Coches de choque. [PASADO PRIVADO] (Hana Omoe-Raghersir)

Desde que había llegado al South Blue como un apoyo voluntario, aunque cobrando eso sí, en una de las misiones de la marina, no había parado de hacer trabajos para ellos. En su mayoría eran misiones de poca importancia, como rescates o detenciones de maleantes comunes. No es que me fuesen agradables ese tipo de trabajos, pero realmente necesitaba ganarme la confianza del gobierno para cumplir mis objetivos. Misión tras misión volvía al cuartel general a ver si había alguna tarea en la que anduviesen faltos de personal. Y así es como comencé todo esto.

Esa misma mañana había llegado a la isla para entregar un pequeño informe de mi última intervención y cobrar mi salario. Lo último que esperaba es que realmente fuesen a necesitar desesperadamente mi ayuda allí, en un cuartel bien provisto de hombres y recursos. A pocos pasos de los garajes se veía a un montón de marines revoloteando de un lado para otro muy nerviosos, como si no supieran que hacer. La escena podía parecer hasta cómica, no todos los días uno puede ver a un grupo de soldados hechos y derechos en tal estado de nerviosismo.

De pronto todos formaron he hicieron un saludo formal. Me giré para ver qué es lo que les había hecho parar y pude ver como un hombre vestido con el uniforme de comodoro comenzaba a ponerse colorado. Del garaje salió un sonido que sonaba como un globo deshinchándose y comenzó a salir una ligera corriente de humo gris. Volví a mirar al alto cargo y pude observar como la vena del cuello comenzaba a hinchársele. Sin duda iba a ser un gran espectáculo ver como aquel imponente hombre se cebaba con sus subordinados. No sabía que es lo que habrían hecho, pero sin duda se habían ganado la desaprobación de su superior.

(Esto no tiene buena pinta) Penso Hana mientras formaba en linea recta delante del comodoro, no sabia como había acabado exactamente allí ¡Demonios! Ni siquiera sabia del todo que estaba pasando... Pero sin duda alguna sus compañeros nerviosos parecían saberlo. Miro alrededor dándose también cuenta que era la persona que menos mirada recibía en ese momento lo que le hacia sentir seguro que no era culpa suya, aun que probablemente era por que no estaba a la altura de las mayoría de miradas, claro, en comparación a los altos y fornidos marines que se encontraban allí en aquellos momento, Hana era como una damisela en apuros. Para acabar de hacerle sentir incomodo todos estaban sudando, nerviosos y pálidos ante la jefe, sin duda el solo aportaba un contraste mas a aquella situación tan cómica y esperaba no tener que pagar los platos rotos.

Tras su llegada a la marina todo había sido un poco compulso, había estado en los últimos meses pasando de unas manos a otras, el sospechaba que en sus referencias debía decir algo como 'Es un recluta falto de capacidad de combate pero que es diligente en trabajos de mantenimiento, cocina y sabe coser de verdad' así que se lo iban pasando de unos a otros por que era de los pocos marines que no le ponía pegas a estar horas encerrado dentro de la cocina o trabajando en arreglos de ropa y uniformes. En esta ocasión destinado un par de semanas en la base marine mientras el cocinero actual se recuperada de un resfriado grave.

Hacia aproximadamente 10 minutos atrás, Hana había acabado las tareas de cocina. Tras acabas de limpiar los últimos platos de la infinita acumulación que se generaban en la hora de comer en el 'restaurante' que había dentro de la base, finalmente era libre hasta el turno de comida donde por suerte le tocaba cocinar y el trabajo de limpieza se ocupaban los cocineros del mediodía, así que decidido aprovechar para darse por un paseo por la base.

En su paseo por la base, había visto donde estaba la zona de entrenamiento donde no había conseguido ningún compañero para hacer la practica que hacían ahora, así que buscando alguien para que le ayudara en la lección de hoy había estado buscando algún otro marine libre que quisiera colaborar, pero cuando finalmente había encontrado un grupo de marines grande que parecía desocupado, el comodoro había llegado considerablemente enfadado... Sin duda estaba en el sitio equivocado en el momento equivocado.

Los gritos del cargo de la marina se sucedían sin descanso, haciendo que todo el que pasase por la zona dirigiese su mirada a la escena. Yo por mi parte no podía evitar dejar escapar la risa desde la pared en la que me encontraba apoyado. Finalmente el comodoro se calmó un poco y comenzó a pedir explicaciones. Se había acabado el show, pero al menos me enteraría de lo que había pasado.

-¡Creo que ya he dejado claro lo estúpidos que son! ¡Que sea la última vez que entráis a hacer nada al taller sin la supervisión de del oficial técnico encargado! Ahora llamado y que se encargue de arreglar vuestro destrozo.- dijo firmemente el imponente marine.- ¡Rápido!- añadió con furia en su rostro.

-Pero señor… el oficial Revolta está en enfermería, no había nadie encargado del taller. Fue usted mismo el que nos encargó hacer su trabajo mientras se recuperaba.- dijo entre nervioso y asustado uno de los reclutas.

En ese mismo instante el comodoro pareció recordar y empezó a ponerse colorado, aunque sería difícil decir si de vergüenza o de ira.

-¡Si no teníais ni idea de manejar un taller deberíais haberlo dicho desde el principio! ¡No me valen las escusas! Me da igual como lo hagan, ¡arréglenlo!- respondió el malhumorado marine.

Casi me dolía en el alma ver a esos pobres hombres tratados con esa crueldad. No es justo que estuviesen recibiendo tal escarmiento por seguir las órdenes que se le habían mandado. En mi opinión era todo culpa de aquel inútil gruñón, por eso decidí aprovechar y ofrecer mi ayuda. No es que fuese a ser el héroe del día, pensaba cobrar mi trabajo, pero me hacía sentir bien sacar de ese apuro a los pobres reclutas.

-Disculpe señor.- dije mientras me acercaba al gran hombre.

-¡¿Quién eres tú?! ¡¿Qué quieres?!- contestó un poco exaltado por mi aparición.

-Mi nombre es Nairb Khan, mercenario. No he podido evitar ver la escena y me he dado cuenta de que quizá pueda serles útil. Tengo conocimientos de ingeniería y mecánica, si me pagan podría cubrir la baja que tienen ustedes por un tiempo.- le respondí, presentándome y dejando claras mis intenciones.

El comodoro pareció dudar por unos instantes, pero no era estúpido, sabía que los reclutas no iban a poder encargarse del trabajo por mucho que les gritase. Por eso hizo un gesto con la mano a dos de los novatos para que se acercasen y comenzó con el contrato oral.

-Se te pagará un ochenta por ciento del sueldo de nuestro ingeniero y sólo tendrás a estos dos despojos para ayudarte. El pago te llegará cuando acabes tu trabajo. Más te vale hacerlo bien.- dijo sentenciando la conversación antes de marcharse.

