(Privado- Logar) Knowing two sides of the same coin.

Dastan caminaba por aquellas extrañas calles era todo bastante distinto para el pelimorado ya que es su primera vez en una isla tan peculiar diferente y rara para lo que conocía el chico ya que el estaba acostumbrado a todo desierto y algunas islas que había pasado con un sistema bastante normal casas chabolas por distintos lugares, pero esa ciudad era grande y tenia una apariencia arquitectónica de lo mas rara, aparte de verse al fondo un gran y frondoso bosque que llamaba la atención del pelimorado que mas de una vez tuvo que moverse del lugar para no terminar de ser arrollado por unos carros a caballo, el conocía muy bien ese negocio después de todo trabajaba escoltando caravanas en su isla, pero le llamo la atención la cantidad que había y todas parecían ser usadas para transportar dos personas que iban en el interior cómodas y asiladas del resto de la isla.

No avanzo mucho mas el pelimorado cuando sintió un hambre voraz el hecho de no a ver podido comerse aquel huevo gigante que tenia el chico del barco con extrañas habilidades al parecer de chocolate hacia que tuviera mas hambre aun, de un buen huevo revuelo ya que se le antojaba los huevos de cualquier forma, imaginándose el grande que pudieron a ver hecho con aquel, pero al parecer el muchacho estaba dispuesto a protegerlo a coste de su vida.

Mientras se sujetaba el estomago debido al hambre que tenia realmente era importante se encamino por las calles guiado por carteles y anuncios de restaurante pero solo ver los precios que estaba expuestos en el exterior hacia que el estomago apretara un poco mas para aguantar esa hambre que estaba teniendo, termino caminando como desorientado por un rato terminando en los barrios mas bajos lo que se podría denominar los guetos conforme se fue metiendo noto que cada vez las personas eran menos simpaticas y vestían rompas de un porte mas pobre, pero también dio con un puesto de comida el cual fue su salvación.

-Dame cuatro porciones por favor, que manera de cobrar caro en el otro lado de la ciudad.

Dastan tenia algo de dinero, un poco mas que la media seguramente de ese lugar pero no quería mal gastarlo en comida demasiado cara y que seguramente no llenaba el estomago en cambio en ese lugar se le hacia agua la boca imaginar comer esos cuatro pedazos grandes de carne dentro de un pan con un gran condimento, lo que el pelimorado no se percataba era el hecho de que ya varios locatarios lo habían visto con el cariño de aquel que quiere desvalijarlo mirando su vestimentas y también arma que llevaba en su espalda un bastón.

¿Qué es un peregrinaje? posiblemente la descripción es el viaje por tierras extrañas con un fin o motivo devoto y eso era exactamente lo que le había llevado hasta ahí, había salido hace un tiempo de su conclave con el fin de encontrar ''El poder del demonio'' que le estaba esperando a él y además acumular un buen par de adeptos más para la gloriosa verdad de la que eran conscientes la gente de su culto.

El día que llegó a la isla lo había hecho por la zona que la gente común llamaría ''buena'' una ciudad portuaria con todo tipo de lujos y es que al parecer al norte de la misma isla se encontraba un territorio poblado de bárbaros de los cuales estaba seguro que podían ser candidatos perfectos para el dios demonio del honor, la sangre, ira y venganza, pero debía ir paso a paso pues para subir una escalera debes ir escalón a escalón, por ello se dirigió hasta los lugares más interinos de aquella ciudad, pequeñas callejuelas de barrios más empobrecidos donde estaba seguro que ciertos perfiles se adaptarían más a la visión de sus dioses.

Cuando se encontraba en callejón discernió lo que era un puesto de comida y un hombre de pelaje morado esperando una abundante cantidad de comida, aquello era excesivo por lo que en cierto modo podía ser alguien digno e interesante de conocer sin embargo un grupo de muchachos estaba apunto de alzarse en contra de aquel tipo para robarle, los excesos ante aquellos que no pueden permitírselo usualmente generaban ese tipo de situaciones y si bien por lo general se habría sentado a disfrutar del espectáculo se colocó en medio justo detrás del muchacho de pelo morado y los hombres.

Comprendo que vuestra necesidad de alimento o codicia os lleve realizar estas acciones... pero por esta vez me gustaría que dejaran a este señor en paz, en su lugar... os concedo la oportunidad de comer y hablaros de las verdades que mis dioses os pueden ofrecer. y efectivamente su verborrea habitual le había hecho que los muchachos dudaran ¿Les iba a pagar a la comida? ¿Y solo tenían que escucharle a cambio?, parecía un buen plan que todos decidieron aceptar.

