El abrazo del destino. La nueva era ha comenzado.

Segui a Crimson hasta los cañones, me puse a su lado mientras hablaba con Uracha a grito "pelao", en ese momento vi en el suelo un catalejo al lado del cañón que portaba Crimson, lo cogi y mire por el para ver a quien había que atacar, vi al cazador Takeshi, era conocido entre los pirata y también por el Cp ya que los cazadores cooperan con ellos, seguí mirando por el catalejo y vi un barco a 500 metros, habi algunos miembros de la hermandad de takeshi. Estaba claro que iban a ir a ayudarle, y yo debía impedirlo almeno entretenerlos por el. Use mi Kamisori y llegue encima del barco donde se encontraban, me mantube encima de ellos gracias a mi Geppou,  mientras tanto saque mis dos Desert Eagle de sus fundas y coloque un cargador con balas antitanque en mi pistola derecha y un cargador de balas ígneas en la otra pistola, en total tenía 18 balas. Active mi Mantra e imbuí las balas con Haki armadura.

YOHO,YOHO un gran pirata soy ( AMF- Haki armadura nivel 2)

Disparé a discrepción al barco, podria incendiarlo con las balas o rebentarlo con las antitanques, si daban en un persona le aria muchisimo daño, descarge mis 18 balas

Bueno, Deadpool, te ha alcanzado la ola de lleno.

"Las olas formadas por la caída de media ciudad provocan que los barcos lejanos a la costa se desplacen a una velocidad inalcanzable, mientras a la vez se levantan contra la ciudad, azotando su exterior por cada lado, haciendo que todas las cenizas del bosque se apaguen, y toda la gente desprevenida de allí, si la ola los coge, se vean arrastrados al mar sin remedio."

Todo tu post son delirios por tragar demasiada sal. Por suerte, acabas en la costa sólo un poco aturdido.

Todo estaba bastante confuso, pero las olas cada vez eran mayores, así que acariciando el lomo de Simurgh, este entendió que debía de hacer, subir a varios metros, donde las olas no llegarían ni de broma.

Con el mantra trataba de predecir donde estaba Takeshi, lo había perdido, y para mi fortuna, lo encontré a lo lejos, a punto de caer al mar. Una sorpresa muy grata que no me habría imaginado ni en los mejores de los sueños.
- Pero es una especie de Dios, no podemos permitirnos perder el tiempo ni un segundo.

Gracias a mis conocimientos de navegación me fijé en las olas y pude comprender el patrón de estas, así que nada más que terminó una, me acerqué en picado aprovechando la velocidad punta del pájaro sumada a la gravedad y estiré ambas manos lanzando un gran chorro de alcohol a toda la velocidad que podía y fuerza hasta el cuerpo de Takeshi que estaba en caída picada hacia el suelo. El objetivo era evidente, empujarlo para que cayese aún más rápido.[A.M.F - Haki armadura]

Nada más terminar, subiría a tiempo suficiente de evitar la siguiente ola, y empezaría a alejarme un poco en dirección a mi barco. Quería contemplar antes el resultado.
- Espero que por fin terminase esta pesadilla...

--¡Bang bang bang!, morid perros muahahahahaha.

El pequeño barco al que disparaba ser partió por la mitad gracias a las balas antitanques y también comenzó arder, dos de los que estaban en el navío saltaron al agua ya que estaban ardiendo, al parecer eran lo suficientemente idiota como para saltar al mar sabiendo que eran poseedores de una akuma no mi, estos empezaron a undirse. Quedaba en el barco un chico, al fijarme bien pude saber quien era, se llamaba Sawaki, gracia que trabaja en el Gobierno mundial sabia de todos los piratas y de todos los cazadores de recompenza, en parte era una obligación requerida para los miembros del Cp.

Este chico comenzó a hablarme a gritos.

Edward: ¡Porfabor, sálvame soy demasiado nena y lloricas para morir aquí!, ¡Usted debe entenderme soy alumno de Kirito!

