Un encuentro inusual (Ruxer y Vagadus)

Estaba caminando por las calles del pueblo, escuchando a los piratas cantando mientras bebían sus tarros, sentía las peleas adentro de los bares y el olor a ron, sangre y pólvora.

Hace unos días me enviaron un mensaje, el cual no pude leer, así que tuve que pedirle a un señor que me lo leyera, decía que me presentara en Jaya, tenía curiosidad de la persona quien me lo envio.

-hey, has escuchado que los de la revolucion han tenido mas actividad de lo normal-

-que dices, siempre han actuado así-

-No, dicen que tratan de dar un golpe a impel down-

-No se atreverían, además son solo rumores-

Rumores, eso es lo que eran, rumores, escuchaba toda clase de rumores y chismes por estas calles, después de unos minutos entre en un bar, use el ruido del bar para localizar la barra, me senté en un banco y pedí un tarro de cerveza, cuando me lo dieron me lo tome de un solo trago, -Cantinero, sírvame otra- dije y después de unos minutos me trajo otra, le tome un sorbo y espere "¿dónde estará?", empezaba a dudar que el tipo iba a venir.

Allí estaba, en Jaya, sin saber muy bien a donde ir ni que hacer. Había ido a aquella isla ya que no había marines, no por lo menos normalmente, por lo que no corría el riesgo de perder el control y querer matar al marine que viera, ya que no había en aquella isla. Iba por las calles mirando un poco donde podía ir, si eso pasaría la noche en un hostal, sino pues lo haría en la calle. Si, en eso estaba pensando, en donde pasar la noche, pero no pensaba que iba a hacer en aquel momento hasta que vi una taberna. Lo primero que pensé fue que era muy apropiado entrar en aquella taberna debido a que era un pirata. También pensé que seguramente y debido al lugar en el que nos encontrábamos iba a ver mucho lobo de mar en aquella taberna en la cual seguramente se estaban tomado una buena jarra de ron, apostaba que por las horas que eran alguno ya llevaría alguna que otra jarra de más. Me dispuse a entrar en la taberna, ya solo en la entrada se podía ver la suciedad y la madera vieja del edificio y oler el ron, a un par de marineros que necesitaban un baño y el ambiente de juerga que hay en este tipo de tabernas. Finalmente entré, como había supuesta antes de entrar por mi olfato lo corroboré con mi vista, muchos hombres tomando una jarra tras otra, hablando a gritos, como no, y alguno que otro grupo borrachos y cantando, una combinación desastrosa en mi opinión. A parte de lo habitual tampoco me fijé demasiado debido a que tampoco estaba en tensión. Me dirigí a la barra y pedí una jarra de ron. El tabernero me lo dio, y empecé a beber y a disfrutar de esa sensación que tienes cuando estas en un bar que sin saber muy bien porque siente un ligero gustillo por el ambiente que hay.

Al pasar la noche, el ambiente de la taberna se volvio mas violento, despues de mi tercer tarro un hombre se sento a lado mio, "¿sera el?" pensaba mientras le daba un trago al tarro, pero la pregunta mas importante es ¿con que proposito habra enviado la carta?.

-Oye, ¿que te crees?-
-¿que te metiste con mi mujer imbecil?-
-oye calmate, no es para tanto-
-¿como que no es para tanto maldito idiota?, ahora si me las pagaras-

Los hombres se les escuchaba discutir por toda la taberna, de pronto uno de ellos solto el primer golpe, lo que ocasionaria una pelea en donde todos participaban, queriendo o no, se escuchaban los gritos de guerra y las botellas romperse, al cabo de unos minutos empezaron a desenfundar sus armas, se podia apreciar el sonido del choque que producian las espadas y los gritos de los hombres heridos y risas de los hombres que disfrutan matar; la taberna emezaba a oler a sangre y ron, pero el cantinero ni le importo, al parecer ya estaba acostumbrado a este tipo de cosas.

-Sera una noche agitada, ¿verdad?- dije en tono amigable, dirigiendome al hombre que tenia a lado.

