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Flea
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Akuma no mi
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No había nadie, sólo los suburbios se escuchaban en aquella habitación, oscura, por cierto. Varias Akuma ni Mi había entre tantos objetos y extraña maquinaria. Por su forma, supuse que serían Zoan Artificiales, debido a sus lunares, en lugar de espirales. Divisé una mochila entre tanta mierda inservible, y cogí todas las frutas que había.
Opte por continuar la búsqueda de algo interesante, y pasé a la segunda puerta ya que se escuchaban cosas extrañas. Esta estaba un poco abierta, pero seguí la misma secuencia que con la puerta anterior. Primero acerqué el oído, y pude escuchar algo, no sabía el qué, quizá era gente hablando, o tal vez un insecto moviendo objetos. No podía deducir lo que era. Luego toqué la puerta, sin antes ponerme en guardia con mis katanas.
Al ver que nadie me abría, empujé la puerta con el hombro, y dije, lo más pasivo posible.
- Quien quiera que esté aquí que se muestre. No planeo hacer nada con ustedes, sólo ver qué traman.
Opte por continuar la búsqueda de algo interesante, y pasé a la segunda puerta ya que se escuchaban cosas extrañas. Esta estaba un poco abierta, pero seguí la misma secuencia que con la puerta anterior. Primero acerqué el oído, y pude escuchar algo, no sabía el qué, quizá era gente hablando, o tal vez un insecto moviendo objetos. No podía deducir lo que era. Luego toqué la puerta, sin antes ponerme en guardia con mis katanas.
Al ver que nadie me abría, empujé la puerta con el hombro, y dije, lo más pasivo posible.
- Quien quiera que esté aquí que se muestre. No planeo hacer nada con ustedes, sólo ver qué traman.
- OFF:
- Me has dicho primero que había varias frutas en la mesa, y luego que lo único interesante del lugar era LA fruta. Yo lo tomé como que había varias, pero si sólo había una lo corregiré.
Baozar
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Akuma no mi
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Por poco, ya creía que tendríamos que luchar en alta mar, eso sería nefasto pues en el barco todos éramos usuarios, afortunadamente nada paso y pasamos entre el ruido de los cañones y los choques de navíos que se producían a nuestro alrededor. Su capitán solo suspiro después del pequeño discurso del monje, si bien es verdad que el objetivo de la banda era destruir los poderes mundiales Inaga creía que sería más fácil si se destruyera desde ambos lados y no solo desde fuera. Se mantuvo en estado contemplativo observando la marcha tendría que tener mucho cuidado para no caer en esta isla.
Al cabo de unos minutos Kedra salió de su camarote con tres sudaderas en el brazo, a Vince le lanzo una de color negra y otra marrón a Inaga y se puso la que quedaba la cual era de color blanco, rodeándose la cabeza con un pañuelo apenas se dejaba ver sus ojos y algo de pelo. Una estridente explosión hizo eco en el cuerpo de los piratas pues el semblante del capitán se puso serio y les dijo.
- Muy bien, escuchadme bien los dos. Al parecer estamos los tres solos en esto, los demás miembros deben de estar en la isla. Ya que os habéis tomado tantas molestias para venir, incluido el secuestro del barco conmigo dentro, vamos a ir hacia allí. Sin embargo dejare claro algunos puntos antes de nada. Primero, no nos interesa salvar a esa mujer, si muere que muera, pero nuestra vida importa mucho más. Os recuerdo que una de nuestras metas es eliminar a los Yonkous cuando tengamos más poder. Segundo, podéis ver lo que queráis, pero más os vale no meteros en ninguna pelea, lo último que quiero es ver a dos de mis hombres muertos. Poneos las sudaderas con capuchas que os he dado, yo me dirigiré a la taberna Gold Roger. Si tenéis algún problema, dirigiros allí. Cuando todo acabe os quiero de vuelta en el barco, partiremos de inmediato nada más acabe todo.
Mientras el monje escuchaba a su capitán se empezó a poner la sudadera, se le daba bien hacerse pasar por una persona diferente, pues su edad le ayudaba a pasar desapercibido. Sabía que su capitán solo se preocupaba por ellos en el fondo solo era un hijo de puta con las personas a las que no tenia aprecio y eso le gustaba al monje. Subió a su camarote y saco un saco de tierra y se lo unto por la sudadera así parecía dar un aspecto más desgastado como el de un mendigo. Respiro profundamente y lanzo un mantra al cielo que sea lo que el cosmos quiera. Con paso firme y decidido bajo por el mástil hacia la cubierta para descubrir que Kedra ya había salido.
Vince si quieres puedes venir conmigo es mejor estar juntos, en caso contrario te deseo suerte y no mueras, quiero volver a probar tu deliciosa comida.
Dicho esto el monje lanzo una ojeada a la ciudad pensaba dirigirse hacia un lugar alto para poder ver que es lo que sucedía antes de la ejecución y así poder decidir qué hacer, pero tendría que tener cuidado pues si yo fuera el estratega del gobierno hubiera apostado diferentes francotiradores a los cuales había que esquivar. Cojeando caminó por la calle siempre con mucho cuidado observando por si veía algo extraño o algún marine o incluso la oportunidad de encontrar un lugar elevado.
Al cabo de unos minutos Kedra salió de su camarote con tres sudaderas en el brazo, a Vince le lanzo una de color negra y otra marrón a Inaga y se puso la que quedaba la cual era de color blanco, rodeándose la cabeza con un pañuelo apenas se dejaba ver sus ojos y algo de pelo. Una estridente explosión hizo eco en el cuerpo de los piratas pues el semblante del capitán se puso serio y les dijo.
- Muy bien, escuchadme bien los dos. Al parecer estamos los tres solos en esto, los demás miembros deben de estar en la isla. Ya que os habéis tomado tantas molestias para venir, incluido el secuestro del barco conmigo dentro, vamos a ir hacia allí. Sin embargo dejare claro algunos puntos antes de nada. Primero, no nos interesa salvar a esa mujer, si muere que muera, pero nuestra vida importa mucho más. Os recuerdo que una de nuestras metas es eliminar a los Yonkous cuando tengamos más poder. Segundo, podéis ver lo que queráis, pero más os vale no meteros en ninguna pelea, lo último que quiero es ver a dos de mis hombres muertos. Poneos las sudaderas con capuchas que os he dado, yo me dirigiré a la taberna Gold Roger. Si tenéis algún problema, dirigiros allí. Cuando todo acabe os quiero de vuelta en el barco, partiremos de inmediato nada más acabe todo.
Mientras el monje escuchaba a su capitán se empezó a poner la sudadera, se le daba bien hacerse pasar por una persona diferente, pues su edad le ayudaba a pasar desapercibido. Sabía que su capitán solo se preocupaba por ellos en el fondo solo era un hijo de puta con las personas a las que no tenia aprecio y eso le gustaba al monje. Subió a su camarote y saco un saco de tierra y se lo unto por la sudadera así parecía dar un aspecto más desgastado como el de un mendigo. Respiro profundamente y lanzo un mantra al cielo que sea lo que el cosmos quiera. Con paso firme y decidido bajo por el mástil hacia la cubierta para descubrir que Kedra ya había salido.
Vince si quieres puedes venir conmigo es mejor estar juntos, en caso contrario te deseo suerte y no mueras, quiero volver a probar tu deliciosa comida.
Dicho esto el monje lanzo una ojeada a la ciudad pensaba dirigirse hacia un lugar alto para poder ver que es lo que sucedía antes de la ejecución y así poder decidir qué hacer, pero tendría que tener cuidado pues si yo fuera el estratega del gobierno hubiera apostado diferentes francotiradores a los cuales había que esquivar. Cojeando caminó por la calle siempre con mucho cuidado observando por si veía algo extraño o algún marine o incluso la oportunidad de encontrar un lugar elevado.
Katrina Read
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Akuma no mi
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Recién acabo de acomodar una de las ultimas cajas cuando se trono el cuello de manera tosca. Le molestaba que todo estuviese tan oscuro, le impedía obrar con tranquilidad. De tanto en tanto ponía atención a los sonidos del exterior para ver si captaba algo en particular, pero todo afuera era confuso. Echó una mirada cansada a el líder de los Couriers of the apocalypse mientras tronaba sus dedos con lentitud haciendo un sonido molesto. Suspiro.
─ Ya que terminamos de acomodar las caja, me gustaría saber que es lo que exactamente vamos a hacer. ¿Salvaremos a Belatona o...?─ Dejó inconcluso a manera de que Takeru Shiromori, líder de una facción revolucionaria, respondiese a la pregunta que se había planteado desde que había leído en el periódico el encabezado de la ejecución de la younkou; ¿Que harían los revolucionarios al respecto y con que fin?
En algún momento de la charla escucho el azotar de una puerta, lo que despertó de nuevo ese sentido de alerta que la hizo hacerse a un lado cuando pudo apenas visualizar a una mancha albina entrando de manera ruidosa y veloz a la habitación. Muy apenas pudo esquivarlo cuando sintió como un gran peso peludo se le abalanzaba encima en un gruñido. La chica sintió el suelo duro contra su espalda en un golpe profiriendo una queja más de sorpresa que de dolor. Al abrir los ojos tenía el hocico de un perro blanco soltándole su nada agradable aliento a unos centímetros de su rostro. Los ojos de Katrina, que no se movía en lo absoluto, dieron un recorrido veloz por el resto de la habitación para darse cuenta que era un ataque múltiple al ver la torreta de la puerta. Fijo los ojos a esta pudiendo percibir una sombra, seguro otra persona dispuesta a apoyar en el ataque. No alcanzaba a ver si Takeru había podido esquivar o no al loco que al parecer se hacia llamar a si mismo el perro callejero.
Por que obviamente no habrá sido el perro ¿verdad?
La rubia permanecía inmutable, apretó los puños para sacar sus agujas de menor calibre, pero bien podría interpretarse como un acto de nerviosismo, mientras los ojos los mantenía fijos en el perro que la tenía contra el suelo. Su expresión no denotaba susto, pero se le veía irritada.
─Esta bien, esta bien, nos han descubierto, no tenemos malas intenciones, o lo que sea. Y mucho menos tenemos algo que hacer aquí, donde se esta acabando el mundo. No me gustan los perros, por cierto, son animales muy sucios y solo acarrean larvas.
Concluyó con una pequeña sonrisa mientras permanecía al tanto de la torreta, preguntándose si esta dispararía si la chica se movía de su posición para auxiliar a su líder.
─ Ya que terminamos de acomodar las caja, me gustaría saber que es lo que exactamente vamos a hacer. ¿Salvaremos a Belatona o...?─ Dejó inconcluso a manera de que Takeru Shiromori, líder de una facción revolucionaria, respondiese a la pregunta que se había planteado desde que había leído en el periódico el encabezado de la ejecución de la younkou; ¿Que harían los revolucionarios al respecto y con que fin?
