¿Y qué mejor que iniciar el viaje que con una pelea de taberna? (priv patata)

Me encontraba en alguno de los varios barrios bajos de esta isla, hoy en día buscaba algo de dinero para poder costearme los futuros viajes que daría a través de mar y tierra en busca de mis preciados tesoros perdidos por algún lugar de este podrido mundo, pero por lo menos nunca tan podrido como esta asquerosa ciudad, que por alguna razón es donde los recuerdos más vividos que puedo mantener hasta hoy se mantienen en color.

Seria así que caminaría hasta alguno de los varios bares de la ciudad que como siempre permanecían abiertos a todas horas, y con una buena cantidad de público… Después de todo a territorio pobre se le regala cerveza, o por lo menos eso es lo que he vivido desde que he estado viviendo hace cosa de unos años aquí (Y que para nada habían sido desperdiciados habiendo aprendido conocimientos que no hubiera logrado tener antes).

Fuese como fuese, ahora debía conseguir el dinero y eso lo haría yendo a la taberna el principal lugar donde los hombres de este lugar les gustaba hacer 3 cosas… Beber, buscar putas y desquitarse. No es muy de mi estilo tomar esa cerveza con sabor a orina de gato, y menos rebajarme a contratar a esas mujeres, y por si fuera poco mis ropas lo decían libremente, venía a hacer el trabajo sucio de quien me contratase, total borracho apenado con un pastural muere envenado. Una vez dentro vería como siempre un montón de público frecuente bebiendo toda clase de licores…

Y con miradas sobre mi como todo personaje que cruzara esa puerta me dirigía al tablón de anuncios y noticias (que como siempre servía además como salón de desquites y por ende de petición de sicario… O matón en mi caso), pero sería más pronto que tarde que una de esas miradas me parecería conocida y para mi desgracia sabía que la mirada de ese hombre no era de las que traía buenas intenciones… Pero de conocerlo nada.

Seguiría caminando mirándolo de reojo, cuando al pasar justo al lado se pararía en frente de mi esa corpulenta montaña de grasa, que parecía ya querer darme un solo botellazo a lo que yo me que tenía razón…

- ¿Te pasa algo? – Le diría con una voz grave e imponente no debía dejarme asustar, después de todo vine a por hacer un ajuste de cuentas sin contar que yo sería el golpeado... Asustarme seria lo que querían.

- ¿Eres el hijo de este tarado? - Diría mostrando una foto borrosa del viejo… Definitivamente me había metido en problemas, se notaba no era un policía, por lo que el viejo había olvidado matar a alguien en alguna de sus idas… - Hmm no me suena para nada… Pero parece buena persona ¿No? - Comentaría para hacerlo enojar hecho que funcionaria perfectamente dado tomaría una botella que estamparía contra mi… Si es que no alcanzaba a hacharme estampándola contra alguien de la mesa de al lado… Ahora si se había liado… Esto sería más jodido de lo que planee.

-Todo está delicioso ¿Verdad Suzaku? – La súper ave compañera del joven rey se disponía a comer tranquilamente de su pescado mientras Alpha tomaba sake con tranquilidad. Se suponía que hoy sería uno de esos días donde el herrero se tomaría las cosas con calma, sin mucha prosa. O al menos eso es lo que se  suponía.


Nos encontramos en isla Downs, o más bien como le gusta llamarle nuestro pequeño: isla problemillas. Un lugar lleno de criminales más que novatos y un sinfín de mocosos que se creen que pueden comerse al mundo de un momento a otro. La cuestión es que en esta isla si se encuentra un mocoso capas de comerse al mundo, un pequeño engendro de dos especies de humano que al hacerlo. Crearon un ser destinado a ser la criatura más poderosa de la faz de la tierra, o al menos una de ellas.

Pero hoy en día, ese monstruo prefiere comer y beber. Al menos por ahora.

-¿Crees que hicimos bien en venir a esta isla Suzaku? Se supone que deberíamos estar en camino de regreso al grand line. Tenemos cosas que hacer con Moja. - ¿Quizás una simple corazonada? ¿O tal vez era una señal de destino? Nadie lo sabe. Suzaku, la súper ave simplemente señalo en un mapa durante el viaje que quería regresar al mar del norte ¿Tal vez le gustaban los pescado de este mar? Muchas preguntas y sin ninguna respuesta.

