Infierno color chicle [Pasado - Kasan y Break]

-"Tiene que ser una broma." -pensaba continuamente el cazador. No podía imaginarse que un lugar así existiera de verdad, era evidente que estaba soñando. Sin embargo soñar algo así no sería una buena señal de su salud mental. Fuera como fuese no le quedaba más que resignarse a aquella extraña y confusa realidad y cumplir su tarea lo más rápido posible.

Se encontraba en el que probablemente fuera el más profundo agujero del infierno, el Reino Kamabakka en Momoiro, una isla inexplicablemente teñida de rosa por todas partes y cuyos habitantes eran todos okamas. No estaba muy seguro de si la isla era de ese color debido a alguna causa natural o si a alguien le había dado por volverla de aquel insoportable color rosa chillón. Y por razones que ya ni siquiera recordaba allí estaba él. Había vivido tantas cosas raras en los diez minutos que llevaba allí que incluso tenía dudas de que hacía en ese lugar. Lo único que sabía era que no quería seguir allí ya que desde que había desembarcado una absurda cantidad de hombres habían intentado seducirle. No es que le importase la orientación sexual de cada uno, ni tampoco sus gustos a la hora de vestir, pero le resultaba muy inquietante cuando le guiñaban un ojo todos a la vez.

Sin embargo había algo especial en aquella gente, algo que ya había oído pero que estaba comprobando actualmente mientras corría para salvar su virilidad y su sentido del atractivo. La mayoría, por no decir todos, de los habitantes de la isla eran increíbles combatientes, de hecho uno de ellos incluso había derribado una pared para llegar hasta él, algo que casi le provoca un infarto. Por suerte, al cabo de un rato logró huir gracias a la peculiar habilidad de su Akuma no mi y llegó hasta una cabaña abandonada cerca de la costa. Allí pudo relajarse por fin y recordar el motivo que le había traído hasta aquel extraño lugar.

Su objetivo era un pirata conocido por sus tratos con algunos marines corruptos y que se había hecho con un documento clasificado para intentar vendérselo al Gobierno Mundial. Sin embargo no estaba tras su recompensa, los 25.000.000 millones de berries que había sobre su cabeza eran solo un aliciente, lo que de verdad le interesaba era ese documento. Apreciaba la información más que cualquier otra cosa, especialemente si era clasificada pues siempre había pensado que el conocimiento debía ser público y no ocultarse bajo estúpidas reglas. Por desgracia aquel maldito había escogido el peor lugar del mundo para ocultarse y Break había tenido que seguirle hasta el infierno.

Al caer la noche, decidió reemprender la búsqueda esperando que no le siguieran más hombres y pensando que el pirata intentaría huir aprovechando la oscuridad. Sin embargo esa maldita isla era casi más escalofriante de noche, debido a que ese irritante color parecía que brillaba en la oscuridad. El espadachín caminó en dirección a la ciudad y buscó en el camino que la conectaba con el puerto, con un poco de suerte allí podría interceptarlo. Solo esperaba dar con él cuanto antes y así poder escapar de aquel infierno rosa.

- ¡¡¡Panda de mariconas!!! Alejaros de mi. - Aquellas fueron mis primeras palabras al pisar Momoiro, una manada de Okamas no hacían mas que perseguirme por todas partes en aquel asqueroso infierno de color rosa que era el Reino Kamabakka, apenas llevaba escasos segundos en la isla cuando comenzaron a perseguirme y, por puro instinto de supervivencia no pude hacer otra cosa mas que salir corriendo como si me persiguiese el mismísimo diablo.

A la primera oportunidad que tuve me escondí detrás de una esquina intentando evadirme de ellos y durante un instante pensé que lo había logrado pero uno de ellos tropezó al pasar por esa esquina y me vio, en ese momento dio un chillido de niña pequeña alertando al resto de la multitud y volvieron a perseguirme por todas partes, corría tan rápido como podía pero era imposible zafarme de ellos así que no tuve mas remedio que utilizar el Soru para ganar mas terreno, con dos veces que lo utilicé fue mas que suficiente, esta vez volví a esconderme pero además me oculté bajo una capa que encontré cerca de unas cajas de carne que había cerca de una taberna.