En algún momento de la charla escucho el azotar de una puerta, lo que despertó de nuevo ese sentido de alerta que la hizo hacerse a un lado cuando pudo apenas visualizar a una mancha albina entrando de manera ruidosa y veloz a la habitación. Muy apenas pudo esquivarlo cuando sintió como un gran peso peludo se le abalanzaba encima en un gruñido. La chica sintió el suelo duro contra su espalda en un golpe profiriendo una queja más de sorpresa que de dolor. Al abrir los ojos tenía el hocico de un perro blanco soltándole su nada agradable aliento a unos centímetros de su rostro. Los ojos de Katrina, que no se movía en lo absoluto, dieron un recorrido veloz por el resto de la habitación para darse cuenta que era un ataque múltiple al ver la torreta de la puerta. Fijo los ojos a esta pudiendo percibir una sombra, seguro otra persona dispuesta a apoyar en el ataque. No alcanzaba a ver si Takeru había podido esquivar o no al loco que al parecer se hacia llamar a si mismo el perro callejero.
Por que obviamente no habrá sido el perro ¿verdad?
La rubia permanecía inmutable, apretó los puños para sacar sus agujas de menor calibre, pero bien podría interpretarse como un acto de nerviosismo, mientras los ojos los mantenía fijos en el perro que la tenía contra el suelo. Su expresión no denotaba susto, pero se le veía irritada.
─Esta bien, esta bien, nos han descubierto, no tenemos malas intenciones, o lo que sea. Y mucho menos tenemos algo que hacer aquí, donde se esta acabando el mundo. No me gustan los perros, por cierto, son animales muy sucios y solo acarrean larvas.
Concluyó con una pequeña sonrisa mientras permanecía al tanto de la torreta, preguntándose si esta dispararía si la chica se movía de su posición para auxiliar a su líder.
[Acciones tomadas: Hablar a Takeru, dándole un espacio para que me responda, imagino que poco después entro Hainne al cual esquivé, pero no pude con su perro. Tengo un perro encima [edite] Por el momento estoy a la espera, sin aclarar mis intenciones. Mas bien fue un ataque precavido xD]
Joseph Leto
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Akuma no mi
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El joven pelirrojo de la marina que en mitad de su misión en la isla perdida fue nombrado Sargento llega a Loguetown por el oeste de la isla donde atraca su barco en el muelle y escucha una fuerte explosión y ve como todo se inunda de polvo. Aún cabreado se pone sus gafas activando el sensor de calor por precaución a la vez que saca ya las garras sacadas por si se encuentra con algún criminal empezar a cortarlo en trocitos. Sus ojos escarlata despedían chispas de odio pero ese odio es solo a una única persona, una chica pelirroja que le recordó brevemente a su difunta hermana pero que con su descortesía y falta de educación borró cualquier semejanza. El sargento solo tiene en mente dos cosas, la primera es llegar a los posibles heridos y mientras llega a la base pues pretende deshacerse de la mayor cantidad de basura posible.
Sus pasos resuenan por toda la calle ya que le da igual que le vean, es un marine pero va vestido de calle por lo que en el caso de cruzarse con alguien demasiado poderoso solo verá a un tío armado caminando por la calle.
Sus pasos resuenan por toda la calle ya que le da igual que le vean, es un marine pero va vestido de calle por lo que en el caso de cruzarse con alguien demasiado poderoso solo verá a un tío armado caminando por la calle.
Vagadus Vares
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Akuma no mi
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Nos dirigimos a logouetown, y por suerte no nos habían hundido, solamente se escuchaba las explosiones y gritos desesperados de las personas que combatían. La seguridad en el puerto de la ciudad verdaderamente era nula, puesto a que no percibí ningún aura fuerte cerca, algo extrañamente anormal, puesto a que se iba acercando el tiempo de la ejecución, podría ser que los demás piratas se habrían quedado peleando con los marines en alta mar.
Kedra se retiró al interior del barco, dejando al monje y a mí solos en la cubierta; regreso y me lanzo un objeto, el cual atrape guiándome por el ruido que hacia cuando ponía resistencia en el aire. Lo analice y era una chamarra, no sabía porque, pero de todas maneras tenía puesta mi túnica con capucha, así que la guarde en una mochila pequeña, me podría servir, nunca se sabe que pasara.
Nos dio instrucciones sobre lo que teníamos que hacer en loguetown, “¿ninguna pelea?, ¿retirarnos?, ¿no salvar a la yonkuo?, que demonios, vine para salvarla y prevenir su muerte” pensaba, sabía muy bien los objetivos de Kage Akuma, pero si podría convencer a la mujer para dejar su título, ya no sería nuestro objetivo, en lo personal nunca me ha gustado matar mujeres, se me hacía demasiado indignante y despreciable matarlas.
El monje me propuso estar juntos, pero el olor a tierra que tenía no fue de mi agrado, además de que tenía la costumbre de andar solo, por lo que me negué. Baje del barco y me encamine al centro de la ciudad, tenía mi capucha y la venda que tenía en mis ojos la baje para que me cubriera la parte inferior de mi cabeza, que es la boca y la nariz, mostrando mis ojos vacíos, opacos por la ceguera que tenía.
Camine algunas cuadras, sentía auras demasiado grandes y fuertes en la ciudad, mi poder me permitía eso; muchas personas eran usuarios del haki. Me tropecé con una niña, -Disculpe, no lo vi- me dijo la niña, disculpándose; tenía una voz tierna y suave, al juzgar por el tono de voz tenía unos 10 o 11 años, le sonreí.
-Disculpas aceptadas, oye, ¿sabrás donde se llevará a cabo la ejecución?- le pregunte amablemente, de todas maneras me había perdido, además de que no conocía muy bien la ciudad como para buscar una ruta.
-Si señor- me respondió, -¿me podrías guiar?, es que soy ciego, y estoy buscando un amigo que va está ahí- le dije, y me dio la mano, guiándome hacia mi destino, ya tenía modo de llegar, ahora falta esperar a la ejecución.
Kedra se retiró al interior del barco, dejando al monje y a mí solos en la cubierta; regreso y me lanzo un objeto, el cual atrape guiándome por el ruido que hacia cuando ponía resistencia en el aire. Lo analice y era una chamarra, no sabía porque, pero de todas maneras tenía puesta mi túnica con capucha, así que la guarde en una mochila pequeña, me podría servir, nunca se sabe que pasara.
Nos dio instrucciones sobre lo que teníamos que hacer en loguetown, “¿ninguna pelea?, ¿retirarnos?, ¿no salvar a la yonkuo?, que demonios, vine para salvarla y prevenir su muerte” pensaba, sabía muy bien los objetivos de Kage Akuma, pero si podría convencer a la mujer para dejar su título, ya no sería nuestro objetivo, en lo personal nunca me ha gustado matar mujeres, se me hacía demasiado indignante y despreciable matarlas.
El monje me propuso estar juntos, pero el olor a tierra que tenía no fue de mi agrado, además de que tenía la costumbre de andar solo, por lo que me negué. Baje del barco y me encamine al centro de la ciudad, tenía mi capucha y la venda que tenía en mis ojos la baje para que me cubriera la parte inferior de mi cabeza, que es la boca y la nariz, mostrando mis ojos vacíos, opacos por la ceguera que tenía.
Camine algunas cuadras, sentía auras demasiado grandes y fuertes en la ciudad, mi poder me permitía eso; muchas personas eran usuarios del haki. Me tropecé con una niña, -Disculpe, no lo vi- me dijo la niña, disculpándose; tenía una voz tierna y suave, al juzgar por el tono de voz tenía unos 10 o 11 años, le sonreí.
-Disculpas aceptadas, oye, ¿sabrás donde se llevará a cabo la ejecución?- le pregunte amablemente, de todas maneras me había perdido, además de que no conocía muy bien la ciudad como para buscar una ruta.
-Si señor- me respondió, -¿me podrías guiar?, es que soy ciego, y estoy buscando un amigo que va está ahí- le dije, y me dio la mano, guiándome hacia mi destino, ya tenía modo de llegar, ahora falta esperar a la ejecución.
Eris Takayama
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Akuma no mi
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Haine agarró su mano sobre el pomo para que no lo girara. Quería tomar precauciones antes de abrir la puerta. Pero así fue la única forma de la que pudo saber que tras ella se hallaban un par de personas. La joven le hizo caso, tanto, que casi se activó solo su poder. Sintió la energía recorrer y poblar hasta la última célula de su cuerpo pero, tomando a Gato al aire mientras el peliblanco y su canino compañero se lanzaban en una intrépida y estúpida emboscada para los que dentro de la taberna se encontraban, la mujer se apoyó contra la pared. No es que no quisiera intervenir, es que la acción de Haine le había parecido suficientemente estúpida como para tirarle un piedra a la cabeza, a ver si con suerte, se quedaba inconsciente y al despertar no se le ocurrían aquellas maravillosas ideas.
Así fue como la mujer permaneció ante las dos amenazas a las que todavía no había puesto cara. Ella observaba la calle, las patrullas lejanas… Sí, lejas, que poco a poco se acercaban al punto que entró y cerró la puerta, con algo de fuerza, pero apoyándose sobre la misma. Corrían peligro de ser arrestados si los encontraban fuera pero tampoco se había parado a pensar que podían estar mejor que dentro. No obstante, lo pensó: miró a la rubia y al castaño y alzó los ojos. ¿Todo aquello era una broma de mal gusto? -o eso, estaba comenzando a pensar Eris- ¿Qué diantres estaba pasando? —No me importa lo que sois o lo que hayáis hecho, pero bajad la puta voz o esperad a que pase la patrulla para seguir peleándoos— porque no, para desgracia de su acompañante, ella solo se dedicaría a abrazar con suavidad al leopardo que se encontraba entre sus labios, tratando de lanzar pequeños zarpazos hacia todos los que en la sala se encontraban.
[Off. Post terriblemente cutre ante el no saber como tomar las acciones de los demás participantes y por tanto no poder desarrollar mis propias acciones. Lo que pasó: Ella se queda fuera durante toda la primera parte de la trifulca. Ve como un grupo de marines se acerca, se mete dentro, cierra la puerta y les manda callar.]
Así fue como la mujer permaneció ante las dos amenazas a las que todavía no había puesto cara. Ella observaba la calle, las patrullas lejanas… Sí, lejas, que poco a poco se acercaban al punto que entró y cerró la puerta, con algo de fuerza, pero apoyándose sobre la misma. Corrían peligro de ser arrestados si los encontraban fuera pero tampoco se había parado a pensar que podían estar mejor que dentro. No obstante, lo pensó: miró a la rubia y al castaño y alzó los ojos. ¿Todo aquello era una broma de mal gusto? -o eso, estaba comenzando a pensar Eris- ¿Qué diantres estaba pasando? —No me importa lo que sois o lo que hayáis hecho, pero bajad la puta voz o esperad a que pase la patrulla para seguir peleándoos— porque no, para desgracia de su acompañante, ella solo se dedicaría a abrazar con suavidad al leopardo que se encontraba entre sus labios, tratando de lanzar pequeños zarpazos hacia todos los que en la sala se encontraban.
[Off. Post terriblemente cutre ante el no saber como tomar las acciones de los demás participantes y por tanto no poder desarrollar mis propias acciones. Lo que pasó: Ella se queda fuera durante toda la primera parte de la trifulca. Ve como un grupo de marines se acerca, se mete dentro, cierra la puerta y les manda callar.]
