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Visitando la ciudad del pecado. [Privado León Zaid & Aki D. Arlia] Empty Visitando la ciudad del pecado. [Privado León Zaid & Aki D. Arlia] {Dom 25 Ene 2015 - 12:55}

Cuando no era más que un niño había convivido en lo más profundo de las mafias, pero no unas cualquieras, unas capaces de controlar todo un país, e incluso más que un país, varios de ellos, y lo más peligroso aún, el submundo en el cuál traficaban todo tipo de materiales, esclavos, juegos de azar, e incluso peleas ilegales que llevaban a la muerte de aquellos que peleaban. Todo aquello era un infierno, el ser humano se despojaba de cualquier apego a su propia raza, cultura y límites morales para sobrepasar las fronteras en pos de entregarse de lleno a los siete pecados capitales, la avaricia por querer siempre mucho más de lo que se tiene, la envidia de muchos hacia aquellos que hoy triunfaban, la gula de comer y comer cada vez más tan solo por disfrutar del sabor de exquisitos platos que pocas veces más saborearan, la lujuria de las mejores curvas cabalgando sobre uno, o en algunos casos sobrepasar lo establecido como normal y acabar teniendo sexo hasta con animales salvajes, esclavos, e incluso en algunos casos cosas infinitamente peores, quedan por relatar más pecados capitales, pero describir sus presencias en estos inframundos humanos era algo aterrador y que no todos podían soportar leer, más de uno sentiría ganas de vomitar viendo tan solo la mitad de la mitad que estos ojos míos han visto en sus siete primeros años de vida conscientes.

Pero eso era el infierno en vida de los más deshumanizados socialmente, normalmente personas con un puñado de dinero que vivían amargadas hasta que descubrieron el fantástico y aterrador mundo de lo inmoral. Hoy llegué a una nueva isla que me recordó bastante a estos lugares, recuerdo que me avisaron de que había juegos, prostitución tanto de mujeres y hombres como de okamas, alcohol, drogas, y un sin fin de vicios no aprobados por la sociedad, pero eran estúpidos si creían que semejante mundo iba a asustarme a mi, este lugar no era más que una guardería en comparación con el lugar de donde provengo, solo son un puñado más grande y con más dinero que jamás se saldrían demasiado lejos del camino del resto de las ovejas del rebaño por miedo a la opinión pública de este mismo rebaño, todos siguiendo el juego dirigido por los pastores que son los dueños de un lugar tan basto como este.
- No es momento de perder el tiempo con tus pensamientos. - Me dije en mis pensamientos agitando la cabeza.

Era cierto, no había tiempo que perder. Encendí un cigarro en mis labios aspirando con fuerza el humo, notando como mis pulmones se iban inflando de humo para posteriormente soltarlo todo de una vez en una gran pero suave exhalación, era el momento de comenzar de nuevo mi camino.

Ande por las calles observando los locales más cercanos a mi paso, todos eran luces de neón que atraían a las moscas, miel para las avispas, pero afortunadamente para ellos no vine aquí con idea de conformarme con la miel, para nada, había venido con la única intención de ir a por la fuente de una miel tan exquisita y apetitosa, debía de encontrar al pastor de un rebaño tan grande como este y hacerle una visita cordial, o quizás no tan cordial a decir verdad.
- Hola guapo, ¿Deseas pasarlo bien esta noche? - Preguntó alegre una voz masculina que claramente quería parecer femenina. Fijé mi vista en la persona que me hablaba y expulsando una gran bocanada alcé la mano como gesto de rechazo.
- Lo lamento señorita, pero tengo unos asuntos que atender, quizás más tarde. - Contesté amable tratando de no molestarla demasiado.