- Con esto no podrán descubrirme y de paso me moveré por aqui con mayor libertad. - O al menos esa era mi intención pues estaba en Momoiro de misión por parte del Gobierno Mundial, para hacer un resumen fácil y simple, una panda de corruptos vendió información de alto secreto a unos piratas y ahora me tocaba a mi recuperar dicha información, la misión en si era bastante apasionante y demás, pero ¿Porque tiene que ocultarse en este infierno de isla? Esa era mi gran pregunta, con lo gigantesco que es el GrandLine, que demonios tiene esta isla para venir a ocultarse en ella... 

Con aquella pregunta en mente necesitaba reunir algo de información y donde mejor información podía obtener era en una taberna, por lo general allí siempre suele haber gente que sabe algo o ha visto algo, aunque siendo en esta isla todos hombres y Okamas, es mas posible que aquel que robó la información esté siendo violado en estos momentos, fuera como fuese lo mejor sería ir a una taberna, comencé a caminar hasta que encontré una muy cerca de donde había conseguido la capa, entré y me acerqué a la barra, allí le pedí al camarero una buena jarra de ron y me senté en una esquina para pasar lo mas desapercibido posible, no es que allí fuese a enterarme mejor de las conversaciones ajenas pero seguro que así no vendría nadie intentando violarme.

Intenté fijarme en las personas a mi alrededor y todas vestían de manera muy similar, a bien con ropa extremadamente corta o inusualmente ajustada al cuerpo, supongo que esa era una de sus señas de identidad, allí habían varios grupos de hombres, unos que estaban relajados bebiendo y hablando sin armar mucho escándalo, otros que levantaban algo mas la voz y un último grupo que por lo poco que escuche de su conversación estaban planeando una orgía masiva en toda la isla unos con otros, nada mas escuchar eso pasé de aquel grupo y solo me centré en los otros dos y en lo que sucediese en la taberna.

Un bar, según su experiencia el mejor sitio para encontrar a un pirata. Sin importar en que sórdido rincón del mundo estuviesen, los piratas parecían sentir debilidad por las tabernas ruidosas y malolientes y, aunque está estaba llena de hombres con una inquietante fascinación por guiñarle un ojo a todo el que pasaba, aquella seguía siendo una taberna en la que servían alcohol. Estaba seguro de que tarde o temprano aquel maldito pirata aparecería por allí. Todavía seguía preguntándose el motivo de que alguien quisiera ir hasta un lugar tan siniestramente colorido.

El cazador llegó al local, cubierto con una amplia capa negra y una capucha con las que cubría también su espada y estudió la zona exterior en busca de alguna señal del hombre al que perseguía. Al no ver a nadie "sospechoso" por allí decidió entrar, sin embargo esta vez pudo evitar hacerlo como de costumbre, ignorando la puerta y abriendo un agujero en la pared justo al lado de esta. No quería llamar la atención más de lo necesario y, aunque le costó, acabó por entrar por la puerta principal.

El interior de la taberna estaba repleto de hombres, cada uno vestido de forma más estrafalaria que el anterior y la mayoría de ellos llevaban una absurda cantidad de maquillaje. Sin embargo había un tipo que le llamó la atención, un tipo cubierto con una capa al igual que él y sentado en solitario en un rincón del local. No parecía ser de allí, por lo que le hizo sospechar. No imaginaba que clase de gente podría ir a una isla como aquella solo para esconderse, tal vez fuese el hombre al que buscaba.

El cazador pidió una copa y, tras ignorar las insinuaciones del camarero, se sentó en una mesa justo al lado del tipo de la capa. Dio un par de tragos a su bebida y se puso a trabajar. Bajo la mesa, Break desenfundó su espada y, sin siquiera girarse, la apuntó por debajo de los muebles hacia el hombre de la esquina.

