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Algunas de las personas que estaban en la fosa se dirigieron a sus respectivas puertas una vez que las cruzaron no podían ver mas que obscuridad, a los segundos , se empezaron a encender varias antorchas por todo el pasillo, estas se encontraban a la derecha e izquierda del pasillo.
Si los individuos seguían caminando por aquel pasillo, se encontrarían una mesa de madera con una urna totalmente oscura, esta urna tenía un hueco de unos 9 cm de ancho y 6 de largo. Debajo de la mesa se encontraba un baúl rodeado de cadenas y estas cerradas por un candado.
Aparte de la urna en la misma mesa se encontraba varios “objetos/armas” con un cartel con el nombre de una persona en cada uno de ellos.
Saiiko – Cuchillo mas Linterna
Zarlet – Bastón mas Linterna
Sawn – Salten mas Linterna
Deivid2x – Tijeras mas Linterna
Kaiser - Palanca mas Linterna
Cánabar – Cuchara mas Linterna
Crimson - Polla de goma flácida y polla de goma dura, mas Linterna
Eve Ackerman – Machete mas Linterna
PD: Vuelvo a repetir que en este juego no hay reglas, por lo que no es obligatorio coger el arma que uno tiene asignada. El líder del grupo A tiene gravado a fuego en la espalda el numero 1, Cánabar es vuestro líder.
Aviso!: Si usáis como pago la mano de otra persona, de las que estan dormidas... Deveis poner el nombre de la persona al que le quitáis la mano
Si los individuos seguían caminando por aquel pasillo, se encontrarían una mesa de madera con una urna totalmente oscura, esta urna tenía un hueco de unos 9 cm de ancho y 6 de largo. Debajo de la mesa se encontraba un baúl rodeado de cadenas y estas cerradas por un candado.
Aparte de la urna en la misma mesa se encontraba varios “objetos/armas” con un cartel con el nombre de una persona en cada uno de ellos.
Saiiko – Cuchillo mas Linterna
Zarlet – Bastón mas Linterna
Sawn – Salten mas Linterna
Deivid2x – Tijeras mas Linterna
Kaiser - Palanca mas Linterna
Cánabar – Cuchara mas Linterna
Crimson - Polla de goma flácida y polla de goma dura, mas Linterna
Eve Ackerman – Machete mas Linterna
- Dentro del baul:
- http://c3201142.cdn02.imgwykop.pl/comment_8xAGpcp474OvEOyQJenIkhPKN00ovK6z,w400.jpg Mas una caja de munición de 30 balas
PD: Vuelvo a repetir que en este juego no hay reglas, por lo que no es obligatorio coger el arma que uno tiene asignada. El líder del grupo A tiene gravado a fuego en la espalda el numero 1, Cánabar es vuestro líder.
Aviso!: Si usáis como pago la mano de otra persona, de las que estan dormidas... Deveis poner el nombre de la persona al que le quitáis la mano
Evangelina von Steinhell
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Ya habían pasado varios minutos de silencio, y unas pocas personas estaban en el pasillo. Ya era hora de avanzar, y no me quedaría atrás por el pelinegro. Así que, lo solté de manera definitiva, y puse camino directo y rápido hacia… la nada. Estaba muy oscuro, tenía que tocar las paredes para poder guiarme, de manera ciega. Caminando lentamente, paso a paso. Estos mismos, resonaban en todo el maldito pasillo, no me dejaban tranquila y el eco que se hacía, era horrible.
Hasta que, llegué a un lugar más vacío que los demás. Un poco más claro, donde se divisaban ciertos artefactos encima de una… ¿mesa? Con varios carteles, y nombres. Uno era el mío, donde bajo este, había un machete. Quizás era algo para ayudarnos, lo que me sorprendió en su totalidad. Así que, de confianza ciega, fui directamente a agarrar el dichoso machete. No pesaba casi nada, estaba más o menos afilado. Lo miré detenidamente, por si no era una trampa. Tomé con la mano derecha, y visualicé bien el lugar. Tal vez tendríamos que luchar con alguien, o dar nuestras vidas a cambio de algo, nada me sorprendía, al parecer.
