Kaiser
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Cánabar vs Kiseki
Skypiea:
Islas del Cielo que se encuentran sobre Grand Line. Un lugar habitado por ángeles, pero no por eso libre de conflicto; estaba la gente de Shandora, que deseaba recuperar su patria de las manos del dios denegado.
Turnos: Se tirará un dado de dos caras. Si sale uno, empieza Cánabar, si sale dos, empieza Kiseki.
Kaiser ha efectuado 1 lanzada(s) de uno 1 :
- 1
-El ganador obtendrá 1500 puntos de experiencia.
-El perdedor obtendrá 500 puntos de experiencia. En caso de empate ambos combatientes ganan 750.
-El combate será a K.O, por lo que no hay posibilidad de muerte.
-Lo que suceda no se verá marcado para el personaje fuera de la pelea..
Cánabar
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Akuma no mi
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Jamás, en todas las experiencias que había vivido, habría imaginado que su sino lo llevaría a este lugar. Cánabar se frotaba los ojos con la boca abierta. No era costumbre del gyojin asombrarse de este modo, pues no le importaba nada. Pero este lugar... lo hacía parecer un incrédulo e idiota. Tras él había un infinito mar... ¡de nubes! Blanco y esponjoso, pero terrorífico. No era como el agua a la que estaba acostumbrado. Nunca nadaría en una nube. Frente a él, sin embargo se extendía una playa de finas y cálidas arenas adornadas con mil y una palmeras tropicales. Un poco más lejos se apreciaba un bosquejo verde y frondoso. El Sol bañaba con sus rayos el lugar como si fuera una isla normal y corriente. Pero nada en el cielo era así.
Todavía recordaba cómo había llegado. El barco empezó a volar como si nada propulsado por un geiser. Durante unos segundos todo fue confuso, pero ahora estaba en esta playa solo. Lo recordó varias veces para asegurarse de que era cierto y no un sueño. ¿Estaba muerto o soñando? No, esto era muy real. La famosa Skypiea, la isla sobre las nubes. Se levantó y anduvo en muchas direcciones para comprobar que era de verdad aquella isla. La arena se hundía bajo sus pisadas y calentaba sus pies demostrándole que estaba vivo y despierto. Quiso dar un grito de alegría, pero se contuvo. Buscó por todas partes con la mirada, pero no encontró los restos del barco ni de sus compañeros. Podría estar solo y ni siquiera sabía volver. A penas sabía cómo había llegado.
¿Pero eso importaba? ¡Estaba en el cielo! ¿Qué más daba, ahora, lo que había ocurrido u ocurriera? Ahora tenía que centrar toda su atención en el lugar. Corrió hacia las palmeras y las golpeó. Eran como las de abajo. Casi todo era como abajo. Que extraño. Se adentró un poco en el bosque. Parecía una jungla y la espesura era abrumadora. Aunque, en principio, no vi ningún animal era una zona perfecta para que estos la habitaran. Según había leído en algunos libros, esta isla era parte de una aún mayor en los mares bajo las nubes, lo que explicaría que hubiera cosas tan… “normales”. Reculó e hizo el camino al contrario, volviendo a recorrer lo ya recorrido. Al llegar de nuevo a la playa pensó en sus compañeros. Quizás estaban en otras partes de la isla, pero que lo buscaran ellos. El gyojin quería disfrutar de Skypeia.
-Esto sí que es un sueño. A vivirlo- Dijo sonriendo.
Todavía recordaba cómo había llegado. El barco empezó a volar como si nada propulsado por un geiser. Durante unos segundos todo fue confuso, pero ahora estaba en esta playa solo. Lo recordó varias veces para asegurarse de que era cierto y no un sueño. ¿Estaba muerto o soñando? No, esto era muy real. La famosa Skypiea, la isla sobre las nubes. Se levantó y anduvo en muchas direcciones para comprobar que era de verdad aquella isla. La arena se hundía bajo sus pisadas y calentaba sus pies demostrándole que estaba vivo y despierto. Quiso dar un grito de alegría, pero se contuvo. Buscó por todas partes con la mirada, pero no encontró los restos del barco ni de sus compañeros. Podría estar solo y ni siquiera sabía volver. A penas sabía cómo había llegado.
