Asalto a Saint Reia [Privado] [Karl y Deivid]

- Saint Reia... la base rebelde - murmuró Karl.

El alto y corpulento marine iba vestido con una capa de viaje marrón con la capucha echada para que no le reconociese. Caminaba por las calles del puerto previo a la ciudad que se había convertido en cuartel general en el South Blue de la Revolución. Karl tenía intención de dar un golpe sonado y destruir aquel puerto. Debilitaría de aquella manera a la Revolución en la zona y ganaría más fama, como pretendía. Y para ello no pensaba escatimar medios o tener piedad alguna...

Se acercó caminando a un grupo de tres hombre armados que le miraron con desconfianza. Llevaban fusiles al hombro. Uno de ellos abrió la boca como para hablar, pero con un veloz movimiento, Karl sacó su brazo derecho de debajo de la capa. Este iba envuelto en energía, y decapitó al revolucionario como si fuese un sable. Los otros soltaron una maldición y fueron a sacar sus armas, pero el brazo derecho de Karl atravesó el pecho de uno y el izquierdo la cara del otro. Ambos cayeron al suelo. Karl dejó caer la capa. Iba desnudo de torso para arriba, mostrando un cuerpo increíblemente musculoso y definido, pero lleno de cicatrices impresionantes. Su barba característica y su tatuaje de Quimera que le recorría el brazo derecho y el pecho le delataban: Era Quimera Karl. Sonrió con placer. Sus brazos estaban cubiertos de sangre hasta el codo. Levantó el derecho lentamente hacia su boca mientras miraba a los aterrorizados presentes, y lamió con fruición la sangre de este.

- Que comience el juego...

De repente su masa muscular comenzó a disminuir mientras activaba su Segundo Camino. Su velocidad ahora era demasiada para esos principiantes. Su fuerza podría haber disminuido a cambio al hacer eso, pero recubriendo sus brazos de energía para que cortasen supliría eso. De repente una energía azul blanquecina le recubrió ambos brazos, y un aura rojiza, anaranjada y amarilla le rodeó. Era su Flaming Mode, que aumentaba sus capacidades físicas Ahora estaba listo para cazar revolucionarios. La gente comenzó a huir al reaccionar tras la traumatizante escena. Karl empleando el Super-Shadow y la velocidad incrementada del Flaming Mode y el Primer Camino comenzó a aparecer y desaparecer a lo largo del puerto mutilando, desmembrando y decapitando a todo hombre, mujer o niño que encontró. Apenas tardó treinta segundos en limpiar de humanos vivos (A excepción de los moribundos) las calles del pequeño puerto. Volvió al centro del puerto y desactivó el Flamin Mode y el Segundo Camino, aunque sus brazos seguían recubiertos en energía. Karl estaba como en trance, disfrutando de la masacre y del dantesco espectáculo a su alrededor, empapado totalmente en sangre. Los cuerpo cortados y destrozados le rodeaban, empapando el suelo de sangre. Algunos aun respiraban con dificultad mientras la vida se les escapaba, y otros daban sus últimos gritos de dolor mientras se arrastraban por el suelo sin piernas. Karl podría haber quemado en un par de segundos el puerto con su fuego de Quimera y haberse ido ya, pero quería diversión. Se quedó esperando a ver si aparecía algún revolucionario poderoso al que enfrentarse por puro placer. Cazar a gente indefensa estaba bien, pero era demasiado fácil, y le duraban demasiado poco. Empleando su máxima velocidad no había tardado ni un minuto en limpiar aquella zona. Habría sido distinto si hubiese habido soldados del ejército revolucionario... especialmente alguno fuerte.

en esta ocasión Leonel se ubicaba en la isla Saint Reia, se levantó muy temprano de su camarote en el cuartel de la zona pues había una reunión con los manda-mases de la zona, para que estos se unieran a la causa y ayudaran a la armada con fondos para poder abastecer a las tropas. el objetico era colocarse en una de las torres de la ciudad y mantener la zona despejada para hablar con ranquilidad, una aburrida misión que el líder de los dealer foxes aborreció por completo, pero era el único francotirador dispobible...

llevaba horas echado en la baranda de su estratégica ubicación observando que nadie sospechoso se acercara, realmente no era un dia muy agradable para el peliazul....

biri biri biri biri biri... el den den mushi de leonel sonó, al contestar se trataba del escuadrón del muelle...

necesitamos apoyo en el muelle es Quimera Karl esta des....agh!!...

los ojos de leonel se forraron de odio, sus pupilas contraídas temblaban mientras el rostro del revolucionario se arrugaba con expresiones odio e ira, con mucha velocidad y habilidad puso el rifle precisión en posicion para observar el muelle que estaba  aunos 20 metros de él, la imagen era inhumana,todo el suelo estaba revestido de sangre y cuerpos mutilados, era una verdadera carnicería, y el carnicero pagaría por sus actos inhumanos.

