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Etsu
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El camarero estaba hecho un flan, el pobre hombre no sabía que hacer y su nerviosismo era tal que la silla temblaba, siguiendo los temblores de su cuerpo. Decidí no meterme en el interrogatorio, mi tacto con las personas no era el mejor que digamos, por lo que si queríamos sacar información por las buenas lo mejor sería no hacer de las mías.
Alice, la civil, por si fuese poco el miedo que el hombre tenía ya, le metió más aún. Me hubiese reído su supiese que no arruinaría la obtención de los datos, pero no podía arriesgarme a que descubriese que si teníamos escrúpulos, al menos unos cuantos.
Mi compañero, Neo, comenzó con el interrogatorio, y de ello conseguimos sacar algo de información, ese hombre se llamaba Cid Bellamere. Un nombre raro, sin duda. Y al parecer íbamos en buen camino con la información que ya teníamos en nuestro poder, pero aún nos faltaba lo más importante, lo que aquel hombre nos contó.
La operación, requiem, como los revolucionarios la habían llamado, incluía un área de cien kilómetros del puente, algo muy grande para ser unos pocos, sin duda. Además los guardias habían sido parcialmente sustituios por revolucionarios. La cosa no acabaría bien allí.
Me levanté de la silla, me dirigí a la mesa donde Shunshine terminaba de poner todas las armas. Mi estilo de pelea consistía en usar una sola espada, pero cogí otra de las que había allí, una katana con la hoja negra.
-Será mejor llevar una de repuesto -dije mientras la colgaba a mi espalda -bien, partimos cuando termines de curarlo.
Alice, la civil, por si fuese poco el miedo que el hombre tenía ya, le metió más aún. Me hubiese reído su supiese que no arruinaría la obtención de los datos, pero no podía arriesgarme a que descubriese que si teníamos escrúpulos, al menos unos cuantos.
Mi compañero, Neo, comenzó con el interrogatorio, y de ello conseguimos sacar algo de información, ese hombre se llamaba Cid Bellamere. Un nombre raro, sin duda. Y al parecer íbamos en buen camino con la información que ya teníamos en nuestro poder, pero aún nos faltaba lo más importante, lo que aquel hombre nos contó.
La operación, requiem, como los revolucionarios la habían llamado, incluía un área de cien kilómetros del puente, algo muy grande para ser unos pocos, sin duda. Además los guardias habían sido parcialmente sustituios por revolucionarios. La cosa no acabaría bien allí.
Me levanté de la silla, me dirigí a la mesa donde Shunshine terminaba de poner todas las armas. Mi estilo de pelea consistía en usar una sola espada, pero cogí otra de las que había allí, una katana con la hoja negra.
-Será mejor llevar una de repuesto -dije mientras la colgaba a mi espalda -bien, partimos cuando termines de curarlo.
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Etsu parecía a punto de echar a reír cuando Alice le metió miedo al tipo. Momentos después se dio cuenta de que era innecesario pero en fin, la adrenalina hacía que sus acciones estúpidas se multiplicaran. Porque aunque no lo pareciera y lo negara, a veces sí tenía escrúpulos.
Eso sí, se sentía mejor. Muuuucho mejor. La euforia de sentirse útil, de poder hacer al fin algo productivo para salir de allí... se estaba apoderando de ella. Aunque hacer algo productivo significara lanzarse de cabeza a una batalla donde tenía las de perder. Ya no le importaba el bando en el que estuviera y se había olvidado de el ambiente opresivo del lugar amenazaba con no dejarla respirar.
Sunshine había dispuesto todas las armas en una mesa para que todo el que quisiera se apoderase de alguna de ellas y la utilizara en combate. Etsu se acercó y yo lo seguí aunque realmente no quería nada. ¿O sí? Era cierto que con llevar cuatro katanas ya le parecía suficiente, porque no podía usar más de cuatro a la vez y porque era añadir un peso considerable a su "equipaje". Pero entonces pudo ver aquel burdo cuchillo ya oxidado... Perfecto para reemplazar el suyo, que a saber donde estaba; debido a su poco valor seguro que lo habían tirado.
-Supongo que no es el mejor momento para preguntar y espero que no te moleste pero quién sabe si habrá otra oportunidad. ¿Por qué el CP? -formulé esta pregunta a Etsu aunque quizás los demás me hubieran oído también.
Sin esperar respuesta por su parte siguió observando los objetos de la mesa, como esperando que alguno interesante apareciera ante sus narices. Aquello no ocurrió.
-¿Nos vamos ya? -dijo un tanto impaciente mientras alargaba la mano para coger el cuchillo. Pensaba que temblaría como cuando estaba nerviosa o ansiosa, pero no. También había traspasado por un momento la barrera del cansancio y el dolor, pero seguro que volverían.
Eso sí, se sentía mejor. Muuuucho mejor. La euforia de sentirse útil, de poder hacer al fin algo productivo para salir de allí... se estaba apoderando de ella. Aunque hacer algo productivo significara lanzarse de cabeza a una batalla donde tenía las de perder. Ya no le importaba el bando en el que estuviera y se había olvidado de el ambiente opresivo del lugar amenazaba con no dejarla respirar.
Sunshine había dispuesto todas las armas en una mesa para que todo el que quisiera se apoderase de alguna de ellas y la utilizara en combate. Etsu se acercó y yo lo seguí aunque realmente no quería nada. ¿O sí? Era cierto que con llevar cuatro katanas ya le parecía suficiente, porque no podía usar más de cuatro a la vez y porque era añadir un peso considerable a su "equipaje". Pero entonces pudo ver aquel burdo cuchillo ya oxidado... Perfecto para reemplazar el suyo, que a saber donde estaba; debido a su poco valor seguro que lo habían tirado.
-Supongo que no es el mejor momento para preguntar y espero que no te moleste pero quién sabe si habrá otra oportunidad. ¿Por qué el CP? -formulé esta pregunta a Etsu aunque quizás los demás me hubieran oído también.
Sin esperar respuesta por su parte siguió observando los objetos de la mesa, como esperando que alguno interesante apareciera ante sus narices. Aquello no ocurrió.
-¿Nos vamos ya? -dijo un tanto impaciente mientras alargaba la mano para coger el cuchillo. Pensaba que temblaría como cuando estaba nerviosa o ansiosa, pero no. También había traspasado por un momento la barrera del cansancio y el dolor, pero seguro que volverían.
Vagadus Vares
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La fractura había sido en la rótula, la parte que une el fémur con la tibia, una lesión que se puede curar fácilmente, sin embargo la rehabilitación dura bastante. Al revisarlo, me di cuenta de que la fractura había sido atendida, pero de una manera que el hombre no pudiera caminar bien. –Te va a doler un poco- le dije y le di un fuerte tirón a la pierna, haciendo que el hueso se acomodara, aunque esto causo un grito de dolor por parte de Cid.
-Ahí está, no te apoyes en esa pierna- le dije, pensando en que podría usar para que este hombre se pudiera levantar. Al cabo de unos minutos se me ocurrió hacer una muleta improvisada; rompí una silla, procurando que el respaldo y las patas traseras no sufrieran daños, esto serviría como apoyo, dejando la pierna herida en paz. Se lo di a Cid, y en ese momento el entendió y se puso de pie. Escuche a Alice preguntando sobre… ¿sobre qué?, no puse la suficiente atención como para tener una respuesta eficiente, por lo que di caso omiso.
-Ve a los muelles que están al extremo del puente, ahí podrás encontrar un barco de la marina, diles que vienes por parte de Neo, ellos sabrán que hacer- le dije, y el hombre se sentía totalmente agradecido, y sin decir ninguna palabra se fue, dejándonos solos.
-La información de Cid fue muy acertada, los guardias han estado enviando señales de refuerzos a 60 kilómetros de nuestra posición. Así que esto nos recortara el tiempo a 5 minutos para llegar a la base enemiga. Twilight ya le informo a Barret para que comenzara la operación, y al parecer los refuerzos se van a tardar unos 10 minutos para llegar- nos informó Sunshine mientras se enfundaba varias pistolas y armas, pareciéndose a un mercader ambulante que a un agente. Espero 2 minutos a que todos estuviéramos listos, el aura que mostraba Alice era completamente grande y brillante, llena de ansiedad y emoción, se estaba impacientando.
-Ya es hora- dijo, abriendo la puerta para que entrara una brisa agresiva, haciendo que se me congelaran los huesos… en forma metafórica. La ventisca que detecte hace tres horas estaba azotando con gran violencia el puente. –Etsu, sigue la luz que va a producir Neo- dijo y salió, esperando en la puerta.
-Lo estaba reservando, pero eso ya no importa ante esta situación- le dije, con ante la gran tormenta la visibilidad era casi nula, por lo que debía de haber un punto guía para que los demás no se perdieran. Me concentre por un momento, sentía como las energías que recorrían mi cuerpo se hacían cada vez más rápidas, sentía que soltaba chispas, o hasta pequeños relámpagos, “kanmuru” pensé y mi cuerpo se llenó de electricidad en fracción de segundo, sentía mi aura inestable por la cantidad excesiva de energía que liberaba. Me dirigí hacia Alice y la cargue en mi espalda para que el frio no le llegara directamente al cuerpo mientras corríamos, evitando el congelamiento por inactividad.
