[Caza Recompensas] Akira Ryu

Nivel 1: Es más fuerte y resistente que un humano normal.
Nivel 7: Pueden resistir golpes que noquearían a otros y asestar golpes capaces de hacer lo propio.
Nivel 14: Está tan acostumbrado a recibir golpes contundentes que apenas siente dolor por los mismos mientras no sea un golpe devastador que les rompa varios huesos.
Nivel 23: Habiendo aprendido todo lo básico, se decanta por un estilo concreto de lucha.

Mi historia se remonta exactamente doce años atrás. Cuando yo tenía la corta edad de seis años, todo lo que tenía, felicidad, abrigo, protección y humanidad fue arrebatado por los malditos del Gobierno Mundial. No hay nada más doloroso que te arrebaten esas cosas sin saber el porqué y que poco a poco te cambien para ser una máquina al servicio de la supuesta justicia. Pero vamos, no todo es tristeza, les contaré los detalles lo mejor que me acuerde pues estos recuerdos están escondidos en lo más profundo de mi cabeza. A decir verdad mi infancia no fue tan mala, no hasta por lo menos el acontecimiento que marco un antes y un después en mi.


La isla donde vivía era pequeña, tanto que un día era suficiente para darle la vuelta. Tenía grandes y robustos árboles que rodeaban nuestra aldea, pese a estar situada en el West Blue era una isla importante y de las tantas en las que el Gobierno Mundial tenía influencia directa. Pertenecía a la alianza de más de 170 naciones en todo Grand Line y los otros mares, por eso era poco común que los piratas atacaran la isla. En el centro, había un pequeño lago que por el subsuelo tenía una entrada al mar, donde los peces entraban y salían a su antojo. La pesca era el fuerte de nuestra isla y todos eran los mejores en esta actividad sin mencionar que los pescados eran de la clase más variada en tamaño, color y sabores. Al parecer teníamos la suerte de tener una extraña corriente que llevaba al lago peces que venían del Grand line, nunca lo entendí bien porque era demasiado pequeño como para comprender las palabras de los adultos.

Tenía un pequeño puerto, donde apenas caían tres acorazados marines al mismo tiempo. Era algo precario ya que era bastante antiguo y tenía ciertos defectos, pero aun así servía para que los barcos llegaran y pudieran estar a salvo. En la parte más alta de la isla, se dejaba ver un gran faro que se encendía todas las noches, la luz era de un color amarillo intenso e iluminaba todo el océano que rodeaba nuestra isla. Giraba de este a oeste, y llegaba a diez kilómetros después de la isla. Una distancia grande para lo antiguo del faro que por el paso del tiempo estaba oxidado y con muchas marcas de arañazos, seguramente eran animales o una que otra pelea entre los habitantes que solían hacerlo por diferencias  políticas, ya que en la isla existían dos  grupos bien marcados. Los que apoyaban la idea de estar aliados con el Gobierno y los que estaban obviamente en contra. Pero no era algo en lo que me tenía que meter, así que me daba igual lo que hicieran o no.

Mi casa se encontraba justo a la mitad del pueblo y de la entrada del bosque, que era nuestra defensa más fuerte. Era chica, y no tenía nada de lujosa, de hecho era como todas ya que nadie quería presumir lo que tenía o no, simplemente las construyeron iguales para crear cierto aire de igualdad. En fin, no tenía grandes cosas, solo lo esencial como dos camas para mí y mi madre, una cocina y un baño. Nada más, tampoco era tan necesaria otras cosas y con eso nos bastaba para ser felices. Mi madre era una mujer de unos treinta años, con una cara joven y linda, pelo castaño y unos hermosos ojos verdes, a pesar de su edad se le consideraba como la más hermosa de su isla. Al igual que todos los adultos, trabajaba en el ámbito de la pesca. Si bien me intento enseñar esta forma de vida, nunca tuve el suficiente tacto con la caña y no era bueno, así que luego de uno que otro mes tratando de meter en mi cabeza la teoría de la pesca nunca fueron capaces de hacerme entender nada referente a la pesca. Quizás era por mi poca paciencia o por mi falta de habilidad de manejar las cosas con las manos. Nunca entendí la razón, pero al fin y al cabo tampoco me interesaba aprender porque yo tenía mi propio sueño, salir al mar y hacerme con una fama.

Pero por más que me entrenaba día y noche, nunca pude derrotar a nadie ni siquiera a los chicos más débiles de la isla. No entendí el por qué, busque en mi cabeza la clave para ser más fuerte, tener más voluntad y poder ganar, pero no pude…seguramente el no tener un maestro me jugó en contra, y tuve que aprender lo básico a través de libros, pero me era una misión casi imposible. Nunca pude vencer a nadie y yo era el más débil de la isla. Tanto física como mentalmente, era un chico débil y que mi sueño era imposible de cumplir pasara lo que pasara y no importaba cuanto lo intentara, siempre era el mismo resultado. Debo admitir que fue duro aceptar la realidad de que mi sueño solo serían palabras y que nunca se podría cumplir, al parecer ser fuerte era algo que se daba de nacimiento o simplemente era un golpe de suerte, cosa que no tenía y que no tendría jamás. Nunca destaque en nada, fuerza, intelecto, velocidad, resistencia o cualquier cosa, nunca lo hice y siempre había alguien mejor que yo.

