Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {Lun 10 Feb 2014 - 2:13}

16/03/2013

Shellstown
Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] Shellt10

Isla de una única ciudad bajo vigilancia de la Marina por medio de una base naval. Es el punto de partida ideal para todos los marines recién alistados. La ciudad se localiza en la Región de la Isla Yotsuba, en el East Blue. Gran parte de ella está compuesta por vegetación que abunda a los extremos, sin embargo su gran mayoría es ciudad poblada por ciudadanos comunes y protegida por soldados marines.

Te ha llegado una nota por parte de un grupo de ciudadanos que quieren que te encargues de la cabeza de un cazarrecompensas, Taurus Vause, con el que tienen cuentas pendientes con respecto a negocios. El cabecilla del grupo se llama Copx Gaveyard, y tuviste un encuentro con él en el pasado. Además de eso, quieren que busques dinero que Vause les debía y del cual te llevarías un 40% de ganancias además de lo acordado por la cabeza. Ahora estás en Shellstown, donde se encuentra tu presa. Has de seguir sus pistas según los datos que te han ofrecido y encontrarle sin que nadie te descubra.

Datos sobre Vause:

Datos sobre el rol:

02/02/2014

Mi viaje estaba a punto de terminar, tenía un encargo difícil, y en una ciudad llena de marines, no era nada fácil, pero tampoco era imposible. Atracar en el puerto con tanta presencia de la marina era de locos, decidí no jugármela y abandonar el barco antes de llegar, ir por la jungla hasta llegar a la ciudad y a partir de ahí, ya se vería. La embarcación se acercó a tierra, a unos doscientos metros de la ciudad en sí, me dejaron y se pusieron en marcha hasta llegar al puerto.

Estaba cerca de la ciudad, solo tenía que andar un poco. Atravesé la vegetación, quitándome las hojas de la cara, eran hojas grandes y molestas, se oía un ruido incesante, mucha presencia de insectos era la que causaba ese desesperante zumbido continuo. Me estaba empezando a acercar a la ciudad, ya se veían las casas.

Cuando me dispuse a salir de la vegetación y entrar en la ciudad, vi un grupo de marines, e instintivamente me escondí de nuevo. El grupo pasó de largo, yo salí de mi escondrijo, y me adentré en la ciudad. Pensé donde podría encontrar información, se me ocurrió que al ser un personaje conocido podría preguntar en alguna taberna o en el mercado. Empecé mi búsqueda de una taberna, no tarde mucho en encontrar una, “Taberna Becki” ponía en el cartel. Entré en la taberna, en ella había dos hombres bebiendo en la barra y otros dos hablando en una mesa. Me dirigí hacia los hombres de la mesa, me senté en una de las sillas libre y les pregunté directamente:

Virachi-Señores, estoy buscando a alguien, se hace llamar Taurus Vause, tengo entendido que es un cazarrecompensas.

Hombre1-Puede que lo sepamos, ¿quién pregunta?

Virachi- Solo soy un viajero más que busca alguien que se encargue de algo...

Hombre2-Si lo que necesitas es que te ayude lo llevas claro, pero aún así te diremos donde puedes encontrarle.

16/03/2013

La taberna Becki solía pasar bastante desapercibida estando ubicada dentro de una hilera de varias tiendas colocadas una seguida de otra. Los comensales que frecuentaban el lugar solían ser viajeros que buscaban algún sitio discreto para charlar o, por el contrario, los mismos cuatro gatos de siempre que sólo querían un rato de cervezas. No por nada Virachi podía haber llegado a pensar que ahí dentro encontraría algún tipo de información para seguir las pistas de Taurus Vause. Se acercó sin muchos rodeos a dos hombres que disfrutaban de sus cervezas sentados en la barra, y después de mantener un corto dialogo y a punto de que el uno de ellos abriera la boca para soltar algo, una voz femenina irrumpió dentro del local.

