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Kasan
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Agilidad
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Agudeza
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Saberes
Akuma no mi
Varios
"Oh, mierda." Pensé al ver venir aquella enorme aspa cortándolo todo a su paso. Pensé en esquivarlo dando un par de saltos en el aire con el Geppou pero pronto me di cuenta de que las piernas no me respondían como deseaba. El ataque se acercaba inexorable y yo sin poder dar un solo paso, tuve que recurrir al único movimiento que me salvaría el culo en esa situación. Respiré profundamente dejando un segundo de calma para activar mi técnica secreta Ryugetsu. En mis manos se acumulaba todo ese poder destructivo que caracterizaba a esta habilidad, esperé a que el aspa estuviese lo suficientemente cerca y, apuntando justo al centro de esta, disparé un tremendo puñetazo que impactó de lleno.
El choque entre ambas técnicas provocó una onda expansiva tal que me catapultó hacia atrás a gran velocidad haciéndome atravesar varios árboles antes de parar. -Agg... Me muero. - Dije en el suelo ensangrentado, aquello me dejó bastante malherido, en otras condiciones no habrían sido heridas graves pero el cansancio acumulado había dejado mi cuerpo "reblandecido". Me quedé en el suelo tratando de recomponerme. Je, Supongo que este encuentro ha llegado a su fin. - Comentaba conmigo mismo al comprobar que nuestro largo entrenamiento por fin había dado sus frutos y que podíamos darle matarile de una vez.
Espere allí a que Tobi me echase una mano, al fin y al cabo aunque de seguro también estaba en malas condiciones podría ayudarme a volver al campamento base. Hacía tiempo pensando en la cena de ese día, "Mmm, me apetece un buen trozo de carne en salsa con una buena jarra de cerveza... Seeh, y luego pasarme medio día durmiendo." Todo aquello era casi idílico aunque Tobías se hacía de rogar para venir a ayudar, ¿Tan lejos se había ido para tardar tanto en volver? Igual simplemente era un tardón. -Definitivamente se ha ganado mi respeto, va a ser divertido tenerle como aliado.
El choque entre ambas técnicas provocó una onda expansiva tal que me catapultó hacia atrás a gran velocidad haciéndome atravesar varios árboles antes de parar. -Agg... Me muero. - Dije en el suelo ensangrentado, aquello me dejó bastante malherido, en otras condiciones no habrían sido heridas graves pero el cansancio acumulado había dejado mi cuerpo "reblandecido". Me quedé en el suelo tratando de recomponerme. Je, Supongo que este encuentro ha llegado a su fin. - Comentaba conmigo mismo al comprobar que nuestro largo entrenamiento por fin había dado sus frutos y que podíamos darle matarile de una vez.
Espere allí a que Tobi me echase una mano, al fin y al cabo aunque de seguro también estaba en malas condiciones podría ayudarme a volver al campamento base. Hacía tiempo pensando en la cena de ese día, "Mmm, me apetece un buen trozo de carne en salsa con una buena jarra de cerveza... Seeh, y luego pasarme medio día durmiendo." Todo aquello era casi idílico aunque Tobías se hacía de rogar para venir a ayudar, ¿Tan lejos se había ido para tardar tanto en volver? Igual simplemente era un tardón. -Definitivamente se ha ganado mi respeto, va a ser divertido tenerle como aliado.
Tobías Thorn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
-Aparta, aparta, aparta... - pensé algo nervioso ante la falta de movimiento por parte del agente.
No parecía interesado en moverse lo más mínimo otra vez, pero dudaba que esta vez pudiese salir indemne de un choque de tal calibre. No creía que yo siquiera pudiese intentarlo si estuviese en su lugar. El desgaste de lanzar tantos ataque de esa magnitud causaban un mayor desgaste de lo que había calculado, por lo un mal presentimiento cruzó mi mente y comencé a moverme de forma instintiva hacia su posición manteniendo un vuelo inestable por mi propio cansancio.
- Oh no... ¡Eso sí que no! - espeté de mala forma cuando pudo ver mejor que era lo que el peliblanco trataba de hacer.
Solo le había visto usar esa técnica una vez, pero el cráter que había dejado en la montaña dejaba claro cuan poderosa podía ser y el peligro que corría por haberme acercado tanto como un estúpido. El choque de técnicas fue aún mayor que el anterior, causando una gran ola destructora que consiguió alcanzarme aún donde me encontraba. Mi cuerpo comenzó a desintegrarse en un montón de pequeñas gotas de sirope mientras salía despedido por aires varios metros. Por un instante llegué a temer por mi vida, ya que llegué a pensar que aquella maldita explosión me descompondría de tal forma que no podría volver a mi estado normal... Cosa que casi llega a pasar, o por lo menos así se me antojó hasta que un montón de pequeñas partículas de un material parduzco comenzaron a juntarse en un mismo punto.