¿Pero eso importaba? ¡Estaba en el cielo! ¿Qué más daba, ahora, lo que había ocurrido u ocurriera? Ahora tenía que centrar toda su atención en el lugar. Corrió hacia las palmeras y las golpeó. Eran como las de abajo. Casi todo era como abajo. Que extraño. Se adentró un poco en el bosque. Parecía una jungla y la espesura era abrumadora. Aunque, en principio, no vi ningún animal era una zona perfecta para que estos la habitaran. Según había leído en algunos libros, esta isla era parte de una aún mayor en los mares bajo las nubes, lo que explicaría que hubiera cosas tan… “normales”. Reculó e hizo el camino al contrario, volviendo a recorrer lo ya recorrido. Al llegar de nuevo a la playa pensó en sus compañeros. Quizás estaban en otras partes de la isla, pero que lo buscaran ellos. El gyojin quería disfrutar de Skypeia.
-Esto sí que es un sueño. A vivirlo- Dijo sonriendo.
Rayne Von Valliere
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Off: Utilizo mi especialización como asesina y espía para poder lograr el AB con facilidad.
Tras aterrizar frágilmente contra el suelo, pude llegar a darme cuenta de que habíamos llegado a nuestro destino. Levanté poco a poco la mirada y vi cómo el barco atravesaba el horizonte, cayendo a lo que parecía ser el extremo de estas islas suspendidas en el cielo como si de magia se tratase. Tras cuestionarme varias veces sobre el origen de las islas miré hacia mis alas y sonreí levemente, habían muchas cosas sin explicación en este mundo lleno de misterios. Me solté varias palmadas en la cara para ver si me encontraba en un buen estado por la fuerte sacudida que dio el barco tras impulsarse sobre esa columna de agua emergida de la nada.
Volví a sacudir las alas para retirar los restos de nube que habían quedado pegados en estas y pegué un leve salto tras una sacudida de alas para ver una vista aérea de la isla. Curiosidad y precaución se compenetraban en mi acto, necesitaba ver cómo estaba el barco, sobretodo mi cocina, si perdiese mi cocina me moriría del disgusto, era la cosa que hacía provocar más "placer" a la tripulación, mis manjares. Tras pensar en la comida, frené en seco y me quedé flotando encima del aire mientras abría mi chaqueta y miraba la bandeja con comida y bebidas que tenía en un bolsillo forrado de material para aguantar la calor y la calidad de la comida. Tras ver de que estaba en buen estado, sonreí y agradecí a quien me lo cosió por su gran trabajo. Volví a cerrarme la chaqueta para que el viento no me impactase de golpe contra el torso desnudo tapado únicamente con el sostén y continué mi vuelo hacia el barco.
Varios minutos después pude llegar a ver el barco de lejos en perfecto estado. Volví a frenar en seco notando como todo mi pelo chocaba contra mi espalda tras el frenado y me fijé bien si había gente alrededor pero todo parecía desolado. Tras llegar a la conclusión de que ellos también habrían salido a explorar, me destransformé en el aire y caí contra la copa de un árbol calculadamente para saltar a una gran rama que había más abajo. Dejé caer mi cuerpo una vez más y me agarré con una mano con la rama, para balancearme y saltar contra otra rama más baja, repitiendo el proceso para caer grácilmente haciendo un quiebro en el suelo para reducir el dolor de la caída, dejándolo nulo. Agité los brazos y el cuello tras soltar una sonrisa, estaba totalmente en forma. Por el fondo se podía ver cómo las nubes engullían todo el horizonte; estábamos realmente altos, cosa la cual no era ningún problema para mí, puesto que podía bajar volando sin ningún problema, pero no estaba sola. Suspiré tras pasar toda la mano por mi cara y me giré para ver un gran bosque.
Pensé en adentrarme varios minutos, pero decidí esperar escondida detrás de un árbol por si alguien pasaba de largo, si un compañero o un enemigo, eso no importaba en este momento. Arranqué un poco de corteza de los árboles con una de mis armas y empecé a acumularlas contra el suelo. Trepé un poco por otro de los árboles y unté cada filo de las dos espadas con la resina del árbol. Las dejé colocadas contra el suelo por el mango y la hoja apoyadas en los árboles para proceder a cubrir mis pies de arbustos que habían cercanos. Después transformé parte de mi brazo en la forma híbrida para tener más alcance y poder colocarme cada cacho de corteza por encima de mi cuerpo, me había quitado toda la ropa para facilitar pegar las cortezas contra mi cuerpo, y había dejado colocada la ropa por la parte de atrás de uno de los arbustos. Tras estar pegada contra el árbol con la resina untada por mi cuerpo y las cortezas acopladas a mí comencé a esperar a que pasase alguien, pero notaba que la resina me daba sensación de quemazón en la piel y me hacía empeorar.
