Destruccion descontrolada manglares 50 al 59 (Presente, Bleyd y maximilian)

El día era magnifico y maravilloso se acercaba un festival de fuegos artificiales y yo era el encargado de proporcionar el espectáculo. Habíamos volado al archipiélago Sabody para hacer una declaración al mundo, ocultamos la nave en el manglar numero 5, no tenia ganas de llamar mucho la atención por ello le pedí a Ellie que se mantuviera cerca y preparada para partir. Le entregue un Den den mushi para estar en contacto, si había problemas la llamaría para una extracción de emergencia.

No necesitaría armas mas allá de mi cañón lineal, esta era una misión de destrucción controlada, por ello tenia una mochila mucho mas grande que yo cargada hasta los topes de material explosivo. Petardos Prohibidos, bombas inversas, dinamitas, explosivo plástico, explosivo en gel, semtex, goma 2, super dinamita, Plasma Termita. Temporizadores, Cordón detonante. Tantas cosas nuevas y preciosas para poder probarlas, me sentí como un niño con juguetes nuevos.

-Fluffle espero que estés preparado, vamos a liarla muy, muy gorda.-

Mi pequeño y peludo compañero salto sobre la mochila y se agarro allí, aunque el también llevaba una mochila a la espalda y se había teñido el pelo a un discreto color negro para no llamar la atención. Enfile mis pasos hacia le archipiélago numero 50 en donde la marina tenia una sede, tenia nueve archipiélagos para reducir a un amasijo de escombros. aun sin llevar mi armadura era bastante seguro que me reconocerían así que me importaba bastante poco. Aun así me coloque encima de la armadura ropa ancha de civil y una gorra que decía "i love marine" en vez del casco, con un poco de suerte podría escabullirme sin que me detectaran hasta que fuera demasiado tarde para ellos.

Algodones de azúcar, paletas, pastelillos y palomitas. Estaba rodeado por montones de cosas que me gustaba y no parecía que pudiera comer todo lo que se me apetecía ese día. Tenía unas ganas de probarlo todo y luego ir a divertirme en los juegos para sacarme la idea de que en esa isla estaban los Tenryuubito y sus esclavos, alguno de ellos ex piratas. No quería seguir pensando en lo fastidioso que sería encontrarme con alguien así y que fuera protegido por los marines decía mucho del ideal de justicia que se tenía en el gobierno. “ Después de todo, si me molesta tanto no puedo hacer más que ver. No sería nada divertido terminar golpeando a uno de esos imbéciles y tener que enfrentarme a un almirante por ello. Perder la vida por algo tan tonto no me parecería justo”, pensé mientras daba pasos apresurados para acercarme a un puesto de golosinas donde pedí una bolsa llenas de gomitas en forma de animales y algunos pastelillos con crema.

Estaba en ese lugar por que había escuchado a uno de los comerciantes hablar algo acerca de una gran cantidad de dinero y algunos objetos extraños que un buque de los marines había incautado a un grupo de comerciantes clandestinos en alta mar, muy cerca del Archipiélago Sabaody. Lo único que quería saber es que si era cierta, talvez podría infiltrarme en el cuartel y robar un jugoso botín que serviría muy bien a mis propósitos. Sabía que no debía estar perdiendo el tiempo, pero no pude resistir la tentación de ir al parque diversiones que se encontraba allí. Sentí que alguien me tocó el hombro y me detuve para girarme y ver quien lo había hecho.

- Perdona, ¿de casualidad no has visto a un perrito de orejas largas de color blanco con un collar rojo por aquí? – preguntó una chica de baja estatura, delgada, con el cabello purpura y los ojos azules que vestía una falda bastante corta, unas panties hasta por encima de las rodillas, unas zapatillas blancas y una camiseta de color rojo donde tenía escrito la frase “ Soda is for live”

- No, lo siento – respondí mientras la miraba de pies a cabeza.


Se veía preocupada y a la vez bastante dulce y tierna mientras miraba a todos lados buscando a la que quizá era su mascota. De pronto, la chica dio unos pasos y dio un grito que hizo que volviera a girarme. Ella corrió hasta donde estaba un animal de cuerpo largo y patas cortas, con unas orejas enorme que caían hasta el suelo. Lo cargó en sus brazos y lo comenzó a besar de manera descontrolada. “ Me gustaría también tener alguna mascota alguna vez” , pensé mientras aún seguía mirando a la chica.