]Bueno nos da un poco igual lo que tengas que decirnos, invítanos a comer y ya luego veremos si os damos una paliza o no... Diría l que parecía el cabecilla de ellos, Lorgar les animó a sentarse alrededor del lugar de comida y con un gesto ordenó comida para ellos al mesero, poseía dinero que le habían dejado para el viaje, por lo que podría permitirse dicha ofrenda, y total para el tabernero significa ahorrarse problemas y más ventas, al final todos allí salían ganando.

No confundan mi actual benevolencia con lo que os vengo a decir de mis dioses... ¡Ellos toleran vuestros actos pues os quieren libres de tomar las decisiones! ¡Y es honorable buscarse la vida de la forma que sea! ¡Así es como los dioses demonio nos enseñan la verdad! ¡La realidad es más que un puñado de normas! Vale, era un cura, un sacerdote o algo de eso, pero lo que decía era algo que sin duda llamaba la atención y es que incluso el tabernero tenía la oreja puesta mientras les servía. No jodas... suena a algo... natural... diría otro de aquellos matones, Lorgar tomaría una servilleta y con su pluma escribiría las coordenadas de su isla Id a esa isla con vuestras familias de mi parte y os darán cobijo, comida y un camino que seguir en vuestra vida. El rostro de Lorgar era convincente, sobre todo por que no mentía, otra cosa es que si incumplían las normas más vitales del lugar fuesen flagelados o sacrificados en nombre de alguno de los dioses.

Ahora que había solucionado el problema se sentó a la izquierda del pelimorado ordenando una bebida, cerveza fue que le extendieron en aquel puesto y pues cerveza bebió. Debería tener cuidado para la próxima, disfrutar de la comida en exceso es algo lícito pero hacerlo frente personas que no poseen tus mismas oportunidades desencadena pues... que queiran cortarte el pescuezo. colocó su maza para que no le molestase al estar sentado y dio un trago largo a su cerveza. Por otro lado al terminar de comer los ''perturbadores'' se marcharon preguntandose si debían ir a aquella isla. Lorgar Aurelian, un placer... extendería la última frase esperando respuesta del muchacho.

El pelimorado se quedo allí esperando sus comidas, pudo sentir de reojo como estaban seguramente fijándose demasiado en su comida, no era la primera vez que tenia que romperle la nariz a mas de uno por intentar pasarse de listo realmente por ser el idiota de creer que podía hacerle frente al joven Dastan quien tenia una habilidad bastante llamativa para defenderse aunque no podía culparlos por querer ser como el o al menos llevarse alguna de sus cosas, el pelimorado le gustaba vestir de una forma que difícilmente no llamaba la atención de la gente que le rodeaba. Este simplemente suspiro aunque si lo tomo por sorpresa la intervención de ese sujeto de lo mas llamativo por su forma de vestir y de hablar queriendo venderles alguna especie de fe a los hombres. Para el pelimorado su atención mas importante y directa era aquello que tenia delante su comida algo que disfrutaba de sobre manera ya que parecía soltar un jadeo cada vez que sentía el gusto a la carne y los condimentos pasando por el interior de su cuerpo y soltaba un suspiro de alivio acompañado de un buen trago de una buena cerveza que se estaba tomando.

De momento a otro miraba de reojo a los comentarios de aquellos idiotas y como aquel sujeto pareció de alguna forma pareció convencerlos de que podían ir a ese lugar para mejorar sus vidas, creyendo que seguramente podrían hacer lo que quisieran en esa isla, si era lo que alentaba esos dioses. Algo que realmente no cortaba ni tampoco pinchaba para el pelimorado aunque debía darle las gracias al sujeto de extraño parecer por a verle ahorrado tener que darle una tunda esos idiotas de turno.

- Dastan... aunque no se preocupe no era necesario que hiciera eso aunque por lo que veo es a lo que se dedica intentar convencer a aquellos débiles de mente, para unirse a algo que seguramente ni siquiera podrán llegar a entender... aunque gracias por a verme ahorrado el trabajo de tener que desperdiciar mis energías.

