Aprendamos a convivir. [Entrenamiento/Kasan-Tobías/Privado]

Por fin llegué a la Isla Kabushi, una isla conocida por su peculiar forma parecida a un escarabajo. Había realizado un largo viaje abordo de un barco mercantil que atracó en Enies Lobby ha llevar provisiones y tras enterarme que tenían que pasar por aquí les pedí poder acompañarles. Habíamos atracado en la supuesta pata izquierda del escarabajo y me dispuse ha esperar al agente tras acordar un trato con el capitán para que volviese a buscarme. En realidad no fue difícil convencerlo puesto que conocía perfectamente su idioma, el dinero. Con unas monedas en el momento del embarque y con la promesa de algunas más si me dejaban donde yo quería al venir y si volvía a buscarme luego, la cosa terminó con un acuerdo bueno para ambos y así no tuve problema para conseguir el pasaje.

El motivo de mi viaje era que hace poco el capitán Kimura de los Crisom Wolves me comentó que había conseguido que nos ayudase un nuevo agente para algunas misiones difíciles de la banda y tras escuchar su nombre y el extraño combate que tuvieron no pude evitar dudar de él. No hacía mucho tiempo había recibido el palo de que un compañero de la agencia resultó ser miembro de una mafia dejándonos en muy mala posición y con cara de tontos, por lo menos a mí ya que me salvó la vida y creía que podía confiar en él. El agente en cuestión podría haberme dejado morir o incluso matarme puesto que estaba malherido e indefenso, pero por un extraño motivo se mantuvo a mi lado ayudándome. Eso había causado que ya no me fiase de todos mis compañeros, y menos aun si tenía que confiarle mi vida cuando hiciésemos alguna misión juntos, asique quería conocerlo.

Antes de partir le dejé un mensaje en Enies Lobby con una petición. Según el capitán era un combatiente admirable, pero quería verlo por mí mismo asique tras pensar detenidamente como conseguir que acudiese al encuentro escribí parte de lo que pensaba. Puse que quería conocerlo puesto que debería haber confianza en el grupo y que aparte podíamos comparar sus habilidades con las mías, y que la mejor forma de hacerlo era en alguna isla sin gente o sin mucha al menos para llevarlo a cabo. Me había medio informado sobre él y sabía que era más fuerte que yo, pero no siempre las informaciones eran correctas y quería comprobarlo. Quizás hasta pudiese sacar algo en beneficio, porque si era mejor podría poder aprender algo nuevo.

Había comenzado a pensar que luchando con una persona conseguías conocer otros aspectos de él y como una de las cosas que se comentaba era que adoraba la lucha dudaba que rechazase la idea, además el mensaje lo lacré con el sello de los CW, para así usar otro incentivo para convencerlo, quizás se lo tomaba como una petición de Kimura. Y a las malas.... Siempre había querido visitar la Isla Kabushi y si no aparecía por lo menos no sería un viaje en balde. Tenía curiosidad por la fauna autóctona.

Ya una vez en tierra esperé al agente llamado Casanova y aunque no pensaba usar ninguna de mis armas me fijé en que todas estaban en su sitio. Me sentía desnudo si no sentía su peso.

No era raro que un agente del CP se infiltrase en una flota Marine para vigilar los movimientos de los militantes, pero dos infiltrados en el mismo navío... Eso ya era mas extraño de verse. Me había aliado a los Crimson Wolves tras ser vencido en combate contra el capitán de estos, esta derrota supuso un cambio en mi vida pues ahora debía ayudar a Kimura y sus camaradas cuando lo necesitasen. Pero claro, no puedo ayudar a quien no conozco, así que tras hablar con el Marine, ambos llegamos a la conclusión de que sería buena idea tratar de congeniar con toda su tripulación, comenzando por este agente.

Investigando un poco sobre él en Ennies Lobby descubrí varias cosas sobre su vida pero nada que me dijese porqué estaba con estos Marines, supongo que será mejor descubrirlo por mi mismo. Tobías Thorn, él agente del CP que estaba ayudando a los Crimson Wolves, me dejó una carta en nuestra tierra, en ella me pedía que fuésemos a Kabushi para conocernos mejor allí. Me informé sobre la isla, en aquel lugar perdido de la mano del señor no había mucho más que árboles, cucarachas gigantes, una vieja leyenda sobre una cucaracha más grande de lo usual y una población demasiado unida al Ejercito Revolucionario... "Éste agente tiene un par de pelotas, quiere que nos conozcamos en pleno territorio enemigo así que es de los míos, es el tipo de persona que es mejor conocer en combate. Perfecto".

Me las apañé para alcanzar Kabushi de la manera mas ortodoxa que conocía, con un pequeño grupo de agentes de rango raso junto a un pequeño navío, pusimos rumbo a la isla de los escarabajos gigantes. Una vez la isla se veía en el horizonte desde el puesto de vigilancia, dí orden de detener el barco, esa isla era simpatizante de la Armada Revolucionaria, no quería que hundiesen a mis hombre en el fondo del mar por lo que preparé un pequeño bote con mis pertenencias, comencé a remar hasta alcanzar la playa, al sureste de la isla. Ese lugar se encontraba rodeado de acantilados, detrás suya un bosque bastante espeso, pero era mejor desembarcar allí antes que ir a parar a la población llena de enemigos.

Cerca de la orilla bajé del bote para posteriormente sacarlo fuera del agua, dejándolo varado en la arena de la playa, antes o después tendría que volver a casa por lo que esa embarcación podía ser una de las posibles vías de lograrlo. Cargué mis pertenencias colocándolas en una bolsa de cuero negra para que fuese más cómodo trasportarlas. Ya con todo preparado partí en busca de Tobías, con un poco de suerte, desde el acantilado podría verle o encontrar alguna pista sorbe su paradero. Me acerqué a una de las paredes rocosas y utilizando el Geppou pronto alcancé la cima de la estructura. Una vez allí subido observé el relieve de la isla, un poco mas al Norte se extendía un gigantesco bosque tan espeso que era imposible ver a través de él, justo detrás suya se alzaba una cordillera de montañas que abarcaba todo cuanto era capaz de ver, posiblemente no cortase la isla por la mitad pero se quedaba bastante cerca de hacerlo.

Desde allí no podía encontrar al agente así que pensé en hacer que él me viera a mi, con unas cuantas ramas secas que encontré y dos piedras encendí una pequeña hoguera, le añadí unas cuantas hojas para que el humo del fuego fuese de un tono más oscuro, así seguro que podría verme con mas facilidad aunque si él era capaz de verlo, posiblemente los habitantes de la isla también lo harían, debía ser precavido en cuanto a esto último. Me senté a esperar la llegada de Tobías mientras observaba la isla, no parecía haber movimiento por parte de los nativos. Por ahora estaba a salvo de la Armada Revolucionaria.

Llegó un momento en el cual me cansé de esperar. En el fondo dudaba de que el otro agente se presentase así como así en una Isla perdida de la mano de Dios porque yo se lo pidiese, pero era un lugar que realmente quería visitar y aproveché la ocasión como escusa. Me adentré hacia el bosque en busca de alguno de aquellos famosos escarabajos o de incluso de alguna planta que luego pudiese aprovechar, aunque en parte quería buscar algo de leña para hacer fuego por si tenía que montar un campamento.

El bosque era realmente frondoso con una gama de colores impresionantes rodeándome por doquier. Había una cantidad de flores con unos aromas fantásticos que embelesarían a cualquier amante de la flora. Seguí avanzando cogiendo alguna muestras de las que más interesantes me parecían y algunas semillas de unos pequeños frutos que encontré en el suelo bastante maduros. El paseo estaba siendo agradable hasta que encontré unas huellas que hicieron olvidarme de las plantas.

Las huellas tenían una forma peculiar y empezaban en un árbol que desprendía savia de una especie de estocada. Me acerqué para verlo mejor y parecía que la herida al árbol la había producido algo punzante. Podría haber sido con una lanza o una herramienta similar, pero las huellas no eran humanas. Las estuve siguiendo un rato pasando por dos árboles más con sendas heridas a las interiores hasta que de repente el rastro desapareció. Estaba en un claro el cual dejaba ver bien el cielo y parte de un gran acantilado el cual me llamó la atención. Salía un humo negro de la cima bastante llamativo que tentó mi curiosidad.

Llevaba ya un rato vagando por los bosques saciando mis deseos personales, pero al ver aquel fuego recordé el porqué de mi visita. Quizás ese fuego lo estaba haciendo el agente aunque cabía la posibilidad de que fuese alguien tramando algo no muy bueno. ¿Si no porqué se molestarían en subir allí arriba?. Sólo se me ocurrían dos cosas. Era alguien que pedía a gritos que lo viesen o alguien que buscaba aquella lejanía al poblado para hacer algo fuera de sus miradas. Aunque dudaba que hubiese alguien que no viese ese nubarrón oscuro, asique decidí dejar de darle más vueltas e ir a investigar directamente.

No me anduve con rodeos, sino que subí directamente en dirección al humo. Subí usando el Geppou para facilitarme el ascenso y antes de darme cuenta ya me encontraba a borde de la cima. Di el último impulso y aparecí de repente cercano al humo. Si era alguien haciendo algo que no debería hacer mi deber era investigarlo y que mejor manera que sorprenderlos de repente.

Pasaba el tiempo cuando mi estómago comenzó a rugir, Tobías se lo estaba tomando con calma, igual no había llegado aún a la isla o no había visto el humo... —"Naaahh, improbable"—. Pensé. El humo era tan denso y oscuro que hasta un ciego lo debería de ver. El pequeño leoncito seguía pidiendo comida pero era algo que olvidé traer a la isla, supuse que podría cazar algún animal o que podría visitar alguna tienda aunque aquí arriba no la encontraría. Esperaría al agente unos minutos más antes de ir a la ciudad, no me hacía mucha gracia por eso de que eran aliados de los Revolucionarios, pero mejor eso que morir de hambre.

