Descubriendo más secretos de Õkyū mazushī (privado Alwyn e Issei)

El joven observó la isla mientras se adentraban en el canal. El lugar era salvaje, exótico y hermoso. Observó a un grupo de pájaros tropicales sobrevolando el agua. Ao, su mirlo, los observaba intrigado. El pequeño pajarillo era muy curioso, y llevaban tanto tiempo encerrados en aquel barco que el pobre animal estaba aburrido. Miró a su dueño, como pidiéndole permiso. Issei le acercó el dedo derecho y el animal saltó sobre este. El agente alzó la mano, y el mirlo echó a volar canturreando alegremente. El cyborg sonrió levemente, y volvió al interior del barco tarareando una canción.

- Pronto volveremos a casa... al fin.

Estiró su entumecido brazo humano y bostezó. Aun era temprano por la mañana, y la mayor parte de la tripulación estaba aun despertando. Teóricamente aquel era un barco de arqueólogos de camino a una expedición, pero el Gobierno sospechaba que era algo más, y por eso le habían enviado. Efectivamente había descubierto que se trataba en realidad de un grupo de criminales peligrosos, una mafia que pretendía establecer su base en aquella isla. De hecho la bodega estaba llena de sustancias ilegales y armas. Ahora que habían llegado al lugar y tenía todas las evidencias, le tocaba deshacerse de la tripulación y enviar un mensaje por DDM a su superior para que alguien fuese a recoger el barco.

El joven iba disfrazado de mercenario, con una camisa de varas blanca y un pantalón marrón, completando el set con unas botas y un alfanje al cinto. Se dirigió al camarote del capitán y llamó a este. Giró la cabeza hacia los lados haciendo crujir sus partes robóticas, y se concentró para lo que venía a continuación. "Giro Giro no Me." Al instante pudo ver a través de la puerta como si esta se hubiese vuelto transparente, y vio al capitán acercándose. Podía leer en él sus emociones y pensamientos tan claramente como si fuesen un libro en blanco. Y tristemente para el avezado marinero, no sospechaba lo que se le venía encima.

- Saludos, capitán - dijo con una sonrisa cuando este abrió.

Rápidamente se puso en pose de combate y golpeó junto a su mentón con la punta de los dedos índice y corazón de su mano derecha. El hombre se llevó ambas manos al lugar boqueando sin emitir más sonidos que balbuceos incomprensibles. "Demasiado fácil." Acababa de paralizar su mandíbula inferior, incluyendo la lengua. El capitán trató de desenvainar su espada, pero Issei le dio velozmente un toque en el cuello, en la zona de la carótida, y otro en el pecho. Tras eso se giró y se dirigió a los camarotes de la tripulación, sin dignarse a mirar cómo el hombre se desplomaba inconsciente. Pasó primero por su camarote y se quitó aquel disfraz tan ridículo, poniéndose su traje, su corbata y por último su sombrero. Acto seguido sacó su pistola y la dejó lista para disparar.

- Odio esta clase de misiones - murmuró, mientras salía al pasillo - Pero la Justicia está por encima de las vidas de unos simples criminales.

Issei sacó el silenciador y lo ajustó a su arma. Sin dirigirle más la mirada que lo justo para apuntar, disparó a la cabeza del inconsciente capitán. Acto seguido se dirigió al camarote del primer oficial sigilosamente, con su Giro Giro no mi activada para ver a través de las paredes y comprobar que no había nadie despierto, y más concretamente acercándose a él. En general el barco parecía desierto; todos seguían descansando. Abrió la puerta lentamente, y se acercó a la cama. El hombre seguía durmiendo. Issei apoyó el cañón sobre la sien de este, y apretó el gatillo.. El silenciador se manchó con la sangre, y su víctima se estremeció y convulsionó. Algo asqueado, salió de la habitación. Repitió la operación con el contramaestre sin problemas, y entonces pasó a la estancia de la tripulación. Ahí sería algo más complicado. Atento a cualquier ruido, entró y comenzó su labor. Al principio no hubo problemas, dado que su silenciador apenas hacía ruido. Podría haberlo hecho a base de shigans, pero prefería no mancharse el traje. Además, ya era una tarea lo bastante desagradable.

