Ban Midou IV
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El plan del pirata peliblanco había funcionado al parecer. Ban se quedó callado mientras le daba algunas caladas al puro y observaba lo que había pasado alrededor. Los rinocerontes habían caído y todo parecía hecho cenizas. Tal vez Sarka tuvo mucho más poder del que Zal podría haber tenido. El espadachín soltó un pequeño suspiro y se quedó mirando los cadáveres. Nada de pena, ni un remordimiento. Tenía sus propios problemas y no iba a gastar tiempo en los de otros. Tras algunos momentos se dirigió hacia la posición del Bianco y se quedó mirándole con una expresión realmente calmada.
- Bueno, Jefe. Su plan ha funcionado a las mil maravillas. Parece ser que Zal está condenada al fracaso ¿Vamos a terminar de rematar a las pobres almas de ahí abajo o iremos a buscar a sus hombres?
Esperaba una respuesta mientras continuaba dando leves patadas al aire para mantenerse flotando con el geppou. El humo que salía del puro que fumaba le agradaba. El sabor era maravilloso y eso le hizo relamerse un poco los labios. Entrecerró los ojos mientras ojeaba un poco el campo de batalla. Ellos dos eran expertos en destrucción y temperaturas altas. Tenían una ventaja enorme sobre los demás y eso fue lo que hizo a Midou mostrar una sonrisa siniestra. Realmente confiaba en Meneror para terminar con los Bolts de una vez por todas. Se ajustó las gafas de Sol moradas un poco y después desabrochó un botón de su camisa. Sus pectorales se veían entonces ligeramente. Algunas gotas de magma caían sobre ellos, pero tan solo lo hacía por manía ya.
- Menuda explosión…
Dijo entonces mirando hacia el Este. El estallido fue impresionante y aquello le hizo quedar un poco confuso, pero no era problema suyo, por lo que continuó al lado del líder.
- Bueno, Jefe. Su plan ha funcionado a las mil maravillas. Parece ser que Zal está condenada al fracaso ¿Vamos a terminar de rematar a las pobres almas de ahí abajo o iremos a buscar a sus hombres?
Esperaba una respuesta mientras continuaba dando leves patadas al aire para mantenerse flotando con el geppou. El humo que salía del puro que fumaba le agradaba. El sabor era maravilloso y eso le hizo relamerse un poco los labios. Entrecerró los ojos mientras ojeaba un poco el campo de batalla. Ellos dos eran expertos en destrucción y temperaturas altas. Tenían una ventaja enorme sobre los demás y eso fue lo que hizo a Midou mostrar una sonrisa siniestra. Realmente confiaba en Meneror para terminar con los Bolts de una vez por todas. Se ajustó las gafas de Sol moradas un poco y después desabrochó un botón de su camisa. Sus pectorales se veían entonces ligeramente. Algunas gotas de magma caían sobre ellos, pero tan solo lo hacía por manía ya.
- Menuda explosión…
Dijo entonces mirando hacia el Este. El estallido fue impresionante y aquello le hizo quedar un poco confuso, pero no era problema suyo, por lo que continuó al lado del líder.
- Sarka:
- Hablar con Meneror
Gusi
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Akuma no mi
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Agarré con fuerzas a mi superior y levité con todas las fuerzas que el cuerpo me permitía, subiendo cada vez más alto. La altura de la muralla era considerable, pero mis ganas de salvar a Yoai eran aun más grandes. Nada me impediría salvarla, excepto llegar unos segundos tardes. Para cuando Xennas colocó los pies en la superficie de la muralla, Yoai ya estaba siendo atacada por los ataques de dos enemigos, un pirata y un árbol. El ataque que venía de frente lo contrarresto con facilidad, partiendo el ataque por la mitad, pero el ataque del árbol fue inevitable, incluso para mí, que observaba como se acercaba poco a poco hacía ella y mis articulaciones no reaccionaban para impedirlo. Los impactos golpearon repetidamente a Yoai, como si la hubieran atacado con una metralleta, pero esta no se dio por vencida y se mantuvo en pie. Fuerte y temeraria, demostrando que a pesar de ser una niña era digna de ser la pretora. Sus heridas empezarón a chorrear a través de sus ropas, mostrando girones de esta y cortes nada agradables a simple vista. Un fuerte dolor en el pecho me hizo llevarme la mano a la boca y aguantarme las lágrimas por las heridas que se mostraban en mi pequeña. Pero, entre todos esos sentimientos, había una sensación que me dejaba inquieto y angustiado, una sensación que provenía de ese pirata y que me mantenía inmóvil ante el miedo que me transmitía. Apreté el culo ante aquel miedo infundido del enemigo y empecé a caminar con decisión hacía Yoai, mientras Xennas difundía un bonito discurso.
Escuché las palabras de mi superior, mientras daba pasos tan espesos que parecía que estaba bajo el agua, pero , una vez mi superior terminó de hablar, Yoai empezó a hablar entre lagrimas. Mi corazón latía con fuerza ante sus palabras, haciendo sentir tanta tristeza por ella que el miedo de mí alrededor se disipo por unos segundos y me permitió llegar ante ella con facilidad, colocándome detrás suya, alzando los brazos como si fuera a bloquear un ataque del árbol. Por precaución, active mi haki de observación, pues me encontraba en el punto de mira de enemigos realmente formidables.
-Yoai, amor mío. He venido a protegerte.- acto seguido la abracé con todas mis fuerzas y rapidez. Apretándola contra mi armadura y esperando que se debilitara por ser una usuaria de akuma. Utilicé todas mis fuerzas, pues sabía que ocultaba unas habilidades nada comparable con su apariencia. –No te asustes.- intenté decir para calmarla y que no se pudiera nerviosa.- Quiero que confíes en mí. Voy a proteger…- antes de que pudiera terminar la frase, recibí un fuerte impactó en las espalda, acompañado por una onda de calor.- ¿Te encuentras bien?- pregunté a Yoai entre jadeos por aquel ataque que había bloqueado por los pelos. Mi haki de observación estaba disparado y eso solo podía significar una cosa, otro ataque.
Con el primer ataque, mis propulsores se habían cargado por completo. Así pues, los libere a toda potencia y salí disparado al cielo, evitando el segundo ataque y dejándome boquiabierto por lo cerca que había estado de impactarnos. Aun sentía entre mis brazos a Yoai y seguía apretándola con fuerza, incluso arriesgándome a romperla una costilla con la esperanza de que no escapara y se asegurará una muerte segura entre los demás enemigos.-Quiero que confíes en mí. Voy a sacarte de aquí con vida, te quiero.- me incliné sutilmente hacía detrás y cogí impulso para golpearla con un fuerte cabezazo en la coronilla para dejarla inconsciente y poner fin a esa persecución ante su persona tan peligrosa.
-Yo, el teniente-comandante Gusi, me hago responsable de la captura y la detención de la pretora de Meln, Yoai.- hablé fuerte para que todos me oyeran. Después acerque la boca al oído de Yoai y la susurre.- Lo siento mucho, cariño. Pero era la única manera que tengo de sacarte con vida de aquí. Te quiero.- y una lágrima recorrió mi rostro.
Escuché las palabras de mi superior, mientras daba pasos tan espesos que parecía que estaba bajo el agua, pero , una vez mi superior terminó de hablar, Yoai empezó a hablar entre lagrimas. Mi corazón latía con fuerza ante sus palabras, haciendo sentir tanta tristeza por ella que el miedo de mí alrededor se disipo por unos segundos y me permitió llegar ante ella con facilidad, colocándome detrás suya, alzando los brazos como si fuera a bloquear un ataque del árbol. Por precaución, active mi haki de observación, pues me encontraba en el punto de mira de enemigos realmente formidables.
-Yoai, amor mío. He venido a protegerte.- acto seguido la abracé con todas mis fuerzas y rapidez. Apretándola contra mi armadura y esperando que se debilitara por ser una usuaria de akuma. Utilicé todas mis fuerzas, pues sabía que ocultaba unas habilidades nada comparable con su apariencia. –No te asustes.- intenté decir para calmarla y que no se pudiera nerviosa.- Quiero que confíes en mí. Voy a proteger…- antes de que pudiera terminar la frase, recibí un fuerte impactó en las espalda, acompañado por una onda de calor.- ¿Te encuentras bien?- pregunté a Yoai entre jadeos por aquel ataque que había bloqueado por los pelos. Mi haki de observación estaba disparado y eso solo podía significar una cosa, otro ataque.
Con el primer ataque, mis propulsores se habían cargado por completo. Así pues, los libere a toda potencia y salí disparado al cielo, evitando el segundo ataque y dejándome boquiabierto por lo cerca que había estado de impactarnos. Aun sentía entre mis brazos a Yoai y seguía apretándola con fuerza, incluso arriesgándome a romperla una costilla con la esperanza de que no escapara y se asegurará una muerte segura entre los demás enemigos.-Quiero que confíes en mí. Voy a sacarte de aquí con vida, te quiero.- me incliné sutilmente hacía detrás y cogí impulso para golpearla con un fuerte cabezazo en la coronilla para dejarla inconsciente y poner fin a esa persecución ante su persona tan peligrosa.
-Yo, el teniente-comandante Gusi, me hago responsable de la captura y la detención de la pretora de Meln, Yoai.- hablé fuerte para que todos me oyeran. Después acerque la boca al oído de Yoai y la susurre.- Lo siento mucho, cariño. Pero era la única manera que tengo de sacarte con vida de aquí. Te quiero.- y una lágrima recorrió mi rostro.
- Meln (Q9) Leer Zane!!:
- Llegar a la cima de la muralla, abrazar a Yoai, protegerla de los ataques de Zane, intentar dejarla inconsciente y intentar poner fin a la cacería de matarla
- Cosas usadas:
- Armadura Dragón Rojo:
- Nombre del objeto: Armadura Dragón Rojo
Descripción del objeto: Es una armadura de color rojo con forma de dragón.
Usos comunes: Proteger al usuario.
Habilidades especiales o destacables: Es un brazalete rojo que se extiende por todo el cuerpo como una armadura de cuerpo entero.Su material exterior esta compuesto por kairoseki, haciendo así que se debiliten los ususarios de akuma al impactar contra ella. El interior esta reforzado con un material que permite a un usuario de akuma poder llevarla puesta sin debilitarlo. Esta armadura, ademas es resistente al calor, pudiendo introducirse en lava por un corto periodo de tiempo sin ser malobrada. Por ultimo, mencionar que tiene un mecanismo de reacción. Este mecanismo se recarga con los impactos en la armadura y con la luz solar, una vez que estan cargados puede expulsar esa energía por diferentes partes de la armadura (como los codos, talones, espalda,...) *para realizar ataques o propulsarse, similar a un Impacto Dial, para haceros una idea.
-Haki Entrenado: Con este nivel se puede tener una idea aproximada del poder del objetivo, y centrándose en él podría prever sus acciones con una antelación de un segundo. Además, puede detectar las presencias a su alrededor, aunque son algo difusas y no es capaz de reconocerlas.
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Impresionante, la chica se había quedado pensando en las musarañas. El motivo era muy lógico, pues se había distraído al ver la zona abdominal de Dexter. Allí se podía lavar la ropa y por ello estuvo pensando en cosas demasiado turbias. La joven entonces se vio sola y no tardó en soltar un suspiro. Por suerte, había visto por donde habían ido los demás. La morena se rascó la cabeza y sacó la lengua despacio.
- Creo que me he distraído un poco… – Su rostro era de pura inocencia. A veces era demasiado adorable pese a su mala leche en las peleas.
La joven canalizó de nuevo su energía en la espalda y formó aquellas alas blancas. Debía admitir que eran su mejor arma. Las usaba para todo y el control que tenía ya de ellas era increíble. Empezó a avanzar a toda velocidad mientras suspiraba. No entendía nada de lo que pasaba en aquel sitio, pero estaba convencida de que pronto de revelaría todo. Se pasó la mano derecha por el pelo, apartándolo un poco y después acelerando.
- Mmmm… no volveré a quedarme atrás.