Nada más pensar aquello, Tobías, el agente que se había unido a la flota Marine de los Crimson Wolves hizo acto de presencia de una manera espectacular, el muchacho apareció dando saltos en el aire haciendo gala de un buen dominio del Geppou. —Supongo que tu debes ser Tobías—. Dije mirándolo a los ojos mientras permanecía recostado en una roca.Antes de que el chico bajase al suelo tenía pensado ponerle a prueba, no tenía nada en su contra, simplemente era mi manera de hacer amistades. —Espero que al menos me puedas servir de calentamiento—. Sonreí para, un instante después, desaparecer de su vista utilizando el Soru.

En un abrir y cerrar de ojos me había colocado a su altura en el aire, nos separarían aproximadamente unos quince metros, la distancia perfecta para ver de que era capaz. Alcé el brazo derecho juntando los dedos haciendo parecer estos un filo. —Dime, ¿Porqué un agente del Gobierno decidiría cambiar de bando y se iría con la Marina?—. Le pregunté para, antes de que diese una respuesta, lanzar mi ataque. Bajé el brazo para enviarle tajo cortante equivalente a un Rankyaku del Rokushiki pero desde el brazo. Tenía una obsesión desde que mi amigo más allegado me traicionó para unirse a la Revolución, aquel acontecimiento me volvió desconfiado hasta de mi sombra, no soportaba a tantos traidores dentro del CP, de la respuesta y actos de Tobías dependería que mantuviese su cabeza sobre los hombros. No pedía nada realmente, solo quería saber la fidelidad del agente, si de verdad pertenecía al Gobierno de corazón o si simplemente era otro parguela más que antes o después nos traicionaría.

El último impulso fue el mayor quedándome suspendido por encima de la cumbre de la cordillera teniendo así una perfecta imagen de lo que sucedía. En la parte superior al lado de una hoguera que era la que estaba formando aquella humareda tan escandalosa se encontraba un joven que no me fue difícil reconocer, puesto que había preguntado por la base y había obtenido algunos datos de él. Era un joven con el pelo a media melena de color claro como me habían descrito. Allí se encontraba recostado en una piedra, el agente Kasanova el cual me observaba fijamente mientras seguía suspendido en el aire. Ese era el agente que se había aliado a la misma banda que yo, pero sin adquirir un compromiso con la misma y tras la traición de Ban ya no me fiaba de mi propia agencia al 100x100, ¿quién me decía a mí que este Kasanova no quería arruinar una tripulación como los CW desde dentro? Queríamos mejorar el funcionamiento de las cosas y no iba a permitir que fuese por una traición interna. Cierto es que el joven Gusi es un alocado que parece ir a su aire, pero no dudaba de sus convicciones y mucho menos de las de quien era el capitán. Sus motivaciones iban a la par que las mías y por eso me había unido a la tripulación.

Todas eso y más pasaba por mi cabeza cuando escuché alusión a mi nombre confirmando así quien era, pero el agente me sorprendió no dejándome contestar y diciendo algo de un calentamiento mientras desaparecía. Una vez escuchadas sus palabras no me sorprendió el hecho de que desapareciera puesto que sabía perfectamente que acababa de hacer el agente, aunque ahora quedaba averiguar donde volvía aparecer.

Comencé a buscarlo esperando verlo aparecer por cualquier sitio, pero no salió a nivel terrestre si no aéreo. Tenía que haber usado una combinación del Geppou y el Soru consiguiendo un resultado bastante peculiar el cual nunca había intentado usar. Parecía algo interesante y útil, y me lo apuntaría para probarlo yo mismo, pero ahora tocaba prestar atención al agente que adoptaba una posición extraña. Alzaba el brazo con el puño en alto como si fuese a lanzarme una piedra u algo así, pero nada más ver como una especie de filos que se formaban en dicha mano mientras hacía alusión a que había cambiado de bando. No es que lo hubiese afirmado ni nada por el estilo ya que lo formuló en forma de pregunta, pero el tono de su voz parecía como su fuese un hecho. Estaba dispuesto a contestar ante tal falacia puesto que yo no había cambiado de bando ni mucho menos, pero el tipo lanzó algo similar a un Rankyaku y tuve que prepararme para lo que se avecinaba.

No es que nuestra distancia fuese tan cercana como para olernos, pero su ataque vendría con una gran velocidad si mis elucubraciones eran correctas. Podría haberme dejado caer puesto que no temía hacerme daño por mi condición de logia, pero opté por un contraataque simulando al agente que tenía delante.

Concentré mis esfuerzos por concentrarme para preparar el Soru y cuando la onda cortante iba por medio camino zapateé el aire como cuando realizaba el Geppou consiguiendo así dar un salto en el aire a una velocidad considerable. Mi intención al haber usado esa técnica era haberme situado hacia un lado del agente a una altura algo superior, pero como era la primera vez que intentaba esta combinación salí despedido unos cuantos metros por encima de él.

Las vistas desde esa gran altura eran magníficas. Se podía ver claramente como la cordillera partía casi en dos la isla dándole el aspecto de una columna recorriendo una espalda. Seguramente a muchos artistas les encantaría plasmar ese lindo paisaje, pero yo no tenía tiempo para distracciones.

- Nunca me ido ni me iré con la Marina. Soy fiel al Gobierno y a cualquiera que quiera proteger al pueblo de todos los traidores del poder. Y tú deberías saber que Kimura no es un marine cualquiera.

Hice alusión al capitán para que entendiese mis motivos, ya que él mismo había aceptado ayudar al pelirrojo en su tarea prestando sus servicios. Era él el que se prestaba como un mercenario en vez de comprometerse con la causa. Mi ingreso en los CW no había influenciado en nada en mi trabajo como CP, si no que había recibido ayuda de ellos en alguna ocasión.

- Nosotros vamos a cambiar el mundo. Y no quiero que ningún intruso nos destroce desde dentro como está pasando en la marina o en nuestra propia agencia. ¿Acaso estás ciego?

No podía quitarme el amargo sabor de la traición del agente que me salvó la vida y que había traicionado todo en lo que creía. Nos dejó siendo un rango medianamente alto haciendo bastante daño interno y no quería que se siguiese manchando el nombre de la agencia y mucho menos la de los CW si queríamos a darnos conocer como teníamos pensado. No podía ser que otro traidor fuese imagen de ese comienzo para que la cosa fuese destruida antes de empezar y por eso quería hablar con él en un inicio, pero había elegido luchar asique volviendo a emularlo tras terminar mi pregunta había lanzado una patada en su dirección de forma descendente formando un Rankyaku contra el agente.

Gracias a Kimura sabía que era un luchador por encima de mi nivel puesto que el mismo pelirrojo se había visto en apuros para vencerle, pero estaba dispuesto a darlo todo para cambiar este mundo tan lleno de traidores, mentirosos y asesinos. La cosa debía cambiar y necesitaba saber si podía confiar mi vida a este agente tan peculiar.

Emulando mi movimiento, el agente Tobias se colocó algo por encima de mí evitando el tajo cortante, nada mal teniendo en cuenta la diferencia de experiencia que existía entre nosotros, lo más sorprendente fue ver cómo había intentado copiar esa combinación de técnicas con tanto descaro, yo tardé algo más hasta descubrir esa forma de utilizar el Rokushiki. Quizás estaba ante un prodigio del Gobierno, pero solo por eso no merecía ni que le escuchase. Necesitará algo más para ganarse mi respeto.

Estando por encima de mí, comenzó a soltar un bonito discurso sobre Kimura y los Crimson Wolves, un resumen fácil sería que el agente sigue siendo fiel al gobierno pero quiere apoyar la causa del líder de los CW, me parece perfecto pero... ¿Qué hacía pensar al muchacho que solo por decírmelo le iba a creer? Me hacía mucha gracia Tobias, era tan inocente que seguro que esperaba de corazón que le creyese solo por ser sincero conmigo, con esa actitud no se cuanto tiempo podrá sobrevivir en este mundo cruel. Era mi deber como agente más maduro hacerle ver que las cosas no son tan sencillas. 

Después de sus palabras me devolvió el ataque lanzándome un Rankyaku, parecía que el agente era especialista en copiar las acciones de otros o simplemente quería demostrarme que tenía un par bien puesto. Al menos daba la sensación de querer jugar un poco a mi juego particular. Había poca distancia entre los dos para esquivar el ataque, al menos de manera natural, así que tuve que recurrir al Kami-e. Deslizándome hacía la derecha logré evadir el tajo que venía verticalmente. -No está mal, pero no es suficiente para que crea tus palabras. ¿Quieres que te crea? Demuéstrame que mereces formar parte de esta causa. ¿Crees que solo por ser sincero voy a creerte? Nuestro objetivo es el mismo, solo quiero saber si de verdad vas a darlo todo por este proyecto o huirás a mitad de camino.

Tras aquello debería enseñarme de que pasta estaba hecho, desde ahora no iba a darle tregua alguna. Dada la poca distancia entre los dos, me lancé contra él impulsándome con el Geppou, a la vez, me recubrí con Haki armadura los puños para golpearle con ellos, el primer puñetazo, con la izquierda iba dirigido al estómago, el segundo con la derecha al torso, y un tercer golpe que sería juntando ambos puños y dándole un golpetazo en la cabeza de forma idéntica a cuando un gorila golpea el suelo.

-Puedes hablar todo lo que quieras Tobias, pero eso no va a hacer que confíe en ti. Si quieres algo, demuéstramelo-. Luego de esa serie de golpes activé el Mantra para poder actuar rápidamente a su reacción, no se cual sería pero no esta de más prevenir aunque sea un agente joven.

El Rankyaku hendió el aire buscando al agente. Era un ataque potente del arsenal del rokushiki capaz de causar muchos daños, pero al agente ni lo rozó. Mostró un excelente uso del kami-e contorsionándose de forma eficaz hacia un lado a la vez que comenzaba a responder a mis palabras.

Pues claro que iba a darlo todo por la causa. Me había unido al Gobierno para acabar con toda la escoria de los mares y no iba a huir a mitad de camino. El ascender dentro de la jerarquía había sido duro, pero ahora además de tener más libertad en mis actos, estos podrían ser más influenciables. Teníamos que conseguir que la gente empatizase con nosotros y no con el enemigo, aunque para eso primero teníamos que librar las filas de la marina y del CP de personas despreciables. Intentaba buscar la manera de poder plasmar mis pensamientos y sentimientos con palabras para hacérselo ver al agente, pero éste dió el zapatazo típico del Geppou haciendo que me alertara ante otro ataque.