No estaba muy de acuerdo con lo de tener a esos dos mindundi cómo ayuda, pero era mejor que nada. Al menos ya tenía un nuevo trabajo con el que entretenerme, y esta vez era algo que me gustaba realmente. Hacía bastante tiempo que no tenía material con el que practicar mis conocimientos, estaba ansioso por empezar.

-Bueno muchachos, manos a la obra.- dije sonriéndoles mientras comenzaba a caminar hacia el taller del que no paraba de salir humo.

Hana aguanto estoico la bronca, mirando al frente y recto como un palo durante el buen rato que el Comodoro se estuvo desfogando con sus subalternos, el incluido evidentemente. Aun así el problema es que teóricamente el no tendría que estar implicado en ese asunto, simplemente estaba buscando un compañero de practicas, pero ya era demasiado tarde como para decir algo y probablemente intentarse escapar de allí solo acabaría con algún castigo mayor, así que simplemente aguanto el chaparrón.

Tras un rato finalmente el jefe se comenzó a calmar, sus colores rojos y venas hinchadas recuperaron su aspecto mas saludable, no duro mucho la calma ya que tras el comentario de lo que había causado la conmoción volvió a recuperar la apariencia, Hana suspiro pesadamente conociendo que en breve algo le iba a pasar a el, normalmente tenia la mala fortuna que siempre que había algún problema acaba involucrado, era el dilema de ser el chico de los cafés de la marina... No seria ni la primera ni la ultima vez que alguien lo iba a considerar así, ha sido ya común desde que abandono el primer barco de la marina donde le acogieron.

Así que cuando un dedo, casi acusador, le señalo llamándolo 'estorbo', estaba claro que no iba a tener tiempo de descanso hoy, asintió totalmente derrotado y aceptando su destino, ahora como ayudante de un mercenario, bueno, al menos no iba a tener que sufrir mucho mas la mirada critica y presionarte del comodoro.

Así que acabo junto con otro marine, este mas fornido y fuerte detrás del que ahora parecía que se iba a encargar, de forma temporal, de sustituir al técnico oficial.

Hana asintió a sus palabras de manos a la obra, aun que de los tres sin duda era el que menos capaz parecía físicamente de ayudar en ese tipo de tareas, tal vez lo unico que estaba motivando a Hana en ese momento era saber de donde salia el humo de dentro del taller.

El camino al taller era corto, aunque se me hacía más largo a cada paso que daba. ¿Por qué puñetas me había ofrecido a hacer aquel trabajo? Era cierto que me gustaba la tecnología, pero lo que iba a encontrar allí seguro que eran cosas simples sin ningún interior. Además no se me había dicho la cantidad exacta que iba a cobrar. Seguro que no sería nada por lo que mereciese la pena el esfuerzo, podría haber gastado ese tiempo en cazar algún maleante o hacer alguna misión más interesante. No estaba contento, me arrepentía de ser tan impulsivo, y seguro que esos dos reclutas lo acabarían pagando.

Finalmente entramos dentro del taller, donde nos esperaban unos cuantos vehículos humeantes. Me pase la mano por la cara lamentando que hubiese gente tan inútil en el mundo como para causar un estropicio de tal magnitud. No sabía por dónde empezar, si por los ciclomotores de mi derecha, cuyas ruedas habían explotado; por el todoterreno anfibio, que no paraba de echar humo del capo; o por la lancha motora, que a pesar de tener un agujero en un lateral parecía ser la menos afectada. Finalmente me decidí por empezar por el vehículo anfibio, me asustaba que se prendiese en llamas de golpe y causase un accidente aún más grande.

-¿Alguno de los dos sabe dónde están las herramientas? Me haríais un gran favor si las trajeseis.- dije mientras me acercaba a mi primer objetivo.- También me vendría bien un gato hidráulico.- añadí tras ver que el todoterreno tenía una fuga.

No veía bien que líquido era, necesitaba levantar aquel armatoste para saber que era y de donde salía. Mientras esperaba que me trajesen los utensilios necesarios decidí levantar la tapa del capo de aquella maravilla de la ingeniería, eso me daría mucha información sobre lo que debía hacer. Levante con mucho cuidado la pesada pieza de metal y la aseguré con las dos varillas de sujeción que había en el interior. Los vehículos normales llevan solo una pero viendo la enormidad que tenían que aguantar es entendible que este modelo llevase dos. Con esto ya podía comenzar a inspeccionarlo de forma segura.

Hana acompaño al ahora nuevo sustituto del oficial técnico ingeniero, que menudo titulo, a dentro del taller. Iba con la cabeza ligeramente levantada mirando el humo que procedía de la zona donde estacionamiento y reparaciones, una vez allí bajando la mirada pudo descubrir de donde venia la 'combustión'. Varios vehículos parecían estar en bastante mal estado, Hana se rasco suavemente la nunca confuso ante el extraño descubrimiento.

Acabo girando la cabeza mirando otra vez hacia arriba, casi parecía que hiciera entrenamientos de cuello, para mirar la cara del compañero que le había seguido, un marine grande y forzudo que en realidad tenia el mismo rango que el pero por diferencias de constitución física, hacia parecer a Hana de rango inferior.

"¿Tu sabes que ha pasado?" El Marine asintió tenuemente la cabeza "No se quienes fueron... He escuchado que un par de Marines querían demostrar que tenian mas habilidad que el oficial técnico para conseguir un aumento de sueldo" Hana se quedo callado y acabo suspirando "Pues no se si ahora nos van a bajar de sueldo a todos" El grandullón se encogio de hombros.

Poco después el nuevo encargado se puso al trabajo y reclamo a sus ayudantes que le entregaran las herramientas para llevar a cabo los arreglos, Hana miro a su nuevo compañero.

"Puedes ocuparte del gato que es mas urgente, por favor?" Tal vez desde el punto de vista de Hana solo estaba siendo amigable, pero desde fuera casi parecía un por favor de una chica pequeña usando su 'delicadeza' acompañada de una suave sonrisa para que un hombre le hiciera el trabajo pesado, el Marine asintió pensando que Hana seguramente no tenia fuerza suficiente para mover-lo, de mientras Hana se fue a buscar la caja de herramientas de ingeniero al cargo y llevarlas con algo de dificultades, por que mentir, mientras su otro compañero hacia entrega del gato hidráulico a su oficial temporal "Aqui tienes" Dijo Hana con dificultades dejando la caja de herramientas al lado que quedándose quieto esperando instrucciones;

-Esto está mucho peor de lo que yo esperaba.- dije.- El líquido refrigerante que se supone que debía mantener la temperatura del motor se ha ido todo por una fuga.- continué explicando a mis compañeros de trabajo como si de verdad esperase que entendiesen lo que pasaba.- Cuando vuestros compañeros se han puesto a manosear el vehículo lo habrán forzado y han hecho que algunas piezas del motor se soldasen por la temperatura. Es inservible, hay que cambiarlo.- añadí finalizando mi diagnóstico.

