Una semana divertida [Pasado][Privado][Maximilian - Sarah]

Yo en un primer momento me sentí extraña, me empezó a dar la sensación de que el chico no quería estar allí, así que me alejé de el...

-Lo siento, no pretendía incomodarte, soy cariñosa, pero creo que a partir de ahora contigo no lo seré, solo para que no te sientas mal, -después de decirle eso me senté en una silla fuera, en una terraza que había enorme, apoyé los pies en una mesita que había, y me puse a afilar mi navaja, con una pequeña lagrima asomando por mis ojos al recordar a mis familiares fallecidos le dije...

-Si estás incomodo conmigo puedes irte, no quiero que nadie se sienta incomodo conmigo, y menos si me cae tan bien como tu, -me sequé la lagrima y seguí afilando la hoja de mi navaja, en cuanto terminé de afilarla, la limpie con agua que tenía en una tina al lado, y empecé a sacarle brillo a mi puño americano, estaba claro que ese chico tenía algún tipo de problema, y no quería herirlo mas.

Antes de nada le dije... -No se como ha sido tu vida, pero desde luego perder a mis padres, mis 4 hermanos y a mi familia marítima en un huracán, no era la vida que esperaba, a la única persona que pude salvar fue a mi hermano pequeño, era casi un recién nacido, -me levante sin terminar, y fui hacía el apoyándome en el marco de la puerta, -Por cosas de la vida, unos años después, cuando ya mi hermano creció se metió en una pelea, y 3 del grupo lo asesinaron, luego yo acabé con ellos, era mi única familia, al ser adiestrada desde niña, no se me permitía abrazar, ni muestras de afecto, y con mi hermano no fue menos, solo lo pude abrazar cuando lo recogí de entre su propia sangre, por eso ahora soy cariñosa, no sentí ese afecto, -le dije a punto de echarme a llorar de nuevo, me caí de rodillas, y me apoyé en la cama, llorando sobre la manta, dejando ver ligeramente alguna letra del nombre de mi hermano, -Ni siquiera tuvieron tiempo de ponerle un nombre a mi hermano, así que yo misma puse su nombre, Eric, ese nombre elegí yo misma para mi propio hermano, -dije entre lloros.

Lo antes posible intento recuperar lo compostura, no quiero que piense que me estoy haciendo la mártir, así que me levante limpiándome los ojos, y fui al baño a lavarme la cara, y refrescarme, aprovechando de estar en el baño también me peine. Después de aquel acto fui incapaz de mirarle por un rato a los ojos.

Escuché lo que dijo, la vi llorar en su cama y retomar su postura de chica fuerte. Era como yo, esa chica podría entender lo que yo sentía en lo más fondo de mi corazón. Tal vez fui demasiado frió con ella pero me sentí bien cuando me abrazó pero no quise decirlo por que tal vez sonaría muy atrevido. Luego de que regresara del baño, no me miró a los ojos pero yo busqué su mirada, quería saber que pasaba por su mente.

-No perdí a tantas personas como tú, solo mi padre. Fue asesinado por un grupo de piratas mientras invadían nuestro pueblo, yo era pequeño y débil. A veces siento que fue mi culpa por intentar hacerme el valiente y obligar a mi padre a sacrificar su vida por mi – dije mientras miraba fijamente al vació como recordando lo que había vivido – no sé si entiendo tu dolor, pero siento que eres como yo, sientes que no debes olvidar a los que has perdido. Solo ser mejor llenara el vació, ser mejor y conseguir buenos compañeros en el mar. Estar solo es un opción, tu decides si quieres eso o no, yo no. Me agradas, me agrada que muestres ese cariño conmigo. Lo apreciaré desde ahora.

Caminé hacía donde estaba, miraba al suelo sin poder levantar la cabeza. Tomé su mano juntando las dos mias y acaricie su suave piel. Me esforcé por estirarme pero aun así no pude, hacer lo que deseaba hacer.

-Vaya, al final tendré que enseñártelo – dije mientras me quitaba la gabardina y luego la camisa que llevaba puesta.

Deje a un lado mis katanas y sentí un poco de frió con el pecho descubierto. Me trasformé en mi forma híbrida de tigre y fui lo suficientemente grande para llegar a besar su frente. La miré a los ojos y le coloqué mi mano en su rostro.