El okama hizo un sonido de lamento que pretendía ser mono y lamentoso pero gracias a Dios me había dejado en paz, un alivio, de tenerlo encima mucho tiempo hubiese sido un incordio difícil de quitármelo sin llamar demasiado la atención de otros transeúntes o de alguien que vigilase el movimiento de las calles, si este lugar era tan importante como parecía debía de ser llevado por personas inteligentes, y de ser cierto, estarían vigilando cada calle de la isla en todo momento cueste lo que cueste, y a decir verdad, el dinero no les iba a suponer nunca un problema.
- Lamentablemente para ustedes acaba de llegar un cazador que se encuentra como pez en el agua en este sitio. - Pensé con una ligera sonrisa exhalando lo que parecía la última calada del cigarro antes de morir este.
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Visitando la ciudad del pecado. [Privado León Zaid & Aki D. Arlia] Empty Re: Visitando la ciudad del pecado. [Privado León Zaid & Aki D. Arlia] {Dom 25 Ene 2015 - 19:45}

Cuando avistamos por fin la isla, la tarde comenzaba a caer y quedarían unas tres horas de luz. Tiempo de sobra. Así que me arrebujé en la capa y dando un suspiro me removí a lomos de Cetus para buscar una postura más cómoda. Le rasqué la cabeza y el cuello y respondió con un agradable ronroneo, de verdad que a veces parecía un gato. Le indiqué que aterrizase en la playa y mientras me dediqué a admirar la vista aérea de la isla.

Desde arriba, era hermosa. Completamente plana, algunas de las farolas ya se iban encendiendo y relucían como faros. El entramado de pequeñas casas y establecimientos pegados los unos a los otros era irregular y constante, resultaba obvio que habían aprovechado el terreno. Según nos acercábamos más y más, veía la espuma de las olas romper contra la playa. La verdad es que era un espectáculo calmo y hermoso, pero tan solo era una fachada. Drogas y prostitución solo eran dos de los servicios que ofrecía el lugar. Pero la verdad, a mi me resultaba muy útil. ¿Por qué?

La respuesta era simple: Necesitaba dinero. Había acabado por poseer más cosas de las que había planeado cuando comencé mi viaje y cargarlas de un lado a otro estaba terminando por cansarme. Necesitaba un lugar para dejarlo todo, y donde poder refugiarme si las cosas no salían bien. Un plan B. Volver a la troupe buscando asilo no era una opción, tenía mi dignidad. Con esos pensamientos en mente, llegamos a la playa. Sonriendo, coloqué a Cetus en mi hombro y me adentré en la ciudad.

Dos horas después me hallaba en la calle, contenta y rodeada de ''amables caballeros''. Yo era una persona sociable, y las mujeres en esta isla tenían fama de ser ''fáciles''. No era complicado usar esto a tu favor, mucho dinero cambiaba de manos en este lugar...y siempre había algún hombre o mujer al que no le importaba hacerte uno o dos regalos si al final lograba atraerte a sus brazos. Engañarlos y después desaparecer. Llevaba ya ganadas 14.000 berries en joyas y otras fruslerías. No estaba nada mal, y aún quedaba mucha noche por delante. Mis dos acompañantes me señalaron un pequeño motel al otro lado de la acera. Escaneé a la multitud y sonriéndoles, me di la vuelta mientras les decía sonriendo:

-Me temo que debo irme. Gracias por los regalos, otro día volveré.

Di la vuelta a la esquina y de dos ágiles saltos me encaramé al balcón del primer piso. Ellos vinieron buscándome, pero al no verme, se fueron. Bajé y seguí callejeando. Un hombre me llamó la atención, vestía de traje y su pelo era negro y largo. Lucía adinerado. Me acerqué y con suavidad le toqué el brazo. Cuando se giró, le sonreí con inocencia.

-Disculpe, caballero. Busco entretenimiento para esta noche. ¿No le apetecería una copa, o una partida?
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Visitando la ciudad del pecado. [Privado León Zaid & Aki D. Arlia] Empty Re: Visitando la ciudad del pecado. [Privado León Zaid & Aki D. Arlia] {Lun 26 Ene 2015 - 13:01}

Menuda sorpresa me llevé al notar como una delicada mano se posaba sobre mi hombro, debía de estar ensimismado en mis pensamientos para no darme cuenta de que alguien se me estaba acerando. Miré a la mano en apenas unas centésimas de segundos pudiendo ver unos rasgos femeninos que pronto me hicieron pensar que esta vez me hablaba una mujer, al contrario que la última vez. Miré entonces al rostro de la persona que me había parado pudiendo comprobar entonces que efectivamente era una mujer y sonreí por educación escuchando que tenía que decirme.
-Disculpe, caballero. Busco entretenimiento para esta noche. ¿No le apetecería una copa, o una partida?- Me dijo en un tono suave y hasta inocente, claramente buscaba algo.