Hubo algunas complicaciones cuando uno de los ejecutados comenzó a retorcerse y cayó de su litera. El ruido hizo que varios tripulantes despertaran y diesen la voz de alarma. Pero Issei ya estaba listo para semejante eventualidad, y no fueron rival para él. Una breve batalla se libró entre los cadáveres de los marineros muertos, con Issei moviéndose velozmente de un rival a otro. Pronto todos estuvieron en el suelo inmóviles, unos muertos y otros paralizados. Una vez derribó al último, con un golpe de su Eikyo en el estómago que paralizó su diafragma, comenzó a rematarlos disparándoles en la cabeza como había hecho con todos los demás. Comprobó con su mantra que efectivamente estaban muertos, y salió de la estancia conteniendo una arcada. No soportaba que le enviasen a misiones donde tenía que orquestar masacres a tan grande escala. De repente se dio cuenta de que percibía una presencia en la popa del barco. "Mierda." Se detuvo, y en lugar de salir a cubierta pasó por debajo hasta la estancia que quedaba justo debajo del lugar donde percibía al desconocido.

- Veamos quién eres - susurró para sí mismo.

Activó su akuma, y entonces vio que sobre la popa había una mujer. No tenía pinta de ser de los marineros, y de hecho no la conocía. "Debo andarme con pies de plomo. Podría ser aliada de los traficantes." Miró a la pared y cerró su ojo izquierdo. Se concentró, y de repente un láser salió de su ojo derecho, con el que trazó un boquete. Agarró la madera quemada y la arrancó, saltando al exterior del barco al instante. Entonces con su kamisori comenzó a correr en el aire y se situó sobre la baranda, tras la desconocida. Con su kamie kenpo movió sus manos a una velocidad mayor a la que podía seguir el ojo humano y apoyó el cañón del arma en la cabeza de ella. Acto seguido comenzó a leer sus pensamientos. Debía averiguar quién era.

- ¡Identifícate! Y no hagas ningún movimiento brusco o disparo.

Al principio se identificó como una turista. Ya claro, y él era cura. Issei no se fiaba un pelo de aquella tipa. Y bien que hacía, porque al momento de declarar eso, se apartó de él a gran velocidad. De hecho, más de la que tendría un humano normal... casi parecía un ¿soru? Issei puso el seguro a su arma y la enfundó rápidamente, observando cómo ella sacaba sus pistolas. Activó su Giro Giro no mi y el mantra, y se centró en las intenciones de ella, leyendo sus pensamientos. ¿No usar el rifle? Si bien sus motivos eran cuanto menos estúpidos (en cubierta había espacio de sobra para maniobrar), su decisión había sido la correcta. A cortas distancias un rifle sólo le habría dado ventaja a él. Combinando su kamie kempo y el kamisoru comenzó a aparecer y desaparecer hacia su enemiga, esquivando todas las balas sin dificultad aparente.

- Te has metido en un buen lío, chica. Intentaré no matarte, pero no prometo nada.

En un abrir y cerrar de ojos apareció junto a ella en una extraña pose de combate. Recubriendo con haki sus dedos y cargándolos de energía, dio una serie de veloces golpes con su kamie kempo tan rápido que el ojo humano no podía seguir sus manos. Con su Giro Giro no Me previó las intenciones de ella para intentar anticiparse a sus esquivas. Sus golpes fueron dirigidos a ambos brazos, el estómago y la garganta en la zona de la carótida. Se trataba de su Eikyo, una técnica del Chishi Seido que inmovilizaba los músculos de la zona que tocaba. Dándole en sus brazos, se los paralizaría. En el estómago dificultaría sus movimientos enormemente y le dejaría sin respiración al paralizar su diafragma. En el cuello empleó una técnica diferente, el Pression Point. Si le daba ahí, bloquearía su carótida, haciendo que la presión sanguínea en la zona aumentase y en respuesta el corazón comenzase a latir más lento. La falta de riego la dejaría inconsciente un buen rato.

- Adiós...

Una vez la tuviese inconsciente, revisaría sus recuerdos para descubrir su identidad y decidir qué hacer con ella. No le cabía duda que lo lograría... no parecía tan hábil como para evitar sus golpes, y dudaba que se lo esperara.

