gracias a mi chip cerebral y eso es lo que pensaba hacer. En primer lugar tenía que encontrar al rubito, no me agradaba la idea de merodear sólo por un sitio tan peligroso. Miré bien a mí alrededor, pero no estaba allí. ¿Se lo habrían comido los monstruos? No, no era eso, había venido a decirme algo hace unos instantes. Era una pena que no le hubiese hecho caso, seguro que ahora sabría encontrarlo. La verdad es que la culpa era más suya que mía, no podía pretender que le atendiese mientras trabajaba. En cualquier caso ya era tarde para lamentarse, ya lo encontraría más adelante.

Comencé a andar hacia el centro mientras decidía a donde ir. Hasta el momento sabía que el departamento de retención, el de diplomacia y el centro eran seguros. También suponía que el laboratorio estaba limpio, pues Maiky no me había reportado ninguna incidencia. Mi compañero el rubiales seguramente había ido a alguno de los departamentos que no habíamos examinado, posiblemente al almacén o al arranque, pues eran los más cercanos. No debería, pero estaba preocupado por él, se estaba metiendo sólo en sitios muy peligrosos. Es por ello que mandé a Maiky cambiar de misión, ahora debía protegerle a él.

Mientras tanto, yo iría de vuelta al centro de diplomacia. Había aún varias salas en las que no habíamos mirado. Si encontraba una tarjeta en alguna de ellas me iba a sentir muy estúpido, pero en el resto de lugares no parecía que fuese a encontrar nada. Además, ya había visto que era un sitio tranquilo, sería ideal para analizar toda la información que me fuese pasando el androide que acababa de piratear. No tenía claro que esperar de él, pero siendo médico de lavase tenía que saber algo sobre esas criaturas.

No se puede decir que fuera una búsqueda organizada y concienzuda, pero parecía que no había nada. Es más, el hecho de ver aquel terminal destrozado no inspiraba mucha confianza... lo mejor sería irse de aquí.

Decepcionado por no encontrar nada, decidió llevarse al menos uno de los dos botiquines, por si sus conocimientos médicos servían para algo. Con el nerviosismo que le acompañaba desde que vio a aquel bicho, se puso en camino a otra de las secciones de la sala de suministros, la armería.

Edward no estaba acostumbrado al uso de las armas y, sinceramente, no le atraían. Lo que es más, entrar en una sala donde había armas que él no sabría usar pero que algún otro si podría era otro motivo más por el que estar tenso. El rubio no sabía gran cosa de armas, pero algo sí que era seguro, que hacen daño, algunas incluso podrían matarlo sin que se enterase.

El joven paranoico decidió que la manera más segura de examinar la sala sería balanceándose de un lado al otro con sus pies convertidos en ruedas, para así resultar desconcertante e imprevisible, al menos en un primer instante, a cualquier enemigo que pudiese haber.

Mientras lo hacía, recordó a su compañero Jhon.

-"¿No ha acabado aún? ¿Cuánto llevo aquí? Quizás se ha perdido... Le dije dónde estaría ¿no? Aunque es posible que, al no saber en cual de las tres partes he entrado, me esté buscando por ahí... Seguiré buscando y si encuentro algo iré tan rápido como pueda a buscarlo... Espero que no le haya pasado nada" -Pensó mientras tragaba saliva un poco asustado.

Tras recoger 5 viales de ese potingue regenerativo me dispuse a continuar mi investigación, ya que parecía que no había moros en la costa ''¿Que habría sido de aquel enorme monstruo?'' Era algo de lo que tenía curiosidad, pero no iba a volver a el quirofano solo por curiosidad, no quería morir así que lo mejor sería avanzar.

Llegué a una sala extraña en la cual había varios seres flotando en líquido ''¿De aquí salen esas cosas?'' Es lo primero que se me pasó por la cabeza, tenía sentido pero... ¿por qué? ¿Quien haría eso? Es un misterio que había que resolver. Estaba paseando y dando una ojeada más a fondo hasta que el dron de Jhon descargó la información de los ordenadores.La verdad de los experimentos es que eran ''fusiones'' entre humanos y una especie de planta... muy siniestro todo, como sacado de un libro de terror.

Mientras daba una vuelta observé los tanques y no pude sentir nada más que nauseas por el estado de aquellas personas estaban putrefactas mientras unas plantas les rodeaban y se metían dentro de ellos.

*Simplemente... hermoso.Dijo Flowey, a lo que respondí con un gesto de asco.

Off-rol:

Edward iba escuchando ruidos y lo único que podía hacer era coger más y más munición. Estaba empezando a desesperarse, cogió el escudo antidisturbios y las granadas.

-Venga, Edward, estás armado hasta los dientes, no tienes nada que temer. Con todo el rato que llevas aquí sin encontrar nada... no debe haber muchos. Si ves uno le lanzas un explosivo y sanseacabó. Después de eso no hay mutaciones ni mierdas.- Se decía, tranquilizándose.