Menciono en un juego doble ya que prácticamente lo había insultado con aquel actuar, pero tampoco dejo en claro exactamente que era una farsa total lo que realmente creía el pelimorado era que se trataba de algo que hacia creer a los mas débiles, algo que podia hacerse sentir seguros y tener a quien culpar por sus errores o sobre lo que querían otras personas justificar sus actos y seguramente esos actos eran de los mas siniestros por el nombre que habia dado desde el momento que empezó aquella charla, el joven ya iba por la tercer hamburguesa solamente le quedaba una mas para poder darse por saciado, observo el arma que usaba el monje o lo que fuera, si seguramente era un monje pensó para si mismo.

Se podía observar como el transparente vaso de su cerveza le recorrían gotas por el fino cristal fruto de la diferencia de temperatura entre el ambiente y la fría cerveza, dio otro trago notando el agradable tono amargo y su frescor burbujeante en su gaznate rehidratándose después de un viaje tan largo como el que había tenido, solo para minutos después volver su atención a la de su acompañante de aquel momento.

Las palabras que el hombre dijo realmente hicieron mella en Lorgar ¿Pensaba que lo que decía era mentira? él creía en sus dioses y desde luego hablaba desde la más absoluta fe no había mentido aunque tampoco dicho toda la verdad, tendrían todo aquello que este les prometió si demostraban ser buenos devotos, por ello tendría que zanjar y aclarar la situación en el mismo instante en el que el muchacho quiso sugerir lo que estaba intentando hacer.

Creo que confundes severamente mis intenciones, yo no me aprovecho de las mentes débiles, les ayudo a encontrar la verdad intrínseca de la vida misma... Mientras el tabernero limpiaba aún con sus sentidos atentos a cada palabra que soltaba Lorgar su rostro mostraba unos grabados antiguos de su culto, y su mirada estaba rebosante una fe inusitada.
No les he mentido, mi culto es así y si demuestran ser buenos devotos se les ofrecerá verdad, techo y comida el tabernero llegó con un plato de carne en finas laminas pasadas por la brasa un pequeño entrante para el religioso. A esto invita la casa caballero... Lorgar observó el obsequio del hombre y asintió con la cabeza agradeciendo por el detalle pero al parecer aquel hombre tenía más que decir. ¿Podría darme las coordenadas de esa isla a mi también? , tengo un poco de curiosidad sobre ello Al decir aquello el esbozo de una sonrisa fue inevitable para el Apostol oscuro que tomaría otra servilleta y se la entregaría al tabernero con las coordenadas.

Entonces volvería a mirar al chico de pelo morado de nombre Dastan Tú mismo tienes potencial en ello pero parece que tendríamos que hablar largo y tendido sobre el asunto...podríamos empezar por ejemplo por... ¿Qué te depara tu viaje a ti? estaba claro que no era de aquel lugar, Lorgar tenía una mente avispada inclusive algunos podrían considerarlo un genio pero no había que serlo, con tan solo ver sus ropas era evidente.

El chico se alzo de hombros, exactamente eso estaba haciendo buscando personas de bajos recursos y también débiles de mente para intentar instaurarle una forma de vivir para poder seguir existiendo además de que consideraba unos idiotas a las personas que aceptaron eso ya que ni siquiera habían escuchado un poco de lo que el menciono, mas bien les hizo promesas que incluso la marina podía hacer para que trabajar como esclavos toda su vida, era algo que realmente no le llamaba la atención aunque el hombre le había salvado la vida o mas bien había evitado de tener que ensuciarse y que su comía tuviera un gusto desagradable debido a tener que luchar así que se quedo en silencio escuchando al hombre.

-Tampoco le has hablado de lo que espera el culto de ellos, si deben volverse eunucos y luego cortarse todos los días a tal hora para complacer a tus dioses, esas cosas son las que dejan en claro que aquellos que atrapas son los débiles de mente, los que no tienen mucho que hacer con sus vidas mas que seguir la voluntad de alguien mas.

Claramente ya que seguramente ese lugar poseía alguien que estaba al mando y era quien ordenaba como se debía creer y como hacerse para tenerlos a todos enganchados en su creencia pero luchar por ideologías y creencias religiosas era un agujero sin fondo, ya que muchas guerras podrían librarse por la fe muchos pueblos ser consumidos y muchas desgracias ocurrir por eso era mejor dejar las cosas como estaban, suspirando nuevamente apresurándose en comer tranquilamente.

-Todos tenemos potencial de poder ser algo, pero en mis planes no están el creer en algo mas que no sea yo mismo, este mundo conocerá mi nombre por mis acciones y no por las que dedique a algo o alguien mas, pero imagino que tendrás algún otro talento mas que simplemente la labia verdad??

