¿Esta isla es imperial? (Privado Énra y Drake)

Estaba en Gelum, isla perteneciente al imperio, al menos de momento. Estaba allí en busca de señales de una posible invasión por parte del gobierno o de las islas independientes cercanas. Mi misión era simple, estar atento a cualquier actividad rara, no dejarme ver e informar a Lord Anthony si encontraba cualquier cosa que no debiera de estar allí. Los dos primeros días habían sido tranquilos, había volado sobre la isla, en especial por el lago central, pensando si nuestra base algún día sería como ese lago volcánico. Nada fuera de lo normal había pasado, hasta que vi a lo lejos un barco.

Cuando llegué a los árboles de la costa, este ya había atracado y no tenía bandera ni identificativos visibles. Me acerqué pasando de rama en rama, buscando algún rastro en la nieve, pero las únicas huellas que veía parecían ser animales. Decidí esperar entre las perennes hojas a que su propietario saliera, si es que tenía propietario y no había estado a la deriva terminando allí.

Mientras esperaba me fije más en las huellas, parecían ser de un único animal que no supe reconocer. Aunque eran más grandes que las del mismo tipo que había visto anteriormente en la isla. Tras eso me volví a fijar en el pequeño barco, mejor dicho barcaza. Tenía una pequeña cabina cubierta y parecía tener varios destrozos en las barandillas laterales. Si quien fuera que estaba dentro tardaba demasiado en salir me acercaría sigilosamente.

De repente el pequeño barco que se hallaba en la isla empezó a temblar. Una figura salió por los aires tras reventar la cubierta y cayó al agua. Seguidamente dos hombres más salieron disparados provocando dos agujeros más y seguramente muriendo por las frías temperaturas de aquellas aguas. De la oscuridad del barco surgió una extraña figura. Sus ojos dorados eran penetrantes e imponentes. En pocos segundos en la cubierta se hallaba un lobo blanco más grande que otro cualquiera. El majestuoso animal miró al cielo abriendo la boca y soltando un terrible aullido. Su pelaje le protegía del frío y por ello no tenía necesidad de ir abrigado ni nada por el estilo.

¿Qué hacia el animal allí? Ese barco pertenecía a unos espías del gobierno que tuvieron la mala suerte de tener una pequeña invasión interna por parte del capitán de la guardia de Derian Markov III. Drake solía ser violento con todo el mundo del CP o de la marina. Tan solo era amable y fiel con sus seres queridos o con las buenas personas. El animal se acercó ahora a otro tipo que estaba tumbado en una esquina malherido. Abrió sus fauces y clavó sus dientes en el cuello del desgraciado. Apretó con fuerza notando la sangre invadir su boca y la luz perderse en los ojos de aquel hombre.

Una vez el carnívoro hubo terminado su labor empezó a olisquear el ambiente. Notaba un extraño olor cercano a la costa y ahora miró a la isla. Después saltó del transporte aterrizando en la fría nieve. Le daba absolutamente igual el clima pues el rastreador estaba acostumbrado a las expediciones nevadas de su jefe. Se relamió despacio y empezó a caminar rumbo a los árboles tranquilo mientras alzaba una ceja. Después el increíble lobo comenzó a hablar con un tono de voz grave. – En nombre del rey Derian Markov ¿Quién se halla en esta isla? – Sus dorados ojos continuaron observando al frente de dónde provenía aquel extraño olor.

De pronto, la caseta del barco reventó, saliendo astillas en todas direcciones. No había habido explosión ni nada parecido, pero un segundo después un cuerpo callo sobre el agua. A los pocos segundos dos hombres atravesaron la cubierta, terminando en las frías aguas uno y otro dando un buen golpe contra la madera de cubierta. De los restos del ya maltrecho barco surgió un gran lobo cuya presencia era imponente, y ¿No tenía sombra? Que era esa criatura, y que hacía allí. Mientras me fijaba en esto el animal termino de rematar a los marineros y empezó a olfatear el aire. “Mierda”, fui mi único pensamiento antes de que la voz ronca del lobo declarara que quién se encontraba en la isla de su majestad. Esa frase me relajó un poco, pues era aliado, teóricamente.

Ikvar a su servicio.- Dije bajando del árbol y cayendo de rodillas en el suelo con un brazo apoyado en el mismo.- Lamento ser yo quien le informe, pero su Majestad Derian Markov III murió hace unos días en la isla de Hallstat. Lord Anthony R, general de los ejércitos imperiales, me mandó aquí para comprobar la actividad de la marina, aunque veo que no fui el único.

