¡Misión, biblioteca y unos que pasaban por ahí! [Grupal Pasado Tenebrex-Dobutsu Nick-Mortimer-Savara]

Nick estaba emocionado como un niño en una tienda de chucherías: Resultaba que aquellas dos personas eran usuarios de frutas del diablo, y los dos parecían de tipo paramecia: Savara podía producir arsénico a su antojo, lo cual era espectacular, sobretodo al ver como no le afectaba a ella misma; en cambio Edward era capaz de transformar su cuerpo en partes de vehículos, al menos parcialmente, lo que provocaba en el joven muchas dudas sobre el funcionamiento interno del chico. Despachó al camarero rápidamente pidiendo lo mismo que Edward y se centró de nuevo en la conversación. Exaltado, el joven, empezó a hablar rápidamente después de ambas demostraciones:

- La verdad es que me encantaría poder tomar nota de todo lo que podéis o no hacer, pero no es el momento ni el lugar - rió con una carcajada -Lo siento pero no tengo ni la menor idea Edward, la verdad que me gustaría poder responderte, pero como he dicho, solo estoy empezando a estudiar sobre eso, me queda mucho por andar-

El chico hizo una breve pausa y miró a su alrededor: el sitio no parecía muy concurrido. Sonrió.

- Además, he decidido empezar a estudiar los cambios que producen las Zoans- dijo mientras adoptaba un semblante híbrido entre hombre y mangosta -Por motivos obvios claro- soltó una carcajada -Soy un hombre-mangosta- les comentó mirándoles. Era una completa casualidad que se hubiesen encontrado tres usuarios en el mismo lugar y estuviesen tomando algo juntos. Una con muy pocas probabilidades. Nick se volvió a transformar en su forma humana antes de llamar más la atención mientras observaba como salían sus pedidos por puerta de la cocina.

-Por cierto Savara... ¿Es seguro tocarte la piel? - le preguntó a la chica, preocupado por un posible contacto accidental y posterior muerte.

La joven tuvo que reprimir varios grititos de emoción que la hubiesen quedado como una niña chica, pero no podía evitar emocionarse con los poderes de sus acompañantes. Lo de transformarse en mangosta le pareció espectacular, pero el chico-vehículo era mucho más curioso. Muchas preguntas acudieron a su cabecita loca, aunque la joven para no parecer demasiado impertinente se las guardó para ella, prefiriendo contestar las que Nick dijo mientras los servían. Por fin la comida.

- Si te refieres a que si soy venenosa al tacto la respuesta es no, aunque si lo que buscas es una excusa para tocarme... Necesitarás más que unos fideos - dijo la chica en broma mientras guiñaba un ojo.

La verdad es que era agradable tratar con personas así y por ello la chica estaba tan relajada, aunque siendo sincera después del encuentro con James tampoco es que fuese difícil superarlo.

Una vez hubo contestado a los chicos se dispuso a comer aquel plato calentito que tan bien olía mientras intentaba saciar un poco su curiosidad.

- ¿Y ahora de que comamos que pensáis hacer? Yo la verdad es no tengo nada que hacer... - dejó caer la chica.

Quizás alguno se disponía a hacer algo interesante y porqué no apuntarse si entendían la indirecta y la invitaban.

Edward estaba extrañado de lo cómodo que se sentía, pero tenía la sensación de que eran personas confiables y se lo estaba pasando en grande, hecho que quedó patente por la sincera risa en respuesta a la broma de Savara.

La comida estaba bastante bien, Edward comía muy rápido con los palillos y hubiera terminado pronto de no haberse detenido para responder a Savara, que les había preguntado sus planes a ambos jóvenes presumiblemente para unírseles de ser posible.

-Pueeees... Yo tengo toda la tarde libre, si queréis podemos dar una vuelta o...- Se detuvo, mirando a Nick para invitarle a proponer algo mejor. En caso contrario, un paseo tampoco sería una mala opción, estaría bien intimar un poco más, quién sabe, quizás podrían mantener alguna relación a distancia mediante Den Den Mushi o carta.

A Edward le fascinaba esta idea, de hecho, al fin y al cabo, a parte de sus compañeros de la Quimera, no mantenía ninguna relación con ninguna de las personas que había ido conociendo desde que partió del Reino de Lyneel. Con algo de suerte, conseguiría hablar con ellos sin revelar que pertenecía a la revolución.

Nick se quedó empanado un momento con la respuesta de Savara. ¿Para que iba a buscar una excusa para tocar a alguien cuando era dudoso si moriría después de hacerlo? Tardó unos segundos en darse cuenta de que se trataba de una broma. Soltó una carcajada y empezó a comerse su ramen, dándole de vez en cuando algún fideo a su pequeña compañera. Mientras comían empezó un nuevo tema de conversación: ¿Qué hacer después? La verdad es que al chico no le apetecía encerrarse en la biblioteca o en un laboratorio ahora que tenía dos nuevos y simpáticos conocidos, pero la idea de Edward tampoco le apasionaba, ya que pasear era igual a pasar frío de nuevo.