-Bueno, no importa mucho. Igualmente siempre me agrada regresar al mar donde comenzó todo. – Y de pronto, bum. Aquel botellazo había caído en su cabeza. Uno que no esperaba de nada. La plumífera se limitó a levantar la ceja mientras el chiquillo simplemente sacudía su cabeza, quitando los trozos de vidrio que quedaron allí. -  Bueno, Supongo que termino la dulce tarde.- Alpha simplemente se limitó a voltearse y ver de quien se trataba. Al parecer un gigantón con problemas de peso estaba buscando problemas a un joven que solo trataba de pasar. Suzaku lentamente le paso el arquebus al pirata y este le disparo de lleno en la cabeza, aquella bala explotaría dejando feas quemaduras en su rostro y noqueándolo. – ¿No exploto su cabeza? Supongo que es bastante resistente.  – De pronto todos todos los que se encontraban acompañando al gordinflón se levantaron furiosos en busca de venganza, entonces era momento de lo mas importante: ¡QUE SE PRENDAN LOS PINCHES CHINGADAZOS!

De repente el botellazo estampo contra la cara de ese chico o chica de pelos largos que estaba sentado cercan de donde ahora se libraría la batalla, lo que sorprendería Jace es que de buenas a primeras el tipo simplemente se quitaría los vidrios de la cara como si nada le hubiera pasado, poco más que unos rasguños le habían quedado en él y al gordo le parecía importar mas o menos poco por lo que intento tomarme de mis ropas mientras yo por lo oculto sacaba unas de mis dagas… Que al final no ocuparía dado mi oponente recibiría una explosión de un arma que había sacado el chiquillo, siendo este un mosquete al parecer de una buena calidad (no es que yo sepa mucho), dejándolo noqueado en un instante más para su suerte no muerto.

De esta manera empezaría la escaramuza casi la mitad de la taberna se levantaría acto seguido tan solo para querer darnos una paliza, no es que quisieran ayudar a su compañero, si no que no querían aguantar a un sujeto de otra zona (porque si se notaba era extranjero a la isla… Y no es que yo sea muy nativo).

Más de uno aprovecharía de esta manera a dar golpes mientras al joven chico aun sentado se le acercaban cuidadosamente alguien por detrás con una botella rota, momento que yo aprovecharía para devolverle el favor usando ese cuchillo arrojadizo que no ocupe, tirándolo inmediatamente contra el brazo de este bastardo que pretendía tomar por sorpresa a un niño nada más, que, aunque joven parecía bastante peligroso por esas armas que llevaba consigo… Y por ende debía ser un buen aliado en combate.

-Estamos a mano. – Le diría entonces al chico con una tonalidad apagada y voz grave que seria como me solía salir la voz… mientras aún se liaba gorda en la taberna y nadie nos veía aún.

Sería entonces que vendrían 3 sujetos hacia nosotros desde distintas direcciones, uno con un palo de alguna de las sillas que se habrían roto ya con el semejante desmadre que se estaba montando, otro con alguna arma de fuego de las varias que llevaban estos contrabandistas y otro simplemente con una botella rota… Yo por mi parte me dirigía contra el de la silla que más presto que gato con sus garras le quitaría un dedo o dos a mi rival, para que callera su arma al suelo e inmediatamente saliese corriendo despavorido y yo provechaba de mirar de reojo al chico que le habrían venido cruelmente de a dos, aun así, no me detendría dado que en cuanto te paras en una escena de este estilo siempre te podrá llegar desde un botellazo a un sillazo y eso es algo que prefiero evitar por el momento.

¿Estar a mano? Era una situación que de escapaba de las manos de cualquiera. Así eran las cosas, así es el mundo pirata. ¿Pero que es la vida sin un poco de peligro? Todos lo sabremos, peligro podemos encontrar en todos lados. Y en esta ocasión, lo más importante que tenían que saber ellos era una cosa: el más peligroso en este momento, es Alpha.

- Agradezco la ayuda pero... Te sugeriría que te hicieras a un lado por un momento. - El joven rey de la forja comenzó a descubrir su cuerpo desde la cintura para arriba. Luego le entregaría el arquebus a su súper ave, luego ella sacaría de entrar sus alforjas un martillo. Alpha al tomar aquélla arma entrar sus manos y avanzar con tranquilidad. El mazo comenzaría a encenderse en llamas, todos los enemigos comenzaron a dudar y preguntarse: "¿  En que problema se habían metido?" Pues yo les comentaría que, se han metido en un problema muy feo. Todo lo que involucre al señor de la guerra, es un jodido problema.

