Hachiro Vs Kenmei

Los médicos de la Marina eran hábiles y pese a las heridas recibidas pronto estuvo a punto. Físicamente, al menos, pues las heridas morales seguían ahí. El agente esperaba a su turno con una mirada taciturna y un vaso de té que llevaba ya rato frío, rumiando lo sucedido en el anterior combate. Sí, había logrado herir a un rival obviamente superior a él en todos los aspectos. Y sí, era de esperar ser derrotado en esas condiciones y sus posibilidades de victoria habían sido nulas. Pero donde la lógica era aplastante, su orgullo se había negado a aceptarla y había luchado dando el cien por cien, con la idea en mente en todo momento de ganar. Daba igual que su rival fuese superior, él nunca limitaba sus expectativas para proteger su autoestima; y aunque eso tenía sus ventajas también era un problema cuando sufría una derrota tan humillante como aquella. Atrapado en una maldita pompa de jabón, sin posibilidad de seguir combatiendo, defenderse o liberarse. La sensación de vergüenza era sólo comparable a la de impotencia. Pero en fin, todo lo que quedaba era levantarse y seguir combatiendo, aún quedaban combates y seguía siendo capaz de empuñar una espada, ¿no? Gruñó y comenzó a caminar intranquilo por la sala de espera, deseando que le llamaran.

- Señor Izumi, su turno.

Apenas estaba abriendo el marine la puerta y comenzando a hablar, él ya estaba listo para salir y esperando a que se apartara del umbral. El siguiente combate sería contra un tal Kenmei, por lo que recordaba de la tabla donde habían mostrado sus puntos. No le sonaba de nada el nombre, lo que descartaba un alto rango marine o algo similar salvo que fuese alguien poco conocido a pesar de ello. Seguía pudiendo tratarse de alguien más poderoso que él, pero era buena señal. Sin embargo por otro lado su enemigo tenía tres puntos al igual que él, lo que significaba que como mínimo era alguien competente, o que ya había ganado alguno de los combates. En todo caso, hacer conjeturas no serviría de nada. Pelearía como lo haría siempre se tratara de un iniciado del Cipher Pol, de un cazador famoso o de un maldito Vicealmirante marine. En el campo de batalla hasta el más débil de los rivales podía ser letal para quien bajara la guardia. Y cometer errores no era algo tolerable en su forma de hacer las cosas.

- Hora del espectáculo - murmuró con una leve sonrisa, más obligándose a ello que de manera sincera.

Esta vez pelearían al aire libre, sin paredes ni techo. Sin embargo salirse del terreno podía ser un problema. Debía tener eso muy en cuenta, pues no podía permitirse situaciones como las del combate contra Kodama. Si acababa descalificado por salirse de los límites sería muy humillante. El joven agente subió al ring y caminó hacia el centro, tirando su gabardina a un lado. Iba con un pantalón oscuro, mocasines y una camisa blanca. Llevaba el pelo recogido en una coleta, un brazal negro en su brazo derecho y al cinto dos espadas cortas, una pistola y un par de cargadores. Con una mirada seria, se detuvo y comenzó a esperar, sin dejar traslucir su impaciencia.

Su rival resultó ser cuanto menos... irónico, como concepto. Otro espadachín más, ¿es que todos los que se habían presentado lo eran? Para mejorarlo luchaba con dos espadas, como él y Kodama. Podría adaptarse igualmente... sí, se las apañaría. Su aspecto era curioso, llevaba un kimono negro y una máscara que cambiaba de aspecto. No le gustaba demasiado aquello, el rostro revelaba muchos datos de la persona y debido a la máscara perdería pistas cruciales. En fin, si había podido adaptarse a un hombre árbol, aquello sólo sería ligeramente desafiante en comparación. Al menos era humano, ¿no? Los movimientos de su brazo izquierdo le llamaron la atención, ¿le molestaría? ¿Alguna herida de un combate anterior? No, era otra cosa. Respiró hondo y movió la cabeza hacia los lados, crujiéndose el cuello.

- Izumi Hachiro, sí. Que gane el mejor.

Al menos no era otro marine, aunque no tenía claro cómo de bueno era eso. Al menos los marines eran todos una panda de cuadriculados y predecibles en cierta medida. En cambio si era agente... ¿o tal vez sería cazador, o un luchador cualquiera? Ni su nombre ni su aspecto le decían nada. "Pero tu cuerpo hablará por ti" pensó, mientras un destello verde recorría sus ojos al activar su Jōkyūsei. Se concentró en la tarea de analizar cada detalle: su postura, todos sus gestos, la manera de empuñar sus aceros... pero no había mejor manera de sacar datos que forzarlo a moverse. Y dado que le había dado la opción de empezar él... tendría que ser cauteloso. Flexionó ligeramente las piernas y comenzó a moverse en zigzag hacia él, tan rápido que parecía dejar una estela de su cuerpo.