Un día que recuerdo bien, porque el sol estaba pegando más fuerte de lo normal y no había casi nadie en las calles y de hecho yo era uno de los pocos que estaba en el puerto vi como llegó un buque marine. No era algo que me sorprendiera mucho ya que suelen llegar cada mes para pedir su comisión, pero la bandera me llamo la atención ya que no era la típica especie de gaviota con las palabras “marine” debajo de esta. Sino que era una con cuatro círculos y unidos en una cruz, logré reconocerla fácilmente, era la del Gobierno Mundial. Eso sí que era raro de ver ya que nunca venían ellos mismos a recoger las comisiones para seguir bajo su alianza y protección. No le di demasiada importancia y seguí viendo el océano en tranquilidad, pero entonces logre notar como es que algo tapaba mi visión y luego un fuerte golpe. Al parecer no iban por negocios, sino que a secuestrar niños y el primero era yo.

Logre despertar en una sala blanca, estaba solamente en calzones y tenía dos enormes tatuajes. Uno en el centro y el número cuatro, el primero era un círculo que estaba justo terminando el cuello y el número cuatro estaba en mi pectoral izquierdo. Los dos estaban pintados de un color negro oscuro. En la habitación no estaba solo, logre ver a muchos niños y niñas que estaba ahí conmigo y tenían casi los mismos tatuajes que yo. El número era lo único que cambiaba en cada uno de nosotros. No fue difícil adivinar que éramos sujetos de prueba y que ya no lograríamos ver la luz del día. Muchos estaban llorando, yo me mantuvo firme, tratando de no romperme en mil pedazos, pero sabía que era imposible salir de este lugar y que ya nunca volvería a ser un chico normal. Muchas cosas pasaron ese día por mi cabeza, pero ninguna idea fue clara. Solo me quedaba esperar a que los sujetos que estuvieran aquí terminaran luego con mi vida, después de todo, aquí sería como si no tuviera vida desde el inicio.

Pasaron cerca de dos meses de experimentos, con drogas, enseñándonos a pelear, haciéndonos un muñeco que hiciera cualquier cosa que pidiera el Gobierno Mundial. Fue duro, los científicos que nunca cambiaban, un hombre de unos cuarenta y tanto con el pelo rubio y unas gafas que cubrían sus ojos azules, era el que nos drogaba y el que trataba de manipular nuestra mente, se notaba que estaba loco quizás por su trabajo en las drogas que nos inyectaban a nosotros y que a todos los hacía adictos, quizás yo era inmune porque nunca fui adicto a esas cosas, no entendí el por qué pero entendí que era un milagro, aun así os efectos eran devastadores. Mareos, jaquecas y mucha sed de sangre era lo que nos provocaba, era tan fuerte que me acuerdo que mate a una niña de unos 6 años, era hermosa, pelo castaño, ojos azules y una sonrisa divina. El hombre que creaba dicha sustancia era Tsu. La otra era una chica de un hermoso pelo rubio y ojos verdes, una cara lisa como la seda más fina y una sonrisa hermosa. Era Mikasa y se encargaba de enseñarnos las artes marciales, yo aprendí el Taijutsu y fui capaz de modificarlo a mi manera, pero claro era un secreto, ya que no quería que me hicieran más experimentos.

Fue en ese lapso de dos meses que nacieron mis tres amigos que nunca se separarían de mi, Hyoga, Yukihisa y Riki. Ellos “nacieron” una noche, donde agotado por el fuerte entrenamiento y drogado hasta decir basta, mi cabeza empezó a delirar hasta tal punto que se fragmento en tres. Separando las demás emociones, dejando solo en mi cabeza la tristeza, alegría e ira. Fueron tiempos de caos, donde ellos entraban a mi cuerpo y dominaban mis movimientos, su fuerza era tremenda y prácticamente estaba desapareciendo ante su sombra. Me demore tres meses en lograr controlarlos, fue difícil porque no me querían hacer caso y estaban dispuestos a hacer lo que ellos quisieran sin preguntarme. En esos tres meses me tuve que aislar de todos, hacer que mi fuerza de voluntad aumentara  y dominarlos a base de aquello. No fue fácil, pero aun así lo logre. Aunque en el proceso perdí a muchos amigos ante la furia de Riki, mate a muchos de los experimentos y herí de muerte a Mikasa. Esas dos cosas nunca me pude perdonar. Y fue gracias a eso que los científicos que quedaban me vieron como un peligro y terminaron tirándome al mar sin nada más que un bote.