- Bufff... Es que hace mucho frío como para dar vueltas por ahí ¿no? - dijo mirando a Edward - Seguro que tiene que haber algo interesante en esta isla además de la biblioteca... - acabó lo que quedaba en el plato y se quedó pensativo durante unos segundos -Oh, ya se... Edward me preguntó antes sobre unos arrestos, podríamos ir a ver que ha pasado - dijo mirando a Savara -Igual los han arrestado por algún motivo interesante- se rió. La verdad es que le apetecía un poco de acción después de tanto tiempo encerrado en su laboratorio, y aunque unos prisioneros no ofrecerían mucha al menos podría ver a gente malvada de verdad.

Rápidamente los chicos entendieron las palabras de Savara, aunque parecía que ninguno tenía planeado nada. El rubio hablaba de dar una vuelta, cosa que estaría bien sino fuese por el tiempo del lugar. Hacía demasiado frío como para disfrutar de un paseo tranquilo y eso que a Savara también la gustaba holgazanear de vez en cuando como al que más, pero a decir verdad las palabras de Nick parecían más prometedoras.

- Me parece estupendo, quizás nos enteremos de algún cotilleo interesante - dijo la joven.

Tras sus palabras la peli morada se excusó un momento diciendo que iba al baño, momento que aprovechó para pagar la cuenta de lo que habíamos pedido. Los chicos le habían caído bien y era la forma de la muchacha de agradecerles su amabilidad, aunque luego sí que fue al baño para prepararse el pelo. Sabía que con el tiempo que hacía fuera era una batalla perdida, pero aún así lo hizo. Era como una especie de costumbre que había adquirido con los años. Minutos después volvió a la mesa para recoger su abrigo y espada.

- ¿Nos vamos entonces? Ya está todo pagado - dijo la cazadora luciendo una sonrisa mientras daba un cacahuete que había cogido de la barra a la ardilla de Nick. Vaya una cosita agradable.

-"Dios mío, no, preguntar por los arrestos es lo más sospechoso que podemos hacer... ¿Qué demonios les digo yo ahora?... La hemos liado parda."- Pensó Edward al oír a Nick y la respuesta afirmativa de la joven.

Tenía de tiempo para decidirse lo que Savara tardara en el cuarto de baño, pero ¿qué podía hacer? Ya había dicho que no tenía nada que hacer, no podía irse.

-Nick, si hacemos preguntas... ¿no crees que podríamos molestar a la marina?- Preguntó, sin saber qué alternativa le quedaba.

No sabía que haría Nick, pero al menos esperaba un poco de prudencia por su parte, era posible que su comentario hiciera que las cosas fueran algo más sutiles.

Cuando la joven llegó, Edward se levantó con la intención de pagar.

-¿Qué? Ah, vaya, no hacía falta, Savara.- Respondió con una sonrisa mientras se llevaba la mano a la nuca.- Bueno, entonces supongo que sí que nos podemos ir, cojo mis cosas y nos vamos.- Añadió con un poco de nervios por la incertidumbre de lo que sucedería a continuación.

Edward se apresuró a abrir la puerta a sus acompañantes. Una vez que estos pasaron, salió asegurándose de no dar un portazo. Tan abstraído estaba que se chocó contra un hombre musculado que pasaba por ahí. El hombre llevaba un abrigo con capucha y era bastante alto, por lo que Edward no pudo verle el rostro.

-Ups, perdón.- Dijo con vergüenza. Aunque se había disculpado, el extraño parecía tener malas pulgas...

Off:

Nick no había pensado en que preguntar podría molestar a los marines, y la verdad, era nuevo en todo esto. Se quedó pensativo un momento y a continuación añadió: - Bueno, no había pensado en esa posibilidad... Pero tampoco se me ocurre mucho más que hacer...- Mientras hablaban, Savara, volvió a la mesa y les comunicó que había pagado. Nick le miró sorprendido y agradecido; incluso había traído un cacahuete para Chippy.
- Muchas gracias- le dijo sonriendo -a la próxima invito yo- comentó haciendo alusión a una segunda comida.