-Tienen buenas bebidas aquí, ¿no crees? -El cazador no se molestó en mirarle, no veía el rostro del hombre a quien apuntaba así que no podría reconocerlo como su objetivo aunque se girase.-Verás, creo que tienes algo que me interesa, y parece que mucha gente lo está buscando también. ¿Cuánto tiempo crees que tardará le gobierno en encontrarte y mandar a alguno de sus super-agentes secretos para matarte? Creo que sería mejor que me dieras a mí esa información y te evitaras problemas. -dijo el rubio sin dejar de apuntar con su espada al tipo de la capa, de quien ignoraba que era uno de esos agentes secretos a los que se refería.

Me quedé un rato allí observando a todo el mundo que entraba y salía de la taberna hastq ue de pronto, un hombre vestido del mismo modo que yo entro por la puerta de la taberna, tras pedirle una copa al afeminado camarero se acercó hasta mi mesa y se sentó a mi lado, eso me hizo desconfiar enseguida de él, evidentemente no era un habitante de la isla pues aquí no van encapuchados como nosotros y a decir verdad los que realmente destacábamos eramos nosotros.

Nada mas sentarse se quedó mirando hacía otro lado sin hacerme caso pero sin embargo se dirigió a mi: -Tienen buenas bebidas aquí, ¿no crees? Tras aquello me fijé en que me estaba apuntando con una katana por debajo de la mesa, ¿En serio? ¿Nada mas llegar y ya me estaban intentando asesinar? Vale que sea del CP y que haya matado a un porronaco de gente pero joder, esto me parece abusar.


Verás, creo que tienes algo que me interesa, y parece que mucha gente lo está buscando también. ¿Cuánto tiempo crees que tardará le gobierno en encontrarte y mandar a alguno de sus super-agentes secretos para matarte? Creo que sería mejor que me dieras a mí esa información y te evitaras problemas.

Realmente con sus primeras palabras lo que pensé fue, ¿Yo tengo algo que te interesa? Eso si que es una novedad.Luego siguió hablando y fue cuando me di cuenta de que se había equivocado de persona, realmente no sabía como zafarme de aquella situación pues si le decía que era un agente del Gobierno posiblemente intentase asesinarme y quitarse a la competencia de encima, pero si no le seguía un poco el juego y simplemente me marchaba de allí seguro que me confundiría con él y me enfrentaría igual.

Como fuese la cosa era que ese hombre sabía de la existencia del ladrón y posiblemente si lo cazaba antes que yo la información que nos robó estaría en serio peligro, después de pensarlo un segundo mas simplemente me relajé y le conté la verdad al hombre: - Lo primero es que te equivocas y mucho, yo no soy el hombre que buscas pero por azar del destino yo también le busco, así que, el primero que lo encuentre se lo queda.

Dicho aquello utilicé el Soru para escapar de la situación tan peligrosa en la que me encontraba para situarme en la barra de la taberna, dejé caer un par de Berries pagando al camarero y salí tranquilamente de la taberna no sin antes mirarlo directamente para recordar su cara o al menos los pocos rasgos que se le podían ver bajo la capucha, ya fuera de la taberna fui por detrás de la taberna y utilicé el Geppou para tener una vista mayor del lugar y así poder encontrar al ladrón antes que mi competidor.

No tenía ni idea de como conseguía meterse en esos líos. Por alguna extraña razón había dado con la única persona de la isla que buscaba interponerse entre él y su presa. Por lo visto el tipo al que había apuntado con su arma también iba en busca del mismo pirata que él y le había propuesto una especie de competición de caza, solo que con un pirata. Supuso que se trataría de otro caza-recompensas o tal vez de algún tipo de agente del gobierno, aunque esto último lo encontraba improbable ya que de ser así no habría necesitado más que usar su autoridad para que no interviniera en su misión. Eso no habría servido para hacer que Break se largara pero al menos le habría ayudado a saber con quien trataba. Supuso que no tendría más remedio que seguir su juego y encontrar al objetivo antes que él.

