[Privado Sasaki] En busca de una aventura.

La marine me pidió ayuda para llevar las bolsas, por lo que cogí una y la cargué. Cuando comenzamos el viaje la chica pareció darse cuenta de la herida que tenía. La verdad era que yo me había olvidado de que la tenía y no había dejado de sangrar. Le hice un gesto con la mano para que perdiese cuidado. Me centré en mi respiración para mantener la hemorragia controlada.

-No te preocupes, no es nada. Si esto fuese  lo peor que hubiese tenido no había llegado tan lejos. Por el tema objetos, yo no me preocuparía, en cuanto sepan que se han recuperado cosas robadas, la gente irá a buscarlas, incluso  intentarán llevarse cosas que no son suyas.

El camino se hizo más largo de lo que había sido la ida, lo que era normal, ahora volvíamos cargados y no íbamos corriendo. Por el camino varios campesinos se quedaban mirándonos, lo cual era normal. No era habitual en ningún lado el ver a alguien arrastrando un muerto y una bolsa con una persona con rasgos de zorro con otras dos bolsas. Lo normal era que huyesen por miedo a represalias, pero no lo hacían

Una vez en la ciudad quedaba poco por hacer por mi parte. Entregar el cuerpo y volver al puerto. Por lo que primero acompañé a la chica a donde quisiese para dejar la bolsa.

-¿Dónde vas a querer ponerte para devolver las cosas? Eeh Berry era ¿no? – me acababa de dar cuenta al preguntarle aquello que no me había presentado –. Por cierto, soy Sasaki.

Dejaría la bolsa y luego marcharía a la oficina a cobrar la recompensa.

La mink asentiría ante las palabras del cazador, no era usual encontrar gente con tanta resistencia que viese heridas profundas como un simple raspón. Pese a esto seguiría velando por su compañero, tratando de no adelantarse demasiado en el camino ni dejarle expuesto frente a algún peligro.

No tardó en enviar miradas seductoras a todo campesino o ciudadano que se le cruzara, era algo cómico como las personas no tardaban en escapar o responder con una sonrisa nerviosa. Al finalmente llegar a la ciudad, Berry se giraría.

—Bueno ese vendedor dijo algo de una guardia, creo que si dejamos las cosas aquí ellos se encargarán. Igualmente me quedaré el diario para ver que tiene, su dueño está muerto después de todo.—

La mink colocaría las bolsas frente a uno de los cuarteles de la guardia de la ciudad, tomando el diario y guardando el mismo en uno de los bolsillos de su uniforme, ya le dedicaría unas horas de lectura cuando volviese a su habitación.

—Así es, Berry tu zorrita de confianza, recuerda que no soy un gato.—

La mink guiño su ojo y sacó su lengua antes de echarse a reír por unos minutos antes de recuperar su seriedad o intentarlo al ponerse a morder el pelaje de uno de sus brazos.

—Sasaki, suena a nombre importante, no sé me recuerda al sake pero a la vez a ciertas personas que marcan la historia. Aunque tal vez solo estoy divagando y quiere decir que quiero sake...—

Berry empezó a caminar tras su compañero una vez ya más relajada y sin tanto peso que cargar, deseaba acompañarle a la oficina y ver que el cobro de la recompensa se daba tal y como estaba pactado. No le interesaba el dinero, si no asegurarse que el cazador no se quedase desplomado tras hacerse el fuerte durante todo el camino, aunque no lo expresase abiertamente velaba por su seguridad incluso si no era necesario.

Demasiado coqueta me pareció la mink no le dije nada dado que conmigo había echo lo mismo, pero tirarle los trastos a todo ser viviente que se cruzase me parecía algo excesivo. Una vez en la ciudad comentó que las cosas se las dejaría a la guardia de la ciudad para que devolviese las cosas que habían sido robadas y ahora recuperadas.

Cuando me presenté pareció que el nombre le gustó, para ella resultó ser un nombre de alguien importante, sin embargo, a mí no me vénía a la cabeza nadie llamado igual que yo que hubiese sido relevante. Aquello me hacía gracia, pues podría llegar a conseguir algo así el primero, pero era soñar demasiado, primero tenía que asegurarme de mi objetivo junto con Hayato.

-Si quieres sake, yo invito, tomalo como tu parte de la paga por el trabajo echo.

Puse rumbo a una oficina para cobrar la recompensa, donde no hicieron demasiadas preguntas, solo comprobaron el que realmente la persona que les había llevado fuese la que decía y confirmar la recompensa que tenía, luego me pagaron lo correspondiente. Me preguntaron si necesitaba algún tipo de ayuda médica, a lo que les dije que no aunque necesitaría unas gasas para cubrir una herida que me había echo aquel tipo.

Se la mostré y gracias a la respiración, la herida ya no era un problema dado que se había coagulado mucho más rápido de lo normal y la hemorragia había cesado, mansando solo un poco la ropa, aunque seguían con un agujero de donde había entrado y salido. Ahora solo necesitaba beber un poco y descansar antes de volver con Hayato.