[Rol moderado][Karl] ¿Cuanto vale tu vida?

Karl suspiró con pesadez. Otra misión irrelevante en un islote de mala muerte perdido en el Grand Line. ¿Tanto le odiaban? Estaba claro que no sabían de sus negocios o ya le habrían arrestado. Siempre había servido fiel y lealmente a la Marina y al Gobierno, y así se lo pagaban. Capturar a un pirata debilucho. Ni siquiera merecía la consideración de supernova. Un supernova aun habría sido un rival digno de consideración y Karl se hubiese sentido bastante más complacido. El marine se giró hacia el tembloroso recluta, y con voz de trueno le dijo:

- ¡Muchacho! Estás en la Brigada Disciplinaria. Nosotros somos la Vanguardia, el puño de hierro que atruena a nuestros enemigos y los deja estremecidos ante el poder del Gobierno. Si vas a la batalla con miedo en tu corazón perecerás. Debes ir sintiendo el fuego ardiendo en tu corazón. Debes sentir tu espíritu guerrero y dejar que invada tus sentidos y te guíe hacia la victoria.

Se giró hacia los que le observaban. Se sentía repentinamente revigorizado y con ansias de pelea. No era algo sensato, pero era plenamente consciente de que era muy capaz de entrar en Jaya, arrasar parte de ella y salir con vida. Así lograría convertir una aburrida misión en el suceso que necesitaba para alcanzar una mayor fama y lograr el ascenso y los reconocimientos que deseaba, y merecía. Si tenían suerte capturarían a un buen número de piratas y se irían con un magnífico botín. Si no... bueno, la Brigada estaba acostumbrada a tener un historial de bajas sangriento, y Karl siempre podía retirarse del combate volando si las cosas se ponían feas. Había algo más: si lograba inspirar a sus hombre con un discurso motivante para que se lanzasen a la batalla había la posibilidad de que luchasen con más ferocidad y eso les diera la victoria. Observó la disposición de las callejuelas. Los piratas lucharían desorganizados, en grupos. No componían una fuerza militar, a diferencia de ellos. Decidió que lanzaría a un grupo considerablemente grande por las calles centrales. Otros dos grupos penetrarían en Jaya flanqueando la pequeña ciudad por las calles de los lados que quedaban a su izquierda y derecha, y un último grupo aunque bastante nutrido permanecería en el puerto impidiendo que los piratas escapasen y actuando como refuerzos para los tres ejércitos principales. Los piratas retrocederían ante el avance de los tres batallones y acabarían todos en la plaza central de Jaya, donde los marines les tendrían rodeados. Karl remataría la tarea con un ataque masivo mortal, una onda de energía tan poderosa que volaría por los aires la plaza. Daría instrucciones concretas a los marines de que retuviesen a los piratas en la plaza pero que no se adentrasen en la misma para evitar que la onda les diera de plano. En el momento en que el capitán se elevase por los aires para lanzar el mortal ataque los marines debían huir lo más rápido posible, pues Karl no esperaría por ellos para lanzar su ataque. Quería evitar que los piratas huyesen al ver a los marines escapar, así que si lanzar el ataque en un momento en que lograse exterminarlos significaba alcanzar a algún rezagado, así fuese. Esto explicó a sus oficiales, recalcando el hecho de que debían tratar de capturar al máximo número posible de piratas vivos y interrogarlos sobre el paradero de Durin Harkov y Jaffar Sabir. En cuanto tuviesen la más mínima información, debían alertar a Karl por den den mushi. Tras esto ordenó que reuniesen a todos los hombres sobre la cubierta de su navío. Estaban ya acercándose al puerto de manera abierta, con las pasarelas preparadas para ser colocadas nada más estuviesen listos para desembarcar y lanzarse al asalto. Entrarían acercándose ligeramente en paralelo para despejar la zona de desembarco con los cañones. Debían tenerla libre para desplegar los grupos con velocidad.

- ¡Marines! Nos aguarda una dura y gloriosa batalla. ¡Los piratas matan a nuestras familias, saquean nuestras ciudades y queman nuestras casas! Nosotros somos la única línea de defensa ante la barbarie de esta plaga creciente. Somos los únicos capaces de defender el mundo de estos bandidos de las mareas. Si la Marina titubea, si su heroica y esforzada Brigada Disciplinaria, la élite de las flotas marines flaquea ¿quién defenderá a vuestros hijos e impedirá que violen a vuestras hijas?

Karl hablaba en un tono de voz alto y apasionado, buscando conmover a su público y infundirle coraje, rabia y orgullo. Mientras hablaba frente a la multitud de marines, gesticulaba y alzaba los brazos arqueando sus dedos. Su potente voz estremecía a la multitud y parecía transmitir la misma sensación embriagadora de rabia y poder que nublaba en aquel momento a Karl. A medida que el discurso se acercaba a su final, Karl elevaba el tono de voz y gritaba con más rabia y júbilo.

- ¡Nosotros somos la justicia! ¡Brigadistas, sois la flor y nata de la Marina! ¡Demostradlo! ¡Haced que los fusiles canten, el cañón ruja y los mismos cielos se estremezcan y la tierra se parta ante nuestro inexorable y poderoso avance! ¡Atravesad a nuestros enemigos con la furia de los hombres justos y valientes! ¡Hoy tendremos un bautismo de sangre y fuego, y al anochecer, un festín real entre las riquezas recuperadas y los cadáveres mutilados de la escoria pirata! ¡A LA BATALLA!


Esperaba que la mención final al oro fuese un detonante más, y que la codicia encendiese el deseo en el corazón de sus hombres arrastrándolos a lo más profundo del combate sin titubear. Como de manera premeditada, los cañones respondieron a su grito final con una potente andanada que barrió el puerto, destruyendo pequeños edificios de primera línea y causando el caos en el lugar. Karl se giró dispuesto a poner la guinda al pastel.