Dicho esto, los tres, se prepararon para salir del restaurante. Nick dejó que la pequeña ardilla se subiera a su hombro mientras se comía felizmente el cacahuete. Pobrecita, tenia que tener bastante hambre. Una vez de vuelta en el frío de aquella ciudad nevada, los tres se incorporaron a la calle peatonal. Nick estuvo a punto de resbalarse con el hielo, consiguiendo equilibrarse por los pelos en el último momento. Por su parte, Edward, que parecía haberse despistado un momento, se chocó contra un hombre grande y musculado que ocultaba su rostro bajo una capucha. Pese a la inmediata disculpa del chico, el hombre, reaccionó emitiendo un ruido de enfado que sonó casi como un pequeño gruñido. Parecía el tipo de persona con la que era mejor no meterse.

De repente, algo asomó por el bolsillo del abrigo del grandullón: una pequeña barra de trigo con avellanas a mitad de comer. Lo siguiente ocurrió tan rápido que hasta a Nick le costó un poco reaccionar: La pequeña ardillita miró con deseo aquella barra de comida y se lanzó desde el hombro de Nick, directa a aquel bolsillo abierto. El chico lanzó su brazo lo más rápido que pudo para cogerla en el aire, pero le había pillado completamente desprevenido y, el pequeño roedor, cayó dentro del bolsillo. El hombre se giró de golpe al notar el movimiento y, quitándose la capucha, les espetó:

- ¿No estaréis intentando robarme? ¿Verdad, piltrafas?- dijo con su voz grave.

Nick perdió completamente el equilibrio y cayó de bocas contra la nieve. Se quedó parado unos segundos mientras mascullaba maldiciones contra la ardilla. La quería mucho pero nunca paraba de meterle en líos.

Los chicos aceptaron la invitación por parte de la joven de forma agradable y con diligencia, llenos de compromisos futuros en los que invitarían ellos a la comida. La chica sonrió al pensar que por fin estaba encontrando gente amable con la que merecía la pena dialogar, pero todo el buen rollo que la zagala sentía se esfumó nada más sucedió aquella extraña escena en la salida.

Todo comenzó a en revesarse de forma endiablada y más cuando aquella adorable ardilla terminó en uno de los bolsillos de aquel tipo con tan mal carácter. Por suerte las andanzas por tabernas habían ayudado a Savara a comprender que los más asquerosos se mostraban más amables con las mujeres y se dispuso a mediar.

- Perdone señor, pero todo está siendo un malentendido... -comenzó la chica poniendo su mejor cara angelical mientras se interponía entre el caído Nick y aquel hombre. La cazadora estaba dispuesta a seguir manteniendo aquella actitud, pero entonces reconoció aquel rostro que ya había visto. - Nosotros nos vamos ya... Discúlpenos de verdad - siguió la joven mientras ayudaba a Nick tras hacer una reverencia algo exagerada. Por suerte la adorable ardilla había salido de las ropas del hombre y volvía sola.

El tipo los dirigió una especie de gruñido que parecía un resoplido bastante peculiar y se adentró mientras maldecía por lo bajo si que no fuese porque la muchacha era preciosa nos arrancaría los miembros u algo así. Un vez el grupito se alejó unos metros la joven se paró para hablarles.

- Oídme chicos, ese hombre se trata de un criminal buscado por varias atrocidades y debéis de saber que mi trabajo es detenerlo. No quiero entrar en detalles y tampoco arrastraros a algo que no queráis... Pero si avisáis a los guardias si os marcháis os lo agradeceré -dijo la peli morada en unas palabras rápidas. - Ahora marcho a intentar detenerle... Quizás lo pille con la guardia baja... Me pareció oler a alcohol -siguió la chica más para sí misma que dirigiéndose ya a los chicos.

Tras eso se encaminó de nuevo hacia el local, mientras diseñaba algún tipo de plan con el que no morir. Dudaba que aquellos chicos que se trataban de estudiosos luchasen, pero ella había escogido otro camino. El camino de la lucha por limpiar al mundo de seres como ese.

Desde luego la joven sabía lo que hacía, de seguro no era la primera vez que trataba con alguien así, rápidamente consiguió darle la vuelta a la tortilla.

-Gracias Savara...- Dijo Edward agachando un poco la cabeza mientras pensaba si luchar o no. Su fuerte sentido de la justicia haría que su conciencia le pesara si no actuaba, sin embargo... no debía llamar mucho la atención. Al final, optó por luchar sin usar su akuma y con la capucha puesta, para evitar en la medida de lo posible ser reconocido. - Si no te importa, me sumo a la causa. Estando en superioridad numérica no debería ser muy difícil capturarlo. Si prefieres hacerlo sola... no te voy a obligar tampoco.

Esperaba haber dejado clara su postura. Ahora solo faltaba oír la opinión de sus acompañantes. Si a Savara no le importaba recibir ayuda y Nick se apuntaba también, sería un uno contra tres... Muy mal equipo tendrían que hacer para perder en tales circunstancias o muy fuerte tendría que ser su oponente.