-Seras mi amiga desde ahora – le dije con mi voz un poco más gruesa por la transformación -. SI estas en peligro en algún momento yo iré a protegerte, si necesitas algo en algún momento jamás debes dudar en pedírmelo.

Acaricie su mejilla y le sonreí.

-Sarah, seras otra persona valiosa en mi vida desde ahora – dije mientras volvía a mi forma normal y daba unos pasos para recoger del suelo mi ropa -. Tal vez deba tatuarme tu nombre en el cuerpo.

Le sonreí y la miré fijamente a los ojos.

Finalmente decidí mirarle, se ha convertido en un precioso híbrido de tigre, no me esperaba eso, me ha dado un beso en la frente, he sentido un cosquilleo, y un calor especial dentro de mi, y mas cuando luego me ha acariciado con su mano, me recorrió un pequeño escalofrío por la espalda hasta mi nuca, finalmente me puse de rodillas...

-Guau, no pensé que fueras a convertirte eras un híbrido de tigre, -dije mientras lo veía volviendo a su estado normal, me ha dicho que a lo mejor se tatuaba mi nombre, me parece demasiado...

-¿Porque tatuarías el nombre de quien no conoces?, no lo hagas por lastima, date cuenta que es algo que llevarás encima, por cierto, ¿me dejas abrazarte?, -le digo alzando los brazos en su dirección, aún de rodillas, para que pueda abrazarme mas fácilmente si al final lo hace, le miro con una pequeña sonrisa, y unos ojos un poco alicaídos por la llorera.

Veo como se arrodilla y levanta los brazos. Me acerqué a ella y el abrazo tiernamente.

-Qué más da si no te conozco aun, lo importante es que eres buena persona, con eso es suficiente.

Mi madre me había enseñado que cuando a una persona la juzgas por la convierta nunca conseguirás ver su interior. Sentí el cuerpo de Sarah junto al mí. Era una buena persona de eso no tenía dudas y fuera cual fuera su pasado o lo que haría en un futuro no me importaba. Siempre sería mi amiga.

-Si me pongo un tatuaje con tu nombre sería para que en mí quede el recuerdo de que fuiste, eres y seras una persona a la que le entregué mi confianza.

Recordé que mi padre antes de morir me dijo que nunca me atreviera a despreciar el cariño de quien lo ofrece porque por más que no tenga ningún significado para tú, la otra persona puede que necesité solo de dar para seguir viviendo. Dar sin esperar nada a cambio.

Lo miro y me quedo asombrada por como ha cambiado conmigo, ha debido mirar a través de mis ojos algo distinto de lo que vio al principio, cuando me abrazó sentí un calor, algo que al abrazarlo antes no sentí...

-De acuerdo, lo del tatuaje ya es decisión tuya, -le dije con una sonrisa, me levanté, y me volví a la silla donde sacaba brillo a mi puño, estaba un poco mejor, pero aun así tener que contar mi historia, me ha puesto tristona, suerte que el estaba ahí.

La mañana del día siguiente

Me desperté justo en el momento en que los primeros rayos del sol atravesaban la ventana de la habitación de Sarah. Me incliné hacía adelante, quedándome sentado sobre el sofá donde la noche anterior había dormido bastante cómodo. Me froté los ojos y me acerqué a la cama de Sarah viéndola dormida. Parecía estar muy tranquila despues de todo lo que pasó en la noche anterior. Abrí la puerta de la habitación muy despacio y no la cerre ya que iba a ir a comprar algunas cosas que podríamos comprar para el desayuno. Descendí por las escaleras y ví al encargado limpiando el mostrador. Me saludó con una sonrisa picara en el rostro. Sabía lo que estaba pensando pero no le dí importancía. Salí a la calle y caminé unos metros para comprar una botella de jugo de frutas frescas y algunos panecillos dulces en una tienda. Los llevaba cargados en mis brazos mientras esperaba que Sarah no se hubiera despertado aun para poder darle una sorpresa.

-Hoy llegaran los músicos – escuché a una joven hablando con su amiga en la calle

Esta le respondió un sí emocionado. Luego también escuché que llegarían todos los músicos juntos en el gran crucero de transporte “Shandel”. Según escuché darían un concierto de entrada para todos aquellos que fueran a recibirlos al muelle. En ese momento se me ocurrió una buena idea. Después del desayuno le diría a Sarah para ir a verlos y divertirnos un momento. Cuando volví a la habitación ella aun no se había despertado, se notaba que dormía bastante o tal vez yo dormía muy poco. Preparé las cosas de comer en una pequeña mesa que estaba en frente del sofá y caminé para despertarla.

