Información cruzada [Pasado][Mako y Christa]

Ni una novela de terror había producido tanto miedo en los sueños de los más jovenes como ver lo que mis ojos acababan de presenciar ahora mismo, la trama de traición por parte de todos contra todos era algo que haría a cualquier lector engancharse a la lectura, pero la transformación de una joven mujer, en un engendro de tal calibre es algo que se necesitan muchas, demasiadas, infinitas sesiones de psicología y psiquiatría para poder superar, por no decir las toneladas de medicamentos que conlleva. Había escuchado a viejos médicos decir que las moscas ponen huevos en las cavidades del cuerpo humano como orejas o nariz, pero lo de esa muchacha era una infección muy grave para el asunto, rompía las leyes de todo, por lo que solo quedaba una explicación valida como en todos los casos... Una fruta...

Claramente no estaba centrado en aquella mosca repulsiva que iba a hacer que a partir de ahora matase a todos los insectos repugnantes que me cruzara en el camino como moscas y cucarachas, no, también no dejaba de observar a la mujer que hacía equipo conmigo la cual tenía unos reflejos que superaban los míos por mucho, claramente ahora que uno nos había traicionado necesitaba mantener con vida a esa mujer pues sería de idiotas no admitir que era la que más posibilidades de sobrevivir tenía, la más fuerte, por ende, a la que más necesitaba...

Esto se escapaba a mi control, pude ver claramente lo que aquella regurgitación había hecho con el suelo, era muy corrosivo, por lo que no podía entrar dando tiros como si nada, pero si que podía usar ese hecho para ayudar a la mujer, solo necesitaba que escupiera el veneno cerca de mi. Si abría un hueco al piso de abajo, podía levantar uno de los barriles y empezar a prenderle fuego a todo. Todo el mundo sabe que el fuego afecta al cuerpo de un insecto en una mayor proporción que al de un animal de carne y hueso ¿Se podría decir que son débiles? o eso era mi pensamiento, la cosa era... Primero había que proteger al objetivo.

Concentrando mi poder en el agujero corrosivo he hice presión hacia abajo, a ojos de cualquier ignorante (véase uno mismo) ese ácido habría afectado a la estructura por lo que si se cae alguna que otra biga a nadie le sorprendería. Quizás hice demasiada por que el agujero se desmoronó creando un pequeño boquete de dos metros de diámetro, lo que llamó la atención de muchos, por lo menos de los guardias que empezaban a aparecer, lo que intenté aprovechar para ir hacia "Arcano" e intentar sacarlo de ahí para poder hacer explotar en llamas el edificio.

No soy idiota, claramente el agujero no sería lo único que llamaría la atención de todos, incluido aquel insecto asqueroso, un tigre aparecido de la nada y una mujer intentando matar a todo el mundo era más que suficiente para pasar desapercibido, si en algún momento alguien me descubría, pasaría a la acción... Ahora lo más importante era proteger a mi informante...

Con las manos temblorosas, buscó la botella de agua dentro de la capa mágica y luego le dio un profundo sorbo, sus ojos puestos sobre la criatura repulsiva. Era un ser humano, de eso estaba completamente segura por la Voz que tenía, pero tenía una forma grotesca y aberrante. ¿Era un usuario de una fruta del diablo, quizás? No sabía mucho, aunque lo suficiente para entender que aquellos frutos entregaban a las personas poderes impresionantes a cambio de no poder nadar; su propia madre tenía una de las habilidades más fascinantes de la historia: la capacidad de realizar magia. Como sea, los rasgos morfológicos y la transformación de la criatura indicaban que era el usuario de una zoan del tipo insecto.