El más grande de los dos reclutas no parecía haberse enterado de nada de lo que había dicho. Ese muchacho me estresaba un poco, que no lo entendiese me daba igual, pero esa cara de ignorancia me quemaba por dentro. Tampoco podía culparle, no era su culpa ser un musculitos inservible, sin embargo me convenía deshacerme de él para poder concentrarme.

-Vale. Tú, grandullón, ve a avisar a algún superior de la situación y encárgate de que me traigan un motor nuevo para poder arreglar este desastre. Tú, chica, quédate cerca y veme pasando las herramientas que yo te diga.- les mandé intentando organizar un poco el entorno de trabajo.

Tras examinar un poco más pude ver que la fuga provenía por un tubo que estaba cortado. Era una desgracia tener que urgar en  las profundidades de una máquina así, pero no había otro remedio. Entre eso y quitar el motor para dejar espacio al nuevo, ya tendría trabajo suficiente para todo el día.

-Bueno, mientras vamos haciendo cuéntame. ¿Qué lleva a una chica como tú a alistarse en la marina?- dije mientras preparaba un nuevo manguito que ponerle al todoterreno.

Despues de entregar las herramientas Hana se quedo mirando como trabaja el nuevo encargado, a medida que el trabajo iba avanzando el hombre iba explicando los motivos por los cuales el motos habia acabado en un estado tan lamentable. Hana sin duda no era alguien que se hubiera dedicado mucho al motor ni tampoco se habia realmente interesado por ello, pero al menos era capaz de seguir el hilo de la explicacion, rascandose suavemente la mejilla de vez en cuando.

"Entonces... ¿No solo causaron la fuga si no que después dejaron el motor encendido? Si no, no habría habido calor... Casi parece un sabotaje" Dijo mas como un comentario inocente que como una acusación, también iba mirando a su compañero que también estaba mirando pero parecía entender mucho menos que Hana y mira que eso es decir, simplemente se iba encogiendo de hombros cuando se le miraba para expresar su desconocimiento.

Poco después abandono la sala llevando el reporte probablemente al que les había echado bronca antes, el Marine con apariencia de chica suspiro tanto pensando en el pobre destino de su compañero como en el hecho que había sido otra vez confundido con una chica.

Finalmente la pregunta... Que vino demostrando completamente que se había confundido.

"Esto... Primero" Me señalare a mi mismo "Siento el mal entendido, pero soy un chico" Esperare los segundos necesarios para asimilar la información "Y bueno, me uni a la marina en busca de un trabajo del que sentirme orgulloso"

Tras la respuesta que me dio el pequeño recluta me quedó clara una cosa, era un as metiendo la pata, y nunca iba a dejar de serlo. No podía evitar sentirme mal por haber confundido el género del pobre muchacho, pero supuse que ya le habría pasado alguna otra vez, es decir viendo su apariencia no es que fuese fácil darse cuenta de que era un hombre. En cualquier caso decidí disculparme sin darle mucha importancia y continuar la conversación.

-Perdón por la confusión, de donde yo vengo no abundan los hombres con pelo largo.- comencé.- Respecto a lo de la marina. ¿Realmente este te parece un trabajo del que sentirse orgulloso? Es cierto que la marina detiene a algún que otro criminal, pero según yo lo veo, su principal ocupación es asegurar que los tenryuubitos puedan seguir mangoneando al resto del mundo sin preocupaciones. Yo no lo veo un trabajo muy respetable. Además, seguro que tú ni siquiera colaboras en las misiones. Fregar las cubiertas de los barcos es algo necesario, pero no es que vayas a salir en los libros de historia.- dije siendo un poco cruel aunque realista con el joven marine.- Y respecto a lo que decías de un posible sabotaje, creo que simplemente tus compañeros son idiotas. El rugido del motor de una máquina como esta es muy impresionante, seguro que lo sobrecalentaron para poder disfrutar de el. Las ruedas de las motos, explotadas por hincharlas demasiado. Y el casco de la lancha es posible que lo agujereasen por el golpe de alguna herramienta que no sabían usar. No solo tu trabajo es una mierda sino que además tienes que hacerlo rodeado de idiotas.- finalicé mi discurso a la vez que terminaba de preparar el imponente vehículo.

Sabía que le había tirado un golpe duro al joven recluta, pero lo consideraba necesario. Es común entre los jóvenes buscar ganarse un nombre sin pararse a pensar en cómo lo van a hacer realmente. Esperaba que el muchacho reflexionase y redirigiese su ocupación, siendo mercenario podría hacer justicia con los malhechores más libremente, y si de verdad quería ir a una guerra y buscar el bien del pueblo, podría abandonar el bando equivocado y unirse a la revolución. Yo por mi parte tampoco le iba a insistir, tan solo recogí las herramientas y me dispuse a cambiar las ruedas de las motos.

Una sonrisa fue la respuesta al comentario del hombre, no tenia maldad y tampoco era una de felicidad, era como si lo que acabare de decir era perfectamente lo que se hubiera esperado y no le hubiera hecho el mas mínimo efecto. Hana se quedo mirando unos segundos en silencio los vehiculos pensando que era una pena que hubieran acabado en un estado asi solo por un maltrato que habia durado tan poco, finalmente respondio tras elaborar un poco su respuesta.

"Se perfectamente eso" Dira sinceramente y tranquilo "Aun que no tengo nada claro la importancia o la repercusión de los tenryuubitos, se que el trabajo en la marina al menos como raso no es como todos mis compañeros piensan, poco consiguen ni siquiera algo de gloria de la cual puedan disfrutar, de hecho, lo que muchos compañeros piensan es que si capturan un pirata podrán cobrar la recompensa y encima recibir méritos cuando por su trabajo. Los marines deben no cobrar la recompensa para poder ascender realmente ya que es su trabajo, para eso están los cazadores de piratas"

Hana miro un segundo al techo para tomar una pequeña pausa del discurso.