La noche cada vez estaba más agitada, refiriéndome con esto a los tipos del bar. Obviamente aquella situación se producía en todos los bares como ese, es decir, con idiotas que están armados y borrachos y sin marines que parasen aquella situación, todo aquello iba a dar resultado a lo que estaba por llegar. Poco a poco la tensión se fue extendiendo por la taberna y todos los tipos que había en ella, de repente y poco a poco, se empezaron a pelear unos con otros, por diversas situaciones, seguramente las típicas discusiones estúpidas entre borrachos armados. Aunque había como mínimo dos personas que no se habían contagiado de aquella tensión, al menos que yo pudiese ver. Esos dos tipos éramos yo y un hombre que estaba sentado al lado mía disfrutando, supongo, de un buen trago. Justo aquel hombre dejó su copa un momento para hablarme.

-Será una noche agitada ¿verdad?-me dijo de forma amigable.

No tenía muy claro porque alguien que no conocía, o por lo menos que no le recordaba, me estaba hablando, pero supongo que estaría en una situación igual que la mía, alguien que esta solo en una taberna y que solo se quiere entretener un poco hablando con alguien. Por esto le respondí también de forma amigable.

-Si ya, pero sinceramente, no me importa lo que se hagan entre ellos.

En aquel justo momento no tenía ganas de pelearme, si aquel acontecimiento hubiese ocurrido hace media hora me hubiese peleado si o si, así que mi próximo movimiento sería irme sin hacer nada solo pagándole al tabernero y despidiéndome de aquel tipo extraño.

-Hasta la vista, ya nos veremos.

a charla con el hombre no duro, a los pocos minutos le pago al tabernero y se disponia a retirarse "asi que no es el" decia en mi mente; En el momento que se despidio entraron unos hombres a la taberna, haciendo demasiado ruido, se escuchaban risas y risas de aquellos hombres, tenian impregnado el olor a ron y a polvora, y de pronto todos los que estaban en la taberna se callaron, el ambiente se volvio frio y tenebroso, como si las personas que entraron fueran demonios, difundiendo miedo,solamente se escuchaba una risa histerica entre los hombres que entraron.

-Cantinero, sirvale unos tarros a mis compañeros- dijo el hombre, dejando de reir.

El cantinero les dio los tarros de ron, el hombre, que al parecer es el lider de la banda, tomo dos sorbos, en seguida los escupio y gruño, -Sabe a mierda, ¿quieres envenenarme?-

-no señor-

-eso no es lo que parece, ahora tendras lo que te mereces-

Chasqueo los dedos y empezaron a disparar en la taberna; al escuchar el primer disparo salte hacia el otro lado de la barra, quedandome agachado, el cantinero tambien se agacho, poniendose a lado mio, podia escuchar su respiracion, le resultaba dificil; -cantinero, deme dos botellas de su mejor vino- dije. Se escuchaban gritos de dolor de los hombres que eran heridos por las balas, el olor a polvora y a sangre se extendia y se volvia mas fuerte con cada disparo que daban, el lider empezo a reir descaradamente, como si estuviera disfrutando esta clase de barbaridad; el cantinero me toco el hombro, voltee y me dio las dos botellas, les quite el corcho con la boca y me las tome, las dos al mismo tiempo, "demonios, aun no estoy lo suficientemente borracho" pense y mande al cantinero por todas las botellas de vino que tenia.

"que le habra pasado al hombre", tenia curiosidad si habria sobrevivido o no.