Rápidamente recargó el arco y preparó una única flecha; entonces disparó. El proyectil zumbó en el aire y atravesó la habitación en un abrir y cerrar de ojos, dando en el blanco sin ningún problema. No obstante, el exoesqueleto del hombre-mosca era demasiado duro como para ser atravesado por una flecha ordinaria. Christa se percató inmediatamente de la situación y las opciones aparecieron enseguida en su cabeza. Podía encontrar un punto débil en el cuerpo acorazado de su objetivo, como zonas blandas y carnosas, o acercarse peligrosamente y hacer un combate cuerpo a cuerpo.

-¡Ve a un lugar seguro! -le ordenó Christa al Arcano tras desviar una de las balas de los infiltrados en las filas de los matones-. Yo me encargaré de este desastre, pero necesito que permanezcas con vida.

-Así que no trabajas para el Clan… De acuerdo, prometo que tus esfuerzos serán recompensados -aseguró el Arcano y se apresuró en buscar la salida, aunque Fantasma (o quien fuera aquella cosa) trató de impedirlo.

Loki se abalanzó sobre la criatura con fervor, interrumpiendo su vuelo e impidiendo que Fantasma se acercara al Arcano; casi parecía un gato cazando a un pobre pajarito, solo que el hombre-mosca no era ningún pobre pajarito, sino un asesino repulsivo y asqueroso. La criatura alada reaccionó como lo hizo antes, arrojando un chorro de ácido y obligando a Loki a retroceder. Christa al observar los movimientos del hombre-mosca determinó que no era buena idea reducir la distancia y mantener un combate cuerpo a cuerpo; no le agradaba la idea de ser bañada en ácido.

La cazadora continuó la estrategia de las flechas, aunque todas rebotaban en el resistente exoesqueleto del hombre-mosca; sencillamente ninguna de ella era capaz de atravesar su defensa, ni siquiera aquellas que volaban con precisión y velocidad. Fue entonces que sintió una sensación similar, algo que había sentido antes en el Páramo, una extraña fuerza incomprensible que brotaba desde su interior. De alguna manera, sentía que podía utilizar esas vibraciones interiores dentro de su cuerpo para lastimar a su objetivo y, dejándose llevar por la intuición, disparó otra vez.

-¿Hm? ¿Qué has hecho, mocosa insolente? -preguntó el hombre-mosca con una mueca de dolor en el rostro, mientras se quitaba la flecha del pecho-. ¿Acaso eso ha sido…? Ya veo, por eso pudiste esquivar el disparo de mi francotiradora. Eres más problemática de lo que aparentas ser, así que acabaré contigo de una buena vez.

Conseguí llegar justo a tiempo cerca de Arcano -Más te vale que a mi también me recompenses- Comenté entre las sombras, el viejo me miró y se sorprendió bastante, (Cosa que no se si tomarlo como una ofensa, pero dejemoslo ahí) Ayudé a Arcano e intenté sacarlo de ahí, pero me pillaron, al fin y al cabo no soy alguien bueno en el sigilo. Desde el otro lado de la sala se escuchó "La mujer tiene un lacayo" Mira... Menudo desgraciado, ¿Lacayo yo? Saqué el arma y disparé una vez, un disparo certero penetró la carne del capuleto que lanzó tal acusación a la altura del corazón, haciendo que este caiga redondo al suelo... Tras unos segundos caí en la cuenta -Mierda, me he descubierto- Aún que ya me habían visto -¡Me encargo de Arcano, tú mata a la mosca!- Grité, no sin antes observar el nuevo vómito de ácido que dejó en el suelo al intentar matar al gatito. Jugué las mismas cartas, mi poder se ejerció cual gravedad en el agujero y se hizo más grande. ¿Por qué? Fácil, más espacio, pero no para que la mosca vuele con total libertad, si no, para que la explosión no tenga obstáculos para acabar con nadie, lo que aún no tenía claro es como salvaría a la muchacha de tal deflagración...

