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 [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] Empty [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] {Miér 16 Ene 2019 - 1:39}

Abrí los ojos y lo primero que vi fue una sombra surcar el cielo con rapidez y agilidad. Tenía el brazo entumecido debido a que había bloqueado la corriente sanguínea. Dormir sobre un brazo nunca es mas agradable que comerse un flan pasado. Sus ojos enfocaron mejor y la sombra se convirtió en un pájaro. Una gaviota estaba sobrevolando la zona.

Estiré el cuerpo, notando el forniqueo en el brazo, molesto como de costumbre. Con una aburrida expresión me froté los ojos y me levanté. La siesta debajo de aquel tilo no me sentó tan bien como esperaba. El estómago me pedía algo dulce y lo único que había comido ese día fue unas castañas que encontré en el bosque. Empecé arrastrando los pies en dirección al pequeño pueblo costero que muchas veces se perdía en la niebla de la montaña. Hice cálculos y no llevaría más de tres días en la isla. Había llegado con un mercante de textiles que había desembarcado y que decidió que no era tan hablador como se esperaba al dejarme subir a bordo. Miré alrededor y lo único que destacaba era el silencio. Ese tipo de sitios me parecían perfectos. Tenías la tranquilidad de la naturaleza cerca y, a la vez, urbanización para disfrutar de la comida y lujos que una villa pequeña puede ofrecerte. Para mí, un baño era un ritual de relajación que no siempre me permitía a no ser que un cristalino lago me invite a dibujar pequeñas olas sobre su superficie.

Lo primero que noté fué el olor a mar. De hecho nunca se había ido, pero ahora era mas intenso. El sonido de las gaviotas se triplicó y podía ver como aleteaban sus alas para perderse en el horizonte. A veces me preguntaba si las gaviotas se dan cuenta de la vida que se están pegando. Comer, cagar y dormir. Lo que alejó aquel inútil pensamiento fue el rugido de mi estómago. El no tomar precauciones contra el hambre a tiempo estaba haciendo incapié y me tocó cambiar de marcha para llegar al pueblo.

Buenas tardes - se escuchó al girar una esquina consumida por la sal y los vientos que azotaban aquella costa.

Serán para tí - balbuceé por lo bajo mirando de frente y con las manos en los bolsillos. Cuando el hambre atacaba, pocos eran los creyentes que mantenían su fé en el mundo.

Me preguntaba si... - volvió a interrumpir aquella voz con un toque tembloroso en la voz. - ¿podrías ayudarme a llevar esta cesta al mercado?

Giré la cabeza y lo que ví fue una pequeña anciana que tenía delante de ella una cesta cargada de manzanas. El pelo estaba pegado sobre su frente debido al sudor y la humedad de la zona. Vestía una falda gastada negra y una camisa gris a cuadros. Sostenía la sonrisa a pesar del cansancio y a pesar de la edad, tenía ese toque infantil en su sonrisa.

¡Escúcheme seño....! - la anciana levantó un dedo al escuchar mi tono de voz impaciente.

- Te daré 5 manzanas y unos berries si me ayudas. Le he prometido una tarta de manzanas a mi sobrina y nunca he faltado mi promesa - dijo como si la decisión estaba únicamente en sus manos.

Tensé los labios en una leve sonrisa mientras movía arriba y abajo el brazo que tenía el hormigueo a modo de calentamiento. Sin decir nada más que una cálida mirada hacia la niña que acompañaba a la anciana agarré la cesta y me la eché al hombro. El olor a manzana dulce, fresca y de un color rojizo me golpeó el malhumor y la sonrisa quedó en una mueca relajada mientras veía correr de lado a lado del camino recogiendo las pocas flores que había. De todas formas tenía que llegar al mercado, y tratar de conseguir algo de comer y alguna persona que esté dispuesta a contar una bonita historia.

El camino fue corto y nada monótono. La energía de la niña se fue contagiando y ahora tenía ese aire decidido a no desperdiciar la tarde. Conseguí mis 5 manzanas que las guardé en la pequeña bolsa de viaje que me acompañaba atada a la cintura. No eran las manzanas más vistosas pero el sabor lo cubría con creces. El primer mordisco fue tierno y húmedo. En el segundo no tuve oportunidad de describirlo porque se atragantó y tuvo que escupir el cacho de manzana. Hubo varias cabezas que giraron con alguna risita escondida pero la verguenza no tenía sitio cuando el hambre tocaba la campana. Me comí toda la manzana sin dejar apenas las semillas, que las tuve que escupir sin darme cuenta que delante había alguien que destacaba de lo normal, que tenía un aura distinta.

Me quedé mirando un rato, y al final decidí saludar con un toque de timidez en la voz - ¡Hola!
Katharina von Steinhell
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 [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] Empty Re: [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] {Miér 16 Ene 2019 - 22:59}

Faltaban unos pocos días para que el barco finalmente zarpara del Reino de Goa, por lo que aún tenía tiempo para un par de aventuras más. Conoció a la mink, aquella enorme mujer con la apariencia de una vaca, y también a Valeria. Cuando decidió tomarse unas pequeñas vacaciones y alejarse de los problemas del mundo, jamás creyó que terminaría conociendo a tantas personas. Y sí, dos ya era un número considerable teniendo en cuenta que la bruja no era precisamente una persona con las habilidades sociales desarrolladas. Fue divertido mientras duró, pero ya era hora de volver a la realidad y seguir con su vida. El Gobierno Mundial seguía ganando territorio y adoptando más y más poder, al menos fue lo que vio en la batalla de Gray Rock. Katharina no podía darse el lujo de perder más tiempo y debía continuar con el entrenamiento.

El ruido de la ciudad le terminó cansando y necesitaba algo de aire fresco, por lo que no se le ocurrió una mejor idea que conocer la vieja aldea ubicada a unos pocos días de viaje del Reino de Goa. Podía sentir la brisa marina en el rostro al mismo tiempo que mecía suavemente sus largos y lacios cabellos. Por cada paso que daba, una huella congelada quedaba registrada en el suelo. Así eran las cosas, su cuerpo adoptó el frío del otro mundo y era medio difícil controlarlo del todo; apenas y podía contenerlo para no congelar a todas las personas que tenía cerca. Por cada paso que daba, un nuevo pensamiento surgía en su cabecita. Le gustaba el poder, pero era inevitable asumir que venía de la mano con responsabilidades. Era idéntico a la magia: no puedes recibir algo a cambio sin ofrecer nada. El poder sin control se volvía en tiranía, como la que ejercía el Gobierno Mundial; el poder sin responsabilidad se convertía en corrupción, como muchos reyes que conoció.