Steve
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Estaba en el camarote que había elegido en aquel navío, mientras me dirigía a donde se ejecutaría una Yonkou, o me dirigían, porque al ponerme a pensar mientras venía en aquel barco, yo no habría salido de aquella prisión sin ayuda al igual que no habría venido a ese lugar sin una mayor opción que “Hay una guerra, mátalos a todos.” Parecía que me habían manejado y eso me hizo plantearme si habría un señor con traje por encima del cielo que nos controlaba a todos los humanos a su merced.
De todas formas no le di más vueltas a esto y salí del camarote, al momento exacto para ver como un ovni, le impactaba en la cabeza al hombre del puro, volviendo su pelo de color carmesí por la sangre, un espectáculo extraño y que aunque era médico, lo mío no era el hacer arreglos en el cuerpo, y solo lo hacía si era absolutamente necesario, sino mas bien innovar con las medicinas así que deje que el otro hombre se ocupara, mientras me dirigía al muro que nos protegía de caer al agua.
Al parecer había estallado algo en el cielo cuando le golpeo en la cabeza al hombre albino, pues todavía quedaba humo residual en el aire, pero también se podía ver desde ahí como empezaba la batalla, entre grandes potencias como la marina o la revolución, con Loguetown como principal escenario y rodeado de buques de guerra, algunos con la bandera negra, otros con el símbolo de la marina, daba igual, pues cada uno peleaba por sus ideales, cada corte hecho, cada proyectil disparado, cada explosión, eran simplemente ideales y lo que intentarían era doblegar a su rival con estos, así que lo único que hice fue agarrarme mucho mas fuerte al borde hecho de madera.
Esperaba llegar rápido a la isla, solo para poder desembarcar y ayudar a todos aquellos que luchaban por la libertad de una sola persona, aquel simple acto, había despertado una llama dentro de mí, una llama que me pedía ir allí y ponerme en la primera fila de aquella batalla, por lo que eche mi cuerpo levemente hacía adelante, y grite al que estuviese manejando el barco.
-¡Vamos muevete maldito! ¿Crees que voy a dejar que nos quedemos aqui tras lo que le han hecho al albino?-Aunque no sabía a quién me dirigía ni si me estaría oyendo, solo estaba dejando que la furia floreciese y si no nos movíamos rápidos iría hasta Loguetown yo solo.
De todas formas no le di más vueltas a esto y salí del camarote, al momento exacto para ver como un ovni, le impactaba en la cabeza al hombre del puro, volviendo su pelo de color carmesí por la sangre, un espectáculo extraño y que aunque era médico, lo mío no era el hacer arreglos en el cuerpo, y solo lo hacía si era absolutamente necesario, sino mas bien innovar con las medicinas así que deje que el otro hombre se ocupara, mientras me dirigía al muro que nos protegía de caer al agua.
Al parecer había estallado algo en el cielo cuando le golpeo en la cabeza al hombre albino, pues todavía quedaba humo residual en el aire, pero también se podía ver desde ahí como empezaba la batalla, entre grandes potencias como la marina o la revolución, con Loguetown como principal escenario y rodeado de buques de guerra, algunos con la bandera negra, otros con el símbolo de la marina, daba igual, pues cada uno peleaba por sus ideales, cada corte hecho, cada proyectil disparado, cada explosión, eran simplemente ideales y lo que intentarían era doblegar a su rival con estos, así que lo único que hice fue agarrarme mucho mas fuerte al borde hecho de madera.
Esperaba llegar rápido a la isla, solo para poder desembarcar y ayudar a todos aquellos que luchaban por la libertad de una sola persona, aquel simple acto, había despertado una llama dentro de mí, una llama que me pedía ir allí y ponerme en la primera fila de aquella batalla, por lo que eche mi cuerpo levemente hacía adelante, y grite al que estuviese manejando el barco.
-¡Vamos muevete maldito! ¿Crees que voy a dejar que nos quedemos aqui tras lo que le han hecho al albino?-Aunque no sabía a quién me dirigía ni si me estaría oyendo, solo estaba dejando que la furia floreciese y si no nos movíamos rápidos iría hasta Loguetown yo solo.
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La explosión hizo que Kaín cayera al suelo unos instantes. Cuando se levantó, la mitad del Baratie había desaparecido y uno de los barcos de la armada de Opprimere había quedado reducido a cascotes. Aquel no era el plan original pero, tras visualizar todo bien, se dio cuenta de que no estaba tan mal aquel giro de los acontecimientos.
De pronto, una explosión tan violenta que es escuchó incluso desde el centro de la batalla naval estalló en la ciudad. Kaín desvió hacia allí la vista. Parecía que había sido en la plaza de la ejecución.
Kaín posó sus ojos en el buque insignia de Opprimere, su objetivo para aquel día, y sonrió. No estaba excesivamente dañado tras la batalla naval. Pero seguía habiendo tripulantes. ¿Que era lo más acertado? ¿Esconderse entre los restos de alguno de los barcos destruidos a que todos desembarcaran o tomar un curso de acción más... agresivo? Kaín no estaba seguro de aquello pero, si los piratas querían tener opción de liberar a Katrina, debían luchar con todo, así que se inclinó por la primera opción, sin perder de vista el buque insignia para ver cuando desembarcaban sus tripulantes.
De pronto, una explosión tan violenta que es escuchó incluso desde el centro de la batalla naval estalló en la ciudad. Kaín desvió hacia allí la vista. Parecía que había sido en la plaza de la ejecución.
Kaín posó sus ojos en el buque insignia de Opprimere, su objetivo para aquel día, y sonrió. No estaba excesivamente dañado tras la batalla naval. Pero seguía habiendo tripulantes. ¿Que era lo más acertado? ¿Esconderse entre los restos de alguno de los barcos destruidos a que todos desembarcaran o tomar un curso de acción más... agresivo? Kaín no estaba seguro de aquello pero, si los piratas querían tener opción de liberar a Katrina, debían luchar con todo, así que se inclinó por la primera opción, sin perder de vista el buque insignia para ver cuando desembarcaban sus tripulantes.
Roland von Klauswitz
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-"Maldición, creía que los tenía." -pensó el hombre árbol al ver como la mayoría de sus objetivos escapaban. Solo había conseguido capturar a uno y el resto habían logrado escaparse, algunos de ellos por los pelos, y seguir corriendo hacia el centro de la ciudad. El marine apresó al hombre con varias de sus ramas y le colocó unas esposas para evitar que se escapase de nuevo. Buscó rápidamente un lugar donde poder dejar a su prisionero a buen recaudo de forma que no se escapara mientras perseguía al resto. Entonces explotó.
Una explosión de poder desmesurado sacudió la isla sumiendo toda la zona en un mar de polvo y escombros que provenían del edificio donde se encontraba hacía solo un minuto. De haberse encontrado allí ahora estaría volando en mil pedazos por toda la zona. Fue entonces cuando decidió que no dejaría escapar a aquella gente, sin duda eran los responsables de la explosión y no tenían intención dejar que se marcharan. No sabía quienes eran, ni si se trataba de miembros de la Armada Revolucionaria, piratas o cualquier otra cosa. Solo sabía que se dirigían a la plaza donde tendría lugar la ejecución y que no podía permitírselo. Si provocaban allí otra explosión podrían desatar el caos. En ese momento apareció la chica. Alika había vuelto a parecer misteriosamente después de haberse marchado, probablemente atraída por el estruendo de la explosión.
-¿A dónde diablos habías ido? - le preguntó el hombre-árbol sorprendido por su repentina aparición y doliéndose por un par de rocas que habían impactado en su cuerpo. -Bueno, da igual. Tenemos que coger a esos tipos que huyen por allí, creo que son los que han provocado la explosión y ahora van hacia el centro de la ciudad. Espero que seas rápida. -Ahora que la agente del Cipher Pol había regresado, confiaba en que su velocidad le sirviera para coger a aquella gente.
Sin embargo no iba a dejárselo todo. Enfundó sus armas y comenzó a cambiar poco a poco. Al cabo de unos segundos adoptó su forma híbrida, en esta medía aproximadamente cinco metros de altura y sus armas quedaban cubiertas por su corteza. Desde esa altura podía ver todavía a sus objetivos y no dudó en echar a correr hacia ellos, no sin antes agarrar con fuerza a su prisionero y mantenerlo inmovilizado con sus ramas. Tal vez su velocidad no fuera especialmente alta, pero con aquel tamaño no tardaría en darles alcance, y cuando lo hiciera ya no sería tan benévolo.
Una explosión de poder desmesurado sacudió la isla sumiendo toda la zona en un mar de polvo y escombros que provenían del edificio donde se encontraba hacía solo un minuto. De haberse encontrado allí ahora estaría volando en mil pedazos por toda la zona. Fue entonces cuando decidió que no dejaría escapar a aquella gente, sin duda eran los responsables de la explosión y no tenían intención dejar que se marcharan. No sabía quienes eran, ni si se trataba de miembros de la Armada Revolucionaria, piratas o cualquier otra cosa. Solo sabía que se dirigían a la plaza donde tendría lugar la ejecución y que no podía permitírselo. Si provocaban allí otra explosión podrían desatar el caos. En ese momento apareció la chica. Alika había vuelto a parecer misteriosamente después de haberse marchado, probablemente atraída por el estruendo de la explosión.
-¿A dónde diablos habías ido? - le preguntó el hombre-árbol sorprendido por su repentina aparición y doliéndose por un par de rocas que habían impactado en su cuerpo. -Bueno, da igual. Tenemos que coger a esos tipos que huyen por allí, creo que son los que han provocado la explosión y ahora van hacia el centro de la ciudad. Espero que seas rápida. -Ahora que la agente del Cipher Pol había regresado, confiaba en que su velocidad le sirviera para coger a aquella gente.
Sin embargo no iba a dejárselo todo. Enfundó sus armas y comenzó a cambiar poco a poco. Al cabo de unos segundos adoptó su forma híbrida, en esta medía aproximadamente cinco metros de altura y sus armas quedaban cubiertas por su corteza. Desde esa altura podía ver todavía a sus objetivos y no dudó en echar a correr hacia ellos, no sin antes agarrar con fuerza a su prisionero y mantenerlo inmovilizado con sus ramas. Tal vez su velocidad no fuera especialmente alta, pero con aquel tamaño no tardaría en darles alcance, y cuando lo hiciera ya no sería tan benévolo.
Kasan
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Después de todo el viaje por fin había llegado a LogueTown e iba equipado hasta los dientes para enfrentarme a todo lo que se pusiera por delante, desembarqué en la zona Norte, cerca de un bosque pequeño pero algo frondoso que no dejaba ver mas allá desde mi posición, bajé del pequeño bote y lo amarré a una roca cercana dejándolo preparado para salir cortando viento en el caso de que las cosas se pusiesen demasiado complicadas aunque no tenía el porqué ya que era una simple ejecución.
Me dispuse a adentrarme en el bosque cuando de pronto se pudo escuchar una enorme explosión que hizo retumbar el suelo e incluso levantar una enorme nube de polvo que cubría una extensa parte de la isla, aquello hizo que nada mas llegar a la isla ya tuviese que estar con mil ojos y andar con pies de plomo por si algo salía del bosque tocándome las narices nada mas llegar, en vista de que la nube de polvo tardaría un poco en disiparse lo mejor sería echarle una mano y despejarla por mis propios medios.
