Criaturas de la noche [Privado Ivan y AEG]

El antiguo agente había llegado a la isla de forma bastante discreta, en uno de los muchos barcos comerciales que llegaban en busca del preciado licor que allí se producía. Y precisamente en esa dulce sustancia se encontraba el motivo de que Thawne hubiese decidido arribar a aquella lejana isla. El mundialmente famoso vino de Thesalia era una de las pocas mercancías con tanto valor que merecía verdaderamente la pena tomar el control de su producción. Además, dado que quien recibía los beneficios de su venta era uno de los más temidos criminales del Bajo Mundo, la "transacción" que tenía planeada no pondría en peligro su acuerdo con el Almirante de cara al futuro.

El calvo, vestido como un simple comerciante de clase media para no atraer todas las miradas hacia sí, paseó por el puerto, fijándose en la gente con la que se cruzaba. El estilo de vida de aquella isla, estricto y con unas normas bien establecidas, era realmente curioso. Toda la sociedad estaba cuidadosamente jerarquizada, e incluso la estructura de la ciudad hablaba a las claras de esa obsesión por el orden. Los dirigentes y miembros de la clase adinerada no se mezclaban con el populacho, los militares tenían su propio barrio separado del resto... La única excepción a esto era el puerto. Allí, dado el auge del comercio, podías encontrar personas de toda condición, además de ser la única zona de la isla donde no era insólito encontrar algún extranjero.

Finalmente el hombre se detuvo ante una pequeña taberna. "The Fisherman's Barrel", un local de marineros, pescadores y viajeros, el lugar más adecuado para enterarse de lo que uno buscase saber. Un lugar donde la gente se emborrachaba y descargaba sus frustraciones habitualmente hablando más de la cuenta. Y, según sospechaba Thawne, un buen sitio para encontrar a algún hombre del misterioso y temido "Hades", el Señor del Bajo Mundo a quien nadie vivo había visto aún el rostro y que gobernaba Thesalia cada vez de forma menos disimulada. Hacía unos años los miembros de la Asamblea se negaban a reconocer su influencia. Actualmente, sin embargo, era reconocido como la persona más poderosa de la isla.

El calvo atravesó el frío suelo de piedra hasta la barra. Una vez allí se sentó en una banqueta, apoyó los brazos en la barra y, con una sonrisa, pidió al camarero una pinta de cerveza fría. El hombre, entrado en carne y con escaso pelo de color rojo a juego con un espeso bigote del mismo color, no tardó en servírsela con un amable asentimiento.

Atento a lo que pudiese captar, el agente miró hacia ambos lados. La taberna no estaba abarrotada, pero si bastante concurrida. Esperaba que, entre tantos hombres, alguno tuviese la información que buscaba.

Apenas hubo dado el primer trago al delicioso néctar de cebada un hombre hizo acto de aparición. En una maniobra un tanto forzada indicó al camarero que iba a pagar la cerveza del calvo para acto seguido dirigirse a él con el pretexto de lo extraño de su elección al estar en una isla famosa por sus tintos en todo el Nuevo Mundo. Sin duda era alguien que, o bien le había reconocido, o bien al menos al verle se había dado cuenta de que su rostro le era familiar. No era de extrañar, a fin de cuentas no se había transformado. Y lo había hecho a propósito. Aunque con su vestimenta buscaba no llamar la atención de la gente común había mantenido su aspecto para atraer a algún posible miembro del Bajo Mundo. Tenía negocios que hacer allí, y nadie los haría con alguien anónimo. Pero con Anders D Thawne, el infame desertor del Gobierno Mundial y líder de una de las grandes organizaciones emergentes del Bajo Mundo... eso era otra cosa.

No obstante, cuando observó con más detalle a su interlocutor, se dio cuenta de que ya había visto antes a aquella persona. No con ese aspecto, por lo que tal vez poseyera alguna habilidad polimórfica similar a la suya, pero su presencia no dejaba lugar a dudas. No había disfraz ni transformación capaz de engañar a su mantra. Quien tenía ante sí era nada menos que...

- Ivan Markov. - Pronunció mentalmente el calvo buscando que solo el interpelado lo escuchase. - ¿Qué puede estar haciendo en Thesalia el heredero del tirano de Hallstat y una de las pocas personas a las que el Gobierno Mundial odia tanto como a mí? ¿Acaso te has rebajado a ponerte bajo las órdenes del caudillo local?

Mientras tanto, para que la situación no pareciera extraña de cara al resto del local el criminal dijo en voz alta:

- Muchas gracias por su invitación, caballero. ¿Quiere sentarse a mi lado?