-Vas adelante Neo- me indico Sunshine. Camine hasta la puerta y, como si fuera una bala me dirigí hacia la base enemiga, sentía el aura de Sunshine siguiéndome, esperaba que Etsu no se tardara demasiado.
-Ahí está, no te apoyes en esa pierna- le dije, pensando en que podría usar para que este hombre se pudiera levantar. Al cabo de unos minutos se me ocurrió hacer una muleta improvisada; rompí una silla, procurando que el respaldo y las patas traseras no sufrieran daños, esto serviría como apoyo, dejando la pierna herida en paz. Se lo di a Cid, y en ese momento el entendió y se puso de pie. Escuche a Alice preguntando sobre… ¿sobre qué?, no puse la suficiente atención como para tener una respuesta eficiente, por lo que di caso omiso.
-Ve a los muelles que están al extremo del puente, ahí podrás encontrar un barco de la marina, diles que vienes por parte de Neo, ellos sabrán que hacer- le dije, y el hombre se sentía totalmente agradecido, y sin decir ninguna palabra se fue, dejándonos solos.
-La información de Cid fue muy acertada, los guardias han estado enviando señales de refuerzos a 60 kilómetros de nuestra posición. Así que esto nos recortara el tiempo a 5 minutos para llegar a la base enemiga. Twilight ya le informo a Barret para que comenzara la operación, y al parecer los refuerzos se van a tardar unos 10 minutos para llegar- nos informó Sunshine mientras se enfundaba varias pistolas y armas, pareciéndose a un mercader ambulante que a un agente. Espero 2 minutos a que todos estuviéramos listos, el aura que mostraba Alice era completamente grande y brillante, llena de ansiedad y emoción, se estaba impacientando.
-Ya es hora- dijo, abriendo la puerta para que entrara una brisa agresiva, haciendo que se me congelaran los huesos… en forma metafórica. La ventisca que detecte hace tres horas estaba azotando con gran violencia el puente. –Etsu, sigue la luz que va a producir Neo- dijo y salió, esperando en la puerta.
-Lo estaba reservando, pero eso ya no importa ante esta situación- le dije, con ante la gran tormenta la visibilidad era casi nula, por lo que debía de haber un punto guía para que los demás no se perdieran. Me concentre por un momento, sentía como las energías que recorrían mi cuerpo se hacían cada vez más rápidas, sentía que soltaba chispas, o hasta pequeños relámpagos, “kanmuru” pensé y mi cuerpo se llenó de electricidad en fracción de segundo, sentía mi aura inestable por la cantidad excesiva de energía que liberaba. Me dirigí hacia Alice y la cargue en mi espalda para que el frio no le llegara directamente al cuerpo mientras corríamos, evitando el congelamiento por inactividad.
-Vas adelante Neo- me indico Sunshine. Camine hasta la puerta y, como si fuera una bala me dirigí hacia la base enemiga, sentía el aura de Sunshine siguiéndome, esperaba que Etsu no se tardara demasiado.
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No había terminado de ajustarme el nuevo arma cuando Alice me preguntó que por qué el CP, la miré sin comprender exactamente a qué se refería, luego, tras pensarlo un instante, le respondí.
-Me uní al CP, porque estaba solo, unos piratas aniquilaron mi isla y un CP me salvó. Era lo mejor para compensarlo, unirme al CP y no dejar que cosas como esas pasasen en mi presencia –luego volví a pensarlo durante un instante, quizá se refería a por qué debería unirse al CP -si decides unirte al CP,, ascenderás rápidamente, posees un poder uy bueno para obtener información, además, aprendemos buenas técnicas.
No sabía si había resulto sus dudas, pero tras sugerir que nos fuésemos, levanté la cabeza, y asentí con un movimiento casi imperceptible.
Mientras tanto Neo, curaba al camarero para luego mandarlo en búsqueda del almirante, cosa que el hombre hizo sin oponer ninguna queja, su movimiento había mejorado enormemente incluso parecía tener ganas de correr, imaginármelo me hizo sonreír levemente.
Me quedé un momento mirando, mientras todos salían por la puerta, luego hice caso a mi orden, seguir a Neo. Debido al kamisori kempo y a que su cuerpo emitía una extraña luz no me costaba seguirle el ritmo, el frio se colaba por entre mis ropas, llegando a los huesos.
No tenían que preocuparse, yo le seguiría y le cubriría las espaldas, así que no había mucho más que decir. Desenvainé ambas katanas antes de llegar, por si necesitaba usarlas antes de tiempo.
-Me uní al CP, porque estaba solo, unos piratas aniquilaron mi isla y un CP me salvó. Era lo mejor para compensarlo, unirme al CP y no dejar que cosas como esas pasasen en mi presencia –luego volví a pensarlo durante un instante, quizá se refería a por qué debería unirse al CP -si decides unirte al CP,, ascenderás rápidamente, posees un poder uy bueno para obtener información, además, aprendemos buenas técnicas.
No sabía si había resulto sus dudas, pero tras sugerir que nos fuésemos, levanté la cabeza, y asentí con un movimiento casi imperceptible.
Mientras tanto Neo, curaba al camarero para luego mandarlo en búsqueda del almirante, cosa que el hombre hizo sin oponer ninguna queja, su movimiento había mejorado enormemente incluso parecía tener ganas de correr, imaginármelo me hizo sonreír levemente.
Me quedé un momento mirando, mientras todos salían por la puerta, luego hice caso a mi orden, seguir a Neo. Debido al kamisori kempo y a que su cuerpo emitía una extraña luz no me costaba seguirle el ritmo, el frio se colaba por entre mis ropas, llegando a los huesos.
No tenían que preocuparse, yo le seguiría y le cubriría las espaldas, así que no había mucho más que decir. Desenvainé ambas katanas antes de llegar, por si necesitaba usarlas antes de tiempo.
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Asintió levemente cuando Etsu respondió su pregunta.
-Una razón tan válida como cualquier otra. Pero a mí no me interesa especialmente unirme a esa cruzada. Aunque creo que simplemente no sé muy bien qué quiero hacer con mi vida -dijo esbozando una ligera sonrisa sin ni siquiera mirarlo.
Sin más que decir lo dejó al lado de aquella mesa con las armas y se dirigió a la salida. Los gritos del camarero mientras Neo arreglaba su pierna eran estremecedores y quería dejarlos atrás cuanto antes. Neo la observó atentamente por un momento o eso creía. Parecía notar los sentimientos que se desataban bajo su piel incluso mejor que ella. Sunshine abrió la puerta. La desvencijada puerta soltó sus propios chirridos; no parecía que fuera a aguantar mucho más tiempo. Tras dejar el edificio la devolvió a su lugar despacio. Lo estaba viendo todo a cámara lenta y desde fuera otra vez. Quizás su cuerpo todavía no era capaz de librarse del shock por completo.
Neo se dispuso a marchar y cargó a Alice en su propia espalda. "¿Pero qué cojones le pasa a este tipo? Puede que no sea demasiado rápida pero creo que todavía recuerdo cómo caminar." Decidió no resistirse y dejarse llevar. No ganaría nada llevándole la contraria, lo sabía perfectamente. La velocidad que aquel hombre podía alcanzar era impresionante pero hacía que su cara se congelara con el potente viento. Se sentía una marioneta movida de un lado para otro, sin ninguna voluntad; nunca se había sentido tan sola y desamparada. Ahora, su estado de ánimo, cambiante como siempre, había pasado de animación o expectación a una extraña calma. Calma previa a la tormenta que se les venía encima, con grandes nubarrones negros en el frente.
Los finos copos de nieve que caían se derretían apenas tocar su ropa o su piel y alrededor todo era blanco. A medida que se iban acercando se notaba la tensión aumentar, incluso la crispación de Neo se notaba en su espalda, aunque la controlaba bien. La experiencia de otras misiones, supuso. En aquellos momentos lamentaba ser una carga para él y le agradecía que la llevara.
-He recuperado alguna de las fuerzas que me faltaban. Me haré invisible, así, si ves enemigos puedes dejarme atrás que no me verán ni te estorbaré. Yo me las podré arreglar si se da el caso -dijo en tono más optimista de lo que debería.
A medida que se acercaban a la base algunas figuras aparecieron, pero apenas se apreciaban con aquella ventisca. ¿Aliados? ¿Enemigos?
-Una razón tan válida como cualquier otra. Pero a mí no me interesa especialmente unirme a esa cruzada. Aunque creo que simplemente no sé muy bien qué quiero hacer con mi vida -dijo esbozando una ligera sonrisa sin ni siquiera mirarlo.
