Adam Windwalker
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Por fin, tras horas buscando soluciones y esquivando peligros lo había logrado, bueno yo no, lo había logrado Brighthand, pero era a mí a quien se le ocurrió pedirle ayuda, quién iba a decir que fue la solución más sencilla la que resultaría. De todas formas antes de que Jeremy liberara al animal un tipo muy raro con pintas de ninja intentó arrestar al legendario espadachín, por la forma de hablar diría que se trataba de un marine. De todas formas eso no afectó al hecho de que amablemente el Ken-Kotei me hiciera ese favor, a pesar de ser pirata era un hombre amable y respetable. Tras intercambiar unas palabras con el extraño marine Jeremy Brighthand se marchó como el viento mientras tarareaba una hermosa melodía, tenía que aprender a hacer salidas tan espectaculares como esa. Cuando finalizó aquella curiosa escena el marine ninja se largó en dirección a la plaza, respiré hondo y me tranquilicé, recordé los métodos de meditación que había aprendido con el maestro Alfred y durante un minuto no existía la guerra, el fuego ni el caos, sólo yo. Fue sólo un minuto, pero me ayudó para recuperarme aunque fuera a nivel mental, me incorporé de nuevo con una determinación renovada decidido a seguir adelante. Recogí los cachos de jaula y los coloqué dentro de mi gabardina repartidos por sus bolsillos, era una oportunidad única, si salía de ésta podría aprender a trabajar el kairoseki, algo a lo que tienen acceso muy pocos herreros.
- Eres libre pequeño, ya puedes ir a donde quieras... aunque viendo el panorama puede que el lugar más seguro sea junto a mí - Dije recogiéndolo con cuidado y metiéndolo en uno de los bolsillos que me quedaban libres, el bolsillo que me quedaba en el pecho junto al corazón.
Tras eso me transformé, comprobé que mi ala estaba en condiciones otra vez y alcé el vuelo de nuevo sobre los maltrechos edificios de la ciudad. La situación en la plaza era bastante fea, los marines parecían estar acorralados, aunque todo indicaba a que la batalla que si iba a librar iba a ser una batalla tribanda. Era la hora de cumplir mi promesa y ayudar a los marines, estaba en una posición de ventaja con respecto a los piratas, en un punto ciego para ellos en el cielo y tras sus filas, jamás se esperarían un ataque desde ese punto. Cuando estaba en medio del cielo escuché un gigantesco estruendo, otra vez el Halo, pero ésta vez con una intensidad mucho mayor, un anillo de llamas rodeó la ciudad lanzando cascotes enormes por todas partes, puede que ésta fuese mi oportunidad. Inmediatamente coloqué mis alas en posición y esperé pacientemente hasta que de pronto una potente corriente de aire, producto de la onda expansiva, me impulsó de golpe y me hizo moverme a toda velocidad, era como surfear una ola de aire. Cuando llegué a la plaza aproveché el impulso para elevarme unos metros y luego descender en picado en dirección a las filas de los piratas, cuando estaba a escasos 10 metros sobre ellos mi boca se abrió comenzando a lanzar tres proyectiles de fuego azul, mi aliento concentrado Blue Blaze, éstos proyectiles estallarían al chocar generando una pequeña explosión.
Bombardeo Blue Blaze [AF]
Confiaba en que eso ayudase un poco a los marines acorralados y distrajese a los piratas. Tras terminar mi ataque me elevé de nuevo para alejarme del peligro. - Se que es un poco repentino, pero necesito que brilles con todas tus fuerzas pequeño - Le dije al hamster confiando en que me entendiera y comenzase a emitir una luz que cegase a todo aquél que me estuviera apuntando. Sabía que no era mucho pero confiaba estar aportando mi granito de arena a esta guerra, si era necesario estaba dispuesto a volver al ataque.
- Off:
- Ahora el hamster es libre, lo que significa que cuenta como un NPC más, es decir que si Nat quiere puede decir que el hamster se escapó hace tiempo a la velocidad de la luz y me ha dejado a mi vendido XD.
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El viento revolvía la blanca cabellera del cazador , arrastrando un aire extremadamente puro en comparación al que se respiraba cerca de la isla de Loguetown, donde todo lo que el olfato alcanzaba a percibir era pólvora, sangre y muerte.
Lo había conseguido. Había robado el buque insignia de la flota de Opprimere, posiblemente uno de los barcos más poderosos de la tierra, sin un solo rasguño. Aquello era un gran logro, no solo para Kaín, sino para el Proyecto Amanecer pues, un barco como aquel, tripulado por hombres capaces, constituía una terrible fuerza de destrucción. El cazador lo consideró como el primer paso hacia su objetivo final. Un gran e importante paso.
El cazador manejaba el timón con mucha torpeza, pero el buque en si no estaba en perfecto estado tras la batalla, pues había sufrido algunos daños, pero nada demasiado serio. Con calma, pero sin dejar de mirar por encima del hombro a la cada vez más pequeña ciudad del Alfa y el Omega, el cazador continuó hacia el horizonte. Lo primero era alejarse de la isla lo suficiente como para dejar de correr peligro, y luego, ocultar el barco en lugar seguro, inspeccionarlo de cabo a rabo, arreglar los desperfectos y, esto último era una simple idea que cruzaba su mente, cambiar el mascarón de proa del navío.
Kaín suspiró con alivio, pero decidido a no relajarse del todo, pues aun podía salir algo mal y arruinar su, hasta ahora, perfecto plan.
Lo había conseguido. Había robado el buque insignia de la flota de Opprimere, posiblemente uno de los barcos más poderosos de la tierra, sin un solo rasguño. Aquello era un gran logro, no solo para Kaín, sino para el Proyecto Amanecer pues, un barco como aquel, tripulado por hombres capaces, constituía una terrible fuerza de destrucción. El cazador lo consideró como el primer paso hacia su objetivo final. Un gran e importante paso.
El cazador manejaba el timón con mucha torpeza, pero el buque en si no estaba en perfecto estado tras la batalla, pues había sufrido algunos daños, pero nada demasiado serio. Con calma, pero sin dejar de mirar por encima del hombro a la cada vez más pequeña ciudad del Alfa y el Omega, el cazador continuó hacia el horizonte. Lo primero era alejarse de la isla lo suficiente como para dejar de correr peligro, y luego, ocultar el barco en lugar seguro, inspeccionarlo de cabo a rabo, arreglar los desperfectos y, esto último era una simple idea que cruzaba su mente, cambiar el mascarón de proa del navío.
Kaín suspiró con alivio, pero decidido a no relajarse del todo, pues aun podía salir algo mal y arruinar su, hasta ahora, perfecto plan.
Cánabar
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No había nada que pudiera detener a los dos gyojin, habían devastado el barco y la madera lucía enrojecida a causa de su llegada. Solo restaba disparar los cañones. Si destruían la flota de la Marina no habría nada que impidiera el avance del yonkou y podría facilitar una alianza con él, aunque Cánabar no estaba seguro de ello ni confiaba en nadie tan poderoso. Aunque algo estaba claro, si lograban hacer lo que pretendían se convertirían en dos piratas bastante famosos. Sin embargo... eso tampoco era bueno del todo. pero le agradaba la idea de darse a conocer de aquella forma, de que el mundo supiera de su existencia. Y Kaiser... no hacía falta jurar que él también quería fama, que todos lo temieran.
Pero nada era tan sencillo como ellos creían. La verdadera gloria solo se saboreaba cuando estaba aderezada con esfuerzo y sangre. Y qué mejor combate que el que estaban a punto de llevar a cabo. Ninguno de los reclutas resultó difícil para ellos, pero había alguien más en el barco, alguien que Kaiser conocía y al que Cánabar no había visto nunca. la orca lo reconoció, era un famoso miembro de la Marina y un alto cargo de dicha organización. Un tal Lion D. Karl si no recordaba mal. Para el tiburón blanco no era más que un obstáculo trajeado, otro enemigo al que partir en dos antes de iniciar la oleada de cañonazos que los catapultarían hacia el éxito de Atesaki. Pero Kaiser sabía que no iba a ser fácil.
-Ten cuidado, Cánabar, este tipo es muy duro. Ha capturado a criminales muy poderosos y es un alto cargo. No te confíes y arranquémosle la puta cabeza- Dijo Kaiser.
Justo lo que el tiburón deseaba, un enemigo de verdad con el que medir su fuerza, alguien que resultara un rival de verdad. Pero esto era más de lo que pedía. Si Kaiser estaba en lo cierto ese enemigo podría acabar con él sin dificultad, aunque eran dos y él solo uno. Pero sabía por propia experiencia que el número no siempre daba la ventaja. Y mucho menos en un mundo tan caótico como este. Pero confiaba plenamente en su poder y en el de su compañero. Y si las cosas se ponían feas siemprep odían arrojarse al agua y huir. Aunque no era plato de buen gusto. Se adelantó unos pasos para lanzarse al ataque. Su sangre hervía y sus ojos comenzaban a inyectarse en sangre. Pero Kaiser lo detuvo.
-No te precipites, no me sirves de nada muerto. Ataquemos juntos y con cuidado. Y si es demasiado...- Dijo Kaiser.
-No hace falta que te preocupes. Si nos supera nos marchamos. Ahora es el momento de divertirse- Respondió.
Fue el primero en lanzarse al ataque. Envió una onda cortante mientras corría, espada en mano, a por el marine. Kaiser, por su parte, inició la carrera para rodear al enemigo y golpearlo por la espalda. En cuanto estuviera lo suficientemente cerca le lanzaría un combo de puñetazos a máxima potencia. Ningún humano corriente aguantaba unos golpes del kárate gyojin como esos. Y si los resistía lo distraerían suficiente como para que la espada de Cánabar dividiera su cuerpo en dos mitades. Aunque... ¿y si lo estaba subestimando? ¿Y si los mataba antes si quiera de que pudieran tocarlo? Realmente no conocían su poder, pero estaban a punto de averiguarlo. Ya no había vuelta atrás, que la Marina sintiera el mordisco de Atesaki.
Pero nada era tan sencillo como ellos creían. La verdadera gloria solo se saboreaba cuando estaba aderezada con esfuerzo y sangre. Y qué mejor combate que el que estaban a punto de llevar a cabo. Ninguno de los reclutas resultó difícil para ellos, pero había alguien más en el barco, alguien que Kaiser conocía y al que Cánabar no había visto nunca. la orca lo reconoció, era un famoso miembro de la Marina y un alto cargo de dicha organización. Un tal Lion D. Karl si no recordaba mal. Para el tiburón blanco no era más que un obstáculo trajeado, otro enemigo al que partir en dos antes de iniciar la oleada de cañonazos que los catapultarían hacia el éxito de Atesaki. Pero Kaiser sabía que no iba a ser fácil.
-Ten cuidado, Cánabar, este tipo es muy duro. Ha capturado a criminales muy poderosos y es un alto cargo. No te confíes y arranquémosle la puta cabeza- Dijo Kaiser.
Justo lo que el tiburón deseaba, un enemigo de verdad con el que medir su fuerza, alguien que resultara un rival de verdad. Pero esto era más de lo que pedía. Si Kaiser estaba en lo cierto ese enemigo podría acabar con él sin dificultad, aunque eran dos y él solo uno. Pero sabía por propia experiencia que el número no siempre daba la ventaja. Y mucho menos en un mundo tan caótico como este. Pero confiaba plenamente en su poder y en el de su compañero. Y si las cosas se ponían feas siemprep odían arrojarse al agua y huir. Aunque no era plato de buen gusto. Se adelantó unos pasos para lanzarse al ataque. Su sangre hervía y sus ojos comenzaban a inyectarse en sangre. Pero Kaiser lo detuvo.
-No te precipites, no me sirves de nada muerto. Ataquemos juntos y con cuidado. Y si es demasiado...- Dijo Kaiser.
-No hace falta que te preocupes. Si nos supera nos marchamos. Ahora es el momento de divertirse- Respondió.
Fue el primero en lanzarse al ataque. Envió una onda cortante mientras corría, espada en mano, a por el marine. Kaiser, por su parte, inició la carrera para rodear al enemigo y golpearlo por la espalda. En cuanto estuviera lo suficientemente cerca le lanzaría un combo de puñetazos a máxima potencia. Ningún humano corriente aguantaba unos golpes del kárate gyojin como esos. Y si los resistía lo distraerían suficiente como para que la espada de Cánabar dividiera su cuerpo en dos mitades. Aunque... ¿y si lo estaba subestimando? ¿Y si los mataba antes si quiera de que pudieran tocarlo? Realmente no conocían su poder, pero estaban a punto de averiguarlo. Ya no había vuelta atrás, que la Marina sintiera el mordisco de Atesaki.