Conseguí liberar a Arcano y bajar hasta la planta de abajo -¿Qué haces tú aquí?- Preguntó curioso mi vendedor de información -Luego, centrémonos en salir- Contesté mientras alzaba el revolver y disparaba dos veces más, dos cuerpos golpeaban el suelo. Tras bajar por las escaleras observé los barriles de brea y fugazmente pensé... ¿Por qué no? La mujer era lista así que suponía que sabría que hacer ella.
Me aseguré que Arcano quedara escondido en un contenedor del edificio de al lado, (Sí, lo metí dentro) para luego volver hacia los barriles -No me falles muchacha- Comenté pensando que quizás no iba a salir como pensaba... Agarré el barril como si lo levantara a pulso (Aún que en realidad usaba mi control sobre el hierro de los remaches para que no pesaran nada) y los lancé por los agujeros creados en el suelo por la mosca y por mí. El barríl el cual propulsé con los poderes de la fruta pero fingí que los lanzaba con fuerza bruta, golpeaban las paredes del piso de arriba soltando brea por toda la pared, salpicando el techo y derramandose hasta el suelo... Empecé lanzando por los agujeros hacia el piso de arriba, pero también en el piso de abajo, todo iba a arder...

¿Mi idea? El fuego mata los bichos, que prenda todo...

El hombre mosca voló rápidamente sobre Christa y cargó hacia ella, aprovechando la altura para potenciar su ataque directo y tosco. La cazadora vio a través de sus intenciones e hizo caso a la Voz que tantas veces le había salvado, esquivando a tiempo la embestida enemiga. Una vez más, cargó el arco y aunó la fuerza interior en su arma, dejándose llevar por las vibraciones y la idea de que así conseguiría atravesar el exoesqueleto del hombre mosca. La punta de la flecha emitió un brillo sutil, aunque un buen observador se percataría de que era más que solo una flecha con punta de acero. El proyectil atravesó el campo de batalla a una velocidad impresionante e impactó en el estómago de Fantasma, hundiéndose en la dura coraza que protegía sus partes blandas.

El intercambio de ataques duró unos cuantos segundos más, Christa corriendo y disparando mientras era protegida por Loki. No había causado tanto daño, pero tenía la esperanza de que tarde o temprano Fantasma notaría las heridas. Por otro lado, el extraño poder que había brotado en su interior era intermitente, es decir, a veces obedecía la voluntad de la cazadora; otras, se negaba a aparecer. Christa comenzaba a sentir el cansancio producto del combate, esquivar y correr con el corazón latiendo aceleradamente no era una tarea precisamente sencilla, pero no iba a darse por vencida.

De pronto, el hombre mosca burló la defensa de Loki y alcanzó a Christa. Atacó con sus garras rápidas y peligrosas. La cazadora se cubrió con la capa mágica y recibió el zarpazo con el antebrazo protegido por las placas de la armadura. Retrocedió y, mientras Loki saltaba sobre el hombre mosca, recuperó la distancia. Cargó nuevamente el arco y aguardó hasta encontrar el momento exacto para disparar, sumergiéndose en su nueva fuente de poder. Loki mordió con brutalidad el hombro del enemigo y clavó sus garras, sometiéndolo por completo. Confiada de que ese disparo sería el último, tensó la cuerda del arco y la flecha voló por la estancia.

El hombre mosca tiró con fuerza y se arrancó el brazo izquierdo para zafarse del agarre de Loki. Ensangrentado, desvió la flecha con la coraza que tenía en su espalda y se alejó del león para tratar sus heridas. No se inmutaba ante el dolor ni parecía importarle haber perdido una extremidad. De pronto, su cuerpo comenzó a cambiar, volviéndose más grande y haciendo brotar cinco nuevos brazos que acababan en ganchos afilados.

-Qué asco… -comentó Christa, alejándose de la repulsiva criatura.

En ese momento sintió la voz de Mako y se sorprendió. ¿El bastardo no había huido, sino que había estado escondido? Inteligente, aunque hubiera sido mejor sorprender al hombre mosca en vez de a Christa. Como sea, era grato saber que no estaba rodeada solo de ratas inmundas que traicionaban para subsistir.

