Página 1 de 2. • 1, 2
Judy
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Habían pasado un par de meses desde que había huído de Yellow Spice. Ahora mismo me encontraba, afortunadamente, en Whiskey Peak. Era de las islas m´s cercanas y un buena lugar para comenzar una nueva vida, cosa que se agradecía. Recuerdo haber llegado con lo puesto y un petata a la espalda, poco más pude recoger antes de que la Marina se presentara en mi taller. La verdad es que agradezco que la banda de Willy “El Tuerto” me sacara de la isla a tiempo y me trajera hasta aqui, si no hoy en día estaría en cualquier presidio de mala muerte.
Aunque bueno, donde estaba ahora no es que fuera el paraíso, valga la redundancia. Había logrado empleo en uno de los talleres locales, ganándome unos berries reparando armas a los lugareños así como a los piratas que arribaban a la isla. Algunos ya me conocían, de Yellow Spice, otros comenzaron a apreciar mi “ arte” para la mecánica, aunque bueno, solo era reparaciones puntuales. Normalmente salía del taller, cuando no me quedaba, a las ocho de la noche, y aprovechaba para ir a la taberna local a tomar y trago, ver las últimas noticias y charlar con los lugareños. Ya tenía bastante amistad con Sissi, la tabernera y esta siempre me preguntaba que tal estaba.
Así que como siempre cuando dieron las ocho, fui a aquella taberna. Y como no, estaba llena. Cada vez venían más y más barcos a reabastecerse, y eso era bueno para el negocio, pero vamos no quería pensar en el trabajo ahora. Así que tomé asiento dentro del local, pedí una jarra de cerveza a Sissi y me puse a leer el periódico.
Había noticias interesantes; parecía que la Marina estaba bastante liada últimamente, La legión seguía con mano de hierro y siendo unos flipados de cuidado. También pude leer que algunos piratas hicieron de las suyas en los Blues, pero lo que me llamó más la atención fue ver la noticia de que el Sichibukai Meneror, había vuelto a ser visto en la isla de Toussaint. Bueno problema de los piratas ¿ No?. Bueno ,era un día más. A beber la cervecita y a ponerme música en mi reproductor de música, el cual llevaba en el bolsillo colocando un auricular en le oído derecho. Cuando se suponía que estaba tranquila escucho a Sissi gritándome.
-¡JUD!¡La cafetera se me ha vuelto a joder!.
Suspiré y me quité el auricular mientras decía con tono cansado hacia el techo – No mames joder...
Me levanté y me acerqué a la barra.
-¿Que chingadas pasó Sis?
-Esta porquería que ha vuelto a petar..¿Harías el favor?
-Ays...te dije que la trataras con mimo- le dije mientras me ponía a revisar la cafetera a la par que sacaba un pequeño destornillador de mano. Me puse a examinar el objeto mientras Sis solo despotricaba solo lo viejo que estaba todo. Me bastó tres minutos para arreglarla.
-Ya valió madres Sis, aqui tienes, toma- le entregué un pequeño engranaje roto- Tenías esto, por algún motivo, puesto en el contacto.
Sis se quedó sorprendida, pero se dio cuenta de que igual había sido culpa, por fuchicar previamente, fastidiándola más antes de que yo llegara. -Cuando sea así, no toques nada, ya sabes.
-Si Jud, perdona, no quería molestarte en tu descanso.
-Nah, ya valió madres, hablamos.
Volví entonces a sentarme en mi silla.
Aunque bueno, donde estaba ahora no es que fuera el paraíso, valga la redundancia. Había logrado empleo en uno de los talleres locales, ganándome unos berries reparando armas a los lugareños así como a los piratas que arribaban a la isla. Algunos ya me conocían, de Yellow Spice, otros comenzaron a apreciar mi “ arte” para la mecánica, aunque bueno, solo era reparaciones puntuales. Normalmente salía del taller, cuando no me quedaba, a las ocho de la noche, y aprovechaba para ir a la taberna local a tomar y trago, ver las últimas noticias y charlar con los lugareños. Ya tenía bastante amistad con Sissi, la tabernera y esta siempre me preguntaba que tal estaba.
Así que como siempre cuando dieron las ocho, fui a aquella taberna. Y como no, estaba llena. Cada vez venían más y más barcos a reabastecerse, y eso era bueno para el negocio, pero vamos no quería pensar en el trabajo ahora. Así que tomé asiento dentro del local, pedí una jarra de cerveza a Sissi y me puse a leer el periódico.
Había noticias interesantes; parecía que la Marina estaba bastante liada últimamente, La legión seguía con mano de hierro y siendo unos flipados de cuidado. También pude leer que algunos piratas hicieron de las suyas en los Blues, pero lo que me llamó más la atención fue ver la noticia de que el Sichibukai Meneror, había vuelto a ser visto en la isla de Toussaint. Bueno problema de los piratas ¿ No?. Bueno ,era un día más. A beber la cervecita y a ponerme música en mi reproductor de música, el cual llevaba en el bolsillo colocando un auricular en le oído derecho. Cuando se suponía que estaba tranquila escucho a Sissi gritándome.
-¡JUD!¡La cafetera se me ha vuelto a joder!.
Suspiré y me quité el auricular mientras decía con tono cansado hacia el techo – No mames joder...
Me levanté y me acerqué a la barra.
-¿Que chingadas pasó Sis?
-Esta porquería que ha vuelto a petar..¿Harías el favor?
-Ays...te dije que la trataras con mimo- le dije mientras me ponía a revisar la cafetera a la par que sacaba un pequeño destornillador de mano. Me puse a examinar el objeto mientras Sis solo despotricaba solo lo viejo que estaba todo. Me bastó tres minutos para arreglarla.
-Ya valió madres Sis, aqui tienes, toma- le entregué un pequeño engranaje roto- Tenías esto, por algún motivo, puesto en el contacto.
Sis se quedó sorprendida, pero se dio cuenta de que igual había sido culpa, por fuchicar previamente, fastidiándola más antes de que yo llegara. -Cuando sea así, no toques nada, ya sabes.
-Si Jud, perdona, no quería molestarte en tu descanso.
-Nah, ya valió madres, hablamos.
Volví entonces a sentarme en mi silla.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Esta isla era de lo más bonita. No en el sentido literal porque no eran más que unos cuantos pedruscos muy raros puestos de forma que parecían cactus gigantes. Era bonita en el sentido de que a alguien le había parecido buena idea poner las lápidas de forma que parecieran cactus. Ni siquiera es que fuera una planta especialmente hermosa, pero un día alguien se levantó y dijo que sería una excelente idea decorar toda la isla con algo así. Igual eran unos pensamientos un poco extraños, pero realmente mirar el paisaje era lo único que podía hacer ahora mismo. Estaba atado de pies y manos, con una mordaza en la boca. Esta isla había resultado ser una isla de cazarrecompensas y me había acercado precisamente por si me encontraba a Alice por aquí, hacía mucho que no la veía y quería ver qué tal estaba. Por otra parte, en algún punto alguien había puesto una recompensa de 5.000.000 de berries por mi y no me había percatado hasta el instante que puse pie en el puerto. Y como ser secuestrado era una experiencia que nunca había vivido, dejé que los pobres matones me apresaran.
Uno de ellos me llevaba como a un saco de patatas y parecía que nos dirigíamos a una especie de taberna. Era especialmente emocionante y no pude evitar sentirme un poco el protagonista cuando me dejaron de repente en el suelo diciendo algo por lo alto al estilo de “Tú quédate aquí, vamos a celebrar una captura fácil con un par de cervezas”. Lo malo es que ahora me había quedado sin la compañía de mis captores así que pronto me aburriría, haría algo y estropearía todo esto y sinceramente tenía ganas de ver ,cuál era el procedimiento. Moví la cabeza en busca de algo que me llamara la atención y por suerte enseguida vi a una muchacha con un peinado de lo más curioso. Moví un par de veces la cabeza para llamarle la atención. Fui entonces a hablar, dándome cuenta después de un “mfdfgmg” que seguía amordazado. Rodé los ojos con cierto cansancio y simplemente hice que el trapo que me mantenía callado se prendiera en llamas y acabase hecho cenizas.
-Oye, tienes un pelo de lo más chulo, nunca había visto un corte así.- Me quedé callado unos segundos, pensando qué más decir-. ¿Te importaría pedirme algo? Es que como puedes ver estoy siendo apresado y supuestamente creo que no debería poder levantarme, ir a la barra y comprar algo, así que si puedes ayudarme con eso te lo agradecería… ¡Ah, sí! Si hay algo de vainilla, pídelo, por favor.
Le sonreí entonces a la chica, una buena sonrisa podía llevarte a cualquier lado. O al menos eso me gustaba pensar a mí.
Uno de ellos me llevaba como a un saco de patatas y parecía que nos dirigíamos a una especie de taberna. Era especialmente emocionante y no pude evitar sentirme un poco el protagonista cuando me dejaron de repente en el suelo diciendo algo por lo alto al estilo de “Tú quédate aquí, vamos a celebrar una captura fácil con un par de cervezas”. Lo malo es que ahora me había quedado sin la compañía de mis captores así que pronto me aburriría, haría algo y estropearía todo esto y sinceramente tenía ganas de ver ,cuál era el procedimiento. Moví la cabeza en busca de algo que me llamara la atención y por suerte enseguida vi a una muchacha con un peinado de lo más curioso. Moví un par de veces la cabeza para llamarle la atención. Fui entonces a hablar, dándome cuenta después de un “mfdfgmg” que seguía amordazado. Rodé los ojos con cierto cansancio y simplemente hice que el trapo que me mantenía callado se prendiera en llamas y acabase hecho cenizas.
-Oye, tienes un pelo de lo más chulo, nunca había visto un corte así.- Me quedé callado unos segundos, pensando qué más decir-. ¿Te importaría pedirme algo? Es que como puedes ver estoy siendo apresado y supuestamente creo que no debería poder levantarme, ir a la barra y comprar algo, así que si puedes ayudarme con eso te lo agradecería… ¡Ah, sí! Si hay algo de vainilla, pídelo, por favor.
Le sonreí entonces a la chica, una buena sonrisa podía llevarte a cualquier lado. O al menos eso me gustaba pensar a mí.
Judy
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Sissi no es que fuera muy tranquila precisamente, pero era buena gente. Entendía que fuera dura, y más en una isla llena de cazarrecompensas....ya que lidiar con este tipo de gente no era fácil precisamente. Igualmente yo seguía lo mío, con cervecita y tranquilidad...o al menos hasta que decidieron cortar dicha tranquilidad. Un grupo de cazarrecompensas entró en la taberna con lo que parecía un saco de patatas, aunque luego me di cuenta de que debía ser un pobre desgraciado con muy mala suerte.
Aquello no me incumbía, pero el muchacho no debía de valer demasiado ya que se puso a hablar con la venda en la boca. Lo peor no es que tratara de hablar, es que se dirigió a mi en un vano intento. No le quité la vista y seguía pasando igualmente canciones a mi reproductor mirándole con cierta indiferencia. Me preguntaba que habría hecho para acabar así. Da igual, fuera como fuera lo único que llamó mi atención fue lo que hizo con la venda que le papaba la boca. Juraría que vi como ardió como la pólvora y desapareció, dejando ver su boca, haciendo que hiciera el amago de sorpresa ante aquello. Y si esto no hubiera sido poco, el muchacho se pone a hablar conmigo para que le pidiera algo.
Yo traté de hacerme la "longi", pues aquello no iba conmigo, y no quería tener problemas con los cazas a estas alturas. Sin embargo en el momento en que dijo " supuestamente" algo me decía que este tipo se dejó cazar o algo...a ver si este bobo se encontraba cómodo en aquella situación.
Me quedé mirándolo antes de decrile : Tsk paso...- y volver a seguir con mi música.
Fue entonces cuando aquel tipo de aquel grupo se volvió hacia a mi, y con tono propio de un bulldog me recriminó.
-¡Eh tu! Que ni se te pase por la cabeza- me dijo con tono serio- Es mi pasaje para unas botas nuevas, búscate tu tus propias habichuelas, pero ni se te ocurra cruzarle ni la mirada.
Lo miré por unos segundo y llevándome la mano al auricular le respondí con tono tranquilo.
-......me vale- y seguí bebiendo mi cerveza.
No quería líos y menos con aquellos tipos, no me apetecía tener que sacar la llave inglesa a pasear.
Aquello no me incumbía, pero el muchacho no debía de valer demasiado ya que se puso a hablar con la venda en la boca. Lo peor no es que tratara de hablar, es que se dirigió a mi en un vano intento. No le quité la vista y seguía pasando igualmente canciones a mi reproductor mirándole con cierta indiferencia. Me preguntaba que habría hecho para acabar así. Da igual, fuera como fuera lo único que llamó mi atención fue lo que hizo con la venda que le papaba la boca. Juraría que vi como ardió como la pólvora y desapareció, dejando ver su boca, haciendo que hiciera el amago de sorpresa ante aquello. Y si esto no hubiera sido poco, el muchacho se pone a hablar conmigo para que le pidiera algo.
Yo traté de hacerme la "longi", pues aquello no iba conmigo, y no quería tener problemas con los cazas a estas alturas. Sin embargo en el momento en que dijo " supuestamente" algo me decía que este tipo se dejó cazar o algo...a ver si este bobo se encontraba cómodo en aquella situación.
Me quedé mirándolo antes de decrile : Tsk paso...- y volver a seguir con mi música.
Fue entonces cuando aquel tipo de aquel grupo se volvió hacia a mi, y con tono propio de un bulldog me recriminó.
-¡Eh tu! Que ni se te pase por la cabeza- me dijo con tono serio- Es mi pasaje para unas botas nuevas, búscate tu tus propias habichuelas, pero ni se te ocurra cruzarle ni la mirada.
Lo miré por unos segundo y llevándome la mano al auricular le respondí con tono tranquilo.
-......me vale- y seguí bebiendo mi cerveza.