¿? - ¡Taurus Vause!
Habló con total tranquilidad, y su tono de voz se mostraba alegre, e incluso, irónico. La mujer salió de la puerta de la cocina, situada detrás de la barra: vestía un vestido largo y estampado a flores, encima llevaba un delantal blanco y tenía las manos guardadas dentro de dos pequeños bolsillos. Llevaba la cabellera recogida en un moño, y era de un intenso color rojo. No rondaría más de los veinticinco años, y así sabía aprovecharse de su encanto. Se acercó al grupo de hombres y seguidamente se apoyó sobre la pared de detrás, sacó un cigarrillo y lo prendió.

Mujer - Así que el cazador de piratas. Estuvo aquí hace unas noches..., iba a retirarse, no me extraña en absoluto, ¿sabes? Ya tiene la vida resuelta.

Hablaba arrastrando las palabras, y a medida que lo hacía, sus ojos oscuros se implantaban con firmeza sobre los del pirata. Se habría notado a kilómetros lo mucho que le gustaba cotillear a esa mujer. Por otro lado, ¿por qué iba a retirarse Vause? ¿es que estaría pensando en vivir de lo que le debía a Gaveyard? Si era así, debía tratarse de mucho dinero. Antes de que Virachi pudiera decir nada, la pelirroja continuó hablando:

Mujer - Pero aún tenía un último asunto, no sé de qué se trata. - La chica hizo una pausa en la que dio más de tres caladas a su cigarro, clavando la vista en sus pequeños zapatos de tacón blancos - ¿Qué vas a tomar, muchacho?

02/02/2014

Observé a aquella mujer, era joven y bella. Me preguntó que quería pedir, y yo le conteste:

Claro, media jarra de cerveza, pero no más, necesito estar en plenas condiciones-Dije mientras observaba la pose segura y con carácter que tenía aquella chica, al terminar de pedir, añadí- ¿Usted no será Becki?

En efecto-respondió ella- La misma. Bueno, voy a por tu bebida, no tardaré.

Antes de irse, sacudió un poco el cigarro con el dedo, quitando la ceniza, se alejó contoneándose, lenta y cinematográficamente, como si de una obra de teatro se tratase, ese contoneó exagerado pero real, la definía un poco más. Aquella chica era muy segura de sí misma, creía que podía conseguirlo todo, y en cualquier momento, o por lo menos eso aparentaba.

Mientras Becki traía mi cerveza, observé el pueblo por la ventana, por esta zona no había mucha presencia de marines, algo favorable para mi, podría relajarme un rato, aunque debía recoger la información, cuanto antes lo hiciese, antes podría marcharme de ese nido de marines. Seguí conversando con los marineros, me dijeron que Taurus solía venir por aquí de vez en cuando, la última noche, se emborrachó y empezó a despotricar, a decir que se iba a retirar, que solo le quedaba una cosa que hacer, exactamente lo mismo que dijo Becki. Si se podía retirar, es que el dinero que había robado, no era precisamente una cantidad pequeña, tenía que encontrarlo, matarlo, y recuperar todos esos Berries, del que me llevaría una generosa cantidad.

Becki apareció por allí, con una jarra de cerveza en la mano, pero solo hasta la mitad, la dejó en la mesa y le dio una calada a su cigarrillo, soltó el humo y volvió a sacudir la ceniza por la ventana. Cogí la jarra y bebí un trago, Becki volvió a hablar, retomando la conversación sobre el cazarrecompensas:

Y bueno, sobre ese cazarrecompensas, vino aquí se emborrachó y ya sabes el resto, no sé que es eso que debía hacer, solo te puedo decir donde puedes encontrarlo, pero- Le dio una calada al cigarrillo- te advierto que no le gustan las visitas, y mucho menos de extraños- le dio un par de caladas más al cigarro y sacudió la ceniza.

No tengo miedo, necesito encontrarle, cueste lo que cueste- Dije de forma seria

Muy bien valiente, te diré donde vive, tienes que subir calle arriba, girar a la derecha, y volver a subir hacia arriba, es una mansión inconfundible, guardias en la entrada, fachada de mármol, imagínate todo lo que ha tenido que robar para poder permitirse esto- Dijo Becki, al terminar de hablar, se acabó el cigarro y se lo tiró por la ventana.

Gracias por la información, ¿cuánto es la cerveza?-Dije antes de levantarme de la silla.