Pregunto tranquilamente ya que seguramente el chico, no solamente era bueno hablando encontraría mas de uno que no esta dispuesto a hacer las cosas conforme se debe según sus creencias o que quieran llevarse sus cosas, seguramente por su forma de vestir y cuerpo seria un luchador bastante decente, aunque era incapaz de saberlo con toda certeza. Realmente se sorprendió un poco por que el tendero era capaz de dejar todo lo que tenia para seguir esas tradiciones además por las coordenadas que había visto no era la siguiente isla la que se encontraba esa extraña religión, eso significaba abandonar todo prácticamente por una causa totalmente desconocida.

-Gracias por ahorrarme el trabajo de a ver tenido que ensuciarme las manos a golpes antes de la comida, pero no estoy interesado en tus creencias amigo.

Menciono de manera tranquila apoyando su mano derecha en el hombro del hombre, para ponerse luego de pie tranquilamente dejando caer unas monedas, no solo para pagar lo suyo sino también lo del chico si bien había dicho que iba por parte de la casa, seguramente el tabernero terminaría no muy buen parado, aunque no negaría que el hombre parecía tener un gusto por enseñar algo sobre una creencia de los excesos algo que realmente al chico hasta el momento no había llamado del todo su atención.

El rostro de Lorgar casi dorado por sus marcas faciales se frunció mientras escuchaba aquel hombre, su parte más profunda quería aplastar su cráneo contra la mesa con su Crozius ¿El estaba insinuando que los dioses de los que hablaba era mentira?, levantó una ceja terminándose la jarra, si pensaba que sus palabras eran emitidas únicamente para captar a gente débil estaba profundamente equivocado, Lorgar existía con el único objetivo de iluminar a los humanos hacia la verdad primordial, hacer que sus instintos más primarios fuesen lo natural y no coexistir bajo el yugo de gobiernos que imponen leyes absurdas ser libres en un caos puro. Es una lástima que tu vanidad alimente tu ignorancia, permíteme ser franco de la misma manera que tu bífida lengua insinúa que mis creencias son para engañar. Su semblante había vuelto a ser el de una persona nuevamente llena de tranquilidad, dejó un pequeño extra en la barra y tomó su maza de donde la había guardado, pues el también iba a partir.

Volvió a escrutar a aquella persona que con cada palabra hacía mermar la paciencia ¿Solo labia?, la mente incoherente de un niño que pensaba que el mundo se dirigía únicamente con sus puños, bufó con cierta decepción y pesadez era inútil hablar con él , era corto de miras y no iba a ser iluminado, al menos lo había intentado solo quedaría purgarlo cuando fuese necesario, de momento debía seguir con su peregrinaje sin perder mayor tiempo.

Una lástima que con tantos años por delante vayas con un velo en los ojos, ha sido un placer arrebatadoramente desilusionador conocerle señor, espero que cuando nos volvamos a ver las condiciones de nuestro encuentro varíen y tus ojos se hayan abierto lo suficiente para aceptar a los dioses, que digo, para aceptar tu iluminación. Guardó su maza en la espalda y volvió por el mismo callejón por el que había entrado, aún tenía algo que hacer, viajar hasta las tribus para ver si su palabra podía llegar a más gente y sobretodo, para investigar sobre el fruto de los dioses demonio, la akuma no mi que fuese predestinada para él debía estar en algún lugar.

Claramente el pelimorado estaba fuera del sistema de creencias religiosas ya que el había nacido teniendo que comer el polvo debido a la extrema pobreza donde se encontraba y el hecho de que su madre nunca echara ninguna luz de su situación en cambio las personas que le rodeaban siempre estaban a su alrededor buscando el bien del joven, como si se tratara de una forma especial. Suspiro levemente en ese momento para luego poner sus manos en su cadera y guiñarle el ojo al hombre que se notaba que había dado por derrotado principalmente por el hecho de que el joven había sido bastante duro a la forma de hablar que uso contra el hombre, que no buscaba otra cosa que convencerle de algo que el muchacho no estaba creyendo.

-Que tu viaje sea prospero, trata de no condenar muchas personas a destinos crueles y terribles con esas creencias toda religión termina causando una guerra totalmente inútil por su creencias no solo tu y los tuyos sino todo aquel que lucha y mata por algo tan abstracto...

