- Arena con un radio de 20 metros
-Muros de piedra y un techo de cristal reforzado a los cinco metros.
-Superficie arenosa
- Empieza Maki
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Maki
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Yo, Henriq Gromenauer, notario de profesión y en virtud de todas mis facultades mentales, doy fe de la identidad del autor y firmante del siguiente testimonio.
Diario del Comandante. Día 22 de noviembre del año 87.031 del calendario Augustiano.
Hola, gente. Gente que lea esto. Espero que nadie. Soy Augustus; Maki, para los amigos. Escribo esto por si acaso acabo muerto, mutilado o, peor aún, me da una indigestión por culpa de esta cosa que han montado los relov... revlo... un momento, voy a preguntar cómo se escribe. Ya está: revolucionarios. Pues eso, que el jefe ha montado unas peleas para ver quién es más fuerte y quiere que luchemos entre nosotros. No estoy muy seguro de que eso sea buena idea, pero cuando he intetado quejarme a recursos humanos me han dicho que nanai. Al menos hay catering y una barra de zumos para los que vamos a competir.
Me han dicho que peleo contra un tipo que se llama Peskaito o algo así. Dicen que es muy fuerte y que tiene poderes raros y aterradores. Con ese nombre no me extraña, la verdad. No tengo ni idea de quién es, ni siquiera estoy seguro de si es de la revlo... de los nuestros, pero el jefe quiere que nos peguemos. ¿Por qué no podemos hacer un concurso de comer tartas o algo más normal? Casi que quiero irme. ¿Sabes qué, futuro Augustus?: que me voy.
He tenido que volver. Me han dicho que ya no puedo retirarme, y encima el notario me está pidiendo dinero. Le he dado un brownie pero quiere más. Los humanos son tan avariciosos... Vamos, que me toca pelear.
Estoy ya en el área de batalla. Es como una playa redonda, pero rodeada de muros de piedra y cubierta con un techo transparente. Sé que es un techo porque he visto un pájaro chocarse contra él. Luego ha venido un gato y se lo ha comido. Me ha dado mucho asco. Mi rival aún no ha llegado, así que aprovecho para escribir un poco y así me entretengo.
Lo he decidido: no voy a rendirme. Quiero ganar y conseguir el respeto de mis compañeros. Soy el Comandante, y el Comandante nunca se retira de una batalla. Peskaito se arrepentirá del día en que conoció a Augustus Makintosh.
Nota: Ortografía y puntuación corregidas por Fruto Seco Ivar.
- Resumen:
- Maki espera a Kaito
Kaito Kazuki
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El cazador, ahora haciéndose pasar por revolucionario, trata de conseguir algo más de información, y quien sabe, algun trofeo, como una cabeza que entregar al gobierno para conseguir algo más de fondos. Aunque bueno, fondos no le faltan la verdad. Ahora toca avanzar en la jerarquía, y en sus metas, quizás colocándose en la cima de los cazadores disponga de los medios para encontrar a su antepasado, el guardián, cuya existencia es conocida en la isla de su nacimiento, pero que se sabe que se ha ido a buscar inspiración, fuerza, y conocimiento a otros mares.
|~ Bueno, es momento de mostrar el poder de mi espada, la capacidad de mi alma. Es hora de luchar... ~| Dice para sí mientras se acerca al lugar en el cual le habían citado para un enfrentamiento contra uno de los comandantes de la revolución, Augustus Makintosh, un nombre singular la verdad.
El lugar es ciertamente extraño, una especie de celda con techo de metal, realmente amplio, no parece un recinto cerrado, sino que parece que estén al aire libre, esa impresión se destruye en el momento en que un ave se estrella contra el cristal que cubre la arena, convirtiendo al pobre pájaro en la merienda de un felino. Los pasos del albino son tranquilos, pero firmes, a su lado una serpiente blanca junto a una tortuga negra cargada con una calabaza llena de sake.
|~ Mátalo. No tengas piedad. La muerte es el castigo para el perdedor de este enfrentamiento. La piedad es para los débiles. ~| Suena la ronca voz de la cabeza de Kaito, se trata de la bestia, que le insta a romper los límites que el cazador se autoimpone para no acabar al otro lado de la línea.
Conforme avanza varios entes de forma similar a niñas con kimono se reparten por el terreno, ocultándose en la arena, para que no se les pueda ver. Estos, explotarían al menor contacto con una energía distinta a la de Kaito, o cuando este diera el orden. Kaito, conocedor de las ventajas de la iniciativa del combate. Con un rápido vistazo se encuentra con su oponente, básicamente porque es el único que se encuentra en el lugar a parte del joven espadachín, así que con un movimiento rápido se lanza hacia él para cortarle con su espada, empleando una combinación de su técnica de movimiento rápido y el don de Yosuzume. El corte libera una lluvia de plumas negras de 3 metros que complican la visión, lo que facilita que Kaito tome la defensa antes de que pueda ser tarde, pero en todo momento mantiene la guardia atenta por si es menester defenderse.
|~ Bueno, es momento de mostrar el poder de mi espada, la capacidad de mi alma. Es hora de luchar... ~| Dice para sí mientras se acerca al lugar en el cual le habían citado para un enfrentamiento contra uno de los comandantes de la revolución, Augustus Makintosh, un nombre singular la verdad.