Deadpool se quedó extrañado, ¿por que dijo el nombre de Kirito el pirata, acaso tenía alguna relación con el?

--Acaso sois pareja?!, os gusta por el puerto?! - Gritó enérgicamente-

De repente una bocanada de agua salió de la boca de Saito, haciendo que se despertase en medio de la cosa. Saito comenzó a vomitar todo el agua que había tragado, y al mismo tiempo pensaba en ese extraño sueño que había tenido. Al acabar se levantó, estaba totalmente mojado, su bata chorreaba agua por todos lados.

--Me lo apunto... nunca usar el Kamisori cerca de las olas gigantes... Madre mía.

Saito empezó a usar su Geppo hasta estar a una altura de sesenta metros, no quería volver a que le pasara lo mismo, usó su Kamisori y se puso a buscar el barco rosa gay de Crimson and Company. El barco estaba algo ligeramente movido de lo que recordaba antes, sin pensárselo descendió encima del barco hasta llegar al lado de Crimson.

Recuerdame que nunca lo vuelva a hacer Crim – Dijo mientras se reía y se arrascaba la cabeza-

Saito agarró tres cañones que estaba cerca y lo colocó en la borda, después cogió tres bala de cañón y las introdujo. Había que preparar el ataque para lo que surgiese

Para Nat:

Pensaba que todo había acabado cuando, de pronto, vi una batalla a 1 kilometro de donde se encontraba el bote en el que nos encontramos. Uno era Takeshi, el jefe de mi gremio, sabía que no necesitaría mi ayuda pero convirtiéndome en mi forma hibrida de ángel, salí volando del bote hacia donde se encontraba la pelea y fui por encima de las nubes para evitar que me vieran. A medida que me iba acercando al lugar, pude divisar tres cosas, la primera es que no estaba siendo una pelea justa, pues no era un uno contra uno precisamente, la segunda un barco disparando sus cañones y la tercera y la que más me horrorizó fue, que uno de los ataques del rival de takeshi lo estaba haciendo caer al mar.

No podía dejar que aquella persona muriera, pues le debía demasiado para no intentar, al menos y por muy suicida que fuera el intento, de salvar su vida, asi que me lancé en picado mientras me convertía en mi forma completa, hacia takeshi, cuando estuve a su altura lo cogí de la cintura y me prepare para huir. La ventaja de mi forma completa era que mi cuerpo emitía una potente luz que nos cubrió a los dos haciendo, quizás, que sus rivales se quedaran cegados momentáneamente y que no pudieran atacar y en el caso de hacerlo mermar su puntería. Pero no quería tentar a la suerte así que salí volando tan rápido como pude con takeshi en dirección al bote, para así poder escapar de aquel infierno.

Por lo visto el día no había terminado. Según se alejaban de la isla, una llamada por el Den Den Mushi les alertó de que alguien necesitaba su ayuda, por lo visto se trataba de un antiguo miembro de la banda y por ese motivo se encaminaban a ayudarle mientras intentaban repeler los múltiples cañonazos que volaban por doquier. Arribor ni siquiera tenía claro quien les disparaba, solo sabía que no podía dejar que el barco se hundiera, así que se preparó para defenderlo. Con sus balas de sangre imbuidas con Haki hacía estallar todas las balas de cañón que se aproximaban a ellos.

Sin embargo cuando quiso darse cuenta, una gigantesca explosión sacudió la isla y derribo prácticamente la totalidad de Loguetown, provocando una serie de olas que arrastraron le barco bruscamente. Arribor contempló anonadado  la gran cantidad de lo que parecían ser frutas cayendo junto a la lluvia de escombros provenientes de la ciudad, o de lo que quedaba de ella, lo que le distrajo y le impidió evitar el impacto de una roca en su cabeza. Por suerte solo le mareó un poco y al cabo de unos segundos ya estaba perfectamente. Aun así, no pudo evitar la curiosidad por aquellas frutas que le recordaban a algo aunque no tenía claro a qué, por lo que cogió una y se la guardó en su chaqueta. Lo único que hizo que no las probase fueron las extrañas espirales que lucían y la gran cantidad de polvo que las rodeaba.