Acto seguido el agente se acercó comiéndose los escasos metros que nos separaba posicionándose justo en frente mía con un puñetazo que ni pude esquivar y menos evadir con mi poder. Una parte dentro de mí había deseado que el agente no dominase el haki haciendo sus ataques inútiles ante mi condición de logia, pero su primer golpe me que quedó sin aliento llevándose mis mayores esperanzas consigo. Tenía una fuerza brutal y no pude evadir un segundo golpe que impactó en el pecho consiguiendo desplazarme por el aire durante unos metros mientras descendía hacia el suelo. Recurrí al poder de mi akuma para minimizar los daños de la caída volviendo partes de mi cuerpo en sirope consiguiendo deslizarme hasta topar con una roca parando en ella. Había terminado al lado de donde el agente había estado esperándome y la humareda seguía a mis espaldas aún activa.

- ¡Mierda puta! Mi única oportunidad residía en que no pudiese manejar el haki. - pensaba mientras recobraba la compostura justo para escuchar las palabras de Kasanova mientras me incorporaba dolorido.

Parecía que el agente no entendía el diálogo más allá de los golpes. Su fama lo precedía y era un combatiente excepcional. Poseía una fuerza y velocidad bastante superior a la mía, además de mayor experiencia en el combate. Había participado en una de las grandes guerras que habían transcurrido y pasado a la historia, por lo cual no era de extrañar que fuese tan fuerte.

- Pues si con mis palabras no haré que creas en mí... Tendré que demostrarte que ni tú por ser más fuerte ni nadie me harán retroceder. Creo en lo que hago.

Hablaba mientras recobraba altura con el Geppou lentamente hasta quedar a la misma altura de nuevo. Una vez terminé mis palabras recorrí la poca distancia que quedaba entre nosotros rápidamente mientras mis cabellos se volvían verdosos para conseguir un impulso extra gracias a mi Suikoden proyectando un rodillazo a la altura del pecho con más impulso del necesario.

Mi intención era activar en el último momento el Rankun si conseguía golpearle para así probar su defensa, ya que alguna de sus otras cualidades ya las había visto, aunque ahí residía el impulso extra que acompañaba mi golpe. Sin en vez de recibir el golpe ya fuese de una forma u otra y es capaz de esquivarlo haciendo gala de velocidad de nuevo, intentaría pasar de largo para ganar algo de distancia con él ya que quedarme a su merced no parecía buena idea.

Técnicas usadas:

Luego del martillazo a modo de gorila, el agente salió despedido contra el suelo. Para mi sorpresa, al impactar se deshizo en una sustancia extraña de tono oscuro. Rápidamente, ese charco volvió a recuperar su forma humana. En ese punto fue inevitable ladear la cabeza y poner cara de... "¿Que clase de brujería es esta?". Me quedé mirando anonadado a ese extraño suceso que acababa de acontecer, ¿Que tipo de habilidad era esa?. A lo largo de toda mi vida había enfrentado poderes similares a esos. Creo que se hacían llamar "Logia". Para cuando quise terminar de especular, Tobias se estaba impulsando directo hacía mi como un cohete, apenas tuve tiempo de cruzar los brazos para reducir daños, fue una suerte que tuviese activado aún el Busoshoku, de lo contrario ese golpe habría dolido mucho más.

El impacto me hizo ascender varios metros en el aire, sabía que había pronuncia unas palabras, pero estaba tan en mi mundo que no sabría decir de qué se trataba exactamente. "Me ha golpeado... Puede que este pequeñajo...". Era algo memorable que alguien tan joven como ese agente consiguiese sorprenderme, por lo general a estas alturas solo lo conseguían veteranos curtidos en mil batallas. "Está empezando a ganarse mi respeto, pero aún quiero ver un poco más".
Me había quedado suspendido durante unos segundos, sentía un fuerte dolor en los antebrazos, sin duda esa combinación había sido muy poderosa, quizás lo más potente que tuviese en su arsenal al menos de habilidades físicas. Quería saber más sobre su poder como Logia y para ello tendría que llevarlo un paso más allá incluso. Hice rotar mi cuerpo haciendo una voltereta hacia atrás para quedar con boca abajo, en esa posición, me apoyé contra el aire utilizando el Geppou para quedarme parado. Cargué el puño concentrando toda mi fuerza en él, un segundo más tarde, liberé toda esa energía. -Ryu..get..¡su!

De mi puño emergió la silueta de un enorme dragón de once metros de altura que, arrasaría todo a su paso. Por suerte para Tobias, el ataque no iba dirigido a él, si no cerca de su posición, apuntando al suelo. Quería que viese a que se enfrentaba, no era un alardeo de poder ni mucho menos, simplemente era algo que debía tener en cuenta si quería formar parte de los Crimson. -Por lo que he podido ver, eres un usuario de fruta del diablo, un Logia diría. Quiero ver de que eres capaz con tu poder. No vuelvas a utilizar un ataque físico, solo tu akuma-. Ya sabía de que era capaz a nivel cuerpo a cuerpo, ahora quería saber que podía hacer con los poderes de su fruta. Por eso, le hice una demostración a modo de advertencia, si únicamente utilizaba su akuma para mostrarme su potencial, le daría mi visto bueno como miembro, en caso de que no hiciera caso, utilizaría el Ryugetsu directamente sobre él, y estoy seguro de que no querrá quedar como el suelo.

Observé tras el agente comprobando los destrozos de mi técnica, en el suelo había quedado un cráter de treinta metros de diámetro que aún rezumaba polvo y grava, "Creo que la advertencia ha sido clara".Pensé. Una vez declaradas mis intenciones, me dejé caer hasta el suelo esperando al agente, me preparé ante cualquier movimiento que pudiese hacer adoptando una postura defensiva. Sin quitarle la vista de encima, me dirigí a él alentándolo a que diese todo de sí mismo y que confiase en sus habilidades. -Vamos a ver de que están hechas las akumas tipo Logia, ¡Ven con todo lo que tengas!

Técnicas utilizadas:

Me quedé sorprendido al comprobar que mi golpe impactó de lleno en los antebrazos del agente consiguiendo desplazarlo en el aire. Con un poco de suerte el golpe sería lo suficientemente potente como para quedarle los brazos inutilizados durante un tiempo, o incluso haberle roto algo con mucha más suerte, pero ni mucho menos pasó nada de eso.

El agente se recompuso en mitad del aire como si uno de mis mejores golpes hubiera sido un empujón y tras hacer una pirueta bastante espectacular comenzó a realizar una especie de puñetazo. No tenía sentido intentar darme un puñetazo dada la distancia que nos separaba, asique sólo podía significar una cosa. El agente seguramente iba a usar alguna técnica similar a la que ya había utilizado al comienzo de nuestro encuentro, asique me concentré para recurrir a mis habilidades para intentar esquivar su ataque.

El agente Kasanova terminó de realizar su movimiento y yo usé el Geppou con intención de alejarme de lo que fuese a hacer, pero lo que pasó a continuación me quedó congelado por la impresión a medio a camino. De las manos del miembro del gobierno emergió una especie de dragón de energía, que abarcaba al menos diez metros de envergadura con pinta de arrasarlo todo. Seguí estupefacto como el animal avanzaba hacia el suelo pasando a unos metros de mí consiguiendo que mi cabello se revolviera hasta estrellarse en el duro suelo rocoso. Varios trozos de roca se esparcieron y enorme columna de polvo taparon unos segundos el estropicio, hasta que por fin pude vislumbrar el enorme cráter que el dragón había dejado.

Noté un sudor frío cuando comencé a comprender el alcance de la persona que tenía ante mí. Comenzaba a dudar sobre mis propias cualidades ante tantos alardes de velocidad, fuerza, resistencia y poder que él había hecho. ¿Me habría destrozado a un nivel más allá de lo que mi poder podía regenerar si me hubiese dado? ¿Sería aquella técnica algún secreto para altos cargos de nuestra organización?... Esas preguntas y varias más atravesaban mi mente en décimas de segundo intentando dar una explicación ante tal poder, pero más persistente de todas era, ¿por qué no me había lanzado la técnica a mí?. Tenía claro que si no me hubiese movido no me hubiese dado igualmente, asique tenía que tener algún motivo oculto ya que en mi cabeza no cabía que tuviese tan mala puntería después de ser tan bueno en tantas cosas, pero dejé de pensar en todo eso cuando escuché la voz del agente.

Hablaba de que quería comprobar de que estaban hecho los Logia y me increpaba a que lanzase mi mejor ataque contra él. Había algo en él que había cambiado, no hablaba como si quisiera intimidarme, si no que me recordó a Kimura cuando nos pedía algo. Se notaba que era un tipo con mucha experiencia a las espaldas que lo más seguro estaba harto de ver a jóvenes agentes pasar de aquí para allá y desaparecer sin dejar huella ni en el pueblo ni en la agencia sin demostrar las cualidades adecuadas, pero por alguna extraña razón yo había conseguido llamar su atención. Parecía dispuesto a probarme en todos los sentidos y estaba dispuesto no dejar pasar la oportunidad.

-Nunca podré mostrarte algo de tal magnitud como eso, aunque tengo un pequeño movimiento algo parecido - comencé a decir al agente mientras recobraba un poco la compostura mientras comenzaba a concentrar mi energía. En mi mente todavía podía visualizar el enorme cráter que había ocasionado y me costaba un poco. - Pero a pesar de ser menos destructiva es más empalagosa - terminé de decir mientras soltaba esa energía de golpe a través de mis manos en dirección al agente (Manual Kuchiyose). Mi energía no se transformó en un dragón ni en nada tan espectacular, si no que adquirió la forma de un cuervo de un tono amarronado puesto que iba imbuido con el poder de mi akuma, aunque su aspecto era más bien ridículo en comparación al monstruoso dragón.