El Herrero se lanzó al ataque, y las cosas se pusieron peores. Cuando el martillo aterrizó en el cuerpo de uno de aquellos sujetos, se escucharía muy claramente los huesos romperse y la carné quemarse. Uno fuera, o al menos eso se suponía. Por que llegarían mas sujetos a ayudar a los busca pleitos.

-La guerra... Nunca termina.

Seria cuando me voltease a ver a ese chico (que por su voz lo deduciría más por la apariencia le parecía nada más que una chica), que vería como este se levantaba a pelear mientras decía que me moviese o apartase del lugar (que por suerte sentí era lo correcto dado me vendría a golpear alguien), cosa que una vez me moviera a este se le ocurriría pegarle a alguno de los varios tipejos desafortunados de la taberna que seguían en pie un buen martillazo que para su desgracia de alguna manera se prendería en fuego lo que haría correr a varios por sus vidas ante tal acto de magnificencia mientras que yo solo me quedaba observando como de golpe solo quedaba gente inconsciente, ellos y yo en la taberna más alguno de los pobres dueños que habrían visto tal masacre.

Ante tal oleada de acontecimientos me llevaría la mano a la nuca de mi cabeza encapuchada, para más tarde comentar que –Bueno parece que no podre comer nada más aquí, durante…- Miraría a los dueños que aún permanecían asustados… -Eso es un no te queremos aquí, si… Creo tendré que adelantar mis planes de irme – Comentaría en voz alta para luego mirar al chico de los grandes poderes que parecía a ver despachado todos de la fiesta.

-Bueno dejaste a varios totalmente inconscientes y a... Varios con heridas de 3 grado… - Hablaría mientras caminaba hacia el tratando de no pisar a ninguno de los pobres borrachos que peleaban hace un rato. –Me sorprende tu poder ¿Eres alguna clase de famoso guerrero? – Le preguntaría al chico que me sonaba de algún lugar, pero no sabría exactamente de dónde en ese exacto momento, eso me molestaba mi memora no se caracterizaba por ser la mejor del mundo, pero esa información no podía faltar.

Así tomaría un cuchillo que habría lanzado de alguno de los “valientes” peleadores que habrían caído en esta brutal carnicería, mientras alguien del suelo me tomaba la bota del pie, cosa que me haría pegarle una sola patada para que me dejase zafarme de esa asquerosa mano de criminal (porque no creo nadie aquí no lo sea). –Bueno lamento que nos viéramos de esta manera- Explique guardándome la daga, debía intentar hacerme con su contacto para algún futuro, y anotarlo lo antes posible en mi libreta después de todo, era alguien poderoso y quien sabe que cosas me fuera a encontrar en mi futura travesía por alta mar, solo dios lo sabía.

-Listo… - La pelea había acabado siquiera antes de comenzar. No resultaba muy difícil terminar con la vida de los oponentes que se encontraba en los Blues, de hecho, el North blue era conocido por ser uno de los mares más fuertes, pero aun así un Blue no dejaba de ser un Blue. En comparación a la Grand Line, esto no era nada.

-¿Un famoso guerrero? ¿Yo? – El chiquillo sonreiría un poco, aquella pregunta le había hecho gracia totalmente. ¿Un guerrero famoso? Para eso faltaba mucho, y que digo guerrero, algún día este joven lograría ser un pirata famoso, pero por ahora tocaba reunir lo que hacía falta para cumplir con sus objetivos. – No, solo soy un pirata, uno más en la larga lista que busca de “se busca” en la marina. – Las personas que parecían ser los dueños del lugar miraban al pequeño con temor. ¿Y cómo no hacerlo? Después de todo acabas de observar a una persona realizar una serie de acciones extraordinarias, poco comunes y de manera brutal. No todos los días te podías topar con usuarios que ocupaban una Akuma No Mí, pero hoy si era un día de esos donde si lo haces.

-No te disculpes. Debería ser yo quien se disculpe por haber actuado de una manera tan… ¿Inadecuada? Qué diablos, se supone que he venido a pasar un tiempo de tranquilidad en esta isla y me topo con esta situación. Igual no pasa nada ¿Te gustaría que platicáramos en otro lado? Eres bastante hábil y tienes bueno reflejos y agradezco que me ayudaras en aquel instante pero… soy más resistente de lo que aparento.