No quería líos y menos con aquellos tipos, no me apetecía tener que sacar la llave inglesa a pasear.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Hice un puchero ante la actitud negativa de la chica, quizá fuera porque no me había presentado bien, yo igual tampoco le haría un favor a cualquier desconocido que me hablara… Bueno, dependía bastante de lo que pidiese, podría ser divertido. Cuando iba a hablar de nuevo, el matón aquel me interrumpió, dejándome con la palabra en la boca por lo que no se percató de inmediato que me había quitado la mordaza. Miré atentamente la interacción entre ambos, haciendo finalmente una mueca. No me podía creer que precisamente me había dejado atrapar por unos idiotas.
-Uf… Ya he perdido todo el interés que tenía en esta gente…- Dije de mala gana, después de todo me habían arruinado el plan de la tarde.
Hice el mismo truco para las cuerdas de mis muñecas y pies, acabando por levantarme, estirándome un poco. Esto, por supuesto, sí llamó la atención del grupo, que me miró incrédulo. No tardaron en rodearme, mientras que el jefe de la pandilla se me acercó intentando parecer intimidante. Cuando se puso delante de mí, me agarró del cuello de la camisa, acercándome más a él, casi parecía que quería un beso.
-¿A ti quién mierdas te ha soltado? Dímelo y quizá me piense la paliza que te voy a dar después.
-¿Te has lavado los dientes?- Dije de golpe.
-¿Qué?- Pareció que la pregunta le había pillado totalmente por sorpresa.
-Es que te huele muy mal el aliento y, claro, se me ha venido la pregunta a la cabeza.- Sin decir nada, alzó el puño para preparar un golpe-. No te lo recomiendo, amigo, si hubieras visto el cartel de la pared habrías visto que no se permiten peleas aquí dentro. Bueno, ni siquiera hacía falta, solo mira la gente a tu alrededor.
Todo el local se había quedado en absoluto silencio, lo cual era preocupante con la cantidad de gente que había. Todos nos miraban, esperando entrar en acción para reducirnos, bueno, con suerte solo a quien empezase la pelea. Cuando la idea pareció entrarle en la cabeza me soltó y retrocedió un par de pasos lentamente, sin despegar la mirada de mí. En fin, yo no esperé a más tonterías por su parte, así que simplemente me senté en la mesa de la chica que me había llamado la atención.
-¡Soy Yor D. Krein, futuro rey de los piratas! No he podido evitar fijarme el gran desinterés que tienes por toda esta situación, ¿eres una local? Es que acabo de llegar y me gustaría saber cómo funcionan las cosas por aquí, ¿sabes?- Le sonreí amablemente a continuación.
-Uf… Ya he perdido todo el interés que tenía en esta gente…- Dije de mala gana, después de todo me habían arruinado el plan de la tarde.
Hice el mismo truco para las cuerdas de mis muñecas y pies, acabando por levantarme, estirándome un poco. Esto, por supuesto, sí llamó la atención del grupo, que me miró incrédulo. No tardaron en rodearme, mientras que el jefe de la pandilla se me acercó intentando parecer intimidante. Cuando se puso delante de mí, me agarró del cuello de la camisa, acercándome más a él, casi parecía que quería un beso.
-¿A ti quién mierdas te ha soltado? Dímelo y quizá me piense la paliza que te voy a dar después.
-¿Te has lavado los dientes?- Dije de golpe.
-¿Qué?- Pareció que la pregunta le había pillado totalmente por sorpresa.
-Es que te huele muy mal el aliento y, claro, se me ha venido la pregunta a la cabeza.- Sin decir nada, alzó el puño para preparar un golpe-. No te lo recomiendo, amigo, si hubieras visto el cartel de la pared habrías visto que no se permiten peleas aquí dentro. Bueno, ni siquiera hacía falta, solo mira la gente a tu alrededor.
Todo el local se había quedado en absoluto silencio, lo cual era preocupante con la cantidad de gente que había. Todos nos miraban, esperando entrar en acción para reducirnos, bueno, con suerte solo a quien empezase la pelea. Cuando la idea pareció entrarle en la cabeza me soltó y retrocedió un par de pasos lentamente, sin despegar la mirada de mí. En fin, yo no esperé a más tonterías por su parte, así que simplemente me senté en la mesa de la chica que me había llamado la atención.
-¡Soy Yor D. Krein, futuro rey de los piratas! No he podido evitar fijarme el gran desinterés que tienes por toda esta situación, ¿eres una local? Es que acabo de llegar y me gustaría saber cómo funcionan las cosas por aquí, ¿sabes?- Le sonreí amablemente a continuación.
Judy
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
¿Porqué siempre la gente tenía que tocar las narices en las tabernas? O sea, vale que sean puntos de encuentro y tal, que lo de que haya borrachos o peleas se el pan de cada día y más en Whisky Peak. Aún así aquí normalmente la gente solía respetarse bastante a pesar de algún desencuentro desafortunado. Aún así este tipo parecía no ser de aquí, y mucho menos normal. Bueno, por lo menos se lo llevarían pronto y todo estaría tranquilo otra vez, yo solo quiero mi cerveza y disfrutar de mi tiempo libre.
O lo hubiera hecho si no fuera porque aquel tipo había vuelto a hacer lo mismo que con la mordaza de su boca, quemarla. Definitivamente este tío era un usuario o alguien que era más de lo que dice ser. Fuera como fuera este tipo no tardó en encararse con sus captores.
"Mierda, aquí va a liarse".
Pero para mi sorpresa no había sido así, y no tuve que recoger mis cosas ni salir apresuradamente como alguna vez tenía pasado, es más , cuando Sissi se quedó mirándome ella ya sabía que algún lerdo iba a liarla en su taberna. Este chico parecía temperamental y si algo quedó claro es que era burlón. Esto no iba a acabar bien para él, pero en el momento en que se cruzaron unas palabras con sus captores, estos dieron media vuelta y se largaron del local. Si quería llamar la atención de todos, lo había logrado. Y a pesar de que el espectáculo había acabado, yo le di otro sorbo a la cerveza, y fue entonces cuando aquel tipo se sentó en mi mesa. Uff..no por favor.
Debía ser un iluminado. ¿ Rey de los piratas? ¿ Pero aún había gente que se tragaba esa mierda? Pff.... De entrada obvié por evitar dar mi nombre y mis motivos. Para mi era bueno que no me conociera, eso significaba definitivamente que era extranjero.
- Creo que has descubierto tu mismo como van las cosas acá- le dije dando un pequeño sobro a la cerveza- Es bastante fácil, intenta no comportarte como un capullo y puedes agradecer a quién le reces el despertarte un día más, pero eso ya lo sabrá " el futuro rey de los piratas" -dije con cansancio.
Fue entonces cuando dejé un par de berries en la mesa, recogí mis cosas y me dispuse a salir de la taberna, no sin antes saludar con la mano a Sissi a modo de despedida.
-¡Chao Judy!, espero verte mañana!
Así que sin más salí de la tasca, y lo primero que fui fue a los captores de Yor en la entrada esperando...joder, que predecible.
O lo hubiera hecho si no fuera porque aquel tipo había vuelto a hacer lo mismo que con la mordaza de su boca, quemarla. Definitivamente este tío era un usuario o alguien que era más de lo que dice ser. Fuera como fuera este tipo no tardó en encararse con sus captores.
"Mierda, aquí va a liarse".
Pero para mi sorpresa no había sido así, y no tuve que recoger mis cosas ni salir apresuradamente como alguna vez tenía pasado, es más , cuando Sissi se quedó mirándome ella ya sabía que algún lerdo iba a liarla en su taberna. Este chico parecía temperamental y si algo quedó claro es que era burlón. Esto no iba a acabar bien para él, pero en el momento en que se cruzaron unas palabras con sus captores, estos dieron media vuelta y se largaron del local. Si quería llamar la atención de todos, lo había logrado. Y a pesar de que el espectáculo había acabado, yo le di otro sorbo a la cerveza, y fue entonces cuando aquel tipo se sentó en mi mesa. Uff..no por favor.
Debía ser un iluminado. ¿ Rey de los piratas? ¿ Pero aún había gente que se tragaba esa mierda? Pff.... De entrada obvié por evitar dar mi nombre y mis motivos. Para mi era bueno que no me conociera, eso significaba definitivamente que era extranjero.
- Creo que has descubierto tu mismo como van las cosas acá- le dije dando un pequeño sobro a la cerveza- Es bastante fácil, intenta no comportarte como un capullo y puedes agradecer a quién le reces el despertarte un día más, pero eso ya lo sabrá " el futuro rey de los piratas" -dije con cansancio.
Fue entonces cuando dejé un par de berries en la mesa, recogí mis cosas y me dispuse a salir de la taberna, no sin antes saludar con la mano a Sissi a modo de despedida.
-¡Chao Judy!, espero verte mañana!
Así que sin más salí de la tasca, y lo primero que fui fue a los captores de Yor en la entrada esperando...joder, que predecible.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Asentí un par de veces ante sus palabras, la verdad es que no había ningún fallo en lo que decía. Bueno, quizá el mayor fallo sería lo aburrido que era eso.
-Tienes razón, pero yo creo que es demasiado agotador no buscar un poco de diversión a veces. Además, no me estaba comportando como un capullo… Creo.
Volvió a dejarme con la palabra en la boca. Suspiré, apoyando la barbilla en la mesa, desde luego la gente en esta isla no era propensa a entablar amistades con desconocidos. Igual había hecho yo algo mal, algún tipo de comportamiento que en esta isla se consideraba mala educación. No, eso no podía ser, solo me habían atado con cuerdas y estaba seguro de que en esta isla eso era algo relativamente normal, después de todo había muchos cazarrecompensas aquí. Dejé de pensar cuando escuché un ruido en la puerta del bar, mirando de reojo sin mover la cabeza, viendo que los tíos de antes estaban todavía buscando gresca. Me levanté un poco perezoso, pero en cuanto estuve en pie di un par de saltitos para espabilarme. Miré entonces a la camarera para hablarle.
-¿Puedo coger carrerilla aquí dentro o eso también cuenta como pelear?
-Escucha, chaval, con tal de no verles la cara por aquí, mientras no rompas nada dentro y no molestes a los clientes, allá tú.
Sonreí ampliamente en cuanto me dieron el visto bueno y corrí hacia la salida. Una vez estuve lo suficientemente cerca salté para propinarle una patada al tío que más cerca se encontraba de la peliverde. En cuanto aterricé miré orgulloso como el matón había caído unos metros más adelante, soltando una pequeña risita. El resto del grupo, que obviamente ya estaba molesto de antes, empezó a rodearnos. No eran muchos, unos cuatro, esto en menos de un minuto debería estar resuelto ya que tampoco parecían muy hábiles. Miré entonces a mi compañera de pelea, sonriéndole divertido.
-Entonces, ¿si son los demás quienes se comportan como capullos, puedo meterme en problemas o así tampoco vale?- Me reí un poco tras decirlo-. De todos modos, siento haberte metido en esto, cuando acabemos si quieres te invito a algo, es lo mínimo que podría hacer.
-Tienes razón, pero yo creo que es demasiado agotador no buscar un poco de diversión a veces. Además, no me estaba comportando como un capullo… Creo.
Volvió a dejarme con la palabra en la boca. Suspiré, apoyando la barbilla en la mesa, desde luego la gente en esta isla no era propensa a entablar amistades con desconocidos. Igual había hecho yo algo mal, algún tipo de comportamiento que en esta isla se consideraba mala educación. No, eso no podía ser, solo me habían atado con cuerdas y estaba seguro de que en esta isla eso era algo relativamente normal, después de todo había muchos cazarrecompensas aquí. Dejé de pensar cuando escuché un ruido en la puerta del bar, mirando de reojo sin mover la cabeza, viendo que los tíos de antes estaban todavía buscando gresca. Me levanté un poco perezoso, pero en cuanto estuve en pie di un par de saltitos para espabilarme. Miré entonces a la camarera para hablarle.
-¿Puedo coger carrerilla aquí dentro o eso también cuenta como pelear?
-Escucha, chaval, con tal de no verles la cara por aquí, mientras no rompas nada dentro y no molestes a los clientes, allá tú.
Sonreí ampliamente en cuanto me dieron el visto bueno y corrí hacia la salida. Una vez estuve lo suficientemente cerca salté para propinarle una patada al tío que más cerca se encontraba de la peliverde. En cuanto aterricé miré orgulloso como el matón había caído unos metros más adelante, soltando una pequeña risita. El resto del grupo, que obviamente ya estaba molesto de antes, empezó a rodearnos. No eran muchos, unos cuatro, esto en menos de un minuto debería estar resuelto ya que tampoco parecían muy hábiles. Miré entonces a mi compañera de pelea, sonriéndole divertido.
-Entonces, ¿si son los demás quienes se comportan como capullos, puedo meterme en problemas o así tampoco vale?- Me reí un poco tras decirlo-. De todos modos, siento haberte metido en esto, cuando acabemos si quieres te invito a algo, es lo mínimo que podría hacer.
Judy
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Sali de la tasca, y parece que los problemas estaban igualmente fuera. Parecía que aquel tipo me había buscado problemas sin yo comerlo ni beberlo, y eso me molestaba en cantidad. Cuando vi al mas grande ya venir hacia mi, ya me temí lo peor. No tenia tiempo ni fuerza para empezar a pelearme yo sola contra estos tipos, y ya ni decir a aguantar el primer round. No pude evitar ponerme nerviosa, buscando una alternativa para poder huir, pero por desgracia, ahora mismo no la había.
- Eh, tu, mocosa- dijo el jefe que había traído a Yor previamente en la tasca]- Tu a mi no me engañas, tu conoces a ese maldito bastardo. ¿Eres su amiga o que?, me la bufa, seguro que contigo podemos hacer negocio igualmente. A ver si tu amiguito tiene cojones a escapar si su amiga está en peligro.
Me puse en guardia, lo que me faltaba ya.
-Eh, no mames huevón...no conozco a ese idiota ni tengo nada que ver con él, así que no te busques una enemi...
