Un nuevo conocido [Privado León Zaid & Date Musashi]

Las calles de Enies Loby estaban perfectamente adosadas, no había ni un apéndice del lugar que estuviese en mal estado, las paredes igualaban el nivel con perfectas líneas lisas y las ventanas estaban impecables. Estaba en la ciudad de la justicia, pero cualquiera podría decir que es una isla de la limpieza y el orden también, algo normal supongo ya que no podíamos permitirnos dar mal ejemplo, todos eramos sumamente limpios en nuestras cosas y tratábamos de no dejar rastro siquiera de huellas en cada cosa que tocábamos, supongo que teníamos muy grabado a fuego el trabajo y lo llevábamos a cabo de una manera tan perfecta que incluso sin querer seguíamos actuando con el mismo sentido de realizar un trabajo limpio.

Las conversaciones en las calles eran amistosas, pero no bulliciosas, la gente aquí era diferente a otras islas ya que todos trabajamos para lo mismo, y nuestros familiares ya se habían acostumbrado a actuar igual. Voces tranquilas y sin sobresalir de tono, cierta elegancia en cada una de las acciones, y resolver los conflictos mediante el dialogo rápido o la intervención de un superior, estaba sin duda más cómodo que en ningún otro sitio.

Rostros serios, algunos con sonrisas y otros sin expresión, miradas frías y analizadoras, cuanto mas avanzaban en el cargo mas fríos y serios eran las personas ¿A qué se debería? ¿Muchas muertes de compañeros e inocentes? ¿Misiones que rozarían lo inmoral para ellos? Lo desconocía aún, solo lo podía intuir, pero sin duda alguna lo descubriría de seguir aquí, aunque muchos ya dirán nada mas verme que traigo esos gestos dibujados en el rostro desde nacimiento, algo normal supongo cuando vives un pasado dramático y rodeado de muerte de tus mas allegados.
- Pero ¿Qué puedo hacer por aquí?...- Pensaba una y otra vez a medida que caminaba conociendo así el lugar. - ¿Tendrán un restaurante? ¿O quizás una sala de juegos? Si la llegase a encontrar pasaría mucho tiempo allí, observando jugar a otros y jugando yo mismo, era divertido al fin y al cabo, por no decir que la sensación de victoria siempre llenaba mi alma como otras pocas cosas lo hacen.

Me detuve a preguntar a un tipo con gafas que estaba cerca sobre el lugar adecuado para pasar el ocio o entretenerme, y el superior me indicó claramente varias zonas, atrayéndome mas por la descripción la biblioteca, al parecer disponía de un pequeño parque interior donde poder leer en voz alta si querías, o comentar algo con algún conocido. Siendo sincero sonaba al sitio perfecto donde comenzar un plan secreto junto a varios de los tuyos, lejos de las sospechas, ya que una cosa a destacar en este sitio es que no había visto ni un solo grupo de personas hablando, a lo sumo había visto a tres personas y nada mas que lo vi 3 veces en el día de hoy, el resto iba individualmente o en grupos de dos. Esto tarde o temprano les explotaría en la cara al gobierno, a nadie le gusta ser reprimido tanto en su trabajo.

Al final de la calle en donde me encontraba estaba la puerta a la biblioteca, un enorme portón que en su cabecera se podía leer unas lineas en un idioma desconocido para mi, ¿De cuál se trataría? Quizás dentro lo averiguase... Una vez allí miré a los lados y a penas había una docena de personas repartidas por el lugar leyendo libros, escribiendo o interpretando mapas, mejor, prefería estar con pocas personas a estar con muchas.

Estuve varios minutos revisando las estanterías para ver cuales eran los géneros literarios de los que disponía la biblioteca, algunos eran religiosos, otros de economía, ciencia, lenguas extranjeras, historia, filosofía... era una buena biblioteca, aunque seguramente muy censurada viendo como era el percal del lugar en esta base central del gobierno. Quien sabe si la historia aquí no está cambiada de la historia real... aunque bueno ¿Alguien conoce de verdad la historia real? Había sido tan transformada que la humanidad ya la olvidó creo yo.

Finalmente, cogí un libro sobre economía, ya que me ofrecían diversidad prefería algo que a penas cambiaba estuviese en libertad o en este lugar, pocas cosas cambiarían en las lecciones que me ofrecería el libro. La portada era llamativa, mezclaba colores rojos y negros, unos colores que me hicieron sonreír recordando a aquel superior que me enseñó en mis primeras semanas en la Chiper Pol, un tipo sin dudas muy llamativo y extravagante, pero que sin duda ocultaba algo bajo aquella mascara... ¿Qué sería?.