Me dirigía a la puerta para salir, la noche estaba entrando y la verdad es que empezaba a tener sueño. En lo que estaba pensando es en donde iba a dormir, aunque la verdad me daba un poco igual dormir en la calle, ya que por una vez no pasaba nada. Pero una situación repentina hizo que parase de pensar en eso. Unos tipos entraron riéndose, ante en la taberna cesaron los gritos y las peleas y todos se quedaron con cara de asustados, a lo que deduje, muy inteligente por mi parte, que conocían a esos tipos. Eso es lo de estar en un lugar por primera vez, que no conoces que tipos son peligrosos y quienes no. Seguí caminando como si nada esperando que no se fijaran en mi, lo cual parecía dar resultado ya que pasaron de largo. Pensé que al final no iba a pasar nada ya que estaba a punto de salir cuando puré oír que los tipos que habían entrado pedía un poco de vino, el que parecía el líder le dio dos sorbos y tiro el vino argumentando que sabía a mierda. Entonces lo que vi de reojo fue que chasqueaba los dedos y sacaron sus pistolas, yo antes de nada salté sobre una mesa y la volqué para cubrirme con ella. Em pesaron a dar tiros y oía como algunos de los que antes estaban pasando un buen rato estaban empezando a recibir tiros que no tendrían porque recibir. Hace un minuto no tenías ganas de luchar pero supongo que si te disparan como si quisieran convertirte en un colador te hace recobrar las ganas. Claro que en mi situación tampoco podía salir a saco de nido a que yo lucho cuerpo a cuerpo y aquellos tíos tenían pistolas, si claro que con mi rapidez podía noquear a uno, dos como máximo antes de que los demás me reventasen a tiros.Pero a juzgar por su apariencia no tenía un gran suministro de balas encima por lo que tarde o temprano se les iban a acabar las balas, ya que no paraban de disparar y la verdad es que no parecían muy listos. De repente el ruido de los disparos ceso y supuse que aquél era el momento de salir. Me levanté y vi a todos los tipos de la taberna muertos o heridos, no vi al tabernero ni al tipo raro de la barra, por lo que supuse que habían saltado detrás de la barra. Todavía no me habían visto cuando el supuesto jefe de aquella especie de banda, por llamarlo de algún modo, se dirigía a la barra, supuse que a por el tabernero, entonces grité:

-He, vosotros, os habéis dejado uno.-dije señalándome con el dedo pulgar.

Viendo que se hurgaban en sus bolsillos para ver si tenían balas, pero al parecer se les habían gastado.

-¿Es que no sabéis que hay que contar las balas?

-Aquí esta señor- dijo el cantinero con voz temblorosa, escuche como dejaba las botellas enfrente mío, eran como unas doce, “perfecto”.

-Gracias, y no se preocupe, daré a los tipos lo que se merecen- dije, y parece que le inspire confianza, aun se escuchaban los disparos, pero los gritos disminuían, y conforme a eso se extendía el olor a sangre y pólvora, llegaron a darle a unas botellas que estaban en la barra y en los estantes; empecé a tomar de dos en dos, una en cada mano y en cascada, sentía como el cantinero me miraba, al acabar el primer par se acerca el cantinero a mi -¿Quién demonios es usted?- pregunto, exprese una ligera sonrisa, -soy un cuervo caido- respondí confiado, y empecé a tomar con más velocidad.

Al estar en mi último par dejaron de disparar, de pronto se escucha una voz retándolos, -al parecer ha podido sobrevivir- susurre y empecé a tomar el penúltimo par, sentía los efectos del alcohol cuando termine de beber, -ya…es...toy….listo- dije, en un tono mareado, sentía el sabor y olor del alcohol saliendo de mi boca, agarre las ultimas botellas y salte hacia el otro lado de la barra y me puse en pose de pelea borracha, apoyándome en mi pierna izquierda, agarrando dos botellas.

-Ven…gan…por…mi….idiotas- decia de forma pausada, como si no encontraba palabras, y empecé a reír de forma descomunal, escuche los hombres desenfundando sus espadas, “así me gusta”.

-que esperan estupidos, a por ellos- grito el lider, a cabo de unos segundos el grupo se dividio en dos, unos corrieron hacia la persona que sobrevivió y otros se abalanzaron en contra mía, por el número de pisadas deduje que eran como 21 personas, incluyendo el capitán,pero el muy cobarde del lider se fue a sentar a una silla que tenia a unos metros a lado de el; empecé a esquivar, me movía como si hubiera un terremoto, sin equilibrio, y aun así no me pudieron dar una tajada, uno de ellos dio una estocada, me hice a un lado y le golpee con el antebrazo izquierdo en la cara, sentía como retrocedía unos pasos, otro se abalanzo, escuche como la espada cortaba el aire, a juzgar por el sonido iba directo a mi cabeza, así que me agache y le pegue con los nudillos en el estómago, sacándole el aire, retrocedi unos pasos, -*hip* que esperan *hip* a pegarme *hip*- dije en tono de desafío, escuche los hombres gruñir de furia, “que gran momento para que me diera hipo” decía en mi cabeza, asi que empece a tomar la botella de mi mano derecha, le di unos tres tragos y me limpie la boca con mi manga.