Dejo dicho el hombre, el había matado y luchado por su propia supervivencia y para poder proteger aquellas personas que eran realmente importantes para el, suspirando levemente en ese momento el en cambio no tenia mucho que hacer en ese lugar ya que realmente estaba en la isla por causas del azar, aunque le vendría bien buscar algún lugar para quedarse y también conseguir algún trabajo mientras estuviera allí en la isla, aunque si estaba fascinado con la forma que las personas estaban vistiendo el y aquel monje quedaban de lo mas raro en ese lugar. Se encamino por otro de los callejones ahora con el estomago totalmente lleno para buscar algo para hacer.

-Un medico por favor un medico!!!

Fueron las palabras que se escucharon proveniente de una de las avenidas, eso hizo que el pelimorado se encaminara corriendo hacia el lugar pudiendo ver que se encontraba un carruaje roto, estaba bastante dañado el mismo ya que le faltaba una de las ruedas con el mismo inclinado y tenia daño bastante severos los caballos parecían estar bastante bien aunque se notaba que se encontraban mas asustados que otras cosas.

-Soy medico, permiso permiso medico.

Declaro el muchacho logrando que las personas se hicieran a un lado en ese momento para dejar pasar al pelimorado aunque muchos extrañados por mas que nada ver a alguien tan joven diciendo que era medico, Dastan comenzó en ese momento a ver las heridas se trataba de un cochero y estaba sangrando en su costado, no dudo en ese momento empezar a tratarlo buscando quitar la prenda para poder revisar el estado y tomando un poco de la ropa lo rompió en ese momento para poder contener la sangre, el no tenia herramientas para poder trabajar pero haría lo mejor posible hasta que llego un sujeto con un traje completo y lentes dejo a un costado un portafolio el cual saco tijeras y empezó a darle ordenes al pelimorado para que lo ayudara en ese momento Dastan hizo caso ya que entendía todo lo que necesitaba.

-Buen trabajo chico, acompáñame hasta mi despacho con el herido puedes.

-Claro que si, le acompaño.

Dicho en eso se puso a cargar al sujeto ya que este no se encontraba inconsciente pero si era incapaz de moverse en ese momento ya que el dolor le provocaba imposible el caminar apoyado en Dastan se abrieron camino entre las personas para poder subirse a otro carruaje uno mas simple y mucho menos elegante que el accidentado el cual seguramente le había costado unos cuantos cientos de miles, en ese momento miro por las ventanas viendo como el carro se estaba moviendo con bastante maestría por las calles, seguramente llegarían a un hospital o quizás incluso a una clínica, el anciano que estaba actuando como medico se notaba que tenia varios años trabajando se saco los guantes y los metió en un caja que estaba a su lado.

-Gracias chico por el torniquete, sirvió para evitar que se lastimara mas, me gustaría que me ayudaras a operarlo es raro encontrar gente con tanta habilidad soy el Dr.Francise.

-Dastan un placer, un viajante con algunos conocimientos médicos, me encantara poder ayudarlo seguramente puedo aprender algo interesante.

Era sabido que la Reina Bruja era la diseñadora de obras arquitectónicas más importantes del mundo con maravillas como la Torre de Némesis, un imponente edificio de casi quinientos metros de alto ubicado en Dark Dome, el mismo que ahora pertenecía a Christa. Sin embargo, a pesar de sus grandes dotes para levantar construcciones ostentosas, poco había hecho por el Palacio Real de English Garden, el cual mantenía prácticamente el mismo diseño de toda la vida. Y había alguien que había robado los planos del Palacio para quién sabe qué.

Había estado siguiendo el mismo carruaje por un par de días, estudiando al conductor quien, en realidad, no era un simple chofer. Su nombre era Matthew F. Morgan, un ladrón perteneciente a los bajos fondos de English Garden. Cuerpo escuálido, nariz respingada, ojos negros y cabellos marrones. A simple vista no parecía alguien capaz de robar algo tan importante como los planos arquitectónicos del Palacio Real, pero ahora más que nunca la frase de “Nunca juzgues un libro por su portada” tomaba sentido.

La princesa esperaba oculta bajo la capucha de su capa mágica y con la espalda pegada a la pared del callejón. Introdujo la mano en la capa y de esta sacó una cantimplora para beber agua; ya comenzaba a sentir los labios resecos. Morgan había tenido un accidente y es que de pronto la rueda del carruaje había dejado de funcionar, pero no hacía falta ser muy listo para saber que, en realidad, se trataba de un intento de asesinato: alguien quería fuera del juego a Morgan.

