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Era una mañana algo soleada, era agradable ver como la vegetación se extendía a lo largo de mi camino, por fin había llegado a esa isla que tanto le había oído hablar a mi maestro. Tantas anécdotas que me conto, allí es donde aprendió el estilo de lucha de sus artes marciales, las cuales ahora dominaba yo y la verdad tenía muchas ganas de saber qué clase de lugar era con mis propios ojos.
Caminar por esa senda era algo angosto con mis alas, sentía como mis plumas se iban moviendo por las hojas y ramas que las rozaban. Por lo general no me importaría como estuvieran mis alas… pero generalmente estaba o encerrada en la cocina o alejada de toda clase de vida, todo lo contrario que ahora, así que espere a salir a un sitio más abierto para tomarme el tiempo de acicalar mis alas como es debido.
-Ah… Tantas plumas negras, desordenadas y brillantes… A veces pienso que si no fuera por nuestro pasado, me gustarían mucho mis alas… – dije para mí en voz baja mientras con cuidado acicalaba mi ala derecha.
Estaba muy calmado todo, hasta me dio ganas de ir a buscar algunos ingredientes frescos y hacer algún plato diferente a lo que suelo hacer en el aire libre, aprovechar este buen humor que tenia para probar recetas típicas de la isla, incluso. Sin darme cuenta deje entrever una leve sonrisa en mis labios.
El viento junto con los arboles entonaban una melodía que los pájaros acompañaban con sus canciones, era realmente relajante… hacía mucho tiempo que no me sentía tan en paz conmigo mismo y con el mundo. Esta tranquilidad me hacia recordar a mi familia, los buenos tiempos de mi infancia… los echo mucho de menos. Aunque he encontrado más gente a parte de mi maestro que no me desprecia por esa idea que reflejan en mi y eso realmente me hace feliz, suficiente como para poder sonreír tranquilamente hoy.
Caminar por esa senda era algo angosto con mis alas, sentía como mis plumas se iban moviendo por las hojas y ramas que las rozaban. Por lo general no me importaría como estuvieran mis alas… pero generalmente estaba o encerrada en la cocina o alejada de toda clase de vida, todo lo contrario que ahora, así que espere a salir a un sitio más abierto para tomarme el tiempo de acicalar mis alas como es debido.
-Ah… Tantas plumas negras, desordenadas y brillantes… A veces pienso que si no fuera por nuestro pasado, me gustarían mucho mis alas… – dije para mí en voz baja mientras con cuidado acicalaba mi ala derecha.
Estaba muy calmado todo, hasta me dio ganas de ir a buscar algunos ingredientes frescos y hacer algún plato diferente a lo que suelo hacer en el aire libre, aprovechar este buen humor que tenia para probar recetas típicas de la isla, incluso. Sin darme cuenta deje entrever una leve sonrisa en mis labios.
El viento junto con los arboles entonaban una melodía que los pájaros acompañaban con sus canciones, era realmente relajante… hacía mucho tiempo que no me sentía tan en paz conmigo mismo y con el mundo. Esta tranquilidad me hacia recordar a mi familia, los buenos tiempos de mi infancia… los echo mucho de menos. Aunque he encontrado más gente a parte de mi maestro que no me desprecia por esa idea que reflejan en mi y eso realmente me hace feliz, suficiente como para poder sonreír tranquilamente hoy.
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Hoy avanzas por la Isla Karata, Alpha. Habían llegado rumores de que sería un buen lugar para satisfacer tu hambre de conocimiento. Después de todo, disfrutas mucho al aprender de otros estilos de pelea, quitando obviamente que se te da muy bien copiar lo que observas. Como siempre, estas acompañado de tus tres confiables homies.
Y como es de costumbre, cabalgas sobre la plumífera.
- Un dia tranquilo ¿No lo crees Alpha? - Dijo Suzaku quien disfrutaba del paseo. La vegetación de este lugar era algo que particularmente le gustaba. Sin mencionar el clima que claramente más que agradable para la plumífera. Después de todo su especie viene de Arabasta. Un lugar particularmente caliente. - Hace mucho que no podíamos disfrutar de un paseo sin estar llamando mucho la atención.
- Todo depende del lugar. - Respondiste con tranquilidad. - Estamos en dominios de la Revolución. No creo que particularmente sea una buena idea causar problemas acá. Tampoco creo que ningún marine venga a un territorio donde claramente no tienen nada que hacer. Se dice que la gente de este lugar es fuerte y autosuficiente en muchos sentidos. Además de tener buena comida.
- No creo que vengamos particularmente por la comida ¿O si? - Preguntó ella.
- En lo absoluto. No creo que encontremos mejor lugar para poder entrenarme en el Haki. Y no estamos en la misma época. Perdimos total comunicación con Lysbeth, y he perdido su Vivre Card en la batalla de Sakuras. - Diste un gran suspiro tratando de calmar la mala sensación de tener tan mala suerte. - Sin contar que no hemos podido llegar a Amazon Lily. Pensaba tener un entrenamiento más detallado con ellas. Pero las cosas no han salido para nada bien.
- Sin mencionar que perdimos a Susanoo.
- A él siempre lo llevo en mi mente. - Dijiste con melancolía. - Su muerte es una de las pocas cosas que no me puedo perdonar. - Diste otro profundo suspiro. Sabías que ya no podías hacer nada para cambiar el pasado. Logi y Thor obvervaron la cara de tristeza que traías, así que trataron de animarme un poco contando chistes y haciendo travesuras el uno con el otro en su forma diminuta. Para suerte de ellos, te hicieron gracias y volviste a sonreir. Siguen avanzando y, a lo lejos podían ver una ciudad. Pronto arribarian y lo primero que estarías dispuesto a buscar era un lugar donde comer.
Te estaba comenzando a dar hambre.
Y como es de costumbre, cabalgas sobre la plumífera.
- Un dia tranquilo ¿No lo crees Alpha? - Dijo Suzaku quien disfrutaba del paseo. La vegetación de este lugar era algo que particularmente le gustaba. Sin mencionar el clima que claramente más que agradable para la plumífera. Después de todo su especie viene de Arabasta. Un lugar particularmente caliente. - Hace mucho que no podíamos disfrutar de un paseo sin estar llamando mucho la atención.
- Todo depende del lugar. - Respondiste con tranquilidad. - Estamos en dominios de la Revolución. No creo que particularmente sea una buena idea causar problemas acá. Tampoco creo que ningún marine venga a un territorio donde claramente no tienen nada que hacer. Se dice que la gente de este lugar es fuerte y autosuficiente en muchos sentidos. Además de tener buena comida.
- No creo que vengamos particularmente por la comida ¿O si? - Preguntó ella.
- En lo absoluto. No creo que encontremos mejor lugar para poder entrenarme en el Haki. Y no estamos en la misma época. Perdimos total comunicación con Lysbeth, y he perdido su Vivre Card en la batalla de Sakuras. - Diste un gran suspiro tratando de calmar la mala sensación de tener tan mala suerte. - Sin contar que no hemos podido llegar a Amazon Lily. Pensaba tener un entrenamiento más detallado con ellas. Pero las cosas no han salido para nada bien.
- Sin mencionar que perdimos a Susanoo.
- A él siempre lo llevo en mi mente. - Dijiste con melancolía. - Su muerte es una de las pocas cosas que no me puedo perdonar. - Diste otro profundo suspiro. Sabías que ya no podías hacer nada para cambiar el pasado. Logi y Thor obvervaron la cara de tristeza que traías, así que trataron de animarme un poco contando chistes y haciendo travesuras el uno con el otro en su forma diminuta. Para suerte de ellos, te hicieron gracias y volviste a sonreir. Siguen avanzando y, a lo lejos podían ver una ciudad. Pronto arribarian y lo primero que estarías dispuesto a buscar era un lugar donde comer.
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Termine de acicalarme las alas y mire al horizonte, no estaba muy lejos de la zona civilizada así que decidí ir a ver si habían algunas tiendas con ingredientes de buena calidad.
Camine con mucha tranquilidad entre las calles a pesar de que muchos se quedaban mirándome, supongo que no todos los días ves a una persona alada de 5 metros, aunque me haya encontrado con todo tipo de personas. Encontré una parada muy bien parada que invitaba a pararte a ver sus productos.
-¿Le interesa alguna cosa en particular? – pregunto el señor de la tienda con una amable sonrisa mientras daba una calada a su pipa kiseru.
-Oh, si la verdad. Me gustaría saber que ingredientes son más típicos de aquí, quisiera hacer alguna receta típica de este lugar – dije mientras mantenía mi espalda encorvada para poder ver de cerca algunos ingredientes que me llamaron la atención por encima de los demás.