Lejos de esos pensamientos volvía recolocarme en mi asiento cogiendo el libro adecuadamente para empezar a leer los fundamentos de la economía según el libro que tenía en frente, escrito por... Thomas Zasorma, un curioso apellido que jamás había escuchado, ¿Sería inventado? bueno, ¿Y qué mas da? Lo importante es el contenido del libro al fin y al cabo.

La puerta de la biblioteca no era especialmente ruidosa, pero si lo suficiente como para escucharla si entraba alguien, y sonó en esa ocasión al entrar una persona por la puerta. Mi sorpresa fue mayúscula al ver a semejante hombre entrar por ahí agachándose, ¿Cuánto podría medir? ¿Dos metros y medio? ¿Quizás tres? No lo sabía con exactitud, pero desde luego se acercaría más a tres metros que a dos y medio.

Quizás por esto no podía quitarle un ojo mientras leía, era la primera vez que veía a alguien así y tenía curiosidad por saber como era alguien de dicho tamaño, lo más seguro es que fuese como cualquier otra persona, pero mi naturaleza curiosa me obligaba a prestar atención siempre que no pareciese darse cuenta.

El caballero cogió varios libros y se los llevó a un sofá, en el cual se sentó y empezó a leer el primero dejando el resto en la mesa. No conocía a nadie allí, por lo que conocer a alguien nunca iba a ser algo malo, motivo mas que suficiente para levantarme hacia su posición sigilosamente y mirar el título de los libros. Entonces me senté en un sofá lateral al que estaba sentado el caballero y sonreí susurrando.
- Hola, me llamo León Zaid, y considero que esos libros están llenos de mentiras ¿Y usted?- Dije con la voz baja riendo un poco para causar una buena impresión en el hombre.

Pude ver en el camino como su cara era casi una mueca de risa leyendo los libros, una señal que me dejó clara su opinión, de no haberlo visto me habría callado por toda mi vida esa frase delante de semejante hombre, no quería ser aplastado.
- Llevo aquí a penas unos días... bueno, estuve unos días hace un año, pero me tuve que ir durante eso, un año, y ahora regresé... es la primera vez que entro en una biblioteca de este sitio, y ... - Mis susurros se vieron interrumpidos por la orden de silencio que me imponía la bibliotecaria mediante un siseo algo desagradable. Acto seguido tenía la mano al caballero y me marché hacia un pequeño patio que había en la biblioteca, donde según vi se podía hablar tranquilo, y hasta fumar.

Una vez allí miré al cielo y cerré los ojos sonriente, recordando mis primeros días allí hacía un año y como había vuelto al origen con mas experiencia y fuerza, estaba orgulloso de mi mismo, ese tipo, Deadpool, había logrado su objetivo conmigo tras tanto entrenamiento... me pregunto donde estará a día de hoy, seguro que haciendo el payaso, como siempre...

Allí, en el cielo que me permitía ver aquel pequeño patio pude ver a varios pájaros sobrevolando los cielos, una imagen que me pareció graciosa y hasta metafórica, era igual que esta biblioteca, solo te dejaba ver un pequeño trozo de todo el cielo que existía, solo un pequeño espacio en donde debías de imaginar que el resto, si es que te llegabas a plantear que había más cielo, era exactamente igual que este pequeño trozo.

Finalmente el caballero se acercó y sonreí de lado por la satisfacción personal de ver cumplida mi estrategia para hacerle venir al patio a hablar, al instante me puse recto con el traje mejor colocado y le miré fijamente a los ojos, aunque uno de ellos estuviese cubierto.
- Un placer conocerle señor- Dije inmediatamente tras su presentación y guardé silencio hasta que terminase de hablar, tras lo cual negue con la cabeza teniendo una sonrisa nostálgica en mi rostro.- No se si conocerá a un miembro del CP.6 también... o al menos que lo era hace un año. Su nombre es Deadpool... digamos que me asignaron al superior como compañero, de manera que pudiese aprender junto a él y sin riesgo a morir... Teníamos 6 meses encargados, y 7 misiones en total, había prisa en cierto modo, ya que estaban algunas bastante alejadas de las otras localizaciones.