El hombre de la capa salió del local a un ritmo tal que le fue imposible seguirlo y antes de que el resto de clientes intentaran algo con él, decidió salir de allí. Era evidente que no encontraría a su presa en un lugar así. El cazador abandonó la taberna y emprendió el camino hacia el puerto, tal vez se topase con él intentando marcharse al amparo de la oscuridad. Mientras caminaba no podía evitar preguntarse que clase de tipo era con el que competía, se comportó de manera bastante tranquila cuando se encontró con él así que no sería un novato. Solo esperaba que no diera con el pirata antes que él, no quería que el viaje hasta esa isla fuese en vano.

Tras un rato caminando y evitando a algún que otro Okama, llegó hasta el mismo puerto en el que había desembarcado horas antes y comenzó a buscar algún signo que le indicase la presencia de alguien. Parecía totalmente desierto y ninguno de los barcos estaba listo para zarpar. Por si acaso deambularía un rato por allí hasta que apareciese alguien. Al cabo de un rato, en el que tuvo que esconderse varias veces para salvaguardar su heterosexualidad, vio como una figura se aproximaba desde la ciudad cargando una especie de saco. Debido a la escasa luz apenas podía distinguirla, pero si se trataba de su objetivo tal vez hubiese robado algo. Por ese motivo debería darse prisa antes de que los Okama de la isla fueran a recuperarlo. Sino era él, más le valía estar preparado para echar a correr.

Desde el aire pude ver como mi competidor salía de la taberna y ponía rumbo al puerto, podría haber buscado al ladrón por cualquier otro lado pero si lo hacía y él lo encontraba antes que yo me habría ganado así que decidí seguirlo desde esta posición bastante mas ventajosa, las horas pasaron y no hacía mas que vigilarlo, en ocasiones deambulaba un poco para ver si lo encontraba pero no hubo manera, ¿Seguro que la información era correcta? Igual no se encontraba en Momoiro pero de todos modos no podía hacer otra cosa mas que comprobarlo hasta el final.

El tiempo seguía pasando y ya estaba literalmente hasta los cojones de que no apareciese el ladrón por ningún lado, de tanto vigilar a mi competidor ya estaba casi dando cabezadas cuando de pronto vi que se agitó demasiado y comenzó a correr por el puerto, quizás me había descubierto y ahora estaba tratando de ocultarse o algo pero de todos modos había cambiado su conducta y tenía que averiguar porqué, me acerqué hasta donde se dirigía corriendo cuando vi una figura entre la oscuridad.

Si ese era el ladrón esta era mi oportunidad, viendo desde arriba hacía donde se podría dirigir mas o menos calculé la ruta que tomaría por el puerto y me apresuré a cortarle el paso, descendí a tierra y a los pocos segundos apareció por allí la extraña figura que había visto antes desde el aire, portaba una especie de bolsa o algo similar con él, al verme delante suya dejó de correr parándose en seco y dejando caer la bolsa al verse sorprendido.

- Fin del camino, dame los documentos robados.

Aquel desconocido del bar se le había adelantado y había interceptado al tipo de la bolsa antes que él. No estaba seguro ni siquiera de que fuera él, pero no podía correr el riesgo de que se hiciera con los documentos robados antes que él, era una posible fuente de información demasiado valiosa como para dejar que se la arrebataran. Sin embargo era posible que el hombre de la capa trabajase para el gobierno ya que le había parecido oír que mencionaba los documentos robados, así que no se enfrentaría a él, al menos no hasta saber a ciencia cierta de quien se trataba. El cazador decidió acercarse antes de que arrestase al ladrón y empleó una táctica algo más sutil.