-Entonces te recomiendo que tomes estos ingredientes – dijo mientras tomaba algunos ingredientes que no reconocía y me los entregaba – te voy a dar la receta del “moushate” te la escribiré en un momento, veras que está muy buena.
-Oh es realmente muy amable, realmente se lo agradezco – tome los ingredientes mientras veía como estaba escribiendo los ingredientes en una parte y la receta por otra – parece que se la sabe de memoria, ¿la ha preparado mucho? – pregunte con curiosidad al ver la decisión con lo que escribía cada paso, sin parar ni un minuto en recordar por si le faltaba algo.
-Sí, la verdad es que es un plato que tanto a mi hijo a mi esposa como a mí nos gusta mucho y es muy típico de aquí, vera que no tiene ningún secreto, cualquiera lo puede hacer si le echa ganas – me sonrió y me dio el papel – aquí están los ingredientes que te he dado y estos son los que te faltan, ve a esas dos otras tiendas allí encontraras los que te faltan y de muy buena calidad te lo aseguro, ah, en esta parte te he escrito la receta paso a paso.
-Muchísimas gracias, se lo agradezco de verdad – incline mi cabeza en gesto de agradecimiento mientras tomaba el papel y le daba el dinero – voy a hacerla tan pronto tenga todos los ingredientes.
-Por favor, seguro te gustará y cuando la hayas probado tienes que volver para decirme que te pareció, me gustaría saber si esta plato que tanto me gusta también te conquisto – dijo con una alegre sonrisa mientras volvía hacer una calada y dejaba que el humo subiera lentamente.
-Téngalo por seguro, sea cual sea el resultado vendré a contárselo.
Me despedí del señor y me dirigí hacia las tiendas que me comento y pude obtener los ingredientes, me fui a ver si podía encontrar un sitio para poder cocinar y para mi suerte me prestaron una cocina al aire libre que estaba equipada con lo suficiente para poder cocinar cosas elaboradas.
Mirando detenidamente los productos pude ver que eran de muy buena calidad, tenían un buen color así que me dispuse a preparar todo para empezar a cocinar y saque el papel que me dio el señor.
Camine con mucha tranquilidad entre las calles a pesar de que muchos se quedaban mirándome, supongo que no todos los días ves a una persona alada de 5 metros, aunque me haya encontrado con todo tipo de personas. Encontré una parada muy bien parada que invitaba a pararte a ver sus productos.
-¿Le interesa alguna cosa en particular? – pregunto el señor de la tienda con una amable sonrisa mientras daba una calada a su pipa kiseru.
-Oh, si la verdad. Me gustaría saber que ingredientes son más típicos de aquí, quisiera hacer alguna receta típica de este lugar – dije mientras mantenía mi espalda encorvada para poder ver de cerca algunos ingredientes que me llamaron la atención por encima de los demás.
-Entonces te recomiendo que tomes estos ingredientes – dijo mientras tomaba algunos ingredientes que no reconocía y me los entregaba – te voy a dar la receta del “moushate” te la escribiré en un momento, veras que está muy buena.
-Oh es realmente muy amable, realmente se lo agradezco – tome los ingredientes mientras veía como estaba escribiendo los ingredientes en una parte y la receta por otra – parece que se la sabe de memoria, ¿la ha preparado mucho? – pregunte con curiosidad al ver la decisión con lo que escribía cada paso, sin parar ni un minuto en recordar por si le faltaba algo.
-Sí, la verdad es que es un plato que tanto a mi hijo a mi esposa como a mí nos gusta mucho y es muy típico de aquí, vera que no tiene ningún secreto, cualquiera lo puede hacer si le echa ganas – me sonrió y me dio el papel – aquí están los ingredientes que te he dado y estos son los que te faltan, ve a esas dos otras tiendas allí encontraras los que te faltan y de muy buena calidad te lo aseguro, ah, en esta parte te he escrito la receta paso a paso.
-Muchísimas gracias, se lo agradezco de verdad – incline mi cabeza en gesto de agradecimiento mientras tomaba el papel y le daba el dinero – voy a hacerla tan pronto tenga todos los ingredientes.
-Por favor, seguro te gustará y cuando la hayas probado tienes que volver para decirme que te pareció, me gustaría saber si esta plato que tanto me gusta también te conquisto – dijo con una alegre sonrisa mientras volvía hacer una calada y dejaba que el humo subiera lentamente.
-Téngalo por seguro, sea cual sea el resultado vendré a contárselo.
Me despedí del señor y me dirigí hacia las tiendas que me comento y pude obtener los ingredientes, me fui a ver si podía encontrar un sitio para poder cocinar y para mi suerte me prestaron una cocina al aire libre que estaba equipada con lo suficiente para poder cocinar cosas elaboradas.
Mirando detenidamente los productos pude ver que eran de muy buena calidad, tenían un buen color así que me dispuse a preparar todo para empezar a cocinar y saque el papel que me dio el señor.
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Finalmente llegaron. Diste las gracias de que el viaje había valido la pena. A primera vista la ciudad te pareció acogedora. Miraste de un lugar a otro y el movimiento era constante e incluso algo abrumante. Respiraste profundamente y te diste cuenta que a primera vista nadie parecía poner fija atención en ti. Comenzaste a cabalgar un poco hacia el interior de la ciudad y, te diste cuenta al instante que tu presencia ya había sido detectada. Un par de sujetos se habían acercado a ti. Tú simplemente te mantuviste tranquilo y lleno de cualquier expectativa.
- ¿Podemos ayudarle? Parece que acaba de llegar a la isla. - A simple vista no parecían estar armados, pero incluso tu sabias que eso aquí no era símbolo que lo estuvieran. El arma más peligrosa de un artista marcial es su cuerpo y, tu estas en la isla karate.
- Solo busco un lugar el cual pueda alquilar por un tiempo. - Respondiste con total tranquilidad. - Luego de ello me iré por donde vine. - Respondiste sin prestarle mucha atención a los presentes, mirando en toda dirección disfrutando de las cosas que observabas.
- Usted sabe que este no es territorio cualquiera ¿Verdad?
- No soy tan idiota de meterte en un territorio del cual se que me metere en problemas mas grandes de lo que puedo manejar. Sé que la revolución protege este lugar y por eso he venido. Solo quiero un buen lugar donde pasar el tiempo, es todo.
El sujeto te miro detenidamente por un rato. Al final simplemente prefiere dejarte con la simple advertencia de que no buscaras problemas en este lugar. Te asentiste y seguiste de largo sin darle mucha importancia a lo ocurrido. No consideraste mal en ningún momento la advertencia de los sujetos que, asumiste que eran revolucionarios. Después de todo estas en una de las dos islas respaldadas por ellos. Han pasado muchas cosas durante este tiempo y pronto tendrás que ponerte al día.
Te adentraste hasta llegar a lo que parecía ser el mercado. Los gritos y las personas vendiendo sus productos estaban por doquier. Para ti no habría mejor lugar para conseguir información que este lugar. Aunque pronto el hambre hizo acto de presencia en tu estómago. Por lo que decidiste simplemente tomar un descanso y buscar algún lugar para comer. Buscate por un momento algo que te llamará la atención. Encontraste algo muy poco peculiar. Una persona muy grande, manejaba una cocina al aire libre. Lo que más te llamó la atención de esta persona eran sus alas. Te pareció lo suficientemente interesante para acercarte y preguntar amablemente.
- ¿Puedo hechar un vistazo al menu?
- ¿Podemos ayudarle? Parece que acaba de llegar a la isla. - A simple vista no parecían estar armados, pero incluso tu sabias que eso aquí no era símbolo que lo estuvieran. El arma más peligrosa de un artista marcial es su cuerpo y, tu estas en la isla karate.
- Solo busco un lugar el cual pueda alquilar por un tiempo. - Respondiste con total tranquilidad. - Luego de ello me iré por donde vine. - Respondiste sin prestarle mucha atención a los presentes, mirando en toda dirección disfrutando de las cosas que observabas.
- Usted sabe que este no es territorio cualquiera ¿Verdad?
- No soy tan idiota de meterte en un territorio del cual se que me metere en problemas mas grandes de lo que puedo manejar. Sé que la revolución protege este lugar y por eso he venido. Solo quiero un buen lugar donde pasar el tiempo, es todo.
