Érase una vez un lindo gatito [Moderado nivel 3] [Zay]

Después de hablar con la hiena, de la oscuridad de uno de los caminos emergieron tres figuras, las cuales portaban garrotes como armas. Eran grandes y fornidos y buscaban gresca. Al parecer tenían una cuenta pendiente con Giselle y el mink se había visto envuelto en su disputa. el guerrero mink sabía que no venían en son de paz, asique lo único que hizo es triscarse los nudillos y esperar a que esos individuos atacasen.

El mink estaca completamente inmovil y abierto a ataques. No daba ningun atisbo de que se iba a defender y esperaba pacientemente a su presa.

Se dirigian lentamente hacia el tigre y, cuando uno estuvo yaa escasos metros de él, saltó y lanzó una onda de choque contra el guerrero mink. Zay solamente se limitó a observar como iba hacia el esa onda de choque. Completamente inmovil, espero a que la onda de choque estuviera a muy pocos centímetros de el, para simplemente girar su cuerpo y esquivar la onda de choque.

Ladeo la cabeza a ambos lados para triscarse el cuello y aquí comenzó su ofensiva.

- ¿Eso es todo?

Se abalanzó contra sus dos oponentes a gran velocidad, con las garras cargadas de electricidad, a ambos les lanzó una muy rápida lluvia de puñetazos, simplemente para ver como actuaban.

Uno de los hombres se quedó boquiabierto al ver como esquivabas su golpe con tanta facilidad. Eso pareció enfadarle demasiado puesto que frunció el ceño y pegó un gran grito de ira. No debía estar acostumbrado a que se salieran con la suya cuando intimidaban a seres vivos, ya fueran humanos o de otras razas. Ante tus golpes, el que estaba frente a ti cruzó sus brazos y estos crearon una especie de defensa hacia tu combo de golpes, que solamente le hizo retroceder unos metros sin perder la compostura.

Si te fijas, ha ido a parar bajo una zona de la cueva con gran cantidad de estalactitas, podrías idear algo con ellas para intentar derrotarle mientras permanece quieto jadeando, eso si, el otro compañero ha desaparecido de tu rango de vista, tienes que estar atento, podría aparecer por detrás de ti o desde cualquier sombra! Sea como sea, debes actuar rápido, pues el hombre fornido no permanecerá ahí para siempre.

El individuo paró los golpes del felino creando una defensa con sus brazos. Debido a los golpes del mink, el combate se trasladó a un lugar de la cueva donde abundaban las estalactitas. Según las vio, el Guerrero De Zou ideó una estrategía con la que seguramente romper la defensa del tipo qcon el que estaba peleando.

Lo que más le preocupaba al Mink era donde se había metido el otro. ¿Habrái huido despavorido por la fuerza del tigre? O simplemente, ¿estaba esperando su momento de atacarlo? Ante eso debía de estar con mil ojos por todo lo que pudiera suceder.

- De momento me centraré en el piltrafillas ese.

El peludo comenzó a arrancar unas cuantas estalactitas y tras ello se las lanzó a su oponente. Esto no era mas que una mera distracción, para que estuviera ocupado defendiendose frontalmente. Si la estrategia del mink funcionaba, el individuo dejaría al descubierto el costado de su cuerpo para poder atacarlo por ahí.Mientras las estalactitas se dirigían hacia ese hombre, el mink comenzó a correr haciendo un semicírculo en dirección a él, para despues ir cargando su garra derecha con electricidad, para cuando llegara a su altura, cerras la garra asestarle un puñetazo en su costado, al a altura del abdomen. Si esto funcionaba, el guerrero de Zou rezaba por derrotar a este tipo, aunque también pensaba que no sería fácil...

Tu estrategia funcionó perfectamente. El hombre había evitado algunas de las afiladas estalactitas, pero no las suficientes como para poder prevenirte. Tu golpe en el costado le afectó tanto que cayó arrodillado, apoyando una mano en el suelo mientras jadeaba. Un hilo de sangre salía de su boca, la cual intentó limpiarse y quedó extendida por su blanquecina piel.

-Estúpidos seres peludos - murmuró -. No... puedo creer que uno me haya dejado así. ¡Los odio! ¡A todos! - Bramó alzando la cabeza e intentó levantarse, pero no tenía las fuerzas suficientes. Tras eso, te miró con unos ojos rebosantes de ira -. Menos mal que no vas a salir de aquí, esta cueva es un puto laberinto y sin tu amiguita te quedarás aquí, para siempre. Caerás en el olvido, gatito.