La aldea se constituía básicamente de una buena cantidad de casas de madera con techos de paja. Los caminos solo eran de tierra, pero parecía que la gente, pese a las precarias condiciones en las que vivían, era feliz. Vio un par de niños de no más de cinco años jugar en un charco de barro, lanzándose pequeñas bolas de tierra mojada. Los hombres pasaban de un lugar a otro cargando pesadas cajas. Sinceramente, no podía esperar mucho de un lugar como ese, de hecho, sería muy afortunada si encontraba una taberna. Siempre eran buenas y tocaban música relajante, los borrachos eran graciosos y, cuando los ánimos se caldeaban, surgía una buena pelea. Más allá de la aldea podía verse un ancho río que hacía mover las astas del molino.

Un joven de cabellos oscuros como la noche se volteó hacia ella y quedó mirándola un buen rato para, entonces, saludarla con voz tímida. La bruja tenía buen ojo para juzgar a la gente y tenía la impresión de que él no era de esos lares. ¿Un extranjero, tal vez? Al menos no tenía la pinta de marine ni mucho menos la de un cazarrecompensas. Antes de contestarle, usó su mantra para percibir el poder del desconocido y, una vez hecho, se relajó. No importaba quién era, puesto que no tenía la fuerza para siquiera suponer un reto. No era muy diferente a la mayoría de las personas que vivían en el Reino de Goa.

—Llevas una buena espada ahí —respondió la pelirrosa. No todos tenían las habilidades para transformar sus armas en lujosas joyas para no llamar la atención.
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 [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] Empty Re: [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] {Jue 17 Ene 2019 - 0:01}

Delante de Sky estaba de pie una de las más bellas mujeres que haya visto hasta ese momento. No es que él ponga atención en las mujeres, pero aquella mujer tenía algo diferente. Sus ojos bailaron fugazmente hacia sus pechos y sin poder evitarlo se imaginó cosas que normalmente no haría. Este pequeño ritual en su mente fue interrumpido por un tono de voz suave:

-Llevas una buena espada ahí - dijo la mujer interrumpiendo el casi inexistente silencio.

- La utilizo para dibujar en la arena y a veces sirve para alcanzar las mejores frutas del árbol. - soltó Sky casi tímido, aunque atrevido.
- Me gustaría invitarte a tomar algo, pero actualmente "he perdido el dinero que llevaba encima". - La verdad es que no disponía de dinero y quería mantener la conversación. Quería seguir viendo aquella joven delgada y de piel cuidada.

- ¿Qué te parece dar un paseo? Supongo que un poco de sol puede mejorar el ánimo de cualquiera y así quizás consigo hacerte sonreír - dijo con naturalidad. Con cada palabra su mirada se volvía más cálida y simple, igual que su sonrisa. Sus intenciones no eran mas que pasar una tarde junto a esa belleza.

La anciana que había estado acompañando a Sky hasta ese momento desapareció entre la gente que caminaba continuamente. Él y aquella hermosa mujer eran como dos piedras en un río. Hacían que todo a su alrededor se separe, para luego volver a unirse. Apenas le quedaban 3 manzanas y no sabía cuando volvería a comer, pero sin vacilar, levantó su mano hacia la peli-rosa con la mejor manzana de las tres.

- Para tí - esbozó una sonrisa. - Seguro que te refrescará la energía tanto como a mí. Por cierto, ¿cómo te llamas? - se ruborizó ligeramente. No sabía qué exactamente encontraba bello en la chica, pero algo había. El aura que la rodeaba tenía migas de misterio y a la vez inocencia. Su cuerpo bien desarrollado la hacía mayor de lo que su estatura podría decir.

Sky no era una persona débil de mente. No tenía malas intenciones, ni pervertidas. Su único propósito era pasar la tarde, y como una persona que vive en el presente, siempre elegirá vivir buenos momentos y dejar "el soñar" para la hora de la siesta. Su Haki despertado, algo que no utilizaba tan a menudo, le hizo percatarse de las marcas que la joven dejaba en el suelo. Sky frunció ligeramente el ceño, pensando pero decidió con rapidez que si era algo relevante ella se lo haría saber por lenguaje verbal o corporal. Su mano seguía extendida mientras se adelantó dejando a la joven a su izquierda. Girando levemente la cabeza hacia ella, tiró la manzana por encima de su hombro y con un toque de emoción en la voz dijo:

-Soy Sky, un viajero sin mucho que contar ni ofrecer, pero conozco un sitio que tiene la mejor vista del atardecer. Si quieres descubrirlo, sólo has de seguirme. - Siguió caminando con firmeza, con la esperanza de no haberse precipitado. En los pocos días que llevaba por la zona, aquel encuentro era el más prometedor. Cualquier cosa era más emocionante que las historias de los viejos que habitan las tabernas rurales.
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 [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] Empty Re: [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] {Vie 18 Ene 2019 - 18:08}

Estaba sentada en el pasto con la vista clavada en el horizonte, contemplando el paisaje. Las personas no se percataban de lo que tenían frente a sus ojos, no disfrutaban del calor del sol ni sentían la brisa marina como algo reconfortante y nuevo. ¿Por qué hacerlo? Lo tenían a diario, bastaba con estirar la mano y tomarlo. Sin embargo, una vez muerto las cosas cambian muchísimo. Todo se torna frío y en el otro mundo no hay nada que sea real; no existe un sol que sale todos los días ni verdaderos árboles. La bruja estuvo expuesta a eso y a mucho más, las sensaciones que sintió del otro lado eran algo que jamás olvidaría, y eran razones más que suficientes para sentirse agradecida por lo que la vida le entregaba sin exigir nada a cambio. El silencio también formaba parte de ese arte, uno que, al parecer, el joven de cabellos negros no sabía contemplar.

—Estoy donde quiero estar —respondió a la invitación del espadachín, procurando no sonar demasiado pesada. En cualquier caso, si su respuesta le disgustaba, solo sería un hombre más a la larga lista de rechazados.

Estiró la mano para coger la manzana y le dio un buen mordisco. No era la mejor que había probado en su vida, eso seguro, pero no estaba mal. Ahora mismo no tenía hambre, pero rechazar comida era un pecado. El segundo mordisco fue mucho más apetitoso que el primero, sintiendo el dulce y jugoso sabor del fruto.

—Soy Katharina. Katharina von Steinhell —se presentó sin miedo a que la pudieran reconocer. Sabía que en esa isla no había nadie capaz de derrotarle; eso significaba estar en el East Blue, considerado el mar más débil de todos. Al notar que comenzó a caminar, la espadachina se incorporó y soltó una sonrisa llena de confianza—. Llevas una espada ahí contigo, ¿por qué no me dejas probarla? Será entretenido y, si me ganas, tal vez te acompañe a ese sitio que dices.