El sujeto te miro detenidamente por un rato. Al final simplemente prefiere dejarte con la simple advertencia de que no buscaras problemas en este lugar. Te asentiste y seguiste de largo sin darle mucha importancia a lo ocurrido. No consideraste mal en ningún momento la advertencia de los sujetos que, asumiste que eran revolucionarios. Después de todo estas en una de las dos islas respaldadas por ellos. Han pasado muchas cosas durante este tiempo y pronto tendrás que ponerte al día.
Te adentraste hasta llegar a lo que parecía ser el mercado. Los gritos y las personas vendiendo sus productos estaban por doquier. Para ti no habría mejor lugar para conseguir información que este lugar. Aunque pronto el hambre hizo acto de presencia en tu estómago. Por lo que decidiste simplemente tomar un descanso y buscar algún lugar para comer. Buscate por un momento algo que te llamará la atención. Encontraste algo muy poco peculiar. Una persona muy grande, manejaba una cocina al aire libre. Lo que más te llamó la atención de esta persona eran sus alas. Te pareció lo suficientemente interesante para acercarte y preguntar amablemente.
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Tranquilamente empecé lavando los ingredientes y cortarlos tal y como ponía en las indicaciones y lo sofreí a fuego bajo con un poco de aceite. Aun tenía el tomate, el calabacín y los champiñones a parte mientras leía el papel (yo para que no se pegue le voy agregando caldo aunque muchos le agregan agua).
Vertí el tomate junto con el laurel y le agregué la sal y la pimienta dejándolo cocinar hasta que se redúzcase un poco. Mientras seguía leyendo el papel, me sentía de tan buen humor que empecé a tararear sin darme cuenta mientras con suavidad agitaba levemente las alas, de pronto escuche unos pasos y al levantarme pude ver a un joven que parecía medir 1’60 o quizás 1’70, no lo alcanzaba a distinguir bien, pero algo que pude ver fue su cabellera negra que me hizo recordar a la de mi difunto hermano por un pequeño instante, él salió igual que mi padre, también me fije en su mirada, a pesar de sus facciones atractivas y sus ojos de un profundo color café, me intereso más ver que parecía faltarle su brazo izquierdo, me acordé cuando conocí a mi capitán, me hice las mismas preguntas que con él...
¿Cómo llego a perder el brazo? ¿Debió dolerle mucho? ¿O aun le duele? Me sorprendía más al tener en cuenta que parecía ser alguien difícil de lidiar ya que a pesar de su ropa podía ver su cuerpo musculado.
Su voz tan tranquila preguntándome si podía ver el menú interrumpió mis pensamientos.
- Oh, perdón, yo solo estoy tomando prestada la cocina, el sitio no es mío – respondí eso ya que no quería que los que me prestaban la cocina tuvieran algún problema luego, aunque luego pensé que no estaría mal que alguien más juzgara el resultado de mi plato, ya que podía ser que o ya conociera el plato o algo por el estilo.
Por unos instantes me quede en silencio, pero de pronto recordé que tenía que agregar aun los calabacines, los champiñones y las gambas que había estado pelando así que corriendo lo añadí y volviendo a mirar al joven sin bien, bien como decirlo le señale un banco de piedra que prácticamente estaba justo al lado mío, pero lo malo era que estaba justo tras de mí y delante de la cocina.
- Si justa, puede sentase… – realmente no sabía cómo decírselo así que simplemente me quede en silencio mientras sentía que se me erizaban las plumas de las alas mientras tomaba un cuchillo y me puse a hacer laminas de berenjena para hornearlas.
Vertí el tomate junto con el laurel y le agregué la sal y la pimienta dejándolo cocinar hasta que se redúzcase un poco. Mientras seguía leyendo el papel, me sentía de tan buen humor que empecé a tararear sin darme cuenta mientras con suavidad agitaba levemente las alas, de pronto escuche unos pasos y al levantarme pude ver a un joven que parecía medir 1’60 o quizás 1’70, no lo alcanzaba a distinguir bien, pero algo que pude ver fue su cabellera negra que me hizo recordar a la de mi difunto hermano por un pequeño instante, él salió igual que mi padre, también me fije en su mirada, a pesar de sus facciones atractivas y sus ojos de un profundo color café, me intereso más ver que parecía faltarle su brazo izquierdo, me acordé cuando conocí a mi capitán, me hice las mismas preguntas que con él...
¿Cómo llego a perder el brazo? ¿Debió dolerle mucho? ¿O aun le duele? Me sorprendía más al tener en cuenta que parecía ser alguien difícil de lidiar ya que a pesar de su ropa podía ver su cuerpo musculado.
Su voz tan tranquila preguntándome si podía ver el menú interrumpió mis pensamientos.
- Oh, perdón, yo solo estoy tomando prestada la cocina, el sitio no es mío – respondí eso ya que no quería que los que me prestaban la cocina tuvieran algún problema luego, aunque luego pensé que no estaría mal que alguien más juzgara el resultado de mi plato, ya que podía ser que o ya conociera el plato o algo por el estilo.
Por unos instantes me quede en silencio, pero de pronto recordé que tenía que agregar aun los calabacines, los champiñones y las gambas que había estado pelando así que corriendo lo añadí y volviendo a mirar al joven sin bien, bien como decirlo le señale un banco de piedra que prácticamente estaba justo al lado mío, pero lo malo era que estaba justo tras de mí y delante de la cocina.
- Si justa, puede sentase… – realmente no sabía cómo decírselo así que simplemente me quede en silencio mientras sentía que se me erizaban las plumas de las alas mientras tomaba un cuchillo y me puse a hacer laminas de berenjena para hornearlas.
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Te diste cuenta en un instante que se quedó mirando fijamente hacia tu lado izquierdo. Asumiste que ella tenía cierto interés sobre tu brazo mecánico. - Veo que se ha dado cuenta que he perdido el brazo. - Lo levantaste para que tuviera una mejor vista del artilugio mecánico que tomaba su lugar. - Esto ocurrió hace tiempo, pero no tiene por qué preocuparse. Ocurrió porque era necesario.
Sonreías. Estabas teniendo recuerdos de aquel día. El día que llegaste a la isla de las amazonas con la intención de formar una alianza. Requirió un gran sacrificio, pero lo lograste. Estaba en tus planes llegar de nuevo a aquel lugar nuevamente. Querías saber qué había ocurrido con ellas después de estos largos ciencientas años. Pero unos cortos para ti, por que para tan tan solo han pasado un par de días después de aquello.
El silencio no era incómodo para ti. Te quedaste viendo como ella hacía su ritual de preparación. Era bastante cuidadosa con los utensilios e ingredientes. Miraste fijamente cada acción. Como si… estuvieras aprendiendo cómo moverte en el mismo escenario que ella. Luego recordaste que la cocina y tú no se llevan para nada bien. Por más que ames comer, preparar incluso un huevo al sartén te resulta algo imposible. De hecho, estabas mas que agradecido que tu habilidad te permitirá poder hacer que los ingredientes e instrumentos cobrarán vida, incluso que se cocinan solos. Ya que en tus manos seria un desastre total.
Cosas de la vida, suponías.
-¡Oh! Agradezco la invitación. - Dijiste tranquilo. Bajaste de la plumífera y te dispusiste a tomar asiento como ella te lo había indicado. Suzaku se quedaba atrás de ti mirando Thor y Logi estaban persiguiéndose el uno al otro sobre tu cabeza. Y tú, solo te limitaste a seguir observando cómo ella hacía lo suyo.
De pronto, te comenzó a dar sed. Te fijaste que la jarra de agua y el vaso estaba un poco lejos de ti. - Jarra y vaso. Agua, por favor. - Ambos habían cobrado vida. Te miraron fijamente y con una sonrisa se dirigieron a donde te encontrabas. Te sirvieron el agua y tú bebiste tranquilamente. Luego, miraste nuevamente hacia ella.
- ¿Que planea preparar?
Sonreías. Estabas teniendo recuerdos de aquel día. El día que llegaste a la isla de las amazonas con la intención de formar una alianza. Requirió un gran sacrificio, pero lo lograste. Estaba en tus planes llegar de nuevo a aquel lugar nuevamente. Querías saber qué había ocurrido con ellas después de estos largos ciencientas años. Pero unos cortos para ti, por que para tan tan solo han pasado un par de días después de aquello.
El silencio no era incómodo para ti. Te quedaste viendo como ella hacía su ritual de preparación. Era bastante cuidadosa con los utensilios e ingredientes. Miraste fijamente cada acción. Como si… estuvieras aprendiendo cómo moverte en el mismo escenario que ella. Luego recordaste que la cocina y tú no se llevan para nada bien. Por más que ames comer, preparar incluso un huevo al sartén te resulta algo imposible. De hecho, estabas mas que agradecido que tu habilidad te permitirá poder hacer que los ingredientes e instrumentos cobrarán vida, incluso que se cocinan solos. Ya que en tus manos seria un desastre total.