Sin más que decir lo dejó al lado de aquella mesa con las armas y se dirigió a la salida. Los gritos del camarero mientras Neo arreglaba su pierna eran estremecedores y quería dejarlos atrás cuanto antes. Neo la observó atentamente por un momento o eso creía. Parecía notar los sentimientos que se desataban bajo su piel incluso mejor que ella. Sunshine abrió la puerta. La desvencijada puerta soltó sus propios chirridos; no parecía que fuera a aguantar mucho más tiempo. Tras dejar el edificio la devolvió a su lugar despacio. Lo estaba viendo todo a cámara lenta y desde fuera otra vez. Quizás su cuerpo todavía no era capaz de librarse del shock por completo.
Neo se dispuso a marchar y cargó a Alice en su propia espalda. "¿Pero qué cojones le pasa a este tipo? Puede que no sea demasiado rápida pero creo que todavía recuerdo cómo caminar." Decidió no resistirse y dejarse llevar. No ganaría nada llevándole la contraria, lo sabía perfectamente. La velocidad que aquel hombre podía alcanzar era impresionante pero hacía que su cara se congelara con el potente viento. Se sentía una marioneta movida de un lado para otro, sin ninguna voluntad; nunca se había sentido tan sola y desamparada. Ahora, su estado de ánimo, cambiante como siempre, había pasado de animación o expectación a una extraña calma. Calma previa a la tormenta que se les venía encima, con grandes nubarrones negros en el frente.
Los finos copos de nieve que caían se derretían apenas tocar su ropa o su piel y alrededor todo era blanco. A medida que se iban acercando se notaba la tensión aumentar, incluso la crispación de Neo se notaba en su espalda, aunque la controlaba bien. La experiencia de otras misiones, supuso. En aquellos momentos lamentaba ser una carga para él y le agradecía que la llevara.
-He recuperado alguna de las fuerzas que me faltaban. Me haré invisible, así, si ves enemigos puedes dejarme atrás que no me verán ni te estorbaré. Yo me las podré arreglar si se da el caso -dijo en tono más optimista de lo que debería.
A medida que se acercaban a la base algunas figuras aparecieron, pero apenas se apreciaban con aquella ventisca. ¿Aliados? ¿Enemigos?
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“Esta ventisca es más agresiva de lo que había predicho” pensaba conforme avanzaba a gran velocidad con mi kanmuru, hace mucho tiempo que no me había enfrentado ante una situación como esta. Sentía el viento como una filosa navaja que me cortaba parte la piel, pero no sangraba, sino que perdía la sensibilidad en esa parte. Ya faltaba poco para llegar, no me podía detener.
-Gracias por querer ser de ayuda. Tendré en cuenta lo que dijiste- le respondí, el tono optimista con lo que dijo me afecto de manera positiva, al momento de la pelea no me tendría que preocupar demasiado en su salud. Ya estábamos llegando, y cada vez que avanzaba sentía unas cuantas auras al frente de nosotros.
-Dispárenles- grito una de las personas que se encontraban en frente de nosotros, abriendo fuego contra nosotros. Esquivaba las balas haciéndome de un lado a otro, en un claro movimiento en zigzag, Parecía un tiro al blanco, siendo nosotros el objetivo. Sunshine no tardó en responder, sacando dos pistolas y poniéndolas a trabajar, escupiendo pequeñas piezas de metal que alcanzaban a una velocidad impresionante a los enemigos, sin embargo, su puntería no era precisa como otros días, la ventisca le tapaba la visibilidad y la velocidad en la que se encontraba lo desestabilizaba.
Tenía que ser más rápido, atrás de esos hombres estaba la entrada a la base revolucionaria y nuestra única entrada disponible si es que queríamos actuar conforme al plan. “necesito ser más rápido” pensé, la velocidad del kanmuru era igualitaria al soru, pero aun así los hombres me podían ver por la luz que desprendía y la ventisca era más una enemiga que aliada, apenas y podía reconocer los sonidos de los disparos para esquivarlos, no me sorprende que unos cuantos me rozaran la cara, brazos y piernas.
-Soru- susurre y salí impulsado, dejando ver un trueno que se alargaba conforme avanzaba, como si fuera la cola de un animal. No tuvieron tiempo de reaccionar, ni menos en poder darme, mis movimientos eran muy rápidos e impredecibles para un humano normal sin haki. Salte un poco hacia adelante, llegando a la trinchera de los enemigos quienes exponían un aura de asombro y a la vez miedo. No pude frenar a tiempo, por lo que salte de nuevo, esta vez aterrizando encima de un soldado y usándolo como si fuera una tabla, pisándole la cabeza y la espalda y así frenando mi avance, dejando una línea de sangre que manchaba de color carmesí la nieve que en cuestión de segundos desaparecía el rastro debajo de las ráfagas de aire helado que atraían la nieve.
Sunshine habia llegado unos segundos después, disparando a todos los hombres que le disparaban, ahora se volvió más certero con cada uno de sus disparos. Con la tormenta apenas podía contra los hombres que cuidaban la entrada, cerca de unos 20 hombres y 5 gyojins, y lo único en lo que se le podía diferenciar en ese momento eran las auras que contorneaban el cuerpo.
-La entrada a la base está a tu derecha, entra y espéranos- le indique a Alice bajándola de mi espalda, acto seguido detuve el Kanmuru, dejando el brillo de estrella que me exponía y comencé con la masacre hacia esos infortunados soldados.
-Gracias por querer ser de ayuda. Tendré en cuenta lo que dijiste- le respondí, el tono optimista con lo que dijo me afecto de manera positiva, al momento de la pelea no me tendría que preocupar demasiado en su salud. Ya estábamos llegando, y cada vez que avanzaba sentía unas cuantas auras al frente de nosotros.
-Dispárenles- grito una de las personas que se encontraban en frente de nosotros, abriendo fuego contra nosotros. Esquivaba las balas haciéndome de un lado a otro, en un claro movimiento en zigzag, Parecía un tiro al blanco, siendo nosotros el objetivo. Sunshine no tardó en responder, sacando dos pistolas y poniéndolas a trabajar, escupiendo pequeñas piezas de metal que alcanzaban a una velocidad impresionante a los enemigos, sin embargo, su puntería no era precisa como otros días, la ventisca le tapaba la visibilidad y la velocidad en la que se encontraba lo desestabilizaba.
Tenía que ser más rápido, atrás de esos hombres estaba la entrada a la base revolucionaria y nuestra única entrada disponible si es que queríamos actuar conforme al plan. “necesito ser más rápido” pensé, la velocidad del kanmuru era igualitaria al soru, pero aun así los hombres me podían ver por la luz que desprendía y la ventisca era más una enemiga que aliada, apenas y podía reconocer los sonidos de los disparos para esquivarlos, no me sorprende que unos cuantos me rozaran la cara, brazos y piernas.
-Soru- susurre y salí impulsado, dejando ver un trueno que se alargaba conforme avanzaba, como si fuera la cola de un animal. No tuvieron tiempo de reaccionar, ni menos en poder darme, mis movimientos eran muy rápidos e impredecibles para un humano normal sin haki. Salte un poco hacia adelante, llegando a la trinchera de los enemigos quienes exponían un aura de asombro y a la vez miedo. No pude frenar a tiempo, por lo que salte de nuevo, esta vez aterrizando encima de un soldado y usándolo como si fuera una tabla, pisándole la cabeza y la espalda y así frenando mi avance, dejando una línea de sangre que manchaba de color carmesí la nieve que en cuestión de segundos desaparecía el rastro debajo de las ráfagas de aire helado que atraían la nieve.
Sunshine habia llegado unos segundos después, disparando a todos los hombres que le disparaban, ahora se volvió más certero con cada uno de sus disparos. Con la tormenta apenas podía contra los hombres que cuidaban la entrada, cerca de unos 20 hombres y 5 gyojins, y lo único en lo que se le podía diferenciar en ese momento eran las auras que contorneaban el cuerpo.
-La entrada a la base está a tu derecha, entra y espéranos- le indique a Alice bajándola de mi espalda, acto seguido detuve el Kanmuru, dejando el brillo de estrella que me exponía y comencé con la masacre hacia esos infortunados soldados.
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Avancé rápidamente tras la luz que Neo desprendía. Todo iba perfecto hasta que vi como se movía para esquivar un proyectil, que yo tuve que evadir con un movimiento similar. Nos encontrábamos en medio de lo que parecía ser un tiroteo. No podía ver mucho de lo que pasaba desde aquella distancia. Por lo que evadiendo las balas con kamisori kenpo y recurriendo a kami-e kempo para evadirlas con mayor facilidad me acerqué a uno de las personas que allí había. Desenvainé ambas armas y clavé la de la derecha en el cuerpo del hombre, el cual calló sin vida. Moví la otra espada en un amplio arco el cual estalló en llamas que finalmente tornaron la forma de un dragón, el cual se dirigió hacia tres hombres que estaban juntos, los cuales se llevaron todo el impacto.
Seguí moviéndome y clavé la espada en el vientre de uno de los gyojines, el cual parecía cargar un bazoka. Al caer el arma se disparó, llegando el proyectil hasta otro pequeño grupo de cinco personas, el cual saltó por los aires. Me moví hacia la derecha para esquivar un brazo amputado que pasó junto a mi oreja izquierda. La situación estaba empezando a agravarse, si llamábamos la atención allí fuera, sería difícil adentrarse sin ser descubiertos. Ojala no hubiese nade con un den-den mushi para alertar de nuestra llegada.