-Oi, oi, te he estado buscando por toda la isla. -exclamó Break cambiando ligeramente su voz para evitar que le reconociera. -¿No has recibido las nuevas órdenes? Debes retirarte, y dejar que yo me encargue de capturar a este hombre. Oh vaya, que grosero soy, debería presentarme primero. Soy agente del gobierno, mi nombre es Richard Aguadstershonsn, un apellido algo complicado pero si te esfuerzas seguro que aprenderás a pronunciarlo correctamente. -El espadachín tuvo que esforzarse para no reírse al inventarse ese apellido impronunciable. Sin embargo era lo más adecuado, sabía por experiencia que cuanto más difícil era el nombre que se inventaba más fácil era engañar a la gente. -En fin, el caso es que este hombre pasa a estar bajo mi custodia desde este mismo instante. Yo me lo llevaré a Ennies Lobbie para que sea juzgado y allí se valorará su crimen y se le castigará en consecuencia, ya sabe. como a esto, "castigo adecuado" ¿eh? -Para acentuar esto, pasó su mano por el cuello fingiendo ser ahorcado.

Tras esta singular presentación, Break agarró al hombre de la bolsa e intentó guiarlo hacia su barco. Lo cierto era que le extrañaba que no hubiera intentado huir. Al menos esperaba que el otro tipo se tragase su improvisada mentira y le dejase llevarse de allí al pirata tranquilamente. Sin embargo, cuando apenas habían  avanzado un metro, el hombre descubrió su rostro y dejó atónito al rubio.

-Uhh, vaya, ¿así que os estáis peleando por mí? -Break no salía de su asombro, aquel tipo era un Okama. -Vaya, ¿quién me lo iba a decir? Y yo que solo iba a reparar uno de los barcos y me encuentro con estos dos hombretones.

Aquello no se lo esperaba, realmente era inquietante. Y pensar que había montado todo aquel espectáculo para nada, supuso que no tenía más remedio que seguir buscando por la isla. Aunque no tenía muy claro como librarse de ese tipo.

-Emm... bueno, creo que a este puedes llevártelo tú. -le dijo al tipo de la capa, el que había "conocido" en la taberna. Sin esperar siquiera a que le respondiera, el cazador echó a correr sin más.

¿Enserio estaba intentando engañar a un agente del Gobierno haciéndose pasar por uno de ellos? Quizás el muchacho no sabía en que lío se estaba metiendo al hacerlo pues existe una ley que precisamente castiga a todo aquel que intente suplantar la identidad de un CP y por lo tanto se estaba metiendo en un lío del que difícilmente podría salir pero allá él, a mi seguro que no iba a engañarme.

No hice demasiado caso al intento de engañarme pero si me fijé en que la persona que teníamos aquí atrapada no parecía el típico ladrón, tenía movimientos algo extraños y extravagantes hasta que pude verle un poco bajo la capucha que le cubría el rostro, la cara pintada como si fuese una puerta, sin exagerar, perfectamente podría tener en la cara un dedo de capa de maquillaje.

- Ostia puta... Hasta luego chavales. - Nada mas verle bien me faltaron piernas para escapar de allí y aún mas cuando se nos insinuó, en ese momento un escalofrío recorrió mi cuerpo dándome verdadero asco aquella isla.

Como si de un espejo se tratase, el hombre que en la taberna me había amenazado hizo mas o menos lo mismo echando a correr como alma que lleva al diablo, yo por mi parte escapé ocultándome entre edificios y tapándome la cara con la capucha, luego de un rato ya me calmé y volví a ponerme a buscar al ladrón, no me apetecía mucho pero tenía que vigilar también a aquel muchacho pues por sus palabras el también andaba al acecho de los documentos y de caer en manos ajenas al Gobierno si que se podría armar una bien gorda.

Seguí buscando una media hora mas sin conseguir ningún resultado, había perdido de vista al muchacho y no tenía ni una misera pista de donde podría encontrar al ladrón, el día se estaba poniendo bastante complicado para ser una misión tan simple y no me gustaba perder el tiempo de esta forma tan tonta así que me subí a un árbol para observar desde allí la ciudad y tenerla vigilada, además podría descansar un rato allí tranquilamente sin que me molestasen los okamas.