La verdad que le venía bien haberse cruzado con aquel hombre. Desde que proclamó su verdadero apellido, convirtiéndose en un forajido, había sentido interés por conocerle. Dado su linaje y las historias que se contaban sobre su poder y sus logros, a la altura del mismo, podía ser uno de los excepcionales seres humanos a un nivel similar al de Thawne en cuanto a poder en todos sus aspectos: heredado, personal y social. Además su odio por el Gobierno era sobradamente conocido, así como su inteligencia y falta de escrúpulos le convertían tal vez en una de las pocas personas lo suficientemente fuertes y ambiciosas para, al igual que Katharina, poder ayudarle en su objetivo final llegado el momento. Pero para eso debía jugar muy bien sus cartas.

Como esperaba, Markov le había reconocido. Su respuesta inicial, tratando de sonar amenazador para disimular que la forma de comunicarse de Thawne le había puesto nervioso, le resultó ciertamente divertida. Interpretar las emociones de los demás y los efectos que sus palabras y actos causaban en ellos era una actividad realmente entretenida, nunca se cansaba de ella. En su opinión la psique humana era verdaderamente fascinante, y aún mucho más en caso de conocerla en tanta profundidad como él.

- No, no se equivoca en absoluto. - Respondió en voz alta, pretendiendo contestar al tiempo a la pregunta formulada con pensamientos y a la planteada con palabras. - Estoy aquí buscando introducirme en el mundo del comercio vinícola.

El calvo miró fijamente a los ojos de su interlocutor. Poseía una mirada realmente interesante, intensa y amenazadora a partes iguales. La mirada de quien se sabe superior a los demás, un depredador en un mundo poblado de presas. De tratarse de una persona de menor valía y poder probablemente habría logrado intimidarle con tan solo fijar sus ojos en él, pero esos trucos no servían con Thawne. Además, esa mirada le recordaba a la suya propia. Tal vez ambos tuvieran más en común de lo que a simple vista pudiese parecer...

- En efecto, pretendo hacer negocios con Hades. - Continuó, esta vez mediante el vínculo telepático abierto entre ambos. - Por el momento tan solo busco tomar un trozo del pastel que supone la venta del afamado vino local, pero si la tarta acaba siendo tan deliciosa como aparenta... quién sabe, es posible que decida que quiero comérmela entera.

De nuevo se detuvo, mirando al antiguo cazarrecompensas y estudiando sus reacciones. Tras unos segundos retomó su discurso, utilizando de nuevo palabras para ello:

- ¿Y usted? ¿Qué negocios le traen hasta este rincón del mundo, mi buen señor?

- ¿En serio? En ese caso, tal vez sería mejor que probase por sí mismo la mercancía - su tono fue amable, aunque sus palabras ocultasen una pequeña chanza. Las palabras de él volvieron a sonar en su mente, contestando a sus preguntas. Vaya, aquello había sido más fácil de lo que imaginaba. Eso sonaba a que Thawne tenía mucha confianza en sí mismo, o no habría revelado sus intenciones tan a la primera de cambio. Por otro lado no le cabía duda que tenía poder para responder por dicho ego. También cabía la posibilidad de que no fuese la verdad, pero vaya, seguía siendo un movimiento arriesgado decirle a un desconocido tus planes. Eso le decía que probablemente Thawne estaba interesado en él, y eso tal vez fuese la oportunidad que había venido buscando.

- Las oportunidades, caballero. Este mundo premia a aquellos con el valor para tomar riesgos y la astucia para saber cuándo hacerlo... y con qué. Thesalia es una isla de oportunidades, y por ende - alzó las manos con una sonrisa - heme aquí.

"Y creo que he encontrado la oportunidad que buscaba" contestó por el vínculo telepático. "Tengo planes, tanto a este lado como al otro de la Red Line, y algunos de ellos molestarán a gente del Inframundo. Así pues consideré una idea sensata buscarme algunos aliados que respalden mis proyectos, con... los correspondientes beneficios." Cogió la copa de vino y bebió un poco, saboreando el tono ácido. "Creo, señor Anders, que no me equivoco al decir que tras los últimos acontecimientos tú también podrías beneficiarte de expandir tu círculo de contactos y aliados." Dejando de lado lo peligroso que había demostrado poder resultar, tal vez él fuese la persona que necesitaba a su lado. Ya tenía enemigos lo bastante letales, incluir algún aliado del mismo calibre a su lado podía ser lo que necesitaba.