Di un leve suspiro sonriendo mientras miraba como la bibliotecaria nos observaba desde lejos, seguramente nos maldeciría por romper su hermoso silencio previamente, o mejor dicho, me maldeciría, pero quería conocer a esta persona y no iba a hacerle salir mediante señas, sería muy estúpido y no lograría nada.
- El agente Deadpool era un auténtico payaso descerebrado, al principio no aceptaba que un sujeto como él fuese siquiera miembro de la Chiper Pol, pero durante el viaje pude comprobar muchas cosas, él tenía una forma de actuar... unos gestos, acciones leves quizás, o mas bien... tener cuidado y atención en todo, que solo se lo vi a él, al agente Etsu y hoy a usted... por ello llamé su atención antes, disculpe si le molestó aquello por cierto... En fin, las tres primeras misiones fueron fáciles, hasta tuve un papel importante gracias a que Deadpool me lo ponía en bandeja, pero luego sucedió algo... el agente solicitó que se nos extendiese el tiempo fuera en pos de entrenarme a fondo, decía que podía llegar al Chiper Pol 6 al mes de mi regreso si hacía una o dos misiones de dicha categoría... ¿Pero sabe qué hizo? Me dejó en una isla junto a un maestro, este me instruyó durante 9 meses muy bien, pero desde que me dejó en aquel lugar, no volví a saber nada del agente... extraño ¿No cree? Preguntar a los de arriba será inútil, si no me han dicho nada tras contar esta historia por algo será...

Reí levemente recordando las acciones de semejante individuo vestido con mallas diciendo entre las risas- Menudo superior tenía ¿No? jajajaja... Por cierto-Dije preparando el terreno para cambiar el tema drásticamente.- Ya le enseñaras historia de mayor, mejor enséñale idiomas e inventa historias tu mismo, o cuéntale tus aventuras diciendo que eres tu, no le des libros de historia políticamente correcta, llena de medias verdades, o correrás el peligro de que algo se le quede dentro... y tranquilo, no te espío, pero se que en esta ciudad hay niños, y no creo que libros de ese calibre sean para ti precisamente, si no te lo crees, y haces bien, es para regalar cierto ocio o enseñar a leer a alguien que no tiene capacidad de hacerlo aún ¿No?...-Posé ambas manos sobre mi cara y reí nuevamente.- Disculpa, disculpa, en ocasiones soy demasiado bocazas, me estoy metiendo donde no me llaman, te conté toda mi vida y no te dejo hablar siquiera, disculpe por ser tan descortés señor.

Me había metido demasiado a fondo en esta ocasión, podía estar seguro de que en otras circunstancias ahora mismo estaría empezando un combate seguramente a muerte, no se le veía nada agradable a Date con todo lo que había comentado, y hasta se encargó de relatarme como acababa con sus victimas, algo que sin duda me sorprendió, no porque lo hiciese en si, sino por narrarlo con un tono enfadado en nuestro dialogo, había que cambiar el ritmo o me acabaría ganando un enemigo innecesario.

- Señor, le veo muy tenso, permitirme recomendarle que se tranquilice sin ánimo de ofenderle. - Trague saliva y me ajusté nuevamente la chaqueta algo más relajado entonces.

- Como dije, podría modificar un poco la trama, esos escabrosos detalle la podrían asustar jajaja, es más, le presto mi historia, aunque hay algo que no me gustó de sus palabras.

Mi gesto se volvió serio nada mas terminar esa frase y comencé a acercarme a Date, este era enorme y frente a él parecía casi un niño, pero no tenía ni de lejos ese pensamiento cerca, en mi mente había un sentimiento incontrolable que estaba acostumbrado a guardarme desde el primer día que entré en la Chiper Pol, una furia casi descontrolada subía por mi cuerpo calentando todo mi ser, notaba perfectamente el palpito de mi corazón latiendo cada vez más rápido y mis músculos estaban en tensión hasta el punto de parecer mas musculoso que antes, incluso sin percatarme estaba apretando mis dientes con fuerza.
- Créeme, haré que paguen con sus propias vidas todos los actos que le han hecho a esa niña junto a todas las atrocidades que han llevado a cabo. No hay nada más que puedan arrebatarme, y yo a ellos puedo arrebatar todo lo que tienen, solo necesito tiempo, y ser mas fuerte... cuando esté listo prometo, Date Musashi, hacerles sufrir hasta llorar por sus vidas, y finalmente matarlos.

Mi mirada estaba fija en sus ojos y mi respiración algo acelerada por el momento que había revivido en mi mente, aquel charco de sangre derramada que manchó mis propias manos, aquellos padres que jamás pude conocer, todo era culpa de ellos, y pensaba servir la venganza en un plato tan frío que se les quedaría congelado en las manos mientras cortaba sus cabezas una tras una a un ritmo lento, cuando quisiesen darse cuenta del peligro que les supone mi existencia será muy tarde y tendrán mierda hasta en las papadas grasientas que sobresalen del cuello de sus camisas, no dejaré hueco alguno sin cubrir de este asqueroso gobierno, acabare con todos.
- Es por ello que estoy aquí... ten mas cerca a tus enemigos dicen ¿No? Pienso conocer hasta el más mínimo detalle de su funcionamiento, conseguir aliados en los sitios mas inesperados, y acabar con sus asquerosas vidas, pienso destruir todo, no dejar ni las cenizas, y sobre ellas, crear un nuevo país, un nuevo gobierno, y cambiar toda la historia de este podrido mundo, sacar a la luz la verdad del pasado, seguir el camino que debimos de haber seguido, y finalmente dejarlo en las mejores manos posibles...