No me dio tiempo a acabar la frase ya que Yor salió disparado desde la entrada de la taberna golpeando a uno de los matones que había cerca del jefe. Lo tumbó y todos nos quedamos expectantes por unos segundos, atónitos. Todo el mundo sabía que si había una torta en Whisky Peak...le seguirían otras.
Suspiré.
-Ay madre...
Fue entonces cuando se dirigió a mi como si esto fuera un maldito juego.
-¡Pero tu estás tonto! ¡¿Crees que la mejor forma de evitar problemas es patear a un tío que tiene más tios enojados detrás de él?!
Encima va el tipo y se disculpa. Si claro que me podía invitar a algo, si salimos vivos de esta, cosa que no veía demasiado clara, pero él si, por algún extraño motivo.
-Vale, tranquilicémos todos, quizás podamos...
Nuevamente no pude acabar la frase , ya que uno de los matones me propinó un puñetazo en la boca tirándome al suelo. Me quedé tirada de lado, con la mirada oculta por una sombra por unos segundos. Entonces se escuchó un "click" bajo mi peto y una bala impactó en la barriga del que me acaba de disparar.
Todos se quedaron sorprendidos en ese mismo momento. Si, le había disparado...que empiece la fiesta.
- Eh, tu, mocosa- dijo el jefe que había traído a Yor previamente en la tasca]- Tu a mi no me engañas, tu conoces a ese maldito bastardo. ¿Eres su amiga o que?, me la bufa, seguro que contigo podemos hacer negocio igualmente. A ver si tu amiguito tiene cojones a escapar si su amiga está en peligro.
Me puse en guardia, lo que me faltaba ya.
-Eh, no mames huevón...no conozco a ese idiota ni tengo nada que ver con él, así que no te busques una enemi...
No me dio tiempo a acabar la frase ya que Yor salió disparado desde la entrada de la taberna golpeando a uno de los matones que había cerca del jefe. Lo tumbó y todos nos quedamos expectantes por unos segundos, atónitos. Todo el mundo sabía que si había una torta en Whisky Peak...le seguirían otras.
Suspiré.
-Ay madre...
Fue entonces cuando se dirigió a mi como si esto fuera un maldito juego.
-¡Pero tu estás tonto! ¡¿Crees que la mejor forma de evitar problemas es patear a un tío que tiene más tios enojados detrás de él?!
Encima va el tipo y se disculpa. Si claro que me podía invitar a algo, si salimos vivos de esta, cosa que no veía demasiado clara, pero él si, por algún extraño motivo.
-Vale, tranquilicémos todos, quizás podamos...
Nuevamente no pude acabar la frase , ya que uno de los matones me propinó un puñetazo en la boca tirándome al suelo. Me quedé tirada de lado, con la mirada oculta por una sombra por unos segundos. Entonces se escuchó un "click" bajo mi peto y una bala impactó en la barriga del que me acaba de disparar.
Todos se quedaron sorprendidos en ese mismo momento. Si, le había disparado...que empiece la fiesta.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La miré extrañado, no entendiendo muy bien su razonamiento.
-Pero si no le doy la patada, serán aún más tíos enfadados, al menos ahora hay uno menos, ¿no crees?
Hice una mueca cuando vi cómo encajó el golpe la chica del pelo verde y el acento curioso. Al menos parecía que tenía cierta práctica en pelear ya que no cayó rendida al momento. Sonreí entonces un poco, mi instinto no se había equivocado. Solté un silbido cuando el disparo retumbó en la calle, esto desde luego atraería bastante atención. Bueno, yo no tenía problema alguno, siempre estaba dispuesto a dar un buen espectáculo. Me abalancé sobre uno de ellos, no tenía especial ganas de pelear así que lo haría bonito y corto. Esquivé un par de golpes que intentó darme y después de sacarle la lengua de un cabezazo lo tiré al suelo. Cuando vi que no se iba a levantar, me di cuenta de que esta pandilla eran unos matones de poca monta, lo cual me desanimó un poco. Suspiré e hice crecer mi cola de salamandra, cogiendo a uno de la cintura que estaba corriendo hacia la chica.
-Pensándolo bien, esto puede que sea culpa mía.- Lo lancé entonces hacia otro de los matones mientras cruzaba los brazos para dar mi pequeño discursillo-. Yo solo quería vivir una experiencia nueva, ver cómo funcionaban los cazarrecompensas, el sistema para cobrar el dinero, todo eso… Aunque pensándolo bien, ser cazarrecompensas es algo raro, es decir, ¿para qué dedicarte exclusivamente a eso? Dedicate, por ejemplo, a viajar y ya si te encuentras a alguien que cazar, pues aprovecha, ¿no?
Tras decir aquello último le di un buen puñetazo a uno de ellos en el esternón, haciendo que se retorciera en el suelo de dolor. Me miré entonces el puño, sorprendido. Cayendo por primera vez en la cuenta de lo mucho que había mejorado desde que salí al mar. Por supuesto, no pude aguantar la sonrisa boba que pobló mi rostro.
Judy
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
¿Porqué siempre tenía que acabar metida en líos ajenos? Por favor, si estaba tranquila tomando mi cerveza, había hablado con Sissi como todos los días, había leído las noticias y me disponía a marcharme antes de que empezaran las tortas de a diario entre dos o más bandas. Pero esta vez había chupado golpe sin comerlo ni beberlo. Aquel golpe me había provocado que sangrara un poco por encima del labio, y en cuanto me di cuenta que había escupido algo de sangre...mal para ellos.
Parecía que lo del disparo no había gustado, a mi tampoco que me arrearan la cara. Así que me levanté limpiándome la sangre con el brazo, mientras que con la mano que me sobraba aún aguantaba la pistola humeante por el
cañón. Yor por su parte parecía encontrarse en un juego, es más, vino a ayudar y a seguir golpeando al primer idiota que se le pusiera en su camino. Esta gente ya sacó los sables y esto ya no era una simple pelea a melee, pero yo me quedé por unos segundos flipando, con la otra pistola desenfundaba al ver que una cola salía de Yor. Con ella me ayudó a parar al que venía por mi.
-¿¡Eres un maldito usuario!?- pregunté antes de apuntar a otro de los matones antes de que me apartaran el arma de un golpe en el brazo, yo bloqueara con las manos otro...y volvía a recibir otro puñetazo en la quijada. -Claro que es culpa tuya- dije nuevamente escupiendo sangre y volviéndome a levantar, para agarrar el sable de uno por el mango ante una acometida fallida y golpearme con la culata de la pistola en la nuca, noqueándolo.
Ante el último golpe de Yor las cosas ya cambiaron, tanto para los matones como para mi. Estos al ver que ni armados podían contra ambos, y menos contra un usuario, optaron por retirarse maldiciéndonos, sobre todo a mi. Se largaron y suspiré profundamente. Seguro que estos conocían mi taller y ahora tendría que andarme a mil ojos. Así que miré a Yor con cara de pocos amigos, me puse a recoger la pistola que me había caído, me pasé el pulgar por el labio para limpiarme la herida y le dije.
-Gracias, sígueme.
Volver a la tasca ya no era algo idóneo, así que lo llevé a mi taller. Me fiaba de él lo suficiente como para haberme salvado. Asi que lo llevé a mi taller, donde entramos al local. Había un gran mostrador, muchas piezas mecánicas en expositores, de hecho parecía una taller mecánico en toda regla y estábamos en la tienda. Había dos sofás a la izquierda.
-Sientate, voy a la cocina a por algo de hielo...y no toques nada. -le repliqué , antes de ir al congelador a por algo de hie lo y volver con dos cervezas.- ¿Gustas?
Parecía que lo del disparo no había gustado, a mi tampoco que me arrearan la cara. Así que me levanté limpiándome la sangre con el brazo, mientras que con la mano que me sobraba aún aguantaba la pistola humeante por el
cañón. Yor por su parte parecía encontrarse en un juego, es más, vino a ayudar y a seguir golpeando al primer idiota que se le pusiera en su camino. Esta gente ya sacó los sables y esto ya no era una simple pelea a melee, pero yo me quedé por unos segundos flipando, con la otra pistola desenfundaba al ver que una cola salía de Yor. Con ella me ayudó a parar al que venía por mi.
-¿¡Eres un maldito usuario!?- pregunté antes de apuntar a otro de los matones antes de que me apartaran el arma de un golpe en el brazo, yo bloqueara con las manos otro...y volvía a recibir otro puñetazo en la quijada. -Claro que es culpa tuya- dije nuevamente escupiendo sangre y volviéndome a levantar, para agarrar el sable de uno por el mango ante una acometida fallida y golpearme con la culata de la pistola en la nuca, noqueándolo.
Ante el último golpe de Yor las cosas ya cambiaron, tanto para los matones como para mi. Estos al ver que ni armados podían contra ambos, y menos contra un usuario, optaron por retirarse maldiciéndonos, sobre todo a mi. Se largaron y suspiré profundamente. Seguro que estos conocían mi taller y ahora tendría que andarme a mil ojos. Así que miré a Yor con cara de pocos amigos, me puse a recoger la pistola que me había caído, me pasé el pulgar por el labio para limpiarme la herida y le dije.
-Gracias, sígueme.
Volver a la tasca ya no era algo idóneo, así que lo llevé a mi taller. Me fiaba de él lo suficiente como para haberme salvado. Asi que lo llevé a mi taller, donde entramos al local. Había un gran mostrador, muchas piezas mecánicas en expositores, de hecho parecía una taller mecánico en toda regla y estábamos en la tienda. Había dos sofás a la izquierda.
-Sientate, voy a la cocina a por algo de hielo...y no toques nada. -le repliqué , antes de ir al congelador a por algo de hie lo y volver con dos cervezas.- ¿Gustas?
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
No pude evitar fijarme en lo mal que se le estaba dando la pelea a la chica, no era débil, pero se dejaba golpear demasiado por lo que parecía un grupo de pringados. Bueno, no era yo quién para juzgar, no todo el mundo necesita saber pelear a la perfección. Por ejemplo, en vez de seguir peleando ante una situación sorpresa, se quedó embobada viendo mi transformación, aunque bueno, me subió un poco el ego y eso nunca está mal.
-¡Nadie me lo ha preguntado! ¡No sé por qué te sorprende que no lo haya dicho!- Miré cómo los matones se retiraron de esa forma tan poco digna, ni para un combate divertido daban-. Al menos ha sido corta y fácil, ¿no?
Sin pensármelo mucho fui detrás de la chica del pelo verde, que incluso después de pelear codo con codo no se había presentado. Tendría que preguntar una vez llegáramos a donde fuera que me llevara. Tarareé por lo bajo alguna cancioncilla mientras caminábamos, había entendido después de aquella mirada que me había dedicado que igual no le apetecía mucho ahora mismo charlar, al menos no conmigo. Cuando llegamos a esa especie de taller miré a todos lados con curiosidad, nunca había estado en un sitio así. No entendía para qué servían ni la mitad de los cachivaches en exposición, pero era divertido imaginarme cualquier cosa con ellos. Estaba a punto de tocar uno cuando escuché a mi anfitriona por lo que aparté el dedo rápidamente, mejor portarse bien después de haberla metido en una pelea. Miré una de las cervezas y asentí antes de coger una.
-¿Trabajas aquí?- Tras abrirla, di un pequeño sorbo. No es que no me gustase, es que no tenía especial aguante para el alcohol-. A mí no me suelen dejar entrar a este tipo de sitios, soy un poco volátil… No literalmente, claro. ¡Oh! ¡Claro, casi se me olvida! ¿Me vas a decir ahora tu nombre?
La miré de arriba abajo, pensativo. Si no me decía uno pronto tendría que inventarme un apodo para referirme a ella, estaba empezando a cansarme de pensar en ella como “la chica del pelo verde”. Era bastante distintivo, pero demasiado largo. Quizá le vendría bien algo del estilo como… Shoot o Green Tea… Dios, era tan bueno poniendo motes, si no hubiera decidido ser pirata, seguramente me habría dedicado a nombrar las cosas. En cierta medida, también hay algo revolucionario en el hecho de clasificar las cosas.
-¡Nadie me lo ha preguntado! ¡No sé por qué te sorprende que no lo haya dicho!- Miré cómo los matones se retiraron de esa forma tan poco digna, ni para un combate divertido daban-. Al menos ha sido corta y fácil, ¿no?
Sin pensármelo mucho fui detrás de la chica del pelo verde, que incluso después de pelear codo con codo no se había presentado. Tendría que preguntar una vez llegáramos a donde fuera que me llevara. Tarareé por lo bajo alguna cancioncilla mientras caminábamos, había entendido después de aquella mirada que me había dedicado que igual no le apetecía mucho ahora mismo charlar, al menos no conmigo. Cuando llegamos a esa especie de taller miré a todos lados con curiosidad, nunca había estado en un sitio así. No entendía para qué servían ni la mitad de los cachivaches en exposición, pero era divertido imaginarme cualquier cosa con ellos. Estaba a punto de tocar uno cuando escuché a mi anfitriona por lo que aparté el dedo rápidamente, mejor portarse bien después de haberla metido en una pelea. Miré una de las cervezas y asentí antes de coger una.
-¿Trabajas aquí?- Tras abrirla, di un pequeño sorbo. No es que no me gustase, es que no tenía especial aguante para el alcohol-. A mí no me suelen dejar entrar a este tipo de sitios, soy un poco volátil… No literalmente, claro. ¡Oh! ¡Claro, casi se me olvida! ¿Me vas a decir ahora tu nombre?
La miré de arriba abajo, pensativo. Si no me decía uno pronto tendría que inventarme un apodo para referirme a ella, estaba empezando a cansarme de pensar en ella como “la chica del pelo verde”. Era bastante distintivo, pero demasiado largo. Quizá le vendría bien algo del estilo como… Shoot o Green Tea… Dios, era tan bueno poniendo motes, si no hubiera decidido ser pirata, seguramente me habría dedicado a nombrar las cosas. En cierta medida, también hay algo revolucionario en el hecho de clasificar las cosas.