El chico de pelo moreno hizo caer un árbol y lo convirtió en una barca. Mientras Sinclaire le ayudaba yo me quedé pensando cómo podría haber hecho eso. Una vez estuvo en el agua nos subimos y salimos de aquella maldita isla. El mar estaba embravecido, perecía querer unirse a la batalla. Era difícil mantenerse dentro de la barca con aquellas olas pero tuvimos la suerte de sobrevivir.
Dejábamos atrás la destrucción, el sufrimiento de los inocentes. Todo por culpa de la ambición de unos pocos hombres. Los piratas, movidos por sus intereses, matan a quien se les ponga por delante. Los revolucionarios, por sus ideales de gobierno, destruyen las vidas de los civiles con sus atentados. Y tanto el gobierno como la marina, movidos por su odio a los criminales, destruyen todo solo por humillar y castigar. Decepción y tristeza, y no solo porque acababa de descubrir la situación de la sociedad, sino también por mi fracaso. Yo esperaba poder salvar y proteger a los débiles, pero me tuvieron que salvar a mí. Jamás olvidaré lo que mis compañeros hicieron por mí. Pero yo no merecía estar con ellos. Yo solo era un chaval que salió de casa a ver mundo sin saber nada de él. Volver a casa era lo mas sensato.
Dejábamos atrás la destrucción, el sufrimiento de los inocentes. Todo por culpa de la ambición de unos pocos hombres. Los piratas, movidos por sus intereses, matan a quien se les ponga por delante. Los revolucionarios, por sus ideales de gobierno, destruyen las vidas de los civiles con sus atentados. Y tanto el gobierno como la marina, movidos por su odio a los criminales, destruyen todo solo por humillar y castigar. Decepción y tristeza, y no solo porque acababa de descubrir la situación de la sociedad, sino también por mi fracaso. Yo esperaba poder salvar y proteger a los débiles, pero me tuvieron que salvar a mí. Jamás olvidaré lo que mis compañeros hicieron por mí. Pero yo no merecía estar con ellos. Yo solo era un chaval que salió de casa a ver mundo sin saber nada de él. Volver a casa era lo mas sensato.
Flea
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Las palabras del Comandante Azumi Kento me hicieron abandonar la hilera repleta de revolucionarios. Sinceramente yo no tenía nada en contra de los piratas, y no me enfrentaría contra ellos. Yo les tengo odio a los Marines, y decidí entrar en la Armada Revolucionaria por el simple echo de derrocar al Gobierno Mundial, mi objetivo no era matar piratas. Salí de aquel lugar e inmediatamente recordé al hombre misterioso que me había encontrado debajo del árbol, y al llamado de Hiren, el cual pedía ayuda en el Cuartel Marine.
- Vamos hacia allá, a cumplir mi objetivo, y a ayudar a mis compañeros - dije para mí mismo, y me dirigí hacia el Cuartel.
Llegué hasta la Base, pero me quedé escondido en un edificio que había sido detonado previamente. Llamé a Hiren, para saber si seguía ahí o si se había ido.
- Hiren, Flea al habla, ¿Dónde estás? ¿Sigues en la Base? ¿Cómo está la situación? Cambio. - y esperé la respuesta de mi compañero revolucionario, tratando de hablar lo más bajo posible, para que nadie supiera de mi existencia.
- Vamos hacia allá, a cumplir mi objetivo, y a ayudar a mis compañeros - dije para mí mismo, y me dirigí hacia el Cuartel.
Llegué hasta la Base, pero me quedé escondido en un edificio que había sido detonado previamente. Llamé a Hiren, para saber si seguía ahí o si se había ido.
- Hiren, Flea al habla, ¿Dónde estás? ¿Sigues en la Base? ¿Cómo está la situación? Cambio. - y esperé la respuesta de mi compañero revolucionario, tratando de hablar lo más bajo posible, para que nadie supiera de mi existencia.
Joseph Leto
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El pelirrojo estaba caminando por la base de la marina en busca de alguien que pudiera ayudarle cuando de pronto escuchó el sonido de una fuerte explosión proveniente del bosque en el que se encontraba antes por lo que se alegró de no haber permanecido en aquél lugar y ahora solo veía y notaba como varios trozos de extraña forma caían del cielo chocando contra su cabeza. En una de esas le entró la curiosidad y cogió uno de los trozos que habían a su alrededor y lo guardó en uno de sus bolsillos antes de seguir caminando hasta el interior de la base donde esperaba encontrar a alguien que lo ayudara a hacerse con un barco para irse de la isla. El sargento avanzó por varios minutos dentro de la base sin encontrarse con nadie hasta que se cruzó con un cabo que le dijo donde había un pequeño barco con el que podría huir sin llamar la atención. El joven Joseph le agradeció la información y se dio la vuelta para buscar el bote.
Una vez fuera del cuartel corrió como alma que lleva el diablo hasta dar con el bote en el cual se subió y puso marcha al horizonte para alejarse de la guerra.
Una vez fuera del cuartel corrió como alma que lleva el diablo hasta dar con el bote en el cual se subió y puso marcha al horizonte para alejarse de la guerra.
Kaito Kazuki
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En su huida una imagen inunda su mente, una lluvia de alcohol, ondas cortantes de color rojo y un enorme pájaro con Legim a espaldas, todo ello hacia su posición aproximada, pero eso no le detendría, el joven activa su haki armadura para evitar ser dañado por los golpes y ofensivas del hombre de alcohol. Pero no tiene intenciones bélicas, sino que su único objetivo es reunirse con los suyos y no tener que hacer frente a nadie más, no puede faltar a su palabra con todos los que tiene apalabrado algo. De modo que vuelve a envolverse en la niebla negra, dentro de la cual, se transforma en su forma híbrida, y dado que la niebla se extiende hasta el suelo, debido a que no vuela muy alto, no se le ve cuando se lanza hacia el suelo y empieza a cavar como un descosido, no tiene intenciones de seguir luchando, tiene otros asuntos que resolver y uno de ellos es reunirse con sus compañeros de gremio, de faenas, aquellos que le acompañaron hasta la isla y solo no se quedaron por el peligro y orden del mismo Takeshi. Pero aún no desactiva el haki, no sabe si ya está a salvo o si aún corre peligro.
Sus movimientos son veloces y aparentemente desubicados y desorientados, pero eso es para evitar que le puedan seguir, así pues se desplaza hasta un lugar alejado de la plaza, lugar en el que espera no se encuentre aquél pirata tan plasta y acosador que va detrás de él. Su mente es un lío de personalidades, cada cual dice una cosa, cada cual quiere una cosa, pero el joven solo quiere reunirse con los suyos, los recuerdos del pasado empiezan a atormentarlo, la tortura de perder a sus amigos, padres y a su hermana pequeña en sus brazos le acongoja, su corazón se encoje, las lágrimas brotan de sus ojos sin control, como si él ya no fuera dueño de sus sentimientos, de su cuerpo. Antes de que eso le conlleve problemas el joven cazador sale a la superficie pero se esconde donde no tengan fácil encontrarlo, buscando una forma de salir de allí lo más rápido posible. Es entonces cuando ve en la cercana costa un barco pequeño, un esquife, idéntico al que usó para ir al barco de Opprimere. Con un movimiento veloz se sube al esquife y pone rumbo lejano, todo lo que quiere es volver a casa y escapar del acoso de aquél pirata. Para mejorar la situación a su favor aprovehca los beneficios de su anillo de la tormenta par aacelerar el movimiento del barco al impulsarlo con el viento que despide dicho anillo através de sus guantes.
Sus movimientos son veloces y aparentemente desubicados y desorientados, pero eso es para evitar que le puedan seguir, así pues se desplaza hasta un lugar alejado de la plaza, lugar en el que espera no se encuentre aquél pirata tan plasta y acosador que va detrás de él. Su mente es un lío de personalidades, cada cual dice una cosa, cada cual quiere una cosa, pero el joven solo quiere reunirse con los suyos, los recuerdos del pasado empiezan a atormentarlo, la tortura de perder a sus amigos, padres y a su hermana pequeña en sus brazos le acongoja, su corazón se encoje, las lágrimas brotan de sus ojos sin control, como si él ya no fuera dueño de sus sentimientos, de su cuerpo. Antes de que eso le conlleve problemas el joven cazador sale a la superficie pero se esconde donde no tengan fácil encontrarlo, buscando una forma de salir de allí lo más rápido posible. Es entonces cuando ve en la cercana costa un barco pequeño, un esquife, idéntico al que usó para ir al barco de Opprimere. Con un movimiento veloz se sube al esquife y pone rumbo lejano, todo lo que quiere es volver a casa y escapar del acoso de aquél pirata. Para mejorar la situación a su favor aprovehca los beneficios de su anillo de la tormenta par aacelerar el movimiento del barco al impulsarlo con el viento que despide dicho anillo através de sus guantes.
Legim
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Akuma no mi
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La ira recorría mi cuerpo, ese maldito estaba huyendo sin cesar del combate como un cobarde, y por si fuera poco lo hacía de manera rastrera, no de una manera limpia.
Tenía mis puños apretando las empuñaduras de mis katanas preferidas hasta el punto de dolerme, más era un dolor que necesitaba para desfogar toda la ira y rabia que tenía en ese momento, no soportaba ni un minuto más ver vivo a ese hombre, el afamado cazador... Tsk, debería de llamarse el afamado cobarde.
En pocos segundos puedo ver gracias a mi mantra que su aura empieza a hundirse en la tierra, por lo que deducí que estaba cavando. Era impresionante como podía cavar a través del cemento, ya que siempre pensé que solo podía hacerlo en la tierra según contaban las historias de él, aunque claro, se ve que tienen poca fiabilidad, ninguna le nombraba como un cobarde.
Podría perseguirlo, pero era una perdida de tiempo, sus propias palabras le había delatado, iba a su preciado barco, donde aguardarían sus camaradas.
- ¿Por qué eres tan predecible Takeshi? - Pensé para mis adentros.
De mi bolsillo saqué una Rumble Ball y se la tendí al pico de Simurgh con una nueva sonrisa de oreja a oreja.
- Simurgh... nunca te has tomado esto ¿Verdad?... Jé, dale un trago, y prueba a volar tan rápido como nunca has volado... verás que divertido.- Dije entre risotadas preparándome para lo que se iba a venir ahora mismo.
Como era costumbre en estos momentos, Simurgh no dijo nada y se limitó a obedecer. Su cuerpo empezó a encoger hasta los 6 metros, el tamaño justo para que pudiese estar sobre su lomo cómodamente, y la velocidad era increíblemente alta, podía ver todo más rápido de lo que jamás lo había visto.
En cuestión de segundos, había llegado cerca de un barco donde había varias personas que coincidía con lo que escuché que eran sus aliados, su banda. Bajé el vuelo recorriendo la cima de los árboles, en su mayoría ya quemados, para finalmente dejar a Simurgh volver como brazalete a mi brazo y dejarme caer yo en el suelo aún con algunas ascuas y cenizas.
Por lógica, aún le quedaba mucho tiempo a Takeshi para llegar, yo era mucho más veloz que él gracias al ave, y por si fuese poco, estaba completamente borracho. Seguramente no lo notaría hasta ahora, o quizás dentro de unos minutos, pero acabaría subiéndole a la cabeza de una manera tan brusca que podría darle incluso un coma etílico. Todo sucedió en el primer ataque, ese alcohol con una temperatura tan alta que emitía vapores hacia el cielo, él debía de creer que el verdadero ataque era quemarle, más eso era un claro error. El objetivo de dicho ataque fue cumplido, ya que Takeshi se quedó flotando sobre el gran charco que había dejado en el ataque, de manera que el vapor que ascendía, pasaba por todo su cuerpo. Para mayor fortuna, estuvo hasta dialogando conmigo allí, de manera que se quedó cerca de 1 minuto y medio recibiendo vapor etílico, respirandolo, penetrandole por cada orificio de su piel, y provocando a la larga lo que debería de ocurrir ahora, mareos, desorientación, inestabilidad, nauseas, y un sin fin de consecuencias que traía aspirar tal cantidad de alcohol, ya que estaba seguro de que a pesar de su cobardía no iba a ser tan débil como para morir de un coma etílico en estos momentos.
- Estás acabado Takeshi... no podrás ni moverte cuando todo eso se mezcle con el tambaleo del barco en el mar...- Pensé con una suave risa sin notar aún el aura de Takeshi cerca.
Pasados unos minutos, en los cuales me centré en como podía atacarle, comencé a notar su aura a lo lejos, bastante rápido, y me comencé a mover sigilosamente pero sin pausa hasta la dirección donde calculaba que aparecería según su aura se acerba. Finalmente, lo notaba muy cerca y me mantuve pegado a un tronco aún sin quemar, rezando porque pasase por mi lado sin percatarse de mi presencia. Para mi sorpresa, así fue. Me acababa de tocar la lotería.
Había esperado largos minutos para esto, y al fin había llegado el momento donde le daría caza al cazador, hoy la presa se convirtió en cazador, y el cazador en la presa, que irónico todo.
