Asedio a Mariejoa [Capítulo (Parte I)]

*Mis ojos no creían lo que sucedía a mis pies, una gran ola había destruido la armería..que gracia. Mis ojos se detuvieron ahora en Marinejoa observando el tumulto que había en la zona logré divisar el cuartel general de la marina al fondo y raudo fui volando hasta alli  para luego formar mi cuerpo nuevamente ante un marine , el cual me reconoció*

-Sir Meneror tendría que estar defendiendo el puerto Norte. ¿Que hace aquí?.

*Meneror con el puro en la boca sonrió y pasó por el lado del marine colocando su mano sobre su hombro* - ¿Y tu, que haces molestándome? *En ese momento el cuerpo del marine comenzó a calentarse y como si de una  mecha humana se tratara comenzó a arder y gritar calle arriba mientras los pocos marines que custodiaban e lcuartel (puesto que casi todos estaban en la batalla sería muy fácil entrar, varios marines le salieron al paso al grito de "Detente" Y Meneror se llevño la mano a la cabeza*

-Está bien está bien caballeros, sólo dejenme que antes deque me rinda exhalar un poquito de este habano del 45....*Cogió con delicadeza su puro en la boca, inhaló y luego dijo... con el humo aún en su boca* -Fire spot...*Escupió todo el humo hacia sus contrarios carbonizando a gran parte de ellos mientras que el resto miraba atónito la escena*

-Malditos humanos, si no queréis que os pise apartaos- grite , viendo que había gente en las calles y al verme no cambiaban su rumbo. En mi cara se dibujaba una sonrisa, estaba ya con ganas de llegar al lugar de la lucha - El honor y el fragor.... por  Odin y por Thor ....golpear y machacar.... - cantaba casi para sus adentros, una melodía que había aprendido en su niñez. El muro estaba cada vez más cerca y ya podía sentir en mis carnes, los grandes guerreros que había tras aquella inmensa pared, pero al llegar noté algo extraño. En uno de los laterales del muro, había una gran puerta metálica y me preguntaba adonde me llevaría, aunque era algo más baja que yo, podría ir por ella agachado. Me rasque la cabeza, - que abra dentro- pensé con curiosidad, podía echar un vistazo antes de entrar a combatir, por lo que abrí la puerta tirando con todas mis fuerzas, aquella puerta pesaba como Funkar (Un gigante bastante gordo de su isla natal).

Tras abrir la puerta y caminar por aquel estrecho lugar, me encontré con los que los humanos llamaban elevador o ascensor, era algo para subir y bajar de lugares altos, algo que no entendía bien su funcionamiento y por qué lo necesitaban, si con unas buenas escaleras podían hacerlo igual, pero allá ellos. Observe con más detenimiento los ascensores, ¿eran humano lo que había en el ascensor?, el lugar estaba algo oscuro, ya que tapaba parte de las luces del lugar con mi cuerpo, pero creo que eran humanos - ¿Ya habéis vuelto de la batalla?, ¿hay mucha gente peleando? - pregunte a aquellas personas que veía. No había lugar para bajar por allí, pero no era problema, haría un agujero para bajar por la otra parte del muro a través de la zona de elevadores.

Resumen:

Las cosas se habían puesto feas, pero tras un tiempo la extraña compañía llegó a la cima, y el hombre dragón lo dejó en tierra, diciendo que sin dinero no le merecía estar ahí. "Vaya moral de mierda tienes, amigo", pensó mientras veía a alguno más de sus compañeros bajarse de los lomos del que parecía ser líder del grupo. Los valores de aquel tipo parecían buscar tan sólo dinero, no favores que seguramente el Gobierno sí que prestaría de recibir la ayuda que necesitaba, aunque eso no le tocaba decidirlo a él, que era únicamente un capitán. Los tres almirantes tenían que decidir, y seguramente el Almirante Superior Luchs debería entrar en esos asuntos, pero no era el caso. Eran cinco personas, y una de ellas desertora, el favor no era tan fácil de ganar.