-¡Sí, yo me hago cargo! -respondió la cazadora a las palabras de Mako, quien se ocuparía de que el Arcano escapase a salvo.

El enemigo voló hacia Mako para detener el escape, pero Loki lo agarró en pleno vuelo y juntos rodaron por la habitación, haciendo imposible someterlo. El hombre mosca, más veloz y fuerte que antes, cambió de objetivo y atacó a Christa. El intercambio de golpes duró varios segundos y poco a poco comenzaron a acumular heridas, la cazadora aprovechándose de su nuevo pero impredecible poder, pues solo funcionaba a veces.

En mitad del combate, Christa sintió un olor ligeramente familiar y se dio cuenta de que había brea por todos lados. Si interpretaba bien las intenciones de Mako, la habitación completa empezaría a arder en un par de minutos. El hombre mosca tenía alas y en la habitación había ventanas y un enorme agujero en el suelo. Podía escapar con facilidad, a menos que Christa lo retuviese el tiempo necesario para que las llamas debilitasen su poderosa defensa. En ese caso…

-Loki, toma a Drago y asegúrate de que el Arcano consiga escapar -le ordenó al león. La criatura se giró, confundida-. Hazlo.

No iba a exponer a su mascota al fuego de un incendio y el bastardo de Drago protegía al Arcano, por lo que cuantos aliados, mejor.

No esperé que se deshiciera de ese gran animal, pero cuando lo vi bajar las escaleras olisqueando, supuse que estaba buscando a Arcano, no sabía si lo encontraría pues estaba en un contenedor que olía a raspas de pescado del mes pasado, pero bueno, dicen que estos animales tienen un olfato de otro mundo. Esta vez no pude esconderme mucho pues cuando ya lancé más que suficientes barriles, volví a subir al piso donde estaba la mosca y la muchacha y me puse a observar, pero ya había dado el toque, había sido descubierto, así que tardé nada y menos en ser atacado. Saqué la cabeza y recibí disparos que impactaron con la pared que use para protegerme. Tenía que ayudar a la joven del monstruo pero sería imposible con dos despojos molestando, por lo que, primero iban ellos. Moví mi mano derecha al interior de la chaqueta pero no saqué el cuchillo que iba a lanzar... Si golpeaba de casualidad un arma o se protegían, se producirían chispas, las cuales ahora mismo no eran buena idea, por lo que no saqué ningún arma, simplemente esperé el tiempo prudencial de la recarga y empecé a moverme por la habitación.

El combate de Christa me sorprendió bastante, no sabía de donde había salido esa mujer pero estaba dando un buen combate a aquella monstruosidad de ya ni se cuantos brazos por lo que no podía quedarme atrás o sería la clara vencedora de este pequeño juego de poder que hemos sacado de la nada.
Tras conseguir protegerme de los disparos de esos dos, llegué lo suficientemente cerca como para conseguir placarlos a los dos, por un momento nos encontramos los tres en el suelo, ellos soltaban golpes sin mirar y se retorcían como cucarachas, por mi parte, saqué uno de los cuchillos y agarrando con energía, empecé con el primero, la primera puñalada fue al hombro, duele pero no es peligrosa, las segunda, tercera, cuarta y quinta, ya fueron a las costillas lo que le bajó la energía un montón pues ya no se movía tanto, me quedaba el otro, quien se me agarró al cuello haciendo un mataleon. Intenté apuñalarle pero por la posición no me fue fácil, por lo que tiré el cuchillo a un lado y con el poder de la fruta lo atraje hacia mi, a la vez que me giraba y acertaba en la escapula derecha de la nueva bufanda que me había puesto. Los dos soltaron, los dos acabaron muertos con un corte en el cuello...