"Por suerte no tengo que limpiar la cubierta y de hecho cuando inicie mi viaje con la marina, ni siquiera quería trabajar originalmente como guardia o primera linea en asaltos contra piratería menor, algo que muchos normalmente quiere. Yo de hecho trabajo en cocinas y en reparaciones de ropa, ya que siempre me ha gustado coser y ese tipo de cosas" Hana volvió a sonreír suavemente "Eso no quiere decir que no tenga ambiciones, pero he vivido mas de lo que parece, supongo que mi apariencia engaña, no todo el mundo de la marina es como se dice, pero me gustaría volverme mas fuerte, conocer la gente excepcional que realmente cambiar el mundo a mejor y en la marina hay algunas de esas excepcionales personas"

La verdad es que el muchacho me sorprendió bastante. El silencio que se generó en un principio era lo que esperaba que llenase la sala el resto de la tarde. Quizá podría haber esperado algún gimoteo por romperle las ilusiones, pero jamás imaginé que el muchacho fuese a defender sus ideales. Estaba claro que físicamente no estaba preparado para el mundo, pero tenía cabeza, y eso es algo muy importante. Saber identificar cuál es el camino que se ha decidido seguir y poder defender los motivos que te han llevado a él son cosas muy importantes si se quiere progresar en la vida, y este chico tenía esas cosas.

-Me alegra ver que tienes claras tus convicciones.- le dije. -Son pocas las personas que son capaces de reaccionar y responder cívicamente cuando se cuestiona aquello que hacen. Creo que ambos sabemos cómo habría reaccionado el grandullón de tu compañero. En cualquier caso, espero que cumplas tus metas, tienes pinta de ser del tipo de persona que puede hacerlo.- continué. -Bien, ahora tráeme una plancha de metal, un soplete y aquellos químicos que hay por allí.- le dije con intención de continuar con el trabajo.

Nos iba a llevar un rato, pero arreglar el barco no iba a ser muy costoso. En primer lugar habría que recortar la pieza metálica para que tapase el agujero. Luego lo que debíamos era soldarla para que quedase más o menos nivelada con el resto del casco de la lancha. Por último, solo habría que usar pasta de fibra de vidrio para recubrir la zona, dejándola así como si nunca hubiese sido dañada. Lo primero que había que hacer era preparar la pasta, había que estar removiendo un rato, así que con eso dejaría entretenido al muchacho. Era un poco arriesgado dejar que se encargase el, pero había mostrado tener cabeza, si le decía las proporciones de los químicos podía fiarme de que no metiese la pata haciendo la mezcla.

Hana no tenia un gran fisico pero si que tenia resistencia a pesar de todo, así que no tubo demasiados problemas para seguir el ritmo aun que le costara levantar ciertas herramientas tal vez, se mantuvo diligente mientras acataba las ordenes que le iban dando hasta llegar al momento en que toco hacer la pasta, en el momento en que le fue a explicar que tenia que hacer exactamente Hana respondio seriamente.

"Tranquilo, ya me ocupo yo de ello, tu sigue concentrado en lo tuyo" A diferencia de temas mecánicos donde el estaba completamente fuera de su territorio y aun que era la primera vez que tenia que hacer la pasta si había escuchado sobre ella también sabia como producirla a través de los químicos que había en el taller. Aun que fuera un conocimiento un poco 'vago' sobre el asunto, a Hana le gustaban ese tipo de cosas, la química siempre había sido una de las cosas que si entraban en su cabeza aun que nunca habia tenido la oportunidad de aprovecharlo en la marina.

Así que se puso el trabajo de forma silenciosa y metódica como un científico que no quiere cometer un error grave, ya que ese tipo de productos probablemente eran peligrosos si se hacia un mal uso o combinación de ellos. Al cabo de un rato de trabajo, Hana se desplazo de nuevo hacia su compañero junto con la pasta elaborada de forma correcta y con las proporciones precisas.

"Aquí tienes" Dijo con una sonrisa satisfecha de haber hecho algo que le gustaba y se le notaba "Esto... Puedo preguntar por que estas trabajando en la marina, no creo que lo seas por tu comentario de antes ¿Así que entiendo que eres un colaborador?"

Me agradaba mucho la disponibilidad de ese muchacho, antes casi de que terminarse de explicarle una mezcla que a mí me parecía bastante compleja, me paro y me dijo que podía fiarme de el para el trabajo. No me preocupé mucho por la mezcla, seguro que aquel muchacho la haría bastante mejor que yo, que en realidad no se me daban bien esas cosas y solo seguía las recetas. Así podía concentrarme en trabajar con el metal, un tema un poco más delicado, ya que cualquier fallo usando el soplete podía ser muy perjudicial. Antes de comenzar a cortar cogí yo mismo un par de cosas más que me harían  falta, una máscara protectora y un marcador negro. Comencé dibujando la forma que iba a necesitar para cubrir el boquete, no podía comenzar a cortar sin a ojo. Luego, me puse la máscara y comencé a repasar con mucho cuidado la forma que había indicado.

Ambos terminamos nuestras tareas casi a la vez, la verdad es que me había dado bastante prisa cortando la pieza. Llevábamos ya mucho tiempo ahí, y no quería que se alargase más de lo necesario. Mientras me entregaba la masa el recluta decidió continuar la conversación. Era algo normal, yo había preguntado, ahora era su turno de saber un poco de mí. Mientras comenzaba a prepararme para comenzar a soldar la pieza al vehículo le conteste pausadamente.

-La verdad es que no hay un motivo muy concreto.- le dije mientras colocaba la pieza sobre el agujero. -¿Podrías ponerte uno de esos guantes y sujetar aquí?- pedí ayuda señalando unos guantes ignífugos que había al otro lado de la sala.- Se podría decir que trabajo con la marina por conveniencia mutua. Yo hago las misiones que me parecen justas a cambio de un dinerillo y ellos se ven un poco liberados del stress que causa tener tantos frentes abiertos.- continué tras una pequeña pausa en la que comencé a soldar.- Es una forma de ayudar a crear un mundo mejor sin renunciar a mis ideales y a mi total libertad.- añadí tras dar un par de fogonazos más.- ¿Qué te parece?- pregunté sin dejar muy claro si me refería a mi ocupación o a como estaba quedando nuestro trabajo.

Hana se fue a poner los guantes para hacher una ayuda, se quedo mirando un segundo sus manos una vez puestos. Tras pensar unos segundos cogio algo de cinta y se la puso alrededor de las muñecas para dejar los guantes fijos (Me van demasiado grandes, seria peligroso si no los sujeto, creo). Ya de vuelta con su extraño invento algo molesto, pero algo eficaz al menos, comenzó a ayudar en el trabajo que el 'mercenario' o mas o menos lo que creia que era Hana.

Poco después escucho el pequeño discurso, sin duda aquel hombre tenia su propio sentido de la libertad y de la Justicia, no era un mal concepto sin duda, todo dependía de por quien tenia lealtades, en ese caso parecía que no tenia lealtad hacia la marina si no hacia sus propia manera de ser y eso era algo honorable.

