La Odisea (moderado 5 Yumiko)

     
     Piratas, gente de mala muerte y un montón de turistas, eso es lo que había en el barco, algunos se habían peleado y otros estuvieron a punto, pero después de unas cuantas semanas de viaje por el mar, se habían calmado. No me gustaba viajar en barcos turistas, pero era mi única opción desde que Byakuro ya no estaba conmigo y no tenía una banda de cazadores. No quería unirme a ningún grupo de momento y tampoco me gustaba la idea de viajar en solitario con mi propio barco, el mar es peligroso y a pesar de que ya no me iría a ahogar, debido a que he perdido la fruta, tampoco sabía si podría estar nadando varios días hasta la siguiente isla, en caso de que mi barco se fuese a romper.

     Tras sufrir a todos los borrachos, marineros sin futuro, otros cazadores y mercenarios, había llegado por fin al archipielago de las burbujas de nuevo, tras mucho tiempo sin visitarlo. Esta vez era diferente, era para irme hacia el mar más peligroso y donde los piratas más poderosos navegaban, el Nuevo Mundo. Me seguía preguntando si conseguiría alcanzar ese mar con vida, una vez estuve en Mariejoa, y fue una batalla increíble, pero desde entonces mejoré muchísimo, ahora estaba segura que no sería una carga si volviese a participar en una batalla de tal calibre. Después bajé a la isla Gyojin, ahí las personas eran amables, pero mi estancia fue corta, prefería la superficie antes que las profundidades. Ahora sin embargo era hora de volver a adentrarse en las profundidades, puesto que no creía poder conseguir un pase con la marina para subir a Mariejoa, al menos no dada mi poca fama en los mares. Mi única opción era bajar con un barco lleno de piratas, criminales y quizás otros seres, a través del estrecho túnel que se encontraba en el fondo del mar.

     Conmigo llevaba mi pequeña mochila, unas 50 flechas de cada tipo, mi set de balas, mi querido arco Rain-Bow y mis pequeñas abejas robóticas. Todo cargado y preparado para cualquier ataque inminente, pues ya me habían avisado de que había gente mala que secuestraba jóvenes para el mercado de esclavos. No era mi intención salvar a todos los esclavos, pues eso sería muy peligroso y ya tenía suficiente con salvar a mi familia de su esclavitud, aunque aún no había decidido la isla en la que vivirían. Unos segundos después mi tripa empezó a rugir como un león.

     -Supongo que tengo tiempo de sobra para tomar algo, ir con el estómago vacío es peor que ir sin munición. - Dije con una sonrisa mientras iba en dirección hacia el manglar 15, mirando a los alrededores en busca de una taberna o un puesto de comida.

     Llevaba caminando un buen rato y había atravesado 2 manglares, uno estaba algo vacío pero con algunos marines y el segundo lleno de tiovivos, norias y un montón de gente caminando. Parecía una zona turística muy animada. Mi estómago estaba rugiendo, así que empecé a caminar hacia un puesto de comida italiana, parecía bastante acogedor desde lejos. Por el camino noté muchos marines, algunos apoyados, otros mirando hacia el cielo, pero todos vigilando la zona. Era extraño ver tantos marines juntos, podrían estar buscando a alguien, pero no parecían moverse mucho, quizás el ser al que buscaban iba a mostrarse en cualquier momento, pensé. Activé mi haki de observación y seguí caminando hacia el puesto de comida, esa zona podría volverse muy peligrosa en cualquier momento y era mejor estar preparada.

     Seguí caminando hasta alcanzar el puesto, mi pelo ondeaba con la suave brisa que también movía las grandes burbujas de los árboles de la isla. Por el camino no dejé de mirar en ningún momento a los marines y a la zona en general, si hubiese cualquier peligro lo percibiría al momento. Lo que más me sorprendía era que los marines no habían evacuado a los civiles, si el buscado era peligroso esta zona se convertiría en un charco de sangre. Prefería quedarme en la zona, tomar algo y salvar la mayor cantidad de civiles en caso de peligro. La situación estaba muy tensa y podría explotar en cualquier momento, había que estar preparada para reaccionar ante cualquier incidente.