Tras pasar un buen rato, vi un Gyojin moreno salir del bosque y comenzar a caminar por la arena tranquilamente. La resina que me había untado por todos los lados, con la calor del ambiente y de la corteza comenzó a soltar un olor que inhibía mis sentidos y me hacía perder parte de la razón, ni siquiera reconocí al Gyojin, pero lo primero que pasó por mi mente fue "a por él". Pasé a mi forma híbrida para separar de mi cuerpo las cortezas y tras destransformarme, comencé a reptar entre la arena para que no pudiese pillarme antes de atacarle por la espalda. Llevaba mis dos espadas pegadas a las caderas con un extra de resina que les añadí a los mangos para poder llevarlas mientras estaba desnuda. Tras ir entre la arena conteniendo la respiración y tratando de hacer el mínimo ruido posible, me coloqué tras su espalda, agarré las dos espadas bruscamente, me levanté de un salto e intenté clavárselas entre las costillas y los abdominales, uno de los puntos vitales más frágiles de cualquier forma humanoide, con estas recubiertas de energía para hacer aún más daño y perforar aún más la tersa piel del contrincante.
-Nee, ni te acerques a mí cocina -dije delirando con la voz un poco más grave, ¿esa resina me había dejado drogada?.
Backstab / Puñalada por la espalda (AB) - Técnica en la cual la morena intenta clavar mientras el enemigo está desprevenido o no la tiene en su rango de vista, una doble puñalada en un punto vital por la parte trasera de la persona.
Tras aterrizar frágilmente contra el suelo, pude llegar a darme cuenta de que habíamos llegado a nuestro destino. Levanté poco a poco la mirada y vi cómo el barco atravesaba el horizonte, cayendo a lo que parecía ser el extremo de estas islas suspendidas en el cielo como si de magia se tratase. Tras cuestionarme varias veces sobre el origen de las islas miré hacia mis alas y sonreí levemente, habían muchas cosas sin explicación en este mundo lleno de misterios. Me solté varias palmadas en la cara para ver si me encontraba en un buen estado por la fuerte sacudida que dio el barco tras impulsarse sobre esa columna de agua emergida de la nada.
Volví a sacudir las alas para retirar los restos de nube que habían quedado pegados en estas y pegué un leve salto tras una sacudida de alas para ver una vista aérea de la isla. Curiosidad y precaución se compenetraban en mi acto, necesitaba ver cómo estaba el barco, sobretodo mi cocina, si perdiese mi cocina me moriría del disgusto, era la cosa que hacía provocar más "placer" a la tripulación, mis manjares. Tras pensar en la comida, frené en seco y me quedé flotando encima del aire mientras abría mi chaqueta y miraba la bandeja con comida y bebidas que tenía en un bolsillo forrado de material para aguantar la calor y la calidad de la comida. Tras ver de que estaba en buen estado, sonreí y agradecí a quien me lo cosió por su gran trabajo. Volví a cerrarme la chaqueta para que el viento no me impactase de golpe contra el torso desnudo tapado únicamente con el sostén y continué mi vuelo hacia el barco.
Varios minutos después pude llegar a ver el barco de lejos en perfecto estado. Volví a frenar en seco notando como todo mi pelo chocaba contra mi espalda tras el frenado y me fijé bien si había gente alrededor pero todo parecía desolado. Tras llegar a la conclusión de que ellos también habrían salido a explorar, me destransformé en el aire y caí contra la copa de un árbol calculadamente para saltar a una gran rama que había más abajo. Dejé caer mi cuerpo una vez más y me agarré con una mano con la rama, para balancearme y saltar contra otra rama más baja, repitiendo el proceso para caer grácilmente haciendo un quiebro en el suelo para reducir el dolor de la caída, dejándolo nulo. Agité los brazos y el cuello tras soltar una sonrisa, estaba totalmente en forma. Por el fondo se podía ver cómo las nubes engullían todo el horizonte; estábamos realmente altos, cosa la cual no era ningún problema para mí, puesto que podía bajar volando sin ningún problema, pero no estaba sola. Suspiré tras pasar toda la mano por mi cara y me giré para ver un gran bosque.