"No es una mala forma de llevar a cabo tus ideales" Respondió Hana pensativa mientras ayudaba, total, ahora mismo no podía hacer mucho mas ya que si se movía mucho podía incluso salir con alguna quemadura ayudando a soldar "Y que opinas tu de la piratería? He escuchado muchísimas cosas sobre ella como que es expresar la verdadera libertad o muchos otros dicen que si se tiene la oportunidad para ser rico y famoso, por que no aprovecharla? A veces me preocupa pensar que visión tienen del mundo algunos".

Mientras daba los últimos retoques a la soldadura me percaté de una cosa muy interesante. El muchachito era una caja de sorpresas, aunque quizá pensaba más de lo necesario. En lugar de buscar unos guantes de su talla se había hecho un apaño con cinta adhesiva para que los que había cogido no se le cayesen. Eso era algo bastante peligroso, me hacía sentir mal el pensar que quizá lo había hecho por no hacerme esperar. Yo no creía haber sido muy exigente hasta ahora, pero según parecía, a pesar de sus firmes convicciones, el joven no tenía un carácter duro aún. En cualquier caso mientras su ingenio estuviese funcionando bien no habría ningún tipo de problema.

Finalmente muchacho respondió a mi pregunta diciendo que no le parecía mal mi forma de vida. Aunque como era de esperar no se conformó con lo que le había contado, quería saber cuál era mi posición respecto a la piratería. No sé qué tipo de persona se podría haber imaginado que era en un principio, pero debía dejar claro que hay una seria diferencia entre buscar la libertad ignorando algunas leyes y cometer delitos.

-La piratería es uno de los mayores problemas que hay en la actualidad y debe ser erradicada. Dicho esto me gustaría dejar claro que no todo aquel que tiene un barco y viaja de puerto en puerto es un pirata, esos son simplemente marineros, al contrario de lo que mucha gente cree. Piratas son aquellos marineros que faltan a la libertad e integridad de los demás. Son aquellos que causan mal allá donde van.- contesté claramente.

Tras acabar estas palabras entró el otro recluta.

-Ya he informado, pero me han dicho que el motor tardará un par de días en llegar.- dijo bastante firme.

-Pues bueno, entonces parece que mi trabajo que está acabado por hoy.- notifiqué mientras me separaba de la soldadura.- Ha sido una buena conversación, ya repetiremos cuando vuelva. Hasta entonces te encargo cubrir la zona afectada con la pasta de fibra de vidrio.- dije señalando al pequeño.- Tu ayúdale en lo que necesite.- ordené al grandullón.- Si me necesitáis o si llega alguien nuevo con algún problema avisadme, estaré en el comedor.- Finalicé a la vez que me marchaba del lugar.

(Causan mal allá donde van) Esas palabras se habían quedado en la mente de Hana, le eran algo familiares y aun que sus experiencias con la piratería eran algo que quería evitar, ciertamente era una buena definición por la cual no le gustaba aquel mundo. Mientras ayudaba hasta el momento en que su otro compañero apareció con nuevas noticias Hana se quedo pensando en silencio, sus convicciones no habían cambiado tras esa conversación pero sin duda esa sensación incomoda en su corazón le estaba haciéndose preguntar nuevas cosas o mas bien le hacia cuestionar sus propias intenciones.

Finalmente el compañero de Hana apareció para informar de que no seria posible conseguir un motor de forma inmediata y que por tanto que no seria posible avanzar mucho mas en las reparaciones al menos por el momento, asi que Raghersir se iba a marchar al comedor. En principio Hana no lo iba a detener pero esa sensación que se le habia quedado no le dejaba de picar en el subconsciente... ¿Por que motivo había acabado en ese taller?

"Señor Raghersir" Dijo antes de que se pudiera marchar del taller "Se que es algo precipitado, pero tendria algun momento libre para participar en un entrenamiento conmigo?" Hana estaba algo nervioso, pensando que le diría que no y ya esta.

Ya casi había salido del taller cuando de repente escuche que me llamaban. Era demasiado pronto como para que los dos reclutas la hubiesen fastidiado, o al menos eso quería creer. Al girarme me di cuenta de que todo estaba bien, bueno casi todo. El enano me había llamado señor, estaba bien que mostrase respeto, pero me hacía sentir mucho más viejo de lo que era. En cualquier caso era entendible que se mostrase tan formal, pues quería que le ayudase a entrenar. No creía haber hecho nada que mostrase que fuese bueno para el combate y además era la primera vez que alguien me pedía expresamente que entrenase con él, por lo que me quedé un poco parado por la sorpresa.

-Claro, no veo por qué no. Así no perderé aptitudes mientras trabajo como ingeniero.- le contesté crujiéndome los dedos.- Voy a comer algo mientras acabáis el trabajo. Nos vemos en la zona de prácticas en una hora.- sentencié.

Tenía bastante curiosidad por saber el porqué de esa petición y me interesaba saber de qué era capaz ese muchachito a la hora del combate, pero tenía muchísima hambre y él tenía que acabar su trabajo. Sonreí una última vez y me marché a comprobar si los rumores que corrían acerca de que en el comedor de esa base se servía la mejor pizza de todo el South Blue. Sólo esperaba no empacharme demasiado, quería causar una buena impresión tanto al joven como a todos aquellos que nos viesen. Era una buena oportunidad para que se corriese la voz entre los marines de que era un gran peleador, lo que me ayudaría mucho a la hora de participar en misiones.

Off-rol:

Hana miro mientras Raghersir con unos momentos de una grave duda interior... ¿Habia hecho pidiéndole entrenamiento? Hana no era alguien entrenado para poder reconocer el poder de una persona mirándola directamente o esa era su perspectiva del asunto, pero las palabras del ingeniero substituto le habían hecho intuir que detrás había alguien que había experimentado por su propia experiencia la naturaleza del duro mundo y de la gran guerra que estaba sucediendo en ese momento entre diversas facciones.

Hana volvió a mirar de nuevo la tarea que tenia por delante pensando, de mientras su compañero Marine se quedo mirando la escena sin entender mucho que estaba pasando exactamente ya que acaba de llegar y solo había escuchado la proposición final de Hana.

"Oye... Hana te llamabas, no?" Hana asintió acercándose al casco para acabar de aplicar la mezcla aun pensativa "¿Por que le has pedido un entrenamiento con ese hombre? Tenia entendido que no estabas interesada en formar parte de los entrenamientos mas duros pero el... Parecia que no es de los que vaya ha hacerte hacer un par de flexiones"

Hana se quedo sin responder unos instantes como buscando unas palabras que responder

"Puede que haya encontrado a la primera persona que estaba buscando que me pueda ayudar a avanzar El Marine se quedo mirando a Hana unos instantes y a una extraña sonrisa que se había formado en Hana por primera vez desde que le había visto hacia un mes cuando fueron llamados a la base... Una misteriosa sonrisa de aquellas personas que tienen una ambicion mucho mas allá de sus posibilidades pero que no planeaba rendirse fácilmente... Durante un instante Hana parecía una persona distinta.