-Venga, terminemos rápido –dije alzando la voz para hacerme oír entre el jolgorio -destruid cualquier den-den mushi que encontréis.
Volví a moverme para darle una patada a uno de los humanos que se dirigía hacia mí con una alabarda. A la vez que golpeaba usé el rankyakku para atravesar a aquel hombre y cercenar el brazo de otro que venía detrás. Luego salté agarrando la cabeza del hombre sin brazo y se la empotré contra el suelo. Me había deshecho de un gyojin y de once hombres. Esperaba que los demás pudiesen hacerse cargo de los otros con la misma facilidad.
Seguí moviéndome y clavé la espada en el vientre de uno de los gyojines, el cual parecía cargar un bazoka. Al caer el arma se disparó, llegando el proyectil hasta otro pequeño grupo de cinco personas, el cual saltó por los aires. Me moví hacia la derecha para esquivar un brazo amputado que pasó junto a mi oreja izquierda. La situación estaba empezando a agravarse, si llamábamos la atención allí fuera, sería difícil adentrarse sin ser descubiertos. Ojala no hubiese nade con un den-den mushi para alertar de nuestra llegada.
-Venga, terminemos rápido –dije alzando la voz para hacerme oír entre el jolgorio -destruid cualquier den-den mushi que encontréis.
Volví a moverme para darle una patada a uno de los humanos que se dirigía hacia mí con una alabarda. A la vez que golpeaba usé el rankyakku para atravesar a aquel hombre y cercenar el brazo de otro que venía detrás. Luego salté agarrando la cabeza del hombre sin brazo y se la empotré contra el suelo. Me había deshecho de un gyojin y de once hombres. Esperaba que los demás pudiesen hacerse cargo de los otros con la misma facilidad.
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Las ráfagas de balas que trataban de acertar en sus cuerpos superaron a las de fuerte viento. No podía ver casi nada, antes sus ojos sólo aparecían las ya mencionadas figuras negras. Se sentía indefensa, pero no debía amedrentarse. Cerró con fuerza los ojos cuando una bala pasó demasiado cerca de su cabeza aunque al mismo tiempo intentó no agarrarse con más fuerza a Neo. Aquello podría ser la perdición de ambos.
Antes de que pudiera darme de cuenta alguien contraatacaba los disparos con más balas. ¿Era Sunshine? Seguía sin poder ver gran cosa. El CP la descargó de su espalda y ella susurró un "gracias" apenas audible entre el ruido que causaban las armas. Ya era hora de hacer algo de provecho, aunque él parecía querer alejarla del foco de atención. Lo entendía, no podía moverse a tal velocidad. Miró a su alrededor, una, dos, tres veces con la mano a modo de visera intentando taparse los ojos. No importaba, la nieve o lo que fuera aquello, se le metía en los ojos, en la ropa y la congelaba. Cosas que pasan.
Sí, sí, derecha. Tomó la precaución de "desaparecer" de golpe. Afortunadamente la nieve en casi todas partes se derretía nada más tocar el suelo. Sus huellas no la delatarían y si la delataban... bueno, quizás no podría seguir evitando la lucha. Por qué tenía que haberse quedado atrapada en fuego cruzado... Maldita nieve que se le metía en la boca, la nariz y los ojos, maldita batalla, maldita Tequila Wolf. Hasta las narices estaba. Si salía de esa montaría una fiesta. Se ocultó en la entrada de la base sin volverse visible, como esperando que alguna bestia que habitara la caverna saliera a por su presa. Nada. Parecía que se habían quedado dentro o salido del todo fuera, nada de intermedios. Se apoyó contra una pared y observó como luchaban sin ver apenas nada.
Trató de mirarse la mano para comprobar su transparencia. No fue capaz de verla así que todo estaba bien. O no. Hmmmmm. No sabía cómo funcionaba aquella entrada. Pero juraría que había alguien a su espalda.
Antes de que pudiera darme de cuenta alguien contraatacaba los disparos con más balas. ¿Era Sunshine? Seguía sin poder ver gran cosa. El CP la descargó de su espalda y ella susurró un "gracias" apenas audible entre el ruido que causaban las armas. Ya era hora de hacer algo de provecho, aunque él parecía querer alejarla del foco de atención. Lo entendía, no podía moverse a tal velocidad. Miró a su alrededor, una, dos, tres veces con la mano a modo de visera intentando taparse los ojos. No importaba, la nieve o lo que fuera aquello, se le metía en los ojos, en la ropa y la congelaba. Cosas que pasan.
Sí, sí, derecha. Tomó la precaución de "desaparecer" de golpe. Afortunadamente la nieve en casi todas partes se derretía nada más tocar el suelo. Sus huellas no la delatarían y si la delataban... bueno, quizás no podría seguir evitando la lucha. Por qué tenía que haberse quedado atrapada en fuego cruzado... Maldita nieve que se le metía en la boca, la nariz y los ojos, maldita batalla, maldita Tequila Wolf. Hasta las narices estaba. Si salía de esa montaría una fiesta. Se ocultó en la entrada de la base sin volverse visible, como esperando que alguna bestia que habitara la caverna saliera a por su presa. Nada. Parecía que se habían quedado dentro o salido del todo fuera, nada de intermedios. Se apoyó contra una pared y observó como luchaban sin ver apenas nada.
Trató de mirarse la mano para comprobar su transparencia. No fue capaz de verla así que todo estaba bien. O no. Hmmmmm. No sabía cómo funcionaba aquella entrada. Pero juraría que había alguien a su espalda.
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Akuma no mi
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Pobres soldados que solamente cumplían su deber, antes cuidaban la entrada de los intrusos y personas con malas intenciones, ahora tapizaban el suelo con sus cuerpos, pintando la nieve de color carmesí. Giraba y avanzaba con la guadaña en mano, cortando a todo aquel que se atreviera a enfrentarme. 1, 2, 3, 4, 5 cuerpos humanos conté antes de que un Gyojin detuviera mi danza con dos espadas, era muy fuerte, nos quedamos por unos segundos, empujando simultáneamente las armas cruzadas para aprovechar la deficiencia de fuerza física, sin embargo, ninguno cedió. Otro Gyojin me ataco con una lanza por la espalda, por lo que salte y use el Geppo para agarrar más distancia, posicionándome en las espaldas del Gyojin con dos espadas.
El clima seguía empeorando cada momento, si no fuera por mi akuma no mi, mis sentidos desarrollados y mi haki de observación no estaría vivo, ni siquiera viviría en estos momentos. Gritos, dolor, sangre por todas partes, aunque no podía verla sabía que estaba ahí, el olor lo delataba como la comida caliente y preparada del chef en el barco después de una larga jornada de trabajo, y de pronto una explosión. Una clara y ruidosa explosión que, si no fuera por la ventisca, hubiera alertado a todas las personas de la base, no obstante, me dio la oportunidad de matar a los dos Gyojines que estaban desorientados por aquella explosión cercana.
Dos cabezas salieron volando, del filo de la guadaña se derramaba la sangre, gota por gota, los cuerpos sin vida sacaban sangre como fuentes, machando lo que quedaba de color blanco y puro de la nieve. Escuche la voz de Etsu entre la tormenta, pero no lo entendía completamente, pero tenía algo que ver con los Den Den Mushis, lo pensé por un momento y deduje lo que quería decir ante la situación en la que nos encontrábamos. Con la base de la guadaña aplastaba los Den Den Mushis de los soldados que mate, esperaba que Sunshine también le hubiera entendido.
No dudaba sobre matar revolucionarios, me cuestionaba sobre quien tendría la razón, seguía la idea sobre la justicia absoluta, pero, tal vez el gobierno esté completamente infectado por la corrupción que este en diferente bando, tal vez… que estupideces estoy diciendo, este no es el momento de dudar sobre el bando en el que estoy, tengo que matar a aquellos que amenazan las vidas de los inocentes, y vengar a la única persona que me cuidó y amó.
Sin importar la situación, Sunshine acabo con los demás rápidamente, sin perder un momento sacaba el corazón de todos con la ayuda de su Soru, esto solamente lo hacía cuando sus enemigos no eran los suficientemente fuertes para entretenerlo.
-Muy bien, ahora vayámonos antes de…- dijo antes de ser interrumpido por un Den Den Mushi, y por suerte de todos era el de él.
-Que paso… ok… si, ya estamos en la entrada… no te tardes, no quiero llevarme la diversión…- dijo y colgó, por un momento me sorprendí, tenía la impresión de que el enemigo había hecho contacto.
Los cañonazos empezaron, sobrepasando el sonido de la tormenta, los impactos se hacían presentes y los gritos de los heridos apenas se hacían audibles, la operación había empezado, no podemos perder más tiempo, pero, una presencia poderosa como imponente aparecía en la entrada de la base.
