[Privado] [Pasado] ¿Revolucionarios en el South? (Drake y Ticcy)

El bote de Drake se acercaba a aquella isla. La mirada del chico observaba la orilla con una pequeña sonrisa de lado. La niebla invadía el lugar y casi se veía nada, lo justo para ver la playa. Las olas arrastraron el bote hasta la arena donde el castaño bajó de este tranquilamente. Como siempre hacia cogió la cuerda que siempre guardaba en la barca y ató esta en un árbol cercano arrastrándola por la arena. Una vez hecho esto empezó a caminar hacia el pueblo lentamente entre la niebla. Su olfato empezaba a captar olores de personas. Por delante de sus narices la niebla empezaba a acabarse. Dos personas estaban mas adelante con gesto serio.


La razón por la que el chico estaba allí era para investigar la isla. No había estado en muchas y por eso seguía con sus investigaciones. Esta vez se había topado con una base revolucionaria. Cosa que desconocía. Se había metido en la boca del lobo, algo irónico pues él, era el lobo.

Aquellos hombres al verle se acercaban despacio a él. Drake sonrió muy tranquilo caminando hacia ellos. Estos al ver que no era uno de los suyos y al verlo armado rápidamente sacaron sus espadas y corrieron a por él. Este al ver ese acto llevó la mano hacia su cintura colocándose los guanteletes de acero que estaban sujetados a la cuerdecita roja. Del tirón el nudo se deshizo y este espero a que los hombres estuvieran más cerca. Ambos lanzaron un corte al mismo tiempo de forma recta hacia el castaño. Este se echó a un lado con gran velocidad llevándose solo un roce en el costado de una de las armas blancas. Acto seguido elevó su pierna hacia el cráneo de uno de ellos golpeándole con bastante fuerza y tirándolo al suelo. El que quedaba en pie volvió a lanzar un tajo recto a por el chico. Drake golpeó la hoja por la parte de arriba con su guantelete desplazando la dirección del tajo hacia el suelo donde se clavó la hoja de su espada. Tras eso atravesó el pecho de aquel hombre con el pincho del guante. Justo cuando el cadáver caía al suelo Drake recibió un puñetazo en la cara del otro. Ya se había levantado y sangraba un poco por la boca. El chico sonrió de lado con un poco de sangre en la nariz y se quitó los guantes muy despacio atándolos a la cuerdecita roja con calma. El tipo lo observaba agarrando su espada con fuerza y tras unos segundos corriendo a por él. En cuando el lobo había acabado de atar los guantes llevó su mano a la guadaña de su espalda y sacándola bloqueó el tajo de aquel hombre para justo después de un movimiento clavar el filo del arma en el cuello de aquel hombre matándolo en el acto. Sacó la hoja de su cuello y la limpio con las ropas del mismo cadáver para después guardar el arma y seguir caminando al pueblo.

Me encontraba en una habitación vacía con las paredes completamente en blanco y una puerta la cual estaba cerrada con llave, en el centro de la pequeña habitación había una silla con unas sogas rotas de las cuales había escapado, y el hombre al frente de mi saco una Katana y la coloco en mi hombro, diciéndome unas frases;

-Crees que Tu solo Podrás Vencer a 10.000 Revolucionarios?

-¡Ten Bone, Costillas!

Del mango de su espada, salieron diez costillas en todas direcciones las cuales atravesaron ferozmente su mano, este hombre vestia con una capa con capucha de color verdoso la cual le quite, me la puse y amarre al señor cuidadosamente a la silla, al este hombre se le cayó un Den Den Mushi, el cual instantaneamente sono y sin dudarlo conteste;

-Hola, quien es?

-Aquí el Comandante, que informacion nueva a obtenido del intruso?

-El Intruso escapo, se dirije hacia el pueblo, estaba apunto de notificarle.

-Mandare a unos cuantos hacia haya para que vigilen.

-Y Por cierto, ¿donde esta el barco del intruso?

-El Barco lo movimos hacia el Puerto, cerca del Pueblo.

