Observando los restos de una vieja ciudad [Privado Midorima & León Zaid]

Tras una larga travesía al fin logré llegar a la isla que estaba buscando, una completamente deshabitada isla que desde luego servía para mi siguiente paso en el plan trazado. Buscaba un poder adicional a mis capacidades, y de hecho estaba buscando aún la manera de encontrarlo ya que desconocía su paradero, pero una vez que lo encontrase necesitaría algún lugar para llevar a cabo un largo entrenamiento, y evidentemente tenía que ser secreto. Es por esto mismo que pasé varias semanas mirando mapas y documentos para encontrar alguna isla que cumpliese estas características, algo extraño en los tiempos que corren puesto que la civilización humana consiguió absorber toda la naturaleza de este bello mundo. Sin embargo hacía una semana había localizado el lugar perfecto, Nanami.

Según los documentos del gobierno antiguamente era un lugar poblado, comprensible contemplando el paisaje que podía divisarse con facilidad, pero la llegada de una banda hostil de piratas hizo que todos en el lugar acabasen muertos, aunque corría el rumor de que unos jóvenes lograron escapar sanos y salvos del lugar. La historia pronto recorrió el mundo, la isla que había sido devastada en apenas unas horas, y a nadie se le pasaba por la cabeza pasarse por aquí. También es cierto que la prensa mintió sobre el hecho por la influencia del gobierno, la isla estaba en perfectas condiciones, y los piratas pronto fueron capturados y sentenciados a la gran prisión, más resulta que el gobierno vio con buenos ojos dejar a esa isla crecer sin presencia humana y que el temor de que los piratas se pasasen por el lugar a menudo alejase a cualquiera de acercarse. Al fin y al cabo, manipulación.


Con mi aspecto pirata de pelo corto pero trajeado, me paseaba por lo que antiguamente fue un pueblo, el acerado tenía plantas por encima, había sido invadido por la naturaleza, y las casas estaban igual que el día del desastre, hasta la sangre estaba marcada por las paredes y el suelo. Mientras observaba estos rastros encendía un cigarro en mis labios sin quitar la mirada de una casa en concreto, que desde la ventana podía observar. Había juguetes, los niños de esta casa habían vivido un calvario hasta morir, igual que sus padres... ¿Existe peor dolor que ver morir a tus hijos? Lo desconozco, pero sin duda este tenía que ser uno de los más impactantes.
- Mi vida era peligrosa, así que no dejare hijos en este mundo... - Pensé exhalando el humo hacia el cielo mientras miraba  las nubes que sobrevolaban la isla.- Corro un gran riesgo creando vínculos afectivos, podría morir y dejarles una gran perdida, o aún peor, que sean utilizados e incluso matados para alcanzarme...

Y era cierto, no quería familia alguna por dichas consecuencias posibles, de no ser así seguramente la acabaría teniendo, sueño con tener un pequeño León al que criar y educar como no pude ser criado por mi padre. Le enseñaría los peligros de este mundo, pero también a amarlo, solo que con cuidado. Más adelante le daría consejos con las chicas, y disfrutaría viéndole feliz con estas, además de apoyarlo cuando sufra por estas invitándole a tomar algo para desahogarnos ambos... tener un hijo debe de ser maravilloso, más no es un placer hecho para mi, mi vida tenía otro curso bien distinto que seguir, uno donde solo habría muerte, oscuridad, y dolor.

Mis pensamientos seguían perdidos en las manchas de sangre a penas visible por el paso del tiempo, tratando de revivir como sería la situación en aquel lugar, siendo totalmente consciente de que pisaba el suelo donde alguna vez hubo un cuerpo humano yacido muerto, sin embargo algo me sacó de tan tétricos pensamientos, una presencia estaba acercándose hacia mi posición.