El aura del enemigo estaba calmada, y aun así se mostraba demasiado peligrosa como para que Etsu y yo nos hiciéramos cargo de ella, si era el que pensaba estábamos en serios problemas, pero a la vez nos había facilitado el trabajo de buscarlo.
-Así que ya llegaron, esperaba recibirlos un poco más tarde, pero al parecer mis peones han fallado en su tarea- menciono y una pequeña luz se prendía acompañado por un pequeño aspiro para acto seguido sacar el humo del objeto que estaba fumando, -como dicen: si quieres que algo salga bien, hazlo tú mismo- dijo para acto seguido salir disparado en contra de Sunshine, chocando su espada con las dos pistolas que tenía Sunshine.
-Vayan por los generales, este hijo de puta es mío- grito Sunshine mientras repartía golpes y golpes cargados con haki contra el comandante. Combatían a una velocidad y fuerza sorprendentes, el choque de los hakis se escuchaban por todo el área como el choque de dos titanes, pero bien sabía que la fuerza de mi compañero no era suficiente para tal enfrentamiento, solamente quedaba esperar a que Twilight haga su aparición para asistir en la pelea.
Por otro lado, esperaba que Alice fuera ignorada por el comandante como nosotros, no podía detectarla con mi poder, el clima me lo impedía, y si utilizaba su poder de hacerse invisible, era casi imposible que la detecte.
-Vamos Etsu, faltan dos condenados- le grite y me dirigí rápidamente a la entrada, si el jefe está aquí, entonces nos estarán esperando armados hasta los dientes, sería una bienvenida un poco agresiva. Me dirigí a la entraba para que mis sospechas fueran ciertas, tenía mis esperanzas en eso, no me calmaría si una persona inocente muere por mi culpa.
El clima seguía empeorando cada momento, si no fuera por mi akuma no mi, mis sentidos desarrollados y mi haki de observación no estaría vivo, ni siquiera viviría en estos momentos. Gritos, dolor, sangre por todas partes, aunque no podía verla sabía que estaba ahí, el olor lo delataba como la comida caliente y preparada del chef en el barco después de una larga jornada de trabajo, y de pronto una explosión. Una clara y ruidosa explosión que, si no fuera por la ventisca, hubiera alertado a todas las personas de la base, no obstante, me dio la oportunidad de matar a los dos Gyojines que estaban desorientados por aquella explosión cercana.
Dos cabezas salieron volando, del filo de la guadaña se derramaba la sangre, gota por gota, los cuerpos sin vida sacaban sangre como fuentes, machando lo que quedaba de color blanco y puro de la nieve. Escuche la voz de Etsu entre la tormenta, pero no lo entendía completamente, pero tenía algo que ver con los Den Den Mushis, lo pensé por un momento y deduje lo que quería decir ante la situación en la que nos encontrábamos. Con la base de la guadaña aplastaba los Den Den Mushis de los soldados que mate, esperaba que Sunshine también le hubiera entendido.
No dudaba sobre matar revolucionarios, me cuestionaba sobre quien tendría la razón, seguía la idea sobre la justicia absoluta, pero, tal vez el gobierno esté completamente infectado por la corrupción que este en diferente bando, tal vez… que estupideces estoy diciendo, este no es el momento de dudar sobre el bando en el que estoy, tengo que matar a aquellos que amenazan las vidas de los inocentes, y vengar a la única persona que me cuidó y amó.
Sin importar la situación, Sunshine acabo con los demás rápidamente, sin perder un momento sacaba el corazón de todos con la ayuda de su Soru, esto solamente lo hacía cuando sus enemigos no eran los suficientemente fuertes para entretenerlo.
-Muy bien, ahora vayámonos antes de…- dijo antes de ser interrumpido por un Den Den Mushi, y por suerte de todos era el de él.
-Que paso… ok… si, ya estamos en la entrada… no te tardes, no quiero llevarme la diversión…- dijo y colgó, por un momento me sorprendí, tenía la impresión de que el enemigo había hecho contacto.
Los cañonazos empezaron, sobrepasando el sonido de la tormenta, los impactos se hacían presentes y los gritos de los heridos apenas se hacían audibles, la operación había empezado, no podemos perder más tiempo, pero, una presencia poderosa como imponente aparecía en la entrada de la base.
El aura del enemigo estaba calmada, y aun así se mostraba demasiado peligrosa como para que Etsu y yo nos hiciéramos cargo de ella, si era el que pensaba estábamos en serios problemas, pero a la vez nos había facilitado el trabajo de buscarlo.
-Así que ya llegaron, esperaba recibirlos un poco más tarde, pero al parecer mis peones han fallado en su tarea- menciono y una pequeña luz se prendía acompañado por un pequeño aspiro para acto seguido sacar el humo del objeto que estaba fumando, -como dicen: si quieres que algo salga bien, hazlo tú mismo- dijo para acto seguido salir disparado en contra de Sunshine, chocando su espada con las dos pistolas que tenía Sunshine.
-Vayan por los generales, este hijo de puta es mío- grito Sunshine mientras repartía golpes y golpes cargados con haki contra el comandante. Combatían a una velocidad y fuerza sorprendentes, el choque de los hakis se escuchaban por todo el área como el choque de dos titanes, pero bien sabía que la fuerza de mi compañero no era suficiente para tal enfrentamiento, solamente quedaba esperar a que Twilight haga su aparición para asistir en la pelea.
Por otro lado, esperaba que Alice fuera ignorada por el comandante como nosotros, no podía detectarla con mi poder, el clima me lo impedía, y si utilizaba su poder de hacerse invisible, era casi imposible que la detecte.
-Vamos Etsu, faltan dos condenados- le grite y me dirigí rápidamente a la entrada, si el jefe está aquí, entonces nos estarán esperando armados hasta los dientes, sería una bienvenida un poco agresiva. Me dirigí a la entraba para que mis sospechas fueran ciertas, tenía mis esperanzas en eso, no me calmaría si una persona inocente muere por mi culpa.
Etsu
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Todo seguía confuso, entre la ventisca, los ruidos del combate y la sangre esparcida por la blanca nieve, aquello recordaba a una batalla que llevara días desarrollándose. Sin embargo no era así, a penas llevábamos unos minutos, todos los presentes excepto la civil, que debió recurrir a su poder de la akuma, estábamos dando lo nuestro por seguir adelante y tras un rato, la situación pareció mejorar. Un Den-Den Mushi sonó y el que lo portaba respondió a él, el sonido de la guerra había comenzado. Los cañones sonaban sobre el sonido de la ventisca u Sunshine nos dijo que avanzásemos, que él se encargaría del enemigo que acababa de llegar.
Neo me dijo que solo faltaban dos mas, así que lo seguí por la entrada. Era un lugar tenuemente iluminado, un pasillo un poco descendente y mugroso. Costaba horrores moverse por él, pero conforme avanzaba pareció ir mejorando la iluminación, al final del pasillo había una puerta de metal con una pequeña ventana circular. La luz procedía de la sala de enfrente.
Era blanca, como las que se usan en los quirófanos lo que daba un cierto aspecto fantasmal a mi piel, una extraña sensación empezaba a recorrerme la espalda y a hacer presión en mi estómago. La luz me había cegado momentáneamente, coloqué la mano sobre el pomo y miré hacia atrás para localizar a Neo, pero mis ojos veían mal, por lo que no tuve éxito. Sin embargo, eso no hizo que me guardase para mi lo que sentía, sino que dije lo que tenía que decir.
-Veamos lo que nos depara dentro -musité intentando parecer tranquilo -cuando estés preparado abro, me quedo con el que esté más alejado de nosotros.
Dicho esto miré de nuevo hacia atrás, esperando que mi vista se aclarase lo suficiente como para distinguir un asentimiento con la cabeza o alguna otra señal que denotase su conformidad o inconformidad.
Neo me dijo que solo faltaban dos mas, así que lo seguí por la entrada. Era un lugar tenuemente iluminado, un pasillo un poco descendente y mugroso. Costaba horrores moverse por él, pero conforme avanzaba pareció ir mejorando la iluminación, al final del pasillo había una puerta de metal con una pequeña ventana circular. La luz procedía de la sala de enfrente.
Era blanca, como las que se usan en los quirófanos lo que daba un cierto aspecto fantasmal a mi piel, una extraña sensación empezaba a recorrerme la espalda y a hacer presión en mi estómago. La luz me había cegado momentáneamente, coloqué la mano sobre el pomo y miré hacia atrás para localizar a Neo, pero mis ojos veían mal, por lo que no tuve éxito. Sin embargo, eso no hizo que me guardase para mi lo que sentía, sino que dije lo que tenía que decir.
-Veamos lo que nos depara dentro -musité intentando parecer tranquilo -cuando estés preparado abro, me quedo con el que esté más alejado de nosotros.
Dicho esto miré de nuevo hacia atrás, esperando que mi vista se aclarase lo suficiente como para distinguir un asentimiento con la cabeza o alguna otra señal que denotase su conformidad o inconformidad.
