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Un viaje movido, la verdad es que desde que salen a la mar su viaje es realmente desastroso, bueno, no tanto, pero no es para nada ordenado. Su método de viaje más común es colarse en embarcaciones, con la idea de gastar el mínimo dinero posible. Prometer un pago que no se realiza a un pobre hombre que se predispone a llevarlos, engañar a ilusos con la belleza de Shenhua, para que los lleven gratis, haciendo que se hagan ideas erróneas de lo que van a obtener al ayudarlos, o simplemente con el juego mental del joven Shenyun. En esta ocasión, fue el mayor de los hermanos el que se hizo cargo de conseguir el transporte, un hombre de negocios tenía que ir por la ruta que los jóvenes iban a tomar, de modo que Shenyun se acerca a él para proponerle un trato. El hombre, creyendose más inteligente, trata de engañar a Shenyun, pero le sale mal el intento, jugar con la mente de ese sociópata no es buena idea.
Tras unos días evadiendo las preguntas de los demás tripulantes, y del propio capitán del barco, el barco se detiene en un enorme barco, en el que perfectamente cabrían tres o cuatro de los que hay parados junto a él. El olor a comida llega a Shenhua, que tiene un olfato mejorado por su poder de convertirse en un cánido. - Nii-san, huele bien, comamos. - Dice la joven con su dulce y tierna voz. La verdad es que Shenyun también tiene hambre, y bajarse ahí, seguramente acabaría siendo una ventaja al librarse de seguir lidiando con el tonto capitán que se cree que puede engañar a Shenyun.
- Sujétate que nos bajamos - Dice a su hermanita, y en el momento en que ella se aferra a su hermano, Li salta del barco cayendo en la barandilla del mismo. Desde allí saluda sonriendo al capitán del otro barco que los maldice a viva voz. No tarda en venir un hombre de mala apariencia. Su aspecto delata claramente que no trae buenas intenciones, por lo que Shenyun se coloca delante de su hermana, la conoce y acabaría aquello en desgracia. Por mala fortuna, son dos, y ahí Shenhua se enfrenta a uno de ellos. Todo esto nada más bajar allí. ~ No deberíais estar aquí mocosos, bueno, la hermosa sí, pero tú tienes que irte. ~ Dice uno de ellos mientras se relame, aunque eso es lo último que hace, pues una daga atraviesa su garganta y un empujón lo tira al agua. - No toleraré ninguna referencia en mal tono a mi hermanita. - Dice mientras Shenhua tira al otro al mar, tras desgarrarle el cuello con unas garras retráctiles. - Trató de propasarse, así que lo maté. Además, me aubrría un poco. - Dice la joven mientras van los dos al interior a comer, sin ser conscientes de si alguien los ha visto o no.
Tras unos días evadiendo las preguntas de los demás tripulantes, y del propio capitán del barco, el barco se detiene en un enorme barco, en el que perfectamente cabrían tres o cuatro de los que hay parados junto a él. El olor a comida llega a Shenhua, que tiene un olfato mejorado por su poder de convertirse en un cánido. - Nii-san, huele bien, comamos. - Dice la joven con su dulce y tierna voz. La verdad es que Shenyun también tiene hambre, y bajarse ahí, seguramente acabaría siendo una ventaja al librarse de seguir lidiando con el tonto capitán que se cree que puede engañar a Shenyun.
- Sujétate que nos bajamos - Dice a su hermanita, y en el momento en que ella se aferra a su hermano, Li salta del barco cayendo en la barandilla del mismo. Desde allí saluda sonriendo al capitán del otro barco que los maldice a viva voz. No tarda en venir un hombre de mala apariencia. Su aspecto delata claramente que no trae buenas intenciones, por lo que Shenyun se coloca delante de su hermana, la conoce y acabaría aquello en desgracia. Por mala fortuna, son dos, y ahí Shenhua se enfrenta a uno de ellos. Todo esto nada más bajar allí. ~ No deberíais estar aquí mocosos, bueno, la hermosa sí, pero tú tienes que irte. ~ Dice uno de ellos mientras se relame, aunque eso es lo último que hace, pues una daga atraviesa su garganta y un empujón lo tira al agua. - No toleraré ninguna referencia en mal tono a mi hermanita. - Dice mientras Shenhua tira al otro al mar, tras desgarrarle el cuello con unas garras retráctiles. - Trató de propasarse, así que lo maté. Además, me aubrría un poco. - Dice la joven mientras van los dos al interior a comer, sin ser conscientes de si alguien los ha visto o no.
Yuu se había deshecho del navegante y eso le pasó factura, pero también le ayudó a centrarse más en sobrevivir en el mar. Empezó a orientarse con la brújula que llevaba en un bolsillo aquel, la cual le había escondido durante todo el viaje. Con el pirata a los remos y yendo hacia una dirección aleatoria tras salir de Shelltown, llegó a divisar un extraño barco a lo lejos, con una especie de cabeza de pez. – ¿Pero… se puede saber qué es esa mierda…? – pensó el joven, confuso tras ver aquello. La cuestión es que, cuando llegó, su vista alcanzó lo alto del barco, donde ponía que aquello era un restaurante. En cierta parte, Yuu alcanzó a darse cuenta también por todos los barcos que había a su alrededor que, aquel sitio era bastante concurrido por gente de todo tipo, ya sean marines, piratas o de cualquier otra calaña. Esto, por supuesto, interesó de sobremanera a Yuu, pues podía robar dentro de los barcos puesto que la mayoría de integrantes estarían dentro del restaurante. En cualquier caso, el pelinegro tenía hambre, y llevaba tiempo sin comer nada caliente, con lo que decidió meterse dentro del local. Atracó su barco al lado de una carabela mucho más grande que el suyo, que su bandera no parecía ni pirata ni marine, con lo que pensó que serían de otra estirpe.
Yuu se encaminó hacia la puerta que él supuso que era la de entrada con la bolsa colgada de su espalda. Abrió la puerta y, nada más entrar, alguien del personal le habló. – Buenas, señor. Acompáñeme, por favor, le voy a llevar a su mesa. – dijo este, dejando al pelinegro con una sensación extraña tras llamarle señor. Este lo siguió hasta una mesa en un rincón con solo una silla. – Siéntese, por favor. Ahora mismo le traemos la carta. – concluyó el camarero, mientras se dirigía a por lo que le había prometido. Una vez se la trajo, el ladrón empezó a observarla y, como no iba a pagar al fin y al cabo, decidió pedir lo que más le apeteciese fuese lo caro que fuese. – ¡Tráigame el mejor pez que tenga! ¡Ah, y una cerveza! – gritó el pirata, para luego empezar a reírse, mientras todos los del restaurante le miraban.
Yuu se encaminó hacia la puerta que él supuso que era la de entrada con la bolsa colgada de su espalda. Abrió la puerta y, nada más entrar, alguien del personal le habló. – Buenas, señor. Acompáñeme, por favor, le voy a llevar a su mesa. – dijo este, dejando al pelinegro con una sensación extraña tras llamarle señor. Este lo siguió hasta una mesa en un rincón con solo una silla. – Siéntese, por favor. Ahora mismo le traemos la carta. – concluyó el camarero, mientras se dirigía a por lo que le había prometido. Una vez se la trajo, el ladrón empezó a observarla y, como no iba a pagar al fin y al cabo, decidió pedir lo que más le apeteciese fuese lo caro que fuese. – ¡Tráigame el mejor pez que tenga! ¡Ah, y una cerveza! – gritó el pirata, para luego empezar a reírse, mientras todos los del restaurante le miraban.
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Silencio, parece ser que nadie se pronuncia sobre lo que acaba de ocurrir en cubierta. Por el momento los hermanos se dirigen a la entrada del restaurante, en el cual planean comer de gratis, la verdad es que eso de pagar por su comida no va con ellos. Una suave brisa mueve las melenas de ambos, que miran atentamente los barcos que hay atracados, buscando el barco que pueda servirles para salir de allí sin buscarse demasiados problemas. Aquellos que llevan una bandera pirata es mejor no intentar, los piratas suelen ser muy recelosos de que les quiten los barcos. Los de la marina, tampoco, pues la marina si que se toma el robo de sus barcos muy en serio. Y llamar mucha atención siendo solo dos, no es un gran plan, y menos siendo uno de ellos usuario en un barco en mitad del mar. |~ Nii-sama, tengo hambre, ese idiota me dió hambre. ~| Dice Shenhua mientras caminan. Al parecer ya tienen decidido el barco que van a tomar para salir de allí, obviamente tras la comida gratis.
|~ Ya vamos, estaba mirando el barco que nos llevará cuando terminaremos, aunque esta vez nos quedaremos con el barco para nosotros. ~| Responde Shenyun apartando la vista del barco que tiene en mente. No es muy grande, pero les servirá para sus comienzos. Al poco de cruzar el umbral de la puerta hacia el interior de la zona de restauración, un maitre muy bien arreglado, traje negro impoluto con la forma de actuar de un auténtico mayordomo. |~ Señores, acompáñenme, les pondré en una mesa adecuada para una comida romántica y les traeré la carta. ~| Dice el maitre, causando la risa de los hermanos, disfrutarán de una magnífica comida sin pagarla, y encima jugarían con la mente de un pobre hombre.
Los jóvenes toman asiento, y Shenun hace lo que siempre hace cuando entra a un restaurante, examinar la distancia de la mesa a las salidas, y las personas en el interior del local. La tónica general es la de un lugar de buena clase, casi todos visten con elegancia. Vinos caros por todas las mesas, y joyas, una cantidad de joyas que harían que un cleptómano se volviera loco. Pero hay un sujeto que destaca, un muchacho de pelo negro que se ríe a carcajadas, obviamente no es de la misma clase social que la mayoría, tampoco parece saber como camuflarse en el entorno. Eso le llama la atención de grata manera.