Mientras esperaba la respuesta del lobo mantuve la actitud sumisa, no era algo que hubiera aprendido, pero mi instinto me decía que era la forma correcta de estar delante de un depredador más poderoso que tú. Además le daba vueltas a la carencia de sombra que tenía el lobo, solo había visto a alguien usar sombras, hacía varios meses en Water Seven a una joven, hija del difunto rey.

El animal pudo ver como una persona salía de la nada. Más bien parecía ser una especie de murciélago humanoide. Este se puso en una postura servicial y dijo aquellas palabras que tanto odiaba el lobo blanco. Drake estaba enterado de la muerte de su mentor, amigo y hermano mayor. De hecho ahora arrugó el hocico dándole un aspecto temible mientras su cola se movía de un lado a otro. Algunas gotas de sangre bajaban todavía por la blanca barbilla del majestuoso animal. De repente el ojo derecho de aquel carnívoro se volvió rojo mientras el izquierdo verde.

Su cuerpo empezó a cambiar de repente hasta formar una persona de un metro con ochentaicinco de alta. Su musculatura resultaba imponente y exagerada. Sus pectorales eran impresionantes y su zona abdominal parecía querer salir de su cuerpo. Los brazos bien grandes y marcados. Tan solo llevaba unas botas negras y un pantalón negro. Su pelo castaño ahora ondeaba por el viento. Dirigió sus ojos hacia aquel ser. – La leyenda de mi maestro nunca morirá. Su fiel servidor siempre protegerá su reino. Me llamo Drake Lars Lee, capitán de la guardia del Norte. Guardaespaldas del verdadero Rey de Hallstat Derian Markov tercero. Alumno de un mentor asesinado, soldado de un maestro asesinado e hijo de un padre asesinado. Pero cumpliré mi venganza en esta vida o en la otra. – El chico frunció el ceño un poco mientras trataba de controlarse.

Después de unos segundos su ojo rojizo se volvió verde también y trató de controlarse. Si aquel hombre había mandado al murciélago quería decir que conocía a Iliana. El luchador simplemente soltó un suspiro. – Levántate. Yo no merezco ninguna reverencia. – Después de decir aquello se acercó a aquel hombre y estiró su mano hacia él tratando de darle la mano mientras trataba de sonreír por mucho que le costara. Estaba claro que el lobo no iba a volver a ser el mismo desde la muerte del vampiro.

Podía notar la rabia del lobo mientras hablaba, aunque mientras lo hacía se fue transformando en un joven no más alto que yo, que al parecer trataba de controlar todos esos impulsos. Ese chico era un hombre lobo, o bien era un consumidor de una akuma no mi, siendo lo más seguro lo segundo. Cuando finalizo me dijo que me levantara que él no merecía ese trato y me tendió la mano intentado sonreír, aunque se le notaba algo forzado.

-siento mucho tu perdida, aunque no soy quien para hablar de eso pues trabajo de, como llamarlo, especialista en asuntos delicados, pero ya que estas aquí no me vendría mal una mano para terminar de registrar la isla buscando a mas marines.

Tras decirle eso saqué un pequeño mapa de la isla que me había dado Anthony y lo extendí, señalándole a Drake las zonas que ya había examinado a fondo, y en las que creía que era más probable que hubiera actividad camuflada de alguno de los grupos que se oponen al imperio. Además de eso tenía un interés especial en ver actuar al gran Drake, ese hombre es toda una leyenda en muchos círculos, sobretodo en de asesinos, cuanta gente habría intentado matarlo a él o a Derian muriendo en el intento. Nuestro gremio siempre rechazo esos trabajos eran demasiados arriesgados y mal pagados como para intentarlo.

El lobo observó como aquel murciélago sacaba un mapa mientras le señalaba las zonas exploradas y además le decía que podía haber marines que se oponían al imperio. La verdad es que no entendía aquel trozo de papel pues si ya le costaba leer cualquiera aprendía aquello. No tardó en soltar un pequeño gruñido cuando a su olfato llegaron asquerosos olores de la marina. Al parecer aquellos tipos se hallaban de verdad por allí y pretendían escapar del lobo blanco. Les quedaba todavía muchísimo camino para poder rozar un dedo de la mano del castaño. Sin pensárselo asintió a las palabras de aquel ser con alas.