Dijo de repente, para acto seguido localizar al dragón. No tardó en ponerse a su lado y pegarse lo máximo posible. Esta vez no pensaba separarse de él. A saber lo que habrían dicho, pero mientras fuese a su lado, todo iría bien. Soltó un pequeño bostezo y acto seguido estiró ambos brazos hacia arriba, mostrando una actitud perezosa. Debía reservar sus fuerzas para lo que pudiese pasar una vez aparecieran los enemigos. Esos capullos que habían amenazado a su capitán debían ser aplastador por la ira de su puño. Estaba segura de que llegado el momento les haría pagar muy caro la osadía que tuvieron. Sobre todo el capullo que gobernaba Zilda.
- Creo que me he distraído un poco… – Su rostro era de pura inocencia. A veces era demasiado adorable pese a su mala leche en las peleas.
La joven canalizó de nuevo su energía en la espalda y formó aquellas alas blancas. Debía admitir que eran su mejor arma. Las usaba para todo y el control que tenía ya de ellas era increíble. Empezó a avanzar a toda velocidad mientras suspiraba. No entendía nada de lo que pasaba en aquel sitio, pero estaba convencida de que pronto de revelaría todo. Se pasó la mano derecha por el pelo, apartándolo un poco y después acelerando.
- Mmmm… no volveré a quedarme atrás.
Dijo de repente, para acto seguido localizar al dragón. No tardó en ponerse a su lado y pegarse lo máximo posible. Esta vez no pensaba separarse de él. A saber lo que habrían dicho, pero mientras fuese a su lado, todo iría bien. Soltó un pequeño bostezo y acto seguido estiró ambos brazos hacia arriba, mostrando una actitud perezosa. Debía reservar sus fuerzas para lo que pudiese pasar una vez aparecieran los enemigos. Esos capullos que habían amenazado a su capitán debían ser aplastador por la ira de su puño. Estaba segura de que llegado el momento les haría pagar muy caro la osadía que tuvieron. Sobre todo el capullo que gobernaba Zilda.
- Team Zafiro:
- Llegar donde Dexter y ponerse a su lado.
Simo Baker
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En un principio mi plan parecía haber salido bastante bien, a pesar de la increíble velocidad de aquel monstruo fui capaz de esquivarlo sin mayor problema. Tras esto no me fue muy difícil tomar la posición sobre su cabeza, pues este se quedó clavado por un instante en la pared, la cual mostró una gran resistencia al no ceder ante tamaño golpe. Desde allí pude lanzar mi potente ataque hacia los ojos de la bestia. Estos cedieron casi instantáneamente ante el fuego de los diales y el titanio de mis guanteletes, dejándome sentir como estos explotaban en mis manos y la sangre comenzaba a brotar por las cavidades que habían dejado. Como era de esperar la bestia reaccionó agitándose enloquecida por el dolor. Intenté mantenerme en mi posición, pero la sierpe tenía una gran fuerza y se agitaba demasiado, por lo que acabó logrando lanzarme a un lado.
El golpe contra la pared fue tremendo, por un momento quedé aturdido, pero pronto volví en mí. El basilisco se había puesto de cara a mí listo para volver al ataque, pero ahora yo podía ver y el no, tenía una gran ventaja. Listo para volver al combate me sequé la sangre que comenzaba a caer por mi frente y me dispuse a acabar la pelea cuanto antes. Gracias a mi mantra pude ver las intenciones de la serpiente de atacarme por la espalda, por lo que no dudé en hacer una voltereta mortal hacia atrás para esquivar su movimiento. En mitad del aire pude ver su cola barriendo el suelo, lo cual hizo que se me ocurriera una manera de asestarle el golpe final. Tan rápido como pude me agarré a esta, lo que me impulsó hacia la cabeza de la bestia. Tenía mi armadura aún activa, por lo que no tenía miedo de que me atacase de frente. Tan sólo tenía que asestar el golpe más potente que pudiese, por lo que activé mi haki de armadura y creé un filo de energía en mi antebrazo para, aprovechando la fuerza de que me otorgaba la ira, la velocidad del impulso, la dureza de mis guantelete y el poder del dial de rayo que portaba en él, cortar en dos la cabeza de la criatura que se encontraba ante mí.
Tanto si funcionaba como si no, después del golpe rodaría hacia atrás para ponerme en guardia listo para defenderme. Si el golpe había cumplido con su objetivo lanzaría un pulso curativo sobre mis heridas y descansaría un poco antes de cobrar mi recompensa por el esfuerzo. Esta sería unos cuantos de los colmillos del basilisco que guardaría en mi mochila y lo que fuera que encontrase en los armarios del lugar. Si por el contrario la bestia se mantenía en pie, me prepararía para esquivar su siguiente movimiento y aprovechar su aturdimiento para abandonar la sala y dejarla encerrada.
El golpe contra la pared fue tremendo, por un momento quedé aturdido, pero pronto volví en mí. El basilisco se había puesto de cara a mí listo para volver al ataque, pero ahora yo podía ver y el no, tenía una gran ventaja. Listo para volver al combate me sequé la sangre que comenzaba a caer por mi frente y me dispuse a acabar la pelea cuanto antes. Gracias a mi mantra pude ver las intenciones de la serpiente de atacarme por la espalda, por lo que no dudé en hacer una voltereta mortal hacia atrás para esquivar su movimiento. En mitad del aire pude ver su cola barriendo el suelo, lo cual hizo que se me ocurriera una manera de asestarle el golpe final. Tan rápido como pude me agarré a esta, lo que me impulsó hacia la cabeza de la bestia. Tenía mi armadura aún activa, por lo que no tenía miedo de que me atacase de frente. Tan sólo tenía que asestar el golpe más potente que pudiese, por lo que activé mi haki de armadura y creé un filo de energía en mi antebrazo para, aprovechando la fuerza de que me otorgaba la ira, la velocidad del impulso, la dureza de mis guantelete y el poder del dial de rayo que portaba en él, cortar en dos la cabeza de la criatura que se encontraba ante mí.
Tanto si funcionaba como si no, después del golpe rodaría hacia atrás para ponerme en guardia listo para defenderme. Si el golpe había cumplido con su objetivo lanzaría un pulso curativo sobre mis heridas y descansaría un poco antes de cobrar mi recompensa por el esfuerzo. Esta sería unos cuantos de los colmillos del basilisco que guardaría en mi mochila y lo que fuera que encontrase en los armarios del lugar. Si por el contrario la bestia se mantenía en pie, me prepararía para esquivar su siguiente movimiento y aprovechar su aturdimiento para abandonar la sala y dejarla encerrada.
- Raghersir vs Basilisco:
- Esquivar el ataque con la cola del basilisco aprovechándome de él para impulsarme en su dirección con el manual aura de aceros, el haki de armadura, mis guanteletes, mi fuerza y un dial de rayo, esperando cortarle la cabeza en dos. Si funciona usar el manual micahia para curarme, arrancarle los cuatro colmillos más grandes para quedármelos como recompensa y ponerme a investigar los armarios. Si no funciona prepararme para esquivar su siguiente ataque y abandonar la sala dejando a la bestia ciega atrapada dentro.
- Cosas usadas:
- En primer lugar perdón por no haber incluido esto en el post anterior, iba algo pegado de tiempo.
-Lucha7dor del mono lvl 56.
Talentos:
Por sus incontables años de entrenamiento en el arte del combate Raghersir es bastante mejor que las demás personas a la hora de reaccionar y realizar contraataques. Esto se debe a que ha conocido un montón de estilos de lucha diferentes, por ello que es tan difícil que una situación le resulte nueva.
Además, gracias a su experiencia en combate, sus golpes son más precisos. Esto hace que sean más difíciles de esquivar y causen algo más de daño de lo que deberían.
-Power ups físicos: sigilo x3, agilidad x3, velocidad x2, reflejos x2.
-Haki observación:
Nivel de Desarrollo: Entrenado.
Décimas de segundo de antelación: 1 segundo.
Máximo de personas en área a prever: 1.
Distancia Máxima de percepción: 80m.
-Haki de armadura:
Nivel de Desarrollo: Entrenado
Asaltos de Haki Armadura: 5
Distancia máxima de la barrera: 4m
-Análisis: tras observar el terreno durante un rato (1 post) se obtiene información útil sobre él, por lo que se obtiene un x1,5 en agilidad, velocidad y reflejos mientras estés en la zona.
-Rabia: al recibir daño en combate o ser enfadado Raghersir puede desatar su rabia, aumentando así su fuerza y su resistencia un 100% durante dos turnos (tiene recarga de uso).
-Esquiva demoledora: Gracias a su velocidad y agilidad de luchador del mono puede obtener ventajas tras realizar esquivas. Si esquiva un golpe obtendrá un bonus en velocidad y agilidad de +50% durante el post siguiente. Recarga de un turno (si se usa en el 1 se podra volver a usar en el 2).
-Manual de canalización, armadura de sombra:
Efécto escénico: Usando su energía Raghersir puede crear sobre sí mismo una armadura de samurai con efectos de sombra bastante espectaculares. Puede crear la armadura completa o tan solo partes de ella. También puede hacer que surja este efecto sobre la armadura que ya tiene (para que no quede raro tener una armadura subre otra).
Efecto físico: La armadura podrá bloquear un golpe físico recibido por el usuario, luego esta solo será meramente escénica. Hasta que la armadura no sea rota, será impenetrable por ataques no físicos. Nivel 50: La armadura podrá bloquear un golpe potente, aunque seguirá notando el impacto (como el efecto de un chaleco antibalas).
-Manual Aura de aceros: este manual enseña una técnica de condensación de energía en forma de filos cortantes. Esta técnica consiste en la creación de filos de energía en una extremidad, de la longitud de tu antebrazo (el antebrazo es la parte entre la muñeca y el codo más cercano a ésta), capaz de cortar hierro. Sin embargo nunca será capaz de igualar a un asesino en esta disciplina.
-Manual Micahia: gracias a estudiar el manual, aprendes a canalizar energía curativa para curarte (una vez por combate). La herida, en el mismo turno, bajará un nivel. Herida grave > Herida moderada > Herida leve > Herida superficial.
-Guanteletes Gadians.
-Protección de la armadura protectora: Aumenta la resistencia de esta, disminuyendo el daño que recibe el individuo. Además se le añaden unos sensores que permiten al usuario monitorizar sus signos vitales.
Syxel
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Caí de rodillas al suelo, notablemente cansado, mientras mi cuerpo cambiaba una vez más, volviendo a mi forma humana. Con la respiración aún más agitada, sentía que el pecho me iba a estallar cada vez que tomaba aire. La mano derecha aún aferrada a mi espada, ambas empapadas en la sangre del general de Meln. Golpeé el suelo con la izquierda, una vez, y otra, y una cuarta, tratando de desahogar mi frustración. ¿Era esto cuanto podía hacer? De qué había servido todo por lo que había pasado los últimos años, si ni tan siquiera podía derrotar a un enemigo como ese. Apreté la mandíbula. Una mezcla de impotencia y rabia me invadían.
- ¿Estáis bien los dos? - Me dirigí a Noah, mientras me ponía en pie. Les busqué con la mirada, esperando que hubiesen podido evitar ese último ataque sin sufrir demasiados daños. Tras escuchar su respuesta, volví a hablarle - Voy a ir tras él - sentencié decidido.
Era perfectamente consciente de que hacerlo era una temeridad. Más que eso, podría llegar a significar mi propia sentencia. Después de todo, aún herido, se trataba de un oponente al que no podía subestimar. Pero, tal y como habían transcurrido las cosas, no podía dejarlo así. No podía dejar que huyese sin más, mi orgullo no me lo permitía. Así pues, me puse en pie nuevamente, empuñando aún a Akaregashi con decisión. Antes de que pudiese decir nada más, el gyojin se situó a mi lado. Cargando con Amaiar, aún inconsciente, sobre su hombro. Me dirigió una mirada de complicidad, mostrando sonriente una hilera de afilados dientes.
- No pensarás dejarme atrás ahora que se pone interesante, ¿no?
- Esperaba quedarme con toda la diversión - bromeé, satisfecho - pero supongo que puedo compartirla contigo.