Estuvo a punto de dar un paso al frente y llevarse de alguna manera al ladrón, pero fue en ese momento que apareció un hombre alto, delgado y de cabellos blancos que gritaba a todas luces que era extranjero. Otro turista entorpeciendo los planes de Christa, vaya. Comenzó a tratar las heridas de Morgan y a los pocos minutos apareció un señor de lentes y uniforme de médico. La princesa chistó con la lengua cuando vio que se llevaban al ladrón al hospital más cercano el cual, por cierto, no estaba para nada cerca.

¿Por qué Matthew F. Morgan era tan importante para Christas? Bueno, principalmente porque tenía los planos del Palacio Real y, teniendo información tan importante, eventualmente podría organizar un asalto, correr al gobierno actual y recuperar el trono. No tenía muchas ideas, carecía de amigos y los recursos que poseía eran más bien limitados; había que tomar riesgos para obtener grandes recompensas.

Dastan observo atentamente atraves de la tela que cubria sus ojos, a misma diseñada de tal forma que dejaba ver hacia afuera por entremedio de la misma haciendo parecer que era una persona ciega con grandes habilidades sensoriales ya que se movia por la ciudad incluso en ese momento atendia y ayudaba al doctor con la venda colocada en sus ojos, algo que llamaba la atencion del medico pero que termino por no decir nada solamente guardar silencio. El carro se movia a gran velocidad en ese momento por la calle su chofer gritaba algunos momentos para tratar de llamar la atencion de quienes estaban por delante, precisaba pasar con emergencia para llegar a la clinica del medico.

Algo despertaba la curiosidad del albino como era que este hombre teniendo una clinica tan lejana estaba tan cerca del lugar donde el accidente, acaso esperaba que este aconteciera o simplemente habia sido causalidad de la vida. Fuera la razon que fuera, el carro se detuvo en la entrada y entre ambos tuvieron que bajar el cuerpo sin moverlo demasiado, ya que era peligroso para su salud que se volviera a abrir sus heridas o incluso algo peor se generaran heridas internas por el accidente, que al parecer estaba realizado para que no sobreviviera al mismo.

Al entrar al edificio pudo ver un largo corredor blanco que contaba con una pequeña oficina del lado derecho el cual habia una muchacha con un elgante traje de enferemra la misma se apresuro al ver que transportaban a un herido, para buscar una camilla la cual trajo rapidamente pudiendo dejar al sujeto sobre la misma haciendo que Dastan estirara su cuerpo aliviado ya que realmente el tipo era bastante pesado. El doctor en cambio tenia mucho trabajo por delante.

-Nos encargamos de aqui, muchas gracias por ayudarnos con esto.

Menciono el doctor lo que hizo que el albino alzara su mano dereca con dos dedos hacia arribay se riera en ese momento, llamando claramente tambien la atencion de la enfermera debido a la venda que estaba cubriendo sus ojos, con el tiempo se acostumbro el joven que todos quedaran mirando atonitos de a momentos su rostro debido a que estaba usando una especie de venda que cubria sus ojos en totalidad, ojos que no le gustaba dejar que vieran a menos que fuera a ser lo ultimo que miraban. Decidio a quedarse para ver que tal les iba a los medicos se sento tranquilamente en una de las sillas que estaba en la zona de espera, junto a una mesita con muchas revistas la cual tomo una aunque sin intencion de leer, ya que si bien aquellas vendas dejaban ver un poco su entorno no eran la mejor forma de leer. Simplemente se dedico a pasar hoja tranquilamente, hasta que pudo ver como dos sujetos entraban haciendo preguntas bastantes fuertes a la enfermera que se puso nerviosa.

-Donde esta Morgan, sabemos que lo han traido para este lugar el patron quiere verlo.

-Disculpen caballeros ustedes son familia del herido???

-Tu no eres un doctor para preguntar eso.

-Touche pelota al medio, ustedes no pueden visitar al enfermo por que no son su querida familia y si soy medico aunque no de este lugar lamentablemente.

Mientras hablaba y escuchaba la respuesta de ambos sujetos que ahora estaba en el haciendo que la enfermera se tranquilizara y no solo eso sino que aprovechara ese momento para retirarse un poco del lugar, sintiendose abrumada por lo que estaba pasando en ese lugar, los que no hacian mas que molestarse eran los dos sujetos que estaban con cara de poca leche teniendo que hablar con alguien que no le podian ver los ojos y encima les decia que era medico como tal.

Se acomodó la capucha y partió al hospital para encontrar a Morgan. No tenía un objetivo demasiado claro ni sabía bien qué hacer, pero quedarse de brazos cruzados esperando un milagro no era una buena opción. Además, era de esperar que los asesinos de Morgan volviesen para terminar lo que habían comenzado.