A esta invita la casa, pero no te acostumbres-Al terminar la frase, se dirigió hacia la cocina, con ese contoneo tan habitual.

Me levanté y me dirigí hacia la puerta, la abrí y me adentré en las calles de Shellstown, dirección a la mansión de ese perro de Taurus.

16/03/2013

Como bien había indicado la camarera, no muy lejos de allí podía divisarse una gran mansión, situada cerca de otras tantas casas grandes. Pero ésa era inconfundible. La fachada era de piedra gris y las tejas estaban acomodadas para concluir un tejado puntiagudo bastante más contrastado que el resto de la casa. Becki había dicho que habría un par de guardias en la entrada, de lo que no había hablado era de lo tan problemáticos que podían llegar a ser. El pirata, siguiendo las indicaciones de la camarera, se dirigió hacia la Mansión Vause a la que llegó en no más de veinte minutos. El cielo aún estaba despejado, pero ya rondarían las seis de la tarde y pronto anochecería.

Sin embargo, ¿podía haberse esperado Virachi que el trabajo fuera tan fácil? ¿iba a cobrar una recompensa después de casi no haber movido un dedo? Si todo salía bien y como lo planeado, saldría por esas gigantes puertas alicatadas con un saco y dentro, la cabeza de Taurus Vause. Podría aventurarse a decir que todo iba sobre ruedas, pero mejor esperar a ver a lo que tendría que enfrentarse. Aún no conocía del todo bien al hombre, sin embargo, si el mismísimo Gaveyard le había encargado ir a por su cabeza era porque no se trataba de un juego.

Efectivamente, había dos hombres uniformados escoltando la reja principal de la casa. Ambos parecían tener experiencia con su labor, y eso se reflejaba en la mueca de asqueo que ponían cada dos por tres, mientras hablaban de lo que parecían ser temas familiares y económicos. La verdad es que si Virachi se escabullía por la parte trasera, no sería igual de fácil que salir, pues lo haría con un nuevo y pesado compañero dentro de un sospechoso saco. El pirata podía probar suerte con ello y evitar formar alboroto alguno, o también podía cargarse silenciosamente a los dos hombres y preparar su vía de escape, de todas formas, ambas eran salidas viables.

02/02/2014

Efectivamente, había dos guardias en la entrada, por ahí no me convenía ir, causaría un buen revuelo, y no era el momento ni el lugar. Decidí escabullirme por la parte trasera, me agaché y anduve por los arbustos que se encontraban rodeadlo la mansión de Taurus. Me desplacé con cautela e intentando hacer el menor ruido posible, mientras tanto, los guardias, discutían de lo que parecían temas familiares. Llegué a la parte de atrás, salí de los arbustos y me dispuse a saltar la valla. La salté, ya estaba dentro, solo debía entrar al edificio en sí. Avancé pegado a la fachada, con pies de plomo, hasta que me acerqué a la puerta, la abrí con cuidado y me adentré en la casa.

La casa tenía un pasillo amplio, que acababa e unas escaleras, no se oía ni un alma, avancé pegado a las paredes, examinando cada habitación, eran habitaciones muy cargadas de decoración, llenas de cuadros, de estatuillas. Todo eso parecía muy caro, cada ventana tenía sus cortinas y cada sala su alfombra, color rojo ambas dos. En todo ese amplio pasillo no oí nada, no me crucé con nadie, no vi a nadie, esa casa estaba muy vacía, al ver tantas habitaciones, pensé que Taurus tendría muchos criados.

Subí por las escaleras, eran de madera blanquecina, tan limpias, que parecían acabadas de colocar. En el primer piso, más habitaciones, y al final, otra escalera igual a la anterior. Por allí no había nadie, al igual que en el primer piso. Continúe hasta la escalera, antes de ella, había una habitación llena de cuadros y estatuas, como si de un museo se tratasen. Subí la escalera, al terminar vi que ese piso era muy distinto a los demás, sólo tenía una sala, que ocupaba más de la mitad de la superficie de la planta.