El meitre trae la carta y una cubitera, seguramente para la bebida. |~ Tráigame su mejor carne, acompañado por una jarra de cerveza y una botella de su mejor vino. ~| Dice el joven en el momento en que un majestuoso búho real blanco como la nieve se posa en el respaldo de la silla del muchacho, quien le acaricia el plumaje. |~ Tráiga también algun roedor, vivo si posible para mi amigo plumífero. ~| Añade mientras el búho ulula. |~ A mí su mejor carne, pero poco hecha, y una jarra de sake. ~| Añade la joven mientras el meitre alucina con la situación. Pero dada la capacidad de Shenyun de jugar con la mente, adopta un tono que hace que sea imposible creer que no son extravagantes miembros de la alta clase.
|~ Ya vamos, estaba mirando el barco que nos llevará cuando terminaremos, aunque esta vez nos quedaremos con el barco para nosotros. ~| Responde Shenyun apartando la vista del barco que tiene en mente. No es muy grande, pero les servirá para sus comienzos. Al poco de cruzar el umbral de la puerta hacia el interior de la zona de restauración, un maitre muy bien arreglado, traje negro impoluto con la forma de actuar de un auténtico mayordomo. |~ Señores, acompáñenme, les pondré en una mesa adecuada para una comida romántica y les traeré la carta. ~| Dice el maitre, causando la risa de los hermanos, disfrutarán de una magnífica comida sin pagarla, y encima jugarían con la mente de un pobre hombre.
Los jóvenes toman asiento, y Shenun hace lo que siempre hace cuando entra a un restaurante, examinar la distancia de la mesa a las salidas, y las personas en el interior del local. La tónica general es la de un lugar de buena clase, casi todos visten con elegancia. Vinos caros por todas las mesas, y joyas, una cantidad de joyas que harían que un cleptómano se volviera loco. Pero hay un sujeto que destaca, un muchacho de pelo negro que se ríe a carcajadas, obviamente no es de la misma clase social que la mayoría, tampoco parece saber como camuflarse en el entorno. Eso le llama la atención de grata manera.
El meitre trae la carta y una cubitera, seguramente para la bebida. |~ Tráigame su mejor carne, acompañado por una jarra de cerveza y una botella de su mejor vino. ~| Dice el joven en el momento en que un majestuoso búho real blanco como la nieve se posa en el respaldo de la silla del muchacho, quien le acaricia el plumaje. |~ Tráiga también algun roedor, vivo si posible para mi amigo plumífero. ~| Añade mientras el búho ulula. |~ A mí su mejor carne, pero poco hecha, y una jarra de sake. ~| Añade la joven mientras el meitre alucina con la situación. Pero dada la capacidad de Shenyun de jugar con la mente, adopta un tono que hace que sea imposible creer que no son extravagantes miembros de la alta clase.
Yuu se estaba divirtiendo actuando de esa forma, y seguiría haciéndolo hasta que se marcharse de allí, pero no sin antes aumentar el ritmo de diversión unos cuantos eslabones. El camarero trajo un plato con unos trozos de pez casi diminutos, adornando el plato con unas pequeñas hojas de perejil. Cuando el hombre dejó el plato en la mesa del pelinegro, acompañado de una cerveza, se fue hacia la cocina luego de desearle una buena comida al pirata. Yuu cogió a este de la camisa y le hizo retroceder, para luego girarse hacia él. – Vamos a ver… ¿qué es esto? – dijo el pelinegro, de momento, calmado. Acto seguido, se comió todos los trozos de una, hablando con la boca llena. – Egsta vé, tgraigame el pez má grangde que tenga – dijo este, con algunas palabras ininteligibles para el camarero, pero comprendiendo este la orden. De repente, el ladrón puso una cara de satisfacción inmensa. – Oh… esto está sublime… ¡me encanta, joder! Pero creo que mi estómago no se ha llenado con esta mierda tan jodidamente rica. – pensó este, para sentarse más tarde en su silla y beber un trago de su jarra de cerveza, soltando un gran suspiro tras hacerlo.
Consciente de que llamaba la atención de todo el restaurante, continuó con su característica carcajada con peligro de ahogarse de tanto reír. Pasaban los minutos, y el plato no venía. – ¿¡Ese pescado viene o qué!? ¡Tengo mucha hambre! – dijo a gritos a la cocina, al mismo tiempo que alguien se acercaba a él. Por sus ropajes, Yuu le identificó como un marine. – Muchacho, ¿puedes bajar la voz? Estás molestando a todo el restaurante. Si no te gusta el servicio, por favor, vete. – insistió el corpulento agente de la Marina, irritando a Yuu tras mucho rato. – ¿Y tú quien cojones te crees para darme órdenes, puto viejo? – al instante, el marine cogió de la camisa al pelinegro y lo elevó en el aire. – ¿Qué me has dicho, pedazo de subnormal? – dijo el tipo, empezando a cabrear a Yuu, el cual le dio un puñetazo en la cara, haciendo sangrar a este por la nariz, pues básicamente, se la rompió. – Que te follen, imbécil. – a lo que el marine respondió con otro puñetazo, golpeando con éxito al pelinegro, que resistió la fuerza y no cayó al suelo. – Espero que apreciases ese brazo con el que me has pegado, subnormal. – amenazó este al marine, para luego cumplir su amenaza, haciendo que los compañeros que tenía detrás se levantasen inmediatamente y fuesen a por él. ¿Cómo cumplió su amenaza? Yuu desenvainó su espada y simplemente le cortó el brazo con el que le había golpeado… de cuajo. El grito de dolor del marine se escuchó por todos los alrededores, con lo que sus compañeros empezaron a entrar al restaurante a ver lo que había pasado.
De repente, empezaron a atacar a Yuu todos. Primero, uno con la espada hacia arriba, la cual paró el pelinegro con la suya y ensartó al hombre, para luego sacar su espada rápidamente de su cuerpo y darle una patada con el fin de derribar a los enemigos que venían detrás. A todo esto, el hombre con el brazo cercenado estaba en el suelo retorciéndose de dolor, cosa que el pirata acabó insertando su espada en el corazón del hombre. Otro estruendo llamó su atención. Al parecer, los piratas que se hallaban allí empezaron a luchar con los marines por causas ajenas a Yuu, acontecimiento que alivió un poco a este. Sin más ganas de luchar, el pelinegro decidió comenzar su camino hacia la puerta.
Consciente de que llamaba la atención de todo el restaurante, continuó con su característica carcajada con peligro de ahogarse de tanto reír. Pasaban los minutos, y el plato no venía. – ¿¡Ese pescado viene o qué!? ¡Tengo mucha hambre! – dijo a gritos a la cocina, al mismo tiempo que alguien se acercaba a él. Por sus ropajes, Yuu le identificó como un marine. – Muchacho, ¿puedes bajar la voz? Estás molestando a todo el restaurante. Si no te gusta el servicio, por favor, vete. – insistió el corpulento agente de la Marina, irritando a Yuu tras mucho rato. – ¿Y tú quien cojones te crees para darme órdenes, puto viejo? – al instante, el marine cogió de la camisa al pelinegro y lo elevó en el aire. – ¿Qué me has dicho, pedazo de subnormal? – dijo el tipo, empezando a cabrear a Yuu, el cual le dio un puñetazo en la cara, haciendo sangrar a este por la nariz, pues básicamente, se la rompió. – Que te follen, imbécil. – a lo que el marine respondió con otro puñetazo, golpeando con éxito al pelinegro, que resistió la fuerza y no cayó al suelo. – Espero que apreciases ese brazo con el que me has pegado, subnormal. – amenazó este al marine, para luego cumplir su amenaza, haciendo que los compañeros que tenía detrás se levantasen inmediatamente y fuesen a por él. ¿Cómo cumplió su amenaza? Yuu desenvainó su espada y simplemente le cortó el brazo con el que le había golpeado… de cuajo. El grito de dolor del marine se escuchó por todos los alrededores, con lo que sus compañeros empezaron a entrar al restaurante a ver lo que había pasado.
De repente, empezaron a atacar a Yuu todos. Primero, uno con la espada hacia arriba, la cual paró el pelinegro con la suya y ensartó al hombre, para luego sacar su espada rápidamente de su cuerpo y darle una patada con el fin de derribar a los enemigos que venían detrás. A todo esto, el hombre con el brazo cercenado estaba en el suelo retorciéndose de dolor, cosa que el pirata acabó insertando su espada en el corazón del hombre. Otro estruendo llamó su atención. Al parecer, los piratas que se hallaban allí empezaron a luchar con los marines por causas ajenas a Yuu, acontecimiento que alivió un poco a este. Sin más ganas de luchar, el pelinegro decidió comenzar su camino hacia la puerta.
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Tal como predijo Shenyun, el chico pelinegro acaba por causar un alboroto. Al parecer no le sirvieron la cantidad o la calidad de comida que había solicitado, pero hay métodos más simples de conseguir algo que el mero hecho de amenazar abiertamente a pleno pulmón. Por su parte, el camarero que atendió a los hermanos les informa de que cocina ha cerrado por el alboroto y que la comida no se la servirán. - Espera, ¿me está diciendo que no voy a comer por el alboroto que su propio camarero causó? Que no seáis capaces de servir comida me dice que sois un mal restaurante. Bueno, marcho a entretenerme con algo, dado que la cocina deja a los clientes con hambre por una pelea ajena a estos. Vamos Hati. - Dice Shenyun mientras se levanta y comienza a caminar tranquilo entre el gentío que se intercambian golpes y estocadas. ~ Alto, queda detenido por el asesinato de un civil en cubierta... ~ Dice un recluta con una espada temblorosa apuntando al joven pelingero. - Vamos a ver bebé, si me vas a detener, debes estar seguro de que puedes conmigo. El temblor de tu mano indica que en cuanto haga un movimiento te harás pipi encima, anda, ve con tu mamá a que te cante una nana y déjame tranquilo. De lo contrario, tendré que ponerme algo serio, y eso te hará pupita. - Dice el joven mientras se acerca apoyando una daga en el filo de la espada y levándola hacia abajo.