Mientras dormía noté que alguien me daba unos ligeros movimientos para despertarme, y una voz muy dulce me decía que me despertara, sin duda era Max despertándome, antes de despertarme del todo me empezó a oler a comida y a zumo.

-Buenos días señor madrugón, ¿has dormido bien?, -digo estirándome, mi pijama no es mas que una camiseta de tirantes que tiene de hecho demasiado escote para ser un pijama, y un pantalón corto.

Cuando me levanto veo que en la mesita hay unos bollos y zumo, acto seguido miro a Max, al cual le doy un beso en la mejilla y le doy un abrazo, mientras le susurro al oído, -muchas gracias por el desayuno, déjame arreglarme y en 15 minutos o así desayunamos juntos, -le dije dándole un beso, y acto seguido, me vuelvo a sacar la parte de arriba delante del, yo creo que después de lo de anoche ya no se pondrá colorado, supongo.

Cuando termino de arreglarme lo veo sentado en el sofá esperándome, me siento a su lado, y me sirve un vaso de zumo, mientras ya cojo un bollo para comerlo.

-Mmmm, esta delicioso, tienes buena mano para la comida, -digo dándole un codazo desmesuradamente medido, lo justo para casi no moverlo del sitio.

Me sentía bien con Sarah, su compañía me agradaba. Nos sentamos a desayunar. Ella mencionó algo de que era bueno escogiendo los dulces. La miré sonriendo.

-Mi madre prepara unos dulces increíbles, algún día te llevare a probarlos – dije mientras bebía un poco de zumo.

Mientras comíamos estaba pensando en la mejor manera de como pedirle que me acompañara al puerto para ver la llegada de los músicos que venían al festival.

-Sarah, luego que terminemos de desayunar me acompañarías al muelle para ver la llegada de los músicos a la ciudad.

Solo esperaba que no tuviera otras cosas que hacer porque ya me había acostumbrado a su compañía.

Miro a Max, sonriendo con un trozo masticado de bollo en la boca, trago y mientras lo abrazo, -claro que voy, no tengo nada mejor que hacer, ¿y tus amigos?, -le pregunta curiosa, ¿como es que quiere que vaya yo, y no va con sus amigos?, bueno, es igual.

Miro por la ventana, hace un día precioso, creo que hoy iré vestida como voy, pero con mis armas. Nunca se sabe lo que puede ocurrir.

Luego de terminar de desayunar, Sarah y yo nos preparamos para ir ver a los grupos musicales que llegarían esa misma mañana a la isla. Estaba algo emocionado porque me gustaba el rock y a pesar de que casi nunca lo tocaba me gustaba oírlo cuando podía. Recordé en ese momento lo que había pasado una vez en un concurso en Nueva Esperanza. Extrañamente una banda de rock que iba a participar no tenía un integrante y yo me ofrecí para ayudarlos. Todo terminó mal cuando un tipo loco entro con su robot y destruyeron el edificio entero. Sonreí al recordar aquel extraño momento. Salimos de la habitación y caminamos en dirección a los muelles. Las adolescentes se reunían en grupos por toda la villa, con pancartas y anuncios de bienvenida. Algunos vendían ya mercancía de las bandas que estaban por llegar cuando por fin llegamos al puerto. El Tiger Claws estaba más allá y estaba seguro que mis compañeros vendrían. La gente en especial jóvenes y algunos adultos curiosos se había reunido allí.

-Parece que en verdad la gente de este lugar está muy animada hoy en día – dije mientras miraba en dirección al mar.