Se quitó uno de sus pendientes y este volvió a su forma original, una gigantesca guadaña con la hoja curva y en forma de media luna. Estaba poniendo a prueba al joven espadachín, quería ver con sus propios ojos lo que era capaz de hacer y esperaba que no se acobardara por ver un simple truco de magia.
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 [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] Empty Re: [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] {Sáb 19 Ene 2019 - 1:53}

Sky se quedó callado un momento mientras asimilaba la información. Unos años atrás ese nombre habría aterrado lo más profundo del corazón del joven, pero ahora cualquier persona no era más que una distracción. Por supuesto, no era idiota y sabía respetar la gran diferencia de poder, de fama que había entre Katharina y Sky, pero la curiosidad, una pequeña pizca de adrenalina tocó la fibra de sus pensamientos que se exteriorizó con una gran sonrisa mostrando los dientes.

-Katharina - dijo dedicándole la mejor sonrisa.
-He estado ocupado los últimos años, buscando poder, para ser sincero. Ha sido en vano. He descubierto que el poder se labra con esfuerzo, con cada gota de sudor se puede avanzar y yo tengo paciencia. - dijo mientras giraba sobre los talones para volver a ponerse de frente.

- A decir verdad... - su voz quebró ligeramente cuando vio que una de las joyas que llevaba la peli-rosa crecía con rapidez hasta transformarse en una guadaña digna de su dueña. Sus ojos se quedaron quietos sobre la hoja, que brillaba con fuerza debido a la luz que reflectaba. El mango parecía bien equilibrado. Sky pudo deducir que aquella guadaña vio más batallas de las que él podría contar con sus dedos, al menos lo suponía.

La tranquilidad de la ya no tan desconocida Katharina era agradable. De hecho, había cierta pizca de diversión. Él no era nadie, podría perfectamente matarlo y nadie derramaría una lágrima, pero Sky sabía que los pequeños lazos nacen al arriesgar lo que más aprecia uno: su orgullo. El joven abrió un poco más los ojos al escuchar la pequeña provocación de Katharina para ponerlo a prueba. Le gustaba, le gustaba que nada fuera fácil. Desde el rechazo al paseo, hasta la posibilidad de ver la diferencia entre una persona famosa en el mundo de la piratería y él, un desconocido. Su nombre no figuraba en ninguna lista, en ningún cartel. Era una persona invisible, cosa que lo beneficiaba. Podía conseguir poder lentamente, y ser fuerte. Lo suficiente como para doblegar el mal que encuentra en el camino.

Agarró la espada que estaba colgando de su hombro izquierdo y la sacó con decisión mientras sus ojos no perdían de vista los ojos de la jóven de piel suave. Sonrió mientras empezó a moverla con soltura formando círculos irregulares con la punta de la espada a modo de calentamiento.

- Esto es interesante - dijo haciendo una pequeña mueca.
- ¿Conoces la expresión los mendigos no pueden elegir? - Sky miró la espada antes de levantar la mirada y fijarla en Katharina e hizo una larga y lenta inspiración. Frunció el ceño y la atmósfera que lo rodeaba cambió ligeramente. Todo esto había alarmado la paz de la gente que los rodeaba ya que ahora no había nadie en un radio de 50 metros aproximadamente. La gente se asustó al ver dos armas salir a posar y más en manos de unos forasteros.

- ¡Tu guadaña no se queda atrás! - dijo cuando salió corriendo en línea recta hacia ella. La espada la estaba sujetando con una sola mano cuando se impulsó sobre el borde de una caja de sandías que había a unos 5 metros de Katharina, para poder llegar a un techo bajo de una tienda improvisada para evitar que el sol queme la sombra que esta generaba. No calculó tan bien ya que la tela estaba sujeta con palos y éstos cedieron ante la imprudencia del espadachín. El movimiento no fué tan mal ya que consiguió mantener el equilibrio y volver a saltar antes del destrozo hacia la poderosa joven para hacer un corte de arriba abajo.  En su mirada había gozo, alegría. Aquel momento hacía que todo el aburrimiento que tenía en la isla valiera la pena. ¿Quién iba a decir que una persona con tanto nivel andaría entre la multitud de una aldea olvidada y parásita.

Cayó con el peso de todo el cuerpo sujetando la espada con fuerza y esperando impactar ante el imponente arma de Katharina. Con elegancia apoyó la pierna diestra en el suelo y aprovechando la inercia, giró toda la energía hacia la derecha, alejándose unos 2 metros de ella manteniendo la espada esta vez con las dos manos. Sus ojos mostraban concentración. Todos sus sentidos enfocaban aquella poderosa persona que tenía ante él.

¿Qué sería lo que ella hará? - Sky lamió uno de sus labios que estaba seco por la emoción del momento.
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 [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] Empty Re: [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] {Mar 22 Ene 2019 - 19:01}

No esperaba que el muchacho aceptara la propuesta de la pelirrosa, pero el hecho de que lo hiciera le gustó. Mencionó unas cuantas cosas con las que estuvo de acuerdo; el esfuerzo era importante, pero también lo era el talento. La habilidad innata combinada con la perseverancia y la búsqueda de la perfección formaban guerreros formidables, y era algo que no se conseguía esforzándose a diario. Alguien puede repetir todos los días lo mismo y no lograr ningún avance, pensando en que se está esforzando, pero lo que en realidad importa es el cómo. Al menos era lo que creía Katharina y lo demostraría en aquel choque de espadas.

Esperó que su oponente se decidiera por atacar primero y, luego de unas cuantas palabras más que la bruja no se molestó en responder, corrió hacia delante. Usó un cajón como escalera para subir al techito de una tienda y luego abalanzarse sobre Katharina. Fue una buena jugada el aprovechar el impulso para golpear con más fuerza. Hubiera resultado muy bien de no ser por la abismal diferencia de poderes. La pelirrosa bloqueó el espadazo con el mango de su guadaña y apenas se inmutó, aunque sintió un tenue hormigueo en su mano.

—Sabes usar el terreno para tu beneficio. Eso está bien —reconoció la pirata con el semblante serio y los ojos clavados en su oponente—, pero no es suficiente para vencerme.

No era un combate a muerte ni algo por el estilo, solo se trataba de dos chicos divirtiéndose e intercambiando golpes. Al chocar armas podían comprenderse mucho mejor los sentimientos del otro, y era precisamente lo que la bruja estaba haciendo. El muchacho que tenía en frente era un diamante en bruto, un espadachín que solo necesitaba ganar experiencia para convertirse en alguien poderoso. Tenía el espíritu, solo faltaba pulirlo. Y entonces, para que Sky también comprendiera lo que la bruja sentía, contraatacó. Aprovechó el alcance de su arma para causar un golpe descendente y vertical; ya sea haya impactado, sido esquivado o bloqueado, continuaría su movimiento girando sobre su propio eje y expandiendo su arma para provocar un corte circular y horizontal. Luego, dejaría descansar a su oponente. Pudo añadir más movimientos a su combo, pero era innecesario; lo que buscaba no era una masacre ni humillar a Sky, solo ver algunas cosas.