-En fin, yo tengo que localizar a mis superiores- dijo, dándoles la espalda, dirigiéndose al cuartel, aunque no tenía claro dónde se encontraría. Jamás había estado en la isla, y no tenía intención de volver en un tiempo, una horda de peces furiosos era una mala experiencia que no deseaba repetir. En fin, era hora de ponerse manos a la obra. Tal vez si llegaba a la zona de ascensores algún marine lo guiara.

"En menudos líos me meto", pensaba mientras iba de un lado a otro preguntándose mientras callejeaba con rumbo aleatorio qué demonios pasaba, por qué siempre estaba metido en líos. Había tenido que ir hasta Mariejoa y a lo mejor moría ahí. ¡Qué pereza! Si querían matarlo, ya podrían haber ido a buscarlo al cuartel del South Blue. Aquellos invasores no tenían ningún tipo de cortesía, pero bueno... ¿Dónde estaban los módulos de ascensor? No encontraba por ninguna parte, pero aquella figura parecía buena para preguntar. Estaba escoltada por gente, así que seguramente supieran dónde estaba el cuartel, y de paso podría dar el aviso de que el puerto Nuevo Mundo había caído.

-Buenos días- dijo, poniéndose firme ante su interlocutor, ejecutando un perfecto saludo militar-. El Puerto Nuevo ha caído, y debo esperar órdenes. Sin embargo, nunca he estado en la isla y necesito llegar. ¿Podría indicarme?- bajó la mano tras hablar, esperando una respuesta.

Resumen:

-Oh. Eso no me lo esperaba. -Realmente estaba confundido, había creído que podría acabar con aquella criatura con su ataque de plasma pero ni siquiera le había hecho una mísera herida. Lo cierto era que le resultaba de lo más desconcertante, solo esperaba que nadie lo hubiese visto. Estaba tan confiado que el chasco le había hundido momentáneamente, aunque su ego volvió a hacer acto de presencia rápidamente para recuperar su elevada autoestima. Era evidente que esa criatura no sería derrotada así como así y, aunque podía usar otros trucos para acabar con ella, ya no había motivo para enfrentarse a la ballena. Tras ella, unas enormes olas comenzaban a llegar una tras otra al muelle arrasando todo a su paso y no tardarían en inundar completamente Puerto Paraíso. Ahora ya daba igual si la ballena era o no vencida, por lo que lo mejor sería huir.

Antes de que las olas más grandes le alcanzasen, el cazador ascendió todo o que pudo, creando una escalera de aire sólido en dirección a lo alto del continente. Esa enorme pared de piedra medía diez kilómetros de altura así que ninguna ola podría acercarse siquiera a la cima. Era el lugar más seguro de los alrededores y seguramente todo el mundo que no pudiera respirar bajo el agua se dirigiría allí al mismo tiempo. Era irónico como la conocida como Tierra Sagrada, el lugar donde los Tenryubittos gobernaban y cuya entrada estaba prohibida a los "simples" humanos, era ahora refugio de miles de ellos ante el ataque de lo que muchos denominaban una especie inferior.

Break corrió todo lo que pudo, ascendiendo cada vez más por el aire. No tardó en llegar al muro rojizo pero la subida ya sería otro cantar. Por suerte, uno de los múltiples ascensores cargados de marines que se retiraban del campo de batalla subía por la pared a pocos metros de él. Sin duda sería una forma de subir mejor que la suya. El rubio se acercó y se agarró a la cabina, dejando que le izara a buen ritmo. "Mucho más cómodo, donde va a parar." -pensó, ignorando las miradas extrañadas de los marines del interior del aparato. -"¿Qué diablos, eso es un árbol?" -Cuando estaban ya a poca distancia de la cima, abandonó su improvisado transporte y terminó la ascensión por su cuenta, pensando todavía en porqué habría un árbol en un ascensor.