Miré con detenimiento su rostro, una joven de cabellos rojos y gesto dulce, no parecía ser alta, más bien era algo baja de estatura sin llegar a ser extremadamente pequeña, y su tez era de un color blanco destacable, no era común ver una piel así de blanca.
- A decir verdad prefiero estar solo en esta noche señorita, sin embargo debo de agradecerle que una dama como usted se haya interesado en divertirse conmigo, es todo un honor. - Dije amable continuando mi camino por las calles teniendo ya localizado el gran casino frente a mi.

Ciertamente estuve a punto de aceptar, estar acompañado me haría parecer menos sospechoso que si fuese solo y serio, ir solo vestido de esta forma y sin jugar haría que llamase la atención de los vigilantes, por lo que en realidad era mejor parecer un adinerado más que gastaba dinero a mansalva con una mujer bonita a su lado. Y siendo sinceros, este pensamiento me hizo cambiar de opinión girando sobre mis pies y localizando a la dama que antes había rechazado con educación.
- ¿Sabe? No pensaba jugar esta noche, pero su amabilidad adornada con tan bonita sonrisa me hizo cambiar de opinión, ¿Sería tan amable de acompañarme en esta noche tomando algunas copas y jugando?- Pregunté dedicándole la mejor sonrisa posible y tendiendo mi mano para que la cogiese en caso de aceptar la nueva propuesta que le había hecho.

Habiendo sido criado en casinos sería estúpido no saber actuar como un cliente más sin llamar la atención, además de que en esta noche iba a ganar mucho juego jugando, era la única forma de llamar la atención a los peces gordos, y sobretodo a los dueños, quienes solían llevarse a los más ganadores y adinerados a salas privadas, llegando a coincidir con personalidades importantes y en algunas ocasiones con los dueños del propio casino.


En lo más profundo de mi cabeza estaba empezando a elaborar un pequeño proyecto nuevo, me hacía falta financiación, así que quizás debería de adquirir todos los grandes casinos del mundo y hacerme famoso precisamente por ello, los casinos son grandes fuentes de dinero, y en cuanto quisiese iba a tener uno no precisamente pequeño, hasta ahora había huido receloso de esto, pero quizás sería un buen momento para aceptar el cargo de la familia y empezar a mover los hilos del negocio familiar, al fin y al cabo parece que la persona que tanto busco no existe.
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Visitando la ciudad del pecado. [Privado León Zaid & Aki D. Arlia] Empty Re: Visitando la ciudad del pecado. [Privado León Zaid & Aki D. Arlia] {Mar 27 Ene 2015 - 21:16}

Me decepcionó un poco que el hombre no estuviera interesado, pero no importaba, había muchos más. Así que sonreí educadamente y me di la vuelta a la búsqueda de mi próxima presa. Sin embargo, no había dado ni tres pasos cuando oí algo detrás de mí y al volverme estaba ahí de nuevo el caballero de antes. Perpleja, escuché lo que me decía. La verdad es que estaba algo recelosa aunque por supuesto no se me notó en la cara. Le dediqué una caída de ojos y llevándome una mano a la mejilla como si estuviera turbada o sonrojada, sonreí de medio lado mientras cogía la mano que él me tendía. Era cálida y firme, propia de alguien seguro de si mismo y de sus propósitos. Sin duda, alguien curioso.

-No tiene ni que pedirlo, caballero. Me halaga que haya reconsiderado su decisión.

Echamos a andar hacia un casino. Recuerdo pasar la entrada, pero me sería imposible recordar el nombre. Mientras caminábamos lucía una sonrisa tímida dedicada a hacerme pasar por una chica ya algo achispada y fácil. Eran las que más alhajas recibían, generalmente para que cogieran confianza y bebieran más si bien eso no me preocupaba. Por dentro, iba pensando. No había muchas personas en la calle en la que lo encontré. ¿Qué había visto o pensado que le había hecho cambiar de opinión? La gente venía aquí por el juego, la bebida y las chicas. Estando en busca de lo primero o lo segundo, no era normal rechazar lo tercero. Pero por lo que había visto, aquí también había personajes peligrosos. Traficantes de armas. Drogadictos. Gente peligrosa.