Judy
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Parloteaba demasiado , y eso era un hecho. Al menos logró ayudarme y eso era algo que debía agradecerle. No es que hablara mucho yo de por si, sin embargo, tenía algunas cuestiones que hacer a mi pintoresco compañero. Cualquiera diría que estaba drogado o su optimismo era signo de su estupidez, y aún así, por algún motivo, me empezaba a caer bien. Al margen de esto, lo primero era lo primero, me froté con la bolsa de hielo sobre el mentón, lanzando un leve quejido mudo de satisfacción al entrar la piel en contacto con el hielo...y algo de quemazón pero me daba igual. Luego cogí la bolsa y me la pasé por el cuello levemente mientras golpeaba contra la esquina de la mesa la botella para quitar la chapa, y tras eso dar un sorbo largo. Apetecía la verdad.
Tras eso me apoyé sobre el mostrador y me quedé escuchando, a la par que mirándole de arriba abajo mientras hablaba.
-Podría decirse que si- di un sobro nuevamente- es lo más cercano que puedo llamar hogar, así que ni se te ocurra joderla. Si viene alguien te escondes en la trastienda, pues de seguro te andan rondando por la ciudad
Antes de responder a su pregunta, me aparté la bolsa de hielo de la mejilla.
-Bueno, primero dime tu como acabaste con esos mangaos....luego dime que demonios eres...porque hueles a usuario que tira para atrás - di un último trago antes de dejar el botellín sobre el mostrador- Y si respondes y me convences, te diré mi nombre, pero de momento supongo que debo darte las gracias, por tu ayuda...así que creo que ahora mismo estamos en paz
Me di la vuelta y fui hacia la parte trasera del mostrador.
-Si, y te preguntarás el porqué ya estamos en paz...bueno, tu me ayudaste de esos changos de ahí fuera...y yo te ayudo aquí dentro a que toda la ciudad se te tire encima...esos policagaos pertenecen a un grupo bastante más grande. Así que como me vinculen a ti, porque me han visto contigo...estaremos en la chingada
En ese momento fue cuando se escuchó un leve "click " al otro lado de la puerta. Yo nada más escucharlo abrí los ojos como dos platos, y antes de agacharme tras el mostrador le grité a Yor que se cubriera. Fue entonces cuando cientos de balas comenzaron a atravesar las paredes, puerta y ventanal frontal del taller.
Tras eso me apoyé sobre el mostrador y me quedé escuchando, a la par que mirándole de arriba abajo mientras hablaba.
-Podría decirse que si- di un sobro nuevamente- es lo más cercano que puedo llamar hogar, así que ni se te ocurra joderla. Si viene alguien te escondes en la trastienda, pues de seguro te andan rondando por la ciudad
Antes de responder a su pregunta, me aparté la bolsa de hielo de la mejilla.
-Bueno, primero dime tu como acabaste con esos mangaos....luego dime que demonios eres...porque hueles a usuario que tira para atrás - di un último trago antes de dejar el botellín sobre el mostrador- Y si respondes y me convences, te diré mi nombre, pero de momento supongo que debo darte las gracias, por tu ayuda...así que creo que ahora mismo estamos en paz
Me di la vuelta y fui hacia la parte trasera del mostrador.
-Si, y te preguntarás el porqué ya estamos en paz...bueno, tu me ayudaste de esos changos de ahí fuera...y yo te ayudo aquí dentro a que toda la ciudad se te tire encima...esos policagaos pertenecen a un grupo bastante más grande. Así que como me vinculen a ti, porque me han visto contigo...estaremos en la chingada
En ese momento fue cuando se escuchó un leve "click " al otro lado de la puerta. Yo nada más escucharlo abrí los ojos como dos platos, y antes de agacharme tras el mostrador le grité a Yor que se cubriera. Fue entonces cuando cientos de balas comenzaron a atravesar las paredes, puerta y ventanal frontal del taller.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Me quedé tieso en el sitio, no sabía que el taller fuese tan importante para ella y, conociéndome, tengo una gran probabilidad de moverme o hacer algo que rompa algo y así empiece una cadena de eventos que acabarían con la estancia rota y yo siendo apaleado por la chica. No esperaba que me fuesen a perseguir, normalmente cuando uno pierde una pelea pues se aguanta y ya.
-Pues descubrí que esto era una isla de cazarrecompensas y mi mejor amiga también lo es así que pensé que estaría bien ver cómo hacen las cosas más o menos así que me dejé atrapar por el primer grupo de trabajadores que vi, pero resultaron ser unos idiotas…- Hice un puchero al recordar eso, me había jodido bastante-. Ah, y sí, me comí una fruta del diablo, en concreto la Fruta Hada Hada: Modelo Salamandra de fuego. Por eso tengo habilidades de salamandra y de hada de fuego, te mostraría la forma de salamandra completa, pero creo que el techo es demasiado bajo para eso.
Me mordí el labio, no había pensado en ese aspecto, aunque realmente si hacían un poco de investigación, se darían cuenta de que no la conocía de nada. Pero bueno, normalmente la gente tan… Tan así, no se solía molestar por hacer las cosas bien. Realmente, dependiendo de cuántos fueran, igual podría encargarme, pero si era “toda la ciudad” tendría un problema.. Había prometido volver al barco pronto y ganar a todos seguramente me ocuparía el día entero. Fui a responder cuando escuché unos pasos fuera, por suerte, la chica también se percató de ello, aunque un poco más tarde. Me tiré al suelo, detrás del asiento que estaba usando y miré fijamente hacia donde venían los disparos. La silla no era muy buena cobertura para las balas, pero después de mis viajes había afinado mis sentidos. Los proyectiles que amenazaban con golpearme pude esquivarlos con rápidos movimientos, tuve que poner toda mi atención, pero eso también me sirvió para ver la gente conforme había más agujeros en el muro. Eran bastantes y después de ver como Green Shot peleaba, acabaría bastante mal. Por suerte, ideé algo rápidamente.
Se me infló el pecho, pero de manera sobrehumana, casi como si fuese de goma. Aguanté la respiración hasta que el humo fue suficiente y entonces lo expulsé, cubriéndonos en una cortina de humo. Fue rápidamente hasta la chica, agachándome a su lado.
-¿Tienes algún tipo de salida trasera o algo? Tenemos hasta que recarguen y se disipe el humo.- No hablé demasiado fuerte para no revelar nuestra posición-. Si quieres te puedo llevar a mi barco a no ser que conozcas algún lugar seguro.
-Pues descubrí que esto era una isla de cazarrecompensas y mi mejor amiga también lo es así que pensé que estaría bien ver cómo hacen las cosas más o menos así que me dejé atrapar por el primer grupo de trabajadores que vi, pero resultaron ser unos idiotas…- Hice un puchero al recordar eso, me había jodido bastante-. Ah, y sí, me comí una fruta del diablo, en concreto la Fruta Hada Hada: Modelo Salamandra de fuego. Por eso tengo habilidades de salamandra y de hada de fuego, te mostraría la forma de salamandra completa, pero creo que el techo es demasiado bajo para eso.
Me mordí el labio, no había pensado en ese aspecto, aunque realmente si hacían un poco de investigación, se darían cuenta de que no la conocía de nada. Pero bueno, normalmente la gente tan… Tan así, no se solía molestar por hacer las cosas bien. Realmente, dependiendo de cuántos fueran, igual podría encargarme, pero si era “toda la ciudad” tendría un problema.. Había prometido volver al barco pronto y ganar a todos seguramente me ocuparía el día entero. Fui a responder cuando escuché unos pasos fuera, por suerte, la chica también se percató de ello, aunque un poco más tarde. Me tiré al suelo, detrás del asiento que estaba usando y miré fijamente hacia donde venían los disparos. La silla no era muy buena cobertura para las balas, pero después de mis viajes había afinado mis sentidos. Los proyectiles que amenazaban con golpearme pude esquivarlos con rápidos movimientos, tuve que poner toda mi atención, pero eso también me sirvió para ver la gente conforme había más agujeros en el muro. Eran bastantes y después de ver como Green Shot peleaba, acabaría bastante mal. Por suerte, ideé algo rápidamente.
Se me infló el pecho, pero de manera sobrehumana, casi como si fuese de goma. Aguanté la respiración hasta que el humo fue suficiente y entonces lo expulsé, cubriéndonos en una cortina de humo. Fue rápidamente hasta la chica, agachándome a su lado.
-¿Tienes algún tipo de salida trasera o algo? Tenemos hasta que recarguen y se disipe el humo.- No hablé demasiado fuerte para no revelar nuestra posición-. Si quieres te puedo llevar a mi barco a no ser que conozcas algún lugar seguro.
Judy
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
No sé que era más raro en él, que fuera tan expontáneo o que dijera tan alegremente lo de su fruta del diablo. Había oído hablar mucho de ellas, sobre todo en las conversaciones de tasca y de algunos clientes del taller, y aún así nunca había visto una. La verdad es que si daban esos poderes sobrenaturales a mi me facilitarían mucho la vida, porque de entrada, no estaría en la situación en la que estaba ahora.
¿Estáis muertos?- se escucha desde fuera. Aquella voz era inconfundible, Bill Hawkings, el pez gordo detrás de los idiotas que estaban en la taberna. Si este había venido es que la salamandra era más importante de lo que decía ser.
-¡Aún no!- respondí mientras miraba como el pecho de Yor se iba hinchando cual palomo- ¿Qué chingada vas a hacer?. Si, tras ese barril de ahí hay una rejilla de ventilación. Saldremos al lateral del edificio y podremos ir hacia los muelles...si es que llegamos.
Así que cogí rápidamente mis armas y la mochila, la cual tenía unos cuantos agujeros de bala. No le di importancia, y afortunadamente Yor había hecho una cortina de humo para distraer a Bill y a los suyos en lo que escapábamos. El problema de todo esto es que ....Bill me conocía mi y yo a él..asi que...había diez hombres esperando al otro lado de la rejilla.
Si lográbamos salir me quedaría algo sorprendida, y esperaba que la Salamandra tuviera algo en la cabeza, me daba igual el que, pero que hiciera algo para barrer a esos tipos. De hecho me quedé mirándole sin mover ni un músculo mientras nos apuntaban con las armas, siendo estas espadas y mosquetes.
-De verdad Jud, hay que ir cambiando las costumbres- dijo uno de los matones que em apuntaba directamente en el pecho.
¿Estáis muertos?- se escucha desde fuera. Aquella voz era inconfundible, Bill Hawkings, el pez gordo detrás de los idiotas que estaban en la taberna. Si este había venido es que la salamandra era más importante de lo que decía ser.
-¡Aún no!- respondí mientras miraba como el pecho de Yor se iba hinchando cual palomo- ¿Qué chingada vas a hacer?. Si, tras ese barril de ahí hay una rejilla de ventilación. Saldremos al lateral del edificio y podremos ir hacia los muelles...si es que llegamos.
Así que cogí rápidamente mis armas y la mochila, la cual tenía unos cuantos agujeros de bala. No le di importancia, y afortunadamente Yor había hecho una cortina de humo para distraer a Bill y a los suyos en lo que escapábamos. El problema de todo esto es que ....Bill me conocía mi y yo a él..asi que...había diez hombres esperando al otro lado de la rejilla.
Si lográbamos salir me quedaría algo sorprendida, y esperaba que la Salamandra tuviera algo en la cabeza, me daba igual el que, pero que hiciera algo para barrer a esos tipos. De hecho me quedé mirándole sin mover ni un músculo mientras nos apuntaban con las armas, siendo estas espadas y mosquetes.
-De verdad Jud, hay que ir cambiando las costumbres- dijo uno de los matones que em apuntaba directamente en el pecho.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Seguí felizmente a la chica. Sí, igual no era el momento para disfrutar del… Bueno, momento; pero es que pensándolo bien nunca había estado en un tiroteo, no al menos de esta escala. Pero bueno, todo parecía que iba a ir bien ya que teníamos una posible salida. Posible salida que se convirtió rápidamente en otra posible muerte. Si le dabas un par de vueltas a la idea, tenía todo el sentido del mundo que rodearan el edificio para asegurarse de que no hubiese ninguna filtración. Suspiré, mirando a los diez hombres y sus armas, maquinando alguna forma de salir de aquí.
-Oye, Jud, tus amigos son muy pesados, creo que deberías vigilar con quién sales por ahí.- Yo tampoco me moví, tampoco es como si me hiciera falta-. Oye, ¿sabéis lo que rima con cama y se va a quemar?
Mi impertinencia fue suficiente para que dejaran de apuntar a mi nueva compañera de crímenes y pasaran a apuntarme a mí. Mucho mejor así, si por algún motivo mi plan fallaba, yo podría esquivar las balas y, en el peor caso, sería yo el único que acabaría como un colador. Me concentré entonces, impasible ante la amenaza que tenía delante. Entonces corrió una suave brisa que me hizo sonreír. Era una debilidad interesante, pero la primera vez todo el mundo caía. Después de todo, ¿quién se esperaba que un poquito de viento fuese el aviso que precedía a una importante llamarada? Esto solo ocurría si decidía conjurar fuego de la nada, en vez de canalizarlo desde mi interior. Por eso, las caras de miedo y sorpresa que pusieron cuando de repente sus armas se prendieron en llamas fueron de lo más agradables para mí. Cogí del brazo a Jud para tirar de ella y que corriera conmigo aprovechando que no podían dispararnos.
-¡Nos sacaría de aquí volando, pero somos un blanco fácil en el aire y en el tiempo que tardaría en tumbar a estos tíos, los del otro lado podrían dar la vuelta y acribillarnos a tiros así que lo mejor va a ser correr!
Las callejuelas eran a la vez un aliado y un enemigo. Mientras que tantos giros y comercios podían servir para perder de vista a nuestros perseguidores, cualquier paso en falso podía significar un callejón sin salida y por consiguiente nuestra más que posible muerte.