Cosas de la vida, suponías.
-¡Oh! Agradezco la invitación. - Dijiste tranquilo. Bajaste de la plumífera y te dispusiste a tomar asiento como ella te lo había indicado. Suzaku se quedaba atrás de ti mirando Thor y Logi estaban persiguiéndose el uno al otro sobre tu cabeza. Y tú, solo te limitaste a seguir observando cómo ella hacía lo suyo.
De pronto, te comenzó a dar sed. Te fijaste que la jarra de agua y el vaso estaba un poco lejos de ti. - Jarra y vaso. Agua, por favor. - Ambos habían cobrado vida. Te miraron fijamente y con una sonrisa se dirigieron a donde te encontrabas. Te sirvieron el agua y tú bebiste tranquilamente. Luego, miraste nuevamente hacia ella.
- ¿Que planea preparar?
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Me tranquilicé al ver que se sentó tranquilamente y que me respondía con mucha comodidad aun así no entendí muy bien el porqué de “ocurrió porque era necesario” pero su determinación en sus palabras me obligaban a no darle más importancia y así continué con la receta.
Con tranquilidad iba fijándome en las indicaciones que el señor había puesto en cada paso, podía notar la mirada del joven encima de cada movimiento que hacía y caí en que ni me había presentado ni le había preguntado por su nombre. Estaba empezando a creer que mis modales se estaban evaporando desde que emprendí el viaje.
Durante un rato sin dejar de cocinar empecé a estresarme ya que no se me ocurría ni una triste ni mísera conversación para entretener al invitado, sentía que mis plumas se estaban empezando a erizar y eso hacía que mi concentración estuviera tambaleándose de un tema a otro y casi con un descuido derramo el caldo que había preparado.
Con un movimiento rápido logre detener el fatídico final de ese caldo pero no tenía tiempo de estar agradecido por mi rápido reflejo, pues tenía que estar controlando la comida.
El sol estaba dando de lleno justo en esa hora y agradecí haber traído suficiente agua para todo, en ese momento caí en que ¿Qué mejor manera de comenzar la conversación que ofreciéndole un vaso de agua en un momento tan caluroso? Me dispuse a ir por la jarra pero justo cuando estaba al lado cobraron ¿vida?
Y se fueron con el joven y le sirvieron, tanto lo que acababa de pasar como la tranquilidad del joven me dejaron tan descuadrado y congelado que ni sentí el calor del sol o de los fogones y casi ni escucho como me preguntaba por el plato que tenia entre alas hacer.
Recuerdo que mi capitán me comento sobre que en este mundo había unas frutas extrañas que te daban poderes pero no terminaba de entender nada de todo esto, ¿Cómo comerte una fruta podía hacer que un vaso y una jarra cobraran vida? ¡Tenían ojos y boca! No puede ser que la gente tratara esas cosas como algo normal, era imposible que estas cosas sean dadas por el simple hecho de comerte una fruta, por muy extraña que pareciera no lo entendía.
A lo largo de estos años he cocinado todo tipo de platos con mucha variedad de ingredientes y nunca había oído hablar de esas frutas hasta que conocí a Yor.
Estaba teniendo un caos en mi cabeza ni siquiera me había dado cuenta de que me quede congelada sin siquiera parpadear mirando la jarra y el vaso aun junto al joven.
Con tranquilidad iba fijándome en las indicaciones que el señor había puesto en cada paso, podía notar la mirada del joven encima de cada movimiento que hacía y caí en que ni me había presentado ni le había preguntado por su nombre. Estaba empezando a creer que mis modales se estaban evaporando desde que emprendí el viaje.
Durante un rato sin dejar de cocinar empecé a estresarme ya que no se me ocurría ni una triste ni mísera conversación para entretener al invitado, sentía que mis plumas se estaban empezando a erizar y eso hacía que mi concentración estuviera tambaleándose de un tema a otro y casi con un descuido derramo el caldo que había preparado.
Con un movimiento rápido logre detener el fatídico final de ese caldo pero no tenía tiempo de estar agradecido por mi rápido reflejo, pues tenía que estar controlando la comida.
El sol estaba dando de lleno justo en esa hora y agradecí haber traído suficiente agua para todo, en ese momento caí en que ¿Qué mejor manera de comenzar la conversación que ofreciéndole un vaso de agua en un momento tan caluroso? Me dispuse a ir por la jarra pero justo cuando estaba al lado cobraron ¿vida?
Y se fueron con el joven y le sirvieron, tanto lo que acababa de pasar como la tranquilidad del joven me dejaron tan descuadrado y congelado que ni sentí el calor del sol o de los fogones y casi ni escucho como me preguntaba por el plato que tenia entre alas hacer.
Recuerdo que mi capitán me comento sobre que en este mundo había unas frutas extrañas que te daban poderes pero no terminaba de entender nada de todo esto, ¿Cómo comerte una fruta podía hacer que un vaso y una jarra cobraran vida? ¡Tenían ojos y boca! No puede ser que la gente tratara esas cosas como algo normal, era imposible que estas cosas sean dadas por el simple hecho de comerte una fruta, por muy extraña que pareciera no lo entendía.
A lo largo de estos años he cocinado todo tipo de platos con mucha variedad de ingredientes y nunca había oído hablar de esas frutas hasta que conocí a Yor.
Estaba teniendo un caos en mi cabeza ni siquiera me había dado cuenta de que me quede congelada sin siquiera parpadear mirando la jarra y el vaso aun junto al joven.
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Esa manía tuya de usar tu akuma no mi sin miedo, a veces puede hacer que las personas a tu alrededor queden atónitas, Alpha. La enorme mujer frente a ti se ha quedado de esa manera. Miraba fijamente como los dos Homies estaba feliz y realizando pequeños saltos. Para ti, esto era cosa normal y de cada día, pero para ella y para mucha gente, te aseguro que esto resultaba un hecho que no era de este mundo.
A pesar de que irónicamente, lo sea.
-¡Oh, lo siento! – Dijiste al notar la incomodidad de la cocinera. Bueno, al menos tu percibiste ese sentimiento. – Me imagino que sabes lo que son las Akumas no mí. Yo he comido una la cual me permite tener muchos compañeros conmigo.
No querías dar muchos detalles, pero tampoco estabas mintiendo. Tener la Soru Soru no mí contigo era algo que te daba mucha felicidad. Pero eso era plática para otro día. Por otro lado, el sol estaba comenzando a pegar más fuerte. Te estaba comenzando a dar calor. Ella aun parecía estar congelada, analizando la situación. Tú sonreíste para ella y moviste tu mano de lado a lado para hacerla volver su atención hacia ti.
-¿Todo bien? – Preguntaste ladeando un poco la cabeza. – Si gustas, puedo hacer que estos pequeños desaparezcan si te resultan ser incomodos. – Dijiste con amabilidad. Para ti era mejor no molestarle o incomodarle, no ganabas nada con ellos.
- Por otro lado. – Miraste sus alas - ¿No eres de este mar, verdad? – Preguntaste con cierta curiosidad en tu voz. – Lo se, porque no se suele encontrar alguien como tú en este mar ¿De dónde eres? Por cierto, mi nombre es Alpha. Encantado de conocerte.
A pesar de que irónicamente, lo sea.
-¡Oh, lo siento! – Dijiste al notar la incomodidad de la cocinera. Bueno, al menos tu percibiste ese sentimiento. – Me imagino que sabes lo que son las Akumas no mí. Yo he comido una la cual me permite tener muchos compañeros conmigo.
No querías dar muchos detalles, pero tampoco estabas mintiendo. Tener la Soru Soru no mí contigo era algo que te daba mucha felicidad. Pero eso era plática para otro día. Por otro lado, el sol estaba comenzando a pegar más fuerte. Te estaba comenzando a dar calor. Ella aun parecía estar congelada, analizando la situación. Tú sonreíste para ella y moviste tu mano de lado a lado para hacerla volver su atención hacia ti.
-¿Todo bien? – Preguntaste ladeando un poco la cabeza. – Si gustas, puedo hacer que estos pequeños desaparezcan si te resultan ser incomodos. – Dijiste con amabilidad. Para ti era mejor no molestarle o incomodarle, no ganabas nada con ellos.
- Por otro lado. – Miraste sus alas - ¿No eres de este mar, verdad? – Preguntaste con cierta curiosidad en tu voz. – Lo se, porque no se suele encontrar alguien como tú en este mar ¿De dónde eres? Por cierto, mi nombre es Alpha. Encantado de conocerte.