- ¡Advanced Sokudan: Big Cannon Shot! [AF]

Su potente puñetazo generó una onda de energía que avanzó en línea recta, barriendo el terreno y mandando a volar a un buen número de personas, carros, y objetos varios que había por el camino. Tras esto, comenzó a levitar velozmente mientras sus oficiales comenzaban a dar órdenes a gritos haciendo desembarcar a los marines. Se elevó un par de decenas de metros en el aire y vigiló la operación desde las alturas, dispuesto a intervenir. Su chaqueta blanca de oficial ondeaba enloquecidamente, agarrada a él sólo por un cordón a su cuello y las pesadas chorreras de los hombros. Debajo llevaba una camiseta de asas que mostraba su imponente musculatura, sus cicatrices de guerra y tatuajes de los brazos. Unos pantalones y zapatos blancos completaban su atuendo, el traje reglamentario de oficial. Se sacó el parche, mostrando un ojo con la pupila roja y sin párpado. Alrededor tenía la piel quemada. Su ojo cyborg no tenía ninguna particularidad, además de que al ser cibernético carecía de ningún defecto como miopía o hipermetropía. Con él podía aspirar a localizar a sus presas si se exponían mucho.

- Ahora, ¿dónde os habéis metido, Durin, Jaffar?

Sopesó sus opciones. Era obvio que los que habían hablado pretendían algo, y no iba a dejar pasar aquel dato. Iría a aquel edificio y se enteraría de qué narices pasaba allí. Sin embargo primero debía preparar estratégicamente a sus hombres para que pudiesen resistir mientras completaba su misión. Observó las callejuellas desde los aires. No era buena idea penetrar en la plaza, o podrían verse sobrepasados en número y rodeados. Lo más lógico parecía instalarse en las callejuelas, levantas barricadas en torno a la plaza y resistir en esa zona. Los piratas no tenían un líder común, así que la mayoría de ellos se lanzarían a lo bruto contra las barricadas. Ello resultaría en una masacre, y se retirarían de la plaza pronto con grandes bajas, pero el plan de Karl de masacrarlos en grupo fracasaría. Por ello, daría la intención de que tratasen de contenerlos sin exterminarlos en gran número. Así se concentrarían en la plaza y Karl podría matarlos a placer, además de librarse del problema de pillar con su ataque a algún marine. Algunas bandas de piratas con algún líder medianamente audaz intentaría rodear las posiciones marines y hostigarlos por la espalda. Debía evitarlo. Ordenaría a sus oficiales que parte de los hombres cubriesen la retaguardia, y que si veían las cosas difíciles enviasen un mensaje a las tropas de refuerzo del puerto. Sacó su den den mushi y transmitió las órdenes a los oficiales al cargo de las tres oleadas.

- Y ahora, a lo mío.

Descendió entre unas callejuelas para no llamar la atención y se dirigió a pie hasta el edificio en que había entrado el extraño. El sonido de los disparos y el olor a pólvora invadían el ambiente, mientras el griterío de los combatientes se tornaba en una especie de banda sonora siniestra. Llegó hasta el edificio, sin tener muy claro qué hacer. "¿Debería entrar a saco, o ser algo más cauteloso?" Tras rodear el edificio, entró por una ventana abierta del piso bajo a una habitación vacía y caminó en silencio, atento a cualquier sonido.

Karl se quedó por un momento boquiabierto ante el lujo y la opulencia de la sala en la que estaba. Lo que había allí era digno de los mayores elogios, y valía una millonada. Si el marine se hacía con todo aquello, sería rico. "A tomar por culo la misión. Con esto me haré de oro." Comenzó a descolgar cuadros y a apartar abalorios y objetos que tuviesen un valor aceptable y fuesen fácilmente transportables. Hizo una pila en una esquina, y tras un rato, fue descartando los que juzgó que valían menos para poder llevárselo todo cómodamente. Entonces tuvo un remordimiento. "Tal vez esté cerca de acabar esta misión por lo que he oído. Agh, maldita sea. Ya llevaré al barco esto después."

Se acercó a la puerta blindada y comenzó a tocar los bordes, pensando en la mejor manera de abrirla. "El marco sobresale, tal vez lo suficiente para agarrarlo." Dio un par de leves toques en la pared, sin importarle que le escuchasen. Al fin y al cabo estaba a punto de entrar a saco. "Tapiz, no bloque sólido." Comenzó a pensar la mejor manera de entrar. Estaba pensando en agarrar la puerta y arrancarla de cuajo, con marco y todo, pero las manos podían resbalársele y se le caería encima. Eso le daría ventaja al que tuviese detrás si era alguien fuerte. ¿Debería tal vez ser algo más sutil?

- En fin, creo que esta será la mejor opción. ¡Al trabajo!

Pegó la oreja a la puerta blindada mientras le daba golpes, como intentando juzgar algo. Puso cara de concentración mientras lo hacía. Tras un par de segundos, asintió. Se apartó y inesperadamente le dio a la puerta tal puñetazo que la abolló y la arrancó de cuajo de la pared, llevándose un cacho de la misma. La puerta salió volando hacia atrás, levantando una nube de polvo y estampándose contra la pared contraria.

- Bueno, ha sido más fácil de lo que esperaba. Toc, toc. ¿Se puede?

En la nueva sala, mucho mayor que la anterior, puedes ver la misma ostentación en la decoración que has podido apreciar anteriormente. De hecho toda la casa está tan bien decorada. Su precio debe ser inmenso. Pero hay algo extraño. Un lugar tan valioso debería tener guardias y seguridad en todos los lugares de posible entrada, sin embargo tú has entrado sin ningún impedimento. No se suele poner ventanas en lugares que almacenan objetos de gran valor, aunque los hay por todo el lugar. Parece que el dueño no le da importancia. Frente a ti hay tres hombres boquiabiertos con los ojos como platos. Están sorprendidos por tu intrusión.