El campo de entrenamiento había quedado totalmente desierto, la hora de cenar acababa de terminar y la mayoría de marines ahora se encontraban haciendo deberes nocturnos o durmiendo, pocos eran los que se atrevían ha hacer practicas después de la cena. El turno de cena de esa noche había sido algo decepcionante, a pesar que el Cheff encargado de hacer las pizzas se encontraban allí, uno de los pinches principales había tenido que ocupar otros deberes esa noche de improvisto y la salsas habían sido preparadas de forma bastante amateur perdiendo algo de esa esencia de única esa receta. No estaba mala pero no hacia verdad a la fama que se había ganado entre los locales.

Hana se encontraba en le terreno de entrenamiento primero, estaba vestido con ropas mas livianas que no encajaban con el uniforme marine que había tenido que poner a lavar después de estar con la pasta y con los químicos por seguridad. Llevaba botas altas que le llegaban hasta media espinilla, pantalones cortos de deporte de color azul y una camiseta blanca con el logo de la marina cosido a mano, lo único destacarle eran que ambos brazos llevaban vendas aun que parecían de un material mas recio que una venda para fines curativos.

"Uno... Dos... Uno... Dos..." Parecía concentrado en hacer los calentamientos básicos con cierta pericia, al menos parecía conocer las bases para no hacerse daño en entrenamientos. Después de estirar brazos y piernas se puso con un par de ejercicios de respiración mientras esperaba a la llegada de la persona a la que le había pedido que participara en un entrenamiento.

Mi paso por el comedor no había hecho nada más que meterme en un estado de irritabilidad muy alto. Se suponía que la pizza iba a ser la mejor que hubiese probado nunca, y sin embargo… eso no se merecía ni siquiera el poder ser llamado como tal. La salsa sabía muy raro, por mucho que me gustase la pizza, si sabía raro se convertía en una comida normal. Puede no parecer nada del otro mundo, pero cuando sigues una dieta que solo te permite comer lo que te gusta dos días al mes, se hace muy frustrante malgastar uno de esos días para nada. Al menos esa noche iba a tener una forma de desahogarme gracias a que había quedado a entrenar con el pequeño recluta.

Aun refunfuñando salí del comedor en dirección al lugar donde habíamos quedado. La noche se presentaba bastante despejada, y aunque hacía algo de frio, merecía la pena estar fuera para ver el precioso paisaje que dejaban la luna y las estrellas. Cuando llegué a la zona de entrenamiento pude ver que el muchacho ya estaba allí esperando.

-Buenas noches.-saludé una vez estuve a una distancia apropiada para no tener que gritar.

El muchacho se encontraba calentando, pero no pude evitar percatarme de que era un calentamiento bastante simple y pobre. Le serviría para no sufrir ninguna lesión, pero no lograría preparar realmente su cuerpo para lo que venía. Quizá una vez acabásemos la práctica le diese un par de consejos. Al fin y al cabo, tiempo atrás yo me dedicaba a enseñar a gente, no me molestaría incitar a ese joven a mejorar.

-Si no te importa me gustaría calentar un poco yo también antes de comenzar.- me disculpé por tener que hacerle esperar un poco más.- Mientras veme diciendo, ¿qué prefieres? ¿Hacer pruebas físicas o de combate?- le pregunté para ir pensando ejercicios.

Tras esto comencé a hacer una serie de ejercicios para poner en situación a mi cuerpo. Todas las articulaciones y músculos debían prepararse para trabajar a su máximo rendimiento, esa era una parte fundamental si se quería mejorar con los entrenamientos. Además mientras lo hacía también comencé a fijarme en el terreno, el cual en mi opinión era bastante apropiado. Había bastantes áreas: una zona de tiro, una pequeña arena y varios tatamis, dos de los cuales tenían un expositor con armas sin filo para practicar el combate a mano armada. En mi opinión lo mejor para nosotros sería usar el tatami, nos valdría para los ejercicios que pudiésemos hacer y no nos mancharíamos tanto como en la arena.

Información útil:

Hana estaba de espaldas a su compañero de entrenamiento cuando llego a la zona indicada, aun se encontraba haciendo sus estiramientos básicos pensando y teniendo una discusión interna planteándose que tendría que pedirle. Hoy había habido una practica básica de repeticiones de ejercicios en pareja, pero era bastante feo pedir algo así cuando ya no había el maestro indicando que tipo de ejercicios hacer, así que tenia que ser algo de un estilo mas libre. Aun con ese tren de pensamientos no conseguia llegar a una idea de que hacer ya que desconocía completamente que tipo de pericias o habilidades tendría Raghersir.

En el momento del saludo Hana dio un pequeño salto, no de susto si no de sobresalto por que esperaba que viniera por el otro lado, al girarse observo al menos el ligero aire de descontento que llevaba en la cara. En ese momento el joven recluta tubo claro que no iba a ser un entrenamiento fácil como si en el fondo de su cabeza su instinto de supervivencia, una de las pocas cosas que realmente tenia entrenadas, le decía que aquel hombre ahora mismo era peligroso si se confiaba.

"Buenas noches" Las palabras de Hana se mantenían cordiales pero para alguien que era capaz de notar las intenciones superfluas de la gente, Hana se había puesto ligeramente en guardia de forma inmediata, no había tomado posición marcial ni tampoco se mostraba hostil, simplemente parecía haberse dado cuenta de algo que no se había percatado antes y estaba preparándose mentalmente.

Hana se tomo un momento para acabar de meditar ahora que tenia nueva informacion... Le tomo unos instantes decidirse.

"Tengamos una practica de combate" Hana lo tenia claro, en un combate real es probable que no tuviera posibilidades no solo contra la persona que tenia delante, si no contra cualquiera que superara el rango de Raso en la marina "No se hasta que punto voy a servirte como pareja de entrenamiento pero me esforzare, sobre el campo de entrenamiento, habita pensado en usar el tatami si no utilizamos ningún tipo de herramienta de entrenamiento que pueda dañarlo"

Mientras ahora era Raghersir quien acaba los estiramientos, Hana se dirigió hacia el tatami y se descalzo antes de entrar, parecía pensativo antes de girarse hacia su adversario amistoso y quedárselo mirando, analizando pero en comparativa a su oponente, sus capacidades de observación se limitaban a la lógica y tal vez a un fuerte instinto de supervivencia.

"Cuando tu digas, ya estoy listo"

Acabé de calentar justo en el momento en el que el joven que iba a ser mi compañero de entreno me pedía que realizásemos un combate de práctica. Esto me dejó un poco descolocado, sabía gracias a mi habilidad para percibir auras que ese muchacho no era poderoso para nada. En cualquier caso la decisión era suya, no le iba a llevar la contraria. Además eso me recordaba a una de las enseñanzas de mi antiguo maestro Mhuzu, no se mejora luchando en peleas que se sabe que se pueden ganar. El momento en el que una persona crece como guerrero es cuando se enfrenta a su rival aun sabiendo que va a perder. El chico era digno de admiración, pero no por eso me iba a contener.