Y, ahora que me fijaba, al lado de este, había una linterna. Como había en los otros puestos también. Estaba dicho, era algo para sobrevivir o aventurar. No me importaban las armas de los demás, pero igualmente, les eché un ojo. Un cuchillo, un bastón, un sartén, unas tijeras, un pedazo de palanca, una cuchara y… un par de penes falsos. Me causó gracia, además, tenían el nombre de “Crimson” y me dio la corazonada, era mi compañero. Le caía como anillo al dedo, lo cual me hizo reír aún más. Bueno, ya era hora de empezar a actuar. Tomé aún más la iniciativa, y denoté una rara urna en el sitio. No sabía que contenía, pero si la memoria no me fallaba, tendría algo dentro. Lo había escuchado, pero no me acordaba en dónde. Tenía que sacrificarme para esto, y no me gustaba. Si era una trampa, me jodería. Así que, con el machete en mano, y la linterna en la boca, tomé la urna como un bebé, y salí corriendo hacia la primera mazmorra.
Pasé por entremedio de todos como un rayo, sin dejarles ver el artefacto que tenía. Para, encontrar uno de los cuerpos aparentemente “vivos”. No creía que serviría con los que ya estaban, así que probé con algún desdichado. Apuntando a un rubio, que ni idea de él, pero… sería perfecto. Me acerqué e incliné hacia su cuerpo. Aún inerte. Tomando su mano derecha, levemente, introduciéndola en la urna. En esa acción, algo sonó estrepitosamente. Y entonces, desde la urna salió un charco de sangre. Para mi impresión, su mano había sido destrozada. Vaya trampa.
Después de sacar su miserable mano, puse atención en el artefacto. Prendí la linterna, e iluminé la urna a su interior. Donde, había una llave, de rara procedencia. Sin dudarlo, la tomé, y la guardé en mi busto. Para más protección. Todo se estaba tornando muy bizarro, pero con tal de obtener la victoria, para mí, no me importaba nada. Me devolví al lugar de la urna, pasando nuevamente por entremedio de las personas, sin levantar sospechas.
La urna en cuestión, la había abandonado al lado del cuerpo del individuo quizás muerto, ojalá fuera así, para que no se queje. Ni mi rostro había visto, así que no debería preocuparme. En fin, tomando el paso, observé con atención e iluminando con la linterna, un gran baúl. El cual, tenía un candado y varias cadenas. Las cuales, obviamente serían liberadas por la llave que acababa de encontrar. Inclinándome, cuidando de que nadie me viera, introduje la llave en la cerradura. Esta, abriéndose al contacto. Para mi sorpresa, las cadenas se habían liberado. Dejando al descubierto, lo que contenía el interior del baúl. Una pistola, con cargas. Maravilloso, no podía ser mejor y la suerte la tenía a mi frente. Sin dudarlo, la tomé. Asegurando que el seguro esté. Así no se disparaba por accidente o sola. Poniéndola oculta bajo mi chaqueta, para no levantar sospechas.
Las cargas, las metí en mi bolsillo, una a una, rápidamente y en pocos segundos. Cerré el baúl, y las cadenas las lancé lejos. Cuanto antes, me devolví a mi lugar anterior, junto al pelinegro. Saludándolo, irónicamente. –Que aburrido, no había nada- acercándome cada vez más. Para susurrarle nuevamente una cosa al oído. –Tengo una sorpresa, pero primero, corre hacia adelante, te cubriré, esto se está tornando feo…- poniéndome a su izquierda, con la espalda en la pared. Evitaría cualquier ataque sorpresa. Agarrando el machete firmemente, con mi mano derecha.
Hasta que, llegué a un lugar más vacío que los demás. Un poco más claro, donde se divisaban ciertos artefactos encima de una… ¿mesa? Con varios carteles, y nombres. Uno era el mío, donde bajo este, había un machete. Quizás era algo para ayudarnos, lo que me sorprendió en su totalidad. Así que, de confianza ciega, fui directamente a agarrar el dichoso machete. No pesaba casi nada, estaba más o menos afilado. Lo miré detenidamente, por si no era una trampa. Tomé con la mano derecha, y visualicé bien el lugar. Tal vez tendríamos que luchar con alguien, o dar nuestras vidas a cambio de algo, nada me sorprendía, al parecer.
