¡El dragón transexual contra SO MUCH VERY PÍPOL!

Los gritos de la personas resonaban por todo el coliseo, se escuchaban vítores y aplausos, bramidos de odio y maldiciones, voces que pedían con fervor que el combate comenzara. El graderío se encontraba repleto de gentes de todo el mundo, reunidas en este glorioso lugar para ver pelear al diverso elenco de luchadores que se congregarían hoy en el reino de Dressrosa. Piratas, revolucionarios y quien sabe a qué otras afiliaciones pertenecen los demás participantes.

La oscuridad gobernaba en los túneles de acceso al ring, que mediante cuatro plataformas metálicas desembocaban en un ring circular, custodiado por un foso de agua, en el que se encuentran los famosos peces con aspecto de toro que atacaran a todo aquel que tenga la desdicha de caer al agua.

Por uno de los 4 túneles de acceso, el que estaba orientado hacia el norte, el monje hacia su entrada, mediante sorteo le había tocado ser el primer participante, pensó que sería a causa de su edad. Iba ataviado con su traje negro que a plena luz del día reflejaba destellos rojos, esta tenía dos cortes en la parte de la espalda por la que sobresalían sus alas de color plateado, en la cabeza tenía su sombrero de ala ancha de color rojo oscuro, sus zapatos clásicos le daban mas la apariencia de un músico que de un luchador, si no fuera por las relucientes garras que portaba en las manos.

Apoyado en un bastón de cuarzo hizo su entrada al ring, caminando lentamente eh imitando una ligera cojera en el pie derecho, el rostro mostraba sus tristes ojos y su barba poblada y cana, en su cara se observaban las arrugas que solo deja el paso del tiempo, gracias a su edad había aprendido que cubrir su cuerpo ayudaba a ocultar sus músculos y que con su aspecto envejecido sus rivales tendían a subestimarlo. Con el cuerpo inclinado para ocultar su altura verdadera el anciano llegó al centro del ring, su sangre Shandia vibraba ante la emoción de la tremenda batalla que tenía por delante.

Espero que estos jóvenes no tarden en llegar. Les enseñare lo que es capaz de hacer un viejo como yo.

Mirando al publico el anciano levanto las manos y realizo una lenta reverencia, momento que aprovecharía para observar a los participantes que estaban por entrar.

Era muy buena la idea de combatir contra mucha gente, eso me daría mucha experiencia y podría ya empezar a hacer cosas chulas por el mundo. Lo que me preocupaba un poco era la situación de ese tipo de reto, era en el nuevo mundo y no tenía el nivel suficiente para poder ir a esos mares. Aquel día cuando vi el letrero de ese reto y me apunté, no sabía como podía ir allí, me pillaba muy lejos. Tras mirar ese cartel y llevármelo, empecé a preguntar a la gente de como podía ir a esa isla, solo me decían que tuviese cuidado al ir allí, al Nuevo Mundo.

Varios días después veía a lo lejos una isla, el hombre que se ofreció a llevarme me dijo que en esa isla estaba ese coliseo. Ese hombre cuando lo vi parecía muy fuerte, era algo robusto y seguramente había entrado hace tiempo a la marina, ya que sabía muchas cosas y que no paraba de hablar me de ella, de muchas cosas que habían hecho en los tiempos donde él era joven. Llegamos al final al puerto, agradecí de todo corazón al hombre de haberme llevado allí, este me dijo que no importaba.

Me despedí de él y empecé a caminar hacia el interior de la isla. Había un montón de personas y de ¿juguetes? Era raro ver eso, pero no le di mucha importancia, ahora lo importante era encontrar el coliseo y empezar a repartir tortas por todos lados. Mi cara radiaba una felicidad infinita, siempre iba con una sonrisa en la cara. La gente me miraba raro, no se porque, pasé de ellos. Ya me encontraba perdido, paré a un par de personas para que me dijesen la posición del coliseo. Finalmente me lo dijeron incluso me acompañaron.

Una mujer amable me acompañó, cuando llegamos a la entrada nos despedimos y directamente me fui a hablar con una chica que estaba en el mostrador. Me apunté en cuestión de segundos, la chica me dijo por donde tenía que ir para salir al lugar de combate. Me preparé mentalmente, miré varias veces mi vara, la cual no se despegaba de mi nunca, ni para dormir. Tras un tiempo andando, por fin llegué al sitio adecuado. Aquel lugar daba impresión, lleno de gente sentada en las gradas y otras cuantas dentro del lugar de combate, estaba muy emocionado.

El nuevo mundo, un lugar de aventuras y esperanzas….para pocos. Para los demás puede ser una pesadilla o el infierno mismo encarnado en los vastos y traicioneros mares de la segunda mitad de la Grand Line. Me encontraba oculto en un barco pirata, dirigiéndose a Dressrosa, iba ahí porque había escuchado rumores sobre las peleas del coliseo, que incluían fama, fortuna… bebida gratis, todo el que un pirata ha soñado.