     -Buenos días, me gustaría pedir una lasaña y un vaso de agua. - Dije mientras miraba al dependiente con una sonrisa, aunque por dentro estaba preocupada por la situación inminente

     La dependienta había aceptado mi pedido y estaba sirviéndome la lasaña sin ninguna preocupación. Pensé que quizás no se había dado cuenta de la gran presencia militar en la zona, pero eso era imposible, puesto que momentos después miró a los marines y su aura no cambió ni un poquito. Tras servirme la lasaña, tomé un trocito usando el tenedor.

     - ¡¡Quema!! - grité mientras soltaba rápidamente el tenedor

     Después de hacer esa estupidez, sentí la presencia de unos cuantos hombres al lado de una atracción. Me giré a mirar en esa dirección y pude observar como un grupo de hombres vestidos de color verde y con máscaras redondas pasaban por al lado, la gente se apartaba de su camino sin pensárselo dos veces. Detrás había un hombre sin pelo y barba muy larga. Esos tipos eran extraños, y la marina lo sabía también, puesto que se sentía un aura de tensión alrededor de ellos. La joven dependienta no parecía muy preocupada, esperé hasta que todos los hombres de verde desaparecieron, al meterse dentro de un restaurante local cercano y pregunté a la joven de quién se trataba.

     -No pareces muy preocupada, ¿podría saber quienes son esos hombres de verde?- Dije con cierta curiosidad, algo que me solía traer solo problemas

     Tras hacer la pregunta, si se trataba de criminales buscados, preguntaría sobre sus recompensas. De no ser criminales, seguiría mi camino hacia el barco del puerto, no tenía mucho que ver con el asunto y ya tenía mis propios problemas. Tenía que salir de la isla para llegar al nuevo mundo y el barco no esperaría por una joven como yo, además no estaba del todo segura en aquel lugar, me habían avisado continuamente de que las mujeres extrañas eran muy preciadas en el mercado de esclavas, debía salir cuanto antes de aquel lugar, pensé.

     Empecé a comer con más ganas, puesto que la comida ya no quemaba tanto. La lasaña estaba muy buena, la salsa se sentía deliciosa y la pasta estaba en su punto, simplemente buenísima. Por otro lado, el vaso de agua se quedó corto, así que pedí otro a la joven dependienta, no me iría de ahí hasta terminar mi comida. El camino iba a ser largo y no sabía cuantas provisiones podría llevar conmigo al barco, lo mejor era llenar el estómago ahora que tenía la oportunidad y aprovechar la primera tienda de comida que encontrase en el puerto, para hacer las compras.

     Seguía comiendo esa deliciosa lasaña, mientras tanto la dependienta empezó a comentarme la situación, en voz baja y mirando alrededor para asegurarse que nadie le escucha. Resultaba que los hombres de verde eran la nueva milicia del pueblo, estos se oponían a los esclavistas, eso solo iba a traerles problemas, pensé. Tras eso me dijo que me acercara al restaurante si deseaba saber más. Sonaba tentador, a la vez que interesante ayudar a la cacería de esclavistas, pero no tenía tiempo para eso y solo me iría a traer problemas con la marina, puesto que no todos los esclavistas tenían precio por sus cabezas, y otros tantos estaban protegidos por el gobierno.

     -Gracias por la información y por esta deliciosa comida. - Dije con una sonrisa mientras la chica seguía trabajando tras la barra.

     Después de escuchar todo esto, pensé que lo más lógico sería irme de ahí. Los marines no estaban esperando a ningún enemigo fuerte, y tampoco parecía que hubiese alguna víctima civil en la zona, en las próximas horas. Tomé una gran bocanada de aire y me levanté, la comida había estado deliciosa. Bebí el segundo vaso de agua que trajo la joven dependienta y me fui en dirección al puerto, de donde partiría el barco. Seguí mi camino entre las miradas tensas de los marines y las relajadas de los ciudadanos. Me había calmado tras entender la situación, pero seguía con mi haki de observación activado, por si acaso era atacada.

