Kasan
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fuerza
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Saberes
Akuma no mi
Varios
Con las manos apoyadas en la ventana, me asomé para contemplar un campo de batalla en mi propio hogar. Siete navíos bombardeaban la cerca que rodeaba la isla, parecía que la artillería no la afectaba, hasta que uno barco con el casco reforzado la embistió, abriendo paso hacia la isla. Al volcar la verja saltaron todas las alarmas de la isla. Desde la gigantesca muralla que protege las puertas, se preparan los cañones para disparar nada más el intruso esté al alcance de las balas. Los agentes por su parte, se forman delante de las puertas previamente cerradas a cal y canto formando un muro humano listo para abrir fuego si el asaltante llegase a pisar la isla.
Por nuestro lado, los agentes con más experiencia, nos situamos justo entre la puerta principal y las puertas interiores, en el puente que comunica la entrada con la isla principal. Digamos que nos situamos a modo de oleadas cada vez más poderosas, detrás de mí ya se sitúan los agentes especiales del CP de alto rango, ellos son por así decirlo la última defensa de la isla. En circunstancias normales no tendría ningún problema con esto, sin embargo, recientemente habíamos logrado capturar a un importante criminal y enemigo del gobierno mundial, sobra decir que fue condenado a Impel Dawn, pero para poder llevarle hasta allí, gran parte de las fuerzas del Cipher Pol fueron movilizadas.
Una vez traspasada la cerca, los navíos se abrieron en abanico mientras se acercaban a tierra. Esa gente había hecho bien los deberes, al separarse unos de otros era más difícil para nosotros hundirlos. Aun con eso en contra, nada pudo evitar que dos de los barcos acabasen en el fondo del mar. Sin embargo, cinco se habían aproximado demasiado. Comenzaba el desembarco y con ello el asalto a Enies Lobby.
ATENCIÓN A TODAS LAS UNIDADES DISPONIBLES EN LA ISLA, SE INICIA EL PROTOCOLO DE CONTENCIÓN.
Ya bien equipado para la batalla, salté desde la ventana de la habitación para llegar al lugar del encuentro utilizando el Geppou. El protocolo de contención era sencillo, se trataba de formar un muro para evitar la invasión donde, cuanto más bajo era tu rango más cerca de la acción estarías. Debido a mi pereza para ascender, mi rango en el Cipher pol no correspondía con mi poder real, así que me tocaba estar en primera fila para el concierto. Llegaba ya al puente que unía la puerta principal con las interiores, salté la guarnición donde ya se preparaban los agentes superiores a mí. Sobrepasada la trinchera, dejé de utilizar el Geppou para correr como alma que lleva el diablo, comenzaba a atravesar el puente que aunaba ambas partes de la isla cuando de pronto dejé de escuchar los disparos de las barbacanas, algo malo pasaba y debía apresurarme.
Con varios Sorus apenas tardé en alcanzar mi puesto, podía ver como los tiradores se habían convertido en estatuas. Los agentes que los defienden de posibles ataques por la retaguardia entraron en acción pues tras caer los tiradores crear un agujero en la puerta les resultó sorprendentemente sencillo, me sorprendía que soldados tan mediocres pudieran hacerle eso a la puerta con tanta facilidad. Mi llegada coincidió con la primera oleada de incursores, allí, aproximadamente unos veinte hombres ya habían sobrepasado el portón y estaban cruzando las espadas con el primer muro de defensa.
Había quedado como el último guardián del puente. Apenas tardaron en abatir a los agentes que trataron de contenerlos en la muralla, encima lo harían sin demasiadas bajas en sus filas por lo que la desventaja numérica era abismal. Entre nosotros habría una distancia de sobre unos treinta metros, tenía espacio de sobra para avasallarlos a base de explosiones sin causar demasiados daños a las infraestructuras. Abrí los brazos así como las manos, en las puntas de los dedos formé pequeñas esferas de nitroglicerina capaces de acabar con la vida de cualquier ser humano corriente. Aquellos soldados parecían bien entrenados, pero seguramente caerían sin demasiado problema.
Como si de un mortero se tratase, lancé las bolas al mismo tiempo contra ellos apuntando al suelo donde pisaban, gracias a esto saltaron por los aires causando que muchos de ellos acabasen con amputaciones, los que más suerte tuvieron fueron los que murieron al instante, los más desafortunados, agonizaban en el suelo gritando por sus heridas. Aquellos gritos tuvieron como efecto, que los compañeros que venían detrás suya para continuar con la invasión se replegaran y no encontrasen el valor para atravesar la muralla.