Un ruido que indicaba que algo se acercaba alertó al joven. Al parecer era un marine y, por la ropa, se podía ver que no era un simple recluta. Edward no se sabía al dedillo la jerarquía marine, pero eso no es necesario si ves medallas ¿no? Ese tipo debía ser importante, quizás incluso resultaba ser el colgado que habló por megafonía. Estaba siendo perseguido por esos seres mutantes y deformes, pero el rubio no fue capaz de contar cuántos había porque en un instante todo aquello explotó. El paso a la sala de alojamiento quedó totalmente bloqueado.

Tras el susto y la explosión, que habían sorprendido tanto a Edward que se hallaba medio sentado apoyado en una pared, este se fue incorporando poco a poco.

-...¡Jolín, qué susto! Menos mal que los monstruos esos están muertos, fueran los que fueran, ahora son unos cuantos menos, aunque no tendré la suerte de que no quede ninguno seguramente...- Dijo con algo de decepción- Bueno, hora de pirarse, quizás debería dirigirme a donde ha ido el marine ese... Buf, mejor busco a Jhon antes y ya lo hablamos, si ese hombre es el loco que oímos antes, puede que esté dispuesto a matar a costa de su vida... No quiero enfrentarme a eso solo, no sería lógico habiendo más gente por aquí... ¿Dónde estará el mink, por cierto?

Edward salió aprisa de donde se encontraba y se fue a la sala central. Una vez allí, pensó en gritar los nombres de los otros dos, pero le dio miedo la posibilidad de que lo que acudiera a su llamada fuera uno de esos bichos... o peor, varios. Por esa misma razón se dirigió a la sala de investigación y empezó a buscar a alguno de sus "compañeros".

Por mucho que indagué en su memoria no logré sacar nada útil del androide médico. Esto me desanimó un poco, pero al menos me iba a servir como herramienta de apoyo, cosa que teniendo en cuenta mi situación era de agradecer. Sabiendo su utilidad, continué mi camino mientras le mandé ir a vigilar la zona de atraque. Aún me quedaba trabajo para rato, pero si podía ir asegurando la zona de escape era mejor hacerlo.

Por el camino al departamento de diplomacia pude ver a una de esas cosas cargar un paquete naranja hacia la zona de barracones. Me creó bastante curiosidad el tema, parecía que los monstruos no eran tan erráticos como parecían. Tenía que ser más cuidadoso, si podían pensar, era muy probable que intentasen tenderme una trampa. Aun así, por el momento parecía que yo no había llamado su atención, y era mejor seguir de esa forma, por lo que continué mi camino intentando no destacar.

Finalmente llegué a la sala de oficiales, donde pude observar tres de ellos asesinados. Eso no parecía obra de las criaturas, por lo que le mandé datos de lo que había encontrado al droide médico para ver que me podía decir. Entre tanto, yo comiencé a examinar el resto de la sala. No tardé mucho, pues esta no es muy extensa, pero parecía que allí tampoco había nada servible. Por suerte para mí, cuando acabé el robot ya tenía listo el informe. En él no solo explicaba que la muerte de los sujetos había sido a causa de un láser muy potente, sino que también me advirtió de que uno de los oficiales tenía el objeto por el que le había preguntado antes.

Me desagradaba bastante la idea de tener que manosear un cadáver, pero no me quedaba otra. No tardé en darme cuenta de que tenía las manos manchadas de sangre. Ya le había reventado la cabeza a uno de esos bichos, no podía ponerme remilgado ahora. Lentamente me acerqué al cuerpo indicado y extraje la tarjeta de uno de sus bolsillos. Perfecto, ya tenía lo que quería, ahora sólo tenía que ir a tomar el control de seguridad.

Antes de salir de la estancia decidí aprovechar su calma para asegurar un par de cosas. En primer lugar mandé al droide médico mandar su programación a Maiky para que este pudiese hacerme de doctor en un futuro. Ya había visto que era un sistema rápido y preciso, no podía perder la oportunidad de quedármelo para mí. Además, también ordené a Maiky que se diese prisa en encontrar al rubito y lo guiase hacia el centro.

Con eso listo finalmente me dispuse a dirigirme al control de seguridad, pero justo al comenzar a atravesar la puerta se escuchó una explosión y la base entera se sacudió. Por un segundo noté cómo mi corazón se detenía. El miedo a quedar sepultado en lo profundo del océano se apoderó de mí por un instante, sin embargo parecía que la base iba a aguantar un poco más. La explosión había sido muy cerca, si hubiese habido daños graves se habrían hecho presentes inmediatamente. A pesar de esto no podía confiarme, lo mejor que podía hacer era darme prisa y conseguir acceso al ordenador central lo antes posible. Una vez lo lograse podría sellar los departamentos de forma que no afectasen unos a otros en caso de quedar dañados y, además, podría contactar finalmente con la superficie para que mandasen un equipo de limpieza.

Observando los seres en suspensión no podía sentir otra sensación que no fuese terror, esos bichos si llegan a salir acabarían conmigo en un instante. La tensión aumentó en el momento en el que escuché unos ruidos metálicos del conducto de seguridad y un escalofrío me recorrió la espalda y de repente aquellos seres dejaron de tener tanta importancia como salir de ahí, ya que el dron de Jhon había recopilado información era la hora de partir hacia la siguiente sala poniendo pies en polvorosa de allí así que con mucho cuidado abrí la puerta y crucé a la siguiente sala rezando por no encontrar ningún monstruo de estos.