Daos de hostias hasta que os hartéis, recordad que es un combate abierto, cualquiera puede intervenir mientras sea lógico. Mura no tiene por qué postear en este tema pero estate atenta de todas formas.
Maze
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
"Vale. Esto no es lo que me esperaba". Pensó la chica mientras observaba lo que acababa de suceder, volviendo a su forma humana para acercarse. ¿Qué sentido tenía esconderse ya? Se preguntó a si misma saliendo de entre la maleza, descendiendo de nuevo justo a tiempo para ver como un coliseo y unas animadoras en trajes excéntricos, si se podían llamar trajes a lo que vestían, surgían de la nada animando a Akagami. su rostro mostraba claramente la desaprobación que sentía hacia esta bizarra escena. Sin embargo, no tuvo tiempo para reprochar nada sin embargo, al ver como el lagarto azul salía volando. Había dicho algo de apagar unos hornos, dejando caer algo que me apresuré en agarrar, incluso antes de que dijera el nada. Una serie de hilos surgieron de su mando extendido enredándose en el extraño objeto para luego volver hacia la palma de la pelinaranja. Mura frunció el ceño.
-¿Se puede saber que narices es esta...cosa? - Preguntó con el ceño fruncido, ignorando un poco el hecho de que se encontraba a escasos metros de su compañero y de el otro tipo. Y que fuera lo que fuese aquella cosa, el capitán había intentado atraer la espada con ella, por lo que ahora ella debía estar haciendo lo mismo. -La madre que te trajo, Dexter.- Se quejó por lo bajo, soltando un bufido. -¿Y ahora yo qué hago?- Miró a Aka, quien seguramente fuese a cantarle las cuarenta aunque no había sido su culpa. "Yo solo quería observar por si las moscas no que este hombre viniera a tocar la moral".
Se tomó unos segundos para recapacitar. Había visto a Deathstroke llegar volando y sentarse en las gradas creadas de forma esporádica por Dexter. Tal vez lo mejor que pudiese hacer era ponerse a su lado... y de paso sacar de ahí a las mujeres que animaban a la lagartija. O eso pretendía hacer antes de que sus hilos las atravesasen en vez atarlas. Mura miró perpleja tanto a las mujeres como a Deathstroke en las gradas. El no podía ser una ilusión, había venido volando desde la ciudad, ¿no?. ¿Entonces cómo se mantenía ahí sentado?
-Se acabo, yo desisto.- Fue lo último que dijo, atravesando la ilusión de mala grada, a no ser que el parcheado tuviera algo que decirle a ella también. Su propósito era subir hasta la posición del subcapitán, darle el extraño objeto y sentarse en una rama o algo, a observar el resto del combate.
-¿Se puede saber que narices es esta...cosa? - Preguntó con el ceño fruncido, ignorando un poco el hecho de que se encontraba a escasos metros de su compañero y de el otro tipo. Y que fuera lo que fuese aquella cosa, el capitán había intentado atraer la espada con ella, por lo que ahora ella debía estar haciendo lo mismo. -La madre que te trajo, Dexter.- Se quejó por lo bajo, soltando un bufido. -¿Y ahora yo qué hago?- Miró a Aka, quien seguramente fuese a cantarle las cuarenta aunque no había sido su culpa. "Yo solo quería observar por si las moscas no que este hombre viniera a tocar la moral".
Se tomó unos segundos para recapacitar. Había visto a Deathstroke llegar volando y sentarse en las gradas creadas de forma esporádica por Dexter. Tal vez lo mejor que pudiese hacer era ponerse a su lado... y de paso sacar de ahí a las mujeres que animaban a la lagartija. O eso pretendía hacer antes de que sus hilos las atravesasen en vez atarlas. Mura miró perpleja tanto a las mujeres como a Deathstroke en las gradas. El no podía ser una ilusión, había venido volando desde la ciudad, ¿no?. ¿Entonces cómo se mantenía ahí sentado?
-Se acabo, yo desisto.- Fue lo último que dijo, atravesando la ilusión de mala grada, a no ser que el parcheado tuviera algo que decirle a ella también. Su propósito era subir hasta la posición del subcapitán, darle el extraño objeto y sentarse en una rama o algo, a observar el resto del combate.
- Spoiler:
- No intervengo en la pelea, pero ya que quizás queráis interactuar con Mura al verla en la posición en que se encontraba Dexter...Pues eso.
Deathstroke
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Había llegado posiblemente en el mejor momento que se podía. Lo único que faltaba eran unas palomitas o unas pipas. El contramaestre de la tripulación se iba a enfrentar a uno de los tipos más buscados del mundo, quitando a nuestra banda, ¿sería capaz de manejarlo? Era una duda que tenía, pero en términos de poder, a mi parecer estaban bastante parejos, aunque siempre podía ayudar al dragón dorado sin moverme de donde estaba.
-Bueno bueno, Berthil, dado que el capitán fue claro de que, si alguien se metía en problemas, este se lo guisaba y comía solito, no intervendré mucho en el combate, solo si te veo en muchos problemas – le dije telepáticamente mientras centraba el haki de observación en este para saber cuándo le atacaría su oponente, y en caso de ver que mi nakama se viese superado ayudarle – cuando te diga algo quiero que lo realices confiando ciegamente en mí. – volví a decirle telepáticamente.
No sabía si mi compañero le gustaría aquello, pero sin duda le serviría de ayuda si me hacía caso. A fin de cuentas, de todos los poderes que tenía, el de poder usar mi haki como si estuviese en el cuerpo de un compañero era sin duda y posiblemente la mejor.
-Por ahora empecemos con algo sencillito, lo primero es calentar motores, luego atacar, de la defensa em encargo yo. Usa danza dragón y continúala con un ataque ala. – le dije a mi compañero mentalmente.
-Bueno bueno, Berthil, dado que el capitán fue claro de que, si alguien se metía en problemas, este se lo guisaba y comía solito, no intervendré mucho en el combate, solo si te veo en muchos problemas – le dije telepáticamente mientras centraba el haki de observación en este para saber cuándo le atacaría su oponente, y en caso de ver que mi nakama se viese superado ayudarle – cuando te diga algo quiero que lo realices confiando ciegamente en mí. – volví a decirle telepáticamente.
No sabía si mi compañero le gustaría aquello, pero sin duda le serviría de ayuda si me hacía caso. A fin de cuentas, de todos los poderes que tenía, el de poder usar mi haki como si estuviese en el cuerpo de un compañero era sin duda y posiblemente la mejor.
-Por ahora empecemos con algo sencillito, lo primero es calentar motores, luego atacar, de la defensa em encargo yo. Usa danza dragón y continúala con un ataque ala. – le dije a mi compañero mentalmente.
- resumen:
- Seguir sentado en las gradas y hablar mentalmente con Akagami.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Berthil sintió un escalofrío en cuanto el mantra le advirtió de las letales intenciones del pirata. Había logrado hacerle bajar de su plataforma, pero eso no implicaba que las cosas fueran a resultar fáciles a partir de ese punto. La sustancia que la formaba pareció descomponerse en una innumerable cantidad de gotas, las cuales salieron disparadas hacia él como metralla, dispuestas a atravesar cada trozo de carne de su cuerpo. En un alarde de reflejos, el dragón comenzó a transformarse rápidamente. Todo su cuerpo se vio recubierto de doradas escamas que imbuiría en su haki de armadura en pos de protegerse de aquella andanada roja. Por otro lado, su brazo izquierdo pareció desarrollarse de forma desmedida en comparación con el resto del cuerpo. Gracias a la transformación parcial, este había adquirido la forma de su transformación acorazada, prácticamente ocultando su cuerpo por completo. Era más resistente y podría servirle de escudo. Los proyectiles impactaron contra sus reforzadas escamas uno tras otro, deshaciéndose contra las mismas o incluso revotando como si fueran balas chocando contra acero. Pese a que ninguna llegó a traspasar la coraza, pudo sentir la fuerza de cada impacto contra su gigantesco brazo.
─ Oye... Eso es lo que yo llamo diplomacia agresiva -comentó, haciendo que su brazo se redujera hasta adoptar el de su forma híbrida normal, concorde al tamaño del resto del cuerpo.
El mismo estaba completamente bañado del misterioso líquido que controlaba Arribor. «¿Sangre? Usuario de paramecia. Quizá logia» pensó, centrando toda su atención en él pese al esperpéntico espectáculo que estaba dando Dexter. Un coliseo, animadoras, gradas... Por un instante, sintió que había vuelto a sus orígenes y, de hecho, si no hubiera sido porque todo aquello llevaba el hortera toque del Yonkou, habría supuesto una grave distracción. «No puede tomarse nada en serio». Frunció el ceño. El capitán se marchó, pero tanto Death como Mura habían decidido quedarse, probablemente para asegurarse de que no ocurriera nada que lamentar después. ¿Tan poca confianza tenían en él? El azabache pasó la mano por el dolorido brazo, apartando un poco del fluido que manchaba el mismo. «Supongo que puedo dejarlo pasar siendo este el oponente».