Pasaron varios minutos hasta que recuperé la forma de algo que se parecía a mi cuerpo. Solo deseaba tumbarme en el suelo y dejar que mi cuerpo se restaurase lentamente, pero la imperiosa necesidad se saber si el agente estaba vivo me obligó a arrastrarme por el suelo, sí, arrastrarme, porque andar no podía y avancé en aquel estado en el que parecía una especie de flan gigante humanoide.
Tardé un rato más en encontrar a Noa tendido en el suelo. El punto de inicio era claro porque allí había quedado un cráter que no podría llenar con todo el sirope que podía generar, pero resultó que el agente había salido despedido al igual que yo y se encontraba varios metros más adelante y no fue tan fácil encontrarle. Su cuerpo presentaba un estado lamentable. Estaba lacerado por diversos sitios y sus ropas estaban hechas un asco, incluso me pareció ver que le faltaba un mechón de pelo en el lado derecho y para colmo permanecía inmóvil en el suelo. Si no fuese porque su pecho subía y bajada de forma pausada me hubiese creído que había muerto en el choque, pero al comprobar que este se encontraba de una pieza mi cuerpo también se rindió y me dejé caer a su lado. Ya no podía más. El avance con el entrenamiento había sido notorio, pero el desgaste al que me había llevado este energúmeno temerario nunca antes lo había experimentado. Ni siquiera Kimura había estado a punto de matarme nunca... Quizás Gusi con alguna de sus locuras, pero nunca en una lucha entre compañeros, porque ya éramos compañeros. No había duda, aunque tampoco pude pensar mucho más en el tema porque terminé quedándome dormido al lado del peliblanco.
No parecía interesado en moverse lo más mínimo otra vez, pero dudaba que esta vez pudiese salir indemne de un choque de tal calibre. No creía que yo siquiera pudiese intentarlo si estuviese en su lugar. El desgaste de lanzar tantos ataque de esa magnitud causaban un mayor desgaste de lo que había calculado, por lo un mal presentimiento cruzó mi mente y comencé a moverme de forma instintiva hacia su posición manteniendo un vuelo inestable por mi propio cansancio.
- Oh no... ¡Eso sí que no! - espeté de mala forma cuando pudo ver mejor que era lo que el peliblanco trataba de hacer.
Solo le había visto usar esa técnica una vez, pero el cráter que había dejado en la montaña dejaba claro cuan poderosa podía ser y el peligro que corría por haberme acercado tanto como un estúpido. El choque de técnicas fue aún mayor que el anterior, causando una gran ola destructora que consiguió alcanzarme aún donde me encontraba. Mi cuerpo comenzó a desintegrarse en un montón de pequeñas gotas de sirope mientras salía despedido por aires varios metros. Por un instante llegué a temer por mi vida, ya que llegué a pensar que aquella maldita explosión me descompondría de tal forma que no podría volver a mi estado normal... Cosa que casi llega a pasar, o por lo menos así se me antojó hasta que un montón de pequeñas partículas de un material parduzco comenzaron a juntarse en un mismo punto.
Pasaron varios minutos hasta que recuperé la forma de algo que se parecía a mi cuerpo. Solo deseaba tumbarme en el suelo y dejar que mi cuerpo se restaurase lentamente, pero la imperiosa necesidad se saber si el agente estaba vivo me obligó a arrastrarme por el suelo, sí, arrastrarme, porque andar no podía y avancé en aquel estado en el que parecía una especie de flan gigante humanoide.
Tardé un rato más en encontrar a Noa tendido en el suelo. El punto de inicio era claro porque allí había quedado un cráter que no podría llenar con todo el sirope que podía generar, pero resultó que el agente había salido despedido al igual que yo y se encontraba varios metros más adelante y no fue tan fácil encontrarle. Su cuerpo presentaba un estado lamentable. Estaba lacerado por diversos sitios y sus ropas estaban hechas un asco, incluso me pareció ver que le faltaba un mechón de pelo en el lado derecho y para colmo permanecía inmóvil en el suelo. Si no fuese porque su pecho subía y bajada de forma pausada me hubiese creído que había muerto en el choque, pero al comprobar que este se encontraba de una pieza mi cuerpo también se rindió y me dejé caer a su lado. Ya no podía más. El avance con el entrenamiento había sido notorio, pero el desgaste al que me había llevado este energúmeno temerario nunca antes lo había experimentado. Ni siquiera Kimura había estado a punto de matarme nunca... Quizás Gusi con alguna de sus locuras, pero nunca en una lucha entre compañeros, porque ya éramos compañeros. No había duda, aunque tampoco pude pensar mucho más en el tema porque terminé quedándome dormido al lado del peliblanco.
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