Sobreviví gracias a las bondades de las personas de una isla que estaba cerca de donde estaba ese infierno, me dieron comida y abrigo. Pero aun así yo sabía que era un peligro y empecé a navegar por el mar para hacerme más fuerte. Pero aun así mi avance no fue la gran cosa y sigo siendo ese chico que no supera la media. Aunque logre evolucionar en algo…mi fuerza de voluntad aumento. Fue lo único bueno que logre sacar de ese infierno, aparte de los tres seres que dominaban mi cabeza que fueron una gran compañía durante mis años vagando por el océano. La única manera que tuve de sobrevivir fue cazando piratas con recompensas bajas…no fue una elección muy agradable pero ante la sobrevivencia no hay que negarle nada, aun si eso significa trabajar de forma indirecta para los que me hicieron mil pedazos.

Nota 1: Akira será que el este más tiempo dominando su cuerpo.
Nota 2: En el rol se verá como es que las personalidades dominan su cuerpo, mente y etc

Poder.
Le da a Akira la posibilidad de atraer y repeler cualquier cosa hecha de metal. Ya sea espadas, rifles, cañones, etc.


Nivel 1

El diametro de su imán es de apenas 2 metrps- Aprte de eso, el imán solo funciona un post desde que se usa la habilidad. Es decir: Usa la habilidad -responde "X"persona - FIn de la habilidad. Aparte que no puede repeler con fuerza, pero si alejar un metro y sin precisión. Los objetos atraidos son pequeñso y de poco peso como tornillos o llaves

Nivel 10

El diámetro de su imán es de apenas 5 metros. Aparte de eso, el imán solo funciona por un post desde que se usa la habilidad. Es decir: Usa la habilidad – responde “X” persona – Fin de la habilidad. Aparte que no las puede repeler con fuerza, pero si alejarlas un par de metros y sin precisión. Apuntaría a cualquier lado el objeto que repele. La velocidad de los objetos repelidos es de solo 5 km/h

Nivel 20

Mantiene su diámetro de acción y también el tamaño de las cosas que puede atraer. Pero ahora su habilidad se mantiene activada por dos post. Ahora puede añadirles a las algo más de fuerza y también más precisión a las cosas que repele. No es la gran cosa ya que apenas hace daño a las personas. Su velocidad aumenta a 10 km/h


Nivel 30

Su diámetro aumenta en cinco metros. Siendo ahora capaz de imantar y atraer cosas en un diámetro de 10 metros. Ahora ya es capaz de controlar su habilidad por cuatro post. La fuerza, precisión y también velocidad aumenta en cada cosa que repele, siendo capaz de tumbar a una persona humana. Ya es capaz de crear extremidades gigantes con las cosas que atrae pero esto lo deja muy cansado aparte de no poder repelerlas y mandarlas con fuerza. Su velocidad es de 20 km/h


Nivel 40

Su diámetro sigue siendo el mismo. Y también dura los mismos cuatro post. Pero a diferencia del nivel anterior es capaz de darle mucha más fuerza, siendo capaz de hacerle algo a una casa de tamaño medio. También su precisión aumenta. Esta vez, sus extremidades, creadas por cosas de metal, son capaces de volar pero apenas un par de metros. Simples 5 metros y la velocidad que alcanzan es de 30 km/h

Nivel 50

Su diámetro aumenta a quince metros. Logra mantener su habilidad por seis post. La fuerza en la que repele las cosas es capaz de destruir dos casas seguidas. La precisión también aumenta y ya no hay casi nada a lo que no pueda darle. También es capaz de mandar a volar sus extremidades creadas a partir de las armas y/o cosas de metal que atraiga, ya casi sin esfuerzo alguno. También los metros de ese vuelo aumentan a 10 metros. La velocidad aumenta a  40 km/h

Nivel 60

El diámetro y el tiempo siguen siendo los mismos. Ya es capaz de hacerle una pequeña marca a un acorazado marine. La precisión es igual a la de un tirador prácticamente experimentado. Ya logra mandar a volar sus extremidades gigantes creadas a partir de las armas y/o cosas de metal que atraiga a 20 metros de distancia. Su dominio de su fruta es casi total.  Su velocidad es de 50 km/h.

Nivel 70

El diámetro aumenta a 20 metros. Es capaz de hundir un acorazado marine. Es capaz de darle a cualquier cosa. La velocidad se estanca en los 50 km/h.


Nivel 80

El diámetro es capaz de cubrir la mitad de una isla. Ya no existe cosa que no pueda tumbar o destruir con la fuerza que tiene. Es capaz de atraer un acorazado de la Marina.

Nivel 90

Su habilidad esta al máximo y es capaz de cubrir toda una isla con su poder.