Una cosa estaba clara: fuera cual fuera su poder, poseía una ventaja considerable si le dejaba tomar distancias, así que ese sería el primer punto al que pondría remedio. Berthil flexionó las piernas un momento antes de comenzar a avanzar de forma errática, casi en zig-zag. No le daría la ventaja de atacar de frente, aunque estaba claro que avanzaba rápidamente hacia él. Cuando quedasen apenas cuatro o cinco metros su velocidad se incrementaría, prácticamente desapareciendo y apareciendo por el lateral derecho de Arribor. Aún mantenía el haki de armadura cubriendo todo su cuerpo, por lo que su siguiente golpe iría acompañado del mismo. Estiró los dedos de la mano al tiempo que su brazo comenzaba a relampaguear, cargándose de cierta electricidad.
─ ¡Thunder Lance! -gritó, al tiempo que trataba de atravesar el torso del pirata con el brazo. La velocidad a la que movió la mano fue tal que incluso rompió el aire, generando irremediablemente una contundente onda de choque.
Maldita sea, ¿por qué se sentía tan emocionado? Quizá debiera estar riñendo al gato por quedarse tan cerca o incluso sentirse confundido por las palabras del subcapitán de Blue Rose, pero lo cierto es que estaba demasiado centrado en la pelea como para darle importancia. «Está bien, Death», contestó en su mente, «Aunque quizá esto sea jugar sucio... No voy a despreciar que me eches una mano contra alguien como él».
─ Oye... Eso es lo que yo llamo diplomacia agresiva -comentó, haciendo que su brazo se redujera hasta adoptar el de su forma híbrida normal, concorde al tamaño del resto del cuerpo.
El mismo estaba completamente bañado del misterioso líquido que controlaba Arribor. «¿Sangre? Usuario de paramecia. Quizá logia» pensó, centrando toda su atención en él pese al esperpéntico espectáculo que estaba dando Dexter. Un coliseo, animadoras, gradas... Por un instante, sintió que había vuelto a sus orígenes y, de hecho, si no hubiera sido porque todo aquello llevaba el hortera toque del Yonkou, habría supuesto una grave distracción. «No puede tomarse nada en serio». Frunció el ceño. El capitán se marchó, pero tanto Death como Mura habían decidido quedarse, probablemente para asegurarse de que no ocurriera nada que lamentar después. ¿Tan poca confianza tenían en él? El azabache pasó la mano por el dolorido brazo, apartando un poco del fluido que manchaba el mismo. «Supongo que puedo dejarlo pasar siendo este el oponente».
Una cosa estaba clara: fuera cual fuera su poder, poseía una ventaja considerable si le dejaba tomar distancias, así que ese sería el primer punto al que pondría remedio. Berthil flexionó las piernas un momento antes de comenzar a avanzar de forma errática, casi en zig-zag. No le daría la ventaja de atacar de frente, aunque estaba claro que avanzaba rápidamente hacia él. Cuando quedasen apenas cuatro o cinco metros su velocidad se incrementaría, prácticamente desapareciendo y apareciendo por el lateral derecho de Arribor. Aún mantenía el haki de armadura cubriendo todo su cuerpo, por lo que su siguiente golpe iría acompañado del mismo. Estiró los dedos de la mano al tiempo que su brazo comenzaba a relampaguear, cargándose de cierta electricidad.
─ ¡Thunder Lance! -gritó, al tiempo que trataba de atravesar el torso del pirata con el brazo. La velocidad a la que movió la mano fue tal que incluso rompió el aire, generando irremediablemente una contundente onda de choque.
Maldita sea, ¿por qué se sentía tan emocionado? Quizá debiera estar riñendo al gato por quedarse tan cerca o incluso sentirse confundido por las palabras del subcapitán de Blue Rose, pero lo cierto es que estaba demasiado centrado en la pelea como para darle importancia. «Está bien, Death», contestó en su mente, «Aunque quizá esto sea jugar sucio... No voy a despreciar que me eches una mano contra alguien como él».
- Resumen:
- No se si es necesario ya que este combate es solo entre nosotros, pero por si acaso:
Berthil adopta su forma híbrida y transforma parcialmente el brazo en su forma acorazada para protegerse del ataque de Arribor. Después, tras flipar un poco por las ilusiones de Dexter, se lanza a la ofensiva e intenta atravesar el torso del pirata con el brazo, generando una onda de choque en el proceso. Para acabar, responde mediante la telepatía a Death.
Rainbow662
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
-Voy a matar a ese tipo -masculló Arribor.
La vena de la frente le palpitaba con fuerza a causa del enfado contenido. ¿Cómo se atrevía a mojarle? ¿Y qué eran esas animadoras? Podía soportar que hubiese aparecido una especie de estadio de la nada, pero que ninguna de las chicas le animase a él... Eso era cruel. Maldito Dexter. Y encima tenía la desfachatez de criticar su forma de pelear antes de salir volando. Y lo de la nube... Cuando le pusiera las manos encima iba a darle la espada que quería, pero haciéndosela tragar.
Claro que, antes, tenía que ocuparse de los demás. Y es que cada vez aparecía más gente por allí, y nadie parecía estar de su lado. De hecho, casi le parecía haberlos visto entrar juntos al restaurante, aunque no había estado muy pendiente a decir verdad. ¿Serían todos compañeros? Bueno, tanto daba pelear con uno que con tres. No iba a soltar la espada dorada. Y eso que no sabía ni para qué servía.
Al ver la curiosa transformación de su rival, sus dudas se disiparon. Tenía que ser compañero de Black. Desde luego, era fuerte. Arribor decidió activar su mantra, pues no se fiaba de poder seguirlo únicamente con los ojos. Y menos teniendo solo uno. En cuanto presintió lo que se le echaba encima, su propia sangre lo hizo retroceder, impulsando su cuerpo desde el interior de las venas y arterias y ganando así unas preciosas décimas que le evitaron un agujero nuevo del que presumir. Le dejó una herida, eso sí, pero era poco más que un arañazo según su criterio. Aunque el calambrazo que se llevó al estar empapado le puso el pelo de punta. ¿Eso eran rayos? Qué raros eran los poderes de algunos.
Haciendo gala de fuerza bruta, salvó distancias con un único paso. Ya estaba lanzando el puñetazo antes incluso de pensar en hacerlo. Su propio instinto de batalla lo guió. El mismo aire se curvó y pareció hacerse añicos con un estallido ante la fuerza que impregnaba el golpe. Su puño cerrado, recubierto del poderoso haki de armadura; el rostro sobre el que pensaba estrellarlo. No existía nada más... Ni siquiera la nube sobre su cabeza.
Maze
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
"Pensaba que se te lanzaría al cuello". Comentó Kouga mientras Mura buscaba una rama que estuviese lo suficientemente alta para quedar a la altura de Deathstroke y usarla de asiento. -Bueno, pero no ha pasado nada... Al menos de momento.- Contestó ella en un murmuro antes de sentarse mientras observaba la escena bajo sus pies. Su rostro denotaba preocupación con respecto a Aka. Sabía que el lagarto era fuerte, mucho. Cosa que llegaba a molestar a la pelinaranja. Solía tacharle de engreído debido a su actitud con ella, pero era en esos momentos en los que le daba rabia que su fuerza era tal... Cuando su rival podía igualarle e incluso llegar a superarle. Se sentía impotente por no poder ser de utilidad durante ese tipo de situaciones. Sobretodo porque si intentaba ayudar solo haría que la situación se volviese desfavorable.
Un suspiro se escapó de sus labios, al menos el subcapitán se encontraba en la escena y él si podría hacer algo si las cosas se ponían feas. Su mirada pasó por un momento del combate a sus manos, momento en que la chica frunció el ceño al pararse a observar otra vez el imán. No sabía porque el alargado objeto le causaba una sensación de verdadera repulsión. -Oye Death, tal vez sea mejor que guardes tú esto.- Dijo al cabo de un rato, extendiendo la mano para que tomase el objeto. -Es del capitán...Aunque no sé muy bien lo que hace.- Aclaró, esperando que así se lo quedara él. Dicho objeto seguí en funcionamiento, tratando de hacer que la espada saliera despedida hacia él en cualquier apertura que hiciese que el pirata dejara de retenerla con tanta fuerza. Pero eso la pelinaranja no lo sabía. Una vez hecho esto volvería su atención a la escena. Sumire regresó en ese tiempo y se puso a su lado.