El espacio que había antes de la gran sala, estaba lleno de cuadros, estatuas cubiertas por armaduras, dos zonas con butacas y sofás, y en el centro de todos esos asientos, una mesa circular, parecía una sala de espera, colocada antes de, lo que imagino que sería, el despacho de Vause. Me coloqué frente a la puerta del despacho, puse la oreja en la puerta, y escuche ruido, no reconocía de que se trataba, pero si sabía que dentro había alguien. Preparé mis dagas y abrí de una patada, y para mi sorpresa, allí no estaba ese perro de Taurus, solo había una persona, en medio de la sala, se dio la vuelta y me empezó a mirar.

16/03/2013

El silencio se había apoderado de la situación dentro de la casa. No hacía mucha falta pararse a observar detenidamente cada tramo del interior para darse cuenta de su valor, y mucho menos para catar la cantidad de objetos, cuadros o simplemente mobiliario, pues carecía en gran parte. El segundo piso podría haber pasado perfectamente por el escenario de algún thriller, que llamaba la atención gracias a su gran distinción en comparación al resto de la mansión.

Virachi se acercó a la única puerta que había en ese amplio corredero, que como pudo deducir, se trataría de un despacho, y no de uno vacío. El pirata pudo oír desde dentro de la habitación un pequeño murmullo que sin duda estaba llamándole a entrar ahí, porque, ¿a quién más podía encontrarse más que a su apetitosa presa, el hombre que probablemente le construyera fortuna? Empujó la puerta de una patada: un hombre, sobresaltado, miraba fijamente hacia los ojos del pirata, con una clara expresión de desconcierto.

Estaba claro que no se trataba de Taurus Vause, pues a primera vista y fácilmente se podían divisar las distinciones entre la fisiología que le habían descrito sobre Vause y... lo que éste hombre era. El individuo, de cuerpo rechoncho y grandote, estaba detrás del escritorio principal, y a sus pies habían unos tres o cuatro cajones junto a bastante papeleo esparcidos por el suelo. Él portaba una daga consigo, la sujetaba con fuerza entre los dedos de la mano derecha.

Hombre - ¿¡QUIÉN ERES!? - Exclamó, haciendo que las lanas canosas que colgaban de su cabeza se sacudieran a los lados - Ah, tú...

De un segundo a otro pasó de estar completamente alterado a parecer un hombre totalmente racional. Se acercó a la silla perteneciente al escritorio y se sentó de una vez, haciendo temblar las patas de la misma. Levantó las piernas y las acomodó de un golpe sobre la mesa, y después se cruzó de brazos.
Hombre - Ya me lo han dicho... Me han dicho que vas a ser tú... vas a ser tú quien lo matará...

Su voz sonaba igual que la de cualquier loco después de haber afrontado su propia realidad. Tenía la cara bastante pálida y flácida, cualquiera podría haberse aventurado a decir que era víctima de la desesperación pero..., ¿por qué? ¿quién era y qué hacía en el lugar que debería estar ocupando Taurus Vause?

02/02/2014

Para mi sorpresa, ese hombre no era Taurus, no podía ser Taurus. Le miré de arriba abajo, no me explicaba que hacía allí, en el lugar en el que debía estar Vause, el lugar que debía ser la muerte de ese perro sarnoso, pero, él no estaba, en su lugar, este gordito loco, con la cara pálida y flácida y aspecto de nerviosismo. Estaba revolviendo unos cajones, no comprendía sus intenciones, por eso le pregunté:

Pero, ¿cómo sabes quién soy?-Dije extrañado y con cara de interrogación- ¿Quién te ha podido avisar de mi llegada?, es imposible, y tú, ¿quién eres? ¿Qué haces aquí? ¿De qué conoces a Vause?, y lo más importante, ¿dónde esta él y por qué estas tu donde se supone que debería estar él?- Añadí con seriedad y con aspecto exigente.

Exigía que ese extraño hombre me lo dijese todo, era increíble que supiese de mí, no era posible, a menos que Gaveyard se lo hubiese dicho, pero, ¿para qué se lo iba a decir?, en breves instantes tendría mis respuestas, me acerqué más al hombre, y tomé asiento en una de las sillas que estaba al otro lado del escritorio, tomé precauciones, podía ser violento, así que, acerqué mis manos a la funda de mis espadas, por si acaso, no me pillaría desprevenido. Y mientras tanto aquel hombre rechoncho y con apariencia de acabar de salir de un manicomio, algo que se veía a simple vista, paró de rebuscar y me miró con, lo que yo imaginaba que sería, intención de responderme.