Mientras tanto, la hambrienta Shenhua se levanta. - Skoll, tengo mucha hambre, comeré algo y me divertiré junto a ese chico. - Dice la hermanita de Shenyun, quien asiente y se centra nuevamente en el marine. ~ He dicho que queda detenido, no se mueva o me veré forzado a matarle... ~ Empieza el marine pero un rápido movimiento del joven pirata lo deja en el suelo. - Verás, no me apetece ir preso ni morir, pero voy a dejarte un regalo, debiste dejarme tranquilo. - Dice Shenyun para luego lamerle el cuello al marine, que está paralizado por el miedo mientras el filo de su daga graba la letra L en la espalda del marine.
Mientras tanto, Shenhua se acerca a donde están los marines y comienza a sacarles pedazos de carne, literalmente a bocados. Para luego masticarlos y engullirlos. Ha desarrollado cierto gusto por la carne humana y sin cocinar desde que consumió esa fruta maldita. - Vamos Hati, sigamos al chico pelingero, me gusta su forma de actuar, y si nos unimos, los marines lo tendrán más difícil para detenernos. - Dice Shenyun mientras se dirige a la puerta. - ¡Eh! El chico de pelo negro, el espadachín mutilador, quisiera hablar contigo. - Dice Shenyun a pleno pulmón mientras su hermana se coloca a su lado y su búho sobre su cabeza.
Mientras tanto, la hambrienta Shenhua se levanta. - Skoll, tengo mucha hambre, comeré algo y me divertiré junto a ese chico. - Dice la hermanita de Shenyun, quien asiente y se centra nuevamente en el marine. ~ He dicho que queda detenido, no se mueva o me veré forzado a matarle... ~ Empieza el marine pero un rápido movimiento del joven pirata lo deja en el suelo. - Verás, no me apetece ir preso ni morir, pero voy a dejarte un regalo, debiste dejarme tranquilo. - Dice Shenyun para luego lamerle el cuello al marine, que está paralizado por el miedo mientras el filo de su daga graba la letra L en la espalda del marine.
Mientras tanto, Shenhua se acerca a donde están los marines y comienza a sacarles pedazos de carne, literalmente a bocados. Para luego masticarlos y engullirlos. Ha desarrollado cierto gusto por la carne humana y sin cocinar desde que consumió esa fruta maldita. - Vamos Hati, sigamos al chico pelingero, me gusta su forma de actuar, y si nos unimos, los marines lo tendrán más difícil para detenernos. - Dice Shenyun mientras se dirige a la puerta. - ¡Eh! El chico de pelo negro, el espadachín mutilador, quisiera hablar contigo. - Dice Shenyun a pleno pulmón mientras su hermana se coloca a su lado y su búho sobre su cabeza.
En cierta manera, el haber causado aquel alboroto él solo le enorgullecía en sobremanera. El cómo una sola acción podía desencadenar tantas al mismo tiempo le resultaba simplemente fascinante. Sobretodo porque aquel era el momento ideal para cambiar de barco. De hecho, desde que llegó ya le tenía echado el ojo al que estaba anclado al lado del suyo. No la había visto con detenimiento, pero pensó que serviría perfectamente para empezar a navegar decentemente por los bravíos mares de la Grand Line, cuando volviese. En cualquier caso, antes de salir por la puerta, oyó una voz que lo llamaba detrás de él. Alguien que quería hablar con él. Yuu se giró y observó a los tres sujetos que se postraban ante él. Por un lado, el hombre, un poco más alto que Yuu, pero mucho más joven que él, de pelo negro y de rostro muy pálido. En cuanto a la chica, esta si que era bastante más baja que el joven ladrón, aunque rondaría la misma edad que el otro. Por último… el búho recordó a Yuu el suceso con el águila que tuvo lugar en Shelltown, con aquella chica. – Creo que ahora no es muy buen momento, eh… seguidme si queréis algo de mi, tengo que hacer algo. – dijo este, mientras volvía a girarse, abriendo la puerta de una patada y encarándose hacia el barco que tenía pensado robar.
Una carabela intacta, con velas prácticamente nuevas y una bandera que arrancaría tras zarpar con el nuevo barco. Con la espada desenvainada aún, subió por el pequeño puente de madera lanzado desde el barco a la cubierta, viendo como algunos tripulantes aún seguían en el barco. – ¡A ver, señores, prestadme atención! – gritó Yuu con un tono amenazador. – Este barco queda en posesión del gran pirata Yuu, y vosotros vais a ser mis leales tripulantes. ¿Queda claro? – amenazó este a todos, causando miedo a algunos, mientras que uno de ellos se paraba ante él. – Baja esa espada, chico, te harás daño. Soy el capitán de este barco. Y me temo que no te lo vas a llevar tan fácilmente. Tendrás que matarme si lo quieres y… no podrás hacerlo, sucio pirata. – dijo este. Como el capitán era de menor estatura que él, Yuu agachó la cabeza un poco para susurrarle algo. – Retuércete y sírveme… cabrón. – le amenazó el pelinegro. Acto seguido, le golpeó con el puño que tenía libre los testículos, haciendo que el hombre cayera el suelo, retorciéndose de dolor. Miró a los tripulantes del barco y, con una mirada seria, empezó a hablar. – Venga, capullos, levad anclas y pongamos rumbo a algún sitio. – ordenó este. Algunos empezaron a moverse para hacer caso a Yuu, mientras que otro tenían tanto miedo que se quedaron inmóviles.
Una carabela intacta, con velas prácticamente nuevas y una bandera que arrancaría tras zarpar con el nuevo barco. Con la espada desenvainada aún, subió por el pequeño puente de madera lanzado desde el barco a la cubierta, viendo como algunos tripulantes aún seguían en el barco. – ¡A ver, señores, prestadme atención! – gritó Yuu con un tono amenazador. – Este barco queda en posesión del gran pirata Yuu, y vosotros vais a ser mis leales tripulantes. ¿Queda claro? – amenazó este a todos, causando miedo a algunos, mientras que uno de ellos se paraba ante él. – Baja esa espada, chico, te harás daño. Soy el capitán de este barco. Y me temo que no te lo vas a llevar tan fácilmente. Tendrás que matarme si lo quieres y… no podrás hacerlo, sucio pirata. – dijo este. Como el capitán era de menor estatura que él, Yuu agachó la cabeza un poco para susurrarle algo. – Retuércete y sírveme… cabrón. – le amenazó el pelinegro. Acto seguido, le golpeó con el puño que tenía libre los testículos, haciendo que el hombre cayera el suelo, retorciéndose de dolor. Miró a los tripulantes del barco y, con una mirada seria, empezó a hablar. – Venga, capullos, levad anclas y pongamos rumbo a algún sitio. – ordenó este. Algunos empezaron a moverse para hacer caso a Yuu, mientras que otro tenían tanto miedo que se quedaron inmóviles.
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Aquél chico parece ser igual que Shenhua, descerebrado y loco por la sangre. Shenyun comienza a preguntarse si será buena idea unirse a él, pero no hay tiempo, el chico dice tener prisa, y ciertamente, todos tienen prisa, ser emboscados en aquél barco podría ser fatal para los piratas, y más ahora que habían causado la muerte y el sufrimiento de unos pocos marines. La "L" marcada en la espalda del joven recluta lo marcará de por vida, y no solo por el hecho de marcarle la piel con una cicatriz, sino por la sucesión de hechos que dieron lugar a la misma. Ahora se encuentran corriendo por cubierta hasta un barco, una hermosa carabela que tan convenientemente tiene el puente echado, de forma que los jóvenes no tardan en subirse al barco.
Otra vez, el joven espadachín demuestra su falta de carácter, con amenazas burdas y vulgares para que los marineros que quedaban de la tripulación anterior le hagan caso. Pero, el dominar a su capitán con un golpe en las partes nobles, le causa cierta gracia al pelinegro, mientras Shenhua se sienta en un rincón, aburrida, sabe perfectamente que mientras necesiten mano de obra Shenyun no la dejará matarlos.
- Me gusta tu estilo, en parte muchacho, si logras pulir unos detalles tendrías muchísimo más éxito en las amenazas, por ejemplo, solo dos marineros se intimidaron con tu actitud bravucona, hay formas más terribles de amenazar que físicamente. Observa. - Dice el joven mientras camina con pasos lentos y tranquilos, que resuenan por el tacón de sus botas. - A ver muchachos, veo que las amenazas a vuestra condición física y a vuestro capitán no os afectan, pero, os aseguro que si no salimos ya de aquí y no colaboráis, haré de vuestra existencia el mayor de los infiernos, a los que estéis casados mi querida hermana torturará a vuestras mujeres, a los que tengan hijos serán estos los que sufran su pasión por el dolor y la sangre. Y a los solteros, bueno, os remarcaré lo patético de vuestra vida, grabando en lo más profundo de vuestra mente y alma que sois patéticos y estaréis solos de por vida. Así que, hacednos caso y todo irá bien, rebelaros y... no me responsabilizo de lo que suceda después. - Dice en un tono frío, siniestro y sombrío. Al instante el semblante de todos los marineros se torna pálido y de puro pánico. Corriendo a hacer lo que el pelinegro había ordenado anteriormente, poniendo de ese modo el barco en marcha.