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Alice asomaba la cabeza fuera de la entrada al túnel, en la ventisca al tiempo que apoyaba las manos en el borde de la pared. Como si en realidad temiera que la vieran. Se llevó una mano a la frente. Dios, aquello era tan estúpido. Se volvió hacia atrás despacio. No sabía por qué pero había creído que alguien se encontraba tras ella. Lo cierto era que allí no podía ver nada, excepto sus armas en en suelo. Si ella podía transparentarse con su ropa y algunas cosas siempre que estuvieran en contacto con la piel, ¿no podía haber una manera de transparentar también otros objetos?
Afuera se oían gritos y gemidos de menor magnitud provenientes del fragor de la batalla (o masacre, según como se viera) que los CPs protagonizaban. Podían distinguirse vagamente un montón de cuerpos sin vida o a punto de perderla, con la sangre saliendo a borbotones de sus venas. Perdían el calor a marchas forzada entre una nieve ya rojiza.
Oyó, porque tampoco es que se viera demasiado, como unos individuos se dirigían hacia ella. "Sigh." Sólo eran Etsu y Neo, que parecían avanzar en el plan. Se encogió contra la pared. ¿No la habían notado? Quizás estaba un poco débil de más y la tormenta los hacía un poco más vulnerable a todos. Cuando ya se habían alejado un tanto se hizo visible y empezó a caminar por el túnel manteniendo las distancias con ellos. Intentaba aguzar el oído y miraba de vez en cuando hacia atrás, vigilando que nadie entrara en el túnel y la sorprendiese por la espalda.
El pasillo se iba estrechando a medida que se acercaban a su destino. Las paredes de cemento rezumantes de humedad empezaban a ser cada vez más claustrofóbicas. Y al final, una puerta blanca como de hospital? Esperó expectante a que abrieran la puerta y se lanzaran al ataque. A su espalda oía unos ligeros susurros y ruidos como de pasos. Se volvió hacia aquella dirección esperando a quien quiera que viniera.
Afuera se oían gritos y gemidos de menor magnitud provenientes del fragor de la batalla (o masacre, según como se viera) que los CPs protagonizaban. Podían distinguirse vagamente un montón de cuerpos sin vida o a punto de perderla, con la sangre saliendo a borbotones de sus venas. Perdían el calor a marchas forzada entre una nieve ya rojiza.
Oyó, porque tampoco es que se viera demasiado, como unos individuos se dirigían hacia ella. "Sigh." Sólo eran Etsu y Neo, que parecían avanzar en el plan. Se encogió contra la pared. ¿No la habían notado? Quizás estaba un poco débil de más y la tormenta los hacía un poco más vulnerable a todos. Cuando ya se habían alejado un tanto se hizo visible y empezó a caminar por el túnel manteniendo las distancias con ellos. Intentaba aguzar el oído y miraba de vez en cuando hacia atrás, vigilando que nadie entrara en el túnel y la sorprendiese por la espalda.
El pasillo se iba estrechando a medida que se acercaban a su destino. Las paredes de cemento rezumantes de humedad empezaban a ser cada vez más claustrofóbicas. Y al final, una puerta blanca como de hospital? Esperó expectante a que abrieran la puerta y se lanzaran al ataque. A su espalda oía unos ligeros susurros y ruidos como de pasos. Se volvió hacia aquella dirección esperando a quien quiera que viniera.
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Sentía su aura transparente, me sentí aliviado sabiendo que Alice estaba a salvo y que el comandante no la atacara, pero aún estaba preocupado por su salud, tenía que quedarse en la entrada mientras que estaba invisible para que descansara, pero nos siguió, haciéndose visible de nuevo. Parecía precavida, tal vez era el miedo de que alguien llegara y nos atacara por la espalda, pero eso no iba a pasar, no con dos monstruos combatiendo en la ventisca, tratando de quitarse la vida.
El pasillo se estrechaba conforme avanzábamos, no era muy cómodo moverse, más bien era horrible, pero el calor aumentaba cada vez que caminábamos, y dos auras nos estaban esperando atrás de lo que sentía una puerta, estaba preparado para el combate, -Alice, quédate atrás, los enemigos que nos vamos a enfrentar son diferentes a los anteriores- le dije, pensando en su salud.
-Acabemos con esto Etsu- le dije con determinación, esto iba a acabar ya. De pronto sentí unas auras acercándose atrás de nosotros, susurrando mientras que sus pasos hacían eco, “¿Quiénes demonios son?” me preguntaba, pero la pregunta se iba a contestar sola.
-¡Muerte al gobierno!- mencionaron dos hombres al unísono, y se escuchó un clic y seguido de eso una explosión. Con mi soru le agarre la mano a Alice y abrí la puerta de un golpe llevándome a Etsu de paso, choque mis palmas, juntándolas y rápidamente las puse en el suelo.
- ¡Kaminari no sākuru!- grite y alrededor de nosotros se creó un circulo de relámpagos alrededor de nosotros, salvándonos del fuego que avanzaba rápidamente por el pasillo, todo el camino estaba infestado por el fuego, si no hubiera invocado el circulo, ahora estaríamos quemados o algo peor. No podía creer que esos hombres cometerían suicidio para evitar que entráramos… o más bien que nos retiremos.
-Así que nuestro plan funciono, ¿verdad Gold?-
-Así es Silver, ahora lo único que falta es que los matemos para completar nuestro acometido- dijo, ellos eran los generales revolucionarios, nuestro objetivos parecían ya saber el plan desde el principio, pero eso era bueno, nos ahorraría mucho tiempo y energía.
-Me avisas cuando estés listo Etsu, son muy fuertes para que te enfrentes a ellos solo- le dije, sus auras de hostilidad se expandían por todo el cuarto que, analizándolo bien, era un gran cuarto donde se podía combatir sin ningún problema, éramos tres contra dos, sin embargo, solo podía utilizar tres técnicas relacionadas con la electricidad y Alice estaba débil, la ventaja lo tenían ellos.
El pasillo se estrechaba conforme avanzábamos, no era muy cómodo moverse, más bien era horrible, pero el calor aumentaba cada vez que caminábamos, y dos auras nos estaban esperando atrás de lo que sentía una puerta, estaba preparado para el combate, -Alice, quédate atrás, los enemigos que nos vamos a enfrentar son diferentes a los anteriores- le dije, pensando en su salud.
-Acabemos con esto Etsu- le dije con determinación, esto iba a acabar ya. De pronto sentí unas auras acercándose atrás de nosotros, susurrando mientras que sus pasos hacían eco, “¿Quiénes demonios son?” me preguntaba, pero la pregunta se iba a contestar sola.
-¡Muerte al gobierno!- mencionaron dos hombres al unísono, y se escuchó un clic y seguido de eso una explosión. Con mi soru le agarre la mano a Alice y abrí la puerta de un golpe llevándome a Etsu de paso, choque mis palmas, juntándolas y rápidamente las puse en el suelo.
- ¡Kaminari no sākuru!- grite y alrededor de nosotros se creó un circulo de relámpagos alrededor de nosotros, salvándonos del fuego que avanzaba rápidamente por el pasillo, todo el camino estaba infestado por el fuego, si no hubiera invocado el circulo, ahora estaríamos quemados o algo peor. No podía creer que esos hombres cometerían suicidio para evitar que entráramos… o más bien que nos retiremos.
-Así que nuestro plan funciono, ¿verdad Gold?-
-Así es Silver, ahora lo único que falta es que los matemos para completar nuestro acometido- dijo, ellos eran los generales revolucionarios, nuestro objetivos parecían ya saber el plan desde el principio, pero eso era bueno, nos ahorraría mucho tiempo y energía.
-Me avisas cuando estés listo Etsu, son muy fuertes para que te enfrentes a ellos solo- le dije, sus auras de hostilidad se expandían por todo el cuarto que, analizándolo bien, era un gran cuarto donde se podía combatir sin ningún problema, éramos tres contra dos, sin embargo, solo podía utilizar tres técnicas relacionadas con la electricidad y Alice estaba débil, la ventaja lo tenían ellos.
- nicel de los enemigos:
Gold- nivel 50 (haki de observación y armadura nivel 2)
Silver- nivel 45 (haki de observación y armadura nivel 2)
Al enemigo quien elijas lo controlaras, de todas maneras es un NCP :d
Ya va a ser el final, solamente otros dos post cada uno y terminamos. Ya que estamos aquí, quisiera darles las gracias por rolear con ustedes y tal vez nos encontremos en un futuro... eso o en el capitulo :d
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Neo se dio cuenta de la presencia de Alice, me sorprendió bastante, yo ni me había percatado. Me sentí un poco avergonzado, pero continué con lo mío, pensando una buena estrategia. Pero eso no me llevó a nada, de hecho, casi me mata. Si no hubiese sido por los reflejos de Neo, estaríamos muertos, tanto la civil como yo. Se movió rápidamente, con el soru, supuse. Nos agarró a ambos y avanzó con nosotros. Luego tocó el suelo y un círculo eléctrico apareció a nuestro alrededor, protegiéndonos de la explosión.