16/03/2013

Virachi tomó asiento en otra de las sillas del escritorio para interrogar al susodicho, quien parecía que anteriormente se hubiera descargado un tanque de cafeína en unos segundos. Le miraba con los ojos abiertos, inyectados en sangre, mientras se mordía la parte inferior del labio haciendo como si éste fuera un pedazo de carne bien sazonada. Empezó por presentarse con el nombre de John Bardo y después de una pausa bajó las piernas de la mesa para acercarse al pirata, aún habiendo una distancia de un metro de madera entre ellos.

John - Muchacho, muchacho... ¿Qué más da lo que yo sepa? Sólo importa una cosa, y es que vas a encontrar a ese cabrón de Vause y le rebanarás el pescuezo... Yo iba a ser su próxima víctima, iba a ser yo... Después de todo lo que pasamos..., ¡ESE HIJO DE PUTA VA A MATARME!

El hombre se levantó sobresaltado con la daga aún apretada entre los dedos de la mano izquierda, y a medida que hablaba se expresaba de igual modo a través de movimientos y escupiendo babas por doquier.
No pudo aceptar que quisiera ser pirata... nunca aceptó mis ideales... - Soltó una irónica risa mientras volvía a desplomarse sobre la silla y se tapaba los ojos con la mano, negando levemente con la cabeza - Se creía que era el mejor con la espada, ¿Y SABES QUÉ? - Exclamó, descubriéndose el rostro - ¡YO LE GANÉ ANTES DE SEPARARNOS! ¡YO LO HICE! ¡JAAJAJA!

Paró de hablar durante unos segundos, segundos en los cuales su mirada se clavó en la de Virachi, como si estuviera realizando algún tipo de legremancia intentando meterse en la cabeza del chico, intentando saber qué era lo que opinaba de todo aquello porque..., evidentemente, lo único que John Bardo intentaba era dar pena, arrastrarse como un moribundo y pedir piedad. Pues, ¿qué razones tenía Virachi para matarle? Todo dependía de su punto de vista, de si le resultaba un estorbo o de verdad le veía como una pequeña víctima inocente de Taurus Vause. Después de ésto, dio la vuelta al escritorio rápidamente para verle de cerca, aparentemente con buenas intenciones - Si no acabas con él, si no lo matas..., él seguirá asesinando piratas... ¡TIENES QUE MATARLO!

02/02/2014

Cuando terminó de berrear y se calmó un poco, decidí que debía acabar con esto, darle una respuesta e irme, ese hombre había visto mi rostro, podría delatarme, no estaba en sus cabales. Quizás era un pobre desgraciado, uno de los muchos que había dejado Vause por el camino, parecía que se conocían de hace ya largo tiempo, quizás de la infancia. Estaba en una encrucijada, no sabía qué hacer, matarlo, dejarlo vivir, todo era viable e igual de rápido.

Di una vuelta por la habitación en lo que pensaba mi siguiente movimiento, la sala estaba toda desordenada, con un montón de papeles tirados por todos lados, me decidí por volver a sentarme y charlar con él un rato, de paso, conseguiría información de Vause, a lo mejor él sabía de dónde sacó tanto dinero.

Vaya, parece que ese tal Vause y tu os conocéis desde hace ya mucho tiempo, interesante, supongo que no era muy agradable entonces y tampoco lo será ahora, ¿Me equivoco?-Tras una breve pausa, continúe el interrogatorio- Bueno, yo he venido aquí a algo, y voy a hacerlo antes de irme está claro, y puede que eliminar a Vause esté entre mis planes, háblame de él, como a conseguido esta mansión, quiero decir, mucho dinero hay que tener para esta casa, que por lo que veo está vacía, al menos ahora mismo. ¿Tú no sabrás de dónde ha sacado todo este dinero no? Bueno, háblame de él, cuéntame todo lo que sepas de él y sus “negocios”, cuanto más sepa, antes podré matarlo, sobre todo,¿no sabrás dónde está ahora ese puerco de Taurus , verdad?-Dije para finalizar mi charla.