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En el momento no sabía cómo reaccionar, escuchaba sus palabras pero seguía congelado, hasta que vi como pedía mi atención con la mano. En ese momento intente recomponerme volviéndome a poner derecho y acomodando bien las alas.
Aun estaba intentando procesar como puede ser posible que pudiera dar vida a objetos, pero tampoco quería que se sintiera incomodo, pero cuando si quedo mirando mis alas empecé a sentir algo de incomodidad, ¿quizás eran de los que estaban en contra de los míos? Sentí como se me erizaban las plumas e intente ocultar las alas tanto como pude tras mi espalda.
Sé que mi maestro me hubiera dicho que actuase de una manera pero ahora que estaba con Yor sus palabras también resonaban en mi cabeza y eso me estaba generando un estrés ya que sabía que ya tuvimos esas situaciones antes y las cosas no terminaban muy bien. Y no quería iniciar nada de lo que me pudiera arrepentir mucho menos que terminara involucrando a mis compañeros, sobre todo por el hecho de que se trataba de un tema personal y no me parecía justo que los arrastrara conmigo.
-No es necesario que retire a sus… ¿amiguitos? – ¿realmente como demonios me podía referir a eso siquiera? – La verdad, no, no soy de este mar… mi, mi maestro estuvo entrenando aquí durante un largo tiempo y me dio curiosidad de ver todo yo mismo.
Intente continuar con la receta pero mi incomodidad se reflejaba en mis movimientos que se habían vuelto algo torpes aunque intentara ocultarlo.
-Ah… mi nombre es Holly, un placer conocerlo señor Alpha – dije mientras intente tomar la jarra de agua sin saber bien, bien cómo lidiar con el hecho de que ahora tenía vida – por cierto, sé que me preguntó hace un rato que planeaba hacer un plato llamado “moushate” un señor me dio la receta y tenía planeado hacerlo para el almuerzo.
El sol estaba pegando fuerte y tenía muchas ganas de usar mis alas para cubrirme de este pero a su vez la preocupación me empujaban a mantener mis alas quietas y escondidas tras de mi.
Aun estaba intentando procesar como puede ser posible que pudiera dar vida a objetos, pero tampoco quería que se sintiera incomodo, pero cuando si quedo mirando mis alas empecé a sentir algo de incomodidad, ¿quizás eran de los que estaban en contra de los míos? Sentí como se me erizaban las plumas e intente ocultar las alas tanto como pude tras mi espalda.
Sé que mi maestro me hubiera dicho que actuase de una manera pero ahora que estaba con Yor sus palabras también resonaban en mi cabeza y eso me estaba generando un estrés ya que sabía que ya tuvimos esas situaciones antes y las cosas no terminaban muy bien. Y no quería iniciar nada de lo que me pudiera arrepentir mucho menos que terminara involucrando a mis compañeros, sobre todo por el hecho de que se trataba de un tema personal y no me parecía justo que los arrastrara conmigo.
-No es necesario que retire a sus… ¿amiguitos? – ¿realmente como demonios me podía referir a eso siquiera? – La verdad, no, no soy de este mar… mi, mi maestro estuvo entrenando aquí durante un largo tiempo y me dio curiosidad de ver todo yo mismo.
Intente continuar con la receta pero mi incomodidad se reflejaba en mis movimientos que se habían vuelto algo torpes aunque intentara ocultarlo.
-Ah… mi nombre es Holly, un placer conocerlo señor Alpha – dije mientras intente tomar la jarra de agua sin saber bien, bien cómo lidiar con el hecho de que ahora tenía vida – por cierto, sé que me preguntó hace un rato que planeaba hacer un plato llamado “moushate” un señor me dio la receta y tenía planeado hacerlo para el almuerzo.
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¿Te ha llamado señor? Algo que personalmente no te molestaba, pero incluso tu sabes que aun no estás en esa edad para ser llamado de esa manera. Te causo cierta gracia eso. Seguiste mirándole de reojo por un momento más. Pudiste notar cierto estimulo que le brindaba tu mirada. Pero déjame decirte que uno positivo no era. Eras lo suficientemente empático como para percibir que le estabas comenzando a causar incomodidad.
- Lo lamento. – Te disculpaste sin pensarlo mucho. – Mi intención no es causarle ninguna incomodidad. Suelo tener estos hábitos de mirar profundamente y preguntar sin ninguna clase de discreción.
Algo que te caracteriza. Vas directo al grano en la mayoría de los casos. A pesar de ya no tener nada como antes, aun no habías perdido tu naturaleza. Sientes todo el tiempo que tu libertad y tu fuerza te permite tomar las cosas que te interesen y hacerlas tuyas de alguna manera. Desde una lucha hasta hacer el amor. Para ti ambas eran iguales, porque tu decidías si hacerlo o no.
Pero no siempre te ha salido bien ¿Verdad?
- Suena delicioso. – Dijiste con cierto entusiasmo. Notaste que el sol parecía fatigarla un poco más de lo normal. Eso no era algo que te agradase. De pronto, se te ocurrió una idea la cual podría ayudar a ambos.
- Thor. – Llamaste a tu nube de tormenta, quien acudió al llamado de inmediato.
- ¿Si, Alpha? – Preguntaba la juguetona nube mirándote fijamente.
- Aumenta tu tamaño a tu tamaño normal y cúbrenos del sol.
La nube no dudo ni un instante en cumplir tu orden. En un instante hizo lo que le pediste. Era como su una nube fuera del uso privado de ustedes dos para que los cubriese del sol. Una especie de sombra privada.
-Espero que esto pueda ayudar a concentrarse más. – Dijiste sonriendo.
- Lo lamento. – Te disculpaste sin pensarlo mucho. – Mi intención no es causarle ninguna incomodidad. Suelo tener estos hábitos de mirar profundamente y preguntar sin ninguna clase de discreción.
Algo que te caracteriza. Vas directo al grano en la mayoría de los casos. A pesar de ya no tener nada como antes, aun no habías perdido tu naturaleza. Sientes todo el tiempo que tu libertad y tu fuerza te permite tomar las cosas que te interesen y hacerlas tuyas de alguna manera. Desde una lucha hasta hacer el amor. Para ti ambas eran iguales, porque tu decidías si hacerlo o no.
Pero no siempre te ha salido bien ¿Verdad?
- Suena delicioso. – Dijiste con cierto entusiasmo. Notaste que el sol parecía fatigarla un poco más de lo normal. Eso no era algo que te agradase. De pronto, se te ocurrió una idea la cual podría ayudar a ambos.
- Thor. – Llamaste a tu nube de tormenta, quien acudió al llamado de inmediato.
- ¿Si, Alpha? – Preguntaba la juguetona nube mirándote fijamente.
- Aumenta tu tamaño a tu tamaño normal y cúbrenos del sol.
La nube no dudo ni un instante en cumplir tu orden. En un instante hizo lo que le pediste. Era como su una nube fuera del uso privado de ustedes dos para que los cubriese del sol. Una especie de sombra privada.
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Al ver como se disculpaba me hizo sentir que quizás sería alguien más como mi capitán, pero seguí manteniendo las alas tras de mi escondidas. Estaba recordando algunos sucesos que pasaron cuando conocí a Yor y la verdad no se alejaban mucho de lo que estaba ocurriendo en ese instante, así que intente seguir tranquilamente, lo tranquilo que podía, la receta ya que además parecía interesado en el plato y ¿que mejor para un cocinero tener a alguien que pueda probar tu plato?
Al escuchar al chico decir “Thor” levante la cabeza y al ver esa nube moverse y luego hablar termine congelada mirando como su tamaño aumento lo suficiente como para tapar el sol para ambos.
“¿Cómo demonios ha hecho eso? ¿Cómo ha conseguido dar vida a la nube y en qué momento?” Demasiadas preguntas estaban golpeando mi cabeza casi tanto que apenas pude escucharlo.
-¡O-oh! Gracias, no me esperaba esto la verdad – intente volver a mi postura para no parecer un niño acobardado, pero realmente me intimidaba bastante a pesar de que realmente estaba siendo de ayuda.
Sacudiendo un poco las alas, pues estaba siendo algo incomodo mantenerlas escondidas detrás, termine los últimos preparativos. Tome dos platos que traía conmigo y antes de servir me aseguré del sabor antes de darle a probar, así que tome un poco con una cuchara y lo probé.