-No me había dicho que tendría invitados, señor Durin. ¿Le sirvo un té al señor… “rompepuertas”?- Dijo un hombre alto y delgado de aspecto mayor.

Aquel hombre lucía una cabellera nívea y un traje de alta costura. En sus manos llevaba una bandeja de plata con tazas, cucharas y una tetera del mismo materia. Uno de los hombres que estaba ahí, Durin según la descripción que conoces de él y lo que el hombre había dicho, se levanta furioso tirando la mesa contra la pared. Parece que lo has enfadado. Ahora que está de pie te das cuenta de que encaja perfectamente con la descripción que te dieron. Ha sido más fácil de lo que parecía encontrarlo. Te has ahorrado un buen tiempo.

-¡¿Eres idiota?! ¡No es un invitado! ¡Y tú, ¿Cómo has entrado, desgraciado?!- Grita furioso.

Karl se frotó los nudillos soltando un leve quejido. Se había olvidado de usar haki y se había hecho daño en los nudillos. Si no fuese por sus músculos se habría destrozado la mano contra la puerta. Resopló y atravesó el hueco de la pared, sin hacerle mucho caso a los presentes. Observó la lujosa decoración y los carísimos objetos de arte, soltando un silbido de admiración. Era una pena que buena parte de aquello estuviese a punto de ser destrozado. Pero bueno, entre lo que quedase en pie y lo de la otra habitación. Entonces se fijó en el estirado mayordomo y en la persona que había causado por su presencia la destrucción de la isla: el pirata Durin Harkov. Esbozó una sonrisa malévola.

- No os preocupéis, señor estirado. Vuestro amo no me ha invitado. Además, prefiero un buen vino.

Se acercó a un pequeño estante de cristal con botellas de vinos de cosecha realmente caros y cogió uno. Lo descorchó con maña y le dio un trago sin ninguna educación, dejando aparte el tema de que no cabía ya ninguna en la situación en que se encontraba. Observó con cierto placer maligno por le rabillo del ojo la reacción de su anfitrión y soltó un suspiro de placer, degustando el vino. Soltó una breve risita y comenzó a hablar.

- Pensaba que alguien de vuestro nivel reconocería al momento al terror de los piratas, la persona que se ha enfrentado al fundador de los Sons of Anarchy y ha sobrevivido. Sin embargo sois tan simplón que parece que ni siquiera habéis reconocido mi uniforme o los galones que indican mi rango. Para tener unos gustos tan refinados, sois un inculto desinformado, Durin Harkov. Aunque, ¿qué podía pedir de un piratuelo del tres al cuarto que no llega ni a Supernova? Ay, ojalá llegue de una vez el día que me destinen al Nuevo Mundo y me hagan enfrentarme a oponentes de verdad, y no a monitos de feria. En fin, supongo que es momento de las presentaciones - pasó ahora del tono burlón que estaba empleando a uno más serio - Mi nombre es Lion D. Karl, Teniente Comandante de la Marina, Capitán de la Brigada Disciplinaria y Mejor Luchador de los Siete Mares. También me conocen como Quimera Karl o como El Terror del East Blue. Y yo os declaro a vos, criminal Durin Harkov, arrestado. Si oponéis resistencia, no puedo asegurar vuestra supervivencia.

Estas últimas palabras las dijo con un auténtica maldad. Estaba deseando enfrentarse a él y aplastarlo contra el suelo. Aquella misión se le antojaba fácil y aburrida, y quería algo de acción de verdad. Un pirata de 50.000.000 :berris2:sería un buen calentamiento, y si encontraba a Jaffar tras eso ya sería el premio gordo. Con una sonrisa, dio un segundo trago al vino y de repente tiró la botella hacia Durin, mientras esta derramaba vino por el aire. Repentinamente Karl pasó a su forma híbrida, creciendo hasta alcanzar los dos metros treinta de altura. Sus brazos se cubrieron de escamas y le salieron garras. Las piernas se convirtieron en patas de cabra de pelaje blanco, y el torso aumentó de musculatura bastante y se cubrió de pelo dorado. Le surgió una cola de reptil increíblemente larga acabada en una cabeza de ofidio, y una tercera cabeza junto a su cabeza normal. Su primera cabeza adoptó rasgos felinos y se cubrió del mismo pelo que el torso, además de convertirse su pelo en una poderosa melena de león. La cabeza de al lado por el contrario tenía rasgos de cabra y cuernos.

- ¡Prueba tu vino, está muy bueno! - dijo, mientras escupía una poderosa llamarada hacia la botella. [AI]

Su intención era manchar de vino a Durin y que esto facilitase el que prendiese en llamas más rápidamente ante el fuego de Karl. Y de paso, si lograba golpearle con la botella, pues mejor que mejor.

Toda la escena estaba resultando muy tediosa para Durin, mientras ibas hacia los vinos no dejaba de gritar improperios y maldiciones consiguiendo, únicamente, que el “señor estirado” lo intentara calmar. En cuanto le haces tu ataque el hombre gordo empieza a arder y retorcerse por el suelo de forma muy cómica. Los hombres que estaban antes con él intentan apagar las llamas con pañuelos y uno con… escupitajos. No son muy inteligentes o no le tienen aprecio del todo. El mayordomo sale corriendo pero vuelve enseguida. Un cubazo de agua fría extingue las llamas y Durin se levanta, furibundo, con la piel medio colgando y quemaduras muy graves. Tu ataque ha sido efectivo, pero no parece haber hecho mella en el inmenso hombre. Aunque sí que parece amedrentarle tu nueva forma, pues no centra su mirada en ti ni un solo momento.