-Es Recomendable que lo cambien de posición, el intruso esta cerca del pueblo, póngalo en la parte trasera de la isla, yo iré para haya a custodiarlo yo mismo.

-Esta Bien,

Tras decir eso, baje la bocina del Den Den Mushi, busque en el señor el cual estaba amarrado desangrándose donde encontré la llave, abrí la puerta y empece a caminar por el pasillo de ese extraño edificio, donde a mi izquierda había una ventana, donde pude observar que estaba en un quinto piso, y a fondo se veía el pueblo y el muelle donde mi barco estaba siendo movido, además que unos cuantos revolucionarios se movían hacia el pueblo, y pensé; "Con la mayoría de los revolucionarios en el pueblo podre escapar sin problemas, fue una gran idea"

Drake había llegado al pueblo. Había sido una pésima idea. Estaba lleno de revolucionarios por todas partes. El chico se metió en un callejón donde se escondió unos segundos. Parecían estar alborotados por alguna razón, el chico estaba en una situación peligrosa. De repente olisqueó dos personas acercándose al callejón. Entraron otros dos hombres. El castaño se había metido tras unos escombros. Cuando ambos pasaron unas manos blancas enormes y peludas cogieron a cada uno de sus cráneos. Un enorme hombre lobo los tenía agarrados ahora. Su tamaño era enorme y sus ojos dorados les observaban. Sus dientes afiladísimos y su musculatura impresionante. De un color blanco como la nieve, sus garras afiladas tanto las de las manos como las de los pies. La enorme bestia estrello la cabeza de uno contra la pared destrozándosela y tirando el cadáver al suelo. El destino del otro fue la muerte al igual que su compañero. El hombre lobo clavo las uñas de su mano libre en su pecho por la zona del corazón matándole al instante. Tras dichos actos ocultó los cadáveres bajo los escombros del callejón y volvió a su forma humana saliendo de allí. Pero no antes colocándose las ropas de uno de ellos que por suerte llevaba capucha. Lo malo es que tenía la zona del pecho rota y llena de sangre pero ya se inventaría alguna excusa.


Se movía por las calles del pueblo tranquilamente. Tenía que volver rápidamente a su bote y largarse de allí. Pero su curiosidad por aquel sitio le hacía quedarse allí a investigar. Pasando por al lado de otro callejón observó a una revolucionaria pasar con una pistola en sus manos. Rápidamente al pasar por su lado se transformó en un lobo blanco a cuatro patas pero algo más grande de lo normal y de un salto clavó sus colmillos en el cuello de la mujer matándola en el acto y metiendo su cuerpo en el callejón. Para mala suerte de ese callejón salían cuatro hombres más. Esta vez eran muchos por lo que aquel lobo blanco salió corriendo. Los hombres gritaban tras él. El animal corría mucho más veloz que ellos hasta llegar a un edificio de unas cinco plantas. De un placaje derribó la puerta muy fácilmente pues no parecía estar en muy buenas condiciones. Subía las escaleras rápidamente con mucha velocidad. Los tipos le pisaban los talones. Tras unos segundos había llegado al quinto piso donde no había escapatoria. Lo único que había era un chico que miraba por unos cristales. El lobo no sabía si era otro revolucionario pero por si acaso y viendo que no le quedaba otra que luchar volvió a su forma humana respirando agitadamente por la carrera que se había dado. Llevó su mano a su enorme guadaña y observo como los cuatro revolucionarios había llegado agotados también. De un tajo decapito a uno de ellos y retrocedió mientras los otros tres sacaban sus espadas y se dirigían hacia él. No parecían haberse dado cuenta del chico que miraba por el cristal o tal vez creían que era uno de ellos. Aunque tal vez podía serlo. Drake ahora estaba centrado en esos tres.