El viaje se me estaba haciendo largo así que alquile una burbuja para desplazarme tranquilamente, ademas Fluffle estaba mas que feliz de poder pilotar una y pasear sin cansarse, por el camino aparentamos ser turistas, comprábamos aquí y allí caramelos, recuerdos y sobre todo algodón de azúcar, el preferido de Fluffle.

-Bien Fluffle llegaremos en poco rato al archipiélago ¿sabes lo que tienes que hacer verdad?-

-¡Prtt!- Con un saludo Fluffle afirmo que estaba dispuesto y preparado para comenzar la distribución de explosivos.

-Muy bien vamos a ello.

Busque un sitio bastante apartado en donde pudiera trabajar tranquilo,alejado de miradas y oídos indiscretos, con la cortadora de plasma comencé a seccionar el suelo y las raíces de los manglares a partes iguales, era un trabajo tedioso y aburrido pero tenia tiempo y mucha motivación. Fluffle tampoco estaba ocioso, había instalado una pequeña carpa para ocultar el trabajo y hacer las tareas de adivinación, Se coloco un turbante y puso una mesa con una bola de cristal en su centro, yo estaba oculto en la parte de atrás de la tienda tapado por una cortina de tela.

Poco a poco a pesar de que estábamos bastante escondidos, comenzó a llegar gente curiosa por nuestro puesto. Fluffle hizo bien su papel de adivino escuchando problemas y dando consejos por escrito, algo lógico pues aparte de pedorretas adorables no hablaba. Lo malo era que no cobraba en Berrys, si no en abrazos y mimos, por no hablar de que nuestra política de por cada adivinación regalamos un petardo era un magnifico atrayente para las personas. Aunque pedíamos que los encendieran para la fiesta que se produciría en dos horas sabíamos que algunos no podrían resistir la tentación de utilizarlos antes.

petardo:

Finalmente después de un duro trabajo llegue a la profundidad necesaria donde las raíces se juntaban con el océano, me quite la ropa y me puse el casco dispuesto a sumergirme en esas claras aguas. Por fortuna los explosivos no estaban basados en pólvora así que podían ser sumergidos sin ningún problema. Comencé a extender el cordón detonante desde nuestra base provisional para poder detonar desde una distancia segura las diferentes bombas y explosivos.

La chica de baja estatura y que me parecía muy tierna salió corriendo detrás de su perro, quien volvió a escapar detrás de un grupo de personas que se acercaban a una carpa fuera de la feria. Decidí seguir a la chica y al perro para saber qué era lo que pasaba allí y porque ese lugar traía tanta atención. La chica volvió a alcanzar a su perro y se acercó a la persona que estaba en ultimo lugar de la fila. Llegué justo en el momento en que el hombre gordiflón y barbudo a quien le hablaba la chica mencionaba algo de un extraño ser con turbante que regalaba petardos enormes y adivinaba el futuro. Aquello fue algo que sin duda alguna llamó mi atención y me quede detrás de la chica esperando mi turno para entrar.

- Ojala y me diga que me irá bien en los próximos meses – mencionó la chica mientras cargaba a su perro en brazos.

- ¿No seria mejor que le colocaras una correa a tu mascota? – preguntó mientras miraba hacia adelante para ver cuanta gente faltaba.

- No – respondió la chica mientras acariciaba las orejas de su perro -. Moyi debe ser libre como el mar y como yo.

- Ah vaya, ¿acaso ya tienes suficiente edad para ir sola por ir?

- Soy mayor – dijo algo molesta la chica mientras miraba con sus ojos azules -. Aún no lo creas tengo 19 años y soy una pirata muy fuerte.

Aquello me sorprendió bastante. Una chica que parecía de no más de 13 años, tan dulce en apariencia y que no aparentaba ningún peligro, era una pirata. No me imaginaba porque alguien como ella había decidido llevar una vida tan peligrosa como esa.

- Deberías tener más cuidado con lo que dices. Los marines pueden tener agentes infiltrados en cualquier lugar y puede aprovechar para capturar si así lo desean.

- Va, que ni siquiera represento una amenaza para ellos, hace una semana que salí de mi isla.