Take comenzó a avanzar a un barco diferente al de sus compañeros para mi sorpresa, ante lo que actué indiferente y centrándome nuevamente en él. Dicho barco se empezó a alejar de la orilla, y en ese momento, era evidente que había que actuar. Take solo se centraba en huir mirando al cielo, atrayendo al parecer tormentas, pero desde luego sería de las últimas cosas que podría hacer con el nivel de borrachera que había pillado, se le subiría en 3...2...1....
En ese preciso instante envainé Ökami al tiempo que acariciaba su mango como si le pidiese disculpas por guardarla en una ocasión como esta, necesitaba otro arma, la legendaria Shiseina.
Notaba el poder recorriendo mi cuerpo, el pelo más largo, una musculatura que aumentaba para darme más capacidades físicas, y una mirada atenta al barco. Gracias a Dios, el plan funcionaba, había logrado activar este modo con el espíritu de la Shiseina, y me había concedido la misma ventaja que contaban las leyendas, una calma y paz dignas de elogio. Había logrado la combinación perfecta a pesar de no tener tanto poder como Ökami, me dejaría ser lo suficientemente frío como para pensar en que estoy haciendo en cada momento.
Sin más dilación, empuñé las dos katanas con fuerza y lancé multitud de ondas cortantes con toda la fuerza de la que disponía en dirección a la proa del barco, pero fallado a posta con intención de que el agua de mar cayese dentro del barco, manteniendole distraído en esos segundos en los cuales cerca de 20 ondas cortantes con un poder abrumador se dirigía a la madera del barco, concretamente a la más baja, que conecta con el mar salado del lugar, todo con la intención de partir el barco, no solo en un pedazo, sino en varios pedazos.
No sabía si los compañeros, algo alejados, podrían hacer algo, ya que Takeshi con su borrachera a penas podría mantenerse en pie en ese revuelo según mis pensamientos, pero mi nivel de seguro que era demasiado superior para ellos y no podrían contrarrestar las ondas, menos a distancia. Solo quedaba lanzar ondas sin detenerme, hasta quedarme sin fuerzas, todas hacia el barco sin dilación alguna, sin frenos, y deseando acabar rápido con la pesadilla del cobarde Takeshi. [Ataque Bestial- Haki Armadura.]
- Tu nombre... será recordado con deshonor...- Dije en voz baja riendo un poco.
Tenía mis puños apretando las empuñaduras de mis katanas preferidas hasta el punto de dolerme, más era un dolor que necesitaba para desfogar toda la ira y rabia que tenía en ese momento, no soportaba ni un minuto más ver vivo a ese hombre, el afamado cazador... Tsk, debería de llamarse el afamado cobarde.
En pocos segundos puedo ver gracias a mi mantra que su aura empieza a hundirse en la tierra, por lo que deducí que estaba cavando. Era impresionante como podía cavar a través del cemento, ya que siempre pensé que solo podía hacerlo en la tierra según contaban las historias de él, aunque claro, se ve que tienen poca fiabilidad, ninguna le nombraba como un cobarde.
Podría perseguirlo, pero era una perdida de tiempo, sus propias palabras le había delatado, iba a su preciado barco, donde aguardarían sus camaradas.
- ¿Por qué eres tan predecible Takeshi? - Pensé para mis adentros.
De mi bolsillo saqué una Rumble Ball y se la tendí al pico de Simurgh con una nueva sonrisa de oreja a oreja.
- Simurgh... nunca te has tomado esto ¿Verdad?... Jé, dale un trago, y prueba a volar tan rápido como nunca has volado... verás que divertido.- Dije entre risotadas preparándome para lo que se iba a venir ahora mismo.
- Rumble Ball:
- "¿Que no tengo pelotas a comerme 3 de una sentada? . . . ROOAAAAAAURRRG!!" Son las famosas Rumble Balls de Chopper, potenciadoras de las capacidades animales de los usuarios de zoan. Cualquier usuario de akuma no mi zoan que ingiera estas píldoras tendrá la capacidad de controlar sus transformaciones y desatar su máximo potencial.
PD: Si te comes tres de una, recuerda perder la razón, atacar tanto a aliados como enemigos y ser una mala bestia. Solo zoan.
Tengo 4, tras usar esta, 3.
Transformación veloz: Reduce su tamaño a 6 metros y alcanza unas velocidades de 350 km/h
Como era costumbre en estos momentos, Simurgh no dijo nada y se limitó a obedecer. Su cuerpo empezó a encoger hasta los 6 metros, el tamaño justo para que pudiese estar sobre su lomo cómodamente, y la velocidad era increíblemente alta, podía ver todo más rápido de lo que jamás lo había visto.
En cuestión de segundos, había llegado cerca de un barco donde había varias personas que coincidía con lo que escuché que eran sus aliados, su banda. Bajé el vuelo recorriendo la cima de los árboles, en su mayoría ya quemados, para finalmente dejar a Simurgh volver como brazalete a mi brazo y dejarme caer yo en el suelo aún con algunas ascuas y cenizas.
Por lógica, aún le quedaba mucho tiempo a Takeshi para llegar, yo era mucho más veloz que él gracias al ave, y por si fuese poco, estaba completamente borracho. Seguramente no lo notaría hasta ahora, o quizás dentro de unos minutos, pero acabaría subiéndole a la cabeza de una manera tan brusca que podría darle incluso un coma etílico. Todo sucedió en el primer ataque, ese alcohol con una temperatura tan alta que emitía vapores hacia el cielo, él debía de creer que el verdadero ataque era quemarle, más eso era un claro error. El objetivo de dicho ataque fue cumplido, ya que Takeshi se quedó flotando sobre el gran charco que había dejado en el ataque, de manera que el vapor que ascendía, pasaba por todo su cuerpo. Para mayor fortuna, estuvo hasta dialogando conmigo allí, de manera que se quedó cerca de 1 minuto y medio recibiendo vapor etílico, respirandolo, penetrandole por cada orificio de su piel, y provocando a la larga lo que debería de ocurrir ahora, mareos, desorientación, inestabilidad, nauseas, y un sin fin de consecuencias que traía aspirar tal cantidad de alcohol, ya que estaba seguro de que a pesar de su cobardía no iba a ser tan débil como para morir de un coma etílico en estos momentos.
- Estás acabado Takeshi... no podrás ni moverte cuando todo eso se mezcle con el tambaleo del barco en el mar...- Pensé con una suave risa sin notar aún el aura de Takeshi cerca.
Pasados unos minutos, en los cuales me centré en como podía atacarle, comencé a notar su aura a lo lejos, bastante rápido, y me comencé a mover sigilosamente pero sin pausa hasta la dirección donde calculaba que aparecería según su aura se acerba. Finalmente, lo notaba muy cerca y me mantuve pegado a un tronco aún sin quemar, rezando porque pasase por mi lado sin percatarse de mi presencia. Para mi sorpresa, así fue. Me acababa de tocar la lotería.
Había esperado largos minutos para esto, y al fin había llegado el momento donde le daría caza al cazador, hoy la presa se convirtió en cazador, y el cazador en la presa, que irónico todo.
Take comenzó a avanzar a un barco diferente al de sus compañeros para mi sorpresa, ante lo que actué indiferente y centrándome nuevamente en él. Dicho barco se empezó a alejar de la orilla, y en ese momento, era evidente que había que actuar. Take solo se centraba en huir mirando al cielo, atrayendo al parecer tormentas, pero desde luego sería de las últimas cosas que podría hacer con el nivel de borrachera que había pillado, se le subiría en 3...2...1....
En ese preciso instante envainé Ökami al tiempo que acariciaba su mango como si le pidiese disculpas por guardarla en una ocasión como esta, necesitaba otro arma, la legendaria Shiseina.
- Shiseina.:
- Katana sagrada bendecida por los dioses. Aquellos guerreros que porten esta katana serán bendecidos con el don de la paz y la calma durante una batalla. Fue forjada por el gran herrero legendario Masamune. La cual fue forjada por un acero divino, bendecido por la diosa Amaterasu. Esta katana permite al usuario mantener la calma y poder concentrarse hasta en la más difícil de las situaciones. Al igual que la mayoría de las armas legendarias, tiene un gran poder espiritual en su interior el cual se puede transmitir mediante muchas formas a la hora de combatir. Arma indestructible.
- Power Up!:
- Las katanas con algún espíritu en su interior poseen un poder terriblemente destructivo. Cuando entra en acción este power up, Legim se deja poseer por estos espíritus triplicando su poder por cada Katana, su fuerza, velocidad, resistencia, etc. Como efecto secundario su voz se cambia a una voz mucho mas grave, su pelo cambia de aspecto y un aura de energía le rodea. Este poder en su máximo exponente dura 4 post.
Notaba el poder recorriendo mi cuerpo, el pelo más largo, una musculatura que aumentaba para darme más capacidades físicas, y una mirada atenta al barco. Gracias a Dios, el plan funcionaba, había logrado activar este modo con el espíritu de la Shiseina, y me había concedido la misma ventaja que contaban las leyendas, una calma y paz dignas de elogio. Había logrado la combinación perfecta a pesar de no tener tanto poder como Ökami, me dejaría ser lo suficientemente frío como para pensar en que estoy haciendo en cada momento.
Sin más dilación, empuñé las dos katanas con fuerza y lancé multitud de ondas cortantes con toda la fuerza de la que disponía en dirección a la proa del barco, pero fallado a posta con intención de que el agua de mar cayese dentro del barco, manteniendole distraído en esos segundos en los cuales cerca de 20 ondas cortantes con un poder abrumador se dirigía a la madera del barco, concretamente a la más baja, que conecta con el mar salado del lugar, todo con la intención de partir el barco, no solo en un pedazo, sino en varios pedazos.
No sabía si los compañeros, algo alejados, podrían hacer algo, ya que Takeshi con su borrachera a penas podría mantenerse en pie en ese revuelo según mis pensamientos, pero mi nivel de seguro que era demasiado superior para ellos y no podrían contrarrestar las ondas, menos a distancia. Solo quedaba lanzar ondas sin detenerme, hasta quedarme sin fuerzas, todas hacia el barco sin dilación alguna, sin frenos, y deseando acabar rápido con la pesadilla del cobarde Takeshi. [Ataque Bestial- Haki Armadura.]
- Tu nombre... será recordado con deshonor...- Dije en voz baja riendo un poco.
Kaito Kazuki
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Alcohol, desorientación, algo extraño sucede el mar se enfurece mientras el joven Takeshi logra ver como el barco en el que se encuentra está siendo atacado ferozmente por aquél pirata, se da cuenta cuando el mar empieza a embravecerse, haciendo que el agua caiga sobre el esquife en el que se encuentra Takeshi. El joven no tarda en voltearse para ver lo que sucede y ve otra tanda de ondas cortantes, estas, si sus cálculos no fallan, acabarían por destruir las maderas inferiores del barco, lo que sería una mala noticia para Takeshi. El alcohol le ruboriza las mejillas, pero por suerte no va mucho más allá el efecto del mismo, su metabolismo es extrañamente resistente al alcohol. Así pues el joven tiene que crear una defensa para evitar que el barco sea destruido y hundido por el ataque del pirata y la solución se le manifiesta rápido, activando su haki armadura para evitar daños por el ataque o cualquier cosa resultante del mismo, el joven desenvaina la katana cambiante, la Bannin no Shigure Kintoki, con la cual podría manejar su entorno. Aprovecha esa habilidad para crear tres celdas de agua conectadas entre sí por túneles de agua. Mientras lo hace toma la forma híbrida, soltando los mosquitos que habitan en su interior. Cabe destacar que esta habilidad es rápida, por no decir casi instantánea.
Rápidamente tanto Takeshi como los mosquitos se reparten en las tres celdas, impregnando su presencia en cada una de ellas. La separación es 4 mosquitos en dos de las celdas y en la tercera están Takeshi volnado y otros dos mosquitos. De ese modo por mucho que pudiera “ver” su aura no sabría en cuál de las celdas se encontrará el joven cazador. Pero en ese momento la mente de Takeshi se trastorna, un tumulto, un rugido, gritos y llantos, recuerdos aglomerados en la mente tortuosa del joven cazador, junto a su peculiar personalidad. En un momento sin precedente alguno de las tres celdas sale un manto de agua seguido de cuatro mosquitos en dos de ellas y dos mosquitos en una de ellas, todos hacia la costa, de tener éxito aquel pirata hallaría su fin, pero de ningún modo acabaría con la muerte de Takeshi, pues al tiempo que salen los mantos las celdas se aceleran hacia el horizonte, cruzándolo en cuestión de segundos. Todos estaban lejos de la costa, al menos eso esperaba el joven cazador que se encuentra volando dentro de una de ellas a la misma velocidad que las celdas.