No pudo evitar sentir algo de frío por el cuerpo y de repente empezó a moldear su energía. A los pocos segundos un aura de fuego le rodeó por completo. De esa forma notaba su cuerpo cálido. A continuación el chico miró a su acompañante y simplemente le dedicó una sádica sonrisa. – Sígueme. Los olores más cercanos vienen de por aquí. – Dijo mientras empezaba a caminar esperando que aquel ser le siguiera de cerca. Era la hora de defender el tesoro de su maestro de cualquier payaso que se atreviese a invadirlo. No iba a permitir que nadie que estuviese allí saliera con vida. Aquellos tipos de la marina ya estaban muertos.

No tardó en llegar a una pequeña zona dónde se hallaban unos diez marines montando una tienda de campaña. Aquellos imbéciles no sabían lo que se les echaba encima. El lobo simplemente apretó el puño de la rabia y se quedó mirando al murciélago. – Quizás quieras atacar primero. Si ataco yo no quedará ni rastro de ellos para que puedas divertirte. Una vez lo hagas aléjate mínimo veinte metros. – Dijo ahora mientras le miraba y le invitaba a que fuese el primero en atacar. Si no lo hacía el propio guardaespaldas de Derian se ocuparía de acabar rápidamente con las vidas de aquellos payasos de uniforme blanco.

Drake se rodeó de algún tipo de aura extraña, pero no quise hacer preguntas, al menos por el momento. Tras eso dijo que le siguiera, que sabía de dónde venían olores cercanos. No me sorprendió mucho sabiendo que tenía parte canina, que poseían excelente sentido del olfato. Lo seguí tan de cerca como pude mientras avanzábamos por el bosque en dirección a lo que debía ser uno de los grupos invasores, o el único de ellos.

Cuando llegamos a una zona en la que un pequeño grupo de marines se afanaban por montar una tienda y colocaban cajas de siniestros en el lateral. Drake me comento que si quería que atacase yo primero, pero que luego debía de alejarme al menos diez metros de la zona por mi seguridad, y me tome muy enserio aquella recomendación. Saqué dos dagas y empecé a correr hacia el claro, según lo hacía modifiqué mi cuerpo con el mercurio para aparentar algo más oscuro y fiero, un murciélago mucho mayor. Según pasaba corte dos arterias braquiales a los marines que tenía más cerca, estos se desangrarían en minutos, y a continuación alcé el vuelo, poniendo por encima de mis alas una capa de mercurio del doble del tamaño de estas.

Los marines en el claro parecían no tener claro que había pasado, pero si alguno llegó informar seguramente diría que Derian había vuelto a por ellos. Desde el aire escuché los gritos de la marines, seguramente Drake acaba de entrar en escena, por lo que me gire hacia el lugar y verlo pelear, debía ser un bonito espectáculo, aunque no para los marines.

El lobo observó como el murciélago eliminaba a varios de ellos con suma facilidad. No supo si sonreír de lado o mantenerse serio. Pronto iba a ser su turno e iba a usar sus poderes para reventar vivos a aquellos insectos. Los marines realmente eran parásitos que merecían ser exterminados a cualquier coste. En ese momento cuando el ser alado terminó se fue volando pero a una distancia más corta de la que le indicó el chico lobo. No tardó en suspirar y en avisarle de nuevo para que estuviese a salvo. – ¡Vuela más lejos hombre! – Tras aquello clavó la mirada en los enemigos.

Uno de ellos corrió por el chico con una espada en la mano. Trató de lanzarle un corte a la altura del pecho con toda su fuerza. El luchador simplemente se quedó quieto imbuyendo su cuerpo en su bestial haki armadura. El arma quedó partida en dos y a continuación el castaño agarró de la cabeza a aquel imbécil y apretó con fuerza. Le reventó el cráneo con facilidad y sus dedos quedaron llenos de sangre y restos de sesos. Sonrió de lado para después aumentar la intensidad de su aura ardiente que le mantenía caliente en aquella isla Norteña. Ahora soltó una carcajada maligna.

Otro de aquellos payasos trató de golpearle con el puño en la cara. Sin embargo el lobo lo agarró con facilidad y de una patada alta le partió el cuello como si fuese de cristal. Ya quedaban pocos pero Drake iba a finalizar. En su mano derecha empezó a formarse una esfera blanca que irradiaba poder. Sin pensárselo se desplazó hasta otro de ellos y gritó con fuerza. – Ripera o utsu. Maximun power. – De repente clavó de un golpe aquella cosa en el pecho de su víctima. El resultado fue una terrible onda expansiva que se expandió veinte jodidos metros. Los árboles salieron volando por los aires. Los marines lo mismo y aquel pobre desgraciado acabó reventado vivo. Cuando la terrible onda pasó, el lobo sonrió de lado quitando su mano de aquel asqueroso ser.