- Bueno muchacho, creo que es hora de que conversemos, tu actitud me recuerda mucho a mi hermana, y por eso me llamaste la atención. Creo que podríamos beneficiarnos al unirnos para viajar, de modo que cada uno pueda apoyar al otro de ser necesario. Me presento, soy uno de los Northen Wolves, el otro, es mi hermanita, sentada allí. En concreto me llama, ella, Skoll. Un placer. - Dice en un tono neutro, al ser un tema más tranquilo que el obtener resultados de marineros que no le importan.
Otra vez, el joven espadachín demuestra su falta de carácter, con amenazas burdas y vulgares para que los marineros que quedaban de la tripulación anterior le hagan caso. Pero, el dominar a su capitán con un golpe en las partes nobles, le causa cierta gracia al pelinegro, mientras Shenhua se sienta en un rincón, aburrida, sabe perfectamente que mientras necesiten mano de obra Shenyun no la dejará matarlos.
- Me gusta tu estilo, en parte muchacho, si logras pulir unos detalles tendrías muchísimo más éxito en las amenazas, por ejemplo, solo dos marineros se intimidaron con tu actitud bravucona, hay formas más terribles de amenazar que físicamente. Observa. - Dice el joven mientras camina con pasos lentos y tranquilos, que resuenan por el tacón de sus botas. - A ver muchachos, veo que las amenazas a vuestra condición física y a vuestro capitán no os afectan, pero, os aseguro que si no salimos ya de aquí y no colaboráis, haré de vuestra existencia el mayor de los infiernos, a los que estéis casados mi querida hermana torturará a vuestras mujeres, a los que tengan hijos serán estos los que sufran su pasión por el dolor y la sangre. Y a los solteros, bueno, os remarcaré lo patético de vuestra vida, grabando en lo más profundo de vuestra mente y alma que sois patéticos y estaréis solos de por vida. Así que, hacednos caso y todo irá bien, rebelaros y... no me responsabilizo de lo que suceda después. - Dice en un tono frío, siniestro y sombrío. Al instante el semblante de todos los marineros se torna pálido y de puro pánico. Corriendo a hacer lo que el pelinegro había ordenado anteriormente, poniendo de ese modo el barco en marcha.
- Bueno muchacho, creo que es hora de que conversemos, tu actitud me recuerda mucho a mi hermana, y por eso me llamaste la atención. Creo que podríamos beneficiarnos al unirnos para viajar, de modo que cada uno pueda apoyar al otro de ser necesario. Me presento, soy uno de los Northen Wolves, el otro, es mi hermanita, sentada allí. En concreto me llama, ella, Skoll. Un placer. - Dice en un tono neutro, al ser un tema más tranquilo que el obtener resultados de marineros que no le importan.
El joven pelinegro empezó a moverse hacia el timón nada más amenazar a los tripulantes, pero las palabras del chico de antes le obligaron a detenerse para escuchar con detenimiento las amenazas que salían de la boca de este, dirigidas a los marineros rezagados que no habían hecho caso al pirata anteriormente. Estos empezaron a hacer caso a las ordenes del muchacho inmediatamente, con el miedo recorriendo su cuerpo. Entonces, el chico empezó a hablarle a Yuu de nuevo, presentándose tanto a él como a su hermana, la cual se hallaba sentada en un rincón en esos mismos instantes. Al parecer, Yuu había despertado el interés del joven y este quería aliarse con él. – ¿Los Northern Wolves, eh? Nunca he oído hablar de vosotros. En cualquier caso… creo que nos entendemos y, además, parece que sabéis lo que hacéis. ¡Así que! Bienvenidos a bordo, Northern Wolves. – dijo el pelinegro al mismo tiempo que removía el acceso al muelle y se disponía a subir para coger el timón. – De momento, hasta que recuerde vuestros nombres… o me los digáis, vaya… a ti te llamaré Cuervo, y a ella… la Dama Roja. ¡A mi me podéis llamar Yuu, por cierto! – les dijo este, entre carcajadas.
El oído del pirata captó un grito dirigido hacia ellos que venía del muelle. Un marine que les ordenaba detenerse. Una vez desplegadas las velas y todo estaba listo para zarpar, el barco empezó a moverse lentamente mientras Yuu maniobraba para escapar como podía. – Hey, tu, ven aquí. ¿Cómo hago para ir más rápido? – le preguntó a un tripulante asustado, el cual le era complicado articular palabra. – Usted… eh… solo diga… a toda vela. Grítelo. – a Yuu le pareció correcto, y eso hizo. Una vez le hicieron caso los tripulantes, el barco empezó a moverse cada vez más deprisa. De repente, el pirata se dio cuenta de que un barco de la marina estaba maniobrando hacia ellos, así que decidió gritar de nuevo a sus tripulantes. – ¡Gente a los cañones! ¡Vamos a tener visita! Joder, ya me siento como un jodido capitán de barco. ¡Northern, preparaos para la batalla! ¡A ver de qué sois capaces! – alzó la voz el nuevo capitán con una sonrisa de oreja a oreja.
Una vez el barco de la Marina estaba casi pisándoles los talones, y los tripulantes en sus puestos, Yuu ordenó disparar nada más se hallaran a un lado del barco. Cuando los marines se postraron de tal forma, los cañones fueron disparados impactando de lleno en la otra carabela, llevándose por delante a unos cuantos marines. Estos, por otro lado, decidieron acercarse para asaltar el barco con cuerdas y otras cosas, mientras otros disparaban desde la seguridad de cubierta. – Tu, encárgate del timón. ¡Northern, no dejéis ni uno vivo! – dijo primero al que estaba al lado suyo. Cuando los marines se hallaban ya en la cubierta del barco, Yuu desenvainó su espada y empezó a luchar contra ellos.
El oído del pirata captó un grito dirigido hacia ellos que venía del muelle. Un marine que les ordenaba detenerse. Una vez desplegadas las velas y todo estaba listo para zarpar, el barco empezó a moverse lentamente mientras Yuu maniobraba para escapar como podía. – Hey, tu, ven aquí. ¿Cómo hago para ir más rápido? – le preguntó a un tripulante asustado, el cual le era complicado articular palabra. – Usted… eh… solo diga… a toda vela. Grítelo. – a Yuu le pareció correcto, y eso hizo. Una vez le hicieron caso los tripulantes, el barco empezó a moverse cada vez más deprisa. De repente, el pirata se dio cuenta de que un barco de la marina estaba maniobrando hacia ellos, así que decidió gritar de nuevo a sus tripulantes. – ¡Gente a los cañones! ¡Vamos a tener visita! Joder, ya me siento como un jodido capitán de barco. ¡Northern, preparaos para la batalla! ¡A ver de qué sois capaces! – alzó la voz el nuevo capitán con una sonrisa de oreja a oreja.
Una vez el barco de la Marina estaba casi pisándoles los talones, y los tripulantes en sus puestos, Yuu ordenó disparar nada más se hallaran a un lado del barco. Cuando los marines se postraron de tal forma, los cañones fueron disparados impactando de lleno en la otra carabela, llevándose por delante a unos cuantos marines. Estos, por otro lado, decidieron acercarse para asaltar el barco con cuerdas y otras cosas, mientras otros disparaban desde la seguridad de cubierta. – Tu, encárgate del timón. ¡Northern, no dejéis ni uno vivo! – dijo primero al que estaba al lado suyo. Cuando los marines se hallaban ya en la cubierta del barco, Yuu desenvainó su espada y empezó a luchar contra ellos.
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El barco comienza a moverse, todos los tripulantes se mueven de un lado a otro, movidos, mayormente, por el terror de que Shenyun cumpla su amenaza. El chico que había amenazado se presenta como Yuu, tras decir que no le suena de nada su nombre, y en cierto modo, ¿como iba a sonarle? Si todavía no tienen recompensa. Se dispone a llamarles cuervo y dama roja a los hermanos, la verdad, a ninguno le disgusta los apodos que su nuevo compañero les ha puesto. El barco avanza demasiado lento, por lo que el joven Yuu toma la iniciativa preguntando a uno de los marineros que como hace para que el barco vaya más rápido, la verdad es que es un navegante novato, pero ya sabe más que el joven Shenyun, que no tiene nada de idea sobre navegación, por contra, tiene otros conocimientos realmente útiles para la travesía, como la música que haría que el viaje fuera más ameno, o conocimientos médicos por si hay algun herido que tratar.
- Nii-sama, me gusta ese nombre, por cierto, se aproximan problemas. - Dice la joven Shenhua mientras se levanta sacudiendo su vestido para sacarle el polvo que se pudiera haber acumulado en el mismo de estar sentada. Shenyun asiente con la cabeza y mira atrás, un marine que había dado el alto, y un barco marine que persigue a los jóvenes. Vaya por dios, no pueden tener ni un solo viaje tranquilo. Yuu comienza a dar órdenes a la tripulación para ir a los cañones, y parece autoproclamarse capitán. - Yuu, será mejor que no creas que estás sobre mí, no soy dado a aceptar órdenes, te propongo fundar una tripulación, pero como socios al mando. Además, te aconsejo no cabrear a mi hermana, no tolera que le ordenen, solo me hace caso porque sabe que la cuido. - Dice en respuesta a las palabras del muchacho hacia él y su hermana. - Hermanita, prepárate para divertirte con los marines, quieren jugar con tus colmillos. - Dice Shenyun mientras se coloca mirando a la embarcación marine.