Luego de aquellas palabras, el joven pirata se subió sobre su compañera plumífera para comenzar a cabalgar. Esperaría la respuesta de aquel sujeto para luego guiarle en dirección a otro lugar, cualquiera lejos de problemas innecesarios.

La pelea ya estaba más que lista y ahora solo quedaban dos personas de pie en el centro de la taberna que dialogaban como si nada hubiera ocurrido, entre ellos yo que obviamente se las habría arreglado, aunque esta vez lo más probable habría recibido as de un golpe, botellazo y o sillazo, fuese como fuese, el sujeto que me había encontrado era de lo más interesante pudiendo prendes sus armas de en fuego cuando se le antojaba, asiendo explotar balas por deseo y cosas así, era cuanto menos poderoso eso era obvio… Debía aprovechar esta oportunidad a como dé lugar.

El niño sonreiría así ante mi frase del “Famoso guerrero” no era una broma dado parecía tener las pintas de alguien honorable… O por lo menos alguien que infundía respeto a pesar de su joven edad, así que de esta manera me respondería con una frase que esperaba y a la vez no… Era un pirata uno más en la lista según él, cosa que me haría dudar de su honestidad de alguna manera - ¿Así que todos los piratas son capaces de prender fuego a sus armas? – Preguntaría con mi voz seria intentando hacer una broma cosa que definitivamente no resultaría lo más probable, pero me daba igual debía ganar información.

Así el chico continuaría su discurso disculpándose por la masacre cometida ante los malditos imbéciles que venían a un ajuste de cuentas, cosa que me haría dudar de su cabeza un poco a la vez que me lo reafirmaría cuando diría que solo venía a una isla como está a descansar, así como así.

-Bueno tal vez no lo sepas, pero Downs es conocida por sus estúpidos vándalos que se creen mafiosos… Por lo que no te preocupes ellos se lo buscaron... – Le explicaría para luego decir –Aunque lo que los pagaron mal fueron los dueños que si no me equivoco mal deben tener un pasar parecido generalmente…- Comentaría mirándolos mientras se escondían observándonos ya temblando menos que antes, pero aún se escondían mientras esperaban que vinieran los que ajustan cuentas realmente…

Ahí seria que me comentaría si quería practicar en otro lado mientras halagaba mi velocidad. – Gracias por el cumplido y… Lo supuse al ver como esa botella simplemente no te hacia nada. – Le comentaría empezando a caminar a su lado mientras él se montaba para luego decirle –Sera mejor que lo hagamos antes que lleguen en busca de venganza o algo peor, siempre hay cuentas que saldar en este pueblo. – Comentaría saliendo de la taberna mirando hacia ambos lados, no había nadie caminando a estas horas por lo que si veían a alguien era que quería robarles la cartera o los andaban siguiendo.

- ¿Tienes algún lugar en mente o prefieres que te dé un lugar para hablar? - Le preguntaría al chico volteando para mirar hacia atrás para ver al chiquillo pirata –Digo conocerás algún punto para hablar en paz sin que nos roben la cartera ¿No? – Finiquitaría dejándole pasar con su mascota para cerrar la puerta de donde habían dejado el desmadre… Sin decir ninguna palabra tan pronto como llegaron se fueron.

-De tener un lugar tranquilo donde platicar lo tengo pero… espero que no te sientas acorralado por ir al galeón por el cual navego.

Alpha se dispuso a guiar al joven directo al puerto donde se encontraba el barco que Moja le había prestado. Era momento del platicar con la persona que había conocido. Aunque el pequeño pirata había olvidado preguntar por su nombre y… lo más correcto era presentarse primero antes de exigir el nombre de alguien más.

-Por cierto, soy Alpha. Freites D. Irkenox Alpha. Y esta es mi fiel compañera Suzaku. – La súper ave se manotea mirando al frente, siempre atento. Mientras tanto el joven rey de la forja se comentaba en platicarle a su acompañante a que se dedicaba. Pirata, herrero y señor de la guerra. El pequeño Alpha en busque de hacer un cambio en este mundo, al mismo tiempo que buscaba un lugar donde poder estar en paz, ates de la guerra.