-¡Me da igual que seas un marine! ¡No sabes con quién te has metido- Grita a más no poder.

-¿Quiere que llame al señor?- Pregunta el mayordomo.

-¿Eres idiota o es cosa de la vejez? Si lo llamas nos va a matar a todos. Ya me encargo de esta rata yo solo- Le responde Durin.

El hombre grande se acerca a la pared y agarra un enorme mazo de madera con refuerzos de hierro y mira hacia ti. La cara es horrible, tiene una cicatriz enorme y le falta media nariz. No hay rastro de pelo en su cabeza y, para colmo, tu ataque lo ha desfigurado aún más. Da unos pasos hacia adelante hasta quedar a tres metros de ti. El mazo, que llevaba arrastrando por el suelo, es posado en su hombro. Eleva el aire el inmenso arma y lo deja caer contra el suelo. Notas un pequeño temblor, una especie de seísmo leve que va aumentando de potencia. AL cabo de unos segundos una grieta de medio metro comienza a crecer desde el lugar en el que el suelo ha sido golpeado y se dirige hacia ti vertiginosamente rápido y extendiéndose alcanzando hasta tres metros de anchura.[/i]

AF: Grieta del infierno

Karl esbozo una mueca de desagrado ante el desfigurado rostro del pirata. Cuando tomó el pesado mazo, su expresión cambió por un gesto de interés. "Sorpréndeme, Durin. Demuéstrame de lo que eres capaz." Tampoco se le había escapado el detalle de que habían mencionado de llamar a un "señor". ¿Hablarían de Jaffar? Al fin y al cabo en aquel agujero inmundo no había muchos más criminales poderosos. Sin embargo, ¿qué pintaría un revolucionario como él aliado con un pirata como Harkov? Mientras cabilaba esto, Durin golpeó el suelo, creando una grieta que avanzó velozmente hacia Karl. Este soltó un sonoro gruñido de desilusión y volvió a su forma humana.

- ¿EN SERIO? ¿Esto es todo lo que se te ocurre?

El cuerpo de Karl comenzó a levitar. Para hacerlo más insultante, a penas de elevó unos cuarenta centímetros de su posición inicial, pero más que suficiente para evitar su ataque. Su rostro había cambiado a una expresión capaz de asustar al más valiente. Una expresión inhumana que era un mezcla entre impasibilidad y desprecio. Para el marine Durin Harkov ya no valía nada, pues había demostrado ser un oponente débil y indigno de enfrentarse a él. Elevó su brazo izquierdo y lo colocó en horizontal frente a él, mientras un aura de energía comenzaba a surgir de su antebrazo perezosamente, en una forma etérea como de gas. La energía era de colores cambiantes entre el rojo, el naranja y el amarillo.

- Parece que ni siquiera eres suficientemente fuerte para ofrecerme un buen espectáculo. Bien, jodida escoria, dime lo que quiero oír y te arrestaré vivo. ¿Es Jaffar ese "señor" del que habláis?

De repente el aura comenzó a tomar forma y arremolinarse en torno a su extremidad. Parecía como un "guante" de energía que la rodease. "Este infraser no se merece ver mi Tao Sokudan... pero probar uno de los poderes más letales le hará ver que no voy en broma. Es además un buen momento para emplearlo. Por otro lado, no me conviene acercarme y que la suerte me juegue una mala pasada. Un golpe de ese arma no es algo que haya que menospreciar." Karl echó su brazo derecho hacia atrás y la energía comenzó a brillar con intensidad.

- ¡Contesta! ¡Tao Sokudan Nivel Uno: Iron Fist! [Haki Armadura] [AIF]

Su tono de voz fue autoritario e imperativo, al tiempo que intimidante. No se acabó ahí, pues fue acompañado de un puñetazo al aire. El "guante" de energía que rodeaba su brazo se extendió en forma de extremidad de energía, avanzando velozmente hacia el pirata. En el aire aumentó ligeramente su tamaño, siendo más grande que el brazo del propio Karl.

El pirata, aterrorizado, desencaja la cara en un gesto de pánico. Lo has sorprendido enormemente. Al parecer no se esperaba que fueras tan poderoso. Y el hecho de que estuvieras flotando frente a él le hacía pensar que eres algún tipo de dios. Empieza a arrastrarse patéticamente hacia atrás y a mandar a sus subordinados a por ti. Pero ellos están aún más aterrorizados y la parálisis del miedo no les permite moverse. Por si fuera poco un ataque nuevo se dirige hacia Durin que lo recibe de lleno y queda incrustado en la pared. Tras varios gritos de dolor e intentos de salir de esta te mira y mira, acto seguido, al mayordomo.

-¡Vale! ¡Vale! ¡Te lo contaré todo! ¡Yo solo soy una imagen. Un símbolo para que Jaffar pase inadvertido y…!- Empieza a decir.

Antes de que pueda terminar de hablar el mayordomo se acerca a él y lo atraviesa de arriba abajo con un cuchillo. Durin grita como un cerdo mientras se desangra y muere.

-No debería haber hablado tanto. Podría inventar algún juego con esta trama, un mayordomo que mata a la gente del hogar. Algo como… ¡Cluedo! Me gusta- Dice el hombre orgulloso.

En el exterior se escucha el estruendo de los cañones y explosiones localizadas. Los piratas gritan con euforia y tus marines piden clemencia mientras ordenan la retirada. Es imposible que estén cediendo terreno, pues todo había salido perfecto antes de que entraras en la casa. De pronto se ve una luz verdosa y un chirrido inunda tus oídos y te ensordece unos segundos. Las explosiones han dejado de sonar y ya no se escucha nada. Tras unos segundos más vuelve a escucharse los gritos y la orden de retirada. Alguien ha cambiado las tornas de la batalla a favor de los piratas. El mayordomo hace una reverencia y se gira para marcharse, pero no sin antes informarte de algo.