- Ya veo y ¿Por qué?, ¿Por qué la vida de pirata?

- Pues me gusta la libertad, igual que a Moyi. Soy Kylee Mcintyre, la futura cocinera más famoso del mundo.

Me presente como era debido ante tan particular personaje y mientras avanzaba la fila fuimos intercambiado historias. Obviamente no podía decirle todo de mí, ya que podría tomarlo a mal. Aún no acababa de entender como era posible que ella fuera un pirata, pero no le presté más importancia ya que había visto cosas aún más extrañas. La fila fue avanzando lentamente pero constante en ritmo. Poco antes de llegar el turno de Kylee y el mío un grupo de marines de 7 efectivos se fue acercando hasta donde estábamos nosotros. Preguntaron a los que estaban en la fila sobre lo que pasa y decidieron entrar para averiguar si el lugar contaba con algún permiso y las garantías necesarias.

Los petardos se entregaban rápidamente, aunque fuera uno por persona los mas jóvenes hacían fila mas de una vez para conseguir otro y hacer una buena traca. Por mi parte comencé a desplazarme debajo del agua evitando raíces y distintos peces que vagabundeaban por allí, no esperaba encontrar grandes depredadores pues era imposible para ellos maniobrar entre las enredadas raíces, active mi casco con la visión de rayos X. La armadura con su sellado y su sistema de soporte vital podría operar bajo el agua un par de horas con tranquilidad tiempo mas que suficiente para preparar mi demostración de fuerza.

Avance mientras extendía el cordón detonante, buscaba los cimientos del muro que rodeaba el cuartel y las torres vigías, seria muy gracioso dejarles sin primera linea de defensa, y ya si la gente normal empieza a pasar y traspasar para llegar antes a los sitios como si fuera las ramblas... para destornillarse. Coloque la primera carga conformada entre la tierra y las raíces justo debajo de un pilar del muro.
El trabajo era largo y delicado trabajar con tanto explosivo era sin duda arriesgado pues cualquier descarga eléctrica o flamígera podría hacer de iniciador en alguno de los diferentes detonadores y provocar una reacción en cadena que me mandaría al otro barrio.

Mientras tanto en la superficie Fluffle se enfrentaba a un problema bastante serio. un grupo de siete marines se habían acercado al puesto a ver si contaba con los permisos necesarios. Cuan grande fue su sorpresa al ver a un caballito de color negro con un turbante que nada mas llegar les invito a sentarse, mientras iluminaba la bola de cristal y observaba sus profundidades.

-Oiga, tenemos que ver sus permisos y....

-¡PTTRRTT!- Fluffle le interrumpió con una pedorreta subida de tono, el marine hipnotizado por el dulce olor de Fluffle obedeció, después de varios minutos les entrego sus tarjetas de fortuna, donde les decía que su grupo se enfrentaría a un gran desafió pero que saldrían triunfantes, fortuna en el amor y una gran suerte en los juegos de azar. Entonces les señalo el exterior de la tienda en dirección al parque de atracciones en la zona de las ferias, en ese mismo instante una detonación brutal se escucho proveniente de ese área, los marines encandilados por Fluffle y sorprendidos por esta detonación salieron a toda velocidad hacia el lugar donde vino el ruido.

Despacio y sin prisa la mega mochila que cargaba se vaciaba. Una linea de explosivo enorme colocada debajo de los cimientos y los muros del cuartel marine se extendía sin que nadie fuera capaz de notarlo, tal vez los mas experimentados pudieran detectarme con su Haki de observación, pero mi presencia estaba atenuada por mi propia técnica, lo cual era a su vez una bendición y una maldición.

Finalmente tras una hora y media de trabajo había completado el podado de raíces y la colocación de todo el cordón detonante el explosivo plástico, gel y dinamita que llevaba conmigo, iba siendo hora de preparar el ultimo acto de esta bonita representación. Seguí el cordón detonante de vuelta al punto donde esta Fluffle con su puesto de adivinación allí podría secarme y preparar las bombas inversas para causar la sensación.