Y ahí estaban aquellos tipos, una vas habían terminado de disparar y no les quedaban balas desenvainaron sus espadas. Cuando ya estaban preparados para ir a por mi el tipo raro de la barra salió de repente detrás de esta. Aunque ahora parecía que estaba borracho, esto se corroboro cuando habló, también tenía una botella en su mano la cual todavía le quedaba liquido. Parecía muy estúpido de enfrentarse a unos tipos armados estando en esa horrible situación. Entonces el jefe de aquella banda habló diciendo a sus subordinados que nos atacasen. Aquellos tipos eran como 21 personas queriendo clavar su espada en nuestro gaznate. El cobarde del jefe en vez de unirse a la pelea se quedó sentado para ver lo. Como ahora eran 20, sin el jefe, la mitad me atacaron a mi y la otra mitad al tipo de la barra que estaba borracho. Los que vinieron a por mi no me atacaron rápido, sino que los diez tíos me rodearon, como si fueran una manada de lobos rodeando a un oso.

Ruxer: Es que no sabeis que cuando un oso es acorralado puede ser muy peligroso.

Dije con cara seria y desafiante. Entonces todos se echaron reír, por lo que me entraron más ganas de destrozarlos a todos. En cuanto al otro tipo sinceramente en aquel justo momento estaba concentrado en aquellos diez hombre, y no sabía muy bien lo que estaba ocurriendo con él.

Bandido: Jajajajaja, no pareces ser muy peligroso ahora mismo, ¿qué se supone que vas a hacer?

Ruxer: Ven y te lo demostrare.

Entonces adopte una posición de lucha, doble las rodillas, agachando me ligeramente y poniendo mi cuerpo de lado, mientras que adelantaba un brazo y el otro lo dejaba pegado a mi costado. Entonces el mismo que me había hablado se abalanzo sobre mí intentado rajarme en el cuello, lo esquive retrocediendo la parte superior de mi cuerpo hacia atrás y cuando había cogido impulso le propine un cabezazo en su cara, aprovechando que con el impulso que había cogido y al no darme había perdido el equilibrio. Esté calló al suelo sangrando por la nariz e inconsciente. Instantáneamente los otros nueve retrocedieron un paso y se pusieron en guardia al ver lo que había pasado.

Los hombres se separaron, 5 de mi lado derecho y cinco de mi lado izquierdo, cuando tomaban posiciones escuche el otro tipo hablar con el enemigo, no sé qué dijo pero tuvo que ser gracioso porque los hizo reír; cuando los enemigos se acomodaron retrocedí unos pasos y tropecé con un cuerpo, haciendo que me cayera de espaldas. Escuche los hombres reír por mi caída, ya no me tomaban enserio, solo uno de ellos aprovecho la oportunidad y se balanceo contra mí, escuche como bajaba la espada, di una vuelta a la izquierda, me pare de un salto y empecé una serie de golpes, combinando nudillos con el dorso de la palma, sentía que todos le daban en el pecho y cara, intento contraatacar dando una cortada vertical, lo esquive a un lado, con un giro me puse atrás de él, y con un movimiento rápido le troné el cuello.

El sonido que produjo fue tal que los demás hombres se callaron, sentía sus miradas dirigidas hacia su camarada muerto, y  después hacia mí, con un sentimiento de odio y venganza; bebí rápidamente las dos botellas y las tire a un lado –Es hora *hip* de ponerse *hip* serios-, sentía como me movía, sin equilibrio, de un lado a otro.

-serás desgraciado ¡hijo de la gran per**!- grito uno de los hombres que estaba a la derecha, escuchaba las pisadas de los hombres viniendo hacia mí, esquivaba los ataques mientras avanzaba hacia ellos, gire de nuevo para ponerme atrás de otro, y de un momento a otro se escuchó otro crujido, el hombre callo muerto.