Miré a mi acompañante con una sonrisa un tanto boba aprovechando para observarle. Me preguntaba si él sería de esa clase de hombres. ¿Acaso era yo su tapadera? Igual me lo estaba imaginando todo, pero si ese era el caso, no era seguro estar aquí. Con disimulo me pasé la mano por la cintura. Los sai estaban ahí, disimulados por los pliegues del vestido rojo que llevaba. Por lo menos podría defenderme si se daba el caso. En ese momento me di cuenta de que habíamos llegado a lo que parecía un lujoso casino. Le señalé una mesa a mi acompañante y allí nos sentamos. Cuando vino el camarero, sonreí con toda la inocencia del mundo y utilicé un truco tan viejo como lo son las tabernas y las prostitutas.

-Un licor Arbest del 47, por favor.

El caso, es que ese licor no existía. Cuando volviera, me traería una copa tintada llena de agua. Yo podría fingir que me emborrachaba, y al final repartiría el dinero con el casino. Mientras, para pasar el rato, crucé las piernas y miré al hombre frente a mí.

-La verdad, me gustaría saber su nombre...si no es mucha molestia. A mí puedes llamarme Aki.
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Visitando la ciudad del pecado. [Privado León Zaid & Aki D. Arlia] Empty Re: Visitando la ciudad del pecado. [Privado León Zaid & Aki D. Arlia] {Vie 6 Feb 2015 - 17:07}

Para mi fortuna la joven de hermosos ojos había aceptado mi nueva petición, lo cuál me alegró bastante, al fin y al cabo por una extraña razón la compañía de una persona siempre me aportaba seguridad fuese fuerte o débil dicho individuo, pero este caso era diferente, ya que la mujer que me acompañaba era realmente fuerte, bastante considerable e incluso podría derrotarme con su nivel de poder, quizás había escogido una mal acompañante escogiendo a una persona así, podría ser una trampa del casino, o peor aún, de alguien ajeno totalmente a este, sin embargo ya no había marcha atrás que valiese, sin darme cuenta había entrado de lleno a la boca del lobo de cabellos rojos, la pregunta ahora sería si acabaría mordiéndome o no.


Sin sobresaltos acabé entrando en el gran casino del lugar con la mujer misteriosa rodeando mi brazo y pronto nos sentamos en una mesa a la cuál me invitó la señorita, quizás sería peligroso hacer esto de sentarme donde ella me indicaba, pero viniendo a este lugar ya había aceptado el riesgo, estaba dispuesto a sufrir las consecuencias fuesen las que fuesen. La señorita pidió una bebida curiosa, que me hizo sonreir levemente nada más escuchar el nombre, un truco hábil con el cual me delataba sin darse cuenta de que no iba a ser trasparente y sincera conmigo, buscaba algo de mi sin duda alguna, pero era imposible que buscase algo de mi en concreto, ya que el encontrarnos en las calles fue mera curiosidad. De esto deduje que la joven quería cazar la atención de algún hombre adinerado y elegante, lo cuál era notable en mi por mis apariencias, pero desconocía el motivo, podía ser una inocente intención de divertirse robandome el dinero o algo mucho más peligroso, y si algo estaba claro en un lugar como este, es que jamás debe de fiarse uno de lo que pueda suceder en estos mundos.
- Yo no quiero nada de beber caballero, disculpe las molestias y desde luego invite a una segunda copa a la señorita a mi cuenta. - Dije sonriente para ver luego como se marchaba el camarero. Acto seguido saqué de mi bolsillo interior una petaca cuyo contenido era un fuerte ron de excelente calidad, le di un trago y sonreí a mi acompañante nuevamente.
- Disculpe, pero yo prefiero tomar algo con alcohol, el agua con colorante realmente es asqueroso para mi paladar.