     Por el camino miré a los burbujeantes árboles de Sabaody, y el calmado agua del mar que se encontraba entre las diferentes islas del archipiélago. Crucé por el puente al siguiente manglar y observé que la vigilancia había disminuido un poco, pero seguía estando vigilado. Seguiría mi camino hasta el puerto, atenta a cualquier peligro pero sin pararme demasiado, no era momento de hacerse la heroína y tampoco había mucha necesidad, puesto que la milicia no eran criminales, al menos no por el momento. Si iban en contra de los esclavistas, ayudarán a los civiles, eran de todo menos un peligro, pensé.

     Por el camino vi bastantes marines, pero no tenía la necesidad de hablar con ellos y tampoco solía mantener muchas conversaciones con la marina, lo máximo era pedir algún barco de vez en cuando y cobrar la recompensa por la cabeza de los criminales que cazaba. La marina solo me ayudaría con dinero, el cuál necesitaba para poder pagar los viajes míos y de mis padres en un futuro, el cual esperaba fuese cercano. Algún día ellos estarían a salvo, ese era mi mayor sueño, aunque he observado de sobra que en las islas en las que había estado no estarían a salvo, tenía que visitar más mundo, hasta encontrar un lugar perfecto para ellos. El nuevo mundo era el siguiente paso y debía llegar cuanto antes, no sabía cuantos años más resistirían mis padres.

     Por el camino, las casas iban desapareciendo y cada vez había más bosque, hasta llegar a un punto donde dejaba de haber camino. Las piedras del suelo habían sido removidas, como si alguien se las hubiese llevado para tirarlas al agua. Pero las huellas no indicaban lo mismo, las seguí y di con el paradero de las piedras, una torre justo delante del puente al siguiente manglar. La torre estaba hecha de piedras, las mismas que había visto antes en el camino y encima de ella se podía vislumbrar la silueta de uno de los hombres vestidos de verde. Era igualito a los que había visto en la pequeña aldea, no hace mucho. Por otro lado, había algunos en el suelo, delante de la puerta a la torre, decidí andar hacia ellos y preguntar por un pase.

     Caminé mirando a mi alrededor, no parecía haber ningún peligro, pero nunca se sabía. Con el haki de observación activado, me acerqué a uno de los hombres del suelo, no tenía muchas opciones, era hablar con ellos o cruzar ilegalmente por el agua. La segunda opción me traería solo problemas, aunque de no poder atravesar esta pequeña aduana de una forma legal, solo me quedaba eso. Los marines probablemente no aceptarían más viajeros a bordo de sus barcos, solo traían problemas.

     -Buenas tardes, ¿hay alguna forma de pasar esta aduana?- Dije mientras mostraba una bolsa de berries. Si me la robaban probablemente me pusiese algo agresiva, pero no atacaría hasta estar segura que eran enemigos públicos de la ley.

     Después de hacer esa pregunta me quedé mirando al hombre con una sonrisa, esperaba que el dinero fuese suficiente para sobornarle, aunque nunca lo hubiese hecho antes, no tenía muchas otras opciones. Los verdes no parecían muy de fiar, aunque fuesen en contra de los esclavistas y se auto-proclamasen defensores de la justicia, no había nada en ellos que inspirara paz y tranquilidad, solo problemas. Al menos los marines estaban siendo controlados por el gobierno mundial, estos hombres no tenían ningún control, pensé. Solo me quedaba esperar una respuesta positiva o de lo contrario cruzaría nadando, obviamente alejándome un buen trecho del puente.

     El alma del guardia no parece muy confiado, supuse que no se fiaba de mí. Después de mirarme de arriba abajo un rato, me dijo que me parase y se fue a otro lugar. Unas horas después, que en realidad quizás solo eran unos segundos, apareció un hombre igualito al que vi entrar al restaurante, alto y musculoso y sobre todo, sin una máscara de soldado. La verdad es que sus soldados daban un poquito de miedo con esas máscaras, parecen personas que luchan con armas de gas, pensé.

     Acaté la orden de dejar todas mis pertenencias a un lado y seguí al hombre que se hacía llamar Gijrot. Me explicó que al otro lado estaba la zona sin ley y que habían montado ese puesto de guardia para controlar la zona, pues los marines no se estaban ocupando de ello. Eso me dejó un poquito sorprendida, la verdad es que odiaba la falta de justicia en algunos lugares del archipiélago y los marines eran unos vagos en su mayoría. Puedo ir a cazar algún criminal al otro lado como escusa para pasar, pensé.