Decidió dejar de lado las curiosas frutas y se centró en el ataque al barco. La banda ya comenzaba a prepararse, armando los cañones del barco y mentalizándose para una nueva batalla y él no iba a ser menos. No sabía a quién iban a ayudar ni a quien debían enfrentarse pero eso poco importaba,  arrasaría aquel barco y a quien hiciera falta, lo cierto era que tenía bastante energía debido a la adrenalina y no le importaba enfrentarse a cualquiera que se interpusiera en el camino de Sons of Anarchy. Llegados a ese punto ya no había marines o piratas, solo obstáculos que debían ser apartados. Arribor hizo crujir su cuello y se preparó para usar su habilidad, en cuando llegasen al barco se ocuparía de limpiarlo y ya se preocuparía por el resto después.

Kodama se levantó como pudo de entre los escombros. La enorme explosión que había reducido la ciudad a ruinas le había lanzado por los aires y ahora ni siquiera tenía claro en que parte de la plaza se encontraba, aunque creía que debía ser en el noroeste. Con una de sus ramas apartó una roca que había sobre él y contempló la crítica situación que se extendía ante él. Loguetown se había convertido en una enorme extensión de escombros y muerte y nada podía hacer la Marina para solucionarlo. Tres de los cuatro hombres más fuertes de la Marina habían caído y se enfrentaban todavía a dos Yonkou y a sus tripulaciones, por no hablar de que el Ejército Revolucionario acababa de hacer su aparición liderado por uno de sus comandantes, Azumi Kento. Sin embargo ocurrió algo que no se esperaba, Kento comenzó a encararse con los piratas y acabó enfrentándose a uno de los Yonkou.

Todo era un caos, incluso le pareció ver un rayo de luz que cruzaba los restos de la ciudad a toda velocidad. Por doquier, veía como decenas de marines corrían de un lado a otro sin ningún tipo de organización debido a que la explosión les había separado de sus oficiales. Era evidente que así no iban a lograr nada. Para colmo la plaza había sido totalmente rodeada por los piratas de Zero y la banda de Opprimere. En ese momento el hombre-árbol tomó una decisión, se alzó sobre un montón de escombros y adoptó su forma híbrida, llegando a medir más de cinco metros.

-¡¡¡Atención, marines!!! –exclamó a voz en grito llamando la atención de los soldados a su alrededor. Poco a poco algunos de los marines que quedaban en la plaza se iban reuniendo en aquella zona, anonadados por la presencia de un enorme árbol parlante. -Nuestro deber es proteger esta ciudad de cualquier ataque, y no podemos permitir que la escoria del mundo nos venza hoy. Podéis huir o esconderos, pero si queréis asegurar la seguridad del mundo y la vuestra propia debéis luchar hasta la muerte. Demostrad que la Marina no se rinde frente a ningún pirata, sin importar quien sea.

Tras este breve discurso, el marine volvió a su forma humana y comenzó a correr en dirección a la batalla, seguido de aquellos marines que habían decidido seguirle. No estaba seguro de si los revolucionarios les servirían de ayuda para enfrentar a las bandas de los Yonkou, pero al menos esperaba que no se entrometieran. Sin embargo no dudaría en enfrentarlos de ser necesario, a ellos y a quien fuera. Eran los protectores de la justicia del mundo y no podían caer allí, su deber era eliminar la piratería del mundo y ahora debían cumplir con esa importante tarea, sin importar a quien tuviesen delante.

Saito vio como algo que descendía del cielo cogía a Takeshi y se lo llevaba volando con una luz a su alrededor, la luz no era molesta dado a la distancia que teníamos con el.