- ¡Eh tú! Tráeme una cuerda. ¡Rápido! - Dice en un tono firme para que le lleven lo que pide enseguida. Mientras Shenhua se prepara para desgarrar a todo el que entre al barco. Es evidente que su primera idea será abordar pues no querrían dañar a los inocentes secuestrados. Eso les daría una ventaja a los piratas, pues ninguno es peleador a distancia, y si la batalla es a base de cañones, tenían las de perder. Y la teoría de Shenyun se confirma cuando el barco marine se acerca al barco de los piratas, con la intención de abordarles, una sonrisa se esboza en la mirada de los hermanos al ver que saltan a cubierta. Cayendo en el error de creer que por ser más lograrán detener a los piratas. - Yuu, encárgate de alejar el barco, nosostros nos hacemos cargo de los que entren. - Dice mientras clava dos dagas en el pecho de un marine y corta a otro al sacarlas de ese marine. Shenhua por su parte tiene las manos y la boca ensangrentadas, de marines, 3 o 4 que se encuentran en sus pies.
- Nii-sama, me gusta ese nombre, por cierto, se aproximan problemas. - Dice la joven Shenhua mientras se levanta sacudiendo su vestido para sacarle el polvo que se pudiera haber acumulado en el mismo de estar sentada. Shenyun asiente con la cabeza y mira atrás, un marine que había dado el alto, y un barco marine que persigue a los jóvenes. Vaya por dios, no pueden tener ni un solo viaje tranquilo. Yuu comienza a dar órdenes a la tripulación para ir a los cañones, y parece autoproclamarse capitán. - Yuu, será mejor que no creas que estás sobre mí, no soy dado a aceptar órdenes, te propongo fundar una tripulación, pero como socios al mando. Además, te aconsejo no cabrear a mi hermana, no tolera que le ordenen, solo me hace caso porque sabe que la cuido. - Dice en respuesta a las palabras del muchacho hacia él y su hermana. - Hermanita, prepárate para divertirte con los marines, quieren jugar con tus colmillos. - Dice Shenyun mientras se coloca mirando a la embarcación marine.
- ¡Eh tú! Tráeme una cuerda. ¡Rápido! - Dice en un tono firme para que le lleven lo que pide enseguida. Mientras Shenhua se prepara para desgarrar a todo el que entre al barco. Es evidente que su primera idea será abordar pues no querrían dañar a los inocentes secuestrados. Eso les daría una ventaja a los piratas, pues ninguno es peleador a distancia, y si la batalla es a base de cañones, tenían las de perder. Y la teoría de Shenyun se confirma cuando el barco marine se acerca al barco de los piratas, con la intención de abordarles, una sonrisa se esboza en la mirada de los hermanos al ver que saltan a cubierta. Cayendo en el error de creer que por ser más lograrán detener a los piratas. - Yuu, encárgate de alejar el barco, nosostros nos hacemos cargo de los que entren. - Dice mientras clava dos dagas en el pecho de un marine y corta a otro al sacarlas de ese marine. Shenhua por su parte tiene las manos y la boca ensangrentadas, de marines, 3 o 4 que se encuentran en sus pies.
Antes de que Yuu diese un paso fuera del timón y el tripulante se pusiera en este, este recibió un pequeño aviso de parte de Cuervo, que le advertía de que de aquella tripulación se encargaría tanto Yuu como él y su hermana, con lo cual, le estaba ofreciendo una capitanía compartida. Tras esto, este le pidió al ladrón que se encargara de manejar el barco para alejarlo del otro, cosa que le pareció una buena idea. – ¡Vale, socio! ¡Masacradlos a todos! Tu, aparte y vete a hacer algo más útil. – le dijo al que le había encargado el timón, empujándole. Una vez estuvo con ambas manos firmes a los mandos del barco, decidió alejar el barco suavemente.
Yuu se estaba perdiendo la diversión, pero sabía que el destino de todos estaba en sus manos. Con una sonrisa, observó como los hermanos se encargaban de los marines. – Estos tipos… joder. Son bastante fuertes, la verdad… creo que incluso más que yo. De todas formas, de momento son aliados. Aunque eso sí… no me esperaba encontrar tripulación tan rápido, a decir verdad, no me ha ido demasiado bien desde que he llegado al East Blue… – pensó Yuu, intentando no descentrarse de su trabajo. Sin duda, manejar el timón era un arduo trabajo que estaba haciendo al pirata esforzarse en sobremanera.
La tripulación no haría nada si ni él ni los hermanos les ordenaban, con lo cual el pirata decidió tomar la iniciativa en la artillería. – ¡A mi orden disparad…! ¡Ahora! – ordenó Yuu tras una pequeña pausa para que a los tripulantes les diese tiempo de apuntar con el cañón. El ataque pareció surtir efecto, y en el barco de la Marina algo explotó, dejando un gran agujero en su casco. – ¡Jodeos, marines! – exclamó el ladrón, entre carcajadas. ¡Chicos, voy a girar hacia la derecha! ¡Agarraos a algo por si acaso! – avisó este, antes de girar el timón, poniendo el navío noventa grados hacia la derecha, con el fin de escapar. – Ya no podrán atacarnos, pero ahora dispararán. Cuervo, ¿alguna idea? – preguntó sin saber que hacer, Yuu.
Yuu se estaba perdiendo la diversión, pero sabía que el destino de todos estaba en sus manos. Con una sonrisa, observó como los hermanos se encargaban de los marines. – Estos tipos… joder. Son bastante fuertes, la verdad… creo que incluso más que yo. De todas formas, de momento son aliados. Aunque eso sí… no me esperaba encontrar tripulación tan rápido, a decir verdad, no me ha ido demasiado bien desde que he llegado al East Blue… – pensó Yuu, intentando no descentrarse de su trabajo. Sin duda, manejar el timón era un arduo trabajo que estaba haciendo al pirata esforzarse en sobremanera.
La tripulación no haría nada si ni él ni los hermanos les ordenaban, con lo cual el pirata decidió tomar la iniciativa en la artillería. – ¡A mi orden disparad…! ¡Ahora! – ordenó Yuu tras una pequeña pausa para que a los tripulantes les diese tiempo de apuntar con el cañón. El ataque pareció surtir efecto, y en el barco de la Marina algo explotó, dejando un gran agujero en su casco. – ¡Jodeos, marines! – exclamó el ladrón, entre carcajadas. ¡Chicos, voy a girar hacia la derecha! ¡Agarraos a algo por si acaso! – avisó este, antes de girar el timón, poniendo el navío noventa grados hacia la derecha, con el fin de escapar. – Ya no podrán atacarnos, pero ahora dispararán. Cuervo, ¿alguna idea? – preguntó sin saber que hacer, Yuu.
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El moreno parece estar de acuerdo con la idea de cocapitanear la tripulación, aunque realemente aún no se ha formado ninguna se van sentando las bases para ello. Además, parece estar de acuerdo con la estrategia del pelinegro, pues no tarda en tomar los mandos del barco. Al mismo tiempo, comanda el ataque de cañones al barco de la marina. Una gran idea para frenarles, pero tiene una contraparte muy peligrosa, que nos disparen ellos en respuesta. A estas alturas los piratas no tienen métodos para evitar la colisión de los proyectiles, ni medios para detenerlos. Maldición, con lo bien que iban hasta el momento.
Rápidamente, al ver el boquete en el barco marine, el joven pelinegro trata de elaborar un plan de escape, pero en un momento se rompe la concentración. ¿Sujetarse? Vaya por dios, ese navegante tenía unas ideas arbitrarias y muy peligrosas, eso podría salirles bien, pero también podría costarles el barco, y la vida. El barco vira 90 grados, haciendo que los hermanos sean llevados hacia el otro extremo del barco al que se encuentran, por suerte los marines que están con ellos están severamente heridos y simplemente caen como masas de carne y huesos a través de la cubierta.
- Mierda, ahora a ver como lo hacemos... - Piensa el pirata mientras patea a un cuerpo que hay tirado por cubierta, que por de pronto habría que limpiar más tarde. - Los que no estéis en los cañones conmigo. Tenéis que hacer que este barco vaya más raudo. - Ordena rápidamente el pelinegro al tener una idea, descabellada pero posible. Usar un aumento de la velocidad para que los disparos, que se calculan por aproximación, fallen al variar la velocidad y alejarse así del lugar sin bajas mortales ni materiales, más que la del barco marine.
Rápidamente, al ver el boquete en el barco marine, el joven pelinegro trata de elaborar un plan de escape, pero en un momento se rompe la concentración. ¿Sujetarse? Vaya por dios, ese navegante tenía unas ideas arbitrarias y muy peligrosas, eso podría salirles bien, pero también podría costarles el barco, y la vida. El barco vira 90 grados, haciendo que los hermanos sean llevados hacia el otro extremo del barco al que se encuentran, por suerte los marines que están con ellos están severamente heridos y simplemente caen como masas de carne y huesos a través de la cubierta.
- Mierda, ahora a ver como lo hacemos... - Piensa el pirata mientras patea a un cuerpo que hay tirado por cubierta, que por de pronto habría que limpiar más tarde. - Los que no estéis en los cañones conmigo. Tenéis que hacer que este barco vaya más raudo. - Ordena rápidamente el pelinegro al tener una idea, descabellada pero posible. Usar un aumento de la velocidad para que los disparos, que se calculan por aproximación, fallen al variar la velocidad y alejarse así del lugar sin bajas mortales ni materiales, más que la del barco marine.