     -Buenas tardes, soy Yumiko Mei, cazadora de criminales, piratas y otros peligros potenciales para el gobierno. He venido hasta aquí para cruzar al otro lado, pues la zona sin ley está repleta de criminales a ser capturados y entregados a la ley. Ya había estado por esta zona anteriormente, hace dos meses y no había visto un puesto como este, tengo que decir que me alegra que protejan la zona de la que no se ocupan los vagos de la marina.- Dije en tono serio para terminar esbozando una sonrisa, como era típico de mí.

     Aunque lo que había dicho no era la verdad, tampoco era mentira, pues la zona sin ley era uno de los mejores sitios para encontrar dinero fácil, aunque a veces traía más problemas que recompensas se sentía como una mina de oro para cazadoras como yo. Tras hacer ese comentario esperé su respuesta con calma, de mientras investigaba con mi haki de observación la zona, no sabía si había alguien más escuchando o vigilando el lugar y quería estar del todo segura que no me estaba metiendo en una trampa.

     El hombre se quedó mirando mis cosas curioso, el arco, luego el carcaj y dentro de este las flechas. Tras eso me dice que puedo recoger las cosas y que puedo pasar. Además de eso también me desea una buena caza diciéndome que ellos ofrecen más dinero por los criminales que los marines, lo que es bastante interesante, pues si es así, podría ganar mucho más enviando los criminales a estos hombres. Lo tendría en cuenta para el futuro, pero mi plan era salir de ese lugar cuanto antes y al parecer lo había conseguido.

     -Gracias, tendré cuidado.- Dije con una sonrisa triunfal mientras salía de ahí junto con mis cosas.

     Una vez pasado el puente, me senté a un lado en la hierba y me puse a mirar que todo estuviese en orden. 30 Double-Mode Arrow, 7 flechas con puntas de anzuelo y 40 Hollow-Point arrow. Todo en orden. El arco estaba intacto y en mi bolso tenía el resto de cosas que necesitaba, las balas, unas cuantas de cada tipo y un dial de impacto. En uno de los bolsillos del bolso tenía 4 de mis Bee Drones listos para ser usados. Todo en orden al parecer.

     Sabiendo que llevaba un poco de todo conmigo, comencé a andar y me encontré con tres caminos a escoger, que parecían ir al mismo lugar a simple vista. Uno va hacia un pueblo, otro hacia un bosque y el tercero al lado del canal. Pensé por un momento en escoger el del pueblo, pues por ahí podría intentar pasar desapercibida entre la gente, pero eso resultaba ser un incoveniente, pues era conocida entre los cazadores, así que descarté esa opción. La única opción factible era andar por el bosque y usarlo a mi favor, pues los árboles siempre fueron como mi casa, un lugar por el que podía moverme con libertad.

     Con mi haki de observación activado y preparada ante cualquier peligro, me aventuré en el bosque y comencé a caminar por el camino de tierra. De detectar alguna presencia, me subiría a un árbol e investigaría desde ahí. Era muy posible que hubiese gente dispuesta a tenderme una trampa en aquel lugar, pero estaba preparada para ello, en cualquier momento cogería el arco y atacaría a los que me atacasen, pensé. Aunque esperaba que no fuese necesario recurrir a la fuerza.

     El camino que cruzaba el bosque parecía muy poco usado, pues además de ser de tierra no parecía que alguien lo mantuviese y las plantas se estaban colando por encima de este. A decir verdad, esto era bastante bueno, no tendría que preocuparme por mercaderes o personas que caminaban habitualmente por ahí, pensé. Sin embargo eso no era tan cierto, pues unos cuantos cientos de pasos más tarde, empecé a escuchar gente caminando detrás de mí, sus auras eran parecidas a los soldados de verde. No pensaba que vendrían a por mí, así que seguí caminando hasta que pasaron a mi lado. Parecían tener mucha prisa y mi intento de parar a uno de ellos se quedó en eso, un intento.