Uno de ellos me atacaba con una rapidez mortal, apenas y lo conseguía esquivar haciéndome de lado y dando pasos hacia atrás, guiándome por el sonido que producía al cortar el aire; a los pocos segundos le bajo el ritmo, en ese momento sentí una mesa atrás mío, -te tengo- dijo el hombre y dio una estocada, me gire hacia atrás apoyándome en la mesa, patee a la mesa hacia adelante, pegándole en el estómago al hombre, me subí y, con una patada dirigida a la cabeza cayo, se escuchó el impacto del hombre chocando contra el piso.

-no se preocupen, a este no lo mate- dije en tono de burla, mientras esperaba arriba de la mesa en posición de loto.

Después de que hubiera caído el primero los demás ya me tomaban un poco más enserio, por ejemplo, se habían puesto en guardia, cosa que antes no lo habían hecho, su cara también mostraba seriedad y preocupación. Todas esas cosas me decían que los siguientes ataques no iban a ser tan fáciles de esquivar como el primero, aunque intentaba mirar el lado positivo, ahora ya no eran diez sino nueve, ya que a uno hacia unos instantes le había partido la nariz y la zona de la boca y estaba inconsciente. Pensé que a lo mejor estaría bien que los primeros ataques los lanzase yo, para tantear un poco. Entonces al que estaba enfrente mía me acerqué rápidamente a él, vi perfectamente que se puso nervioso, lazó una estocada, pero su brazo estaba tembloroso, por lo que me resulto fácil esquivarlo y echarme a un lado, mientras el resto fue a por mi todos juntos, por lo que yo a esquivar aquella estocada me puse detrás del mismo que me la había lanzado y lo usé como escudo. Estaban tan empeñados en matarme que no les importo que un compañero suyo estuviese en medio, le rajaron varias veces, lo solté y me moví hacia atrás ya que eran ocho personas con espadas, las cuales todavía eran bastantes. Cuando me estaba echando para atrás me choqué con alguien y pensé que era un marine por lo que inmediatamente le iba a propinar un fuerte golpe en la cabeza cuando de repente vi que era el tipo raro de la barra por lo que paré el golpe y me volví a girar hacia los ocho lobos que querían matarme, en seguida como estábamos los dos justos, nos rodearon los ocho de mi parte y los restantes de la suya, ya que no sabía si había acabado con alguno de ellos, nos rodearon a los dos. Se podía palpar la tensión en el ambiente, pero poco a poco su numero estaba siendo mermado. Me reí y le dije a aquel tipo.

Ruxer: Parece que la pelea se a puesto interesante.

Los hombres entraron en cólera, soltando gruñidos y maldiciones. Dos se acercaron y dieron un golpe vertical, hice una voltereta para atrás, esquivando el ataque de aquellos tipos, escuche el crujido de la mesa que se separaba en dos.

-*hip* que esperan *hip* para atacar *hip* en serio- dije, retándolos a atacar, de lado mío se acercó un hombre con espada en mano, listo para rebanarme, me hice para atrás creyendo que iba a esquivar el ataque, pero otro me ataco por atrás, apenas tuve tiempo de reaccionar, me moví hacia un lado, apenas me rozo el filo de la espada en el cachete, saliendo sangre lentamente que recorría parte de mi rostro.

-Maldito hijo de pu**- grite, en ese momento ya no estaba borracho, sino furioso, el ataque de ese hombre me sorprendió. Intento atacar otra vez haciendo un corte diagonal, lo esquive y, con la palma abierta del brazo izquierdo, le rompí el codo, después con la otra palma el hombro, seguido de un golpe final en la nariz, haciendo que el tabique se le clavara al cerebro, matándolo.