Utilizando el Geppou di un par de saltos en el aire para tener una mejor perspectiva de la isla, a veinte metros de altura con respecto del suelo no se veía una mierda a causa de la nube de polvo así que lo primero que hice fue despejarla con unas fuertes rachas de viento a grandes velocidades, con esto en apenas unos segundos la nube se había disipado dejándome ver a través de ella y contemplar la vista de la isla desde allí arriba.
Lo primero en lo que me fijé fue en que la explosión venía de la propia ciudad, algo alejado del lugar de la ejecución pero al fin y al cabo, aquí estaban concentrados los mas altos cargos tanto de la Marina como del Gobierno y hay que tener un buen par bien puestos para intentar armarla aqui, quizás hubieran heridos debido a la explosión pero si no recuerdo mal, a los habitantes de LogueTown se les advirtió de que abandonasen la isla por su propio bien así que de haber algún herido en teoría deberían de ser Marines o Agentes del Gobierno y ese, por desgracia, es nuestro pan de cada día.
Algo que si quería saber era quien habría sido capaz de armar tanto alboroto o mejor dicho, quien era el que los tenía cuadrados para hacer semejante locura, ayudado del viento y del Geppou comencé a volar un poco mas alto de lo que ya iba dirigiéndome hacía el lugar de la explosión, no sabía que podría encontrarme allí pero si no iba de seguro que no lo sabría y ese era mi deber en el día de hoy, aniquilar a todo aquel que tratase de interferir en la ejecución.
Cerca ya del punto de la explosión hice que el cielo se cerrase por completo, la lluvia comenzó a caer levemente mojando lo que de seguro sería el campo de batalla, realmente lo hice por comodidad propia lo de cambiar el clima pues con la lluvia me sentía mas protegido además de que un momento histórico como este necesitaba un ambiente mas dramático para lo que se avecinaba, pues la muerte de uno de los cuatro emperadores para nosotros era un motivo de celebración ya que así demostraríamos al mundo porqué somos el Gobierno.
Me dispuse a adentrarme en el bosque cuando de pronto se pudo escuchar una enorme explosión que hizo retumbar el suelo e incluso levantar una enorme nube de polvo que cubría una extensa parte de la isla, aquello hizo que nada mas llegar a la isla ya tuviese que estar con mil ojos y andar con pies de plomo por si algo salía del bosque tocándome las narices nada mas llegar, en vista de que la nube de polvo tardaría un poco en disiparse lo mejor sería echarle una mano y despejarla por mis propios medios.
Utilizando el Geppou di un par de saltos en el aire para tener una mejor perspectiva de la isla, a veinte metros de altura con respecto del suelo no se veía una mierda a causa de la nube de polvo así que lo primero que hice fue despejarla con unas fuertes rachas de viento a grandes velocidades, con esto en apenas unos segundos la nube se había disipado dejándome ver a través de ella y contemplar la vista de la isla desde allí arriba.
Lo primero en lo que me fijé fue en que la explosión venía de la propia ciudad, algo alejado del lugar de la ejecución pero al fin y al cabo, aquí estaban concentrados los mas altos cargos tanto de la Marina como del Gobierno y hay que tener un buen par bien puestos para intentar armarla aqui, quizás hubieran heridos debido a la explosión pero si no recuerdo mal, a los habitantes de LogueTown se les advirtió de que abandonasen la isla por su propio bien así que de haber algún herido en teoría deberían de ser Marines o Agentes del Gobierno y ese, por desgracia, es nuestro pan de cada día.
Algo que si quería saber era quien habría sido capaz de armar tanto alboroto o mejor dicho, quien era el que los tenía cuadrados para hacer semejante locura, ayudado del viento y del Geppou comencé a volar un poco mas alto de lo que ya iba dirigiéndome hacía el lugar de la explosión, no sabía que podría encontrarme allí pero si no iba de seguro que no lo sabría y ese era mi deber en el día de hoy, aniquilar a todo aquel que tratase de interferir en la ejecución.
Cerca ya del punto de la explosión hice que el cielo se cerrase por completo, la lluvia comenzó a caer levemente mojando lo que de seguro sería el campo de batalla, realmente lo hice por comodidad propia lo de cambiar el clima pues con la lluvia me sentía mas protegido además de que un momento histórico como este necesitaba un ambiente mas dramático para lo que se avecinaba, pues la muerte de uno de los cuatro emperadores para nosotros era un motivo de celebración ya que así demostraríamos al mundo porqué somos el Gobierno.
Rainbow662
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La explosión sacudió la isla como si se tratara de un inmenso terremoto, el mundo se había vuelto loco y aquí y allá grupos de marines corrían en busca del origen de la detonación y de instrucciones de sus superiores sobre como proceder. Arribor contempló como una gran columna de humo se elevaba en el cielo y como varias rocas volaban en distintas direcciones. Estuvo tentado de ir a comprobar que había pasado pero no creía que sirviera para nada.
No hacía mucho que habían llegado a Loguetown. Tomar el barco había resultado ser más fácil de lo que habían pensado y el viaje hasta la isla resultó de lo más cómodo. Durante el trayecto rebuscó por la cocina en busca de algo que sirviese para ayudar a su capitana y lograr que despertara, al fin y al cabo era ella quien debía ocupar su posición en Loguetown y ellos como su tripulación debían encargarse de que llegase en perfectas condiciones. Al final logró encontrar varios ingredientes adecuados y hacer un plato que quizás hiciera que se recuperara.
Durante el viaje por mar, tuvo tiempo de pensar sobre el curioso grupo que se había reunido allí. No solo estaba la tripulación casi al completo, sino que también había aparecido el antiguo capitán y otro tipo con el que parecía llevarse bastante bien, eso sin tener en cuenta al marine del lobo. Realmente era un día raro. Lo más curioso era que hasta hacía poco él era uno de los que debía presentarse en la isla para defenderla junto a la marina, algo que agradecía haber podido evitar.
En cuanto llegaron allí, tras atravesar una zona del mar repleta de fragmentos de barcos y sangre, buscaron la posición designada para ellos y poco después se produjo la explosión. Aquello solo significaba que la guerra había empezado y ese era precisamente el motivo por el que quería estar allí. La vida o la muerte de la Yonkou le importaba más bien poco, si vivía mejor para ella y si moría no era su problema. De hecho le parecía bastante absurdo que piratas de todo el mundo se unieran para intentar salvar la vida de aquella mujer. Para Arribor no era nadie, si fuese cosa suya él mismo le cortaría la cabeza solo para ver que ocurría. Su motivación no era en otra que participar en la enorme batalla que se produciría y medir sus fuerzas con los personajes más notables del mundo y esa explosión gigantesca era la señal del comienzo. Arribor no pudo evitar sonreír.
No hacía mucho que habían llegado a Loguetown. Tomar el barco había resultado ser más fácil de lo que habían pensado y el viaje hasta la isla resultó de lo más cómodo. Durante el trayecto rebuscó por la cocina en busca de algo que sirviese para ayudar a su capitana y lograr que despertara, al fin y al cabo era ella quien debía ocupar su posición en Loguetown y ellos como su tripulación debían encargarse de que llegase en perfectas condiciones. Al final logró encontrar varios ingredientes adecuados y hacer un plato que quizás hiciera que se recuperara.
Durante el viaje por mar, tuvo tiempo de pensar sobre el curioso grupo que se había reunido allí. No solo estaba la tripulación casi al completo, sino que también había aparecido el antiguo capitán y otro tipo con el que parecía llevarse bastante bien, eso sin tener en cuenta al marine del lobo. Realmente era un día raro. Lo más curioso era que hasta hacía poco él era uno de los que debía presentarse en la isla para defenderla junto a la marina, algo que agradecía haber podido evitar.
En cuanto llegaron allí, tras atravesar una zona del mar repleta de fragmentos de barcos y sangre, buscaron la posición designada para ellos y poco después se produjo la explosión. Aquello solo significaba que la guerra había empezado y ese era precisamente el motivo por el que quería estar allí. La vida o la muerte de la Yonkou le importaba más bien poco, si vivía mejor para ella y si moría no era su problema. De hecho le parecía bastante absurdo que piratas de todo el mundo se unieran para intentar salvar la vida de aquella mujer. Para Arribor no era nadie, si fuese cosa suya él mismo le cortaría la cabeza solo para ver que ocurría. Su motivación no era en otra que participar en la enorme batalla que se produciría y medir sus fuerzas con los personajes más notables del mundo y esa explosión gigantesca era la señal del comienzo. Arribor no pudo evitar sonreír.
Ikaru
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La pequeña "enfermeria" improvisada que habíamos montado en una de las salas del nuevo barco robado realmente se sentía bastante agradable. Allí estaban tanto Hardo, Rose y Sting por parte de los "heridos". Hardo seguía con los Ojos abiertos como platos sentado sobre una camilla que habíamos encontrado por allí. Le había examinado todo lo que había podido pero no encontré forma de averiguar que le coño le pasaba. Después estuve ayudando a Sting, el mordisco que tenía en la pierna no era del todo profundo por lo tanto no me costó mucho hacer lo necesario para que pudiese volver a andar, Unos vendajes, desinfectantes y algún que otra cosa más y Arreglado, aunque seguramente al principio aún le dolería un poco al andar. Tras él, estuve con Rose. Al conseguir robar este barco aún seguía desmayada e incluso ahora continuaba en ese estado pero algo habría que hacer. Arribor me ayudo cocinando una comida con la que le seria bastante más fácil recuperarse de ese Ardor, por lo tanto no tardo mucho en despertarse tras haberlo comido. Continúe con Hardo tras ya haber visto a todos, pero nada hombre, seguía ahí plantado como un árbol...Aunque estaba tumbado, lo mejor seria que tras arribar en Lowetown alguien se quedase con él o al menos que el barco no fuese demasiado accesible. Tras todo eso, sali de la "enfermería" hacía la cubierta del barco para ver donde estaban todos los demás. Y ahí mismo estaban casi todos.
-Parece que ya nos acercamos a nuestro objetivo Chicos...O bueno a lo que tenga que hacer nuestra Capitana en esta ciudad, y espero que esta vez No destruyamos el barco...que aunque tampoco me agrada mucho su color...De algo nos puede servir.
Tras eso, solté una pequeña risa y me acerque al borde del barco para mirar de frente a la ciudad, todo parecía bastante tranquilo en la isla hasta que de repente una gran explosión se produjo en al ciudad, varios escombros y la gran nube de humo se dirigieron hasta donde estábamos nosotros aunque no llegaron... Parecía que se había montado una buena y seguramente todo tuviese que ver con lo que tenia que hacer Rose en aquella isla por lo que todo esto me daba muy mala espina... y todo parecía indicar que se iba a armar una gran batalla en la ciudad y tendríamos que estar bastante preparados para lo que se nos viniese encima...Esperamos que fuera bien.
-Parece que ya nos acercamos a nuestro objetivo Chicos...O bueno a lo que tenga que hacer nuestra Capitana en esta ciudad, y espero que esta vez No destruyamos el barco...que aunque tampoco me agrada mucho su color...De algo nos puede servir.