La intenté hacer lo más amistosa posible, para dar sensación de confianza, ese hombre podía contarme muchas cosas sobre Vause, y debía aprovecharlo, en cuanto a qué hacer con él, seguía pensándolo, no quería acabar con su vida, era raro, pero sentía pena por él, y mucho menos antes de sacarle toda la información posible. El hombre, que estaba igual de pálido me miró, como asimilando la situación, yo sinceramente, estaba convencido de que estaba loco.

16/03/2013

John Bardo estaba intranquilo. Por alguna razón no confiaba en las palabras del pirata, y es que, ¿cuántas son las posibilidades de que un pirata, absolutamente desconocido, te tome la palabra? Tal vez Virachi sólo estaba interesado en la información que Bardo podía facilitarle, y después de obtenerla le mataría. Después de todo el individuo sólo se trataba de un pequeño peón que en algún futuro próximo podía resultar un problema.

John siguió a Virachi con la mirada mientras paseaba por la habitación, con la daga preparada por si se atrevía a hacer algo en su contra. Entre tanto, su cabeza se encontraba en una actividad frenética y constante, e imaginaba una y otra vez lo que podía ocurrirle si ahora no hacía algo, de hecho ahora tenía a dos candidatos para acabar con su vida si no se movía por el terreno adecuado.
John - Hace como quince años que no hablamos, ya no somos amigos... - Hablaba al mismo tiempo que tiritaba, clavando sus pupilas en las del pirata - ¡NO SÉ POR QUÉ ME QUIERE AHORA! Yo no hice nada, ¡NADA!

Comenzó a morderse las uñas a una velocidad increíblemente rápida y bajó la vista hacia la madera que alicataba el suelo de la habitación. Volvió a levantarla en cuanto Virachi le preguntó por la casa, por cómo diablos un cazador de recompensas había reunido tanto a su joven edad, y segundos más tarde John colocó una mueca de perversión, dispuesto a contestar.
John - Tiene... bares, muchos lugares de..., ya sabes... Allí es donde gana el dinero, los tiene por todo el East Blue. - Hizo una pausa en la que volvió a ocuparse de sus uñas - P-pero..., he escuchado que transporta mercancías... No sé nada más.

Recalcó la última frase y después de esto, se aferró a su arma. El hombre volvió a mirar a Virachi, miró las dos katanas que colgaban de su espalda y se fijó en su buena complexión física... Aquello podía ser peligroso para él. Contó cinco segundos mientras arrastraba las palabras y la baba le resbalaba del labio inferior después de habérselo mordido hasta acabar con su sensibilidad. Tras el último segundo, el individuo se lanzó hacia el pirata con intención de hundir el arma afilada en sus costillas, apuñalarlo dos o tres veces y largarse de ahí con los tantos documentos que había encontrado sobre la localización de los bares de Vause.[/color]

02/02/2014

Ese hombre me miraba demasiado, por lo menos soltaba información. Estaba muy nervioso, no paraba de morderse las uñas, a cada 3 palabras que soltaba, siempre sin parar de mirarme, tan solo un instante su mirada cambió de dirección para dirigirse a la madera. Paró de hablar, en ese momento me sentí extraño, no sabía que decir, como continuar la conversación, todavía no me había decidido, pero para mi sorpresa, el gordito ya lo había decidido por mí, lo supuse cuando saltó a por mí como un perro a por un filete.

Esa daga iba directa hacia mí, al ver su brusco movimiento, me aparté tirándome al suelo hacia la izquierda, su daga me rozó el pie. Me levanté corriendo, ese hombre no estaba en sus cabales, debía matarlo, ahora o nunca, saqué mis dagas, le miré fijamente y le dije:

Te has cavado la tumba, gordito-Dije mientras le miraba fijamente y con una sonrisa de oreja a oreja.