Una vez más, me concentré en mi haki de observación, tratando de localizar al enemigo que había huido. Esperaba que su herida le hubiese impedido alejarse demasiado, y que no tardásemos en darle alcance. Contaba además con el increíble olfato de Noah para seguir su rastro de sangre, lo cual seguramente fuese incluso más eficaz que mi haki.
- ¿Estáis bien los dos? - Me dirigí a Noah, mientras me ponía en pie. Les busqué con la mirada, esperando que hubiesen podido evitar ese último ataque sin sufrir demasiados daños. Tras escuchar su respuesta, volví a hablarle - Voy a ir tras él - sentencié decidido.
Era perfectamente consciente de que hacerlo era una temeridad. Más que eso, podría llegar a significar mi propia sentencia. Después de todo, aún herido, se trataba de un oponente al que no podía subestimar. Pero, tal y como habían transcurrido las cosas, no podía dejarlo así. No podía dejar que huyese sin más, mi orgullo no me lo permitía. Así pues, me puse en pie nuevamente, empuñando aún a Akaregashi con decisión. Antes de que pudiese decir nada más, el gyojin se situó a mi lado. Cargando con Amaiar, aún inconsciente, sobre su hombro. Me dirigió una mirada de complicidad, mostrando sonriente una hilera de afilados dientes.
- No pensarás dejarme atrás ahora que se pone interesante, ¿no?
- Esperaba quedarme con toda la diversión - bromeé, satisfecho - pero supongo que puedo compartirla contigo.
Una vez más, me concentré en mi haki de observación, tratando de localizar al enemigo que había huido. Esperaba que su herida le hubiese impedido alejarse demasiado, y que no tardásemos en darle alcance. Contaba además con el increíble olfato de Noah para seguir su rastro de sangre, lo cual seguramente fuese incluso más eficaz que mi haki.
- ¿Ex-Meln?:
- Compruebo que mis compañeros se encuentren bien. Decido perseguir al enemigo que ha huido, y Noah me acompaña mientras carga con Amaiar. Utilizo el haki de observación para tratar de localizarle, y también tenemos el olfato del gyojin para seguir el rastro de sangre.
Mist D. Spanner
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Sobrevolar los cielos sobre la espalda del capitán era muy cómodo, tan cálido… Pero entonces, como si aquel momento de paz hubiera sido la calma que precede la tormenta, una luz segadora seguida de una explosión se escuchó no muy lejos de allí. Spanner elevó el mentón para ver mejor lo que tenía frente a él y no había nada, solamente un cráter que emanaba humo rodeado de cuerpos de los distintos bandos en la guerra.
—¿Estás bien ahí atrás? –preguntó Zane.
–Sí. Sigamos hacia adelante –contestó a la pregunta, sentándose sobre la espalda del pelirrojo, como si de un caballo se tratase. Continuaron volando algo más bajo, pero no mucho. Estarían medio kilómetro del suelo como mucho. Zane paró de golpe, teniendo que agarrarme con fuerza a las alas del pirata.
Estuvo callado durante unos segundos sin apartar la mirada del suelo, ¿qué había visto? La necesidad de saberlo de Spanner estaba llenando su mente curiosa de infinidad de posibilidades, pero no sabría elegir alguna.
—¿Qué te ocurre, Zane? –preguntó el pelimorado al fin, asintiendo a su respuesta.
—Pues he cambiado de opinión. Agárrate.
Antes de poder decirle cualquier cosa, se aferró al cuello del pelirrojo, al mismo tiempo que le rodeaba la cintura con sus piernas. Y contempló como lanzó un ataque a distancia sin observar a su alrededor. ¿Qué demonios estaba pensando? ¿Acaso no era consciente que al ser una de las candidatas a ocupar el trono de Síderos estaría rodeada de los mejores guerreros? ¿Por qué siempre andaba buscando problemas?
–¡Maldito inconsciente! –gritó Spanner al oído de su capitán–. ¿A qué esperas? ¡Huye!
—¿Estás bien ahí atrás? –preguntó Zane.
–Sí. Sigamos hacia adelante –contestó a la pregunta, sentándose sobre la espalda del pelirrojo, como si de un caballo se tratase. Continuaron volando algo más bajo, pero no mucho. Estarían medio kilómetro del suelo como mucho. Zane paró de golpe, teniendo que agarrarme con fuerza a las alas del pirata.
Estuvo callado durante unos segundos sin apartar la mirada del suelo, ¿qué había visto? La necesidad de saberlo de Spanner estaba llenando su mente curiosa de infinidad de posibilidades, pero no sabría elegir alguna.
—¿Qué te ocurre, Zane? –preguntó el pelimorado al fin, asintiendo a su respuesta.
—Pues he cambiado de opinión. Agárrate.
Antes de poder decirle cualquier cosa, se aferró al cuello del pelirrojo, al mismo tiempo que le rodeaba la cintura con sus piernas. Y contempló como lanzó un ataque a distancia sin observar a su alrededor. ¿Qué demonios estaba pensando? ¿Acaso no era consciente que al ser una de las candidatas a ocupar el trono de Síderos estaría rodeada de los mejores guerreros? ¿Por qué siempre andaba buscando problemas?
–¡Maldito inconsciente! –gritó Spanner al oído de su capitán–. ¿A qué esperas? ¡Huye!
- Meln:
- Vuelo sobre Zane hasta que toma la decisión de atacar a la pretora. Entonces, como de costumbre, le insto a que huyamos de allí porque no nos conviene enfrentarnos a toda una facción dentro de una guerra.
Aquella no era la primera vez que Spanner echaba la bronca a su capitán por actuar por su cuenta sin consultárselo, y cualquiera que conociera al pelirrojo sabría que no sería la última… Bueno, eso si eran capaces de salir de allí con vida. Al parecer la pretora de Meln, Yoai, estaba siendo resguardada por sujetos cuya habilidad habían sido capaces de parar su ataque sin tan siquiera pestañear; algo que molestó al pelirrojo, pues aquellos eran dos de sus mejores golpes cortantes. De haber estado solo, muy posiblemente el pirata habría bajado a allí a probarse como guerrero, pero, al tener a Spanner como una segunda consciencia en su espalda, ni intentó hacer el amago. Es más, antes de que el pelimorado terminara de hablar el suzaku antropomorfo comenzó a volar en línea recta hacia el cielo, agitando sus alas con fuerza para cubrir más terreno, a medida que usaba las corrientes de aire para elevarse.
Zane tenía la mirada fija, casi sin pestañear, en el infinito. Se elevaba lo más rápido que podía, aferrándose a los mangos de sus katanas sin decir nada, mientras apretaba los dientes con tanta fuerza que, de haber podido escucharse, seguramente rechinarían con intensidad. Llegados a un punto, habiendo ascendido poco más de dos kilómetros, el suzaku hizo un cambio de dirección, inclinándose ligeramente y siguió subiendo. La temperatura había descendido, eso estaba claro. Si en la superficie hacía una temperatura de unos veinte grados centígrados, allí rondarían los cuatro o cinco. El pelirrojo comenzó a volar de nuevo horizontalmente en dirección sureste, intentando ocultarse entre las nubes para no ser visto por los seguidores de Meln.
De su agitada respiración salía algo de vaho. Spanner parecía tener frío, pero no podía hacer otra cosa pues a esas alturas solo había humedad y temperaturas algo bajas. Notaba como su compañero se aferraba a él con fuerza, pero ninguno decía nada.
El pirata era consciente que había sido muy temerario buscar pelea con su compañero sobre su espalda, pero él era así; y si iban a estar juntos debía acostumbrarse. Nuevamente, mezclado entre gotas de agua condensadas que eran las nubes, se paró y enfundó sus katanas.
—Lo siento, socio… -se disculpó Zane con algo de delicadeza en su tono de voz.
Tras eso, el pelirrojo comenzó a descender muy lentamente.
Zane tenía la mirada fija, casi sin pestañear, en el infinito. Se elevaba lo más rápido que podía, aferrándose a los mangos de sus katanas sin decir nada, mientras apretaba los dientes con tanta fuerza que, de haber podido escucharse, seguramente rechinarían con intensidad. Llegados a un punto, habiendo ascendido poco más de dos kilómetros, el suzaku hizo un cambio de dirección, inclinándose ligeramente y siguió subiendo. La temperatura había descendido, eso estaba claro. Si en la superficie hacía una temperatura de unos veinte grados centígrados, allí rondarían los cuatro o cinco. El pelirrojo comenzó a volar de nuevo horizontalmente en dirección sureste, intentando ocultarse entre las nubes para no ser visto por los seguidores de Meln.
De su agitada respiración salía algo de vaho. Spanner parecía tener frío, pero no podía hacer otra cosa pues a esas alturas solo había humedad y temperaturas algo bajas. Notaba como su compañero se aferraba a él con fuerza, pero ninguno decía nada.
El pirata era consciente que había sido muy temerario buscar pelea con su compañero sobre su espalda, pero él era así; y si iban a estar juntos debía acostumbrarse. Nuevamente, mezclado entre gotas de agua condensadas que eran las nubes, se paró y enfundó sus katanas.
—Lo siento, socio… -se disculpó Zane con algo de delicadeza en su tono de voz.
Tras eso, el pelirrojo comenzó a descender muy lentamente.
- Resumen:
- Tras que unos sujetos pararan mi ataque y ser puteado por Spanner. Comienzo a volar lo más rápido posible hacia el cielo (hasta pasar los 3000 metros) e huir de la zona de conflicto
Krieg
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“Mis” soldados me indican las posiciones de sus explosivos y me informan de que las cargas podrían poner en peligro la integridad estructural de la central.
¿Y por qué no las habéis puesto un poco más lejos? ¿He trabajado yo con C4 en la vida? No.
Muy bien que Zilda no sea una nación bélica, pero llamar equipo especializado a estas personas es… un halago. Puede que sea mi fallo, al fin y al cabo soy el líder del escuadrón.
Análisis:
- Optativa A: Activar explosivos = Riesgo de destruir central + Acabar con un grueso de tropas de Zal.
- Optativa B: No activar = Central salvada + Riesgo que Zal ante la imposibilidad de toma la destruya (Variante informativa: “Brutos”) + Enfrentarnos a un ejército que nos supera en fuerzas en la base.
¿Vale la pena la sacrificar la central? Para evaluarlo hay que volver a contar:
Zilda: Centrales activas 4 – Posiciones de no disputa 6
Meln: Centrales activas 3 – Posiciones de no disputa 2
Balt: Centrales activas 5 – Posiciones de no disputa 1
Zal: Centrales activas 3 – Posiciones de no disputa 0
Sarka: Centrales activas 7 – Posiciones de no disputa 1
Totales:
Zilda: 4-10.
Meln: 3-5
Balt: 5-6
Zal: 3
Sarka: 7-8
Datos extra:
Zilda: Pérdida de efectivos por traición. Imposibilidad de toma efectiva de 3-6 posiciones de no disputa.
Zal: Ejército avanzando hacia la base de Zilda. Capaces de cruzar masas de agua.
- Detonen los explosivos cuando el ejército se encuentre sobre estos, no antes- ordeno y levanto la vista de la pantalla para mirar hacia la puerta abierta. Evito mirar al fulgor de la explosión. ¿Eso ha sido el C4? No… la puerta está mirando hacia el norte…
Uso la función de comunicador, probablemente esté coordinada con la base central y necesito su ayuda ahora mismo.
- Informe a “Base Central”: prepárense para combatir. El ejército de Zal ha sido medrado mediante el uso de explosivos C4. Sus fuerzas se componen aparentemente de soldados mutados especializados en combate cuerpo a cuerpo y bestias de batalla igualmente mejoradas. Su llegada significa la capacidad de estos para atravesar masas de agua, así que la huida es fútil. Preparen un barco pequeño y rápido para el acceso a las centrales marítimas cuando yo llegue, así como a un navegante que pueda conducirlo. Necesito la localización de cada uno de los integrantes de nuestra facción, y lo necesito YA – grito al aparato, quizás esto demuestre la rapidez con la que necesito los datos para elaborar la siguiente parte del plan, y quizás me informen de la localización de Beros ; seguro que él lleva androides consigo, y por lo tanto su posición queda comprometida gracias a la misma red de información que ha trazado.
Una araña que se encarga de tejer una tela y una araña más pequeña que la parasita… seguro que hay algún ejemplo biológico así en alguna parte del mundo.