La adrenalina traía desventajas a Yuu. Su mente no se hallaba despejada para pensar en ningún plan, con lo que el pirata solo se guiaba esta vez por su puro instinto. Por otro lado, el varón de los hermanos parecía, por el momento, contar con mejor capacidad mental que el ladrón, lo cual fastidió a este, pero no lo suficiente como para darse por vencido ni mucho menos. Aquella vez, Yuu seguiría las órdenes del que sería, a partir de esos instantes, su igual en aquella tripulación. El pelinegro por fin se hallaba comprendiendo lo que significaban las palabras de su pareja… los peligros que la piratería conllevaba. Gracias a estos acontecimientos, el pirata empezó a aprender de primera mano lo peligroso que era el mar, y lo mortíferos que eran sus pobladores.
Para este, el tiempo pareció pararse durante unos breves instantes, en los cuales Yuu pudo darse cuenta de nuevo que, de acabar encerrados o muertos tanto él como los hermanos, todo sería responsabilidad del primero. El rostro del pirata cambió por completo, dejó de reírse y empezó a actuar como un verdadero capitán debería, así que cogió el timón con firmeza y se pronunció a todo pulmón a sus tripulantes. – Como no vayáis más deprisa os juro que os cortaré los dedos… uno a uno… ¡y luego os cortaré las manos y los pies! – dijo este, incrementando el miedo entre los tripulantes que ya de por sí era extremo. Esto resultó con éxito, pues los marineros empezaron a trabajar a más velocidad, algunos incluso vaciando sus pulmones en las velas, acción que en una situación diferente, haría estallar a carcajadas en el suelo a Yuu, pero este solo pensaba en una cosa en aquellos instantes, y pretendía lograr lo que se había propuesto, costase lo que costase, se desharía de aquellos marines y escaparía con el barco hacia un nuevo mañana.
El pirata intentó desviar pensamientos banales de su cabeza y empezó a pensar. – El plan de Cuervo puede servir… mientras el barco de la marina vira hacia nosotros para perseguirnos de nuevo… nos daría tiempo de desaparecer o de alejarnos lo suficiente para que nos consideren una causa perdida. Debo conducirnos hacia la victoria… pero solo el viento decidirá nuestro destino. – reflexionó el pelinegro, dándose cuenta de que, en realidad, él ya había hecho todo lo que había podido, por lo tanto, solo tenía que estar vigilando el rumbo del navío por si debía cambiarlo o mantenerlo.
Pasados unos minutos, los continuos disparos parecieron cesar, mientras el barco aún seguía a toda vela y a una gran velocidad. – Creo… creo que lo hemos conseguido. No veo ya al barco de la Marina. Tú, trae eso y ponte al timón un segundo si no quieres que pase mi afilada hoja por tu preciosa yugular. – amenazó al otro navegante del barco antes de quitarle el catalejo de las manos. Con este sujeto entre sus dientes, saltó a una cuerda desde la cubierta de arriba, un acto arriesgado pues podría caerse dando un mal impulso. Una vez subió hasta lo alto del barco, abrió el artilugio y miró por él. En efecto, el barco había desaparecido de su vista. Al parecer, se habían librado de una buena.
Yuu bajó rápidamente, ya con una actitud menos seria ahora que parecían estar a salvo. Una vez abajo, anunció a los Northern Wolves lo que había visto con certeza. – No hay ningún barco enemigo a la vista. Nos hemos deshecho de ellos. – dijo el pirata, mostrando su característica sonrisa en su boca después de una angustiosa y peligrosa situación.
Para este, el tiempo pareció pararse durante unos breves instantes, en los cuales Yuu pudo darse cuenta de nuevo que, de acabar encerrados o muertos tanto él como los hermanos, todo sería responsabilidad del primero. El rostro del pirata cambió por completo, dejó de reírse y empezó a actuar como un verdadero capitán debería, así que cogió el timón con firmeza y se pronunció a todo pulmón a sus tripulantes. – Como no vayáis más deprisa os juro que os cortaré los dedos… uno a uno… ¡y luego os cortaré las manos y los pies! – dijo este, incrementando el miedo entre los tripulantes que ya de por sí era extremo. Esto resultó con éxito, pues los marineros empezaron a trabajar a más velocidad, algunos incluso vaciando sus pulmones en las velas, acción que en una situación diferente, haría estallar a carcajadas en el suelo a Yuu, pero este solo pensaba en una cosa en aquellos instantes, y pretendía lograr lo que se había propuesto, costase lo que costase, se desharía de aquellos marines y escaparía con el barco hacia un nuevo mañana.
El pirata intentó desviar pensamientos banales de su cabeza y empezó a pensar. – El plan de Cuervo puede servir… mientras el barco de la marina vira hacia nosotros para perseguirnos de nuevo… nos daría tiempo de desaparecer o de alejarnos lo suficiente para que nos consideren una causa perdida. Debo conducirnos hacia la victoria… pero solo el viento decidirá nuestro destino. – reflexionó el pelinegro, dándose cuenta de que, en realidad, él ya había hecho todo lo que había podido, por lo tanto, solo tenía que estar vigilando el rumbo del navío por si debía cambiarlo o mantenerlo.
Pasados unos minutos, los continuos disparos parecieron cesar, mientras el barco aún seguía a toda vela y a una gran velocidad. – Creo… creo que lo hemos conseguido. No veo ya al barco de la Marina. Tú, trae eso y ponte al timón un segundo si no quieres que pase mi afilada hoja por tu preciosa yugular. – amenazó al otro navegante del barco antes de quitarle el catalejo de las manos. Con este sujeto entre sus dientes, saltó a una cuerda desde la cubierta de arriba, un acto arriesgado pues podría caerse dando un mal impulso. Una vez subió hasta lo alto del barco, abrió el artilugio y miró por él. En efecto, el barco había desaparecido de su vista. Al parecer, se habían librado de una buena.
Yuu bajó rápidamente, ya con una actitud menos seria ahora que parecían estar a salvo. Una vez abajo, anunció a los Northern Wolves lo que había visto con certeza. – No hay ningún barco enemigo a la vista. Nos hemos deshecho de ellos. – dijo el pirata, mostrando su característica sonrisa en su boca después de una angustiosa y peligrosa situación.
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La estrategia del pirata tiene resultado, en parte, gracias a su camarada, que consigue que los tripulantes trabajen a una velocidad de espanto. Aquello es realmente asombroso. El miedo hace milagros, todos tienen un precio dicen, pero el miedo es la mejor moneda, saber donde atacarlos, es la mejor forma de conseguir trabajadores gratuitos. Los cañonazos son cada vez más separados, hasta que cesan por completo. - Bueno, parece ser que ya se han cansadode darnos caza, ahora podremos navegar hacia donde queramos y podamos sin preguntarnos si nos alcanzará un proyectil que huna el barco. - Dice el joven en un susurro mientras guarda las dagas en sus bolsillos. - Hermana, ¿algún rastro de enemigos? - Pregunta pues confía en los sentidos caninos de su hermana. - No hay rastro enemigo, solo mar y peces nii-sama. - Responde la muchacha al tiempo que Yuu lo confirma tras haber comprobado con un catalejo que los enemigos no están a la vista. Bien, al menos los han despistado y ahora podrán centrarse en planear el viaje.
- Vosotros, limpiar la cubierta, no quiero un sulo cuerpo a la vista, es molesto. - Ordena a un grupo de tripulantes que trataban de pasar inadvertidos en cubierta. Él tiene cosas más importantes de las que ocuparse, junto a su hermana. Ambos se dirigen a la proa del barco, haciéndole un gesto a Yuu para que los siga. Tienen que hablar sobre la tripulación que pretenden montar y la organización de la misma. - Bueno, visto lo visto trabajamos bien juntos, así que la idea de formar una tripulación no es tan descabellada. En el trascurso de la pelea se me ocurrió un nombre para la banda, Ryuuketsu no Tsuki ¿qué opinas? - Pregunta el joven sin apartar la mirada del horizonte, la verdad es que no se le ocurre un nombre mejor, pero está dispuesto a escuchar opiniones.
- Vosotros, limpiar la cubierta, no quiero un sulo cuerpo a la vista, es molesto. - Ordena a un grupo de tripulantes que trataban de pasar inadvertidos en cubierta. Él tiene cosas más importantes de las que ocuparse, junto a su hermana. Ambos se dirigen a la proa del barco, haciéndole un gesto a Yuu para que los siga. Tienen que hablar sobre la tripulación que pretenden montar y la organización de la misma. - Bueno, visto lo visto trabajamos bien juntos, así que la idea de formar una tripulación no es tan descabellada. En el trascurso de la pelea se me ocurrió un nombre para la banda, Ryuuketsu no Tsuki ¿qué opinas? - Pregunta el joven sin apartar la mirada del horizonte, la verdad es que no se le ocurre un nombre mejor, pero está dispuesto a escuchar opiniones.
El aroma a victoria se podía oler en la brisa marítima, que golpeaba las velas con fuerza y hacía que el buque danzara encima del océano. Sin duda, Yuu recordaría aquel día siempre… el día que su tripulación escapó del primer barco de la Marina. El pirata era claramente consciente de que tarde o temprano tendrían que desprenderse de los marineros que habían secuestrado utilizando el terror como medio. El pelinegro, tras unos instantes de bajar de la cofa del navío, decidió aventurarse en el camarote del capitán, el cual yacía atemorizado dentro, seguramente con algún arma de fuego con el que poder hacer frente a los nuevos capitanes. Lamentablemente, tuvo que aplazarlo debido a que uno de los hermanos lo llamó. Supuso que era importante, con lo que se dirigió hacia la proa de la carabela, con el fin de sentar bases a aquella nueva tripulación que se hallaba a punto de nacer.