Sea Fury[AMF](Busoushoku Haki 2)
Rápidamente tanto Takeshi como los mosquitos se reparten en las tres celdas, impregnando su presencia en cada una de ellas. La separación es 4 mosquitos en dos de las celdas y en la tercera están Takeshi volnado y otros dos mosquitos. De ese modo por mucho que pudiera “ver” su aura no sabría en cuál de las celdas se encontrará el joven cazador. Pero en ese momento la mente de Takeshi se trastorna, un tumulto, un rugido, gritos y llantos, recuerdos aglomerados en la mente tortuosa del joven cazador, junto a su peculiar personalidad. En un momento sin precedente alguno de las tres celdas sale un manto de agua seguido de cuatro mosquitos en dos de ellas y dos mosquitos en una de ellas, todos hacia la costa, de tener éxito aquel pirata hallaría su fin, pero de ningún modo acabaría con la muerte de Takeshi, pues al tiempo que salen los mantos las celdas se aceleran hacia el horizonte, cruzándolo en cuestión de segundos. Todos estaban lejos de la costa, al menos eso esperaba el joven cazador que se encuentra volando dentro de una de ellas a la misma velocidad que las celdas.
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Mientras seguía cargando pude ver como entre varias personas acababan con a vida del Yonkou. Seguidamente un pirata robó la espada del yonkou fallecido y comenzó una carrera entre él y otro pirata que fue corriendo tras él. Por otro lado aparece el tan esperado Azumi Kento
-¿Qué sois vosotros?- grita la poderosa voz de Azumi Kento, derramando una especie de llanto en el aire. Un llanto por la ciudad-. ¿Hombres libres, piratas...? Vergüenza, es lo que sois. Os autoproclamáis libres y buscáis sólo vuestra diversión, vuestro placer y disfrute, sin importaros qué es de los demás. Habéis destruido una ciudad. Habéis matado cientos de personas a lo largo y ancho del mar. Habéis convertido vuestras almas libres en esclavas de la sangre. ¿Quién os dio derecho a derramar las vidas de inocentes? No lucháis por nada. Tan sólo sois escoria. El Gobierno Mundial es una farsa oligárquica, y deberá caer cuando su momento llegue, pero hoy vosotros sois el enemigo. Retiraos ahora, o la ira del ejército libre caerá sobre vosotros.
En ese instante recordé la escena del Yonkou con la cabeza de la niña que salvé y luego observé su cuerpo inerte sin cabeza.
Empezó a corroerme una ira inexplicable, mientras recordaba a modo de flashes todos esos momentos de injusticia, crueldad, y asesinato de civiles que había visto a lo largo de mi largo viaje por estos mares. Mi sangre me recorrió todo mi cuerpo y pude notar el calor que me transmitía. Mi pulso cardíaco aumentó. Mis respiraciones cada vez eran más profundas. Se podía notar en mi rostro la expresión de enfado.
" Ellos todo el rato diciendo que expresan su libertad mientras la libertad de los demás es pisoteada por sus botas ...ellos...ellos "
Mi cuerpo además iba aumentando de tamaño y rápidamente se encogía a su tamaño normal. Nunca superó los 2 metros de altura ni se movió de su posición de cargado. La ondas expansivas que iban saliendo de mi puño ya eran lo suficientemente fuertes como para atraer la atención de las personas de su alrededor.
-¿Qué sois vosotros?- grita la poderosa voz de Azumi Kento, derramando una especie de llanto en el aire. Un llanto por la ciudad-. ¿Hombres libres, piratas...? Vergüenza, es lo que sois. Os autoproclamáis libres y buscáis sólo vuestra diversión, vuestro placer y disfrute, sin importaros qué es de los demás. Habéis destruido una ciudad. Habéis matado cientos de personas a lo largo y ancho del mar. Habéis convertido vuestras almas libres en esclavas de la sangre. ¿Quién os dio derecho a derramar las vidas de inocentes? No lucháis por nada. Tan sólo sois escoria. El Gobierno Mundial es una farsa oligárquica, y deberá caer cuando su momento llegue, pero hoy vosotros sois el enemigo. Retiraos ahora, o la ira del ejército libre caerá sobre vosotros.
En ese instante recordé la escena del Yonkou con la cabeza de la niña que salvé y luego observé su cuerpo inerte sin cabeza.
~ Ojo ..por ojo ~ murmuré ~ Diente ... por diente~
Empezó a corroerme una ira inexplicable, mientras recordaba a modo de flashes todos esos momentos de injusticia, crueldad, y asesinato de civiles que había visto a lo largo de mi largo viaje por estos mares. Mi sangre me recorrió todo mi cuerpo y pude notar el calor que me transmitía. Mi pulso cardíaco aumentó. Mis respiraciones cada vez eran más profundas. Se podía notar en mi rostro la expresión de enfado.
" Ellos todo el rato diciendo que expresan su libertad mientras la libertad de los demás es pisoteada por sus botas ...ellos...ellos "
Mi cuerpo además iba aumentando de tamaño y rápidamente se encogía a su tamaño normal. Nunca superó los 2 metros de altura ni se movió de su posición de cargado. La ondas expansivas que iban saliendo de mi puño ya eran lo suficientemente fuertes como para atraer la atención de las personas de su alrededor.
6/Infinitas cargas ~ Puño Cargado
Alex14ac
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No sabía por qué había hecho aquello, se había lanzado de cabeza a por un yonkou. Una locura que, sin duda, no iba a olvidar fácilmente. Sin embargo no salió nada mal. Su ataque, combinado con el del resto, dejó fuera de combate al terrible enemigo. No podía ser pero... era cierto. Alex había ayudado en la lucha contra alguien de aquel calibre y había propinado el último golpe. Aunque no estaba preparado para lo que ocurriría a continuación. Cuando el éxito llenaba cada centímetro de su cuerpo y la adrenalina no podía ser mayor, el Almirante aplastó la cabeza del pirata con la bota. La palabra cobarde dolió al cazador, pero lo que acababa de ver... ¿qué clase de justicia era aquella?
El hombre yacía, derrotado, a los pies de todos y el marine lo mató a sangre fría. Era conocedor de algunos crímenes cometidos por el yonkou y se merecía una muerte horrible sin ninguna duda, pero aquello... No era correcto. Giró la cabeza, no podía contemplar a aquel hombre y no podía evitar sentirse culpable. le puso una mano en el hombro a Krauser mientras sonreía para después andar hacia el centro de la plaza. Él había matado antes, había contemplado asesinatos, pero aquella muerte gratuita y de forma tan fría lo había sorprendido. Pero aquello era la guerra, ¿qué más se podía hacer? Ahora lamentaba haber participado, él era partidario de los combates igualados, pero ver en peligro a su amigo lo hizo reaccionar.
¿Acaso era culpable de sus instintos? No podía pensar en otra cosa, ni si quiera los piratas que lo atacaron y cayeron a sus pies le hicieron disuadir de sus pensamientos. Pero algo sí lo logró. Una inmensa sombra de varios metros tapó el Sol sobre él. Miró hacia arriba y observó lo que parecía una roca enorme cayendo en su dirección. No tenía tiempo de esquivarla, así que cubrió su puño con el poder de la fruta y lanzó un puñetazo con fuerza haciendo que el objeto se quebrara y, finalmente, partiera en pedazos pequeños. pero no era la única, estaban lloviendo escombros por todas partes y otra cosa que parecía... algo colorido. Como si se tratara de algún tipo de tela, fruta o algo similar.
-¿Pero qué esta pasando en esta ciudad?- Preguntó sorprendido.
No quería seguir allí, no quería seguir participando en esa absurda guerra que no era suya. Solo quería hacer un mundo mejor, luchar por los que no podían defenderse, pero aquello se había convertido en una carnicería. habían muerto inocentes y la sangre derramada haría llorar al mismo cielo. no había justicia en aquello, no había buenas intenciones, no había nada más que sufrimiento y dolor.
-¿Anne, por qué te marchaste? Mira lo que estoy haciendo, mira a lo que he llegado. Me haces tanta falta...- Se lamentó.
Definitivamente tenía que marcharse de allí, no iba a seguir siendo partícipe de aquella destrucción en nombre de la Justicia. No iba a segur derramando sangre ni manchándose las manos por un Gobierno Mundial que ponía en peligro la vida de todos en aras de su propia fama y poder. No, seguiría cazando criminales como siempre, pero no bajo el amparo de aquellos tiranos. No volvería a participar en algo así. Se giró de nuevo hacia donde se encontraba Krauser y se dirigió hacia él con intención de convencerlo para marcharse. confiaba en él y no quería que le pasara nada. Si se marchaban juntos estaría na tiempo de evitar convertirse en unos monstruos. Si no lo eran ya...
El hombre yacía, derrotado, a los pies de todos y el marine lo mató a sangre fría. Era conocedor de algunos crímenes cometidos por el yonkou y se merecía una muerte horrible sin ninguna duda, pero aquello... No era correcto. Giró la cabeza, no podía contemplar a aquel hombre y no podía evitar sentirse culpable. le puso una mano en el hombro a Krauser mientras sonreía para después andar hacia el centro de la plaza. Él había matado antes, había contemplado asesinatos, pero aquella muerte gratuita y de forma tan fría lo había sorprendido. Pero aquello era la guerra, ¿qué más se podía hacer? Ahora lamentaba haber participado, él era partidario de los combates igualados, pero ver en peligro a su amigo lo hizo reaccionar.
¿Acaso era culpable de sus instintos? No podía pensar en otra cosa, ni si quiera los piratas que lo atacaron y cayeron a sus pies le hicieron disuadir de sus pensamientos. Pero algo sí lo logró. Una inmensa sombra de varios metros tapó el Sol sobre él. Miró hacia arriba y observó lo que parecía una roca enorme cayendo en su dirección. No tenía tiempo de esquivarla, así que cubrió su puño con el poder de la fruta y lanzó un puñetazo con fuerza haciendo que el objeto se quebrara y, finalmente, partiera en pedazos pequeños. pero no era la única, estaban lloviendo escombros por todas partes y otra cosa que parecía... algo colorido. Como si se tratara de algún tipo de tela, fruta o algo similar.
-¿Pero qué esta pasando en esta ciudad?- Preguntó sorprendido.
No quería seguir allí, no quería seguir participando en esa absurda guerra que no era suya. Solo quería hacer un mundo mejor, luchar por los que no podían defenderse, pero aquello se había convertido en una carnicería. habían muerto inocentes y la sangre derramada haría llorar al mismo cielo. no había justicia en aquello, no había buenas intenciones, no había nada más que sufrimiento y dolor.
-¿Anne, por qué te marchaste? Mira lo que estoy haciendo, mira a lo que he llegado. Me haces tanta falta...- Se lamentó.
Definitivamente tenía que marcharse de allí, no iba a seguir siendo partícipe de aquella destrucción en nombre de la Justicia. No iba a segur derramando sangre ni manchándose las manos por un Gobierno Mundial que ponía en peligro la vida de todos en aras de su propia fama y poder. No, seguiría cazando criminales como siempre, pero no bajo el amparo de aquellos tiranos. No volvería a participar en algo así. Se giró de nuevo hacia donde se encontraba Krauser y se dirigió hacia él con intención de convencerlo para marcharse. confiaba en él y no quería que le pasara nada. Si se marchaban juntos estaría na tiempo de evitar convertirse en unos monstruos. Si no lo eran ya...
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Al final no le iban a dejar dormir, el castaño estaba ya a punto de quedarse frito cuando de repente frunció el ceño escuchando como el barco temblaba un poco. Había sido desplazado como si de una ola le hubiese golpeado, sin embargo no había maremotos ni nada, eso era raro y el chico por su ventana observaba que el agua no estaba tan mal. Se fue levantando muy lentamente mientras su rostro se ensombrecía, el idiota que estuviera liándola fuera de su barco se iba a llevar una buena, la muerta podía ser una de las opciones. Deslizó la mano por el pomo de la puerta mientras llevaba la mano derecha a su revólver despacio. Sacó el arma cargándola y gruñó por lo bajo, otra vez se zarandeó el barco y el chico casi pierde el equilibrio. Eso hizo que su furia aumentara un poco más hasta el asunto de tener que usar su aura oscura. El temible humo negro brotaba a su alrededor. Pegó una patada a la puerta que llevaba a cubierta y salió frunciendo el ceño mostrando uno de sus colmillos y apuntando al frente con su arma. Su mirada era tétrica y dejaba ver un mosqueo increíble.