con un instantáneo movimiento de su mano, el peliazul cambió el cartucho de su arma y dio un disparo con una de sus municiones de gas KYP, el impacto fue apuntado directo a su pecho, pero no haría mucho daño puesla función principal del proyectil es liberar el gas.

hecho el disparo, leonel sacó un as de corazones hecho de aluminio y lo lanzó en diagonal hacia arriba, absorbiendose a si mismo con él, antes de que este dejara de tocar sus dedos. Encerrado en la carta podría avanzar unos 10 metro al puerto, dividiendo el camino a la mitad.

en el punto más alto de la trayectoria del naipe,el furioso hombre salió del naipe comenzando una caída libre mientras observaba el resultado de su ataque

Karl empezaba a aburrirse. A lo mejor se iría. Bostezó y se desperezó, cuando escuchó un disparo a lo lejos que puso todos sus sentidos alerta. De repente un proyectil le impactó en el pecho. Gracias a que estaba pendiente de un posible ataque, activó el haki armadura en el último momento. Sin embargo, no notó una gran presión cuanto le golpeó. El aparato cayó al suelo y comenzó a liberar un montón de gas verde. Karl tosió y notó cómo se mareaba. Comenzó a ascender por el aire y levitar para alejarse del gas, y vio cómo un hombre con el pelo azul caía de los aires. Karl apretó los dientes con furia y gritó. Se notaba atontado, como si hubiese bebido bastante. De repente sus músculos comenzaron a expandirse brutalmente, aumentando ligeramente su tamaño. Era su Primer Camino.

- ¡Advanced Sokudan, Supreme Cannon! [AB] [Haki armadura]

Mientras recubría su brazo derecho de haki, dio un potente puñetazo con el brazo derecho al aire. De repente todo pareció vibrar y ondularse, y una onda de energía de extensión considerable salió en dirección a Deivid. Daba igual que la puntería de Karl estuviese mermada por el gas, porque era un ataque de tanta extensión que no era difícil acertar. La onda se desplazó a gran velocidad hacia Deivid. Sería un ataque terriblemente difícil de esquivar, tanto por su velocidad como extensión. Además era terriblemente destructivo. El Supreme Cannon causaba cráteres de 15 metros de radio cuando impactaba contra el suelo, y su rango real de golpe era mayor incluso. Karl se recubrió de haki para protegerse de la onda expansiva mientras el retroceso por el golpe lo mandaba volando hacia atrás. Se apoyó sobre el tejado de un edificio y observó el resultado, jadeando por el esfuerzo combinado de usar el Supreme Cannon bajo los esfuerzos del gas y emplear el Primer Camino.

Mientras iba en caída libre a gran velocidad el peliazul trataba de ubicar a su enemigo dando un vistazo a la nube de humo verde que había formado su munición especial, mientras trataba de encontrar la silueta embriagada de su oponente, pudo ver como este despegaba a gran velocidad desde el centro de la nube, dejando una estela de humo verde tras de él y liberándose del gas especial, aun que aun así, debía estar afectado por sus efectos, aun que sea un poco.
Por un instante el jefe de división consideró volver a disparar, pero de solo pensar en los cientos de cuerpos mutilados solo deseaba acercarse lo suficiente para cortarlo si piedad, impulsado por esta ira incontenible retomó el naipe que había usado para recorrer la mitad del camino y centró a su objetivo para acercarse nuevamente... al encontrarlo con la mirada, pudo notar que se hallaba sumamente furioso y su musculatura comenzó a crecer, esto llevo al revolucionario a reconsiderar su plan de acercarse y reformó su estrategia preparándose para lo peor.
Leonel sujetó firmemente el naipe que llevaba en la mano, nervioso pues era evidente que aquel sujeto haría algo, y aparentemente sería poderoso, así que el método que tenía preparado para acercarse al marine sería el mejor escape de la posible respuesta del iracundo oponente.
el adversario comenzó a moverse de tal forma que definitivamente terminaría en un ataque que de alguna manera recorrería los 10 metros y llegaría hasta el peliazul,

Si piensa atacarme a tal distancia, debe tener planeado algo grande y veloz.

El vengativo apostador tuvo que reprimir su ira, pues sin duda tendría que escapar esta vez, así que no podía perder el tiempo y antes de que culminara su movimiento Leonel Lanzó su naipe con todas sus fuerzas hacia el suelo y una vez más se adentró en la carta antes que se despegara de su mano

[Teleport]

mientras bajaba a gran velocidad dentro del naipe el revolucionario pudo ver como del puño del infame asesino se liberaba una poderosa y gigantesca onda de energía que iba en su dirección, aun tenia la oportunidad de que el naipe saliera de el rango del ataque pero este se movía a gran velocidad y había mucho riesgo de que le alcanzara, fue casi inapreciable pero el naipe estuvo apunto de zafarse del golpe, sin embargo no alcanzó a evitar el ataque y a unos centímetros de la salvación fue desintegrado por el descomunal impacto. Aunque el revolucionario había evitado el golpe frontal oculto en el naipe ya estaba prácticamente a salvo cuando el golpe destrozó la carta... y ya que mientras viajaba sabía que su salvación no era segura estaba preparado para el defenderse y antes de que el el naipe colapsara se encerró en otra carta, y luego en otra y en otra reformulando su movimiento...