-Tal vez debiéramos irnos para dejar que se concentren mejor, Akane-nee...- Comentó la dragona el golpe de viento que les llegó, provocado por la velocidad tomada por Aka. Si Death acababa por quedarse con el imán, seguramente acabase por partir de regreso a la ciudad, para cumplir con lo que quedaba de su parte... O lo haría en caso de que Dexter le devolviese la espada. Al fin y al cabo, observar como golpean a un compañero sin poder intervenir no es agradable, menos aún cuando este compañero es además tu amigo más cercano y familia.
-Tal vez...- Fue su única respuesta.
Un suspiro se escapó de sus labios, al menos el subcapitán se encontraba en la escena y él si podría hacer algo si las cosas se ponían feas. Su mirada pasó por un momento del combate a sus manos, momento en que la chica frunció el ceño al pararse a observar otra vez el imán. No sabía porque el alargado objeto le causaba una sensación de verdadera repulsión. -Oye Death, tal vez sea mejor que guardes tú esto.- Dijo al cabo de un rato, extendiendo la mano para que tomase el objeto. -Es del capitán...Aunque no sé muy bien lo que hace.- Aclaró, esperando que así se lo quedara él. Dicho objeto seguí en funcionamiento, tratando de hacer que la espada saliera despedida hacia él en cualquier apertura que hiciese que el pirata dejara de retenerla con tanta fuerza. Pero eso la pelinaranja no lo sabía. Una vez hecho esto volvería su atención a la escena. Sumire regresó en ese tiempo y se puso a su lado.
-Tal vez debiéramos irnos para dejar que se concentren mejor, Akane-nee...- Comentó la dragona el golpe de viento que les llegó, provocado por la velocidad tomada por Aka. Si Death acababa por quedarse con el imán, seguramente acabase por partir de regreso a la ciudad, para cumplir con lo que quedaba de su parte... O lo haría en caso de que Dexter le devolviese la espada. Al fin y al cabo, observar como golpean a un compañero sin poder intervenir no es agradable, menos aún cuando este compañero es además tu amigo más cercano y familia.
-Tal vez...- Fue su única respuesta.
Deathstroke
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El oponente de Berthil no había conseguido evadir por completo el ataque de este y le hizo una pequeña herida. A pesar de no haberme hecho caso con el calentamiento anterior al ataque parecía haber salido medio bien, incluso el ataque había sido distinto a lo que le había dicho.
-Buen ataque Berthil – le dije en voz alta. En ese momento, su oponente dio un paso hacia mi compañero reduciendo la distancia entre ambos, y pasé a hablarle por telepatía – bien, va a darte un puñetazo bastante poderoso en la cara. – le advertí – Pasa a maniobra de ataque, avanza hacia él colándote en su guardia y usa cola dragón para barrerlo desde un lateral. – le dije en voz alta como si pudiese controlar a mi compañero.
El combate era entretenido y a mí y mi nuevo amigo se añadió Murasaki, quien cuando estuvo a mi altura me lanzó un instrumento que no había visto en mi vida. Por lo que dijo, el aparato era del capitán y había que guardárselo. Por mi parte, no hice preguntas, si eso es lo que quería no había nada que decir, por lo que tras coger el instrumento lo guardé en uno de los bolsillos de la túnica y volví a atender al combate, aunque con el haki activado, realmente no lo había dejado nunca. “Unas pipas o unos cacahuetes vendrían de perlas ahora.” Pensé mientras observaba los movimientos del oponente del dragón. Aunque en ese momento me di cuenta de que tenía un libro encima, por lo que lo saqué y comencé a leerlo, me lo había regalado el genio y por ello esperaba que fuese bueno.
-Buen ataque Berthil – le dije en voz alta. En ese momento, su oponente dio un paso hacia mi compañero reduciendo la distancia entre ambos, y pasé a hablarle por telepatía – bien, va a darte un puñetazo bastante poderoso en la cara. – le advertí – Pasa a maniobra de ataque, avanza hacia él colándote en su guardia y usa cola dragón para barrerlo desde un lateral. – le dije en voz alta como si pudiese controlar a mi compañero.
El combate era entretenido y a mí y mi nuevo amigo se añadió Murasaki, quien cuando estuvo a mi altura me lanzó un instrumento que no había visto en mi vida. Por lo que dijo, el aparato era del capitán y había que guardárselo. Por mi parte, no hice preguntas, si eso es lo que quería no había nada que decir, por lo que tras coger el instrumento lo guardé en uno de los bolsillos de la túnica y volví a atender al combate, aunque con el haki activado, realmente no lo había dejado nunca. “Unas pipas o unos cacahuetes vendrían de perlas ahora.” Pensé mientras observaba los movimientos del oponente del dragón. Aunque en ese momento me di cuenta de que tenía un libro encima, por lo que lo saqué y comencé a leerlo, me lo había regalado el genio y por ello esperaba que fuese bueno.
- resumen:
- Avisar a Akagami del ataque de Arribor, decirle a Akagami el próximo movimiento que debe usar, coger el aparato que me da Mura y sacar un libro y comenzar a leer.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La velocidad de reacción de Arribor fue envidiable. No importó la rapidez de su ataque, fue capaz de evadir la mayor parte del golpe. Aquello no había supuesto más que un leve rasguño para el pirata, lo que confirmaba al chico que ese encuentro sería, probablemente, el más difícil de toda su vida. «No me extraña que exista semejante precio por su cabeza», afirmó para sí mismo, centrando su atención en él. Si era lo suficientemente rápido como para seguirle el ritmo, debía intentar aprovechar cualquier oportunidad para encajarle un golpe decisivo. Sus habilidades eran un riesgo considerable, algo que había quedado claro tras aquella lluvia de balas carmesíes, pero si era un usuario de una paramecia quizá no tuviera una fortaleza física similar a la de Dexter o a la suya propia... Y eso sería el punto a explotar.
─ No te contengas conmigo -le instó el dragón, preparándose para su contraataque.
La voz de Slade resonaba en su mente, advirtiéndole de los movimientos de su oponente. Sus habilidades de predicción eran realmente increíbles y podrían suponer una enorme ventaja en ese combate. Sin embargo, pese a saber cómo vendría el golpe, el margen de acción era realmente minúsculo. Quizá no pudiera evadir la totalidad del golpe y, si el tuerto lograba tomar la ventaja con ese ataque, las cosas se pondrían muy feas. Ignoró en la medida de lo posible la charlatanería de su superior, que casi parecía más un intento de distraer a su contrincante que de aconsejarle. Arribor se lanzó de frente contra él y, como respuesta, Berthil hizo lo mismo. Extendió el brazo derecho hacia atrás, preparando su golpe. Si debía recibir algún daño, al menos se aseguraría de que su contrario no saliera indemne. Su brazo, ennegrecido por su poderoso haki de armadura, vio el azabache del mismo iluminarse con una luz dorada, cargándose de energía. Emplearía la misma carta que usó contra Zane, pero esta vez no se contendría: usaría todo el potencial de su movimiento.
─ Dragon Born... ¡Infernal Shock!
Su brillante puño chocó contra el del pirata, generando al momento una onda de choque expansiva alrededor de ambos a causa del impacto. El suelo se agrietó e incluso el aire pareció explotar ante la potencia enfrentada de ambos golpes. Pese a las escamas y a su transformación, el Ju Senshi sintió un crujido en su mano, así como que su brazo se resentía. El aire roto por Arribor le golpeó de lleno, alcanzando su torso pese a haber detenido su mano, pero no sería el único en recibir. Apenas entraron en contacto ambos puños, la luz de su brazo se intensificó aún más y, de repente, una gigantesca explosión se generó hacia el frente, en un cono tan amplio que bien podría abarcar la anchura del bosque. Y es que, si su oponente no detenía de alguna forma aquello, probablemente arrasase la mitad de este.
Aquello, sin embargo, tenía consecuencias, y es que al impacto recibido por Arribor se sumó el retroceso de aquello. Berthil salió disparado hacia atrás a causa del golpe, atravesándo árboles y todo aquello con lo que se topase en su trayectoria, destrozando el terreno con su cuerpo. Bastantes árboles cayeron ante esto y un buen surco se formó en el suelo con su propio cuerpo. Su brazo derecho era poco más que un montón de carne y huesos fracturados. Había perdido por completo la movilidad del mismo y le dolía horrores, lo que mitigaba en parte el dolor que sentía en el torso a causa del golpe del pirata. Despacio, se puso en pie, observando su brazo herido. Probablemente no pudiera hacer uso de él durante el resto del combate... Aunque mantenía la esperanza de que Arribor hubiera salido peor que él.
Tomó lo poco que quedaba de su chaqueta y camisa y se las arrancó, dejando su torso escamado desnudo, antes de intentar localizar con su mantra al tuerto, preparándose para una posible respuesta. Quizá aquello no hubiera sido suficiente... Su oponente no era una persona normal.
─ No te contengas conmigo -le instó el dragón, preparándose para su contraataque.