-Eso… básicamente, además tengo una fuerte creencia donde si realmente deseas algo y tienes la fuerza para tomarlo, además de que si es tu deseo. Debes hacerlo. Sin duda. Sin rechistar. ¿Qué me dices de ti? ¿Cuál es tu historia?

Al llegar, se puede divisar un galeón bastante simple. Lleno de no más de veinte personas. Trabajando y haciendo el mantenimiento de la nave. Por otro lado, uno de los marineros abordo anuncio el regreso del capitán, Alpha. Al ingresar, uno de los grumetes le entrega una botella de sake al pelilargo. Alpha posteriormente guía a su nuevo amigo a la oficina del capitán de barco. –Toma asiento, siéntete en casa y háblame de ti joven.

El chico respondería mi pregunta de si tenía un lugar mejor en el cual conversar con que irían a su galeón, a lo que simplemente yo respondería con voz seria típica de mi –Mientras no se te ocurra llevarme a una isla sin mi consentimiento supongo estaremos bien- A lo cual simplemente negaría no parecía ser de esos tipos este hombre, después de todo, aunque parecía bastante impulsivo parecía ser de los que sin razones no atacaban de buenas a primeras.

De esta manera caminaríamos entre los varios bajos hasta llegar a la zona del puerto que como siempre con un olor a malas costumbres nos recibía (después de todo era el principal lugar de narcotráfico de la isla), llegando a un galeón ostentoso, pero que aun así parecía no ir con las pintas del chico al no estar muy decorado tampoco ¿Seria nuevo? La verdad no me atrevía a preguntar, tampoco era algo que fuese necesario aun en especial si es que no nos habíamos presentado aún.

-Jace R Eigner, un placer conocerles ahora a ti y a tu animal- Comentaría a los dos mirando al ave majestuosa para luego ver para los lados atento de que ningún pelotudo se le ocurriese al oír mi nombre venir con malas intenciones o lo que era peor con ganas de arrestarnos al haber dejado ese desmadre atrás en esa pobre taberna. Pero afortunadamente para mí y ahora mi conocido no pasaría nada de aquello

-Una creencia que te permitirá obtener lo que quieres, pero también te dará muchos enemigos- Le diría al niño del mazo el cual parecía convencido en esta teoría del más fuerte, la cual a mí personalmente no me molestaba después de todo ya le era costumbre en estos barrios de mala muerte verlas (a pesar que prefería otros métodos más civilizados que la guerra ), a lo que simplemente le seguiría una pregunta del alfa la cual me dejaría un poco desconcertado en responder, no por la pregunta en sí, sino en cómo responderla…

-Pues mi historia es un poco… - Intentaría explicar mientras entrabamos al galeón, para ser más específicos a la aparente oficina del dueño del lugar, quien ahora evidentemente era él sin dudas. –Rebuscada bueno... después de todo, una historia sin terminar de escribirse no es muy interesante muchas veces- Me explicaría intentando divagar con un tono serio como suelo mantener intentando no esquivar la mirada y mantenerme sereno a lo que llevaría una sensación de tener seguridad tal vez, pero que evidentemente no me iba, ni venia... Después de todo yo no soy de esa gente.

-Lo que puedo contarte de mi historia por ahora es que como en cualquier barrio bajo hay un tipo que hace los trabajos sucios, y para bien o para mal fui educado para trabajar en ello. – Me explicaría hacia él como si fuese con manzanas a explicarle a un niño… Solo que intenten parecer interesante cosa que desde mi perspectiva era un bodrio a como dé lugar, no era fanático de las grandes veladas y de ser el centro de atención, pero más de un truco había que saber para dar a complacer al público general.

-Que parezca un niño no quiere decir que tenga la mentalidad de uno, Jace. – Dijo el pequeño en respuesta, por más raro que sonase, el pequeño Alpha se encontraba más que tranquilo ante las palabras del hombre que se encontraba frente a él. El pirata tomo asiento en su silla colocando los pies sobre la mesa. Dando un profundo trago a su bebida y arrojándola a su acompañante para que diera un trago de igual manera.

- Los enemigos nunca me han importado. No es que no los valla a tener si no me dedicase a esto tampoco, tener una recompensa literalmente te llena de enemigos así no lo quieras. – Eso era más que cierto. Marines y caza recompensas era cosa de día a día del pequeño, como cualquier otro pirata normal. Era obvio entender que al tener la apariencia que tiene, no se le tomase en serio y cualquiera pensaría: dinero fácil. De hecho, me atrevería decir que nadie toma en serio al pirata Alpha. Aunque… podría estar equivocado.