Retrocedí hasta chocar con un hombre, pensé por un momento que era otro enemigo, hasta que me di cuenta de que los hombres delante de este lo maldecían, mientras que se movían alrededor de él, lo mismo hicieron los hombres que me enfrentaba, por el número de bajas que cause eran seis, en el otro lado, a juzgar por el número de pisadas, eran ocho, cuando acabaron de rodearnos el hombre que estaba de espaldas mío hizo un comentario, exprese una ligera sonrisa y dije –demasiado, hace mucho que no he tenido una pelea así-, a los pocos momentos recordé que tenía mi lanza/guadaña en la espalda, puesta horizontalmente en la cadera, “que estúpido soy” me dije mentalmente y saque la lanza/guadaña, -ahora de ponernos serios-, y me puse en guardia, poniendome de lado, agarrando mi lanza/guadaña con mi mano izquierda, en ese momento los hombres se abalanzaron.

Estábamos rodeados, sin ninguna duda, pero ya quedaban menos que al principio y eso también era cierto. El otro tipo respondió positivamente a mi comentario y dijo que hacía tiempo que no tenía una pelea así. Yo sinceramente nunca me había encontrado en una situación parecida. Pero tampoco me iba a amedrentar. Vi como el tipo sacaba como una lanza o una guadaña, como una mezcla entre ambos. Y dijo que ya era hora de poneos serios. A lo cual yo pensé que tenía razón, ya que hasta el momento no había sacado todo mi potencial, pero obviamente tampoco lo iba a hacer con aquellos delincuentes, si eran muchos más que nosotros, pero en un uno contra uno, no duraban nada, por lo que no eran ni la mitad de fuertes que yo ni tampoco, por lo que parecía, del tipo que ahora estaba pegado a mi espalda. Entonces recordé que nunca había probado mi akuma no mi en una batalla real y seria interesante probarlo. También quería ver si verdaderamente valía la pena el poder que me había otorgado en su tiempo dicha akuma no mi. Entonces dije: "Ahora vais a ver la verdadera forma de El Oso". Entonces poco a poco fui adoptando mi forma híbrida, sentí como me iba aumentando la fuerza, como mis mas se convertían en garras y mis dientes se afilaban, convirtiendo se en una mandíbula capaz de arrancarle el brazo a un ser humano. Mi olfato se agudizo, de hecho, poco a poco podía olerles a cada uno de ellos perfectamente. Cuando termine de adoptar mi forma híbrida y el tipo de mi espalda saco su arma tan curiosa, dieron un paso hacia atrás. Yo me concentre en los ocho que faltaban de mi grupo, podía oler su miedo y podía oír los latidos de su corazón. Entonces dije con una voz más grave por el cambio de forma:"Si, definitivamente es hora de ponernos serios."

El hombre que estaba detrás de mí se hizo un comentario, por lo que deduje que él también era un usuario de una akuma no mi. Podía sentir a los hombres que estaban alrededor retroceder, podía ser que fueran un poco más cautelosos, o que alguien o algo los asusto.

El tipo me hablo con una voz más grave, percibía el olor del pelaje y el sonido de garras creciendo, por lo que predije que era un usuario de tipo zoan, y uno muy fuerte; me abalance hacia los enemigos dando estocadas a los hombres en frente mío, escuchaba el roce de las armas, como es de esperarse se estaban defendiendo, uno de ellos me ataco por la retaguardia, aunque sus pisadas lo delataron, ya que eran pesadas, “ya deben de estar cansados”, me gire y lo bloquee con el mango de la lanza/guadaña, lo empuje y lo corte diagonalmente con el filo de la guadaña, cayo hacia atrás con un duro golpe; otros dos se abalanzaron, saltando hacia mí, al escuchar el salto me gire balanceando el filo de la guadaña hacia ellos, haciendo una cortada a la altura de mi cabeza, por lo que corte fueron sus estómagos, cayeron a lado mío y escuchaba como se hincaban gritando de dolor, me gire de nuevo, calcule la altura de sus cabezas por los gritos, haciendo otro corte horizontal, decapitándolos, el sonido de las cabezas cayéndose fue tal que los demás hombres que se enfrentaban a mi dejaron caer sus armas, por los que conté quedaban tres, podía sentir el miedo y desesperación de esos hombres, "estos hombres no merecen vivir, pero no son ellos el problema, el problema es el jefe" pense, y apunte mi arma hacia la salida.

-son libres de retirarse- dije con una voz fría.

-g…g…gracias señor- dijeron tartamudeando, escuchaba sus pisadas corriendo hacia la entrada cuando de pronto sonaron tres disparos, y los tres hombres cayeron muertos.