Acciones:

Tras montarnos en el ascensor, este fue subiendo lenta pero constantemente. Recibimos varios disparos desde otro ascensor, por lo que sin pensarlo mucho intenté cubrirme, pero para suerte Kaiser ya había interpuesto agua en medio, ojalá algún día yo llegase a hacer aquella proeza, pensé. Las órdenes del capitán fuero claras, Bisutomaru saldría de la guerra, acompañaría al human, Drake, al barco. Esperaba que se controlase, lo que sabía que le sería difícil.

Por lo demás no hice nada, no me habían ordenado ni atacar, ni defender, por lo que seguí al capitán, como si de su sombra se tratase. Nos acercamos a tres personas, humanos todos, y me sorprendió descubrir a la que había disparado hacia nosotros. El capitán estaba envuelto en haki, lo que le daba una apariencia extraña, una orca negra por completo, parecía algo típico de circo. Sin poder detenerlo solté una leve carcajada, que acallé enseguida. Miré a las personas, esperando para ver lo que Kaiser decidía después de escucharlos responder.

”Resumen”:

Me calmo ligeramente, pero por si no era suficiente con lo que ya sentía, una cabeza humana y una katana caen justo donde nos encontramos Etsu y yo. Por un momento pienso que voy a vomitar y que me caeré allí mismo, pero no puedo hacerlo, no puedo rendirme en ese momento. Etsu coge la cabeza y yo cargo con el arma, arrastrando los pies nos acercamos a un hombre de la marina, al que Etsu decide entregar la cabeza. Yo miro la katana durante un instante, pensando en dársela, pero decido no hacerlo. La su gesto con mi mano derecha y dejo que su punta roce el suelo. Para ser un arma, es bonita.

Convivir con la gente ha cambiado mucho la visión que antes tenía de las cosas. Ahora soy una pirata, vivo bajo la protección de un Sichibukai y lo quiera o no, mi deber es ayudar al hombre que  me juró que sería libre. No me hizo libre solo por impedir que tuviese de nuevo cadenas, sino que literalmente me dio alas. No puedo fallarle ahora. Me acerco al marine, le sonrío y le hablo.

-Esto, disculpa, ¿sabes dónde se encuentra el Sichibukai Asderdeker? –pregunto con voz inocente mientras meto la mano entre la tela de la armadura y saco la flecha ligeramente ensangrentada -es nuestro capitán, deberíamos estar con él.

A ver si por fin, podíamos llegar a él, ya que no podía volar, debía dejar descansar a Gekko, quizá más tiempo de lo que pensaba. No me gustaría que se sobresforzase demasiado, quizá debía pensar en otra solución, para no sobrecargarla en exceso.

”Resumen”:

Por fin llegamos a nuestro destino, siguiendo las órdenes del marine. Madara dijo que sin dinero de por medio a él no le interesaba nada, por lo que dijo que hiciésemos lo que quisiéramos. Tras eso echó de nuevo a volar, esperando por si alguno de nosotros quería irse con él. Yo me quedé. Era lo que mejor me parecía, por lo que seguí a Al, a la vez que deshacía mi coleta y me quitaba el kimono, mostrando así mi traje, el cual era de color negro, denotando mi pertenencia al CP. Levité durante unos metros, quitándome los zoris y tirándolos, luego saqué los zapatos que llevaba en una pequeña mochila y me los puse, junto a unos calcetines. Finalmente lo seguí a pie.

-¡Espera, Al! –dije alzando la voz -voy contigo.

Lo seguí, seguramente juntos haríamos algo mejor lo que tuviésemos que hacer, con un poco de suerte recibiría órdenes del CP y podría ser de más ayuda. A fin y al cabo, con Madara tenía que contenerme demasiado.

”Resumen”:

Finalmente pude sentir el abrazo de Dexter, desconocía el motivo, pero su abrazo era realmente cálido, y esperaba con ansias que se diese, como cuando ves a un amigo tras mucho tiempo y la euforia te lleva a querer abrazarlo, o más bien no es como si fuese eso, sino que era eso.