Tras eso, solté una pequeña risa y me acerque al borde del barco para mirar de frente a la ciudad, todo parecía bastante tranquilo en la isla hasta que de repente una gran explosión se produjo en al ciudad, varios escombros y la gran nube de humo se dirigieron hasta donde estábamos nosotros aunque no llegaron... Parecía que se había montado una buena y seguramente todo tuviese que ver con lo que tenia que hacer Rose en aquella isla por lo que todo esto me daba muy mala espina... y todo parecía indicar que se iba a armar una gran batalla en la ciudad y tendríamos que estar bastante preparados para lo que se nos viniese encima...Esperamos que fuera bien.
Alex14ac
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Después de aquel bizarro momento Alex deseaba olvidar lo ocurrido. A diferencia de lo que pensaba, los bandidos solo eran tres. No había más forajidos que ellos y se abalanzaron a por él sin mediar palabra. No eran importantes, no eran habilidosos, no eran enemigos en condiciones. Cuando se deshizo de ellos sin dificultad ninguna, uno se acercó hasta él suplicando perdón. Y… tras acariciar su trasero le susurró al oído “Puedo hacer lo que me pidas si me dejas ir”. Alex retrocedió asustado y se quedó, inmóvil, esperando a los marines. Estos no tardaron en llegar junto a su lobo que, al parecer, estaba dentro de una jaula. Sin mediar palabra los soldados de la “Justicia” dispararon a los forajidos y esposaron al cazador. Después de eso lo embarcaron y lo llevaron hacia Logue Town.
-A ver, panda de inútiles primates come piojos. Si tenéis el cerebro suficiente para entender el mecanismo de apretar el gatillo que dispara vuestro rifle ¿por qué coño no entendéis que no soy un criminal? Soy un jodido cazador de recompensas, idiotas- Gritaba Alex sin respuesta.
El calabozo en el que estaba encerrado era muy rudimentario. Podría destrozar la madera del barco sin problema, pero se buscaría un problema con la Marina y se ahogaría. Tener los poderes de una fruta no compensaba tanto respecto al hecho de no poder nadar. Tardaron un buen rato en llegar a su destino y, finalmente, lo sacaron de su encarcelamiento para llevarlo hacia el cuartel de Logue Town. Una vez allí lo pusieron frente a un intendente, sin quitarle las esposas, junto a su lobo. El hombre lo miraba de arriba abajo para después buscar en un libro. Seguramente se trataba de un libro con los carteles de recompensas. En esos momentos deseaba que los cazadores de recompensa tuvieran una medalla o algo que los identificara como tal. Quizás… una placa o similar.
-¿Cómo tengo que explicarlo? Soy cazador de recompensas. Mi nombre es Alex Drachen. Entregué unos criminales en este mismo cuartel y él es Farkas, mi lobo. Si me dejáis marchar no pasará nada- Intentaba explicar.
-Cierra la boca, criminal de pacotilla. Por lo visto no eres importante, porque no hay datos sobre ti en los carteles de recompensas, pero algo encontraremos. Mientras tanto te pudrirás en prisión- Respondió el intendente.
Alex empezaba a desesperarse. ¿Cómo podía llegar a esa situación? No se le ocurría nada para salir de aquello, pero entonces recordó un nombre. Quizás su amigo serviría de ayuda aunque no estuviera ahí.
-Si sois incapaces de ver los registros de criminales entregados quizás deba informar a mi amigo Krauser de vuestra inutilidad. Siendo un alto cargo de la Marina tendrá posibilidades de hablar sobre vosotros a la gente importante. ¿Quién sabe? Quizás venga él mismo a hablar con vosotros- Dijo con seriedad y una sonrisa.
-A ver, panda de inútiles primates come piojos. Si tenéis el cerebro suficiente para entender el mecanismo de apretar el gatillo que dispara vuestro rifle ¿por qué coño no entendéis que no soy un criminal? Soy un jodido cazador de recompensas, idiotas- Gritaba Alex sin respuesta.
El calabozo en el que estaba encerrado era muy rudimentario. Podría destrozar la madera del barco sin problema, pero se buscaría un problema con la Marina y se ahogaría. Tener los poderes de una fruta no compensaba tanto respecto al hecho de no poder nadar. Tardaron un buen rato en llegar a su destino y, finalmente, lo sacaron de su encarcelamiento para llevarlo hacia el cuartel de Logue Town. Una vez allí lo pusieron frente a un intendente, sin quitarle las esposas, junto a su lobo. El hombre lo miraba de arriba abajo para después buscar en un libro. Seguramente se trataba de un libro con los carteles de recompensas. En esos momentos deseaba que los cazadores de recompensa tuvieran una medalla o algo que los identificara como tal. Quizás… una placa o similar.
-¿Cómo tengo que explicarlo? Soy cazador de recompensas. Mi nombre es Alex Drachen. Entregué unos criminales en este mismo cuartel y él es Farkas, mi lobo. Si me dejáis marchar no pasará nada- Intentaba explicar.
-Cierra la boca, criminal de pacotilla. Por lo visto no eres importante, porque no hay datos sobre ti en los carteles de recompensas, pero algo encontraremos. Mientras tanto te pudrirás en prisión- Respondió el intendente.
Alex empezaba a desesperarse. ¿Cómo podía llegar a esa situación? No se le ocurría nada para salir de aquello, pero entonces recordó un nombre. Quizás su amigo serviría de ayuda aunque no estuviera ahí.
-Si sois incapaces de ver los registros de criminales entregados quizás deba informar a mi amigo Krauser de vuestra inutilidad. Siendo un alto cargo de la Marina tendrá posibilidades de hablar sobre vosotros a la gente importante. ¿Quién sabe? Quizás venga él mismo a hablar con vosotros- Dijo con seriedad y una sonrisa.
- Para los cazadores, krauser y Deadpool:
- No llego al punto de encuentro de los cazadores de recompensas, pues he sido arrestado injustamente y conducido hacia el cuartel de la Marina hacia donde se dirigen Krauser y Deadpool. El marine y el CP pueden interactuar con mi situación si les place, a Alex le encantaría la ayuda de su amigo ahora que las esposas no le dejan rascarse en un lugar casi inaccesible donde le pica bastante.
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Junto a los miembros de la tripulación de la Yonkaikyo Dark D. Rose se encuentra un marine, que logra llegar a la ciudad asignada, Loguetown, acompañándolos. Entre ellos hay dos bajas y un herido, la capitana que permanece inconsciente, un chico que no se levanta desde que el joven marine se los cruzó y el que lo atacó que acabó con la pierna rota por subirse encima de Hati sin consentimiento del mismo ni de Kaishi. Por ello el joven marine se pasa el viaje apartado de los demás, sin reunirse con ellos y mucho menos relacionarse, solo a la espera de la llegada a Loguetown para tomar su puesto en el esquema. Así pues cuando el barco llega a la ciudad a la que se dirige el joven marine este baja de un salto y se pone rumbo a la plaza, donde se escucha una violenta explosión.
Crimson
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Loguetown. ahí es dónde se realizaría la ejecución de una de los cuatro piratas más poderosos, conocidos y temidos del mar, Katrina Bellatona. Crimson no estaba del todo de acuerdo con la ejecución de una mujer, pese a su edad todavía estaba bastante buena (estas mujeres saben conservarse muy bien) y menos que se haga público. Nunca había entendido el por qué contar a los cuatro vientos que ibas a derrocar a uno de los famosos Yonkou, dando así opción, como en ese caso a que se forme una estúpida guerra en la que las tres fuerzas más importantes actuales tendría enfrentamiento directo, los Yonkous, los siete Shichibukais y los tres Almirantes. Pero no sólo ellos, a la causa se había sumado también otras fuerzas alternativas, para nada despreciables, como grandes cazadores de recompensa; entre ellos Takeshi Yamamoto, el que fue en su día su jefe; los nuevos Yonkaikyos, Rose era una de ellas y su cometido era luchar al lado de la marina, y las fuerza de los revolucionarios que querían aprovechar la situación para dar un duro golpe al Gobierno Mundial. Ante tal panorama llegaba Sons of Anarchy, en un barco ciertamente ridículo (de haber estado de fiesta habrá sido perfecto, pero en esta ocasión era casi contraproducente pues llamaban demasiado la atención, una tripulación que el dirigía desde las sombras y la que era capitana a cara de todo el mundo, e incluso de algunos de la propia banda, era Dark D. Rose, su pelirroja.
Siguiendo sus órdenes, aunque obvias, lograron reponer a dos de los que habían sido dañados durante la travesía. Sin embargo Hardo seguía inconsciente. Lo mejor sería dejarlo ahí mientras el resto debía de cumplir con la misión de proteger a su capitana en esa guerra sin sentido a sus aguileños ojos. Debían de ir a la plaza central junto al patíbulo dónde en su día fue ejecutado otro gran pirata Gold Roger. ¿Tendrían éxito esta vez los marines? Ese día lo descubrirían.
A la excursión se había sumado otros dos invitados. El que en su día fue su segundo al mando, Allen D. Walker, y un marine que se había colado, pues a falta de Ikaru que hacía las funciones de médico, y de Rose, que estaba siendo atendida, no tenían ningún navegante. De no haber tenido la capacidad para conducir el barco probablemente no habría llegado nunca a ver Loguetown. Como siempre bien acompañados allá por dónde iban.
Se acercó a sus tripulantes empezó a darles instrucciones uno a uno, de modo que parecían simples charlas a ojos de cualquiera espectador. Se aseguró concienzudamente de que no le escuchasen salvo el receptor del mensaje. Sus habilidades como espía eran lo suficientemente altas como para poder permitírselo. No quería que nadie descubriese, a pesar de estar cubierto de pies a cabeza por ese traje rojo y extremadamente ceñido que tanto recordaba al de su colega Deadpool, por lo que decidió hacerlo de esa forma. Primero lo hizo con Leúmas, Kuroi Kage para los amigos. Lo alejó un poco de los demás para contarle su encargo. -Desde nuestro último enfrentamiento has mejorado mucho. Lo has hecho bien. Has pasado de ser un niño más o menos conocido en el South Blue a ser un hombre reconocido en todo el mundo como un Supernova -le puso la mano en el hombro-. Quiero que te encargues personalmente del marine. Nadie ataca a los Hijos -dijo traduciendo la primera palabra del nombre de la banda- y se sale de rositas. Ya sabes cómo hacerlo. Que nadie se entere. No dejes demasiada sangre- le encomendó, sabiendo las ganas que el joven tenía de hacerlo. No iba a permitir que nadie tome por idiotas a su tripulación.
Después del primer encuentro se dirigió Sting e Ikaru. Los dos logias que actualmente estaban en el barco. Ambos estaban en la enfermería. -Probablemente sois dos de los más poderosos en toda la tripulación. Confío en vosotros y en vuestra fuerza. Sé que cumpliréis y protegeréis a nuestra capitana. Tenéis unas akuma no mi muy versátiles y ambos, incluso sin usarla, sois formidables guerreros. Haced que me sienta orgulloso y elevad el nombre de esta banda que hoy se hará famosa. Ikaru, encárgate de los posibles heridos en la guerra, será un día duro. Sting, anima a todos con una buena canción y hagamos de este un glorioso día. Tranquilo por Kaishi, alguien se encargará de él. Coged una chupa.