OFF: Y lo hay, que lo vi ayer en un documental de la 2.
¿Y por qué no las habéis puesto un poco más lejos? ¿He trabajado yo con C4 en la vida? No.
Muy bien que Zilda no sea una nación bélica, pero llamar equipo especializado a estas personas es… un halago. Puede que sea mi fallo, al fin y al cabo soy el líder del escuadrón.
Análisis:
- Optativa A: Activar explosivos = Riesgo de destruir central + Acabar con un grueso de tropas de Zal.
- Optativa B: No activar = Central salvada + Riesgo que Zal ante la imposibilidad de toma la destruya (Variante informativa: “Brutos”) + Enfrentarnos a un ejército que nos supera en fuerzas en la base.
¿Vale la pena la sacrificar la central? Para evaluarlo hay que volver a contar:
Zilda: Centrales activas 4 – Posiciones de no disputa 6
Meln: Centrales activas 3 – Posiciones de no disputa 2
Balt: Centrales activas 5 – Posiciones de no disputa 1
Zal: Centrales activas 3 – Posiciones de no disputa 0
Sarka: Centrales activas 7 – Posiciones de no disputa 1
Totales:
Zilda: 4-10.
Meln: 3-5
Balt: 5-6
Zal: 3
Sarka: 7-8
Datos extra:
Zilda: Pérdida de efectivos por traición. Imposibilidad de toma efectiva de 3-6 posiciones de no disputa.
Zal: Ejército avanzando hacia la base de Zilda. Capaces de cruzar masas de agua.
- Detonen los explosivos cuando el ejército se encuentre sobre estos, no antes- ordeno y levanto la vista de la pantalla para mirar hacia la puerta abierta. Evito mirar al fulgor de la explosión. ¿Eso ha sido el C4? No… la puerta está mirando hacia el norte…
Uso la función de comunicador, probablemente esté coordinada con la base central y necesito su ayuda ahora mismo.
- Informe a “Base Central”: prepárense para combatir. El ejército de Zal ha sido medrado mediante el uso de explosivos C4. Sus fuerzas se componen aparentemente de soldados mutados especializados en combate cuerpo a cuerpo y bestias de batalla igualmente mejoradas. Su llegada significa la capacidad de estos para atravesar masas de agua, así que la huida es fútil. Preparen un barco pequeño y rápido para el acceso a las centrales marítimas cuando yo llegue, así como a un navegante que pueda conducirlo. Necesito la localización de cada uno de los integrantes de nuestra facción, y lo necesito YA – grito al aparato, quizás esto demuestre la rapidez con la que necesito los datos para elaborar la siguiente parte del plan, y quizás me informen de la localización de Beros ; seguro que él lleva androides consigo, y por lo tanto su posición queda comprometida gracias a la misma red de información que ha trazado.
Una araña que se encarga de tejer una tela y una araña más pequeña que la parasita… seguro que hay algún ejemplo biológico así en alguna parte del mundo.
OFF: Y lo hay, que lo vi ayer en un documental de la 2.
- Resumen Zilda Adam Aún montadito en el Walker (Ranger de Texas):
- Análisis de situación. Mandar activar el C4 cuando las tropas enemigas vayan por encima de él (no antes). Sorprenderme de la explosión “nucelar” del cuadrante que ha explotado pero razonar que no es debido al C4. Informar a la base para que se armen, para que preparen una lancha y ordenar que me den acceso a los datos de localizaciones de los integrantes de Zilda (Con grito incluido para que se den prisa y con suerte tener también la localización de Beros, con la intención de usar la red de espionaje integrada en los robots (que seguro que lleva alguno) para ver qué está haciendo.
Yoko Littner
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Yoko miró para todos lados confusa. Definitivamente habían llegado tarde a la reunión en la que se había formado hace poco. La gran tormenta indicaba que este era el punto exacto, pero por desgracia ya no quedaba nadie. La pelirroja ni se había inmutado en tocar el suelo. Lo mejor era seguir continuando hasta ver donde podían llegar. Siendo sinceros, ella no tenía ninguna gana de adentrarse a la guerra.
-Vaya... - Murmuró.
Estuvo un buen rato en el aire, pensando que hacer. Neo no aportaba ninguna solución así que quedaba en manos de ella. Por suerte estaban los dos juntos y no tendrían problema alguno en defenderse. O eso creía ella, de vez en cuando miraba de reojo a su compañero, el cual parecía ir muy cómodo.
Los cabellos dorados del arcángel se mecían suavemente con la brisa. Yoko recorrió un buen cacho hasta que vio a un rubio caerse hacia atrás. Este luchaba contra una especie ¿máquinas? No sabía muy bien que eran aquellas cosas, solo que el chico estaba en peligro y como buen ángel que era, tenía que ayudarlo.
Yoko voló hacia él, hasta tocar el suelo. Cuando aún estaba en el suelo se puso delante, esperó a que Neo bajase y luego se giró.
-¿Estás bien? - Inquirió sin quitarle el ojo de encima.
Yoko no regresó a su forma normal, por si debía golpear aquella cosa. Esperó a que se levantase el muchacho.
-Vaya... - Murmuró.
Estuvo un buen rato en el aire, pensando que hacer. Neo no aportaba ninguna solución así que quedaba en manos de ella. Por suerte estaban los dos juntos y no tendrían problema alguno en defenderse. O eso creía ella, de vez en cuando miraba de reojo a su compañero, el cual parecía ir muy cómodo.
Los cabellos dorados del arcángel se mecían suavemente con la brisa. Yoko recorrió un buen cacho hasta que vio a un rubio caerse hacia atrás. Este luchaba contra una especie ¿máquinas? No sabía muy bien que eran aquellas cosas, solo que el chico estaba en peligro y como buen ángel que era, tenía que ayudarlo.
Yoko voló hacia él, hasta tocar el suelo. Cuando aún estaba en el suelo se puso delante, esperó a que Neo bajase y luego se giró.
-¿Estás bien? - Inquirió sin quitarle el ojo de encima.
Yoko no regresó a su forma normal, por si debía golpear aquella cosa. Esperó a que se levantase el muchacho.
- Balt:
- -Quejarse de llegar tarde a la reunión.
-Seguir volando y ayudar a Osuka, que está cerca suya.
Silver
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No tardamos muchos en llegar hasta la base de Zilda. Al hacerlo, nos encontramos con las puertas cerradas, tal y como esperábamos. Pero lo que no esperábamos, al menos yo, es encontrarme a mí mismo custodiando la entrada, junto al propio Deathstroke. Teniendo en cuenta las cosas que había visto en Zilda, no debía extrañarme que fuesen capaces de algo así. Pero tenerme en frente a mí mismo, sabiendo que debo enfrentarme, me hizo dudar durante unos instantes. Me quedé completamente quieto, con la vista fija en aquellos ojos rojos, que parecían devolverme la mirada.
- ¿Qué cojones? - Pregunté al aire, sin poder reprimirme por la sorpresa.
Por mi mente pasaron varias opciones. ¿Sería cosa de un usuario?, ¿o sería otra extraña máquina? Similar a los autómatas que había visto en la ciudad. Fueran lo que fueran, he de reconocer que se trataba de un trabajo extraordinario. Cada detalle era exacto, al menos a simple vista.
”Me pregunto si peleará igual que yo”. Pensé intrigado, mientras notaba como la emoción iba invadiendo mi cuerpo. No todos los días tiene uno la oportunidad de enfrentarse a si mismo, y eso me resultaba extrañamente motivante.
Antes de que pudiese dar un paso, Krauser se adelantó al resto, lanzándose contra las dos copias a una velocidad difícil de seguir. Alcancé a oír varios disparos, justo antes de ver como desenfundaba un par de machetes y atacaba. Por mi parte, no iba a quedarme mirando, así que hice lo propio y eché a correr en la misma dirección. Cuando me encontrase a distancia suficiente de mi copia, lanzaría un puñetazo aprovechando el impulso de la carrera, saliendo disparado el puño derecho en la dirección del objetivo. La idea era golpearle de lleno justo tras el ataque de Krauser. Lo lograse o no, trataría de sujetarle y recoger la cadena para traerle hasta mi posición. Aprovechando la velocidad para descargar un golpe directo con la zurda en cuanto lo tuviese al alcance.
- ¿Qué cojones? - Pregunté al aire, sin poder reprimirme por la sorpresa.
Por mi mente pasaron varias opciones. ¿Sería cosa de un usuario?, ¿o sería otra extraña máquina? Similar a los autómatas que había visto en la ciudad. Fueran lo que fueran, he de reconocer que se trataba de un trabajo extraordinario. Cada detalle era exacto, al menos a simple vista.
”Me pregunto si peleará igual que yo”. Pensé intrigado, mientras notaba como la emoción iba invadiendo mi cuerpo. No todos los días tiene uno la oportunidad de enfrentarse a si mismo, y eso me resultaba extrañamente motivante.
Antes de que pudiese dar un paso, Krauser se adelantó al resto, lanzándose contra las dos copias a una velocidad difícil de seguir. Alcancé a oír varios disparos, justo antes de ver como desenfundaba un par de machetes y atacaba. Por mi parte, no iba a quedarme mirando, así que hice lo propio y eché a correr en la misma dirección. Cuando me encontrase a distancia suficiente de mi copia, lanzaría un puñetazo aprovechando el impulso de la carrera, saliendo disparado el puño derecho en la dirección del objetivo. La idea era golpearle de lleno justo tras el ataque de Krauser. Lo lograse o no, trataría de sujetarle y recoger la cadena para traerle hasta mi posición. Aprovechando la velocidad para descargar un golpe directo con la zurda en cuanto lo tuviese al alcance.
- Team Quimera:
- Llego junto al resto a la entrada de la base de Zilda. Tras el ataque inicial de Krauser, lanzo un puñetazo con el brazo ciborg a mi copia. El puño sale disparado y queda unido al resto del brazo por una cadena. Luego trato de sujetarle y traerlo hasta mi, para recibirlo con un segundo puñetazo.
Zack Suky
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No llevaba ni medio cigarro cuando un enorme fogonazo de luz me quedó como una polilla hipnotizada por una bombilla. Lo que fuese que hubiese provocado aquella explosión, o lo que cojones fuese, era impresionante. Me entraron unas ganas terribles de ir averiguar que era y que efecto había provocado en el terreno. Algún día me gustaría ser capaz de fabricar un artilugio con semejante poder, pero como ese día aún estaba muy lejos me conformaba con admirar la obra de otro, asique me dispuse a dirigirme a mi capitán e intentar suscitar su curiosidad infantil. Se le veía muy aburrido y ya se me ocurriría alguna forma de convencerlo, quizás Sarah pusiese algún reparo más... Aunque no tuve tiempo siquiera a intentarlo, ya que el pirata profirió una voz de aviso y salió disparado.
- Vamos pequeña, creo que al final el capi ha encontrado algo con lo que entretenernos - dije dirigiéndome a mi compañera mientras tiraba el cigarro y recogía mis cosas para seguir la dirección que había tomado el pirata.
Avancé rápidamente hasta llegar a un calle bastante transitada, en la cual se encontraban un chicho y una chica, ella bastante bonita, una especie de bicho de lo más asqueroso y Arribor en medio siendo el centro de atención. Como no.
- Veo que has encontrado algo de lo más peculiar capi, ¿qué quieres que hagamos, preparamos una cena u algo? - dije en tono sarcástico con una sonrisa de medio lado dibujada en mi rostro mientras sujetaba mi espada apoyada en el hombro y soltaba la pieza de metal en el suelo sin dejar de mirar a todos los presentes.
A aquellos tipos no los había visto en la reunión en la base de Sarka, por lo tanto serían enemigos o habitantes de la ciudad. Fuesen lo que fuesen no me iba a fiar de ellos, por lo que mantuve una actitud aún en alerta.
- Vamos pequeña, creo que al final el capi ha encontrado algo con lo que entretenernos - dije dirigiéndome a mi compañera mientras tiraba el cigarro y recogía mis cosas para seguir la dirección que había tomado el pirata.