Pronto empezamos a hablar tranquilamente, aunque un guiño de Dexter hacia el agente 666 me dejó ciertamente inquieto, ¿Se conocían de antes? Definitivamente este agente estaba de mierda hasta el cuello y nadaba en ella como cerdo en el barro, me cae bien y quizás necesite a un hombre como él por delante, pero tampoco quería sacrificarme por mantener esta pieza, por lo que tendría que tener cuidado si más adelante se mete en demasiados problemas.

La conversación continuó y Dexter se presentó formalmente, a decir verdad no había caído en ello, él desconocía totalmente mi identidad, por lo que sonriente asentí y comencé a presentarme.
- Mi nombre es León, León Zaid, y trabajo en el Cipher Pol 8 estimado amigo, y si, nuestras ordenes es apoyar al shichibukai en lo que se necesite.

Pero las presentaciones pronto terminaron, estábamos en una guerra y teníamos que estar concentrados en esta, y quién más lo estaba era Dexter, había escuchado algo al parecer en una zona algo alejada, con lo que iría de inmediato hasta la zona y nosotros con él, sin saber muy bien que sucedería allí.

En un abrir y cerrar de ojos llegamos y Dexter rápido se adentró, sabía que era poderoso, y por las auras que sentía los intrusos no lo eran tanto como él, con lo que suspiré tranquilo sin más exaltación dejandole paso rápido y viendo como mi compañero entró poco después que él. En ese instante una onda de lo que parecía haki rey atacó a los intrusos, dejando a una mujer desmayada y a otro quieto, desde luego estaba todo controlado, pero Zafiro negro tenía que salir en ese mismo instante rápido, con lo que me encogí de hombros y entré en el lugar encendiendo un cigarro en mi boca, efectivamente una joven estaba tumbada en el suelo boca abajo, mientras que un hombre bastante grande continuaba paralizado de miedo, el trabajo ya estaba hecho, solo faltaba recoger la basura e inspeccionarla, la interrogación ordenada por el shichibukai era lo más sabio, pero en ese mismo instante mi compañero cambió totalmente, enseñándome lo que parecía el verdadero poder de su fruta, confirmando así mis sospechas, él era Jin.

Procedí a detenerlo activando el soru para colocarme junto a él, tenía ganas de matar, se podía palpar en el ambiente su sed de sangre y tenía que detenerlo, aquello no era la misión, sin embargo al llegar a su lado él ya no estaba, sorprendido miré hacia donde estaba el hombre paralizado de miedo y lo pude ver todo, una guadaña repartía la cabeza del hombre grande en mil pedazos desperdigados por toda la habitación, ese estúpido lo había hecho, había acabado con la vida del asaltante.
- Agente 666 ¿Qué significa esto? Las ordenes eran de interrogarlo y acabas de... - Mis palabras fueron interrumpidas por las suyas, se iba a marchar dejándome solo con todo esto, y reconoció su poder en voz alta para inmediatamente irse. Automáticamente cogí el Den Den Mushi de Kasan y lo activé llamando a Kasan, que estaría con Noa. - Aquí León, estoy solo en la armería con un cadáver y una mujer inconsciente, necesito apoyo, daos prisa por favor.

El cuerpo del grandullón cayó en el suelo boca abajo haciendo un golpe seco, lamentablemente su vida había sido arrebatada en un abrir y cerrar de ojos sin poder siquiera defenderse, una lástima. Me moví dispuesto a reconocer el cadáver y a la chica cuando un nuevo aura venía hacia el lugar a una gran velocidad, sin perder un segundo saqué de las mangas de mi camisa unos hilos de Kairoseki y nada más llegar gritando lo agarré con estos con idea de derribar el suelo.

- Guarda silencio peliblanco. - Dije de inmediato tratando de analizar con rapidez todo lo sucedido.