- Tengo negocios en Paraíso, pero pretendo expandirme a este lado del mar, y esa es una tarea osada incluso para alguien en una situación de bonanza. Pero con socios, todo sería más sencillo.

"Pronto el régimen de Dark Dome, tanto gubernamental como en las calles, cambiará de manos. Llegado ese punto, habrá muchos negocios libres en la ciudad." Esbozó una sonrisa "Creo que no necesito decir mucho más, ¿verdad? A cambio del consecuente apoyo en el Inframundo, podría ocuparme de que algunos de esos negocios y sus beneficios acabasen en tu bolsillo. Y ese podría ser el principio de una hermosa relación de negocios. ¿Interesado?"

La contestación de Markov fue realmente satisfactoria para Thawne, pues el pirata ofreció una colaboración que probablemente beneficiaría a ambos. Al parecer pensaba inmiscuirse en Dark Dome, uno de los lugares del Paraíso donde el Bajo Mundo tenía mayor poder, e iniciar negocios en el Nuevo Mundo. Y para ello, claro, necesitaba la protección de alguien con un poder suficiente como para amedrentar a cualquier posible amenaza. A cambio ofrecía una parte del pastel de Dark Dome, que como él bien sabía no era nada despreciable.

- Estoy de acuerdo, mi buen señor. Quien no arriesga no gana, y creo que ambos tenemos mucho que ganar aquí. - Contestó en voz alta. Era conveniente mantener la tapadera, que además no se alejaba mucho de la realidad, de que habían llegado a Thesalia buscando hacer negocios. Acto seguido retomó la conversación silenciosa:

- Recuerdo Dark Dome, estuve allí hace casi dos años, mientras aún era agente del Cipher Pol. Pude darme cuenta de que es un sitio en que los negocios ilegales tienen un gran peso, cosa que después comprobé durante mis tiempos al frente de Water Seven, quizá la única ciudad de toda la primera parte del Grand Line con un entramado de contrabando de importancia similar. He de decir que tu oferta es muy tentadora, y estaré encantado de colaborar contigo apoyando tu entrada en el Bajo Mundo y asegurándome de que nadie trata de entrometerse en tu camino a cambio de, digamos, un treinta por ciento de los beneficios de los negocios de Dark Dome. ¿Te parece un trato adecuado?

La oferta era a su parecer justa. Un porcentaje adecuado para una función tan vital como asegurar su supervivencia dentro del Bajo Mundo. Incluso podía haberle pedido más, pero no era ningún usurero. Además se trataba de negocios entre dos hombres provenientes de majestuosos linajes y poseedores de grandes dones, dos personas nacidas para ser líderes de su tiempo. Y si el acuerdo fructificaba y Markov demostraba ser el valioso aliado que prometía, tal vez en un futuro no muy lejano pudiese compartir con él sus planes y proponerle una alianza también de cara a ellos. El antiguo cazarrecompensas podía ser una poderosa tercera pata de su plan junto a él mismo y a Katharina.

Valoró las posibilidades, haciendo girar el vino en la copa. Un treinta por ciento era mucho en una ciudad tan importante y con tanto tráfico, más aún siendo la petición que hacía a Thawne algo muy abstracto, un servicio que tal vez no fuera a necesitar. Además de las dificultades para medir el valor de los negocios en una ciudad donde la mayor parte de estos estaban tanto en la economía legal como sumergida, con ambas entrelazadas hasta el punto de ser casi indistinguibles. El caos contable que debía tener Dark Dome debía de ser la pesadilla de más de un agente de Hacienda. "Creo que un treinta por ciento a cambio de una alianza abstracta no es del todo apropiado. Además, un treinta por ciento en una ciudad como esta es complicado de calcular. Quién sabe cuántas cajas B y C de contabilidad tendrán las empresas. Estoy dispuesto, sin embargo, a ofrecerte el control de los laboratorios de fármacos que el Lazo Rojo poseía en la ciudad. Calculo que los beneficios netos podrían ascender a alrededor de entre sesenta y cien millones anuales, una cifra nada despreciable, más aún cuando estarías tomando el control de un negocio estable."

- Dónde están mis modales. Seimour McKellen - le tendió la mano para estrechársela.

"Atento. Entre mis dedos va un papel con mi número de Den Den Mushi" le comunicó telepáticamente. La oferta que le estaba haciendo era muy justa, en su opinión. Él ganaba la garantía de un aliado y Anders una potente fuente de ingresos, potencialmente ampliable. Por no hablar de que un hombre inteligente sabría aprovechar las ventajas que confería poseer un laboratorio bien equipado. No por nada Dark Dome era una de las ciudades criminales por excelencia de Paraíso; la nula vigilancia de las autoridades permitía establecer negocios tan bien instalados y preparados como los legales.