Llegamos al puerto, me escondí en el cargamento, esperando que lo bajaran para venderlo, y para mi suerte era de licor, “una no me vendría mal” pensé y abrí una de las botellas que tenía a lado, por el sabor y olor pude deducir que era cerveza, y de gran calidad; cuando bajaron el cargamento ya me había tomado 10 botellas, y me llevaba otras  10 para el camino.

Se podían escuchar los gritos del coliseo desde el puerto, “mierda llegare tarde” pensaba mientras corría y bebía apurado, cuando llegue a la entrada una mujer me atendió, di mi nombre y me dijo que la acompañara; la seguí, guiándome por el ruido de sus botas.

-Aquí esta señor, llego justo a tiempo, están presentando a los peleadores- me dijo con un tono amable, solamente asentí con la cabeza y me puse en movimiento; pude sentir el aura de otro hombre adelantándose, así que lo seguí hasta la entrada de la arena, escuchaba los gritos de la gente emocionada y deseosa de sangre; cuando salí por la puerta me sentí mareado, tal vez un poco borracho, y así me presente, sentía como me veían mientras me tambaleaba por el puente, pareciendo un simple borracho que se hallaba perdido.

-Buenas *hic* tardes, espero *hic* que sea una pelea limpia *hic*- dije a todos los que estaban presentes en la arena, aunque estuviera borracho ganaría el torneo, todo por la bebida gratis.

Ya han pasado 36 horas, por lo que el turno pasa a Tifa Lockhart  Satsujin Shein.

PD: Sorry Date por editar. Nat

P.D2: Sin ningún problema, guapo. Date.

El sonido de la gente gritando era ensordecedor, tanto que la gente no podía oír tres metros mas allá, pero eso era porque estaba a punto de acontecer una gran batalla y por eso el coliseo de Dressrosa retumbaba por los gritos de los espectadores, que parecían emocionados cada vez que un luchador más salía al campo de batalla, realmente querían ver cómo nos matábamos.

Oí que nombraron mi nombre, así que salí por la puerta al ring circular, la piedra angular del coliseo ya que las gradas estaban alrededor del estadio, y dentro de este ya había varias personas, eran todos hombres, era poco común, pero no extraño.

-Así que estos son mis rivales, interesante, parece que darán una buena pelea.-Susurre mientras llega al ring y miraba a mis enemigos, observándoles para ver si veía a alguien conocido.

De todas formas, aunque no habíamos empezado a atacarnos, desenfunde mi espada y miraba a mis contrincantes esperando en cualquier segundo un ataque a traición.

Break Baskerville avanzó por el pasillo en penumbra, rodeado por un buen número de luchadores que se dirigían, como él, a la batalla que tendría lugar en el Coliseo Corrida. No estaba seguro de porqué participaba, simplemente le parecía interesante el desafío de enfrentarse a tantos competidores poderosos. Estaba perfectamente seguro de su victoria, y no dudaría en deshacerse de quien fuera necesario. Aquel día vestía un elegante traje blanco, con una camisa de un intenso color negro. Además, como de costumbre utilizaba el apodo de Madhatter, bajo el que se identificaba como cazador. No podía correr el riesgo de que alguien reconociera su apellido.

No tardó en llegar hasta la zona de combate, una amplia plataforma de piedra circular, de más de dos metros de grosor y que estaba rodeada por un amplio foso de agua. A cada lado de la plataforma había una reja metálica que conectaba con el interior del Coliseo y a través de la que entraban los participantes. Mientras el cazador cruzaba sobre una de las rejas metálicas hacia la plataforma, pudo ver varias siluetas informes e inidentificables bajo el agua del foso. De vez en cuando también asomaba alguna gigantesca aleta oscura, lo que le indicaba que aquel lugar escondía varios peligros inesperados. Esperaba no caer al agua.

Mientras avanzaba hacia la zona de combate, los gritos eufóricos del público se tornaron cada vez más fuertes. Despreciaba a aquella gente, esos malditos se deleitaban con la sangre y la muerte de los luchadores, y en este caso, con la suya propia. No podía entender la afición que esos desgraciados tenían por la violencia.

Cuando llegó hasta la plataforma, cargado con su espada negra, se aproximó hacia una zona más apartada, donde podía cubrirse de la luz del Sol bajo la sombra de las gradas. Tampoco quería situarse cerca del centro, no le apetecía que todos fuesen a por él al mismo tiempo. Una vez allí, echó un vistazo a los que serían sus adversarios. Eran gente bastante variopinta, supuso que todos ellos tendrían habilidades bastante curiosas e interesantes. El cazador sonrió mientras analizaba a sus rivales, ya solo quedaba esperar.

Abandono~