Después se dirigió a Arribor Neus. La verdad es que tenía un sin fin de tripulantes talentosos y reconocidos. -Hey Arribor- le dijo llegándole por la espalda y dándole una palmada, relativamente fuerte, en el hombro-. No nos conocemos mucho más que por la dudosa fama que nos precede. Sé que has sido un Yonkaikyo, lo que dice que te da un nivel muy similar al de nuestra actual capitana. Demuestra que ese título aún te lo mereces a pesar de estar ahora bajo el mando de una. Sé que eres un gran hombre. No quedes debajor de lo que vales -rió por la estúpida gracia-. Déjame, me pueden los chiste malos- concluyó y se marchó tras esas palabras. Pero se detuvo en la puerta. -¡Eh, novato!-le dijo con una pequeña sonrisa en su rostro- ponte un chupa de Sons of Anarchy y siéntete orgulloso de estar en una banda que algún sería la más conocida en todo el mundo -se largó tras decir eso.
Tras él se fue a por Kryword. Llegó hasta dónde él y le dio un pequeño puñetazo amistoso al brazo para decirle a continuación -Sé que no eres precisamente de los más poderosos de la banda pero eso no significa que no puedas aportar nada. Como todos, eres una pieza importante en Sons of Anarchy. Usa tu inteligencia para resolver las casi seguras situaciones de peligro en la que se encontrará la banda. Sé que podemos confiar en ti. Demuestra que las Zoans son frutas poderosas- le dijo finalmente marchándose con un saludo desganado de su mano derecha, que se había convertido en una enorme garra de águila.
Ahora se fue junto hacia Midorima y Rose, su Sweety. -¡Cebollino! -exclamó al verlo- Haz hecho un trabajo formidable hasta ahora y a pesar de no ser uno de los líderes de la tripulación, apuntas maneras, chaval- le dijo y le lanzó una mirada cómplice a Rose- ¿Tú qué opinas, le ves como un futuro segundo al mando, e incluso líder de una tercera división? -le preguntó dándole un breve tiempo para que ella respondiese-. Hazte todo lo grande que puedas y sobretodo no mueras hoy, puto suicida -le dio una pequeñas collejas y se volvió a dirigir a la pelirroja con un abrazo y le susurró al oído. Midorima no podría escucharlos-. Haz que lleven con orgullo nuestro Jolly Roger. Eres lo mejor que le ha pasado a esta banda. Cuida de estos idiotas, Capitana -y le dio un beso, a través de la tela roja que le recubría rostro en su sonrosada mejilla.
Se fue ahora a por Allen. -Tío, vente conmigo a la buscar algunos disfraces, vamos a liarla este día, pero no sé tú, pero yo al menos quiero mantener oculta mi identidad- dijo pese a estar cubierto totalmente. Buscó por todo el barco y encontró un extraño casco. Le quedaba bien junto al resto de su atuendo. Se lo puso. Era terriblemente cómodo, más de lo que parecía en principio y podía ver perfectamente a través de él visor. -Primero hay que infiltrarnos e incluso hacernos pasar por nuevos miembros de Sons of Anarchy si eso te parece bien. Después, en cuanto tengamos una posición estratégica actuaremos -sonrió bajo el casco-. ¡Vamos a cargarnos a algunas reconocidas leyendas, Allen!- Se oyó un fuerte ruido fuera. Habían llegado a Loguetown y la aventura de sus vidas daba comienzo. -¡Vamos!- exclamó, siendo de los primeros en bajar de la tripulación.
Siguiendo sus órdenes, aunque obvias, lograron reponer a dos de los que habían sido dañados durante la travesía. Sin embargo Hardo seguía inconsciente. Lo mejor sería dejarlo ahí mientras el resto debía de cumplir con la misión de proteger a su capitana en esa guerra sin sentido a sus aguileños ojos. Debían de ir a la plaza central junto al patíbulo dónde en su día fue ejecutado otro gran pirata Gold Roger. ¿Tendrían éxito esta vez los marines? Ese día lo descubrirían.
A la excursión se había sumado otros dos invitados. El que en su día fue su segundo al mando, Allen D. Walker, y un marine que se había colado, pues a falta de Ikaru que hacía las funciones de médico, y de Rose, que estaba siendo atendida, no tenían ningún navegante. De no haber tenido la capacidad para conducir el barco probablemente no habría llegado nunca a ver Loguetown. Como siempre bien acompañados allá por dónde iban.
Se acercó a sus tripulantes empezó a darles instrucciones uno a uno, de modo que parecían simples charlas a ojos de cualquiera espectador. Se aseguró concienzudamente de que no le escuchasen salvo el receptor del mensaje. Sus habilidades como espía eran lo suficientemente altas como para poder permitírselo. No quería que nadie descubriese, a pesar de estar cubierto de pies a cabeza por ese traje rojo y extremadamente ceñido que tanto recordaba al de su colega Deadpool, por lo que decidió hacerlo de esa forma. Primero lo hizo con Leúmas, Kuroi Kage para los amigos. Lo alejó un poco de los demás para contarle su encargo. -Desde nuestro último enfrentamiento has mejorado mucho. Lo has hecho bien. Has pasado de ser un niño más o menos conocido en el South Blue a ser un hombre reconocido en todo el mundo como un Supernova -le puso la mano en el hombro-. Quiero que te encargues personalmente del marine. Nadie ataca a los Hijos -dijo traduciendo la primera palabra del nombre de la banda- y se sale de rositas. Ya sabes cómo hacerlo. Que nadie se entere. No dejes demasiada sangre- le encomendó, sabiendo las ganas que el joven tenía de hacerlo. No iba a permitir que nadie tome por idiotas a su tripulación.
Después del primer encuentro se dirigió Sting e Ikaru. Los dos logias que actualmente estaban en el barco. Ambos estaban en la enfermería. -Probablemente sois dos de los más poderosos en toda la tripulación. Confío en vosotros y en vuestra fuerza. Sé que cumpliréis y protegeréis a nuestra capitana. Tenéis unas akuma no mi muy versátiles y ambos, incluso sin usarla, sois formidables guerreros. Haced que me sienta orgulloso y elevad el nombre de esta banda que hoy se hará famosa. Ikaru, encárgate de los posibles heridos en la guerra, será un día duro. Sting, anima a todos con una buena canción y hagamos de este un glorioso día. Tranquilo por Kaishi, alguien se encargará de él. Coged una chupa.
Después se dirigió a Arribor Neus. La verdad es que tenía un sin fin de tripulantes talentosos y reconocidos. -Hey Arribor- le dijo llegándole por la espalda y dándole una palmada, relativamente fuerte, en el hombro-. No nos conocemos mucho más que por la dudosa fama que nos precede. Sé que has sido un Yonkaikyo, lo que dice que te da un nivel muy similar al de nuestra actual capitana. Demuestra que ese título aún te lo mereces a pesar de estar ahora bajo el mando de una. Sé que eres un gran hombre. No quedes debajor de lo que vales -rió por la estúpida gracia-. Déjame, me pueden los chiste malos- concluyó y se marchó tras esas palabras. Pero se detuvo en la puerta. -¡Eh, novato!-le dijo con una pequeña sonrisa en su rostro- ponte un chupa de Sons of Anarchy y siéntete orgulloso de estar en una banda que algún sería la más conocida en todo el mundo -se largó tras decir eso.
Tras él se fue a por Kryword. Llegó hasta dónde él y le dio un pequeño puñetazo amistoso al brazo para decirle a continuación -Sé que no eres precisamente de los más poderosos de la banda pero eso no significa que no puedas aportar nada. Como todos, eres una pieza importante en Sons of Anarchy. Usa tu inteligencia para resolver las casi seguras situaciones de peligro en la que se encontrará la banda. Sé que podemos confiar en ti. Demuestra que las Zoans son frutas poderosas- le dijo finalmente marchándose con un saludo desganado de su mano derecha, que se había convertido en una enorme garra de águila.
Ahora se fue junto hacia Midorima y Rose, su Sweety. -¡Cebollino! -exclamó al verlo- Haz hecho un trabajo formidable hasta ahora y a pesar de no ser uno de los líderes de la tripulación, apuntas maneras, chaval- le dijo y le lanzó una mirada cómplice a Rose- ¿Tú qué opinas, le ves como un futuro segundo al mando, e incluso líder de una tercera división? -le preguntó dándole un breve tiempo para que ella respondiese-. Hazte todo lo grande que puedas y sobretodo no mueras hoy, puto suicida -le dio una pequeñas collejas y se volvió a dirigir a la pelirroja con un abrazo y le susurró al oído. Midorima no podría escucharlos-. Haz que lleven con orgullo nuestro Jolly Roger. Eres lo mejor que le ha pasado a esta banda. Cuida de estos idiotas, Capitana -y le dio un beso, a través de la tela roja que le recubría rostro en su sonrosada mejilla.
Se fue ahora a por Allen. -Tío, vente conmigo a la buscar algunos disfraces, vamos a liarla este día, pero no sé tú, pero yo al menos quiero mantener oculta mi identidad- dijo pese a estar cubierto totalmente. Buscó por todo el barco y encontró un extraño casco. Le quedaba bien junto al resto de su atuendo. Se lo puso. Era terriblemente cómodo, más de lo que parecía en principio y podía ver perfectamente a través de él visor. -Primero hay que infiltrarnos e incluso hacernos pasar por nuevos miembros de Sons of Anarchy si eso te parece bien. Después, en cuanto tengamos una posición estratégica actuaremos -sonrió bajo el casco-. ¡Vamos a cargarnos a algunas reconocidas leyendas, Allen!- Se oyó un fuerte ruido fuera. Habían llegado a Loguetown y la aventura de sus vidas daba comienzo. -¡Vamos!- exclamó, siendo de los primeros en bajar de la tripulación.
- Apariencia actual de Crimson. Encima lleva su gabardina de cuero roja.:
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Tanto Takeru como su compañera y nueva tripulante de su división revolucionaria, Courriers of the Apocalipsys, terminan de empaquetar todo el cargamento en aquella trampilla, un trabajo extenuante y verdaderamente cansado pero que no le importó al joven, pues tenía ordenes que seguir y nada le impediría cumplirlas. Al terminar con el encargo entre ambos, la joven le pregunta el motivo y objetivo exacto de los revolucionarios en aquella situación. |~La verdad es que no lo tengo claro, sé que nos ordenaron ocultar los explosivos, pero la intención del alto mando será putear al gobierno como siempre supongo.~| Responde el joven revolucionario con su voz fría y serena.
De pronto el sonido de la puerta al abrirse llama la atención del joven de larga cabellera, que inmediatamente usa su poder para envolver la hoja de su katana en su pierna, lo que empieza a cargarlo rápidamente de electricidad, cualquier ofensiva se vería afectada por la electricidad acumulada en el cuerpo de coltan del joven. El sonido de un cánido le da a entender que hay un perro en la sala, y la voz de un hombre proclamándose perro callejero lo intriga aún más. El hombre que lo dice parece tener algo en contra de ellos, por ello el joven se aparta a un lado dejando un hilo de coltan en su ubicación, notando como el hilo es presionado, lo que acabaría con una descarga en el que caería en él. |~Lamento importunaros pero, ¿a que viene tanta ofensiva? Resulta incómodo, sobre todo por el perro que ataca a mi compañera y que quisiera que retiraráis, si no queréis perro a la parrilla.~| Responde el joven a las palabras del perro callejero.