-Bien, creo que esta perfecto – dije mientras ponía a lavar la cuchara y servía dos platos con la elegancia que había aprendido a copiar de los restaurantes – bien este mejor lo reservo para ese señor, sería bueno que también me diera su opinión – reserve una porción para poderle entregar cuando regresara para poder saber si logre captar la esencia del plato.
Tomando los platos me puse a mirar un rato la nube y sin dejar de dar algún vistazo lleve los platos a una mesa de piedra no muy lejos de donde estaba la cocina para que pudiéramos comer adecuadamente.
- Por favor, espero que le guste, admito que es mi primera vez y no sé si será prefecto –dije mientras colocaba ambos platos uno frente al otro – ahora mismo traigo los cubiertos y los vasos.
Al escuchar al chico decir “Thor” levante la cabeza y al ver esa nube moverse y luego hablar termine congelada mirando como su tamaño aumento lo suficiente como para tapar el sol para ambos.
“¿Cómo demonios ha hecho eso? ¿Cómo ha conseguido dar vida a la nube y en qué momento?” Demasiadas preguntas estaban golpeando mi cabeza casi tanto que apenas pude escucharlo.
-¡O-oh! Gracias, no me esperaba esto la verdad – intente volver a mi postura para no parecer un niño acobardado, pero realmente me intimidaba bastante a pesar de que realmente estaba siendo de ayuda.
Sacudiendo un poco las alas, pues estaba siendo algo incomodo mantenerlas escondidas detrás, termine los últimos preparativos. Tome dos platos que traía conmigo y antes de servir me aseguré del sabor antes de darle a probar, así que tome un poco con una cuchara y lo probé.
-Bien, creo que esta perfecto – dije mientras ponía a lavar la cuchara y servía dos platos con la elegancia que había aprendido a copiar de los restaurantes – bien este mejor lo reservo para ese señor, sería bueno que también me diera su opinión – reserve una porción para poderle entregar cuando regresara para poder saber si logre captar la esencia del plato.
Tomando los platos me puse a mirar un rato la nube y sin dejar de dar algún vistazo lleve los platos a una mesa de piedra no muy lejos de donde estaba la cocina para que pudiéramos comer adecuadamente.
- Por favor, espero que le guste, admito que es mi primera vez y no sé si será prefecto –dije mientras colocaba ambos platos uno frente al otro – ahora mismo traigo los cubiertos y los vasos.
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-No es necesario que traigas las cosas. – Dijiste sonrientemente – Ellas vendrán aquí. ¡Cubiertos! ¡Vasos! Hora de trabajar.
Todos al unísono gritaron un: sí, Alpha. Indicando que tu orden seria cumplida. Habías gastando un poco del tiempo de vida recolectado para poder hacer esta hazaña, ya que no tenías intención de hacer perder mucho tiempo a nadie, además de que la dama presente había hecho la comida para ti. Una linda manera de corresponder al buen acto que ha hecho ella.
- Toma asiento, por favor. – Dijiste sutilmente, tratando hacerla sentir en confianza. Diste la primera probada al platillo el cual se encontraba de muerte. Estaba más que delicioso y tu expresión daba a entender de lo mucho que disfrutabas de aquella comida.
- Tenía mucho tiempo de no probar algo tan delicioso. – Dijiste sonando bastante satisfecho. – Realmente tienes talento para la cocina, Holly. – Sonreíste amablemente para ella, era lo mínimo que podías hacer, aunque dentro de ti sabias que querías hacer algo más por ella aparte de simplemente agradecer.
Pero por ahora, platicar no estaba mal.
- ¿A qué te dedicas? – Preguntaste mostrándote curioso. – Quizás no te agrade lo que te diré, pero espero no te moleste mi oficio. Soy pirata. – Todos los Homies exceptuando los principales creados con tu alma, comenzaron a tararear mientras decían pirata muy bajito una y otra vez. – No te preocupes, no suelo ser de los que van robando a todo el mundo. Soy un pirata que se dedica a cazar a otros piratas fuertes. Soy algo asi como… un ladro que roba a otros ladrones.
Aquella frace te hacia mucha gracia. “ladrón que roba a ladrón” quizás nunca tengas esos 100 años de perdón, pero era algo que disfrutabas hacer, era tu manera de vivir la aventura y era algo de lo cual disfrutabas y te mantenía vivo y deseando disfrutar de la vida.
- Por cierto ¿Algo que pueda hacer por ti por darme tan buen platillo?
Todos al unísono gritaron un: sí, Alpha. Indicando que tu orden seria cumplida. Habías gastando un poco del tiempo de vida recolectado para poder hacer esta hazaña, ya que no tenías intención de hacer perder mucho tiempo a nadie, además de que la dama presente había hecho la comida para ti. Una linda manera de corresponder al buen acto que ha hecho ella.
- Toma asiento, por favor. – Dijiste sutilmente, tratando hacerla sentir en confianza. Diste la primera probada al platillo el cual se encontraba de muerte. Estaba más que delicioso y tu expresión daba a entender de lo mucho que disfrutabas de aquella comida.
- Tenía mucho tiempo de no probar algo tan delicioso. – Dijiste sonando bastante satisfecho. – Realmente tienes talento para la cocina, Holly. – Sonreíste amablemente para ella, era lo mínimo que podías hacer, aunque dentro de ti sabias que querías hacer algo más por ella aparte de simplemente agradecer.
Pero por ahora, platicar no estaba mal.
- ¿A qué te dedicas? – Preguntaste mostrándote curioso. – Quizás no te agrade lo que te diré, pero espero no te moleste mi oficio. Soy pirata. – Todos los Homies exceptuando los principales creados con tu alma, comenzaron a tararear mientras decían pirata muy bajito una y otra vez. – No te preocupes, no suelo ser de los que van robando a todo el mundo. Soy un pirata que se dedica a cazar a otros piratas fuertes. Soy algo asi como… un ladro que roba a otros ladrones.
Aquella frace te hacia mucha gracia. “ladrón que roba a ladrón” quizás nunca tengas esos 100 años de perdón, pero era algo que disfrutabas hacer, era tu manera de vivir la aventura y era algo de lo cual disfrutabas y te mantenía vivo y deseando disfrutar de la vida.
- Por cierto ¿Algo que pueda hacer por ti por darme tan buen platillo?
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Realmente no era algo que creo que me acostumbraré cada vez que da vida a algún objeto, pero al menos fue algo que me ahorro ir a por ellos así que le agradecí con un gesto inclinando levemente la cabeza y seguido tome asiento después de que me lo ofreciera. Supongo que intentaba ser lo más comodo posible al tratar pero aun así tenia mantenerme alerta, si tiene poderes de una Akuma no mi significa que tengo que ir con cuidado.
Vi como tomo le dio el primer bocado y su expresión realmente me había dejado bastante satisfecho, el plato estaba bueno y sinceramente como me estaba alagando el plato y mis habilidades termino de satisfacerme, solo quedaría el visto bueno del señor que me dio la receta.
-Realmente agradezco que le guste, era la primera vez que preparaba este plato y tenia realmente dudas, suerte de que me dieron la receta con los trucos buenos – dije mientras mostraba el papel con la receta.
Empecé a comer junto con el joven y la verdad estaba bastante satisfecho con el resultado para ser mi primera vez, en mitad de la comida retomo la conversación y al preguntarme a que me dedicaba realmente estaba dudoso, solo faltaba que fuera un marine o alguien en contra de los piratas, “aunque seamos sinceros quien no se pondría en contra de un pirata teniendo en cuenta que son los malos de la película…” de pronto soltó que él era un pirata antes de que pudiera siquiera contestar a la pregunta.
-Es interesante decir que eres un ladrón que roba a los ladrones, suenas como algún tipo de justiciero para los pobres o algo por el estilo, no lo digo en modo de broma – dije mientras tomaba un vaso intentando no hacer ninguna mención al hecho de que también era un pirata.
Lo observé un rato más y deje el vaso en la mesa viendo como todas sus criaturas iban danzando por la mesa y volví a llevarme un bocado a la boca mientras mis ojos volvían a posarse en Alpha y cuando me pregunto si había algo que pudiera hacer por mi por el plato que le había dado me puse pensativo, realmente no lo invite por ninguna razón de peso, supongo que realmente la única cosa que tenía en mente era que me pudiera dar su opinión del plato.
-Realmente no sé qué decir, no tenía más intención que, aparte de la cortesía, me pudiera dar su opinión sobre este plato… – tome uno de mis mechones mientras penaba en algo que decir para quitarle esa idea de la cabeza o algo que fuera muy sencillo para tampoco causarle inconvenientes, pero no se me estaba ocurriendo nada y el tiempo estaba pasando poniéndome nervioso – Em…
Vi como tomo le dio el primer bocado y su expresión realmente me había dejado bastante satisfecho, el plato estaba bueno y sinceramente como me estaba alagando el plato y mis habilidades termino de satisfacerme, solo quedaría el visto bueno del señor que me dio la receta.