Hubo una explosión detrás de nosotros, quizá algo salió mal en el parque de diversiones y todo los marines que estaban dentro se apresuraron a marcharse en esa dirección. Kylee entró en la tienda y salió fuera después de unos minutos, parecía algo preocupada y al mismo tiempo sonreía. Fue mi turno y una vez dentro, pude notar que había algo extraño en ese lugar. Una extraña sensación recorrió mi cuerpo al sentarse en la silla frente a una mesa y una esfera de cristal. Detrás de la mesa había una especie de ser extraño con un turbante, no le presté atención y comencé diciendo algunas cosas que quería predijera, como el hecho de si viviré muchos años, si sería famoso o si algún día me casaría. La criatura hizo un pequeño sonido y pareció concentrarse en la esfera de cristal. Había algo sospechoso en todo eso, ya que cuando llegué a la isla no me percaté de nada como eso.

- Tengo una pregunta más, ¿hace cuanto llegaste?

Solo hice la pregunta por curiosidad y no esperaba que me respondiera. El pequeño ser no respondió a mi pregunta y me entregó un petardo bastante grande. Le agradecí el gesto y cogí un pastelillo desde lo que había comprado en el parque de diversiones y se lo deje en la mesa. Salí fuera con algunas dudas. Kylee estaba allí parada, parecía que me estaba esperando.

- ¿Qué te ha dicho?, ¿Qué las dicho? – preguntó bastante ansiosa.

Le sonreí y lo único que atiné a decirle fue que nada importante. Giré mi mirada hacia un lado y vi que un niño estaba encendiendo uno de los petardos muy cerca de donde nos encontrábamos. Su padre comenzó a regañarlo e hizo que lo soltara y se lo llevó a regañadientes. Solo unos segundos después, una onda de choque hizo que Kylee y yo nos eleváramos por los aires y cayéramos bruscamente al suelo. ¿Qué demonios había pasado? , pensé mientras trataba de recuperarme de la conmoción.

Salí del agujero que conectaba el mar con la tienda, estaba encharcado y un maldito pulpo se había enamorado de mi y no había dios que hiciera que me soltase. Sin embargo usando mi arma secreta.... las cosquillas logre que el pulpo aflojara sus tentáculos y lo pude devolver al mar donde pertenecía. Me seque rápidamente la armadura y realice la descompresión del traje para dejar en paz el sistema de soporte vital.

-Fluffle, ve cortando la primera parte del plan esta hecha, pasamos a la fase dos.

Mientras me vestía nuevamente con un civil y me quitaba el casco, Fluffle repartía alegremente los petardos restantes y recogía el chiringuito. En pocos minutos estaba todo recogido en las mochilas y salíamos de la zona para dirigirnos al Grove 9 que se encontraba justo delante del cuartel marine, no sin antes darle candela al cordón detonante y cubrir bien al agujero, no quería que nadie se hundiera en el agujero que había construido.  

-Vamos a empezar la fiesta Fluffle.-

Le entregue a Fluffle la mochila con las bombas inversas y le pedí que me las fuera pasando una a una. Entonces esperamos la señal. Los petardos que repartimos comenzaron a detonar produciendo un estrepitoso ruido que ensordecía, pudiéndose oír por todas partes.

-Es la hora vamos allá.-

Con cuidado fui rompiendo las pantallas y presionando los botones de activación antes de tirarlas contra los groves controlados por la marina. El espectáculo de las explosiones de los petardos se solapo con las detonaciones que absorbían objetos y gente por igual compactándolos en una especie de esfera mas cómica que dañina. El caos se desato finalmente cuando todo el muro de la marina comenzó a derrumbarse, partes caían hacia delante, otras secciones se desplomaban en el sitio, algunas incluso desaparecían debajo de la tierra y caían al mar, como si fueran fichas de domino el muro continuo derrumbándose hasta que no quedo nada de él en pie.

-Menudo trabajo de artesanía Fluffle eso enseñara a esos cretinos, ahora marchémonos, no conviene que nos vean aquí mucho.-

Me levanté del suelo y vi que Kylee estaba en el suelo. Parecía que se había golpeado la cabeza y había quedado inconsciente. Su perro estaba encima de ella, asustado y lloriqueando. Justo en el momento en que iba a cargarla y llevarla a mi barco, escuché montones de gritos a mi alrededor. Al parecer la gente que había estado esperando en las fila para entrar a la  carpa del adivino, se había dispersado y buscaban al encargado de montar el negocio e irse sin más ni más. “ Esa cosa fue la que provocó esto”, pensé mientras trataba de concentrarme parar sentir su presencia ( Haki de observación activado). Tras un buen rato de sentarme al lado de Kylee de tratar de concentrarme para poder hallar a la criatura. Pasó al menos media hora después de haber pasado por la carpa para que un grupo más grande marines de al menos 20 efectivos al mando de un teniente de cabellos castaños, bastante alto y con unas guadañas pequeñas en la cintura, aparecieron en el lugar. Cogí a la chica de cabello purpura y cuando iba a irme para evitar problemas, la orden de alto detuvo mi paso.