Al parecer aquel chico no era un enemigo ya que le había ayudado. Había echo una especie de ataque donde habían salidos huesos de las armas de los revolucionarios, que gracias a ellos habían podido herir a los demás. Después notó como le empujaba a una sala y rompía la ventana y decía que el chico se había tirado por la ventana. Era algo bastante raro ya que estaban en un quinto piso y solo un idiota bajaría corriendo a toda prisa. Pero al parecer esos revolucionarios no eran muy listos y se lo habían creído. Drake se dirigió hacia una de las esquinas de aquella sala donde se sentó unos segundos a descansar guardando su guadaña. Su mirada volvió a la del chico que le había ayudado y comenzó a hablar con tranquilidad en un tono serio pero confiable pese a la seriedad que poseía en su rostro.

- Vaya, gracias por la ayuda, creía que eras un revolucionario de ellos. Me llamo Drake, como puedes ver soy un usuario de la fruta del diablo y tengo la capacidad de transformarme en un lobo. Por lo que veo tú también lo eres. Esos huesos que salieron de sus mangos no creo que salieran por casualidad. He venido a la isla a investigar pero creo que será mejor que me largue de ella. No me gusta mucho este sitio a decir verdad y ya han intentado matarme dos veces desde que he llegado. De no ser por tu ayuda habría estado en serios apuros con esos estúpidos. Debo volver a mi bote e irme de esta isla cuanto antes. No me apetece nada morir aquí, debo cumplir muchas cosas antes de acabar bajo tierra


Dijo descansando y levantándose al poco tiempo de haber hablado. La verdad no era de agradecer mucho la ayuda de los demás pero en esa situación se había librado de la muerte gracias aquel hombre. Drake pensaba que seguramente tendría una fruta del diablo ya que presentía que los huesos que salieron de las armas de aquellos hombres habían sido cosa suya peor no podía estar seguro de ello. Finalmente miró a aquel chico y se estiro bostezando para después observar por la ventana rota y ver como abajo estaba lleno de revolucionarios investigando aquel lugar.

- Bueno será mejor largarse de aquí ¿No crees?

Tal y como había pensado el lobo. Se trataba de un usuario de la fruta del diablo. Experto en creaciones de huesos al parecer. El chico había formado una especie de escalera de huesos para subir al tejado. Drake le siguió dos segundos después subiendo al tejado con él. Todo se veía desde allí arriba y seguramente los revolucionarios ya se habían dado cuenta del farol que se había tirado Ticcy. El castaño observaba todo el pueblo lleno de hombres buscándole por lo que debía largarse de allí rápidamente. Con un suspiro miró al chico que le había ayudado y fue caminando de nuevo hacia la ventana que había usado para subir al tejado.

- Yo no me quedo mas en este lugar. En el tejado no vamos a poder huir, es cuestión de tiempo que nos rodeen. Yo voy a buscar mi bote y a largarme de esta maldita isla. Puedes seguirme si quieres compañero. La decisión es tuya, pero no me quedare en este tejado.

Tras esas palabras el chico saltó al interior del edificio por la ventana que anteriormente había usado para subir. Una vez dentro salió corriendo escaleras abajo a toda velocidad. En unos veinte segundos había llegado abajo del todo. Una vez allí usó su forma de lobo completo para caminar con mucho sigilo dirigiéndose hacia el pueblo apenas haciendo ruido. Un único revolucionario pasó por la zona y se quedo frente al lobo mirándolo con ira. A punto de dar un grito de alerta, el lobo más rápido que él, se lanzó sobre su garganta clavando sus poderosas fauces y eliminándolo al instante. Sentía la sangre manchar sus poderos colmillos y su boca. Soltó el cuello de aquel hombre ahora muerto y paso por al lado como si nada caminando de nuevo. No había hecho ningún ruido al matarlo. Había sido una muerte rápida y brutal además de elegante digna de un verdadero depredador. Algunas gotas de sangre caían de su boca al suelo pero no era algo que le importara. No sabía si aquel chico le estaba siguiendo o no. No se había molestado en mirar hacia atrás y no tenía ganas de ponerse a olisquear ahora el lugar. En pocos minutos había llegado al pueblo donde no parecía haber nadie por sus calles. Normal. Estarían dentro asustados y escondidos por lo que había pasado. El lobo se había cargado a varios de ellos a sangre fría. Aun recordaba como se había cargado a aquellos dos hombres en el callejón y después a la mujer. Pero lobo blanco no había empezado. Le habían atacado nada más llegar y sin pleno aviso por lo que no se arrepentía de nada de lo que había hecho. Ni lo mas mínimo. La piedad era algo que no conocía para aquellos que intentaran atacarle. Por las buenas podía ser muy bueno pero por las malas era un autentico diablo. Y ya se había demostrado esta faceta suya. Ahora debía llegar cuanto antes al sitio donde estaba su bote para poder largarse pero a saber si no había revolucionarios custodiándolo o se lo habían llevado. De ser así el lobo debería matar muchos más para poder salir de allí y si es que salía con vida ya que todo se estaba complicando. De todas las islas a las que podía ir, había ido a parar a una base revolucionaria.