Avancé rápidamente hasta llegar a un calle bastante transitada, en la cual se encontraban un chicho y una chica, ella bastante bonita, una especie de bicho de lo más asqueroso y Arribor en medio siendo el centro de atención. Como no.
- Veo que has encontrado algo de lo más peculiar capi, ¿qué quieres que hagamos, preparamos una cena u algo? - dije en tono sarcástico con una sonrisa de medio lado dibujada en mi rostro mientras sujetaba mi espada apoyada en el hombro y soltaba la pieza de metal en el suelo sin dejar de mirar a todos los presentes.
A aquellos tipos no los había visto en la reunión en la base de Sarka, por lo tanto serían enemigos o habitantes de la ciudad. Fuesen lo que fuesen no me iba a fiar de ellos, por lo que mantuve una actitud aún en alerta.
- Resumen Sarka:
- Flipar con la explosión de luz. Divagar y seguir a Arribor hacia donde se encuentran Tsang, Corinna y una mantis(?)
Worgulv
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El hombre ya tenía la gloria en sus manos, estaba a un paso de reunirse con todos sus ancestros y sus dioses, su sueño se había cumplido, hasta que despertó.
Worgulv se estrelló en el suelo, a escasos centímetros de su brazo, limpiamente amputado por el pretor, este aún conservaba sujeto el tubo maestro. Aun habiendo recibido un brutal golpe que tenía que haberle cortado por la mitad, como había sucedido con su brazo, el hombre solo había salido despedido por la fuerza del golpe, pero no tenía ningún rasguño en la zona del impacto, no sentía dolor alguno, ¨¨ ¿qué demonios estaba pasando? ¿Los dioses desean que siga mi lucha? ¨¨ Cuando alzo la mirada hacia el hombre bestia que ya se abalanzaba sobre él, ¨¨si, es la voluntad de los dioses¨¨ pensó con convicción, aunque se percató de que todo parecía moverse más despacio, o quizás solo era producto de su mente.
Cuando el hombre ya tenía su destino aceptado, esperando la última carga de Ruk alzando su hacha para terminar el viaje combatiendo como dictaban los dioses, la sangre del hombre bestia salpico la cara de Worgulv, el arma de su líder, Grum, había perforado a la gran mole, que dejo caer su hacha a un lado. El hombre se había salvado, pero eso no determinaba el final del combate, aunque impresionado por lo fortuito de su sino, el hombre ya se había lanzado a la batalla, aprovechando la carga para coger su brazo y atárselo a la cintura, sabía que los curanderos de la civilización podrían ayudarle con su percance.
A escasos metros de llegar donde se encontraban los pretores, Ruk atravesó con sus garras el pecho de Grum. El hombre observo atónito como los dos líderes caían al suelo heridos de muerte, eso lo complicaba todo, unas presencias primarias lo estaban rodeando, tenía que darse prisa, cualquier bestia primaria estaría de parte de Ruk, eso no mejoraba la esperanza de supervivencia de ambos, tenía que sacar a su líder de allí enseguida o moriría, pero no podía dejar que ese hombre bestia sobreviviese, era demasiado peligroso.
Sin previo un sonoro grito pareció afectar a las presencias primarias, alguien se acercaba, a escasos paso de Ruk, Worgulv se giró hacia un hombre con sombrero, que comunico sus intenciones de llevarse a Grum a un lugar seguro, no sabía si tendría la fuerza suficiente para mover siquiera la armadura de su líder. `` Cubre a Grum y procura que no muera, ambos le llevaremos a un lugar seguro´´ grito al recién llegado, por lo que él conocía, podría ser un enemigo, pero no le tocaba más que confiar en él si quería acabar con esto, el hombre descargo su hacha sobre la cabeza de Ruk, con toda la fuerza que le permitía el cuerpo en aquella situación y con toda su voluntad puesta en el golpe.
Tanto si había percances como si no, sacaría el hacha del cráneo del hombre bestia, y volaría raudo a sujetar con su único brazo a su pretor, pasando un brazo por su hombro y volar o correr, depende lo que le permitiese el peso de Grum hacia el grueso del ejercito de Sarka. Si el hombre comprobaba que la hemorragia era demasiada, cauterizaría la herida, o lo que pudiese con su hacha gélida `` ¿DONDE ESTÁN LOS CURANDEROS?´´ vociferaría el hombre al divisar a tropas aliadas.
Worgulv se estrelló en el suelo, a escasos centímetros de su brazo, limpiamente amputado por el pretor, este aún conservaba sujeto el tubo maestro. Aun habiendo recibido un brutal golpe que tenía que haberle cortado por la mitad, como había sucedido con su brazo, el hombre solo había salido despedido por la fuerza del golpe, pero no tenía ningún rasguño en la zona del impacto, no sentía dolor alguno, ¨¨ ¿qué demonios estaba pasando? ¿Los dioses desean que siga mi lucha? ¨¨ Cuando alzo la mirada hacia el hombre bestia que ya se abalanzaba sobre él, ¨¨si, es la voluntad de los dioses¨¨ pensó con convicción, aunque se percató de que todo parecía moverse más despacio, o quizás solo era producto de su mente.
Cuando el hombre ya tenía su destino aceptado, esperando la última carga de Ruk alzando su hacha para terminar el viaje combatiendo como dictaban los dioses, la sangre del hombre bestia salpico la cara de Worgulv, el arma de su líder, Grum, había perforado a la gran mole, que dejo caer su hacha a un lado. El hombre se había salvado, pero eso no determinaba el final del combate, aunque impresionado por lo fortuito de su sino, el hombre ya se había lanzado a la batalla, aprovechando la carga para coger su brazo y atárselo a la cintura, sabía que los curanderos de la civilización podrían ayudarle con su percance.
A escasos metros de llegar donde se encontraban los pretores, Ruk atravesó con sus garras el pecho de Grum. El hombre observo atónito como los dos líderes caían al suelo heridos de muerte, eso lo complicaba todo, unas presencias primarias lo estaban rodeando, tenía que darse prisa, cualquier bestia primaria estaría de parte de Ruk, eso no mejoraba la esperanza de supervivencia de ambos, tenía que sacar a su líder de allí enseguida o moriría, pero no podía dejar que ese hombre bestia sobreviviese, era demasiado peligroso.
Sin previo un sonoro grito pareció afectar a las presencias primarias, alguien se acercaba, a escasos paso de Ruk, Worgulv se giró hacia un hombre con sombrero, que comunico sus intenciones de llevarse a Grum a un lugar seguro, no sabía si tendría la fuerza suficiente para mover siquiera la armadura de su líder. `` Cubre a Grum y procura que no muera, ambos le llevaremos a un lugar seguro´´ grito al recién llegado, por lo que él conocía, podría ser un enemigo, pero no le tocaba más que confiar en él si quería acabar con esto, el hombre descargo su hacha sobre la cabeza de Ruk, con toda la fuerza que le permitía el cuerpo en aquella situación y con toda su voluntad puesta en el golpe.
Tanto si había percances como si no, sacaría el hacha del cráneo del hombre bestia, y volaría raudo a sujetar con su único brazo a su pretor, pasando un brazo por su hombro y volar o correr, depende lo que le permitiese el peso de Grum hacia el grueso del ejercito de Sarka. Si el hombre comprobaba que la hemorragia era demasiada, cauterizaría la herida, o lo que pudiese con su hacha gélida `` ¿DONDE ESTÁN LOS CURANDEROS?´´ vociferaría el hombre al divisar a tropas aliadas.
- Sarka:
- Uso de Haki de armadura lvl 1 para golpe de gracia
-Recoger miembro
-Solicitar apoyo a Kotaro para que cubra a Grum, mientras trato de rematar el combate y a Ruk
-Pase lo que pase, sacar al pretor de allí para que reciba asistencia, pidiendo ayuda a fuerzas aliadas
Ai Nanasaki
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Los nervios le recorrían cada poro de su cuerpo. La verdad, se estaba arrepintiendo un poco de hablarles. ”Hoy es el día donde tomo peores decisiones” – suspiró con calma mientras trataba de no salir corriendo de ellos. La sola idea de que todos la atacaran por sus palabras la carcomían por dentro. ¿Qué le responderían? Se quedó callada, con su haki mantra activado y dispuesta a luchar de ser necesario. Vio a unos cuantos detenerse y como se dirigían a ella. Tragó saliva nerviosa y esperó lo que sea que le iban a decir. Era esperable, totalmente, esperable su respuesta. De hecho, ni siquiera sabía por qué se había planteado el siquiera preguntarles. Solo se había metido en problemas… Otra vez. ¿Cuántos iban ya?
Analizó sus opciones: 1.- tratar de salir de ahí, sin luchar e ignorar el resto de palabras. 2.- seguirlos y buscar la forma de huir de ellos. 3.- luchar, estaban heridos y podía intentar hacer algo. De las tres opciones que logró establecer, solo le convencía una… La número dos. ¿Razón? Era la que menos riesgo conllevaba. Quizá no le creerían, pero era su mejor oportunidad. ”En cuanto tenga una apertura, huiré de aquí.” – se quedó callada mientras desviaba la mirada de todos los que la miraban más por nervios que por otra cosa. Retrocedió un par de pasos.
– Lo siento… – dijo mientras agachaba la cabeza. – Solo tuve un poco de miedo, pero tienen razón – los miró de forma determinada. – Si me permiten, los escoltaré a la base. No creo que estén en las condiciones para defenderse – su tono no sonó arrogante, lo que menos quería era caerles mal. – O… Si tienen alguna instrucción por parte de la pretora, con gusto la cumpliré. Ustedes deciden. – Les dijo tratando de sonar convincente. ¿Le creerían? Estaba preparada para todos los posibles escenarios. Si tenían alguna orden de Ballarad, sería perfecto… Así tendría una excusa para largarse de ahí y dejarlos.
Analizó sus opciones: 1.- tratar de salir de ahí, sin luchar e ignorar el resto de palabras. 2.- seguirlos y buscar la forma de huir de ellos. 3.- luchar, estaban heridos y podía intentar hacer algo. De las tres opciones que logró establecer, solo le convencía una… La número dos. ¿Razón? Era la que menos riesgo conllevaba. Quizá no le creerían, pero era su mejor oportunidad. ”En cuanto tenga una apertura, huiré de aquí.” – se quedó callada mientras desviaba la mirada de todos los que la miraban más por nervios que por otra cosa. Retrocedió un par de pasos.
– Lo siento… – dijo mientras agachaba la cabeza. – Solo tuve un poco de miedo, pero tienen razón – los miró de forma determinada. – Si me permiten, los escoltaré a la base. No creo que estén en las condiciones para defenderse – su tono no sonó arrogante, lo que menos quería era caerles mal. – O… Si tienen alguna instrucción por parte de la pretora, con gusto la cumpliré. Ustedes deciden. – Les dijo tratando de sonar convincente. ¿Le creerían? Estaba preparada para todos los posibles escenarios. Si tenían alguna orden de Ballarad, sería perfecto… Así tendría una excusa para largarse de ahí y dejarlos.
- Balt N5:
- Dudar un poco, analizar sus opciones. Disculparse y tratar de sonar convincente al hablar con ellos. Quedar atenta a todo, con su mantra activado por si las moscas.
Sarah Foxxx
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Cuando parecía que el zorro se iba a aburrir de estar allí subido, dio un grito de aviso, había visto algo interesante, una pareja de personas, y un extraño bicho, del cual no me había percatado en ningún momento. Estaba absorta observándole, sin saber muy bien lo que iba a hacer ese loco.
-De acuerdo, pues vamos entonces -dije cuando ya se había ido echando leches. ``No sabe esperar, siempre tiene que ser el primero en todo´´ -pensé para mí cuando lo vi salir de esa forma, cayendo sobre el tejado de una casa, puse los ojos en blanco, y miré de reojo a Zack, que me miraba casi igual que yo a él.
Este tiró el cigarrillo que estaba fumando, y de la misma manera, salimos detrás de él. Miraba a Arribor que se estaba alejando de nosotros, a una marcha imponente. Zack y yo siempre nos acabábamos quedando detrás de él, pues siempre hace lo imposible por ser el primero en todo.