De repente pudo ver que se trataban de muchos fragmentos de pedruscos que atacaban el barco. Guardó su revólver en su funda y caminó hasta quedar en medio de la borda. Sus dorados ojos brillaron con fuerza mientras su brazo derecho ahora brillaba en un aura rojiza en forma de dragón rojo. Tras eso activó su Mayin Okami y entrecerró los ojos siendo rodeado por aquella aura blanca. De repente comenzó a lanzar puñetazos contra las rocas que iban llegando, solo atacaba las que tenían un tamaño que pudiera peligrar al barco. Sus golpes eran increíbles debido a que estaban imbuidos en su haki. Con su técnica especial destrozó varias grandes, después la desactivó y continuó usando sus piernas y puños sumados al haki para continuar abatiéndolas. No iba a permitir que su barco acabara inundado y menos con él dentro. Era toda una bestia arrasando con las piedras, el temible lobo espectral daba miedo mosqueado y más cuando no le dejaban dormir tranquilamente. Después de unos segundos golpeando piedras frunció el ceño mientras apretaba los puños despacio y desactivaba su aura también. El haki también fue desactivado y ahora quedó muy calmado en la cubierta.
- Parece que ya ha cesado, estúpidos imbéciles, no tienen nada mejor que hacer que arrojar piedras a alguien que está durmiendo. Me quedaré en cubierta unos diez minutos antes de volver a entrar.
Dijo con voz grave aquel castaño mientras ahora se cruzaba de brazos y se quedaba allí con su haki de observación activado esperando a que el barco estuviera lo suficiente alejado para poder marchar. No pensaba entrar bajo ningún concepto si no estaban tranquilos. Sus dorados ojos observaban como la isla estaba en guerra. Le daba igual totalmente, ahora solo faltaba llegar a su objetivo sin más contratiempos, pero si los tenía no iba a tener más remedio que pelear. Ahora podía pasar cualquier cosa que le molestara, un ataque pirata, un ataque revolucionario, un maldito rey marino o algo así. Con la mala suerte que estaba teniendo ese día no le extrañaba, Inaga ya estaría en su camarote y Vince igual, aunque quizás no, en ese momento estaba más centrado a su alrededor que en cualquiera de sus auras. Podía olerlos con su olfato y sabía que estaban dentro del barco, con eso le bastaba para quedarse tranquilo. Pegó la espalda al mástil mientras ahora suspiraba alejándose en su barco de aquella batalla que se estaba realizando en la ciudad del Alfa y el Omega.
- Spoiler:
De repente pudo ver que se trataban de muchos fragmentos de pedruscos que atacaban el barco. Guardó su revólver en su funda y caminó hasta quedar en medio de la borda. Sus dorados ojos brillaron con fuerza mientras su brazo derecho ahora brillaba en un aura rojiza en forma de dragón rojo. Tras eso activó su Mayin Okami y entrecerró los ojos siendo rodeado por aquella aura blanca. De repente comenzó a lanzar puñetazos contra las rocas que iban llegando, solo atacaba las que tenían un tamaño que pudiera peligrar al barco. Sus golpes eran increíbles debido a que estaban imbuidos en su haki. Con su técnica especial destrozó varias grandes, después la desactivó y continuó usando sus piernas y puños sumados al haki para continuar abatiéndolas. No iba a permitir que su barco acabara inundado y menos con él dentro. Era toda una bestia arrasando con las piedras, el temible lobo espectral daba miedo mosqueado y más cuando no le dejaban dormir tranquilamente. Después de unos segundos golpeando piedras frunció el ceño mientras apretaba los puños despacio y desactivaba su aura también. El haki también fue desactivado y ahora quedó muy calmado en la cubierta.
- Parece que ya ha cesado, estúpidos imbéciles, no tienen nada mejor que hacer que arrojar piedras a alguien que está durmiendo. Me quedaré en cubierta unos diez minutos antes de volver a entrar.
Dijo con voz grave aquel castaño mientras ahora se cruzaba de brazos y se quedaba allí con su haki de observación activado esperando a que el barco estuviera lo suficiente alejado para poder marchar. No pensaba entrar bajo ningún concepto si no estaban tranquilos. Sus dorados ojos observaban como la isla estaba en guerra. Le daba igual totalmente, ahora solo faltaba llegar a su objetivo sin más contratiempos, pero si los tenía no iba a tener más remedio que pelear. Ahora podía pasar cualquier cosa que le molestara, un ataque pirata, un ataque revolucionario, un maldito rey marino o algo así. Con la mala suerte que estaba teniendo ese día no le extrañaba, Inaga ya estaría en su camarote y Vince igual, aunque quizás no, en ese momento estaba más centrado a su alrededor que en cualquiera de sus auras. Podía olerlos con su olfato y sabía que estaban dentro del barco, con eso le bastaba para quedarse tranquilo. Pegó la espalda al mástil mientras ahora suspiraba alejándose en su barco de aquella batalla que se estaba realizando en la ciudad del Alfa y el Omega.
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Las llamas se extendieron por todo el bosque. Al ver que nadie respondía a su provocación, le dio una patada a uno de los cadáveres y alzó el vuelo. Se elevó bastante y se dirigió a la ciudad. Desde los aires vio la destrucción generalizada, y a lo lejos vio una flota marine al este, mientras otras se dirigían a la isla desde otras direcciones. Una potente detonación le llegó desde la ciudad, y los edificio aun intactos se desmoronaron. Aceleró la velocidad de vuelo. No tenía mucho que hacer allí ya. Recogería a Drake y se lo llevaría al Vela de Plata. Mientras descendía en dirección al lugar donde su guardaespaldas se enfrentaba antes al otro shichibukai, vio un poco más lejos a Hiren, el revolucionario al que había conocido hacía un tiempo. Derian entrecerró los ojos. Decidió que primero buscaría a Drake y luego iría hacia allí. Bajó a la zona de la batalla, y vio al cadáver destrozado de Krabbo en el suelo, y un poco más lejos a Drake inconsciente y herido. El vampiro se acercó y le dio una patada en el costado.
- Despierta. No te mantengo para que duermas.
Recogió al chico lobo y se lo cargó al hombro. Acto seguido echó a volar, pero esta vez a baja altura. Se dirigió a Hiren y descendió a unos metros de él, posándose suavemente sobre el suelo y dejando a su guardaespaldas apoyado contra la pared destrozada de un edificio. Entonces miró inquisitivamente al espadachín y se cruzó de brazos.
- Nos volvemos a encontrar, chico. Sinceramente no esperaba que lograses escapar de prisión. Pero supongo que era tu destino. Cuando cruzamos nuestras espadas ya veía venir tu potencial futuro.
- Despierta. No te mantengo para que duermas.
Recogió al chico lobo y se lo cargó al hombro. Acto seguido echó a volar, pero esta vez a baja altura. Se dirigió a Hiren y descendió a unos metros de él, posándose suavemente sobre el suelo y dejando a su guardaespaldas apoyado contra la pared destrozada de un edificio. Entonces miró inquisitivamente al espadachín y se cruzó de brazos.
- Nos volvemos a encontrar, chico. Sinceramente no esperaba que lograses escapar de prisión. Pero supongo que era tu destino. Cuando cruzamos nuestras espadas ya veía venir tu potencial futuro.
Uracha
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Aquella charla con Jack Dragon me mantuvo un poco en tensión, pero no paso nada grave aquellas palabras de Legim al parecer consiguieron que no pelearan y siendo sincero eso era un gran alivio para aquel pirata el cual estaba ya herido.
Seguidamente Legim se quito el traje de Vice-Almirante se quedo con su ropa de siempre, el me dio la ropa y seguidamente me dijo que me ocupara de aquel joven pirata, termine de escucharle y en pocas milésimas salio corriendo, acto seguido yo cogí el brazo del Pirata y la puse por mi cuello para hacerle de apoyo -No te preocupes por los sucedido, deberías estar contento no todo el mundo tiene el valor decirle esas palabras a Jack Dragon, eres muy valiente- dije mientras poníamos rumbo al barco, no tardamos demasiado en llegar y allí aquel pirata dijo unas frases llenas de firmeza y decisión las cuales me hicieron sonreír.
-Eres un gran tío, no te preocupes estoy seguro de que te convertirás en alguien muy fuerte y sinceramente estoy seguro de que nos veremos mas veces, me alegro de de conocerte chico.-
-Mi nombre es Uracha y pienso hacer que mi nombre sea reconocido por todo el mundo.- nada mas decir eso mi sonrisa se volvió aun mucho mas amplia -No te preocupes por tus heridas, yo te curare-
Seguí caminando con aquel chico y lo lleve hasta un camarote, antes de nada deje la ropa que me dio Legim encima de una mesa y me comencé a curarle, en pocos minutos vende sus heridas y use algunos regeneradores celulares.
-Con esto valdrá, dentro de nada te sentirás mucho mejor- le dije dándole un pequeño golpe en una de sus heridas y riéndome cogí un Den Den Mushi y seguidamente deje un mensaje a Deadpool
-Tío algo me dice que necesitare tu ayuda, necesitaría que pillaras un barco y ataques al mismo barco que estamos atacando nosotros con la intención de destrozarlo, nuestro barco es un buque de la marina, tenemos que impedir que nuestro rival salga del puerto, nos encontramos en el noroeste.-
A continuación mire de nuevo al pirata y me percate que estaba preparando los cañones, mientras yo miraba a mi alrededor y me percate de unos ataques los cuales reconocí al instante se trataba de las ondas cortantes de Legim y al parecer tenia la intención de destrozar un barco.
-Chaval se que lo harás bien, confía en mi, necesito que ayudes a Legim- Sin pedirle permiso cogí al chico y active mi modo fuerza, y lo lance lo suficientemente fuerte para que llegara al barco del rival.
Sin perder ni un segundo dado que los cañones ya estaban preparados comencé a disparar al barco que Legim estaba atacando.
¡¡¡¡¡¡Destrozarlo!!!!!!
Seguidamente Legim se quito el traje de Vice-Almirante se quedo con su ropa de siempre, el me dio la ropa y seguidamente me dijo que me ocupara de aquel joven pirata, termine de escucharle y en pocas milésimas salio corriendo, acto seguido yo cogí el brazo del Pirata y la puse por mi cuello para hacerle de apoyo -No te preocupes por los sucedido, deberías estar contento no todo el mundo tiene el valor decirle esas palabras a Jack Dragon, eres muy valiente- dije mientras poníamos rumbo al barco, no tardamos demasiado en llegar y allí aquel pirata dijo unas frases llenas de firmeza y decisión las cuales me hicieron sonreír.
-Eres un gran tío, no te preocupes estoy seguro de que te convertirás en alguien muy fuerte y sinceramente estoy seguro de que nos veremos mas veces, me alegro de de conocerte chico.-
-Mi nombre es Uracha y pienso hacer que mi nombre sea reconocido por todo el mundo.- nada mas decir eso mi sonrisa se volvió aun mucho mas amplia -No te preocupes por tus heridas, yo te curare-
Seguí caminando con aquel chico y lo lleve hasta un camarote, antes de nada deje la ropa que me dio Legim encima de una mesa y me comencé a curarle, en pocos minutos vende sus heridas y use algunos regeneradores celulares.
-Con esto valdrá, dentro de nada te sentirás mucho mejor- le dije dándole un pequeño golpe en una de sus heridas y riéndome cogí un Den Den Mushi y seguidamente deje un mensaje a Deadpool
-Tío algo me dice que necesitare tu ayuda, necesitaría que pillaras un barco y ataques al mismo barco que estamos atacando nosotros con la intención de destrozarlo, nuestro barco es un buque de la marina, tenemos que impedir que nuestro rival salga del puerto, nos encontramos en el noroeste.-
A continuación mire de nuevo al pirata y me percate que estaba preparando los cañones, mientras yo miraba a mi alrededor y me percate de unos ataques los cuales reconocí al instante se trataba de las ondas cortantes de Legim y al parecer tenia la intención de destrozar un barco.
-Chaval se que lo harás bien, confía en mi, necesito que ayudes a Legim- Sin pedirle permiso cogí al chico y active mi modo fuerza, y lo lance lo suficientemente fuerte para que llegara al barco del rival.
Sin perder ni un segundo dado que los cañones ya estaban preparados comencé a disparar al barco que Legim estaba atacando.
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Deadpool envaino sus katanas, ya que había llegado toda la banda de Crimson, mientras que ellos estaban hablando se fue al cuarto del baño del barco ya que llevaba todo el dia sin orinar y su vejiga iba a explotar, las explociones y los escombros seguian callendo, pero como estaba la tripulacion se desentendió del problema. A llegar al baño abrió la ventana por que de camino iba a plantar un buen pino, a Deadpool le gustaba hacer de vientre y al mismo tiempo regar el pino para que creciera grande y fuerte.
Mientras hacia de vientre su Den den mushi comenzó a sonar, tras dar su ultimo apretón cogió el teléfono.
-Tío algo me dice que necesitare tu ayuda, necesitaría que pillaras un barco y ataques al mismo barco que estamos atacando nosotros con la intención de destrozarlo, nuestro barco es un buque de la marina, tenemos que impedir que nuestro rival salga del puerto, nos encontramos en el noreste. - Tras reconocer la voz y al a ver escuchado todo colgó el telefono-
Deadpool se levantó y se limpio el culo con la toalla del cuarto de baño, quería dejarle un regalito a la persona que fuera al baño después de el, tras subirse los pantalones salió del cuarto y se dirigio a Crimson y le susurró al oído para que nadie lo escuchara.