Aquel chico no estaba siguiendo al lobo y había tirado por su propio camino al parecer. El lobo seguía su camino por las calles del pueblo. Tenía bastante cuidado de no ser visto y entre las casas y calles sería imposible de ver desde aquel edifico de cinco plantas donde estaba anteriormente. No parecía haber muchos por allí, es como si le estuvieran buscando fuera del pueblo. El objetivo ahora estaba claro. Llegar cuanto antes a su bote y largarse de la isla, pero eso no le iba a suponer nada fácil. Dos hombres cruzaron por delante del animal, en cuanto lo vieron sacaron sus armas. Estas eran unas simples espadas oxidadas o eso parecía al menos. El lobo volvió a la forma humana y los observó con sus ahora verdes y oscuros ojos. El primer hombre salió corriendo a por él gritando y dando tajos al aire. Drake empezó a esquivarlo moviéndose de un lado a otro con la expresión seria y mostrando frialdad en sus ojos. Tras esquivarlo un poco más metió la mano en uno de sus guanteletes que tenía atados en la cintura. En el derecho para ser exactos. Al ver esto el hombre retrocedió unos pasos pero después se volvió a lanzar al ataque con la intención de acabar con la vida del castaño. Este se agachó esquivando un tajo que iba directo a su cabeza y de un puñetazo en el estomago dejó sin oxigeno a aquel hombre. No solo había hecho eso si no también clavarle el pincho del nudillo en el estomago. Unas gotas de sangre brotaron de su vientre mientras se ponía de rodillas en el suelo. El chico lo observó de forma seria y volvió a llevar el guantelete a su cintura atándolo junto al otro. Acto seguido estiro el puño hacia atrás y acumulando energía en este dio un golpe de nivel medio en la cabeza del hombre arrodillado.

- Ripera o utsu

Dijo mientras realizaba aquel golpe. En cuanto el puño rozaba la cabeza del revolucionario una especie de onda de choque salió de su puño haciendo que aquel hombre saliese disparado contra una pared y se golpeara la cabeza con fuerza matándose contra ella. Aquello había sido su técnica especial, hacía tiempo que no la usaba y ya tenía ganas de hacerla. El otro hombre salió a por el chico lanzando un tajo recto mientras fruncía el ceño. El chico lobo se echó a un lado recibiendo un corte de roce en el costado. Una pequeña hilera de sangre recorrió su costado entero pero nada serio. Un corte leve de roce y con suerte, tras eso este llevó la mano a su guadaña sacándola por completo y de un tajo clavándola en el pecho del hombre tirándolo al suelo y sacándola después de su pecho para guardarla en su sitio. Tras aquel acto sonrió de lado y siguió caminando por las calles del pueblo en silencio escondiéndose en callejones cuando tenía la ocasión y dirigiéndose lentamente a la playa.