El cuervo salió disparado en dirección al agente sabiendo que si le impactaba no lo dañaría demasiado. Había sido capaz de recibir mi Rankun sumado a la velocidad de mis otras técnicas casi sin despeinarse, asique como mucho esperaba que quedase recubierto de sirope si conseguía alcanzarlo. Era una pena tener que mostrar mis habilidades con esta técnica la cual no era muy poderosa, pero es que todavía no había conseguido buscarle una utilidad a mi fruta más allá de lo defensivo, pero quería mostrarle al agente que a pesar de nuestra clara diferencia de nivel, no pensaba rendirme. Al fin y al cabo había venido para comprobar las cualidades del agente y no me parecía mal tener que mostrar yo las mías propias, aunque definitivamente si la determinación e ideales de Kasanova sean tan fuertes como su poder, no dudaba de que terminaría admirándolo como a Kimura. Cosa que me alegraba enormemente ya que todavía no había conocido a nadie tan admirable como él en las líneas del CP, y me alegraba que si era digno de confiar fuese aliado de los CW.

Técnica usada:

Tobias parecía asustado tras ver la resolución de Ryugetsu y no era para menos, aquel era el máximo exponente de mi poder, el poder de destruirlo todo con un único puñetazo. Tras un momento para recomponerse, el agente del CP reaccionó para mi sorpresa, no se porqué, pero realmente esperaba que huyese asustado a esconderse en un agujero bajo tierra. Pronto se colocó en posición reaccionando muy valiente aún a pesar de lo que había visto. ¿De verdad piensa venir contra mi? Me impresionó tanto aquello que se ganó gran parte de mi confianza solo con ese gesto.

-Nunca podré mostrarte algo de tal magnitud como eso, aunque tengo un pequeño movimiento algo parecido.-. Aquellas palabras me pusieron totalmente en alerta, hasta el punto en que no pensaba utilizar el mantra pero ante la duda de una poderosa ofensiva, reconsideré el hacerlo.

Comenzó a concentrar su energía en las manos para crear una figura de tono amarronado, por fin vería los poderes de su Akuma en acción. Sin perder un solo segundo, lanzó su creación a por mi. Había conseguido crear un cuervo con la sustancia que manipulaba pero algo raro tenía aquello, mi experiencia en la cocina me decía que eso era algún tipo de derivado azucarado... ¿Un Logia capaz de crear comida? ¿Tal vez chocolate?. Pensando en eso había bajado totalmente la guardia hasta el punto que cuando quise darme cuenta el cuervo chocó contra mi cara para deformarse y quedar pegado por toda ella. En esa situación solo pude sacar la lengua y probar esa sustancia. Para mi sorpresa, era sirope.

No pude evitar reír a carcajadas luego de saborearlo, el agente me había pillado desprevenido totalmente, además de que había conseguido reaccionar muy bien ante la "advertencia", y nada mas y nada menos que tratando de medio imitar mi técnica utilizando su poder. Sin duda se había ganado mi respeto ese agente. - Kimura necesitará tu poder muy pronto, eres un buen agente muchacho, mereces todo mi respeto-. Dije mientras me quitaba el sirope de la cara y me lo comía. -¿Que te parece si comemos algo?-. Le sugerí, mientras le tendía la mano. Había traído algo de comida para pasar el rato hasta que apareciese, pero nos encontramos muy pronto y no me dio tiempo a preparar nada.

Utilizando la hoguera y los ingredientes que llevaba pude hacer un delicioso platillo de arroz con curry en poco tiempo. -Adelante, comamos-. Le dije una vez había terminado de cocinar, quería saber mas del agente y que mejor forma de hacerlo que con comida de por medio. -Cuéntame sobre ti Tobi, ¿Que buscas en el Gobierno, ayudando a Kimura... O simplemente cual es tu objetivo en la vida? -. Igual la pregunta era muy impertinente, pero me pasaba cuando encontraba a alguien que me llamase la atención de verdad, quería... No, necesitaba, saber mas cosas sobre esa persona, en esta ocasión era este agente al igual que en su día lo fue el capitán de los Crimson Wolves.

Me quedé clavado viendo como el cuervo imbuido en sirope se dirigía hacia el agente sin que se moviera un ápice. Dejó que este lo impactase de lleno en pleno rostro cubriéndolo de sirope. Demostró una gran resistencia de nuevo pues pareció que ni siquiera lo había despeinado, aunque había cometido un error al dejarse bañar en sirope. Nunca antes había recurrido algo así puesto que no se había dado la oportunidad, pero podía intentarlo si la cosa se torcía demasiado. Cierto es que el sirope no es más que un líquido dulce para condimentar comidas, pero dudaba que al agente le hiciese gracia que comenzase a manipularlo para que se le introdujese por las fosas nasales buscando atragantarlo.

Podía intentarlo y ya casi estaba preparado para hacerlo, pero entonces el agente se comenzó a reír dejándome perplejo. Si no fuese por sus siguientes palabras pensaría que se estaba riendo de mi y de mi poder, aunque también podría ser sarcasmo. Odiaba cuando no lo notaba, aunque tras las risas su actitud era distinta. Parecía más relajado y se acercó para hablarme.

-Tú sí que mereces todo mi respeto agente, nunca había visto a nadie con tu resistencia y velocidad. No se como pudo vencerte Kimura si usaste esa bestialidad - dije señalando el cráter tras estrechar su mano en forma de saludo. -Yo la verdad es que no he traído nada más allá de mis posesiones, había pensado en cazar algo si el hambre me llamaba - terminé algo más relajado ahora que el agente había dejado de atacarme. Todavía me molestaban los golpes que me había llevado no hacía tanto rato.

Nos sentamos alrededor del fuego y nos quedamos en silencio tras quitar las ramas que desprendían aquel humo. Me quedé pasmado viendo con el cuidado con el que preparaba el plato, admiraba esa cualidad en las personas, ya que por muchos ingredientes que yo llevase no sería capaz de crear nada con esa pinta. El aroma era exquisito, pero no era nada comparado con los matices que noté en mi paladar tras meterme el primer bocado en la boca, incluso tardé unos segundos de más en responderle puesto que me regodeé en tan buen sabor.

- Lo primero, esto está buenísimo. Luego sobre el tema de mis motivaciones en general y el porqué ayudo a Kimura, quizás sea algo enrevesado si lo pienso - comencé con algo de duda. No es porque dudase de mi mismo o sobre mis ideales, si no que nunca antes me había parado a contarle esto a nadie. Ni siquiera a Gusi que podría ser con quien más confianza tenía.

- Podría decirse que mis motivaciones en el mundo no van más allá de luchar por hacer de él algo mejor. Soy un huérfano criado por borrachos y vendido a ladrones. Tuve que luchar por salir adelante y rehacerme a mi mismo, creyendo que tras salir de ese mundo hacía lo mejor uniéndome a las filas del CP. Qué mejor que el gobierno para eso, ¿no?. Aunque luego mi realidad ha sido otra, se que mi experiencia en este mundo es poca y no he hecho más que asomar la nariz, pero curiosamente no he encontrado mucha afinidad con otros miembros del CP. Conocí a una chica bastante agradable como rara, pero nunca llegué a saber a ciencia cierta si congeniamos. Por otro lado conocí a un agente que me superaba en rango y habilidad como tú, incluso me salvó la vida durante una de mis primeras escaramuzas... Pero me llevé un gran palo emocional que me creó algo de desconfianza hacia nuestra propias filas. Resultó ser un importante mafioso que sólo quería robar información de la agencia para luego huir con ella dejando una nota bastante amenazadora, incluso me menciona en ella como lo único amigable del gobierno... ¿Eso en que me convierte? - pregunté en voz alta más para mi mismo que para el agente. Llevaba mucho rato hablando y aún no había terminado, pero no quería parar para no perder el hilo. Dudaba que me abriese otra vez con nadie de esta manera. - Pues para colmo tras ese suceso me encuentro que no hay represalias por nuestro gobierno, no es que quiera que le maten... O no lo sé siendo sincero, ¿pero qué le impide actuar a nuestras filas sin tan justas son? ¿No deberían dar caza a quien se ha reído de nosotros tan descaradamente?... Es algo que suelo preguntarme cada que duermo, pero entonces mi camino se encontró con Gusi, es el segundo de abordo de Kimura. Puede que sea un joven bastante alocado y a veces incluso temerario, pero es fiel y sus ideales son fuertes. Tras nuestro encuentro y mi "rechazo" hacia nuestra propia gente seguí trabajando duro para ascender en nuestra jerarquía, pero nunca de nuevo con otro agente. No sé si es que nuestras propias filas me repudian, o quizás incluso no he puesto demasiado empeño en intentarlo, pero siempre traté con cazadores o marines con los que no tuve ningún problema, gente honrada toda ella, y entonces me crucé de nuevo con Gusi y con él la oportunidad de unirme a los CW para conocer a Kimura. Nunca antes había conocido a nadie tan justo y dispuesto a hacer por los demás sin esperar nada a cambio, sólo quiere que vivamos en un lugar libre de tanta mierda que nos rodea, y creo fuertemente que a su lado conseguiremos grandes cosas. Comparto sus ideales y me da igual que me miren raro por acompañar a un marine, lo hago con la cabeza bien alta - terminé con voz firme. No sabía que pensaría de mi este agente, pero quizás disipaba alguna de las tinieblas que inundaban mi alma.

- A groso modo eso es todo.

Por lo que me estaba contando, Tobias había tenido un pasado muy jodido, tanto desde su infancia hasta incluso formando parte del Cipher Pol. También había tenido la oportunidad de tener líos de faldas con esa chica tan guapa que mencionó aunque por su forma de ser dudo que sea algo que le interese en estos momentos. Conoció a Kimura gracias a Gusi, el cual le introdujo a los CW. A este último aún no había tenido el placer de conocer, pero viendo como son el resto de los Crimson, sin duda tenía que ser alguien que tuviese muchas cosas en común conmigo y con los otros integrantes. Su historia me conmovió mucho, me recordó a mi en cierto modo, también huérfano a muy temprana edad, nadie que me ofreciese ayuda... Hasta que llegaron los Heroes Bravos.