Detrás de nosotros dos aparecieron Ariana, Ryuto y Owen. Parecían animados y o tal vez solo querían saber que tan bueno era el rock del que siempre les hablaba. No nos queríamos acercar más porque una fila de marines cerraba el paso de la multitud. Un sargento alto y de cabello rubio corto miraba con algo de resignación el mar debido a la patética misión que le habían asignado para formar parte de la escolta de los músicos. Los primeros gritos alocados de las jóvenes se dejó escuchara cuando a lo lejos se veía el crucero de transporte “Shandel”. La gente comenzó a gritar de emoción. Los marines trataban de imponer el orden pero la fiebre de la música era mayor. De pronto, vi como un marine se le acercaba al sargento y parecían hablar de algo. El sargento miró al suelo preocupado y se frotó el mentón pensativo. Unas dos tropas de marines llegaron desde el cuartel y se formaron junto al sargento. Era extraño o algo no andaba bien o los músicos eran demasiado importantes. Me escobilla dejando Sarah con mis compañeros y pude oír lo que decían los marines.

-Señor confirmado, el barco se acerca sin comunicación. No recibimos respuesta.

-Tal vez tengan problemas con los artefactos. Preparen los cañones para dar el aviso de que los hemos visto.

Dos cañonazos sonaron en el aire y el crucero no se detuvo. Seguía avanzando más y más cada vez. La gente comenzaba a inquietarse. El crucero era enorme y si seguía en el trayecto que estaba sin disminuir su velocidad, nada impediría la coalición con el muelle. Los marines ordenaron a las personas que retrocedieran y lo hicieron un poco asustados. Luego de algunos minutos lo lógico ocurrió. El crucero impacto contra el muelle produciendo un fuerte temblor. Dos filas más de marines se formaron frente nosotros. Apuntaron sus armas al crucero. Un silencio extraño y un ambiente extraño se podían sentir el aire.

-Ariana, sube al techo de una de las casas y mira que pasa allí – dije mientras trataba de mirar que podía haber ocurrido.

Ariana se marchó al instante, subiendo al tejado de una de las casas más altas que estaba cerca al muelle. De pronto se pudo escuchar un ruido extraño. Un retumbar metálico procedente desde el interior del crucero. Algo se acercaba pero que podía hacer. Miré el lugar donde estaba Ariana y ella estaba acostada en el tejado con su fusil apuntando al crucero. De pronto su rostro palideció. Ella casi nunca se sorprendía por nada pero en ese momento quitó el ojo del lente que usaba como mirador en su rifle y balbuceo algo. Volvió a colocar el ojo en la mira de su rifle.

-Sarah algo malo está pasando, pasé lo que pasé no te separes de nosotros – dije mientras trataba de adelantar al grupo de personas para ponerme en la primera línea de respuesta.

De pronto escuché la voz de Ariana gritando.

¡Todos atrás!

Los marines la miraron y luego todos miraron al frente. En la punta del casco del crucero, una figura monstruosa apareció. Era enorme y deforme. Su piel era de color algo rojiza.

Apariencia:

“No puede ser” – pensé mientras daba unos pasos atrás por el asombro.

Más de esas criaturas deformes aparecieron y rugieron produciendo un sonido terrorífico. Aquel extraño ser me parecía familiar pero no podía recordarlo aun.

Cuando veo la cara de Ariana, y la de Max, empiezo a prepararme para agarrar la navaja y el puño, aunque está visto que esos bichos por como han mirado no les va a hacer ni cosquillas la navaja...

-Emmm chicos, ¿por casualidad tendríais para prestarme algún arma a distancia de mi tamaño?, con esto solo no voy a hacer nada, -digo enseñándoles mi navaja y mi puño americano, acto seguido voy a por Max, lo agarro del brazo y me lo traigo conmigo.

Dejo a Max con Ryuto y Owen, y yo avanzo hasta donde están los marines, los cuales quedan sorprendidos también por mi estatura, debo ser poco mas grande que los bichos que nos atacan.

-Buenos días, me preguntaba si tendrían armas a distancia de mi tamaño, y si podrían dejarme una, y les aconsejo que preparen los cañones, y varios fusileros, para poder pararlos, si no esto será una carnicería, -dije agachándome para que el hombre pudiera oírme bien, estaba claro que aquello no iba a ser fácil, pero si no luchábamos tendríamos mucho mas que perder...

Por un instante recordé a Max convertido en híbrido de tigre, y era de mi tamaño, le tendré que proponer que se convierta de nuevo, puesto que aunque quisiera hacerlo sola sería un suicidio por mi parte, voy hacia Max...

-Max, acabo de acordarme, conviértete de nuevo en híbrido, eres casi de mi tamaño, si lo hago sola podría ser un suicido por mi parte, y si Ariana, Ryuto y Owen tienen algún poder del estilo, que también lo hagan, será mejor 5 que 1, -dije teniéndole mi mano. para que me acompañase.