-¡Creo que va a ser mejor si me guías, no sé cuántas veces más puedo burlar a la muerte hoy!- No pude evitar reír por la euforia que sentía en el momento-. Por cierto, ¿de qué conoces a estos tíos? Parecen demasiado idiotas como para que hayas salido por ahí con ellos.
-Oye, Jud, tus amigos son muy pesados, creo que deberías vigilar con quién sales por ahí.- Yo tampoco me moví, tampoco es como si me hiciera falta-. Oye, ¿sabéis lo que rima con cama y se va a quemar?
Mi impertinencia fue suficiente para que dejaran de apuntar a mi nueva compañera de crímenes y pasaran a apuntarme a mí. Mucho mejor así, si por algún motivo mi plan fallaba, yo podría esquivar las balas y, en el peor caso, sería yo el único que acabaría como un colador. Me concentré entonces, impasible ante la amenaza que tenía delante. Entonces corrió una suave brisa que me hizo sonreír. Era una debilidad interesante, pero la primera vez todo el mundo caía. Después de todo, ¿quién se esperaba que un poquito de viento fuese el aviso que precedía a una importante llamarada? Esto solo ocurría si decidía conjurar fuego de la nada, en vez de canalizarlo desde mi interior. Por eso, las caras de miedo y sorpresa que pusieron cuando de repente sus armas se prendieron en llamas fueron de lo más agradables para mí. Cogí del brazo a Jud para tirar de ella y que corriera conmigo aprovechando que no podían dispararnos.
-¡Nos sacaría de aquí volando, pero somos un blanco fácil en el aire y en el tiempo que tardaría en tumbar a estos tíos, los del otro lado podrían dar la vuelta y acribillarnos a tiros así que lo mejor va a ser correr!
Las callejuelas eran a la vez un aliado y un enemigo. Mientras que tantos giros y comercios podían servir para perder de vista a nuestros perseguidores, cualquier paso en falso podía significar un callejón sin salida y por consiguiente nuestra más que posible muerte.
-¡Creo que va a ser mejor si me guías, no sé cuántas veces más puedo burlar a la muerte hoy!- No pude evitar reír por la euforia que sentía en el momento-. Por cierto, ¿de qué conoces a estos tíos? Parecen demasiado idiotas como para que hayas salido por ahí con ellos.
Judy
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Compadre, la cosa no estaba para acertijos. Estábamos realmente jodidos. Yor no parecía hacerse cargo de la situación, y los problemas iban en aumento cuanto más tiempo pasábamos allí siendo apuntados. Me sorprendió bastante que mi compañero tuviera una idea fresca para hacer que todos le apuntaran a él, y admito también, que estaba tensa no, lo siguiente. Así que le miré con poca cara de amigos y le respondí.
-¿De verdad crees que es el mejor momento para ponerse a jugar a las adivinanzas?, por dios déjate de mama...
Fue entonces cuando vi que las amas de nuestros enemigos comenzaron a arder. Tengo que preguntarle a este chico que demonios puede hacer más. Era un usuario, hasta ahí todo ok, el problema es que este tipo era jodidamente fuerte. Bueno, al menos ha logrado a desarmar a los que teníamos enfrente. Y si no me hubiera cogido del brazo y tirado de mi para salir corriendo como alma que lleva el diablo, hasta le hubiera dado las gracias.
Pero no había tiempo para darlas, ya que no dudamos en correr y correr, ya que los matones no tardaron en volver a aparecer por los callejones por donde nos movíamos, siguiendo nuestra estela de humo provocada por nuestros pies. Miré a Yor y con tono calmado mirando al frente le dije.
- Son unos capullos, no necesitas saber más, digamos que una tiene que comer y estos tíos suelen tener berries- dije antes de pegar un tirón esta vez yo de él para meternos por un callejón sin salida. Había bastante barriles y cajas. -¿Por donde dices? Sígueme y entra.
Aparté rápidamente dos de las cajas, dejando ver una pequeña entrada de un sumidero de aguas fecales. Le dije a Yor que entrara pero ya mismo. Si lo hacía caería un par de metros hasta una fosa séptica que cubría por el tobillo. Yo aprovecharía para volver a poner las cajas en su sutio, para tapar la entrada y caer sobre Yor dentro de la fosa.
-¿Estás bien?- dije jadeando antes de escuchar los pasos de los maleantes acercándose, momento en que le hice un gesto a Yor con el dedo para que no dijera nada.
-¿Los habéis encontrado?- se escuchó una voz cerca
-No, esto no tiene salida, buscad en las calles adyacentes, no pueden estar muy lejos.
Tras eso los pasos fueron dejándose de escuchar poco a poco, haciendo que lanzara un largo suspiro.
-¿De verdad crees que es el mejor momento para ponerse a jugar a las adivinanzas?, por dios déjate de mama...
Fue entonces cuando vi que las amas de nuestros enemigos comenzaron a arder. Tengo que preguntarle a este chico que demonios puede hacer más. Era un usuario, hasta ahí todo ok, el problema es que este tipo era jodidamente fuerte. Bueno, al menos ha logrado a desarmar a los que teníamos enfrente. Y si no me hubiera cogido del brazo y tirado de mi para salir corriendo como alma que lleva el diablo, hasta le hubiera dado las gracias.
Pero no había tiempo para darlas, ya que no dudamos en correr y correr, ya que los matones no tardaron en volver a aparecer por los callejones por donde nos movíamos, siguiendo nuestra estela de humo provocada por nuestros pies. Miré a Yor y con tono calmado mirando al frente le dije.
- Son unos capullos, no necesitas saber más, digamos que una tiene que comer y estos tíos suelen tener berries- dije antes de pegar un tirón esta vez yo de él para meternos por un callejón sin salida. Había bastante barriles y cajas. -¿Por donde dices? Sígueme y entra.
Aparté rápidamente dos de las cajas, dejando ver una pequeña entrada de un sumidero de aguas fecales. Le dije a Yor que entrara pero ya mismo. Si lo hacía caería un par de metros hasta una fosa séptica que cubría por el tobillo. Yo aprovecharía para volver a poner las cajas en su sutio, para tapar la entrada y caer sobre Yor dentro de la fosa.
-¿Estás bien?- dije jadeando antes de escuchar los pasos de los maleantes acercándose, momento en que le hice un gesto a Yor con el dedo para que no dijera nada.
-¿Los habéis encontrado?- se escuchó una voz cerca
-No, esto no tiene salida, buscad en las calles adyacentes, no pueden estar muy lejos.
Tras eso los pasos fueron dejándose de escuchar poco a poco, haciendo que lanzara un largo suspiro.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
-A ver, entiendo que no quieras hablar del tema, pero igual sí que me interesa saber un poco más de la gente que está intentando convertirnos en unos bonitos coladores de cocina, ¿no crees?
Me asomé un poco hacia el agujero que desveló, haciendo una mueca al ver que el agua de abajo estaba muy sucia. Sin embargo, no tuve más opción que entrar para evitar que nos atrapasen. En cuanto mis botas tocaron la mierda del suelo, me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. Estaba a punto de sugerir que quizá era mejor que nos capturasen a tener que estar más tiempo en este, literalmente, pozo de mierda, cuando Jud cayó encima de mí. ¡Claro, así cualquiera! Aprovechando que ya estaba dentro la tía había decidido no mancharse gracias a que yo ya lo había hecho. De nuevo, solo pude quedarme callado porque nuestros queridos captores pasaron demasiado cerca de nuestro apestoso escondite. Respire hondo cuando se fueron, lo cual fue un grave error ya que me vino todo el olor directamente, a lo que saqué la lengua asqueado.
-Creo que habría preferido que me pegasen un tiro a tener que entrar aquí, pero bueno, ya no tiene sentido quejarse… Aun así, puede que lo haga un poco más…- Negué con la cabeza en señal de desaprobación-. ¿Y cuál es el plan ahora? ¿Te sabes algún sitio más donde podamos escondernos? Igual podríamos llegar a mi barco, pero claro, tú tienes tu vida aquí así que tampoco es como si de repente pudieras irte.
Pensándolo bien, igual sí que le había estropeado el día a Jud… Bueno, solo tendría que repararlo ayudándola ahora con todo este lío y, a las malas, tendría que darle una paliza al jefe de esos tíos. Si los subordinados eran tan bobos, dudo mucho que el que les manda sea mucho mejor. Yo, por lo menos, no me dejaría mangonear por un tolai. Bueno, realmente no me dejaría mangonear por nadie. Chasqueé la lengua, mirando hacia la salida.
-Si te parece, podemos encontrar alguna tela o algo para taparnos y que no sepan qué es lo que está volando por los cielos y así no nos disparen como si estuvieran jugando a disparar platos.- Caí entonces en la cuenta de que ella todavía no había visto mis alas, por lo que las hice brotar. Mala idea, porque tocaron las paredes y fue una sensación de lo más desagradable así que volví a esconderlas-. Dios, qué asco, qué asco. ¿Ves? Te dije que igual me iba a quejar un poco más.
Me asomé un poco hacia el agujero que desveló, haciendo una mueca al ver que el agua de abajo estaba muy sucia. Sin embargo, no tuve más opción que entrar para evitar que nos atrapasen. En cuanto mis botas tocaron la mierda del suelo, me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. Estaba a punto de sugerir que quizá era mejor que nos capturasen a tener que estar más tiempo en este, literalmente, pozo de mierda, cuando Jud cayó encima de mí. ¡Claro, así cualquiera! Aprovechando que ya estaba dentro la tía había decidido no mancharse gracias a que yo ya lo había hecho. De nuevo, solo pude quedarme callado porque nuestros queridos captores pasaron demasiado cerca de nuestro apestoso escondite. Respire hondo cuando se fueron, lo cual fue un grave error ya que me vino todo el olor directamente, a lo que saqué la lengua asqueado.
-Creo que habría preferido que me pegasen un tiro a tener que entrar aquí, pero bueno, ya no tiene sentido quejarse… Aun así, puede que lo haga un poco más…- Negué con la cabeza en señal de desaprobación-. ¿Y cuál es el plan ahora? ¿Te sabes algún sitio más donde podamos escondernos? Igual podríamos llegar a mi barco, pero claro, tú tienes tu vida aquí así que tampoco es como si de repente pudieras irte.
Pensándolo bien, igual sí que le había estropeado el día a Jud… Bueno, solo tendría que repararlo ayudándola ahora con todo este lío y, a las malas, tendría que darle una paliza al jefe de esos tíos. Si los subordinados eran tan bobos, dudo mucho que el que les manda sea mucho mejor. Yo, por lo menos, no me dejaría mangonear por un tolai. Bueno, realmente no me dejaría mangonear por nadie. Chasqueé la lengua, mirando hacia la salida.
-Si te parece, podemos encontrar alguna tela o algo para taparnos y que no sepan qué es lo que está volando por los cielos y así no nos disparen como si estuvieran jugando a disparar platos.- Caí entonces en la cuenta de que ella todavía no había visto mis alas, por lo que las hice brotar. Mala idea, porque tocaron las paredes y fue una sensación de lo más desagradable así que volví a esconderlas-. Dios, qué asco, qué asco. ¿Ves? Te dije que igual me iba a quejar un poco más.
Judy
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Bueno, al menos no me había manchado, y eso ya era mucho. No me apetecía nada tener que pringarme...ya que el día había sido largo de cojones. Por lo menos esos tipos ya era historia, y si bien no podría volver a mi taller en un par de días, no me preocupaba, ya que podía ir a mi refugio. Si, tengo un refugio en una casa abandonada cuatro calles más abajo, y siempre me ha servido bien para estas situaciones, aunque admito que normalmente no me solían pasar estas cosas...esto me pasaba por ayudar a un desconocido, y encima, usuario.
Arqueé la ceja mientras escuchaba la bronca de Yor, pero no le hacía demasiado caso ya que estaba pensando.
-Por favor, puedes callarte un minuto?, estoy tratando de pensar- le dije con tono tranquilo pero directo. Como era obvio no iba a llevarlo a mi guarida, y por lo visto él tenía un barco, así que viendo sus pintas...su forma de ser, y que era "su" barco...tato...este tío era un capitán pirata. No lo voy a desmerecer, lo admito, porque ya demostró cuan fuerte es y no me interesa tenerlo como enemigo...si ya de amigo da problemas.
Justo cuando le iba a decir algo sacó aquellas monstruosas alas, que volvío a replegar. Vale, tenía que preguntarle.
-Para el carro weon¿Me puedes decir que demonios eres? Creo que tenemos algo de tiempo antes de salir de aquí, y francamente, creo que me debes una explicación por lo de antes ( lo que hizo Yor con las armas).
Dicho esto le escucharía, al menos esperaba alguna teoría de usuario convincente. Al margen de eso, y una vez me hablara le diría lo siguiente.
-Si tienes el barco en el muelle, puedes estar tranquilo, ya que estos guanches seguro se habrán vuelto a la taberna o nos estarán buscando por el vertedero. Así que no deberías tener problemas con esos mamawebos. -le dije con tono cansado- Igualmente gracias por la ayuda, no todos los días una usuario me hecha un cable (No, no iba a decir que me había salvado, ni de coña) -Yo tengo un lugar a donde puedo ir hasta que la tormenta pase, no es la primera vez que me pasa esto, así que bueno, es rutina en parte.
Me asomé nuevamente por la rendija para ver si había moros por la costa, y por suerte no había ya nadie. Así que me dirigí nuevamente a Yor.
-Puedes darte un chapuzón en la fuente que hay junto al muelle número tres, dudo que vayan allí. Por lo demás, creo que aquí podemos separarnos ambos . Si, quería acabar con esto, ya que este tipo solo me traía problemas, y ahora debía enfrentarme a las repercusiones tanto de mis actos como de los suyos...y eso implicaba pedir favores a gente más turbia que Astillas.
Arqueé la ceja mientras escuchaba la bronca de Yor, pero no le hacía demasiado caso ya que estaba pensando.