-no necesito basura como esa en mi tripulación- dijo el jefe que estaba sentado, me llene de rabia y odio, agarre mi arma con las dos manos y me abalance contra él.

off-rol:

El capitán se levantó de la silla, desenfundo su arma y empezó a disparar en contra mía, apenas podía esquivar las balas, ubicando su trayectoria por el sonido, algunas me rozaban haciéndome cortes pequeños; cuando llegue a él le trate de hacer una cortada horizontal, pero un choque de metal lo detuvo, sentía la fuerza que el ejercía en su espada para detener mi ataque. Gire y le trate de dar del otro lado, pero sin éxito, apenas escuchaba la ropa rasgándose del capitán mientras que retrocedía, evadiendo mi ataque.

El otro hombre aún estaba peleando contra los enemigos que faltaban, así que no podía asistir al combate principal, “que mala suerte, casi todo el crédito me lo llevare” pensaba, sentí como el capitán se aprovechaba de mi distracción para atacarme, me hice a un lado para esquivar el ataque, seguido por una patada en el estómago, sacándolo a volar hacia la pared, el choque de su cuerpo fue muy fuerte que produjo un sonido estremecedor de huesos rompiéndose, tal vez sus costillas o su espalda, no importaba, porque le iba a dar el golpe final.

Me abalance para darle el golpe final, clavándole mi punta de lanza en su cráneo, pero por fracciones de segundo el hombre esquivo mi estocada, haciendo su cabeza a un lado, dio un paso hacia adelante y me dio un golpe con su brazo derecho en el estómago, sacándome el aire y haciéndome retroceder; “maldición, no creí que fuera tan fuerte” pensaba mientras recuperaba el aire, pero el capitán no me dio mucho tiempo; con su espada se balanceo queriéndome cortar diagonalmente, apenas y lo pude bloquear, “demonios, mis reflejos aún están afectados”. El capitán comenzó una serie de cortes, de los cuales apenas bloqueaba y esquivaba; al pasar los segundos se cansó, volviéndose más lento, “es mi oportunidad” me dije, voltee mi arma y le pegue con el extremo del mango en la cara, después realice un combo que constaba de cortes verticales y diagonales haciendo girar mi arma de uno a otro lado; escuchaba los quejidos del enemigo mientras que rápidamente le cortaba la piel, después de un tiempo escuchaba la sangre goteando por todo su cuerpo mientras jadeaba débilmente. En un desesperado intento por sobrevivir se abalanzo, con la punta de la espada apuntando hacia mí, solamente me limite a hacerme a un lado y, con un corte vertical decapitarlo. Su cabeza rodaba, su cuerpo cayo como tabla, haciendo un fuerte ruido, nadie reacciono a este sonido, solamente estabamos el hombre y yo.

Estaba amaneciendo y decidí irme, no sin antes pagar la cuenta con el dinero de los muertos; cuando salí sentí la presencia de un hombre esperándome a fuera del bar.

-No tengo mucho tiempo, toma esto- dijo, acercándose y dándome lo que parecía un vivre card, pero en esta se me hacía un tanto familiar, -recuerda estas palabras “dos cuervos se levantaran, deseosos de sangre, uno sin ala y el otro sin ojos, pero los con un lazo de sangre que los unirá y los guiara hacia la venganza-. Con esas palabras me di cuenta, de que no soy el único que sobrevivió, sino que también otro tripulante, cuando le quería preguntar algo al señor este ya se había ido.

Pensaba en las palabras del hombre, dándole un significado; “cuervos”, esta era el emblema de la tripulación en que estaba; “sin ojos”, ese sería yo, pero ¿Quién sería sin ala?, esto me causo mucha duda hasta que lo relacione con “lazos de sangre”, no lo podía creer, en ese momento recordé que mi padre le arrancaron el brazo y lo tiraron al mar, y ahí uní las piezas del rompecabezas, estaba feliz que mi padre estuviera vivo, y con este pedazo de papel lo podría localizar, ese era mi objetivo a seguir, este sería el comienzo de mi aventura.