[Privado] ¿Quieres experimentar? Puedes empezar conmigo

Un trazo, dos líneas, cuatro borrones... Y vuelta a empezar. Diablos, ¿por qué estaba resultando tan difícil? ¿Acaso el mundo se había vuelto en su contra? Arrancar la hoja, hacerla una bola y tirarla a la papelera de al lado para intentarlo de nuevo. Realmente aquél no estaba siendo su día. Las ideas estaban en su mente, pero no querían plasmarse sobre el papel. Tal vez el largo viaje que había tenido que hacer para llegar hasta aquél centro de investigación tuviera algo que ver, y era de esperar, pero no se habría imaginado que le bloquearía de esa forma. "Y yo que pensaba tener terminado el boceto antes de salir" se decía a sí mismo el pelirrojo mientras dejaba escapar un suspiro, algo apenado.

Si no recordaba mal se encontraba en el centro de investigación de Rukongai, una isla completamente deshabitada con la única excepción de aquellas instalaciones gubernamentales. ¿Qué podría interesarle al gobierno en un lugar así? Sencillo: la exótica fauna y vegetación que se extendía allá donde llegase la vista. Normalmente no había nadie más allí aparte de los científicos y el personal de seguridad. Sin embargo, aquél día rompía la rutina del edificio. Kusanagi, miembro del Cipher Pol, había sido enviado allí con una misión bastante simple: escoltar a uno de los miembros de la división científica mientras llevaba a cabo un estudio sobre una especie de planta, cuyas propiedades eran completamente desconocidas hasta la fecha. Realmente su papel en aquel trabajo sería muy leve, ya que una vez hubiesen conseguido un espécimen volverían al laboratorio y no serían necesarios sus servicios... Aunque estaba claro que se quedaría allí para satisfacer su curiosidad. Lo cierto era que, pese a que para otros miembros de las fuerzas del orden aquella misión habría resultado tediosa y aburrida, para el pelirrojo resultaba un gran pasatiempo. Desde pequeño había sentido un gran interés por todo lo referente a la ciencia, y aquello era evidente gracias a sus extensos conocimientos sobre ingeniería y física pero, tras descubrir su talento natural en el manejo de la espada, decidió unirse a las filas del Cipher Pol.

- No, definitivamente hoy no es mi día -murmuró, arrancando otra hoja más y lanzándola hacia la papelera- Triple -prosiguió, con una leve sonrisa- Me pregunto cómo será el científico... O científica -susurraba para sí mismo, llevando la vista al techo mientras trataba de imaginarse a su futuro compañero. La verdad es que no tenía demasiado claro si prefería que fuese un hombre o una mujer ya que, por lo general, las mujeres del departamento científico solían ser bastante serias o mayores... En ocasiones incluso ambas cosas. En cualquier caso, supuso que no tardaría mucho tiempo en averiguarlo.

Guardó la pequeña libreta en la que estaba tratando de dibujar así como el lapicero en una pequeña bolsa, junto al resto de sus cosas y se ajustó mejor la katana a la cintura. La sala común, que era donde se encontraba, estaba completamente vacía y prácticamente podría escuchar su propio eco si alzase la voz lo suficiente. Pasados varios minutos comenzó a escuchar pasos desde uno de los pasillos colindantes. El pelirrojo sonrió levemente y se sentó de una forma más civilizada, quitando los pies de encima de la mesa para recibir a quien fuera el que atravesase la puerta.

Una leve sonrisa se dibujó en el rostro del pelirrojo cuando vio entrar a la científica. La persona que cruzó la puerta era una joven de tez pálida, a la cual debía de sacarle alrededor de una cabeza, de cabellos azulados y rasgos suaves. Probablemente rondaría su misma edad... Parecía que aquél iba a ser su día de suerte. ¿Cuantas veces se presentaba la oportunidad de estar a solas junto a una chica de atractivo innegable durante una misión? Si en algún momento se había lamentado por tener que viajar hasta allí desde luego no era en esa ocasión. El chico se puso en pie con calma, asegurándose de que llevaba todo con él antes de acercarse a la peliazul. No pudo evitar fijarse en su atenta mirada, que parecía haberle examinado de arriba a abajo por un momento, justo antes de desviarla. "Vaya, parece que alguien ha perdido la compostura por un momento. Creo que esto puede ser divertido."

- Encantado, Amy -le tendió la mano como saludo mientras le dedicaba una encantadora y amable sonrisa, al tiempo que se presentaba- Yo soy Kusanagi, aunque puedes abreviarlo a Kus si lo prefieres. No te preocupes, que no muerdo -comentó seguido de una leve risa al notar que se sentía algo incómoda con todo aquello- Yo no lo llamaría "cuidar". Tómatelo como si fuese un... Compañero.