- Tú, ¿sabes que ha ocurrido aquí? – preguntó el teniente acercándose con dos de sus hombres a donde estaba -. Nos han reportado que algunos de los petardos que dieron aquí han resultados ser muy peligrosos. Ancianos e incluso niños se han lastimado al ser presa de las explosiones.

- No oficial – respondí -. Nosotros solo estábamos pasando el rato y algo explotó cerca de aquí y afortunadamente no nos pasó nada. Mi compañera se ha desmayado y debo llevarla a mi barco para que descanse.

- ¿Tu barco?, pareces un turista, pero los turistas no tiene barco propio. Además si fueras el capitán de un barco, no estarías aquí, sino en tu barco.

En ese instante entendí que había echado todo a perder. Ahora comenzaría el interrogatorio y no tenía tiempo para eso, tenía un mal presentimiento.

- Lo siento teniente, me tengo que ir.

Me giré y antes que nada, eche a correr. Escuché el griterío de los marines ordenando un alto. Y luego sus disparos que de seguro eran hacia mí. Seguí corriendo a toda velocidad para huir de ese lugar y sin darme cuenta, Kylee estaba despierta.

- ¿A dónde vamos? – preguntó mientras se encontraba de espalda en mi hombro - ¿Por qué hay marines persiguiéndonos?

- Luego te lo explico, ahora debemos salir de aquí.


De pronto, el teniente de los marines apareció de pie, frente a nosotros. “ Que demonios”, pensé mientras frenaba bruscamente.

- Ustedes dos quedan arrestados, no se resistan o será peor.

- Bájame, puedo luchar – dijo la niña mientras la colocaba en el suelo y cogía a su perro con las dos manos -. Quédate aquí Moyi, no tardaré.


De pronto, la chica salió disparada hacia el grupo de marines que se acercaba. Ante mis ojos repartió veloces golpes que neutralizaron al grupo. Iba a derrotando uno a uno. Sonreí al ver que podía defenderse a pesar de su corta edad y su baja estatura.

- Y bien, ¿ listo para luchar? -dijo el teniente mientras cogía las dos guadañas de su cintura, una con cada mano.

- No quiero luchar teniente, no quiero ganarme más problemas.

- Ya los tienes, muchacho.


Se quitó la chaqueta de la marina y mostró su bien tonificado cuerpo, blandiendo sus guadañas en dirección hacia mí. No quería luchar pero era inevitable. Desenvainé mis espadas y me preparé para luchar.

Nos lanzamos el uno contra el otro, generando chispas al momento en el que nuestras armas colisionaron. Sus golpes muy aparte de ser fuertes eran veloces, era difícil mantener su ritmo, así que tuve que activar mi Haki para no tener problemas, a pesar de que sabía que él también lo haría. Nuestro combate era intenso, el intercambio de golpes no cesaba y al ver a Kylee acorralada por el resto marines, decidí terminar mi duelo con el teniente lo más rápido posible. Me quité la parte superior de la ropa, y me transformé en mi forma hibrida animal. Golpeé al teniente con toda mi fuerza y le produje un corte en el pecho bastante profundo, de donde comenzó a emanar sangre.

- Así que eras un usuario – dijo mientras se tomaba el pecho y parecía tambalearse.

- Necesitó irme de aquí lo más rápido posible – dije mientras cargaba mi energía en una de mis espadas.