Una vez llegó al lado de los dos hermanos, Cuervo le propuso a Yuu un nombre para la tripulación. – ¿De verdad tenías tiempo para pensar en medio de la batalla? Joder. Bueno… respecto al nombre, lo veo bien. Ya me lo estoy imaginando… “Los Ryuuketsu no Tsuki, los más temidos de los 7 mares”. – dijo, soltando una carcajada. – A parte del nombre… creo que hay más puntos que tratar. ¿Qué propones hacer con la tripulación y con el barco? Es decir… estos hombres no serán fieles estando sometidos a nuestras amenazas, ¿no? Y, bueno, el barco necesitará que lo reparemos y modifiquemos a nuestro gusto, así que lo que se te ocurra suéltalo. Ah, y otra cosa más… no sé tu, pero tenemos que fijar un rumbo. Desde mi opinión, y como nacido allí, pienso que quizás deberíamos navegar a la Grand Line. Piénsalo mientras, yo voy al camarote del capitán, donde seguramente tenga que cargarme al mismo, vaya. Si queréis venís y me ayudáis a saquear lo que haya. – concluyó el pirata antes de empezar a caminar hacia el lugar indicado.
Una vez allí, abrió la puerta de una patada con la espada desenvainada por si le disparaban. En efecto, el capitán efectuó un disparo que, por suerte, no dio en el blanco. Rápidamente Yuu corrió hacia este antes de que pudiese recargar y le dio una patada en la mano, haciendo que su arma cayera lejos de él. Acto seguido, puso la punta de su espada en su garganta, en forma de amenaza. – Bueno… de ti depende si quieres conservar tu vida… o no. Aunque en realidad depende de mí, pero eh, puedes inclinar la balanza hacia tu favor, si te portas bien. A ver, dame todo lo que tengas de valor que lleves encima y ya habrás terminado. – ordenó Yuu. El hombre empezó a quitarse cosas de los bolsillos, y dejándolas en un sofá del camarote. Una vez se desprendió de todo, le dijo al nuevo capitán lo que era cada cosa. – Mira, aquí… aquí tienes un log pose, con él podrás viajar por el Grand Line sin temor a perderte y… ¡ah, si! Esto… estas dos llaves son para los dos cofres que hay ahí, dentro están las cosas de más valor… que hemos conseguido en todo el tiempo que llevamos en este barco. – dijo este, intentando dar lástima, pero sin resultado alguno. – Muy bien, ahora estás a cargo de los otros capitanes. Buena suerte. – dijo tras darle unas palmadas en el hombro, dejándolo en manos de los dos hermanos. Acto seguido, se dirigió a ver el contenido de los cofres.
Una vez llegó al lado de los dos hermanos, Cuervo le propuso a Yuu un nombre para la tripulación. – ¿De verdad tenías tiempo para pensar en medio de la batalla? Joder. Bueno… respecto al nombre, lo veo bien. Ya me lo estoy imaginando… “Los Ryuuketsu no Tsuki, los más temidos de los 7 mares”. – dijo, soltando una carcajada. – A parte del nombre… creo que hay más puntos que tratar. ¿Qué propones hacer con la tripulación y con el barco? Es decir… estos hombres no serán fieles estando sometidos a nuestras amenazas, ¿no? Y, bueno, el barco necesitará que lo reparemos y modifiquemos a nuestro gusto, así que lo que se te ocurra suéltalo. Ah, y otra cosa más… no sé tu, pero tenemos que fijar un rumbo. Desde mi opinión, y como nacido allí, pienso que quizás deberíamos navegar a la Grand Line. Piénsalo mientras, yo voy al camarote del capitán, donde seguramente tenga que cargarme al mismo, vaya. Si queréis venís y me ayudáis a saquear lo que haya. – concluyó el pirata antes de empezar a caminar hacia el lugar indicado.
Una vez allí, abrió la puerta de una patada con la espada desenvainada por si le disparaban. En efecto, el capitán efectuó un disparo que, por suerte, no dio en el blanco. Rápidamente Yuu corrió hacia este antes de que pudiese recargar y le dio una patada en la mano, haciendo que su arma cayera lejos de él. Acto seguido, puso la punta de su espada en su garganta, en forma de amenaza. – Bueno… de ti depende si quieres conservar tu vida… o no. Aunque en realidad depende de mí, pero eh, puedes inclinar la balanza hacia tu favor, si te portas bien. A ver, dame todo lo que tengas de valor que lleves encima y ya habrás terminado. – ordenó Yuu. El hombre empezó a quitarse cosas de los bolsillos, y dejándolas en un sofá del camarote. Una vez se desprendió de todo, le dijo al nuevo capitán lo que era cada cosa. – Mira, aquí… aquí tienes un log pose, con él podrás viajar por el Grand Line sin temor a perderte y… ¡ah, si! Esto… estas dos llaves son para los dos cofres que hay ahí, dentro están las cosas de más valor… que hemos conseguido en todo el tiempo que llevamos en este barco. – dijo este, intentando dar lástima, pero sin resultado alguno. – Muy bien, ahora estás a cargo de los otros capitanes. Buena suerte. – dijo tras darle unas palmadas en el hombro, dejándolo en manos de los dos hermanos. Acto seguido, se dirigió a ver el contenido de los cofres.
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La batalla al fin llega a su término, y los hermanos hablan con su nuevo aliado, Yuu, con el cual plantean la formación de una tripulción pirata. Después de aclarar el nombre, el joven moreno plantea un problema, ¿qué hacer con la tripulación? Obviamente en algún momento tratarían de huir, y de seguro informarían a los marines de la situación lo que, en todo caso, no les beneficia en nada a los nuevos piratas. Tener que andar con ojo allá donde van complicaría los inicios de sus viajes. Otro tema planteado es el barco y el rumbo, sobre la embarcación, dice que habría que repararla y adaptarla a su gusto, aunque más que gusto debería ser comodidad. Y el rumbo, la propuesta del Grand Line suena interesante, pero antes hay que resolver todo lo demás. En terminar, el joven dice ir hacia el camarote del capitán, donde saquearía, ¿sauqear? Trabajo inútil al ser ese barco de propiedad de los piratas ahora.
Shenyun comienza a caminar, seguido por su hermana, mientras su búho se oculta en la parte inferior del barco, huyendo de la luz, para poder dormir tranquilo. - Toda la tripulación reúnase en cubierta, de inmediato. - Dice mientras camina para reunir a todos los tripulantes juntos. Al entrar el joven Yuu hablando con el capitán, que entrega pertenencias tales como un Log Pose y un par de llaves para un par de cofres. Ahora queda lo complicado, la decisión de qué hacer recae en los hermanos, para Shenhua es muy sencillo, pero Shenyun tiende a analizar más las cosas, pero de todos modos en esa situación es clara la solución. - ¡Tú! Reúnete con todos los demás en cubierta. ¡Ya! - Dice Shenyun al capitán que sale corriendo aterrado de su propio camarote.
- Hati, en un rato iremos a lidiar con los tripulantes, pero antes quiero hablar con nuestro nuevo amigo. - Dice a su hermana mientras se gira hacia Yuu. - Yuu, en respuesta a tus propuestas anteriores. El barco habrá que adaptarlo a mayor comodidad antes que a gusto, y sería bueno hacerlo antes de ir al Grand Line, para que la travesía sea más sencilla. Con la tripulación mi hermana será nuestra solución. Y no hace falta saquear nada, nos quedamos el barco y todo lo que hay en él. - Dice para luego salir haciéndole una seña a su hermana para que le acompañe.
En el momento que llegan a cubierta están todos los marines reunidos. - Bien, os agradecemos vuestra ayuda, pero aquí acaba vuestra utilidad, y, como me temo que ninguno será fiel ni tampoco mantendrá la boca cerrada, aquí termina vuestro viaje. - Dice el joven provocando el terror en los 16 marineros que hay allí, contando al capitán. - Skoll, ¿puedo jugar con la mitad y tú con la otra? - Pregunta la joven Shenhua a su hermano. - Por supuesto, haz lo que quieras con la mitad, la otra es mía. - Dice sonriendo, mientras se dirige a ellos con dagas en mano. Aquello acaba en una escabechina, vísceras y sangre por todos lados, que acaban limpiando los hermanos.
Shenyun comienza a caminar, seguido por su hermana, mientras su búho se oculta en la parte inferior del barco, huyendo de la luz, para poder dormir tranquilo. - Toda la tripulación reúnase en cubierta, de inmediato. - Dice mientras camina para reunir a todos los tripulantes juntos. Al entrar el joven Yuu hablando con el capitán, que entrega pertenencias tales como un Log Pose y un par de llaves para un par de cofres. Ahora queda lo complicado, la decisión de qué hacer recae en los hermanos, para Shenhua es muy sencillo, pero Shenyun tiende a analizar más las cosas, pero de todos modos en esa situación es clara la solución. - ¡Tú! Reúnete con todos los demás en cubierta. ¡Ya! - Dice Shenyun al capitán que sale corriendo aterrado de su propio camarote.
- Hati, en un rato iremos a lidiar con los tripulantes, pero antes quiero hablar con nuestro nuevo amigo. - Dice a su hermana mientras se gira hacia Yuu. - Yuu, en respuesta a tus propuestas anteriores. El barco habrá que adaptarlo a mayor comodidad antes que a gusto, y sería bueno hacerlo antes de ir al Grand Line, para que la travesía sea más sencilla. Con la tripulación mi hermana será nuestra solución. Y no hace falta saquear nada, nos quedamos el barco y todo lo que hay en él. - Dice para luego salir haciéndole una seña a su hermana para que le acompañe.