Y, ahora que me fijaba, al lado de este, había una linterna. Como había en los otros puestos también. Estaba dicho, era algo para sobrevivir o aventurar. No me importaban las armas de los demás, pero igualmente, les eché un ojo. Un cuchillo, un bastón, un sartén, unas tijeras, un pedazo de palanca, una cuchara y… un par de penes falsos. Me causó gracia, además, tenían el nombre de “Crimson” y me dio la corazonada, era mi compañero. Le caía como anillo al dedo, lo cual me hizo reír aún más. Bueno, ya era hora de empezar a actuar. Tomé aún más la iniciativa, y denoté una rara urna en el sitio. No sabía que contenía, pero si la memoria no me fallaba, tendría algo dentro. Lo había escuchado, pero no me acordaba en dónde. Tenía que sacrificarme para esto, y no me gustaba. Si era una trampa, me jodería. Así que, con el machete en mano, y la linterna en la boca, tomé la urna como un bebé, y salí corriendo hacia la primera mazmorra.
Pasé por entremedio de todos como un rayo, sin dejarles ver el artefacto que tenía. Para, encontrar uno de los cuerpos aparentemente “vivos”. No creía que serviría con los que ya estaban, así que probé con algún desdichado. Apuntando a un rubio, que ni idea de él, pero… sería perfecto. Me acerqué e incliné hacia su cuerpo. Aún inerte. Tomando su mano derecha, levemente, introduciéndola en la urna. En esa acción, algo sonó estrepitosamente. Y entonces, desde la urna salió un charco de sangre. Para mi impresión, su mano había sido destrozada. Vaya trampa.
Después de sacar su miserable mano, puse atención en el artefacto. Prendí la linterna, e iluminé la urna a su interior. Donde, había una llave, de rara procedencia. Sin dudarlo, la tomé, y la guardé en mi busto. Para más protección. Todo se estaba tornando muy bizarro, pero con tal de obtener la victoria, para mí, no me importaba nada. Me devolví al lugar de la urna, pasando nuevamente por entremedio de las personas, sin levantar sospechas.
La urna en cuestión, la había abandonado al lado del cuerpo del individuo quizás muerto, ojalá fuera así, para que no se queje. Ni mi rostro había visto, así que no debería preocuparme. En fin, tomando el paso, observé con atención e iluminando con la linterna, un gran baúl. El cual, tenía un candado y varias cadenas. Las cuales, obviamente serían liberadas por la llave que acababa de encontrar. Inclinándome, cuidando de que nadie me viera, introduje la llave en la cerradura. Esta, abriéndose al contacto. Para mi sorpresa, las cadenas se habían liberado. Dejando al descubierto, lo que contenía el interior del baúl. Una pistola, con cargas. Maravilloso, no podía ser mejor y la suerte la tenía a mi frente. Sin dudarlo, la tomé. Asegurando que el seguro esté. Así no se disparaba por accidente o sola. Poniéndola oculta bajo mi chaqueta, para no levantar sospechas.
Las cargas, las metí en mi bolsillo, una a una, rápidamente y en pocos segundos. Cerré el baúl, y las cadenas las lancé lejos. Cuanto antes, me devolví a mi lugar anterior, junto al pelinegro. Saludándolo, irónicamente. –Que aburrido, no había nada- acercándome cada vez más. Para susurrarle nuevamente una cosa al oído. –Tengo una sorpresa, pero primero, corre hacia adelante, te cubriré, esto se está tornando feo…- poniéndome a su izquierda, con la espalda en la pared. Evitaría cualquier ataque sorpresa. Agarrando el machete firmemente, con mi mano derecha.
- AL MOD:
- He usado la mano del durmiente y ausente Zarlet, lo lamento tío, pero no hay reglas. También he tomado la pistola, el más rápido, gana (:
ya había cruzado la puerta y ni rastros de mi dichoso compañero, miré a mi alrededor y noté que algunos sacaban un pedazo de papel de su bolsillo y luego empezaban a gritar un nombre u otro...