- Haceros a un lado, es hora de jugar. - Decía una voz abriéndose paso entre los cadáveres. Aparecía así un hombre flaco pero de aspecto bastante amenazador, su vestimenta era similar a la de los acróbatas típicos de circo solo que las tonalidades del traje eran amarillas. Se acercaba con paso extraño, parecía ir de lado a lado. Ante el peligro inminente opté por activar el Mantra de manera indefinida, no me daba buenas sensaciones aquella manera de moverse. Se puso al frente de los cadáveres para lanzar su ofensiva contra mi.
Se lanzó a por mí corriendo, imbuyendo sus puños en haki, comenzó a propinarme una tremenda lluvia de golpes a la vez que se movía con asombrosa agilidad y flexibilidad. “No puede ser verdad que sea estilo de combate”. Pensé mientras me colocaba en posición defensiva y me cubría con haki armadura. Odiaba esa manera de combatir, tan esquiva, tan… Difícil de golpear. Tras unos segundos encajando sus envites, me di cuenta que mi haki era más poderoso que el suyo, apenas sentía sus golpes, por lo que decidí abandonar toda defensa y centrarme en aniquilarlo.
Traté de golpearlo con mis puños, pero su manera de esquivarme daba mucho asco, aparte de su enorme flexibilidad, se notaba que su especialidad era el Mantra. No pude golpear ni su sombra. Aquello parecía un combate absurdo, él no podía hacerme daño y yo no alcanzaba ni a rozarle. “Tendré que pasar al plan B”. Formé una bola de nitroglicerina en mi mano para luego dejarla caer al suelo. La cortina de humo que generó sumado a la explosión, me dio la oportunidad de retroceder y alejarme de él y sus golpes. - Así que tú también eres un adorador del diablo.- Dijo mostrando sus habilidades.
De su cuerpo emergió una sustancia amarillenta con aspecto viscoso a la par que pegajoso, un aroma dulce se propagó por todo el campo de batalla. Gracias a eso fue que me di cuenta que esa sustancia era miel, la llevaba utilizando un tiempo en mis platos así que fue sencillo descubrirlo. - Soy Imenio, una pena que no vayas a sobrevivir para recordarlo. - Tras su breve y prepotente presentación, lanzó una ráfaga de esquirlas de miel hacía mi. Una suerte que decidí esquivarlas y no repelerlas, ya que al impactar con el suelo estas quedaron clavadas como estacas de acero. -Así que vamos a jugar a esto eh, acepto el reto. - Tras eso, generé una esfera del tamaño de mi mano que disparé al tal Imenio, para mi sorpresa, formó un muro contra el que impactó mi nitroglicerina. Si bien lo había destruido, podía repeler mis ataques, lo que hacía ese combate aún más problemático. Habíamos llegado a un nuevo punto muerto durante el combate, o eso creía hasta que por megafonía dieron un nuevo protocolo.
EL PRESO ACABA DE ATRAVESAR LAS PUERTAS DE LA JUSTICIA. SE INICIA PROTOCOLO DE EXPULSIÓN.
Aquello significaba que mandarían a los agentes de mayor rango como refuerzos, en cierto sentido había cumplido mi misión de no dejar pasar a nadie por el puente, pero me sabía a poco. -Supongo que ya puedo darlo todo.- Dije esbozando una sonrisa burlona de esas que tanto le gustaban a Imenio. Me lancé directo a por él con el Soru y con los puños recubiertos de nitroglicerina. Con su Mantra logró crear a tiempo un muro de miel, solo que esta vez al utilizar el Soru, solo había tenido tiempo de hacerlo menos grueso. El impacto junto a la explosión hicieron que tanto el muro como el contorsionista saliesen despedidos contra la muralla. Me lancé nuevamente a por él aprovechando que había quedado entre las rocas, lancé un segundo puñetazo idéntico al anterior pulverizando así las rocas.
Traté de moverme pero algo agarraba mis pies, una densa capa de miel me inmovilizaba mientras veía como Imenio salía corriendo hacía los barcos con los que había asaltado Ennies Lobby. - Era Logia maldición. - Dije al comprender cómo escapó de mi, deshizo su cuerpo en miel para moverse a la vez que generaba toda esa cantidad para atraparme. Desde ahí solo podía ver cómo huían en los barcos. - ¡Aún puedo hacer más!.- Generaba muchas más esferas en mis manos a la vez que las lanzaba desde aquella posición esperando golpear alguno de los navíos. Aunque acerté varios tiros, eso no pudo impedir que escapasen aunque las embarcaciones quedaron para el arrastre.