En el momento que llegan a cubierta están todos los marines reunidos. - Bien, os agradecemos vuestra ayuda, pero aquí acaba vuestra utilidad, y, como me temo que ninguno será fiel ni tampoco mantendrá la boca cerrada, aquí termina vuestro viaje. - Dice el joven provocando el terror en los 16 marineros que hay allí, contando al capitán. - Skoll, ¿puedo jugar con la mitad y tú con la otra? - Pregunta la joven Shenhua a su hermano. - Por supuesto, haz lo que quieras con la mitad, la otra es mía. - Dice sonriendo, mientras se dirige a ellos con dagas en mano. Aquello acaba en una escabechina, vísceras y sangre por todos lados, que acaban limpiando los hermanos.
El joven pirata se acercó a uno de los cofres, pero no sin antes atender a las palabras del que se convertiría en el co-capitán de la tripulación que se hallaban a punto de formar. Yuu solo se dispuso a asentir, pues tenía cosas más importantes que hacer, al menos desde su punto de vista, en aquellos instantes. Se puso de cuclillas, dejando una de las llaves en el suelo. Acto seguido, insertó la otra llave en la cerradura del cofre. Llave incorrecta, con lo que lo intentó con la otra. El cerrojo emitió un “click” y fue entonces cuando el pirata levantó la cubierta del baúl, mostrando su contenido al ojo del ladrón. En este en concreto había unas cuantas joyas, tales como collares de perlas, anillos de plata y de oro, brazaletes, etc. Por lo visto, el muchacho no consiguió atisbar nada más en aquel cofre.
Cerró con cuidado el cofre, y se movió hasta el otro, que yacía a escasos metros del primero. Volvió a ejecutar el mismo procedimiento y, tras abrirse, pudo observar que aquel contenía cosa más interesantes. Lo que más llamó su atención, fueron los mapas que allí había, de gran calidad y variedad, entre ellos uno del East Blue que ayudaría a la tripulación en sus nuevos viajes. Además de esto, Yuu encontró los planos del barco en el que se hallaban, cosa que les sería de ayuda más adelante. Sin querer indagar más en aquel cofre, puesto que ya no había visto nada más de utilidad, cerró el baúl y se levantó.
Sin saber lo que le esperaba fuera, decidió salir del camarote, encontrándose con una escena grotesca a más no poder, causando la estupefacción del pirata, el cual presenció la escena inmóvil, pensando en qué decir.
– Antes de hacer estas cosas, se consulta… Aunque supongo que no nos podíamos arriesgar a llevarlos a tierra. Os ayudaré a limpiar. – comentó, justo antes de empezar a agarrar cuerpos para tirarlos al océano. – Ah, por cierto, en los cofres había mapas, joyas… y los planos del barco. No he encontrado nada más. – añadió este, mientras seguía limpiando el desastre que habían hecho los hermanos. – Por cierto… para arreglar el barco y todo eso… ¿se te ocurre algo, Cuervo? – concluyó el capitán, dirigiéndose al mayor de los hermanos.
Cerró con cuidado el cofre, y se movió hasta el otro, que yacía a escasos metros del primero. Volvió a ejecutar el mismo procedimiento y, tras abrirse, pudo observar que aquel contenía cosa más interesantes. Lo que más llamó su atención, fueron los mapas que allí había, de gran calidad y variedad, entre ellos uno del East Blue que ayudaría a la tripulación en sus nuevos viajes. Además de esto, Yuu encontró los planos del barco en el que se hallaban, cosa que les sería de ayuda más adelante. Sin querer indagar más en aquel cofre, puesto que ya no había visto nada más de utilidad, cerró el baúl y se levantó.
Sin saber lo que le esperaba fuera, decidió salir del camarote, encontrándose con una escena grotesca a más no poder, causando la estupefacción del pirata, el cual presenció la escena inmóvil, pensando en qué decir.
– Antes de hacer estas cosas, se consulta… Aunque supongo que no nos podíamos arriesgar a llevarlos a tierra. Os ayudaré a limpiar. – comentó, justo antes de empezar a agarrar cuerpos para tirarlos al océano. – Ah, por cierto, en los cofres había mapas, joyas… y los planos del barco. No he encontrado nada más. – añadió este, mientras seguía limpiando el desastre que habían hecho los hermanos. – Por cierto… para arreglar el barco y todo eso… ¿se te ocurre algo, Cuervo? – concluyó el capitán, dirigiéndose al mayor de los hermanos.
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El joven pelinegro se queda en el camarote mientas los hermanos se ocupan de los tripulantes, la verdad es que la solución a la posibilidad de que hablaran es simple, matarlos, un muerto no puede decir nada. Pero eso parece sorprenderle al joven Yuu, quien parece quedarse estupefacto con la solución de los hermanos a ese problema. Él mismo respondió a su cuestión al saber el riesgo de dejarlos en tierra y que describan a los piratas. La verdad es que ese barco necesita unos cambios, si logran acomodar unas cosas posiblemente puedan tripularlo ellos tres sin muchos problemas.
Yuu les comenta a los hermanos, bueno, a Shenyun, el contenido de los cofres. Joyas, oro y demás piezas de valor en uno y en el otro mapas y planos. Interesante botin. Con los planos el joven podría ver de adaptar el barco para poder tripularlo con menos personas de las habituales. El joven Yuu pregunta lo que se le pueda ocurrir al joven Skoll sobre el barco.
- Con los planos adaptar el barco será más sencillo. Mi idea es conjuntar varios mandos y disminuir el rango de acción para manejar algunas cosas. Como hacer un mando para las velas que permita manejar un par sin tener que moverse demasiado. Y cosas así. Y en cuanto a cómo llevarlo a cabo, simplemente déjame hablar con un carpintero y tendremos alguien que trabaje gratis hasta que nos vayamos de la isla.- Responde el pelinegro con su tono seco habitual, pero con cierto toque de amistosidad en la voz.
Yuu les comenta a los hermanos, bueno, a Shenyun, el contenido de los cofres. Joyas, oro y demás piezas de valor en uno y en el otro mapas y planos. Interesante botin. Con los planos el joven podría ver de adaptar el barco para poder tripularlo con menos personas de las habituales. El joven Yuu pregunta lo que se le pueda ocurrir al joven Skoll sobre el barco.
- Con los planos adaptar el barco será más sencillo. Mi idea es conjuntar varios mandos y disminuir el rango de acción para manejar algunas cosas. Como hacer un mando para las velas que permita manejar un par sin tener que moverse demasiado. Y cosas así. Y en cuanto a cómo llevarlo a cabo, simplemente déjame hablar con un carpintero y tendremos alguien que trabaje gratis hasta que nos vayamos de la isla.- Responde el pelinegro con su tono seco habitual, pero con cierto toque de amistosidad en la voz.
Era su día de suerte, pues los objetos que habían en aquellos cofres les serían de mucha ayuda para iniciar su viaje hacia la Grand Line. Respecto a los planos del barco, Cuervo comentó unas ideas que le parecieron interesantes al joven pirata. Sin duda, aquel barco necesitaría muchas más comodidades a la hora de navegar, dado que por el momento solo eran tres miembros en la tripulación. El ladrón desconocía por completo si alguno de los dos hermanos tendría siquiera algún conocimiento acerca del arte de la navegación, por lo que decidió coger las riendas él mismo.
– Vale, perfecto. A ver… para empezar, no sabemos dónde estamos, así que mirar el mapa sería completamente fútil. Mi idea era seguir navegando hacia… – se detuvo para mirar la brújula, la cual señalaba hacia el oeste. – el oeste, recto. Si no encontramos un carpintero capaz de hacer lo que queremos, esto… al menos tendremos una referencia para navegar si encontramos la isla donde atraquemos en el mapa. – tras esto, Yuu cogió el catalejo de donde lo había dejado y se lo dio al mayor de los hermanos. – Que alguien de los dos suba al mismo sitio donde he ido yo antes, creo que un marinero ha comentado que se llama… ¿cofa? Bueno, como se llame, necesitamos a alguien allí arriba que nos avise cuando vea tierra. Subiría yo, pero… me tengo que encargar del timón. El otro… realmente que haga lo que le de la gana, como si quiere echarse en el sofá que hay ahí dentro del camarote. Eso sí, cuando vayamos a puerto a despertarse, que necesitaremos fuerza para levantar el ancla y echarla a la mar. Dicho todo, creo… a trabajar.
Una vez concluidas sus “órdenes”, el pirata subió las escaleras relajado, pensando en lo que ocurriría tras todo aquello. Realmente… había cumplido uno de sus sueños y ni siquiera llevaba un mes fuera de la Grand Line.
– Vale, perfecto. A ver… para empezar, no sabemos dónde estamos, así que mirar el mapa sería completamente fútil. Mi idea era seguir navegando hacia… – se detuvo para mirar la brújula, la cual señalaba hacia el oeste. – el oeste, recto. Si no encontramos un carpintero capaz de hacer lo que queremos, esto… al menos tendremos una referencia para navegar si encontramos la isla donde atraquemos en el mapa. – tras esto, Yuu cogió el catalejo de donde lo había dejado y se lo dio al mayor de los hermanos. – Que alguien de los dos suba al mismo sitio donde he ido yo antes, creo que un marinero ha comentado que se llama… ¿cofa? Bueno, como se llame, necesitamos a alguien allí arriba que nos avise cuando vea tierra. Subiría yo, pero… me tengo que encargar del timón. El otro… realmente que haga lo que le de la gana, como si quiere echarse en el sofá que hay ahí dentro del camarote. Eso sí, cuando vayamos a puerto a despertarse, que necesitaremos fuerza para levantar el ancla y echarla a la mar. Dicho todo, creo… a trabajar.
Una vez concluidas sus “órdenes”, el pirata subió las escaleras relajado, pensando en lo que ocurriría tras todo aquello. Realmente… había cumplido uno de sus sueños y ni siquiera llevaba un mes fuera de la Grand Line.
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