Siguió al extranjero y al doctor para no equivocarse de hospital y meter la pata. English Garden había mejorado la infraestructura en los últimos años. Los hospitales gozaban de tecnología decente y respetaban el modelo gótico de la ciudad. Los pasillos eran iluminados por farolas que emitían luces anaranjadas, otorgando ese toque cálido. El ambiente no era especialmente agradable, después de todo, había gente muriendo allí. Podía escuchar sollozos y lamentos, incluso gritos de las madres que recibían las malas noticias.

Sin pretender llamar la atención Christa avanzó por el pasillo principal, dobló al final de este y allí encontró al extranjero. Era curioso que llevase una venda en los ojos. ¿No era contraproducente obstruir la visión? Bueno, cada loco con su tema; tampoco esperaba que fuera a intervenir. La princesa pensó rápidamente en las opciones que tenía para llegar a la sala donde estaba Morgan. De inmediato descartó el uso de la fuerza; no quería poner en riesgo a los pacientes ni estaba bien pelear en un hospital. Tampoco veía demasiado clara la probabilidad de infiltrarse, burlar a los matones y al extranjero.

Christa dio un paso al frente y se quitó la capucha para entonces acercarse al extranjero, colocar su mejor cara de aflicción y lucir como una jovencita preocupada.

—¿Papá está bien? —fue lo primero que preguntó—. ¿Puedo verlo? Me dijeron que tuvo un accidente y… —Una lágrima se deslizó por su mejilla—. Necesito saber si está bien.

Uno de los matones desvió la mirada hacia Christa, frunció el ceño y chistó la lengua. Iba ataviado con una chaqueta negra, unos pantalones ajustados y el cabello negro le caía sobre la frente. Una cicatriz en su mejilla derecha decía que no era buena idea meterse con él, pero Christa no le tenía miedo a un matón de mierda. Ya se había empeñado en recuperar los planos del Palacio Real y los conseguiría sin importar las consecuencias.

—¿Y se supone que tú eres su hija? ¿Dónde has estado todos estos años? Morgan nunca nos habló de ti —contestó el delincuente—. Vete antes de que las cosas se pongan feas.

La princesa retrocedió y puso su mejor cara de pánico mezclado con terror. Lucía como una niña indefensa que nunca se había encontrado con un hombre así.

—¿Cómo puede decir eso, señor? ¡Mi padre puede estar muriendo! —rugió Christa, preparándose para un posible enfrentamiento. Quería evitarlo a toda costa, pero si era necesario…

—No montes un espectáculo aquí, compañero —dijo el otro hombre. Era bastante más alto, rostro medio cuadrado y de expresión serena, cabellos negros y cuerpo fornido—. Lo siento, jovencita. Envíale mis saludos a Morgan y dile que el patrón lo quiere ver cuanto antes.

Las cosas no podían quedar mas raras que antes, ya que al encontrarse en aquel impase ya que tanto el hombre matón como el albino ambos estaban en un punto donde sus mentiras habían quedado bastante evidentes, el no era un medico de ese hospital tampoco podía aparentarlo con una venda en sus ojos que dejaban claro que su fuerte no era el poder ver a los pacientes y menos aun operarlos pero lo hacia aunque fuera algo totalmente raro, debido al material hecha en su venda. Este cuando iba a tratar de respaldar a la enfermera y tratar de sacarlos de allí escucho las palabras de una chica, alguien mas se estaba uniendo al juego una chica que decía ser la hija del que estaba herido. Claramente el albino no tenia mucho que decir ni tampoco contradecir ya que no conocía de nada a la persona herida lo que si entendía rápidamente que habían muchas pero al parecer cada vez mas interesados en lo que era aquel sujeto que estaba gravemente herido.

-Entiendo señorita, el doctor no ha regresado de su primer contacto con el paciente deberemos todos aguardar en la sala de espera hasta que nos dejen pasar....

Eso estaba incluyendo a los dos matones que tenia delante, sujetos que claramente tenían interés también de dar con el tipo, como si fuera mas raro todavía uno de ellos desacredito la historia de la chica, algo que no tomaba por sorpresa al albino pero no dijo nada dejo que ellos discutieran aunque si se puso en medio cuando noto, como la joven retrocedió y este quiso imponerse.

-Entenderá que si anda asustando a todos los presentes de esa forma, la gente no le contara sus mayores secretos y menos aun si tiene familia para que luego vaya a buscarla para hacerle daño no cree.