De pronto el sonido de la puerta al abrirse llama la atención del joven de larga cabellera, que inmediatamente usa su poder para envolver la hoja de su katana en su pierna, lo que empieza a cargarlo rápidamente de electricidad, cualquier ofensiva se vería afectada por la electricidad acumulada en el cuerpo de coltan del joven. El sonido de un cánido le da a entender que hay un perro en la sala, y la voz de un hombre proclamándose perro callejero lo intriga aún más. El hombre que lo dice parece tener algo en contra de ellos, por ello el joven se aparta a un lado dejando un hilo de coltan en su ubicación, notando como el hilo es presionado, lo que acabaría con una descarga en el que caería en él. |~Lamento importunaros pero, ¿a que viene tanta ofensiva? Resulta incómodo, sobre todo por el perro que ataca a mi compañera y que quisiera que retiraráis, si no queréis perro a la parrilla.~| Responde el joven a las palabras del perro callejero.
Sasaki
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Akuma no mi
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Durante unos instantes observé a aquel personaje que tenía delante de mí sin obtener ningún tipo de respuesta, salvo que este me ignoró y se marcho sin prestarme la más mínima atención “lo tomaré como que puedo pasar” pensé caminando hacia el interior de la ciudad, cuando de repente y casi sin darme ni cuenta me pasaron los tres almirantes de la marina, junto con otras dos personas, y casi en ese instante explotó algo que hizo que se levantase una gran cantidad de polvo, rápidamente me subí el pañuelo hasta taparme la nariz y respirar en la medida de lo posible menos polvo que del que se había levantado. Incluso con el pañuelo tapándome le nariz y la boca me costaba respirar de la gran cantidad de polvo, así que me moví rápidamente para meterme entre las calles donde parecía que había menos y así poder respirar aire limpio, pude ver como en poco tiempo el escenario volvió a la “normalidad” teniendo en cuenta el gran agujero que se había formado tras la explosión en el suelo, y alrededor de este había bastantes cuerpos de personas, posiblemente algunos ya sin vida por la onda de choque de la explosión tras estar un momento pensando en qué debía de hacer, si atendía a los que pudiesen estar heridos o marcharme de ese sitio por si recibía más ataques por explosiones, finalmente me acerque al lugar en busca de los supervivientes para darle la atención básica necesaria, ya tendría tiempo más delante de buscar medicinas en algún lugar de la ciudad.
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Akuma no mi
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Un duro y complicado viaje nos hace cruzar la Reverse Mountain, viaje del que no habrían salido bien parados de no ser por que el buque que tripulan tiene una cobertura de Kairoseki en el casco. Luego el viaje se tranquiliza atravezando un escenario de lo más funesto, llamas y humo por doquier, restos de una cruenta batalla en la que buques quedaron reducidos a escombros incandescentes y humeantes. Tanto el capitán de la flota, Kirito, como todos los demás, se dirigen a la ubicación en la que se suponde deben aguardar hasta el momento de la ejecución. Se encuentran detrás del Almirante en Flota, lo que hace que la situación sea peliaguda para ellos, lo único que impide que sean banquete para el gobierno es el puesto del capitán como Shichibukai, puesto que se iría a paseo si se enteran de lo sucedido en Grand Line. Pero al parecer no es el único encargo de Kirito, pues el joven Itami logra ver como destruye un trozo de papel que parecía contener información poco agradable para él.
Rei Arslan
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Akuma no mi
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Abrí mis ojos lentamente y observé lo que había a mi alrededor, seguía sin acordarme de nada ¿que habría pasado en cuanto me desmayé? No lo sabía, solo se que en ese entonces escuchaba ruidos exteriores y como si me estuviesen moviendo lentamente.
Me levanté lentamente y lo primero que vi fue a Sting herido y a Hardo en estado de shock, eché una mano a cabeza suspirando, no se les podía dejar solos sin que no la liasen, antes de nada me dirigí hacia el y con cara de preocupación pregunté-¿Pero que es lo que le ha pasado a Sting? ¿Estará bien?-me preocupaba que estuviera grave, al fin y al cabo era mi nakama y le tenía aprecio. Después de estar unos minutos a su lado, caminé y me apoyé en una pared del barco en el que nos encontrábamos. Después de estar unos segundos sumergida en mis pensamientos reaccioné ¿y este barco? era todo rosa y con colores vivos, me encantaba, nunca había estado en un barco como este ¡quería quedármelo! es más, me aseguraría de que nadie lo tocase porque sería completamente mío.
Durante eses minutos ocurrió algo inesperado, una explosión que hizo temblar todo, eso solo podía significar una cosa, que habíamos llegado a Loguetown, a pesar de ser Yonkaykio, escuchar esa explosión no me causaba confianza, hasta cierto punto podría llegar a asustarme pero debía afrontar la situación, ahora mismo era la "capitana" de Sons of Anarchy y no permitiría que arrastrasen nuestro honor solo por mí.
Yo seguía apoyada en esa pared y a mi lado se encontraba Midorima, hasta que vi llegar a Crimson con un traje...un tanto extraño...cuando llegó hasta nosotros lo primero que hizo fue llamar su atención, ese nombre pronto empezaría a llamárselo yo también, tenia una cara de cebollino aparentemente. Cuando terminó Crimson me miró a mi por lo que había dicho así que yo también le miré y luego a Midorima mientras sonreía-Claro, estoy segura de que lo hará genial.
Cuando acabó su discurso sin darme cuenta me abrazó, sus palabras me hicieron sonreír para mi interior, definitivamente los protegería a todos, era mi trabajo y no dejaría que le pasase nada a ninguno-Lo haré, cuidaré de ellos y no dejaré que les pase nada, les protegeré con mi propia vida si hace falta...-después de eso me separé de el con un beso en la mejilla, cuando se alejó lo suficiente en voz baja pronuncié unas palabras-Cuídate tu también, mi capitán...
Ahora era el momento de aparecer, de enseñar nuestra insignia y que todos la reconociesen, me dirigí al interior del barco en busca de alguna chupa de Sons of Anarchy y en el suelo encontré una, la agarré y me la puse aunque me quedaba un poco grande pero no era problema, frente mía había un pequeño espejo, me miré y até mi pelo en una alta coleta dejando caer un mechón pelirrojo sobre mi cara, salí hacia afuera con mi mano sobre la empuñadura de mi katana, y me quedé en el centro del barco rosa, y seriamente-Preparaos para lo que se acerca, luchad con fuerza y demostrad a que banda pertenecéis, haced que teman al oír el nombre de Sons of Anarchy, pues hoy la guerra decidirá nuestro destino-Luego comencé a sonreir y mencioné al igual que antes-Evitad que os maten, y esto va por algunos en especial.
Después de decir eso me acerqué hasta la parte derecha del barco para poder bajar y tocar tierra firme, era el principio del fin, no sé lo que nos depararía este lugar pero por mis presentimientos, no era bueno.
Cánabar
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Akuma no mi
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Llevaban un buen rato nadando cuando se percataron de que varios buques de la Marina se interponían entre su destino y ellos. La situación les obligó a retroceder. Fue entonces cuando ocurrió algo extraño. Una marea de peces se dirigió hacia ellos como si los estuvieran empujando. Y tiraron de los gyojin hacia arriba... ¡hasta fuera del agua! Una red había capturado a todos los peces y a Kaiser y Cánabar. Al soltar la pesca quedaron sepultados por kilos y kilos de pescado. ¿Cómo podía haber pasado aquello? Se escuchó a uno de los pescadores diciendo que entregarían la mercancía ne Logue Town. ya tenían forma de llegar. Pero el olor a pescado no era agradable.
-Kaiser, creo que ya tenemos modo de llegar a Logue Town a salvo. Solo hay que permanecer aquí hasta que descarguen- Dijo el tiburón en voz baja.
No era algo muy limpio ni muy bonito, pero Cánabar quería llegar a aquella isla y ver la guerra con sus propios ojos. Tenía que participar en ella, era el culmen a su vida de guerrero. Y, si sobrevivía, podría decir que de verdad empezaba su historia. Se acababa el esclavo, se acababa el gladiador, se acababa el que luchaba por su vida. Ahora empezaría la verdadera historia de Cánabar. Que el mundo se preparara para su llegada. Mientras pensaba aquello abrió la boca sonriente y una caballa se introdujo en ella. Trató de escupirla con asco, pero hubo que tragársela para librarse. Viaje gratis y comida, aunque cruda y asquerosa. No tardarían mucho en llegar pues no estaban tan lejos.
Según había entendido iban a ejecutar públicamente a una de los cuatro emperadores del mar. Estaba clarísimo que la Marina buscaba iniciar una guerra, ¿Por qué si no iban a hacerlo de eso modo sabiendo que provocaría a todo pirata? Todo esto iba a empezar una nueva era y, quién sabe, quizás el tiburón blanco sería le protagonista de dicha época. Por ahora debían llegar a Logue Town y resguardarse hasta que todo empezara.
-Kaiser, creo que ya tenemos modo de llegar a Logue Town a salvo. Solo hay que permanecer aquí hasta que descarguen- Dijo el tiburón en voz baja.
No era algo muy limpio ni muy bonito, pero Cánabar quería llegar a aquella isla y ver la guerra con sus propios ojos. Tenía que participar en ella, era el culmen a su vida de guerrero. Y, si sobrevivía, podría decir que de verdad empezaba su historia. Se acababa el esclavo, se acababa el gladiador, se acababa el que luchaba por su vida. Ahora empezaría la verdadera historia de Cánabar. Que el mundo se preparara para su llegada. Mientras pensaba aquello abrió la boca sonriente y una caballa se introdujo en ella. Trató de escupirla con asco, pero hubo que tragársela para librarse. Viaje gratis y comida, aunque cruda y asquerosa. No tardarían mucho en llegar pues no estaban tan lejos.
Según había entendido iban a ejecutar públicamente a una de los cuatro emperadores del mar. Estaba clarísimo que la Marina buscaba iniciar una guerra, ¿Por qué si no iban a hacerlo de eso modo sabiendo que provocaría a todo pirata? Todo esto iba a empezar una nueva era y, quién sabe, quizás el tiburón blanco sería le protagonista de dicha época. Por ahora debían llegar a Logue Town y resguardarse hasta que todo empezara.
Kagemaru Korosuki
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Akuma no mi
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Desde mi encuentro con el que fue en su día mi capitán no hubo tiempo para descansar. De una forma un tanto abrumada robamos-aunque yo no tuve nada que ver-el barco que se encontraba cercano a nuestra posición y zarpamos en pos de llegar a tiempo a Loguetown para contemplar la matanza de la Yonkou. Sin muchas ganas de provocar discusiones y alboroto entre los presentes me junte con ellos sin provocar ninguna molestia y me hago pasar por uno de ellos, intentando evitar así intervenir en lo mas mínimo en un enfrentamiento abierto. Lo mas extraño de todo esto es que ninguno me discutiese tal acto, y menos aún pusieran pega cuando me vieron entrar en lo que vendría a ser su nuevo barco. Parece que tienen suficiente confianza en Crimson como para que solamente mi charla con él fuera suficiente para verme como uno mas y dejarme campar a mis anchas por todo el navío.