Nos encontrábamos en la gran sala, dos hombres frente a nosotros, sabía que eran fuerte, lo notaba aunque no podía decir el porqué de ello. Simplemente me moví, con velocidad, usé kamisori, para colocarme tras uno de ellos, Silver, y luego descargué un golpe directo a su nuca. Pero su cabeza ya no estaba allí, había desaparecido, su cuerpo se había flexionado hacia adelante y una oscura patada golpeó contra mi estómago, mandándome a volar.
-Si este es el nivel del CP, ¡dais pena! –dijo Silver con una carcajada -tú, mocoso ciego, pareces el más fuerte. Vamos, ven que te de una paliza…
No le dio tiempo de terminar la frase, evadió de nuevo otro sablazo directo a su hombro derecho, pero yo era más rápido, usando geppou propulsé mi pierna derecha, propinándole una patada en la cara. Pero pareció que había golpeado metal, estaba dura y negra.
-Yo me encargo –dije sin estar muy convencido de ello.
Me alejé un poco, esperando que me siguiera, y efectivamente, así lo hizo. La sala era grande y espaciosa, y sobre todo alta. Pero el techo era de cemento, algo que usaría a mi favor. Ascendí, y me movi por el techo, haciendo crecer pinchos por su superficie. Luego empecé a cortarlos todos, usando rankyaku, y estos empezaron a caer sobre Silver.
Nos encontrábamos en la gran sala, dos hombres frente a nosotros, sabía que eran fuerte, lo notaba aunque no podía decir el porqué de ello. Simplemente me moví, con velocidad, usé kamisori, para colocarme tras uno de ellos, Silver, y luego descargué un golpe directo a su nuca. Pero su cabeza ya no estaba allí, había desaparecido, su cuerpo se había flexionado hacia adelante y una oscura patada golpeó contra mi estómago, mandándome a volar.
-Si este es el nivel del CP, ¡dais pena! –dijo Silver con una carcajada -tú, mocoso ciego, pareces el más fuerte. Vamos, ven que te de una paliza…
No le dio tiempo de terminar la frase, evadió de nuevo otro sablazo directo a su hombro derecho, pero yo era más rápido, usando geppou propulsé mi pierna derecha, propinándole una patada en la cara. Pero pareció que había golpeado metal, estaba dura y negra.
-Yo me encargo –dije sin estar muy convencido de ello.
Me alejé un poco, esperando que me siguiera, y efectivamente, así lo hizo. La sala era grande y espaciosa, y sobre todo alta. Pero el techo era de cemento, algo que usaría a mi favor. Ascendí, y me movi por el techo, haciendo crecer pinchos por su superficie. Luego empecé a cortarlos todos, usando rankyaku, y estos empezaron a caer sobre Silver.
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Pensaba que quizás Neo estaba exagerando, que seguía intentando apartarla de un peligro que no era para tanto. Pero se equivocaba.
En menos tiempo del que su cerebro necesitaba para pensar en sus acciones, unos hombres se acercaron a los tres y provocaron una explosión. ¿Cómo? No era algo que le importara o quizás cabría decir que no era lo que más le importaba. Sólo podía ver desde rojo y naranja hasta amarillo. El fuego parecía querer atraparlos sin remedio.
Pero el CP no parecía dispuesto a rendirse. La cogió por la muñeca y utilizó una técnica para moverse a una velocidad mayor, arrastrándola a ella y también a Etsu para que la explosión no los alcanzara. Viendo que avanzaba demasiado rápido, utilizó parte de su poder para protegerlos de aquella onda expansiva de fuego y destrucción mediante corrientes eléctricas.
Los enemigos serían revolucionarios y probablemente eran los que estaban en ventaja. Ya no era cuestión de que hubiera estado convaleciente hasta hacía unas horas sino que esos hombres estaban muy por encima de su nivel actual. Seguro que ni siquiera serviría si se hiciera transparente, la descubrirían en un segundo. Las emociones de Alice parecían ir en montaña rusa desde hacía un buen rato. ¿Cómo se sentía ahora? Pues inútil. Un estorbo sin más y las ganas de llorar estaban haciendo acto de presencia. Sólo quería irse de allí.
Observó el intercambio de ataques, quedándose en una esquina. Como fuera, desenvainó sus armas. No se iba a lanzar a por ellos pero no se quedaría quieta si se acercaban. Aunque esperaba, aunque sin demasiada fe, que no lo hicieran.
En menos tiempo del que su cerebro necesitaba para pensar en sus acciones, unos hombres se acercaron a los tres y provocaron una explosión. ¿Cómo? No era algo que le importara o quizás cabría decir que no era lo que más le importaba. Sólo podía ver desde rojo y naranja hasta amarillo. El fuego parecía querer atraparlos sin remedio.
Pero el CP no parecía dispuesto a rendirse. La cogió por la muñeca y utilizó una técnica para moverse a una velocidad mayor, arrastrándola a ella y también a Etsu para que la explosión no los alcanzara. Viendo que avanzaba demasiado rápido, utilizó parte de su poder para protegerlos de aquella onda expansiva de fuego y destrucción mediante corrientes eléctricas.
Los enemigos serían revolucionarios y probablemente eran los que estaban en ventaja. Ya no era cuestión de que hubiera estado convaleciente hasta hacía unas horas sino que esos hombres estaban muy por encima de su nivel actual. Seguro que ni siquiera serviría si se hiciera transparente, la descubrirían en un segundo. Las emociones de Alice parecían ir en montaña rusa desde hacía un buen rato. ¿Cómo se sentía ahora? Pues inútil. Un estorbo sin más y las ganas de llorar estaban haciendo acto de presencia. Sólo quería irse de allí.
Observó el intercambio de ataques, quedándose en una esquina. Como fuera, desenvainó sus armas. No se iba a lanzar a por ellos pero no se quedaría quieta si se acercaban. Aunque esperaba, aunque sin demasiada fe, que no lo hicieran.
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Etsu ataco primero, yendo al que tenía el aura más débil de los dos enemigos, sin embargo no le fue nada bien. Al primer ataque que Etsu realizo el hombre llamado Siver lo esquivo, dándole un contraataque que lo mando a volar, no era bueno, dos usuarios de haki, y al parecer más avanzados que el mío. Gold se quedó quieto, parecía tener mucha confianza en su compañero Silver, o hermano si se podría decir. Etsu se fue a un lugar alejado de Alice y yo con el enemigo, tal vez sus ataques eran intensos y no quería herirnos, de una u otra manera, aun no podía liberar mi técnica.
-¿Qué pasa, muy cobarde para atacarme?- pregunto el hombre, no era así, si levantaba la barrera atacaría primero a Alice, así que lo mejor que podía hacer era… ¿espera?, ¿dónde está Alice?, oh, se había ido a una esquina, su aura difundía temor y tristeza, seria por la incapacidad que tenía sobre los enemigos, solamente me estaba esperando a mí, “que demonios, no voy a morir aquí” pensé y libere la barrera.
Al momento de que la barrera desapareció el hombre se puso a lado de mí y con un puñetazo en la cara me mando hacia la pared derecha. Apenas si había tenido tiempo de protegerme con el haki, el dolor que sentía era casi insoportable, si hubiera reaccionado antes habría muerto. De su puño emanaba una energía superior a la mía, ese era el haki avanzado, su puño se sintió frio y duro como el acero, si ese era el caso entonces no podría hacer mucho.
Me levante, aun no era tiempo de usar la técnica de curación, tenía que pensar en los usos de mis técnicas, un movimiento en falso y moriría. Desenfunde mi guadaña y me quite la venda de los ojos, mostrando el color dorado de estos, valdrían mucho en el mercado negro, era una rareza para la sociedad, pero aun así no me importaba, esta lucha debía de tener toda mi atención y recursos.
Amarre la venda en el extremo inferior de la guadaña y agarre el otro extremo de la venda con mi mano izquierda, -control- dije y la guadaña flotaba como si estuviera viva, lo bueno es que aprendí a utilizar esta energía. Ahora faltaba la otra, ¿Cuál podría ser?... ya lo tengo.
-cortante- mencione y extendí mi palma de la mano derecha, la energía se extendió por esta y por la guadaña, haciéndolos monstruosamente filosos. Gold se quedó ahí parado, al parecer él prefería esperar a que su enemigo se prepare para así tener una pelea buena.
-¿Todo listo?, me estoy aburriendo- dijo, asentí con la cabeza y se abalanzo contra mí, yo hice lo mismo. Recibía golpes llenos de haki mientras que el recibía cortadas por parte de mi palma y mi guadaña, ninguno de los dos podía ceder territorio, si alguien bajaba el ritmo moría. Su sangre escurría por todas partes por cada cortada, y mis huesos se escuchaban crujir por cada golpe… era una batalla de resistencia y voluntad, a ver quién se rendía primero.
-¿Qué pasa, muy cobarde para atacarme?- pregunto el hombre, no era así, si levantaba la barrera atacaría primero a Alice, así que lo mejor que podía hacer era… ¿espera?, ¿dónde está Alice?, oh, se había ido a una esquina, su aura difundía temor y tristeza, seria por la incapacidad que tenía sobre los enemigos, solamente me estaba esperando a mí, “que demonios, no voy a morir aquí” pensé y libere la barrera.