-Por favor, puedes callarte un minuto?, estoy tratando de pensar- le dije con tono tranquilo pero directo. Como era obvio no iba a llevarlo a mi guarida, y por lo visto él tenía un barco, así que viendo sus pintas...su forma de ser, y que era "su" barco...tato...este tío era un capitán pirata. No lo voy a desmerecer, lo admito, porque ya demostró cuan fuerte es y no me interesa tenerlo como enemigo...si ya de amigo da problemas.
Justo cuando le iba a decir algo sacó aquellas monstruosas alas, que volvío a replegar. Vale, tenía que preguntarle.
-Para el carro weon¿Me puedes decir que demonios eres? Creo que tenemos algo de tiempo antes de salir de aquí, y francamente, creo que me debes una explicación por lo de antes ( lo que hizo Yor con las armas).
Dicho esto le escucharía, al menos esperaba alguna teoría de usuario convincente. Al margen de eso, y una vez me hablara le diría lo siguiente.
-Si tienes el barco en el muelle, puedes estar tranquilo, ya que estos guanches seguro se habrán vuelto a la taberna o nos estarán buscando por el vertedero. Así que no deberías tener problemas con esos mamawebos. -le dije con tono cansado- Igualmente gracias por la ayuda, no todos los días una usuario me hecha un cable (No, no iba a decir que me había salvado, ni de coña) -Yo tengo un lugar a donde puedo ir hasta que la tormenta pase, no es la primera vez que me pasa esto, así que bueno, es rutina en parte.
Me asomé nuevamente por la rendija para ver si había moros por la costa, y por suerte no había ya nadie. Así que me dirigí nuevamente a Yor.
-Puedes darte un chapuzón en la fuente que hay junto al muelle número tres, dudo que vayan allí. Por lo demás, creo que aquí podemos separarnos ambos . Si, quería acabar con esto, ya que este tipo solo me traía problemas, y ahora debía enfrentarme a las repercusiones tanto de mis actos como de los suyos...y eso implicaba pedir favores a gente más turbia que Astillas.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Me crucé de brazos en una especie de rabieta infantil cuando me dijo que me callara. Vaya forma de agradecer que le estuviera haciendo de soporte para que no tocara las heces del suelo. Sonreí orgulloso cuando vi que efectivamente le había llamado la atención las alas, ese truco siempre funcionaba.
-¿No me acabas de decir que querías que me callase? En fin…- Antes de que la chica pudiera matarme con la mirada, volví a hablar-. Yo solo soy un humano normal y corriente, lo que pasa es que me comí la fruta del demonio de las hadas, el modelo en concreto es el de la salamandra de fuego. Eso permite que tenga control sobre el fuego, pueda volar, a veces parezca una salamandra algo grande y otras veces un hada, aunque de esa última parte no hablamos, ¿sí?
Volví a escuchar atentamente a la chica del pelo verde, asintiendo un par de veces. No es que estuviera especialmente de acuerdo con ella, pero una escucha activa siempre sentaba bien. Di un salto hacia fuera en cuanto dijo que todo estaba bien, estaba harto de que oliese a caca. Le estiré el brazo para que me cogiera la mano y pudiera sacarla de ahí.
-Es cierto que podría irme sin más y dejarte con todo este marrón, sería lo fácil, la verdad. Pero me siento un poco mal por cómo ha acabado tu local y que ahora seas prácticamente una fugitiva así que…- Miré a los lados, confirmando de nuevo que no había nadie-. He pensado que podrías decirme dónde se encuentra su base y desmantelar la organización ganando a su jefe, eso arreglaría todos nuestros problemas.
Tiré entonces de ella, colocándola a mi lado, para luego sonreírle ampliamente. Tampoco me venía mal, ponerme a prueba siempre era interesante y quería subir un poco mi reputación de pirata. Aunque bueno, espero que Alice no sea amiga de esta gente. Tampoco es que fuera muy probable que fuesen más que conocidos o socios, estoy seguro de que ella no se juntaría con gente de esa calaña.
-Si no quieres acompañarme, dime solo la dirección y yo haré el resto. ¡Puedes confiar en mí! Siempre cumplo con mi palabra.
Judy
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Así que una salamandra...pero...¿Las salamandras no son esos bichejos asquerosos que viven en las riberas de los ríos? Quizás estaba yo equivocada, o Yor me estaba dando una descripción un poco rara sobre su poder. Un poder que ni el mismo parecía ponerse de acuerdo en explicar. Igualmente era algo potente, pero aquel chico era...como decirlo; imprevisible. O sea, no calculaba con cabeza los problemas, hablaba por hablar e iba muy confiado por la vida...o eso me parecía a mi. Aún así parecía tener buen fondo, y la verdad, alguien como él estaría muerto a día de hoy a no ser que no fuera un completo necio en el ámbito bélico.
No le dije nada a aquel comentario de su poder, pero si que le agradecí con un gesto de cabeza el que me ayudara a salir de aquella fosa. Al menos estaba yo limpia, que para mi era suficiente. Yor parecía preocupado por mi, y si le soy sincera le diría que no debería estarlo. Este mundo funciona de una forma muy peculiar, y Yor parecía ver las cosas un tanto en color de rosa.
-Verás, por mucho que me pese, no es culpa tuya- le dije con tono tranquilo mientras caminaba calle abajo- Bueno, tanto como fugitiva ¿Se es fugitiva en una isla de fugitivos?, creo que no. Esto se pasará en un par de semanas, no te preocupes...casi siempre es así y no es la primera vez, como te dije, que me pasa algo así. No busco problemas, pero a veces los problemas se presentan sin llamarlos.
Lo que ya me sonó mejor fue lo de acabar con el problema de raíz, y si bien éramos solo dos, aquel chico era fuerte...vamos, si se desprendió de los matones sin pestañear demasiado, pero Astillas era un forzudo con muy mala leche. Dudo que le hiciera gracia a su jefe que le reventemos, aunque vete tu a saber...igual hasta nos respetaría y todo y me mete en nómina...vete tu a saber. La idea no me hacía mucha gracia, pero bueno, por probar...total, Yor tenía razón, no podía seguir en esta isla muchas semanas más.
-Vale. Te acompañaré....alguien tiene que poner el cerebro y no solo el músculo- le repliqué de forma algo jocosa pero seria.- Se supone que tienen su chabola en el muelle treinta y dos, una pequeña tasca encubierta. Te sigo, pero vayamos con mucha cautela, no la caguemos antes de tiempo.
No le dije nada a aquel comentario de su poder, pero si que le agradecí con un gesto de cabeza el que me ayudara a salir de aquella fosa. Al menos estaba yo limpia, que para mi era suficiente. Yor parecía preocupado por mi, y si le soy sincera le diría que no debería estarlo. Este mundo funciona de una forma muy peculiar, y Yor parecía ver las cosas un tanto en color de rosa.
-Verás, por mucho que me pese, no es culpa tuya- le dije con tono tranquilo mientras caminaba calle abajo- Bueno, tanto como fugitiva ¿Se es fugitiva en una isla de fugitivos?, creo que no. Esto se pasará en un par de semanas, no te preocupes...casi siempre es así y no es la primera vez, como te dije, que me pasa algo así. No busco problemas, pero a veces los problemas se presentan sin llamarlos.
Lo que ya me sonó mejor fue lo de acabar con el problema de raíz, y si bien éramos solo dos, aquel chico era fuerte...vamos, si se desprendió de los matones sin pestañear demasiado, pero Astillas era un forzudo con muy mala leche. Dudo que le hiciera gracia a su jefe que le reventemos, aunque vete tu a saber...igual hasta nos respetaría y todo y me mete en nómina...vete tu a saber. La idea no me hacía mucha gracia, pero bueno, por probar...total, Yor tenía razón, no podía seguir en esta isla muchas semanas más.
-Vale. Te acompañaré....alguien tiene que poner el cerebro y no solo el músculo- le repliqué de forma algo jocosa pero seria.- Se supone que tienen su chabola en el muelle treinta y dos, una pequeña tasca encubierta. Te sigo, pero vayamos con mucha cautela, no la caguemos antes de tiempo.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Me puse a caminar a su lado, mirando las calles mientras la escuchaba. Una isla de refugiados sonaba de lo más interesante, un lugar para dar la bienvenida a aquellos que la sociedad no había dado oportunidad de integrarse… Quizá, cuando me convierta en un pirata mucho más fuerte e importante pueda formar una isla así. Aunque luego igual tendría que gestionarla y eso ya sonaba mucho más aburrido. Bueno, no era relevante ahora mismo, ya me ocuparé de esta idea cuando sea el momento adecuado.
Me giré a mirarla y sonreí ampliamente cuando accedió a mi idea. Aunque más que idea era una intención, no había ningún plan detrás de ello aparte de darle una buena paliza a la gente que había intentado abrirnos más agujeros en la piel. Me paré en seco cuando comentó el muelle, mirando alrededor en busca de algún cartel que nos guiase hasta el sitio. Estuve a punto de sacar las alas para mirar desde arriba, pero la palabra cautela me sacó de mis ilusiones, haciendo que en mi cara se formase una clara mueca de disgusto.
-Vaaale… No es mucho mi estilo, pero ya que esta es tu isla, respetaré tus normas. ¿Tienes algo pensado? Supongo que quieres entrar de forma sigilosa y atacar una vez ya estemos cerca o algo.- Fruncí el ceño al darme cuenta de algo-. ¡Y si que tengo cerebro! Es solo que me gusta tomar la decisión más entretenida cuando puedo…
Volví a emprender la marcha hacia los muelles, no era demasiado difícil ya que solo tenía que prácticamente volver al lugar donde casi nos matan. Quizá casi sea demasiado generoso… Seguí pensando en el plan de atacar su casa para luego tocarme la cicatriz de la cara, mirando a Judy.
-No sé cómo pretendes que no nos reconozcan, yo tengo una cicatriz enorme en toda la cara y tú tienes el pelo verde, que te queda muy bien, pero no es muy sutil.- Me sonrojé de golpe cuando pensé en cómo podría esconderme, pero no usaré esa forma de la fruta zoan, era demasiado vergonzoso.
Me giré a mirarla y sonreí ampliamente cuando accedió a mi idea. Aunque más que idea era una intención, no había ningún plan detrás de ello aparte de darle una buena paliza a la gente que había intentado abrirnos más agujeros en la piel. Me paré en seco cuando comentó el muelle, mirando alrededor en busca de algún cartel que nos guiase hasta el sitio. Estuve a punto de sacar las alas para mirar desde arriba, pero la palabra cautela me sacó de mis ilusiones, haciendo que en mi cara se formase una clara mueca de disgusto.
-Vaaale… No es mucho mi estilo, pero ya que esta es tu isla, respetaré tus normas. ¿Tienes algo pensado? Supongo que quieres entrar de forma sigilosa y atacar una vez ya estemos cerca o algo.- Fruncí el ceño al darme cuenta de algo-. ¡Y si que tengo cerebro! Es solo que me gusta tomar la decisión más entretenida cuando puedo…
Volví a emprender la marcha hacia los muelles, no era demasiado difícil ya que solo tenía que prácticamente volver al lugar donde casi nos matan. Quizá casi sea demasiado generoso… Seguí pensando en el plan de atacar su casa para luego tocarme la cicatriz de la cara, mirando a Judy.
-No sé cómo pretendes que no nos reconozcan, yo tengo una cicatriz enorme en toda la cara y tú tienes el pelo verde, que te queda muy bien, pero no es muy sutil.- Me sonrojé de golpe cuando pensé en cómo podría esconderme, pero no usaré esa forma de la fruta zoan, era demasiado vergonzoso.
Judy
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Caminé por las calles acompañándolo mientras me hablaba...y mira que hablaba. Había escuchado loros estar más callados que aquel tipo. Hay gente que le debe de ir la vida muy bien para estar siempre sonriendo, aunque este chico parecía algo tonto. Se metía en problemas, no las pensaba, no valora su vida ni lo más mínimo...como decirlo, este chico actúa sin pensar. ¿Cómo demonios sigue vivo? Bueno la respuesta es fácil si lo ves...tiene poderes, así que así cualquiera.
-No tengo intención de que me vean
Suspiré mientras le escuchaba. Si no me mataban los sicarios de Astillas me mataría él con su palabrería.
-Mira, te lo pondré fácil y nos dejamos de webadas; ¿te ves fuerte para liarla delante de la tasca, atraer a todos los malos malosos a la parte delantera del local, pegarles una tunda por unos cinco minutos hasta que Astillas salga a romperte el ojal mientras yo me cuelo por detrás en su despacho, le birlo algunas cosillas y luego nos largamos?- le dije irónica...pero iba en serio- Si la respuesta es negativa, tenemos opción B. Entrar, fingir que eres un cliente, porque si, entrarás tu solo porque a mi algunos me conocen, y después de lo acontecido hoy....me revientan la cara si me ven. Asi que, mi idea es que eches un vistazo, analices bien todo lo que pasa ahi dentro, y luego sales y me pones al día y yo actúo en consecuencia.
Me daba igual cual opción eligiera, total íba a darse de hostias contra los sicarios o contra Astillas y a mi eso me valía.
-Lo más probable es que astillas esté en la parte trasera contando los billetes de la jornada de hoy, más temprano que tarde se asomará a la taberna para beber algo y "desconectar", porque es un puñetero borracho. Asi que bueno...¿Alguna duda?
Si, estaba nerviosa, enfadada y nerviosa. No quería que le pasara nada a Yor, pero tampoco quería que me pasara nada a mi como es lógico. Astillas era un hueso duro de roer, sus matones no tanto. Si el poder de Yor era tan impresionante casi sin mover un músculo, no me imaginaba lo que podría hacer enfadado de verdad.
-Si necesitas ayuda, tranquilo, te echaré un cable.
A lo lejos ya podía verse la taberna, que por la luces y ruido daba el cante de que estaba llenita de borrachos entre otros idiotas. Bueno, había que probar cualquiera de las opciones, a no ser que Yor tuviera una idea mejor....espera...¿Le ha gustado mi pelo?