Revisé en mi pantalón y claramente me había traspapelado y no había puesto la debida atención al sujeto de la voz distorsionada, pues tal como el resto de la gente, yo también tenía uno de los dichosos papelillos doblados, y el mico llevaba escrito: "Sawn" un raro nombre, y por lo visto no era ninguno de los presentes, pues los que no estaban emparejados no andaban gritando mi nombre, por lo que sería uno de los que seguían dormidos, me propuse encontrar a mi compañero antes de avanzar, pero fui interrumpido por la misteriosa y tétrica voz. Luego de revivir las nuevas y confusas instrucciones caminé devuelta a la fosa del mal olor y frente a mi iba una bella señorita con una urna en la mano... me asomé a buscar a mi compañero y vi como dicha mujer tomaba el brazo de uno de los durmientes sujetos y la introducía en el recipiente, luego de eso lo que mi aguda visión presenció fue realmente aterrador, pues la urna le había arrancado la mano al sujeto tal como la voz había dicho -wow!, no creí que lo dijera enserio, espero que no sea ese mi compañero- pensé sorprendido, para luego darme cuenta que la chica había obtenido una llave con la que abrió el baúl obteniendo un útil arma de fuego, que en mis hábiles manos sería la defensa perfecta ante cualquier peligro inminente, si media vuelta antes que la chica notara que yo había presenciado su hallazgo y avancé hasta la mesa donde se encontraban distintos objetos con sus respectivos nombres, entre ellos vi el mio, por lo que deduje que había un objeto para cada uno de los participantes, también noté que faltaba el de una tal "Eve" seguramente era la chica de la urna pues vi que traía una especie de machete mientra caminaba tras de ella... - ¿Tijeras?¿Qué se supone que haré con eso? - indignado con el objeto que me correspondía decidí hacer un pequeño cambiazo con el de uno de mis "compañeros", claramente mis habilidades de tirador no serían aplicables a ninguna de las opciones frente a mi, así que tendría que recurrir a mis habilidades como espadachín, lo que me llevo a escoger entre el bastón y la palanca y por razones lógicas me incliné por la barra de metal. Me acerqué a la mesa veloz pero sutilmente y con un raudo movimiento de manos hice el cambio de mis tijeras con la palanca del tal "Kaiser" antes que alguien se percatara, luego guardé la linterna en mi bolsillo... estaba listo para enfrentarme a lo que se avecinara... así que comencé a avanzar por el pasillo pegado a la pared derecha observando en todas las direcciones y con todos mis sentidos en alerta... no sabía que esperar así que llevaba la panca en alto sosteniéndola con ambas manos.
Mientras avanzaba noté que detrás de mi venia la chica del arma, acompañada con un sujeto de pelo negro... debía estar atento a todos sus movimientos, pues llevaba las armas más peligrosa del grupo...
Revisé en mi pantalón y claramente me había traspapelado y no había puesto la debida atención al sujeto de la voz distorsionada, pues tal como el resto de la gente, yo también tenía uno de los dichosos papelillos doblados, y el mico llevaba escrito: "Sawn" un raro nombre, y por lo visto no era ninguno de los presentes, pues los que no estaban emparejados no andaban gritando mi nombre, por lo que sería uno de los que seguían dormidos, me propuse encontrar a mi compañero antes de avanzar, pero fui interrumpido por la misteriosa y tétrica voz. Luego de revivir las nuevas y confusas instrucciones caminé devuelta a la fosa del mal olor y frente a mi iba una bella señorita con una urna en la mano... me asomé a buscar a mi compañero y vi como dicha mujer tomaba el brazo de uno de los durmientes sujetos y la introducía en el recipiente, luego de eso lo que mi aguda visión presenció fue realmente aterrador, pues la urna le había arrancado la mano al sujeto tal como la voz había dicho -wow!, no creí que lo dijera enserio, espero que no sea ese mi compañero- pensé sorprendido, para luego darme cuenta que la chica había obtenido una llave con la que abrió el baúl obteniendo un útil arma de fuego, que en mis hábiles manos sería la defensa perfecta ante cualquier peligro inminente, si media vuelta antes que la chica notara que yo había presenciado su hallazgo y avancé hasta la mesa donde se encontraban distintos objetos con sus respectivos nombres, entre ellos vi el mio, por lo que deduje que había un objeto para cada uno de los participantes, también noté que faltaba el de una tal "Eve" seguramente era la chica de la urna pues vi que traía una especie de machete mientra caminaba tras de ella... - ¿Tijeras?