Booom (Ab- Haki armadura 2)

Saqué 2 cargadores con munición de balas de alta velocidad y se las coloque a mis pistolas, rápidamente apuntó con los cañones al individuo que volaba, encendió la mecha con un mechero zippo que solía tener cuando era Deadpool, ya que le gustaba fumarse sus “cigarros” y demás sustancias ilegales, las 3 balas de cañón fueron directo a hacia la cosa que estaba salvando a Takeshi, cuando las balas de cañón estaban cerca suya, Saito disparó sus balas de alta velocidad imbuyendolas en energía para aumenta su velocidad y distancia a mas de 400 metros, y también con haki armadura. Radipademente disparó hacia las tres balas de cañón y estas explotaron  muy cerca del individuo, la explosión tendría que hacerle algún daño e incluso desorientarlo en su vuelo o  perderlo. Saito comenzó a descargar sus balas restante ( 10)  en dirección a las explosiones y donde antes había visto a la cosa brillante que volaba, al descargarlo hizo un movimiento veloz con sus brazos saliendo 2 corte energéticos en dirección a donde había disparado.

No sabia si había dado resultado por lo que recargo de nuevo los 3 cañones y se preparo para  para atacar de nuevo si se habían librado.

Saito miró a Crimson y le habló.

--Mejor será que nos marchemos, este tío lo a parido un Dios o algo y no puede morir.

El dios del rol ha decidido que la defensa de Takeshi en este combate ha sido inconsistente, por lo que un Rey Marino lo devora y se zambulle de nuevo en el mar, dirigiéndose rápidamente al fondo más oscuro e insalvable de las profundidades abisales.

Asombroso... el Dios lo había vuelto a hacer... y no sabía ni como. Había evitado ese chorro con alguna extraña artimaña de agua... ¿Controlaría el agua? Esto era demasiado, no tenía ni pies ni cabeza, era sumamente poderoso dicho hombre, y por lo visto, no había nada que pudiese hacer contra él... lo mejor era huir, alejarse de todo esto...

Vi entonces como no solo lo había esquivado, sino que estando a menos de 5 metros del mar, estaba realizando unas maniobras que producían electricidad hacia el alcohol, supondría este cazador que aún tenía el alcohol en contacto conmigo, un alivio para mi que no fuese así. Pero también salieron 4 pilares hacia mi, los cuales eran enormes y poderosos.
- ¿Qué diablos?

Le di una nueva rumbell a Simurgh todo lo rápido que pude con intención de que a una velocidad extrema pudiese esquivar un ataque tan peligroso estando en este escenario, si me llegase a dar estaba muy jodido.

El ave recorrió en zig zags todo el lugar evitando los pilares, los cuales eran cada vez más rápidos, y al mismo tiempo, trataba de acercarme al buque robado para poder descansar ya, no tenía sentido lanzarme en una gran lucha contra semejante Dios, no había nada que hacer, solo huir de ese último ataque.

En ese instante, unos mosquitos según mi mantra, venían a picarme, pero les ignoré completamente. Tenía un blindaje de metal bajo la piel. No era nada especial, pero desde luego resistiría la picadura de unos mosquitos. Sin embargo, Simurgh pegó unos chillidos, le habían cortado de alguna manera que no terminaba de asimilar. Era el momento de un claro movimento de escape.

Estando ambos en nuestras últimas fuerzas nos lanzamos a la cubierta del barco, donde acabé jadeando y apoyado en el lateral para ver si ese temible Dios vendría a por nosotros para cobrar venganza, de ser así, estaba obligado a usar eso... ese as que llevo reservando tantos años por si estaba obligado a ello. Preparándome, me llevé la mano al interior de mi ropa superior para sacarlo, pero una cosa inesperada sucedió, un enorme rey marino apareció tras el Dios y se lo tragó de golpe.
- ¿Qué?- Fue todo lo que alcancé a decir.

El rey pilló desprevenido a Takeshi y se lo comió de golpe, sin que este nada pudiese hacer... ese maldito rey hizo todo lo que no pude haber hecho yo en un maldito movimiento... derrotar a un Dios. En esos momentos daba gracias a Dios por haber robado un buque marine con Kairouseki debajo, con lo cual no se nos acercarían.
- Chicos... ese maldito bastardo... murió- Dije entre dificultadas respiraciones.