Tras un rato observando estaba ya muy cansado y daba cabezadas de lado a lado del sueño que tenía, estaba apunto de quedarme dormido cuando vi una sombra moverse velozmente entre unos edificios, al principio pensaba que había sido mi imaginación pero por si acaso tendría que ir a investigar así que volví a subirme a los cielos y me dirigí a la zona donde había visto moverse la sombra hacía escasos segundos, desde allí pude ver que la sombra seguía moviéndose entre mas edificios y no tuve mas remedio que seguirla.

-"Vaya, ha faltado poco." -pensó el cazador, aliviado por haberse librado de ese travesti tan pesado. Por un momento pensó que no podría escabullirse ya que le había seguido durante un buen rato, pero por suerte al final había logrado colarse por una alcantarilla que luego selló usando sus poderes. No tenía muy claro donde se encontraba pero al menos podía pensar un nuevo plan para dar con su objetivo y resarcirse del fracaso que acababa de sufrir. No esperaba que aquel tipo fuera otro Okama, supuso que tendría que mantener la guardia alta en todo momento o de lo contrario podría caer en algún otro peligroso engaño.

Al cabo de unos minutos decidió salir de nuevo a la superficie y retomar la búsqueda. Si perdía más tiempo corría el riesgo de que el agente del gobierno se diera con el pirata y se hiciera con los documentos robados. Por desgracia no tenía muy claro que su mentira hubiera resultado efectiva, así que no podía contar con que se largase de la isla y le dejara proseguir su trabajo tranquilamente.

Lo primero que vio al salir de las alcantarillas fueron unas fuertes luces de todos los colores y una estruendosa música resonaba por toda la zona. Parecía que había dado con un lugar bastante inadecuado, una fiesta. No tenía intención de quedarse a comprobar de que celebración se trataba, así que se marchó de nuevo por los túneles antes de que algún travesti le alcanzara de nuevo. En cuanto encontró otra salida subió por ella y, para colmo, se topó con otra ruidosa fiesta, parecía que aquella isla era bastante dada al ruido. Por suerte al cuarto intento dio por fin con un una calle despejada y pudo continuar con su tarea. No tenía ni idea de por donde demonios iba a empezar a buscar a ese pirata, pues ni siquiera conocía la isla. Solo le quedaba deambular por las zonas más probables y rezar para encontrarlo en alguna de ellas.

El tiempo pasaba y aquella sombra no hacía mas que dar vueltas en círculos, se metía entre los callejones y cada vez que podía giraba en cualquier esquina, sin duda era muy sospechoso pero con una vez que metiera la pata al día ya era mas que suficiente sobre todo si era una cagada garrafal, seguía persiguiéndole pero me acabó dando esquinazo cerca de una tienda "sex-shop", descendí para investigar un poco mas cuando me asomé al escaparate de la tienda horrorizándome ante las cosas que vi.

Un hombre vestido de negro con la ropa tan pegada al cuerpo que se le marcaban hasta los pelos de las piernas, máscaras que no te dejan cerrar la boca, una especie de camilla donde te abren de piernas para hacerte lo que todos nos imaginamos... Incluso había un aparato mas pequeño de color rosa con la forma de un nabo que se movía de un lado a otro con mucha alegría, "Hay que joderse, le doy media hora mas para aparecer si no me largo antes de que me cojan por banda y usen esas cosas conmigo".

Tras un rato mirando las depravaciones de esta isla, sacudí la cabeza volviendo al tema de cazar al ladrón, le había perdido de vista así que no tenía otra que seguir pateando la isla chachipirulastica hasta encontrar una nueva pista, comencé a deambular por la isla sin demasiadas esperanzas de encontrarlo, quizás no estuviese aqui, quizás solo fuese un falso rumor y estuviese perdiendo el tiempo de la manera mas absurda posible.

Largo tiempo después acabé saliendo a una calle tranquila, despejada, sin mucho bullicio cerca cuando de pronto vi a lo lejos aparecer al chico rubio de antes, habíamos tenido ya varios encontronazos y ahora de seguro se produciría otro, caminé hasta quedarme a 20 metros de él y me paré en seco, me quité la capucha que tapaba mi rostro comenzando a hablarle aún con la pequeña distancia existente entre ambos.