Una vez acabado de hablar retrocedí sobre mis pasos volviendo a apoyarme levemente sobre aquel pequeño banco, mirando nuevamente al cielo y emitiendo un largo suspiro al tiempo que calmaba mis nervios, no debía de haberme desatado así, pero encontrar un hombre en semejante circunstancia me hizo confesárselo todo, al fin y al cabo debía de estar de acuerdo conmigo, al menos en lo de hacerles pagar con sus propias vidas lo que hicieron con esa niña. Suspiré nuevamente y sonreí sin dejar de observar el cielo.
- Quiero un mundo tan libre como el cielo, allí donde el ser humano no consiguió poner sus manos aún... - Trague saliva y le observé nuevamente.- Disculpa si te incomode antes, se me pegó del agente Deadpool eso de ser tan bocazas al parecer jajaja.

Sin duda mi superior tenía muchísima más experiencia que yo y sabía cuan difícil era mi hazaña, motivo por el que me aconsejaba ser fuerte y poderoso ante todo lo que tenía enfrente. Era el primero que sabía eso, no solo era un bocazas que grita sus objetivos sin mover una sola ficha, llevo varios meses tratando de lograr aliados por doquier, y si podía memorizar algún dato del gobierno lo absorbía como una esponja. Llegado el momento tendría un informe de todo lo relacionado con el gobierno en mi cabeza listo para ser divulgado entre los que me ayuden y trazar un plan perfecto, sin fallo alguno. No era tarea fácil, pero nadie dijo nunca que lo fuese.

Sin embargo el señor Date me advertía que no tocase a la niña, ante lo cual le dejé acabar a pesar de tener una clara respuesta desde que empezó a decirlo, ¿Hacer daño a una niña? No sabía que tipo de imagen podría estar dándole, pero jamás dañaría a una niña, los niños son el futuro del mundo, cuanto más preparados estén y más sanos, mejor será para la humanidad, nada de matarlos o hacerles daño, el que toque aunque sea un pelo de cualquier niño moriría en mis manos tarde o temprano, jamás olvido una cara.

Iba a contestarle cuando escuché que se aclaró la garganta, algo que entendí como que continuaría hablando y por respeto seguí en silencio escuchando como continuaría. Para mi alegría la espera mereció la pena, tenía un posible aliado junto a mi.
- No se preocupe por la niña, jamás tocaría un pelo a cualquier niño, en el peor de los casos tocaría el cuello de aquellos que tocasen a los niños haciéndoles daño... los niños son el futuro, no podemos ir matándolos, hay que protegerlos y guiarles por el buen camino, educándolos de buenas formas. No se preocupe, lo más probable es que si no es junto a usted, y en buenas maneras, jamás vea a esa niña, y si la veo será para tratarla bien o protegerla con mi vida si es necesario.

Hice una leve pausa suspirando mientras volvía a mirar al cielo y me quedé observando al tiempo que continuaba hablando.
- Será un placer contar con usted... al fin y al cabo el ataque no será exitoso si no hay gente dentro, listos para atacar cuando nadie se lo espera desde donde ninguno se esperaría el ataque...-Volví mi mirada a su rostro con una sonrisa y continué hablando. - Imagínese, una defensa en línea de combate defendiéndose del ataque más brutal que jamás hayan recibido, para que en ese momento, zas, comienza una nueva ofensiva de gran poder desde dentro, dejándolos confuso y desarmados... ahora, tenga en mente la rebelión de los más importantes, aunque fuese solo uno o dos, y que acabe con la vida de todos estos sin que nadie sepa nada... al fin y al cabo esas personas suelen estar alejadas de las personas poderosas a no ser que las necesiten...

Me gustó esa pregunta que me hizo ¿Qué clase de oscuridad alberga en mi corazón? Algo que me hizo en cierto modo gracia aunque no lo reflejé con palabras u gestos, la pregunta me gustaba y jamás hubiese esperado que me la formulasen, una sonrisa misteriosa nació de mis labios mientras miraba fijo al señor Date.