Mientras Tobi hablaba la comida fue desapareciendo. Sin darme cuenta había terminado de comer escuchándole. Al terminar, se me ocurrió una manera de ayudarle a superar su pasado, una manera de poder defenderse en caso de que volviera a encontrarse en esa situación. Ahora, formando parte de los Crimson Wolves no creo que tuviera ese tipo de problemas, pero si que es cierto que mi modo de hacer las cosas podía haberle hecho sentir como en esas situaciones que me contaba. Me sentía en deuda con él y casi con la obligación moral de tener que disculparme... Pero eso no iba conmigo, mis disculpas serían en forma de nuevas habilidades que pudiese utilizar para su protección y seguridad.

-Sin duda es una historia trágica la tuya. Pero no debes dejar que tu pasado ciegue tu futuro. Por eso, vamos a desarrollar una técnica para que puedas combatir a los fantasmas de tu pasado-. Le sugerí. Había estado leyendo sobre una manera de unir el Soru con el Geppou pero aún no había intentado su uso. Puede que salga bien o que salga mal, pero al menos lo habríamos intentado. ¿Que te parece si descansamos y mañana nos ponemos en ello?- A simple vista no parecía haber sufrido daños tras nuestro enfrentamiento, pero moralmente no sabía como se encontraba así que mejor le pregunté.

Quería hacer de Tobi el hermano menor que nunca había tenido. Igual era una forma de redimirme por no haber podido ayudar a Bianca en el pasado. "Increíble, ahora van a aflorar estos sentimientos... " Pensé al ver como mi mentalidad había cambiado tan rápido, hacía escasas horas, quería demostrarle que los CW iban totalmente en serio, que no era un patio de juegos, y ahora quería que fuera mi compañero en esa aventura. ¿¡Que diablos!? Quería que fuera como un hermano pequeño. Me había demostrado que aún sabiendo que no era capaz de hacer nada contra alguien mas poderoso que él, iba a darlo todo por sus compañeros, algo muy loable en estos tiempos que corren.

Me sorprendió el comprobar que el agente no me cortó en ningún momento de la conversación, ni siquiera cuando hice mención de como solía sentirme con los demás agentes, si no que el joven siguió hablando tranquilamente mientras vaciaba su plato. Por dentro agradecí su interés en mis historia, pues era la primera vez que la contaba. No sabía muy bien porqué, pero me sentía agusto con este tipo.

Parecía ser un tipo de persona que podría cuadrar con mi personalidad y comencé a alegrarme de que Kimura hubiese sido capaz de conseguir otro aliado en las filas del CP. Hacía sentirme algo menos desplazado dentro de mi facción, aunque he de admitir que cuando habló sus palabras me sorprendieron.

- Me encantaría poder entrenar contigo. Podemos empezar un poco si quieres - dije con un entusiasmo renovado. Nunca pensé que alguien más experimentado que yo mostrase interés alguno conmigo y temí que si dormía, al despertar el agente hubiese cambiado de opinión. - Golpeas duro, pero podemos intentar a hacer algo. La verdad es que mi repertorio de ataques es más bien reducido y aprender de alguien tan fuerte sería un honor - dije en un tono serio.

La verdad es que el plato de comida con el subidón del momento había conseguido aumentar mis ánimos y revitalizado mi cuerpo, dándome bastante energías y entusiasmo. Con este encuentro yo sólo quería probar que tipo de persona era el agente, pero me estaba encontrando con una gran sorpresa. Quizás podría encontrar en él el apoyo que siempre había estado buscando de forma inconsciente a lo largo de mi vida desde que salí de aquella pequeña isla perdida de la mano de dios, pero tampoco quería hacerme demasiadas ilusiones, puesto que demasiados "tesoros" se habían transformado en ceniza entre mis dedos. Varias desilusiones me acompañaban en una especia de mochila moral que iba siempre conmigo y quizás este era un buen cambio para mí aunque fuese a nivel personal.

- Pongámonos en macha.- -Le dije totalmente entusiasmado, me había hecho ilusiones muy pronto de entrenar con él. Aunque ahora que lo pensaba, igual fui un poco bocazas al sugerirle aquello, no tenía nada en mente. Ambos eramos agentes del gobierno y teníamos conocimiento sobre el Rokushiki... Quizás era buen momento para intentar desarrollar un Kempo. Darle una utilidad distinta a una de las técnicas que ya conocemos, unir dos técnicas o potenciarlas hasta limites insospechados. Luego de unos segundos meditando que podríamos intentar, llegué a la conclusión de que unir el Geppou con el Soru podía ser de gran utilidad. -Vamos a fusionar el Soru con el Geppou.- Le dije mientras rápidamente me preparaba para hacer un intento.

- Empecemos por lo básico, el Geppou se basa en patear muy fuerte el suelo hasta poder caminar por el aire, por otro lado, el Soru es mover las piernas con mucha agilidad para movernos a grandes velocidades... ¿Y si pateamos el suelo muy fuerte y a la vez muy rápido?- Podía ser una idea genial si salía bien. Utilicé primero el Geppou para coger algo de altura. Ya en el aire, traté de utilizar el Soru, la intentaba con mucho ímpetu pero solo veía como poco a poco me acercaba a gran velocidad al suelo hasta caer.

-Vale, no va a ser tan fácil como creía, mejor probar mañana por la mañana.- Ya habíamos cenado y lo cierto es que estaba algo cansado por las "palabras" que intercambiamos antes. Me acurruqué alrededor de la hoguera para conservar el calor. Mañana seria otro día.

Ya por la mañana temprano, preparé el desayuno para Tobi antes de que se despertase. Me adelanté a él un poco para que no se enfriase demasiado la comida. -Venga dormilón, tenemos cosas que hacer.- Le dije mientras le daba un par de pataditas. Luego de desperezarme y coger energías, comencé a practicar como la noche anterior. Nuevamente, utilicé el Geppou para elevarme en el are y ya una vez desde las alturas, era el momento del Soru. Una y otra vez lo intentaba sin éxito, tocando mas de una vez el suelo con la cara, pero las ganas de que ambos aprendiésemos ese Kempo hacía que me levantase tras cada fracaso. Las horas pasaban pero no veía ningún avance significativo, supongo que el primer día no iba a conseguir gran cosa.

- ¿Como va la cosa Tobi? Espero que se te esté dando mejor a ti que a mi.- Le dije tirado en el suelo mientras trataba de recuperar el aliento luego de más de doscientas ostias contra el suelo, se acercaba la hora de comer y tenía que pensar que cocinar.

Cuando lo escuché hablar de mezclar técnicas del rokushiki enseguida me emocioné. No había tenido oportunidad de entrenar mis cualidades del rokushiki por miedo que alguno de mis compañeros marine me viese y se terminase mal entendiendo por parte del gobierno como si yo quisiese desvelar secretos u algo... Por lo que esta oportunidad se me antojaba hasta ahora única.

- Eso mismo que dices lo intenté en nuestro pequeño encuentro de antes, pero la verdad es que me resultó difícil de manejar - dije al agente contándole mis sensaciones. - No fui capaz de mantener el rumbo... El impulso consiguió desviarme de donde quería desplazarme justo como te ha pasado ahora, pero me entusiasma la idea de entrenarlo - dije mostrando mi conformidad antes de irnos a descansar. Seguramente el entrenamiento sería duro, así que tampoco puse pegas cuando decidió empezaríamos al día siguiente. Intenté acomodarme como bien pude en aquel pedregoso terreno e intentar recuperar energía para lo que se me avecinaba.

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Un dulce aroma llegó a mis fosas nasales cuando reaccioné a los golpecitos que el agente me propinaba para despertarme, haciendo que me resultase menos molesta su forma de hacerlo una vez di el primer bocado del tentempié que había preparado. Era de admirar su habilidad culinaria, sus platos tenían un matiz que ninguno en la banda era capaz de conseguir... Y ya solo por esto tenía su puesto de aliado en la banda más que ganado. Una vez terminé de llenar el buche ya estaba listo para comenzar, por lo que realicé unos cuantos estiramientos básicos antes de despegar del suelo con el Geppou y unirme a los intentos del peliblanco.

No tardé en llenar el empedrado suelo de sirope una vez tras otra de tanto estrellarme contra él. Intentaba con todas mis ganas no terminar de bruces en el suelo, pero tras cientos de intentos que terminaron de forma similar me di cuenta que así no avanzaríamos nada. Cada vez que subía al aire y cogía impulso para ir grandes velocidades, terminaba desviándome tras el primer impulso... La única vez que fui capaz de mantenerme un par de segundos a esa velocidad en el aire fue avanzando hacia arriba en línea recta, pero aún así una vez llegué a cierta altura las corrientes terminaron desviándome de tal forma que perdí el control y terminé cayendo al suelo de una forma brutal. Si no fuese por mi condición de Logia ya me hubiese machacado cada hueso del cuerpo con tato golpetazo... Aunque ser el inmune a ese tipo de dolor no significaba que estuviese extenuado. Ya notaba como cada impulso se hacía más lento que el anterior y el pecho me ardía por la falta de aliento, mientras que las piernas cada vez me temblaban y dolían más por el sobreesfuerzo... Pero me negaba a ser el primero en desistir, por suerte el agente habló de un descanso.

-Por fin... - pensé aliviado mientras me dejaba caer al suelo antes de contestar. - Creo que esto no va a ningún lado Noa... ¿No crees que podríamos mejorar algo que ya tenemos?

Pensé en lo que decía mi compañero mientras iba a cortar las raíces de unas hierbas que crecían cerca de donde entrenábamos, lo cierto es que tenía razón, estábamos pidiendo demasiado, sería mejor centrarnos en una habilidad que se nos de mejor y dejar las combinaciones para más adelante. Pero, ¿Que podríamos tratar de mejorar? De todo el Rokushiki mi técnica favorita era el Rankyaku, lo cierto es que me gustaría mejorarla, siento que le podría sacar mucho más potencial del que tiene ahora. Quizá con un poco de entrenamiento su poder de corte podría aumentar, actualmente, materiales mas duros que el acero apenas logro hacerles hendiduras.