Supuse que no sabría que ya le había detectado, así que continué mirando la marca de sangre esperando ver como reaccionaría ese individuo, ¿Trataría de atacarme por la espalda? Era una posibilidad bastante alta, al fin y al cabo su presencia era fuerte, no tanto como para igualar la mía propia, pero tampoco estaba lejos de ello. Quizás pasase simplemente por mi lado continuando su camino, siendo esta una visita más al lugar, pero algo estaba seguro, este lugar no era tan fiable como lo era en mis pensamientos, había una persona aquí.
-Vaya no esperaba toparme con alguien. Hola, soy Midorima Shintaro y tú ¿cómo te llamas?- Dijo la voz a mis espaldas sin ningún tipo de reparo para darme su nombre.

Midorima era un nombre poco común, y de hecho solo había escuchado ese nombre una vez, o mejor dicho, leído. Un pirata buscado por el gobierno con una recompensa ciertamente baja para el poder que estaba captando, por lo que asumo que simplemente intenta pasar desapercibido en todo momento. ¿Debería de atacarle y cobrar su recompensa? Ando falto de dinero tras la última compra y me vendría bien ganar algo más de dinero. Expulsé el humo del cigarro antes de contestarle mientras reflexionaba que decir con sumo cuidado para no cometer ningún error.


- Buenos días señor Midorima, mi nombre es Leonardo Depp, estudio arqueología y vine a observar estos restos de civilización, ¿Qué le trae a usted por aquí? ¿Es también arqueólogo? - Pregunté mostrando una sonrisa al pirata aparentando no saber nada de él.

A decir verdad me encontraba en mi doble identidad como pirata, por lo que sería mejor actuar como tal y no tocar al tipo a no ser que fuese necesario, además, desconocía si era una buena persona o no, o si iba a serme de utilidad en un futuro, atacarle sin más sería una tontería para sacar tan solo una parte pequeña de una recompensa tan insignificante como era la suya.

Aprecié en ese instante su vestimenta, era parecida a la de un excursionista viajero que se vestía de tal manera para estar fresco, buena movilidad y no manchar ropa más importante, y aunque no era algo reprochable a decir verdad me desagradaba, no en él, sino la idea de vestir igual, carecía de todo tipo de nobleza una ropa de semejante tipo y colores, pero sin embargo su mirada si era noble, algo extraño. De vestir con otro tipo de prendas seguro que su nobleza sería dramáticamente mayor a la que aparenta tener ahora, aunque claramente no iba a mencionar nada de esto y mostrar una sonrisa de oreja a oreja mientras me hable, solo quería parecer un arqueólogo aficionado buscando detalles sin mayor importancia en el lugar donde estábamos, una coartada perfecta teniendo en cuenta que conocía realmente la arqueología.

¿Nakamas? Sin duda era un pirata, la palabra nakama tenía un significado muy general, pero a decir verdad la mayoría de personas que lo usan son piratas, y en cierto modo es normal, ya que en la marina o en el chiper pol tus compañeros te son impuestos te gusten o no, no es como la vida de un pirata, en el cual casi todos son amigos, compañeros, y mucho más. No mentiría si dijese que no siento curiosidad por saber como es ser parte de algo así, siempre tuve compañeros impuestos, jamás me había juntado con un grupo de personas por placer, conveniencia, o similares.