La voz de Slade resonaba en su mente, advirtiéndole de los movimientos de su oponente. Sus habilidades de predicción eran realmente increíbles y podrían suponer una enorme ventaja en ese combate. Sin embargo, pese a saber cómo vendría el golpe, el margen de acción era realmente minúsculo. Quizá no pudiera evadir la totalidad del golpe y, si el tuerto lograba tomar la ventaja con ese ataque, las cosas se pondrían muy feas. Ignoró en la medida de lo posible la charlatanería de su superior, que casi parecía más un intento de distraer a su contrincante que de aconsejarle. Arribor se lanzó de frente contra él y, como respuesta, Berthil hizo lo mismo. Extendió el brazo derecho hacia atrás, preparando su golpe. Si debía recibir algún daño, al menos se aseguraría de que su contrario no saliera indemne. Su brazo, ennegrecido por su poderoso haki de armadura, vio el azabache del mismo iluminarse con una luz dorada, cargándose de energía. Emplearía la misma carta que usó contra Zane, pero esta vez no se contendría: usaría todo el potencial de su movimiento.
─ Dragon Born... ¡Infernal Shock!
Su brillante puño chocó contra el del pirata, generando al momento una onda de choque expansiva alrededor de ambos a causa del impacto. El suelo se agrietó e incluso el aire pareció explotar ante la potencia enfrentada de ambos golpes. Pese a las escamas y a su transformación, el Ju Senshi sintió un crujido en su mano, así como que su brazo se resentía. El aire roto por Arribor le golpeó de lleno, alcanzando su torso pese a haber detenido su mano, pero no sería el único en recibir. Apenas entraron en contacto ambos puños, la luz de su brazo se intensificó aún más y, de repente, una gigantesca explosión se generó hacia el frente, en un cono tan amplio que bien podría abarcar la anchura del bosque. Y es que, si su oponente no detenía de alguna forma aquello, probablemente arrasase la mitad de este.
Aquello, sin embargo, tenía consecuencias, y es que al impacto recibido por Arribor se sumó el retroceso de aquello. Berthil salió disparado hacia atrás a causa del golpe, atravesándo árboles y todo aquello con lo que se topase en su trayectoria, destrozando el terreno con su cuerpo. Bastantes árboles cayeron ante esto y un buen surco se formó en el suelo con su propio cuerpo. Su brazo derecho era poco más que un montón de carne y huesos fracturados. Había perdido por completo la movilidad del mismo y le dolía horrores, lo que mitigaba en parte el dolor que sentía en el torso a causa del golpe del pirata. Despacio, se puso en pie, observando su brazo herido. Probablemente no pudiera hacer uso de él durante el resto del combate... Aunque mantenía la esperanza de que Arribor hubiera salido peor que él.
Tomó lo poco que quedaba de su chaqueta y camisa y se las arrancó, dejando su torso escamado desnudo, antes de intentar localizar con su mantra al tuerto, preparándose para una posible respuesta. Quizá aquello no hubiera sido suficiente... Su oponente no era una persona normal.
- Cosas utilizadas:
- Para que sepas lo que he usado, aparte del haki de armadura y la transformación híbrida, te lo pongo aquí. En realidad solo ha usado una técnica, pero su potencia está relacionada con una anterior, así que te pondré ambas para que tengas el dato.
- Dragon Born - Inferno: Berthil canaliza sus poderes de dragón a través de su brazo durante unos instantes. Acto seguido golpea con fuerza el suelo, haciendo que se agriete y que en cuestión de pocos segundos un área a su alrededor explote, asemejándose a una erupción volcánica, lanzando el terreno por los aires en un festival de llamas. El área inicial que se ve afectada es de 1 metro a su alrededor. Con cada nivel, el área aumenta 1 metro su radio, hasta llegar a los 100 metros al nivel 100.
- Dragon Born - Infernal Shock (la que utiliza): Se trata de una variación del Dragon Born: Inferno, bastante simple de hecho. Consiste, a grandes rasgos, en descargar el potencial de la anterior técnica en un puñetazo, golpeando directamente a su rival en vez de al suelo. El efecto que esto conllevará, aparte de la fuerza del golpe, será una explosión equivalente al potencial de la técnica anterior dirigida hacia el frente.
Así que la anchura final del cono, si no se detiene, sería de unos 174 metros en su momento final (el radio x 2, vaya).
Rainbow662
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
"¿Su brazo brilla?" se preguntó para sus adentros. Según su larga experiencia pegándose con gente rara, cuando a alguien le brillaba una parte del cuerpo no era para nada una buena noticia. Siempre pasaban cosas desagradables, normalmente para él. Pero ya era tarde para apartarse. Además, sería más divertido comprobar cuán fuerte era realmente aquel tipo.
El choque fue brutal. Dos fuerzas imparables estrellándose de frente que competían por ver cuál se imponía. El suelo se levantó como si las rocas que volaban y se hacían pedazos no fueran más que corcho. El aire, convertido en un viento feroz, arrastraba todo a su paso y amenazaba con arrancar la ropa de Arribor. ¿Había ganado la acometida? Creyó notar que algo cedía en el puño de su adversario, pero quizás fuera cosa de su imaginación. En cualquier caso, no tuvo mucho tiempo para pensar sobre ello.
La explosión no le pilló por sorpresa -era de imaginar algo similar-, aunque sí su tamaño. Arribor reunió su haki y lo materializó hacia fuera, creando con él una barrera; luego, hizo otra con sangre. Pero no fue ni mucho menos lo bastante rápido, por desgracia. Antes de darse cuenta ya estaba envuelto por la desmedida potencia de la explosión. Tuvo que anclarse al suelo con una docena de ganchos de sangre, hundiéndolos varios metros y reforzándolos con haki para no salir despedido hasta a saber dónde. El calor era asfixiante, incluso a pesar de que soportaba bien las altas temperaturas, y su defensa combinada terminó por ceder al final. Al menos, le había librado de lo peor. "Ya verás. Se me va a chamuscar el pelo".
Cuando la explosión pasó, Arribor estaba en medio de un erial ennegrecido. ¿Cómo de grande había sido el tamaño de esa cosa? Debía admitir que resultaba impresionante. Su preciado abrigo estaba chamuscado y roto por varias partes, aunque no le dio importancia. Ya lo cosería luego, pues había aprendido a hacerlo después de cargárselo tantas veces. Al menos el parche había aguantado.
No pudo evitar echarse a reír. ¡Y él que pensaba volverse al barco! Estaba siendo de lo más divertido, y eso que no había salido indemne, precisamente. Hacía unos cuantos años no habría resistido un ataque así. Tenía quemaduras en torso, brazos y piernas, e incluso notaba cierto dolor en el rostro. ¿Y quién le importaba eso? El dolor no era nada, pues él vivía y luchaba codo con codo con el dolor como si fuesen viejos amigos. Era mucho más importante el éxtasis del momento. Y averiguar por qué puñetas la espada se movía tanto. eso también era importante. Tuvo que volver a atarlas para que no saliesen volando.
Ya se preparaba para abalanzarse sobre su rival, cuando la maldita morsa apareció. Salió de su bolsillo y se transformó en esa masa grisácea y olorosa que tanto le irritaba. La morsa lo desequilibró con su peso y a punto estuvo de derribarlo, solo para luego ponerse a hacer gestos extraños.
-¿Qué quieres ahora? No es un buen momento. Ajá... Hora, sol, mañana -Arribor interpretaba los signos de Franklin como mejor podía. Tenía bastante práctica a la hora de averiguar qué quería decir-. ¿Qué dices? ¿En serio? Bah, aún queda tiempo -Cuando por fin captó el mensaje, se giró hacia el otro pirata-. Por lo visto, tengo solo hasta que amanezca para llevar la espada. Voy a tener que abreviar.
Antes de lanzarse al ataque, se quitó el abrigo y lo dejó al cuidado poco fiable de la morsa, que se ocultó tras unas rocas. Su sangre circulaba a toda velocidad por sus venas y arterias, como el torrente imparable de una riada. Sabía que alguien tan fuerte solía poseer mantra, por lo que iba a tener que arreglárselas para hacer algo que no pudiera predecir y esquivar fácilmente. Así que trató de dejar la mente en blanco y saltó con todas sus fuerzas hacia donde él estaba. A un par de metros del hombre-del-brazo-brillante, Arribor empezó a girar sobre sí mismo a toda velocidad. Iba a estar muy mareado luego, seguramente.
Mientras giraba como un loco, la sangre emergió de su cuerpo por una docena de pequeñas heridas. De cada una de ellas manaba un largo tentáculo rojo y afilado, ennegrecido por el haki, que se movía hacia todas direcciones. Ni siquiera el propio Arribor sabía a qué estaba atacando. Esperaba no darle a la morsa sin querer. Si eso bastaba para terminar, recogería sus cosas y se elevaría de nuevo para salir volando hacia la plaza.