-Esta isla y este lugar te quedan bastante pequeños. Alguien con tus habilidades debería estar luchado por una causa más grande y por un propósito. Podrías… unirte a mi causa ¿Sabes?

La oferta estaba en la mesa. El joven rey de la forja está dispuesto a darle una oportunidad al hombre que había demostrado tener habilidad en aquella taberna. Aunque… aquel misterio y sencillez por parte de Jace era lo que lograba que este simpatizara con Alpha. La cuestión era la siguiente ¿El que va a hacer?

-Si tienes alguna pregunta antes de responder a mi oferta. Te doy la libertad de satisfacer tu curiosidad.

-Eso se nota rápido descuida…- Comentaría a mi compañero de charla que por alguna razón siempre se mantenía sereno, aunque sonara raro, parecía ser cierto lo que él decía además de que tampoco tenía la fuerza de cualquier persona (Y no es solo la fuerza física parecía ser alguien que mueve masas con facilidad, sea a su favor o en su contra), ya cada uno en sus respectivos asientos me haría beber de algún trago que para mí fortuna no sabría a semen o cosas así… Como era costumbre en la maldita isla que me asentaba. Aunque he de admitir que yo por alguna razón en los tragos, soy más de cosas raras para el público de esta isla como los vinos que gracias a mi maestro he tomado un par, pero que finalmente en esta isla terminan en la basura gracias a su amor por la cerveza de orina de perra.

Así tomaría un poco nada más dado no pretendía gastar el trago de un golpe, pretendía hacerlo durar, y que avanzara según la conversación proseguía…  Así que seguiría bebiendo durante la conversación lentamente cuando llegamos al punto de los enemigos que alfa se ganaba le comentaría –Con cazadores, marines y todo eso en contra es de pensárselo una que otra vez antes de meterse en problemas, pero cuando la recompensa vale del otro lado uno puede llegar a cualquier cosa. – Le comentaría tomando un pequeño sorbo, me gustaba como pensaba el chico, aunque por mi parte fuese más de otro tipo de guerra (siendo esta tal vez un poco más a la defensiva y analítica, quien sabe).

De esta manera una vez tome mi pequeño sorbo para aclararme la garganta agregue un último comentario al ver que la forma en la que hablaba no era la apropiada –Bueno… Veo que no me acerque de la manera correcta para darme a conocer me acostumbre a los vagos de esta isla. – Diría cambiando mi expresión a una más seria y menos soberbia que antes, para luego oír al capitán decir que, porque no me unía a su tripulación después de todo, era lo que definitivamente mostraba indicios desde que salimos de ese bar de mala muerte.

-Pues si me das la opción de preguntar a cambio de lo poco que te he dado significa que todo lo que has dicho es cierto… Por su puesto tú no te rindes fácil. – Le comentaría al chico para luego mirarlo directo a los ojos.

-Quiero saber cuál es tu objetivo a corto y largo plazo, para que me ocuparías, después de todo no te he dicho nada de mis habilidades más que las que has visto de lanzar cuchillos…- Diría para luego comentarle un dato sobre mí –Aunque no lo parezca soy un arqueólogo he investigador privado… Y como supongo notaras me da un poco igual la ley a cambio de conseguir mis objetivos…-  Me sobaría la nuca bajando la mirada para luego decir –No voy a ser ostentoso por cierto sé que este pueblo no está a mi altura, actualmente... Pero, es lo que tengo ahora mismo. – Le comentaría mirándolo otra vez con una mirada más típica de mi fría y seria.

-¿Para qué te ocuparía? Tú mismo me has dado la respuesta, Jace. – Un arqueólogo y también un investigador, no está nada mal. El hecho es que Alpha ya tenía un espía bastante experimentado en sus fulas. Pero aun así, ocuparía a esa persona en otras labores un poco más interesantes. Aunque si el encapuchado no comprendía aquellas palabras, el joven rey de la forja añadiría unas cuantas palabras para terminar de aclarar la cuestión. – Los arqueólogos siempre son interesante en la búsqueda de tesoros. Además, puede que pronto nos pongamos en camino de encontrar el contenido de esto que tengo aquí. – Lentamente el chiquillo sacaría un trozo de papel enrollado. Se trataba del mapa de un tesoro que había conseguido con anterioridad.