Desde luego mi acompañante se mostraba tranquilo, andaba cerca pero manteniendo las distancias, probablemente no era un pirata común, no, no tenía la pinta de ser un descerebrado precisamente, al contrario, era listo, razón por la cual me encontraba ciertamente en un duelo mental donde ambos estamos siendo analizado por el otro constantemente. Seguramente cualquier movimiento peligroso podría desencadenar una pelea que a ninguno nos gustaría llevar a cabo, es más, se mostraba tan reacio a esto que incluso parecía amistoso y curioso preguntando por los restos del lugar.
- Es cierto, parece que el tiempo de los humanos, la propia civilización, es rotativo, todo vuelve a repetirse tarde o temprano... en el caso de este sitio, Nanami, a pesar de que ahora está deshabitada, antaño era un lugar poblado, sin embargo una banda pirata vino y aniquiló a toda su población, aunque las leyendas dicen que cuatro jóvenes lograron salir de aquí con vida... desconozco que fue de estos cuatros. La población según puedo ver vivía atrasada tecnológicamente con respecto a otras islas de gran avance, se limitaban a vivir de la tierra y de la pesca, por lo que puede deducirse que tenían costumbres primitivas respecto a su tiempo, normal que acabasen siendo derrotados por piratas, normalmente estos saben pelear contra gente fuerte, y si tienen mala suerte estos piratas contarían con armas de fuego, o incluso con el poder de una akuma... Pero resumiendo, eso fue lo que pasó aquí, despiadados piratas asesinando toda una población, saqueándola, y vete a saber que hicieron con las personas de aquí antes de morir... o mejor dicho, no lo quieras saber. - Dije mirándole fijamente a los ojos dando entender que cometieron actos terribles con las mujeres y niños minutos antes de acabar con sus vidas.

Caminé hasta una pared limpia de sangre y me apoyé en ella cruzándome de brazos no sin antes exhalar una gran cantidad de humo de mi cigarro.
- Soy un pirata también, pero incapaz de cometer tal atrocidad ante una civilización tan pacífica como esta o cualquier inocente... así es, al igual que tu, soy un pirata Midorima. No tienes aspecto de serlo, pero existe un wanted con tu nombre, uno no muy común, y el pelo verde tampoco es que pase desapercibido a pesar de que lo tengas algo recogido. Tranquilícese Midorima, como dije también soy pirata, aunque sin recompensa por ahora, puede estar tranquilo conmigo.- Terminé para calmarlo tirando el cigarro al suelo y pisoteándolo al tiempo que expulsaba una gran cantidad de humo.

Así que tenía una oportunidad de oro frente a mi en estos instantes, la oportunidad de unirme a una tripulación pirata bastante poderosa, y no una cualquiera, sino una en la cual el capitán era uno de los shichibukais más fuertes al cargo del gobierno, sin duda era una oferta tentadora a la vez que arriesgada, porque el Shichibukai podría tener algún privilegio desconocido por mi que permitiese conocer mi identidad sin mi conocimiento, lo cuál me llevaría a sufrir unas fuertes consecuencias.

Midorima parecía un tipo jovial y agradable, su oferta estaba presentada desde la simpatía que había despertado en él, aunque quizás mis conocimientos mostrados también le hubiese gustado, a lo mejor necesitaban un arqueologo con ellos, por lo que podría encajar a la perfección, pero tenía un problema, había una pequeña misión que debía de cumplir, una que no tenía relación con el gobierno, una personal propia, y que me traería multitud de beneficios, y aceptar esta propuesta me imposibilitaría eso.

Suspire nervioso y coloqué sobre mis labios un nuevo cigarro que rápido empezó a prender con el mechero que posteriormente guardé en el bolsillo izquierdo. Exhalé una gran cantidad de humo y tras unos largos segundos conteniendo el humo lo expulsé hacia el aire relajándome, decidiendo cuales iban a ser mis próximas palabras.

- No acepto la propuesta señor Midorima, ni la rechazo, verá, hay un inconveniente, y es que... no podría incorporarme hasta dentro de mucho tiempo, debo de acabar con la vida de alguien cuyo nombre no puedo revelarlo, más no se preocupe, no es de su banda ni ninguna otra banda relacionada con él... y luego tengo que ejecutar cierto plan que me llevará un tiempo, verá, llevo trabajando solo mucho tiempo, y por esto mismo tengo aún varias cosas pendientes en solitario. - Dejé una pequeña pausa en donde aspiré el humo del cigarro para luego expulsarlo rápido y continué hablando. - Cuando las acabe estaré libre de poder entrar si aún está en pie la propuesta, y hasta entonces me pensaré la propuesta. A decir verdad tengo intenciones de aceptarla, pero es algo que necesito meditar bien como podrá comprender.