Pensé en adentrarme varios minutos, pero decidí esperar escondida detrás de un árbol por si alguien pasaba de largo, si un compañero o un enemigo, eso no importaba en este momento. Arranqué un poco de corteza de los árboles con una de mis armas y empecé a acumularlas contra el suelo. Trepé un poco por otro de los árboles y unté cada filo de las dos espadas con la resina del árbol. Las dejé colocadas contra el suelo por el mango y la hoja apoyadas en los árboles para proceder a cubrir mis pies de arbustos que habían cercanos. Después transformé parte de mi brazo en la forma híbrida para tener más alcance y poder colocarme cada cacho de corteza por encima de mi cuerpo, me había quitado toda la ropa para facilitar pegar las cortezas contra mi cuerpo, y había dejado colocada la ropa por la parte de atrás de uno de los arbustos. Tras estar pegada contra el árbol con la resina untada por mi cuerpo y las cortezas acopladas a mí comencé a esperar a que pasase alguien, pero notaba que la resina me daba sensación de quemazón en la piel y me hacía empeorar.
Tras pasar un buen rato, vi un Gyojin moreno salir del bosque y comenzar a caminar por la arena tranquilamente. La resina que me había untado por todos los lados, con la calor del ambiente y de la corteza comenzó a soltar un olor que inhibía mis sentidos y me hacía perder parte de la razón, ni siquiera reconocí al Gyojin, pero lo primero que pasó por mi mente fue "a por él". Pasé a mi forma híbrida para separar de mi cuerpo las cortezas y tras destransformarme, comencé a reptar entre la arena para que no pudiese pillarme antes de atacarle por la espalda. Llevaba mis dos espadas pegadas a las caderas con un extra de resina que les añadí a los mangos para poder llevarlas mientras estaba desnuda. Tras ir entre la arena conteniendo la respiración y tratando de hacer el mínimo ruido posible, me coloqué tras su espalda, agarré las dos espadas bruscamente, me levanté de un salto e intenté clavárselas entre las costillas y los abdominales, uno de los puntos vitales más frágiles de cualquier forma humanoide, con estas recubiertas de energía para hacer aún más daño y perforar aún más la tersa piel del contrincante.
-Nee, ni te acerques a mí cocina -dije delirando con la voz un poco más grave, ¿esa resina me había dejado drogada?.
Backstab / Puñalada por la espalda (AB) - Técnica en la cual la morena intenta clavar mientras el enemigo está desprevenido o no la tiene en su rango de vista, una doble puñalada en un punto vital por la parte trasera de la persona.
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Me tumbé ne la arena y me alegré de sentir los cálidos granos arañando su piel con suavidad. Este "viaje" podría haberlo matado sin problemas, pero estaba vivo. Sonrió y, de pronto, pensó en todo lo que había hecho durante su existencia, desde su infancia destrozada hasta su liberación. Justo al llegar a la parte de Atesaki se preocupó por sus compañeros. No había estado suficiente tiempo con ellos, pero ya los apreciaba. Se levantó con un suspiro y se limpió la arena del cuerpo. De repente un olor nauseabundo llegó a su olfato. Jamás había olido algo así o quizás sí... en el bosque. Había sentido el mismo olor, pero en menor medida. Ahora era tan fuerte que mareaba. Escuchó, además, a alguien hablando. Se giró tan rápido como pudo, espada en mano, preparado para atacar.
Por desgracia para el gyojin era demasiado tarde. Solo alcanzó a ver el brillo metálico de dos hojas. Intentó hacer su técnica Alma de dragón al tiempo que se desplazaba a un lado. Si se hubiera concentrado antes en el olor y hubiera escuchado el movimiento lo habría esquivado sin problemas, pero el rival había sido demasiado sigilosos. Aunque le olor y su voz lo habían delatado. Tarde pero suficiente para evitar un golpe letal. Consiguió esquivar una de las hojas que rozó su piel, pero no tuvo tiempo de usar la técnica ni de evitar del todo, por lo que la otra hoja atravesó su carne cerca de las costillas. El contacto frío del metal penetró en el cuerpo del gyojin y le hizo abrir los ojos de dolor pero, en seguida, el frío contacto se tornó en calor y escozor. No entendí el por qué de esa sensación.