A la vuelta de la recolecta le hice la proposición a Tobias. -Rankyaku.- Le dije con una sonrisa pícara esperando que captase la idea. Luego de aquello hice la comida, aquel día tendríamos raíces medicinales. Con mis conocimientos en el campo de la medicina y la cocina, era capaz de crear platos que restablecerían nuestras fuerzas con más rapidez. Ese tipo de alimentos se cocinaban en apenas quince minutos, comeríamos antes de lo previsto pero no había problema pues nos pondríamos a entrenar antes. - Te propongo un combate únicamente utilizando esa técnica, creo que así descubriremos como mejorarla mucho más rápido. - Le comenté mientras comíamos.

Ya con el estómago lleno, recogí la cocina improvisada mientras hacía la digestión. Con las energías renovadas y pletórico de moral, volví a la zona donde habíamos practicado anteriormente, me agaché para coger una piedra, esa sería la señal de arranque del entrenamiento. - ¿Preparado? - Le pregunté a Tobi esperando una señal suya. Al dármela, lanzaría la piedra al aire, nada más tocar el suelo comenzaría la locura. Momentos antes al choque contra el suelo, por mi mente pasó el recuerdo del entrenamiento con Kimura, ese momento en que me dejé llevar dejando salir a fuera todo lo que tenía. No iba a dejar nada en la recamara, pensaba darlo todo desde el principio así que más le valía a mi compañero hacer lo mismo si no quería resultar malherido.

El leve sonido de la piedra al tocar el suelo había llegado, nada mas escucharlo lancé una ráfaga de Rankyakus hacia el agente, luego de lo cual me desplacé corriendo a mi derecha para no perderle de vista. A cada disparo que me lanzaba le respondía con lo mismo, creando explosiones de aire al chocar nuestras técnicas, sin duda, el más mínimo despiste conllevaría heridas muy serias. El escenario era ideal para progresar con rapidez, un enfrentamiento al límite donde nuestras vidas estuviesen en juego. Lanzaba los Rankyakus con basta cadencia para mi sorpresa, era evidente que por mi corpulencia debería ser más lento, así que debería ingeniármelas para contrarrestar esa velocidad que tenía Tobi para lanzar tantos seguidos.

Mientras hablaba el peliblanco se puso a dar vueltas por allí a recoger trozos de lo que fuese. Llegué a pensar que el agente estaba pasando completamente de mí, pero cuando regresó, con lo que parecían ser un montón de raíces, musitó una única palabra que me dio a entender que sí que me había oído. Rankyaku. No era mala idea, puede que después del Soru fuese la técnica que más usase. Así que cuando el albino sugirió que la siguiente sesión de entrenamiento solo usaríamos dicha técnica, asentí mostrando mi conformidad mientras seguía rumiando aquella extraña comida que había preparado. Tenía un regusto más fuerte que la anterior, aunque también estaba bueno.

- Entonces puede que tampoco hayamos perdido tanto el tiempo con lo que hemos estado haciendo. Quizás si mejoramos nuestra tonificación en las piernas también mejore la potencia de estos - dije como comentario.

Sería interesante aumentar la capacidad de corte de este. Era algo que ya estaba bien como técnica, pero ya era hora de mejorar... Y parecía que Noa pensaba igual. Una vez comimos se levantó y quiso que comenzásemos. Bien. Me levanté de mi sitio con energías renovadas por aquella nutritiva comida y adopté una pose defensiva tras colocarme a unos metros de él. Una piedra al aire fue la señal que marcaba el inicio y nada más tocar el suelo el aire se vio hendido por varias ondas cortantes que se entrecruzaban y chocaban entre sí, mientras nosotros danzábamos uno alrededor del otro esquivando las ráfagas restantes.

En apenas unos minutos el suelo se vio surcado de múltiples cortes. Tenía que esforzarme al máximo y exprimir mis cualidades a tope para no verme cortado por uno de aquellos ataques. No parecía que el agente estuviese usando haki en sus ataques, pero ya había probado en mi propio cuerpo que sabía utilizarlo y no quería arriesgarme a perder un brazo u algo peor. Según avanzaba el tiempo nuestros movimientos comenzaron a ser más lentos y había que tener cuidado con no dar un paso un paso en falso. En un principio creí que tenía ventaja al ser más rápido que el agente, pero una vez que la cosa se alargó su mayor resistencia lo hacía peligroso. Si quería mantenerme en juego y seguir exprimiendo esta técnica debía darle un giro de tuerca al asunto o tarde o temprano acabaría en partido en dos. Aproveché que me encontraba cerca del borde del precipicio que había subido al llegar para encontrarme con el peliblanco y me lancé por él hacia el bosque tras hacerle un gesto para incitarlo a que me siguiese. Con ello buscaba contrarrestar mi cansancio. Esperaba que el bosque me diese algo de cobertura.

Podía aguantar su velocidad con mucha dificultad, pero por suerte el cansancio comenzó a hacerse presa de él. El ritmo con el que disparaba la "Pierna Tormenta" comenzó a disminuir, gracias a eso se volvieron las tornas a mi favor, la presión a la que lo sometía aún sin utilizar Haki era muy bruta, tanto que para poder igualar mi resistencia tuvo que sumergirse en la espesura del bosque. "Que cabrón."- Pensé. Hacía bien en llevarme a su terreno, de lo contrario no tardaría mucho más en comenzar a tener ventaja. -Así que esto es lo que quieres, muy bien, acepto el reto.- Dije al verlo meterse en el bosque a la vez que seguía lanzándome Rankyakus.

Comencé la entrada al bosque lanzando la técnica en un ángulo de unos ciento veinte grados en frente mía, necesitaba visión pero los árboles me tapaban demasiado, además que para estar algo cansado, Tobías seguía siendo muy ágil, ahora no solo debía preocuparme por encontrarlo si no también por que sus ataques no me alcanzasen, seguía siendo un Rankyaku, si me daba estaría jodido. Los árboles y ramas caían incesantes, entre los dos estábamos causando una deforestación que de seguro iba a molestar a los habitantes de la isla. Entre esquivar las hojas de aire comprimido así como los árboles y ramas, mi resistencia empezaba a verse mermada. -Es listo- Dije para mi al ver como la ventaja que había ganado antes se desvanecía. Tenía que pensar algo o no tardaría en caer derrotado.

"Intentémoslo"- Pensé. Dejé de avanzar para quedar parado en un pequeño claro que habíamos creado. Debía disparar con más fuerza para compensar su tremenda velocidad. Con eso en mente, me centré en las enseñanzas básicas de esa técnica. "Velocidad y fuerza, necesitas que ambos estén equilibrados para poder lanzar un Rankyaku sólido."- Recordé de mi viejo maestro, aquel que me había enseñado el Rokushiki. Hacía mucho tiempo que me había acostumbrado a dispararlo, tanto que lo automaticé casi como si andase. Pero eso fue hace muchos años, ¿Qué pasaría si concentrase mucha mas fuerza y velocidad? Tenía que comprobarlo por mí mismo.

Respiré hondo mientras veía como sus Rankyakus pasaban muy cerca de mi, tenía que hacer que eso saliese bien a la primera. Casi como si de un futbolista se tratase, ladeé mi cuerpo echando la pierna hacía atrás para coger impulso, me detuve durante un instante mientras dejaba caer el cuerpo para, de un movimiento repentino a gran velocidad, lanzar la pierna hacía adelante describiendo una parábola con ésta. Había puesto toda mi fuerza y velocidad en aquel movimiento, el esfuerzo se vio recompensado con una hoja de aire comprimido que jamás anteriormente había podido disparar. No solo aumentó la potencia del Rankyaku si no que también lo hizo el alcance angular llegando casi hasta los ciento sesenta grados en comparación a los cien con los que solía dispararlo, además, la velocidad a la que avanzaba también aumentó casi un cincuenta por ciento más de lo que lo hacía de costumbre y también la distancia que recorría. En definitiva, si eso iba con Haki y alcanzaba a Tobi lo partía por la mitad seguro, menos mal que para prevenir daños innecesarios había prevenido el lanzarlo así.

La onda cortante avanzaba imponente a lo más profundo del bosque, de verdad que una vez lanzado esperaba que no alcanzase al agente, aún sin Haki podía ser peligroso. Con un Rankyaku normal podía cortar dos o tres árboles de una vez, pero este ya había partido más de diez y seguía avanzando, lo cierto era que disparar aquello me dejó bastante cansado, pero lo había conseguido, forzando al límite pude lanzar una versión mucho mejor de esta técnica. Luego del ataque me fue inevitable caer al suelo exhausto por el esfuerzo. -Si sigues vivo hagamos un descansito.- Dije alzando la voz. Era un usuario de Logia, estaba vivo seguro, no tanto como el cansancio que había acumulado en tan poco tiempo, había gastado hasta la última gota de energía, no podía moverme del suelo y me temblaban las piernas. "Va a ser divertido dominar esto."

Mi llamada de atención funcionó y el agente se internó detrás de mí en el bosque. Mis nociones de guardabosques me ayudaban a desplazarme entre los gruesos troncos y las frondosas ramas, haciendo que la balanza volviese a equilibrarse. Podía tomarme más tiempo para lanzar los Rankyakus y así poder tomar un respiro entre ataque y ataque, conseguiendo con ello alargar unos minutos el entrenamiento, aunque el bosque no iba a agradecérnoslo en absoluto. Nuestros ataques sesgaban un árbol tras otro, transformando el paisaje de uno bonito y frondoso a otro caótico. Parecía que un huracán hubiese pasado de forma frenética por el bosque.

Llegó un momento en que pensé que mi estrategia funcionaba, ya que pasaron unos instantes en que mis ataques no eran correspondidos. Quizás el agente había caído rendido antes que yo, por lo que me apresuré a echar un vistazo. A mi lado había un árbol que había caído sobre otro formando una especie de puente hacia la copa del que aún estaba en pie, por el que comencé a ascender buscando una forma segura de ver algo. No terminaba de fiarme, una parte de mi mente decía que era alguna estratagema urdida por el peliblanco u algo así... Aunque no tardé mucho en averiguar qué pasaba. De repente vi como varios árboles eran cortados con un enorme Rankyaku que venía directo a la zona en la que me encontraba. Al ver su trayectoria me tranquilicé. El ataque quedaría disipado al impactar con tantos objetivos... O eso creía hasta que lo vi destrozar mis cálculos. El peliblanco debía haberlo dado todo para formar un ataque tan potente y yo no iba a ser menos.