Me apoyé en una pared de las casas y volví a exhalar el humo que posteriormente cubrió mi vista interrumpiéndome la visión de las nubes por segundos, medité entonces varias cosas que poder hacer para acelerar el proceso de que tenía que hacer, pero también me entraron unas dudas que no tuve reparo alguno en preguntar.
- Y dígame señor Midorima... ¿Qué clase de persona es Zafiro negro? ¿Por qué le sigue? ¿Y como son sus compañeros? Me refiero a los integrantes de la banda evidentemente.

Sonreí de lado tras escuchar la descripción de su banda, y algo más al oír su ofrecimiento, sin embargo negué con la cabeza aspirando el humo del cigarro para soltarlo una vez más.
- Empezar en una banda usando a los compañeros para asesinar a alguien no es un buen primer paso ¿No cree Midorima? Además, el tipo al que sigo es muy escurridizo, quizás me lleve mucho tiempo cogerlo, y eso que él ni me conoce... - Reí un poco sobre esta ironía y miré de reojo a Midorima, empezaba a cogerle aprecio a ese hombre, se sentía a gusto con él. - Además, mi presencia en vuestro barco no os traería más que problemas, cada uno tiene sus secretos ¿No? El mío implicaría tener una gran exposición al gobierno en todo momento, con lo que sin duda sería demasiado arriesgado, quién sabe, quizás nunca esté en una banda pirata mucho más tiempo que unas simples semanas... Midorima, mi secreto es muy peligroso para alguien como ustedes, es mejor que no os involucréis conmigo.

Dicho esto me levanté acabando el resto del cigarro de una última calada, soltando el humo hacia el cielo, tan blanco como las nubes que reinan en dicho cielo.
- Su capitán es realmente curioso, la verdad... suena a ese tipo de hombres dispuestos a vivir la vida con locura hasta el último de sus días pero soñadores, siempre dispuestos a vivir una aventura en compañía de sus camaradas... ¿Existen aún piratas así? Los creía extintos... seguro que él y su banda tienen muchas historias divertidas e interesantes que contar.

Encendí ahora un nuevo cigarro, sintiendo la textura del papel en mis labios y viendo como prendía la punta de dicho cigarro a escasos centímetros de mi, aspiré esa bocanada de humo tan placentera para mi y procedí a expulsarla dejando que el viento se llevase tras de mi esa enorme cantidad de humo blanco.

- Según tengo entendido su banda es prácticamente joven, con solo un corto periodo de actividad, y sin embargo en tan corto periodo se han hecho muy famosos, incluso sorprende lo poco que tardó Dexter en hacerse Shichibukai... ¿Por qué todo tan deprisa? Deberíais saber que eso llama la atención sin duda, cosa que desemboca en la atenta mirada de todos... tarde o temprano alguien aparecerá y tratará de derrotaros, acabar con la estela rápida de vuestra ascendente trayectoria... pensando en esto deduzco que Dexter entró en el Shichibukai por esto ¿Sería posible? Evidentemente se quita al gobierno de encima haciendo eso, teniendo en frente solo a otros piratas y revolucionarios...

La brisa del viento se levantó en ese momento moviendo todas las hojas de los árboles y nuestros cabellos, era una brisa fría a decir verdad, y esta me provocó que la piel se me pusiese de gallina notando el efecto conocido popularmente como escalofrío, el clima se estaba enfriando y parecía que pronto iba a llover por el color de las nubes a lo lejos, las cuales se acercaban despacio pero sin pausa hacia nuestra zona.
- No estudie climatología, pero tiene pinta de que pronto va a llover... - Dije en un susurro leve al tiempo que iba expulsando humo por mi boca, este espeso y blanco ascendió hasta los cielos como si fuese una nube buscando su bello lugar de origen. - Tendremos que refugiarnos Midorima.