Patrulla número siete, ¡Presente! [rol moderado] [Kaishi Tora]

Es la hora de la verdad, el joven marine, recién salido de la academia es llamado a una misión en una isla del South Blue, cuna de los más crueles criminales, y donde se encuentra establecida una guerrilla revolucionaria que parece estar dando problemas a los oficiales locales, pues han solicitado numerosos refuerzos, entre ellos estaba el joven Kaishi, vestido de su típica forma, una sudadera blanca, pantalones negros y zapatillas rojas y blancas. La capucha siempre la lleva cubriendo su rostro, pues en su camino ha reunido enemigos, crueles y sanguinarios que prefiere no atraer. Además de que no le agrada dar a conocer su fisionomía tan fácilmente. Allí se encuentra el joven en una enorme cueva donde por lo visto habitan los que viven en la isla. |~Que lugar más extraño para vivir.~| Piensa el joven mientras observa el entorno, pues es una de las bases para poder desenvolverse bien en combate. Además está en el equipo de reconocimiento y exploración, por lo que debe de estar atento a todo lo que haya a su alrededor.

El joven está en una patrulla de ocho hombres, seis reclutas, un cabo y un sargento, el sargento Kuroichi, un hombre moreno de estatura media, sus numerosas cicatrices demuestran que es un hombre curtido en batalla. Viste con un traje de camuflaje y una boina verde, mientras que lleva un ojo, el derecho, tapado por un parche. En el poco tiempo que lleva el joven con él se ha percatado de que es un hombre estricto y serio, pero informal, siendo muy común escuchar de su boca palabras malsonantes e incluso insultos y maldiciones, un hombre con un vocabulario lejos de ser considerado moralmente correcto, un verdadero soldado. Ese hombre de lenguaje tan soez es el que lidera la séptima patrulla de reconocimiento. El entorno es realmente abrumador, una iluminación algo reducida al encontrarse en una cueva, una humedad superior a la que agradaría y suelos resbaladizos por acumulación de humedad que forma una película de agua que reduce el rozamiento de los pies con el suelo de la cueva.

El grupo se pone en marcha, rumbo al interior de la caverna, a una zona superior. Un camino complicado pues el camino es una cuesta empinada. Al frente de la comitiva se encuentran el cabo y el sargento Kuroichi, seguido por los reclutas, y a la cabeza de los reclutas va Kaishi, decidido a demostrar que es un marine fuerte y valeroso, que no le tienen que tratar como a un recluta inútil y vago. La zona parece un laberinto formado por estalactitas, siendo difícil identificar si hay movimiento por las mismas, pero el joven Kaishi se dispone a analizar cada rincón de la zona para eliminar la posibilidad de un rastro. Y así es como se dedica a mirar de cerca y minuciosamente cada milímetro de aquella zona, con la intención de encontrar el más mínimo rastro, o evidencia de la presencia revolucionaria y poder encontrar al menos uno de los asentamientos de los mismos.

Seguía adelante la expedición, uno tras otro llegaron todos a lo alto de la cuesta, una planicie enorme, lo que hacía de aquello una enorme meseta interior, situada en una cueva, algo realmente curioso y extraño la verdad, pues nadie en su sano juicio imaginaría una meseta en el interior de una cueva, sobre todo porque estas no suelen tener una altura muy elevada y menos aún a ciertas distancias de la entrada, lugar en el cual se encuentra la mayor altura de las mismas. La verdad es que el diseño de esa isla le resulta complejo y realmente extraños al joven marine que se dedica a memorizar y anotar mentalmente todos y cada uno de los distintos rasgos de la cueva.

Es en esa exploración del terreno con tanta determinación, tan fijamente y tan detallado que el joven Kaishi, que ya había sacado dos de las diversas partes de la misma y montado formando un mango de alrededor de treinta centímetros, lo que le permitía atacar de una distancia poco más lejana que si usara solo la primera parte, el tridente. El sargento guía la fila formada para avanzar por el terreno que se había estrechado, Kaishi sigue observando el entorno con el mayor detenimiento posible, lo que le permite encontrar a un francotirador, ubicado en una posición idónea para efectuar su disparo. |~Skoll~| Susurra el joven marine justo antes de que aparezca un gran lobo negro que se queda al lado del joven Kaishi. |~Ataca al sujeto de allí.~| Le susurra el joven señalando al francotirador y tras eso el lobo se desplaza a una velocidad sin igual hacia el francotirador, mientras tras de si el suelo y el aire empieza a calentarse a una velocidad elevada. |~Sargento, nos vigilan.~| Dice el joven Kaishi al superior a cargo de la expedición, su lobo ya se encuentra a las espaldas del francotirador y libera las llamas sobre el mismo y se lanza a morderlo mientras vigila a la expedición marine. |~Ya me estoy encargando de un francotirador que hay entre unas estalactitas más allá.~| Añade señalando al lugar donde su lobo está atacando al hombre que se disponía a disparar.