-No tengo intención de que me vean
Suspiré mientras le escuchaba. Si no me mataban los sicarios de Astillas me mataría él con su palabrería.
-Mira, te lo pondré fácil y nos dejamos de webadas; ¿te ves fuerte para liarla delante de la tasca, atraer a todos los malos malosos a la parte delantera del local, pegarles una tunda por unos cinco minutos hasta que Astillas salga a romperte el ojal mientras yo me cuelo por detrás en su despacho, le birlo algunas cosillas y luego nos largamos?- le dije irónica...pero iba en serio- Si la respuesta es negativa, tenemos opción B. Entrar, fingir que eres un cliente, porque si, entrarás tu solo porque a mi algunos me conocen, y después de lo acontecido hoy....me revientan la cara si me ven. Asi que, mi idea es que eches un vistazo, analices bien todo lo que pasa ahi dentro, y luego sales y me pones al día y yo actúo en consecuencia.
Me daba igual cual opción eligiera, total íba a darse de hostias contra los sicarios o contra Astillas y a mi eso me valía.
-Lo más probable es que astillas esté en la parte trasera contando los billetes de la jornada de hoy, más temprano que tarde se asomará a la taberna para beber algo y "desconectar", porque es un puñetero borracho. Asi que bueno...¿Alguna duda?
Si, estaba nerviosa, enfadada y nerviosa. No quería que le pasara nada a Yor, pero tampoco quería que me pasara nada a mi como es lógico. Astillas era un hueso duro de roer, sus matones no tanto. Si el poder de Yor era tan impresionante casi sin mover un músculo, no me imaginaba lo que podría hacer enfadado de verdad.
-Si necesitas ayuda, tranquilo, te echaré un cable.
A lo lejos ya podía verse la taberna, que por la luces y ruido daba el cante de que estaba llenita de borrachos entre otros idiotas. Bueno, había que probar cualquiera de las opciones, a no ser que Yor tuviera una idea mejor....espera...¿Le ha gustado mi pelo?
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Escuché atentamente sus palabras mientras tarareaba por lo bajo alguna tonadilla estúpida, no es que no me interesara lo que decía Judy, era que así me centraba mejor en escucharla. Hacer dos cosas a la vez, sobre todo si la segunda era de lo más mundana, me ayudaba mucho a centrarme. Su plan era sólido, bueno, lo era mientras que ella fuese capaz de cumplir su parte y como no me había dado ninguna señal todavía para no confíar en ella, pues eso, que era un plan sólido. Le sonreí y asentí un par de veces.
-¡Claro! Dar un par de golpes a unos matones es algo que puedo hacer sin problema alguno, así también entreno un poco, hace mucho que no entro en una pelea que no sea de uno a uno, encargarme de un grupo a la vez puede ser interesante.- Le di una palmada en la espalda, en señal de camaradería-. ¡Lo mismo te digo! Si necesitas ayuda, tú grita y en un segundo estaré allí.
Nos pusimos delante de la taberna y con un gesto me despedí por el momento de la chica del pelo verde. Esperé unos segundos hasta que fuera seguro de que no la viesen también y entonces sonreí, preparado para dar un buen espectáculo. Comencé la transformación, notando como mis extremidades se alargaban hasta que alcancé los seis metros, creciendo además una cola. Mi cuerpo se adaptó para que no estuviera desproporcionado y mi piel se tornó de un negro absoluto con manchas amarillas. Mis ojos hicieron lo mismo, mis pupilas amarillas en forma de reptil y el resto negro. Por último mi pelo pasó a ser el fuego mismo. Ya estaba preparado para la pelea, mi forma de salamandra de fuego estaba lista.
-¡Pardillos de la banda de Astillas, creo que se os ha escapado un bicho hoy! ¡Si queréis una revancha, aquí estoy!- Sonreí contento, mis afilados dientes visibles, conforme vi salir a gente confundida por mis gritos-. A ver si esta vez me dais un verdadero reto, pringaos.
En la parte más cercana al local estaban apostados los que tenían armas de fuego, por suerte, a estas alturas eso ya solo me suponía una molestia siempre que les prestara un poco de atención. Por otro lado, los que tenían armas cuerpo a cuerpo se iban acercando, como era lógico. Eran bastantes, pero si de verdad había aprendido algo en mis viajes, no era nada que no pudiese manejar. Esto iba a ser muy divertido, espero que Green Tea también se lo pasara bien con su parte del trabajo.
-¡Claro! Dar un par de golpes a unos matones es algo que puedo hacer sin problema alguno, así también entreno un poco, hace mucho que no entro en una pelea que no sea de uno a uno, encargarme de un grupo a la vez puede ser interesante.- Le di una palmada en la espalda, en señal de camaradería-. ¡Lo mismo te digo! Si necesitas ayuda, tú grita y en un segundo estaré allí.
Nos pusimos delante de la taberna y con un gesto me despedí por el momento de la chica del pelo verde. Esperé unos segundos hasta que fuera seguro de que no la viesen también y entonces sonreí, preparado para dar un buen espectáculo. Comencé la transformación, notando como mis extremidades se alargaban hasta que alcancé los seis metros, creciendo además una cola. Mi cuerpo se adaptó para que no estuviera desproporcionado y mi piel se tornó de un negro absoluto con manchas amarillas. Mis ojos hicieron lo mismo, mis pupilas amarillas en forma de reptil y el resto negro. Por último mi pelo pasó a ser el fuego mismo. Ya estaba preparado para la pelea, mi forma de salamandra de fuego estaba lista.
-¡Pardillos de la banda de Astillas, creo que se os ha escapado un bicho hoy! ¡Si queréis una revancha, aquí estoy!- Sonreí contento, mis afilados dientes visibles, conforme vi salir a gente confundida por mis gritos-. A ver si esta vez me dais un verdadero reto, pringaos.
En la parte más cercana al local estaban apostados los que tenían armas de fuego, por suerte, a estas alturas eso ya solo me suponía una molestia siempre que les prestara un poco de atención. Por otro lado, los que tenían armas cuerpo a cuerpo se iban acercando, como era lógico. Eran bastantes, pero si de verdad había aprendido algo en mis viajes, no era nada que no pudiese manejar. Esto iba a ser muy divertido, espero que Green Tea también se lo pasara bien con su parte del trabajo.
Judy
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Bueno, al menos tenía bemoles. Cosa que ya había demostrado con creces hasta ahora, a pesar, de que también había demostrado una necedad plausible. Dicen que la fortuna favorece a los audaces, pero parece que a Yor también. Nos despedimos, y me dispuse a rodear la taberna, pero antes me detuve en seco al ver a Yor transformándose. Definitivamente este muchacho era lo que llamaban un usuario. Me pregunto como demonios había tenido la maldición o la fortuna de acabar ingiriendo una fruta de esas super raras y codiciadas por tantos. No es que supiera mucho de ellas, quizás lo más básico al igual que todo el mundo. Aún así su transformación fue gloriosa e hizo incluso que abriera la boca como una tonta.
Los matones eran bastantes, pero supuse que no serían un problema para Yor. Así que lo dejé todo en sus manos mientras yo corría por la parte de atrás del edificio, me subí a unas cajas y trepé por el canelón hasta la claraboya del tejado, la cual abrí sin demasiada dificultad. Supuse que las tortas ya habrían comenzado, ya que al ver tras el cristal no vi a Astillas, y su despacho parecía completamente vacío. Era el momento oportuno, así que aparté el ventanuco y salté al interior del despacho. El jaleo fuera era evidente y parecía que todavía quedaban dos guardias por fuera del despacho que no se habían unido a la pelea...áun.
-Vale, Judy, céntrate. Dije yendo a tiro fijo a revisando todos sus cajones del escritorio, estando el último cerrado con llave - Vale, esto estaba previsto.
Rebusqué en mis bolsillos una pequeña ganzúa con la que comencé a "fucicar" contra la cerradura del bajón. La pelea afuera arreciaba y pude escuchar gritos de Astillas. ¿ Yor se habría enfrentado a él? ¿ Habría perdido Yor? Lo dudaba muchísimo, y esas dudas no impidieron que reventara la cerradura y abriera el cajón, dejando ver, un pequeño cofre de caoba, el cual agarré sin dudas, aparte de algunos fajos de billetes y joyas.
-Lo siento Astillas, pero hoy es día de cobro.
Sabía que lo que había dentro de aquel cofre me pondría en busca y captura por la mitad del bajo mundo, pero era una cosa que ahora miso no me importaba. Esperaba en algún momento poder irme con Yor a algún lugar más seguro...al fin y al cabo era un capitán, según decía él. Porque esta isla ya no era segura...bueno, ni esta ni ninguna ya.
Entonces escuché como el jaleo de fuera se intensificaba, hasta el punto de que los dos guardias que vigilaban la puerta del despecho desde fuera se largaron corriendo. ¿Estaría bien Yor?. No dudé en salir por la puerta con sumo cuidado, y, aprovechando el jaleo, traté de colarme rápidamente hasta salir por la puerta principal, de espaldas a los matones que podían quedar todavía.
Los matones eran bastantes, pero supuse que no serían un problema para Yor. Así que lo dejé todo en sus manos mientras yo corría por la parte de atrás del edificio, me subí a unas cajas y trepé por el canelón hasta la claraboya del tejado, la cual abrí sin demasiada dificultad. Supuse que las tortas ya habrían comenzado, ya que al ver tras el cristal no vi a Astillas, y su despacho parecía completamente vacío. Era el momento oportuno, así que aparté el ventanuco y salté al interior del despacho. El jaleo fuera era evidente y parecía que todavía quedaban dos guardias por fuera del despacho que no se habían unido a la pelea...áun.
-Vale, Judy, céntrate. Dije yendo a tiro fijo a revisando todos sus cajones del escritorio, estando el último cerrado con llave - Vale, esto estaba previsto.
Rebusqué en mis bolsillos una pequeña ganzúa con la que comencé a "fucicar" contra la cerradura del bajón. La pelea afuera arreciaba y pude escuchar gritos de Astillas. ¿ Yor se habría enfrentado a él? ¿ Habría perdido Yor? Lo dudaba muchísimo, y esas dudas no impidieron que reventara la cerradura y abriera el cajón, dejando ver, un pequeño cofre de caoba, el cual agarré sin dudas, aparte de algunos fajos de billetes y joyas.
-Lo siento Astillas, pero hoy es día de cobro.
Sabía que lo que había dentro de aquel cofre me pondría en busca y captura por la mitad del bajo mundo, pero era una cosa que ahora miso no me importaba. Esperaba en algún momento poder irme con Yor a algún lugar más seguro...al fin y al cabo era un capitán, según decía él. Porque esta isla ya no era segura...bueno, ni esta ni ninguna ya.
Entonces escuché como el jaleo de fuera se intensificaba, hasta el punto de que los dos guardias que vigilaban la puerta del despecho desde fuera se largaron corriendo. ¿Estaría bien Yor?. No dudé en salir por la puerta con sumo cuidado, y, aprovechando el jaleo, traté de colarme rápidamente hasta salir por la puerta principal, de espaldas a los matones que podían quedar todavía.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Cogí aire, la tensión se podría cortar incluso con un cuchillo de plástico. Miré la procesión de pardillos que tenía delante, estaban ya listos, no sabía si había más gente dentro. No tenía sentido pensar en ello, ya me había expuesto de esta manera, esto solo podía acabar de dos formas así que mejor concentrarme en la que no supone mi muerte. A sus ojos estaba totalmente quieto, pero estaba volviendo a conjurar mi fuego de la nada. Me concentré en la fila de atrás, si tenía que fijarme en menos balas, me ayudaría bastante. No todos cayeron en la trampa ya que al parecer algunos de los afectados de mi último truco se encontraban entre los tiradores; da igual, se prendieron las chaquetas de los suficientes para que fuera un ataque efectivo.
Esto fue suficiente señal de salida para los otros matones que se abalanzaron hacia mí con todas sus fuerzas. Por supuesto yo no podía quedarme atrás y también corrí hacia la multitud. Paré con una mano un bate de béisbol que se acercaba con velocidad hacia mi cabeza y aproveché la inercia para lanzar a su portador contra otro capullo. El siguiente intentó rajarme la tripa a lo que le respondí con un salto y giro que hizo que mi cola le azotara la mano como si de un látigo se tratara. Cuando se desequilibró por el golpe, le propiné otro en todo el pecho haciendo que se estrellara contra una de las paredes del local. En ese momento me vi un poco más libre de espacio, cosa que aprovecharon los tiradores para empezar con su parte del espectáculo. Toda una cortina de metal se abalanzaba hacia mí y ni siquiera una esquiva rápida podría librarme de aquello. En una milésima de segundo entendí lo que tenía que hacer por lo que hinché el pecho rápidamente y escupí una gran llamarada de fuego que incluso se tornó azul por un momento. Este calor hizo que el metal frenara y cayera al suelo derretido. Perfecto, esto me daría unos preciados segundos hasta que volvieran a recargar sus armas.
Otro idiota con machete se presentó delante de mí. Dejé que creyera que podía darme en la mano, endureciendo la piel con haki un segundo antes del impacto, haciendo que fuera inefectivo. Aprovechando que había acercado su brazo para darme en el mío, use mi mano libre para agarrarle de la muñeca y atraerlo con fuerza, noqueándolo de un cabezazo. Cogí su hoja y la tiré hacia una de los fusiles que habían intentado convertirme en un colador hacía nada, un problema menos.
Mi respiración se tornaba cada vez más rápida, mi mente comenzaba a enfocarse en una sola cosa: Dar el siguiente golpe. Si paraba un segundo, si dudaba, podría acabar muerto en menos tiempo que el que toma un parpadeo. No había usar los mismos golpes todo el rato, eran tantos que se podían quedar planeando cómo enfrentarme una vez hubiera terminado con sus amigos. Un salto, una esquiva, una voltereta, una patada, un puñetazo, una llamarada, una bomba de humo; todo mi arsenal de habilidades para poder seguir adelante. No fue hasta que escuché una poderosa voz que no salí de mi trance de batalla. Miré alrededor, todos los cuerpos de mis enemigos en el suelo, el local apenas tenía pared delantera. Mi vista se enfocó en el hombre que quedaba delante, el tal Astillas. Llevaba una escopeta en una mano y un lucero del alba en la otra. Suspiré, todavía no podía descansar.