Corrí hacia él, pisando fuerte y de forma segura, con las dagas por delante, preparándome para el impacto, la sala se convertiría en su tumba, él hombre, que todavía se estaba recomponiendo de su ataque, a causa de su baja forma física, el gordinflón, casi hiperventilando, se agarraba la ropa, desesperado, sabía que había cometido un gran error, sabía que iba a morir, su terror se podía ver desde la otra punta de la habitación. Mis dagas buscaban sangre, y él tenía de sobra, iba a recibir unas puñaladas duales, mis dagas apuntaban a su abdomen y a su pecho, con un golpe fuerte, ese desgraciado moriría.

Y en efecto, mis dagas impactaron de forma directa, atravesando su piel y desgarrando sus órganos, el hombre no pudo decir nada más, ya estaba muerto.

Puñaladas duales (AIF)

Escondí al hombre debajo de la mesa, miré por la ventana, observé lo que hacían los guardias, decidí irme igual que había venido, de forma sigilosa, abrí una ventana del despacho y salí al tejado, avancé hasta estar en la parte trasera, me deslicé por el tejado y aterricé en el suelo, salté la valla de nuevo, y me alejé de aquella casa, en dirección a algún bar de alterne, de aquellos que me contó el gordito.

Bajé calle abajo, procurando no llamar la atención, a lo lejos vi un cartel que ponía:

"Señoritas go go"

Pensé que quizás allí encontraba alguna pista sobre los negocios de Vause. Entré, dentro había una barra y varias mesas, y muchas, muchas mujeres en paños menores hablando con hombres, me dirigí a la barra y le pregunté al camarero:

Quisiera hablar con el encargado-Mientras, el camarero limpiaba una jarra de cerveza con un trapo blanco.

Tras una pausa me dijo:

Ahora mismo le llamo, espere aquí un momento-Se retiró hacia la cocina andando con pasotismo y lentitud.

16/03/2013

La música lenta y mórbida era, entre suspiros cálidos, lo único inaudible en el Cabaret d'Égout. Las mujeres lucían sus curvas y sus envidiables tipitos paseándose con bandejas o simplemente sirviendo las necesidades de los caballeros, quienes más de la mitad de ellos podrían haberse pasado por peligrosos gangsters fuera de allí y a plena luz del día, a juzgar por sus apariencias. El camarero se metió dentro de una puerta contigua a la cocina después de que el Pirata Virachi solicitara hablar con el encargado del lugar, dejando a dos mujeres atendiendo la barra.

Todo aquello no parecía ser sólo un local de ambiente, pues se veía de primera mano que era uno bastante lujurioso. Probablemente y si tenía algo de suerte (por una vez, al menos, en lo que llevaba de día) aquel negocio sería de Vause y con la única función de blanquear todo el supuesto dinero que había robado a Gaveyard.
Sólo pasaron un par de minutos antes de que, por la misma puerta por la que había desaparecido el camarero, salieran tres grandotes hombres que, una vez hubieran dado la vuelta al tramo de mesa que les separaba de Virachi, le agarrarían para sacarle de allí y llevarle al callejón de detrás del Cabaret, donde uno de ellos se dispondría a golpear con fuerza sus costillas repetidas veces. Aquello sólo podía significar una cosa: ése era el Cabaret de Taurus Vause y ésos tres nuevos colegas sólo eran ratas con un buen sueldo.

Puñetazos [AI]

Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi]

Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {Lun 10 Feb 2014 - 2:13}

Re: Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {Lun 10 Feb 2014 - 22:34}

Re: Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {Lun 10 Feb 2014 - 23:15}

Re: Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {Mar 11 Feb 2014 - 17:58}

Re: Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {Mar 11 Feb 2014 - 21:54}

Re: Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {Miér 12 Feb 2014 - 16:07}

Re: Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {Miér 12 Feb 2014 - 22:06}

Re: Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {Jue 13 Feb 2014 - 20:12}

Re: Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {Jue 13 Feb 2014 - 21:33}

Re: Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {Jue 13 Feb 2014 - 23:08}

Re: Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {Vie 14 Feb 2014 - 0:17}

Re: Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {Vie 14 Feb 2014 - 21:09}

Re: Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {Dom 16 Feb 2014 - 0:00}

Re: Bajo el sol se pasea la muerte [Rol moderado - Virachi] {}