—Tendrás que hacerlo mucho mejor si quieres derrotarme —le provocaría luego de ejecutar sus movimientos.
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 [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] Empty Re: [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] {Miér 23 Ene 2019 - 12:33}

Fue una buena decisión haber caído ligeramente hacia la derecha. El pelinegro vio su ataque bloqueado y le sorprendió la facilidad que Katharina tenía al usar aquella guadaña grande y rápida. La diferencia de poder había quedado clara en el bloqueo. Es más, después del bloqueo la joven lanzó un corte de arriba abajo que Sky consiguió evitar a duras penas por el desplazamiento a tiempo hacia la derecha, pero el segundo golpe no consiguió esquivarlo a tiempo. Debido a la posición de su espada, consiguió poner la mano libre en la hoja por el canto y reforzar su mano y espada con Haki de armadura. Este no era muy fuerte todavía, pero lo suficiente como para bloquear el impacto del segundo corte que la pelirosa había lanzado.

El impacto fue tal que, de no ser por el reforzamiento, habría partido la hoja de su espada. El impulso que provocó el golpe lanzó varios metros atrás al muchacho y éste escondió el pequeño jadeo fruto del golpe. El golpe le había cortado la respiración durante un segundo y gracias a sus reflejos consiguió caer de pie aunque derrapando unos 2 metros antes de parar completamente. En ese ataque Sky sintió el poder, la soledad y la resolución de una persona que estaba en la cima. No era fácil ser famosa, tener una recompensa y aun así, caminar con esa facilidad por zonas habitadas sin llamar la atención. Todo eso transmitía una seguridad absoluta por parte de Katharina. Ella confiaba en su poder, en sus habilidades y Sky tenía la sensación de que ni siquiera había rasgado la gruesa superficie de habilidades que la joven poseía con certeza.

- ¡Woah! ¡Qué bestia! - dijo sin borrar la sonrisa  a pesar de tener un ligero dolor en la muñeca de la zurda, la que había usado para reforzar su bloqueo.

- Volvamos a intentarlo - tras terminar de pronunciar la última palabra salió disparado en dirección a Katharina nuevamente. Sabía que si no conseguía sorprenderla esa casualidad del destino, ese encuentro no serviría para nada en la vida de la joven de buenos pechotes.

Esta vez estaba sujetaba la espada con firmeza y estaba corriendo a la máxima velocidad que sus piernas le permitían. Unas pequeñas nubes de humo quedaban detrás de sus violentas pisadas en la tierra. La punta de su espada apuntaba al tronco del contrincante y todos sus sentidos se habían agudizado. Una pequeña estela blanca quedaba por detrás de la espada y los ojos del pelinegro se habían vuelto de un azul intenso. La espada ahora fría al tacto, ya que durante la carrera se había rodeado de hielo y su fuerza destructiva era mayor. Quizás la combinación de la velocidad del ataque y el aumento de poder cambiaría algo, aunque sea un milímetro el hilo del destino y conseguiría sorprender a Katharina.

Sky siguió de frente hasta impactar con el arma, o desviarse hacia cualquiera de los lados en caso de bloqueo. Su poder total no haría gran cosa ante el poder de aquel monstruo con forma humana. Había sentido esa diferencia en el primer ataque. Un hombre sabio no hace el error de creerse fuerte sin serlo, y él sabía respetar a los que estaban por encima de él, aunque no de la manera típica, lamiendo culos. Su manera de ofrecer sus respetos eran demostrar que en un futuro, estaría ahí también: en la cima junto a los más poderosos del mundo. Su meta estaba clara, conseguir poder. Sabía que lo iba a conseguir, lo que no sabía era si llegaría a vivir para contarlo si en su camino seguirán apareciendo oponentes de monstruoso poder como Katharina.

Después del ataque se quedaría un momento parado, para recuperar el aliento, con la mirada fijada en Katharina. Su entusiasmo podría ser pegadizo de no ser porque el aliento le impedía mantener la sonrisa y las gotas de sudor estaban resbalando hacia abajo. Alguna se había colado y notó un sabor salado. A pesar de estarse quieto estaba en guardia, en alerta. Esperaba poder seguir aquel divertido combate. Notó que a pesar de la diferencia de poderes, las intenciones de la joven eran inocentes,  incluso traviesas. Ella quería un entretenimiento y Sky no dudaría en ofrecerle la mejor tarde posible con los recursos que tenía a mano. Su propio cuerpo y alma, su espíritu luchador, su ansia de poder.

- ¿Seguímos, no? - dijo con su agitada respiración que ahora se iba notando más.

Técnica Eje de Lluvia:

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 [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] Empty Re: [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] {Vie 25 Ene 2019 - 1:46}

La bruja se mostró sorprendida ante el bloqueo oponente puesto que no esperaba encontrar a alguien capaz de usar haki. Sin embargo, la sorpresa no duró mucho. Si bien ella no era una experta con el reforzamiento, conocía mucha gente capaz de usarlo como verdaderos maestros. Había dedicado gran parte de su tiempo a desarrollar los poderes mágicos y aguzar el mantra, así que era una buena oportunidad para lograr un nivel más alto del haki de armadura.

—Qué sorpresa que seas capaz de usar haki —comentó con una sonrisa maliciosa y empuñando firmemente la guadaña—, pero no es suficiente para derrotarme.

El espadachín esprintó a toda velocidad hacia ella con la intención de ejecutar un único y poderoso ataque. Sus ojos emitieron un brillo azulado y la hoja, a medida que surcaba el viento, iba dejando una estela blanquecina detrás de ella. Nada más verlo la bruja supo que no se trataba de un movimiento común y corriente, sino que guardaba la esencia del muchacho que tenía en frente. Sería una ofensa si no tomaba en serio aquella ofensiva y, además, quería enseñarle algunos trucos referentes al poder del frío. Soltando una sonrisa arrogante, recubrió de haki de armadura su arma, se volvió firme como una roca y esperó la espada oponente.

Sintió la determinación del espadachín en sus muñecas al momento de chocar aceros. Retrocedió unos pocos centímetros, pero consiguió frenar el ataque enemigo. Katharina no esperaba siquiera sentir una pizca de dolor durante el combate, lo que resultó ser una sorpresa más o menos agradable. No necesitaba contenerse por completo, no necesitaba limitar sus poderes para no matar a su oponente. Tal vez convocar una explosión de llamas era excesivo y quitaría toda la diversión de la pelea, mas no probar su nueva arma. Entonces, la Hoja de Argoria pasó a convertirse nuevamente en un pendiente y, como respuesta, el otro arete de la pelirrosa se transformó en dos pequeñas hoces unidas por una larga cadena.