Según terminé de ascender por el tronco pude observar que me quedaba poco tiempo de reacción. Me había conseguido quitar de su trayectoria y sabía que no saldría dañado. Podría limitarme a lanzarle a él un último ataque ahora que debía estar con la guardia muy baja, pero este era otro tipo de desafío. Aquí se trataba de ser capaz de superarnos nosotros mismo y no de derrotar al otro, por lo que con esa determinació en mente llegué a la copa y salté con todas mis fuerzas mientras me concentraba y canalizaba todas mis energías y fuerzas en una de mis piernas, a la vez que comenzaba una voltereta aérea con una intención clara. Lancé una patada de media luna generando un potente Rankyaku en dirección descendente hacia el del peliblanco generando una enorme explosión cortante que destrozó todo a su alrededor en un radio de unos cinco metros.

Las piernas me temblaron lo suficiente como para no poder mantenerme en el aire con el Geppou, así que me precipité de forma estrepitosa contra el suelo. Pasé a estado líquido justo en el último momento, quedando esparcido por varios sitios. No tenía ganas, ni casi fuerzas, de volver a mi estado normal y contestar al peliblanco, pero dudaba que pudiese encontrarme entre aquel revoltijo de ramas en este estado. Me obligué a recomponerme y alcé la voz.

- ¡Me parece estupendo, pero mejor si comemos aquí! - grité esperando a que viniese a buscarme. No tenía pensado moverme en un rato y el trozo de tronco donde estaba tirado no me parecía tan incómodo.

Tirado en el suelo vi como Tobías también había conseguido superar sus propios límites, gracias a la tala que había causado mi onda cortante, pude ver como el agente, luego de una pirueta en el aire, fue capaz de generar un Rankyaku muy similar al mío. El impacto al chocar contra el suelo hizo salir volando gran parte de la tierra además de abrir un gigantesco cráter. Tuve suerte de que no me estuviese apuntando directamente y enviase el ataque varios metros desviado de mi posición, si me lo hubiese lanzado no habría podido evadirlo. Luego de que se calmase el estruendo pude escuchar la voz de mi compañero de entrenamiento. 

Tras descansar un rato en el suelo y recuperar la sensibilidad en las piernas, fui en busca de Tobi, se había quedado atorado entre las ramas de los árboles caídos.- Agarra mi mano. - Le dije extendiendo mi brazo para sacarlo de un tirón. - Parece que esto empieza a dar sus frutos, nos hemos ganado un buen descanso, ven, ayúdame a cocinar.- Decía mientras volvía al campamento base cojeando todavía del enorme esfuerzo. Ya en el lugar donde nos conocimos, en apenas unos veinte minutos y con la ayuda del agente habíamos preparado un delicioso estofado de carne con verduras. Era momento de descansar.

- Me parece que no tardaré mucho en ir a dormir, empieza a ponerse el sol.- Dije mirando al horizonte mientras comía. - Si tienes alguna herida avísame y la trato enseguida.- Le comenté, luego de comer trataría algunos de los rasguños así como me daría un masaje en las piernas, si me iba a dormir así al día siguiente no podría moverme. El resto de luz que le quedaba al día lo usaría para ordenar la cocina improvisada, descansar y analizar el entrenamiento de ese día. Luego de ejercer como médico, marché a dormir como de costumbre, en lo alto de un árbol, igual mis genes de mono no habían evolucionado en ese sentido, pero lo cierto es que me encantaba dormir al aire libre.

Al día siguiente, antes de que Tobi se despertase, comencé a preparar el desayuno, tenía las piernas como nuevas luego del masaje de la noche anterior, tenía muchas ganas de que empezásemos a entrenar. Ya por fin con Tobi en pie, mientras él desayunaba, por mi parte calentaba las piernas, del día anterior había aprendido que si lanzaba esas ondas estando tan mermado mi cuerpo pagaría las consecuencias. Aún conservaba los sentimientos y las sensaciones al lanzar aquel Rankyaku el día anterior, quería comenzar el entrenamiento cuanto antes. El calentamiento comenzó con un par de patadas al aire para acabar talando árboles a base de Rankyakus. Entre tanto, me emocioné con la idea de volver a combatir hasta la extenuación que volví a lanzar una de esas tremendas ondas.-Ups...

-¿Comenzamos Tobi?- Le pregunté cuando vi que ya había terminado de desayunar, estaba ansioso por volver a la carga, sin embargo esta vez tenía pensado ir con todo desde el principio. -Te espero donde el otro día.- Le dije refiriéndome al cráter del día anterior. Emprendí el camino pensando que no era tan complejo disparar esa técnica, a decir verdad diría que podría dispararla unas diez veces antes de cansarme.

El peliblanco se tomó su tiempo en venirme a buscar. Tampoco es que me quejase por ello, pero si llega a tardar un minuto más me hubiese quedado dormido entre el ramaje. Alcé mi mano para que el agente pudiese desincrustarme de donde estaba y tras asentir como respuesta a sus palabras me dispuse a ayudarlo... En lo que podía. Las artes culinarias no se encontraba entre mis capacidades que se diga, pero aún así me las apañé para seguir las instrucciones que me dio y en un rato había un plato delicioso que llevarse a la boca.

- Gracias Noa, pero tu comida ya es una cura en sí. No entiendo como Kimura te deja irte del barco. Solo pensar que al volver tendré que comer de nuevo "La sopa especial de Gusi"... Me deprimo - contesté entre bocado y bocado. No había nadie en la banda con esas dotes ni de lejos. -Lo demás lo curará el sueño imagino. Mañana tendré las piernas reventadas, pero por lo demás gracias a mi condición de Logia no tengo que preocuparme tanto.

Al ver como el peliblanco se levantaba para ordenar la cocina improvisada y realizar otras tareas, me entró un poco de congoja al sentirme como un vago por seguir allí tirado. Así que tras decidir que si el agente se molestaba tanto porque recuperásemos energía. Yo debía hacer algo. -Entonces ahora vuelvo. Cuando vine hacia aquí creo que vi algo que nos puede ser útil - anuncié al devastador mientras obligaba a mi machacado cuerpo a levantarse de nuevo. -Qué pereza.

Me interné una vez más en el bosque y tras varios minutos de búsqueda por fin encontré lo que quería. Se trataba de unos pequeños bulbos que tenían una gran cantidad de nutrientes. Nunca los había probado y desconocía si tendrían un buen sabor o no, pero según mis conocimientos eran un gran reconstituyente de energías. Arranqué unos cuantos y me encaminé de vuelta al campamento improvisado. Ya casi había llegado a mi destino, cuando de repente por el rabillo del ojo vio un toque de color azulado entre maraña de verde. - Joder, esto sí que es suerte - solté cuando comprobé que se trataba de una flor bastante peculiar. No sabía que crecían especímenes por esta zona, pero no iba a ponerle pegas al único golpe de fortuna con el que me cruzaba. Recogí un manojo de flores y volví junto al peliblanco que ya estaba preparándose para dormir.

-Noa, mira lo que he encontrado - dije como un muchachino que se había encontrado una moneda. - Si puedes añadir esos bulbos a nuestra siguiente comida nos vendrá bastante bien y con estas preciosidades puedo preparar un cataplasma para aliviar nuestro dolor muscular.

Sin más preámbulos agarré un par de utensilios y comencé a preparar el machado revitalizante. Una vez listo comencé a extenderlo por mis músculos entumecidos y dejé lo suficiente para que el peliblanco lo usase si también le apetecía. Estaba orgulloso de poder haber sido de ayuda y con ese sentimiento en mente me dejé caer rendido en el suelo hasta el día siguiente.

Una vez más me despertó el agradable aroma de la cocina del agente. Me levanté como un resorte y rápidamente me dispuse a tragármelo todo mientras observaba al peliblanco calentar. - Ja, no pienses que voy a quedarme atrás Noa - dije al comprobar el efecto de su Rankyaku. Me levanté corriendo y tras unos rápidos movimientos desperté a mi cansado cuerpo. Una vez me sentí listo, volví a concentrarme y retomé las sensaciones del embate anterior. -¡No pienso quedarme atrás nunca más! - solté con algo de rabia en mi tono de voz al mismo tiempo que lanzaba una potente patada al aire que generó uno de esos maravillosos Rankyakus que tanto me había costado aprender lanzar. -Creo que este asalto estará más interesante - dije algo más contento al comprobar la potencia del ataque. -Comencemos – solté mientras lo seguía al punto señalado.

Sin previo aviso tomé algo de distancia con el peliblanco y lancé tres pequeñas ondas desde mis piernas. Mi intención no era darle a él, ya que apunté al suelo levantando algo de polvareda para ocultar mi verdadero movimiento. Cogí altura con el Geppou y tras concentrar la potencia necesaria en la pierna volví a lanzar otra de las potentes en su dirección... Aunque siendo sinceros sin apuntar mucho tampoco. Si por algún casual llegaba a alcanzarlo podía causarle heridas de bastante calibre, mientras que si era al revés y no usaba su haki yo simplemente volvería a recomponerme... Claro está, tampoco iba a decírselo pues no quería que se lo tomase como un insulto.