Drake ya casi había salido del pueblo. Quedaban pocas casas hasta la salida de este, por fin podría salir de allí y largarse de la maldita isla. De repente un cañonazo derribó una de las casas y los escombros cayeron hacia él. De un ágil movimiento saltó a un lado rodando por el suelo con toda la velocidad que podía. Al caer todos los escombros una polvareda se formó llenando unos metros de la calle de polvo. El castaño se levantó y saltó con agilidad al marco de la ventana de una casa, de ahí saltó al tejado de la misma y pudo observar como barcos de la marina se acercaban bombardeando. Se iba a liar una buena en esa isla, pero cuando se formara este ya se abría largado o al menos eso planeaba. Bajó de nuevo a donde estaba anteriormente y justo cuando estaba en la salida del pueblo tres reclutas salieron frente a él armados con espadas. Este se frenó en seco al verlos y retrocedió un paso frunciendo el ceño. El primero que parecía el más fornido corrió hacia él con su espada en mano. Este llevó la mano al mango de su arma y cuando aquel marine lanzó su tajo, este sacó su guadaña bloqueando el tajo del hombre y lanzando un corte al cuello de aquel marine tras el bloqueo. La sangre emanaba de su garganta y en pocos segundos había caído al suelo muerto.

El segundo al ver esto corrió rápidamente lanzando tajos al aire intentando alcanzarle con ira. Este empezó a retroceder a la vez que se movía de un lado a otro esquivándolo como podía. Al fin en un descuido del marine, Drake atravesó su costado con la hoja de su guadaña. Tras eso tiró del mango hacia atrás con fuerza haciendo que la hoja de la guadaña saliera llevándose por delante el estomago de aquel hombre y tirándolo al suelo en el acto mientras sus ojos perdían la luz. El que quedaba sacó una segunda espada y corrió a por el chico lanzando tajos con velocidad. Drake esquivaba y bloqueaba como podía aquellas acometidas del marine. Se fue pegando a una casa disimuladamente hasta que aquel hombre a base de ataques chocó una de las espadas con la pared clavándosele allí. Acto seguido el chico lobo golpeó con su guadaña la hoja de su otra espada y con el puño le impactó en la cara tirándolo al suelo. Guardó su guadaña tranquilamente y volvió a su forma de lobo completa acercándose y clavando sus dientes en el cuello del hombre destrozándole la garganta y matándolo en el acto. Nada más hacer esto salió corriendo de allí.


Tras unos segundos corriendo a su máxima velocidad de lobo llegó a donde estaba su bote. Estaba en perfectas condiciones y nadie lo había tocado. Ahora lo importante era largarse de una vez de aquella maldita isla. Cuando empezó a quitar el nudo de la cuerda para poder irse escuchó unos pasos notorios aplastando la arena. Se trataba de otros dos marines. El primero que era un hombre de pelo castaño y ojos azules observó al chico con el ceño fruncido mientras que el otro marine se quedaba atrás.

- Ahora vas a pelear con un cabo chico. Lamentaras haber asesinado a esos tres hombres. Asi es, te vi mientras matabas al tercero y huías y nos ha costado seguirte muchacho. Lo lamento mucho pero de aquí no pasas. Aunque seas un usuario de la fruta del diablo. Un lobo no es problema para alguien como yo.

Dijo aquel hombre sacando otra guadaña de un tono grisáceo de su espalda donde la tenía amarrada. El otro marine parecía ser un simple recluta. Drake lo observó de forma seria mientras sacaba su propia guadaña cogiéndola con una mano mientras apretaba el puño de la otra. Sus ojos se entrecerraron a la vez que fruncía el ceño. Si esos estúpidos marines no le hubieran atacado no tendría que haber llegado a esta situación, aún así no se iba a dejar achantar y mucho menos iba a dejarse arrestar o morir. Sin pleno aviso, el recluta que se había quedado atrás en un ataque de nervios y quizás confianza salió corriendo a por el chico sacando una katana. Drake esperó el momento justo para echarse a un lado y esquivar el golpe que este marine lanzó de forma recta. Sin ningún reparo movió su guadaña hacia el cuello del marine decapitándolo al instante y tras eso miró de nuevo aquel cabo de la marina con el que se iba a enfrentar.

