En busca de mis nakama (diario de evento)

Caminaba tranquilamente hacía el puerto de Villa Cocoyasi tras una buena estancia en aquel lugar. Mi amigo Nide me debía estar esperando ya allí con el resto de sus compañeros de tripulación. Lo había conocido durante mi ausencia del Ojo en la isla Jaya y habíamos hecho buenas migas. Nos habíamos separado unos días antes a petición suya para poder resolver varios asuntos pendientes que tenía en la isla. No era ningún problema, lo dos somos del tipo de pirata que ayuda al pueblo, no del que lo masacra y roba hasta dejarlos muertos de hambre. Por lo que habíamos podido hablar a lo largo de nuestras aventuras y desventuras los dos teníamos incluso gustos parecidos.

El barco de su banda estaba al final del muelle, parecía haber problemas puesto que se escuchaba el ruido del metal chocar. Aceleré mi paso para llegar lo antes posible hasta el navio. Un grupo pequeño de marines estaba atacando a la banda pirata, aunque no parecían necesitar ayuda, noqueé a algunos de los atacantes con la parte roma de la espada en cuanto estuvieron cuerpo a cuerpo. Nide no estaba entre los piratas que se encontraban allí, ni lo habían visto, por lo que me preocupe un poco. Su capitán me dijo que aún debía estar en las ruinas de la casa de sus padres, al suroeste de donde nos encontrábamos. Me pidió que fuera a por él, puesto que nos necesitaban a los dos para poder partir. No me lo pensé dos veces antes de aceptar ir a buscarlo.

Encontré a Nide frente a la vaya de una plantación de naranjas cerca de las coordenadas que me habían dado sus compañeros. Tenía la misma mirada que el día que lo conocí, de completa frustración. La primera vez que había visto al bucanero fue en una sucia taberna de Jaya durante una pelea. Unos sanguinarios piratas habían iniciado la pelea buscando el mapa del tesoro que presuntamente llevaba Nide encima. Al parecer se había extendido el rumor de que se encontraba en la isla para encontrar y recuperar el tesoro de su capitán, lo que le había puesto una diana en la espalda. No llegué a creerme la historia, por eso ayudé al pirata cuando lo vi en apuros. Tampoco lo conocía de antes, por lo que no sería uno de esos criminales de mala fama. Los bucaneros que lo atacaban resultaron no serlo, eran un grupo de cazadores que lo único que querían era al pirata por su recompensa. La pelea contra ellos fue bastante dura, aunque tras varias horas logramos hacer que los que no estaban inconscientes o muertos se fueran de allí corriendo. Cuando terminó el chico me miro perplejo, preguntándome porque le había ayudado. En sus ojos se veía la frustración de haber sido acosado y atacado.

Mi amigo me señaló el interior de la plantación, al parecer las ruinas de la casa donde se crió, y lugar de entierro de su familia estaba en medio de aquella gran plantación. Durante su ausencia todo había desaparecido, y ahora no sabía dónde debía honrar a su familia, ni si sus cadáveres seguían allí, bajo los árboles o los habían movido de allí al crear la plantación. Solo se me ocurrió una idea, entrar en aquel lugar como hicimos en Water Seven en el astillero, y obtener la información de los trabajadores o los dueños. La finca, al contrario que el astillero, no tenía apenas seguridad, haciendo muy fácil llegar hasta la casa que había en medio. Debía ser la vivienda de los nuevos dueños, o al menos de los guardeses de la finca, en cualquiera de los casos seguramente tuviera la información que queríamos. Al vernos aparecer, la pareja que estaba en el porche se asustó mucho, ofreciéndonos todo su dinero si no les hacíamos daño. Cuando Nide le preguntó por la casa y las tumbas el hombre se puso como la nieve. Casi se parecía a una de las criaturas contra las que luchamos en Drum. El hombre consiguió tartamudear algo sobre no saber nada de tumbas, pero que las piedras de las tuinas fueron usadas para las separaciones y la casa.

Mi compañero parecía estar en shock, cosa comprensible tras saber que os restos de sus familiares alimentan a uno o varios naranjos. De todas formas, aquella pareja no sabía nada más, y se los notaba realmente asustados. Motivos por los que decidí agarrar a Nide y emprender el camino de salida de la finca. No sería ningún consuelo para él, pero ahora sus familiares estaban unidos a la naturaleza, generando nueva vida año tras año. Tardó un rato en hablar una vez salimos de la finca, y cuando lo hizo fue para agradecerme el estar a su lado en aquellos instantes. Trataría de regresar cada año a la plantación a ver el estado de los naranjos, y si podía hablar un poco más con los duelos para saber cómo eran y desde donde llegaron a la isla. Con mi amigo más calmado emprendimos el camino de regreso al puerto.

Al llegar al barco tuvimos que contar toda lo sucedido, así como el estado de Nide cuando lo encontré, motivo principal de haber perdido la noción del tiempo y no haber aparecido en el puerto a tiempo. Sus compañeros se volcaron con él y estuvimos cerca de media hora entre unas cosas otras. Cuando al fin terminaron con las palabras de consuelo y animo el capitán me explicó que habían perdido a su navegante y que esa era el motivo por el que me necesitaban para partir. También me dijo que sabía que el trato había sido el de llevar el barco hasta el Ojo, pero que si lo podíamos modificar. Al parecer se estaba gestando una gran reunión pirata, y que mejor lugar para encontrar un buen navegante que aquel lugar. De ser cierto, el capitán seguramente estaría invitado a la misma, por lo que ya no necesitaría ir al Ojo yo tampoco. Acepté el nuevo rumbo, pero con una condición, si mi capitán no se encontraba allí tendrían que conseguirme un bote para que pudiera irme hacía mi destino original.