Narración:
La mosca seguía peleando con Christa cuando de pronto esta recibió seis disparos, de los cuales dos, rozaron sus alas. Mako sabía que la capacidad de volar era la supremacía de ese ser, por lo que era tanto su punto fuerte como el débil... Tras esos seis disparos, se puso a recargar -¡Resiste, intentaré obligarle a usar las piernas!- Al pequeño criminal le quedaba un plan B. Usar los remaches de los barriles rotos para atrapar a la mosca, pero eso destaparía sus poderes, no los usará hasta no correr verdadero peligro

El hombre mosca arremetió con violencia y golpeó con ambos brazos, mientras estiraba la trompa para dirigir un chorro de ácido hacia Christa. La cazadora utilizó las vibraciones internas, aquella misteriosa fuerza que tanto le cansaba, pero qué fuerte le hacía, y se protegió de la carga enemiga. Se cubrió con la capa mágica para frenar el chorro de ácido, impresionando al hombre mosca. ¿En serio creía que un ataque tan vulgar como ese le haría daño a la capa mágica que fabricó su madre? Katharina fue una de las mejores sastres del mundo entero, si es que no la mejor, y usó la piel de un unicornio para elaborar una prenda prácticamente indestructible.

Llevó la daga al pecho del hombre mosca en un rápido movimiento que sorprendió a su enemigo, y enseguida ejecutó una seguidilla de cortes superficiales pero veloces. A diferencia de las flechas que disparaba, aquella daga de hoja imponente tenía una calidad excepcional y podía cortar el exoesqueleto del insecto volador como si se tratara de mantequilla caliente. Y fue en ese momento cuando Christa escuchó los disparos. Debido a que el hombre mosca estaba ocupado enfrentando a la cazadora le fue imposible esquivar el ataque sorpresivo de Mako, siendo lastimado en las alas y en el cuerpo.

-¡Esta es la oportunidad que necesitaba! -reconoció con una gran sonrisa en el rostro.

Christa llevó la mano al interior de la capa mágica y extrajo una llamativa concha de color gris. Apuntó al enemigo y presionó el botón del dial, lanzando una red de tela de araña en dirección a los pies. La criatura miró horrorizada la red que le impedía moverse y luego rugió como una bestia enclaustrada. Se movió con violencia y ferocidad en un intento de librarse, pero no lo consiguió.

-¡Maldita zorra! ¡¿Cómo has hecho esto?! -exigió saber en un grito gutural, pero una mosca atrapada en una telaraña no tenía derecho a exigir nada.

Sabiendo que la red que mantenía aprisionado al hombre-araña sería calcinada una vez el fuego se expandiera por la nave industrial, tomó distancia del enemigo y cargó una flecha incendiaria.

-Espera… Hablemos -suplicó el hombre mosca-, no hay necesidad de hacer esto. ¡¿En serio vas a quemar viva a una persona hasta la muerte?!

-Tú no eres una persona: eres un monstruo -respondió Christa, el ceño fruncido-. Y tampoco olvidaré lo que le hiciste a la hija del Arcano.

Christa disparó la flecha y pronto las llamas comenzaron a propagarse por toda la estancia.

Mis ojos se abrieron hasta su máximo exponencial cuando observé a la muchacha apuntar a la mosca con una flecha en llamas... ¡Toda la planta estaba cubierta de brea! Y por si fuera poco en el piso de abajo aún quedaba más, si disparaba eso seguramente acabaríamos... "Fiiiiuuuuu" (Sonido de flecha surcando los cielos) "Toc... Fugugugugugug" (Sonido de golpe y fuego) ¡Pu** desquiciada ha disparado! No tardó en arder en llamas ese maldito monstruo, pero no solo él, el fuego pasó al suelo, a las paredes, al techo... -¡Hay más barriles de brea, hay que largarse!- Grité mientras me giraba para buscar una salida, yo estaba al otro lado de la sala y entre Christa y yo había un mar de fuego. Al girarme me encontré con un enemigo despistado que no entendía muy bien lo que estaba pasando, simplemente lo cogí de los hombros y empujé a las llamas -¡Hijo de pu.... Aahaahahahahagggggg- Ups, tras eso me di cuenta de algo... Las escaleras estaban en el lado de Christa, en el mío solo habían ventanas... -Como un vulgar ratero...- Pensé mientras sacaba la cabeza por una y veía un tubo de desagüe que bajaba hasta la calle. Intenté agarrarme como pude hasta que las llamas estaban lo suficientemente cerca, cuando noté verdaderamente que me quemaba, entonces me "lancé" y con mis poderes me agarré al tubo...