Luego de un tiempo en que todo se calmó y pude deshacerme de la miel, fui convocado por mis superiores a una reunión urgente. - Siéntate Noa, tenemos algo que comentarte.
Por nuestro lado, los agentes con más experiencia, nos situamos justo entre la puerta principal y las puertas interiores, en el puente que comunica la entrada con la isla principal. Digamos que nos situamos a modo de oleadas cada vez más poderosas, detrás de mí ya se sitúan los agentes especiales del CP de alto rango, ellos son por así decirlo la última defensa de la isla. En circunstancias normales no tendría ningún problema con esto, sin embargo, recientemente habíamos logrado capturar a un importante criminal y enemigo del gobierno mundial, sobra decir que fue condenado a Impel Dawn, pero para poder llevarle hasta allí, gran parte de las fuerzas del Cipher Pol fueron movilizadas.
Una vez traspasada la cerca, los navíos se abrieron en abanico mientras se acercaban a tierra. Esa gente había hecho bien los deberes, al separarse unos de otros era más difícil para nosotros hundirlos. Aun con eso en contra, nada pudo evitar que dos de los barcos acabasen en el fondo del mar. Sin embargo, cinco se habían aproximado demasiado. Comenzaba el desembarco y con ello el asalto a Enies Lobby.
ATENCIÓN A TODAS LAS UNIDADES DISPONIBLES EN LA ISLA, SE INICIA EL PROTOCOLO DE CONTENCIÓN.
Ya bien equipado para la batalla, salté desde la ventana de la habitación para llegar al lugar del encuentro utilizando el Geppou. El protocolo de contención era sencillo, se trataba de formar un muro para evitar la invasión donde, cuanto más bajo era tu rango más cerca de la acción estarías. Debido a mi pereza para ascender, mi rango en el Cipher pol no correspondía con mi poder real, así que me tocaba estar en primera fila para el concierto. Llegaba ya al puente que unía la puerta principal con las interiores, salté la guarnición donde ya se preparaban los agentes superiores a mí. Sobrepasada la trinchera, dejé de utilizar el Geppou para correr como alma que lleva el diablo, comenzaba a atravesar el puente que aunaba ambas partes de la isla cuando de pronto dejé de escuchar los disparos de las barbacanas, algo malo pasaba y debía apresurarme.
Con varios Sorus apenas tardé en alcanzar mi puesto, podía ver como los tiradores se habían convertido en estatuas. Los agentes que los defienden de posibles ataques por la retaguardia entraron en acción pues tras caer los tiradores crear un agujero en la puerta les resultó sorprendentemente sencillo, me sorprendía que soldados tan mediocres pudieran hacerle eso a la puerta con tanta facilidad. Mi llegada coincidió con la primera oleada de incursores, allí, aproximadamente unos veinte hombres ya habían sobrepasado el portón y estaban cruzando las espadas con el primer muro de defensa.
Había quedado como el último guardián del puente. Apenas tardaron en abatir a los agentes que trataron de contenerlos en la muralla, encima lo harían sin demasiadas bajas en sus filas por lo que la desventaja numérica era abismal. Entre nosotros habría una distancia de sobre unos treinta metros, tenía espacio de sobra para avasallarlos a base de explosiones sin causar demasiados daños a las infraestructuras. Abrí los brazos así como las manos, en las puntas de los dedos formé pequeñas esferas de nitroglicerina capaces de acabar con la vida de cualquier ser humano corriente. Aquellos soldados parecían bien entrenados, pero seguramente caerían sin demasiado problema.
Como si de un mortero se tratase, lancé las bolas al mismo tiempo contra ellos apuntando al suelo donde pisaban, gracias a esto saltaron por los aires causando que muchos de ellos acabasen con amputaciones, los que más suerte tuvieron fueron los que murieron al instante, los más desafortunados, agonizaban en el suelo gritando por sus heridas. Aquellos gritos tuvieron como efecto, que los compañeros que venían detrás suya para continuar con la invasión se replegaran y no encontrasen el valor para atravesar la muralla.
- Haceros a un lado, es hora de jugar. - Decía una voz abriéndose paso entre los cadáveres. Aparecía así un hombre flaco pero de aspecto bastante amenazador, su vestimenta era similar a la de los acróbatas típicos de circo solo que las tonalidades del traje eran amarillas. Se acercaba con paso extraño, parecía ir de lado a lado. Ante el peligro inminente opté por activar el Mantra de manera indefinida, no me daba buenas sensaciones aquella manera de moverse. Se puso al frente de los cadáveres para lanzar su ofensiva contra mi.