Mientras Nick expresaba su opinión, fuera la que fuera, él iría poniéndose la capucha, abrochándose los botones y crujiendo los puños. Si al final no había que luchar, tendría que mantenerse irreconocible de todas formas, pues Savara les había dicho que en ese caso tendrían que avisar a las autoridades. Dependiendo de lo que sucediera a continuación, la incursión nocturna podría haber terminado para Edward antes incluso de haber comenzado...

Gracias a Savara, Nick se libró de las posibles represalias por parte del grandullón. Se notaba que la muchacha estaba acostumbrada a tratar con gente de ese tipo y, ser una chica tenía algunas ventajas a la hora de tratar con hombres de mala muerte. Nick se levantó rápidamente del suelo mientras Chippy volvía felizmente a su bolsillo. El chico le dirigió una mirada recriminante mientras se disculpaba con sus compañeros:

- Lo siento, de verdad, no quería meteros en ningún lío- agachó la cabeza.

Cuando el hombre se metió en el local, Savara, les explicó que se trataba de un conocido criminal y que era su trabajo detenerle. Nick la miró sorprendido, ya que no se esperaba que se tratase de una marine o una caza recompensas. A continuación la chica les sugirió que si se iban llamasen a los guardias pero Edward no parecía dispuesto a dejarla sola por lo que se unió a la caza del villano. Nick se lo pensó un momento mientras sus recién conocidos compañeros se preparaban para una casi segura pelea. Nick metió la mano en su bolsillo y sacó a la ardillita, dejándola suavemente en la nieve. A continuación se quitó el abrigo y envolvió con él a su pequeña compañera mientras le susurraba:

- Espérame aquí pequeña, no tardaré demasiado en volver-

Se levantó y dirigiéndose a Edward dijo:

- Estoy de acuerdo contigo Edward, la superioridad numérica lo hará más sencillo- miró brevemente hacia el local - Además, la vida entre libros sin un poco de acción sería demasiado aburrida- sonrió, estiró los músculos con un par de movimientos amplios y siguió a sus dos nuevos amigos hacia el interior del restaurante.

La joven lució una sonrisa de oreja a oreja cuando comprobó que no estaba sola ante aquella situación que se había presentado como un mal bache en un camino llano, pero ya había decidido que ningún bache la pararía más. La memoria de su hermana merecía más aquello y por ella la peli morada se levantaba cada día y sacaba fuerzas de seguir hacia delante.

- Muchas gracias por vuestro apoyo chicos, seguro que entre los tres podremos detenerle, pero nos fiemos. Yo tenía pensado entrar y retarlo directamente, pero siendo más creo que podemos plantearlo de otra manera, aunque debo avisaros que lo mío no es planear... Sino actuar - dijo la muchacha avisándoles al mismo tiempo que dejaba ver su lado más descontrolado.

La chica no era buena planeando nada, por eso le gustaba tanto improvisar sobre un lienzo vacío, ya que sentía que era el único lugar en que sus acciones no se veían reflejadas con malas reacciones. Por eso la gustaba luchar sola, ya que solía meterse en líos de los que a veces no sabía como salía, y teniendo a dos jóvenes que parecían no ser más experimentados que ella en combate no quería cagarla.

- Asique es el momento de hablad, sino deberíamos ir a por él ya - dijo algo ansiosa.

"La vida entre libros sin un poco de acción sería demasiado aburrida", curiosa afirmación de parte de un científico. Al final, los tres iban a participar en la pelea. No había plan y Edward no tenía muchas ideas, al fin y al cabo ¿qué podían hacer? ¿Engañarlo haciéndose pasar por alguien? ¿Por quién? Si seguro que no es más que un matón a sueldo... Hum, matón a sueldo. Esas palabras resonaron en la mente del joven.

Mientras la joven hablaba, el joven rubio asentía sonriendo, "de nada" dijo entre risas. Cuando llegó el momento de hablar de estrategias, intentó ser de ayuda.

-Esteeee... Si os parece podemos ir diciendo que buscamos hacer negocios con él, tiene pinta de ser un matón a sueldo.- Dijo rascándose la nuca y con una leve sonrisa.- Tú debes de saberlo, ¿no, Savara? ¿Qué cosas ha hecho? ¿Crees que hay algo con lo que podríamos engañarle? Ya sabes, para llevarlo a algún sitio... No quisiera pelear entre civiles...

Edward estaba un poco nervioso, pero esperaba que sus nuevos amigos comprendieran que un criminal podía tomar rehenes o simplemente herir civiles durante el combate. Él no podía permitir que eso ocurriera, no mientras pudiera evitarlo.