A los pocos segundos ya se podía ver como por la ventana las llamas consumían feroces todo en su interior, simplemente bajé poco a poco para ponerme a cubierto, pero como era de esperar, una nave abandonada no tenía mantenimiento, cuando solo me quedaba un par de pisos, la canaleta se separó del edificio y lentamente me fui separando de este hasta caer -¡Ahh!- Grité brevemente hasta topar con un contenedor que había en frente del edificio, atravesé la tapa y me junté con toda la basura... Este olor iba a costar quitarlo del traje -Como un vulgar... ratero...- Si me paraba a pensar, tampoco había salido tan mal la cosa, yo no estaba herido ¿O si? Y ahora me encontraba a salvo de las llamas en el suelo... Salté del contenedor y fui directo donde dejé al Arkano con revolver en mano, abrí la tapa y ahí estaba... -¿La mujer?- Pregunté mirando hacia el edificio por si no había sobrevivido... Un apena, no tendrá funeral... -No está muerta- Dijo el viejo -La brea ha prendido muy rápido, si no se ha dado prisa en bajar por las escaleras, esa mujer está mas rustida que un pollo al as...- ¿Qué? ¿Poco tacto? Uyyy perdóname.. ¡Ves a un dermatólogo piel fina!

¿Era realmente necesario incendiar la nave industrial para acabar con el hombre mosca? ¡Por supuesto que no! ¿Pero dónde quedaba la emoción? Además, todo el mundo sabía que los insectos se mataban pisándolos o con fuego, y era un poco difícil pisar a una criatura más alta que Christa.

El rostro de la cazadora se iluminó cuando las llamas comenzaron a devorar todo a su paso, sintiendo el ardor del infierno. Afortunadamente, la capa mágica que vestía tenía propiedades ignífugas y le regalaría unos minutos fundamentales para escapar de la nave. Ahora bien, la capa no le protegía frente a los gases liberados por el fuego, así que más le valía darse prisa y no actuar como una tonta imprudente, más de lo que ya había actuado. En serio, ¿no debía culpar a Mako por promover la idea de quemarlo todo? Ya iba a hablar con él.

Cuando se disponía a darse la vuelta para escapar, el hombre mosca la interrumpió.

-¿En serio me vas a dejar así? -le preguntó, todavía luchando por escapar de la telaraña, y su rostro se transfiguró en odio y furia cuando la expresión de Christa respondió por ella-. ¡Que así sea! ¡Puedes acabar conmigo, pero no con el Clan! ¡Puedes quemarme hasta la muerte, pero mis hermanos vendrán a por ti, maldito monstruo! ¡Vas a arder como yo arderé! ¡Juro que vas a arder!

-¿Crees que esto es divertido para mí, que me lo paso bien y que lo repetiría todas las noches? ¡Realmente odio esto, maldita sea! -rugió la cazadora, los ojos vidriosos-. Si te dejo ir, mis manos se ensuciarán con la sangre de todas las personas que asesinarás. Puede que solo sea una mentira para autoconvencerme de que no soy un monstruo como tú, pero lo que has hecho es imperdonable, ¿sabes? Ningún padre merece enterrar a sus hijos.

La criatura comenzó a reír de menos a más. Primero sonó como una risa tímida pero malévola, y pronto se convirtió en el escándalo propio de alguien que había perdido la cordura.