Tras un largo trago guardé nuevamente la petaca y encendí un cigarro en mis labios sin apartar la mirada de la joven, sin duda estaba en peligro con ella, pero si jugaba bien mis cartas quizás sacase alguna ventaja de esto, y más sabiendo perfectamente su identidad tras reflexionar sobre su apariencia y recordar los wanteds mundiales que hay a día de hoy.
- Mi nombre es León, León Zaid, y soy un agente del Chiper Pol número ocho.- Le respondí claro y directo dando una nueva calada al cigarro. - Sin embargo no se preocupe señorita Aki, no estoy ejerciendo ahora mismo, por lo que no trataré de capturarla... simplemente quería conocer mejor este sitio para futuras misiones, es algo que suelo hacer, cuando tengo misiones en un sitio al que ya visité las misiones suelen cumplirse mucho más rápido... - Dejé una leve pausa y sonreí con el cigarro en la boca y expulsando el humo por el hueco de los dientes.

Visitando la ciudad del pecado. [Privado León Zaid & Aki D. Arlia] Xmqrll
- Ahora te toca a ti responder Red Stealer... ¿Qué hace en este sitio tan peligroso una bella dama como usted y por qué trata de embaucar a hombres adinerados? Como ya dije no voy a hacerle nada, no estoy en horario laboral, y si necesita un argumento le comento que un combate en este sitio me sería demasiado problemático, pero claro, aprovecho esta pequeña reunión para conseguir algo de información de usted, y luego quizás la compense con algo que usted desee a cambio.
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Visitando la ciudad del pecado. [Privado León Zaid & Aki D. Arlia] Empty Re: Visitando la ciudad del pecado. [Privado León Zaid & Aki D. Arlia] {Lun 2 Mar 2015 - 20:48}

Mi sonrisa se fue ensanchando al oírle mientras daba sorbos a mi ''bebida''. Curiosamente, sabía a naranja.  Probablemente fuera zumo, y si era así iba a agradecerle por partida doble al caballero el que hubiera pagado una segunda ''copa''. Pero no debía acabármela tan rápido, así que la dejé en la mesa y me recosté en la silla. Empecé a jugar con un mechón de cabello mientras le examinaba en silencio, mi sonrisa como única y sutil respuesta. Al menos podría dejar de parecer una tonta pueblerina. Me enderecé en la silla y fijé mis ojos azules, curiosos, en él.

Al parecer conocía un par de cosas acerca de mí. Igual no había sido buena idea venir sin disfraz teniendo en cuenta el wanted, pero soy demasiado orgullosa como para cubrirme por algo así. Pero también conocía mi apodo, y el truco que acababa de usar. Aunque lo último solo delataba que era alguien habituado a lugares de dudosa reputación. ¿Cipher Pol número 8? Se notaba que no llevaba mucho en el cuerpo. Al menos  no lo suficiente como para deducir que no es buena idea ir soltando tu identidad por ahí como si nada. Sí, el podía no querer pelear, pero de apetecerme, bien podría alimentar mi ego llevándolo a un callejón para matarlo y ver como subía mi wanted. Para su suerte, no era el caso, pero alguien debería avisarlo. Y si quería jugar a cartas descubiertas, bueno, siempre se me ha dado bien improvisar.

-Baje la voz, caballero, ni usted ni yo deberíamos ir gritando nuestros nombres al viento. Podría haber adivinado de dónde venía aunque no me lo hubiera dicho. Ametralla las preguntas, va al grano, no duda ni titubea. Es típico en los hombres de su profesión. No sabía que hubiera tenido tan buena puntería.

Me di unos golpecitos en el labio con el dedo, calibrando hasta donde contar. Y calculando qué podría sacar de semejante cita a ciegas. Las posibilidades eran ciertamente prometedoras. La información, siempre es bienvenida.

-Lo que busco aquí puede responderlo usted mismo: Dinero. El porqué no es realmente asunto suyo, señor Zaid. Debería aprender que no por contar algo van a pagarle con la misma moneda. Combatir no me interesa de momento, pero ya que va a la caza de información, creo que le acompañaré por esta noche. Tiene usted razón; en un sitio conocido los quehaceres se despachan mucho más deprisa.  

Me incliné, dejando por descuido mi escote a la vista y agarré mi bebida. La elevé hacia él.

-A su salud, caballero.

Descrucé las piernas y las volví a cruzar, dejando que el tenue sonido de los cuchillos rozando mi piel llegara hasta él. El mensaje debería estar claro; él no estaba en condición de negociar.
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