Jace mostro intereses por los planes a corto y largo plazo de Alpha, era primera vez que alguien hacia esa pregunta. Si hablar de ellos era una condición para que el confiara en su futuro capitán, que así sea. – ¿Mis planes? Asediar y conquistar todo lo que valga la pena. Destruir lo que sea innecesario y rescatar lo que podamos. No mato inocentes ni ciudadanos que no se pueden defender. No compramos ni esclavizamos a nadie. Los esclavistas los matamos sin pensarlo dos veces. Aunque si pretendes comprar algún esclavo en una subasta, ten en mente que son con propósitos de liberarlo. Dándole la alternativa de regresar a su vida o ser reclutado por mí. El reglamento de mi familia te lo explicare, una vez aceptes.

Tesoros. Guerras. Planes de conquista. Eso era lo único que podía tener en mente el pequeño rey de la forja. Ya era cuestión del pirata Jace si aceptaba o no

Ahí me encontraría recibiendo una respuesta obvia a pregunta tonta, pero que buscaba dirigir la conversación hacia un lado, cosa que no me molestaba personalmente después de todo lo hacía con el fin de llegar a conseguir mayor información cosa que no se me negó a pesar de mi error de expresión (después de todo cualquiera podía equivocarse), asiéndome el imbécil de todas formas era una forma de sacar información siempre (forma que personalmente no me gustaba, pero si era la forma apropiada la usaría de cualquier forma), aunque este no fuese el caso, parecía haber sido de ayuda igualmente dado que el pirata sacaría un mapa del tesoro que podría llevar perfectamente a donde Jace necesitaba, pero a pesar de esto el chico simplemente mostraría una sonrisa en esa seriedad, nada muy exagerado.

-Así que tienes un tesoro, he… - Comentaría dando otro trago, si esperar respuesta del chico, es cierto que me convencía en gran medida con cada palabra de lo que hablábamos me convencía mas de unirme, se notaban eran gente de utilidad y esta oportunidad era única, unirse a una tripulación de un pirata fuerte en vez navegar solo por ahí, era una gran ventaja a la hora de buscar mi tesoro. Así de esta manera me vería rápidamente interrumpido por el chico que comenzaría con su discurso de como era su tripulación.

Así oiría palabra por palabra lo que me haría decir –No estoy en desacuerdo con nada, por mí una vez tenga mi equipamiento listo tendrás un hombre más aquí. – Le diría al chico con un aura de amistad por, sobre todo, no pretendía llevarme bien con nadie aquí aun, pero necesitaba gente como ellos así que por lo menos necesitaba aliados y debía demostrar mi valor en la guerra que se notaba era necesario según las palabras de alfa.

Ahí seria donde me daría cuenta de que tendría un problema en el viaje el cual sería largo y lo más probable difícil de olvidar para muchos, pero para mí sería una carrera de tiempo -Solo debo aclarar una cosa antes que me expliques cualquier cosa. – Le diría al pequeño que ya quería ser rey –Necesito encontrar un artefacto en alguna catacumba olvidada que será difícil de hallar, no sé qué tanto te sirva en la conquista, pero por razones que no puedo contar ahora mismo será de vida o muerte para mí, si me prometes que la hallaremos te serviré aún más... Eso te lo prometo. – Explicaría levantándome de mi silla y arreglándome la ropa esperando su respuesta que según me daba a entender sería un sí a pesar de mi cambio duro de postura.

Alpha escucharía atentamente las palabras de Jace, sin lugar a dudar él era una persona algo misteriosa, pero eso no tenía nada de malo, cada persona en este mundo tiene sus secretos e incluso un pasado el cual ocultar. Alpha incluso tiene unos cuantos secretos y un pasado algo… trágico, si le podemos llamar trágico al hecho de masacrar a toda tu familia.

La oferta que colocaba en la mesa era que el pequeño pirata le ayudara con la búsqueda de un objeto en una catacumba. Bueno, era bien sabido por Alpha que las catacumbas son no solo lugares de objetos extraños, también existía la posibilidad de poder adquirir un buen tesoro. Aunque en todo caso, ayudar a Jace con su cometido no le resultaba ningún problema.

Y así fue como el señor de la guerra con una enorme sonrisa en sus labios y estrechando la mano de su nuevo recluta con firmeza, diría las siguientes palabras – Tenemos un trato.