-Realmente agradezco que le guste, era la primera vez que preparaba este plato y tenia realmente dudas, suerte de que me dieron la receta con los trucos buenos – dije mientras mostraba el papel con la receta.
Empecé a comer junto con el joven y la verdad estaba bastante satisfecho con el resultado para ser mi primera vez, en mitad de la comida retomo la conversación y al preguntarme a que me dedicaba realmente estaba dudoso, solo faltaba que fuera un marine o alguien en contra de los piratas, “aunque seamos sinceros quien no se pondría en contra de un pirata teniendo en cuenta que son los malos de la película…” de pronto soltó que él era un pirata antes de que pudiera siquiera contestar a la pregunta.
-Es interesante decir que eres un ladrón que roba a los ladrones, suenas como algún tipo de justiciero para los pobres o algo por el estilo, no lo digo en modo de broma – dije mientras tomaba un vaso intentando no hacer ninguna mención al hecho de que también era un pirata.
Lo observé un rato más y deje el vaso en la mesa viendo como todas sus criaturas iban danzando por la mesa y volví a llevarme un bocado a la boca mientras mis ojos volvían a posarse en Alpha y cuando me pregunto si había algo que pudiera hacer por mi por el plato que le había dado me puse pensativo, realmente no lo invite por ninguna razón de peso, supongo que realmente la única cosa que tenía en mente era que me pudiera dar su opinión del plato.
-Realmente no sé qué decir, no tenía más intención que, aparte de la cortesía, me pudiera dar su opinión sobre este plato… – tome uno de mis mechones mientras penaba en algo que decir para quitarle esa idea de la cabeza o algo que fuera muy sencillo para tampoco causarle inconvenientes, pero no se me estaba ocurriendo nada y el tiempo estaba pasando poniéndome nervioso – Em…
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-¿Justiciero? ¿Yo? No creo ser algo así. – Dijiste mostrándote totalmente relajado ante su comentario. – Solo pienso que ahorra mucho más trabajo robar a criminales que a la gente común. Además, las personas solo quieren vivir su día a día con tranquilidad.
Bueno, en tu lógica es así joven pirata. No sueles ser el tipo de persona que daña a la gente inocente por mero placer. Nada sacabas de ello, para ti existían otras prioridades. Como el poder encontrar un barco nuevo y cosas así. Estar pagando cada vez que viajas no es que sea un problema, pero estaba comenzando a ser un fastidio para ti.
- Del plato no tengo mucho que opinar, aparte de que está muy muy delicioso. – Todos tus homies comenzaron a repetir delicioso una y otra vez muy bajito. – La textura es encantadora y el sabor es muy muy delicioso.
Observaste a Holly dudar mucho. Sonreíste con mucha tranquilidad y trataste de romper el hielo nuevamente. – Debe haber algo que quieras hacer o algo que quieras obtener ¿no? Mientras este en mi poder, quiero ayudarte en lo que pueda.
-O quizás me puedas platicar de las cosas que has visto durante tu viaje. Eso seria genial también. Me gusta mucho conocer las historias de personajes que son de otros lugares. Dicen mucho que cada persona tiene una gran historia que contar, y es algo a lo que me mantengo fiel siempre.
Estabas tratando de seguir con la amena plática, si es cierto que ella parecía bastante tímida, tu no tenías problemas en intentar romper con el silencio. Después de todo, siempre está de mal juzgar un libro por su portada. Las personas claramente son más de lo que aparentan. Solo se tenía que dar ese pequeño paso para tratar de llegar a conocer realmente a alguien.
Bueno, en tu lógica es así joven pirata. No sueles ser el tipo de persona que daña a la gente inocente por mero placer. Nada sacabas de ello, para ti existían otras prioridades. Como el poder encontrar un barco nuevo y cosas así. Estar pagando cada vez que viajas no es que sea un problema, pero estaba comenzando a ser un fastidio para ti.
- Del plato no tengo mucho que opinar, aparte de que está muy muy delicioso. – Todos tus homies comenzaron a repetir delicioso una y otra vez muy bajito. – La textura es encantadora y el sabor es muy muy delicioso.
Observaste a Holly dudar mucho. Sonreíste con mucha tranquilidad y trataste de romper el hielo nuevamente. – Debe haber algo que quieras hacer o algo que quieras obtener ¿no? Mientras este en mi poder, quiero ayudarte en lo que pueda.
-O quizás me puedas platicar de las cosas que has visto durante tu viaje. Eso seria genial también. Me gusta mucho conocer las historias de personajes que son de otros lugares. Dicen mucho que cada persona tiene una gran historia que contar, y es algo a lo que me mantengo fiel siempre.
Estabas tratando de seguir con la amena plática, si es cierto que ella parecía bastante tímida, tu no tenías problemas en intentar romper con el silencio. Después de todo, siempre está de mal juzgar un libro por su portada. Las personas claramente son más de lo que aparentan. Solo se tenía que dar ese pequeño paso para tratar de llegar a conocer realmente a alguien.
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Al escuchar el porqué prefería robar a criminales realmente no era lo que esperaba pero tampoco estaba sorprendido, era una buena razón también. Levante un poco los hombros hacia arriba mientras ladeaba la cabeza a mi derecha como un “entendible” y seguí comiendo mientras escuchaba a todos los objetos vivientes repetir cosas que decía Alpha.
Al ver que Alpha insistir en que le dijera algo que quería me hacia rebuscar mucho en mi mente.
-Siendo sincero… Hay algo que quiero, solo una cosa en realidad, pero no creo que sea fácil de obtener – dije mirando al suelo lleno de plantas y flores – tampoco creo que sea correcto meterte en eso aunque se pudiera lograr… – era muy consciente de que lo que realmente anhelo implica mucho sacrificio y no creo que otros estén dispuestos a esto por algo que ni siquiera les interesará.
A pesar de estar con Yor y los suyos no sé si lograré así que mejor no involucrar a otros más que a mí.
-Realmente no tengo mucho que contar, solo que estoy… visitando esta isla porque me enteré de que mi maestro estuvo aquí durante un tiempo aprendiendo – intente no exponer mucho más, si pasaba algo era mejor que solo tuviera que lidiar uno en vez de todos con el problema.
Intentar mantener la mirada en los ojos sin desviar era bastante complicado en ese momento, no sabía exactamente cómo explicar las cosas sin hablar mucho de mi maestro, mis compañeros ni de cómo hacer para no revelar que era un lunario.
Empecé a comer en silencio mientras mantenía mi mirada en el plato pero esos objetos con vida también llamaban mi atención. Pos si las cosas se volvían algo ásperas, había traído el arma de mi padre, la tenia escondida tras la cocina, aunque realmente no tenía ganas de empezar ni verme envuelto en ninguna pelea así que solo permanecí callado aunque parecía que solo iba a ser una comida tranquila.
Al ver que Alpha insistir en que le dijera algo que quería me hacia rebuscar mucho en mi mente.
-Siendo sincero… Hay algo que quiero, solo una cosa en realidad, pero no creo que sea fácil de obtener – dije mirando al suelo lleno de plantas y flores – tampoco creo que sea correcto meterte en eso aunque se pudiera lograr… – era muy consciente de que lo que realmente anhelo implica mucho sacrificio y no creo que otros estén dispuestos a esto por algo que ni siquiera les interesará.
A pesar de estar con Yor y los suyos no sé si lograré así que mejor no involucrar a otros más que a mí.
-Realmente no tengo mucho que contar, solo que estoy… visitando esta isla porque me enteré de que mi maestro estuvo aquí durante un tiempo aprendiendo – intente no exponer mucho más, si pasaba algo era mejor que solo tuviera que lidiar uno en vez de todos con el problema.
Intentar mantener la mirada en los ojos sin desviar era bastante complicado en ese momento, no sabía exactamente cómo explicar las cosas sin hablar mucho de mi maestro, mis compañeros ni de cómo hacer para no revelar que era un lunario.
Empecé a comer en silencio mientras mantenía mi mirada en el plato pero esos objetos con vida también llamaban mi atención. Pos si las cosas se volvían algo ásperas, había traído el arma de mi padre, la tenia escondida tras la cocina, aunque realmente no tenía ganas de empezar ni verme envuelto en ninguna pelea así que solo permanecí callado aunque parecía que solo iba a ser una comida tranquila.