El peliblanco vino hecho una furia nada más caer el grandullón, con lo que era evidente su amistad con este, y la chica del suelo probablemente tenía algo que ver, era una intrusa al fin y al cabo que acabó desmayada en el suelo. Era evidente, los tres formaban parte del mismo equipo, y su objetivo era asaltar el lugar, pero un palpito me dio al ver el enfado del chico y a la joven desmayada, en mis pensamientos vino entonces Kidah, reflejando a la chica del suelo como si fuese ella y yo el peliblanco, los sentimientos de este hombre sin duda los estaba sintiendo como míos propios, con lo que tomé una decisión arriesgada con esperanza de que si un día vivía esa misma situación alguien hiciese lo mismo conmigo.
- Guarda silencio, o todo lo que digas podrá ser utilizado en tu contra. - Le dije seco y autoritario tratando de que comprendiese que debía de evitar decir una sola palabra más. - Viendo la situación... deduzco lo siguiente, este hombre de cabellos azules estaba tratando de robar en el lugar, y la joven del suelo vino a atacarle para defender las armas de Mariejoa, y viéndola desmayada desde lejos has venido hecho una furia para salvar su vida, preocupado por que nosotros cometiésemos un mal entendido dándola por una intrusa también. ¿Es eso cierto peliblanco? - Pregunté guiñándole un ojo y di una profunda calada al cigarro expulsando el humo.

Necesitaba un si de su parte y que me ayudase, de lo contrario tendría que apresar a la pareja e interrogarlos más adelante, si no fuese por la existencia de Kidah es lo que hubiese hecho, pero la joven consiguió humanizarme demasiado, esperaba que no se me volviese en mi contra esto o me arrepentiría de por vida.

Si finalmente aceptaba le pediría que recogiese a la joven en sus brazos y me acompañase a modo de escolta hasta el Gorosei, cargando yo el cadáver, al cual tendría que cortarle el brazo, ese armatoste pesaría mucho como para llevarlo a cuestas hasta allí. Con suerte pediría a los viejos que me diesen las pertenencias del grandullón, seguro que tiene algo interesante, y al fin y al cabo me lo merecía en caso de haber salvado efectivamente a la pareja de las garras del gobierno. Ojala funcionase, de ser así llamaría por DDM a Kasan notificando su rumbo para reencontrase allí, y no en este sitio.
- Y no solo eso, tendría que salvar el culo al agente 666 también, diciendo que lo que hizo era realmente necesario, de lo contrario podrían degradarlo o algo peor y eso no me conviene. - Pensé llevando una mano al cigarro para dar la última calada de este, expulsando posteriormente una gran cantidad de humo.

Nada más hacer eso cogí una de las cerezas que tenía en el bolsillo del pecho observándola previamente, roja y brillante, de una gran calidad a decir verdad, y nada más que me la llevé a la boca pude apreciar que era de un sabor exquisito, quedaban 11 cerezas más y tenía que administrarlas, me gustaba para suavizar el sabor de mi boca tras fumarme un cigarro.

Drake estaba feliz después de haber sido ayudado por Cánabar y Kaiser. Se notaba que sus amigos aún le querían, les agradeció aquel gesto con un abrazo cariñoso y les dio una dirección de su casa para invitarles a comer. Acto seguido salió volando tras recibir una llamaba al den den mushi por parte de Minathy. Le había dicho que estaba haciendo hamburguesas, eso era algo increíble y la felicidad del lobo era enorme. Salió del ascensor ignorando al tiburón cobrizo y salió volando a gran velocidad, su olfato detectó a Krauser y al ver una gran neblina lo confirmó. Sonriendo se adentró en ella y tomó a su amigo rival del brazo elevándolo y soltando carcajadas, después salió volando de la isla con él.

- Tu niebla no es problema para mi olfato ¡Hehehehehe!

- [I] ¡Suéltame perro!

El demonio parecía enfadado pero el chico no quería comer solo y se lo llevó así de buenas mientras sacaba la lengua sintiendo la presencia de Karl, ya le invitaría a él también pero la pantera no le conocía aún y no quería quedarse sin sexo por llevar desconocidos.

Re: