- Aclaración:
- Este diario está conectado con los de Zane, Haruka y Luka. Se narran los acontecimientos desde el punto de vista de cada personaje.
La espera por los demás, aunque aburrida y monótona, era de lo más cómoda. El hermano de Zane, un tal Orzech, no había puesto ningún problema en que se hospedasen en una de sus propiedades, así que no le habían dado tiempo a replanteárselo y habían aceptado su ofrecimiento. No obstante, los días transcurrían y nadie llegaba.
-¡Suelta eso de una vez! –La voz del rubio resonó en toda la habitación. Tib había encontrado la vieja y desgastada sandalia con la que jugaba cuando era un cachorro y, en un arranque de nostalgia, había intentado llevársela para terminar de destrozarla. Therax se había opuesto a ello, y criatura y humano se encontraban inmersos en un tira y afloja por hacerse con el zapato de goma.
Un “patético” emitido por la mecánica voz del dispositivo que César llevaba al cuello precedió a unos pasos que se aproximaban a ellos. Unos segundos después, la figura de Zane apareció junto al domador y sus mascotas, proponiendo al espadachín una sesión de entrenamiento con las espadas. El domador aprovechó la curiosidad del Muryn para dar un último tirón y arrebatarle la chancla, obteniendo a cambio un gruñido de queja.
El rubio no se lo pensó ni un segundo al escuchar el ofrecimiento, de modo que en seguida se irguió y le siguió al exterior. Sin embargo, su interés por evaluar la diferencia de nivel que había entre ambos quedó eclipsado unos instantes después.
-No me lo puedo creer… ¿Un gyojin putero? –preguntó en cuanto Zane llamó a Luka. Si no lo era, desde luego lo parecía. El hombre pez acababa de abandonar el casino acompañado por un verdadero harén de féminas. Therax no pudo ocultar una sonrisa, pero aún así logró reprimir su primer impulso y evitó estallar en carcajadas. Era una imagen curiosa cuanto menos.
No obstante, poco después el júbilo del rubio se transformó en una leve molestia. El pelirrojo, el gyojin y Haruka, que se había unido al pequeño grupo en el último momento, habían cambiado de idea y preferían postergar el enfrentamiento que iban a llevar a cabo. No terminaba de gustarle la idea de dejar de lado el entrenamiento, pero era cierto que llevaban mucho tiempo sin dirigirse más que unas pocas palabras seguidas. Tal vez les viniese bien posponer el intercambio de palos, así que decidió no decir nada y seguir al resto hasta una vieja taberna. Durante el camino, varios comentarios tan sarcásticos como mordaces lanzados por el viejo lobo se encargaron incomodar al domador todo lo posible. «¿Quién me mandaría a mí ponerle a él el collar?», se preguntó el rubio, que cada vez se arrepentía más de haberlo hecho.
El local se encontraba abarrotado, y un intenso alboroto nacía en las diferentes mesas y se propagaba por todo el lugar. Sin embargo, todo el mundo se calló poco después de que el pelirrojo comenzara a hablar con la mujer que parecía estar atendiendo la barra.
-No creo que ésa sea el viejo Vic, ¿no? –comentó Therax en voz baja y con cierto tono irónico. El rubio no le prestaba mucha atención a la conversación que se estaba desarrollando entre la mujer y Zane, pero el gesto de la del pelo gris no auguraba nada bueno. Además, Tib había comenzado a gruñir de forma amenazadora y César –para no variar- había desaparecido sin previo aviso. «Ya aparecerá», pensó mientras llevaba sus manos a sus sables, consciente de lo que estaba por suceder. Algunos de los sujetos que se encontraban repartidos por las mesas comenzaron a levantarse, luciendo unas expresiones tan amenazantes como las de los que seguían sentados.
Sin previo aviso, un tipo se lanzó contra su espalda, pero el rubio lo había previsto y empleó la guardia de Byakko para darle un golpe en la nuez. Asombrado ante una reacción que no esperaba, el asaltante se llevó las manos al cuello y esbozó una mueca de sorpresa antes de caer al suelo, quedando ahogado el grito que apenas había comenzado a soltar.
-Pues estos para mí –respondió Therax cuando Luka eligió a los sujetos que había en torno a una mesa cercana como oponentes, dándose la vuelta y encarando a un grupo que se había colocado a sus espaldas. Con la ayuda de Tib, que se hizo cargo de un par de ellos, no tardó en deshacerse de sus contrincantes.
Cuando se giró, Zane ya había ido en busca del tal Vic, el cual se encontraba en la bodega del local. Por otro lado, Haruka no parecía ver con muy buenos ojos a la mujer que había mostrado una actitud tan desafiante hacia ellos.
-Vamos Haruka, déjala –dijo Therax al tiempo que se volvía para mirar a Tib, que continuaba gruñendo-. La señora está may… –Un golpe seco y el ruido propio de un cuerpo desplomándose no le permitieron terminar la frase. Cuando volvió a mirar a la mujer, ésta se encontraba inconsciente en el suelo-. Bueno, nada. ¿Qué le has hecho?
Permaneció en silencio, aguardando la respuesta de la temperamental pirata. Poco después reapareció el pelirrojo, que ayudaba a caminar al que no podía ser otro que Vic. Acto seguido, Zane se introdujo detrás de la barra y preparó un trago para cada uno de sus tripulantes. Therax observó el licor que su capitán le servía. ¿Qué era aquello? Acercó su nariz al vaso e inspiró profundamente. ¿Acaso era ron?
Mientras el resto hablaba, se metió detrás de la barra y revisó las botellas en busca de whiskey. ¿Cómo se le había podido ocurrir servirle eso? Mientras buscaba, Zane les sugirió ir a una reunión de piratas que tendría lugar en poco tiempo en Jaya. Therax no sabía qué se les había perdido allí, pero daba por hecho que acabarían yendo fuese cual fuese su respuesta. Aunque, por otro lado, tal vez aquel encuentro fuese algo interesante.
-¿Cuándo nos vamos? –inquirió el rubio mientras apartaba un par de botellas de vodka y sacaba una de whiskey a medio acabar, irguiéndose a continuación para volver a observar a sus compañeros-. Por cierto, no se me olvida que me debes un entrenamiento –añadió tras oler el contenido de la botella. Entonces dio un pequeño trago del licor, que descendió por su garganta provocándole una sensación no demasiado agradable-. ¿No tienes otra cosa mejor, Vic? –cuestionó al tiempo que contemplaba la desnuda superficie de vidrio. ¡Si ni siquiera tenía etiqueta, por Dios! No obstante, no parecía que el tabernero tuviese nada de mejor calidad, y si lo tenía no se mostraba muy dispuesto a ofrecérselo. En consecuencia, se encogió de hombros y decidió conformarse con lo que tenía-. ¿Te pasa algo en la mano, Luka? –preguntó al ver cómo el gyojin ponía su mano derecha sobre la mesa-. No te preocupes, seguro que no es nada. –Le dio unas palmadas en la espalda y se sentó en una de la sillas libres, pensando en lo que podría venírseles encima.
Deathstroke
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Akuma no mi
Varios
Soy Deathstoke y hoy moderaré tu diario.
La verdad, es que no veo a tu personaje muy convencido de ir a la quedada tuenti de los piratas, por ello y lamentándolo mucho, irás con tu capitán y tus amigos.
Tu nombre también aparecía en la invitación que cogió Zane., estás dentro.
La verdad, es que no veo a tu personaje muy convencido de ir a la quedada tuenti de los piratas, por ello y lamentándolo mucho, irás con tu capitán y tus amigos.
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