-Aquí viene mi señor. Si es tan amable le agradecería que lo informara de lo ocurrido. No me agradaría enfadarlo por haber matado a Durin, él lo entenderá si se lo explica usted. Ahora me marcharé para no incordiarlos, con su permiso- Dice antes de marcharse.

La pared que hay frente a ti empieza a brillar con la misma luz verdosa que procedía del exterior hace un momento, pero en menor intensidad. No tarda ni un segundo en estallar y llenar la sala de polvo. Cuando la humareda de suciedad se despeja puedes ver la silueta de un hombre en la nueva “puerta”. Si tus fuentes no fallan, es Jaffar.

Karl se alarma cuando escucha los gritos de derrota. "¡Mis hombres ceden terreno! Debo salir a ayudarles." Sin embargo, el mayordomo que acababa de asesinar a su único billete para encontrar a Jaffar le dijo algo sobre informar a su señor y se escabulló. Su veloz mente trabajaba a toda velocidad buscando un plan alternativo. Velozmente sacó un den den mushi y contactó con uno de los oficiales del puerto.

- Sargento, ordenad a todas las tropas que se retiren al puerto. Bajo ningún concepto entréis en la ciudad. Proteged la zona portuaria y evitad que los piratas huyan por mar. Levantad barricadas... - en ese momento hubo una explosión y pudo ver una figura entrando en la sala, la cual reconoció - os dejo la defensa a vuestro cargo.

Colgó sin esperar a escuchar la respuesta. Jaffar estaba ante él. Su cuerpo se puso instintivamente en tensión ante el combate que estaba a punto de estallar. Descendió al suelo y se posó sobre un lugar que parecía medianamente estable tras el estado en que había quedado la sala por el ataque de Durin. Entonces se fijó en su rival. Iba vestido con ropas similares a las de los habitantes del desierto, como las de la población de Alabasta. Su rostro estaba oculto por estas, y tenía el cinto lleno de dagas y una espada curva en cada mano, que Karl reconoció como sables. Estaban ensangrentadas.

- ¿Eres tú Jaffar, el que está matando a mis hombres? Prepárate. No tendré piedad alguna.

"Así que Durin era su marioneta. Con razón era tan débil. No era fuerte por sí mismo, dependía de Jaffar." Analizó a su oponente. Obviamente su estilo de combate debía ser cuerpo a cuerpo, por lo cual se basaría como muchos espadachines en la velocidad de ataque. No parecía de los que se centraban en golpes devastadores. No con esas espadas tan pequeñas. Lo que tenía claro es que este rival no iba a ser tan débil como Durin. No tenía claro como atacarle, y eso le frustraba en cierto modo.

- ¡Flaming Mode!

Un aura de energía en forma de llamas brotó de su cuerpo. Parecía que le hubiesen prendido fuego. Aquel aura era del mismo color que el brazo de energía de antes: rojo, amarillo y naranja. Echó ambos brazos hacia atrás en un gesto decidido y de repente golpeó hacia delante con ellos, creando una potente onda de energía concentrada en una bola que avanzó velozmente hacia su rival. Era tan destructiva que iba dejando un surco en el suelo. A Karl ya le daba igual destruir el edificio: su prioridad era sobrevivir.

- Master Sokudan, Tsuinzu no kyoku jū! (Canción de los cañones gemelos) [AMF] [Haki armadura]

-Que curioso, no recuerdo haberte pedido piedad. Será divertido exponer tu cadáver como trofeo verdad, ¿Lion D. Karl?- Te dice.

Por algún motivo conoce tu nombre, pero no se lo has dicho en ningún momento. Al parecer sabe más de lo que aparenta. Por algo es un importante revolucionario. Aunque también es extraño que tenga tanta importancia para tus superiores y ni siquiera tenga precio por su cabeza. Tu ataque se dirige directo hacia él, que no parece inmutarse. Antes de que impacte en su cuerpo clava las espadas en el suelo a una velocidad inmensa y una ráfaga de aire lo cubre frenando, en gran medida, tu ataque. Una explosión cubre toda la sala y destruye gran parte del edificio, haciendo que las paredes caigan en parte y el tejado tiemble. Cuando la humareda negra se va puedes ver a Jaffar, con una rodilla en el suelo, con la ropa chamuscada pero “ileso”.

-No te voy a mentir, ha sido un buen ataque. Aunque necesitarás más para acabar conmigo. Siento curiosidad, ¿qué te han dicho? Al último que vino a por mí le dijeron que yo era un cruel y tiránico pirata. ¿Y a ti?- Te pregunta.

Esas preguntas son demasiado extrañas. Quizás está intentando escurrir el bulto o engañarte para atacarte cuando menos lo esperes. Tu misión está clara, atraparlo y llevarlo con vida. Coge las espadas del suelo y las mira. Las hojas están ennegrecidas. Puede ser que por tu ataque. Se posiciona de una forma extraña, como agazapado, y desparece. Al instante aparece tras de ti y clava su espada de nuevo en el suelo creando un gigantesco tornado que nace desde la hoja y va hacia tu posición. E tornado está repleto de madera y las dagas que, de algún modo, Jaffar ha lanzado.

AF: Tornado de acero.

Karl se quedó boquiabierto. Así de fácil. El Tsuinzu no kyoku jū, bloqueado. Era uno de los mejores golpes de su arsenal y lo había evitado con una facilidad insultante. "Piensa, Karl. ¿Cómo lo ha hecho? Ha clavado sus espadas en el suelo... en fin. Al menos sé lo que implica ese gesto ahora." Su rival demostró conocer su nombre, pero eso no le impresionó. Pareció que lo había dicho como para alardear de que él conocía su identidad, pero era un marine famoso. No era tan extraño que la gente le reconociese. Solía salir en el periódico tras misiones exitosas, y su fama había trascendido el East Blue hacía años.