- ¡Venga, dame tu mejor golpe! – gritó con orgullo
 
“ Parece un buen hombre teniente “, pensé mientras lo miraba y me lanzaba hacia él con mi katana encendida en fuego. (Segunda melodía: Sinfonía de la muerte combinada con habilidad de katana épica,  + potencia de ataque aumentada por transformación de akuma no mi y mejoras pasivas). Un destello se produjo cuando mi espada golpeo su arma y la partí a la mitad, quemando todo su pecho. El teniente cayó al suelo, inconsciente por la potencia de mi ataque. Luego de eso corrí a ayudar a Kylee, venciendo al resto de marines lo más rápido que podía. Una vez que pudimos dejar en el suelo a todos, volví a mi forma normal.

- Vámonos, ahora – dije mirando a Kylee.

Kylee asintió la cabeza y empezamos a echar a correr en dirección a los puertos para poder huir del lugar. Mientras huíamos, pude sentir un estremecimiento en el suelo. Me detuve y giré la vista y lo que presencié fue absolutamente increíble, el cuartel de los marines algo más alejado de donde estaba, había quedado en ruinas.

- ¿Qué demonios pasó?- me pregunté a mi mismo.

- Eso…la cosa que estaba dentro de la carpa, la exposición que me dejo inconsciente, todo cuadra, quien esté detrás de esto, tenía muy buenas razones para traerse abajo el cuartel y nosotros nos vimos involucrados en esto. Estoy casi segura de que la marina no dejará pasar esto así como así, te culparan o mejor dicho nos culparan a los dos por haber hecho.

- Creo que a mi principalmente

El caos, los gritos, el olor a napalm por la mañana... vale eso tal vez no pero me hacia una idea. La gente estaba en dos estados de animo, los que disfrutaban los fuegos artificiales y los que corrían aterrorizados. Bueno también estaban los marines que salían del cuartel como pollos sin cabeza intentando detener a todo aquel sospechoso que ellos creyeran que tenia algo que ver. Menuda manera mas mala de hacer las cosas, a estos tipos me los como con patatas, están acostumbrados a peleas de frente y combates épico decadentes, no saben lo que es el terror del terrorismo, el pánico a que en cualquier momento algo puede volar tu casa, tu cuartel, hasta tu baño privado.

Metí a Fluffle en la burbuja y nos largamos a escape, aunque por desgracia no pude irme muy lejos un grupo de marines estaban abandonando una cafetería, seguramente poniéndose de chocolate y rosquillas como cerdos. Estaban cerrando la zona al paso de los transeúntes y comprobando identificaciones. Lo que me faltaba...

-Fluffle vamos a intentar dar un rodeo discreto.

-No te muevas, o te liquido a ti y a tu mascota. Maldito enemigo publico numero uno. Marines aquí necesito refuerzos.

Lo que me faltaba un subnormal con aires de grandeza, lo peor es que los marines comenzaban a reunirse a mi alrededor expectantes, así que decidí jugar a su mismo juego.

-Socorro marines, este tipo quiere secuestrarme.

Grite mientras me volvía contra el y le sujetaba las manos. Ademas usando mi truco de manos fantasmas le metí en los bolsillos un par de bombas inversas que me habían sobrado. Después simule que me golpeaba y salte de espaldas encima de Fluffle para cubrirlo del tiroteo, el tipo puede que por instinto o por la sorpresa o simplemente por que le apeteció me disparo a bocajarro con sus dos pistolas. El tiro perforo la ropa y se incrusto en la armadura perforándola y haciendo que la sangre manara de la herida. Los marines ante esa demostración de agresividad se lanzaron todos a una contra el para reducirlo.

Puñetero de mi decidí gritar.

-Cuidado ese tipo tiene una bomba, ¡VAMOS A PALMAR!

Para instantes después salir corriendo en la burbuja junto con Fluffle.

-Ellie prepara la extracción me dirijo a tu posición, si no hay inconvenientes llegare en pocos minutos.

Salir de la olla para caer en la sartén caliente. Una maldita suerte para mi y mi nueva compañera, quien parecía bastante animada con todo lo que estaba pasando, a pesar de que había caos y desconcierto por todos lados, a ella no parecía preocuparle. Lo que repetía a medida que ibas avanzando al lugar era que íbamos a ser famosos y que pronto todos no conocerían.

- ¿Tienes un barco? Que genial, iremos a muchos lugares con el. Claro siempre y cuando aceptes viajar conmigo y con Moyi .