Maze
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Más corrientes de aire se formaron ante el choque de esas dos bestias, haciendo que ambos salieran volando, junto a la mitad del bosque y que incluso la pelinaranja, que se encontraba con Deathstroke a cierta distancia de la pelea, tuviese que agarrarse con fuerza al tronco del árbol, cerrando por un instante los ojos. Al abrirlos de nuevo, pudo ver como el azabache salía impulsado hacia atrás, atravesando varios troncos en el proceso. Un grito de preocupación se escapó de sus labios en ese momento, llamando su nombre. Su cuerpo reaccionó antes de que lo hiciera su mente. Esta trataba de razonar un motivo para quedarse en el sitio en que se encontraba mientras sus piernas se apoyaban en la superficie rugosa que la sostenía, impulsándose hacia adelante. Tal vez el hecho de poder morir o incluso la voz de Kouga y el brazo de Sumire que no alcanzó a agarrar a tiempo a la felina hubieran debido para detenerla, pero no podía.
"Si vas se enfadará contigo, niña. ¿Es qué no piensas?" Le reprochó en su mente el felino sin mucho resultado. Y es que, por muy lista que pudiese ser Mura, no había forma de hacer que su sentido racional funcionase cuando las cosas se ponían de ese modo. No iba a intervenir en la pelea, o no quería hacerlo. Sabía que tenían que seguir las ordenes de Dexter y que la lagartija estúpida, de haber necesitado ayuda, hubiera sido socorrida por el subcapitán. De la misma forma, comprendía que Aka no iba a ir bien siempre durante el combate. No era inmortal y aquel hombre era fuerte. Pero en aquel momento le daba igual. Solo quería cerciorarse de que estaba bien, tal vez ganarle algo de tiempo para que se reincorporase.
Tardó cinco segundos en detenerse sobre una rama de un árbol cercano, no lo suficiente como para intervenir, a no ser que se pusiera a lanzar dagas sin ton ni son. Tenía el pulso acelerado y el ver como se le había quedado el brazo a Berthil no ayudaba a que se calmase. Pero su energía fría tal vez ayudase de alguna forma. Cerró los ojos y notó como una fina aura de color azul la rodeaba, su pulso se calmaba lentamente. Era una técnica perfecta para ocultarse, sobretodo con sus habilidades de sigilo. Esperaba poder mimetizar su presencia con la de alguna criatura del bosque. El hombre que controlaba la sangre dudaba que la hubiese visto mientras se movía, por lo que tal vez pudiese ayudar.
"Seguramente no sirvas de nada". Escuchó decir a Kouga y asintió levemente.
"Puede ser, pero si no nota mi presencia, no debería poder predecir un movimiento sin fines ofensivos ¿no? O al menos no debería darle importancia cuando está combatiendo con alguien como el lagarto. No puedo entrar en ese combate, pero quizás haya otra forma de ayudar. Trampa de hilos".
Mura podría generar hilos de energía y, aunque de normal no había probado a extenderlos más de veinte metros a su alrededor, tal vez pudiese lograr un rango mayor. Al fin y al cabo esa era la distancia que podía alcanzar su aura expandida. Si sus hilos eran aura debía de poder aumentar en consideración su longitud y enredarlos entre lo que quedaba de los árboles del bosque, causando una red que ralentizara el ataque del sincorazón. Al no ser un ataque tal vez le pillase por sorpresa. Y si le daba una apertura a Bakagami estaba bien, ¿no?
"Si vas se enfadará contigo, niña. ¿Es qué no piensas?" Le reprochó en su mente el felino sin mucho resultado. Y es que, por muy lista que pudiese ser Mura, no había forma de hacer que su sentido racional funcionase cuando las cosas se ponían de ese modo. No iba a intervenir en la pelea, o no quería hacerlo. Sabía que tenían que seguir las ordenes de Dexter y que la lagartija estúpida, de haber necesitado ayuda, hubiera sido socorrida por el subcapitán. De la misma forma, comprendía que Aka no iba a ir bien siempre durante el combate. No era inmortal y aquel hombre era fuerte. Pero en aquel momento le daba igual. Solo quería cerciorarse de que estaba bien, tal vez ganarle algo de tiempo para que se reincorporase.
Tardó cinco segundos en detenerse sobre una rama de un árbol cercano, no lo suficiente como para intervenir, a no ser que se pusiera a lanzar dagas sin ton ni son. Tenía el pulso acelerado y el ver como se le había quedado el brazo a Berthil no ayudaba a que se calmase. Pero su energía fría tal vez ayudase de alguna forma. Cerró los ojos y notó como una fina aura de color azul la rodeaba, su pulso se calmaba lentamente. Era una técnica perfecta para ocultarse, sobretodo con sus habilidades de sigilo. Esperaba poder mimetizar su presencia con la de alguna criatura del bosque. El hombre que controlaba la sangre dudaba que la hubiese visto mientras se movía, por lo que tal vez pudiese ayudar.
"Seguramente no sirvas de nada". Escuchó decir a Kouga y asintió levemente.
"Puede ser, pero si no nota mi presencia, no debería poder predecir un movimiento sin fines ofensivos ¿no? O al menos no debería darle importancia cuando está combatiendo con alguien como el lagarto. No puedo entrar en ese combate, pero quizás haya otra forma de ayudar. Trampa de hilos".
Mura podría generar hilos de energía y, aunque de normal no había probado a extenderlos más de veinte metros a su alrededor, tal vez pudiese lograr un rango mayor. Al fin y al cabo esa era la distancia que podía alcanzar su aura expandida. Si sus hilos eran aura debía de poder aumentar en consideración su longitud y enredarlos entre lo que quedaba de los árboles del bosque, causando una red que ralentizara el ataque del sincorazón. Al no ser un ataque tal vez le pillase por sorpresa. Y si le daba una apertura a Bakagami estaba bien, ¿no?
- Spoiler:
- Mura de momento solo se ha ocultado, no ha intervenido en el combate.
Deathstroke
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El maldito Berthil seguía sin hacer caso a los ataques que le decía que debía de hacer. Posiblemente lo hiciese para molestarme, pero no me importaba, me estaba entreteniendo bastante con aquel combate. Arribor, recibió de lleno el golpe de Berthil, o por lo menos eso pareció pues sus ropas se destruyeron en su mayor parte. Sin embargo, sucedió algo extraño que no me esperé para nada, y de un bolsillo de le salió una morsa de color gris. Tras hablar con la morsa durante un momento volvió a la pelea y esta vez parecía más serio que antes. Parecía que veríamos su verdadero potencial.
-Berthil, ten cuidado, parece que ha entrado en furia – le dije telepáticamente – ya sabes que hacer, rueda hacia los lados para evadir el ataque. Va a saltar hacia ti, pero no detecto nada más, usa enfado en combinación con carga dragón.
El oponente del contramaestre parecía que aumentaba su ritmo cardiaco por lo que podía ver. Luego, mandó una orden a sus piernas para que realizasen un salto, sin embargo, mi mantra no me avisó de ningún tipo de ataque, ¿acaso poseía algún tipo de poder que lo anulaba?. Y en pleno vuelo comenzó a girar sobre sí mismo, incluso me pareció que se volvía rojo en ciertas partes.
Berthil me dijo por el mismo canal que yo lo hacía que Mura y yo nos marchásemos, parecía que tenía un plan y que podía ser peligroso, cerré el libro y me dirigí hasta el puma que había en una de las ramas de un árbol cercano.
-Tenemos que alejarnos me ha dicho Berthil, así que alejémonos un poco – le dije a Mura cuando estuve frente a ella. – Berthil, mantendré el contacto mental en todo momento, así como el haki por si las moscas. No te creas que quedas solo del todo.
-Berthil, ten cuidado, parece que ha entrado en furia – le dije telepáticamente – ya sabes que hacer, rueda hacia los lados para evadir el ataque. Va a saltar hacia ti, pero no detecto nada más, usa enfado en combinación con carga dragón.
El oponente del contramaestre parecía que aumentaba su ritmo cardiaco por lo que podía ver. Luego, mandó una orden a sus piernas para que realizasen un salto, sin embargo, mi mantra no me avisó de ningún tipo de ataque, ¿acaso poseía algún tipo de poder que lo anulaba?. Y en pleno vuelo comenzó a girar sobre sí mismo, incluso me pareció que se volvía rojo en ciertas partes.
Berthil me dijo por el mismo canal que yo lo hacía que Mura y yo nos marchásemos, parecía que tenía un plan y que podía ser peligroso, cerré el libro y me dirigí hasta el puma que había en una de las ramas de un árbol cercano.
-Tenemos que alejarnos me ha dicho Berthil, así que alejémonos un poco – le dije a Mura cuando estuve frente a ella. – Berthil, mantendré el contacto mental en todo momento, así como el haki por si las moscas. No te creas que quedas solo del todo.