—Espero que no hayas terminado porque recién estoy comenzando —mencionó con un toque provocador.

Aprovechando la distancia de unos dos metros aproximadamente, blandió ambas hoces en un ataque horizontal; la que sostenía en la mano derecha buscaría el flanco izquierdo, mientras que la otra buscaría el flanco derecho. En caso de que el espadachín fuera capaz de esquivar o bloquear, volvería las armas hacia ella y correría directamente hacia su oponente con la intención de realizar un tajo cruzado.
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 [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] Empty Re: [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] {Vie 25 Ene 2019 - 11:07}

La facilidad con la que Katharina bloqueó su estocada no hizo mas que avivar el fuego que ardía dentro del joven. De hecho, no era el único en disfrutar de aquella tarde. La aburrida vida cotidiana de la pequeña aldea se veía interrumpida por la sed de aventura de dos sujetos que sabían comunicarse con sinceridad a través de sus armas.

Sky vio a su oponente usar Haki de armadura, un nivel mucho más avanzado que el suyo. Sintió en sus manos la sensación de golpear una roca firme. No tenía posibilidad y, nuevamente, su sonrisa no hizo más que ensancharse. ¡Realmente estaba disfrutando! Era una sensación increíble de libertad.  Eso le hacía sentirse vivo, sentir cada brisa, oler la humedad, notar la ropa ondear levemente sobre su piel gracias al viento, incluso el cantar de las aves marinas era una bonita canción de guerra en aquel momento. Su mirada, a pesar de jadear, estaba centrada completamente en la joven. Fue una sorpresa ver que aquella guadaña que había aparecido con facilidad, como por arte de magia, volvía a desaparecer en un tamaño reducido en forma de joya. Era increíblemente práctico y fácil de llevar las armas. Quizás en un futuro, si volviera a encontrarse a Katharina y Sky fuese mas poderoso, le pediría una explicación... quizás un consejo.

Su orgullo guerrero no le hacía la vida tan fácil. Era sumamente divertido encontrar las respuestas a su manera, pero había ciertas cosas que sobrepasaban esa ley. Por ejemplo, el Haki que la pelirosa había utilizado estaba en un nivel completamente diferente y el joven quería adueñarse de un poder semejante. Una profesión se aprende y se roba pero el poder, estaba hecho de otra pasta. Quería sentir esa fortaleza, esa seguridad firme en cada célula que componía su figura y poder bloquear, tal como lo ha hecho Katharina anteriormente, con la misma facilidad. Había que empezar en algún momento y fíjate que ese momento era precioso.

El sonido metálico despertó al pelinegro de su ensimismamiento y levantó el ceño en señal de sorpresa al ver que la bruja esta vez estaba utilizando otro arma, mejor dicho otras. Se trataba de dos pequeñas hoces unidas por una cadena. El tintineo variaba en sonidos agudos y casi mudos ya que la destreza de la pelirosa era de envidiar. En un abrir y cerrar de ojos vio las hoces en su vista periférica y acercarse a una velocidad de escándalo. Su mente reaccionó a la altura, ennegreciendo ambos brazos, pero su cuerpo le traicionó.

Consiguió  dar un paso y medio hacia atrás, lo justo para salir de la cizalla que sus hoces estaban creando y no pilló el brazo de milagro, pero su espada sí estaba en el medio. El flexible estilo de lucha del joven le hacía ver cada posibilidad como una condición de victoria y tal fué el caso que, a pesar de tener la espada con el ámbito activado y reforzada con Haki, al quedar atrapada en el ataque de Katharina, salió disparada hacia arriba. Sky saltó casi al instante, esperando esa reacción por parte de su espada. En vez de saltar hacia arriba normalmente, saltó en forma de chilena. Fue un movimiento que se caracterizó por sus reflejos y agilidad ya que pateó esa espada que estaba girando en espiral y consiguió darle una trayectoria recta que multiplicaba su velocidad y giros hacia Katharina.

Ésta todavía tenía sus hoces cerca de Sky, pues el ataque acababa de suceder. ¿Estaría a tiempo de bloquear? ¿Quizás esquivaría? Lo que estaba claro es que el mochuelo guerrero, el desconocido y pobre revolucionario, estaba tratando de decirle a una famosa pirata:

- ¡Estoy aquí! Algún día también estaré en la cima - se le escuchó murmurar tras crear una silueta en el suelo polvoriento al realizar su caida. Volvió a levantarse de un salto.

Al levantarse Katharina se encontraba delante de él. ¿Cómo es posible? - dijo para sí mismo a la vez que utilizó todo el poder que le era posible en las piernas y realizar un salto hacia atrás. No fue tan rápido como se esperaba, y a pesar de tener el Haki activado no podía compararse con el nivel de una SuperNova.  Vio que la punta de una de las hoces rasgó la piel de su brazo izquierdo y estaba goteando sangre roja. Era una herida leve pero no le impedía seguir combatiendo.

Trató de recapacitar y construyó la escena anterior en su mente. Él había lanzado su espada hacia ella con la seguridad que acertaría y ésta tenía sus armas extendidas en ese momento. Lo que él no calculó en esa fracción de segundo, y era absolutamente normal, pues su experiencia en batalla no se comparaba a la monstruosa experiencia de Katharina, fue que ésta podría haber utilizado la cadena para atrapar y parar entre sus hebillas la espada. Esta estaba ahora en el suelo, con el hielo rompiéndose como una costra e inerte, silenciosa. Sky entendió que bloquear un ataque como ése era pan comido y después se abalanzó sobre él que tenía que caer y volver a levantarse. Eso generó el punto ciego que hizo pillarle desprevenido.

Jugársela formaba parte del joven, pues era su única manera de vivir la vida. No tenía nada que perder. No tenía familia, no tenía nada. Estaba aprendiendo de ese combate, estaba viviendo en sus carnes el poder de un Haki como el de la bella bruja.

- ¡Enséñame! - rasgó la silenciosa capa de silencio que se había postrado sobre ellos.
-Quiero ser firme como la calma del mar, como el acantilado ante las olas - dijo con un ligero temblor de emoción en su voz. Sus ojos brillaban, pero no de un azul intenso, sino de un profundo azul oscuro. Sus pupilas era pequeñas y la concentración cubría toda la máscara de emociones que se escondían detrás.