"Si nuestros negocios son fructíferos, es probable que tenga otras ofertas en el futuro para ti." La posibilidad de añadir a Thawne a su asalto a los Nueve Infiernos era tentadora, muy tentadora. Era la clase de aliado poderoso que le haría falta. Por lo que tenía entendido, como luchador era también realmente hábil, pues había estado presente en la Aguja. De hecho era cuando supuestamente había proclamado su intención de hacer de su ciudad un territorio independiente del Gobierno. Una jugada que le había salido cara, pero no por ello dejaba de ser una persona muy a tener en cuenta.

Mercado negro de fármacos. A decir verdad Markov había dado en el clavo. Como médico era uno de los campos de los que más conocimientos tenía, y en los últimos años había crecido exponencialmente dado el alto precio de muchos de ellos en las tiendas autorizadas. En muchas ocasiones la gente de a pie no podía permitirse costearlos, motivo por el que algunos empresarios con gran visión comercial habían comenzado a comerciar con ellos al margen de la legalidad. Era un ámbito en el que hacía tiempo que tenía ganas de meterse, y ahora la oportunidad se le presentaba.

- Me parece un precio adecuado. - Comunicó a su interlocutor mediante la conexión mental que les unía al tiempo que estrechaba su mano, cogiendo disimuladamente el papel que le entregó. Apenas unos momentos después habló con su voz, contestando a la presentación de Markov:

- Un placer, señor McKellen. Mi nombre es Anders D Thawne, como imagino que ya habrá averiguado.

Era el momento de dar a conocer su presencia en aquella isla. No había pretendido ocultarla en ningún momento, pero al pronunciar su nombre en voz alta era probable que si había algún hombre de Hades en el local pronto las noticias sobre su llegada a Theselia llegarían a los oídos del gran jefe. Y eso era justo lo que pretendía.

- Como comprenderás, habiendo venido aquí sin un disfraz mi intención no era pasar desapercibido. Al contrario, busco que Hades se ponga en contacto conmigo. - Dijo utilizando nuevamente su telepatía. - Y sí, si nuestro pequeño negocio sale bien es probable que yo también tenga mejores ofertas de colaboración en un futuro. Tengo planes que involucrarán a gente realmente importante y tendrán enormes consecuencias en el mundo, y alguien como tú podría desempeñar un papel importante en dichos acontecimientos.

- He de admitir que lo sospechaba, señor Anders. Veo que hablaba con toda una celebridad - le dedicó una leve inclinación de cabeza, divirtiéndose con la falsa conversación. Mientras tanto, le siguió contestando telepáticamente: "Ha sido un placer hacer negocios, pues. Partiré hacia Dark Dome a formalizar todo, y cuando tenga tu nuevo negocio organizado, contactaré contigo para ponerte en contacto con el encargado del laboratorio." A continuación Thawne continuó, explicándole que, como ya imaginaba y había dejado caer, estaba allí para contactar con Hades. Y luego mencionó algo que realmente llamó la atención del pirata: una promesa de negocios futuros, de la clase que podrían cambiar el mundo. Con una sonrisa, el pirata se levantó de la mesa. "Estaré encantado de ello, pero creo que mi capitana también querrá tener una palabra si a ese nivel estarán tus planes. Como dije, no soy la clase de persona que se arrodilla, pero respeto lo suficiente a esa mujer como para no meterme en algo de semejante envergadura sin ofrecerle estar. Volveré a presentarme en condiciones. Ivan Markov, subcapitán de The Sinners."

- Ha sido todo un placer, caballero. Espero volver a encontrarle en un futuro, y para entonces si ha entrado en el negocio del vino, tal vez pueda conseguirme una botella de reserva viña Tarantella - bromeó, con una risa - Tenga suerte.

Dejó en la barra dinero suficiente para pagar las bebidas de ambos y algo más a modo de propina. Tenía que respetar el papel que estaba representando; Seimour McKellen era una persona ostentosa. Tras hacer una elegante floritura a modo de saludo con el sombrero, terminándola poniéndose este, se dirigió a la puerta y marchó del local. Mientras caminaba por las calles hacia el puerto, silbó alegremente una melodía haciendo girar su bastón. Aquel había sido un buen día. Había cumplido sus objetivos en la isla y logrado un nuevo aliado. Al fin, tras meses encallado, el viento volvía a soplar en su favor.