¿Qué se supone que haré con eso? - indignado con el objeto que me correspondía decidí hacer un pequeño cambiazo con el de uno de mis "compañeros", claramente mis habilidades de tirador no serían aplicables a ninguna de las opciones frente a mi, así que tendría que recurrir a mis habilidades como espadachín, lo que me llevo a escoger entre el bastón y la palanca y por razones lógicas me incliné por la barra de metal. Me acerqué a la mesa veloz pero sutilmente y con un raudo movimiento de manos hice el cambio de mis tijeras con la palanca del tal "Kaiser" antes que alguien se percatara, luego guardé la linterna en mi bolsillo... estaba listo para enfrentarme a lo que se avecinara... así que comencé a avanzar por el pasillo pegado a la pared derecha observando en todas las direcciones y con todos mis sentidos en alerta... no sabía que esperar así que llevaba la panca en alto sosteniéndola con ambas manos.
Mientras avanzaba noté que detrás de mi venia la chica del arma, acompañada con un sujeto de pelo negro... debía estar atento a todos sus movimientos, pues llevaba las armas más peligrosa del grupo...
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Crimson siguió a la morena para cruzar la puerta, procurando estar bastante cercano a ella, algo de ella le llamaba intensamente la atención y en su actual estado de semiconsciencia, lo único que podía hacer era seguirla a través de la puerta todavía algo extasiado por todo. Esas nuevas pastillas no le sentaban nada bien, tenía que cambiar de distribuidor.
Al cruzar por la puerta todo se hizo oscuro repentinamente, siendo imposible ver mientras por todo el lugar retumbaba la misma siniestra voz que antes había sonado y que él no pudo escuchar por su somnolencia extrema. Ahora en cambio la escuchó con atención, con toda la que pudo al menos. Según decía había que buscar unas armas al final del pasillo, debajo de una mesa usando una mano para conseguirla, una mano de los participantes de ese extraño y perverso juego en el que se hallaban inmersos.
Antes de que hiciera nada su compañera ya había salido en esa dirección yendo por el pasillo que era iluminado por las antorchas a los lados del mismo. Ella estaba siendo bastante más activa que él, algo extraño, pues él era el que solía tomar la iniciativa en todo, sobretodo cuando se trataba de mujeres. También tenía que empezar a moverse si quería conseguir algo o se quedaría sin ningún mérito. En cuanto avanzó un poco la morena ya había vuelto diciendo algo, a lo que no tomó demasiada importancia, en alto y justo después le susurró algo al oído. Tenía un arma de fuego. Había utilizado la mano de uno de los presentes para conseguirla. Cada vez le gustaba más aquella mujer, que no le temblaba el pulso a la hora de arrancar un trozo de carne. Peligrosas y con estilo... sencillamente le encantaba.
-Interesante adquisición, me alegro de no ir contra ti-le dijo afirmativamente guiñando un ojo ya más despejado y empezando a comprender que todo aquello no era otro burdo sueño o que al menos ya no lo era.- Vamos a la siguiente puerta-le susurró al oído echándole el aliento al cuello.-
Partió en busca de la mesa, al ver como otro individuo también hacia lo mismo, no volvería a quedarse atrás, no estaba habituado a hacerlo. Al llegar comprobó como las "armas" (muchas de ellas eran simples utensilios prácticamente inútiles) habían sido ya tomadas, al menos un par de ellas, y que tenían todos nombres con los que debían ser sus propietarios puesto que aparecía el suyo delante de dos pollas de goma, una más flácida y otra más dura. Ya sabía como llamarlas. Risas y Lágrimas respectivamente. Sin embargo no fue lo único que cogió de la mesa, también se llevó un bastón de la misma y una cuchara... por si le entraba hambre. Se guardó todas aquellas "armas" dentro de su abrigo, aunque llevaba los dos consoladores en las manos.