- No voy a caer ante ti, Jaffar. Soy más poderoso de lo que te puedes imaginar. Me han dicho que eres un revolucionario, pero eso da igual. No necesito saber lo que eres para capturarte.

Observó al hombre atentamente, preparado para reaccionar ante cualquier movimiento inesperado. Este recogió sus espadas y se agazapó. El luchador apretó sus puños, dispuesto a ser el primero en golpear, pero su rival desapareció inexplicablemente. "¡Mierda!" Escuchó un ruido a su espalda y se giró velozmente, pero era demasiado tarde. Jaffar clavó una de sus espadas en el suelo y un tornado de escombros y cuchillas le impactó de lleno. Karl se cubrió la cara con sus manos y se envolvió en haki para protegerse. El viento lo alzó por los aires y lo zarandeó. Mientras volaba notó cortes y golpes por todo el cuerpo. Contuvo un grito de dolor cuando noto una cuchilla clavándosele en el torso, y entonces el viento cesó y cayó de espaldas, aturdido y mareado. Respiró profundamente y se incorporó, con la cabeza dándole vueltas. "Este no es un enemigo cualquiera. Su defensa es perfecta. Su velocidad es digna de los mejores usuarios de soru con los que me he enfrentado. Y sus ataques son inesperados y peligrosos." Se arrancó el cuchillo y lo tiró al suelo. Había sufrido heridas peores por armas de filo. "Está al nivel de Crimson, Allen o Joda Ikaru. Esto será realmente complicado." Entonces sonrió fieramente. Algo en su corazón despertó. La sensación de peligro le hacía sentirse realmente vivo. Era hora de combatir.

- Jaffar... - dijo, mientras se levantaba - Espero que estés preparado, porque has logrado lo que ningún oponente desde hace algún tiempo - su sonrisa se ensanchó - Estoy deseoso de combatir contigo.

Se quitó la desgarrada chaqueta de oficial y la tiró a un lado, quedando solo con la camisa. Entonces golpeó su puño derecho contra la palma de la mano izquierda y se concentró. Los músculos de su cuerpo comenzaron de repente a tensarse y contraerse, y su masa muscular pareció "reducirse". Ahora era más delgado, pero sus músculos más definidos. "Segundo Camino. Iniciativa." Aquella habilidad reducía su fuerza física para aumentar en gran medida su velocidad. De repente el aura del Flaming Mode reapareció reavivada. Dudó por un momento en si centrar sus energías extras en aumentar su fuerza o su velocidad, pero finalmente lo hizo con la velocidad. "Alcanzando la suficiente velocidad puedo compensar la pérdida de masa muscular y pegar con una fuerza equivalente a si estoy en mi estado natural... pero por supuesto más veloz." Separó los brazos y miró seriamente a Jaffar.

- ¡Super Shadow!

De repente Karl desapareció, convirtiéndose en una sombra que recorría la estancia a gran velocidad, tanteando a Jaffar y desplazándose a un ritmo sobrecogedor. Fue apareciendo y desapareciendo a lo largo de la misma para ir confundiendo a su rival y de paso ver bien su localización y calcular cuánto se desplazaba con cada paso. "La combinación del Super Shadow, el Flaming Mode y el Segundo Camino me confiere un nivel de velocidad muy superior al que haya tenido hasta hasta ahora. Me cuesta ver por dónde me desplazo. Esta técnica nueva merece un nuevo nombre... ¡Paso instantáneo!" Finalmente decidió pasar a la ofensiva. Veloz como el pensamiento, se lanzó hacia Jaffar envolviendo su puño en haki y lanzándole un golpe con la palma de la mano hacia el pecho. "Este nuevo golpe se llamará..."

- ¡... Instant Palm! [AIF] [Haki Armadura]

Jaffar observa la sala con atención buscándote, aunque no es capaz de localizarte en un lugar exacto. O finge realmente bien o se siente confundido. Parece que tu ataque funciona, pero es el momento de la verdad. Al final descubre dónde estás, pero no es capaz de detener tu ataque e impacta de lleno en su cuerpo lanzándolo por los aires. Choca contra la pared y la destroza atravesándola. En el exterior se ve su cuerpo bajo una montaña de escombros. Ha sido un golpe muy potente e inesperado, pero Jaffar no es un rival cualquiera y no es tu primer ataque que resiste. ¿Habrá sobrevivido? La respuesta es sencilla, sí. Se levanta y empieza a toser por la cantidad de polvo y por el golpe.

-Eso ya está mucho mejor, Karl. ¿Puedo llamarte Karl, no? Ahora prepárate tú- Te dice con una sonrisa oculta por su pañuelo.

El criminal dio un salto y desapareció en un haz de luz verde. No estaba en ningún lugar alrededor. Tras un instante comienzas a notar una brisa fresca que proviene de encima tuyo. Ahí está Jaffar, en el aire, cayendo hacia ti desde una gran altura. De alguna forma ha llegado hasta allí en cuestión de segundos. Sus habilidades son dignas de los mejores guerreros que puedas encontrar. Mientras cae, en picado, con las espadas apuntando hacia ti su cuerpo comienza a iluminarse y a brillar con un fuerte color verdoso como el de la mayoría de sus ataques y puedes apreciar que su cuerpo se torna negro.

AIF: Halcón Letal.