Nick se quedó pensativo unos momentos mientras observaba a Savara: Ciertamente se trataba de una chica de acción. En cambio, Edward, parecía alguien más consciente de la situación, aunque... había algo en él que le resultaba extraño. Le miró inquisitivamente mientras escuchaba el plan y, aunque la palabra civiles le chocó un poco, no podía estar más de acuerdo. Intentó disimular el frío, ya que se había quitado la chaqueta para dejar protegida a la ardilla, mientras se frotaba las manos. Cuando el chico acabó de presentar su propuesta, Nick respondió rápidamente:

- Yo creo que Edward tiene parte de razón ahí- hizo una breve pausa -Parece un matón a sueldo por lo que podríamos aprovechar ese punto, y además parece tener algo de debilidad por las mujeres como hemos visto antes...- comentó mirando a Savara -Tal vez... Si Savara quiere podría entrar ella e interpretar un papel tipo: Perdona, te he visto antes y pareces mucho más fuerte que los debiluchos con los que estaba, si te interesa podría proponerte un lucrativo acuerdo - hizo de nuevo una pausa sonriendo - Bueno, con tus palabras claro - rió - De esta forma podría acompañarte hasta el callejón del lateral del restaurante, donde Edward y yo le tenderíamos una emboscada-

La verdad es que a Nick si que le gustaba planear todos sus combates, ya fuese antes o durante, pero no sabía si a sus nuevos compañeros les parecería adecuado o si Savara estaría dispuesta a entrar sola a interpretar el rol de contratante. Se llevó ambas manos a la nuca y sonrió mientras añadía:

- Por supuesto estaríamos atentos para ayudarte si algo saliese mal- hizo una breve pausa mientras tiritaba un poco -¿Que os parece? - les preguntó mientras daba saltitos para entrar en calor.

La joven comenzaba a impacientarse mientras los chicos pensaban en una forma de enfrentar al tipo. Se notaba que eran dos chicos más versados en los libros que en el combate, pues a la forma de ver de la chica solo tenían que entrar y enfrentarlo. Eran tres contra uno y Savara creía que entre los tres podrían reducirlo sin muchos contratiempos. La peli morada iba a quejarse y a decirles que se dejasen de perder el tiempo si querían ayudarla, pero entonces escuchó el tema de los inocentes. A veces por su carácter no pensaba mucho las cosas, pero debía de admitir que ahí sí que tenían razón, asique tras tragarse su impulsividad hizo un gesto con la cabeza hacia los chicos de forma afirmativa.

- Está bien. Intentaré hacerlo salir aquí donde no corra peligro nadie. Quizás aquel callejón sea buen lugar para emboscarlo si no queréis enfrentarlo nada más salir - dijo la joven señalando una pequeña calle.

Una vez dicho eso se encaminó una vez más hacia el restaurante. Ya decidirán ellos de que manera hacerlo, puesto que ahora ella tenía otras cosas en que pensar. No sabía muy bien como abordar el tema con el tipo. Si por ella hubiese sido entrarían directos a por él, atacándolo por las espaldas si era necesario. Así no le dejarían tiempo a reaccionar, aunque nada más puso un pie dentro del establecimiento se dio cuenta que su plan no hubiese funcionado.

El grandullón de la nariz chata se encontraba sentado mirando hacia la puerta, a la cual no quitaba el ojo de encima ni cuando comía. A pesar del bullicio del establecimiento la joven oía todo de una forma amortiguada, ya que el sonido de sus pulsaciones en aumento tapaba todo lo demás según se acercaba al tipo. El no poder empuñar su espada ponía nerviosa a la chica, pero era necesario si el tipo no quería tomarse su actitud de una forma hostil.

- Perdone, antes he visto que eres alguien fuerte y preguntaba si podrías echarme una mano... - comenzó la chica dirigiéndose al tipo manteniéndose en el borde de la mesa. La peli morada se dio cuenta que estaba confundiéndose con la manera de llevar la conversación, pues el tipo había reaccionado enarcando una ceja y soltando un pequeño gruñido. - Esos tipos de antes me han estafado y estoy dispuesta a pagar a alguien por que les de un merecido - siguió intentando llamar la atención del tipo. Este mantenía una actitud distante, pero al menos no había mandado a la mierda a la chica. - Dijeron que me habían conseguido una pieza muy especial que no tenía manera de conseguir por métodos convencionales, pero ha resultado ser una estúpida baratija... Los muy desgraciados se han largado con la mitad de mi dinero, pero no dudaré en invertir lo que me queda por ver teñir la nieve con su sangre - terminó la chica intentando mostrar enojo y frustración a la vez que dejaba una bolsa de su abrigo llena de monedas.

El tintineo del dinero sí que captó la atención de aquel tipo. Era el único idioma que entendían y rápidamente intentó echar mano del efectivo de la zagala. Savara con un rápido movimiento de mano volvió a coger su bolsa, consiguiendo que el tipo profiriese otra especie de gruñido. Era un tipo de muchas palabras por lo que se veía.