[Lost Teleport]

siguió adentrandose en uno y otro naipe mientras las capas exteriores eran destrozadas por el enorme poder del ataque oponente hasta que en un punto la destrucción fue más fuerte destrozando su escondite y expulsándolo al exterior, por suerte ya había evitado la gran mayoría del ataque... aun así el poder restante dañó su costado derecho dejando un enorme moretón en la zona y acabando su escape abruptamente en el techo de una casa del poblado unos cuantos metros bajo el lugar donde fue alcanzado por la destructiva onda.

Ya en el piso del edificio donde aterrizo atravesando el techo, Leonel se vio demasiado lastimado para contraatacar enseguida, así que se quitó la capa que cubría todo su cuerpo, tomo un gorro de un perchero que había junto a la puerta de salida de aquella casa y poniéndoselo se perdió entre las multitudes que corrían aterrorizadas por lo sucedido.

El atrevido revolucionario fue alcanzando por su Supreme Cannon. Sin embargo Karl se había fijado en algo extraño. Durante unos segundos había desaparecido, y cuando reapareció su ropa parecía intacta. Había salido disparado, pero no parecía como si el poderoso golpe final del marine le hubiese impactado de lleno. No era una persona normal y corriente, y con gente así por ahí debía cuidarse las espaldas. Decidió que entraría en la ciudad principal y pondría la guinda del pastel a la misión asesinando a algún oficial u alto mandatario. Destruiría el puerto antes de irse.

Bajó a las ensangrentadas calles, mareado y tambaleándose. Estaban llenas de cadáveres recientes, y algunos moribundos más muertos que vivos. Entró en la primera casa que entró y se desplomó sobre una silla. Descansó unos minutos ahí, tras los cuales se levantó. Debía disfrazarse. "Segundo Camino" pensó. De repente su cuerpo se hizo mucho más delgado y sus músculos más definidos. Era una técnica que aumentaba su velocidad disminuyendo su fuerza, pero en esta ocasión la emplearía para parecer una persona distinta. Tras esto se dirigió al baño y cogió una cuchilla de afeitar. Suspiró con pena, mirando su poblada barba y su patillas, y comenzó a afeitar. Cuando acabó parecía una persona distinta, muchísimo más joven. Fue hasta una habitación de la casa y cogió un atuendo con mangas largas que cubriese sus tatuajes y cicatrices, y se echó por encima una capa marrón. Tras eso salió a la calle y se dirigió a la ciudad.

- Ahora será muy difícil reconocerme, a menos que apareciese alguien que me conozca personalmente.

Mientras caminaba hacia la puerta pensó una excusa, y planeó cómo llevaría a cabo su plan. Era una locura, pues no tendría forma de buscar información sobre quienes eran los oficiales sin levantar suspicacias y sospechas. Además su actitud no era la propia de alguien que acababa de presenciar una masacre cruel y salvaje. Intentó ponerse en situación y pensar en cómo actuaría una persona normal tras ver semejante atrocidad. Tras pensar en cómo debía fingir, comenzó a correr entre las callejuelas y salió del pueblo a paso rápido. A ese ritmo con su resistencia física sobrehumana y el bono a mayores de su Segundo Camino no notaba casi el esfuerzo, sin embargo al llegar a la puerta de la ciudad fingió estar sin aliento y se apoyó sobre las rodillas como si no pudiese aguantar el cansancio.

- ¿Eres otro superviviente de la masacre? - preguntó el guardia, un hombre bajito y moreno con un fusil.

Se quedó así unos segundos más, como recuperando el aliento y asintió.

- Ha... ha sido horrible. Hay tantos cuerpos...

- ¿Cómo has sobrevivido? - preguntó, suspicaz.

- Estaba en mi casa cuando todo pasó. Me quedé encerrado dentro hasta que... hasta que él marchó.

El guardia se tocó el mentón indeciso. Finalmente abrió la puerta diciendo:

- Está bien, pasa. Dirígete a la Casa del Pueblo para que te lleven al lugar donde tienen a los refugiados.

Karl contuvo una sonrisa y entró rápido. Lo había logrado... parecía casi un juego de niños. Sin embargo debía ser cauto. Por la suspicacia del guardia debían estar pendientes de interrogar a gente de su edad y altura. Aunque ahora pareciese más delgado y estuviese afeitado (Además de con otras ropas) seguía midiendo casi dos metros. Poca gente era tan alta como él. "Me andaré con cuidado, y echaré un vistazo por la ciudad a ver si encuentro algo interesante antes de ir a probar suerte a esa Casa del Pueblo."