Inmediatamente Simurgh se enrolló en mi brazo en forma de brazalete y trató de recomponerse. Yo, concentrando mis últimas fuerzas, me apoyé en el timón y miré a Uracha explicándole como salir de este infierno por mis conocimientos de navegante, de forma que incluso una persona que jamás había navegado pudiese entenderlo.

Una vez hecho esto, caí en el suelo de la cubierta, aún sin perder la conciencia, con respiración dificultosa y empapado de sudor.
- Uracha... dile a los Sons que nos sigan... cuando esté mejor les daré su recompensa... y si sucediese algo... por favor, usa aquello en mi... será la último recurso que usaré para sacaros de esta en caso de peligro... - Tras dichas palabras, caí en un profundo sueño.

Todo esto era un infierno era increíble como aquel hombre podía aguantar tantos ataques, parecía que el mismísimo dios estaba de su parte, observaba todo lo que sucedía mientras  tenía mis ojos puestos en Legim siempre había estado con él y no permitiría que le ocurriera nada malo, así que estaba pendiente de todos sus movimientos.

Estos dos guerreros no paraban de lanzarse ataques devastadores y yo por mi parte no podía hacer mucho simplemente tener Fe absoluta en Legim, tras varios ataques aquel hombre seguía vivo y me percaté de que mi capitán decidió irse, era lo mejor que podía hacer, parecía que esa batalla no iba  a tener fin.

Cuando todo parecía que iba a calmarse Legim recibió un ultimo ataque, pero gracias a Simurg consiguió esquivarlos a continuación escuché como Legim dio un gran grito eso me preocupó bastante pero a los pocos segundos Simurg llegó a la cubierta del barco, Legim comenzó a hablarme y tras terminar se quedó dormido en la cubierta.

Seguidamente me acerqué a él y comencé a curar sus heridas.  También usé en él los últimos regeneradores celulares que me quedaban. Tras un buen rato terminé de curarlo, cogí a Legim y a Sting y los llevé a unos camarotes para que descansaran, acto seguido hice todo lo que me dijo Legim y preparé el barco para alejarnos de aquel lugar.

-Marchémonos de este maldito infierno-

Me hallaba terminando de pelar las patatas cuando de repente algo sacudió el buque de guerra haciendo que todos los presentes en la cocina de esté perdiésemos el equilibrio y cayésemos al suelo. Cuando me caí, solté el cuchillo y la patata que tenía en las manos para poder sujetarme a algo pero por mala fortuna no me dio tiempo de hacerlo y resbalé como todos, una vez en el suelo vi como a cámara lenta que algo brillante se acercaba hacia mí desde las alturas “¡ohh mierda!” pensé mientras me giraba lo más rápido que podía para evitar que el cuchillo que parecía que iba a caer sobre mi pecho, por suerte no el cuchillo no se clavó en mí si no que se clavó en el suelo. Con un suspiro por haber evitado lo que podía haber sido una tragedia, recogí el cuchillo y me levanté ayudándome con el brazo izquierdo, el cual me comenzó a doler de forma aguda a la altura del hombro. Cuando conseguí ponerme en pie me palpé el lugar que me dolía y lo miré, el cuchillo estaba tan afilado que había cortado el uniforme y me había cortado ligeramente el brazo, siendo una herida apenas profunda. Cogí un trapo que encontré tirado en el suelo que pertenecía a otro cocinero y me lo coloqué en el brazo para disimular la herida, después me lavé las manos y continué con mi siguiente orden ayudar con el plato principal, no sin antes escuchar como uno de los marines del barco nos traía noticias del lo que había sido ese choque, el cual pareció ser una gran ola impactando sobre el casco del barco.