- No voy a dejar que me roben dos veces en menos de cinco minutos tan fácilmente, así que si aceptas sígueme. Los muy malditos se jactaron en mi cara que iban a gastarse todo mi dinero y no puedo permitirlo.

Tras eso la chica se dio la vuelta y echó a andar hacia la puerta de nuevo. Al principio pensaba que había hecho el ridículo y que el hombre no la seguiría, pero entonces sonó el chirriar de una silla cercana y el crujir del suelo de madera. La tentación de mirar hacia atrás era más que patente, pero sentía que si hacía eso rompería la magia del momento. Nada más abrir la puerta y notar el frío del exterior hizo que la mente de la chica se aclarase y comenzase a preparar su cuerpo para lo que iba a pasar.

Savara dio comienzo al plan entrando al restaurante para llevar a cabo el ardid. Aunque Edward acostumbra a ser muy desconfiado, la verdad es que lo más lógico era que el plan funcionase, aquel supuesto matón de poca monta no debía de ser muy listo, pero más valía ser precavido.

Una vez que ella entró, ambos jóvenes se quedaron solos. Siguiendo el plan, se dirigieron al callejón. Como habían decidido, ella diría que ellos la habían timado y, por tanto, quería venganza. A Edward se le ocurrió que, si a Nick no le importaba, él podría hacer de cebo. Edward tenía la costumbre de subirse a los tejados, por lo que su idea era la siguiente: Él (Edward) estaría en el tejado, esperando y vigilando que todo transcurriera con normalidad, Nick se quedaría abajo, sentado contra la pared o disimulando de alguna forma para que no se notara que le estaba esperando, y, cuando Savara llegara con el criminal, Edward saltaría desde el tejado hacia el otro lado, bloqueando así la única salida posible y rodeando al enemigo, por un lado Edward y por el otro Nick y Savara.

-Nick, ¿te importaría quedarte aquí y disimular? Yo subiré al tejado para ver cómo avanza la cosa y, cuando Savara entre aquí con ese tipo, yo saltaré hacia allí- dijo señalando por donde habían entrado al callejón- para ponerlo entre la espada y la pared... ¿Te parece?- añadió con una sonrisa mientras ya se agarraba a una caja que allí había desde la que pretendía saltar al tejado.

Edward no se creía un genio, pero le gustaba el plan y pensaba que Nick lo aceptaría, si no, más vale que tuviera una buena idea bien rápido, porque no tardaría mucho en tener que dar comienzo.

Después de que Savara desapareciese en le interior del restaurante, ambos chicos se dirigieron hacía el callejón colindante. Nick empezaba a enfriarse más de la cuenta y decidió ponerse a dar pequeños saltitos para entrar en calor. Había dado por supuesto que la pelea sería dentro y ahora estaba pagando caro su error de dejar la chaqueta con su pequeño roedor. Una vez entraron en las sombras de la calleja, Edward, le propuso actuar de cebo mientras él le tendía una emboscada al maleante. Nick sonrió ampliamente ya que pocos papeles habían mejores para él que ser el centro de los ataques del adversario, sobretodo porque su estilo de lucha se centraba en contraatacar a objetivos más fuertes que él, principalmente si eran más grandes.

-Me parece perfecto, yo haré de carnada mientras te escondes y, cuando empiece la pelea le arrinconamos- le respondió mientras se dirigía a una parte un poco más profunda del callejón, ya que así dejaría a Edward más espacio donde esconderse y maniobrar. El chico tampoco se alejó demasiado de la entrada ya que esto podría hacer sospechar al grandullón. Una vez allí escuchó como la puerta del restaurante se abría, y se giró, dando la espalda a la entrada del callejón mientras tensaba todos sus músculos. Vigiló de reojo el lugar por el que vendrían, pero se hizo el inocente haciendo como si se estuviese atando la zapatilla.

Hacía tiempo que no peleaba seriamente y no tenía muy claro si su cuerpo sería tan rápido como antes, pero aun así estaba tranquilo: Tenía dos aliados que parecían poderosos, tenían la ventaja de la sorpresa, eran tres usuarios de fruta demoníaca y, además, el objetivo parecía el típico grandullón lento. Poco a poco fue emocionándose mientras pensaba de que formas podía intentar golpearle aquella mole de músculos y grasa. Por fin escuchó pasos en la entrada de la calle, unos ligeros y otros tan pesados que hacían crujir la nieve. Nick sonrió levemente.