Por su forma de presentarse había podido notar con claridad que la idea de tener que llevar un guardaespaldas no era de su agrado. En parte lo comprendía, ya que probablemente se sintiese subestimada y eso era algo que él mismo odiaba con todo sus ser. Sin embargo, a ninguno de los dos les quedaba otra opción más que tragar, aunque desde luego por parte del pelirrojo no habría ningún tipo de queja. Dejó escapar un leve suspiro tras esperar unos segundos y, hubiese estrechado su mano o no, proseguiría.

- Bueno, ya que tú eres la experta, supongo que también serás quien guíe, así que te sigo -continuó- Oh, y si necesitas cualquier cosa, no dudes en decírmelo.

Tras esto guardó la mano derecha en el bolsillo de su pantalón y dejó posada la izquierda sobre la empuñadura de su katana, adoptando una pose completamente relajada mientras mantenía su ojo, de un verde más intenso que el de la esmeralda, clavado sobre los suyos mostrando una suave expresión. Supuso que era demasiado temprano para tratar de hablar sobre algo con ella, así que esperaría a escuchar sus respuestas antes de tratar de ganarse su confianza. En parte no solo le animaba el tener tan agradable compañía, sino que se sentía ansioso por saber qué tipo de planta estarían buscando. Realmente aquellas cosas le intrigaban y sentía bastante curiosidad por conocer un poco más sobre el asunto.

El chico asintió con tranquilidad ante la propuesta de aquél diminutivo. "Kusa... No suena mal del todo" pensaba mientras escuchaba a la chica. Al parecer, ella no parecía trabajar normalmente en aquellas instalaciones o, al menos, no como científica de campo, ya que tampoco sabía con qué se iban a encontrar exactamente. Puede que incluso la hubiesen destinado allí poco tiempo antes de la llegada del pelirrojo, lo cual les ponía en una situación más interesante y peligrosa a la vez. Tendría que estar más atento que de costumbre para asegurarse de que no le pasara nada.

- Bueno, no hay problema con eso. Estoy aquí para echarte una mano, así que podremos arreglárnoslas bien -respondió aún manteniendo aquella amable sonrisa que le caracterizaba, cerrando el ojo tras aquél gesto durante unos pocos segundos- Será como descubrir un nuevo mundo... Y en parte así es. Probablemente la planta sea bastante extraña.

Lo cierto es que ni siquiera sabía qué forma o aspecto tendría aquella flor. En el informe que le habían dado tan solo había constancia del lugar y la fecha en la que debía acudir al encuentro con la joven, nada más. Tampoco le había dado demasiada importancia. Sabía bien que los científicos del gobierno eran bastante eficaces en su trabajo, por lo que supuso que conque cumpliese su labor defensiva habría más que de sobra. Depositaría toda su confianza en Amy. Se quedó observándola con interés cuando esta comenzó a examinar sus pertenencias en aquel accesorio tan característico de las mujeres. Siempre le había parecido algo tan útil como incómodo. ¿No era más sencillo llevar una bolsa o algo por el estilo? El hecho de tener que portal algo colgado al hombro durante horas... Debía de resultar bastante molesto. Su expresión pasó de curiosidad a sorpresa al ver cómo sacaba un mapa, y de sorpresa a interés cuando esta marcaba un lugar sobre él, más concretamente: un pantano.

- ¿Hmm? -ladeó ligeramente la cabeza al tiempo que se acercaba, posicionándose bastante cerca e inclinando el cuerpo para ver mejor el documento, dejando su cabeza a la altura de la de ella, bastante juntas- Eso es una especie de pantano, ¿no? Parece estar en una zona algo inaccesible... -murmuró esto último, casi como si estuviera hablando solo- Aunque supongo que no perdemos nada por intentarlo. Tal vez encontremos más cosas ahí aparte de la flor -su expresión volvió a variar, mostrando ahora cierta emoción al tiempo que miraba a la chica fijamente a los ojos, aún sin separarse- Vayamos entonces.

Le mantuvo la mirada durante unos segundos más antes de separarse. Tampoco quería incomodarla, aunque no pudo evitar prestarle toda su atención a la reacción que pudiera tener ante tal gesto. Quería saber cómo respondería con la proximidad. Una vez lo hubiese comprobado comenzaría a andar hacia la puerta para dirigirse por los pasillos hasta el exterior, suponiendo que la peliazul iría con él. Se estiró un poco antes de girar el pomo. Haberse pasado tanto tiempo sentado en aquella incómoda silla le había entumecido levemente los músculos.

- El trayecto nos llevará un buen rato, así que no estaría de más mantener algo de conversación -sugirió el pelirrojo, mirándola de reojo- ¿Trabajas aquí desde hace mucho, Amy? -supuso bastante bien la respuesta, pero quería asegurarse de ello.