- Una que destruye todo lo que merece ser destruido para luego dejar a alguien lo suficientemente capaz para construir encima... es una de las cosas importantes que me faltan, encontrar un buen arquitecto del mundo. - Suspiré leve y tras tragar saliva volví a mirarle.- Mi oscuridad aún es pequeña e incompleta, me falta un elemento esencial para completarla, solo uno, pero aún no encontré se ubicación... cuando lo haga todo irá sobre ruedas... como podrías deducir por mis palabras, no me interesa ser un héroe, solo un destructor que llegado el momento dejará paso al verdadero héroe, un arquitecto adecuado.

Estiré las piernas reincorporandome mientras observaba desde este patio el interior de la biblioteca, agentes y familiares leyendo libros expuestos por su propio gobierno para ellos, todos con un pasado interesante y un futuro incierto, ¿A cuantos de ellos vería en el futuro durante la gran guerra que tengo planificada? ¿Quitaría la vida de alguno? Al menos sabía que no iba a combatir contra Date, me hubiese disgustado hacerlo tras conocerle, me agradaba a pesar de que tenía una forma de ser algo extraña.
- En ese caso márchate lejos de aquí, ve a algún lugar ajeno al gobierno, escapa de sus manos... cuando pueda me encargare de que esas manos no te molesten. Y le deseo lo mejor, no vernos nunca más. Más si nos vemos, usted debe saber desde ahora que cuenta con un amigo. - Le dije tendiéndole la mano.- Sus objetivos no chocan con los míos, y me agrada. Si alguna vez me mandan a por usted, iré a por usted, pero confíe en mi por arriesgado que sea, estaré esperando la ocasión idónea para dejarle un hueco por donde salir. No haga caso a mis palabras si de hecho le persigo y hablo sobre capturarle o para cabrearle, no estaré más que fingiendo para no ser delatado... incluso si fuese necesario, intentaría capturarle, pero provocaría que un accidente le dejase huir a tiempo... sin tocar a la niña, por supuesto... estas son palabras pretenciosas quizás, incluso pueden afectar a su humor, pero mi intención no es otra que hacerle comprender mis intenciones si eso sucede, fingiré todo el tiempo.

Su vida futura era bastante peligrosa, se arriesgaba a morir no solo él, sino también la niña, huir del gobierno es casi imposible, y lo sabía por experiencia desde mi nacimiento, motivo por el cual me introduje aquí, el policía jamás busca al asesino en su casa, siempre en las demás casas, barrios marginales la mayoría de las veces, no se le ocurre que puede ser un respetado y educado miembro de su tan estimada familia.

Las palabras y sobretodo el tono de voz de Date dejaba delatar que no confiaba mucho en la eficacia de mi plan, algo completamente normal, pero lo que no sabía era el as secreto que usaría en el momento adecuado, el único problema era el que dijo en voz alta deseándome suerte, encontrar a la persona adecuada. Había conocido a personas que tenían cierta posibilidad de ser buenos arquitectos, sin embargo ninguno era lo suficientemente bueno para mi, ninguno era el correcto.

Poco después nos tendimos la mano, pero Date la apretaba bastante más de lo normal, tratando de hacerme sufrir dolor. Correspondí la fuerza como pude para contrarrestar la sensación y escuchar sus palabras, a lo cual sonreí mirando fijamente a los ojos de Date.
- Eres un viejo pesado ¿Eh? No pienso hacer nada, no te preocupes. Y además, pienso protegerla si ocurre una situación que me empuje a ello.- Dije tras soltar nuestras manos y guardando la mía tras mi espalda agitándola sin que me viese, dolía.


- Yo lo llamo amigo, llámalo tu como quieras llamarlo, no me importa. Evidentemente no hablo de amigo en si, de esos se pueden contar con los dedos de la mano y siempre te sobraran dedos. Es una palabra usada para generalizar las personas en las cuales confío en mayor o menor medidas y por las que me arriesgaría a ayudarles, si se te ocurre algún termino para definirlo, dímelo. - Me acerqué a la puerta para volver al interior de la biblioteca, se hacía tarde y no quería llegar antes de anochecer a mi residencia, por lo que en la puerta me detuve y le miré de reojo para contestar a su última frase.
- Un amigo, lo es haga lo que haga. Mientras no me perjudiques, tendrás mi apoyo.

Dicho esto hice una ligera despedida con la mano en la cabeza y me introduje dentro de la biblioteca con intención de salir por la puerta principal de ella y encaminarme a mi residencia. No había sido un día perdido después de todo, un nuevo conocido, nuevas experiencias adquiridas a partir de él y sus historias, y sobretodo más conocimientos. Date Musashi, no te olvidare.