- Soru.

Su intención era obvia: usar los veloces movimientos para tratar de que su ataque fuese difícil de predecir y confundirlo. Una estrategia básica pero eficaz, y que le serviría para estudiar su manera de reaccionar a las amenazas. Quién sabe, si tenía suerte, tal vez tendría ocasión de verle emplear sus habilidades y arrojaría algo de luz al misterio. Tenía la duda de si arriesgarse al cuerpo a cuerpo o tantearle con un rankyaku, pero sin tiempo para debatirse por una u otra, optó por una solución más sencilla y menos elegante. Apareciendo a unos tres metros a su derecha, desenfundó la pistola quitando el seguro en el mismo movimiento y realizó dos disparos directos a su torso, sin preocuparse demasiado por la localización exacta. De momento lo importante era tantearlo, lo demás... llegaría por sí solo.

Si el que fuese lo bastante hábil como para reaccionar a un disparo de bala a tan corta distancia ya era malo, que pudiera bloquearlas era decididamente peor. ¿Cómo lo había hecho? ¿Alguna técnica? ¿Haki? Frunció el ceño algo alarmado. Si podía parar eso, ¿cómo iba a dañarle? "No pierdas la calma, o perderás la batalla" se dijo, inspirando hondo. Entonces Shiba comenzó a recitar mientras hacia una pirueta hacia él. El agente se preparó para evitar el golpe con su kami-e, cuando de repente todo se quedó a oscuras. Por un instante fue pillado totalmente por sorpresa y estuvo a punto de no reaccionar, pero pese a todo su entrenamiento no le falló y tuvo la suficiente sangre fría como para pensar rápido. Poniendo los brazos en paralelo cubriendo su cabeza y torso como si fuese un boxeador, tensó todos sus músculos activando su tekkai y reforzándose con haki. Un dolor lacerante recorrió sus antebrazos cuando las espadas impactaron contra estos, pero gracias a su defensa los cortes no fueron muy profundos. No hubiese podido asegurarlo al no ver, en todo caso.

- Maldita sea...

Ahora le tocaba averiguar qué era aquella técnica y cómo funcionaba. ¿Le había dejado ciego o estaba en una zona de oscuridad total? ¿Y era el poder de una akuma no mi o alguna clase de técnica? Repasó mentalmente lo ocurrido mientras retrocedía, alerta a cualquier ruido y en guardia. Antes de que todo se oscureciera, Shiba había dicho algo... una frase que parecía alguna clase de poema o algo similar. Además de eso creyó ver que aparecía una forma en su mano justo antes de que todo se oscureciera. Definitivamente lo que había dicho debía tener algo que ver... había mencionado la oscuridad y algo más. "De la oscuridad no hallarás la salida", o algo similar... no, le faltaba un cacho. Eso debía ser que estaba en un área sin luz y no que hubiese afectado a sus sentidos, a menos que el poema hubiese sido sólo una distracción. Pero, ¿y si era así? Entonces podría salir de la zona de oscuridad sin más. "Demasiado arriesgado... podría salir sin querer del campo y perder. ¿Y si lo hago por el aire?" Pero así tampoco ganaba nada. No, tendría que encontrar otra manera. Cerró los ojos y respiró hondo. Si la vista la fallaba, tendría que confiar en sus otros sentidos. Su olfato y su oído eran más finos de lo normal, y aunque no esperaba pillarle por el olor, sí que podía hacerlo por el sonido. Y además...

- Radar - murmuró, dando un suave pisotón.

Su onda se extendió por el suelo, reflejándose en su mente en forma de mapa mental del escenario. Y en este, a unos metros de él, estaba una figura humana, evidentemente su rival. Se descalzó con un movimiento de pies quedándose en calcetines para percibir con más facilidad las cosas. Así podría ejecutar un radar más preciso y poder paliar el sentido perdido. Frunció el ceño y echó a correr hacia su enemigo, sin usar el soru esta vez. En su lugar con cada zancada realizaba una onda de radar para seguir manteniendo a Shiba localizado. Echó su puño derecho hacia atrás como si fuese a darle un puñetazo, pero cuando estaba aún a unos dos metros de él lanzó prematuramente el golpe con la mano en una pose extraña. Podría pensarse que fue por su ceguera, pero en realidad había otro motivo, por supuesto. Mientras realizaba el movimiento el brazalete que llevaba en el antebrazo comenzó a deformarse y moverse hacia su mano, alargándose y convirtiéndose en una lanza. Aunque no todo lo preciso que cabría esperar, el golpe iría directo al torso del enmascarado, con su endurecimiento potenciándolo.

- Spear Mode

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