Inmediatamente hizo un gesto a Eve para que siguiera por la puerta a la siguiente fase en donde muy probablemente les estaría esperando otra vez aquella voz. Con una patada tiró la mesa y ésta hizo caer las antorchas que encendieron rápidamente la madera formando así un pequeño incendio en ese pasillo, así les sería casi imposible poder pasar. Quería dejar a todos ahí ahogados por el humo o quemados por sus llamas ardientes.
-¿Queréis reír-dijo agitando "Risas"- o llorar?-irguiendo "Lágrimas".-
tras finalizar con su acto se dirigió junto a Eve hacia la siguiente parte de esa pequeña tragicomedia que se organizaba poco a poco.
Al cruzar por la puerta todo se hizo oscuro repentinamente, siendo imposible ver mientras por todo el lugar retumbaba la misma siniestra voz que antes había sonado y que él no pudo escuchar por su somnolencia extrema. Ahora en cambio la escuchó con atención, con toda la que pudo al menos. Según decía había que buscar unas armas al final del pasillo, debajo de una mesa usando una mano para conseguirla, una mano de los participantes de ese extraño y perverso juego en el que se hallaban inmersos.
Antes de que hiciera nada su compañera ya había salido en esa dirección yendo por el pasillo que era iluminado por las antorchas a los lados del mismo. Ella estaba siendo bastante más activa que él, algo extraño, pues él era el que solía tomar la iniciativa en todo, sobretodo cuando se trataba de mujeres. También tenía que empezar a moverse si quería conseguir algo o se quedaría sin ningún mérito. En cuanto avanzó un poco la morena ya había vuelto diciendo algo, a lo que no tomó demasiada importancia, en alto y justo después le susurró algo al oído. Tenía un arma de fuego. Había utilizado la mano de uno de los presentes para conseguirla. Cada vez le gustaba más aquella mujer, que no le temblaba el pulso a la hora de arrancar un trozo de carne. Peligrosas y con estilo... sencillamente le encantaba.
-Interesante adquisición, me alegro de no ir contra ti-le dijo afirmativamente guiñando un ojo ya más despejado y empezando a comprender que todo aquello no era otro burdo sueño o que al menos ya no lo era.- Vamos a la siguiente puerta-le susurró al oído echándole el aliento al cuello.-
Partió en busca de la mesa, al ver como otro individuo también hacia lo mismo, no volvería a quedarse atrás, no estaba habituado a hacerlo. Al llegar comprobó como las "armas" (muchas de ellas eran simples utensilios prácticamente inútiles) habían sido ya tomadas, al menos un par de ellas, y que tenían todos nombres con los que debían ser sus propietarios puesto que aparecía el suyo delante de dos pollas de goma, una más flácida y otra más dura. Ya sabía como llamarlas. Risas y Lágrimas respectivamente. Sin embargo no fue lo único que cogió de la mesa, también se llevó un bastón de la misma y una cuchara... por si le entraba hambre. Se guardó todas aquellas "armas" dentro de su abrigo, aunque llevaba los dos consoladores en las manos.
Inmediatamente hizo un gesto a Eve para que siguiera por la puerta a la siguiente fase en donde muy probablemente les estaría esperando otra vez aquella voz. Con una patada tiró la mesa y ésta hizo caer las antorchas que encendieron rápidamente la madera formando así un pequeño incendio en ese pasillo, así les sería casi imposible poder pasar. Quería dejar a todos ahí ahogados por el humo o quemados por sus llamas ardientes.
-¿Queréis reír-dijo agitando "Risas"- o llorar?-irguiendo "Lágrimas".-
tras finalizar con su acto se dirigió junto a Eve hacia la siguiente parte de esa pequeña tragicomedia que se organizaba poco a poco.
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Off: Me parece bien que no haya reglas, pero podrías ser un poco menos egoísta, Crimson, no por tu personaje, si no tú como usuario, al fin y al cabo somos un equipo, pero en fin...