-Es increíble, parece que siempre tiene que ser el primero en todo, no sabe esperar, y encima se larga sin nosotros, no sé ni para que nos necesita -dije frustrada, mientras corría hacía la escena, pues debíamos llegar junto a él, lo antes posible. Avanzamos ambos hasta acercarnos a Arribor y las dos personas, en cuanto llegamos, agarré con mi mano derecha el Bö, y me puse detrás de Arribor y Zack, prefería estar en la retaguardia, no me fiaba en absoluto de los presentes, y el otro bicho aún me daba menos confianza. Eran una mujer, y un hombre… peculiar digamos, pues era un poco extraña su piel, y sus facciones, aunque se me hacía conocido.
-Bueno, creo que ya estamos todos, ¿empezamos la merienda?, ¿o falta algún damiselo tardío? -dije haciendo una broma, pues el señor Zack también usó lo que se llama ironía. Ambos éramos parecidos en eso, solíamos hacer bromas, y nos gustaba vacilar e ironizar las cosas. Tal para cual.
-De acuerdo, pues vamos entonces -dije cuando ya se había ido echando leches. ``No sabe esperar, siempre tiene que ser el primero en todo´´ -pensé para mí cuando lo vi salir de esa forma, cayendo sobre el tejado de una casa, puse los ojos en blanco, y miré de reojo a Zack, que me miraba casi igual que yo a él.
Este tiró el cigarrillo que estaba fumando, y de la misma manera, salimos detrás de él. Miraba a Arribor que se estaba alejando de nosotros, a una marcha imponente. Zack y yo siempre nos acabábamos quedando detrás de él, pues siempre hace lo imposible por ser el primero en todo.
-Es increíble, parece que siempre tiene que ser el primero en todo, no sabe esperar, y encima se larga sin nosotros, no sé ni para que nos necesita -dije frustrada, mientras corría hacía la escena, pues debíamos llegar junto a él, lo antes posible. Avanzamos ambos hasta acercarnos a Arribor y las dos personas, en cuanto llegamos, agarré con mi mano derecha el Bö, y me puse detrás de Arribor y Zack, prefería estar en la retaguardia, no me fiaba en absoluto de los presentes, y el otro bicho aún me daba menos confianza. Eran una mujer, y un hombre… peculiar digamos, pues era un poco extraña su piel, y sus facciones, aunque se me hacía conocido.
-Bueno, creo que ya estamos todos, ¿empezamos la merienda?, ¿o falta algún damiselo tardío? -dije haciendo una broma, pues el señor Zack también usó lo que se llama ironía. Ambos éramos parecidos en eso, solíamos hacer bromas, y nos gustaba vacilar e ironizar las cosas. Tal para cual.
- Sarah (Sarka):
- Poner de vuelta y media a Arribor por no esperarnos, hablar con Zack, salir corriendo en dirección a Arribor, y vacilar un poco con todos los presentes
Maki
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Sonrisas se cayó al suelo bajo el peso de su amistad. Incluso se puso a llorar, conmovido y emocionado. Maki le ayudó a levantarse cuando se lo pidió y volvió a pedir amablemente a los escarabajos que se apartasen. Pero ninguno de los dos le hizo el menor caso y a punto estuvieron de aplastarle. El gyojin tuvo que tirarse al suelo a toda prisa para evitar que los enormes insectos rodasen por encima de él y le hiciesen puré. Y lo peor era que seguían en medio y no podía seguir a Molly.
¿Qué podía hacer ahora? Esos dos bichos no parecían atender a razones y no dejaban de mostrarse su simpatía a golpes. Pero, después de tanto pelearse, ¿cómo podían no hacerse daño? Él sí se había hecho un poco de daño cuando le había tirado al suelo. ¿Cómo podía ser tan egoístas?
-¿Podéis apartaros, chicos? -volvió a repetir. Intentaba ser amable, pero eso no tenía ningún efecto. Seguían sin hacerle caso. En ese momento algo hizo click dentro de él.
El antiguo Maki habría seguido siendo paciente; el antiguo Maki habría intentado pasar por su lado sin molestar para así poder seguir al escurridizo molusco; el antiguo Maki no habría sido agresivo ni violento. Pero el antiguo Maki se había quedado en la cárcel. La prisión de los monstruos le había cambiado, le había vuelto duro y había retorcido los cables de su cabeza hasta convertirle en algo distinto. El Augustus presidiario acababa de tomar el control del cuerpo del gyojin y ya no había forma de pararlo.
-¡Quitaos de en medio ya! -exclamó Maki al mismo tiempo que propinaba un violento puñetazo a cada escarabajo. Todo para poder seguir a Molly por motivos que ya se le habían olvidado.
- Zal:
- Aparece el "Maki ex-presidiario" y golpea a los escarabajos para que se quiten.
Ichizake
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Gerald se topó con un curioso espectáculo. La susodicha bruja no era más que la tal Galia, la amable revolucionaria que tenía de bruja lo mismo que él de pingüino. Pero aparentemente nadie se lo había dicho al grupo de gente que parecía vivir bajo tierra por alguna razón y que la acosaba a ella y a su compañero. ¿No había nadie normal en Síderos?
-Gracias por tu ayuda. Espero que continuemos en contacto después de salir de esta isla del demonio y terminar con estos capullos -le dijo Galia.
-Será un placer -respondió Gerald, no especialmente sincero.
De repente, un frío brutal se apoderó del entorno. Era como si la temperatura hubiese decidido bajar todo lo posible repentinamente. ¿Había sido cosa de los pueblerinos violentos? No, alguien con ese poder no llamaría bruja a nadie. Pensándolo bien, Galia no parecía afectada por el extraño frío. "Quizás sea una bruja realmente", se dijo a sí mismo.
Tuvo que hacer un enorme esfuerzo para que los dientes no le castañetearan, pero no pudo evitar que las manos le temblasen. No podía pelear así, y retroceder no era tampoco una opción. No pensaba mostrarse débil ante nadie. Decidió que lo mejor que podía hacer era ocuparse él mismo de acabar con la turba antes de congelarse.
-Dejad ya el frío, señorita -dijo rápidamente. El aliento se le convertía en un denso vaho blanco-. Ya no será necesario.
Gerald soltó las riendas de su mente y ésta se extendió como oscuros tentáculos hasta la airada multitud. Sus poderes se manifestaron de inmediato. Tanto su imagen como la de Ryuken y Galia desaparecerían para todos los pueblerinos, como si se hubiesen desvanecido. En su lugar los verían justo a su espalda. Si no eran estúpidos, atacarían a las falsas imágenes y les dejarían en paz a ellos. Quizás así pudiesen salir de una vez de ese maldito agujero en el suelo.
- Meln:
- Pelarse de frío (maldita Galia xD) - Usar sus poderes para poner fin a la lucha antes de que se le congele el alma - Hacer que la imagen de los tres desaparezca de las mentes de los pueblerinos y aparezca justo detrás de ellos, de forma que la turba vaya a atacar en la otra dirección y Gerald y cia puedan irse tranquilamente
Osuka Sumisu
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Equipado con el afilado guante de Krauser, activo su Kikansha mõdo para coger más velocidad para cargar contra aquella máquina, que más que verlo como un peligro, lo veía como un desafío muy divertido con el que por fin se estrenaría en aquella guerra.
Corrió contra la bestia de metal mientras tarareaba el estribillo del séptimo de caballería e hizo aparecer columnas de piedra bajo sus pies que le sirvieran de escaleras para ponerse a la altura del robot. Recubrió su brazo derecho con haki, volviéndolo negro, en el aire mientras su torso casi giraba 180 grados.
- Broken Walls, Obsidian Hammer!-. Grito antes de soltar el golpe.
El impacto pareció retumbar tanto al revolucionario como a la máquina, que parecía a punto de caer al suelo. Antes de poder hacer siquiera una mueca de victoria, una onda cortante corto la cabeza del robot, que acto seguido explotó lanzando al demonio plateado a la distancia.
Si se hubiese grabado la escena en cámara lenta, se podría ver como Osu decía algo mientras volaba.- ME-CA-GO-EN-EL-IM-BE-CIL-DEL-TA-JO-DE-MIER-DA…
Tras aterrizar de espaldas, se quedó unos instantes en el suelo, ya que las heridas que le había provocado la explosión no habían sido moco de pavo. Creio darse un golpe en la cabeza, o directamente que ya estaba muerto, porque una belleza de cabellos dorados y alas angelicales se acercó a él.
- Madre mía, como las demás ángeles sean como tú, a uno le da gusto morirse.- comentó, alabando el aspecto de aquella mujer.
De repente, pareció espabilarse debido a que la máquina hacía ruido para poder levantarse. El revolucionario posó la mano sobre el suelo, para alterar lo suficiente la superficie bajo los pies de la máquina y hundirlo lo suficiente como para possiblemente inmovilizar las extremidades del robot. Especialmente las articulaciones, que Osuka sabía lo suficiente de mecanica como para saber que si las articulaciones estaban atascadas, sería casi imposible moverse.
- Hazme un favor y no te muevas, cacharro del demonio.- Se giró y miro de frente a la señorita.- Gracias, si no llegas a espabilarme ese trasto me hubiera jodido bien.
Corrió contra la bestia de metal mientras tarareaba el estribillo del séptimo de caballería e hizo aparecer columnas de piedra bajo sus pies que le sirvieran de escaleras para ponerse a la altura del robot. Recubrió su brazo derecho con haki, volviéndolo negro, en el aire mientras su torso casi giraba 180 grados.
- Broken Walls, Obsidian Hammer!-. Grito antes de soltar el golpe.
El impacto pareció retumbar tanto al revolucionario como a la máquina, que parecía a punto de caer al suelo. Antes de poder hacer siquiera una mueca de victoria, una onda cortante corto la cabeza del robot, que acto seguido explotó lanzando al demonio plateado a la distancia.
Si se hubiese grabado la escena en cámara lenta, se podría ver como Osu decía algo mientras volaba.- ME-CA-GO-EN-EL-IM-BE-CIL-DEL-TA-JO-DE-MIER-DA…
Tras aterrizar de espaldas, se quedó unos instantes en el suelo, ya que las heridas que le había provocado la explosión no habían sido moco de pavo. Creio darse un golpe en la cabeza, o directamente que ya estaba muerto, porque una belleza de cabellos dorados y alas angelicales se acercó a él.
- Madre mía, como las demás ángeles sean como tú, a uno le da gusto morirse.- comentó, alabando el aspecto de aquella mujer.
De repente, pareció espabilarse debido a que la máquina hacía ruido para poder levantarse. El revolucionario posó la mano sobre el suelo, para alterar lo suficiente la superficie bajo los pies de la máquina y hundirlo lo suficiente como para possiblemente inmovilizar las extremidades del robot. Especialmente las articulaciones, que Osuka sabía lo suficiente de mecanica como para saber que si las articulaciones estaban atascadas, sería casi imposible moverse.
- Hazme un favor y no te muevas, cacharro del demonio.- Se giró y miro de frente a la señorita.- Gracias, si no llegas a espabilarme ese trasto me hubiera jodido bien.
- Equipo Quimera, T13:
- Tecnicas usadas(Para constancia del daño que recibe el robot):
Kikansha mōdo[MANUAL DE CANALIZACIÓN DE ESPÍRITU]: Canalizando su energia, Osu consigue augmentar sus niveles de adrenalina en sangre. De esta manera su sentido de la vista augmenta significativamente y su cuerpo augmenta en agilidad, reflejos y velocidad.
Broken Walls + Haki Armadura Desarrollado (Le he llamado Obsidian Hammer porque suena a algo chulo :yao:):El usuario utiliza gran cantidad de energía en el puño derecho, mientras el torso gira casi 180º, para conseguir un gran impulso para lograr un golpe preciso y perforante (La potencia de este seria cinco veces mas que un puñetazo corriente del personaje). Es una técnica perfecta para acabar con enemigos que portan armadura pesada o escudos
Acciones:
- Utilizar la Ishi Ishi para modificar el suelo debajo del robot para inundarlo e asi intentar inmovilizarlo.
- Darle las gracias a Yoko y hacerle mucho la rosca(?)