Él se descalzó y entró primero en el tatami, desde donde me indicó que estaba listo. No tenía intención de perder más el tiempo, por lo que me quité mis botas y entre a la zona de pelea. Estaba bastante contento de poder entrar en combate, aunque fuese una práctica con un recluta bastante débil hacía bastante que, a causa de misiones bastante simples, no había podido ensayar mis técnicas de pelea.

-Si te parece bien, realizaré el primer ataque.- dije poniéndome en guardia.

La base de mi guardia era bastante normal, tenía las rodillas un poco flexionadas y mi cuerpo estaba situado lateralmente. Sin embargo la colocación de mis brazos era bastante especial: colocaba un brazo de forma bastante normal, cubriendo la barbilla con el puño y formando una diagonal hasta el exterior de los dorsales; por otro lado el otro brazo se encontraba situado de forma opuesta, cubriendo la parte exterior de la barbilla con el codo y formando una diagonal hasta el interior del tronco. A simple vista podría parecer que esta guardia dejaba desprotegida una de las partes inferiores del cuerpo, pero eso era una simple ilusión ya que con un simple y rápido giro en la guardia se podía cubrir cualquier punto. Además el hecho de tener un brazo colocado de forma inversa ayudaba a realizar bloqueos giratorios que derivasen en luxaciones o aperturas de la guardia enemiga.

Tras un rato mirando fijamente a mi oponente comencé a tantearlo andando un poco hacia un lado para ver como de bueno era su juego de pies. Tras esto realicé un amago para intentar que dejase un hueco en su guardia. Si caía en la trampa mi pierna iría directa a su cabeza, aunque no con suficiente fuerza como para noquearlo, quería disfrutar de ese combate.

Información útil:

Hana miro en silencio como entraba su compañero a la zona del combate, en ese momento trago saliva notando esa tensión de cuando estas apunto de combatir con alguien, no era la primera vez que sentía ese sentimiento, pero en aquella ocasión era algo distinto. Hana había estado en situaciones de combate anteriormente pero habían sido siempre bastante anómalas y nunca había tenido la oportunidad de tener realmente un cara a cara como alguien, realmente aquel era, fuera o no un entrenamiento, la primera experiencia de Hana que podía clasificar realmente como un duelo.

Al principio el recluta desconocía las capacidades marciales de su contrincante, de hecho seguía ignorando realmente las capacidades de la persona a la que estaba mirando, pero aquella postura que había tomado no le sonaba de absolutamente nada... Aun así compañero no parecía de las personas que fuera a tomar una postura inútil o que fuera a ponerle una defensa mal puesta por un descuido, así que o era un engaño o era una postura desarrollada por la experiencia, el cerebro de Hana poco a poco se puso en movimiento.

(No acabo de entender la utilidad... Pero esta claro que debe cumplir alguna función) El juego de pies de Hana era desastroso, se notaba de lejos que el joven no había recibido ningún tipo de entrenamiento en toda su vida, sus brazos se mantenían bajados pero ligeramente en tensión y no se había puesto lateral reduciendo los puntos donde le pudieran golpear, a ojos de alguien normal parecería que simplemente Hana no tenia ni idea de que hacer... Aun asi para un luchador experimentado el joven no estaba completamente indefenso.

Hana se había puesto serio y estaba concentrado, no estaba  nervioso, se mostraba cauto y paciente, a pesar de su falta de entrenamiento marcial estaba claro que no era el primer combate serio que tenia ¿Como era posible mantener una defensa tan penosa habiendo vivido experiencias de combate real? El recluta se desplazo suavemente hacia el lado opuesto que su contrincante examinándolo tambien, en ese momento quedaba claro todo, Hana no tenia ningún estilo ni ninguna técnica concreta a primera vista, era muy fácil golpearle pero estaba realmente en guardia, de alguna forma preparado para recibir golpes.


En ese momento el combate se puso en movimiento, su pareja de entrenamiento se lanzo hacia el y le realizo un amago.

Hana reacciono al instante pero su defensa hacia ese ataque fue débil y predecible, a los ojos de alguien capaz de ver el desarrollo de los combates, el recluta acaba de mostrar que realmente su defensa no era tan mala... El marine era completamente consciente de su defensa insuficiente, como si estuviera acostumbrado a luchar contra enemigos mas poderosos que el sin ningún tipo de preparación marcial o como un instinto de auto preservación, defendió del amago usando el mínimo de su cuerpo casi dejándose golpear sin saber que era un amago simplemente por que el golpe no parecía dirimido a una área peligrosa mientras que su principal atención seguía totalmente localizada en proteger sus puntos vitales... Así que cuando el golpe real a su cabeza comenzó, Hana pudo reaccionar, aun así su velocidad de reacción no podía ni comprarse a la de su rival y su postura deficiente impidió cubrir el golpe completamente pero un antebrazo llego a colocarse en medio de la patada en el ultimo instante antes de salir proyectado contra el suelo.

Finalmente el joven acabo un par de metros mas allá en el suelo, permaneció estático unos segundos antes de levantarse por su propio pie sin demasiadas dificultades, aun así el labio le sangraba y seguramente mañana su antebrazo iba a estar bastante amoratado, Hana miro a su compañero antes de recuperar su postura falta de disciplina.

(Al menos no me ha tumbado de un golpe, aun que por el dolor del antebrazo diría que no me habría dejado KO) El recluta levanto la mirada y miro fijamente a los ojos a su contrincante, en su mirada no había duda ni miedo al dolor "Supongo que es mi turno"

Tras decir esas palabras con suavidad y tranquilidad se lanzo en carrera contra su oponente, en ese momento Hana parecía apunto de lanzar un ataque frontal pero instantes antes de que llegara el ataque su rival, bastante mas capaz que el, pudo darse cuenta de que Hana había desenganchado las vendas que portaba en los antebrazos dejando un metro suelto en cada brazo.

Después Hana lanzo lo que parecía un gancho apuntado hacia la barbilla aun que su mano estaba cogiendo el final de la venda, el puñetazo del recluta no iba a causar realmente mucho daño, mas bien parecía tener la intención de agarrar del cuello con la venda a su oponente si intentaba esquivar o intentar coger el brazo si intentaba bloquear, de mientras la otra mano se había quedado estática atrás y con el pie que se había quedado atrasado en el ataque había pisado el vendaje que quedaba suelto casi como si estuviera apunto de tropezarse con el. Lo que estaba claro es que aquello había sido también premeditado.