La chica se desplomó ante él. Para evitar que se diera un tortazo contra el suelo, Issei la sujetó por los hombros y la tumbó boca arriba. No había sido muy díficil al final... tal y como había esperado, no era una rival dura. ¿De quién se trataría? ¿Una aliada de los mafiosos? Podía ser. De hecho, tenía sentido. No le habían avisado de que fuese a haber ningún otro agente por la zona, e iba armada. Lo mejor sería averiguar su identidad cuanto antes y desarmarla. Activó su Giro Giro no mi y comenzó a mirar a través de su ropa, buscando todo el armamento que pudiera llevar oculto encima. Comenzó a sacar cuchillos, cargadores con balas de dos calibres diferentes, bombas y un fusil de precisión. No pudo evitar fijarse en el cuerpo de ella al utilizar el poder de su akuma, pero procuró respetar su intimidad todo lo posible. Alejó las armas de ella y comenzó a buscar entre sus ropas algo que le diera una pista sobre su identidad.

- ¿Es que no lleva nada encima? - se preguntó, algo molesto.

Parecía que iba a tener que hacerlo por las malas. No iba a usar aquel barco, así que no importaba si cortaba algún cabo. Comenzó a ascender hasta una vela con su geppou, y con dos rankyakus cortó un largo tramo de cuerda. La recogió y descendió a cubierta de nuevo. Entonces se cargó a la chica al hombro y la depositó junto a uno de los mástiles, atándola por el torso, con los brazos por dentro. No se esmeró mucho, le llegaba con mantenerla atada el tiempo suficiente como para leer su mente. Una vez atada, le colocó los dedos sobre los párpados y la forzó a abrir los ojos. Entonces miró al interior de estos y comenzó a explorar su mente. No tardó en encontrar los datos que buscaba sobre ella, y le sorprendieron bastante.

- Alwyn D. Inversse... CP3.

Parecía que no estaba en la isla por una misión oficial, si no que estaba de permiso. Había cometido un error, pero por suerte no había llegado a herirla. Desató a la agente y se remangó el brazo izquierdo, abriendo el compartimento secreto de este y sacando una botella de agua fría. Volvió a cerrar el brazo cyborg y a ocultarlo bajo la ropa y la piel falsa, y abrió la botella. Le mojó un poco la cara con esta y le dio unas suaves bofetadas. Una vez despertara le ofrecería la botella. No por ningún motivo en concreto, a lo mejor le apetecía beber. A él solía pasarse cuando despertaba de una llave del sueño durante los entrenamientos.

- Eh, despierta.

De vez en cuando vigilaba sus pensamientos por si despertaba para ver venir sus reacciones, pero evitó en la medida de lo posible ver nada íntimo suyo. No le gustaba tener que ver la mente de otras personas. Era invadir su privacidad, y aunque no hubiera ninguna ley al respecto (más que nada porque era una habilidad única), estaba muy claro que no era algo correcto. Lo hacía cuando era necesario, pues aunque respetuoso con el resto no era un necio. No iba a poner en riesgo su propia vida por tratar de no violar la intimidad de alguien que le había atacado. De repente ella comenzó a moverse, reaccionando a sus golpes y al agua. Inmediatamente dejó la botella en el suelo, y en cuanto ella despertó alzó las manos para hacerle comprender que no iba a atacarla.

- Tranquila, ha sido todo un malentendido, no somos enemigos.

Tendría que dar parte a base de todo aquello, y soltar una bronca al responsable. Por culpa de una casi fatal irregularidad podría haber eliminado a la chica confundiéndola con una enemiga. Se remangó el brazo izquierdo y abrió el compartimento de su mini nevera, sacando dos barritas de avellanas. Se llevó la suya a la boca y le tendió la otra y la botella. Acto seguido comenzó a comerse su barra, dándole un buen mordisco y disfrutando del sabor. Le encantaban las avellanas. En ese momento volvió Ao, acompañado de otras dos aves... ¿búhos? ¿lechuzas? Nunca había tenido claro cuál era la diferencia. El alegre mirlo se posó en su hombro, canturreando. Con una sonrisa, Issei le acarició la cabeza con un dedo.

- Me presentaré antes de explicarte qué ha ocurrido aquí. Mi nombre es Issei Hayate, un agente del Cipher Pol como tú. Tenía una misión en este lugar, eliminar a una banda criminal que viajaba en este barco. Se suponía que no iba a haber ningún otro agente ni aliado en el lugar. Veo que se equivocaban... discúlpame por mi brusquedad. ¿Te he hecho daño?

Tras cerrarse de nuevo el brazo cyborg y remangarse, se acercó a las armas de Alwyn. Las recogió todas y se acercó a la chica con estas en brazos, dejándolas al lado de ella.