- resumen:
- Seguir "viendo "lo que sucede mientras leo. Hablar con Akagami de lo que va a hacer Arribor, escuchar su petición e ir hasta Mura para decirle que nos alejemos.
Maze
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
"¿Alejarnos?" El rostro de Mura debía ser un cuadro entre enfado hacía la lagartija y frustración con sigo misma. Era tal la mezcla de emociones negativas que sus ojos se había tornado rojos como la sangre. hacía tiempo que aquello no pasaba. Le lanzó una mirada despectiva al dragón y no le preocupó lo más mínimo que Slade, el subcapitán, viese su rostro fruncido y escuchase como chasqueaba la lengua con clara molestia. -Más vale que no te mueras o juro que te reviviré para poder volver a matarte yo.- Dijo alzando la voz mientras se alejaban.
Deathstroke se quedó por el lugar pero ella, en cambio, decidió echar a andar por lo que quedaba de bosque. Volvería con Sumire a Mok Town. Al final, el quedarse en aquel sitio solo había logrado causar un sentimiento de inutilidad en la pelinaranja y, hasta que se le pasase el cabreo para poder preocuparse por Akagami lo mejor sería que descargase su frustración de otra forma. Antes de partir le pidió a Deathstroke que cuidase de Bakagami, aunque con unas formas poco finas. Seguramente acabase por disculparse luego también.
Una vez llegase a la ciudad... Si es que aún quedaba algo de ciudad, se ocuparía de buscar a Dexter y recuperar la espada... O quizás pudiera simplemente imitarla. ¿Si llevaba una espada con un número bastaría? Solo faltaba que se quedará sin poder hacer nada lo que quedaba de velada por culpa de su capitán.
-Sumire, nos vamos.-
Deathstroke se quedó por el lugar pero ella, en cambio, decidió echar a andar por lo que quedaba de bosque. Volvería con Sumire a Mok Town. Al final, el quedarse en aquel sitio solo había logrado causar un sentimiento de inutilidad en la pelinaranja y, hasta que se le pasase el cabreo para poder preocuparse por Akagami lo mejor sería que descargase su frustración de otra forma. Antes de partir le pidió a Deathstroke que cuidase de Bakagami, aunque con unas formas poco finas. Seguramente acabase por disculparse luego también.
Una vez llegase a la ciudad... Si es que aún quedaba algo de ciudad, se ocuparía de buscar a Dexter y recuperar la espada... O quizás pudiera simplemente imitarla. ¿Si llevaba una espada con un número bastaría? Solo faltaba que se quedará sin poder hacer nada lo que quedaba de velada por culpa de su capitán.
-Sumire, nos vamos.-
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El dragón frunció su escamado ceño a medida que una figura comenzaba a vislumbrarse entre el negruzco humo, el polvo y la ceniza que se elevaban frente a él. Había descargado toda la potencia que era capaz de reunir con aquella baza en el puñetazo pero, como se imaginaba, no había sido suficiente para dejarle fuera de combate. «Demonios, ¿de qué está hecho este tío? No me extraña que sea capaz de aguantarle a Dexter», se dijo a sí mismo, preparándose para lo que estuviera por venir. Arribor se echó a reír y, aunque lo más lógico habría sido sentirse intimidado por su indiferencia ante semejantes quemaduras, lo cierto es que sentía cierto sentimiento de aprobación hacia ese hombre. Habría sido muy decepcionante que hubiese caído ante aquello.
─ Slade -dijo a través del canal telepático-. Necesito que Mura y tú os alejéis todo lo posible de aquí. No puedo arriesgarme a usar todo lo que tengo si os quedáis cerca.
¿Cuántos años habían pasado desde la última vez que se vio obligado a utilizar "aquello"? ¿Cuatro? Y ni siquiera el combate contra el skypiano había sido tan duro como el que le estaba planteando el pirata. Pudo escuchar las blasfemias y maldiciones del gato hacia su persona a causa de su petición, pero no les dio importancia alguna. Esperaba una reacción así, y sabía que tarde o temprano se le pasaría. Lo único que le importaba en ese momento era que se mantuvieran a salvo y, cerca del tuerto, aquello no sería posible. El brazo con el que había golpeado parecía arder, pues aún seguía echando humo tras semejante combustión. Estaba hecho una pena, así que no podría utilizarlo con precisión. ¿Quizá bastase la inercia que pudiera producir para golpear con él? Sonaba absurdo y doloroso a partes iguales, pero visto lo visto, ninguna idea debía desecharse en ese momento.
Notó las presencias de Deathstroke y Murasaki alejarse del lugar, al menos la de esta última, pues el segundo de los Blue Rose decidió permanecer allí, eso sí, a una distancia prudencial. Podría apañárselas para salir ileso de los daños colaterales si se veía obligado, así que no le preocupaba mucho. Sin embargo, antes de que ambos luchadores volvieran a lanzarse el uno contra el otro, un extraño animal pareció surgir de la nada para entablar una conversación de signos con Arribor.
─ ¿Qué mierda...? -balbuceó, alzando una ceja mientras dejaba que resolviesen su esperpéntica discusión.
Mientras tanto, el cielo sobre ellos comenzó a oscurecerse de forma similar a como hubiera provocado Dexter en su llegada a Jaya. De vez en cuando podían apreciarse entre aquellas negras nubes ciertas luces rojizas, fugaces y tenues, aunque en principio solo parecía que se estuviera aproximando una tormenta. Arribor terminó de hablar con su pintoresco compañero animal y Berthil se encaró, volviendo a adoptar una actitud tensa. Sus músculos comenzaron a ensancharse a medida que su tamaño se incrementaba y su cuerpo se recubría de aún más escamas doradas. Emplearía su forma de dragón acorazado para hacerle frente.
─ Estoy completamente de acuerdo. Tengo órdenes que cumplir y va siendo hora volver junto al capitán -contestó con una voz grave y poderosa, casi gutural.
Avanzó a toda velocidad, dando un paso tan potente que incluso hundió el terreno bajo su pisada y lo agrietó. Arribor cargaba de frente, pero por algún motivo no fue capaz de ver con su mantra qué iba a emplear contra él, al igual que Slade. Por precaución, recubrió todo su cuerpo con haki, ennegreciendo sus escamas hasta alcanzar la oscuridad azabache característica del mismo. Cuando vio lo que se le venía encima, era demasiado tarde para intentar esquivarlo. Numerosos tentáculos de la sangre del tuerto comenzaron a manar de él y a girar junto a su dueño de forma aleatoria, buscando cortarle. Su única opción a esas alturas era seguir con su avance, como un proyectil imparable. Los látigos comenzaron a impactar contra su cuerpo, traspasando la oscura armadura y sus escamas por igual. De no ser por la protección que le brindaba aquella forma, probablemente hubiera quedado cercenado en varios trozos. Los tentáculos cortaron escama y carne, produciéndole heridas profundas a lo largo del torso y las extremidades. Soportando este castigo, extendió el puño hacia el frente, haciendo que el propio aire se doblase y estallara en una contundente onda de choque. Le diera o no, su avance seguiría hasta placar con ferocidad a su adversario, buscando destrozar su cuerpo.
Las heridas comenzaban a cerrarse gracias a su rápida regeneración, pero estaban aún lejos de sanar por completo. Al menos evitaría perder demasiada sangre. Fuera cual fuera el resultado de aquella acometida, guardaba una última sorpresa para el chamuscado pirata.
─ Confieso que las historias que cuentan sobre ti no alcanzan a describir fielmente tu fuerza, Sin Corazón -gruñó, emocionado por el éxtasis del momento-. Pero sea cual sea esta, no permitiré que se diga que el contramaestre de Dexter Black cayó sin dar guerra -el cielo rugió sobre ellos, como si un trueno hubiera surcado la tormenta-. Me ordenaron ganar si me metía en líos... Y no pienso desobedecer una orden directa del capitán.
De repente, un nuevo estallido rompió el aire entre las nubes, más atronador que el anterior. El cielo se iluminó con la flamígera luz del fuego al momento en que dio comienzo aquella tormenta infernal. Una lluvia de llamas tan grande que bien podría abarcar una ciudad tan grande como Mock Town, con la suficiente potencia como para reducir todo ese terreno a cenizas. Ahora que Mura se había marchado, esperaba que Slade pudiera ponerse a salvo de aquel infierno. «Lo siento Death, pero creo que te tocará dejarme solo en esta ocasión».
─ Slade -dijo a través del canal telepático-. Necesito que Mura y tú os alejéis todo lo posible de aquí. No puedo arriesgarme a usar todo lo que tengo si os quedáis cerca.