     Seguí caminando hasta ver cual era el origen de es movimiento militar, no mucho más lejos, al salir a una zona abierta pude ver como un grupo de lo que parecían ser piratas estaba peleándose con los hombres de verde. No estaba segura quién había iniciado el combate, pero lo que estaba claro, es que el barco que me tenía que llevar se encontraba en peligro. Este se encontraba cerca del canal con el recubrimiento ya puesto y varios miembros de la tripulación con las manos atadas. Activé mi haki de observación casi al instante para ver si podía detectar presencias peligrosas en el barco, de ser así me dirigiría directo en esa dirección. Lo primero era proteger a la tripulación del barco y después ocuparme de los enemigos potenciales.

     De no haber ningún peligro en el barco, tomaría unas cuantas flechas y dispararía a varios de los piratas que podía ver desde mi posición. Estas flechas serían flechas de energía creadas por mi arco y recubiertas de haki de armadura. No quería mostrar todas mis cartas, así que empezaría con un ataque no muy fuerte, mientras tanto intentaba ver el nivel de mis oponentes, de ser más fuertes cambiaría mi estrategia a utilizar todas mis habilidades. Por un momento pensé en decir a los marines verdosos que me dejasen al grupo de piratas a mí y protegiesen a la tripulación del barco, pero después se me ocurrió que eso podría traerme más problemas, pues no sabía como se tomaban el bajar ilegalmente al fondo del mar. En cualquier caso, una vez acabásemos con el grupo de piratas, saldría huyendo con el barco, quisiesen o no permitírmelo, pensé.

     Parecía ser que no iba a ser tan fácil conseguir derrotar a esos piratas, un gran grupo se encontraba en el barco disparando desde detrás de la tripulación, usándola de escudo frente a los disparos enemigos. Fuera del barco había unas treinta auras según conseguía detectar con mi haki, todos tenían armas de fuego, no parecía que manejasen espadas u otras armas cuerpo a cuerpo. Eso era una ventaja y una desventaja a la vez, sabía que probablemente mi puntería sería mejor que la de un grupo de piratas cualquiera, pero no podía confiarme demasiado, pues cualquier movimiento en falso podría significar un balazo en un lugar que podría acabar siendo letal.

     Por otro lado, los hombres de verde no se tomaron muy bien mi entrometimiento, seis de ellos se giraron hacia mi apuntándome con sus armas mientras preguntaban por mi razónd e estar ahí. Me estaban echando, cosa que no iba a permitir, pues quería y necesitaba salvar a la tripulación del barco y no por mis intereses específicamente, si no porque estaban en peligro. Los piratas eran mi objetivo, no tenía la mínima intención de llevarme sus recompensas, pero tampoco me iba a quedar de brazos cruzados y marcharme. Sin embargo, justo cuando iba a decir la razón por la que me encontraba ahí, escuché el sonido de disparo de un cañón y me giré en la dirección del mismo. Así es, una gran bola de hierro venía en dirección a mí, no me quedaba otra opción que destruirla en el aire, pues ya no tenía mucho tiempo para esquivarla, había estado inmersa demasiado tiempo en mis pensamientos.

     -¡Al suelo!- Grité a la vez que creaba una flecha de energía con ayuda del mecanismo del arco. Tensé la cuerda y concentré mi poder, creando un fuerte aura de color azul oscuro cubriendo tanto el arco como la flecha. Solté la cuerda, dejando volar la flecha a máxima velocidad en dirección a la bola de hierro. Esta además de ser más potente de lo normal, también estaba imbuida en haki de armadura. Esperaba que eso fuese suficiente para hacerla explotar en pedacitos, de lo contrario probablemente recibiría un golpe muy fuerte.

     -Quiero proteger a los civiles del barco, esa es mi intención. No vengo a llevarme ningún mérito ni ningún premio por derrotar a estos piratas.- Dije después de ver el resultado del disparo. Esperaba que eso fuese suficiente para que me dejasen proteger a la tripulación, aunque no estaba del todo segura cuales eran los malos dentro del barco, lo descubriría más adelante.