- Venga, ya está por demás decirlo – le sonreí y dije – bienvenida a mi humilde navío. Pronto lo veras, será muy divertido viajar en él y si no te gusta, siempre puedes quedarte en la siguiente isla.

Reímos a pesar de la situación. No paso mucho tiempo hasta que los marines volvieron a darnos caza. Otro grupo de marines estaba haciendo requisas y vigilando por si alguien tenía alguna actitud sospechosa cuando nos vio llegar, pasamos de ellos y nos empezaron a perseguir.  Tuve que usar la habilidad de mi katana para bloquearlos con fuego. Los perdimos así y continuamos corriendo. El tigre Claws estaba cerca, ya no faltaba mucho para que pudiéramos marcharnos. De pronto, pude notar como una figura estaba parada a unos pocos metros de donde estaba mi barco.

- Vaya, estaba esperando a alguien quizá un poco diferente, alguien talvez conocido del mar – dijo el hombre que se hallaba allí -. Verás, estaba comiendo un panecillo mientras leía algunos reportes y bebía una taza de café pasado, estaba en verdad buenísimo. Mi tranquilidad se acabó, cuando me informaron que habían derrotado a Klengel y no podía creerlo.

Cuando terminó de hablar, introdujo su mano en el bolsillo interior de su chaqueta y sacó un encendedor para comenzar a fumar un puro de tabaco.

- Vaya, me da demasiada pereza tener que enfrentarte, ese es trabajo de otros. No entiendo como pudiste derrotar a mi subordinado, pero sí no cumplo mi deber, luego no habrá paga y me regañarán. Odio que me regañen, así que, vamos acabar esto rápido, quieres.

Desenvainó una espada de su cintura, de hoja gruesa y bien afilada, que brillaba ante la luz del sol.

- Vaya, que no me gusta usar mi espada, pero lo hago por que ya venciste a alguien que creía fuerte. Ven con todo, no voy a contenerme.
Aparté a Kylee de mi lado y le dije que retrocediera. Desenvainé mis dos katanas, acumulé mi energía en ellas y lancé un ataque contra el marine ( Primera melodía: Despertar).  Una onda de choque salió disparad en dirección del hombre. Él la contuvo con su espada, retrocediendo solo unos pasos.

- Vaya, que ataque interesante – dijo mientras agitaba su espada en el aire-. Mi turno.

Se lanzó hacía mí. Su espada llegó desde arriba, descendiendo sobre mi con mucha potencia. Bloqué su ataque con mis dos katanas. Mis pies se hundieron y parte del suelo se agrieto por la potencia del golpe que me había lanzado el marine.

- Vaya, seguro que puedes hacerlo mejor – dijo el oficial mientras realizaba ataques sucesivos.

Traté de contenerlos, pero uno de sus ataques, hizo un corte en mi hombro derecho. Retrocedí y en ese instante de descuidó apareció el marine para darme una poderosa patada que hizo que mi cuerpo saliera expulsado hacía atrás. Caía al suelo y mi cuerpo arrastró algo de tierra antes de detenerse. Su golpe fue certero por que me dio de lleno en todo el abdomen. Lleve mi mano a mi labio, ya que un delgado hilo de sangre corría por la comisura del lado derecho. Active la habilidad de mi espada de hoja negra (Gurēto kokuryū) y su hoja se extendió más de seis metro, con la cual ataque por sorpresa. Mi corte alcanzó la parte baja del abdomen del marine, haciéndole una herida no tan profunda. Me puse de pie al instante y volví a cargar contra mi oponente. Mi Haki ya de por sí estaba activado, pero sus golpes me alcanzaba, mi velocidad no era suficiente.

- ¿Qué pasa?, pensé que eras lo suficientemente fuerte para seguirme el ritmo.

Volví a transformarme en mi forma hibrida de akuma y esta vez si pude notar como le costó bloquearme mi ataque. Al parecer no se imaginaba que fuera un usuario. Mis poderosos ataques comenzaron a hacerlo retroceder, ya no contratacaba con tanta facilidad.

- Vaya poder, seguro que si hubieras sido marine, le hubieras sacado mucho provecho. Lastima que no fuera así, ¡Golpe aplastante!