¿Cuántos años habían pasado desde la última vez que se vio obligado a utilizar "aquello"? ¿Cuatro? Y ni siquiera el combate contra el skypiano había sido tan duro como el que le estaba planteando el pirata. Pudo escuchar las blasfemias y maldiciones del gato hacia su persona a causa de su petición, pero no les dio importancia alguna. Esperaba una reacción así, y sabía que tarde o temprano se le pasaría. Lo único que le importaba en ese momento era que se mantuvieran a salvo y, cerca del tuerto, aquello no sería posible. El brazo con el que había golpeado parecía arder, pues aún seguía echando humo tras semejante combustión. Estaba hecho una pena, así que no podría utilizarlo con precisión. ¿Quizá bastase la inercia que pudiera producir para golpear con él? Sonaba absurdo y doloroso a partes iguales, pero visto lo visto, ninguna idea debía desecharse en ese momento.
Notó las presencias de Deathstroke y Murasaki alejarse del lugar, al menos la de esta última, pues el segundo de los Blue Rose decidió permanecer allí, eso sí, a una distancia prudencial. Podría apañárselas para salir ileso de los daños colaterales si se veía obligado, así que no le preocupaba mucho. Sin embargo, antes de que ambos luchadores volvieran a lanzarse el uno contra el otro, un extraño animal pareció surgir de la nada para entablar una conversación de signos con Arribor.
─ ¿Qué mierda...? -balbuceó, alzando una ceja mientras dejaba que resolviesen su esperpéntica discusión.
Mientras tanto, el cielo sobre ellos comenzó a oscurecerse de forma similar a como hubiera provocado Dexter en su llegada a Jaya. De vez en cuando podían apreciarse entre aquellas negras nubes ciertas luces rojizas, fugaces y tenues, aunque en principio solo parecía que se estuviera aproximando una tormenta. Arribor terminó de hablar con su pintoresco compañero animal y Berthil se encaró, volviendo a adoptar una actitud tensa. Sus músculos comenzaron a ensancharse a medida que su tamaño se incrementaba y su cuerpo se recubría de aún más escamas doradas. Emplearía su forma de dragón acorazado para hacerle frente.
─ Estoy completamente de acuerdo. Tengo órdenes que cumplir y va siendo hora volver junto al capitán -contestó con una voz grave y poderosa, casi gutural.
Avanzó a toda velocidad, dando un paso tan potente que incluso hundió el terreno bajo su pisada y lo agrietó. Arribor cargaba de frente, pero por algún motivo no fue capaz de ver con su mantra qué iba a emplear contra él, al igual que Slade. Por precaución, recubrió todo su cuerpo con haki, ennegreciendo sus escamas hasta alcanzar la oscuridad azabache característica del mismo. Cuando vio lo que se le venía encima, era demasiado tarde para intentar esquivarlo. Numerosos tentáculos de la sangre del tuerto comenzaron a manar de él y a girar junto a su dueño de forma aleatoria, buscando cortarle. Su única opción a esas alturas era seguir con su avance, como un proyectil imparable. Los látigos comenzaron a impactar contra su cuerpo, traspasando la oscura armadura y sus escamas por igual. De no ser por la protección que le brindaba aquella forma, probablemente hubiera quedado cercenado en varios trozos. Los tentáculos cortaron escama y carne, produciéndole heridas profundas a lo largo del torso y las extremidades. Soportando este castigo, extendió el puño hacia el frente, haciendo que el propio aire se doblase y estallara en una contundente onda de choque. Le diera o no, su avance seguiría hasta placar con ferocidad a su adversario, buscando destrozar su cuerpo.
Las heridas comenzaban a cerrarse gracias a su rápida regeneración, pero estaban aún lejos de sanar por completo. Al menos evitaría perder demasiada sangre. Fuera cual fuera el resultado de aquella acometida, guardaba una última sorpresa para el chamuscado pirata.
─ Confieso que las historias que cuentan sobre ti no alcanzan a describir fielmente tu fuerza, Sin Corazón -gruñó, emocionado por el éxtasis del momento-. Pero sea cual sea esta, no permitiré que se diga que el contramaestre de Dexter Black cayó sin dar guerra -el cielo rugió sobre ellos, como si un trueno hubiera surcado la tormenta-. Me ordenaron ganar si me metía en líos... Y no pienso desobedecer una orden directa del capitán.
De repente, un nuevo estallido rompió el aire entre las nubes, más atronador que el anterior. El cielo se iluminó con la flamígera luz del fuego al momento en que dio comienzo aquella tormenta infernal. Una lluvia de llamas tan grande que bien podría abarcar una ciudad tan grande como Mock Town, con la suficiente potencia como para reducir todo ese terreno a cenizas. Ahora que Mura se había marchado, esperaba que Slade pudiera ponerse a salvo de aquel infierno. «Lo siento Death, pero creo que te tocará dejarme solo en esta ocasión».
Rainbow662
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Algo hizo que dejase de girar. ¿Un golpe? ¿Una ráfaga de aire? Daba igual. En cualquier caso, Arribor estaba agradecido. ¿Cómo había tenido una idea tan tonta? El mundo giraba ahora descontrolado, dando vueltas como una peonza. ¿O era él? No podía ser que todo el planeta se moviese y girase, ¿verdad? Eso sería una tontería.
En medio de la repentina oscuridad, un gran objeto brillante y dorado volaba hacia él. ¿Qué era? No tenía ni idea, no lograba enfocarlo bien sin que la imagen se balanceara como loca. Se olvidó de la vista y se centró en el mantra. No necesitaba saber qué era para golpearlo. Así que juntó ambos puños y trató de desviar esa cosa, fuera lo que fuese. De inmediato se dio cuenta de que no era un objeto. Ningún objeto llevaría tanta potencia.
Algo crujió cuando su transformado oponente impactó contra él. ¿Sería un hueso o las galletas que llevaba en el bolsillo? No, las galletas se las había comido Franklin para merendar, así que debía de ser un hueso. Eso explicaría el repentino dolor en las costillas. Iba a tener que hacer recuento luego de las que le quedaban. Arribor salió despedido sin saber muy bien hacia dónde. Ni siquiera sabía si su contragolpe habría servido de algo. Se tomó unos segundos para reabsorber la sangre utilizada, y se puso en pie tratando de no caerse, pues el suelo seguía bamboleándose como un mar embravecido. ¿Y qué le pasaba al cielo? Las nubes se habían acumulado repentinamente, ocultando al sol naciente, y brillaban como si un incendio se extendiese por la cúpula celeste.
-No me jodas -musitó cuando las primeras llamaradas cayeron.
Hasta donde abarcaba la vista, el cielo descargaba fuego con furia. "Mierda, ¡Franklin!", pensó. Aceleró la velocidad de circulación de su sangre, y saltó rápidamente hacia la morsa y su abrigo -casi más preciado para él que el propio animal- antes de que esa maldita lluvia los calcinara. A su alrededor, el suelo estallaba en pedazos por culpa de la mortífera lluvia. Rodó por el suelo para esquivar una llamarada, y se levantó como un resorte cuando otras dos caían sobre él. Las lenguas de fuego alcanzaban a veces a lamer su cuerpo; algunas de las bolas de fuego incluso impactaron contra él directamente. Afortunadamente, su brazo izquierdo tenía casi más metal que carne -cosas de la isla del cielo que no terminaba de entender del todo-, por lo que lo usaba para detener lo que no podía evadir. El calor sofocante y el humo resultaban asfixiantes, y el aire se volvió borroso a causa de las altas temperaturas. A duras penas lograba evitar que las llamas lo engulleran. Creó burbujas de sangre y haki para que volasen a su alrededor y lo protegieran en cierta medida, pero no conseguían bloquearlo todo y recibió de lleno más de una llamarada. Irónicamente, la nube lluviosa que Dexter le había colocado sobre la cabeza, le proporcionó un delicioso frescor.
Llegó justo a tiempo de apartar a la morsa antes de que se convirtiese en el churrasco con peor sabor del mundo. Sin embargo, sabía que no iba a poder librarse eternamente, así que hundió su sangre en el suelo como si de raíces se tratase, una telaraña roja extendiéndose por el subsuelo, y levantó una mole de roca ennegrecida y negra -tanto por el haki como por los efectos del fuego- con la que hacerse un paraguas.
No supo cuánto tardó esa maldita tormenta en disiparse, pero fue un alivio cuando por fin pudo dejar caer las rocas. Iba a ser un engorro explicar luego cómo se había quemado. Desde luego, no tenía muy buena pinta. Seguro que Drake se burlaba de él por no haber salido ileso. Con un brusco movimiento y un seco chasquido, devolvió su hombro, dislocado durante el choque anterior, a su sitio.
-Jajaja -Arribor rió con ganas. No podía evitarlo-. Oye, ¿cómo te llamas? ¿Sabes hacer más cosas como esa? ¿Todos los tripulantes de Black tienen poderes tan raros?