El lugar es ciertamente extraño, una especie de celda con techo de metal, realmente amplio, no parece un recinto cerrado, sino que parece que estén al aire libre, esa impresión se destruye en el momento en que un ave se estrella contra el cristal que cubre la arena, convirtiendo al pobre pájaro en la merienda de un felino. Los pasos del albino son tranquilos, pero firmes, a su lado una serpiente blanca junto a una tortuga negra cargada con una calabaza llena de sake.
|~ Mátalo. No tengas piedad. La muerte es el castigo para el perdedor de este enfrentamiento. La piedad es para los débiles. ~| Suena la ronca voz de la cabeza de Kaito, se trata de la bestia, que le insta a romper los límites que el cazador se autoimpone para no acabar al otro lado de la línea.
Conforme avanza varios entes de forma similar a niñas con kimono se reparten por el terreno, ocultándose en la arena, para que no se les pueda ver. Estos, explotarían al menor contacto con una energía distinta a la de Kaito, o cuando este diera el orden. Kaito, conocedor de las ventajas de la iniciativa del combate. Con un rápido vistazo se encuentra con su oponente, básicamente porque es el único que se encuentra en el lugar a parte del joven espadachín, así que con un movimiento rápido se lanza hacia él para cortarle con su espada, empleando una combinación de su técnica de movimiento rápido y el don de Yosuzume. El corte libera una lluvia de plumas negras de 3 metros que complican la visión, lo que facilita que Kaito tome la defensa antes de que pueda ser tarde, pero en todo momento mantiene la guardia atenta por si es menester defenderse.
- Resumen/Cosas usadas:
- Entra observando y liberando espíritus que se ocultan bajo la arena para explotar al notar la energía de Maki o la orden de Kaito. Diálogo interno con su bestia. Luego ataca a Maki con un movimiento rápido y vuelta a la defensa.
HYAKI YAGYŌ(DESFILE DE LOS CIEN YOKAIS): Esta técnica es un legado de su apodo, junto a él aparecen cientos de Yokais compuestos de energía. Él los lidera como a un ejército. Estos atacan al son que le marca el espadachín. Estos Yokais son desde simples inugamis hasta las famosas Yuki Onna. 96 youkais.
KYOUKA SUIGETSU: Movimiento raudo similar al Soru, pero más veloz, alcanza una velocidad de 30m/s.
YOUKAI SKILLS: YOSUZUME: El corte genera una lluvia de plumas negras que revoloteará delante del objetivo complicando la visión, dichas plumas tienen irritantes que causarían ceguera si contactan con los ojos.(La ceguera duraría 2 posts en caso de contacto directo y 1 en caso de simple roce).
Maki
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Diario del Comandante. Día 22 de noviembre del año 87.031 del calendario Augustiano.
Este tío da mucho miedo. Va por ahí con una especie de bata y tiene una mirada de mala leche que... Encima, tiene el pelo blanco. ¿Cómo lo hará? ¿Con qué se lo tiñe? Ojalá tuviese el pelo de ese color. Ojalá tuviese yo pelo. Lo peor son sus perros. Ni siquiera parecen perros. Uno es como una especie de serpiente grande y fea que parece mirarme con cara de hambre. Creo que quiere comerme. El otro es como una cosa verde cubierta por un cuenco del revés. No sé qué es; los animales de tierra firme son muy curiosos. Pero estos... casi empiezo a creer que no son perros.
¿Y quiénes son esas niñas? Han salido de no sé dónde y ahora van correteando por aquí y por allá. No, vamos Augustus, no te asustes. Eres un hombre hecho y derecho, un luchador. Seguro que puedes pegarles a unas cuantas niñas.
Desde el público alguien me grita que luche. Ah no, no hay público. Debe ser la voz de mi cabeza o algo así. Pero si lucho no puedo escribir, y si no escribo, ¿cómo va a leer nadie lo que escriba? De momento estoy sentado en la arena con mi boli para...
¡Ahhh! ¡Me ha atacado! ¡Me ha atacado con una espada! ¡Ni siquiera me ha dejado terminar la página! Un montón de plumas han aparecido de repente y se me han metido en la boca y en la nariz. Qué asco... A saber de qué bicho serán. Me han dado ganas de estornudar muy fuerte, tanto que me he caído. Y menos mal, porque esa espada me habría hecho mucho daño. ¿No se da cuenta de que puede...? Un segundo.
Si, sí, ya voy. Déjame un segundo que lo escriba. Es que no parece un tipo paciente. Oh, debería decírselo en vez de escribirlo. Un segundo, vuelvo enseguida.
Vale, ya está. Voy a darme prisa porque el del pelo blanco creo que tiene malas intenciones. Y esas niñas... Se han escondido y una me ha tirado una bomba, creo, porque algo ha explotado cuando me he acercado. Me ha hecho daño y casi me rompe la libreta. Creo que ha sido a propósito.
Ahora tengo que atacar. Voy a tirarle arena a los ojos, un montón de arena, voy a meter las manos en el suelo y a echarle encima toda la que pueda, y luego le saltaré encima y le daré puñetazos. Que lo hago, eh. Ya veréis. Venga, va, voy a hacerlo.
- Resumen:
- Maki estorunda por culpa de las plumas y esquiva la espada de milagro, pero una niña de esas le explota al lado - Hunde las manos en el suelo para lanzar una burrada de arena sobre Kaito - Salta en plancha sobre él para darle de tortas
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