Me aleje más como me pidió Drake, la verdad es que el espectáculo fue increíble, todo lo que había veinte metros a su alrededor salió disparado a causa de una potente onda. Cuando pasó y baje a su lado estaba soltando una masa sanguinolenta que debió pertenecer a uno de los marines. El resto del campamento estaba totalmente destruido, al igual que la zona a veinte metros de él.

-No creo que el gobierno haya mandado únicamente a estos pocos soldados, deben tener un campamento mayor cerca, o un buque. Deberíamos seguir buscando, si quieres ayudarme claro está.

Me gustaría mucho que aceptara la propuesta, verle en acción me enseñaría muchas cosas útiles, tanto para poner yo en práctica, como para saber su estilo de lucha. Hay que conocer a tu enemigo, pero también a tu amigo para cuando te traicione poderte defender, me solía decir Geldar durante los entrenamientos lo primeros meses. En cuanto Drake aceptara o declinara mi propuesta partiría o partiríamos en busca del resto de marines o agentes del gobierno que quedaran allí.

El lobo observaba calmado la situación haciendo sus ojos tomar un color dorado para después suspirar y llevarse las manos a la nuca. La masa de sangre que había a sus pies daba bastante asco. A continuación el murciélago bajó diciendo aquellas palabras. Sin embargo no había más olores en la isla. Por lo que si había algo más debía de ser un buque fuera del radio del olfato del lobo blanco. Ahora soltó un suspiro y se quedó mirando tranquilamente a aquel hombre alado que parecía tranquilo también.

Su aura de fuego fue desapareciendo al agotarse el tiempo que podía mantenerla encendida. Después de unos segundos volvió a su forma completa transformándose en aquella bestia blanca de ojos dorados. Movió la cola de un lado a otro y ahora arrugó el hocico mirando a aquel tipo. – Mataré a cualquier imbécil que ataque las islas de mi líder. Vayamos a ello entonces. – Dijo mostrando sus afilados dientes de forma siniestra para después activar su learning to fly y echar a volar hacia las alturas.

No tardó en divisar desde allí un barco bastante grande y alejado. Sabía que el murciélago volaba por lo que ahora empezó a desplazarse por el aire a toda velocidad dirigiéndose a aquel navío. En la cubierta se podían ver muchos marines armados y abrigados. Aquellos payasos estaban a punto de ser masacrados por listos y ahora la bestia cayó en la cubierta. Los miró lanzando un terrible rugido mientras fruncía el ceño.

Drake estuvo encantado de ayudarme a buscar a los que faltaran, o eso me dio a entender lo que dijo acerca de acabar con todos los que atacaran las islas de su líder. Tras ello volviendo a su forma animal comenzó a buscar, encontrando algo interesante pues comenzó a desplazarse por el aire de forma muy curiosa, y a mucha velocidad. Salí volando detrás del lobo, ahora podía distinguir una figura de un barco algo más allá, seguramente de la marina y nuestro objetivo.

Recordando las palabras del lobo en el bosque decidí dejarle espacio y yo entrar al interior del barco, allí causaría más daño y estorbaría menos a mi compañero. Lo vi aterrizar en la cubierta, asustando a todos los marineros en ella, por mi parte fui hacía el otro lado y me metí bajo la cubierta, empezaría por la sala de máquinas para que no pudieran irse e iría subiendo. Casi todos los guaridas deberían estar ahora en dirección al lobo, pero cuando atacara alguno bajaría, dándome tiempo a mí para acabar con todos los mecánicos y descargando a Drake de gente.

AL llegar a la sala de máquinas saque las espadas y ataque al primer mecánico que encontré, el resto corrieron a dar la alarma, en cuanto acabe con ese corrí a por el resto, que intentaban ocultarse tras una puerta, que abrieron a toda prisa cuando empezó a pasar algo de mercurio por debajo de ella, encontrándose el primero que salió con la hoja de mi espada en su cuello.