Al ver a Jaffar desaparecer, Karl desactivó su Segundo Camino. Entonces cerró su ojo y juntó las palmas de ambas manos, concentrándose. Pretendía utilizar la gran capacidad de concentración que había adquirido en sus meditaciones para centrarse en localizar a su rival sin usar la vista. "Contra un enemigo de este tipo la visión puede resultar engañosa. Lo localizaré con mi oído." Entonces notó una brisa proveniente de arriba, y instintivamente colocó su brazo izquierdo como bloqueo, imbuyéndolo en haki armadura.

- ¡Saisho no hoho: Kettei!

De repente sus músculos se expandieron y tensaron. El tamaño de Karl aumentó ligeramente. Parecía un auténtico monstruo, pues sus brazos habían pasado a ser gruesos como troncos de árboles jóvenes. Jaffar cayó sobre él con las espadas apuntando hacia el marine. Sin embargo este interpuso su brazo izquierdo. A pesar de la armadura natural que constituían sus músculos combinados con el haki, las armas penetraron varios centímetros en su carne, quedándose clavadas. Karl contuvo un grito de dolor y gruñó, apretando los dientes. El frío acero le quemaba como si estuviese al rojo vivo.

- Me toca... Jaffar. ¡Tao Sokudan: Original Iron Fist! [AF] [Haki armadura]

Echó su puño derecho hacia atrás como había hecho infinidad de veces, envolviéndolo en energía. Este comenzó a brillar. En este ataque había algo diferente a como lo había usado otras veces: Una vez golpease, la energía continuaría empujando a Jaffar hacia atrás en forma de brazo hasta que chocase contra algo. Así maximizaría el daño y lo aplastaría contra alguna pared. El brazo de Karl voló velozmente hacia el rostro tapado de su enemigo.

- ¡Cómete esto, maldito!

Jaffar parece asombrado cuando las espadas se clavan en tu brazo sin herirte mortalmente, pues sus ojos se abren como platos y se escucha un suspiro de asombro. No se esperaba que ocurriera esto, lo que lo deja indefenso ante un ataque. Tu golpe le da de lleno y empieza a rodar y ser empujado por el suelo hasta chocar contra un edificio, pero se derrumba y sigue avanzando. Tras un momento se ve un haz de luz verdoso inmenso y una pequeña explosión en el último edificio. A lo lejos ves una silueta que se acerca. Cuando está más próximo ves a un hombre de larga melena rubia y musculatura muy definida. Sabes que es Jaffar porque aún quedan rastros de su ropa. Tiene todo el cuerpo destrozado y a penas se aguanta en pie.

-No quería llegar a este punto, pero no me has dejado opción. ¡Sensō no honbun!- Te grita.

Al instante puedes ver como su musculatura se hincha de forma exagerada y lo hace aumentar de tamaño hasta parecer un horrible monstruo de más de dos metros. Pone ambos brazos detrás de su espalda y los impulsa hacia adelante con fuerza. De sus puños sale una bola de luz verde que se dirige hacia ti con rapidez aumentando su velocidad y tamaño a cada metro que avanza. Puedes ver como el terreo a su alrededor se va devastando y empuja con fuerza todo lo que está cerca de ella dejando un camino destruido. Jaffar inca una rodilla en el suelo mientras su ataque se dirige hacia ti.

AB: Shi no bōru.

Karl observó la posición de su enemigo y su técnica. Era muy similar a su Primer Camino, posiblemente una técnica con una base similar. En todo debía andarse con ojo y analizar bien su técnica. El gesto que hizo al echar los brazos hacia atrás le resultó terriblemente familiar al marine. Comprendió al momento en qué consistía, pues él mismo dominaba técnicas similares. Al verlo se crujió los nudillos.

- Ahora experimentarás el auténtico terror de mi Primer Camino.

Echó el también los brazos hacia atrás en un gesto similar. Al hacer aquello estaba sacrificando la táctica con la que pretendía arrasar el poblado, pues no podía lanzar dos ataques de aquella magnitud en un tan corto espacio de tiempo. Si lanzaba como tenía pensado su Supreme Cannon seguramente destrozaría el ataque de su enemigo (tenía mucha confianza en aquella técnica, que rara vez le había fallado). Decidiendo hacerlo como había pensando, reavivó nuevamente su Flaming Mode, aumentando su fuerza y su potencial destructivo. Con una sonrisa fiera, exclamó.

- ¡Ahora mediremos nuestras fuerzas, Jaffar! ¡Advanced Sokudan, Supreme Cannon! [Haki Armadura] [AB]

Al poco de lanzar su rival su ataque, los puños de Karl golpearon el aire justo enfrente de él. Este se onduló y una onda de energía de tamaño enorme y de color rojizo salió disparada para delante. Ambos ataques chocaron, y la tremenda explosión para mandó al luchador por los aires justo con lo que parecía buena parte del edificio. Cayó el exterior, con cascotes y escombros lloviendo por todos lados. Estaba aturdido, se había dado en la cabeza un buen golpe y un cascote se le había caído sobre el brazo derecho. Logró sacarlo por pura fuerza, pero tenía el brazos destrozado. Junto con su brazo izquierdo trinchado por el ataque de antes, estaba en malísimas condiciones si había de continuar luchando.

- Espero que mi ataque lo haya derrotado - pensó, levantándose con el cuerpo dolorido.

Tras la inmensa explosión todo se queda en silencio y solo se escucha algún que otro grito rezagado de piratas o marines. El combate sigue a lo lejos y se escuchan algunos cañonazos, aunque el sonido es tan leve que puede ser producto de tu imaginación. No puedes ver a Jaffar, ya que no hay ni rastro de él y no sabes lo que ha pasado desde la explosión. Puede estar tan mal como tú o haber sobrevivido y evitado el ataque a la perfección. ¿Quien sabe? Quizás es mejor luchador que tú y tu misión se va al traste. Casi como si quisiera confirmar tu fracaso, un sonido de pasos se va acercando a ti. Al principio te cuesta escucharlo, pero ahí esta. Finalmente el sonido cede y Jaffar aparece frente a ti, destrozado y lleno de sangre por todo el cuerpo con la mayor parte de su ropa destrozada.