Mientras hablaba, creaba con su poder una criatura esférica lo bastante grande como para que él pudiera meterse dentro si hubiese querido. Tenía una gran boca dentada plagada de colmillos diabólicamente afilados. El Devorador. El día que le puso nombre había estado inspirado. De repente, se percató de que no tenía tiempo. ¿Cuánto faltaba para que acabase el plazo para la prueba? Maldita prueba. Siempre podía dejarla de lado. Claro que... él quería ganar. Su lado estúpidamente competitivo se enfrentaba con su lado estúpidamente combativo. No era algo que le pasase muy a menudo.
-Maldita sea... -masculló, frustrado, al tiempo que se elevaba por el aire sobre un rombo de sangre-. Tengo que llevar mi premio a la ciudad. Más tarde pelearemos en serio, ya sin juegos.
No le gustaba no terminar como él quería, pero siempre podían hacerlo más adelante. En cambio, tenía poco tiempo para cerrarles el pico a... bueno, ya no se acordaba muy bien de por qué quería ganar, pero así era. Le habría gustado ver si el otro tenía transformaciones raras, como solía pasar con los que se convertían en cosas. En la próxima prueba. Arribor echó a volar, con el abrigo bien sujeto y la morsa en el bolsillo, y antes de alejarse demasiado, dejó caer la espada plateada. Al fin y al cabo, se la merecía por haber dado un buen espectáculo. Ya se la quitaría cuando le pegase otra vez.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Arribor había logrado defenderse en cierta forma de su carga, recibiendo con ello un golpe en el proceso que, al menos, no estuvo al mismo nivel que todos los daños que había recibido en aquella pelea. Las llamas caían del cielo como si el mismísimo apocalipsis hubiera comenzado justo sobre ellos. A cada segundo que pasaba, más y más bolas de fuego impactaban contra el terreno, calcinando la tierra, las plantas y cualquier cosa con la que se topasen. Tal era la magnitud del ataque que su contrincante parecía estar viéndose obligado a centrarse únicamente en la defensa. Por su parte, Berthil decidió recuperar fuerzas y esperar a que la regeneración de sus heridas prosiguiera. No pretendía precipitarse y, en cierto sentido, quería comprobar cómo se las apañaba para librarse de aquella situación. No pudo ser mayor su sorpresa al ver cómo improvisaba una cúpula a modo de protección que le resguardó de la lluvia de fuego.
─ Ingenioso -dijo para sí mismo, observando cómo las llamas eran incapaces de penetrar aquella barrera.
Cada vez más y más columnas de humo se alzaban por la zona, mientras que cada palmo de terreno se hallaba calcinado. Donde antes hubiera un bosque ahora tan solo quedaba una enorme fogata y un montón de cenizas. Era la primera vez que provocaba semejante destrucción con su poder y, a decir verdad, era una imagen que a él mismo le aterraba. Más que nunca se daba cuenta del daño que podía causar si no actuaba con moderación. Poco a poco la tormenta fue amainando, cesando así aquella lluvia infernal y separándose las oscuras nubes. Tras unos minutos el temporal se calmó por completo y Arribor pudo deshacer su refugio. Estaba más quemado incluso que antes y el golpe inicial debía haberle causado bastantes daños pero, aun así, se mantenía en pie, como si aquellas heridas no significasen nada para él. El Ju Senshi le observaba incrédulo. «Así que esta es la clase de bestia que rivaliza con Dexter». Su carcajada, lejos de molestarle, provocó en el dragón una leve sonrisa.
─ Mi nombre es Berthil, aunque casi me ofende que tan solo sepas de mí que formo parte de la tripulación de Dexter -respondió a viva voz, lejos de estar molesto-. Y no, tan solo unos pocos, pero sin duda todos son fuertes.
Se puso en guardia en cuanto el tuerto comenzó a convocar una terrible criatura. Era enorme y su aspecto letal. ¿Cuántos trucos guardaba bajo la manga ese tío? Sin embargo, antes de que volvieran a chocar, el pirata se retractó. El contramaestre miró hacia el horizonte; tenía razón. Quedaba poco tiempo para que amaneciera y, si no llegaban a tiempo con los trofeos, de poco habría servido tanta destrucción gratuita. Al tiempo que Arribor se alzaba sobre su plataforma, Berthil volvía a su forma humana, dejando ver entonces su torso magullado y, mucho más claramente, el deplorable estado de su brazo.
─ Supongo que podemos posponerlo -afirmó como respuesta, relajándose un poco-. Espero que la próxima vez vengas con todo. Me sentiría insultado si no lo hicieras.
Dejó que se marchase y, en cuanto vio el reflejo plateado de la espada, se adelantó rápidamente para cogerla al vuelo con su brazo sano. Se quedó observando al moreno mientras se alejaba durante un rato, hasta casi perderle de vista. Ató como buenamente pudo la espada a la altura de la cintura y extrajo de sus bolsillos la bolsa con gemas, sacando de su interior una esmeralda e ingiriéndola rápidamente. Un aura verdosa envolvió su cuerpo por completo, poco antes de que los huesos de su brazo y sus músculos comenzaran a repararse, sanando en un proceso algo desagradable. No quedó como nuevo, pero al menos la regeneración bastaría para sanarlo del todo con el tiempo y, de hecho, podía volver a utilizarlo con normalidad.
─ Bien... Slade -llamó a su compañero telepáticamente-. Volvemos junto a Dexter y el resto. No es la dorada, pero al menos le hemos sacado una espada.
De su desnuda espalda brotaron dos enormes alas y, tras tomar algo de impulso, Berthil alzó el vuelo para regresar a Mock Town.
─ Ingenioso -dijo para sí mismo, observando cómo las llamas eran incapaces de penetrar aquella barrera.
Cada vez más y más columnas de humo se alzaban por la zona, mientras que cada palmo de terreno se hallaba calcinado. Donde antes hubiera un bosque ahora tan solo quedaba una enorme fogata y un montón de cenizas. Era la primera vez que provocaba semejante destrucción con su poder y, a decir verdad, era una imagen que a él mismo le aterraba. Más que nunca se daba cuenta del daño que podía causar si no actuaba con moderación. Poco a poco la tormenta fue amainando, cesando así aquella lluvia infernal y separándose las oscuras nubes. Tras unos minutos el temporal se calmó por completo y Arribor pudo deshacer su refugio. Estaba más quemado incluso que antes y el golpe inicial debía haberle causado bastantes daños pero, aun así, se mantenía en pie, como si aquellas heridas no significasen nada para él. El Ju Senshi le observaba incrédulo. «Así que esta es la clase de bestia que rivaliza con Dexter». Su carcajada, lejos de molestarle, provocó en el dragón una leve sonrisa.
─ Mi nombre es Berthil, aunque casi me ofende que tan solo sepas de mí que formo parte de la tripulación de Dexter -respondió a viva voz, lejos de estar molesto-. Y no, tan solo unos pocos, pero sin duda todos son fuertes.
Se puso en guardia en cuanto el tuerto comenzó a convocar una terrible criatura. Era enorme y su aspecto letal. ¿Cuántos trucos guardaba bajo la manga ese tío? Sin embargo, antes de que volvieran a chocar, el pirata se retractó. El contramaestre miró hacia el horizonte; tenía razón. Quedaba poco tiempo para que amaneciera y, si no llegaban a tiempo con los trofeos, de poco habría servido tanta destrucción gratuita. Al tiempo que Arribor se alzaba sobre su plataforma, Berthil volvía a su forma humana, dejando ver entonces su torso magullado y, mucho más claramente, el deplorable estado de su brazo.
─ Supongo que podemos posponerlo -afirmó como respuesta, relajándose un poco-. Espero que la próxima vez vengas con todo. Me sentiría insultado si no lo hicieras.
Dejó que se marchase y, en cuanto vio el reflejo plateado de la espada, se adelantó rápidamente para cogerla al vuelo con su brazo sano. Se quedó observando al moreno mientras se alejaba durante un rato, hasta casi perderle de vista. Ató como buenamente pudo la espada a la altura de la cintura y extrajo de sus bolsillos la bolsa con gemas, sacando de su interior una esmeralda e ingiriéndola rápidamente. Un aura verdosa envolvió su cuerpo por completo, poco antes de que los huesos de su brazo y sus músculos comenzaran a repararse, sanando en un proceso algo desagradable. No quedó como nuevo, pero al menos la regeneración bastaría para sanarlo del todo con el tiempo y, de hecho, podía volver a utilizarlo con normalidad.
─ Bien... Slade -llamó a su compañero telepáticamente-. Volvemos junto a Dexter y el resto. No es la dorada, pero al menos le hemos sacado una espada.
De su desnuda espalda brotaron dos enormes alas y, tras tomar algo de impulso, Berthil alzó el vuelo para regresar a Mock Town.
- Resumen:
- Coge la espada plateada y regresa hacia Mock Town.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.