Se lanzó a por mí corriendo, imbuyendo sus puños en haki, comenzó a propinarme una tremenda lluvia de golpes a la vez que se movía con asombrosa agilidad y flexibilidad. “No puede ser verdad que sea estilo de combate”. Pensé mientras me colocaba en posición defensiva y me cubría con haki armadura. Odiaba esa manera de combatir, tan esquiva, tan… Difícil de golpear. Tras unos segundos encajando sus envites, me di cuenta que mi haki era más poderoso que el suyo, apenas sentía sus golpes, por lo que decidí abandonar toda defensa y centrarme en aniquilarlo.
Traté de golpearlo con mis puños, pero su manera de esquivarme daba mucho asco, aparte de su enorme flexibilidad, se notaba que su especialidad era el Mantra. No pude golpear ni su sombra. Aquello parecía un combate absurdo, él no podía hacerme daño y yo no alcanzaba ni a rozarle. “Tendré que pasar al plan B”. Formé una bola de nitroglicerina en mi mano para luego dejarla caer al suelo. La cortina de humo que generó sumado a la explosión, me dio la oportunidad de retroceder y alejarme de él y sus golpes. - Así que tú también eres un adorador del diablo.- Dijo mostrando sus habilidades.
De su cuerpo emergió una sustancia amarillenta con aspecto viscoso a la par que pegajoso, un aroma dulce se propagó por todo el campo de batalla. Gracias a eso fue que me di cuenta que esa sustancia era miel, la llevaba utilizando un tiempo en mis platos así que fue sencillo descubrirlo. - Soy Imenio, una pena que no vayas a sobrevivir para recordarlo. - Tras su breve y prepotente presentación, lanzó una ráfaga de esquirlas de miel hacía mi. Una suerte que decidí esquivarlas y no repelerlas, ya que al impactar con el suelo estas quedaron clavadas como estacas de acero. -Así que vamos a jugar a esto eh, acepto el reto. - Tras eso, generé una esfera del tamaño de mi mano que disparé al tal Imenio, para mi sorpresa, formó un muro contra el que impactó mi nitroglicerina. Si bien lo había destruido, podía repeler mis ataques, lo que hacía ese combate aún más problemático. Habíamos llegado a un nuevo punto muerto durante el combate, o eso creía hasta que por megafonía dieron un nuevo protocolo.
EL PRESO ACABA DE ATRAVESAR LAS PUERTAS DE LA JUSTICIA. SE INICIA PROTOCOLO DE EXPULSIÓN.
Aquello significaba que mandarían a los agentes de mayor rango como refuerzos, en cierto sentido había cumplido mi misión de no dejar pasar a nadie por el puente, pero me sabía a poco. -Supongo que ya puedo darlo todo.- Dije esbozando una sonrisa burlona de esas que tanto le gustaban a Imenio. Me lancé directo a por él con el Soru y con los puños recubiertos de nitroglicerina. Con su Mantra logró crear a tiempo un muro de miel, solo que esta vez al utilizar el Soru, solo había tenido tiempo de hacerlo menos grueso. El impacto junto a la explosión hicieron que tanto el muro como el contorsionista saliesen despedidos contra la muralla. Me lancé nuevamente a por él aprovechando que había quedado entre las rocas, lancé un segundo puñetazo idéntico al anterior pulverizando así las rocas.
Traté de moverme pero algo agarraba mis pies, una densa capa de miel me inmovilizaba mientras veía como Imenio salía corriendo hacía los barcos con los que había asaltado Ennies Lobby. - Era Logia maldición. - Dije al comprender cómo escapó de mi, deshizo su cuerpo en miel para moverse a la vez que generaba toda esa cantidad para atraparme. Desde ahí solo podía ver cómo huían en los barcos. - ¡Aún puedo hacer más!.- Generaba muchas más esferas en mis manos a la vez que las lanzaba desde aquella posición esperando golpear alguno de los navíos. Aunque acerté varios tiros, eso no pudo impedir que escapasen aunque las embarcaciones quedaron para el arrastre.
Luego de un tiempo en que todo se calmó y pude deshacerme de la miel, fui convocado por mis superiores a una reunión urgente. - Siéntate Noa, tenemos algo que comentarte.
- Nota al staff:
- La reunión acaba nada más comenzar puesto que ahora es cuando vosotros decidís si darme el acceso al evento o simplemente es una reunión de puro trámite.
Alwyn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Bueno, no me voy a andar con rodeos. Tus superiores te dan la invitación del evento, estás dentro. Aunque si te voy a decir algo, controla las comas delante de los pero y los acentos de los pronombres personales.
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