--Uracha necesita ayuda, tenemos que ir al noreste de la isla con el barco y atacar a un barco que esta siendo atacando por él, él tiene un buque de la marina. No se los detalles pero siendo una petición de nuestro amigo no podríamos denegarla, no seria moral ni ético- Dead respiró profundo- Voy hacer como marcharme y me colare por la ventana del cuarto de baño, saldré sin mi traje, no puedo involucrarme con mi aspecto del gobierno, dile a tus compañeros que soy un nuevo miembro...Odio que un gran numero de personas conozca mi aspecto original, me llamo Saito Shimen.
Al acabar de hablar miró a todas las personas del barco.
--¡Cuidad del lisiado por mi y no os metáis en problemas! - Usó su Kamisori y se alejo del barco a una velocidad impresionante-
Al estar alejado a 150 metros del barco lo rodeó y volvió, esta vez se coló por la ventana que había abierto en el cuarto de baño y se quitó por completo su traje del CP. Esta completamente desnudo y no sabia que ponerse, miró a su alrededor y vio una bata blanca de ducha, sin pensárselo se la puso y se la ató, colocó sus espadas en el cinturón, sus pistolas por dentro de la bata con el “arnés” y su cinturón con mochilitas por dentro, donde guardaba sus dagas, medicamentos, munición...etc. Cogió su traje y lo guardó por dentro de la bata
Salió del cuarto de baño y fue donde estaba los demás.
--¿Que pasa que uno se pega una borrachera y no se le avisa en todo el día de que ya hemos llegado? -Dijo con su voz verdadera mientra se arrascaba la cabeza despreocupadamente
Mientras hacia de vientre su Den den mushi comenzó a sonar, tras dar su ultimo apretón cogió el teléfono.
-Tío algo me dice que necesitare tu ayuda, necesitaría que pillaras un barco y ataques al mismo barco que estamos atacando nosotros con la intención de destrozarlo, nuestro barco es un buque de la marina, tenemos que impedir que nuestro rival salga del puerto, nos encontramos en el noreste. - Tras reconocer la voz y al a ver escuchado todo colgó el telefono-
Deadpool se levantó y se limpio el culo con la toalla del cuarto de baño, quería dejarle un regalito a la persona que fuera al baño después de el, tras subirse los pantalones salió del cuarto y se dirigio a Crimson y le susurró al oído para que nadie lo escuchara.
--Uracha necesita ayuda, tenemos que ir al noreste de la isla con el barco y atacar a un barco que esta siendo atacando por él, él tiene un buque de la marina. No se los detalles pero siendo una petición de nuestro amigo no podríamos denegarla, no seria moral ni ético- Dead respiró profundo- Voy hacer como marcharme y me colare por la ventana del cuarto de baño, saldré sin mi traje, no puedo involucrarme con mi aspecto del gobierno, dile a tus compañeros que soy un nuevo miembro...Odio que un gran numero de personas conozca mi aspecto original, me llamo Saito Shimen.
Al acabar de hablar miró a todas las personas del barco.
--¡Cuidad del lisiado por mi y no os metáis en problemas! - Usó su Kamisori y se alejo del barco a una velocidad impresionante-
Al estar alejado a 150 metros del barco lo rodeó y volvió, esta vez se coló por la ventana que había abierto en el cuarto de baño y se quitó por completo su traje del CP. Esta completamente desnudo y no sabia que ponerse, miró a su alrededor y vio una bata blanca de ducha, sin pensárselo se la puso y se la ató, colocó sus espadas en el cinturón, sus pistolas por dentro de la bata con el “arnés” y su cinturón con mochilitas por dentro, donde guardaba sus dagas, medicamentos, munición...etc. Cogió su traje y lo guardó por dentro de la bata
Salió del cuarto de baño y fue donde estaba los demás.
--¿Que pasa que uno se pega una borrachera y no se le avisa en todo el día de que ya hemos llegado? -Dijo con su voz verdadera mientra se arrascaba la cabeza despreocupadamente
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Akuma no mi
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El maldito cangrejo muerto, el fin se había terminado. Todo estaba acabado para el maldito Shichibukai. El gigantesco lobo blanco estaba ya en las últimas, su último ataque le había dejado reventado, su mantra se desactivó también quedando sin nada. Ya había pasado un buen rato (3 post) y no podía hacer mucho más. Su respiración era agitada y dolorida, el enorme ser poco a poco empezó a encoger su tamaño. Poco a poco allí había un joven de pelo castaño empapado, de ojos verdosos y lleno de sangre por sus heridas. A su lado el cuerpo del Shichibuaki decapitado y la coraza reventada y pulveriza, había sido capaz de romperla.
Cerró los ojos despacio quedando en mitad de la calle tirado y boca arriba, en su rostro había una sonrisa y empezó a reír suavemente por lo que había hecho, había conseguido su meta después de tanto tiempo. Ahora solo le faltaba sobrevivir, de repente una nueva explosión sucedió acabando con todos los edificios que quedaban y el chico gritó de dolor llevándose las manos a los oídos y retorciéndose en el suelo un poco. El dolor volvió a ejecutarse en sus perfectos oídos, los tenía demasiado sensibles después de tanto ruido al mismo tiempo y empezó a sangrar por uno de ellos, si seguía así se iba a quedar sordo. Gruñó golpeando el suelo luchando por no quedar inconsciente, no podía más con aquello.
A su mente empezaron a llegar los distintos recuerdos, su infancia, sus amigos, bueno los pocos amigos que tenía. Nat también aunque había desaparecido, el médico Alex y Derian, aunque lo recordaba tirándole al agua. Eso le hizo reír un poco, después pensó en su amada, esperaba que ella estuviera bien al menos, ya que era posible que él muriera con todos los cobardes que podían rematarle mientras estaba inconsciente. En ese momento con sus últimas fuerzas pegó un último aullido con fuerza dejándose la garganta en ellos para después gritar.
- ¡Libertad!
Tras aquello pegó una pequeña carcajada y fue cerrando los ojos hasta quedar totalmente inconsciente. El agua caía sobre su cuerpo fornido lleno de heridas, la sangre bajaba desde su boca, pero era sangre que ya estaba ahí. Sus heridas habían sido cerradas por su aura ardiente, por lo que no corría peligro de desangre. Su brazo izquierdo estaba negro por la zona del bíceps, seguramente roto por los mil golpes del cangrejo, su brazo derecho intacto y el pecho lleno de moratones. Tendría alguna que otra costilla rota y necesitaría descanso. Por el momento allí estaba tirado mientras mantenía su sonrisa y quedaba al lado del cuerpo del cangrejo decapitado y mutilado. Lo último que pudo notar fue el olor de Derian acercándose a su posición.
Cerró los ojos despacio quedando en mitad de la calle tirado y boca arriba, en su rostro había una sonrisa y empezó a reír suavemente por lo que había hecho, había conseguido su meta después de tanto tiempo. Ahora solo le faltaba sobrevivir, de repente una nueva explosión sucedió acabando con todos los edificios que quedaban y el chico gritó de dolor llevándose las manos a los oídos y retorciéndose en el suelo un poco. El dolor volvió a ejecutarse en sus perfectos oídos, los tenía demasiado sensibles después de tanto ruido al mismo tiempo y empezó a sangrar por uno de ellos, si seguía así se iba a quedar sordo. Gruñó golpeando el suelo luchando por no quedar inconsciente, no podía más con aquello.
A su mente empezaron a llegar los distintos recuerdos, su infancia, sus amigos, bueno los pocos amigos que tenía. Nat también aunque había desaparecido, el médico Alex y Derian, aunque lo recordaba tirándole al agua. Eso le hizo reír un poco, después pensó en su amada, esperaba que ella estuviera bien al menos, ya que era posible que él muriera con todos los cobardes que podían rematarle mientras estaba inconsciente. En ese momento con sus últimas fuerzas pegó un último aullido con fuerza dejándose la garganta en ellos para después gritar.
- ¡Libertad!
Tras aquello pegó una pequeña carcajada y fue cerrando los ojos hasta quedar totalmente inconsciente. El agua caía sobre su cuerpo fornido lleno de heridas, la sangre bajaba desde su boca, pero era sangre que ya estaba ahí. Sus heridas habían sido cerradas por su aura ardiente, por lo que no corría peligro de desangre. Su brazo izquierdo estaba negro por la zona del bíceps, seguramente roto por los mil golpes del cangrejo, su brazo derecho intacto y el pecho lleno de moratones. Tendría alguna que otra costilla rota y necesitaría descanso. Por el momento allí estaba tirado mientras mantenía su sonrisa y quedaba al lado del cuerpo del cangrejo decapitado y mutilado. Lo último que pudo notar fue el olor de Derian acercándose a su posición.
Sasaki
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Cuando me había adentrado ya bastante en el mar, situando entre los barcos de la marina, que por suerte o por desgracia no me habían visto el mar se embraveció de repente, sin contar que estaban lloviendo trozos de frutas y rocas que parecían del suelo de la isla. el oleaje balanceaba el bote de una forma muy peligrosa, además cayó un trozo de fruta de los que estaban lloviendo, lo mire pues la fruta no me parecía normal, pues la cascara de esta tenía forma extraña, por lo que decidí dejarla donde estaba “la última vez que probé una fruta con esa apariencia no pude volverme a dar un baño en el mar” pensé mientras me agarraba fuertemente a los lados del bote para evitar que volcase, pero no sabía si con eso aguantaría mucho más.
De repente, una ola más grande de lo normal que hizo que el bote se elevase mucho, pero luego cuando volvió a bajar el bote iba a volcar, rápidamente lo agarré y lo transformé en una cadena los suficientemente resistente como para resistir mi peso y de unos 10 metros, que por suerte fueron los necesarios para que al lanzarla hacia uno de los barcos que tenía al lado y que se enganchase a uno de los cañones, con cuidado comencé a subir por la cadena hasta llegar a la cubierta del barco, una vez estuve en la cubierta recogí la cadena y me adentré en el barco, en busca de un lugar en el que esconderme hasta que el barco llegase a una isla.
Estuve deambulando por el interior del barco un poco, hasta que me colé en un camarote, que resultar ser donde guardaban los uniformes para la tripulación, busque entre ellos hasta que encontré uno de cocinero, que me coloqué encima de la ropa que llevaba. Cuando salí de allí, comencé a buscar las cocinas, y pasó un buen rato hasta que las encontré, cuando entré pude ver que iban a empezar a preparar la comida, así que busqué al jefe de cocina y le pregunté por lo que debía de hacer yo, después de recibir las indicaciones fui a mi nueva obligación “con suerte no sabrán que no soy marine y en la próxima isla desapareceré” pensé mientras comenzaba a pelar una patata y soltaba un suspiro.
De repente, una ola más grande de lo normal que hizo que el bote se elevase mucho, pero luego cuando volvió a bajar el bote iba a volcar, rápidamente lo agarré y lo transformé en una cadena los suficientemente resistente como para resistir mi peso y de unos 10 metros, que por suerte fueron los necesarios para que al lanzarla hacia uno de los barcos que tenía al lado y que se enganchase a uno de los cañones, con cuidado comencé a subir por la cadena hasta llegar a la cubierta del barco, una vez estuve en la cubierta recogí la cadena y me adentré en el barco, en busca de un lugar en el que esconderme hasta que el barco llegase a una isla.
Estuve deambulando por el interior del barco un poco, hasta que me colé en un camarote, que resultar ser donde guardaban los uniformes para la tripulación, busque entre ellos hasta que encontré uno de cocinero, que me coloqué encima de la ropa que llevaba. Cuando salí de allí, comencé a buscar las cocinas, y pasó un buen rato hasta que las encontré, cuando entré pude ver que iban a empezar a preparar la comida, así que busqué al jefe de cocina y le pregunté por lo que debía de hacer yo, después de recibir las indicaciones fui a mi nueva obligación “con suerte no sabrán que no soy marine y en la próxima isla desapareceré” pensé mientras comenzaba a pelar una patata y soltaba un suspiro.