El sonido de las pisadas en la nieve no le había parecido tan ruidoso cuando minutos antes había paseado por ella, pero ahora parecían retumbar en los oídos de la peli morada según avanzaban en dirección al callejón seguida de aquel hombre. Por suerte para Savara el tipo era de pocas palabras y parecía ser bastante temperamental, por lo que no hubo problema durante el trayecto. Nada más entrar por la estrecha calle la joven se tensó al ver a Nick de espaldas y agachado. La batalla siempre la ponía un poco tensa y esta vez no estaba siendo distinto.

- ¡Mira! Ese de ahí es uno de ellos - gritó en alto la chica tras retroceder un poco, simulando no querer enfrentarse con él dando pequeños pasitos hacia atrás mientras se hacía la enojada. -Si acabas con él rápido, prometo que la recompensa será grande - siguió tras ponerse a su altura.

La enorme mole simplemente gruñó y asintió una sola vez a la vez que crujía sus nudillos. La verdad es que el tipo imponía bastante y la cazadora estaba algo preocupada por que algo pudiese pasarle a Nick, pero esperaba que Edward no estuviese muy lejos. Además ella misma lucharía nada más que el tipo la diese la espalda y bajase la guardia del todo. Solo tenía que esperar al momento adecuado y atacarle con su espada.

El sonido de la nieve alertó al rubio. Se dispuso a saltar en cuanto se adentraran en el callejón. El grito de la chica sirvió de señal, actuaba bien, el grandullón se lo había tragado y se acercaba lentamente a Nick.

El primer impulso que tuvo el demonio amarillo era el de abalanzarse encima del objetivo, pero, teniendo en cuenta la fuerza y resistencia que aparentaba tener, era más que probable que no fuese la mejor opción. De manera que optó por lanzarse hacia sus espaldas para saltarle encima y caer al lado de Savara, con suerte, eso lo desequilibraría y lo tiraría al suelo, dándoles una oportunidad de oro.

Desgraciadamente, aunque pudo golpearlo, el matón ni siquiera se arrodilló, simplemente gruñó y empezó a girarse. Estaba arrinconado, aún desconocía que Savara estaba de nuestra parte (aunque lo podría deducir ahora que está junto a Edward sin atacarle) y le iba a dar la espalda a Nick.

Rápidamente, para darle algo de tiempo a Nick, le lanzó el Hebi Kōsen. No pensaba que le fuera a hacer mucho daño, pero al menos le haría algo y el hombre-mangosta podría atacarle por la espalda ahora que estaría más desprotegido.

Hebi Kōsen (Técnica Manual Kuchiyose):

Por fin la acción comenzaba. Parecía que todo estaba saliendo a la perfección ya que el enorme matón cayó en la trampa de pleno. Solo había un pequeño inconveniente: después de que Edward cayese sobre él, este pareció no inmutarse demasiado. Estaba claro que esos músculos y su tamaño no eran solo apariencia. A continuación, mientras el grandullón fijaba su atención en sus compañeros, Edward actuó de nuevo, esta vez lanzándole una especie de serpiente eléctrica. Nick supuso que eso no le haría mucho daño, pero al menos conseguiría aturdirle aunque fuesen unos segundos... La estrategia estaba bien pensada pero... atacar por la espalda no era la especialidad del científico ya que su estilo de combate dependía de que el rival atacase primero.

Nick se detuvo un segundo a pensar en sus compañeros: Edward parecía un combatiente total, mezcla de velocidad, fuerza y estrategias, es decir, un luchador más directo. En cambio Savara le parecía alguien más del tipo preciso, luchadora de agilidad y espadachina por así decirlo. Ninguno de los dos parecía del tipo defensivo, aunque no sabía que sorpresas le podían estar ocultando bajo la manga. En ese momento solo se le ocurrió una cosa que podía hacer: Esperó a que la serpiente impactase en su objetivo y, cuando estaba un poco desorientado, se lanzó por entre sus piernas, deslizándose por el suelo con los pies por delante; cuando pasó por debajo le propinó un fuerte puñetazo en la entrepierna. No era bonito, no era elegante, pero el joven científico esperaba que eso valiese para que el enorme matón centrara su atención y, con un poco de suerte, su ira en él. Cuando lo hiciera, Nick podría empezar a dar lo mejor de si mismo.

La escena por fin avanzaba. El tipo cayó de lleno en nuestra trampa y los chicos no tardaron en actuar. Ed sorprendió bastante a la peli morada cuando vio emerger de él una especie de serpiente eléctrica. Parecía que el tipo más callado escondía los trucos más espectaculares, pero Nick no se quedó atrás. Con un ágil movimiento se coló por la defensa del grandullón, que se encontraba desorientado por el ataque del rubio, y tras pasar entre sus piernas hizo lo que cualquier mujer que se preciaba hacía con cualquier abusón. Un buen golpe en las pelotas.