Aquel día de verano, era un precioso día donde el sol estaba en lo alto y la brisa enfriaba las gotas de sangre que empapaba con delicadeza su ropa.
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 [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] Empty Re: [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] {Mar 29 Ene 2019 - 7:39}

Deshacerse tan fácil de su arma y quedar expuesto fue un error de novato, uno que podía pagarse con la vida. Sin embargo, debía reconocer que el muchacho tenía agallas para tomar decisiones arriesgadas; o tal vez fue mero impulso. Los reflejos de la bruja le permitieron reaccionar y desviar ligeramente las cadenas de su arma, atrapando la espada enemiga y lanzándola. Entonces, esprintó lo más deprisa que pudo al mismo tiempo que las hoces volvían a ella. A tan solo unos pocos centímetros de llegar hacia su oponente, cogió ambas guadañas y sentenció el combate. Por supuesto, en ningún momento pensó que podía perder, pero fue una sorpresa conocer a alguien de desafiar lo obvio. Sky sabía que era imposible vencer a la pirata, pero aún así quiso conocer su fuerza, o una pizca de ella. Debía mantener ese espíritu para alcanzar la cima.

Nada más el combate terminó los espectadores, ancianos y señoras, niños y hombres, se acercaron para ver un poco mejor. Lo cierto es que corrieron a buscar un lugar seguro, uno en el que sus vidas no corrieran peligro, pero resultó ser un duelo de lo más entretenido. Y ahora querían conocer de cerca a los combatientes. Algunos niños miraban entusiasmados las hoces de Katharina, mientras que otros se deleitaban a lo lejos de la espada de Sky.

Entonces, el espadachín pidió algo que dejó en una encrucijada a la bruja.

—Nada de lo que te enseñe le hará bien a alguien como tú —respondió con frialdad—. Conocí tu espíritu cuando chocamos armas y no estás hecho para recorrer el camino que yo recorrí. Debes encontrar tú la forma de volverte fuerte, la mía no te ayudará.

Ese chico tenía un espíritu muy distinto al de la bruja, y lo que ella había hecho para obtener la fuerza que posee le destrozaría. Katharina tomó decisiones inhumanas con tal de seguir adelante, quitó del camino a amigos y a quien supusiera un problema, incluso se adentró en el mundo de los muertos para obtener más poder. La lista de malas acciones de la pelirrosa era tan larga como cruel. «El fin justifica los medios», recordó mientras le respondía. Su brújula moral se dirigía hacia allá; siempre obvió cuestiones morales con tal de cumplir sus objetivos. «La mancha de la Marina», podía decirse de ella en sus tiempos como teniente. Y, sin embargo, ahora como pirata era mejor persona de lo que alguna vez fue en los últimos cuatro años. Al menos lo sabía porque no deseaba que Sky pasara por lo que ella pasó.

—Pero te llevaré al sitio que tiene la mejor vista del atardecer —le dijo con una sonrisa rebosante de confianza. Tenía una idea en mente que pensaba cumplirla incluso sin Sky—. No le tienes miedo a las alturas, ¿verdad?

Los ojos de la bruja emitieron un brillo celeste y una suave brisa meció sus pálidos cabellos; de pronto, sus pies despegaron del suelo y comenzó a flotar en el aire. No era la única forma que conocía de volar, por supuesto, pero sí era la más divertida. Entonces, y si el espadachín no se negaba, controlaría el viento a su alrededor para hacerle levitar. Ya fuese en compañía o no de Sky, la bruja surcó el cielo a toda velocidad hasta llegar a una colina repleta de árboles, aunque con un mirador natural estupendo. Entonces, acomodando aún más la situación, Katharina elevó un poco más la roca del suelo para ofrecer una mejor vista y creó una banca del mismo material. Evidentemente, ella ocupó todo el espacio.

—Puede que acabes reuniendo mucho poder, pero jamás podrás hacer algo como esto —dejó claro, molestándole un poco.
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 [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] Empty Re: [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] {Jue 31 Ene 2019 - 22:13}

El joven vio un destello. Vio a Katharina correr a una velocidad increíble, casi flotando sobre el suelo. Su cansancio desapareció por un instante. Los pulmones, corazón y casi todo tuvieron un mili segundo de descanso, tal que, se hizo eterno. Por un momento pensó que iba a morir. Ella paró en el último instante con sus hoces a centímetros de la piel del pelinegro. Sus ojos enfocaron las hojas afiladas y tragó saliva mientras seguía muy quieto. El poder... era algo que hacía congelar las agallas de un travieso espadachín. Su ración de recibir una dosis de realidad fue suficiente ese día. Consiguió mantener un calentamiento con una pirata famosa y poderosa. Ese sentimiento le recomfortaba por dentro y, a pesar del cuerpo dolorido, se levantó y palpó el suelo buscando la espada. Eso estaba impregnado en su memoria muscular y, como se dio cuenta casi al instante la espada se encontraba alrededor de veinte metros de su posición. Se levantó y trató de evitar la mirada de Katharina, cual le había rechazado la propuesta.

No estaba acostumbrado a aceptar a otra persona como superior a él, declarando que si tal fuese su capricho, la vida de Sky podría terminar como la de una polilla en busca de la luz. Caminó con rapidez, casi con un sentimiento de angustia hacia la espada. Era la única que no le traicionaría. Era lo único firme en su vida, de sus recuerdos. Sonrió de corazón cuando apartó al niño travieso de turno que estaba agachado y tratando de moverla de arriba abajo con la misma agilidad que lo hacía él.

- No te des por vencido muchacho, pero... empieza con algo más pequeño - sacó un pequeño cuchillo que tenía en el cinturón y lo lanzó delante de los pies del niño. La hoja se clavó hasta la mitad y este soltó la espada cayendo en la misma posición donde la había encontrado. Sky la agarró y con un movimiento brusco sacudió el polvo que se había depositado en el mango. Sacó la funda y con un movimiento preciso la volvió a guardar colgándola del hombro. Giró sobre sus talones y, una vez completo otra vez, su humor había mejorado. Duró unos instantes, pero la cordura, la calma de su mente y el optimismo volvían a recorrer los pensamientos del joven.

Escuchó hablar a Katharina y trató de entender el por qué del rechazo. Seguramente lo que él estaba pidiendo no era fácil y ella trataba de indicarle el camino con el rechazo. Cerró sus ojos y ensanchando la sonrisa le contestó.

- Vale. Acepto por ahora. Quiero que sepas que esto no queda así. Llegará el día en el que me trates como a un igual y podré sacudir el polvo de tus hoces también. - Su voz cambió de tono. De aquel divertido y entusiasta timbre, esta vez su voz era ligeramente más grave y monótona. Cuando se trataba de temas delicados, él también podía ser más delicado.

Aceptó la invitación de la pelirrosa y con cierta timidez notó como el aire se acumulaba debajo de sus pies en forma de remolino. Aquellas corrientes antinaturales eran controladas por Katharina y éste quedó totalmente asombrado. No había volado nunca y podía decir que, mientras la altura se hacía mayor, su corazón palpitaba más y más deprisa. No podía creer lo que estaba viendo. Todas las casas parecían pequeñas y el mar como una alfombra, cubriendo la gran mayoría del paisaje. Los pajaros no se acercaban mucho, no confiaban en lo que les hacía volar. Ellos volaban por instinto y este les decía que vigilen su alrededor, quizás haya algo más grande que las simples corrientes de aire caliente y frío.