-¿¡Qué clase de idiota decide plantarle cara a un gremio de mercenarios así como así?! ¿¡Quién coño eres?! ¡Jamás te habíamos visto hasta hoy! ¡No hay ninguna razón para que hagas esto!
-Pfff… Si de verdad crees eso es que eres más estúpido de lo que pensaba.- Me erguí entonces, soltando una pequeña risa-. Te has metido con una amiga mía, gilipollas. Si sales de aquí, dile a tus amiguitos que se lo piensen antes de meterse con un amigo de Yor D. Krein, futuro rey de los piratas.
-Estás loco, no eres más que un mocoso que no sabe en lo que se está metiendo.
Ignoré sus palabras, hablarle no iba a tumbarlo. Volví a hinchar el pecho, solo que esta vez mucho más, la visión era muy parecida a la de un sapo cogiendo aire. Esta vez noté el fuego concentrándose en mi interior, enroscándose, solidificándose al mezclarse con mi veneno. Lo escupí de golpe, no podía controlar dónde caían los proyectiles, tarde o temprano caerían desde el cielo, como una lluvia de meteoritos. Era una distracción con un gran potencial de causar graves daños si acertaban. Astillas se había ido acercando mientras hacía eso por lo que pude esquivar de casualidad el escopetazo que había disparado, haciendo que unos cuantos trozos de metralla me arañaran la cara y el costado. No podía recibir mucho más daño; me gustaría admitir que en la pelea con sus esbirros había salido indemne, pero eran muchos. Estaba cansado y magullado. Intercambiamos un par de golpes, yo endurecía mi piel allá donde no podía esquivar su lucero del alba. Esto tenía que acabar y lo iba a hacer a mi manera. Lo fui arrinconando hacia una zona, ahí todavía no había caído ningún proyectil, me estaba quedando sin ellos y el bastardo los estaba esquivando muy bien. Cuando por fin lo puse donde yo quería supe lo que tenía que hacer para mantenerlo ahí; le cogí ambos hombros con las manos para dejarlo bien quieto. El cazarrecompensas usó la mano del lucero para abalanzarlo sobre mí, lo mordí como pude para que no me aplastara la cara, usando mi dentadura mejorada. Su otra mano puso la boca de la escopeta directamente en mi estómago, sonriéndome.
-Se te acabó el juego, mocoso.
De nuevo, no dije nada, solo lo miré fijamente a los ojos. Pareció que aquello lo asustó un poco, yo ya tenía mi haki concentrado ahí para evitar que mis intestinos decorasen el suelo. Sin embargo, ese momento de duda, apenas un segundo, fue suficiente. Le cayó de lleno uno de los proyectiles que lo impulsó varios metros hasta incrustarlo en las escaleras del local. No lo había acabado, pero las fuerzas estaban abandonando mi cuerpo. Me relajé en ese momento, haciendo que me cayera de culo, sentándome.
-Parece que todavía me queda bastante juego, idiota…
Esto fue suficiente señal de salida para los otros matones que se abalanzaron hacia mí con todas sus fuerzas. Por supuesto yo no podía quedarme atrás y también corrí hacia la multitud. Paré con una mano un bate de béisbol que se acercaba con velocidad hacia mi cabeza y aproveché la inercia para lanzar a su portador contra otro capullo. El siguiente intentó rajarme la tripa a lo que le respondí con un salto y giro que hizo que mi cola le azotara la mano como si de un látigo se tratara. Cuando se desequilibró por el golpe, le propiné otro en todo el pecho haciendo que se estrellara contra una de las paredes del local. En ese momento me vi un poco más libre de espacio, cosa que aprovecharon los tiradores para empezar con su parte del espectáculo. Toda una cortina de metal se abalanzaba hacia mí y ni siquiera una esquiva rápida podría librarme de aquello. En una milésima de segundo entendí lo que tenía que hacer por lo que hinché el pecho rápidamente y escupí una gran llamarada de fuego que incluso se tornó azul por un momento. Este calor hizo que el metal frenara y cayera al suelo derretido. Perfecto, esto me daría unos preciados segundos hasta que volvieran a recargar sus armas.
Otro idiota con machete se presentó delante de mí. Dejé que creyera que podía darme en la mano, endureciendo la piel con haki un segundo antes del impacto, haciendo que fuera inefectivo. Aprovechando que había acercado su brazo para darme en el mío, use mi mano libre para agarrarle de la muñeca y atraerlo con fuerza, noqueándolo de un cabezazo. Cogí su hoja y la tiré hacia una de los fusiles que habían intentado convertirme en un colador hacía nada, un problema menos.
Mi respiración se tornaba cada vez más rápida, mi mente comenzaba a enfocarse en una sola cosa: Dar el siguiente golpe. Si paraba un segundo, si dudaba, podría acabar muerto en menos tiempo que el que toma un parpadeo. No había usar los mismos golpes todo el rato, eran tantos que se podían quedar planeando cómo enfrentarme una vez hubiera terminado con sus amigos. Un salto, una esquiva, una voltereta, una patada, un puñetazo, una llamarada, una bomba de humo; todo mi arsenal de habilidades para poder seguir adelante. No fue hasta que escuché una poderosa voz que no salí de mi trance de batalla. Miré alrededor, todos los cuerpos de mis enemigos en el suelo, el local apenas tenía pared delantera. Mi vista se enfocó en el hombre que quedaba delante, el tal Astillas. Llevaba una escopeta en una mano y un lucero del alba en la otra. Suspiré, todavía no podía descansar.
-¿¡Qué clase de idiota decide plantarle cara a un gremio de mercenarios así como así?! ¿¡Quién coño eres?! ¡Jamás te habíamos visto hasta hoy! ¡No hay ninguna razón para que hagas esto!
-Pfff… Si de verdad crees eso es que eres más estúpido de lo que pensaba.- Me erguí entonces, soltando una pequeña risa-. Te has metido con una amiga mía, gilipollas. Si sales de aquí, dile a tus amiguitos que se lo piensen antes de meterse con un amigo de Yor D. Krein, futuro rey de los piratas.
-Estás loco, no eres más que un mocoso que no sabe en lo que se está metiendo.
Ignoré sus palabras, hablarle no iba a tumbarlo. Volví a hinchar el pecho, solo que esta vez mucho más, la visión era muy parecida a la de un sapo cogiendo aire. Esta vez noté el fuego concentrándose en mi interior, enroscándose, solidificándose al mezclarse con mi veneno. Lo escupí de golpe, no podía controlar dónde caían los proyectiles, tarde o temprano caerían desde el cielo, como una lluvia de meteoritos. Era una distracción con un gran potencial de causar graves daños si acertaban. Astillas se había ido acercando mientras hacía eso por lo que pude esquivar de casualidad el escopetazo que había disparado, haciendo que unos cuantos trozos de metralla me arañaran la cara y el costado. No podía recibir mucho más daño; me gustaría admitir que en la pelea con sus esbirros había salido indemne, pero eran muchos. Estaba cansado y magullado. Intercambiamos un par de golpes, yo endurecía mi piel allá donde no podía esquivar su lucero del alba. Esto tenía que acabar y lo iba a hacer a mi manera. Lo fui arrinconando hacia una zona, ahí todavía no había caído ningún proyectil, me estaba quedando sin ellos y el bastardo los estaba esquivando muy bien. Cuando por fin lo puse donde yo quería supe lo que tenía que hacer para mantenerlo ahí; le cogí ambos hombros con las manos para dejarlo bien quieto. El cazarrecompensas usó la mano del lucero para abalanzarlo sobre mí, lo mordí como pude para que no me aplastara la cara, usando mi dentadura mejorada. Su otra mano puso la boca de la escopeta directamente en mi estómago, sonriéndome.
-Se te acabó el juego, mocoso.
De nuevo, no dije nada, solo lo miré fijamente a los ojos. Pareció que aquello lo asustó un poco, yo ya tenía mi haki concentrado ahí para evitar que mis intestinos decorasen el suelo. Sin embargo, ese momento de duda, apenas un segundo, fue suficiente. Le cayó de lleno uno de los proyectiles que lo impulsó varios metros hasta incrustarlo en las escaleras del local. No lo había acabado, pero las fuerzas estaban abandonando mi cuerpo. Me relajé en ese momento, haciendo que me cayera de culo, sentándome.
-Parece que todavía me queda bastante juego, idiota…
Judy
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
¿Que demonios estaba pasando ahí fuera? Parecía que Yor si que estaba teniendo problemas. Quizás lo judgué muy duramente en cuanto a sus habilidades. Igualmente la cosa ya se ponía tensa, ya que en el momento en que salí por la puerta principal pude ver a Yor sentado en el suelo. Parecía que lo habían herido, aunque no estaba segura de si era una herida mala. El problema que teníamos ahora mismo no era que hubiera matones ante nosotros...porque Yor se los había quitado de encima con bastante soltura. El problema es que el mismísimo Astillas estaba allí, frente a nosotros.
En el momento en que hice contacto visual con aquel capullo me quedé fría y tiesa como la mojama. Apreté con las manos el pequeño cofre que tenía en ellas. Astillas no lo dudó ni tres segundos, y se quedó mirando el cofre con una cara propia del diablo.
-Tu....-dijo dirigiéndose a mi no sin antes encañonarme a distancia- Debía suponérmelo. Que este idiota no vendría por voluntad propia aquí si no fuera porque la puta de turno le comiera la cabeza. ¿Qué pasa Jud? ¿Ahora tienes gente que te hace el trabajo sucio?
Nada más dirigirse a mi agarrá bajo un brazo el cofer, mientras que dejaba libre mi mano izquierda.
-Ya ves...-le dije socarrona.
-Vaya muchacho- dijo dirigiéndose a Yor- Admito que eres más tonto de lo que aparentabas. Parece que la buena de Jud a usado a otro tonto para que le haga de carnada mientras ella se lleva todo y sale por patas. Pero bueno...que esperar de una ladrona de tres al cuarto. Me temo, querida, que debo pedirte que sueltes ese cofre. Además, no quisiera hacerle otro agujero a tu amigo- dijo haciendo el amago de apuntar a Yor.
Yo por mi parte no lo dudé y en un rápido ademán saqué mi pistola de la cartuchera y apunté a Astillas, y él me apuntó a mi, quedando en tablas ambos.
-¿Vas a dispararme?. Vaya Jud ¿ Que te ha pasado? Te han crecido los ovarios. Mira, dime...¿cuánto te importa ese idiota?-dijo apuntando a Yor- Vamos a tratar de averiguarlo, a no ser claro, que sueltes el cofre y te largues. Te juro que solo te cortaré la mano por ser una puta ladrona, pero te dejaré con vida por los viejos tiempos. ¿Cómo lo ves?.
Obviamente mal. Si, Astillas era peligroso, y esperaba que Yor no tuviera problemas con él, pero me había equivocado. Quizás he ido muy rápido con todo esto, pero mi único objetivo ya era salir de esta maldita isla. Así que me quedé mirando a ambos, manteniendo el apuntado en Astillas.
-¿Vas a volver a dispararle? Hazlo, no me importa- le dije seria, aunque claramente me importaba por algún motivo que desconocía.
Astillas sonrió y apuntó a Yor.
-Esa es la Jud que conzoco..siempre con sus prioridades.- dijo antes de apuntar a Yor.
En el momento en que hice contacto visual con aquel capullo me quedé fría y tiesa como la mojama. Apreté con las manos el pequeño cofre que tenía en ellas. Astillas no lo dudó ni tres segundos, y se quedó mirando el cofre con una cara propia del diablo.
-Tu....-dijo dirigiéndose a mi no sin antes encañonarme a distancia- Debía suponérmelo. Que este idiota no vendría por voluntad propia aquí si no fuera porque la puta de turno le comiera la cabeza. ¿Qué pasa Jud? ¿Ahora tienes gente que te hace el trabajo sucio?
Nada más dirigirse a mi agarrá bajo un brazo el cofer, mientras que dejaba libre mi mano izquierda.
-Ya ves...-le dije socarrona.
-Vaya muchacho- dijo dirigiéndose a Yor- Admito que eres más tonto de lo que aparentabas. Parece que la buena de Jud a usado a otro tonto para que le haga de carnada mientras ella se lleva todo y sale por patas. Pero bueno...que esperar de una ladrona de tres al cuarto. Me temo, querida, que debo pedirte que sueltes ese cofre. Además, no quisiera hacerle otro agujero a tu amigo- dijo haciendo el amago de apuntar a Yor.
Yo por mi parte no lo dudé y en un rápido ademán saqué mi pistola de la cartuchera y apunté a Astillas, y él me apuntó a mi, quedando en tablas ambos.
-¿Vas a dispararme?. Vaya Jud ¿ Que te ha pasado? Te han crecido los ovarios. Mira, dime...¿cuánto te importa ese idiota?-dijo apuntando a Yor- Vamos a tratar de averiguarlo, a no ser claro, que sueltes el cofre y te largues. Te juro que solo te cortaré la mano por ser una puta ladrona, pero te dejaré con vida por los viejos tiempos. ¿Cómo lo ves?.
Obviamente mal. Si, Astillas era peligroso, y esperaba que Yor no tuviera problemas con él, pero me había equivocado. Quizás he ido muy rápido con todo esto, pero mi único objetivo ya era salir de esta maldita isla. Así que me quedé mirando a ambos, manteniendo el apuntado en Astillas.
-¿Vas a volver a dispararle? Hazlo, no me importa- le dije seria, aunque claramente me importaba por algún motivo que desconocía.
Astillas sonrió y apuntó a Yor.
-Esa es la Jud que conzoco..siempre con sus prioridades.- dijo antes de apuntar a Yor.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Página 1 de 2. • 1, 2
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.