- Lamento haber tenido que desarmarte, pero quería asegurarme de que no me atacarías nada más despertar. Y una vez más, perdóname. Te aseguro que me ocuparé que el responsable de este incidente pague su irresponsabilidad. He estado a punto de confundirte con una aliada de esos bellacos y de asesinarte. Tienes suerte que no sea de esos agentes de gatillo fácil de "dispara primero y pregunta después".

Así que estaba bien... era un alivio. Las técnicas del Chishi Seido bien empleadas podían noquear sin riesgo de lesionar al afectado, pero un mal uso podía ocasionar graves problemas de salud. Cortar el riego sanguíneo durante demasiado tiempo conllevaba riesgos para el cerebro, por eso era que Issei tenía mucho cuidado al usar esa llave, y procuraba parar el torrente sanguíneo lo mínimo para causar únicamente inconsciencia. Se sentó en el suelo, aprovechando para tomarse un descanso, y dijo:

- Me alegro de no haberte herido. Nunca fue mi intención, aun antes de saber que era del Cipher Pol.

Dos aves más llegaron al poco de aparecer Ao. Parecían búhos... ¿o tal vez lechuzas? Nunca había tenido muy clara la diferencia, pero ahora que se fijaba estaba claro que aquellos dos ejemplares en concreto eran de especies distintas. Tras darle un bocado a la barra y dar un trago, Alwyn siguió hablando, diciéndole que seguramente no había sido un error. "Pero aunque ella aun no hubiese avisado de que iba a prolongar su estancia cuando partí, mantuve el contacto con el cuartel casi a diario. Podrían haberme avisado en cualquier momento."

- No me gusta ser agorero, Alwyn-san, pero tal vez deberías andarte con ojo de ahora en adelante. Este accidente huele a chamusquina. Mantuve un contacto regular con Ennies Lobby durante la misión, y nunca se me avisó de nada. Pudo haber sido un error, pero... - decidió callarse, guardándose sus sospechas para sí mismo - En fin, creo que estoy hablando más de la cuenta. Supongo que me he acostumbrado a pensar siempre poniéndome en la situación más enreversada. Al fin y al cabo, a eso nos dedicamos, ¿no?

Mordisqueó de nuevo la barrita y se levantó, paseándose por el barco. No debería faltar demasiado antes de que vinieran a buscar todo el cargamento.

- Pronto llegará gente aquí a recogerme y ocuparse de unos asuntos en este barco. Me temo que debo pedirte que no menciones nada de lo que has visto aquí hoy, y por supuesto tampoco sobre mi presencia... o mi existencia.

Al fin y al cabo, era un agente del CP 9. Se suponía que su organización no existía, aunque dentro de la agencia de inteligencia prácticamente todo el mundo supiera de su existencia. A pesar de eso convenía mantener las apariencias, y aquella operación se suponía que era secreta.

Issei despidió a Alwyn con un gesto de la mano, y la vio alejarse en forma completa. Así que usuaria de zoan, ¿eh? Curioso, aunque explicaba que llevase tantos pájaros consigo. ¿Harían las zoans a sus portadores tener más afinidad con el animal en que se transformaban? No sabía la respuesta, pero no le extrañaría que así fuera. Volvió a sentarse contra el mástil y sacó otra barrita de avellanas, comiéndola con calma mientras pensaba en el tema de Alwyn. ¿Quién podría estar detrás de aquello? ¿Había realmente algún interés oculto? Realmente... no tenía sentido. Si había sido un intento de asesinato, era uno muy torpe. Él no era dado a eliminar a gente que no era parte de su misión, y su expediente lo reflejaba. ¿Qué habían pretendido, si es que había alguna intención oculta? Tras suspirar y menear la cabeza, confuso, le dijo a Ao:

- Se buen chico y vigila los alrededores. Avisa si se acerca algún barco.

El mirlo se alejó canturreando, mientras el agente se disponía a echarse una siesta. Ya se había acabado su tarea, así que... ¿qué tenía que temer? Era posible viendo esas irregularidades que se le acercara algo gordo, pero, para algo tenía su mantra. "¿Y si no me alerta mientras duermo?" Algo intranquilo por la idea, decidió permanecer despierto, disfrutando de la brisa marina. El barco del CP aun tardó un par de horas en venir, que el joven pasó silbando y contando nubes. No era particularmente productivo, pero tener un rato para hacer el vago de vez en cuando era agradable. En cuanto los agentes subieron a bordo comenzó a darles instrucciones diciéndoles dónde estaba toda la mercancía, tras lo cuál se cambió de navío. Era hora de volver a Ennies Lobby.