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Seguía herido y su brazo derecho aún estaba inutilizable. Era obvio que no se recuperaría del todo en bastante tiempo. Aunque aún sentía fuerzas suficientes como para seguir peleando, quería seguir haciéndolo. Su estancia en esa isla había sido muy poco duradera, quería seguir dando guerra. Ahora se estaba perdiendo lo mejor. Por su den den mushi negro escuchaba varias llamadas de distintos bandos en los que comunicaban la grave situación. De no ser por el veneno de Karl no estaría tan jodidamente mal. También tenía que admitir que al haber sido casi triturado por sus afilados y enormes colmillos fue otra de las grandes razones de que casi la palme. Estuvo muy cerca de volver a jugar al ajedrez con la muerte, demasiado cerca de pasar al otro lado en su primer combate contra el ahora Vicealmirante. En sus dos combates había sido envenenado y en sus dos combates pudo aguantar dicho veneno, aunque la ayuda médica fue vital en ambas ocasiones. En la primera fue Uracha el que lo salvó y en la segunda Deadpool. A ambos les debía la vida. Ya se lo pagaría alguna vez con un buen par de señoritas de compañía. Él, como ser empático que era, también se divertiría con algunas, pero sólo por ellos. Así de altruista era.
Observó como la guerra seguía. Tuvo que destrozar otros cañonazos que se aproximaban peligrosamente a su nuevo barco. Esta vez usó su pistola negra, Sombra, para destruir esos cañones en mitad del aire. Era de lo poco que podía hacer sin apenas esfuerzo. Hubieron muchas más explosiones. Llovían escombros e incluso... ¿frutas del diablo? No se lo podía creer. Se cubrió con sus alas, que se tornaron de un color azabache debido al haki, y paró algunas piedras que iban a su posición. Entonces escuchó las palabras de Deadpool. Uracha necesitaba ayuda y él no iba a negarse a dársela. Necesitaba de un barco y él tenía uno. Era un miembro honorífico de la banda, por tanto recibiría ayuda de Sons of Anarchy si él así lo pedí y requería. Sabía que Rose también era una buena amiga de él y debido a eso fue rápidamente a por ella, que se encontraba pilotando el nuevo navío. -Rose, Uracha requiere de nuestra ayuda, necesitamos ir al Noroeste de la isla AHORA -sentenció rotundamente. Sabía de sus dotes como navegante y sabía que con un barco pequeño como ese podría ir bastante más deprisa que con el anterior galeón en el que navegaban, ahora ya destrozado y encallado en una isla del East Blue. No estarían tan alejados de su posición estando al suroeste de la isla. -Necesita el apoyo de otro barco. No vamos a dejar tirado a ningún miembro de Sons of Anarchy, ni siquiera a los honoríficos.
Salió de la sala e informó al resto de hombres de la actual situación, aunque primero debía de presentar al "nuevo miembro de su banda. -Señores este es Saito, un nuevo miembro en nuestra tripulación, hoy nos acompañara en nuestra huida, aunque todavía no nos retiraremos -explicó. hizo una breve pausa y alzó más la voz, mucho más. Se le podía escuchar incluso entre las explosiones. -¡Sons, aún nos queda una última batalla! Vamos a ir a ayudar a Uracha, un antiguo amigo de la banda. Requiere de nuestra ayuda naval al noroeste de la isla. ¡Preparaos para el combate que se avecina! -exclamó de forma que todos le escuchasen. Alzó su espada y dio un portentoso grito, demostrando que aún seguiría dando batalla en esa guerra y que no les iban a dar por muertos aún. Sons of Anarchy no se largaría de esa isla sin dejar huella.
Observó como la guerra seguía. Tuvo que destrozar otros cañonazos que se aproximaban peligrosamente a su nuevo barco. Esta vez usó su pistola negra, Sombra, para destruir esos cañones en mitad del aire. Era de lo poco que podía hacer sin apenas esfuerzo. Hubieron muchas más explosiones. Llovían escombros e incluso... ¿frutas del diablo? No se lo podía creer. Se cubrió con sus alas, que se tornaron de un color azabache debido al haki, y paró algunas piedras que iban a su posición. Entonces escuchó las palabras de Deadpool. Uracha necesitaba ayuda y él no iba a negarse a dársela. Necesitaba de un barco y él tenía uno. Era un miembro honorífico de la banda, por tanto recibiría ayuda de Sons of Anarchy si él así lo pedí y requería. Sabía que Rose también era una buena amiga de él y debido a eso fue rápidamente a por ella, que se encontraba pilotando el nuevo navío. -Rose, Uracha requiere de nuestra ayuda, necesitamos ir al Noroeste de la isla AHORA -sentenció rotundamente. Sabía de sus dotes como navegante y sabía que con un barco pequeño como ese podría ir bastante más deprisa que con el anterior galeón en el que navegaban, ahora ya destrozado y encallado en una isla del East Blue. No estarían tan alejados de su posición estando al suroeste de la isla. -Necesita el apoyo de otro barco. No vamos a dejar tirado a ningún miembro de Sons of Anarchy, ni siquiera a los honoríficos.
Salió de la sala e informó al resto de hombres de la actual situación, aunque primero debía de presentar al "nuevo miembro de su banda. -Señores este es Saito, un nuevo miembro en nuestra tripulación, hoy nos acompañara en nuestra huida, aunque todavía no nos retiraremos -explicó. hizo una breve pausa y alzó más la voz, mucho más. Se le podía escuchar incluso entre las explosiones. -¡Sons, aún nos queda una última batalla! Vamos a ir a ayudar a Uracha, un antiguo amigo de la banda. Requiere de nuestra ayuda naval al noroeste de la isla. ¡Preparaos para el combate que se avecina! -exclamó de forma que todos le escuchasen. Alzó su espada y dio un portentoso grito, demostrando que aún seguiría dando batalla en esa guerra y que no les iban a dar por muertos aún. Sons of Anarchy no se largaría de esa isla sin dejar huella.
Rei Arslan
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Poco a poco vi llegar a todos los de mi banda al barco, al fin estábamos todos y era el momento de zarpar de Loguetown. Con mi condición de navegante me acerqué al timón rápidamente, a medida que avanzaba se pudo ver una segunda explosión, yo me quedé boquiabierta ante ese suceso. Todo se estaba complicando muy drásticamente, hacia las orillas se podían ver escombros y árboles cayendo con fuerza. Respiré hondo y me agarré al timón y no pude evitar pensar "O nos largamos rápido de esta isla o nos hundimos en ella..." Después de eso observé a todos con la mirada baja y suspiré.
Debía protegerlos fuese lo que fuese, a pesar de que no fuese una capitana oficial Crimson confiaba en mi para dirigirlos y no le decepcionaría.
A medida que el barco comenzaba a andar sobre el agua un montón de escombros comenzaron a caer del cielo debido a las explosiones que estaban aconteciendo, yo me alarmé completamente al ver caerlos contra el suelo, pero en esos escombros venía algo diferente, no eran piedras ni ningún tipo de otro material duro...eran como figuras de aspecto extrañas, aunque me seguía pareciendo un tanto extraño entonces grité-¡protegeos todos! ¡No dejéis que os den los escombros!
Después de esto el barco ya iba en línea recta hacia el inmenso océano, aunque no muy alejados de la costa todavía ya que se veía perfectamente. En ese momento noté que en mi bolsillo se movía algo que me daba una especie de cosquilleo hasta que de repente salió Chispitas de el ¿Pero cómo?¿Había estado todo este tiempo metido ahí? No me lo podía creer, mi hámster comenzó a corretear por toda la cubierta esquivando los escombros que caían y yo gritando por el-Chispitas vuelve aquí, ¡ahora! ¡Vuelve!-No me hacía ni caso sobre todo por que últimamente estaba muy agresivo y no entendía el porque.
Me quedé quieta durante unos segundos mirándole y cuando iba a gritarle este cogió como una especie de fruta con sus dos patitas mini y empezó a correr, yo tenía cara de asombro ante todo lo que hacía hasta que dio un salto y me la tiró a la boca. Era una especie de fruta...rara por lo que había podido ver antes de que me la lanzara era azul y contenía espirales amarillas y puntos naranjas, tenía un sabor horrible sobre todo porque me la había tragado de golpe y casi me ahogo, parecía que Chispitas atentaba contra mi vida, lo que no entendía era que tenía tan buena puntería...
Después de estar unos minutos soportando ese sabor horroroso que era imposible de explicar me acerqué y cogí a Chispitas "Te cogí pequeño..." Después de eso me senté en unas escaleras del barco que llevaban al timón y ahí me quedé suspirando. Pero esa calma duró poco en menos de unos segundos me enteré gracias a Crimson que Uracha necesitaba ayuda, en ese momento corrí hacia el timón del barco para ponerlo en dirección noroeste, poco me importaba lo demás, Uracha era un gran amigo mío y difícilmente podría dejarle tirado en un momento como este.
Ignoré al resto y me centré solo en el barco, luego me giré porque ya estábamos cerca y también alcé mi espada para acompañar a Crimson, este día lucharíamos ya fuese el final o el principio.
Steve
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Mis palabras fueron ignoradas en su gran mayoría, pero era lógico, intentaba hacer el payaso en medio de una huida en una enorme guerra, y más tras esa segunda explosión, una segunda explosión, idéntica a la primera pero incluso más devastadora, haciendo que miles de escombros y pedazos de ¿fruta? saliesen volando por el aire, en incluso algunas cayesen en el barco, eran de colores extraños, con texturas extrañas. En concreto, frutas extrañas, pero no eran lo único que impacto en la cubierta del navío, también lo hacían los escombros, de diversos tamaños y en su mayoría de alguna sustancia pétrea y aunque Rose dijo que nos protegiesemos, yo no me moví del lugar, como si no la hubiese escuchado.
Estaba quieto cuando una piedra paso a mi lado, a una velocidad increíble y cuando me fije a ver lo que era, era una fruta de esas que llovían por todo el lugar, una de esas que tenía Chispitas la mascota de Rose en la mano y se la lanzo a la boca con una velocidad y puntería increíbles para un hámster como ese, eso me dio una pequeña idea, por lo que me agache a coger la fruta con la mano derecha, la única que tenía, y la mire levemente, roja por fuera, negra por dentro, un bonito diseño para una fruta, la cual guarde en mi bolsillo para coger la espada que había dejado clavada de manera vertical en la cubierta del barco.
Tras hacer eso mire a todos y no vi a Kuroi, como supuse en un primer momento, no estaba por ahí, así que abrí la puerta del barco que llevaba a los camarote, con la espada apoyada sobre mi hombro derecho y me dirigí al suyo, oyendo los ronquidos que salían desde este, el lugar estaba oscuro y no se podía ver nada, así que agarre la espada con la boca y saque la fruta, mientras me acercaba a Kuroi, para meterle la fruta en la boca, como una pequeña broma por haber estado dormido durante esta guerra.
-¡Despierta maldito maricón!-Le grite como si él fuese un recluta en un ejército y yo el sargento al cargo.
E incluso antes de ver su reacción, ya estaba por el suelo, muerto de risa, estaba seguro de que le había asustado ver a una momia con una espada en la boca “metérsela” en la boca, realmente era merecedor de las mejores pesadillas. Y entonces un cambio de rumbo brusco asolo al barco, no sabía el porque, pero estaba demasiado ocupado riendome en la cara de Kuroi como para preocuparme
Estaba quieto cuando una piedra paso a mi lado, a una velocidad increíble y cuando me fije a ver lo que era, era una fruta de esas que llovían por todo el lugar, una de esas que tenía Chispitas la mascota de Rose en la mano y se la lanzo a la boca con una velocidad y puntería increíbles para un hámster como ese, eso me dio una pequeña idea, por lo que me agache a coger la fruta con la mano derecha, la única que tenía, y la mire levemente, roja por fuera, negra por dentro, un bonito diseño para una fruta, la cual guarde en mi bolsillo para coger la espada que había dejado clavada de manera vertical en la cubierta del barco.
Tras hacer eso mire a todos y no vi a Kuroi, como supuse en un primer momento, no estaba por ahí, así que abrí la puerta del barco que llevaba a los camarote, con la espada apoyada sobre mi hombro derecho y me dirigí al suyo, oyendo los ronquidos que salían desde este, el lugar estaba oscuro y no se podía ver nada, así que agarre la espada con la boca y saque la fruta, mientras me acercaba a Kuroi, para meterle la fruta en la boca, como una pequeña broma por haber estado dormido durante esta guerra.
-¡Despierta maldito maricón!-Le grite como si él fuese un recluta en un ejército y yo el sargento al cargo.
E incluso antes de ver su reacción, ya estaba por el suelo, muerto de risa, estaba seguro de que le había asustado ver a una momia con una espada en la boca “metérsela” en la boca, realmente era merecedor de las mejores pesadillas. Y entonces un cambio de rumbo brusco asolo al barco, no sabía el porque, pero estaba demasiado ocupado riendome en la cara de Kuroi como para preocuparme
Ryusen Higure
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Mientras avanzaba al norte por aire vi en el horizonte algo que no me gustó ni un pelo, mi hermano perdido en un bote y el viejo de Legim atacando sin piedad a un barco cercano que seguramente sería de Takeshi, alguien que se ha ganado mi respeto y el de mi hermano por lo que no permitiría que lo atacasen tan fácilmente, no solo eso, también había un barco marine atacando a un cazador y el barco de los Sons, la banda más cobarde que he llegado a ver en toda mi vida, ir en ejército a por una persona. No pretendía luchar pero tampoco dejarlo pasar así que solo quedaba una opción. Aumenté mi velocidad mientras empezaba a concentrar el viento a mi alrededor creando una especie de espiral que se mueve a 100 km/h. Mis ojos rojo anaranjados estaban enchidos de ira y desprecio por esa panda de cobardes que se hacen llamar guerreros.