Al momento de que la barrera desapareció el hombre se puso a lado de mí y con un puñetazo en la cara me mando hacia la pared derecha. Apenas si había tenido tiempo de protegerme con el haki, el dolor que sentía era casi insoportable, si hubiera reaccionado antes habría muerto. De su puño emanaba una energía superior a la mía, ese era el haki avanzado, su puño se sintió frio y duro como el acero, si ese era el caso entonces no podría hacer mucho.
Me levante, aun no era tiempo de usar la técnica de curación, tenía que pensar en los usos de mis técnicas, un movimiento en falso y moriría. Desenfunde mi guadaña y me quite la venda de los ojos, mostrando el color dorado de estos, valdrían mucho en el mercado negro, era una rareza para la sociedad, pero aun así no me importaba, esta lucha debía de tener toda mi atención y recursos.
Amarre la venda en el extremo inferior de la guadaña y agarre el otro extremo de la venda con mi mano izquierda, -control- dije y la guadaña flotaba como si estuviera viva, lo bueno es que aprendí a utilizar esta energía. Ahora faltaba la otra, ¿Cuál podría ser?... ya lo tengo.
-cortante- mencione y extendí mi palma de la mano derecha, la energía se extendió por esta y por la guadaña, haciéndolos monstruosamente filosos. Gold se quedó ahí parado, al parecer él prefería esperar a que su enemigo se prepare para así tener una pelea buena.
-¿Todo listo?, me estoy aburriendo- dijo, asentí con la cabeza y se abalanzo contra mí, yo hice lo mismo. Recibía golpes llenos de haki mientras que el recibía cortadas por parte de mi palma y mi guadaña, ninguno de los dos podía ceder territorio, si alguien bajaba el ritmo moría. Su sangre escurría por todas partes por cada cortada, y mis huesos se escuchaban crujir por cada golpe… era una batalla de resistencia y voluntad, a ver quién se rendía primero.
Etsu
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Los pinchos caían hacia el cuerpo de aquel, hombre, que estaba negro y ni se inmutaba. Pues los pedazos de cemento se rompían al chocar contra su duro cuerpo. L hombre empezó a moverse de nuevo cuando terminó la lluvia de fragmentos. No hizo nada reseñable, sino mantenerse estático, a la espera de que le atacase. Me moví rápidamente, atacándole con un rankyakku que evadió sin problemas. Me acerqué de nuevo a él, pero estiró el brazo y agarró mi cuello, sonrió con alegría al verme entre sus enormes manos, pero de repente me soltó. Se echó hacia atrás y se agarró el pecho con dolor.
-¡Qué me has hecho! –dijo arrancando una medalla que tenía ahora incrustada en el pecho.
No respondí, simplemente volví a desaparecer de su vista. Lo había herido, y sobre todo desconcentrado, pues dudaba de que pudiese sacar la medalla sin hacerse mucho daño. Mis habilidades eran suficientemente buenas como para permitirme generar pichos a partir de otros. Y en el interior de su cuerpo se encontraba una especie de plateado dorado que lo tenía agarrado por el pecho.
-Veo que te gusta la plata, “silver” –comenté tras su espalda mientras volvía a usar de nuevo las habilidades de mi fruta -no necesito tocarte, así que no te alejes.
Había huido a una distancia prudente de mí pero yo era más rápido, la plata no era un metal demasiado duro, pero sin haki que protegiese su cuerpo, era suficiente. Ahora se había envuelto completamente en haki, volviendo a adquirir el tono negruzco característico. Pero no podría estar así durante mucho tiempo, cuando dejara de usarlo aprovecharía y lo mataría.
-¡Qué me has hecho! –dijo arrancando una medalla que tenía ahora incrustada en el pecho.
No respondí, simplemente volví a desaparecer de su vista. Lo había herido, y sobre todo desconcentrado, pues dudaba de que pudiese sacar la medalla sin hacerse mucho daño. Mis habilidades eran suficientemente buenas como para permitirme generar pichos a partir de otros. Y en el interior de su cuerpo se encontraba una especie de plateado dorado que lo tenía agarrado por el pecho.
-Veo que te gusta la plata, “silver” –comenté tras su espalda mientras volvía a usar de nuevo las habilidades de mi fruta -no necesito tocarte, así que no te alejes.
Había huido a una distancia prudente de mí pero yo era más rápido, la plata no era un metal demasiado duro, pero sin haki que protegiese su cuerpo, era suficiente. Ahora se había envuelto completamente en haki, volviendo a adquirir el tono negruzco característico. Pero no podría estar así durante mucho tiempo, cuando dejara de usarlo aprovecharía y lo mataría.
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Observaba la situación alternando la mirada a un lado y al otro, como si de un partido de tenis se tratara; no podía decidir quien necesitaba más ayuda o quien podía ser un blanco más fácil de los dos. Etsu y Neo eran mucho más fuertes que ella y a pesar de todo estaban pasándolo un tanto mal... Su vista se había ido desenfocando mientras pensaba pero se forzó a enfocar de nuevo para volver a la realidad.
Necesitaba concentrarse y pensar un plan a pesar del poco tiempo que tenía. Notaba la tensión y como sus sentido estaban muy activos. Demasiado activos, no podía evitar fijarse en todo, incluso en las tonterías más pequeñas. Le daba la impresión de que todo transcurría a cámara lenta y los segundos ahora parecían eternos; la mera palabra "segundo" había perdido todo su significado. Afortunadamente, los enemigos no estaban centrados en ella para nada, lo cual le daba una buena oportunidad para atacarlos. Bueno, atacar a uno de ellos.
Neo era la persona que estaba más cerca de ella porque la había cubierto con su barrera y con él su atacante. Recordó lo que había hecho con aquel gyojin, unas hora antes. La sangre, espesa, cayendo por las aberturas que había hecho con sus armas en su piel ligeramente viscosa... A pesar de saber que era necesario, era algo que la torturaría mucho tiempo. Nadie merecía aquello, pero cuando se trataba de su propia supervivencia no dudaba. Al menos no si no había alguien que le importara más que su propia persona. Y ese tipo de gente escaseaba, sin duda.
Se abalanzó sobre la espalda del revolucionario que se cernía sobre Neo, o sobre el cual se cernía Neo, no siempre estaba del todo claro. ¿Gold se llamaba? Menudo nombre o apodo o lo que fuera. ¿Estaba siendo muy suicida? No podía seguir allí parada sin hacer nada, era normal. Tal y como había hecho anteriormente trató de clavarse con las cuatro katanas en el hombre, a modo de lo que se suponía que era una mantis pero en realidad se parecía más a una garrapata. Pareció pillarlo por sorpresa y debería haberle hecho mucho daño pero todavía seguía en pie. Echó los brazos hacia atrás para agarrarla y la tiró contra una pared, junto con todas sus armas, que no había soltado en ningún momento.
Sintió como un hilillo de sangre le corría por la cara. ¿Cuánto tiempo más aguantaría aquel hombre?
Necesitaba concentrarse y pensar un plan a pesar del poco tiempo que tenía. Notaba la tensión y como sus sentido estaban muy activos. Demasiado activos, no podía evitar fijarse en todo, incluso en las tonterías más pequeñas. Le daba la impresión de que todo transcurría a cámara lenta y los segundos ahora parecían eternos; la mera palabra "segundo" había perdido todo su significado. Afortunadamente, los enemigos no estaban centrados en ella para nada, lo cual le daba una buena oportunidad para atacarlos. Bueno, atacar a uno de ellos.
Neo era la persona que estaba más cerca de ella porque la había cubierto con su barrera y con él su atacante. Recordó lo que había hecho con aquel gyojin, unas hora antes. La sangre, espesa, cayendo por las aberturas que había hecho con sus armas en su piel ligeramente viscosa... A pesar de saber que era necesario, era algo que la torturaría mucho tiempo. Nadie merecía aquello, pero cuando se trataba de su propia supervivencia no dudaba. Al menos no si no había alguien que le importara más que su propia persona. Y ese tipo de gente escaseaba, sin duda.
Se abalanzó sobre la espalda del revolucionario que se cernía sobre Neo, o sobre el cual se cernía Neo, no siempre estaba del todo claro. ¿Gold se llamaba? Menudo nombre o apodo o lo que fuera. ¿Estaba siendo muy suicida? No podía seguir allí parada sin hacer nada, era normal. Tal y como había hecho anteriormente trató de clavarse con las cuatro katanas en el hombre, a modo de lo que se suponía que era una mantis pero en realidad se parecía más a una garrapata. Pareció pillarlo por sorpresa y debería haberle hecho mucho daño pero todavía seguía en pie. Echó los brazos hacia atrás para agarrarla y la tiró contra una pared, junto con todas sus armas, que no había soltado en ningún momento.
Sintió como un hilillo de sangre le corría por la cara. ¿Cuánto tiempo más aguantaría aquel hombre?
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