Lo recordé en ese momento. Esas criaturas eran iguales al hombre que vencí hace algunos años atrás en la villa de Syrup en una noche caótica. Escuché lo que dijo Sarah. A veces pensaba que las personas podían guiarse mal por las apariencias pero eso era solo relativo. De pronto las criaturas se lanzaron al ataque. La gente comenzó a correr y los marines de pie y con las manos temblando por no saber cómo responder solo se limitaban a ver. Ariana disparó y le dio justo en la cabeza a una. La criatura cayó de espaldas hacía atrás. Una de ellas dio un salto y apareció frente a Ariana quien gracias a su gran agilidad pudo esquivar los primero puñetazos que lanzó el monstruoso ser. Los marines disparaba a los cuerpos de las criaturas pero nada podían hacer, la manada de seres aterradores los embistió haciéndolos volar por los aires. Ryuto sacó sus naipes y lanzo algunos contra una de ellas que se apresuraba a atacarnos. Explosiones continuas se generaron en su cuerpo gracias a los naipes explosivos de Ryuto. La criatura cayó al suelo antes de llegar a donde estábamos. Owen se lanzaba embestía con el cuerpo a una que intentaba aplastar a un marine que estaba el suelo. Yo por mi parte me coloqué delante de Sarah.

-Sarah cálmate. Todo irá bien, necesitó que ayudes a las personas a refugiarse en un lugar seguro. Nosotros contendremos a estas cosas aquí.

Justo en el momento en que terminé la frase, unos ojos rojos inyectados de furia aparecieron frente a nosotros. Una de las criaturas rugió y bajo sus dos manos juntas para aplastarme. Lo esquivé justo a tiempo moviéndome hacia un lado. El golpe quebró el pavimento donde estábamos Sarah y yo. En un rápido movimiento desenvaine mis dos katanas y corte a la criatura en pecho. La sangre salio despedida de su herida en forma de “X” y cayó al suelo generando una laguna roja.

-¿Podrías proteger a estar personas por mí Sarah, prometo no morir ?– dije sonriendo mientras otro de monstruos aparecía frente a mí y trataba de golpearme con su puño derecho.

Mis espadas se movieron rápidamente cortando sus brazos en una línea que continuo hasta su cuello. Podían ser grandes y fuertes pero su cuerpo era pesado y sus puntos vitales estaban expuestos así que era fácil al menos para mí cortarlos con potencia y velocidad.

Miro a Max un poco enfada, no me gusta que se me aparte, pero bueno, ¿que podía hacer?, quizás fuese un poco cabezota, como me dijo, fui hasta toda aquella gente, les pedía que por favor se separasen, que fuesen a sus casas, que no estuviesen cerca de la escena, podrían acabar muy heridos.

Miré hacía Max, lucha bien, no creo que necesite mi ayuda, me he dedicado a buscar a los malheridos para poder llevarlos a un lugar seguro, poco a poco ya quedaban menos de esos bichos, pero yo al ser medico, ya tenia suficiente ayudando a los heridos, cogí mi caja donde suelo llevar las cosas, y comencé a hacerles curas como podía, usaba mis cataplasmas, suerte que siempre lo llevo y encima, y con cosas de sobra, pedí a los que estaban bien que me ayudasen, que trajesen algo que se hiciera pasar por cama, y mantas para los mas heridos.

Una vez terminé con los heridos, miré hacia los chicos, no sabía si habían terminado o no, así que esperé a que terminasen para saber si necesitaban ayuda, o si alguno estaba herido y necesitaba que lo curase. Me quedé sentada en el borde del puerto, con los pies colgando, mirando el mar.

Los monstruos disminuían su número. Owen había derribado al menos a tres más. Ariana desde el tejado los seguía abatiendo con disparos precisos en la cabeza. Ryuto no tenía dificultad para contenerlos con sus naipes explosivos y cortar a cualquier otro que se le acercara. Yo por mi parte lanzaba cortes asesinos a los que trataban de embestirme. Sarah había logrado poner a salvo a todos los civiles pero un grupo de marines estaban siendo acorralados por 4 de esas criaturas. Ryuto y yo corrimos en su ayuda. Ariana descendió del tejado y disparo a uno de ellos. Owen llegó corriendo y embistió a otro.