On:
Al final, acabé con Cánabar como compañero. No era precisamente lo que quería, pero era mucho mejor que ir con un hombre humano, al menos iba con alguien de mi raza y no con un ser completamente inútil. Por lo visto teníamos que pasar una de aquellas enormes puertas para seguir avanzando. Seguramente sería una especie de juego por niveles, y si había dos equipos, probablemente solo uno ganaría. Lo curioso era pensar que pasaría con el grupo perdedor. Me imaginaba mil formas de acabar viendo la sala donde empezamos.
Según la luz que parpadeaba en el collar del tiburón y al ser mi compañero, la mía sería igual, debíamos pasar por la puerta A, así que se lo dije y le pegué una palmada en la espalda, donde noté algo bastante raro. Me fijé y tenía el número uno marcado a fuego... -¿Cuando te has hecho un tatuaje tan feo y sin sentido?- Le pregunté al notar que antes de llegar aquí no lo tenía. Tras su respuesta me quedé algo sorprendido, pero decidimos no darle mucha importancia y seguir hacia adelante, no debíamos quedarnos atrás.
Tras la puerta había una sala algo más amplia, que para mi mala suerte estaba ardiendo. ¿No era suficiente con la poca humedad que había en el lugar que tenían que plantarme una jodida hoguera en la cara? A pesar de la nube de humo, pude distinguir una mesa por el suelo, varios objetos y algunos papeles siendo consumidos por las llamas. Había unas tijeras, una sartén y un cuchillo... Vaya mierda de utensilios. Decidí dejar el cuchillo para Cánabar, puesto que este usaba armas cortantes y yo era un inútil con ellas, aunque no era lo mismo una espada que aquella basura, pero bueno. Sin pensármelo mucho, cogí la sartén, con esta podría dar buenos mamporros de ser necesario. Pude ver una especie de urnas y unos baúles custodiados por cadenas. Miré por dentro la urna y parecía contener la llave, mas era un sitio bastante extraño y era algo demasiado obvio. Metí una pata de la mesa y esta fue triturada con bastante facilidad... -No meteré mi mano ahí.- Pensé, dejando correr lo que había en aquellos baúles. Le advertí a Cánabar y le hice una señal para que siguiésemos adelante. No debíamos separarnos.
Off 2: Mi personaje no ha escuchado el mensaje de este tema, por ello no entiende los de los objetos ni las urnas y baúles.
On:
Al final, acabé con Cánabar como compañero. No era precisamente lo que quería, pero era mucho mejor que ir con un hombre humano, al menos iba con alguien de mi raza y no con un ser completamente inútil. Por lo visto teníamos que pasar una de aquellas enormes puertas para seguir avanzando. Seguramente sería una especie de juego por niveles, y si había dos equipos, probablemente solo uno ganaría. Lo curioso era pensar que pasaría con el grupo perdedor. Me imaginaba mil formas de acabar viendo la sala donde empezamos.
Según la luz que parpadeaba en el collar del tiburón y al ser mi compañero, la mía sería igual, debíamos pasar por la puerta A, así que se lo dije y le pegué una palmada en la espalda, donde noté algo bastante raro. Me fijé y tenía el número uno marcado a fuego... -¿Cuando te has hecho un tatuaje tan feo y sin sentido?- Le pregunté al notar que antes de llegar aquí no lo tenía. Tras su respuesta me quedé algo sorprendido, pero decidimos no darle mucha importancia y seguir hacia adelante, no debíamos quedarnos atrás.
Tras la puerta había una sala algo más amplia, que para mi mala suerte estaba ardiendo. ¿No era suficiente con la poca humedad que había en el lugar que tenían que plantarme una jodida hoguera en la cara? A pesar de la nube de humo, pude distinguir una mesa por el suelo, varios objetos y algunos papeles siendo consumidos por las llamas. Había unas tijeras, una sartén y un cuchillo... Vaya mierda de utensilios. Decidí dejar el cuchillo para Cánabar, puesto que este usaba armas cortantes y yo era un inútil con ellas, aunque no era lo mismo una espada que aquella basura, pero bueno. Sin pensármelo mucho, cogí la sartén, con esta podría dar buenos mamporros de ser necesario. Pude ver una especie de urnas y unos baúles custodiados por cadenas. Miré por dentro la urna y parecía contener la llave, mas era un sitio bastante extraño y era algo demasiado obvio. Metí una pata de la mesa y esta fue triturada con bastante facilidad... -No meteré mi mano ahí.- Pensé, dejando correr lo que había en aquellos baúles. Le advertí a Cánabar y le hice una señal para que siguiésemos adelante. No debíamos separarnos.