Mi primer golpe había impactado bastante bien en mi adversario. A pesar de que se había cubierto, pude ver como su labio se ponía colorado, dejando un pequeño corte en él. En ese momento comencé a pensar que quizá había sido una mala idea acceder a pelear con él, no parecía nada preparado. En cualquier caso debía darle la oportunidad de mostrar lo que valía, quizá la inteligencia que había mostrado en el taller le valía a la hora de combatir y me sorprendía.
 
Tras levantarse, Hana, dejó claras sus intenciones de atacar y salió corriendo directamente hacia mí. No sé exactamente que esperaba que sucediese, pero por mucho que tuviese pensado algún truco, se estaba lanzando de cara a alguien mejor preparado físicamente que él. Si sumamos esto a que yo podía leer sus movimientos con bastante antelación, habría sido muy extraño que su plan funcionase. Corría directo hacia mí para golpearme, con las vendas de sus brazos sueltas. Decidí esperar a que estuviese lo suficientemente cerca para que lanzase su ataque, entonces, simplemente me dejé caer hacia atrás para rodar y alejarme de él. Así no solo esquivaba el golpe, sino que me quedaba en una posición baja y apartada desde la que podría lanzar mi siguiente golpe sin que él estuviese a rango de alcanzarme con su acometida.
 
Esperaba que esta forma de evasión le sorprendiese lo suficiente descolocado como que no pudiese reaccionar debidamente. En cualquier caso, mi respuesta sería igual de dura. Coloqué una mano en el suelo y, sin separarme mucho de este, lancé una patada lateral baja a su rodilla. No era un golpe extremadamente potente, pero valdría para desestabilizarlo y reducir su movilidad. Además, instantáneamente tras esto mi otra pierna saldría directa hacia su esternón, intentando con esto que se alterase su respiración más de lo debido.
 

Si el muchacho no comenzaba a mostrar una mayor velocidad a la hora de atacar o unos reflejos un poco mejores a la hora de esquivar no me quedaría más remedio que detener el combate, no era justo estar golpeándole sin sentido.

Técnicas:

Hana se había lanzado contra su enemigo sin un plan demasiado especifico, en su mente inexperta a la hora de combatir de forma ofensiva era incapaz de poder pensar mas allá de un par de pasos con antelación. Tal vez era mas especifico el pensar que era incapaz de plantearse todos los posibles movimientos que podía hacer un enemigo, para el lo mas lógico que habría pasado es que su adversario hubiera dado un paso atrás para evadir el gancho, pero en cambio se había dejado caer hacia atrás y hecho una voltereta.

Irónicamente, esa solución era muy similar a lo que Hana había llegado también para su próximo movimiento. A pesar de que había fallado el golpe, el recluta al menos había previsto ese caso, pero no había pensado como sucedería exactamente ya que desconocía por completo el estilo de combate de su contrincante... Pero tras esa esquiva y la patada que había recibido antes ya se comenzaba ha hacer una idea de en que se basaba.

(Su cuerpo es entrenado y ágil, pero no tiene una enorme masa muscular. Velocidad y Momentum) Fue a la máxima conclusión que pudo llegar Hana en esos instantes que tubo para pensar, rápidamente notando casi en su nunca el peligro de un poderoso contraataque inicio su plan de retirada, tirando de la mano izquierda que tenia enganchada la venda contra el suelo usando su propio peso, forzó su cuerpo a que perdiera el equilibrio para caerse hacia el lateral izquierdo.

En el momento en que sus pies dejaron de estar estables, comenzó a caer con bastante fuerza la venda quedo liberada y usando su brazo izquierdo como apoyo realizo una voltereta lateral en el suelo para minimizar el daño de la caída aun que el tatami también ayudaría bastante en ello. Ni siquiera había visto realmente que ataque iba a realizar su adversario, simplemente había planeado ganar distancia en el caso de que su ataque fracasara.

La patada a la rodilla no encontró su objetivo pero aun así rozo suavemente la pantorrilla del joven, no suficientemente fuerte para causar daños graves pero la velocidad era tan abismal entre los contendientes que ni una esquiva con anticipación podía cubrir completamente la falta de habilidad. Tras rodar un metro en el suelo, Hana se levanto casi de un salto para ganar la máxima distancia posible y se giro rápidamente antes de darle la espalda a su rival, movió suavemente la pierna asegurándose de que el daño no había sido muy grave.

"Bien, nada grave, continuemos" Hana se quedo mirando a su rival pensativo, un ataque frontal no iba a funcionar y cada ataque fallido era un contraataque peligroso, no podía derrotarlo respecto a reflejos o velocidad, pero el recluta sospechaba de que a nivel de resistencia al daño el no debía estar tan lejos debido a sus experiencias anteriores de 'combate'.

Hana ato entonces las puntas de las vendas a sus muñecas, reduciendo a la mitad la longitud de las vendas cuando colgaban y generar una especie de U en ambas, entonces levanto los puños y imitando lo que había hecho Naib al principio del combate arreglo un poco su juego de pies poniéndose lateral mejorando algo su guardia.

"Supongo que es tu turno?" Parecía decidido a seguir luchando.

El muchachito parecía estar reaccionando bien pues, a pesar de la velocidad de mis movimientos, había sido capaz de evitarlos, o al menos parte de ellos. Tras la patada, que impacto de refilón en él rodó alejándose de mí. En mi cabeza no podía parar de pensar que ese muchacho había perdido todas las neuronas al salir del taller. A pesar de sus intentos, era muy inferior a mí en todos los aspectos, ya debería haberse dado cuenta. Si  no iba a mostrar su gran plan, sería mejor acabar ya con esto y ponernos a hacer algunos ejercicios.
 
Listo para acabar con ese combate me coloqué preparado para atacar en el momento en que mi rival se distrajese. Vi cómo se levantaba del suelo de un salto y se colocaba en guardia, mi oportunidad estaba a punto de mostrarse. Entonces el pequeño recogió un poco de las vendas que llevaba en las manos y se puso colocado de forma lateral esperando mi respuesta. Era más que obvio que estaba intentando mejorar su guardia basándose en la mía, pero yo sabía perfectamente por donde flaqueaba, por lo que me había hecho un favor. Salí corriendo hacia él para aprovechar la posición falta de equilibrio que deja el colocarse lateralmente.
 

Mi velocidad era muy alta, suficiente para hacer que el golpe fuese mucho más potente y difícil de esquivar. Mi puño iría directo a su cara, seguido por un rodillazo al estómago y un barrido. Parecía que ese iba a ser el final del combate,  el golpe era muy rápido, y aún si conseguía esquivar el primero, podía prever cuál iba a ser su esquiva para, aprovechando mi agilidad y reflejos, acertarle los demás en mitad de ella.