- Peleemos entonces si es tu decisión. No soy un cualquiera como has podido comprobar, soy Drake. Escucha bien el nombre del que te va a derrotar cabo de la marina. Dices que no seré un problema, eso lo vamos a averiguar ahora mismo ya que me quité a la escoria de en medio.

El marine frunció el ceño escuchando sus últimas palabras y caminando muy despacio hacia el chico con su arma en mano. El chico lobo esperaba a su rival con su arma también equipada y con una sonrisa de lado. No podía perder contra aquel hombre y demostraría que un cabo no podría pararle los pies. Tenía que acabar rápido antes de que mas marines llegaran, también podían aparecer revolucionarios. Había muchas opciones, pero lo que importaba ahora era acabar con aquel hombre ya fuera dejándolo inconsciente o matándolo.

La lucha había comenzado. Los dos habían empezado a pelear. Las dos guadañas chocaban la una con la otra de forma intensa, la negra parecía tener más tamaño pero el marine se las arreglaba para usar la suya gris con habilidad. El intercambio de tajos entre ellas era ruidoso y bastante emocionante para cualquier ajeno que observara. Cosa que no parecía pasar para suerte del chico lobo. El cabo de la marina durante un despiste de Drake le pegó una patada en el estomago tirándolo al suelo y tratando de clavarle la guadaña en el pecho. El castaño casi sin oxigeno interpuso su propia arma para bloquear la de aquel hombre y después rodar a un lado levantándose y tosiendo un poco. La mirada del cabo ahora parecía estar fija en el chico y de una forma inquietante. Este por otro lado respiraba algo agitado por la patada y observaba los ojos del marine sin expresión. Ambos volvieron al combate chocando las guadañas con fuerza. En unos segundos el chico lobo consiguió hacerle un corte en la mejilla del que brotó un poco de sangre que se aproximaba a la arena. Tras eso de nuevo chocaron las guadañas con fuerza y volvieron al combate. En un rápido movimiento el marine golpeó con el mango el rostro del chico tirándolo al suelo de nuevo. Acto seguido sacó una pistola y pegó dos tiros que dieron en el hombro izquierdo de Drake y en su pierna derecha. Este gruño de dolor pegando un puñetazo en el suelo levantando arena. El marine que parecía legal había sacado una maldita arma de fuego. Ahora se acercaba a este sonriendo con dicha pistola en la mano. El chico lobo desde el suelo tenía una mano en el hombro y otra en la pierna. Aquel marine reía de forma superior y se agachó a su altura poniéndole el cañón del arma en la cabeza y empezando a hablarle tan tranquilamente como si nada hubiera pasado.

- Te lo dije. No ibas a salir de aquí chico. Me he visto obligado a sacar un arma de fuego para poder pararte por lo que estate orgulloso. Pero lamentablemente para ti te vienes conmigo. Si haces un solo movimiento en falso te matare sin pensármelo chico. Ahora ponte de pie y las manos ponlas donde pueda verlas. Deja la guadaña en el suelo y todo irá bien.

Drake agachó unos segundos la cabeza obedeciéndole tras unos escasos dos minutos. Se puso de pie y levanto las dos manos dejando su arma en el suelo. El hombre sonrió de lado, en ese momento el chico dio un paso hacia él mientras se agachaba. El marine trató de disparar pero falló el tiro y fue cuando Drake usó la técnica que había usado anteriormente en el pueblo con el otro marine. Lanzando el puño hacia la cara del cabo usó el poder anterior haciendo que en el momento del golpe la onda de choque saliera de su puño y le diera de lleno en la cara tirándolo a cuatro metros hacia atrás.

- Ripera o utsu!!

Tras eso recogió la guadaña y de un salto llegó a su posición tras haber cogido carrerilla atravesando la guadaña por su cráneo y matándolo en el acto. Tras aquello salió corriendo en dirección a su barca.