Llegaron a una colina. Se trataba de una colina plagada de árboles y el olor era como una ola contínua de frescura. Su vista se perdió entre la oscuridad y el verde oscuro que dibujaban todas las hojas. Notó que una vez aterrizados, la colina o mejor dicho, una gran roca empezó a flotar hacia arriba dejando el terreno como el mejor mirador de su vida. Todo era bello, azul y tarde, anocheciendo con la velocidad de una respiración lenta del planeta tierra. Se sentó rezagado del banco que la joven había creado. Era increible todo lo que podía hacer. Útil y sencillo. Esos principios íban de la mano.

Sky se quedó sentado, notando la fina hierba entre sus dedos y mirando a lo lejor.

- Sabes Katharina... hace siglos que no pensaba en ellos. Esta tranquilidad, este silencio me ha hecho recordar a mis padres. - soltó un pequeño ruido ahogado al colocarse mejor la espalda. Tenía todo el cuerpo dolorido por el combate y el rasguño ahora tenía sangre seca alrededor. Había parado de sangrar pero en su lugar, se encontraba una gran mancha de sangre en la camisa. El olor a hierro le hizo volar lejos, metafóricamente. Pensó en sus padres, en su muerte, en todo lo que pasó años atrás. Sky era un revolucionario dispuesto a luchar por el pueblo. No quería que nadie mas pase por lo que él pasó. Volverse poderoso y proteger al débil de los villanos. Parecía simple, quizás lo fuese una vez obtenga poder, pero de momento se alegraba de poder compartir aquella vista en una tarde-noche con una de las personas mas interesantes que se había encontrado a lo largo del camino.

- Me gusta pasar el tiempo en compañía de una persona poderosa como tú. Quizás no puedas enseñarme, o quizás lo estés haciendo ya. De todas formas ¡gracias! - tragó saliva y la miró a los ojos con su familiar intensidad.

- Has cumplido la promesa. ¡Estoy en un sitio con unas vistas épicas! - se pasó la mano por el pelo y se dejó caer al suelo para quedarse tumbado boca arriba mirando al cielo.
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 [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] Empty Re: [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] {Vie 8 Feb 2019 - 20:24}

Al escuchar las palabras de Sky, no pudo evitar acordarse de cómo eran las cosas antes. Habían pasado muchas cosas que le condujeron a ese momento, comenzando con la muerte de su madre. Fue por ella que, siendo solo una niña de diez años, heredó el extraño poder de la fruta del diablo conocida como Magi Magi no mi. Si no hubiera muerto tan joven, pues solo tenía treinta años, las cosas serían muy diferentes. Seguramente Katharina seguiría viviendo en la mansión, su hermana menor continuaría con vida y la Orden Carmesí jamás les habría molestado. Podía decir que todo partió con la muerte de su madre, y culminó con la de su padre. Luego las cosas se volvieron difíciles, tuvo que trabajar como asesina a sueldo para una organización que le tenía amenazada y, cuando finalmente logró librarse de las garras de la Orden, trabajó para la Marina. Por decisiones propias terminó traicionando al ejército y, luego de varias aventuras, conoció a los Arashi. Era un buen resumen de su vida hasta ahora.

No podía decir que lo había tenido precisamente fácil. Ver morir a su hermana en sus propios brazos fue un duro golpe. Desde ese momento su corazón se volvió incluso más frío que antes. Sin embargo, y aunque no lo admitiera en voz alta, agradecía pasar tiempo con personas cuyas preocupaciones eran muy diferentes a las de ella. Sus compañeros de tripulación eran alegres y vivían libremente. Jamás pensó en tener algo así. Siempre creyó que pasaría el resto de sus días viviendo sumida en una absoluta oscuridad. Con el paso del tiempo las heridas se iban borrando, y aunque solo quedaran las cicatrices no significaban más que un recuerdo de lo que la condujo hasta el presente.

—¿La promesa? Habíamos quedado en que si me ganabas, te acompañaría a donde decías —respondió con la vista puesta en el horizonte, viendo como el sol poco a poco se ocultaba—. Yo no te prometí nada, Sky. Venga, el atardecer está terminando y es hora de bajar al pueblo.

De la misma forma que llegó a ese mirador natural bajó al pequeño pueblo, llevándose una grata sorpresa. En las transitadas calles caminaba la gente vistiendo kimonos realmente bellos. En los postes de madera había globos de papel con pequeñas y tenues llamas en su interior. Todo tipo de fragancias, dulces y saldas, circundaba la zona. Se mirase por donde se mirase, todo indicaba que aquella gente, en lo que la bruja había ido a ver el atardecer, había preparado un festival. A Katharina no le fascinaban las fiestas ni los lugares demasiado concurridos, pero era un buen último momento para relajarse antes de partir al Nuevo Mundo a reunirse con sus compañeros. La tranquilidad y la inocencia de una isla tan alejada de los verdaderos problemas eran algo que no encontraría en las turbulentas aguas del mar más peligroso del mundo.

Para sentirse más acorde a la situación, transformó mágicamente sus prendas. Ahora vestía un kimono blanco con cuello en tita que tapaba su voluptuoso pecho. El obi de color rosa seguía el esculpido contorno de la cintura de la bruja. Calzaba unas sandalias de madera de varios centímetros de alto y, a juzgar por su apariencia, en realidad eran bastante cómodas. Recogió su cabello en una cola de caballo y ahora lucía acorde al festival. En cualquier caso, quien fuera que estuviera allí mirando se habría llevado una sorpresa de lo más insólita. ¿Cómo es que una muchacha puede cambiar así de fácil sus prendas?

—Aún me queda tiempo y me parece buena idea pasarlo aquí, aunque preferiría estar leyendo —le comentaría a Sky si este hubiese accedido a acompañarle. Bien pudo haberse quedado arriba aún observando el atardecer—. Por haberte vencido y llevarte allá arriba mínimo que me compres algo de comer.
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 [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] Empty Re: [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] {Dom 24 Feb 2019 - 16:08}

Katharina utilizó nuevamente sus poderes haciendo gala de su elegancia para llevar a ambos al pueblo. Desde lejos se podía discernir una luz agradable y ruido en forma de risas, agudos gritos de niños correteando por las calles transitadas a pesar de las horas que eran.