El lobo observaba a todos aquellos idiotas de forma calmada para después iluminar sus ojos en un tono dorado y volver a la forma humana. El primer marine se lanzó contra él entre gritos y amenazas variadas. Trató de atravesar el pecho del chico con una lanza. Ésta quedó inservible cuando el castaño imbuyó su puño derecho en haki armadura y de un puñetazo la hacía pedazos. Los trozos de madera saltaron por los aires y ahora fue cuando una sonrisa siniestra se formó en el rostro del chico. Tomó a su presa del cuello y acto seguido apretó partiéndoselo con bastante facilidad. Aquello hizo reinar el terror en la cubierta.

Allí no había más que idiotas y ahora uno de ellos sacó una especie de guadaña roja. Se quedó mirando al luchador y se puso en guardia. – Déjanos en paz maldito criminal. Nosotros solo cumplimos órdenes. – Drake activó su Sn1 rodeándose de un aura oscura para después lanzarse a toda velocidad hacia su presa y de una patada estamparlo contra la borda. Se llevó ésta por delante y cayó al agua. – Es curioso, yo también. – Mencionó ahora mientras miraba al resto de forma seria.

Se notaba el miedo en las miradas de aquellos payasos. Unos cuantos ahora escucharon ruidos en el interior y fueron hacia allá. El lobo blanco usó su olfato para saber que se trataba del murciélago. En ese momento supo que no podía romper el navío o hundiría también a aquel hombre alado que no merecía nada malo por su parte. Ahora empezó a gruñir al mismo tiempo que lanzaba un golpe al aire formando una terrible onda de choque que mandó a volar a varios de ellos por los aires. Después de unos segundos había acabado con todos los que estaban en la cubierta. Después de cruzó de brazos esperando a que apareciera aquel murciélago. Para no coger frío volvió a la forma completa.

Una vez estos murieron toqueteé varios botones, hasta que todo aquello dejo de hacer ruidos, después de ello me dediqué a romper tuberías, soltar lo que podía y en general destrozar el lugar. Mientras lo hacía llegaron más marines hasta el lugar, aunque no demasiados, con los que acabe usando las espadas. No eran demasiados diestros, y ver que tu enemigo regenera las heridas casi nada más hacerlas pues desmoraliza y asusta bastante. En cuanto me deshice de ellos me encamine por donde habían llegado esos marines, esperaba encontrar a alguna más allí.

La sorpresa fue que llegué a donde estaba Drake, el lugar era un desastre, pero no tanto como habría esperado, quizás se hubiera contenido por mi presencia. Me acerque hasta el esquivando algún cadáver y viendo las maderas rotas que había por toda la cubierta, que ataque habría usado, algún día le pediría que me lo enseñara, incluso puede que le pidiera algo de entrenamiento.

-El motor ha quedado como la cubierta, no se mucho de mecánica, pero creo que reparar tuberías en alta mar no debe ser fácil. Aunque tengo la sensación de que son pocos marines para un barco tan grande.

El lobo blanco permanecía quieto observando al murciélago con toda la calma del mundo mientras sus dorados ojos le analizaban despacio. Escuchó sus palabras y la bestia asintió con la cabeza despacio para después relamerse. El barco estaba ya a punto de irse a pique debido a que aquel tipo había hecho lo que sea dentro. Pese al tamaño del barco y el bajo número de ellos, iban a hundirse si estaban escondidos por alguna parte. No escaparían de la ira del lobo guardián del Norte. – Yo me ocuparé de reventar a los que queden. Éste barco está perdido. – Dicho eso volvió a la forma humana despacio.

A continuación se elevó unos ocho metros haciéndole al murciélago una señal para que se apartase. En ese momento echó el puño hacia atrás y tras un rugido de rabia lanzó un tremendo puñetazo al aire. La ondulación que se formó entonces fue tan poderosa que una terrible onda de choque salió disparada hacia abajo partiendo la cubierta y empezando a hundir el barco en las heladas aguas. Si algún loco salía moriría y si no se ahogaría por lo que ese buque ya había alcanzado su final.

El lobo ahora se cruzó de brazos levitando mientras se hallaba al lado de aquel ser alado. – Eliminaré a cualquier cosa que se mueva bajo la bandera del gobierno y la marina en cualquier isla del Norte. El imperio de mi maestro no será disuelto. – Dicho aquello se quedó callado mientras sus ojos tomaban un tono dorado intenso. Una oscura aura empezó a formarse a su alrededor al mismo tiempo que mantenía su vista fijada en el ancho mar azul.