A tu pies hay una de las estalactitas que provocaron la distracción. Puedes arrebatarle la vida, o dejarle morir desangrado. Como sea, escuchas unos pasos no muy lejos de ti, pero no ves a nadie y solo hay silencio.

El hombre con el que ha peleado el Mink estaba a su merced. Este dijo algo de que no iba a salir de aqui porque era un laberinto o no se que y que sin la ayuda de mi compañera se pudriría aqui. El Mink se empezó a reir a carcajadas, parecía un loco riéndose así. A los pocos segundos, paró de reirse y tras dirigirle una mirada asesina a su enemigo, se acercó a el, le puse su garra en el cuello y le habló.

- Tienes dos opciones. La primera, es decirme donde está mi amiga y no morir. La segunda, no decirme donde está o no llevarme donde ella y morir con sufrimiento. Te advierto que si yo estuviera en tu pellejo, elegiría la primera. Siempre cumplo con mi palabra, por lo tanto si dices donde esta realmente y me llevas a ella, te dejaré vivir.

Mientras ocurría eso, el felino oyó unos pasos  a no mucha distancia de él, pero no sabía con exactitud.

- Tu decides... No me gusta que me hagan esperar. Mi garra está en tu gaznate, solo tengo que hacerte un corte y... ¡bualá! Morirás.

El hombre escupe al suelo y se mantiene en silencio, aunque poco a poco va esbozando una sonrisa macabra. No le teme a la muerte por lo que notas en su mirada, pero tampoco intenta moverse. Durante unos segundos se mantiene así hasta que empieza a hablar, entre jadeos y, de nuevo vuelve a escupir.

-Si nosotros nos quedamos aquí atrapados, tu también - musitó.

Tras eso, con su brazo hace un ademán hacia arriba, intentando zafarse de ti. A pesar de que está muy débil y en cualquier momento podría caer, sigue poseyendo una voluntad férrea. Pero la clave de todo está en nosotros, si bien es cierto que el hombre venía acompañado, donde estaba el otro muchacho? ¿Serían suyos los pasos?

Sin darte cuenta, escuchas los pasos cada vez más fuerte hasta el punto de casi estar detrás de alguien. El silencio cae sobre vosotros y escuchas la respiración agitada del humano que peleó contigo. ¿Pero quién está detrás? Un gran estruendo y notas que algo te empuja con violencia hacia las paredes de la cueva. Un golpe así podría resultar fatal para tu cuerpo, quizás con tu rabia acumulada podrías hacer algo para evitarlo.

-Es hora de irnos, la hiena está muerta - comenta con voz grave. Sin embargo, no ayuda a su compañero en nada.

- Muy bien tu lo has querido. Cumpliré tu deseo. -Y el mink le clavó su garra derecha justo en el corazón, para acabar con su sufrimiento. A los pocos instantes, el felino oyó unos pasos detras suyo. ¿De quién serían? No estaba del todo seguro pero, lo que si era, es que tenía que estar en guardia por si acaso.  Tras oir los pasos, alguien empujo al Guerrero de Zou contra las paredes de la cueva. No logró divisar quien era pero sin duda tenía que contraatacar. Por lo tanto al llegar a una de las paredes de la cueva, tomó impulso de ella y fue a atacar a quien estuviera detras de ese estruendo y ese empujón. Cuando el individuo misterioso empujo a nuestro peludo amigo, este musitó unas palabras las cuales no creyó el tigre. Dijo que la hiena estaba muerta.

- ¡Nunca!. Los Minks no morimos tan facilmente. Y... si lo que dices es cierto y Giselle está muerta, será lo último que hayas hecho en tu miserable vida. Preparate para conocer el infierno, te has metido con el Mink equivocado, escoria.

Decía mientras iba hacia él a toda velocidad con la garra cargada de electricidad. Zay tenía sed de sangre, la ira recorría interiormente todo su cuerpo. Ya le daba igual que la cueva se derrumbara y quedar sepultado por toneladas de rocas. Lo único que lo impulsaba era su sed de venganza. Giselle era uno de los suyos y debía proteger su honor ante cualquier oponente. El felino perdió el control sobre si mismo, ya no era él, ahora era la verdadera "Bestia del Trueno".