-¡Si piensas que el Arcano no se lo merece, eres una completa estúpida! ¡Bien, deja que arda hasta la muerte! Sin embargo, si de alguna manera sobrevivo a esto, me encargaré de matar a todos tus seres queridos y luego, solo entonces, iré a por ti.

Christa se dio la media vuelta mientras el fuego crecía por todos sitios y reventaba las ventanas. El hombre mosca vociferaba maldiciones que pronto se transformaron en gritos desgarradores. No obstante, la cazadora no miró hacia atrás y utilizó los campos magnéticos provenientes del metal para escapar de la nave industrial. Una vez afuera, se encontró con Loki y el resto. Tenía algunos cortes, unos cuantos moratones, una que otra quemadura… Nada demasiado grave, aunque sí dolería un montón una vez la adrenalina dejase de hacer efecto.

-Gracias -le dijo a Mako en cuanto le vio-, gracias por no traicionarme. Has sido más que útil esta noche, lo recordaré de ahora en adelante.

-Los dos han sido más que útiles -intervino el Arcano-, incluso salvaron a Drago cuando no tenían la obligación de hacerlo. Vamos a mi refugio, allí les daré sus merecidas recompensas, y también les pediré un favor.

-¿Un favor? ¿Qué clase de favor?

-Quiero que maten a Don Giovanni, el líder del Clan.

Pocos segundos después cual ser inmortal proveniente del averno, la mujer sale como si nada de aquél infierno -Vaya, estás viva... Pensé que ya te quedabas a vivir ahí- Quise hacer un par de comentarios más un tanto viperinos, pero no había tanta confianza aún, por lo que me limité a sonreír cuando me agradeció no haber traicionado su confianza -Lo creas o no, la palabra de alguien como yo tiene que tener validez, si no, ¿Quien confiaría en mi?- Verdad, si la gente me contrata pero no se fía de mi, que no les traicione, que no venda su información, mi valor de mercado caería como una gota de agua fría en la cabeza de un condenado a la tortura.

Luego el viejo tubo la osadía de informarnos de que aún le quedaba por pedir un favor, matar a cierto tipo, ¿después de lo que hemos hecho y aún tiene el valor de pedir algo? Me caía mejor cuando solo le pagaba por información -¿Un favor? Primero a ver como nos recompensas para poder saber si nos vale la pena volver a jugarnos el pescuezo... Además aquí falta mucha información. Vosotros dos parecéis estar metidos en algo pero yo soy un ignorante ahora mismo, así que, como mínimo me debéis una explicación... Pero tomando un café, necesito recuperar fuerzas...- Dije mientras me quitaba una piel de plátano del hombro -Necesito una ducha...- Quería ir de cabeza a asearme, pero si me iba, sabía que perdería el contacto de estos dos y sí, creía férreamente que me debían una explicación... Y la recompensa.

De pronto se escuchó lo que claramente eran nuestras consecuencias pidiendo justicia. Los hombres que habían ido a sofocar los focos creados por el moscardón, venían ahora al incendio grande, a salvar a los suyos -Creo que será mejor irnos de aquí- Era una mala idea pero -Una vez más, daré más de lo que recibo, nos separaremos, despistaré a algunos... Arcano, mañana a la misma hora en el mismo sitio, si no estás ahí para darme toda la información, mejor que no vuelvas a aparecer delante de mis ojos. Señorita, espero que si nos volvemos a ver, no sea en una situación tan desventajosa. Me gustaría que estuvieras mañana con Arcano pero algo me dice que vas a desaparecer... Me debes una- Sí, me apunté un tanto así como así pues fui yo quien se agregó al jaleo pero así ganaba una recompensa extra...

Tras unas cuantas frases intrascendentes, nos dividimos y escapamos del lugar, esperando que al día siguiente Arkano no esté en mi lista negra...