La joven vio como la expresión del enorme tipo cambiaba drásticamente por una de terrible dolor y sufrimiento, aunque la joven también pudo ver algo en su mirada que solo había visto una vez. Un ansia asesina que daba casi miedo. Quizás la chica se hubiese quedado paralizada igual que cuando luchó contra aquella pirata tan temible, pero la chica aprendió un par de lecciones de aquella situación y del marine que la ayudó. Por ello cuando la joven quiso darse cuenta de sus acciones nuevamente no estaba quieta, sino que se encontraba a la carrera con la mano en la empuñadura de la espada de su familia.

La chica vio clara su oportunidad, el grandullón se encontraba ligeramente doblado por la afectación del golpe, dispuesto a erguirse nuevamente. Seguramente se lanzaría a por Nick cegado por la ira que lo atormentaba, cosa que la peli morada intentó aprovechar. La joven desenfundó su espada con un movimiento ágil y rápido, lanzando un tajo en horizontal a la zona del bajo vientre del tipo. Una vez más tuvo que hacer acopio de entereza cuando notó que el arma desgarraba piel y carne, pero esta vez consiguió mantener el estómago en su sitio. Con un poco de suerte esto habría acabado forma rápida y sin problemas aparentes, aunque la joven por si acaso siguió con su avance un par de metros para alejarse de su enemigo por si conseguía contraatacarla de alguna forma. Luego se giraría para comprobar como seguía desarrollándose todo con una actitud defensiva.

Edward y las peleas sangrientas. No se llevaban bien, definitivamente. Debía haberlo supuesto, por eso de que la chica llevaba una espada, pero le pilló desprevenido ver como hacía un corte en la zona abdominal del matón. Ahora era él el que estaba más alejado, la chica, aunque había retrocedido un par de pasos, estaba bastante cerca, al igual que Nick.

"Uff, que dolor..." -El simplemente pensar que, después de recibir el golpe bajo (literalmente) de Nick, hubiera sufrido esa desgarradora herida... El cuerpo de Edward se estremeció. Su enemigo poca cosa podía hacer ya, aparte de mirarlos con unos ojos asesinos que intimidarían a cualquiera... si no fuera porque el combate ya estaba decidido.

-Savara, ¿tienes alguna... cuerda o esposa? Piensas entregarlo vivo, ¿verdad? -Preguntó, suponiendo ya, y casi deseando, que la respuesta iba a ser afirmativa. El enemigo seguiá retorciéndose, por lo que, si había que inmovilizarlo, deberían darse prisa, antes de que consiguiera lanzar otro ataque o recuperarse del golpe de Nick, aunque eso último no parecía muy probable.

Parecía que la estrategia había ido como esperaban, pero había caído muy rápido para ser un criminal medianamente famoso. Además, para ser tan grande tenía una resistencia al dolor bastante baja. Aun así, después de la pregunta de Edward, Nick cayó en que, a no ser que Savara llevase algo, no tenían ninguna forma de inmovilizarlo. En caso negativo solo quedaría dejarle inconsciente, y eso parecía un poco más difícil que hacerlo sangrar.

Por otro lado, el criminal, seguía mirándolos con un alto instinto asesino, tal vez demasiado para una persona tan herida. O tenía una terrible voluntad de matar o tenía algún as bajo la manga. Fuera cual fuese la respuesta, acercarse para atarlo o esposarlo sería un enorme riesgo. Nick se giró hacia sus compañeros sin bajar la guardia y añadió:

- Si tenéis algo con lo que atarle puedo hacerlo yo - les comentó - Creo que mi estilo de combate es el más adecuado si se revuelve e intenta resistirse- les explicó.

Esperó a la respuesta de Savara mientras ponía de nuevo sus ojos en el enemigo debilitado.

-¡Pues... pues hazlo! -Dijo, rápido y algo desesperado, al ver que la mole parecía estar levantándose. Él no quería meterse en el camino de Nick, pero no quiso tampoco dejarlo solo, por lo que se lanzó hacia el enemigo esperando que su compañero hiciera lo mismo.

-Haz lo que tengas que hacer. -Dijo Edward mientras corría, intentando transmitir que confiaba en él. Entonces, de un salto, pretendía golpearle en la cara al matón, pero este no se quedó quieto. Mientras el joven estaba en el aire, este intentó lanzarle un puñetazo con la derecha. El demonio amarillo se impulsó agarrándose al enorme puño del grandullón, pateó su horrenda cara, y, saltando sobre ella, se lanzó hacia delante, quedando a las espaldas del oponente, agarrado al borde de uno de los tejados. Había imbuido su pierna en electricidad, por lo que el golpe en la cara debía haber sido particularmente doloroso o, al menos, molesto.

Una vez se subió al tejado, se giró, esperando observar cómo Nick se encargaba de inmovilizarlo.