     Al parecer la bola de hierro se rompió en el cielo, menos mal, pensé. Por otro lado, los hombres de verde agradecieron que los ayudase y dijeron que me habían parado porque no sabían en que bando me encontraba, amiga o enemiga. Me pareció lógico y me quedé a escuchar la situación en la que se encontraban. Pararon el barco y los piratas salieron y dispararon directamente, lógico, si iban a quedar sin barco. Pero lo extraño era que la tripulación ya se encontraba atada, es decir, probablemente eran rehenes de esos criminales y no los querían para nada. Quizás consiguieron el barco robándolo en el mar o después de perder el suyo, había muchas posibles opciones, pero no mucho tiempo para pensar.

     Cuando iba a decir algo, un disparo pasó muy cerca y chocó contra un parapeto, lo había notado con mi haki de observación, pero no podía haberlo esquivado a esa distancia, no mientra me sumergía en mis pensamientos. Teníamos que idear una estrategia que funcionase y antes de que volviesen a disparar el cañón, pues no tenía tantas flechas como para romper todas las bolas, además era una tarea difícil. Seguí mirando al barco y llegué a una conclusión, si lo flanqueábamos iba a ser difícil que nos diesen a todos a la vez, por otro lado, nosotros tendríamos solo un objetivo y no nos sería tan difícil disparar.

     -Podríamos separarnos en dos grupos y flanquear el barco por ambos lados. Si tenéis algún arma pesada podría servirnos de fuego de apoyo desde aquí, mientras nos acercamos al barco. Al estar separados en dos grupos no nos darán tan fácil y nosotros seguiremos teniendo un mismo objetivo, así que podremos concentrar el fuego mientras nos acercamos. Una vez al lado saltamos al barco y eliminamos o capturamos a los piratas, protegiendo a la tripulación de ser posible.- Comenté con una sonrisa, creía que mi plan era muy lógico, pero escucharía la opinión de los soldados.

     Si seguíamos con mi plan, me iría con el grupo que flanquearía por la derecha. De modo que esquivando todos los proyectiles posibles, intentaría usar mis Double-Mode Arrow en modo eléctrico para noquear a los más peligrosos de a bordo, pues se notaba que había varios con muy buena puntería. Aunque la buena puntería no sería suficiente ante mi haki de observación, probablemente al acercarme estaría mucho más en peligro, pensé.

     El plan iba bien, me dejaron disparar el mortero y el proyectil fue directo hacia donde había apuntado, ese arma estaba bien calibrado pero era pesado para que lo usase cualquiera. No tenía más opción que irme y cruzar el canal para llegar al barco, dejé a uno de los soldados seguir disparando. Si no me daba prisa tardaríamos unos minutos en cruzar el agua, al fin y al cabo íbamos contracorriente, pensé por un momento si tendríamos otra opción, una flecha con una cuerda o algún modo de correr más, pero no pude pensar lo suficientemente rápido.

     Fue segundos después que oí el disparo del cañón del barco, el mismo que había disparado antes la bola de acero, pero no tenía tiempo para parar esa bala, no desde el agua. Confié en que los soldados de la zona del mortero eran capaces de esquivar eso y seguí nadando. Segundos después disparé dos flechas cargadas en haki de armadura al encargado o encargados de manejar el cañón del barco, si les conseguía dar tardarían en poner a otra persona para manejarlo, pensé.

     -Será mejor que sigamos nadando, no sabemos si el próximo cañonazo vendrá en nuestra dirección. En cuanto alcancemos el barco estar preparados para luchar, pero no matéis a los civiles.- Dije seriamente, aún así con una sonrisa como era habitual.

     Tras decir esto seguiría nadando lo más rápido que pudiese intentando cruzar el canal, no teníamos mucho tiempo y estábamos a merced del fuego enemigo, lo que no debíamos hacer ahora era quedarnos quietos, ahí nos hundirían y el agua nos llevaría bien lejos. Miré a mi alrededor en busca de algún tronco, rama o raíz que me ayudase a avanzar más rápido, de encontrarla la utilizaría para avanzar más deprisa. La verdad es que el agua me estaba gustando, pero no era hora de quedarse a darse un baño, ya habría tiempo para eso después de atravesar este lugar y escapar en el barco, si es que seguía de una pieza.