Ivan Markov
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Vaya, la otra no sólo no se había visto afectada por su hipnosis, sino que además tenía malas pulgas. Por precaución centró su mantra en ella para tratar de percibir su nivel de poder, pero no percibió nada fuera de lo corriente. Destacaba por encima de las personas normales, pero era mucho más débil que él. En cuanto a la rubia, su presencia era casi desdeñable, tanto que se preguntó qué haría una mujer como ella en una guerra. ¿Sería una simple civil? Algo aburrido, comenzó a rebuscar entre las cosas que había en la estancia... ¿qué clase de lugar sería aquel? Comenzó a plantearse comérselas, pero la verdad es que no merecían la pena el esfuerzo. Le apetecía una presa digna y no tenía tanta hambre como para rebajarse a ir a lo fácil. Sin embargo... sí que le apetecía divertirse. Encontró un pequeño cofre de madera cerrado con candado, escondido en un hueco de la pared tras un montón de libros.
- Creo que he encontrado algo interesante - comentó.
Si la otra chica se giraba al escucharle hablar, aprovecharía para mirara a los ojos e hipnotizarla. Si no era el caso, se centraría en el cofre. No le costó arrancar la cerradura, destrozando parte del propio recipiente. Lo abrió con impaciencia, encontrándose con un cilindro metálico con un émbolo en un extremo y un cono cubriendo el otro. El émbolo tenía un seguro para evitar ser pulsado accidentalmente. "¿Una jeringuilla?" pensó, observando el aparato. Le quitó el cono y desveló una fina aguja plateada. Efectivamente... ¿para qué serviría? Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras una idea iba tomando forma en su mente. Podía probarla con la rubia, a ver qué ocurría. ¿Qué podía perder? Se aproximó a ella y le tendió el aparato.
- Deberías usar esto en ti misma. Es un suero muy beneficioso para la salud. En las guerras no es extraño que la gente enferme, así que... esto podría venirte muy bien.
Usó su mejor tono para intentar convencerla, y una vez hubiese cogido el aparato retrocedería un par de pasos. Si la otra intentaba intervenir, esta vez se aseguraría de hipnotizarla apareciendo frente a ella con su prodigiosa velocidad de vampiro y mirándola directamente a los ojos. Una vez hipnotizada, la convencería de que no tenía nada que temer, que aquello era bueno para su amiga y que podía seguir con sus asuntos. Mientras tanto, observaría con curiosidad los efectos de la jeringuilla en el cuerpo de la chica.
- Creo que he encontrado algo interesante - comentó.
Si la otra chica se giraba al escucharle hablar, aprovecharía para mirara a los ojos e hipnotizarla. Si no era el caso, se centraría en el cofre. No le costó arrancar la cerradura, destrozando parte del propio recipiente. Lo abrió con impaciencia, encontrándose con un cilindro metálico con un émbolo en un extremo y un cono cubriendo el otro. El émbolo tenía un seguro para evitar ser pulsado accidentalmente. "¿Una jeringuilla?" pensó, observando el aparato. Le quitó el cono y desveló una fina aguja plateada. Efectivamente... ¿para qué serviría? Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras una idea iba tomando forma en su mente. Podía probarla con la rubia, a ver qué ocurría. ¿Qué podía perder? Se aproximó a ella y le tendió el aparato.
- Deberías usar esto en ti misma. Es un suero muy beneficioso para la salud. En las guerras no es extraño que la gente enferme, así que... esto podría venirte muy bien.
Usó su mejor tono para intentar convencerla, y una vez hubiese cogido el aparato retrocedería un par de pasos. Si la otra intentaba intervenir, esta vez se aseguraría de hipnotizarla apareciendo frente a ella con su prodigiosa velocidad de vampiro y mirándola directamente a los ojos. Una vez hipnotizada, la convencería de que no tenía nada que temer, que aquello era bueno para su amiga y que podía seguir con sus asuntos. Mientras tanto, observaría con curiosidad los efectos de la jeringuilla en el cuerpo de la chica.
- Zal:
- - Tratar de hipnotizar también a Gera y darle a Dafne una jeringuilla que me he encontrado aprovechando la hipnosis para convencerla de que es buena idea que se la inyecte.
PD: La jeringuilla es el premio de lotería de Dafne. Ya lo hemos hablado por privado y tenemos el permiso de uno de los encargados del capítulo.
Roland von Klauswitz
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En cuanto Yoai empezó a hablar, Kodama se dio cuenta del grave error que habían cometido. Realmente no era más que una niña, incluso para los estándares de edad humanos. La chica comenzó a llorar desconsoladamente y el Roble no tuvo más remedio que bajar las armas. A pesar de que algunos dijeran que no era más que una planta insensible, nada más lejos de la realidad. ¿Cómo iba a pelear con una chiquilla? Y seguramente el resto de los allí presentes pensaría igual. ¿Cómo no iban a hacerlo?
Fue entonces cuando apareció alguien más. Por alguna razón no dejaba de llegar más y más gente. El desconocido atacó a la joven pretora sin piedad, mas fue un marine quien detuvo el ataque y la protegió. Increíblemente, el teniente comandante Gusi, como se hacía llamar, decidió detener por su cuenta a la niña. ¿Acaso estaba loco? No solo iba a detener a una niña sino que iba a ignorar a todos los oficiales que tenía delante. Por desgracia, el atacante salió de allí antes de que pudieran derribarle del cielo.
Pero quizás fuese buena idea ponerla bajo custodia y aclarar las cosas con más calma. De hecho, deberían hacer lo mismo con todos los pretores; sería una forma rápida de poner fin a la guerra.
-Vice-almirante -Kodama se dirigía al hombre rubio, el tal Xemnas, que había resultado herido-, ¿necesitas que te eche un vistazo? -No parecía que estuviese muy mal, ya que algo le había protegido en parte del disparo accidental de su compañero, pero era su deber como médico asegurarse-. Y tú estate tranquila, niña. Nosotros somos los buenos.
- Balt:
- Demostrar que Kodama no es insensible. En realidad no hago nada relevante
Aki D. Arlia
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Ah, que hambre tenía. Debería haber cogido algo más antes de salir hacia Encuentro. Ojalá tuviera una chocolatina, o helado o melón. Algo dulce... ¿Hm? Volví al presente en un instante y miré confusa a mi alrededor. Había estado divagando, a saber por cuanto tiempo. ¿Desde cuando tenía una oveja en el regazo? Las palabras del chico de la moto llegaron a mi cabeza como un eco lejano, todavía no las había asimilado. El animal era adorable y olía a algodón de azúcar. Sonreí y lo seguí acariciando. Fluffle, qué extraño nombre.
Un sonido me sacó de mis cavilaciones. Espera, ¿Cuándo habíamos cambiado de dirección? Fruncí el ceño, suspicaz. Seguro que alguien había vuelto a equivocarse de camino. Estaba gafada, no había duda. Teníamos una especie de drones a nuestro alrededor, debíamos de estar acercándonos a nuestro objetivo. Dejando a la oveja a salvo en el lomo del dragón, me puse en pie y lancé dos ráfagas de ondas cortantes envueltas en haki hacia las máquinas. Eso con suerte debería bastar para detenerlos. Sin embargo, por mera precaución agarré de mi liga dos de los cuchillos arrojadizos que siempre llevaba y los mantuve en la mano, lista para lanzarlos si era necesario.
Me giré hacia la chica que nos acompañaba con una sonrisa:
- ¿Espera, estás chantajeando a un dragón con sexo salvaje? Me caes bien, sin duda. Y yo que pensaba que solo eras una pervertida. Pero pervertida y orgullosa es una combinación todavía mejor.
Un sonido me sacó de mis cavilaciones. Espera, ¿Cuándo habíamos cambiado de dirección? Fruncí el ceño, suspicaz. Seguro que alguien había vuelto a equivocarse de camino. Estaba gafada, no había duda. Teníamos una especie de drones a nuestro alrededor, debíamos de estar acercándonos a nuestro objetivo. Dejando a la oveja a salvo en el lomo del dragón, me puse en pie y lancé dos ráfagas de ondas cortantes envueltas en haki hacia las máquinas. Eso con suerte debería bastar para detenerlos. Sin embargo, por mera precaución agarré de mi liga dos de los cuchillos arrojadizos que siempre llevaba y los mantuve en la mano, lista para lanzarlos si era necesario.
Me giré hacia la chica que nos acompañaba con una sonrisa:
- ¿Espera, estás chantajeando a un dragón con sexo salvaje? Me caes bien, sin duda. Y yo que pensaba que solo eras una pervertida. Pero pervertida y orgullosa es una combinación todavía mejor.
- Team Dragon, bitch. :
- Lanzar ondas cortantes con haki a los drones, acariciar a Fluffle y halagar a la chica.
Rylanor
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Frunció el ceño y apretó los dientes. Manteniendo a duras penas el control de sí mismo, alzó el brazo derecho al cielo y un torrente de llamas rojizas salió de este de golpe, liberando todo el Fuego del Averno que había absorbido. Al instante notó cómo aquella ira homicida desaparecía, sustituida por un ligero cansancio. Las palabras de la pretora eran tristemente ciertas; no tenía motivos para atacar a aquella mujer. Nada salvo la palabra de un pirata, que ni siquiera la había señalado directamente como la responsable de aquello. Beros había asumido haber cometido los crímenes de los que le acusaba Dexter, e incluso había intentado justificarlos, pero Ballarad los negaba de plano. No podía atacarla sin más sin pruebas de peso, pero... no se fiaba de ella. Había algo en aquella mujer que lo ponía de los nervios. Con un gruñido y las llamas aún cubriendo su torso y piernas para no exponer su desnudez, se acercó a la caja de azúcar que había formado Jack y la partió de un puñetazo. Algunos de los cristales le hicieron dolorosos cortes en la piel, pero ignorándolos recuperó su mochila y se la puso a la espalda.
- Recúbreme.
La armadura volvió a desplegarse cubriendo su cuerpo de nuevo, escondiendo su desnudez. Entonces se acercó a la mujer de nuevo. No podía dejarla irse sin más... pero tampoco podía arrestarla. No tenía autoridad ni legal ni moral para ello. Así que... tendría que recurrir a otros métodos. Con el ceño fruncido y tragándose su orgullo, le dedicó una inclinación de cabeza y dijo:
- Disculpad mis palabras de antes, pretora Ballarad. Mucho me temo que el fervor de la batalla hizo que la sangre se me subiera a la cabeza. Dicho esto, si de verdad no tiene nada que ocultar debo pedirle que me deje acompañarla como observador neutral. En caso de que decida que vuestra persona es realmente la indicada para sacar a su pueblo de las penurias a las que se haya sometido, enviaré un informe favorable al Gobierno Mundial. Muchos de nuestros hombres ya se han sumado voluntariamente a su causa, pero creo que además mi aportación podría ayudar a sentar las bases de una relación sana. Oh, disculpad mis modales. Vicealmirante Kai Puño Rojo, de la Marina del Gobierno Mundial.
Si aceptaba, la seguiría volando manteniendo las distancias. Si no... ya decidiría qué hacer en función a su respuesta. En ambos casos, llamaría a Dexter en cuanto estuviese lo bastante alejado como para que Ballarad no pudiera escuchar la conversación. Quería saber qué estaba ocurriendo en otros lado y su opinión de todo aquel asunto.
- Dexter, Yoai está siendo arrestada en este momento por compañeros míos de la Marina. Además he intercambiado unas palabras con la pretora de Balt, Ballarad, y se ha declarado inocente de haber conspirado para iniciar la guerra. ¿Cómo va el asunto en otros lado, y cómo deberíamos proceder? Me he ofrecido como observador neutral para vigilar a Balt, en todo caso. No me fío de esta mujer, pero no tengo motivos para atacarla sin más.
- Recúbreme.