-Vaya, no ha sido fácil pero ya creo que los podemos mantener a raya – dije mientras miraba a mi compañeros.

Los cuatro sonreímos. Parecía que habíamos obtenido la victoria cuando de pronto el suelo tembló dos veces seguidas. Nos giramos en dirección al barco y justo en frente de nosotros, dos criaturas de piel roja mucho más roja se había colocado entre nosotros y el barco. Estaba casi seguro que era iguales al ser que enfrenté en el pasado.

Apariencia:

“Maldición” – pensé mientras los cuatro retrocedíamos

-Hay que dividirnos. Deben tener presente esto. Estas nuevas criaturas no son como los más pequeños, su piel es más dura, su fuerza es superior. No tienen mucha velocidad  pero si potencia en sus golpes. No dejen que los alcance.

Mis compañeros me miraron preocupados.

-Yo me haré cargo de uno, ustedes tres del otro. Ya antes me enfrentando a uno, tenga cuidado.

Estuvieron de acuerdo.  Me lancé al ataque cortando ligeramente las piernas de que había elegido como mi oponente. El monstruoso ser rugió con furia e intentó golpearme pero solo alcanzo a destrozar el concreto de la avenida. Corrí hacía una calle cercana para alejarlo del otro. La hoja de mi katana derecha comenzó a tomar un color negro. Lancé mi ataque y una poderosa ráfaga de llamas negras cubrieron al monstruo.

“Bien ya está, ha sido más fácil que la última vez” – dije mientras escuchaba el lamento del ser quemándose por mis llamas.

Algo no salió bien. Sentí que mi cuerpo era empujado por una extraña fuerza. Me eleve metros en el aire viendo gran parte de villa debajo de mí. Un dolor inmenso recorrió todo mi cuerpo. Caí como un meteoro y destroce el techo de un casa. Vomite algo de sangre mientras me sentía mareado. Escuché un rugió muy cerca. La criatura no había muerto. Apareció frente a mí nuevamente con la mitad del cuerpo quemada.

“No puede ser” – pensé mientras me negaba a usar el poder de mi fruta.

Rasgué mi gabardina manchada de sangre y me quité la camisa. El inmenso puño de la criatura bajaba a toda velocidad hasta donde estaba cuando me transforme y corte su mano por la mitad. La sangre salio en gran cantidad, manchándome todo el cuerpo. El monstruo no parecía haber sucumbido aun cuando lo decapité saltando hacía arriba. Su cuerpo produjo un sonoro boom cuando se desplomó al suelo. Volví a mi forma normal pero aún seguía cubierto por la sangre de la criatura.  

Caminé lentamente, casi arrastrando mis pies. Estaba en verdad cansado. No sabía cómo les había ido a mis compañeros pero definitivamente luchar solo con una de esas criaturas había sido un error que cometí. Cuando regresé al lugar donde había dejado a mis compañeros luchando con el otro monstruoso ser, me impacto lo que vi. Ryuto, Owen y Ariana estaba desechos. Owen estaba bañado en un mar de sangre, la cual no sabía si era la suya. Ariana trataba de ponerse de pie apoyándose en su rifle y Ryuto estaba sentado con la cabeza agachada llenó de polvo. Al menos 5 casas alrededor de ellos estaban destruidas.

"Parece que se han divertido bastante" - dije caminando lentamente mientras me tomaba el abdomen por el dolor que me producía el golpe que recibí de una de esas criaturas.

De pronto, un grupo de los más pequeños nos rodearon cuando estuve junto con mis compañeros.

-Vaya, llegó el momento de morir - dije sonriendo.

Cuando los vi a todos en peligro, fui corriendo hacía ellos, estaban todos heridos, era mi deber ayudarles, y luego curarles, pues yo era mas grande que ellos, y podría aguantar mejor las cosas, di un salto, y me puse delante de ellos, entre ellos, y las 4 criaturas, saqué mi navaja, y le rebane el cuello al primero, al segundo le di unos cuantos golpes con el puño americano, y acto seguido le corté el cuerpo desde la cadera hasta el hombro opuesto, después hice que los otros dos me siguieran, lejos de ellos, para que pudieran irse ayudando unos a los otros...