La cosa se desmadraba. Un cuarto Yonkou junto a uno de los Ju Senshi, Sawn White, hizo acto de presencia. Además de eso, las explosiones devastaban toda la ciudad, y en cualquier momento comenzaría la Buster Call. Era hora de retirarse... lo cual no sería difícil para él. Pero no quería hacerlo sin más. Se giró hacia Krauser, y se fijó en uno de los que le habían ayudado a matar a Namzug, un joven luchador sin uniforme. Supuso que sería cazador.

- ¡Krauser! ¡Y tú también, chico, subíos a mi espalda!

Rumble Balls - Rey de las Quimeras.

De repente se convirtió en un magnífico león gigante con alas de reptil, cuernos de cabra y cola escamosa. Aun le quedaba tiempo de transformación de las rumble balls, suficiente para salir de la isla con un Lightning Shadow y acercarse a algún islote cercano a reposar un rato. Mientras esperaba a que subieran vio cerca a un viejo marine que reconoció como uno de los miembros de la Élite, la banda de su compañero Contraalmirante. Era además un ex-Vicealmirante. Un tal Blain, Garlon o Garlen de nombre... algo similar. Además había otros marines y voluntarios cerca. En aquella forma medía más de cinco metros, así que podía cargar con bastante gente.

- ¡Blain! ¡Y vosotros, subíos si queréis vivir!

Una vez hubiesen subido todos, se elevaría con las alas velozmente unos cuarenta metros en el aire, para sostenerse levitando con su movimiento aéreo, plegar las alas sobre los ocupantes para apretarlos contra su cuerpo y que no saliesen despedidos, y propulsarse a 500 km/h hacia el horizonte durante un buen rato. Gracias a los mapas de la zona de Loguetown que poseía en su programa de mapas de navegación de su ojo cyborg seleccionó una isla pequeña y alejada y puso rumbo hacia allí. A esa velocidad llegaría en el tiempo casi justo para quedarse sin poder con las rumble balls. Justo, pero suficiente.

[ACLARACIÓN: Mi comentario es una invitación para todos los cazadores, marines, CPs y ciudadanos users que estén cerca para subirse y que os saque de la isla. De nada ;) ]

Había vendado toscamente a Drake y lo había llevado a su camarote. De momento sobreviviría, pero en la próxima isla pediría a un médico que fuese al barco a atenderle. Si no se mostraba colaborador (seguramente pronto habría carteles de wanted de Drake por todo el mundo), podría obligarlo a punta de pistola. Ahora, una potente marea causada por las explosiones en la isla en guerra los había alejado aun más de la batalla. Mientras lo hacían, Émile se fijo en un enorme navío... un navío con la bandera de Opprimere que navegaba en solitario hacia el horizonte. El chico sacó un catalejo y miró por este, reconociendo a la figura que dirigía el timón. Con una sonrisa, encaminó la Perla Negra hacia el navío de Kaín. Seguramente necesitaría ayuda para llevar a aquel monstruo, y su senpai no sabía de navegación. Ambos barcos se perdieron en el horizonte navegando el uno junto al otro.

La estructura entera tembló con una explosión, así que su estocada falló y se quedó en un mero corte en el costado de Teravan. El ruido no le había gustado a Jack. Era hora de ahuecar el ala. Agarró su boleadora y salió corriendo hacia una ventana, rompiéndola con el arma y saltando por esta. Comenzó a correr por el aire con su Kuroi Hono Pasu, observando a sus pies una poderosa ola que barría la ciudad. Aumentó su velocidad y se dirigió al norte, hacia la flota revolucionaria. Una vez sobre los barcos descendió sobre la cubierta de uno que se estaba retirando. Al principio todos los de cubierta le rodearon desenvainando sus armas. Jack maldijo. Sin su máscara no lo reconocían. Entonces apartó la capa y sacó su máscara de repuesto. Al verla, los hombres bajaron las armas. Ya estaba a salvo.

- Le estábamos buscando, General. Tras esta guerra nos espera un largo trabajo - dijo un hombre de pelo rubio con una chaqueta de cuero marrón.