Antes de darme cuenta, el agente se había levantado y estaba a mi lado preparándose para comenzar el entrenamiento. Mas pronto que tarde, nos encontrábamos nuevamente el uno frente al otro en el mismo lugar que el día anterior. A Tobías se le veía ansioso por retomar el enfrentamiento, en sus ojos se podía ver la determinación que perseguía junto con su promesa de seguir avanzando, aquel iba a ser un día glorioso. Sin nada que lo delatase, el agente comenzó su ofensiva. Primero tres Rankyakus a modo de distracción para crear una cortina de humo, eso me hizo sospechar de que algo más vendría por detrás, retrocedí un par de saltos hacía atrás seguido del Geppou para alzarme en el aire, había levantado tanto polvo que no podía ver nada así que decidí que lo mejor era tomar distancias y suerte que lo hice,  segundos después de comenzar a ascender vi aquella onda que había creado el día anterior, esta vez impactando en el borde del cráter del día anterior aumentando así el tamaño de este. -Oohhh, ¿Así que con todo desde el principio?- No se porqué, pero aquel ataque lo interpreté como un reto. -Acepto.- Dije casi para mi mismo ya que por la distancia no podría oírme y menos aún con con la grava cayendo del aire.

Varios metros por encima del suelo, me percaté de que él también había utilizado el Geppou para preparar su ataque, quizás eso me daría una ligera ventaja. Le lancé una combinación de cinco Rankyakus horizontales, el primero apuntaba dos metros por debajo suya, el siguiente iba dirigido a escasos centímetros de sus piernas, el tercero iba directo hacía él mientras que el cuarto y el quinto iban ascendiendo también. La idea de aquello era simple, si decidía descender, las primeras ondas le alcanzarían, al ser las ondas en dirección horizontal, tampoco podría esquivarlas hacía los lados, así que su única escapatoria era seguir ascendiendo. ¿Por qué quería que subiese mas?. Sencillo, cuanto más alto estuviese, mas se adentraría en mi territorio. Contrariamente a lo que aparento, mi fuerte son los combates aéreos ya que gracias al uso del Rokushiki podía jugar con mi oponente casi a placer, aunque también es cierto que contra otros agentes esta ventaja podía volverse nula.

No era justo que solo mi vida corriese peligro, y luego de ver el día anterior que era capaz de crear brebajes y ungüentos medicinales, creo que entre ambos podríamos tratar heridas mayores sin peligro. Con aquel pensamiento en mente, luego de lanzar la quinta onda, preparé dos ondas mucho más poderosas, como la de ayer prácticamente. Lancé la primera en vertical para luego, con una medio pirueta, lanzar la siguiente de manera horizontal, enviándole así una cruz cortante a una velocidad vertiginosa aunque este era de color azabache. Si, aquella combinación iba imbuida en haki. Quizás me había pasado, pero por experiencia propia sabía que si su vida no peligraba, no sacaría todo su potencial. -Veamos de qué eres capaz.- Dije luego de lanzar aquel tremendo ataque. Por mi parte, luego de aquello me preparé para su posible contraataque, sabía que perder la iniciativa en ese momento podía ser clave.

El agente esquivó sin problemas mi ataque usando la misma técnica que yo suspendiéndose en el aire antes que la onda grande impactase en el terreno. Suponía que su carácter impulsivo lo obligaría a comenzar dándolo todo al igual que había hecho yo, cosa que quedó clara cuando escuché sus palabras rebosantes de determinación. Sabía que así me desgastaría antes que el día anterior, pero si quería acostumbrar mi cuerpo a usar este tipo de ataque cada vez que quisiese no me quedaba otra. La hora de darlo todo había llegado.

La respuesta en forma de ataque por parte de Noa no tardó en llegar. Una lluvia de ondas cortantes atravesaron la cortina de polvo como si de una escalera se tratasen, obligándome a ascender si no quería verme cortado por la mitad. Tampoco es que tuviese problema si era alcanzado por alguna de aquellas cosas pues no parecían llevar haki, pero como quería probarme a mí mismo al máximo hice como si así fuese y me elevé para esquivar aquella primera andanada de ataques sin saber que me estaba metiendo en un problema, ya que a medias del ascenso pude comprobar como tras el primer ataque venía un segundo que presentaba un peligro muy real y no imaginario como hasta. -¡Será cabrón! - maldecí para mí mismo cuando comprobé la tonalidad de la onda.

Al menos tuve la suerte de que los ataques habían sido bastante seguidos y aún estaba en movimiento cuando los percibí, por lo que pataleé el suelo con fuerza y de la misma forma que cuando iniciamos el entrenamiento. Era un movimiento arriesgado pues precisamente la inestabilidad de la técnica había sido lo que nos hizo dejarla de lado, pero dada la situación necesitaba de recurrir a algo extremo e intentar salir del rango del ataque cuanto antes. Ya había probado que la mejor era usarlo en dirección vertical y eso hice.

-Por los pelos... - pensé cuando aún a pesar de mi incremento de velocidad pude notar la potencia del ataque demasiado cerca.

Al parecer el agente se había cansado de ser indulgente conmigo y pretendía sacar lo máximo de mí, así que no iba a hacerle un feo y decidí que así fuese. Aproveché mi superior altura y realizando la misma voltereta que hice la primera vez que conseguí hacer el Rankyaku lancé otra de forma descendente contra el agente, pero esta vez apuntando bien. Nada más terminar la primera ofensiva desactivé el Geppou y me dejé caer de forma frenética contra el suelo intentando aprovechar el tiempo que me daría el agente al esquivar. Si conseguía mi objetivo activaría mis poderes de Logia en el último momento para no sufrir daños en la caída y acto seguido recomponerme y avanzar para lanzar otro desde abajo intentando aprovechar la confusión.

"¿Seguirá vivo?"- Me pregunté al ver que tardaba un poco en reaccionar. Pronto me daría cuenta de que había conseguido esquivar mi ataque. Con la ofensiva anterior el polvo estaba ya casi disperso, así que en la lejanía pude ver como Tobi me mandaba un saludo en forma de onda cortante. - Lo esquivó.- Dije hablando conmigo mismo alegrándome en cierto modo por no habérmelo cargado. Mientras esa onda avanzaba hasta mi, otro Rankyaku casi idéntico ascendía dejándome en una encrucijada donde, mientras una de las ondas venía a por mi desde una posición mas alta, otra lo hacía de manera ascendente. Por suerte, ambas se acercaban verticalmente, eso quería decir que evadirlas sería sencillo, solo debía desplazarme lateralmente. "No estoy aquí para apartarme."- Pensé instantáneamente al llegar a la conclusión de esquivarlo.

Notaba mi pulso acelerarse al sentir el peligro inminente, sentía arder la sangre por dentro de mis venas, estaba apunto de enloquecer ante el placer de la gran batalla que había propuesto el agente. Me había puesto varias veces contra las cuerdas desde que nos habíamos conocido. Para alguien como yo eso era el éxtasis, alguien con quien podría darlo todo porque también iba a llevarse hasta sus límites con tal de superarme. -Ahora si que espero que no mueras Tobías. Eres digno de que lo de todo. - El primer Rankyaku, el descendente, opté por esquivarlo, odiaba hacerlo pero de lo contrario no podría enfrentar la segunda onda. Luego de esquivarla desplazándome lateralmente, lancé mi propia onda con tal de que ambas estallasen al encontrarse.

Así ocurrió, al colisionar las técnicas se originó una explosión en el aire tan poderosa que me hizo retroceder en pleno vuelo de la misma manera que las ramas de los árboles en un radio de setenta metros fueron violentamente sacudidas causando incluso el desprendimiento de las mismas. No sabía donde había caído el agente pero debía aprovechar para ocultarme yo también. Aprovechando el retroceso del estallido me dejé caer al bosque, bueno, lo que quedaba del bosque ya que habíamos talado una gran parte practicando. Sin saber nada sobre su posición, decidí que lo mejor sería lanzar Rankyakus aleatorios hacía la última ubicación que recordaba. Aparece ratita... Quiero cortarte la colita.- Dije con una sonrisa sádica a la vez que lanzaba otro de esos gigantescos Rankyakus, para evitar que descubriese mi posición, nada más lanzarlo utilicé el Soru para moverme. Con ello esperaba descubrir donde se ocultaba y también esperaba que no me encontrase él antes.

Por un momento llegué a pensar que había cogido desprevenido al peliblanco con mis ataques al ver que no los esquivaba de forma inmediata. Solo tenía que apartarse a tiempo de la trayectoria de las ondas para salir indemne, pero este parecía tener otra cosa en mente ya que esperó al último momento para reaccionar. Evitó el primero y encaró el segundo con una entereza admirable. Llegué a pensar que iba a recibir la onda de pleno al igual que había hecho con la técnica del Manual Kuchiyose cuando nos encontramos. Eso demostraba que tenía un buen grado de confianza sobre su resistencia o que simplemente estaba loco, pero fuese lo que fuese no podía perderle ojo tampoco. Sus contramedidas solían ser brutales y debía prestar atención.

-Aquí vamos otra vez - pensé al ver como lanzaba una onda para que colisionase con la mía.

Dada la situación solo me quedaba una cosa por hacer... Huir. Usé el Soru para alejarme lo máximo posible de aquella explosión cortante devastadora, pero no fui capaz de alejarme lo suficiente como para no salir despedido de forma estrepitosa. -Algún día me saldrán alas - pensé mientras el bosque se hacia cada vez más grande hasta que terminé desparramado entre las ramas de un árbol caído de nuevo. Esta vez no tuve mucho tiempo para volver a recomponerme, pues el agente no desistió en su empeño y comenzó a lanzar Rankyakus desde distintas posiciones y en varias direcciones.

-Maldito - musité al tener que recurrir al Geppou de nuevo para evadir todos aquellos ataques que desolaban más y más al ya maltratado bosque. Ya comenzaba a notar la presión en las piernas y el desgaste del día anterior comenzaba a pasar factura, pero no pensaba parar hasta caer rendido. Tenía que darlo todo, así que lo usaría todo. Lo primero era encontrarlo, por lo que activé la visión térmica de mi ojo ciborg para conseguirlo. Vi como se desplazaba con el Soru por el campo y esperé al momento justo en el que se paraba para lanzar otra de aquellas ondas. -Vamos allá - pensé decidido mientras decidía emularlo yo ahora y lanzar dos patadas seguidas que generarían un lanzamiento en X con aquellas bestialidades de Rankyakus.

Acto seguido noté un poco de flojera en las piernas mientras comenzaba a empaparme en sudor. Mantenerme en el aire de forma estable comenzaba a ser un problema, pero intentaría no desistir en mi empeño.