-¡CHICOS, MOVEOS DE UNA VEZ!, no puedo entretenerlos todo el día, -dije sonriendo, poco después, giré sobre mi, y le rebané el pescuezo de nuevo, y le di una patada para hacer salir volando su cabeza, y el cuarto, directamente me subí sobre el, me puse en sus hombros, le clavé la navaja desde la garganta hasta la nuca, partiendo su cabeza en dos, y para rematar, con mis propias manos agarré el poco cerebro que tenía, y se lo metí por el esófago, cuando me di cuenta, tenía una herida en un brazo, y cerca del abdomen, miré a los chicos, que por fin estaban a salvo, y me acerqué a ellos...

-Se podría decir que este último se comió demasiado la cabeza, -me reí un poco, y ya acto seguido los atendí, estaban malheridos, así que corrí a por mi caja, atendí al mas grave, que sin duda era Owen, debía mirar cuan graves eran las heridas, fui a el, aun seguía con vida, pero estaba ligeramente grave, lo cogí en brazos...

-Ryuto, ¿podrías ayudar a Ariana?, acompañarme por favor, -les pedí que me acompañasen, a una de las casas destruidas, tenían 4 camas para ellos...

-Ryuto, pon en esa cama a Ariana, Max, ponte en aquella otra, yo acostaré aquí a Owen, Ryuto, solo te he visto cubierto de polvo, si te duele algo, por favor, acuéstate allí, yo me miraré luego estas pequeñas heridas, -dije poniendo cuidadosamente a Owen sobre la cama, lo examiné, tenía 3 heridas un poco profundas, así que debía limpiarle las heridas lo antes posible, coser las heridas, y poner la cataplasma para que no se infecte ni le duela, quizás estaría toda la noche con pequeños dolores, y alguna que otra pesadilla, y con la fiebre alta, así que de vez en cuando habría que ponerle agua bien fría en la frente, luego miré a Ariana, que tenía una pierna rota, cogí 4 tablas que estaban rotas de la casa, y les puse unas cuantas vendas al rededor, y le di un brebaje para el dolor, aquí no servía la cataplasma, después llegó Max, le saqué la parte de arriba de la ropa, y le limpié las heridas, eran superficiales, así que un poco de cataplasma, una venda y listo, y lo mismo para el costado...

-Si os duele algo mas, por favor, decírmelo, insisto, -por último fui a Ryuto, no sabía si le dolía algo, así que en principio lo miré, y cogí un paño con agua para limpiarle un poco del polvo de la cara...

-¿Y a ti?, ¿te duele algo a ti?, -le pregunté agarrando su pequeña cabeza entre mis manos, y mirándolo a los ojos. Mientras respondía, me miré las heridas, eran superficiales, así que me limpies las heridas, me puse la cataplasma, y me vendé las heridas, al estar ligeramente abiertas, me picaba bastante, pero era soportable, me giré de nuevo para mirar a Ryuto...

Sarah apareció para ayudarnos. Acabo con los monstruos restante cuando ya creía que era nuestro fin. Apenas y podíamos caminar, pero logramos llegar a una casa semi – destruida que funcionaba como un hospital improvisado. Los marines comenzaron a aparecer corriendo. Eran bastante y aislaron el puerto hasta que se aseguraran de que todo estuviera bien. Al menos quince de sus reclutas y un oficial habían muerto en ataque. Era de esperarse que tomarían cartas en el asunto. Owen estaba bastante mal herido pero Sarah lo atendió de una manera magnifica. Ryuto parecía ser el más entero y con la ayuda de Ariana pudimos descansar un poco. Algunas personas con vendajes en la cabeza estaban reunidas en el mismo lugar y trataban de no sucumbir al horror de ese grave ataque a la isla de Orange. Un par de marines trajo a un hombre que estaba sucio. Según ellos, lo habían encontrado debajo de un montón de escombros y necesitaba atención medica de inmediato.

Con la mitad del cuerpo sin prenda alguna, me puse de pie y caminé hasta los marines con el objetivo de averiguar si habían encontrado a los responsables del ataque. Me acerqué a uno de ellos y dije:

-Disculpa, ¿Saben quién hizo esto?

Los marines se dieron media vuelta y me miraron.

-Lo siento, pero esa es información que no puedo compartir contigo.

Definitivamente estaban ocultando algo y la curiosidad pronto me haría actuar de alguna manera.