Aquello lo dijo con una leve gracia y una sonrisa en sus labios, señalando con uno de sus dedos al hombre que fue detenido de seguir actuando de manera hostil por su compañero quien al parecer era el que tenia la cabeza mas centrada, hizo aquella amenaza y parecían retirarse en cuanto se alejaban este menciono a la chica que se quedaba obviamente.

-Tu no eres hija de ese hombre verdad y estos tipos vendrán con refuerzos para asegurarse que Morgan no salga de este lugar sin que les de lo que quieren, el patrón nunca es bueno cuando llaman a su jefe de esa forma.

No dijo mas nada simplemente espero la reacción de la chica, alzando la mano para tener el descaro de con una sonrisa despedir a los dos sujetos que abandonaban el pasillo saliendo hacia el exterior, si tenían den den seria cuestión de minutos si no contaban con ese medio de comunicación tendrían un poco mas de tiempo, pero dudaba que pudieran cercar la zona, espero que la enfermera se alejara mas aliviada por no a ver inconvenientes para tomar un par de planillas y luego ir caminando hacia las puertas dobles donde estaban los internados.

- Al parecer el sujeto tiene bastantes amigos que quieren asegurarse de su estadía.

Estaban del otro lado de aquella puerta, según recordaba escucho la voz del medico informando cual era la habitación donde estarían tratando al herido del carro, el doctor había ordenado que se le llevara allí cuanto antes para proceder a estabilizar el enfermo. Siguió caminando por los pasillos hasta poder dar con el objetivo

La princesa mantenía la vista clavada en los hombres que abandonaban el hospital hasta que el extranjero habló una vez más, sugiriendo que Christa, en realidad, no era hija de Morgan. Además, aseguraba que los matones volverían con más refuerzos para que el ladrón no saliese. Si bien no tenía que demostrarle nada a un simple extranjero que estaba de paso, le molestó que metiese su nariz en donde no le incumbía.

—¿Por qué ahora todo el mundo está interesado en papá? —respondió con el ceño fruncido, haciendo ver su molestia—. No sé en qué estará metido ni quiénes son esos hombres —continuó con la mentira—, yo solo le he venido a ver porque me han dicho en el trabajo que tuvo un accidente.

No sabía por qué se justificaba ante un forastero, pero sentía que era necesario para darle más solidez a la mentira. Bueno, tampoco tenía pensado mantenerla por demasiado tiempo; lo único que le interesaba era conseguir los planos del Palacio Real. Quería hablar con Morgan y negociar con él, ofrecerle una vía de escape de English Garden y el dinero suficiente para que comenzase una nueva vida en una isla lejana. ¿Cómo iba a llegar hasta la habitación en donde estaba siendo atendido? Era una buena pregunta, la verdad. Christa no era demasiado buena trazando planes, sino que prefería improvisar sobre la marcha.

—¿Y tú por qué estás tan interesado? —le preguntó al extranjero antes de que estuviera demasiado lejos; necesitaba saber si era un potencial enemigo o, en el mejor de los casos, una herramienta a utilizar.

Christa aguardó en la sala de espera por más de cuarenta minutos hasta que el doctor salió de la habitación en donde atendían a Morgan. Se le veía cansado físicamente; quizás llevaba trabajando varias horas, algo normal en los médicos. Caminó con parsimonia hasta donde se encontraba la princesa y le dedicó una mirada analítica, como si estuviera intentando comprobar que de verdad se trataba de la hija del herido. Si bien era cierto que no mantenían ningún parecido, nada le impedía decir que, en realidad, se trataba de una hija adoptada. Al final la mentira terminaría cayendo por su propio peso, pero mientras lo hiciera después de conseguir los planos arquitectónicos del palacio…

—¿Tú eres la hija del señor Morgan? Es cierto que no tienen ningún parecido, pero quién soy yo para juzgar. Tu padre está bien, debería despertar en los próximos minutos.

La princesa fingió una expresión de alivio y sus ojos se tornaron llorosos a causa de la emoción.

—¡Muchas gracias, doctor! Cuando supe que tuvo un accidente pensé en lo peor y… —Christa se detuvo de golpe—. No, eso da igual. Muchas gracias por haberle salvado.

Bueno, era el momento de reunirse con Morgan. La princesa esperó unos cuantos minutos más fuera de la habitación y, cuando pensó que ya había pasado el tiempo suficiente, abrió la puerta para descubrir que la ventana estaba abierta y que el ladrón había escapado.