Su espada desprendió un destello y por un segundo creí ver que aumentaba en tamaño. Su espada atravesó mi defensa y cortó parte de mi pecho en lado izquierdo. Retrocedí cogiéndome la herida ya había comenzado a sangrar. “ Maldición”, pensé mientras sentía que mi fuerza comenzaba a disminuir. “ No pierda las calma Maximimilian, no lo hagas”. Solo tenía que concentrarme y hacer un ataque final para acabar con todo esto. Lo intentaría y si no lo lograba, todo acabaría ahí. – Aquí voy – me dije a mi mismo, cargando lo que me restaba de energía en la espadas. Volví a cargar contra él y esta vez cerré los ojos para que mi instinto básico me dijera a donde moverme al ver que lanzaba estocadas letales contra mí. Cuando los abrí, había superado su ataque y estaba a solo un metro de distancia. Solté mi ataque de abajo hacia arriba en diagonal ( Sinfonía de la muerte).

Mi ultimo esfuerzo surtió efecto, y rápidamente le abrí una enorme herida en el pecho. Cayó de rodillas al suelo con una laguna de sangre formándose frente a él.

- Parece que fue demasiado – dijo mientras caía al suelo con los ojos cerrados.

Me tambalee un segundo y mi rodilla del lado derecho cedió.

Camine al lado de Fluffle hasta el puesto de alquiler de burbujas en donde devolvería el vehículo.

-Bueno Fluffle nos lo hemos pasado bien, pero tenemos que salir de aquí, otro día volveremos a disfrutar en el parque de atracciones.

Me puse a Fluffle a la espalda y emprendí la caminata hacia el Grove 5 en donde Ellie estaría esperando con los motores en marcha.

-¿Donde esta Ellie?- El nerviosismo se apodero de mi mientras veía como la nave no estaba en su sitio. Tal vez había tenido que irse por algún imprevisto, lo mejor seria refugiarse y contacta con ella mediante en Den Den Mushi.

-¡Ellie! ¿Donde estas? ¿Ha sucedido algo?-

-Allí las cosas se han puesto difíciles, he tenido que levantar el vuelo te veré en el grove 7 no esta muy lejos de allí, pero no podre aterrizar tendrás que ingeniártelas para llegar a la nave.

-Recibido Ellie muchas gracias me ocupare de estar allí.

Agarre a Fluffle y salí escopeteado hacia el Grove 7, era un alivio saber que mi piloto estaba bien y de una pieza. Ahora el problema radicaba en que tendría que pasar por las patrullas de marines que cada vez eran mas numerosas y pesadas. Empece a correr suave y me prepare para alcanzar mi velocidad máxima, seguramente acabaría llevándome por delante a todo marine pesado que se pusiera en mi camino pero tampoco era un problema, no tendría remordimientos si los aplastaba como los insectos que eran.

Mi carrera era mas como un tren de mercancías desbocado que un humano haciendo una carrera. Por fortuna para la gente no tenia muchas ganas de atravesar paredes y puestos comerciales, sin embargo mas de un marine tuvo que verse obligado a apartarse sin saber muy bien que era ese borrón que se dirigía hacia el a 390 km hora.

Llegue en muy poco tiempo al Grove y cuando divise la nave de Ellie salte hacia ella y active mi riñonera Jet pack alcanzando la puerta lateral de la nave.

-Ellie ya estamos, vamos a comernos una tapas, nos lo hemos ganado.

Kylee apareció a mi lado. En su rostro había una notable preocupación al ver la sangre cayendo desde mi hombro al suelo. Tenía partes del cuerpo inflamadas por los golpes del marine y a simple vista estaba seguro de cualquiera pensaría que era yo el que había perdido la pelea. La chica de baja estatura me ayudó a andar no sin antes fijarse si detrás llegaba algún marine más. Estaban aún muy lejos así que aprovechamos para subir a mi barco y preparar todo para marcharnos. Sentí la necesidad de saber si el marine al que me había enfrentado allí seguía con vida, pero me importaba más salir de ahí.

- No sé cómo funciona tu barco – dijo Kylee bastante ansiosa mientras corría de aquí para allá.

- Tranquila, te ayudaré – dije mientras rasgaba una parte de mi ropa para usarla de vendaje improvisado.

Levantamos el ancla, preparamos las velas y poco a poco comenzamos a movernos. Había sido una situación muy peligrosa en Shabondy, pero al menos había salido libre de problemas o al menos eso pensaba.