Tras zarpar me dirijo hacia la proa del barco de tonalidades “girl” y hago como si nadie mas estuviese por ahí. En estos momentos no busco siquiera hablar con alguien ya que mi única preocupación fuese que algún marine de la isla nos siguiera y nos intentasen hundir en el trayecto, lo que me hace pensar por un momento los posibles planes del momento en caso de que sucediera para luego acostarme por la zona y centrar mis pensamientos en donde me hayo, ya que en caso de rotura del barco solo debería emplear los poderes de mi fruta para salir huyendo. Otro hecho mas que me está dejando algo trabado es que Sert no hubiera intentado tomar mi cuerpo para matar a aquel marine pintoresco que anda en las dimensiones del barco. No sé como los Sons of Anarchy han pasado de ser una banda que a la minina habla de los marines era motivo para su busca a permitir este tipo de actos. No se, tal vez la gente cambia mas de lo que pensaba.
No interferí mucho en los actos de los presentes. Por lo que parece andan bastante alarmado intentando curar a los enfermos y prepararse antes de la llegada a la isla. Yo no tengo tal preocupación ya que mis únicas armas siempre van conmigo, y mi mono de apodo Yoyo se encuentra a mi lado con una bandeja de fruta, la que seguramente habrá robado de la despensa conociéndole. Ni una palabra sale de mis labios en estos momentos. Algo me tiene rondando la cabeza desde hace un rato y no se que es. Lo único que puedo hacer en estos momentos es esperar a que lleguemos a la isla y ver que va a hacer mi ex nakama, que es el único que conozco de los presente y poder ayudarle en su causa.
Tras un tiempo lógico el barco atraca en el puerto de la isla, siendo testigo tras levantarme de cómo una explosión hace mención en los alrededores. Una sonrisa se me dibuja ante aquel hecho “in-común” en una zona como esta y los motivos que pueden haberlo originado. De pronto mi compañero dice de buscar algo de disfraz para pasar inadvertidos en la isla, a lo que me rio brevemente y le indico que vaya solo en busca de tal traje, que a mí no me haría falta. Empleando los poderes del Seimen kikan, habilidad prohibida del CP, hago control sobre mi cuerpo y modifico los rasgos faciales y longitudes de mi pelo, logrando así editar cualquier similitud a mi antiguo yo y pasar por una persona totalmente distinta:
-¿Vamos?-Comento a mi acompañante Yoyo quien se ríe a lo bajo de los sucesos que andan ocurriendo para acto seguido colocarse en mi hombro en la espera de Crimson. Una vez llegado él le hago señas a este y a mi compañero para que sepa quién soy, con lo que logro hacerle entender mi “disfraz”.
Tras una risa leve por mi parte al ver tal vestimenta espero a que baje del barco para seguirle junto a mi animal. En este día parece que al final va a haber polémica, y una leyenda ayudara en tal causa. Solo espero que mis habilidades en el arte del combate no haya bajado, ya que de pasar tal hecho mi vida correría riesgo-Es hora…de lograr una nueva meta: El avance de los Sons of Anarchy-comento tras de Crimson, mostrando mis amplia sonrisa mientras Sert en mi interior ríe de una forma chulesca, en espera de dejarle salir en algún momento-Vamos “señor” enmascarado. Como en los viejos tiempos.-expreso por último antes de empezar a caminar tras suya.
Acciones: Seguir a Crimson con apariencia cambiada para pasar inadvertido. Me acompaña mi mono y Sert en mi subconsciente.
Tras zarpar me dirijo hacia la proa del barco de tonalidades “girl” y hago como si nadie mas estuviese por ahí. En estos momentos no busco siquiera hablar con alguien ya que mi única preocupación fuese que algún marine de la isla nos siguiera y nos intentasen hundir en el trayecto, lo que me hace pensar por un momento los posibles planes del momento en caso de que sucediera para luego acostarme por la zona y centrar mis pensamientos en donde me hayo, ya que en caso de rotura del barco solo debería emplear los poderes de mi fruta para salir huyendo. Otro hecho mas que me está dejando algo trabado es que Sert no hubiera intentado tomar mi cuerpo para matar a aquel marine pintoresco que anda en las dimensiones del barco. No sé como los Sons of Anarchy han pasado de ser una banda que a la minina habla de los marines era motivo para su busca a permitir este tipo de actos. No se, tal vez la gente cambia mas de lo que pensaba.
No interferí mucho en los actos de los presentes. Por lo que parece andan bastante alarmado intentando curar a los enfermos y prepararse antes de la llegada a la isla. Yo no tengo tal preocupación ya que mis únicas armas siempre van conmigo, y mi mono de apodo Yoyo se encuentra a mi lado con una bandeja de fruta, la que seguramente habrá robado de la despensa conociéndole. Ni una palabra sale de mis labios en estos momentos. Algo me tiene rondando la cabeza desde hace un rato y no se que es. Lo único que puedo hacer en estos momentos es esperar a que lleguemos a la isla y ver que va a hacer mi ex nakama, que es el único que conozco de los presente y poder ayudarle en su causa.
Tras un tiempo lógico el barco atraca en el puerto de la isla, siendo testigo tras levantarme de cómo una explosión hace mención en los alrededores. Una sonrisa se me dibuja ante aquel hecho “in-común” en una zona como esta y los motivos que pueden haberlo originado. De pronto mi compañero dice de buscar algo de disfraz para pasar inadvertidos en la isla, a lo que me rio brevemente y le indico que vaya solo en busca de tal traje, que a mí no me haría falta. Empleando los poderes del Seimen kikan, habilidad prohibida del CP, hago control sobre mi cuerpo y modifico los rasgos faciales y longitudes de mi pelo, logrando así editar cualquier similitud a mi antiguo yo y pasar por una persona totalmente distinta:
- Rostro asimilado:
-¿Vamos?-Comento a mi acompañante Yoyo quien se ríe a lo bajo de los sucesos que andan ocurriendo para acto seguido colocarse en mi hombro en la espera de Crimson. Una vez llegado él le hago señas a este y a mi compañero para que sepa quién soy, con lo que logro hacerle entender mi “disfraz”.
Tras una risa leve por mi parte al ver tal vestimenta espero a que baje del barco para seguirle junto a mi animal. En este día parece que al final va a haber polémica, y una leyenda ayudara en tal causa. Solo espero que mis habilidades en el arte del combate no haya bajado, ya que de pasar tal hecho mi vida correría riesgo-Es hora…de lograr una nueva meta: El avance de los Sons of Anarchy-comento tras de Crimson, mostrando mis amplia sonrisa mientras Sert en mi interior ríe de una forma chulesca, en espera de dejarle salir en algún momento-Vamos “señor” enmascarado. Como en los viejos tiempos.-expreso por último antes de empezar a caminar tras suya.
Acciones: Seguir a Crimson con apariencia cambiada para pasar inadvertido. Me acompaña mi mono y Sert en mi subconsciente.
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Terminado su cometido en el puerto, y tras la poca diversión, el albino se dirige al centro de la ciudad, a la plaza del patíbulo, lugar en el que se llevará a cabo la culminación de aquella ceremonia que se hace de rogar. Su cuerpo de apariencia enfermiza le hace pasar por un pobre anciano, aunque no supera la treintena de años, que está perdido en aquella ciudad en una situación límite. Así pasa inadvertido hasta llegar a la plaza donde la pirata Bellatona será ejecutada. Allí se encuentra el agente de blancos cabellos y pálida piel junto a otro chico, también agente del gobierno por lo que sabe, bueno, chico un tanto crecido pues se trata de un gigante. Poco después de la llegada de La Parca Albina, sucede una explosión delante del Shichibukai Derian Markov, justo al lado del patíbulo donde se encuentra la Yonkou y su verdugo, el Almirante en flota. Una gran nube de polvo inunda el lugar tras la misma, el peliblanco decide permanecer a la espera de nuevas órdenes, moverse en ese caos podría ser problemático.
Tsang Yue
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El joven ciudadano logra pasar inadvertido entre flotas, tanto marines como piratas, gracias a su idea de meterse en el interior del barco a la hora de llegar a la ciudad. Así es como se hace un camino hacia la ejecución de la Yonkou, la verdad es que eso le llama bastante la atención, no es todos los días que se tiene oportunidad de ser espectador de un hecho trascendente para la historia del mundo como el acontecimiento que tendrá lugar en poco tiempo en la plaza de aquella misma isla. El joven se encamina raudo y veloz hacia la plaza, sus movimientos son sigilosos y delicados, como si de un gato se tratara. En el camino una sacudida del suelo y un estruendo llaman su atención, algo ha estallado y por la nube de polvo que se alza el origen es la plaza donde se ejecutará a la pirata. Por lo que el joven se apresura a llegar a la plaza para ver si no se pierde más acción.
Qiang Jing
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Conforme llega a la plaza el joven se encuentra con una explosión, curiosamente causada por un explosivo plástico, y no por un combustible y detonante como es habitual, lo que hace que el joven se ponga a pensar si es casualidad o es un incidente intencional con algún objetivo oculto que los demás presentes no logran ver ni deducir, la verdad, es que el joven espadachín tampoco sabe mucho más acerca de las motivaciones de aquél que causó la explosión. Entre la nuve de polvo el joven espadachín se desliza tratando de ayudar a todo el que lo requiera, de ese modo podría pasar inadvertido ante los demás por si alguien trata de molestarlo.
El Cid
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El Cid se encontraba en la plaza rodeado por los marines y agentes del gobierno más decididos, pues ellos se encontraban en el epicentro de la terrible guerra que se desataría. Justo delante de donde se encontraban los Shichibukai un edificio explotó. Babieca resopló mirando en la dirección de la explosión a la vez que el gigante se esforzaba para ver por encima de la humareda de polvo. Rápidamente pensó que podría ser una distracción, pues aun faltaba algo de tiempo antes de empezar por lo que dirigiéndose a su superior le pidió permiso para inspeccionar los alrededores de la plaza.
Señor, pido permiso para inspeccionar la zona, pues creo que la explosión puede ser una distracción.
Acto seguido y con el permiso de su oficial, el Cid se dirigió al agente que tenía más cerca (Shiroi).
Disculpa voy a inspeccionar los alrededores, si quieres puedes acompañarme, siempre es mejor estar acompañados.
Babieca el grácil y maloliente camello del gigante le dedico una sonrisa en la cual se podían ver sus dientes deformes característicos de los camellos. Seguidamente ambos se dieron la vuelta y se dirigieron hacia la entrada este, querían asegurarse que nadie intentaría entrar por dicha zona.
Señor, pido permiso para inspeccionar la zona, pues creo que la explosión puede ser una distracción.
Acto seguido y con el permiso de su oficial, el Cid se dirigió al agente que tenía más cerca (Shiroi).
Disculpa voy a inspeccionar los alrededores, si quieres puedes acompañarme, siempre es mejor estar acompañados.
Babieca el grácil y maloliente camello del gigante le dedico una sonrisa en la cual se podían ver sus dientes deformes característicos de los camellos. Seguidamente ambos se dieron la vuelta y se dirigieron hacia la entrada este, querían asegurarse que nadie intentaría entrar por dicha zona.
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