Llegaron caminando el último tramo del camino, pues seguramente no querían llamar la atención como aquella tarde. Sky se quedó callado esta vez al ver a Katharina utilizar sus poderes para cambiar de ropa. Ella vestía elegante y casi que su fragancia también cambió con su aspecto. Aquella chica era mágica, elegante y con una suavidad indescriptible en sus movimientos. Al chico le agradó, pero no dijo ni una palabra. No quería que sus palabras fueran malinterpretadas por una poderosa pirata. Él era un don nadie y no trataba de ligar ni nada parecido. Precisamente su asombro era por su poder y no por su físico. Se quedó sonriendo y disfrutando de aquella mágica compañía.

Las calles estaban llenas de gente, que vestían el tradicional kimono de esa zona del mundo. Sky no tenía dinero para comprar uno y tampoco le parecía necesario y efectivo cambiarse solo para festejar algo. Se encontraba cómodo en su vestimenta habitual, a pesar de parecer sacado de aquel contexto festivo. El olor a comida en cambio le ganó a su tozudez. Rugió delatando su hambre. Aquel maldito sonido casi se sincronizó con la auto invitación por parte de Katharina. Sky suspiró mirando al suelo, sintiéndose desgraciado y pobre, pero tenía razón. Le había ganado, le había llevado gratis hacia el mejor atardecer hasta la fecha visto por sus ojos y ahora él tendría que aportar algo.

Sacó una pequeña bolsa de cuero que estaba bien protegida contra su cuerpo en el chaquetón y al sacudirla brevemente se escucharon algunos tintineos metálicos. Sonrió aliviado, todavía le quedaba algo. Miró a su izquierda y había un puesto de donuts caseros. Estos tenían una forma de pez pero se podía distinguir por el olor que se trataba de donuts.

–Dame dos, por favor– dijo con un tono sombrío. Por dentro estaba destrozado, apenas tenía para comer y encima le tocaba invitar. Su vida era una mierda.

–Son dos berries picha –soltó la anciana con una voz áspera y enfadada. Aquella mujer tenía experiencia vendiendo y leyó al pelinegro antes de haberse parado frente a su puesto. Sabía que era un tacaño y peor aún, un pobretón.

El muchacho recogió ambos peces y tendiendo una mano hacia Katharina le ofreció su parte. En el primer bocado pudo notar que estaba calentito, recién hecho. La verdad es que estaba muy rico y al atragantarse un poco se dio cuenta de que faltaba algo para beber. Miró a su izquierda y derecha con rapidez buscando un puesto en específico y sonrió de forma majestuosa al encontrarlo.

–¡Sígueme!– dijo entusiasmado saliendo disparado unos cincuenta metros más hacia delante, en dirección al templo del pueblo, que se encontraba al final de la gran calle central que era en la que se encontraban, disfrutando del festival. Habían llegado donde Sky quería. Se trataba de un puesto sencillo de madera, que tenía únicamente un gran barril abierto por la parte de arriba y que a su lado había una olla encima de un fuego. Un olor particular y dulzón atravesó el sentido del muchacho y provocó una sonrisa casi instantánea. Era un puesto de vino hervido. Dentro de la olla se encontraba el vino que el anciano echaba de vez en cuando desde el gran barril y por si no fuera poco, estaba poniendo ciruelas dentro. El olor era el de un vino tinto pero con ese toque a ciruela. Sky pidió dos y quedó a la espera de que Katharina recogiera el primer vaso y diera un trago. Sentía mucha curiosidad por su reacción.
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 [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] Empty Re: [Pasado] - Sol y calles costeras [PRIV] {Lun 11 Mar 2019 - 23:53}

Se detuvieron frente a un puesto atendido por una señora de casi ochenta años, cabello canoso y somnolientos ojos grises. No solo vendía donuts con formas de peces, sino también pasteles y churros. A Katharina solía gustarle toda clase de comida, aunque prefería lo salado: pizza, hamburguesas y papas fritas. Afortunadamente no engordaba pues, al momento de pelear, usaba tanta energía que las calorías que consumía se quemaban rápidamente. Solía hacer batallas por ver quién comía más, y su estómago casi tenía el tamaño del de Marc, el semigigante demasiado amable para ser pirata. Y cuando vio lo que Sky le ofrecía, no pudo evitar soltar un suspiro. Por supuesto aceptó la dona, pero no bastaba para saciar su hambre.

Justo al mismo tiempo que el espadachín le pedía que lo siguiera, la bruja divisó un puesto de sushi bastante acorde al festival. ¡Y también vendían gyozas de salmón! Dios, cuánto quería ir y comprarlo todo. Sin embargo, optó por seguir a su compañero. «Vamos, no actúes como una niña malcriada. El puesto no se moverá a ningún lado», se dijo a sí misma mientras caminaba al mismo ritmo que Sky. No tardaron llegar a un sencillo puesto de madera. El hombre que lo atendía era un anciano de casi cien años, largos bigotes grises y ojos entrecerrados. A juzgar por cómo movía el cucharón de madera, sabía muy bien lo que hacía. Y la bruja se percató demasiado tarde de que justo frente a ella estaba su peor enemigo. El más temible. El único que podía cambiarlo todo.

—No puede ser… —susurró con los ojos abiertos de par en par, detenida a medio camino del puesto, recordando la última vez.

Sí, allí estaba su archienemigo: el vino. La bruja casi no toleraba el alcohol y bastaba solo un vaso para que comenzase a perder los sentidos. La primera vez que bebió también fue la última. Lo hizo en compañía del desaparecido ex shichibukai, Madara Uchiha, y lo que pasó prefería no recordarlo. Por supuesto que no fue nada obsceno, sino más bien vergonzoso. ¿Hablar con la lengua trabada? ¿Perder el sentido de la orientación? ¿Encontrar todo divertido solo porque lo parece? No, definitivamente no era lo propio de Katharina. Y sabiendo lo que conllevaba probar una sola gota de vino, sabiendo que era un camino sin vuelta atrás, aceptó el exquisito brebaje de color tinto que el espadachín le ofrecía.

Una lluvia de dudas surgió en su cabeza al momento de recibir el vaso. «¿Está bien? ¿De verdad lo está? ¿Y si pierdo el control? ¿Y si toda esta gente me ve hacer el ridículo?». Definitivamente nada estaba bien, pero no podía simplemente rechazarlo y ya, así que despejando la mente de toda inquietud se llevó el vaso a la boca y dio un profundo sorbo. «¡Esto sabe muy bien!», se dijo a sí misma, sorprendida. «Y aún no estoy ebria. Venga, otro sorbito». Sin embargo, en tan solo un minuto el rostro de Katharina comenzó a cambiar. Su nariz se volvió particularmente roja, sus ojos estaban solo medio abiertos y sus movimientos eran torpes. Y al ver que alguien le miraba extrañado, se volteó hacia este y le encaró:

—¿T-T-Tienes un problema conmigo, muerde almohadas? —le encaró agresivamente, pero enseguida se volteó hacia Sky—. Vamos por otra ronda, yo invito —mencionó con el tono característico de un borracho.
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