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Algo de lo que te percatado mi pequeño amigo, es que ella se refiere a si misma como un él en vez de una ella. Es... Curioso, pero no es algo de lo te sientas particularmente molesto o incómodo. La vida es una sola y cada quien tiene derecho a vivir le plazca.
Eso es lo hermoso de estar vivo ¿no?
- Depende de lo que sea ese algo. -Respondiste con tranquilidad. - Todos tenemos algo de lo que queremos sentirnos dueños. Nuestras vidas, nuestros sueños e incluso nosotros mismos. No me molestaría hecharte una mano. Después de todo me has dado de comer.
Dibujas una sonrisa en tu rostro para ella, en señal de hacerle entender que le entendías y simpatizas con sus pensamientos. Luego ella te comenta lol de su maestro al mismo tiempo que notas que le cuesta mucho mantener su mirada fija a la tuya. Suzaku mira de reojo a la lunaria. Parece nerviosa.
Incluso tu lo notas.
-Deberías calmarte - dijiste posando ambos codos sobre la barra y apoyando tu barbilla entre tus manos. - Puede que sea un pirata, pero no he venido a causar problemas. ¿O quizás seas tú la que quieras intentar causarme problemas a mi? -Aquel comentario no evitó que te dieran ganas de reir-¡Zehahahahaha! No seria la primera vez que me ocurrirá eso. ? ¿Verdad, Suzaku?
-No...
Eso es lo hermoso de estar vivo ¿no?
- Depende de lo que sea ese algo. -Respondiste con tranquilidad. - Todos tenemos algo de lo que queremos sentirnos dueños. Nuestras vidas, nuestros sueños e incluso nosotros mismos. No me molestaría hecharte una mano. Después de todo me has dado de comer.
Dibujas una sonrisa en tu rostro para ella, en señal de hacerle entender que le entendías y simpatizas con sus pensamientos. Luego ella te comenta lol de su maestro al mismo tiempo que notas que le cuesta mucho mantener su mirada fija a la tuya. Suzaku mira de reojo a la lunaria. Parece nerviosa.
Incluso tu lo notas.
-Deberías calmarte - dijiste posando ambos codos sobre la barra y apoyando tu barbilla entre tus manos. - Puede que sea un pirata, pero no he venido a causar problemas. ¿O quizás seas tú la que quieras intentar causarme problemas a mi? -Aquel comentario no evitó que te dieran ganas de reir-¡Zehahahahaha! No seria la primera vez que me ocurrirá eso. ? ¿Verdad, Suzaku?
-No...
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Por un instante se sintió como que realmente estaría dispuesto a ayudar, pero como lo iba a meter en toda esta lucha por una especie que ni siquiera era la suya sin saberlo menos por un simple plato de comida. Si le hubiera salvado la vida aun lo podría entender pero no era el caso.
Notar su calma no me hacía estar más tranquilo, eso significaba que confiaba mucho en su propio poder y lo mejor sería no causar problemas cuando no está el capitán cerca, menos si eso acaba implicando a todos los demás.
Su voz resonó un mi cabeza haciendo que mis alertas se dispararan por un segundo, pero no parecía que supiera que era un pirata, eso era bueno. Supongo que en cierto modo podía confiar cuando decía que no quería causar problemas, ya lo habría hecho algún movimiento mucho antes, tampoco que hubiera mostrado sus habilidades de esta manera, ¿no?
-No tengo la intención de involucrarme en problemas –acomode mi pelo hacia atrás para poder colocar bien la blusa, el escote siempre había sido un problema cuando me sentaba— Realmente no es algo que me interese en estos momentos, solo quiero centrarme en la cocina, ahora que tengo un momento para mí.
La curiosidad de saber quien se metería con él me hizo pensar un poco, solo podrían ser dos posibilidades a mi parecer, aunque estaba desviándome de todo pero todo sea para quitarle las ideas de la cabeza a ese muchacho.
-En fin, me basta con saber que tu no me causaras problemas, la verdad… —acomode mis alas tanto tiempo forzando que estuvieran los más escondidas posible, a pesar de que se veían, era algo agotador y depende de cómo doloroso— espero que realmente no quieras involucrarme en nada raro, por favor…
Notar su calma no me hacía estar más tranquilo, eso significaba que confiaba mucho en su propio poder y lo mejor sería no causar problemas cuando no está el capitán cerca, menos si eso acaba implicando a todos los demás.
Su voz resonó un mi cabeza haciendo que mis alertas se dispararan por un segundo, pero no parecía que supiera que era un pirata, eso era bueno. Supongo que en cierto modo podía confiar cuando decía que no quería causar problemas, ya lo habría hecho algún movimiento mucho antes, tampoco que hubiera mostrado sus habilidades de esta manera, ¿no?
-No tengo la intención de involucrarme en problemas –acomode mi pelo hacia atrás para poder colocar bien la blusa, el escote siempre había sido un problema cuando me sentaba— Realmente no es algo que me interese en estos momentos, solo quiero centrarme en la cocina, ahora que tengo un momento para mí.
La curiosidad de saber quien se metería con él me hizo pensar un poco, solo podrían ser dos posibilidades a mi parecer, aunque estaba desviándome de todo pero todo sea para quitarle las ideas de la cabeza a ese muchacho.
-En fin, me basta con saber que tu no me causaras problemas, la verdad… —acomode mis alas tanto tiempo forzando que estuvieran los más escondidas posible, a pesar de que se veían, era algo agotador y depende de cómo doloroso— espero que realmente no quieras involucrarme en nada raro, por favor…
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-Las únicas cosas raras en la que te podría involucrar serian batallas contra otros piratas y una aventura en el Grand Line. – Dijiste mostrando total calma y tranquilidad. – Los blues son los océanos donde los novatos creen que tienen el suficiente poder. Los conformistas se quedan en sus respectivos océanos y los que se aventuran a más, van dispuestos a lograr todo en el mar más fuerte de todos.
Tu respuesta a sus palabras fue hacer que todos los homies normales desaparecieran. Consumiste nuevamente el tiempo de vida utilizado y de pronto todo se tornó bastante normal. De nuevos tu y ella solos. Un pequeño “humano” consumiendo en el local de una Gigante persona.
- Puedo entender tu naturaleza tranquila y el no querer buscar problemas. Pero si te diré algo real: este mundo suele ser muy cruel con aquellos quienes buscan la paz. Pero también suele ser muy amable con aquellos que buscan la guerra.
Un sabio proverbio de tu parte, joven pirata. De cierta forma, es cierto lo que dices. El fuerte tiene derecho a estar tranquilo en la cima de todos. Mientras que el débil suele ser oprimido por alguien más. Aunque sea un pensamiento algo básico, si lo seguimos desglosando, tiene un sinfín de posibilidades. Bueno, viniendo de ti que eres un pirata que caza a otros piratas, no me sorprende nada.
Tú eres una excepción a la regla.
- Muy agradecido por la comida. – Dijiste levantándote de la mesa y saltando sobre la espalda de tu plumífera. Era momento de ponerse en marcha. – Seguramente nos encontremos de nuevo, algo me lo dice. – Sonreíste para ella. – Espero poder probar uno de tus deliciosos platillos nuevamente.
Y sin darle mucha larga más, volviste a tu travesía.
Tu respuesta a sus palabras fue hacer que todos los homies normales desaparecieran. Consumiste nuevamente el tiempo de vida utilizado y de pronto todo se tornó bastante normal. De nuevos tu y ella solos. Un pequeño “humano” consumiendo en el local de una Gigante persona.
- Puedo entender tu naturaleza tranquila y el no querer buscar problemas. Pero si te diré algo real: este mundo suele ser muy cruel con aquellos quienes buscan la paz. Pero también suele ser muy amable con aquellos que buscan la guerra.
Un sabio proverbio de tu parte, joven pirata. De cierta forma, es cierto lo que dices. El fuerte tiene derecho a estar tranquilo en la cima de todos. Mientras que el débil suele ser oprimido por alguien más. Aunque sea un pensamiento algo básico, si lo seguimos desglosando, tiene un sinfín de posibilidades. Bueno, viniendo de ti que eres un pirata que caza a otros piratas, no me sorprende nada.
Tú eres una excepción a la regla.
- Muy agradecido por la comida. – Dijiste levantándote de la mesa y saltando sobre la espalda de tu plumífera. Era momento de ponerse en marcha. – Seguramente nos encontremos de nuevo, algo me lo dice. – Sonreíste para ella. – Espero poder probar uno de tus deliciosos platillos nuevamente.
Y sin darle mucha larga más, volviste a tu travesía.
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