- Parece que tampoco has tenido suerte ¿Eh?. - Le dije en tono mas o menos amigable cuando, para sorpresa mía, el hombre del que sospechaba hacía unos minutos apareció por una calle quedándose entre medias de los dos.

Parecía que nuestro esfuerzo ahora estaba recibiendo sus frutos pues justo al vernos se le cayeron al suelo los documentos del Gobierno, estos estaban cerrados aún y con el sello del Gobierno impreso en ellos, los ojos se me abrieron de golpe dándome cuenta de que por fin había dado con lo que buscaba, esos preciados documentos con información clasificada que debía recuperar aparecieron frente a mi como arte de magia aunque ahora tendría que lidiar con dos problemas, por un lado el ladrón no se los dejaría arrebatar tan fácilmente y el muchacho rubio tampoco estaría por la labor de dejarme llevármelos cuando el buscaba lo mismo.

- No seas idiota y dame los documentos. - Dije desenvainando mi katana nuevamente esta vez si, contra el objetivo correcto y apuntándole aunque sin quitar vista también del muchacho rubio.

-Ahh, esto empieza a ser molesto. Si no encuentro pronto a ese tipo me volveré loco, estoy harto de dar vueltas por este sitio. -pensaba Break en voz alta. No podía creer que un simple y estúpido pirata fuese tan escurridizo. Era evidente que aquel no era su día de suerte, más bien al revés, quizás le hubiese mirado un tuerto o algo así. Mientras pensaba en alto iba caminando sin rumbo por la ciudad, esquivando a los okamas con los que se topaba y matando el tiempo tarareando una ridícula canción que se le había pegado hacía varios días. Odiaba cuando una melodía se le metía en la cabeza y le impedía pensar en nada más, era como un molesto ruido de fondo del que no podía librarse.

Sin embargo, su tarareo se vio interrumpido por la reaparición del hombre encapuchado, el que sin duda era el agente del gobierno encargado de capturar al criminal y recuperar los documentos. Supuso que él no era el único que vagaba sin rumbo por la ciudad rosa, o al menos no parecía que el encapuchado hubiese dado con su objetivo común. Al menos así sabía que no era ningún problema suyo, sino que de verdad era un hombre difícil de encontrar. O al menos eso pensaba pues, en el colmo de lo absurdo, el mismo tipo al que ambos estaban persiguiendo desde hacía horas acababa de aparecer frente a ellos, justo en medio de sus dos perseguidores. El cazador pudo reconocerlo como su objetivo al ver el sello que había en los documentos que el muy idiota acababa de dejar caer. Era evidente que no sabía disimular muy bien.

-Imagino que no te largarás de aquí tranquilamente, ¿no? -le preguntó al hombre del gobierno, consciente de que seguramente tendría que lidiar con él para poder llevarse lo que buscaba. La prueba de esto era que acababa de desenfundar su espada, a lo que el rubio respondió con el mismo gesto apuntando también al hombre de los documentos. -Supongo que no me queda más remedio que llevármelos pasando por encima de ambos. -afirmó Break mientras se preparaba para la contienda que allí iba a desarrollarse. Esperaba poder evitar al menos el combate directo contra el agente del gobierno. No quería problemas con esa gente, al menos por ahora.

Sin dudarlo un segundo, como si alguien hubiese hecho sonar una especie de señal que marcaba el comienzo del combate, el cazador echó a correr en dirección a los papeles tirados en el suelo. En cuanto llegó a la altura del pirata, lanzó una estocada directa a su torso y pisó con fuerza los documentos tirados. Sin embargo no pensaba arrastrarlos con el pie tal y como pudiera parecer sino que tenía otros planes en mente. Usando su habilidad comenzó a evaporar el papel, convirtiéndolos en una pequeña nube que con un rápido gesto introdujo en la vaina vacía de su espada. Después de eso no pudo hacer más que echar a correr en dirección contraria.