El calor se repartió por todo el cuerpo y sintió unas náuseas que se apoderaban de él. Visualizó al rival, aunque no lo reconocía. Empezó a perder la razón y a sentir una solo cosa, sed de sangre. No sabía el motivo, pero algo le decía que debía matar al contrario. Era quitarle la vida o morir, y estaba claro por cual decisión se iba a decantar. No había pensado en luchar aquí pero... ¿dónde estaba? Ya no recordaba nada. Su cabeza resonó como un tambor y le dolía como si le estuvieran propinando golpes constantes. Iba recordando cosas por momentos, pero no podía perder el tiempo, tenía que luchar. Su vida estaba en juego. Agarró su espada con fuerza. SU enemigo ya había atacado y ahora era su turno. Se concentró para ver dónde estaba. Una vez lo localizó se preparó para realizar su ataque.
-Ahora me toca a mí, idiota, ¿estás preparado?- Dijo con una sádica sonrisa.
Solo veía una silueta oscura y no conseguía darle una forma exacta, pero al menos sabía donde estaba su blanco. Tras ellos podía ver unas pocas palmeras, lo que jugaría en su ventaja. Podría usarlas para que el rival quedara encerrado entre los árboles y su ataque. Era el plan perfecto, si conseguía encadenar un ataque... Elevó su espada y calculó un poco. Cunado estuvo seguro lanzó varias hondas cortantes, principalmente a los laterales de la "sombra" para evitar que se moviera a los lados y otra de gran tamaño justo hacia el centro. Si el rival no había visto las palmeras y se echaba hacia atrás el combate ya habría terminado. Cómo todos los combates que el gyojin llevaba a cabo. Pero... ¿quién era y por qué atacaba al moreno? No recordaba haber empezado ninguna pelea todavía
AF: Hondas cortantes.
Por desgracia para el gyojin era demasiado tarde. Solo alcanzó a ver el brillo metálico de dos hojas. Intentó hacer su técnica Alma de dragón al tiempo que se desplazaba a un lado. Si se hubiera concentrado antes en el olor y hubiera escuchado el movimiento lo habría esquivado sin problemas, pero el rival había sido demasiado sigilosos. Aunque le olor y su voz lo habían delatado. Tarde pero suficiente para evitar un golpe letal. Consiguió esquivar una de las hojas que rozó su piel, pero no tuvo tiempo de usar la técnica ni de evitar del todo, por lo que la otra hoja atravesó su carne cerca de las costillas. El contacto frío del metal penetró en el cuerpo del gyojin y le hizo abrir los ojos de dolor pero, en seguida, el frío contacto se tornó en calor y escozor. No entendí el por qué de esa sensación.
El calor se repartió por todo el cuerpo y sintió unas náuseas que se apoderaban de él. Visualizó al rival, aunque no lo reconocía. Empezó a perder la razón y a sentir una solo cosa, sed de sangre. No sabía el motivo, pero algo le decía que debía matar al contrario. Era quitarle la vida o morir, y estaba claro por cual decisión se iba a decantar. No había pensado en luchar aquí pero... ¿dónde estaba? Ya no recordaba nada. Su cabeza resonó como un tambor y le dolía como si le estuvieran propinando golpes constantes. Iba recordando cosas por momentos, pero no podía perder el tiempo, tenía que luchar. Su vida estaba en juego. Agarró su espada con fuerza. SU enemigo ya había atacado y ahora era su turno. Se concentró para ver dónde estaba. Una vez lo localizó se preparó para realizar su ataque.
-Ahora me toca a mí, idiota, ¿estás preparado?- Dijo con una sádica sonrisa.
Solo veía una silueta oscura y no conseguía darle una forma exacta, pero al menos sabía donde estaba su blanco. Tras ellos podía ver unas pocas palmeras, lo que jugaría en su ventaja. Podría usarlas para que el rival quedara encerrado entre los árboles y su ataque. Era el plan perfecto, si conseguía encadenar un ataque... Elevó su espada y calculó un poco. Cunado estuvo seguro lanzó varias hondas cortantes, principalmente a los laterales de la "sombra" para evitar que se moviera a los lados y otra de gran tamaño justo hacia el centro. Si el rival no había visto las palmeras y se echaba hacia atrás el combate ya habría terminado. Cómo todos los combates que el gyojin llevaba a cabo. Pero... ¿quién era y por qué atacaba al moreno? No recordaba haber empezado ninguna pelea todavía
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