Justo en ese momento pasé por la costa norte donde estaban los barcos y en menos de un segundo dirigí todo el aire que me rodeaba hacia el barco y las tres extrañas cajas que sobrevolaban el mar. Tras eso sigo volando hacia el norte buscando a Itami en el camino pasando al lado de mi hermano y guiñándole el ojo.
Justo en ese momento pasé por la costa norte donde estaban los barcos y en menos de un segundo dirigí todo el aire que me rodeaba hacia el barco y las tres extrañas cajas que sobrevolaban el mar. Tras eso sigo volando hacia el norte buscando a Itami en el camino pasando al lado de mi hermano y guiñándole el ojo.
La batalla parece haberse trasladado al bosque. Gente que en un primer momento trataba de huir por mar ahora se dirige navegando hacia allí, poniéndose en riesgo de ser cazados por la Buster Call si no se dan la vuelta inmediatamente, pues las balas no distinguen amigos de enemigos. En la plaza las cosas se cuecen. El héroe peliazul trata de distraer a los piratas con las armas que tiene a su alcance, aunque no son muy efectivas, pero dan margen a los hermanos de la revolución de formar un anillo en el interior de la plaza, pero al tiempo, en el centro de ella aparece, de un agujero de tonos azulados, Mihasy Hayato, agarrado a su segundo al mando, Sawn White. ¿Quién se perdería la fiesta? Y Jack Drallion nunca habría esperado aquella entrada.
Las olas formadas por la caída de media ciudad provocan que los barcos lejanos a la costa se desplacen a una velocidad inalcanzable, mientras a la vez se levantan contra la ciudad, azotando su exterior por cada lado, haciendo que todas las cenizas del bosque se apaguen, y toda la gente desprevenida de allí, si la ola los coge, se vean arrastrados al mar sin remedio. Del puerto de maderas barnizadas no quedan más que ascuas y tablones destrozados, junto con barcos hundidos y astillados, aunque quedan en algunos lugares aún quedan botes para huir. Pero volviendo a la plaza...
-No me perdería esta celebración por nada del mundo- dice Mihasy-. Dos Yonkous por el precio de uno- continúa-. No tengo interés en ser el siguiente, pero... ¿Esto era necesario Luchy? Es decir... Has manchado el suelo con ese imbécil. Me gustaba este suelo...
-¡Hayato!- grita, desde cerca del anillo Azumi-. Lárgate ya de aquí, o yo mismo lo haré. Tú también eres un enemigo de la libertad, y tu muerte sólo sería un beneficio para la causa. Lárgate, tú, y Zero, y toda esta horda de salvajes, si no quieres que vuestra sangre viva en las cenizas de esta ciudad condenada.
-Siempre quise saber lo que era vivir sobre las ascuas- responde el demonio-. Pero hoy no es mi día. Es el tuyo- termina la frase con Kikuichimonji en la mano, desenvainada, y lanzándose al combate.
Los tajos de Mihasy llegan a Azumi, que devuelve potentes golpes, y se enzarzan en una batalla de fuerzas parejas, que podría durar horas, o días. Puño por espada, y el choque hace sacudirse la tierra. Un rayo de luz fugaz corretea por las ruinas, cegando a quien lo mira, atravesando cada pequeña parte, cada molécula que atraviesa. Finalmente el rayo desaparece en el horizonte, y el Hamster ha desaparecido. Sólo queda una pequeña jaula de Kairoseki en el suelo. Los que ya zarparon están libres del colapso que se avecina, pero los que aún están aquí, ¿Qué harán? (libertad plena).
EDITADO: Dos frases en negrita.
- Original:
Legim
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Era sorprendente como aún se mantenía en pie y dando combate tras haber respirado previamente alcohol durante más de minuto y medio... cualquier persona tendría un coma etílico con eso, incluso yo antes de tener este poder, pues era difícil de emborracharme por el hipermetabolismo que padecía en aquel entonces, un tipo de metabolismo que entre otras cosas, te hacía casi imposible emborracharte, pero no imposible, recuerdo haberlo conseguido con un poco de esfuerzo mayor al resto de los humanos, pero... ¿Cómo se explicaba que este hombre se mantuviese tan bien ante semejante cantidad de alcohol en el cuerpo... lo normal sería verle en coma ahora mismo, pero no... estaba completamente bien, y con unos reflejos maravillosos... ¿Cómo es que un hombre tan capaz me eludía el combate? ¿Por qué huía si era tan bueno? Aún no me cabía en la cabeza.
Una vez más me sorprendió por su uso de los reflejos y sentido de la orientación tras lo sucedido, él espadachín había sabido reaccionar de una manera inexplicable a mis ataques en esta forma tan inhumana de mi cuerpo, donde me hacía infinitamente más poderoso de lo normal, era sorprendente, ¿Acaso luchaba contra una clase de Dios? No podía ser que un humano tan bueno y poderoso me huyera tanto... hubiese terminado antes todo esto atacándome y acabando conmigo en unos minutos... en cierto modo hasta podía empezar a temblar de terror si pensaba sobre ello, pero no era lo mejor, había que centrarse en el combate.
Pero mis minutos reflexivos me pasaron facturas, y sin saber muy bien como, unos mosquitos estaban delante de mi según me pude percatar gracias al mantra que había en mi. Esos mosquitos según contemplé iban agresivos hacia mi, y tenían extrañamente algo de Takeshi, parte de su aura en él... esto era muy raro ¿Acaso podía dividir su energía en varios seres vivos? ... Definitivamente luchaba contra un Dios de dioses... no podía bajar la guardia ni un segundo, aunque su ataque no fue gran cosa a ciencia cierta, pues nada más ver a los mosquitos solo tuve que extender la mano y lanzar un chorro grande de alcohol para que con dicho elemento cayesen ahogados e inertes al suelo, y por si las moscas, o mejor dicho, mosquitos, las pisé después.
- ¿Qué fue eso?... Quizás venga un ataque nuevo ahora y eso era una mera distracción... no puede ser que un hombre de tal envergadura y poder utilice tal artimaña barata como ataque... era incomprensiblemente fácil de desmantelar...
Sin pensar más saqué a Simurgh de nuevo y monté en él, yendo a alta velocidad a unos 30 metros de altitud con respecto al mar, todo hasta colocarme encima de lo que parecía el aura de Takeshi. Notaba algo raro, cierta alteración parecida a la de los mosquitos, pero era algo simple de eludir al fin y al cabo con tan solo dar a todo.
- ¿Ratita? .... ¿Ratiiiiitaaa?? ¿Dónde estás? No te escondas ratita, sal ratita, sal no te escondas Takeshi, ratita...vamos, sal de tu agujero....~- Dije en voz baja con una suave risa disfrutando la situación.
Aún conservaba ese tremendo poder que habitaba en mi interior, apenas me duraría 3 ocasiones más según mis cálculos, por lo que debía de aprovecharlo al máximo, ya que no podría volver a tener ese tremendo poder otra vez... y solo con ese poder podría derrotar a semejante Dios... la primera vez fallé, pero no pasará en esta segunda vez...
Desplegué ambas manos sobre la zona donde se ubicaba el aura, al parecer se acababa de encallar en una gran capa de hielo, la cual supuse que habría formado Sting.
- Perfecto... el plan va a la perfección... pronto empezarán los cañones...- Pensé recordando como planifiqué esto en caso extraño de huida. Era evidente que Uracha convencería al chico de que me devolviese al favor, solo alguien como él podría hacerlo... y sin duda, habría llamado a sus amigos, Sons Of Anarquía o algo así... no lo recordaba, la verdad, pero si acudían tal y como planeaba, lo agradecedere como es debido.
Sin más empecé a lanzar cientos, quizás miles, de gotas de alcohol a presión, compactas, de forma que pronto empezaría a coger formas de lanzas pesadas por la caída, y todas abarcaban una gran distancia que cubría todas las supuestas auras de Takeshi, el objetivo estaba claro, hundir su barco. Si se centraba en los cañones, mi ataque vendría de arriba y le dañarían hasta romper el barco, si se centraba en mi ataque, por el contrario serían los cañones los que le rompiesen el barco. Realmente estaban perdidos.
Lluvia del diablo. [A.F - Haki armadura]
Hacía un viento algo fuerte, por lo que a conciencia de esto no dejé caes las gotas, sino que las lancé como si fuesen balas de rápida, con el objeto de que el viento no las moviese más de 1 o 2 centímetros a lo sumo, no podía permitir ni un fallo en el ataque.
Una vez más me sorprendió por su uso de los reflejos y sentido de la orientación tras lo sucedido, él espadachín había sabido reaccionar de una manera inexplicable a mis ataques en esta forma tan inhumana de mi cuerpo, donde me hacía infinitamente más poderoso de lo normal, era sorprendente, ¿Acaso luchaba contra una clase de Dios? No podía ser que un humano tan bueno y poderoso me huyera tanto... hubiese terminado antes todo esto atacándome y acabando conmigo en unos minutos... en cierto modo hasta podía empezar a temblar de terror si pensaba sobre ello, pero no era lo mejor, había que centrarse en el combate.
Pero mis minutos reflexivos me pasaron facturas, y sin saber muy bien como, unos mosquitos estaban delante de mi según me pude percatar gracias al mantra que había en mi. Esos mosquitos según contemplé iban agresivos hacia mi, y tenían extrañamente algo de Takeshi, parte de su aura en él... esto era muy raro ¿Acaso podía dividir su energía en varios seres vivos? ... Definitivamente luchaba contra un Dios de dioses... no podía bajar la guardia ni un segundo, aunque su ataque no fue gran cosa a ciencia cierta, pues nada más ver a los mosquitos solo tuve que extender la mano y lanzar un chorro grande de alcohol para que con dicho elemento cayesen ahogados e inertes al suelo, y por si las moscas, o mejor dicho, mosquitos, las pisé después.
- ¿Qué fue eso?... Quizás venga un ataque nuevo ahora y eso era una mera distracción... no puede ser que un hombre de tal envergadura y poder utilice tal artimaña barata como ataque... era incomprensiblemente fácil de desmantelar...
Sin pensar más saqué a Simurgh de nuevo y monté en él, yendo a alta velocidad a unos 30 metros de altitud con respecto al mar, todo hasta colocarme encima de lo que parecía el aura de Takeshi. Notaba algo raro, cierta alteración parecida a la de los mosquitos, pero era algo simple de eludir al fin y al cabo con tan solo dar a todo.
- ¿Ratita? .... ¿Ratiiiiitaaa?? ¿Dónde estás? No te escondas ratita, sal ratita, sal no te escondas Takeshi, ratita...vamos, sal de tu agujero....~- Dije en voz baja con una suave risa disfrutando la situación.
Aún conservaba ese tremendo poder que habitaba en mi interior, apenas me duraría 3 ocasiones más según mis cálculos, por lo que debía de aprovecharlo al máximo, ya que no podría volver a tener ese tremendo poder otra vez... y solo con ese poder podría derrotar a semejante Dios... la primera vez fallé, pero no pasará en esta segunda vez...
Desplegué ambas manos sobre la zona donde se ubicaba el aura, al parecer se acababa de encallar en una gran capa de hielo, la cual supuse que habría formado Sting.
- Perfecto... el plan va a la perfección... pronto empezarán los cañones...- Pensé recordando como planifiqué esto en caso extraño de huida. Era evidente que Uracha convencería al chico de que me devolviese al favor, solo alguien como él podría hacerlo... y sin duda, habría llamado a sus amigos, Sons Of Anarquía o algo así... no lo recordaba, la verdad, pero si acudían tal y como planeaba, lo agradecedere como es debido.
Sin más empecé a lanzar cientos, quizás miles, de gotas de alcohol a presión, compactas, de forma que pronto empezaría a coger formas de lanzas pesadas por la caída, y todas abarcaban una gran distancia que cubría todas las supuestas auras de Takeshi, el objetivo estaba claro, hundir su barco. Si se centraba en los cañones, mi ataque vendría de arriba y le dañarían hasta romper el barco, si se centraba en mi ataque, por el contrario serían los cañones los que le rompiesen el barco. Realmente estaban perdidos.
Lluvia del diablo. [A.F - Haki armadura]
Hacía un viento algo fuerte, por lo que a conciencia de esto no dejé caes las gotas, sino que las lancé como si fuesen balas de rápida, con el objeto de que el viento no las moviese más de 1 o 2 centímetros a lo sumo, no podía permitir ni un fallo en el ataque.
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