-Un gran combate. Te prometo que volveremos a vernos, mucho antes de lo que crees. Algún día te darán cuenta de lo que te ocultan y ese día vendrás a mí- Te dice en voz tan baja que casi parece un susurro.

El hombre mira hacia arriba, al cielo, y vuelve a mirarte. Sonría y se desploma en el suelo. Ha quedado inconsciente. Si consigues levantarte, has ganado el combate. Tu momento de gloria ha llegado, pero la curiosidad siempre está presente. ¿Quién es ese tipo? ¿Por qué es tan importante? Tú decides su destino.

Karl se levantó, notando el cuerpo machacadísimo. ¿Qué narices querría decir Jaffar con todo eso? Daba igual. Miró a su alrededor y vio todo destrozado. Parecía que al final no tendría la suerte de poder llevarse las obras de arte de la casa para venderlas. Había quedado todo reducido a pedazos. "A Jaffar ya lo tengo aquí. Ahora tengo que encontrar lo que quede del cadáver de ese idiota de Harkov."

Se puso a mover escombros, ignorando el intenso dolor de sus brazos. Llegó un punto que le dolían tanto que tuvo que mover las piedras haciendo presión sobre ellas con el cuerpo y a patadas. Resoplando y cansado, encontró finalmente el cuerpo destrozado del calvo. A pesar de lo pesado que era, Karl era lo bastante fuerte como para llevárselo sin grandes problemas incluso teniendo en cuenta sus heridas. Volvió a donde estaba el inconsciente Jaffar y cargó también con él. Entonces echó a volar y fue de vuelta al barco.

Al llegar al puerto puedes observar varios buques de la Marina amarrados junto al tuyo. Los piratas han sido vencidos y los marines disfrutan la victoria en el muelle y en las naves. No son refuerzos corrientes, pues nadie mandaría tres buques para una batalla en una isla carente de importancia como Jaya. El algo extraño y desconcertante. Cuando llegas hasta tu barco un hombre se acerca a ti. Tiene un cuerpo imponente y un rostro de satisfacción muy evidente. Se interpone entre tú y tu nave. Por su ropa sabes que es un marine y de mayor cargo que tú. Bastante más alto a juzgar por las medallas con las que engalana su traje.

-Buen trabajo, marine. Ha cumplido nuestras expectativas y será recompensado gratamente. Nosotros escoltaremos a los dos... al hombre y al cadáver. Preséntese dentro de una semana en este cuartel de la Marina y recibirá su compensación- Te dice con aire de superioridad mientras te entrega unas indicaciones para que abandones la isla y unas coordenadas de un cuartel próximo..

Hace una señal y varios marines recogen el cuerpo de Durin y a Jaffar para llevárselo al mayor de los tres buques de guerra. El hombre se gira sin tan siquiera despedirse y sigue a los marines y los criminales dispuesto a marcharse. Ya no tienes nada que hacer en la isla y has cumplido tu misión.

Algo en la mente de Karl hizo "click". La combinación entre las palabras de antes de Jaffar y la situación actual era sospechosa. Si Jaffar fuese un mero criminal su destino sería Impel Down, y no le parecía una persona idiota. A menos que tuviese un plan de huida impresionante, no diría que "volverían a verse" cuando acababa de ser derrotado. Y esos buques... ¿buques de guerra para recoger a un novato de 50.000.000 de berries y un revolucionario sin recompensa al que le habían ordenado capturar vivo? Algo apestaba ahí, y no era precisamente el hedor a pirata. El último indicio era que Jaffar se permitiese vivir en una casa tan lujosa. No era un simple revolucionario. Pero en todo caso, no debía expresar sus sospechas. Investigaría en privado. Hizo el saludo militar con respeto, ignorando el aire de superioridad del marine.

- Sí, señor. Y si me lo permite, me gustaría indicar mi renuncia al cobro de la recompensa por el criminal Durin Harkov. En su lugar de acuerdo a lo establecido en el código de la Marina deseo recibir reconocimientos militares, así como por lo acontecido hoy.

Estaba forzando un poco la situación al expresar exigencias aunque fuesen educadamente y lo amparase el código militar, pero Karl era un héroe de guerra y un marine famoso por bajo que fuese su rango. Se veía lo suficientemente "fuerte" para hablar en ese tono a un rango superior. Al fin y al cabo, acababa de tener una gran victoria y lo que pedía no era desmesurado. Para "arreglar" la situación, tras hacer su petición se despidió con un nuevo saludo militar sin esperar respuesta para no forzar la situación y se alejó hacia sus hombres. "Te prometo que volveremos a vernos, mucho antes de lo que crees." Las palabras de Jaffar retumbaban en su mente.

Bueno, he leído el tema y de verdad es merecedor de un aplauso, la trama está perfectamente desarrollada por ambos, los posts son muy buenos y de extensión considerable y constante. Salvo unos pocos fallos de ortografía nada más que decir contra.

Karl: obtienes un 9,5 por lo que son 1900 PE
1900 + 51496 = 53396 PE No llegas a subir de nivel

Además obtienes dos medallas, una por derrotar al pirata con 50.000.000 :berries2: y otra por jugar un factor decisivo en la batalla contra los piratas en la isla.

En cuanto a Cánabar en premio a su magnífica moderación y constancia se le otorga un 45% de la experiencia de Karl

45% de 1900 = 855 PE

855 + 23670 = 24525 PE por lo que tampoco subes de nivel.

Hojas de personaje actualizadas.