La armadura volvió a desplegarse cubriendo su cuerpo de nuevo, escondiendo su desnudez. Entonces se acercó a la mujer de nuevo. No podía dejarla irse sin más... pero tampoco podía arrestarla. No tenía autoridad ni legal ni moral para ello. Así que... tendría que recurrir a otros métodos. Con el ceño fruncido y tragándose su orgullo, le dedicó una inclinación de cabeza y dijo:
- Disculpad mis palabras de antes, pretora Ballarad. Mucho me temo que el fervor de la batalla hizo que la sangre se me subiera a la cabeza. Dicho esto, si de verdad no tiene nada que ocultar debo pedirle que me deje acompañarla como observador neutral. En caso de que decida que vuestra persona es realmente la indicada para sacar a su pueblo de las penurias a las que se haya sometido, enviaré un informe favorable al Gobierno Mundial. Muchos de nuestros hombres ya se han sumado voluntariamente a su causa, pero creo que además mi aportación podría ayudar a sentar las bases de una relación sana. Oh, disculpad mis modales. Vicealmirante Kai Puño Rojo, de la Marina del Gobierno Mundial.
Si aceptaba, la seguiría volando manteniendo las distancias. Si no... ya decidiría qué hacer en función a su respuesta. En ambos casos, llamaría a Dexter en cuanto estuviese lo bastante alejado como para que Ballarad no pudiera escuchar la conversación. Quería saber qué estaba ocurriendo en otros lado y su opinión de todo aquel asunto.
- Dexter, Yoai está siendo arrestada en este momento por compañeros míos de la Marina. Además he intercambiado unas palabras con la pretora de Balt, Ballarad, y se ha declarado inocente de haber conspirado para iniciar la guerra. ¿Cómo va el asunto en otros lado, y cómo deberíamos proceder? Me he ofrecido como observador neutral para vigilar a Balt, en todo caso. No me fío de esta mujer, pero no tengo motivos para atacarla sin más.
- Orden de los gatetetes:
- - Liberar la mala hostia de una llamarada.
- Ponerme la armadura.
- Ofrecerme como observador neutral de Balt.
- Llamar a Dexter.
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La sonrisa del pirata se ensanchó. A sus pies, las tropas de Zal morían entre agónicos aullidos de dolor. Algunos, los que no habían retrocedido y entrado en la zona bombardeada, continuaban luchando con todo lo que les quedaba. "Hay gente demasiado estúpida como para saber cuándo rendirse. Bien, les daré la muerte que tanto ansían." Entonces Ban se le acercó por el aire, preguntándole qué harían a continuación y mencionando algo de una explosión. Al mirar en la dirección que le indicaba su subordinado, vio un destello en el horizonte. Ahora que lo decía había escuchado el estruendo, pero si bien impactante, llevaban todo el rato escuchando el rugir de la artillería de Sarka. Y el disparo de FRANCIS tampoco se había quedado atrás. Sin embargo debía decir que no le hubiese gustado estar en el lugar donde se había producido aquel estallido.
- Ahora es cuando limpiamos los restos, Ban. Aún queda escoria de Zal viva.
Iba a lanzarse al campo de batalla, cuando se fijó en una escena impresionante: ambos pretores tirados en el suelo, mientras un hombre rubio llamaba a gritos a un curandero. Frunció el ceño. Aquello podía ser un problema... Grum había prometido venderle sus armas, pero no sabía su su sucesor lo hacía. Era más, si lo ayudaba era probable que se convirtiera en un héroe de guerra y fuese recompensado por ello. Bien, le tocaba cambiar de planes.
- Mejor pensado... encárgate tú de ellos. Yo tengo otros asuntos más urgentes.
Rápidamente echó a volar hacia las tropas de Sarka, gritando: "¡Necesito un médico! ¡El pretor está herido!"[/i] En el momento en que localizase a uno, le indicaría que lo llevaría junto al pretor, y tras agarrarlo se lo llevaría volando hacia el lugar. Estaban en una guerra, malo sería que no encontrase a un médico de campaña. La pregunta era si llegaría a tiempo para salvar la vida de Grum.
- Ahora es cuando limpiamos los restos, Ban. Aún queda escoria de Zal viva.
Iba a lanzarse al campo de batalla, cuando se fijó en una escena impresionante: ambos pretores tirados en el suelo, mientras un hombre rubio llamaba a gritos a un curandero. Frunció el ceño. Aquello podía ser un problema... Grum había prometido venderle sus armas, pero no sabía su su sucesor lo hacía. Era más, si lo ayudaba era probable que se convirtiera en un héroe de guerra y fuese recompensado por ello. Bien, le tocaba cambiar de planes.
- Mejor pensado... encárgate tú de ellos. Yo tengo otros asuntos más urgentes.
Rápidamente echó a volar hacia las tropas de Sarka, gritando: "¡Necesito un médico! ¡El pretor está herido!"[/i] En el momento en que localizase a uno, le indicaría que lo llevaría junto al pretor, y tras agarrarlo se lo llevaría volando hacia el lugar. Estaban en una guerra, malo sería que no encontrase a un médico de campaña. La pregunta era si llegaría a tiempo para salvar la vida de Grum.
- Sarka:
- - Buscar un médico y (de encontrarlo) llevarlo volando junto a Grum.
Dafne
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Parecía que la guerra llegaría tarde o temprano hasta nuestras puertas, y el tiempo era algo que escaseaba últimamente. Centrada en buscar medicinas e intentar ser de utilidad para la guerra , no lograba ver el auténtico enemigo justo entre nuestras propias filas.
Aquel caballero se comportaba de una forma muy agradable para mi, no me molestaba en absoluto, es más, lo consideraba como un aliado más en aquella estancia. Ahora solo podía ver como destruía el candado de un cofre y sacaba de el una pequeña jeringuilla, mientras que una sonrisa se esbozaba en su cara.¿Estaría feliz? No tenía ni idea, pero la sensación de seguridad no me abandonó en ningún momento.
-Señor debemos darnos prisa, todos, la guerra pronto llegará aquí, deberíamos ir al centro, seríamos de mayor utilidad ¿no creen?
En aquel momento, el caballero me ofreció que me pusiera aquella jeringuilla, que básicamente, me haría un bien terrible para poder defenderme contra cualquier tipo de enfermedad que pudiera coger en la guerra. Que persona tan amable.
Asi que sonriente, me pinché la jeringuilla en el brazo e introduje todo el suero que había dentro de una tacada, para luego dejar la jeringuilla vacía sobre la mesa.
Me empecé a encontrar algo mareada, como si de un poderosa resaca saliera, mi cabeza me empezó a dar vueltas y vueltas haciendo que mi cuerpo flaqueara y tuviera que apoyarse contra la mesa.
-Uff, esa vacuna es muy fuerte señor, pero menos mal que se ha preocupado por mi salud- Dije aguantándome en la mesa con mis brazos para evitar caer- Me siento algo mareada, pero creo que se me pasará.
Me acerqué al grifo del laboratorio , lo abrí y traté de mojarme un poco la cara con agua fría para espabilar.
Aquel caballero se comportaba de una forma muy agradable para mi, no me molestaba en absoluto, es más, lo consideraba como un aliado más en aquella estancia. Ahora solo podía ver como destruía el candado de un cofre y sacaba de el una pequeña jeringuilla, mientras que una sonrisa se esbozaba en su cara.¿Estaría feliz? No tenía ni idea, pero la sensación de seguridad no me abandonó en ningún momento.
-Señor debemos darnos prisa, todos, la guerra pronto llegará aquí, deberíamos ir al centro, seríamos de mayor utilidad ¿no creen?
En aquel momento, el caballero me ofreció que me pusiera aquella jeringuilla, que básicamente, me haría un bien terrible para poder defenderme contra cualquier tipo de enfermedad que pudiera coger en la guerra. Que persona tan amable.
Asi que sonriente, me pinché la jeringuilla en el brazo e introduje todo el suero que había dentro de una tacada, para luego dejar la jeringuilla vacía sobre la mesa.
Me empecé a encontrar algo mareada, como si de un poderosa resaca saliera, mi cabeza me empezó a dar vueltas y vueltas haciendo que mi cuerpo flaqueara y tuviera que apoyarse contra la mesa.
-Uff, esa vacuna es muy fuerte señor, pero menos mal que se ha preocupado por mi salud- Dije aguantándome en la mesa con mis brazos para evitar caer- Me siento algo mareada, pero creo que se me pasará.
Me acerqué al grifo del laboratorio , lo abrí y traté de mojarme un poco la cara con agua fría para espabilar.
- Balt:
- Estar hipnotizada, pero decidir que ir al centro es la mejor opción, tomar el suero que había en la jeringuilla y empezar a sentirme levemente mal
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La situación, al menos, se estaba relajando. Tanto el pirata como el capitán Kodama, estaban deteniendo sus ataques. El discurso de Xemnas dio en el clavo y todos se detuvieron. Sin embargo, escuchó a Yoai y no pudo evitar, quizá por su instinto u otra cosa, no confiar en sus palabras. ¿En serio era eso verdad? Sabía que su chico lo iba a creer y dar su vida por ella. Si ella fuera alguien que supiera manipular o mentir medianamente bien, gente como él le creería. ¿Le habría dicho lo mismo a Gusi? Por lo poco que había visto, era un chico muy parecido al rubio en el sentido de que creía lo primero que escuchaba. Quería descartar la idea de que, en verdad, estuviera enamorado. ”No me gustaría que fuera esa la verdadera razón”
– No digas eso frente a tanta gente, idiota – susurró mientras terminaba de escuchar a Xemnas. No pudo evitar sonrojarse y mirar a otro lado. – Bueno, da igual. – Se giró y vio la escena entre Kai y Ballarad. Era su oportunidad de oro para cuestionarla por todo y tratar de responder sus dudas. Lentamente, se fue acercando a ellos y se ganó a un par de metros detrás de Kai, pero lo suficientemente cerca como para que la pretora la escuchara sin muchos problemas.
– Pretora, si me permite, tengo un par de preguntas que me gustaría que respondiera – le empezó a decir con calma. Su haki, como ya se estaba acostumbrado, estaba activado por si ella decidía atacarla. – ¿Por qué es que podemos confiar en usted? – no le gustaba nada tratar a alguien de “usted”, pero quizá así no se mostraba tan hostil, pese a que sus ojos pudieran demostrar algo totalmente diferente. – Todo lo que sucede aquí en Sideros es demasiado raro y confuso. ¿Tiene alguna prueba de qué, en verdad, se puede confiar en alguien como usted? – suspiró con calma y tomó una leve pausa. – Creo que todos ganaremos algo si demuestra que es de confiar y todo lo que ha dicho es verdad – su corazón iba a mil por hora mientras iba pensando en cómo finalizar sus palabras. – Soy la capitana de la Marina, Amane Misa. – Finalizó y la miró a los ojos. ¿Qué le iba a responder? ¿Acaso cambiaría la forma en la qué la veía? Dependiendo de su respuesta era bastante posible... Demasiado, de hecho.
– No digas eso frente a tanta gente, idiota – susurró mientras terminaba de escuchar a Xemnas. No pudo evitar sonrojarse y mirar a otro lado. – Bueno, da igual. – Se giró y vio la escena entre Kai y Ballarad. Era su oportunidad de oro para cuestionarla por todo y tratar de responder sus dudas. Lentamente, se fue acercando a ellos y se ganó a un par de metros detrás de Kai, pero lo suficientemente cerca como para que la pretora la escuchara sin muchos problemas.
– Pretora, si me permite, tengo un par de preguntas que me gustaría que respondiera – le empezó a decir con calma. Su haki, como ya se estaba acostumbrado, estaba activado por si ella decidía atacarla. – ¿Por qué es que podemos confiar en usted? – no le gustaba nada tratar a alguien de “usted”, pero quizá así no se mostraba tan hostil, pese a que sus ojos pudieran demostrar algo totalmente diferente. – Todo lo que sucede aquí en Sideros es demasiado raro y confuso. ¿Tiene alguna prueba de qué, en verdad, se puede confiar en alguien como usted? – suspiró con calma y tomó una leve pausa. – Creo que todos ganaremos algo si demuestra que es de confiar y todo lo que ha dicho es verdad – su corazón iba a mil por hora mientras iba pensando en cómo finalizar sus palabras. – Soy la capitana de la Marina, Amane Misa. – Finalizó y la miró a los ojos. ¿Qué le iba a responder? ¿Acaso cambiaría la forma en la qué la veía? Dependiendo de su respuesta era bastante posible... Demasiado, de hecho.
- Balt Q9:
- Divagar mucho. Hablar con Ballarad y tratar de resolver sus dudas.
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