Off 2: Mi personaje no ha escuchado el mensaje de este tema, por ello no entiende los de los objetos ni las urnas y baúles.
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Off: Me dirijo a todos.
Llegamos a un sala después de atravesar la puerta y un pasillo. Había un baúl con armas. Había armas de fuego que, para mí ,eran armas de cobardes. Yo me decanté por un cuchillo. No era mucho, pero se me daban bien las armas cortantes.Cuando me acerqué a Kaiser me dijo algo sobre un tatuaje.
-¿Tatuaje? Yo no me he hecho nada así...- Le respodí extrañado.
Seguro que el idiota de la voz me lo había hecho. O sería una marca por estar encima de los cadáveres, no me importaba ahora. Miré a mis "compañeros y observé a todos uno por uno. Me acerqué a uno de ellos y le arrebaté un bastón que tenía. Si eramos un equipo tendríamos que compartir.
-No os conozco y no me importáis una mierda, pero estamos en el juego de un loco y si queremos sobrevivir tendremos que luchar juntos, así que será mejor repartir las armas. El que no pueda seguir al resto que se muera solo. Y si alguien tiene algún inconveniente que se vaya o que lo discuta conmigo. Y ahora, inútiles, vamos a buscar a ese idiota y arrancarle la garganta para que deje de hablar- Les dije a todos antes de devolverle el bastón.
Realmente no me gustaba nada esta situación y no quería estar con esta gente, pero era lo que me tocaba. Y no pensaba morir por ninguno de ellos. Si no podían seguirme el ritmo se quedarían atrás. Kaiser me hizo una señal y decidí empezar. Me acerqué a la puerta y volví a mirar a todos.
-No os voy a obligar a nada, por ahora. Si lso demás no han sido rápidos para conseguir armas es culpa suya, pero deberíamos repartir las cosas. Ahora vámonos todos juntos, no quiero quedarme aquí esperando- Les avisé.
Llegamos a un sala después de atravesar la puerta y un pasillo. Había un baúl con armas. Había armas de fuego que, para mí ,eran armas de cobardes. Yo me decanté por un cuchillo. No era mucho, pero se me daban bien las armas cortantes.Cuando me acerqué a Kaiser me dijo algo sobre un tatuaje.
-¿Tatuaje? Yo no me he hecho nada así...- Le respodí extrañado.
Seguro que el idiota de la voz me lo había hecho. O sería una marca por estar encima de los cadáveres, no me importaba ahora. Miré a mis "compañeros y observé a todos uno por uno. Me acerqué a uno de ellos y le arrebaté un bastón que tenía. Si eramos un equipo tendríamos que compartir.
-No os conozco y no me importáis una mierda, pero estamos en el juego de un loco y si queremos sobrevivir tendremos que luchar juntos, así que será mejor repartir las armas. El que no pueda seguir al resto que se muera solo. Y si alguien tiene algún inconveniente que se vaya o que lo discuta conmigo. Y ahora, inútiles, vamos a buscar a ese idiota y arrancarle la garganta para que deje de hablar- Les dije a todos antes de devolverle el bastón.
Realmente no me gustaba nada esta situación y no quería estar con esta gente, pero era lo que me tocaba. Y no pensaba morir por ninguno de ellos. Si no podían seguirme el ritmo se quedarían atrás. Kaiser me hizo una señal y decidí empezar. Me acerqué a la puerta y volví a mirar a todos.
-No os voy a obligar a nada, por ahora. Si lso demás no han sido rápidos para conseguir armas es culpa suya, pero deberíamos repartir las cosas. Ahora vámonos todos juntos, no quiero quedarme aquí esperando- Les avisé.
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