Era el "Capitán" John Kurt, Cabecilla revolucionario y su superior directo. Jack sonrió y le hizo una leve inclinación de cabeza.

- Entonces será mejor que nos pongamos manos a la obra. ¿A qué puerto se dirige esta nave, capitán?

Jack no era consciente de hasta qué punto su suerte y su destino estaban a punto de cambiar. Comenzaba una nueva era para él y para el mundo.

La situación se puso fea. No ea momento de conversar. Hubo potentes explosiones peligrosamente cerca, y a continuación el conde escuchó con su oído de vampiro un ruido de agua corriente que venía desde el interior de la ciudad. Como una gran ola. Interrumpió la charla y corrió hacia Drake, cargándoselo al hombro.

- Nos veremos en otra ocasión. Esto se pone demasiado feo. Buena suerte, espadachín.

Comenzó a elevarse a gran velocidad, y observó la ciudad desde las alturas. Efectivamente una gran ola recorría la ciudad. Había hecho bien en salir de ahí. Dejó de mirar en esa dirección para fijarse en el puerto. Había muchos barcos hundidos o en proceso de ello, otros encallados por culpa de la ola que los había arrastrado y otros se alejaban de la ciudad. Entre estos estaba lo que buscaba: el Vela de Plata. Su navío se hallaba a unos cuantos cientos de metros de la ciudad. Al ver ponerse las cosas feas, sus marineros se habían alejado prudencialmente y permanecían a la espera en la zona. Bajó directamente sobre cubierta y depositó a Drake en el suelo.

- Llevadlo a su camarote. Y servidme mi cena ya. Con dos botellas de los de siempre y una de vino... ha sido un día largo y difícil. Y por cierto, ponemos rumbo a Hallstat. Volvemos a casa, caballeros.

Tras dar las correspondientes órdenes, el noble entró en sus aposentos cerrando la puerta de golpe. Dejó caer la armadura en una esquina junto a sus tres espadas y se dejó caer sobre la cama, destrozado. Volvió a su forma humana. Estar tan expuesto a la luz del sol, aunque hubiese estado lloviendo durante bastante rato, y volar de un lado para otro durante horas cargando con una coraza de acero, dos espadas bastardas y un mandoble le cansaba hasta a él. Ahora le tocaba asimilar lo vivido, en especial el hecho de haber perdido su título de manera "oficial". Tendría que retomarlo por la fuerza y arreglar asuntillos con el rey si no lo había hecho ya Alex.

Ha llegado al ducado. Hemrich es uno de los duques de Halstat, si lo mata, será más fácil conquistar la isla. Por desgracia Alex no conoce el rostro de ese hombre, por lo que encontrarlo y matarlo será más dificil que con el rey.

El médico se movió por el aire, buscando el castillo. Era fácil de ver. Malditos políticos, viviendo bien mientras a su alrededor los aldeanos pasaban hambre. Era despreciable. Aunque pareciera que el médico pecaba de hipocresía, él había vivido en la calle mucho tiempo, y sabía lo que era pasar hambre. Suspiró mientras se acercaba a los altos muros del castillo. Sería buena idea buscar algún sitio desde el cual poder trazar un plan de ataque. Se dirigió a uno de los tejados. Podía matar al duque de forma sencilla si conseguía su cara. Pero aquello iba a ser un poco difícil. Se había fijado en sus descripciones por doquier. Si intentaba algo en el pueblo iba a ser descubierto. Estaba en un atolladero. Estuvo descansando unos minutos en el tejado, para recuperar fuerzas antes de proseguir con su misión.

Cuando hubo descansado lo suficiente, se volatilizó en forma de cloro y echó a volar hacia uno de los ventanales del edificio principal del castillo, probando suerte. En su forma de gas, podría pasar mucho más desapercibido. Por suerte la ventana estaba entreabierta, seguramente para ventilar. Entró, en forma gaseosa, esperando a que sus ojos se acostumbraran a la penumbra.